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La internacionalización de la educación superior en El Salvador.
Retos y oportunidades
Mauricio Armando Aparicio Amaya
Resumen
La internacionalización de la educación es un proceso que consiste en la adecuación de
los procesos de enseñanza-aprendizaje a las nuevas demandas en el mundo globalizado.
Es necesario distinguir entre globalización e internacionalización de la educación, puesto
que en algunos casos debido a las características similares de ambos procesos, pueden
generar confusión o distorsión que dificulten su adecuada comprensión.
Los centros de estudios superiores en El Salvador han iniciado de manera diferenciada el
proceso de internacionalización tanto en sus modalidades como en la intensidad de esos
procesos. En el presente artículo se presentan algunas diferencias entre globalización e
internacionalización de la educación, así como, se plantean algunos avances realizados
principalmente por la Universidad Francisco Gavidia, con el objeto de generar debate
sobre esta dinámica y cuáles serían los principales retos y oportunidades que deberá
enfrentar la sociedad salvadoreña, frente a los desafíos que ha impuesto la globalización,
teniendo en cuenta el avance de la tecnología, el acceso a la información y la búsqueda
de conocimiento disponible en la red.
*****
La educación es un derecho humano fundamental, esencial para poder ejercitar todos los
demás derechos. La educación promueve la libertad y la autonomía personal y genera
importantes beneficios para el desarrollo (UNESCO). El art. 53 de la Constitución de la
República de El Salvador señala que “El derecho a la educación y a la cultura es
inherente a la persona humana; en consecuencia, es obligación y finalidad primordial del
Estado su conservación, fomento y difusión.” (AL, 1983)
Sobre la educación superior la constitución señala que (art. 61): “… se regirá por una ley
especial… El Estado velará por el funcionamiento democrático de las instituciones de
educación superior y por su adecuado nivel académico.” (AL, 1983). La Ley de educación
superior1 que se encuentra vigente desde 2004, establece entre sus considerandos: “Que,
a más de ocho años de vigencia de la referida ley, la experiencia obtenida durante su
aplicación y los cambios tecnológicos producidos a nivel internacional, determinan nuevas
condiciones y exigencias en el campo educativo nacional, que es preciso considerar y
atender; a fin de potenciar la calidad, fortalecer las instituciones de educación superior y
propiciar la formación de profesionales aptos para competir en el ámbito de la
globalización.” (MINED)
En ese sentido, puede afirmarse que la educación superior es materia de primordial
interés del Estado, en cuanto esta permite que cada ser humano adquiera los
conocimientos, las competencias, las actitudes y los valores necesarios para forjar un
futuro sostenible, y que pueda insertarse laboralmente en el plano nacional e
internacional. Misma que es ajustada de conformidad con los avances tecnológicos y
adecuada a las demandas y exigencias sociales en el nuevo siglo.
La educación superior, al igual que la educación básica y media, se encuentra sometida a
permanentes procesos de reforma. En el ámbito centroamericano, desde la década de los
noventas, significó una gran expansión de la matrícula universitaria y una proliferación de
nuevas instituciones de educación superior en su gran mayoría de carácter privado.
Hasta los primeros años del siglo XXI, se contabilizaban 155 universidades en la región,
de las cuales 140 eran privadas: Costa Rica (52), Nicaragua (42), El Salvador (26),
Honduras (10), Panamá (15) y Guatemala (10). (Digital Observatory for Higher Education
in Latin America and the Caribbean, 2004).2 En El Salvador, además de las universidades
funcionan 41 institutos especializados (López Eguizábal, F., 2015).
1 Decreto Legislativo No.468, de fecha 14 de octubre de 2004. 2 En la actualidad el número de centros de educación superior en El Salvador poco ha variado: Universidad Tecnológica de El Salvador, Universidad Evangélica de El Salvador, Universidad Francisco Gavidia, Escuela de Comunicación Mónica Herrera, Escuela Superior de Economía y Negocios ESEN, Universidad Centroamericana José Simeon Cañas, Universidad Don Bosco, Universidad Dr. José Matías Delgado, Universidad de El Salvador, Universidad Gerardo Barrios, Universidad Albert Einstein, Universidad Cristiana de las Asambleas de Dios, Universidad de Oriente, Universidad Nueva San Salvador, Universidad Politécnica de El Salvador, Universidad Andrés Bello, Universidad Panamericana de El Salvador, INCAE Business School, Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer, Universidad Autónoma de Santa Ana, Universidad Católica de El Salvador, Universidad Modular Abierta, Universidad Pedagógica de El Salvador, Universidad Luterana Salvadoreña.
