marinho caballo habilidades terapeuta

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CUESTIONES OLVIDADAS EN LA TERAPIA CONDUCTUAL: LAS HABILIDADES DEL TERAPEUTA Maria Luiza Marinho Universidade Estadual de Londrina (Brasil) Vicente E. Caballo Universidad de Granada (España) Jocelaine M. Silveira Universidade Estadual de Londrina (Brasil) Resumen En la terapia conductual las variables del terapeuta pasaron a ser un tema de interés para los estudios empíricos solamente cuando los investigadores encontraron que dichas variables explicaban, en parte, los resultados del tratamiento. Sin embargo, a pesar de estos hallazgos, los cursos para formar terapeutas conductua- les siguen prestando más atención a la adquisición de información relativa a las téc- nicas de tratamiento y dejan en un segundo plano el entrenamiento de las habilidades relevantes para la competencia profesional. En un momento en el que se ha comprobado la eficacia de muchos programas de tratamiento cognitivo-conduc- tual, un paso importante para el avance de esta perspectiva de intervención sería un mayor conocimiento sobre las habilidades que caracterizan a los terapeutas compe- tentes y la forma de entrenarlas. Con esta idea en mente, el presente artículo tiene por objetivo describir algunas habilidades del terapeuta consideradas relevantes en la práctica de la terapia comportamental con adultos y con niños, en especial aque- llas relativas al desarrollo de un contexto terapéutico adecuado. Se presentan y ejem- plifican las habilidades para el establecimiento de la alianza terapéutica con adultos y las habilidades adicionales que el terapeuta debe presentar para el establecimiento de la relación terapéutica con niños. Se espera que este trabajo aporte su grano de arena al conocimiento de algunas de las habilidades concretas que los terapeutas de conducta deben desarrollar para realizar una práctica terapéutica eficiente. P ALABRAS CLAVE: Habilidades del terapeuta, terapia de conducta, entrevista con adul- tos, entrevista con niños. Psicología Conductual, Vol. 11, Nº 1, 2003, pp. 135-161 Correspondencia: Maria Luiza Marinho, Universidade Estadual de Londrina, Dpto. de Psicologia Geral e Análise do Comportamento, Cx. Postal 6001, 86051-990, Londrina-PR (Brasil). E-mail: [email protected]

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terapia de la conducta

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  • CUESTIONES OLVIDADAS EN LA TERAPIA CONDUCTUAL:LAS HABILIDADES DEL TERAPEUTA

    Maria Luiza MarinhoUniversidade Estadual de Londrina (Brasil)

    Vicente E. CaballoUniversidad de Granada (Espaa)

    Jocelaine M. SilveiraUniversidade Estadual de Londrina (Brasil)

    ResumenEn la terapia conductual las variables del terapeuta pasaron a ser un tema de

    inters para los estudios empricos solamente cuando los investigadores encontraronque dichas variables explicaban, en parte, los resultados del tratamiento. Sinembargo, a pesar de estos hallazgos, los cursos para formar terapeutas conductua-les siguen prestando ms atencin a la adquisicin de informacin relativa a las tc-nicas de tratamiento y dejan en un segundo plano el entrenamiento de lashabilidades relevantes para la competencia profesional. En un momento en el que seha comprobado la eficacia de muchos programas de tratamiento cognitivo-conduc-tual, un paso importante para el avance de esta perspectiva de intervencin sera unmayor conocimiento sobre las habilidades que caracterizan a los terapeutas compe-tentes y la forma de entrenarlas. Con esta idea en mente, el presente artculo tienepor objetivo describir algunas habilidades del terapeuta consideradas relevantes enla prctica de la terapia comportamental con adultos y con nios, en especial aque-llas relativas al desarrollo de un contexto teraputico adecuado. Se presentan y ejem-plifican las habilidades para el establecimiento de la alianza teraputica con adultosy las habilidades adicionales que el terapeuta debe presentar para el establecimientode la relacin teraputica con nios. Se espera que este trabajo aporte su grano dearena al conocimiento de algunas de las habilidades concretas que los terapeutas deconducta deben desarrollar para realizar una prctica teraputica eficiente.PALABRAS CLAVE: Habilidades del terapeuta, terapia de conducta, entrevista con adul-tos, entrevista con nios.

    Psicologa Conductual, Vol. 11, N 1, 2003, pp. 135-161

    Correspondencia: Maria Luiza Marinho, Universidade Estadual de Londrina, Dpto. de PsicologiaGeral e Anlise do Comportamento, Cx. Postal 6001, 86051-990, Londrina-PR (Brasil).

    E-mail: [email protected]

  • AbstractIn behavior therapy, it was only when researchers found that therapists

    variables partly explained the outcome of treatments that these variables becamea topic of interest for empirical studies. However, in spite of these findings, thecourses regarding the formation of behavior therapists still pay more attention tothe acquisition of information, disregarding the training in relevant skills forprofessional competence. At this moment many behavioral treatment programshave been tested and evaluated regarding their effectiveness, but the forgottenquestion of therapists skills and how to train them remains unresolved in theclinical field. In order to fill this gap, the goal of the present work is to describesome relevant skills for the practice of behavior therapy with adults and children,particularly those related to the promotion of an appropriate therapeutic rapport.Some skills related to the therapeutic alliance with adults and children arepresented. In addition, some significant skills for the assessment and treatment ofchild disorders are also described. It is expected that this work help behaviortherapists working with adults and/or children to learn about some of thenecessary skills to be developed in order to implement an effective therapeuticbehavioral practice.KEY WORDS: Therapist skills, behavior therapy, interview with adults, interview withchildren.

    Introduccin

    El campo de la investigacin en psicoterapia se encuentra actualmente en unafase en la que se ha podido demostrar la eficiencia (Seligman, 1996) y la eficacia(vase Kendall y Chambles, 1998; Nathan y Gorman, 1998 para una revisin delrea) de los tratamientos en relacin con un amplio nmero de problemas infanti-les, adolescentes y adultos. Sin embargo, se ha demostrado que algunos terapeu-tas logran mejores resultados que otros (Huppert et al., 2001; Shaw et al., 1999).Esto sugiere que la eficacia y la eficiencia dependen no slo del tratamiento selec-cionado y de las caractersticas del paciente, sino tambin de las variables del tera-peuta.

    En la terapia de conductual, las cuestiones empricas relacionadas con la variableterapeuta permanecieron olvidadas durante el periodo en el que la principal preo-cupacin estuvo centrada en la aplicacin de los principios del aprendizaje a loscambios de la conducta humana. Solamente cuando los investigadores encontraronque las variables del terapeuta explicaban, en parte, los resultados del tratamiento,dichas variables pasaron a ser un centro de inters para los estudios empricos(Ferster, 1979; Kohlenberg y Tsai, 1991).

    Aunque algunos psicoterapeutas obtienen mejores resultados que otros demanera consistente (Blatt, Sanislow III, Zuroff y Pilkonis, 1996), es importante iden-tificar las principales caractersticas de los terapeutas ms eficaces para poder entre-narlas. Algunas investigaciones indican que los mejores preditores de la eficacia serefieren a variables relacionadas con el proceso de la terapia (es decir, que ocurrendurante el curso de la sesin teraputica) ms que a caractersticas extra-terapia delterapeuta (como adaptacin emocional) o a atributos globales (como credibilidad)

    136 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

  • (Lafferty, Beutler y Crago, 1989; Beutler et al., 1986). As, los hallazgos actuales handemostrado que la empata del terapeuta diferencia significativamente entre tera-peutas ms y menos eficaces (Lafferty, Beutler y Crago, 1989); que la calidad de laalianza teraputica est significativamente asociada con los resultados del trata-miento (Horvath y Symonds, 1991; Horvath y Luborsky, 1993; Krupnick et al., 1996)y que la experiencia (definida como aos de prctica como terapeuta) est asociadasignificativamente a las ganancias de los resultados, incluso comparando terapeutasque siguen un manual de tratamiento y bajo supervisin continua (Huppert et al.,2001).

