metodología para la evaluación técnica de la reforestación y plantaciones
DESCRIPTION
EVALUACIÓN DE PLANTACIONES FORESTALESTRANSCRIPT
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO
DIVISIÓN DE CIENCIAS FORESTALES
METODOLOGÍA PARA LA EVALUACIÓN TÉCNICA DE LA REFORESTACIÓN
MEMORIA DE EXPERIENCIA PROFESIONAL
Que como requisito parcial para
Obtener el Título de
INGENIERO FORESTAL con orientación en Evaluación y Abastecimiento
PRESENTA:
ARMANDO BELLO LARA
Chapingo, Texcoco, Edo. de México Marzo del 2000
i
Esta memoria de experiencia profesional fue realizada por Armando Bello Lara bajo la
dirección del Dr. Hugo Ramírez Maldonado y asesorada por el Biol. Vicente Arriaga Martínez
y el Ing. Manuel Aguilera Rodríguez. Ha sido revisada y aprobada por el siguiente Comité
Revisor y Jurado Examinador para obtener el título de Ingeniero Forestal con orientación en
Evaluación y Abastecimiento.
PRESIDENTE:
Dr. Hugo Ramírez Maldonado
SECRETARIO:
M.C. Baldemar Arteaga Martínez
VOCAL:
Biol. Vicente Arriaga Martínez
SUPLENTE:
Ing. Manuel Aguilera Rodríguez
SUPLENTE:
Dr. Bernard Herrera y Herrera
Chapingo, Texcoco, Edo. de México, Marzo del 2000.
ii
Agradecimientos
A todas las personas que han contribuido a mi formación personal y profesional, que listarlas
podría caer en omisión.
A la Universidad Autónoma Chapingo y a la División de Ciencias Forestales, no solamente
por ser la casa que me cobijó durante 7 años, sino también que me dotó de las herramientas
para mi formación profesional.
A mis maestros.
A la región de Huayacocotla, Ver., compañeros de trabajo y productores forestales. Siendo el
primer lugar donde me enfrenté con la realidad del sector forestal e iniciar mi ejercicio
profesional.
Al Programa Nacional de Reforestación y compañeros, por el apoyo para la realización de este
trabajo, brindarme la oportunidad de coadyuvar al cumplimiento de su misión, y con el sueño
de ver logrado su visión de futuro: un "PRONARE consolidado".
A los miembros del Comité Revisor, por su apoyo, dirección, observaciones y sugerencias.
Dedicatoria
iii
A mi madre, que siempre tuvo el carácter y motivación para enfrentar esta vida. En su
memoria.
A mi padre y Flor.
A mis hermanos y sobrinos.
A toda mi familia.
A todas las personas que trabajan con ética en la actividad forestal.
ÍNDICE GENERAL
iv
Capítulo Página
PRIMERA PARTE
Agradecimientos i
Dedicatoria ii
Índice general iii
Resumen iv
Summary v
Introducción 1
Revisión de literatura 4
Objetivos 9
Materiales y métodos 10
Resultados y discusión 13
Observaciones finales respecto a la metodología y su aplicación 18
Literatura citada 21
SEGUNDA PARTE
Metodología para la evaluación técnica de la reforestación 25
v
Resumen
Se presenta una metodología estandarizada para la evaluación técnica de la reforestación, que
es un instrumento para implantar el Sistema Nacional de Evaluación de la Forestación y
Reforestación (SINEFOR).
La estructura de la metodología comprende: la elaboración del padrón de plantaciones,
selección de plantaciones a evaluar, método de muestreo, elaboración del croquis de ubicación
y evaluación, obtención de información de campo y gabinete, procesamiento y análisis de la
información; y elaboración del informe final.
Con esta metodología se conoce el número, ubicación y descripción de las plantaciones; se
estiman la supervivencia y estado general, y se determinan las causas de muerte de las plantas
y acciones de manejo recomendadas para mejorar las plantaciones. Con la supervivencia y un
calificativo de calidad de la plantación, se propone una forma de medición de un Índice de
Calidad de la Reforestación.
La metodología permite evaluar a nivel plantación, comunidad, municipio, región, estado o
nacional.
Finalmente, se hace un análisis de su aplicación con el propósito de mejorar y lograr la
evaluación de la reforestación en todas las entidades federativas.
Palabras clave: Sistema Nacional de Evaluación de la Forestación y Reforestación / Padrón de
plantaciones / Supervivencia / Estado general de la plantación / Índice de
Calidad de la Reforestación / Causas de muerte de las plantas / Acciones de
manejo recomendadas.
vi
vii
Summary
A standardized methodology for the technical evaluation of the reforestation is presented. This
is an instrument to implant the National System of Evaluation of the Afforestation and
Reforestation (SINEFOR).
The structure of the methodology includes: the elaboration of the census of plantations,
selection of plantations to evaluate, sampling method, elaboration of the location outline and
evaluation, obtaining of field and cabinet information, prosecution and analysis of the
information; and elaboration of the final report.