A principios del presente siglo, el Consejo Superior Universitario Centroamericano,
CSUCA, inició un trabajo sistemático en materia de evaluación y acreditación de la
educación superior con la creación en 1998 del Sistema Centroamericano de Evaluación y
Acreditación de la Educación Superior, SICEVAES, cuyo proceso de concertación
regional condujo a la constitución e instalación del Consejo Centroamericano de
Acreditación de la Educación Superior, CCA, en noviembre de 2003. (A. Alarcón y J. F.
Luna, 2003)
Estos procesos, fueron objeto de presiones extra regionales en el contexto de la
liberalización del comercio y de los servicios –principalmente a través de los Tratados de
Libre Comercio-, dando paso al surgimiento de nuevas redes académicas y alianzas
globales, acompañadas de las denominadas modalidades virtuales e híbridas de
enseñanza-aprendizaje, las cuales se apoyan en el avance de las tecnologías de la
información y de la comunicación.
Lo que ha derivado en la conformación de un modelo tripartito de educación superior, en
donde participan tanto instituciones públicas y privadas locales, como entidades privadas
internacionales que constituyen los denominados Nuevos Proveedores Externos de
educación superior. Cabe señalar, pese a su inminente presencia en el entorno de la
educación superior nacional, las actividades de esas instancias educativas
internacionales, no se encuentran reguladas de manera especial en la Ley de educación
superior. Sin embargo, cada día más su presencia es destacada principalmente debido a
la proliferación de alianzas que suscriben con las instituciones de educación superior
legalmente establecidas en el país.
La internacionalización de la educación superior es comprendida de diferentes maneras.
Para algunos autores, consiste en la movilidad académica de profesores y estudiantes,
así como las vinculaciones internacionales, la adopción de nuevos programas académicos
e iniciativas de investigación de manera asociada. Para algunos otros, significa la
educación en países diferentes a los de origen, con diferentes planes de estudio y empleo
de diversas técnicas presenciales (bis a bis) y a distancia. La internacionalización también
puede significar, la inclusión de una dimensión intercultural y global en el plan de estudios
y del proceso de enseñanza / aprendizaje. Asimismo, algunos otros autores consideran a
la internacionalización como proyectos de desarrollo educativo con mayor énfasis en el
comercio. (H. de Wit, I. C. Jaramillo, J. Gacel-Ávila y J. Knight / Editores, 2005)
Según Knight, la internacionalización de la educación superior, se refiere al proceso de
integrar la dimensión internacional a las funciones de docencia, investigación y servicio
que desempeñan las instituciones de educación superior. En tanto, esta dimensión se
relaciona más con el valor académico de las actividades internacionales que con la
motivación económica. Con frecuencia se suele usar el término “internacionalización sin
ánimo de lucro”, señala esta autora, para diferenciar la educación internacional, del
comercio de servicios educativos (Trade and Higher Education Services: The implications
of GATS. Report, 2002).
En resumidas cuentas, existen tres tipos de actividades transnacionales que se refieren a
la internacionalización: Intercambios y sociedades internacionales, operaciones
transnacionales de riesgo comercial, y proyectos de desarrollo e investigación
internacional.
Según Jocelyne Gacel-Ávila, para enfrentar los retos que impone el nuevo orden
internacional, “los universitarios de hoy deben conocer y participar en el mayor número de
ámbitos de conocimiento –pensar y prepararse en una perspectiva global- para que sus
competencias sean aprovechadas en el mayor número de contextos sociales, en primera
instancia a escala local” (Internacionalización de la Educación Superior en América Latina
y el Caribe. Reflexiones y Lineamientos, 1999). Esta autora considera que
internacionalizar la universidad significa repensarla, desde su misión y funciones
sustantivas, el estilo de gestión universitaria, hasta su manera de impartir la docencia, las
formas de hacer investigación y brindar servicios a la comunidad.
Todo esto, conduce a pensar que el proceso de internacionalización de las universidades
implica un verdadero cambio de cultura y estructura institucionales, tomando en cuenta
que el cambio existe solo cuando la transformación es profunda y significativa. De tal
manera que la internacionalización de la educación superior en El Salvador debería ser
abordada mediante un proceso o método integral, que involucre los niveles institucional,
sectorial y nacional.
