marlÍn yuranny gonzÁlez, voz (colombia)

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SERIE DE LOS JÓVENES INTÉRPRETES Miércoles 6 de mayo de 2015 7:30 p.m. Buenaventura, Auditorio Comfamar-Comfenalco Jueves 7 de mayo de 2015 7:30 p.m. Bogotá, Sala de Conciertos Biblioteca Luis Ángel Arango Viernes 8 de mayo de 2015 7:00 p.m. Armenia, Salón Colombia Armenia Hotel JUAN SEBASTIÁN CHAVES, guitarra (Colombia) ANDRÉS FELIPE COBO, bandola (Colombia) MARLÍN YURANNY GONZÁLEZ, voz (Colombia)

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Page 1: MARLÍN YURANNY GONZÁLEZ, voz (Colombia)

SERIE DE LOS JÓVENES INTÉRPRETES

Miércoles 6 de mayo de 2015 • 7:30 p.m. Buenaventura, Auditorio Comfamar-Comfenalco

Jueves 7 de mayo de 2015 • 7:30 p.m. Bogotá, Sala de Conciertos Biblioteca Luis Ángel Arango

Viernes 8 de mayo de 2015 • 7:00 p.m. Armenia, Salón Colombia Armenia Hotel

JUAN SEBASTIÁN CHAVES, guitarra (Colombia)

ANDRÉS FELIPE COBO, bandola (Colombia)

MARLÍN YURANNY GONZÁLEZ, voz (Colombia)

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TOME NOTA• Los conciertos iniciarán exactamente a la hora indicada en los avisos de

prensa y en el programa de mano. Llegar con media hora de antelación le permitirá ingresar al concierto con tranquilidad y disfrutarlo en su totalidad.

• Si al momento de llegar al concierto éste ya ha iniciado, el personal del auditorio le indicará el momento adecuado para ingresar a la sala de acuerdo con las recomendaciones dadas por los artistas que están en escena.

• Agradecemos se abstenga de consumir comidas y bebidas, o fumar

durante el concierto, con el fin de garantizar un ambiente adecuado tanto para el público como para los artistas.

• Durante el transcurso del concierto por favor mantenga apagados sus

equipos electrónicos, incluyendo teléfonos celulares, buscapersonas y alarmas de reloj. Esto ayuda a crear un ambiente propicio para disfrutar la música.

• Por respeto a los derechos de autor de los compositores e intérpretes,

no está permitido realizar grabaciones de audio o video ni tomar fotografías durante el concierto.

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La serie de los jóvenes intérpretes y el concierto de hoy

Desde 1985 la Serie de los Jóvenes Intérpretes es parte importante de la programación musical del Banco de la República. En algunos casos estos recitales son la primera experiencia profesional de los mejores estudiantes de música del país y, con el paso de los años, ha demostrado ser un aporte al crecimiento artístico de músicos cuyas carreras continúan desarrollándose tanto en Colombia como en el exterior.

La convocatoria de la Serie de los Jóvenes Intérpretes 2015 contó con siete participantes inscritos en la categoría canto popular. Marlín Yuranny González fue la única cantante popular seleccionada para presentarse en la serie de los jóvenes intérpretes 2015.

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Realizó estudios en la casa de la cultura del municipio de Dagua (Valle del Cauca) y en la Escuela de Música de Chicoral, en el mismo departamento, bajo la dirección de Oliva Agudelo; allí perteneció al grupo dirigido por Fernando Salazar, con el que participó en diversos festivales y obtuvo excelentes reconocimientos. Ocupó el primer puesto vocal en el Festival Nacional del Pasillo Colombiano, realizado en Aguadas (Caldas) en 2011, así como en la II Bienal de Música Andina Colombiana y en el Festival Nacional del Bambuco Luis Carlos González (premio a la mejor interpretación), en 2012. Fue seleccionada para actuar en la Serie de los Jóvenes Intérpretes 2015 del Banco de la República.

En su carrera como solista, que inició en el año 2012, ha participado en diversos festivales de música colombiana. Ocupó el segundo puesto con una obra inédita vocal tradicional en el Festival Nacional del Bunde Gonzalo Sánchez, en 2013, en El Espinal (Tolima), y el primer lugar en el Concurso Nacional del Bambuco 2013, en Pereira (Risaralda). Fue finalista y recibió reconocimiento especial en el Festival de Música Andina y Campesina Colono de Oro, en 2014, en Florencia (Caquetá), lo mismo que en el Festival Hatoviejo COTRAFA de Música Andina y Llanera Colombiana, realizado en Bello (Antioquia). También participó en el Festival Mono Núñez en 2014.