With this methodology it is possible to register the number, location and description of the
plantations; the survival and general state are estimated, and the causes of death of the plants
and management actions are determined and recommended to improve the plantations. With
the survival and a qualifier of quality of the plantation, she/he intends a form of mensuration
of an index of Quality of the Reforestation.
The methodology allows to evaluate to level plantation, community, municipality, region,
state or national.
Finally, an analysis of its application is made with the purpose of improving and achieving the
evaluation of the reforestation in all the federative entities.
Keywords: Reforestation, afforestation, reforestation evaluation, survival evaluation,
plantation survival evaluation.
.
Introducción.
Es un hecho plenamente reconocido que en México se han llevado a cabo múltiples esfuerzos
con la finalidad de establecer plantaciones de especies forestales (Caballero y Zerecero, 1978).
Ya en la época precolombina, el Rey Netzahualcoyotl (1402-1472) se había encargado de
plantar la mayor parte de los ahuehuetes del Bosque de Chapultepec, estableció el primer
jardín botánico del mundo en el cerro de Tezcutzingo y el Parque Nacional "El Contador". En
la época de la colonia, el primer Virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza (1535-
1550), introdujo a México del Perú, el ya naturalizado "pirú o pirul" (Schinus molle), elemento
reforestador natural de amplia distribución en el altiplano mexicano (Quevedo, 1944, Flinta,
1960; citado por Pimentel y Vera, 1985).
Más recientemente, el insigne Ing. Miguel Angel de Quevedo (1862-1946), dona en 1907 los
terrenos del actual vivero de Coyoacán, constituyendo así el primer vivero oficial de la
República Mexicana (Pimentel, 1978, citado por Pimentel y Vera, 1985), y establece las
primeras áreas de reforestación y sienta lineamientos para llevar a cabo reforestaciones en
diversas cuencas hidrográficas del Valle de México, así como el establecimiento de
plantaciones para la fijación de dunas en el puerto de Veracruz. En esta época se introducen
especies exóticas de los géneros Eucalyptus, Casuarina y Acacia (Bonilla y Carrillo, 1985).
Por instrucción presidencial se crea en 1989 el Programa Nacional de Reforestación
(PRONARE), con el objetivo fundamental de incrementar las áreas forestales y como medida
para contrarrestar la superficie degradada del país; quedando a cargo de la Secretaría de
Agricultura y Recursos Hidraúlicos. En 1992, con el propósito de reforzar las acciones de
reforestación, principalmente en las áreas urbanas y suburbanas, y contribuir al mejoramiento
del medio ambiente, se creó el Programa de Ecología "Solidaridad Forestal", bajo la
coordinación de la Secretaría de Desarrollo Social.
Para 1995 se fortalece el PRONARE a través de la integración de los programas realizados por
la anterior SARH y Solidaridad Forestal, y se instituye como una Coordinación Ejecutiva. La
coordinación del PRONARE se da fundamentalmente entre las Secretarías de Desarrollo
1
Social (SEDESOL); de Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), de la
Defensa Nacional (SEDENA); de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGAR), y de
Educación Pública (SEP).
En 1998 se incorpora el PRONARE para su administración a la SEMARNAP, con la creación
de la Dirección General del Programa Nacional de Reforestación, dependiente de la
Subsecretaría de Recursos Naturales.
Con la institucionalización del PRONARE, desde su creación hasta la actual administración,
se marca un parteaguas en la reforestación en México, tanto por los recursos destinados a esta
actividad, los métodos de trabajo, así como el incremento en las cifras de reforestación. Por
ejemplo, en 1998 se reporta una reforestación de 200,000 ha, con 288 millones de plantas
(PRONARE, 1999).
Sin embargo, como lo cita Ramírez y Torres (1985), en México, el seguimiento de las
reforestaciones no ha sido una actividad relevante; la mayor parte de las plantaciones
forestales establecidas en el país no han sido evaluadas, o si se les ha realizado alguna
evaluación, ésta se ha llevado a cabo en forma muy parcial. La ausencia de evaluaciones para
la mayor parte de estas plantaciones ha impedido, además de la divulgación de experiencias,
poder concluir si efectivamente han cumplido o no con los objetivos que motivaron su
creación (Caballero y Zerecero, 1978).
La reforestación es un proceso integral que requiere de una buena planeación, considerando
aspectos técnicos y administrativos. La planeación comprende la elaboración del diagnóstico
que permita dar respuesta a las preguntas básicas: ¿Qué acción es necesaria?, ¿Porqué?, ¿Para
qué?, ¿Dónde?, ¿Cuándo?, ¿Cuánto?, ¿Con qué?, ¿Con quién? ; después pasar a las siguientes
fases como la definición de objetivos y metas, elaboración del plan estratégico, desarrollo del
trabajo y evaluación de resultados (Sánchez, 1987; Capó, 1998). La evaluación es fundamental
en la planeación, para valorar el proceso y obtener información para retroalimentarlo y
mejorarlo constantemente.
