Silvia GuzmánSede Central

“MI EXPERIENCIA LABORAL MÁS ALLÁ

DE LAS REJAS”

Recuerdo que me impresionó mucho la primera vez que entré a un penal, en Cerro de Pasco. Las grandes puertas y gruesos barrotes que se abrían y cerraban tras de mi con su fuerte y seco sonido metálico, me hicieron sentir agobiada y nerviosa al ser mi primer contacto con personas privadas de su libertad.

En ese instante me vino a la memoria las letras de una canción aprendida en el CENECP “Valorar a quien se pudo equivocar a comprender que ante todo es humano que tropezó durante un largo caminar”, la cual le dio sentido a ese momento. Pero todas esas barreras mentales y la ansiedad que tenía desaparecieron en el primer contacto que tuve con ellos, frente a frente, cara a cara, que me transmitieron la imperiosa necesidad de comunicarse y conocer su realidad.

Mi trabajo en los diferentes establecimientos penitenciarios me ha traído muchas experiencias desde ese 19 de diciembre de 2012, cuando llegue con mi maleta llena de prejuicios y nervios al iniciar mis labores como agente penitenciario. Asimismo, mi profesión como Licenciada de Educación Básica me permitió visualizar que, en diferentes áreas, como: seguridad, tratamiento y administración, son las herramientas más importantes que contribuyen a la resocialización del interno/a.

Había que demostrar que las personas pueden cambiar si se lo proponen y así lo percibí, con las conversaciones que día a día teníamos con ellos y la ayuda de dinámicas participativas durante los relevos. Estas motivaciones mejoraron sus habilidades y confianza en sus propias capacidades, aprovechando nuestros minutos de formación y relevo para inculcar valores como la solidaridad, incentivar el dialogo, la interculturalidad y todo aquello que necesitaban expresar.

Los efectos inmediatos y positivos se reflejaron en el trato a sus familiares durante las visitas, en

“MI EXPERIENCIA LABORAL MÁS ALLÁ DE LAS REJAS”

celebraciones como Navidad, Fiestas Patrias, Día de la Madre, entre otras. Hasta cambió la forma de saludar al personal del INPE.

Debo decir que me afectó mucho cuando me tocó estar en servicio durante esas fechas, lejos de mi familia. Eso me hizo entenderlos al ponerme en el lugar de ellos.Luego de unos años fui rotada al área de Educación como directora del CETPRO, CEBA y cuna del penal de Huánuco. Las experiencias fueron muy significativas porque pude desempeñarme en mi carrera de docente, donde tuve la oportunidad de hacer gestiones en bien de quienes no terminaron sus estudios primarios y secundarios, dándoles también la opción de una carrera técnica productiva, realizando capacitaciones en convenio con universidades y otros CETPROS, que al finalizar su pena les ayudaría mucho a reinsertarse en el mercado laboral.

Fue muy gratificante ver que algunos estudiantes del nivel básico aprendieron desde cómo usar un lápiz, hacer uso de las tecnologías como la computadora y hasta perder el temor de hablar en público.

Actualmente estoy trabajando en el Centro de Documentación y Archivos de la Sede Central del INPE, área muy importante para nuestra institución. Es el primer contacto del usuario con la institución. Mi función consiste en recepcionar, clasificar, verificar, registrar, foliar y derivar los expedientes y otras documentaciones que ingresan por mesa de partes. Nos tuvimos que reinventar como todos por la pandemia. Ahora la tecnología va con nuestras actividades cotidianas como es la Mesa de Partes Virtual, donde he descubierto que atender al público usuario y al personal de la institución al orientarlos en la presentación de sus expedientes y otros documentos, es de suma importancia.

Los nuevos retos despiertan actitudes evolutivas profundamente arriesgadas, que en algunos casos nos llevan a ser menos tolerantes, pero también saca lo mejor de nosotros para enfrentar con valentía las diferentes actividades que realizamos a nivel nacional, que con la bendición de Dios y la esperanza de volver a estar como antes y siendo mejores personas.

SOBRE LA AUTORA

Silvia Guzmán Canduelas, licenciada de Educación Básica de la Universidad Hermilio Valdizán-Huánuco.

Terminó sus estudios en el CENECP en diciembre del 2012, promoción 2012-II Excelencia Penitenciaria.

