meredith monk

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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO | 107 La voz se mueve como el cuerpo. Si la mano izquierda ondea es porque eso suena. Si el antebrazo repta por los túneles del aire, trí- ceps intersectan meandros de arcoíris, mus- los baten sus temblores como trinos de aves y el pecho emerge enhiesto rumbo al sol, es porque todo eso forma una sinfonía que ya no sale de garganta alguna sino que es el alma la que está ahora en plena ebullición. Sonando. El misterio de esta epifanía tiene nom- bre y apellido: Meredith Monk, composito- ra, cantante, bailarina, coreógrafa, cineasta. Pensadora de sonidos. Nació en Nueva York, el 20 de noviem- bre de 1942, descendiente de músicos. Abue- lo violinista que emigró de Rusia y de algu- no de los óleos monumentales de Chagall, madre cantante que desarrolló carrera fun- dacional en las estaciones de radio, donde la niña Meredith merodeaba, curiosa, bai- loteando con cierta dificultad motriz. El ojo izquierdo de la niña estaba fijo, hasta que un médico descubrió que tal pe- culiaridad impelía a Meredith a rangos dife- rentes en su percepción en segunda y tercera dimensión y en la amplitud horizontal de- recha-izquierda. La madre cantante inscribió a su hija en una escuela de enseñanza musical me - diante el cuerpo. Así, Meredith aprendió a cantar al mismo tiempo que a decantar su cuerpo. Fue una revelación, la primera de una serie que no termina. “La música permite a mi cuerpo fun- cionar”, supo. Por eso la voz se mueve como el cuer- po de Meredith Monk. Por eso danza y canta al mismo tiempo. Es la razón por la cual si su pierna izquierda se levanta, un sonido de niña aparece desde el fondo de su pecho mientras su brazo derecho toca su tobillo y el hemisferio cerebral correspon - diente emite vibraciones que ondulan, le- vitan, alzan vuelo. Sin estas consideraciones, Meredith Monk sería escuchada como una virtuosa de la voz, emisora de sonidos insospecha- dos, habilitadora de músicas insólitas. No es así. Lo que hace a esta artista úni- ca e irrepetible es su condición de conecto- ra de cuerpo-mente-espíritu para expresar lo inefable. Hacedora de magia, revelado- ra de misterios. Una discografía a la fecha impresionan- te la convierte hoy en un referente. Una artista de culto. Suele establecerse comparación o co- nexiones con Bobby McFerrin y con Dia- manda Galás, pero en realidad lo que ella hace es diferente. Muy diferente. Ciertamente, al igual que aquellos dos, Meredith entabla la improvisación vocal como fuente nutricia, pero en realidad lo suyo viaja más lejos, en cuanto para ella el sonido es una respuesta a los misterios del mundo. Estaría entonces más cercana a Cathy Berberian, la esposa fallecida del composi- tor italiano Luciano Berio, quien escribió para ella obras maestras con su aparato fó- nico como instrumento musical y la expe- rimentación técnica como método. El procedimiento creativo de Meredith en este parangón se dispara también a lon- tananza: lo experimental en ella es intui- ción, su lógica composicional es más bien orgánica, cósmica, tan vital como su cuer- po, que es su guía junto a su mente y su es- píritu. Todo en armonía. Otros estudiosos quieren ver a Mere- dith en la legión minimalista, pero los vín- culos con Terry Riley, LaMonte Young, Philip Glass se estrechan en los aspectos formales y se ensanchan en las aspiraciones espirituales. Y aquí el sistema de vasos comunican- tes conduce a un gran maestro: John Cage; la experimentación es aventura vital, el ri- gor técnico apuntala la forma, pero como para ambos la forma es vacuidad y la va- cuidad es forma, interviene el factor deter- minante: la gran cultura budista. Los compositores minimalistas, en efec- to, siguen el ejemplo de John Cage de acer- carse al pensamiento budista como forma de vida y por lo tanto motor de su creación artística. Además de proporcionar sukha, la felicidad verdadera (un estado perma- nente de serenidad, de paz interior), el bu- dismo ofrece respuestas. Y Meredith Monk aplica esas respues- tas en su práctica budista, que es su mane- ra de vivir, que es su manera de crear. El arte es práctica. Ese postulado, esa convicción, anima el correcto pensar, el correcto decir y el correcto hacer de Mere- dith Monk. El budismo es práctica, no son palabras lindas, conceptos bellos, buenas intencio- nes. Es simple práctica. La meditación es una práctica y es el camino que conduce a la iluminación, a la evolución de los humanos. Dice Meredith Monk: cantar es una for- ma de meditación. Es una práctica. Con - duce a un estado del alma. Y también por eso danza y si uno ana- liza con cuidado los filmes disponibles don - de ella interpreta, con su Emsemble Vocal, sus óperas, observaremos posiciones de yoga en sus evoluciones coreográficas, raíces de la India en sus inflexiones, ecos lejanos de la más antigua China en sus dejos vocales. Y ahora que dijimos óperas, se trata de otro territorio expandido por la seño- ra Monk: su arte está embebido siempre por la danza, el canto, la música sin era, su sintaxis escénica sigue la lógica del arte Meredith Monk: una voz de luz Pablo Espinosa