2
La evaluación y seguimiento es un proceso continuo por el cual se determina, de manera
sistemática y objetiva, tanto como sea posible, la relevancia, eficacia y el impacto de las
actividades a la luz de los objetivos previamente establecidos; es una herramienta de dirección
y administración orientada al aprendizaje y acción, un proceso de organización para mejorar
tanto las actividades planteadas o todavía en progreso como futura planificación,
programación y toma de decisiones. Considerando que el seguimiento por definición
contempla todo el proceso y sistema de recolección de información sobre la ejecución de un
proyecto y/o programa de manejo de plantaciones, la evaluación es un término más amplio y
puede ser llevada a cabo: antes (evaluación anterior), durante (evaluación periódica), al
finalizar la instrumentación (evaluación final), y algunos años después (Ruokonen, 1994).
En este marco, la supervisión y evaluación técnica de la reforestación se transformó en una
prioridad institucional de la SEMARNAP. En consecuencia, en el artículo 33 del Reglamento
de la Ley Forestal vigente, determina que la Secretaría establecerá y operará el Sistema
Nacional de Evaluación de la Forestación y Reforestación.
Por lo tanto, para evaluar técnicamente la reforestación e implantar el SINEFOR, se requiere
de un instrumento estandarizado, confiable y práctico, que pueda aplicarse en todo el país.
En este trabajo se presenta la "Metodología para la Evaluación Técnica de la Reforestación",
que es una versión ajustada y actualizada de la metodología realizada en 1996 por un grupo de
trabajo interdisciplinario integrado por personal técnico de la SEMARNAP, INIFAP y de la
Coordinación Ejecutiva del PRONARE dependiente de la SEDESOL. También se hace un
análisis de su aplicación, con el propósito de mejorar y lograr la evaluación de la reforestación
en todas las entidades federativas.
Revisión de literatura
Las preguntas iniciales que pueden plantearse en cuanto a cualquier tipo de evaluación
forestal, son: ¿Realmente es necesario hacer una evaluación?, ¿ Qué perseguimos a través de
3
la evaluación?, ¿Qué es lo que se debe evaluar?, ¿Cómo hacer las evaluaciones?, ¿Cuándo
hacer las evaluaciones?.
Respecto a la primer pregunta, la respuesta es positiva. Actualmente, ninguna organización se
puede concebir sin que considere la evaluación como parte de la planeación, para conocer el
impacto o nivel de cumplimiento de las acciones emprendidas; por otro lado, dada la magnitud
del Programa Nacional de Reforestación, es necesario conocer dónde están las plantaciones, y
la evaluación es vital para valorar el proceso y obtener información que lo retroalimente y
mejore constantemente.
Las evaluaciones se han realizado desde varios puntos de vista, ya sea como una simple
observación de las condiciones de la plantación, como evaluaciones en las que se consideran
variables dasométricas, o recientemente evaluaciones financieras. Las evaluaciones se han
realizado en plantaciones comerciales o plantaciones cuyo objetivo es diferente al de la
investigación; sin embargo, la evaluación de plantaciones experimentales es la que ha tenido
mayor auge (Ramírez y Torres, 1985).
La evaluación de proyectos de plantaciones forestales se puede dividir en varias fases, que
son: evaluación técnica, evaluación financiera y económica, evaluación socio - económica y
evaluación ambiental (Ruokonen, 1994).
Torres (1994) en el "Manual para la Evaluación de Plantaciones Forestales", trata diferentes
tipos de evaluaciones: evaluación de la supervivencia, evaluación del inventario forestal
(volumen), evaluación del crecimiento y rendimiento, evaluación para manejo, y evaluación
del sistema y método de plantación. Asimismo, se consideran algunas alternativas de
evaluación financiera.
Las evaluaciones que deben hacerse en una plantación forestal, con base en sus objetivos, son
múltiples y de muy diversa naturaleza; en este sentido es especialmente importante definir las
variables que deberán registrarse y que estén claramente orientadas hacia la evaluación
requerida. Por ejemplo, para evaluar la adaptación a una localidad determinada, las variables
sugeridas para su calificación son la supervivencia, vigor, velocidad de crecimiento y grado de
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afección por ataque de plagas y enfermedades; o para evaluar vigor, las variables cuya
medición u observación se sugiere son la coloración y apariencia del follaje, y evidencia de
daño por plagas, enfermedades, fuego o algún otro agente perturbador (Caballero y Zerecero,
1978).
En cuanto a las variables medidas en las evaluaciones, se puede reconocer una tendencia hacia
la medición de variables dasométricas típicas; del mismo modo, se ha observado una
tendencia hacia la medición de otras variables, tales como: variables edáficas, variables
fisiográficas y variables ecológicas. Las primeras evaluaciones de plantaciones que se llevaron
a cabo en México, consideran aspectos meramente cualitativos, y en realidad estaban
orientadas a conocer las condiciones de supervivencia de la plantación sobre todo en
plantaciones urbanas o con fines de conservación de obras hidraúlicas, para conocer
condiciones fitosanitarias, o bien, para tener una idea general del estado de la plantación
(Ramírez y Torres, 1985).
