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63 Mittelafrika: Canarias y la geopolítica alemana en el África subsahariana y en el Magreb (1871-1919) Fernando N. Navarro Beltrame Francisco Javier Ponce Marrero (director de la investigación) Introducción El punto de partida de la presencia española en el litoral sahariano fue la ocupación del Archipiélago Cana- rio durante el siglo XIV, que permi- tió a partir de entonces disponer de una base efectiva para las inevita- bles, aunque escasas, relaciones con la costa vecina. Para Alemania, la falta de un estado unitario ale- mán había impedido ampliar las posesiones coloniales en África; no obstante, entre el siglo XVII y XVIII, los estados alemanes ya habían tenido algunas colonias: Groß Frie- drichsburg en Ghana, la isla de Ar- guin en Mauritania y Whydah en To- go (Koltermann, Plehn, 2006; Van der Heyden, 2001). Para España, pe - se a su secular presencia en África y a la victoria militar en la Guerra de África (1859-1860), su actuación desde mediados del siglo XIX había sido deficitaria: la situación mer- cantil en Canarias se mantenía in- alterada, en detrimento de los de- más archipiélagos atlánticos, como el portugués de Madeira o la isla francesa de Goreé (Guimerá Pe- raza, 2004: 106, 110); desde 1849 España aumentó poco su influen- cia en el golfo de Guinea mientras que en 1862 aún tenía que entablar relaciones comerciales con Marrue- cos. A mediados del siglo XIX, las actividades económicas en Guinea Ecuatorial y en Canarias pasaron a manos inglesas (Liria Rodríguez, 2003: 61; Morales Lezcano, 2006: 226). La mediación inglesa en las actividades económicas del archi- piélago alcanzó tal grado que hasta los diversos estados alemanes con- fiaron la representación de sus in- tereses en Canarias a ciudadanos ingleses y franceses (1). Tras la Re- volución de 1868 en España, Prusia En este trabajo recopilamos y analizamos la información de diferentes archivos europeos acerca del papel que tuvo el Archipiélago Canario en la política colonial africana del Im- perio Alemán. Se toma como referencia la diplomacia europea, compaginándola con las dimensiones políticas, militares, administrativas y económicas de diversos países y sus in- fluencias en las Islas Canarias. A partir de 1898, España buscó consolidar sus posesiones en las aguas y las tierras de Marruecos, del Sahara, de parte de la actual Mauritania y de Guinea Ecuatorial al mismo tiempo que se incrementó la presencia colonial anglo-francesa. La especificidad fun- cional de Canarias en la política africana de España y de Ale- mania entre 1871 y 1919 se debe englobar dentro de este marco, donde el Mittelafrika pasó a ser de un concepto ge- ográfico a un concepto político-económico. In this paper I collect and analyze information from various archives in Europe about the role played by the Canary Is- lands in the African colonial policy of the German Empire. It takes as reference the European diplomacy, articulated with the political, military, administrative and economic condi- tions of various countries and their influence on the Canary Islands. Since 1898, Spain sought to consolidate their pos- sessions in the waters and lands of Marocco, Sahara, part of Mauritania present-day and Equatorial Guinea at the same time to increase the Anglo-French colonial presence. The functional specificity of the Canary Islands in African politics of Spain and Germany between 1871 and 1919 should be covered within this framework, when Mittelafrika became a geographical concept to a political-economic con- cept. Artículo patrocinado por Atlantis Publicidad

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Mittelafrika: Canarias y la geopolítica alemana en el África subsahariana y en el Magreb (1871-1919)Fernando N. Navarro BeltrameFrancisco Javier Ponce Marrero (director de la investigación)