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  • REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO | 107

    La voz se mueve como el cuerpo. Si la manoizquierda ondea es porque eso suena. Si elantebrazo repta por los tneles del aire, tr -ceps intersectan meandros de arcoris, mus -los baten sus temblores como trinos de avesy el pecho emerge enhiesto rumbo al sol,es porque todo eso forma una sinfona queya no sale de garganta alguna sino que es elalma la que est ahora en plena ebullicin.Sonando.El misterio de esta epifana tiene nom-

    bre y apellido: Meredith Monk, composito -ra, cantante, bailarina, coregrafa, cineasta.Pensadora de sonidos.Naci en Nueva York, el 20 de no viem -

    bre de 1942, descendiente de msicos. Abue - lo violinista que emigr de Rusia y de algu -no de los leos monumentales de Chagall,madre cantante que desarroll carrera fun -dacional en las estaciones de radio, dondela nia Meredith merodeaba, curiosa, bai-loteando con cierta dificultad motriz.El ojo izquierdo de la nia estaba fijo,

    hasta que un mdico descubri que tal pe -culiaridad impela a Meredith a rangos dife -rentes en su percepcin en segunda y terceradimensin y en la amplitud horizontal de -recha-izquierda.La madre cantante inscribi a su hija

    en una escuela de enseanza musical me -diante el cuerpo. As, Meredith aprendi acantar al mismo tiempo que a decantar sucuerpo. Fue una revelacin, la primera deuna serie que no termina.La msica permite a mi cuerpo fun-

    cionar, supo.Por eso la voz se mueve como el cuer-

    po de Meredith Monk. Por eso danza ycanta al mismo tiempo. Es la razn por lacual si su pierna izquierda se levanta, unsonido de nia aparece desde el fondo desu pe cho mientras su brazo derecho toca suto billo y el hemisferio cerebral correspon -

    diente emi te vibraciones que ondulan, le -vi tan, alzan vuelo.Sin estas consideraciones, Meredith

    Monk sera escuchada como una virtuosade la voz, emisora de sonidos insospecha-dos, habilitadora de msicas inslitas.No es as. Lo que hace a esta artista ni -

    ca e irrepetible es su condicin de conecto -ra de cuerpo-mente-espritu para expresarlo inefable. Hacedora de magia, revelado-ra de misterios.Una discografa a la fecha impresionan -

    te la convierte hoy en un referente. Unaartista de culto. Suele establecerse comparacin o co -

    nexiones con Bobby McFerrin y con Dia-manda Gals, pero en realidad lo que ellahace es diferente. Muy diferente.Ciertamente, al igual que aquellos dos,

    Meredith entabla la improvisacin vocalco mo fuente nutricia, pero en realidad losuyo viaja ms lejos, en cuanto para ellael sonido es una respuesta a los misteriosdel mundo.Estara entonces ms cercana a Cathy

