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ANÁLISIS DE MARGARITA DE RUBÉN DARÍO. ILUSTRACIONES DE MONIKA DOPPERT. EDICIONES EKARÉ-BANCO DEL LIBRO. Realizado por Berta Rodríguez González.

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ANÁLISIS DE MARGARITA DE RUBÉN DARÍO.

ILUSTRACIONES DE MONIKA DOPPERT. EDICIONES EKARÉ-BANCO DEL LIBRO.

Realizado por Berta Rodríguez González.

1. ¿CÓMO FUNCIONA?

• Cubierta y contracubierta son una misma imagen.

• Un ocaso sobre palmeras y dunas, en el que las estrellas ya titilan en el cielo, nos anuncia una Margarita tropical.

• Las palmeras invaden el marco que ha querido preservar el titulo sin éxito. Nos anuncia esa intromisión en una Margarita no convencional.

• El pelo de Margarita forma parte del paisaje, ella forma parte de ese lugar; mientras que su vestido blanco nos anticipa el final del poema.

En esta doble página con el título, se nos pone de manifiesto las dos historias paralelas que vamos a encontrar. La del Rubén Darío y la interpretación personal de la ilustradora, que se sirve del gato para hacernos sentir su presencia. Y convierte la historia de Margarita en una historia de una heroína, en lugar de una niña tonta y presumida como en un principio puede parecer.

• Una niña y una figura masculina de mayor edad que podría ser considerada como su padre, en un manglar, mientras señalan lo que parece ser un alcatraz en busca de pesca. Es el narrador figurado visual (porque también hay un narrador omnisciente visual), y la niña la oyente, que la ilustración nos marca como introducción a la historia. Pues el poema tiene también un narrador y una oyente: Margarita.

• Por eso Margarita es tropical, porque la oyente figurada, la visual y presupuesta, vive en Hispanoamérica, en una región húmeda de manglares y costa.

• Uso de tipografía en cursiva, clásica, reforzada por los cuadros que enmarcan el texto, que recuerdan a las cortinillas del cine mudo con textos que permitían seguir la narración de las imágenes.

• El dibujo, como el cine mudo, también en blanco y negro, para no interferir con el texto (sólo se permite el color en las guardas).

• Mientras una única ilustración ocupa toda la doble-página, los dos primeros versos de la estrofa ocupan cada uno una hoja; pero el marco que los cobija no está partido, sino que ocupa también la doble página.

• La ilustración también queda dividida en dos en su organización. La hoja izquierda contiene al rey en movimiento (de izq. a dcha.) tal y como se deriva de las patas del caballo y de la cola y la capa levantadas por el aire. Las cuatro palmeras no están centradas, si no hacia la derecha, como indicando el paso a través de ellas, hacia el palacio .

• Rey y palacio en cada una de las hojas, pero las montañas y las palmeras unifican ambas figuras.

• Y todavía no han salido las estrellas, sólo la Osa Mayor se distingue, mientras queda algo de claridad del sol tras las montañas. El Rey regresa después de una larga jornada de trabajo, como cualquier padre. Aunque este tenga un palacio de diamantes (de nuevo nos metemos en la mente de la oyente figurada.

• Como no hay acción en el texto, tampoco lo hay en la imagen. Al contrario, una figura piramidal solidifica la escena equilibrada con dos leopardos a cada lado símbolo de al realeza del rey; que de nuevo, como cualquier otro padre en el parque, se entretiene dando de comer a los pajaritos. La bolsa de la mano nos recuerda a su compra en un puesto ambulante del parque.

• Los rayos del sol, al igual que las pirámides egipcias, forman la estructura de la tienda. Sin embargo en este caso son pirámides aztecas o mayas con terrazas escalonadas, si nos fijamos el el quiebro en ángulo que hay en las diagonales de los rayos.

• Una tienda de día, como una pirámide, para sentarte fuera, y admirar la selva del entorno.