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INTERMEDIO

JORGE MOLINA (1898-1927)Letra: Vicente Medina (1866-1937)

MARLÍN GONZÁLEZ (n. 1995)

RODRIGO SILVA (n. 1945)

JOSÉ A. MORALES (1913-1978)

LUIS URIBE BUENO (1917-2000)

JOSÉ MACÍAS (1912-2003)

LUIS MARIO MORALES (n. 1956)Letra: Sonia Obando de Carvajal (s.d.)

ÁNGELA MARÍA MONCADA (s.d.)Letra: Andrés Felipe Cobo (1976)

MARLÍN GONZÁLEZ

LUIS ENRIQUE ARAGÓN (n. 1951)

JAIME ECHAVARRÍA (1923-2010)

JORGE HUMBERTO LAVERDE (n. 1960)

DIEGO ESTRADA (1936-2011)

IVÁN COCHERÍN (s.d.)Letra: Carlos Botero (1927)

MARÍA VICTORIA ROMERO (n. 1970)

Las acacias

A mi viejo

Amor marino

El corazón de la caña

Qué importa

Ojos miradme

Todo lo amo en ti

Canta bandola

Me contaron

Como si fueras la luna

Cuando voy por la calle

Te quiero libre

Este vacío que dejaste

Sangre de café

Conclusión

CONCIERTO No. 24

PROGRAMA

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NOTAS AL PROGRAMA

Por Manuel Bernal Martínez

Dialogar con Marlín Yuranny González me trajo una sorpresa, pues me encontré con una aparente paradoja: es una mujer joven, de escasos 19 años, que le canta a la nostalgia, a su nostalgia. «Esta música siempre ha estado en la familia —comenta de entrada—… [mis ancestros] tenían un grupo familiar de mucho tiempo atrás y tocaban música andina, carranga, otras músicas populares». Aprendió con su padre desde muy pequeña, cantando en las ferias y festividades populares de su región (Dagua, Valle del Cauca), y paralelamente cantó en el coro de la iglesia durante nueve años, acompañada siempre por su papá en la guitarra. Actualmente se encuentra radicada en Cali realizando estudios universitarios. Su vida anterior se desarrolló en la vereda El Pajar, algo lejana de la vereda de Chicoral, en donde tomó fuerza el proceso desarrollado por la Fundación Música de Chicoral, cuya principal agrupación tuvimos en esta sala hace dos años. Conocedora de las actividades de la fundación, en 2006 se presentó en el Concurso de Música Andina Premio Solitario Andino, obtuvo el primer lugar y se vinculó de manera un tanto irregular al proceso de Chicoral, ya que los desplazamientos desde su vereda eran muy difíciles. En 2009 consiguió una “madrina” que desde entonces la apoyó para transportarse a Chicoral, en donde, además de la formación musical, recibió talleres de expresión corporal y participó en trabajos de seguridad en el escenario.

«La música tradicional me hace acordarme de lo que viví cuando era niña… las parrandas… mis abuelos bailaban pasillo, la familia cantaba…». Es por eso que hablo de su nostalgia, que se verá reflejada en una parte del repertorio de este concierto, del cual dice que canta frecuentemente en serenatas y en otros espacios cerrados, pues es importante que no se pierda la esencia. La otra parte tiene que ver con la música que circula en el prácticamente inevitable espacio de los festivales y concursos en los que se ha desarrollado su vida artística: «Realmente, voy porque me apasiona cantar y son los únicos escenarios para mostrarse. La dinámica es muy competitiva y el ambiente se carga de energía maluca… aunque son escenarios de retos personales interesantes. En los que no son concursos, la cosa es distinta y se comparte mucho más; todos aprendemos de todos».

En el concierto de hoy nos presentará dos obras de su autoría, que define como tradicionales. Afirma también que ese “bichito” de la composición siempre ha estado ahí, en ella, desde muy pequeña, cuando «me desaparecía de la casa y aparecía por allá en el cafetal, cantando». Los textos de muchas de las canciones iniciales los copiaba su madre, quien a veces también la grababa mientras cantaba. Yuranny compone por la necesidad de volver música sus vivencias, y es por ello que A mi viejo (“Le voy a cantar a mi viejo amado… porque me ha enseñado a vivir la vida, a hacer siempre el bien”) y Me contaron (“Se murieron mis viejos, pero su recuerdo no”) son sentidos homenajes a su historia familiar, enmarcada en la historia regional.