    Berberian, la esposa fallecida del composi-tor italiano Luciano Berio, quien escribipara ella obras maestras con su aparato f -nico como instrumento musical y la expe-rimentacin tcnica como mtodo.El procedimiento creativo de Meredith

    en este parangn se dispara tambin a lon-tananza: lo experimental en ella es intui-cin, su lgica composicional es ms bienorgnica, csmica, tan vital como su cuer-po, que es su gua junto a su mente y su es -pritu. Todo en armona.Otros estudiosos quieren ver a Mere-

    dith en la legin minimalista, pero los vn-culos con Terry Riley, LaMonte Young,Philip Glass se estrechan en los aspectosfor males y se ensanchan en las aspiracionesespirituales.

    Y aqu el sistema de vasos comunican-tes conduce a un gran maestro: John Cage;la experimentacin es aventura vital, el ri -gor tcnico apuntala la forma, pero comopara ambos la forma es vacuidad y la va -cuidad es forma, interviene el factor deter-minante: la gran cultura budista.Los compositores minimalistas, en efec-

    to, siguen el ejemplo de John Cage de acer -carse al pensamiento budista como formade vida y por lo tanto motor de su creacinartstica. Adems de proporcionar sukha,la felicidad verdadera (un estado perma-nente de serenidad, de paz interior), el bu -dismo ofrece respuestas.Y Meredith Monk aplica esas respues-

    tas en su prctica budista, que es su mane-ra de vivir, que es su manera de crear.El arte es prctica. Ese postulado, esa

    con viccin, anima el correcto pensar, elcorrecto decir y el correcto hacer de Mere-dith Monk.El budismo es prctica, no son palabras

    lindas, conceptos bellos, buenas inten cio -nes. Es simple prctica. La meditacin es una prctica y es el

    camino que conduce a la iluminacin, a laevolucin de los humanos.Dice Meredith Monk: cantar es una for -

    ma de meditacin. Es una prctica. Con -duce a un estado del alma.

    Y tambin por eso danza y si uno ana-liza con cuidado los filmes disponibles don -de ella interpreta, con su Emsemble Vocal,sus peras, observaremos posiciones de yogaen sus evoluciones coreogrficas, races dela India en sus inflexiones, ecos lejanos de lams antigua China en sus dejos vocales. Y ahora que dijimos peras, se trata

    de otro territorio expandido por la seo-ra Monk: su arte est embebido siemprepor la danza, el canto, la msica sin era,su sin taxis escnica sigue la lgica del arte

    Meredith Monk: una voz de luzPablo Espinosa

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    MEREDITH MONK: UNA VOZ DE LUZ

    El trabajo de Meredith Monk se desa-rrolla en Nueva York y en Minneapolis. Sucondicin meditativa llev a su compaerasentimental, la eminente coregrafa holan -desa Mieke van Hoek, a construir para ellauna cabaa de ermitaa en Caones, NuevoMxico, donde ella compone, medita. Vive.

    Entre las creaciones ms vitales de esaconvivencia con la naturaleza y sus miste-rios, est la serie Songs from the Hill, dondeella se planta frente a la montaa y dialogacon ella mediante el canto y todo se poneen movimiento en ese manto de luz ra dian -te que vibra en cada tallo, en cada hoja, encada milmetro de la epidermis del plane-ta y de los humanos.

    Algo similar sucede con otra de sus pe -ras: Songs of Ascension (2008), donde ellay sus compaeros danzan, cantan, ejecutansus instrumentos musicales acostados en elsuelo, en posicin de yoga y tambin encr cu lo y en la semipenumbra, de manera si -mi lar a como acontece en Stimmung, esaobra maestra de Karlheinz Stockhausen cuyaejecucin y escucha produce efectos seme-jantes a los que infunde la obra de Mere-dith Monk: estados meditativos donde ocu-rre toda la magia, incluida la sinestesia:uno empieza a or colores bellos en mediodel vuelo en xtasis, como en un sueo.