    A pesar de estos hallazgos y del inters generalizado en relacin con la prepa-racin adecuada de los psicoterapeutas para que atiendan a las exigencias actualesdel contexto social y econmico, los estudios sobre la variable terapeuta siguensiendo incipientes, pocos investigadores la han considerado prioritaria en sus estu-dios. Algunos artculos sobre entrenamiento de terapeutas publicados reciente-mente (Armenti, 1998; Bernal y Castro, 1994; Brantley y Applegate, 1998; Carey,Bradizza, Stasiewicz y Maisto, 1999; Carlson, Brack, Laygo, Cohen y Kirkscey, 1998;Cherry, Messenger y Jacoby, 2000; Cone, Alexander, Lichtszajn y Mason, 1996;Cummings, 1995; Donn, Routh y Lunt, 2000; Holcomb-McCoy y Myers, 1999;Masia, Anderson, McNeil y Hawkins, 1997; McRae y Johnson, 1991; Prieto yScheel, 2002; Safren, 1999; Strosahl, Hayes, Bergan y Romano, 1998; Twilling,Sockell y Sommers, 2000) abordan esencialmente questiones relacionadas con elcontexto de los sistemas educativo y de salud estadounidenses, siendo dificil degeneralizar a otros contextos. Adems, los cursos de formacin de terapeutas con-ductuales siguen prestando ms atencin a la adquisicin de informacin, dejandoen un segundo plano el entrenamiento de habilidades relevantes para la compe-tencia profesional. Aparentemente todava impera en los medios acadmicos lacreencia, que histricamente desanim el estudio de las habilidades del terapeuta,de que la terapia es una especie de arte y no de ciencia y que ser un buen terapeutaes un talento innato (Shirk y Phillips, 1991; Weisz, Donenberg, Hann y Weiss,1995). Este tipo de creencia fue puesta en entredicho por los resultados de algunosestudios empricos sobre el entrenamiento de terapeutas comportamentales (p.ej.,Bootzin y Ruggill, 1988), que indicaban que estos profesionales pueden ser entre-nados eficazmente en diversas habilidades especficas. As, algunos autores sugie-ren que el entrenamiento del clnico comportamental debe ser multidimensional:los terapeutas deben dominar los mtodos y los procesos de evaluacin; formularlos casos utilizando recursos variados; ser capaces de obtener informaciones preci-sas, relevantes y vlidas; conocer y dominar procedimientos especficos de inter-vencin; y, por fin, desarrollar las habilidades que contribuyan a la construccin dela alianza teraputica (Bootzin y Ruggil, 1988; McRae y Johnson, 1991). En resu-men, segn Shaw et al. (1999), el terapeuta debe desarrollar las habilidades de pro-porcionar un adecuado contexto teraputico, conceptualizar el problema delpaciente bajo una estructura terica especfica y aplicar tcnicas o mtodos consis-tentes con los objetivos del tratamiento. Estas habilidades pueden favorecer la con-secucin de resultados favorables a la intervencin teraputica. Por lo tanto, si seconsidera que la terapia eficaz es funcin de quien aplica qu tipo de tratamiento

    137Las habilidades del terapeuta

  • en qu individuo con qu tipo de problema y en qu contexto (Shirk y Phillips,1991), es imprescindible, para la mejora de la prctica de la psicologa clnica, elconocimiento sobre las habilidades de los terapeutas competentes y la forma deentrenarlas.

    El presente artculo tiene por objetivo conceptualizar y describir algunas de lashabilidades del terapeuta consideradas relevantes para la prctica de la terapiacomportamental con adultos y con nios, en especial aquellas relacionadas con eldesarrollo de un contexto teraputico adecuado. Se presentan y ejemplifican lashabilidades para el establecimiento de la alianza teraputica y se describen algu-nas habilidades relevantes para la evaluacin y el tratamiento de problemas infan-tiles. Se espera que el trabajo contribuya a que los terapeutas conductuales quetrabajan con adultos y/o con nios conozcan algunas de las habilidades concretasque deben desarrollar y poner en prctica para realizar una prctica teraputicaeficiente.

    El concepto de habilidad

    Una habilidad es la capacidad de hacer algo bien y se desarrolla a travs delconocimiento y la prctica (Watson y Tharp, 1985) (p.ej., una persona que es capazde tocar bien el piano habilidad en el uso de un instrumento musical tiene quehaber aprendido una serie de conocimientos sobre msica y sobre el propio instru-mento, adems de haber practicado el uso del piano y tocar composiciones espec-ficas). Esa idea de habilidad implica un comportamiento que est adaptado a unevento particular o a una situacin especfica (p.ej., no se espera que el pianistahabilidoso sea tambin habilidoso en tocar la guitarra elctrica o en hablar diversosidiomas sin haberlos estudiado y practicado). Por otra parte, aunque especfica, unaconducta habilidosa debe poder generalizarse a diversas variaciones de la mismasituacin (siguiendo el ejemplo planteado, se espera que el pianista sepa tocar alpiano en situaciones diferentes, con o sin audiencia, en el piano en el que entren yen otros, etc.) (Fischer, 1980).

    De acuerdo con el anlisis conductual, una habilidad es un comportamientocomplejo, aprendido bajo determinadas condiciones. En general, una habilidad esuna cadena de respuestas (pblicas y/o encubiertas) que pueden ser analizadasfuncionalmente. Esta conceptualizacin de habilidad choca con la creencia del sen-tido comn sobre su origen innato. Un anlisis cientfico indica que las personasdifieren en sus capacidades o aptitudes (variabilidad gentica) para ciertas reas, demodo que aprender ciertas habilidades pueda ser bastante ms fcil para unos quepara otros (aunque las contingencias ontogenticas contingencias de la historiapersonal de cada uno tambin pueden contribuir a esa facilidad o dificultad)(Skinner, 1991). Pero, de todas formas, con o sin aptitud personal, las habilidadesdeben ser aprendidas y practicadas. De este modo, si una persona practica ciertoscomportamientos mientras que otra no lo hace, se espera que la persona que harealizado la prctica se vuelva ms habilidosa que la que no practic esos compor-tamientos.

    138 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

  • El comportamiento del terapeuta

    Como se ha comentado anteriormente, la profesin de terapeuta implica unamplio conjunto de actividades que deben ser realizadas con competencia con el finde contribuir a los buenos resultados teraputicos. Algunos autores (p.ej., McRae yJohnson, 1991; Bootzin y Ruggill, 1988) sugieren que, por el hecho de que la tera-pia comportamental sea aplicada a diversos problemas, poblaciones y contextos, elclnico debe implicarse en un complejo proceso de solucin de problemas y toma dedecisiones en que haya continua relacin entre obtencin de informacin, formula-cin de objetivos de tratamiento y retroalimentacin de las intervenciones. El con-cepto de habilidad, tal y como se ha presentado anteriormente, puede utilizarsecuando se trata del comportamiento del terapeuta, ya que ste debe ser aprendidoy practicado. Una revisin de la literatura sobre evaluacin emprica del entrena-miento de terapeutas conductuales ofrece pruebas de esto: los terapeutas puedenser entrenados eficazmente en diversas habilidades especficas (Silveira, 2003;Bootzin y Ruggill, 1988).

    En el presente artculo hemos elegido llamar habilidades a los comportamien-tos tcnicos del terapeuta, con el fin de poner de manifiesto que esas respuestasse han de practicar para que se observe una mejora en su manifestacin. Elaumento del conocimiento sobre tales conductas es importante, aunque no sufi-ciente, para su aprendizaje y presentacin de forma adecuada. Esta es una cues-tin nuclear en el desarrollo de las habilidades teraputicas, es decir, la necesidadde conocimiento y prctica de comportamientos especficos (p.ej., comportamien-tos para el establecimiento de la alianza teraputica, para llevar a cabo la terapiacon poblaciones especficas, como adultos, nios, parejas; para la terapia indivi-dual versus terapia en grupo, etc.). Si consideramos estos comportamientos tcni-cos como habilidades, se puede decir que algunas de ellas son ms bsicas ogenerales, necesarias en todos los procesos teraputicos, como, por ejemplo, lahabilidad para establecer una adecuada relacin teraputica (Krupnick et al.,1996; Horvath y Luborsky, 1993), para elegir estrategias de identificacin del pro-blema (Bergan y Tombari, 1976), para tomar decisiones a lo largo del procesoteraputico (Bootzin y Ruggill, 1988), para facilitar que el paciente describa con-tingencias (Robinson, Froehle y Kurpius, 1979; Eisenberg y Delaney, 1970), etc.Otras habilidades parecen ser ms especficas (su aplicacin depende del tipo depaciente tratado, de las tcnicas de intervencin elegidas, del formato de las sesio-nes, etc.). Por ejemplo, se recomienda un elevado grado de directividad a los tera-peutas de pareja, de habilidades para conducir actividades ldicas en losterapeutas de nios (Guerrelhas, Bueno y Silvares, 2000; Rayfield, Monaco yEyberg, 1999), etc.

    Seguidamente se presentan algunas habilidades bsicas del terapeuta de con-ducta que trabaja con adultos y otras habilidades especficas del terapeuta conduc-tual infantil. Las habilidades teraputicas bsicas estn presentadas resumidamenteen la Tabla 1. Se refieren principalmente a los comportamientos necesarios para elestablecimiento de una adecuada relacin teraputica, relacionados con la escuchaadecuada y la demostracin de comprensin.

    139Las habilidades del terapeuta

  • Habilidades para el establecimiento de una relacin teraputica adecuada:comportamientos de escucha y de demostracin de comprensin

    Las habilidades generales del terapeuta cmo hablante y oyente son imprescin-dibles para favorecer la creacin de una relacin prxima y clida con el paciente.Con el fin de que el terapeuta sea percibido como buen oyente, debe conocer, per-feccionar, practicar y dominar las habilidades a la hora de demostrar actitud de res-peto, aceptacin y empata hacia el paciente, presentar disponibilidad y estar atentoal paciente durante todo el curso de la sesin, presentar posturas corporales y ele-mentos paralingsticos adecuados y hacer preguntas abiertas. Adems de stas, lashabilidades de parafrasear lo que dice el paciente, reflejar sus sentimientos, demos-trar comprensin de su contexto de vida y manejar sus conductas de escape/evita-cin complementan el listado de comportamientos del terapeuta relevantes paraestablecimiento de la alianza teraputica.