• Aunque el verso es uno en la página derecha, invitándonos a pasar de hoja; el rebaño de elefantes tiene que ocupar la doble hoja por su naturaleza.

• Estatismo a través de los elefantes inmóviles, mirando en distintas direcciones, y con un grupo que rodea al pastor: el rey con su callado-cetro y su mano sobre la trompa del elefante que levanta algo las orejas en tensión, como conmovido por ese gesto del rey de magnanimidad en su caricia.

• En esta imagen es el manto el que funciona como conector entre ambas páginas y ambos versos. Un manto que contrasta en exuberancia con la realidad. En el manto leopardos, en campo conejos. En el manto loros o cacatúas, en los árboles pequeños pajaritos, en el manto hojas carnosas de aloe con entramado de arabescos de parra.

• Al mismo tiempo un rey con claros rasgos indígenas, frente a una secretaria de pelo claro y gafas. Es el triunfo de una cultura sobre otra. Él a mayor altura que ella, él hablando, ella sumisa escuchando y anotando. Hasta la vegetación y fauna de fuera del manto la encontramos en Europa.

• El rey como cualquier padre juega con su hija a hacer pompas, pero mientras él aparece en primer plano a mayor tamaño y activo, la niña aparece sumisa, pasiva, arrodillada y a menor tamaño. Eso sí, enmarcada por el vano de la puerta, pues es de ella de quien se nos habla.

• Aquí la imagen en la derecha, porque representa lo lejano, aquello con lo que la princesa sueña, de espaldas a su padre y su palacio.

• Mira hacia la estrella enmarcada en el cuadrante superior derecho, invitándonos a seguir la historia de sus anhelos. Anticipando la acción que por ahora está detenida, sólo la mente de la niña viaja fuera.

• Y la niña persiste en su sueño, le da cada vez más forma, por eso ahora si que aparece su rostro, su cama y los objetos con los que va a decorar el prendedor.

• El gato duerme, pero es el único testigo de lo que ocurre, al menos de un parte.• El viento agita la cortina, la ventana está abierta y comunica, da salida.

• Por fin, se decide, toma la iniciativa, y aparece un movimiento casi frenético, frente al estatismo de las otras imágenes. Es tan repentino, que el gato que dormía plácidamente es expulsado con violencia de la cama. Nada puede interrumpir su voluntad. Necesita un arma para acometer su empresa. La recoge y avanza en su búsqueda. Su montura: una chalupa.

• La continuidad de las escenas, la secuencia de izquierda a derecha, imprimen ritmo y velocidad. Dos escenas de interior, dos escenas de exterior.

• En las centrales predomina la verticalidad, en las laterales se equilibran con la horizontalidad de la cama y de la barca. Sueños frente a realidad.

• Avanza con decisión, hacia las estrellas situadas en el extremo derecho superior. Todo se dirige hacia allí: las tijeras, su mirada, el morro del barco. El pelo y la estela recuerdan el movimiento. Ella dirige el timón, el motor. Es dueña de sus actos.

• La imagen tiene incluso más importancia que el texto, que queda en el lado izquierdo.

• La lancha motora crea una diagonal desde la esquina inferior izquierda a la superior derecha que evidencia su viaje hacia “el más allá” y que invita al lector a seguir con ella el recorrido.

• Las líneas circulares marcan el movimiento de los planetas o asteroides, al mismo tiempo que establecen el límite del mundo conocido, simbolizado en el texto por “la luna” y lo que está fuera de éste.

• Las tijeras también señalan un movimiento ascendente en vertical y resultan cortantes y duras frente al resto de líneas curvas.

• La lancha en un primer plano y a mayor tamaño en la izquierda que en la derecha, crea la ilusión de desplazamiento en el tiempo y en el espacio: el efecto tiempo también afecta a los versos, que quedan realzados y ralentizados por la ilustración.

• También la mirada de Margarita y el resto de personajes o habitantes que la observan marcan el movimiento hacia la estrella. La lechuza alza la bandera a modo de despedida. Todo invita a pasar la hoja.