Introducción

El punto de partida de la presenciaespañola en el litoral sahariano fuela ocupación del Archipiélago Cana-rio durante el siglo XIV, que permi-tió a partir de entonces disponer deuna base efectiva para las inevita-bles, aunque escasas, relacionescon la costa vecina. Para Alemania,la falta de un estado unitario ale-mán había impedido ampliar lasposesiones coloniales en África; noobstante, entre el siglo XVII y XVIII,los estados alemanes ya habíantenido algunas colonias: Groß Frie-

drichsburg en Ghana, la isla de Ar-guin en Mauritania y Whydah en To - go (Koltermann, Plehn, 2006; Vander Heyden, 2001). Para España, pe - se a su secular presencia en Áfricay a la victoria militar en la Guerrade África (1859-1860), su actuacióndesde mediados del siglo XIX habíasido deficitaria: la situación mer-cantil en Canarias se mantenía in-alterada, en detrimento de los de -más archipiélagos atlánticos, comoel portugués de Madeira o la islafrancesa de Goreé (Guimerá Pe-raza, 2004: 106, 110); desde 1849España aumentó poco su influen-

cia en el gol fo de Guinea mientrasque en 1862 aún tenía que entablarrelaciones comerciales con Marrue -cos. A mediados del siglo XIX, lasactividades económicas en GuineaEcuatorial y en Canarias pasaron ama nos inglesas (Liria Rodríguez,2003: 61; Morales Lezcano, 2006:226). La mediación inglesa en lasactividades económicas del archi-piélago alcan zó tal grado que hastalos diversos estados alemanes con -fiaron la representación de sus in-tereses en Canarias a ciudadanosingleses y franceses (1). Tras la Re-volución de 1868 en España, Prusia

En este trabajo recopilamos y analizamos la información dediferentes archivos europeos acerca del papel que tuvo elArchipiélago Canario en la política colonial africana del Im-perio Alemán. Se toma como referencia la diplomacia europea,compaginándola con las dimensiones políticas, militares,administrativas y económicas de diversos países y sus in-fluencias en las Islas Canarias. A partir de 1898, Españabuscó consolidar sus posesiones en las aguas y las tierrasde Marruecos, del Sahara, de parte de la actual Mauritaniay de Guinea Ecuatorial al mismo tiempo que se incrementóla presencia colonial anglo-francesa. La especificidad fun-cional de Canarias en la política africana de España y de Ale-mania entre 1871 y 1919 se debe englobar dentro de estemarco, donde el Mittelafrika pasó a ser de un concepto ge-ográfico a un concepto político-económico.

In this paper I collect and analyze information from variousarchives in Europe about the role played by the Canary Is-lands in the African colonial policy of the German Empire. Ittakes as reference the European diplomacy, articulated withthe political, military, administrative and economic condi-tions of various countries and their influence on the CanaryIslands. Since 1898, Spain sought to consolidate their pos-sessions in the waters and lands of Marocco, Sahara, partof Mauritania present-day and Equatorial Guinea at thesame time to increase the Anglo-French colonial presence.The functional specificity of the Canary Islands in Africanpolitics of Spain and Germany between 1871 and 1919should be covered within this framework, when Mittelafrikabecame a geographical concept to a political-economic con-cept.

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nombró a un nuevo cónsul en el ar-chipiélago y terminó de absorberlos consulados de los restantes es-tados alemanes del norte (2). Asípues, co mercial y económicamente,la Confederación de Alemania delNorte, concretamente las ciudadeshanseáticas, fue la que siguió avan -zan do en su expansión por el Atlán -tico y África (Janué i Miret, 2007: 76;Stephan, 1937: 19). Tras la GuerraFranco-Prusiana y la creación delSegundo Reich, Alemania practicóen el continente europeo, bajo elmandato del canciller Bismarck,una política de equilibrio cuyas di-rectrices fundamentales consistíanen mantener aislada a Francia y evi -tar la formación de alianzas contraAlemania. Pero la Guerra Franco-Prusiana puso de relieve dos cues-tiones altamente estratégicas: lacapacidad de Francia en movilizarsu ejército colonial desde África,co mo refuerzo en el territorio de lametrópoli, y que un posible conflic -to europeo contra Alemania tuvie -se como consecuencia la aperturade escenarios militares en territoriosfuera de Europa. En ambas cuestio -nes, Alemania y España estabanimplicadas. Para el Segundo Reich,su superioridad en tierra era evi-dente, pero no así su dominio delmar; por ello se empezó a gestar laidea de poseer una fuerza naval quesirviese de apoyo y refuerzo a la nue-va fuerza continental recién adqui-rida pero con un carácter mix to eco -nómico-militar (De Salas, Gar cíaSola, 1876: 541). Así pues, fue ronrazones de estrategia política lasque determinaron que el Segundo