Al nivel nacional y sectorial los retos se enmarcan en una dinámica de inserción a través
de las políticas, los recursos, los programas y las estructuras que la regulan a la
educación superior. En el ámbito nacional intervienen tanto entidades gubernamentales
como no gubernamentales, involucradas en la internacionalización de la educación. Por la
parte gubernamental, suele incluirse carteras o ministerios de educación, de relaciones
exteriores, ciencia y tecnología, cultura, trabajo, migración, negocios y comercio, áreas
vinculadas directa o indirectamente con la dimensión internacional de la educación
superior.
A nivel institucional y particular, el proceso de internacionalización requiere de la
interpretación y adopción de un paradigma innovador, que conlleva retos y oportunidades.
Esto requiere que dentro de cada una de las entidades que se dedican a la educación
superior en El Salvador, se preparen los cuadros académicos, investigativos y
administrativos necesarios a fin de poder brindar servicios de calidad para grupos
humanos que aumentan constantemente y cuya demanda de conocimiento no se limita a
la tradicional transmisión de datos e información, puesto que tienen acceso a la red
(internet), sino que cada vez son más exigentes y demandan nuevos paradigmas
formativos.
La dinámica de la educación superior en el mundo se encuentra en un proceso de cambio
acelerado, producto de diversas circunstancias y razones, como ya se han anotado: los
servicios avanzados de comunicación y de tecnología; mayor movilidad de la mano de
obra internacional; profundización de la economía de mercado y la liberalización
comercial; propagación del enfoque de la sociedad del conocimiento y del aprendizaje
para toda la vida; mayor inversión privada y deterioro de la participación pública en la
educación (H. de Wit, I. C. Jaramillo, J. Gacel-Ávila y J. Knight / Editores, 2005).
En ese sentido, la dimensión internacional de la educación superior es cada vez más
importante y a la vez más compleja. (H. de Wit, I. C. Jaramillo, J. Gacel-Ávila y J. Knight /
Editores, 2005). Hoy en día no está fuera de la realidad que desde San Salvador se tome
un curso que está siendo impartido por profesores japoneses radicados en los Estados
Unidos, o que estudiantes europeos atraviesen el Atlántico para cursar estudios
superiores de postgrado que les permiten conocer de cerca las realidades
latinoamericanas, ajenas a su entorno natural. Es decir, que tanto de manera presencial
como virtual, los procesos de internacionalización de la educación superior, se han
convertido en una verdad y realidad presente en todas partes del globo terrestre.
Para satisfacer el incremento de la demanda de educación superior a escala planetaria,
se ha mencionado, surgen nuevos proveedores, nuevos métodos de enseñanza y nuevos
tipos de programas educativos a distancia (interactivos). De tal manera que, los nuevos
tipos de proveedores trabajan en el suministro de programas de educación superior tanto
nacional como internacionalmente. Acá debe señalarse, que a pesar de que la ley de
educación superior en El Salvador es de reciente creación (2004), no se aborda en ella el
tema de regulación de la internacionalización, hace hincapié en la evaluación y
acreditación tradicionales, pero no regula de manera expresa lo relativo a la
internacionalización de la educación nacional. He ahí un primer y trascendental reto de las
autoridades nacionales.
A demás de las universidades, como se ha anotado, surgen nuevos proveedores de la
educación superior internacionalizada, apareciendo en escena compañías de medios,
como Pearson (Reino Unido) y Thomson (Canadá), compañías multinacionales como
Apolo (Estados Unidos), Informatics (Singapur) y Aptech (India) (H. de Wit, I. C. Jaramillo,
J. Gacel-Ávila y J. Knight / Editores, 2005), los cuales, a su vez hacen uso de plataformas
virtuales como Coursera y Sakai (Estados Unidos), y hacen uso de softwares como
Moodle que facilitan la formación online de manera virtual. Herramientas y recursos
tecnológicos que si lugar a duda, favorecen la internacionalización de la educación.
Generalmente los nuevos proveedores se ocupan principalmente de la enseñanza y de la
capacitación, ofreciendo libremente sus servicios, sin que se orienten necesariamente a la
investigación científica. Lo cual requiere de políticas públicas en el plano de la educación
superior, para garantizar la acreditación de los contenidos, programas y educadores, entre
otros, tanto en el plano nacional como en el internacional.