La información de supervivencia, por sí sola, no es suficiente para tomar decisiones,
adicionalmente se recomienda obtener información sobre las condiciones del sitio y de las
plantas, por ejemplo, distribución espacial de las plantas vivas, causas de muerte, daño, plagas
y enfermedades o competencia con malezas, con el fin de usar esa información para
determinar el futuro de la plantación (Matney and Hodges, 1991).
El insumo principal para poder realizar la evaluación es el padrón de plantaciones, para ello,
Pimentel y Vera (1985), proponen realizar un censo nacional de las plantaciones existentes,
reportando: ubicación, área, sistema de preparación del terreno, sistema de plantación
utilizado, especie, tipo de masa, supervivencia, estado fitosanitario, vigor, intervenciones
efectuadas (escardas, limpias, podas, etc.) y finalidad de la plantación.
Pérez (1994), elaboró el formato e instructivo para el levantamiento del Padrón de
Reforestación en el estado de Veracruz (PADERVER). Este contiene datos generales como el
municipio, coordenadas geográficas del municipio y fecha; y datos de registro de plantaciones
con el número, dependencia, institución, organización, grupo o persona que se haya encargado
de realizar los trabajos de establecimiento de la reforestación, tipo de plantación de acuerdo a
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su objetivo, localización (coordenadas geográficas), superficie o longitud, especies,
espaciamiento medio, número de plantas, condición de la plantación, problemática, y
finalmente observaciones generales.
Una vez definidas las variables necesarias para hacer la evaluación, se requiere establecer la
metodología que deberá seguirse para su determinación, sobre el particular debe siempre
recordarse que las técnicas de medición están en función de los objetivos de la evaluación
(Caballero y Zerecero, 1985). La planeación de una evaluación de plantación requiere el
diseño del formato de captura, la selección del diseño de muestreo y el tamaño de muestra, la
estrategia de seguimiento del plan y la compatibilidad del presupuesto, tiempo y esfuerzo con
la calidad del muestreo (Torres, 1994).
La gran variación de las características de las evaluaciones realizadas a la fecha, resulta
evidente al conocer la diversidad de diseños de muestreo que se han utilizado, que varían
desde muestreo selectivos, realizados en las primeras evaluaciones hasta diseños de muestreo
probabilísticos, ya sea como una selección aleatoria de la muestra o una selección sistemática
de la misma (Ramírez y Torres, 1985).
Se considera que un buen procedimiento de evaluación debe tener las siguientes
características: ser enteramente congruente con las metas que se persiguen con la plantación;
estar apoyado en criterios de medición o calificación claros, precisos y objetivos; basarse en
técnicas estadísticas; ser sencillo y económico, así como de fácil manejo e interpretación
(Caballero y Zerecero, 1985).
Carreño (1978), desarrolla las etapas principales para la evaluación de plantaciones forestales
con base a un muestreo estadístico, con el propósito de que puedan uniformarse criterios para
la captación de datos en plantaciones forestales, para así tener un nivel de comparación entre
estos y hacer una eficiente toma de decisiones con base en los objetivos y condiciones
específicas. Las fases son: establecer el objetivo u objetivos de la investigación, definición de
la población bajo estudio, datos a ser colectados, nivel de precisión y confiabilidad, métodos
de medición, marco de muestreo, selección de la muestra, prueba de la hoja de registro y
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muestreo preliminar, organización del trabajo en la plantación, edición y análisis de la
información, información obtenida para futuros muestreos.
La siguiente pregunta es ¿Cuándo realizar las evaluaciones?. La información sobre patrones de
mortalidad indica que el mejor tiempo para evaluar supervivencia es en el otoño después de la
primera estación de crecimiento, se pueden establecer parcelas de monitoreo justo después de
la plantación y antes del periodo de sequía para evaluar técnica de plantación y supervivencia
preliminar (Matney and Hodges, 1991); para determinar supervivencia y causas de muerte, es
necesario darle seguimiento mínimo por un año (Mexal, 1999; Cuevas y Mexal, 1998).
En los últimos años se han realizado propuestas de metodologías para evaluar la reforestación
en México, como la de Escoto, et al (1996) para la evaluación de la supervivencia en las
plantaciones forestales realizadas en el estado de Jalisco durante 1994 y 1995. La metodología
comprende: la elección del área de estudio, diseño de muestreo, registro de datos, análisis de
la información y cronograma de actividades.