    Demostrar una actitud de respeto y aceptacin

    Las habilidades de demostrar respeto y aceptacin con respecto al paciente comopersona, conforme se encuentra descrito en la Tabla 1, son esenciales para el desa-rrollo de los objetivos del trabajo. Respetar al paciente significa valorar su individua-lidad y aceptarlo cmo ser humano distinto y con derecho a sus propiospensamientos y sentimientos, permitindole crecer en sus propios trminos, sinexplotacin y control (Nelson-Jones, 1997).

    Paciente:Prefiero otro horario para venir a las sesiones. No suelo hacer ninguna acti-vidad fsica o mental durante las dos horas despus de la comida.

    TA: No te preocupes, no pasar nada! Mantengamos el horario para quepruebes y en la prxima semana volveremos a hablar de eso si sigues dese-ando cambiar, vale?

    ...............TB: No hay problema. Podemos mirar en la agenda y elegir otro horario.

    La respuesta del Terapeuta A (TA) no respecta la preferencia del paciente. Aunquepueda ser necesario enfrentar al paciente con determinadas ideas poco razonables osupersticiosas, no aceptar su punto de vista no es teraputico en ese sentido. La con-ducta del Terapeuta B (TB) es ms adecuada y el paciente se sentir ms respetado.Nio: Me gustara sacar siempre sobresaliente.TA/B: Por qu?Nio: Porque me gusta lucirme.TA: Sacar sobresaliente es agradable, pero no es lo ms importante.Nio: (silencio)...............TB: Te gustara que la gente te viera cmo un chico muy inteligente?Nio: S, me gustara mucho.

    140 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

  • 141Las habilidades del terapeutaTa

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  • Aqu igualmente el TA presenta una conducta que demuestra una falta de acep-tacin del punto de vista del paciente. Por otra parte, el TB demuestra aceptar y com-prender al nio, facilitando la interaccin entre ellos.

    En la terapia con nios, la habilidad de demostrar respeto y aceptacin incluyetambin, por ejemplo, dejar que el nio elija con qu quiere jugar, traer un juguetesuyo para la sesin, etc. Esta actitud puede contribuir a disminuir la ansiedad delnio y aumentar su sentimiento de control de la situacin que, al principio, puedeser percibida como amenazante.

    Hay variables que pueden dificultar que el terapeuta se comporte demostrandoactitud de respeto y aceptacin. La principal se refiere al rechazo al paciente debidoa determinadas caractersticas de ste. El terapeuta puede presentar prejuicios engrado variable y debido a diferentes causas (sexo, clase social, raza, cultura, incapa-cidad fsica, inteligencia, orientacin sexual, etc.) que pueden dificultar su relacincon el paciente. El rechazo del paciente por parte del terapeuta ser percibido a tra-vs de aspectos inadecuados en las conductas de escucha apropiada (p. ej., pocaempata, posturas corporales de distanciamiento, etc.) y dificultades para demostrarcomprensin. El terapeuta debe ser consciente de las reacciones producidas por elpaciente y afrontar las situaciones en las que tenga lugar esos prejuicios. Tiene quetrabajar para cambiar sus cogniciones negativas hacia determinadas caractersticas osituaciones o, en la imposibilidad de lograr esos cambios, derivar el paciente a otroterapeuta. En ese ltimo caso, es importante buscar ayuda de un supervisor experi-mentado o hacer terapia personal y evaluar el impacto de ese impase sobre su con-ducta profesional.

    Mantener la atencin dirigida al paciente

    Mantener la atencin se refiere a la habilidad para centrarse en el pacientedurante los 50-60 minutos que dura una sesin teraputica. Algunos terapeutassuelen divagar algunos episodios cortos (unos pocos segundos) durante la sesin,pero que pueden ser suficientes para comprometer su capacidad de escucha.

    EJEMPLO(Nio y terapeuta jugando)T (distrado)Nio: Eh, no vas a jugar? Te toca a t!T: Ah, s, claro.

    Hay variables que pueden funcionar como distractores y dificultar que el tera-peuta se concntre durante toda la sesin. Algunos ejemplos son:

    a) el terapeuta sufre reacciones emocionales durante la sesin. Algunos ejem-plos de reacciones emocionales perjudiciales para la interaccin con elpaciente son la ansiedad, el miedo, la ira, el desamparo, la frustracin.Pueden ocurrir por diversos motivos: dificultades del terapeuta frente a la

    142 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

  • expresin de determinados sentimientos (p. ej., alegra, tristeza, lloro); emo-ciones desencadenadas por determinadas palabras, frases o actitudes pre-sentadas por el paciente (p. ej.: comentarios prejuiciosos o sexistas, frasesdirigidas al terapeuta como usted no me comprende, contino fatal,no estoy seguro de que la terapia me est siendo de ayuda, etc.); o varia-bles situacionales (paciente que llega tarde o falta a la sesin sin justificacin,grabacin de la sesin para supervisin, pensar que el progreso est siendolento, no haberse preparado suficientemente para la sesin, etc.);

    b) preocupacin con problemas personales no resueltos: durante la sesin, elterapeuta puede tener constantes pensamientos sobre problemas personaleso temas que debe resolver, de forma que no se encuentre totalmente dispo-nible para el paciente. Por ejemplo: recuerdos de escenas de una discusincon su pareja en la noche anterior; preocupaciones financieras, de salud, etc.

    c) dificultad en concentrarse debido a barreras fsicas: mucho calor o fro, ruido,poca privacidad, iluminacin pobre, silla incmoda.

    d) cansancio: el exceso de trabajo o las horas insuficientes de sueo son algunasvariables que dificultan el mantenimiento de la atencin durante largos perio-dos de tiempo.

    Para afrontar estos obstculos, el terapeuta debe ser consciente de su proceso deatencin durante la sesin (es decir, percibir si ocurren divagaciones, su frecuencia ysu duracin) e intentar voluntariamente volver al momento presente de la sesincuando percibe que est distrado. Adems, puede controlar determinadas variablesambientales con el fin de prevenir que funcionen como elementos distractores.Algunos ejemplos son: planificar la sesin, llegar a la consulta con antelacin sufi-ciente, establecer un horario para resolver/pensar sobre problemas personalesurgentes, organizar el ambiente fsico de forma que sea cmodo y adecuado a laactividad, etc. La identificacin las variables que contribuyen a aumentar la posibili-dad de distracciones durante la sesin es un paso importante para buscar estrategiasde prevencin (control de estmulos).

    Demostrar empata

    Empata es una habilidad compleja. Incluye comprender correctamente los senti-mientos y la perspectiva de la otra persona, experimentar una respuesta emocionalconcordante con la del paciente (compasin, simpata, etc.) y la capacidad de trans-mitir un reconocimiento explcito y una elaboracin de los sentimientos y de la pers-pectiva de la otra persona (Falcone, 2001). Las verbalizaciones ms empticas son lascentradas en el otro: describen y explican sus sentimientos y las situaciones que losproducen, son neutrales y aceptan y legitiman el sentimiento del otro. Los terapeu-tas menos sensibles se concentran en el evento en s, imponen su propio punto devista, pasan por algo o ignoran los sentimientos y la perspectiva de la otra persona,intentan minimizar el problema o se centran en decir al otro qu es lo que debehacer (Falcone, 2001).

    143Las habilidades del terapeuta

  • Cormier y Cormier (2000) afirman que transmisin de la empata implica mostrardeseos de comprender, tratar lo que es importante para el paciente y usar respues-tas verbales referentes a los sentimientos del mismo. Basndose en el InventarioDiscriminativo de Carkhuff y Pierce (1975), presentan las respuestas empticas delterapeuta en un continuum (desde el nivel 1 hasta el nivel 5):

    Nivel 1. La respuesta del terapeuta es una pregunta, una negacin o una recomen-dacin. No hay comprensin o direccin sobre cmo actuar.

    Nivel 2. La respuesta del terapeuta slo subraya el contenido cognitivo del mensajedel paciente; se ignoran los sentimientos.

    Nivel 3. La respuesta del terapeuta es un reflejo del sentimiento y del significadobasado en el mensaje explcito del paciente. Hay comprensin, pero nodireccin.

    Nivel 4. La respuesta del terapeuta identifica los sentimientos y el dficit implcitodel paciente. Implica comprensin y algo de direccin.

    Nivel 5. La respuesta del terapeuta incluye todo del nivel 4 y como mnimo unpaso activo que la persona puede adoptar para superar el dficit y lograrel objetivo.