De conformidad con GATE (Global Alliance for Transnational Education)3, la educación
superior transnacional consiste en: “...cualquier actividad de enseñanza o aprendizaje en
3 Agencia que se dedica a la acreditación de la educación superior transnacional, desde 1995. Esta Agencia fue transferida a la Asociación de Educación a Distancia de los Estados Unidos en 2003. Para más detalle se puede acceder al sitio: http://www.jones.com/companies/gate
la cual los estudiantes están en un país diferente (el país huésped) de aquel al cual
pertenece la institución proveedora (el país proveedor). Esta situación requiere que las
fronteras nacionales sean cruzadas por información educativa y por los profesores [-
estudiantes] y/o materiales educativos”. (Fanelli, s/f)
Para las universidades de los países proveedores, la educación transnacional es una
nueva oportunidad de diversificar las fuentes de financiamiento, como ha sido el caso de
las universidades británicas que debido a la estrechez del financiamiento público, se
vieron en la necesidad de incrementar su actividad exportadora hacia países asiáticos,
Israel y al sur de Europa, mientras que el amplio y diversificado sistema norteamericano
de instituciones de educación superior han ganado espacios en el plano internacional, en
el que América Latina se convierte en uno de sus mercados potenciales (Fanelli, s/f).
Se pude señalar que la educación superior transnacional adopta seis modalidades de
acuerdo con lo que plantea el GATE, siendo éstas: la educación a distancia, la educación
a distancia apoyada localmente, programas gemelos, programas articulados, sedes
locales de instituciones extranjeras y acuerdo de franquicia.
Internacionalización y ayuda para el desarrollo
Con frecuencia el concepto de la cooperación internacional se utiliza para referirse de
manera genérica a las múltiples relaciones que mantiene, un sector o institución con sus
socios en otros países, a fin de emprender actividades en común, con beneficios para
todos los involucrados.
En América Latina el término también se utiliza para referirse a la denominada
cooperación para el desarrollo, lo que implica la existencia de financiación o apoyo técnico
que puede ser utilizado para los propósitos de la educación, dado que puede orientarse a
la construcción de capital humano, el fortalecimiento de la capacidad institucional, el
desarrollo de recursos humanos o de movilidad académica.
En ese sentido, la internacionalización se interpreta y utiliza de una manera amplia e
inclusiva, no limitándose a un conjunto particular de actividades o programas
internacionales de cooperación, como sería el caso de la movilidad de profesores-
estudiantes, de investigadores, o el desarrollo curricular o la facilitación del comercio, sino
que conlleva una nueva cultura y filosofía de cómo educar y para qué educar.
Desde esa perspectiva la adecuada canalización y sustentación de la internacionalización
de la educación superior universitaria y especializada puede convertirse en una
herramienta eficaz para la formación de profesionales integrales y universales frente a los
retos planteados por las demandas nacionales e internacionales, que no solo se
circunscriban a completar una currícula para operar o emplearse en el ámbito nacional,
sino también, que incluya un proceso de formación que les acredite internacionalmente y
les brinde las competencias necesarias para integrarse en un mundo globalizado.
Internacionalización y globalización
Cabe señalar, que la internacionalización y la globalización se consideran como procesos
muy diferentes, aunque relacionados. La globalización está en la mente y la vida de
quienes formulan políticas, académicos y profesionales de todas las disciplinas. La
globalización consiste en un factor ambiental clave que tiene múltiples efectos, tanto
positivos como negativos, sobre la educación. En los últimos años se han realizado
esfuerzos para asegurar las diferencias entre los conceptos de globalización e
internacionalización, los cuales no se consideran como sinónimos y por lo tanto no se
deberían intercambiar.
La globalización se define como el “flujo de tecnología, economía, conocimiento, gente,
valores, ideas… más allá de las fronteras. La globalización afecta a cada país de una
manera diferente debido a la historia individual de una nación, sus tradiciones, cultura y
prioridades” (Knight J. y H. de Wit / Editores, 1997)
Entre los factores o elementos integrales que intervienen en la globalización, que
impactan en la internacionalización de la educación se encuentran: a) la sociedad del
conocimiento; b) las tecnologías de la información y la comunicación; c) la economía de
mercado; d) la liberalización comercial; e) buen gobierno o cambios en las estructuras
sociales.