En 1997 y 1998, en un convenio celebrado entre el PRONARE Estado de México y el
INIFAP, a través del Campo Experimental Valle de México, se realizó la evaluación de las
plantaciones establecidas en el Estado de México durante 1995 y 1996, con el objetivo general
de conocer la supervivencia y los factores que inciden en la misma. En el informe de
resultados incluyen la metodología utilizada para el diseño de muestreo, la definición del
esquema de selección de la muestra, análisis de la información de campo por región y
dependencia plantadora, tomando como variable de interés los porcentajes de supervivencia de
las plantaciones; y las recomendaciones derivadas de las observaciones de campo.
Cuevas, Negreros y Mexal (1998), Mexal (1999), establecieron parcelas de monitoreo para
determinar los factores que inciden en la supervivencia inicial y el crecimiento en plantaciones
de coníferas en el Estado de México y tropicales en el estado de Quintana Roo; estas parcelas
se establecieron durante 1995 y se les dio seguimiento durante dos años. De este trabajo,
concluyen que hay muchas causas potenciales de muerte, como: calidad de la planta, daño
durante el transporte, deshidratación previa a la plantación, manipulación de la planta durante
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la plantación, mala calidad de la plantación, mala selección del sitio de plantación y factores
bióticos o abióticos después de la plantación.
Finalmente, Caballero y Zerecero (1985), destacan la necesidad de obtener técnicas de
evaluación de plantaciones forestales, para la elaboración de instructivos breves y precisos, en
los que se plasmen los pasos conducentes a cada tipo de evaluación. Proponen: definir técnicas
específicas de evaluación para cada tipo de plantación, estandarizar los procedimientos de
evaluación, facilitar la comparación de los resultados obtenidos en plantaciones forestales
diferentes pero con un objetivo común, estimular la elaboración de informes que permitan la
divulgación y el conocimiento de las experiencias nacionales en materia de plantaciones.
Objetivos.
1). Presentar una metodología estandarizada para la evaluación técnica de la reforestación en
México, que es un instrumento para implantar el Sistema Nacional de Evaluación de la
Forestación y Reforestación (SINEFOR), con el propósito de retroalimentar el proceso de
reforestación con información respecto al comportamiento de las plantaciones realizadas.
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2). Analizar la aplicación de la metodología, que coadyuve a mejorar y lograr la evaluación de
la reforestación en todas las entidades federativas.
Materiales y métodos.
La primera versión de la metodología se realizó en 1996, mediante el trabajo de un grupo
interdisciplinario integrado por biólogos, arquitectos del paisaje y forestales de la
SEMARNAP, INIFAP y de la Coordinación Ejecutiva del PRONARE dependiente de la
SEDESOL.
La metodología fue concebida en cuatro etapas, como fases básicas del proceso de
reforestación: planificación, producción, establecimiento y comportamiento. Finalmente se
desarrolló únicamente la etapa de comportamiento, con cuatro factores como componentes
críticos que inciden en forma directa en el proceso: condición, factores físicos, factores
9
antropogénicos y función; a su vez cada factor con cuatro indicadores, como aspectos críticos
de los factores que permiten estimar la condición, efecto o causa de sus componentes. Los
cuatro factores, cada uno con sus cuatro indicadores quedaron de la siguiente forma:
ETAPA FACTOR INDICADOR Comportamiento Condición Supervivencia
Salud
Integridad morfológica
Vigor
Físicos Temperatura
Suelo
Precipitación
Altitud
Antropogénicos Manejo
Pastoreo
Vandalismo
Incendios
Función Ubicación
Especie
Distanciamiento
Arreglo
Una de las primeras necesidades y parte fundamental para planear la evaluación era contar con
el "Padrón de plantaciones", para lo cual se diseñó la "Cédula de Registro de Plantaciones" a
partir del trabajo realizado por Pérez (1994) para el levantamiento del padrón de reforestación
en el estado de Veracruz (PADERVER).
De esta manera, los pasos definidos para realizar la evaluación fueron: elaborar el padrón
estatal de plantaciones, seleccionar las plantaciones a evaluar, determinar tipo de muestreo,
indicadores a evaluar en campo y gabinete, procesamiento de la información.
Para su aplicación, durante 1997 se impartieron cuatro cursos regionales de capacitación para
la evaluación de la reforestación en México. En ese mismo año se realizó una primera
actualización con el propósito de tener un documento simplificado, dado que se contaba con
10
un manual por indicador (16) repitiendo las especificaciones de cómo hacer la evaluación de
cada uno de ellos; además se proponía un gran número de formas de registro.
También en 1997, se llevó a cabo el proyecto "Seguimiento a los Programas de Reforestación
en la Zona Rural del Distrito Federal", que consistió de cuatro fases: 1) Revisión de la
metodología propuesta y la formulación de adecuaciones propias para el Distrito Federal; 2)
Realización de un curso - taller inductivo para la exposición de los objetivos y la metodología
para realizar las evaluaciones, dirigido principalmente a productores propietarios de terrenos
donde se han hecho plantaciones y técnicos de diversas instituciones de gobierno; 3)
Mediciones de campo; y 4) La compilación y el análisis de la información para generar el
reporte final. El proyecto fue realizado mediante la coordinación del PRONARE, de la
Subdelegación de Recursos Naturales de la SEMARNAP, de la Comisión de Recursos
Naturales (CORENA), y de la Universidad Autónoma Chapingo.