    Cormier y Cormier (2000) consideran que el nivel 3 es el mnimo aceptable comorespuesta del terapeuta. El ejemplo que sigue presenta los cinco niveles de respuesta:

    Nio: Ya no hay tiempo para jugar! Tengo que ir a clase todas las maanas ypasar cuatro horas en la escuela y los lunes y martes tambin por latarde. Y tengo todava clases de ingls los mircoles!

    TA (nivel 1): Puedes jugar los fines de semana.TB (nivel 2): Tienes dificultades para encontrar tiempo en el que hacer otras cosas

    distintas de estudiar.TC (nivel 3): Te sientes frustrado porque con tantas actividades escolares apenas

    juegas.TD (nivel 4): Te sientes frustrado porque con tantas actividades escolares apenas

    juegas. Te gustara encontrar tiempo para estar con tus amigos.TE (nivel 5): Te sientes frustrado porque con tantas actividades escolares apenas

    juegas. Te gustara encontrar tiempo para estar con tus amigos. Unamanera de empezar a ver cmo encontrar horas de ocio durante lasemana podra ser escribir todas tus actividades semanales y horarios enun papel.

    Presentar posturas corporales adecuadas

    La postura corporal es la principal respuesta del terapeuta durante la verbaliza-cin del paciente. Para ser un oyente reforzante, el terapeuta debe indicar su recep-tividad e inters mientras el paciente habla. Con grados distintos, las caractersticascorporales del terapeuta como audiencia proporcionan recompensa no verbal para

    144 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

  • que el paciente contine hablando. Los principales elementos de una adecuada pos-tura corporal son:

    Expresin facial adecuada. Existe una gran evidencia de que la cara es el princi-pal sistema de seales para mostrar las emociones, adems de ser el rea msimportante y compleja de la comunicacin no verbal y la parte del cuerpo que msde cerca se observa durante la interaccin (Caballo, 1997). Hay seis principalesexpresiones de las emociones y tres reas de la cara responsables de su manifesta-cin. Las seis emociones son: alegra, sorpresa, tristeza, miedo, ira, asco/desprecio,y las tres regiones faciales, la frente/cejas, ojos/prpados y la parte inferior de lacara (Ekman y Friesen, 1975). El terapeuta debe tener conciencia de su expresinfacial e intentar ajustarla para indicar que oye y comprende lo que el paciente estdiciendo. Un ejercicio de aprendizaje interesante es analizar su propia expresinfacial en video o fotos (incluso su expresin facial neutral, que en algunas personasdemuestran tristeza o enfado) en situacin natural y en grabaciones programadasen las que intenta deliberadamente expresar una emocin determinada a travs dela cara.

    Postura corporal receptiva. La postural corporal de las personas durante una inte-raccin puede reducir la distancia. Las principales dimensiones de la postura de acer-camiento son el inclinarse hacia delante, la proximidad fsica, la orientacin directa ybrazos y piernas en posicin de apertura (Caballo, 1997). Adems, posturas con-gruentes (iguales o como si fuese una imagen reflejada en el espejo) sealan que laspersonas comparten el mismo punto de vista. As, una postura corporal relajada,abierta y congruente contribuye para indicar que el terapeuta est receptivo.Adems, el terapeuta debe ser capaz de controlar voluntariamente su posturadurante la sesin, evitando indicar desacuerdo y producir alejamiento.

    Gestos adecuados. Un gesto es cualquier accin que enva un estmulo visual aun observador (Caballo, 1997). Los gestos son bsicamente culturales. Quiz asen-tir con la cabeza sea el gesto ms comn en el oyente. Los asentimientos cortosdemuestran atencin continuada y los largos y repetidos indican concordancia(Argyle, 1992). Gestos inadecuados para la situacin teraputica, que pueden indi-car al paciente que el terapeuta no escucha, incluyen el jugar con bolgrafos y lpi-ces, las manos apretadas una contra la otra, juguetear con el cabello, colocar lamano sobre la boca, tirarse del lbulo de la oreja, rascarse, etc. (Nelson-Jones,1997).

    Sensibilidad al espacio personal. La escucha activa incluye el respecto al espaciopersonal del paciente, que vara de acuerdo con la cultura. El terapeuta no debeestar muy cerca o muy lejos, sino que debe encontrar una distancia cmoda paraambos. El acercarse demasiado puede ser percibido por el paciente como intrusine incomodidad y demasiada lejana como frialdad y distanciamiento emocional.Segn Nelson-Jones (1997), ambos, terapeuta y paciente, deberan conversarestando con sus cabezas al mismo nivel. Algunos terapeutas se sientan en sillas msaltas y ms lujosas que el paciente, lo que puede transmitir un mensaje de superio-ridad o poder.

    Uso apropiado del contacto fsico. El tacto es el canal de comunicacin ms cui-dadosamente vigilado y reservado, el ms fuertemente proscrito y el menos utili-

    145Las habilidades del terapeuta

  • zado. El uso del tacto en la interaccin teraputica puede ser apropiado, pero sedebe garantizar que no sea una indeseable invasin del espacio personal delpaciente. La intensidad o la duracin inadecuados pueden generar incomodidad oincluso transmitir un mensaje de inters sexual. El contacto fsico adecuado, engeneral, incluye darse la mano, tocarse la parte alta de la espalda o besarse la meji-llas para saludarse, tocar levemente la mano o antebrazo del paciente como demos-tracin de empata.

    Apariencia personal adecuada. La apariencia personal se refiere al aspecto exte-rior de una persona. Segn Argyle (1978, p.44), el principal fin de la manipulacinde la apariencia es la autopresentacin, que indica cmo se ve a s mismo el que asse presenta y cmo le gustara ser tratado. La apariencia se prepara con ms omenos cuidado y tiene un poderoso efecto sobre las percepciones y reacciones delos dems. Las caractersticas de la apariencia personal ofrecen impresiones a losdems sobre el atractivo, el estatus, el grado de conformidad con las normas, la inte-ligencia, la personalidad, la clase social, el estilo y gusto, la sexualidad y la edad deese individuo (Caballo, 1997). La apariencia personal del terapeuta es de granimportancia, ya que puede facilitar o dificultar el grado de comodidad del pacienteen la sesin y afectar la posibilidad de que hable de determinados temas. Por ejem-plo, un paciente con problemas financieros puede evitar hablar del tema si el tera-peuta se presenta usando ropas demasiado suntuosas y caras; si el terapeuta se vistede manera muy formal, una paciente adolescente puede sentir que no va a com-prender su liberalidad hacia el sexo, etc.

    Presentar elementos paralingsticos adecuados

    Si se utilizan de forma adecuada, los componentes paralingsticos pueden incre-mentar el clima emocional en la interaccin teraputica. Segn Caballo (1997), losprincipales elementos paralingsticos son:

    La latencia. Es el intervalo temporal de silencio entre la terminacin de una ora-cin por un individuo y la iniciacin de otra oracin por un segundo individuo. Laslatencias muy largas se perciben como conductas pasiva y las latencias muy cortas olas latencias negativas (interrupciones) se perciben normalmente como conductaagresiva (Caballo, 1997). En la relacin teraputica, el silencio puede contribuir aque el paciente siga hablando, pero hay momentos se espera claramente que hayauna intervencin por parte del terapeuta. En este puede generar impaciencia o serpercibido como propia incompetencia.

    El volumen. Un volumen de voz moderado puede indicar agrado, actividad; unvolumen bajo puede indicar sumisin o tristeza, mientras el volumen alto de vozpuede indicar seguridad, dominio, extraversin y/o persuasin. Hablar demasiadoalto sugiere agresividad, ira o tosquedad (Caballo, 1997).

    El tono. Sirve para comunicar sentimientos y emociones. El tono spero puedeser amenazante, el tono muy alto y la voz estridente pueden ser perturbadores.Tono e inflexin constantes pueden ser muy montonos e indicar poco inters. Untono ptimo incluye todos los niveles en los que una voz agradable puede ser emi-

    146 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

  • tida sin cansar. La inflexin de voz produce distintos matices de significado de unamisma frase al subrayar diferentes palabras.

    El nfasis. Es importante que la voz del terapeuta sea expresiva, pero con muchavariacin en nfasis el paciente puede percibir el terapeuta como controlador omelodramtico; con poco nfasis, inexpresivo o distante.

    La fluidez. Las vacilaciones, falsos comienzos y repeticiones, si son excesivos,pueden causar una impresin de inseguridad, incompetencia, poco inters o ansie-dad. El empleo excesivo de palabras de relleno (p.ej. ya sabes, bueno, eh,uhm) provocan percepciones de ansiedad o de aburrimiento (Caballo, 1997).

    El tiempo de habla. Se refiere al tiempo que se mantiene hablando el individuo.Puede ser deficitario por ambos extremos, es decir, tanto si apenas habla como sihabla demasiado. La gente que habla demasiado (80% del tiempo) son vistos comodominantes, descorteses, egostas, atrevidos, fros, poco atentos e inconsiderados.La gente que comparte bien el tiempo de habla es evaluada como agradable, corts,atenta y cordial (Kleinke, Kahn y Tully, 1979). En el proceso teraputico, el tiempo dehabla del terapeuta no debera nunca sobrepasar el 50%.