La sociedad del conocimiento que asigna una creciente importancia a la producción y uso
del conocimiento, como creadora de la riqueza de las naciones, impacta en la educación
superior debido al creciente énfasis en la educación continuada, el aprendizaje
permanente y el desarrollo profesional constante, lo que provoca una demanda
insatisfecha en términos de educación superior. La necesidad de nuevos conocimientos y
experiencia, provoca como resultado nuevos tipos de programas y calificaciones; lo que
incide en el papel que juegan las universidades en la producción de la investigación y del
conocimiento.
En este contexto la internacionalización de la educación superior presupone la necesidad
de nuevos tipos de educadores (empresas privadas de medios, redes de instituciones
públicas y privadas, universidades corporativas), que están ofreciendo educación y
programas de capacitación más allá de las fronteras.
Las tecnologías de la información y comunicación, por otra parte, plantean el desarrollo de
nuevos avances tecnológicos y de sistemas de comunicación e información. Los cuales
demandan nuevos métodos de enseñanza particularmente virtuales o satelitales, tanto a
nivel nacional como transnacional. De esa manera, los métodos innovadores de
enseñanza internacional como e-learning, franquicias y campus virtuales, requieren más
atención para la acreditación de programas, proveedores y reconocimiento de
calificaciones.
La economía de mercado, que impacta en el crecimiento del número e influencia de las
economías mundiales basadas en el mercado, afectan el papel de los actores
gubernamentales o no, relacionados con la educación superior. En ese sentido, surgen
nuevas preocupaciones sobre la propiedad del plan de estudios y la materia de
enseñanza en las diferentes culturas y países. Surgiendo la posibilidad de homogeneizar
y/o de realizar cruzamientos de los planes curriculares, que se ajusten de mejor manera a
las demandas del mercado.
Esto representa un verdadero desafío, dado que el elemento cultural trasciende en el
tiempo y la manera de hacer las cosas no se cambia de la noche a la mañana en las
sociedades, al menos en aquellas que no se encuentran dispuestas a asumir una nueva
dirección o enfoque.
La liberalización del comercio, caracterizado por la proliferación de acuerdos o convenios
comerciales, tanto regionales como internacionales que reducen las barreras del comercio
entre las naciones, afectan la importación y/o exportación de servicios y productos
educativos. Esto incide en la internacionalización de la educación debido a que se brinda
mayor énfasis a los programas educativos de importaciones y exportaciones
comercialmente orientadas, con menor énfasis en los proyectos de desarrollo.
Finalmente el buen gobierno o buena gobernanza, entendida como la creación de nuevas
estructuras y sistemas del ejercicio del poder político a nivel regional e internacional,
afecta el papel de los actores educativos nacionales, tanto gubernamentales como no
gubernamentales, incluso provocando la consideración de nuevas estructuras reguladoras
en todos los niveles y políticas.
En cuanto a la internacionalización de la educación superior, puede decirse que se
orientan a la configuración de nuevas estructuras internacionales y regionales lo que
requiere de complementar las políticas y prácticas nacionales en el campo del
aseguramiento de la calidad, la acreditación, la transferencia de créditos, el
reconocimiento de las calificaciones y la movilidad de profesores y estudiantes.
La internacionalización de la UFG
En todo ese contexto, la Universidad Francisco Gavidia ha emprendido esfuerzos desde
hace algunos años con el objeto de incorporarse a esa nueva modalidad de la educación
superior, que rebasa las fronteras nacionales.
En el ámbito nacional, la Universidad Francisco Gavidia dispone de la Acreditación de su
Calidad Académica por parte del Gobierno de El Salvador, desde 2004 (Ministerio de
Educación de El Salvador).4 Asimismo, desde el año 2003 la Universidad Francisco
Gavidia se encuentra certificada por el Sistema de Gestión de Calidad (SGC) bajo la
norma ISO 9001 (actualmente se encuentra vigente la versión 2008). Esta certificación ha
4 De conformidad con el portal del MINED, 2001, se abrió por primera vez el período de la Convocatoria a las Instituciones de Educación Superior para que se sometieran al proceso de acreditación en 2001.
sido otorgada por LATU Sistemas Quality Austria (LSQA), que tiene su sede en Uruguay.