Para el desarrollo de la primera etapa se revisaron las variables a evaluar y su forma de
medición, la determinación del tamaño de muestra con un sustento estadístico, así como las
formas de registro de campo. Esta metodología ajustada se aplicó para la evaluación de las
plantaciones realizadas en 1995 y 1996 en la zona rural del Distrito Federal; destacando que se
evaluaron todas las plantaciones empadronadas.
Con base en este trabajo, se realizó otra actualización a la metodología durante 1998, y para su
aplicación a nivel nacional, se llevaron a cabo 3 cursos regionales de capacitación ( norte,
centro y sureste ), dirigido a técnicos del Comité Estatal de Reforestación; con la asistencia de
personal de diferentes instituciones y organizaciones: SEMARNAP, GOB. EDO., SEDESOL,
SEDENA, Instituciones de Enseñanza e Investigación, Prestadores de Servicios Técnicos
Forestales, Organizaciones Sociales e Iniciativa Privada.
En todo el proceso de diseño, desarrollo, revisión, ajuste y actualización de la metodología se
consultaron diferentes fuentes bibliográficas, trabajos de evaluación de plantaciones, y se
tomaron las recomendaciones obtenidas en los cursos y las experiencias de su aplicación.
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Resultados y discusión
La estructura de la metodología comprende: la integración del padrón de plantaciones, la
selección de plantaciones a evaluar, el método de muestreo, obtención de información de
campo y gabinete, procesamiento y análisis de la información, y elaboración del informe final.
La "Cédula de Registro de Plantaciones" se ha diseñado para estandarizar y hacer una mejor
utilización de la información sobre la reforestación en México. Con esta cédula se elaboran los
padrones anuales de reforestación, rural y urbana, estatal, regional, municipal, por
dependencia responsable, y de su integración el nacional; permitiendo conocer el número,
ubicación y descripción de las plantaciones.
Por otro lado, permite identificar y tener un control de las plantaciones realizadas en el
proyecto especial de Restauración Ecológica de Areas Siniestradas por incendios forestales,
12
así como identificar las plantaciones que tuvieron apoyo para protección y mantenimiento, que
es uno de los nuevos conceptos de apoyo del PRONARE.
Los padrones, además de ser el insumo principal para planear la evaluación, son de utilidad
para integrar un banco de información sobre la reforestación en México y alimentar a un
Sistema de Información Geográfica. Para la ubicación geográfica de las plantaciones es
suficiente con un punto de referencia, obtenido de cartas topográficas o con GPS, pero el
siguiente paso es contar con el polígono, al menos de las plantaciones compactas de mayor
superficie, y de esta manera mejorar la información.
De los padrones se pueden hacer varios análisis y conocer el número de plantaciones,
superficie y número de plantas por región, por dependencia responsable de la reforestación,
por vivero de procedencia de la planta y por sistema de producción; además de conocer la
frecuencia de plantaciones por intervalo de superficie y las especies utilizadas en la
reforestación, y sus tendencias.
El propósito es registrar todas las plantaciones, sin embargo, actualmente la reforestación
sigue siendo atomizada, con plantaciones en pequeñas superficies y cantidad de planta, por
ejemplo, del análisis de 19 padrones estatales de 1997 se encontró que el 84.5% de las
plantaciones son menores a 5 ha, por lo que es necesario fijar un límite mínimo de registro. En
esta metodología se recomienda que las plantaciones rurales se inscriban a partir de 500
plantas o 1 ha. , y las urbanas a partir de 100 plantas.
Los "Padrones Estatales de Plantaciones" aún son heterogéneos con respecto a la información
solicitada en la "Cédula de Registro de Plantaciones", en muchos de los casos, la única fuente
de información disponible son las bitácoras, solicitudes, recibos u órdenes de salida de planta
de los viveros participantes, encontrándose información insuficiente para la ubicación y
descripción de las plantaciones. La superficie de las plantaciones se infiere a partir de una
densidad promedio por hectárea.
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Del total de las plantaciones empadronadas, tanto rurales como urbanas, se evalúan como
mínimo el 10%, y se considera a las dependencias responsables de la reforestación como
criterio de estratificación o de selección de las plantaciones. La muestra es representativa y
queda bien distribuida en todo el estado, cubriendo las diferentes regiones, dependencias
participantes en la reforestación y plantaciones de diferente tamaño; por otro lado, con esta
selección, permite evaluar plantaciones con planta de diferentes viveros de procedencia y
sistemas de producción.
Con este procedimiento para seleccionar las plantaciones se asegura evaluar las plantaciones
rurales y urbanas más grandes por región y por dependencia participante, coincidiendo en
mucho de los casos, con los proyectos prioritarios de cada entidad federativa; aunque no es
privativo para que se evalúen otros proyectos de interés.