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En el repertorio que ella misma denomina tradicional encontraremos canciones y compositores famosos. Las acacias, un pasillo dado a conocer en 1916, con texto del poeta español Vicente Medina Tomás (1866-1937), es tal vez la canción más conocida de Jorge Molina Cano (1898-1927), sobrino del fundador del diario El Espectador. Molina fue institutor, egresado de la Normal de Varones de Medellín, y se cuenta que a temprana edad se fue a países centroamericanos con su tiple “a buscar inspiración y fortuna”. Al regresar a Colombia, en el año 1920, se desempeñó como profesor en el Gimnasio Moderno de Bogotá, pero no duró mucho tiempo en el cargo debido a su adicción al alcohol y a la vida bohemia nocturna. Virtuoso del tiple y autodidacta, murió a temprana edad.

El corazón de la caña es, a juicio de quien esto escribe, uno de los bambucos de denuncia social más estremecedores que compusiera José Alejandro Morales López (1913-1978). Baste para ilustrar ello un fragmento de su texto:

Lo mismo cortan las vidas por el placer de cortarlaspara que quede la tierra con dolores en el alma,

porque a las manos labriegas que saben acariciarlalas cortan como a la caña, por el placer de cortarlas.

La existencia de alguien de la importancia de Morales jugó un doble y contrastante papel: por un lado, generó reconocimiento nacional e identificación regional (tan cara a los santandereanos), pero por otro, siguió afirmando un canon estilístico que se siente cada vez más atado al pasado, especialmente para las generaciones urbanas que crecen con la influencia de músicas comerciales transnacionales.

José de Jesús Mazo Martínez (1912-2003), conocido en el mundo artístico como José Macías, compuso en 1938 el bello bambuco Ojos, miradme, «dedicado a la hermosa joven Celia Díaz, de quien se enamoró profundamente y a la que después de varios años de noviazgo hizo su esposa». En Armenia conformó el trío Alma criolla, por el que pasaron cantantes como Evelio Moncada y Sedy Cano, inicialmente, y luego Obdulio Arias, Eladio Espinosa y Octavio Ríos. Terminada la vida del trío, conformó con Octavio el famoso dueto Ríos y Macías, considerado por muchos conocedores uno de los mejores en la historia de la canción regional. En 1954 obtuvo el primer premio en el Festival Internacional de la Canción, en Sevilla, España, con su bambuco Muchacha de risa loca. Como anécdota, cabe anotar que, después de treinta años de gestiones para recibir su licenciatura en música, finalmente le fue concedida en 1994, a sus 82 años de edad.

Por su parte, Luis Uribe Bueno (1917-2000), contrabajista y arreglista en la orquesta de Lucho Bermúdez y gran animador de la escena cultural en las décadas centrales del siglo pasado, se caracterizó por la disciplina y dedicación en el estudio y la promoción de la música andina. La mayor parte de su labor transcurrió en la capital antioqueña, desempeñándose en la Dirección de Extensión Cultural Departamental, desde donde impulsó iniciativas como el Programa de

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Reactivación de Bandas Municipales, y programas didácticos que contribuyeron al fortalecimiento de la música local. Otra faceta importante de su vida tuvo que ver con el apoyo a incontables artistas y agrupaciones, a las que suministró gran cantidad de sus composiciones. Una de las más conocidas es el pasillo Qué importa, de estructura sencilla y poco desarrollo temático si se le compara con otras de sus obras, ya que se basa en dos cuartetas que comparten los últimos dos versos.

Entre los compositores nacidos en las cuatro primeras décadas del siglo XX tenemos más ejemplos. Del antioqueño Jaime Rudesindo Echavarría Villegas (1923-2010) escucharemos una de sus más famosas canciones: el vals Cuando voy por la calle que, por su estilo, se acerca mucho más a lo que estaba realizándose en Perú o en Ecuador para la misma época de su composición, que a lo que se componía en nuestro país. Con una activa vida profesional, política y musical, “Jaime erre” es la muestra de una influencia que no alcanzó gran impulso en Colombia cuando todavía se debatía entre la tradición bucólica del vals/pasillo y las tendencias de modernización en los textos y armonías.