• Margarita ha llegado a su destino. Aquí el texto no rivaliza con la imagen, directamente se anula. Es la ilustración lo que en estos momentos importa. La segunda historia.

• Ahora las tijeras están dadas la vuelta, no señalan con la punta. Es como si Margarita hubiese perdido parte de su determinación. Ahora duda, ante el espectáculo de luz, ante el “más allá”, lo desconocido. Pero un conejo indica que puede tranquilizarse. Arriba todo es igual que abajo. La invita a entrar. La curva cóncava que parece abrazar a la niña también así lo indica. No lo puede evitar.

• Mientras el padre la busca, la llama a gritos, tal y como nos indica la tipografía: es un grito desmesurado, aterrador por los ángulos de las aes, y por los ángulos de las palmeras. El gato se ha quedado en tierra y parece ser el que se ha chivado, pero ahora arrepentido por la postura .

• El padre necesita luz artificial, no ve la luz de Dios, de las estrellas.• Todo es anguloso, incómodo, aterrador.

• La niña regresa, por eso ahora el movimiento es de derecha a izquierda, envuelta en el resplandor del que hablan los versos.

• Las tijeras con la punta redondeada, ya no tiene determinación, ahora por su rostro de asombro o susto piensa en las consecuencias de su aventura.

• Diálogo entre padre e hija: él adentro y ella todavía en el umbral. Él con el dedo acusador y una luz artificial, ella esconde el arma del delito, pero no necesita iluminarse. Baja la mirada sumisa, pero sonríe orgullosa y traviesa. Intenta camelarse a su padre.

• La dureza y angulosidad de la arquitectura contrasta con la exuberancia de la vegetación. Las hojas de palmera enmarcan a Margarita como fuegos artificiales sobre su cabeza.

• Las ilustraciones han ido alternándose de derecha a izquierda siguiendo el diálogo que mantienen padre e hija, hasta llegar al Buen Jesús, que soluciona la trifulca, diciendo al padre que tiene su permiso.

• Ahora es él que se arrodilla ante un jardinero, pero n o uno cualquiera. Y la niña orgullosa lo reafirma. Su inocencia y honestidad con un “¡viste!” muy propio de ella. El resplandor abraza a Margarita mientras que al padre sólo le roza.

• Recuerda al pasaje del N.T. Cuando Jesús dice “Dejad que los niños se acerquen a mi”.

• Regresa la estabilidad y el movimiento de los elefantes en sentido contrario al que ha tenido el relato.

• En la siguiente página es la niña la que reina, en forma de pirámide majestuosa como una reina. Triunfante.

• Esta imagen da lugar a múltiples interpretaciones, pero la más factible es que la niña se ha marchado siguiendo el ejemplo de Margarita, en un barco, ha cumplir su sueño en el más allá, tal y como el gato dijo al principio del cuento, dedicado a las niñas valientes.

2. ¿DE QUÉ TRATA?

• Poesía de Rubén Darío, autor modernista de finales del s.XIX, ppio. s.XX, de origen uruguayo, pero afincado en París.

• Ilustraciones de autora venezolana de origen alemán.

• Puede tener diferentes lecturas, pero la más generalizada es la que la ilustradora a tomado como cierta: una ruptura con lo establecido.

• Ambas historias denuncian una mezcla cultural. Sobre todo la narración ideográfica.

3. ¿QUÉ LES OFRECE A LOS LECTORES?

• La ilustradora aporta su archivo personal en la mezcla de su experiencia vital con el poema. Algo que se puede permitir por tratarse de unos versos que ya forman parte de la literatura universal. Aporta por tanto una visión muy personal que hace partícipes a los lectores infantiles de américa latina de la experiencia estética, acercándoles los versos a su realidad circundante.

• Encontramos referencias de paraliteratura, como la de los planetas que evocan claramente a El Principito y a la relación con París de Rubén Darío y el movimiento Modernista.