Laboró en los Establecimientos Penitenciarios de Cerro de Pasco, Huánuco y Ancón I.

Actualmente se desempeña en el Centro de Documentación y Archivos de la Sede Central.

Recuerdo que me impresionó mucho la primera vez que entré a un penal, en Cerro de Pasco. Las grandes puertas y gruesos barrotes que se abrían y cerraban tras de mi con su fuerte y seco sonido metálico, me hicieron sentir agobiada y nerviosa al ser mi primer contacto con personas privadas de su libertad.

En ese instante me vino a la memoria las letras de una canción aprendida en el CENECP “Valorar a quien se pudo equivocar a comprender que ante todo es humano que tropezó durante un largo caminar”, la cual le dio sentido a ese momento. Pero todas esas barreras mentales y la ansiedad que tenía desaparecieron en el primer contacto que tuve con ellos, frente a frente, cara a cara, que me transmitieron la imperiosa necesidad de comunicarse y conocer su realidad.

Mi trabajo en los diferentes establecimientos penitenciarios me ha traído muchas experiencias desde ese 19 de diciembre de 2012, cuando llegue con mi maleta llena de prejuicios y nervios al iniciar mis labores como agente penitenciario. Asimismo, mi profesión como Licenciada de Educación Básica me permitió visualizar que, en diferentes áreas, como: seguridad, tratamiento y administración, son las herramientas más importantes que contribuyen a la resocialización del interno/a.

Había que demostrar que las personas pueden cambiar si se lo proponen y así lo percibí, con las conversaciones que día a día teníamos con ellos y la ayuda de dinámicas participativas durante los relevos. Estas motivaciones mejoraron sus habilidades y confianza en sus propias capacidades, aprovechando nuestros minutos de formación y relevo para inculcar valores como la solidaridad, incentivar el dialogo, la interculturalidad y todo aquello que necesitaban expresar.

Los efectos inmediatos y positivos se reflejaron en el trato a sus familiares durante las visitas, en

celebraciones como Navidad, Fiestas Patrias, Día de la Madre, entre otras. Hasta cambió la forma de saludar al personal del INPE.

Debo decir que me afectó mucho cuando me tocó estar en servicio durante esas fechas, lejos de mi familia. Eso me hizo entenderlos al ponerme en el lugar de ellos.Luego de unos años fui rotada al área de Educación como directora del CETPRO, CEBA y cuna del penal de Huánuco. Las experiencias fueron muy significativas porque pude desempeñarme en mi carrera de docente, donde tuve la oportunidad de hacer gestiones en bien de quienes no terminaron sus estudios primarios y secundarios, dándoles también la opción de una carrera técnica productiva, realizando capacitaciones en convenio con universidades y otros CETPROS, que al finalizar su pena les ayudaría mucho a reinsertarse en el mercado laboral.

Fue muy gratificante ver que algunos estudiantes del nivel básico aprendieron desde cómo usar un lápiz, hacer uso de las tecnologías como la computadora y hasta perder el temor de hablar en público.

Actualmente estoy trabajando en el Centro de Documentación y Archivos de la Sede Central del INPE, área muy importante para nuestra institución. Es el primer contacto del usuario con la institución. Mi función consiste en recepcionar, clasificar, verificar, registrar, foliar y derivar los expedientes y otras documentaciones que ingresan por mesa de partes. Nos tuvimos que reinventar como todos por la pandemia. Ahora la tecnología va con nuestras actividades cotidianas como es la Mesa de Partes Virtual, donde he descubierto que atender al público usuario y al personal de la institución al orientarlos en la presentación de sus expedientes y otros documentos, es de suma importancia.

Los nuevos retos despiertan actitudes evolutivas profundamente arriesgadas, que en algunos casos nos llevan a ser menos tolerantes, pero también saca lo mejor de nosotros para enfrentar con valentía las diferentes actividades que realizamos a nivel nacional, que con la bendición de Dios y la esperanza de volver a estar como antes y siendo mejores personas.

SOBRE LA AUTORA

Silvia Guzmán Canduelas, licenciada de Educación Básica de la Universidad Hermilio Valdizán-Huánuco.

Terminó sus estudios en el CENECP en diciembre del 2012, promoción 2012-II Excelencia Penitenciaria.

Laboró en los Establecimientos Penitenciarios de Cerro de Pasco, Huánuco y Ancón I.