(Universidad Francisco Gavidia)
De igual manera, cabe destacar que el uso de tecnología de última generación en el
Proceso Enseñanza-Aprendizaje y el acceso a internet de banda ancha son otros
elementos que abonan a los procesos de internacionalización por parte de este centro de
estudios superiores, convirtiéndola en una institución de vanguardia y a su vez en una de
las mejores opciones educativas del nivel superior del país y la región.
A manera de ejemplo, cabe recordar que a principios de la década de los noventas,
cuando el internet era un recurso poco utilizado en el país, utilizando una conexión de
fax/modem conformada por 30 líneas telefónicas la UFG realizó el primer curso virtual de
la región denominado “Técnicas en Soluciones Empresariales (TSE)”. Cabe destacar que,
dicho curso fue realizado en alianza con la Universidad de Georgetown, Washington D.C.
Alianza que sigue vigente y que recientemente fue extendida con el convenio de
cooperación académica titulado Programa de Becas para la Educación y el Desarrollo
Económico (2015), mismo que cuenta con el financiamiento del Gobierno de los Estados
Unidos de América a través de USAID.
En los últimos años, la UFG ha incluido dentro del Proceso de Enseñanza-Aprendizaje
cursos con modalidad virtual y semi-presencial, tanto a nivel de pregrado como de post-
grado; cursos de especialización y diplomados. En los últimos meses ha dedicado gran
parte de sus esfuerzos en la consecución de alianzas estratégicas tanto para la formación
e investigación, como para la realización de actividades académicas y culturales
relacionadas con la educación superior, todo esto con la participación de otros centros de
reconocido prestigio regional.
Para ello cuenta con la Dirección de Relaciones Nacionales e Internacionales, mediante la
cual promueve el seguimiento y sistematización de las relaciones nacionales e
internacionales de la UFG en sus diferentes modalidades con el propósito de fortalecer su
proyección nacional e internacional por medio de programas de cooperación para
concretar la ejecución de acciones que la fortalezcan en lo científico, académico e
institucional.
En la línea de trabajo internacional cabe mencionarse que en el mes de julio del presente
año, ha tenido lugar en el campus, con el acompañamiento académico, administrativo y
logístico de la UFG, el 55° Congreso Internacional de Americanistas (ICA), que reunió a
más de 2000 académicos e investigadores de todo el mundo. En el que tuvieron lugar
más de 200 simposios relacionados con la antropología, arqueología, lingüística y
literatura, historia, arte y patrimonio cultural, derechos humanos y movimientos sociales,
construcción de la paz y la reconciliación, migraciones y estudios económicos y sociales.
(Cáceres, 2015)
Si bien es cierto este, último ejemplo corresponde a la dinámica tradicional de
intercambios académicos, ha permitido abrir un escenario internacionalizado puesto que
ha favorecido el establecimiento de contactos nacionales e internacionales, sobre los
cuales podrán potenciarse y articularse nuevos esfuerzos que contribuyan a la
internacionalización de la educación superior salvadoreña.
El reto es grande y no existe marcha atrás, la internacionalización ha llegado a El
Salvador para quedarse. Ahora el reto se presenta en los tres niveles: Nacional, sectorial
e institucional. En éste último la UFG ha comenzado la marcha con pie firme, es hora de
tomar conciencia que como docentes, estudiantes y administrativos, se debe tomar
conciencia y participar activamente el en desarrollo y aprovechamiento oportuno de estas
potencialidades.
Conclusiones
A manera de conclusión, pueden mencionarse como los principales retos:
1. La necesidad de que el Estado regule pronto y de manera consulta, la
internacionalización de la educación superior, para garantizar que ese derecho no
sea objeto de abusos por los proveedores ni por los usuarios.
2. Que se acrediten adecuadamente y con vista a satisfacer las necesidades y
demandas nacionales, los programas y planes de estudios que ofrecen los nuevos
proveedores (existen diferencias importantes entre los contenidos impartidos
mediante los mecanismo tradicionales y los contemporáneos)
3. Las instituciones de educación superior deben continuar sus esfuerzos para
avanzar en el camino de la internacionalización, involucrando a todos los sectores:
docentes, investigadores, estudiantes, administrativos.
Finalmente, señalar que las oportunidades que se presentan con la internacionalización
de la educación superior pasan por nuevos métodos de aprendizaje hasta el
mejoramiento de las competencias y oportunidades de desarrollo profesional en El
Salvador.
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