    La cineasta Babeth M. Van Loo viajsola hasta Caones, en medio del desiertoen Nuevo Mxico, para filmar extensas e in -tensas conversaciones con Meredith Monk,quien rompi momentneamente as suretiro en soledad para compartir sus expe-riencias de vida.

    Con esos materiales, adems de entre-vistas con sus colaboradores, pietaje de ar -chi vo donde observamos fragmentos de lasperas de Meredith Monk, as como sus re -citales con voz y piano, estructur un filmehermoso: Inner Voice.

    Vemos all el fluir vital de MeredithMonk, sus rituales cotidianos que iniciancon su mirada interior posada en la fo -tografa de Mieke van Hoek junto a la foto -grafa del Buda Shakiamuni. Enciende unaveladora. Realiza meditacin. Vocaliza ycanta. Escribe su msica.

    En una de esas meditaciones sabremos,mediante otro documento, esta vez el dis -co compacto de audio titulado Imperma-nence, otra revelacin creativa:

    Cmo crear una obra acerca de la im -permanencia?, se pregunt Meredith.

    Obtuvo de su interior esta respuesta:Uno puede solamente trazar esbozos de al -gunos aspectos de la impermanencia; traera la memoria la sensacin de que todo flu -ye, cambia constantemente y no podemosretener nada. Lo que todos los humanoscompartimos es la certeza de que morire-mos sin saber cmo y cundo. Perderemos aquien amamos, nuestra salud y finalmen-te nuestro cuerpo. Con esto en la concien-cia llegamos a una profunda apreciacinde todos y cada uno de los momentos quevivimos, sin dar nada por seguro.

    Esta reflexin lleg a la seora Monkluego del silencio.

    En 2002 grab su hermoso disco Mercy.Poco tiempo despus, en 2004, falleci demanera repentina su pareja, Mieke vanHoek, a los 56 aos.

    El duelo mud del silencio a los sonidos.El concepto budista de la impermanencia ola transitoriedad de las cosas, la con viccinde que nada es duradero en este plano te -rre nal condujo a Meredith Monk a su nue -va obra maestra, el disco Imperma nence.

    La msica aqu fluye con armona ra -diante. Vibra. A todo el arsenal de recur-sos tcnicos que le conocamos aade unama durez creativa que enlaza instrumen-tos at picos, como es su costumbre: porigual su piano clsico que campanas ti -betanas, que una rueda de bicicleta, queutiliza como voz humana, al mismo tiem -po que su voz la utiliza como instrumen-to musical.

    De manera que en piezas como la deltrack 5, disequilibrium, tal ensamblaje devo ces e instrumentos logra crear sonidos

    nuevos. Deja de sonar a voz humana paraemparentarse con lamento de locomotora.

    O bien los sonidos parsitos que tejeen track anterior, liminal, donde la voz deun bajo asemeja una mquina woofer, esedispositivo electrnico diseado para pro-ducir bajas frecuencias, pero en realidad esel pecho de uno de los camaradas de estaflaca sublime y el todo suena con el mismoefecto que producira el agitar con una palagigantesca el fondo de un estanque. As seexpande desde las bocinas y as se expandeen el cerebro del escucha.

    Cierto, el concepto budista de la im -permanencia nos educa a disfrutar la vida.Cierto, cada uno de nosotros puede repetircon una sonrisa en los labios la frase maestrade Alfred Hitchcock, con todo y su grcilbailecito: ahora estoy, ahora no estoy.

    Pero tambin es cierto que la misinque vienen a cumplir a este plano terrenallas personas especiales pervive de manerasinsospechadas.

    Meredith Monk vive en su voz inte-rior, en su cabaa de Caones, Nuevo M - xico, creando obras artsticas que haceneste mundo mejor.

    Da con da enciende una veladora enel altar budista donde esplende una foto-grafa de Mieke junto a una imagen delBuda Shakiamuni.

    Estn por cumplirse seis aos desde queMieke trascendi, igual que Dalis escanciadesde hace ahora un lustro y un ao subondad, su luz, sus enseanzas que irradiahacia este plano espacio-temporal dondevivi tan plena, tan feliz. Nunca nada le fal -t como ahora nada le falta.