Según algunas publicaciones, Sangre de café fue la canción premiada con el Centauro de Oro en el I Festival de la Canción en Villavicencio, en el año de 1962. El autor de su texto es Carlos Botero Herrera (n. 1927), oriundo del departamento de Caldas (Aguadas o Samaná, dependiendo de la fuente) pero que realiza toda su obra literaria, cultural y periodística en el departamento del Quindío. De la misma manera que lo hiciera Luis Carlos González en Pereira y con igual impacto en la identidad regional, en este caso del Quindío, a su producción poética se sumaron notables músicos de la región. Para este tema, que le canta a la tristeza por la partida de una chapolera luego de la temporada de cosecha de café, hizo la música Jesús González, también escritor y cuyo nombre artístico fue Iván Cocherín, nacido en Manizales (Caldas) y quien desarrolló gran parte de su obra en el municipio de Calarcá.

Mucho más conocido por su vinculación como bandolista y compositor de algunas obras en el Trío Morales Pino que por la autoría de canciones, Diego Estrada Montoya (1936-2011) marcó un hito en la música instrumental y en el cambio de estilo en la interpretación de la bandola. Fue siempre una persona de recio carácter, que discutía con vehemencia y que defendía sus posiciones con verdadera pasión, lo cual puede corroborarse al escucharlo, aunque en sus interpretaciones también mostraba esa exquisita sensibilidad que poseía. Su vals Este vacío que dejaste nació del dolor que le dejó la partida de un ser muy querido: su hija. Pero más que reconocernos en la pena, su letra devela la dimensión del amor de un ser humano por otro, hasta la renuncia total, como lo dice en su última estrofa:

Y cuando Dios te consienta,dile que yo te quería;si eres feliz a su lado,

que le perdono mi herida.

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Esta obra se hizo merecedora del primer premio a obra inédita vocal en el Festival Mono Núñez de 1993.

Amor marino es una danza de tempo más bien rápido, que en la grabación original por el dueto Silva y Villalba tiene cierto carácter antillano: semejante al danzón, por el manejo del bajo, o al bolero son, por el golpe de acompañamiento del tiple. De alguna manera, esta obra es cercana (¿precursora?) a lo que posteriormente sería la denominada música “de despecho”, debido su temática de amores trastocados en los la que la mujer o el mismo amor son negados o malditos cuando ya no son fuente de placer. El texto compara al abandono con un velero o con una gaviota que se alejan. Es muy conocido y repetido el fragmento que dice «… Me da lo mismo que se vaya, que se quede o que se muera». Su compositor, el huilense Rodrigo Silva Ramos (n. 1945), conformó en 1967 el dueto Silva y Villalba en una cantina de la población de El Espinal (Tolima), en unas festividades de San Pedro. Dice Silva que «… entonces allí nos conocimos con Álvaro Villalba; él estaba en una mesa con los amigos, familiares, mirando un desfile, cantando… hicimos una sola mesa y allí nació el dueto». Se hicieron conocer en 1968, cuando concursaron por la Orquídea de Plata, premio que otorgaba la emisora Nuevo Mundo, en Bogotá. «Después de la Orquídea de Plata nos volvimos artistas exclusivos de Phillips», comenta. También se presentaron en el radioteatro La hora de los novios, en Radio Santa Fe, por donde pasaron y consolidaron su carrera artística innumerables músicos. El primer disco de larga duración que grabaron fue Viejo Tolima, en 1970, producción que los lanzó a la fama y a la que siguieron otras muchas, dos de ellas en España, que han tenido muy amplia acogida.

Entramos ahora en el repertorio que empezó a conocerse en los espacios de los concursos y festivales de la región andina a finales de la década de 1970 y comienzos de la de 1980. A pesar del discurso predominante en comunicados y bases de concursos, que siguen el modelo folclórico del rescate de algo que se considera —apocalípticamente— en vías de extinción, la apertura de espacios para obras inéditas dio nuevo aliento a la composición, permitió la circulación de nuevas obras y, como no, dejó entrar las influencias musicales del momento. El bolero y las armonías del filin cubano y la bossa-nova brasileña encontraron muchos ecos en Colombia, y en músicas muy diversas.