    La claridad. Se refiere a pronunciar adecuadamente las palabras. Algunas perso-nas farfullan las palabras, hablan arrastrndolas, chapucean o hablan a borbotoneso tienen un acento excesivo. Estos patrones del habla pueden ser desagradablespara el oyente e interferir en el establecimiento de una adecuada relacin terapu-tica.

    La velocidad. La velocidad del habla puede interferir en la comprensin y, ade-ms, conlleva seales psicolgicas (p. ej., tristeza, aburrimiento versus animacin,extraversin). Knapp (1982) seala que la velocidad normal del habla es de 125 a190 palabras por minuto y que la comprensin comienza a disminuir cuando lavelocidad se encuentra entre 275 y 300 palabras por minuto. Si se habla lenta-mente, el paciente puede impacientarse y aburrirse; por otra parte, si se habla muyrpidamente, podra tener dificultades para entender. As que el terapeuta debeintentar valorar y controlar su velocidad de habla dentro del rango de tasa conside-rada adecuada.

    Hacer preguntas abiertas

    Aunque las preguntas cerradas tengan tambin su funcin en el proceso tera-putico, al hacer preguntas abiertas (que no permiten respuesta del tipo s ono) el terapeuta demuestra que est preparado e interesado en or. Adems, laspreguntas abiertas estimulan el paciente a hablar ms y ayudan a proporcionar infor-maciones ms generales (Gongora, 2001).

    EJEMPLO 1TA: Cundo aparece el insomnio, cuando te acuestas por la noche?Paciente. No, en ese momento no.TA: No tienes problemas para conciliar el sueo cuando te acuestas?Paciente: No, suelo dormir sin problemas cuando voy a cama.

    147Las habilidades del terapeuta

  • TA: Entonces, la dificultad para dormir aparece despus.Te despiertas des-pus de haberte dormido?

    Paciente: S, me despierto a las 4 5 de la madrugada y no consigo volver a dor-mirme.

    ...............TA: Y el no dormir afecta a tu rendimiento?Paciente: S.TA: Faltas a clase por ese problema?Paciente: No, me controlo bastante bien.TB: Me gustara que explicase cmo suele pasar eso del insomnio.Paciente: Cuando me acuesto me duermo en seguida y luego, a las 4 o las 5 me

    despierto y comienzo a dar vueltas en la cama. Cuando una nocheduermo mal, paso todo el da cansado. Entonces, a la noche siguienteduermo bien. Y como ya descanso esa noche, a la siguiente otra veztengo los problemas de despertarme de madrugada.

    TB: Cmo afecta a tu vida esas crisis de insomnio?Paciente: Primero, estoy todo el da cansado, no tengo el mismo rendimiento de

    antes. A veces creo que ahora me irrito demasiado y antes sola serms tranquilo. Adems, me siento afectado por no saber qu es lo queest pasando conmigo, por qu estoy as. Eso me preocupa bastante.

    EJEMPLO 2TA: Y la relacin con tus padres es normal?Adolescente: S, normal................TB: Explcame cmo es la relacin con tus padres.Adolescente: Con mi madre bien, siempre me est apoyando. Con mi padre, horri-

    ble. Siempre es muy exigente, nada de lo que hago le parece sufi-ciente, siempre le parece que puedo hacer las cosas mejor. Si saco unnueve, dice Por qu no has sacado un diez? Creo que es comomuchos padres, su objetivo es que yo saque las mejores notas.

    TB: Y cmo te sientes?Adolescente: Hundido eso es lo mejor que consigo hacer. ltimamente ya no

    tengo ninguna gana de estudiar. No s qu hacer para que todo salgabien, para que l pare de hablar.

    EJEMPLO 3TA: Te sientes deprimida?Paciente: Hombre!, deprimida, no. Triste, s................TB: Cmo te sientes?Paciente: En particular, siento tristeza y un echar de menos ciertas cosas en las

    cuales ya no sirve de nada detenerse a pensar, pero que, por otraparte, es inevitable a pesar del dolor implicado en ello.

    148 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

  • En los tres ejemplos los TA presentan preguntas cerradas y generan menosexplicacin por parte del paciente. Los TB plantean preguntas ms adecuadas y,adems de obtener datos ms amplios, demuestran estar dispuestos a or elpaciente. Las preguntas cerradas son ms adecuadas cuando se quiere confirmarla comprensin o detalles de una informacin ya presentada (p.ej., Entonces, larelacin con tu padre es muy difcil mientras que con tu madre es de comprensiny apoyo?).

    Es importante que el terapeuta observe su patrn de interaccin verbal con elpaciente (por ejemplo, grabando en audio o video una sesin) y practique la formu-lacin de preguntas abiertas.

    Parafrasear

    Parafrasear es la habilidad de reflejar informacin a travs de la repeticin de fra-ses dichas por el paciente. Es un elemento que muestra al paciente que el terapeutacomprende lo que est diciendo. Se pueden usar las mismas palabras del paciente uotras diferentes, pero lo importante es reproducir el sentido de lo que el pacientedijo. Unas parfrasis adecuadas pueden servir como espejo al habla del paciente ycontribuir a que reflexione.

    a) Parafrasear utilizando las palabras del paciente

    EJEMPLO 1Paciente:Me siento muchas veces fuera de lugar, como que no me encuentro en mi

    sitio.T: Te sientes fuera de lugar?

    EJEMPLO 2Nio: l es mi mejor amigo y no me quiere perdonar.T: Es tu mejor amigo y no te quiere perdonar?

    Cuando se hace una parfrasis utilizando otras palabras, es importante intentarno cambiar el sentido de las palabras dichas por el paciente.

    b) Parafrasear utilizando otras palabras

    EJEMPLO 1Paciente: Si pudiera, no lo habra conocido jams!TA: Te gustara que l saliera de tu vida?...............TB: Preferiras que l nunca hubiera sido parte de tu vida?

    El TA presenta parfrasis con cambio de sentido. El TB parafrasea con mejor pro-piedad las palabras del paciente.

    149Las habilidades del terapeuta

  • Reflejar sentimientos

    Reflejar sentimientos habitualmente implica parafrasear, pero el terapeuta res-ponde al sentimiento del paciente, no especficamente a sus palabras. SegnNelson-Jones (1998), reflejar sentimientos incluye: a) comprender los mensajes facia-les, corporales, vocales y verbales del paciente, b) considerar el contexto y percibir lossignificados superficiales y ocultos del mensaje, c) responder de modo que expreselos sentimientos del paciente con otras palabras utilizando un lenguaje expresivoadecuado, cuidando especialmente no aadir ni quitar contenido o intensidad y, d)confirmar la precisin de la comprensin. Si el terapeuta refleja un sentimientointenso (p.ej. devastado, trastornado) con palabras que indican sentimientos msleves (preocupado, indispuesto), cometera un error de intensidad.

    EJEMPLO 1Paciente:Estoy exhausta con tantas peleas.TA: Ests enfadada con tantas peleas................TB: Ests cansada con tantas peleas................TC: Ests agotada con las discusiones constantes.

    EJEMPLO 2Nio: Hiervo si me contestan!...............TA: Te aburres si te contestan................TB: Te molesta que te contesten................TC: Te sacan de tus casillas si te contestan.

    En los dos ejemplos, los TA presentan parfrasis con cambio de sentido y los TBcon cambio de intensidad. Los TC presentan parfrasis que describen mejor los sen-timientos de los pacientes adultos e infantiles.

    A veces, el paciente puede presentar varios grados de sentimientos mezclados.En estos casos, adems de reflejar la intensidad de cada sentimiento, el terapeutadebe ser capaz de discriminar cules son los diferentes sentimientos y reflejarlostodos, sin quitar ni aadir contenido.

    EJEMPLOPaciente: Me siento sola aqu. No tengo amigas, mis amigas estn en mi ciudad.

    Estoy lejos de m familia y el curso que hago no me est aportando nadanuevo. No se qu hago aqu! Por otra parte, no puedo estar toda la vidaall, protegida.

    TA: Te sientes sola y no sabes qu ests haciendo aqu en esa ciudad?...............

    150 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

  • 151Las habilidades del terapeuta

    TB: Te sientes sola, echas de menos a tus amigas y a tu familia? No tienesamigas aqu y no ests contenta con el curso que haces, pero deseas salirun poco de la situacin protegida que tienes en tu ciudad. As que estsconfusa sobre qu ests haciendo en esta ciudad.

    El TA resta contenido al reflejar los sentimientos del paciente. El TB discrimina yrefleja todos los sentimientos que el paciente expresa verbalmente y a travs de suconducta no verbal.