La determinación del tamaño de muestra tiene un sustento estadístico, considerando una
precisión deseada, la variabilidad y el tamaño de la población.
Con fines de muestreo se clasificaron las plantaciones, de acuerdo a su arreglo en: compactas,
lineales y plantaciones compactas con líneas de plantación bien definidas. En plantaciones
compactas se utilizan sitios circulares de 100 m2, en plantaciones lineales los sitios de
muestreo son "líneas" de 25 m para plantaciones con espaciamiento menor o igual a 2.5 m y
de 50 m de longitud para plantaciones con espaciamiento mayor a 2.5 m; y en el tercer tipo de
plantaciones se utilizan las líneas de plantación como sitios de muestreo.
Para hacer mas práctica la determinación del número de sitios a levantar, se elaboraron tablas
para cada tipo de plantación, donde se requiere conocer el número de plantas y el
espaciamiento o densidad de la plantación. Estas tablas resultaron de aplicar la fórmula para
calcular el tamaño de muestra, considerando una variabilidad extrema ( p=0.5), un nivel de
confiabilidad del 95% y errores de estimación del 0.05 al 0.10, para diferentes tamaño de
plantaciones en número de plantas; encontrando una curva asintótica, siendo prácticamente
constante el tamaño de muestra a partir de 10,000 plantas. Por ejemplo, para cualquier
14
plantación mayor a 10,000 plantas a una densidad de 2,000 plantas/ha ( 2.0x2.5 m ) el número
de sitios circulares de 100 m2 a levantar es de 20.
La distribución de los sitios en campo es de manera sistemática. Se recomienda utilizar
rumbos francos, pero también es importante considerar otros criterios técnicos como la
pendiente del terreno, la exposición y la distribución de las especies en la plantación.
Como material de apoyo a las brigadas que toman la información de campo, se incluye un
formato e instructivo para elaborar el croquis de ubicación y acceso; que permita la
localización de las plantaciones, sobre todo para aquellos evaluadores que no tienen
conocimiento de donde se realizaron las plantaciones. En este mismo formato, se puede
elaborar el plano o croquis de la plantación y ubicar los sitios de muestreo a levantar.
Para obtener la información de gabinete y de campo de cada plantación, se diseñaron dos
formatos: "Información General de la Plantación" e "Información Particular de los Sitios de
Muestreo", y sus respectivos instructivos de llenado. La información es a dos niveles, el
primero es la información descriptiva de la plantación y características ecológicas del área que
se toma una sola vez; el segundo nivel son los datos de las mediciones de campo, que es
dinámica.
Con el formato: "Información General de la Plantación", se registra información para la
identificación de la plantación y las características ecológicas del área; se califica por
inspección o supervisión en toda la plantación si las especies utilizadas son apropiadas al sitio
y objetivo de la plantación, el pastoreo, vandalismo, incendios, fauna nociva, preparación del
terreno y densidad de plantación. Además se registra si hay protección de la plantación y
asistencia técnica. Por otro lado, se obtiene información sobre las posibles causas de muerte de
las plantas y las acciones de manejo recomendadas, y observaciones generales para tener una
radiografía a detalle. Se recomienda tomar fotografías de la plantación, de preferencia de
puntos fáciles de localizar para futuras visitas.
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Con el formato: "Información Particular de los Sitios de Muestreo", se obtiene información de
supervivencia, salud, integridad morfológica, vigor de las plantas, requerimientos de
reposición y altura promedio de las plantas; también podemos conocer las especies que están
prosperando mejor. En este mismo formato, también se puede registrar información adicional
como la regeneración natural.
Con la metodología se estiman la supervivencia y estado general de las plantaciones, a nivel
plantación, municipal, regional, por dependencia responsable de la reforestación, estatal y
nacional.
La supervivencia a nivel plantación se estima con las plantas vivas y muertas encontradas en
los sitios de muestreo. A nivel municipal, regional, por dependencia responsable, estatal y
nacional, con las plantas vivas y muertas de cada plantación evaluada; aunque es
recomendable ponderar por el tamaño de las plantaciones.
El estado general de la plantación se estima con un calificativo de calidad, mediante la
valoración de 13 indicadores: supervivencia, salud, integridad morfológica, vigor,
especie/sitio, manejo, pastoreo, vandalismo, incendios, fauna nociva, preparación del terreno,
densidad y especie/propósito. También se puede hacer el análisis a nivel indicador, regional y
estatal.
Asimismo, se puede correlacionar el comportamiento de las plantas en campo con el vivero de
procedencia y sistema de producción. Actualmente, la clasificación tradicional de los viveros
es por dependencia responsable, por meta de producción, por sistema de producción, por clima
donde se ubican y las especies que producen; pero el siguiente paso es clasificarlos por la
calidad de planta que producen, y el nivel de supervivencia y crecimiento que se logra en
campo.
Del mismo modo, es posible conocer los requerimientos de reposición de planta, las especies
que están prosperando mejor, y las plantaciones que cuentan con protección y asistencia
técnica.