Actualmente se desempeña en el Centro de Documentación y Archivos de la Sede Central.

Recuerdo que me impresionó mucho la primera vez que entré a un penal, en Cerro de Pasco. Las grandes puertas y gruesos barrotes que se abrían y cerraban tras de mi con su fuerte y seco sonido metálico, me hicieron sentir agobiada y nerviosa al ser mi primer contacto con personas privadas de su libertad.

En ese instante me vino a la memoria las letras de una canción aprendida en el CENECP “Valorar a quien se pudo equivocar a comprender que ante todo es humano que tropezó durante un largo caminar”, la cual le dio sentido a ese momento. Pero todas esas barreras mentales y la ansiedad que tenía desaparecieron en el primer contacto que tuve con ellos, frente a frente, cara a cara, que me transmitieron la imperiosa necesidad de comunicarse y conocer su realidad.

Mi trabajo en los diferentes establecimientos penitenciarios me ha traído muchas experiencias desde ese 19 de diciembre de 2012, cuando llegue con mi maleta llena de prejuicios y nervios al iniciar mis labores como agente penitenciario. Asimismo, mi profesión como Licenciada de Educación Básica me permitió visualizar que, en diferentes áreas, como: seguridad, tratamiento y administración, son las herramientas más importantes que contribuyen a la resocialización del interno/a.

Había que demostrar que las personas pueden cambiar si se lo proponen y así lo percibí, con las conversaciones que día a día teníamos con ellos y la ayuda de dinámicas participativas durante los relevos. Estas motivaciones mejoraron sus habilidades y confianza en sus propias capacidades, aprovechando nuestros minutos de formación y relevo para inculcar valores como la solidaridad, incentivar el dialogo, la interculturalidad y todo aquello que necesitaban expresar.

Los efectos inmediatos y positivos se reflejaron en el trato a sus familiares durante las visitas, en

celebraciones como Navidad, Fiestas Patrias, Día de la Madre, entre otras. Hasta cambió la forma de saludar al personal del INPE.

Debo decir que me afectó mucho cuando me tocó estar en servicio durante esas fechas, lejos de mi familia. Eso me hizo entenderlos al ponerme en el lugar de ellos.Luego de unos años fui rotada al área de Educación como directora del CETPRO, CEBA y cuna del penal de Huánuco. Las experiencias fueron muy significativas porque pude desempeñarme en mi carrera de docente, donde tuve la oportunidad de hacer gestiones en bien de quienes no terminaron sus estudios primarios y secundarios, dándoles también la opción de una carrera técnica productiva, realizando capacitaciones en convenio con universidades y otros CETPROS, que al finalizar su pena les ayudaría mucho a reinsertarse en el mercado laboral.

Fue muy gratificante ver que algunos estudiantes del nivel básico aprendieron desde cómo usar un lápiz, hacer uso de las tecnologías como la computadora y hasta perder el temor de hablar en público.

Actualmente estoy trabajando en el Centro de Documentación y Archivos de la Sede Central del INPE, área muy importante para nuestra institución. Es el primer contacto del usuario con la institución. Mi función consiste en recepcionar, clasificar, verificar, registrar, foliar y derivar los expedientes y otras documentaciones que ingresan por mesa de partes. Nos tuvimos que reinventar como todos por la pandemia. Ahora la tecnología va con nuestras actividades cotidianas como es la Mesa de Partes Virtual, donde he descubierto que atender al público usuario y al personal de la institución al orientarlos en la presentación de sus expedientes y otros documentos, es de suma importancia.

Los nuevos retos despiertan actitudes evolutivas profundamente arriesgadas, que en algunos casos nos llevan a ser menos tolerantes, pero también saca lo mejor de nosotros para enfrentar con valentía las diferentes actividades que realizamos a nivel nacional, que con la bendición de Dios y la esperanza de volver a estar como antes y siendo mejores personas.

SOBRE LA AUTORA

Silvia Guzmán Canduelas, licenciada de Educación Básica de la Universidad Hermilio Valdizán-Huánuco.

Terminó sus estudios en el CENECP en diciembre del 2012, promoción 2012-II Excelencia Penitenciaria.

Laboró en los Establecimientos Penitenciarios de Cerro de Pasco, Huánuco y Ancón I.

Actualmente se desempeña en el Centro de Documentación y Archivos de la Sede Central.