    Demostrar comprensin del contexto

    El paciente y sus problemas no existen en el vaco. El terapeuta necesita pre-sentar la habilidad de comprender los contextos del paciente y de sus problemas.Algunos ejemplos de reas que deben ser comprendidas incluyen el contexto cul-tural, el racial, las reglas de la clase social, las influencias del contexto familiar, deltrabajo, de los estudios, las diferentes perspectivas en funcin del sexo, de laorientacin sexual, de la edad, del grupo de referencia, del contexto religioso, etc.Esa habilidad engloba tambin que el terapeuta sea capaz de evaluar en qumedida los problemas presentados por el paciente pueden derivarse de prejuiciospersonales o de la discriminacin en estructuras institucionales (Nelson-Jones,1998).

    Manejar conductas de escape/evitacin del paciente

    La habilidad de manejar las conductas de escape/evitacin del paciente incluyeidentificar su ocurrencia, analizar sus causas y presentar conductas capaces de redu-cirla o acabar con ella.

    Las conductas de huida/evitacin del paciente se pueden presentar en relacincon el proceso teraputico en general o con alguno de los procedimientos propues-tos. Ejemplos de conductas de escape/evitacin del paciente son el evitar hablarsobre determinados temas, retrasarse constantemente o faltar a las sesiones, seragresivo o distante, no realizar las actividades propuestas, etc. Algunas variablesrelacionadas con el paciente y su contexto que pueden favorecer la presentacin deesta clase de comportamientos incluyen el no haber buscado ayuda por decisinpropia, sentirse ansioso sobre cambiar o sobre el proceso teraputico, presentar difi-cultades para hablar de s mismo, expectativas pesimistas sobre el tratamiento, ideasinadecuadas sobre cmo el terapeuta debe actuar, dificultades para comprender losprocedimientos teraputicos, etc.

    Por otra parte, las habilidades teraputicas insuficientes o inadecuadas y los pre-juicios del terapeuta hacia el paciente pueden contribuir a que ste presente com-portamientos de escape/evitacin como no establecer una adecuada relacin con elterapeuta y no participar activamente en el proceso de solucin de sus problemas.Para afrontar estas dificultades, el terapeuta debe presentar habilidades de escuchaadecuada y de demostracin de comprensin; reflejar los comportamientos de

  • escape/evitacin del paciente; permitir que se hable en la sesin sobre sus dudas ymiedos; implicarle como miembro activo en la tarea de descubrir las causas de susproblemas y en la definicin de las alternativas para solucionarlos; ayudarle a identi-ficar sus propias razones para participar en la terapia; etc.

    En la terapia infantil, Kanfer, Eyberg y Krahan (1992) sealan algunas estrategiaspara manejar la evitacin del nio/nia. Sugieren que se presente de nuevo el temadel que el nio/nia ha evitado hablar y si la evitacin persiste, abordar otro asuntoy volver despus al tema inicial. Adems, se puede facilitar que el nio juegue mien-tras habla.

    En el siguiente apartado se pasar a comentar algunas de las habilidades delterapeuta especficas para el trabajo con nios.

    Habilidades del terapeuta conductual infantil

    El entrenamiento de terapeutas conductuales infantiles es un procedimientopoco explorado, que ha atrado poca atencin de investigadores, clnicos y profeso-res y cuya problemtica eventualmente se confunde con el cuadro general de la for-macin de terapeutas conductuales (Silveira, 2003).

    Shirk y Philips (1991) alertaron sobre el desafortunado estado del entrena-miento de terapeutas infantiles al estar, predominantemente, fundamentado enuna tradicin guiada por la experiencia y no por la experimentacin controlada.Por ejemplo, se ha prestado poca atencin a la realizacin de investigacionessobre qu habilidades del proceso son eficaces con nios (Kanfer et al., 1992).Adems, estos autores resaltan que la aplicacin directa de los datos de investi-gacin disponibles sobre terapeutas de adultos para la entrevista clnica infantil esinadecuada debido al grado de desarrollo del nio, a sus habilidades cognosciti-vas y verbales y a sus experiencias con el ambiente. Estas constataciones sugierenque el entrenamiento del terapeuta conductual infantil debe ser especfico(Silveira, 2003), ya que hay diversas particularidades en la prctica teraputicacon nios.

    Una gran parte de la peculiaridad del terapeuta infantil est centrada en lashabilidades de fomentar el juego con el fin de obtener datos y moldear comporta-mientos del nio (Conte y Regra, 2000; Kanfer et al., 1992; Knell, 1995; Painter,Cook y Silverman, 1999). Con relacin a esto, Shirk y Phillips (1991) comentan quesi la terapia de adultos es vista equivocadamente como un arte, la terapia infantiles, a su vez, indebidamente reducida a una nocin de jugueteo, lo que exigiratodava menos esfuerzos de investigacin dirigidos a identificar habilidades rele-vantes para los terapeutas infantiles y cmo entrenarlas. Sin embargo, llevar a caboactividades ldicas en el contexto clnico se constituye como una habilidad tera-putica altamente tcnica utilizada no slo en la entrevista de evaluacin sino tam-bin en la fase de tratamiento (Rayfield, Monaco y Eyberg, 1999; Knell, 1994,1995). Es un medio eficaz para construir una buena relacin teraputica, reducir lasdemandas verbales hechas para el nio y obtener un muestreo del contenido cog-nitivo del paciente (Kanfer et al., 1992), adems de ofrecer un contexto para que el

    152 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

  • terapeuta debilite determinados comportamientos del nio mientras fortalece otros(Silveira, 2003).

    Siguiendo la lnea del articulo, se presentan y comentan seguidamente las habili-dades que el terapeuta debe desarrollar para el establecimiento de una adecuada rela-cin teraputica con nios y algunas habilidades habitualmente indicadas comoaltamente relevantes para llevar a cabo la evaluacin y el tratamiento de problemasinfantiles.

    Las habilidades adicionales para el establecimiento de la relacin teraputicacon nios son: aclarar qu hace un terapeuta, ayudar al nio a identificar los pro-blemas, formular preguntas comprensibles por el nio, guardar el secreto y man-tener un contexto teraputico no punitivo. La Tabla 2 presenta una descripcin yalgunos comentarios sobre cada una de estas habilidades. El terapeuta infantildebe aprenderlas, entrenarlas y presentarlas para garantizar la alianza teraputicacon pacientes infantiles. En la Tabla 2 tambin se describen algunas de las habili-dades relevantes para la evaluacin y el tratamiento de problemas en nios. Estasincluyen el identificar comportamientos relevantes, la toma de decisiones, el esta-blecer contingencias, comunicarse con los padres del nio y con otros profesiona-les y realizar actividades ldicas. Esta ltima habilidad es, en general, la que sesuele sealar como ms caracterstica del terapeuta infantil. Aunque se encuentreen el apartado de habilidades para la evaluacin y el tratamiento, es importantetambin para la relacin teraputica. Es deicr, terapeutas poco hbiles en estarea pueden experimentar dificultades para establecer una relacin positiva con elpaciente infantil.

    La habilidad para realizar actividades ldicas se refiere al comportamiento dejugar, juguetear o desarrollar actividades ldicas manteniendo el humor y la relaja-cin cmo estrategia para evaluar o intervenir. Se combina con la habilidad paraorganizar contingencias, es decir, el terapeuta debe ser capaz de presentar ambashabilidades a la vez: ser capaz de debilitar determinados comportamientos del niomientras fortalece otros, jugando. Para esto, debe presentar la capacidad de reforzardiferencialmente, es decir, presentar consecuencias positivas para conductas ade-cuadas y no presentarlas para conductas inadecuadas. La premisa es que un com-portamiento indeseable no puede ocurrir cuando otro comportamiento concurrenteest en curso (Marinho, 2002; Knell, 1995).

    Cmo se observa en la Tabla 3, hay algunos comportamientos concretos que elterapeuta infantil debe ser capaz de presentar y que le confieren la caracterstica dehabilidoso en la realizacin de actividades ldicas en el contexto teraputico. Estoscomportamientos incluyen el aplicar refuerzo diferencial y extincin durante la acti-vidad ldica, obtener datos durante la misma, construir el vnculo teraputico mien-tras juega, seleccionar actividades ldicas apropiadas al objetivo de la sesinteraputica, adecuar el tiempo de las actividades de juego a la duracin de la sesinteraputica, variar las actividades ldicas durante la sesin y entre sesiones y dispo-ner los objetos y juguetes de forma adecuada en la sala de terapia. La Tabla 4 pre-senta un listado de actividades ldicas y su posible utilidad para debilitar y fortalecerdeterminados comportamientos en los nios.