16
Con la metodología, además se determinan las causas de muerte de las plantas y las acciones
de manejo recomendadas para mejorar la plantación.
Para concluir, se realizó un guión para la presentación del informe final por entidad federativa;
con el propósito de homogeneizar los documentos, presentar los principales resultados y su
análisis, y de esta manera generar las conclusiones y recomendaciones para mejorar la
metodología y el proceso de evaluación, para mejorar el proceso de reforestación, y las
propuestas para el seguimiento y cumplimiento de las recomendaciones técnicas. Este informe
final, también es de utilidad para integrar las "Memorias Anuales de la Reforestación".
Observaciones finales respecto a la metodología y su aplicación
1. Actualmente, ya se tiene un sustento legal para la evaluación técnica de la reforestación en
el artículo 33 del Reglamento de la Ley Forestal; por otro lado, se creó la Dirección de
Supervisión y Evaluación Técnica del PRONARE, que sigue desarrollando los
instrumentos para implantar el Sistema Nacional de Evaluación de la Forestación y
Reforestación (SINEFOR) en todas las entidades federativas. La evaluación es uno de los
nuevos conceptos de apoyo del PRONARE.
2. Se concluye que es necesario fomentar la cultura de la información y evaluación de la
reforestación en los Comités Estatales. Se ha encontrado que los cambios en la
administración pública federal, estatal, y hasta comunal, ha significado pérdida de
información para la integración de los padrones de plantaciones, así como para su
seguimiento y evaluación; de igual manera, en algunas entidades se siguen operando los
proyectos tradicionales de producción de planta y plantación, sin considerar a la
evaluación como proyecto prioritario.
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3. De la aplicación de la metodología, se concluye que para implantar el SINEFOR en todas
las entidades federativas, además de los canales de comunicación establecidos, como
oficios circulares, se deben celebrar reuniones de trabajo ex profeso con los comités
estatales, programar visitas por personal técnico de la Dirección General, y realizar la
capacitación de manera diferenciada para personas que planean la evaluación y personal
operativo en la toma de información de campo. Además, esta capacitación permite
homogeneizar los criterios técnicos para calificar las variables o indicadores.
4. Se recomienda mejorar la planeación de los programas estatales de reforestación. Las
metas anuales de reforestación deben estar sustentadas en áreas compactas identificadas y
concertadas, y no solamente con base a la planta disponible en los viveros, que a su vez
permita un mejor seguimiento y evaluación de todo el proceso.
5. Se concluye que es necesario mejorar los registros de la reforestación, para ello se
recomienda actualizar y estandarizar el uso de las solicitudes y recibos de entrega de
planta, que además de cumplir con las disposiciones de la Ley Forestal y su Reglamento,
contenga la información requerida para integrar los padrones, de acuerdo a la "Cédula de
Registro de Plantaciones".
6. Se recomienda establecer que las dependencias participantes en la reforestación, en el
ámbito del Comité Estatal, como soporte a los informes finales entreguen el padrón de
plantaciones correspondiente. Además de que participen en la evaluación.
7. Se recomienda hacer un análisis por separado de la supervivencia, y el calificativo de
calidad de la plantación obtenerlo con los 12 indicadores restantes, apoyado además con
otras observaciones de campo.
8. Se concluye que con la supervivencia y el calificativo de calidad por plantación, se puede
estimar un Índice de Calidad de la Reforestación estatal y nacional. La forma que se
propone para medir este índice, es dividiendo la sumatoria de las plantaciones evaluadas
con supervivencia y calificativo de calidad bajo un estándar definido, entre el total de
18
plantaciones evaluadas, multiplicado por cien para obtener un porcentaje; en este caso, el
Índice de Calidad de la Reforestación ideal es del 100%.
9. Se concluye que para supervisar y evaluar todo el proceso de reforestación, es necesario
desarrollar y complementar esta metodología con los módulos de evaluación técnica de
germoplasma y producción de planta. Además, debe complementarse con la supervisión y
asistencia técnica desde la salida de planta del vivero, transporte, manipulación de la
planta y plantación.
10. Se recomienda establecer una red de sitios permanentes de monitoreo de las plantaciones,
a fin de conocer su comportamiento y estado en las diferentes etapas del proceso de
desarrollo.
11. Se recomienda diseñar y programar la base de datos del SINEFOR con el propósito de
crear un banco de información sobre la reforestación en México y contar con una
herramienta para el manejo y análisis de la información, que coadyuve a la planeación del
proceso de reforestación y apoye en la toma de decisiones.
12. Actualmente, la evaluación técnica de la reforestación la realizan principalmente técnicos
de las dependencias que integran los Comités Estatales, sin embargo, se recomienda
convocar a las Instituciones de Enseñanza e Investigación para que participen a través de
estos Comités; para lo cual se requiere elaborar los términos de referencia con base a la
normatividad aplicable en la materia.
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