    Ellas, Mieke, Dalis, seres de luz.Vibran.

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    del cine para instalarse, del todo, en unen te nue vo, revolucionario sin aspavien-tos, compli cado en extremo por sencilloen apa riencia.

    Entre los objetivos bsicos como com-positora de pera, est su anhelo de haceremerger en escena la mera esencia de laspersonas.

    Cuenta uno de sus colegas, Pablo Vela,que cuando Meredith realiz audicionespara estrenar su pera Atlas, en 1991, acu-di una soprano hermosa, modosita ella,vestida como diva y pregunt dnde estmi parte?. No hay, le respondi Pablo, esoforma parte del proceso improvisatorio enescena. La diva pregunt para salvarse en -tonces: puedo ver la partitura?. No haypartitura. Por supuesto, remata su relatoPablo, que ella no particip en escena. Notena esencia humana alguna que mostraren ella.

    El primer disco que grab MeredithMonk con el sello alemn ECM esa fir -ma discogrfica que tambin forma partede la gran revolucin sonora que vivimoshoy en da incluye la versin en audio deuna de esas peras: Dolmen Music (1979)e inicia ese lbum con una pieza clave:Gotham Lullaby (1975), cuyo encanto ymisterio han cambiado las maneras de pen -sar y hacer de muchas personas, entre ellas

    la cantante islandesa Bjrk, quien de in -mediato la incluy en su repertorio.

    La voz de nia campea en el registrovocal, tan extenso como inagotable, de Me -redith Monk. Y tambin las guturaciones,los gemidos, los ecos del canto berebere, losrebotes de la glotis en la epiglotis, del plexosolar en el lunar, de la suavidad del lbulocon la ferocidad del paladar, de las cavida-des corporales ms lejanas en el encuentroldico con el ms ac, con el aqu y ahora.

    El arte hoy, seala la artista, est plagadode confusin. Parece importar solamente elentretenimiento, ya no el comprometerse.

    Muchas personas, lamenta Meredith,parecen necesitar definiciones, relatos li -neales, respuestas con explicaciones. Y esono funciona para expresar lo inexpresable,para poner en vida lo inefable, por eso de -cid prescindir de las palabras en mi canto,para que todo fluya, para vivir el presente,insertarse en la obra de arte, vivirlo, vivirla experiencia, sentir con el corazn. Estarpresente en el presente. Fluir.

    Y eso en budismo es un estado de me -di tacin en lo cotidiano: el fluir; entrar auna suerte de rapto creativo, un nimo ex -ttico, un estado calmo, receptivo y creati-vo al mismo tiempo.

    Es la voz interior entonces lo que sue -na. Una voz sin edad, sin era, sin la atadu-

    ra del parmetro temporal, pero asentadoen el aqu y ahora.

    Esto es igualmente importante: budistao no, advertido o inocente respecto de lo queanima el arte de Meredith Monk, quien laescucha vibra en su intimidad mayor: enlos filamentos dorados de su alma. Enta-bla conexin con la parte divina que todostenemos.

    En su lbum Book of Days, MeredithMonk incorpora las estructuras arquetpi-cas, lo primitivo, lo ancestral, lo mgico yalqumico. Mientras que en el disco Do YouBe rene hitos varios donde se percibe conclaridad su dominio de los parmetros es -pacio-tiempo, su capacidad de inventivameldica sin incurrir en la melodizacinni en el relato pueril y s en cambio en sudecidida vocacin budista en cuanto quelos remates de sus frases son evidentes re -mates de mantras.

    En el hermoso disco Our Lady of Late,en tanto, lo opertico entabla ritmos, vistas,cantos, deslizamientos, valses, profecas ydi logos para voz y copa de cristal.

    En la poesa zen, interviene Daido Loori,el poeta no responde a las preguntas acer-ca de lo inefable con explicaciones, sinocon sonidos. Y sa es la tarea de MeredithMonk: emitir respuestas acerca de lo ine-fable con sonidos, no con explicaciones.

    Meredith Monk

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