    153Las habilidades del terapeuta

  • 154 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

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  • 155Las habilidades del terapeuta

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    Inclu

    ye la

    bs

    qued

    a o

    creac

    in

    de m

    ater

    iales

    y re

    cur-

    sos n

    eces

    ario

    s par

    a lo

    grar

    un

    objet

    ivo te

    rap

    utico

    en

    una

    sesi

    n

    Habi

    lidad

    par

    a ha

    blar

    con

    los p

    adre

    s y lo

    s pro

    fesio

    nales

    en

    trm

    inos

    ade

    cuad

    os a

    su ca

    paci-

    dad

    de co

    mpr

    ensi

    n y e

    stabl

    ecer

    clar

    amen

    te lo

    s obj

    etivo

    s de

    esos

    cont

    acto

    s en

    relac

    in

    con

    el af

    ront

    amien

    to d

    e lo

    s pro

    blem

    as d

    el ni

    o.

    Habi

    lidad

    par

    a ju

    gar y

    des

    arro

    llar a

    ctivi

    dade

    s ld

    icas c

    omo

    estra

    tegi

    a en

    la se

    sin

    tera

    pu-

    tica

    con

    nio

    s.

    Com

    nm

    ente

    , las

    inte

    racc

    ione

    s ent

    re lo

    s pad

    res y

    el n

    io

    conc

    entra

    n gr

    an p

    arte

    del

    inte

    rs

    clni

    co y

    el te

    rape

    uta

    infa

    ntil d

    ebe

    ser h

    bil e

    n id

    entif

    icarla

    s. El

    mt

    odo

    para

    esto

    es o

    bten

    erda

    tos a

    trav

    s d

    e di

    verso

    s med

    ios y

    reali

    zar e

    l an

    lisis

    func

    iona

    l de

    los c

    ompo

    rtam

    iento

    s del

    nio

    y de

    sus p

    adre

    s.

    Es im

    pres

    cindi

    ble

    que

    el te

    rape

    uta

    cono

    zca

    prof

    unda

    men

    te lo

    s tra

    storn

    os q

    ue p

    uede

    n pe

    r-tu

    rbar

    a la

    pob

    laci

    n in

    fant

    il y lo

    s pro

    cedi

    mien

    tos d

    e ev

    aluac

    in

    y tra

    tam

    iento

    s rec

    omen

    da-

    dos,

    adem

    s d

    e sa

    ber l

    levar

    los a

    cabo

    . Una

    estr

    ateg

    ia pa

    ra o

    rient

    ar la

    tom

    a de

    dec

    ision

    es e

    sha

    cerse

    y co

    ntes

    tarse

    pre

    gunt

    as q

    ue o

    rient

    en d

    ecisi

    ones

    gen

    erale

    s y co

    nduc

    tas p

    untu

    ales

    pres

    enta

    das e

    n ca

    da se

    sin.

    Qu

    in

    strum

    ento

    s se

    desti

    nan

    a ev

    aluar

    el p

    robl

    ema?

    Ha

    ysu

    perio

    ridad

    relat

    iva d

    e alg

    una

    form

    a de

    eva

    luac

    in

    o pr

    oced

    imien

    to d

    e in

    terv

    enci

    n so

    bre

    otro

    s?

    Cule

    s son

    los m

    iembr

    os d

    e la

    fam

    ilia q

    ue e

    stn

    disp

    onib

    les a

    colab

    orar

    en

    el tra

    ta-

    mien

    to?

    Con

    qui

    n e

    stabl

    ece

    el ni

    o in

    tera

    ccio

    nes c

    rtica

    s des

    de e

    l pun

    to d

    e vis

    ta d

    el m

    an-

    teni

    mien

    to d

    el pr

    oblem

    a?

    Hay n

    eces

    idad

    de

    obse

    rvac

    in

    dire

    cta

    o de

    aum

    ento

    en

    lafre

    cuen

    cia d

    e las

    sesio

    nes?

    El te

    rape

    uta

    nece

    sita

    dom

    inar

    la o

    rgan

    izaci

    n de

    esq

    uem

    as d

    e re

    fuer

    zo (p

    . ej.,

    pre

    sent

    arre

    fuer

    zo a

    nte

    cond

    ucta

    s ade

    cuad

    as, e

    xtin

    cin

    ante

    las i

    nade

    cuad

    as) y

    esta

    blec

    er co

    ntin

    gen-

    cias p

    ara

    el ap

    rend

    izaje

    de n

    uevo

    s com

    porta

    mien

    tos.

    Para

    ello

    util

    iza ju

    egos

    , jug

    uete

    s, lib

    ros

    infa

    ntile

    s, m

    sica

    , pre

    scrip

    cin

    de ta

    reas

    par

    a ca

    sa, e

    tc.

    Inclu

    ye o

    rient

    ar a

    los p

    adre

    s y m

    aestr

    os, p

    rese

    ntar

    info

    rmes

    a o

    tros p

    rofe

    siona

    les cu

    ando

    son

    solic

    itado

    s, et

    c.

    Inclu

    ye co

    mpo

    rtam

    iento

    s com

    o ob

    tene

    r dat

    os a

    trav

    s d

    e ju

    egos

    , con

    strui

    r la

    relac

    in

    tera

    -p

    utica

    mien

    tras j

    uega

    , apl

    icar p

    roce

    dim

    iento

    s de

    refu

    erzo

    y ex

    tinci

    n du

    rant

    e la

    sesi

    n,co

    ntro

    lar e

    l tiem

    po, e

    tc.

    Habi

    lidad

    Desc

    ripci

    nO

    bser

    vacio

    nes/

    Ejem

    plos

    HA

    BILI

    DA

    DES

    RELE

    VAN

    TES

    PARA

    LAEV

    ALU

    AC

    IN

    YEL

    TRA

    TAM

    IEN

    TOD

    EPR

    OBL

    EMA

    SIN

    FAN

    TILE

    S

  • 156 MARINHO, CABALLO Y SILVEIRA

    Tab

    la 3

    Com

    port

    amie

    ntos

    nec

    esar

    ios

    para

    rea

    lizar

    act

    ivid

    ades

    ldi

    cas

    com

    o es

    trat

    egia

    en

    la t

    erap

    ia in

    fant

    il

    1Ap

    licar

    refu

    erzo

    dife

    renc

    ial d

    uran

    tela

    activ

    idad

    ldi

    ca

    2Pr

    opor

    ciona

    r ext

    inci

    n du

    rant

    e la

    activ

    idad

    ldi

    ca

    3Ob

    tene

    r dat

    os m

    ientra

    s rea

    liza

    activ

    idad

    ldi

    ca

    4Co

    nstru

    ir el

    vncu

    lo te

    rap

    utico

    mien

    tras j

    uega

    5Se

    leccio

    nar a

    ctivi

    dade

    s ld

    icas

    adec

    uada

    s al o

    bjet

    ivo d

    e la

    sesi

    nte

    rap

    utica

    5Ad

    ecua

    r el t

    iempo

    de

    lasac

    tivid

    ades

    ldi

    cas a

    la d

    urac

    in

    dela

    sesi

    n te

    rap

    utica

    6Va

    riar l

    as a

    ctivi

    dade

    s ld

    icas

    dura

    nte

    la se

    sin

    y ent

    re se

    sione

    s

    7Di

    spon

    er lo

    s obj

    etos

    y ju

    guet

    es d

    efo

    rma

    apro

    piad

    a en

    la sa

    la de

    tera

    pia

    Se fo

    rtalec

    en lo

    s com

    porta

    men

    tos c

    oncu

    rrent

    es co

    n el

    com

    porta

    mien

    to in

    dese

    able.

    Igno

    rar c

    ompo

    rtam

    iento

    s cuy

    a fre

    cuen

    cia d

    e pr

    esen

    taci

    n se

    qui

    ere

    redu

    cir. T

    rata

    r de

    nore

    forz

    ar o

    casti

    gar u

    n co

    mpo

    rtam

    iento

    par

    a el

    que

    se h

    a in

    iciad

    o la

    extin

    cin.

    Reali

    zar a

    ctivi

    dade

    s que

    pos

    ibilit

    en la

    obs

    erva

    cin

    del c

    ompo

    rtam

    iento

    infa

    ntil y

    des

    crib

    ir o

    indu

    cir in

    form

    acio

    nes r

    eleva

    ntes

    par

    a el

    proc

    eso

    tera

    put

    ico. E

    xige

    capa

    cidad

    de

    obse

    rvac

    in,

    com

    pren

    sin,

    de

    hace

    r inf

    eren

    cias v

    lida

    s sob

    re lo

    s dat

    os y

    de ve

    rifica

    r la

    vera

    cidad

    de

    las h

    ipt

    esis

    plan

    tead

    as.

    Ser u

    n ag

    rada

    ble

    com

    pae

    ro d

    e ju

    ego:

    ser d

    iverti

    do, a

    legre

    , con

    bue

    n hu

    mor

    , com

    pren

    sivo

    y afe

    ctuo

    so.

    Elegi

    r act

    ivida

    des q

    ue p

    osib

    iliten

    obt

    ener

    dat

    os o

    reali

    zar i

    nter

    venc

    ione

    s rele

    vant

    es e

    n es

    tos

    mom

    ento

    s del

    proc

    eso

    tera

    put

    ico.