Al tolimense Luis Enrique Aragón Farkas (n. 1948) se le conoció durante algún tiempo como el compositor de la luna, porque algunas de sus más conocidas canciones hacen referencia directa a ella o la incluyen en alguna parte del texto (en Mi sueño, una de sus más conocidas, dice “… y tengo el antifaz que usa la luna cuando vuela, con su manto de sirena y su traje de arlequín…”). Por supuesto, la más representativa de todas es Como si fueras la luna, un hermoso bambuco que integra lo más tradicional del género con progresiones y modulaciones de muy buen gusto, además de una exigente línea melódica que combina fragmentos de muy poco movimiento pero con muchos cambios armónicos (piénsese como referente en Samba de uma nota so, de Tom Jobim) con secciones de amplios

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intervalos. Esta canción fue ganadora del primer premio a obra inédita vocal en el Festival Mono Núñez de 1994.

Las influencias de la balada, tal vez las más claramente identificables en los géneros locales y especialmente en artistas antioqueños, pueden escucharse en muchas obras. El pasillo Te quiero libre fue la canción ganadora en el concurso Luis Uribe Bueno de las EEPP de Medellín, en la modalidad de obra inédita. Su autor es Jorge Humberto Laverde Montoya (n. 1960), compositor, arreglista y guitarrista nacido en Medellín, ganador también en los más importantes concursos de la región andina. Ha musicalizado textos de otros autores y se dedica a la grabación musical en sus propios estudios. Uno de los aspectos más interesantes de Te quiero libre es que sus estrofas están organizadas en tres versos, mientras que el coro lo está en cuatro versos. Otro ejemplo en este sentido es el del pasillo Todo lo amo en ti, coautoría de Sonia Obando de Carvajal en la letra y Luis Mario Morales Rivera en la música. Integrante del dueto Nueva Gente, con una larga y fructífera trayectoria artística, Morales comentaba recientemente que las proporciones se han invertido: hace años el grupo cantaba más repertorio local; hoy en día, el público les pide más baladas y boleros.

Conclusión es un bambuco fiestero que, de manera jocosa, establece la comparación entre lo que piensan el hombre y la mujer “en cuestiones del querer”; siguiendo este hilo y según su compositora, «surge de un análisis profundo de los pensamientos y comportamientos de ambos géneros» para llegar a una conclusión: al final de cuentas, todos queremos darnos “caricias, abrazos, besitos y luego… ¡ay, Dios!” María Victoria Romero Vieco (n. 1965), odontóloga de profesión, creció en un medio musical por excelencia: sobrina de Carlos Vieco e hija de Víctor “El Chato” Romero, empezó a componer desde los doce años y ha recorrido una amplia trayectoria como integrante de agrupaciones aficionadas, entre ellas el coro familiar Lumine, que se dedica a difundir la obra de su padre. En épocas más recientes se decidió a cantar en un dueto femenino y a dar a conocer sus composiciones, con lo que ha obtenido primeros puestos y reconocimientos en importantes festivales.

Reseño, por último, Canta, bandola, cuyo texto está en la línea de las canciones dedicadas a instrumentos musicales en las que estos representan la nacionalidad, hacen eco de los sentimientos o son los confidentes de quien canta: “escucha mi corazón… no olvides tu trémolo de amor… vive en tu caja el amor… símil a un arte de Dios… me he vuelto a enamorar…”. El texto es de Andrés Felipe Cobo (1976), quien ha acompañado en la bandola a Marlín Yuranny prácticamente desde sus inicios como solista; la música es de Ángela María Moncada Gómez, de la dinastía Moncada del departamento del Quindío, notable compositora, productora, docente y arreglista musical, con una amplia trayectoria en los festivales de música andina, y que actualmente se dedica a la asesoría vocal e instrumental de nuevos intérpretes de música andina colombiana.

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Finalmente, dejo las palabras de nuestra cantante de hoy en relación con lo que quiere ofrecer a los asistentes a su concierto: «Si son jóvenes, les voy a mostrar lo que nos pertenece, [que era] cuando le cantábamos a las cosas bonitas. Si son personas mayores, les cantaré para que recuerden y evoquen.»

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TEMPORADA DECONCIERTOSBANCO DE LA REPÚBLICA 2015

Foto: Sara Milena Sierra

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Martín Guzmán Laura del Sol Jiménez

Corredor 4teto