    Prog

    ram

    ar y

    reali

    zar l

    as a

    ctivi

    dade

    s ld

    icas d

    entro

    del

    tiem

    po d

    e la

    sesi

    n.

    El te

    rape

    uta

    debe

    ser c

    apaz

    de

    prog

    ram

    as a

    ctivi

    dade

    s ld

    icas d

    iversa

    s par

    a ob

    tene

    r los

    mism

    os o

    bjet

    ivos.

    As,

    podr

    ca

    mbi

    ar la

    s act

    ivida

    des a

    unqu

    e m

    ante

    nga

    los o

    bjet

    ivos.

    Adem

    s, e

    n un

    a m

    isma

    sesi

    n la

    decis

    in

    sobr

    e se

    guir

    en u

    n ju

    ego

    o ca

    mbi

    arlo

    dep

    ende

    r,

    tam

    bin

    , de

    los o

    bjet

    ivos d

    e la

    mism

    a.

    Los j

    uego

    s y ju

    guet

    es d

    eben

    ser i

    ngen

    iosa

    men

    te d

    ispue

    stos e

    n la

    sala

    de te

    rapi

    a de

    form

    aqu

    e no

    dist

    raig

    an a

    l ni

    o en

    mom

    ento

    s ino

    portu

    nos,

    pued

    an se

    r eleg

    idos

    por

    el p

    ropi

    oni

    o p

    ara

    juga

    r, et

    c.

    Aten

    tar p

    ara

    inclu

    so lo

    s ms

    sim

    ples

    com

    porta

    mien

    tos a

    decu

    ados

    y re

    forz

    arlo

    s,pr

    efer

    iblem

    ente

    con

    refu

    erzo

    nat

    ural,

    com

    o at

    enci

    n so

    cial.

    Aunq

    ue e

    l pro

    cedi

    mien

    to d

    e ex

    tinci

    n se

    a cla

    ram

    ente

    dist

    into

    del

    casti

    go, e

    n el

    cont

    exto

    aplic

    ado

    el te

    rape

    uta

    pued

    e, in

    adve

    rtida

    men

    te, r

    efor

    zar o

    casti

    gar u

    na co

    nduc

    ta e

    n ve

    z de

    extin

    guirl

    a.

    Se p

    uede

    obt

    ener

    dat

    os n

    o so

    lo p

    or m

    edio

    de

    preg

    unta

    s, sin

    o ob

    serv

    ando

    cm

    o el

    nio

    jueg

    a, lo

    s res

    ulta

    dos d

    e su

    s act

    ivida

    des,

    su p

    atr

    n de

    inte

    racc

    in

    con

    el te

    rape

    uta,

    con

    los

    padr

    es, c

    on o

    tros n

    ios

    . Se

    pued

    e ha

    blar

    mien

    tras j

    uega

    . Jug

    uete

    ar m

    ientra

    s hab

    la de

    situa

    cione

    s dif

    ciles

    ayu

    da a

    dism

    inui

    r la

    tens

    in

    del n

    io.

    Habl

    ar d

    e m

    aner

    a gr

    acio

    sa, u

    tiliza

    r fra

    ses d

    e in

    cent

    ivo o

    que

    sean

    dive

    rtida

    s y, a

    la ve

    z, ve

    rco

    rts y

    ate

    nto,

    llam

    ar a

    l ni

    o po

    r su

    nom

    bre,

    mira

    rle. T

    odo

    esto

    sin

    esta

    blec

    er fa

    milia

    ridad

    exce

    siva

    con

    el ni

    o, e

    s dec

    ir, m

    ante

    ner e

    l pap

    el de

    tera

    peut

    a.

    Las a

    ctivid

    ades

    no

    debe

    n se

    r eleg

    idas a

    l aza

    r, sino

    que

    deb

    en es

    tar r

    elacio

    nada

    s con

    los o

    bjetiv

    oste

    rap

    utico

    s de l

    a ses

    in q

    ue se

    est

    pro

    gram

    ando

    . Por

    ejem

    plo, s

    i se q

    uiere

    refor

    zar c

    ondu

    ctas

    de co

    oper

    acin

    , se d

    eben

    selec

    ciona

    r acti

    vidad

    es q

    ue im

    pliqu

    en ju

    gar c

    onjun

    tam

    ente

    (con

    struir

    cosa

    s, m

    arion

    etas

    , etc.

    ) en

    vez d

    e jue

    gos d

    e com

    petic

    in (a

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    , dom

    ino, e

    tc.)

    Los m

    inut

    os fi

    nales

    deb

    en se

    r util

    izado

    s par

    a re

    sum

    ir la

    sesi

    n, o

    rgan

    izar l

    a sa

    la, g

    uard

    arlo

    s jug

    uete

    s con

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    da d

    el ni

    o. E

    n es

    e m

    omen

    to, m

    ucho

    s ni

    os su

    elen

    quer

    er in

    iciar

    una

    nuev

    a ac

    tivid

    ad y

    el te

    rape

    uta

    debe

    sabe

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    ntar

    ese

    tipo

    de

    situa

    cin.

    Es i

    mpo

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    o se

    term

    ine

    la se

    sin

    con

    una

    activ

    ad o

    char

    la so

    bre

    un te

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    que

    gene

    rean

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    d. Lo

    s pun

    tos p

    osib

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    nsos

    de

    la se

    sin

    debe

    n se

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    os e

    n el

    med

    io d

    es

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    ebe

    habe

    r tiem

    po p

    ara

    cam

    biar

    de

    tem

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    ar a

    ctivi

    dade

    s que

    tran

    quilic

    en a

    lni

    o a

    ntes

    que

    se va

    ya d

    e la

    sesi

    n.

    Por e

    jempl

    o, e

    l ter

    apeu

    ta p

    uede

    insis

    tir u

    n po

    co e

    n m

    ante

    ner u

    na a

    ctivi

    dad

    cuan

    do tr

    abaja

    con

    nio

    s im

    pulsi

    vos o

    des

    aten

    tos.

    Los j

    uego

    s no

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    n es

    tar t

    odos

    disp

    onib

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    orqu

    e di

    ficul

    tara

    el a

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    e de

    los o

    bjet

    ivos

    de la

    sesi

    n (n

    o se

    reali

    zara

    n las

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    ivida

    des i

    mpo

    rtant

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    adem

    s d

    e fa

    cilita

    r con

    stant

    esca

    mbi

    os d

    e ac

    tivid

    ad.

    Com

    port

    amie

    nto

    Desc

    ripci

    nO

    bser

    vacio

    nes

  • 157Las habilidades del terapeutaTa

    bla

    4A

    ctiv

    idad

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    dica

    s, s

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    os q

    ue d

    eben

    ser

    deb

    ilita

    dos

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    osA

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    MIE

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    S A

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    RTA

    LECE

    R

    Pasti

    che l

    ibre

    Pasti

    che t

    emt

    ico

    Barro

    , plas

    tilina

    Conf

    ecci

    n de

    carte

    les

    Conf

    ecci

    n de

    tarje

    tas c

    on m

    ensa

    jes

    Dibu

    jos, p

    rodu

    ccin

    de p

    iezas

    arte

    sana

    les,

    prep

    arac

    in d

    e alim

    ento

    s, et

    c.

    Mu

    ecos

    y fa

    ntoc

    hes

    Dibu

    jar el

    cont

    orno

    del

    cuer

    po en

    el p

    apel

    Jueg

    os d

    e mes

    a

    Jueg

    os co

    n lp

    iz y p

    apel

    Jueg

    os d

    e exp

    resin

    o d

    ram

    tico

    s y p

    anto

    mim

    as.

    Se o

    jean

    revist

    as y

    las fi

    gura

    s rele

    vant

    es p

    or su

    s car

    acte

    rstic

    as p

    ositiv

    as o

    nega

    tivas

    se re

    corta

    n y s

    e peg

    an en

    un

    carte

    l.

    El ni

    o co

    mpo

    ne u

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    rtel c

    on fi

    gura

    s rec

    orta

    das d

    e rev

    istas

    que

    se re

    lacion

    enco

    n un

    tem

    a pro

    pues

    to (p

    .ej.,

    fam

    ilia, e

    scue

    la, ve

    rge

    nza,

    mied

    o, al

    egra

    , etc)

    .Se

    disc

    ute s

    obre

    el ca

    rtel.

    Esos

    mat

    erial

    es p

    uede

    n se

    ntirs

    e con

    los o

    jos ce

    rrado

    s y se

    les p

    uede

    dar

    muc

    has f

    orm

    as y

    mov

    imien

    tos.S

    e pue

    de ex

    plora

    r la e

    xper

    iencia

    sens

    orial

    y la

    form

    a de l

    a esc

    ultur

    a pue

    de d

    ar o

    rigen

    a m

    s av

    erigu

    acion

    es so

    bre l

    a vida

    del

    nio.

    Se h

    acen

    carte

    les co

    n dib

    ujos y

    pala

    bras

    en ca

    rtulin

    as o

    rgan

    izand

    o ev

    ento

    s,se