Reich apareciese en la escena afri-cana: el incremento de la influenciaalemana en Marruecos había de ac - tuar como un instrumento de pre-sión contra Francia (De Grunwald,1963: 232; Janué i Miret, 2007: 85-86). A pesar del carácter meramen -te estratégico de dichas razones, laeuforia nacionalista tras la funda-ción del Segundo Reich pareció em - pujar a Alemania hacia una claraexpansión territorial por medio deconquistas coloniales, de ahí queen noviembre de 1871 se instalaseun cónsul en representación del re-cién constituido Segundo Reich enlas Islas Canarias (3). Sin embargo,Alemania carecía de medios sufi-cientes para enfrentarse con lasde más potencias coloniales (4), porlo que las únicas acciones se orien-taron a incrementar levemente losne gocios de las sucursales de losco merciales hanseáticos y crear el

Almirantazgo Imperial en 1872 (Ja -nué i Miret, 2007: 77). No obstantela cautela de la política bismarc-kiana, la propaganda colonial fueganan do adeptos en Alemania y sevislumbraron posibilidades econó-micas en Canarias como puerto dees cala atlántica aprovechando laLey de Puertos Francos; pero la in-estabilidad política de España (Pri-mera República de 1873 y golpe deEstado de 1874) provocó que loscomerciantes alemanes prefiriesenasentarse en Togo más que en lasIslas Canarias pese a que Españacon cediese a Alemania ventajasarancelarias (5). Así pues, a partirde 1875, la única finalidad de Bis-marck con respecto a Francia fueanimarla en sus proyectos expan-sionistas a través de la creación deun imperio colonial, barajando almismo tiempo la posibilidad de lle-var tropas alemanas a la frontera

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Acorazado alemán zarpando hacia el Atlántico antes del estallido de la Primera GuerraMundial (PAAA, IA Weltkrieg, Band 1, Nr.16546, R.19865, D.845316, Abschrift 09/07/1914).

con Argelia para distraer así las mi-radas francesas de las fronterasalemanas (De Grunwald, 1963: 225,267; Janué i Miret, 2007: 86; Mora-les Lezcano, 1986: 50).

La confrontación (1875-1900)

Después de la proclamación del Se-gundo Reich, la política colonial enAlemania continuó desempeñandoun papel subordinado: Bismarck re - chazó las adquisiciones territoria-les de ultramar ya que reportabanpequeñas ventajas económicas pe - ro podían provocar grandes conflic-tos políticos internacionales. El an -tagonismo entre Francia e Inglate-rra en la cuestión egipcia alivió la si - tuación política exterior del Segun -do Reich y dio lugar a una diplo ma -cia activa y creativa con la que Bis-marck se encargó de crear, recrear,rebatir y reformar alianzas y trata-dos (Wesseling, 1999: 29). Con Eu-ropa bajo control, quedaba sólo elproblema de las colonias de la Tri-ple Alianza, representadas por lasaspiraciones italianas en el Nor tede África. Pero en Canarias los ale-manes habían logrado introducirseya en algunas actividades eco nó -micas relacionadas principal men tecon la actividad portuaria, aunquede manera marginal y supeditadaa la acción inglesa y la susceptibi-lidad francesa (Quintana Navarro,1992). En 1875, Bismarck desechóla posibilidad de una alian za conEspaña: aunque sobre el pa pel éstaofrecía múltiples ven tajas, la ines-tabilidad que había de mos trado

tener la política españo la, hi zo quese llegasen sólo a acuerdos colo-niales en el Océano Pacífico mien-tras que la acción española en Áfri -ca se limitó al intento de ocupaciónde Santa Cruz de la Mar Pequeñaen 1877 (Morales Lez cano, 2006:227). Según la política exterior es-pañola de la Restauración, la pose-sión de Canarias legitimaba las as -piraciones de España en el nor te deÁfrica. Un esquema similar siguióel Segundo Reich: dado que Españaestaba interesada por Marruecos ylo mismo ocurría con Francia e In-glaterra, aquella por su proximidadcon Argelia y ésta para proteger aGibraltar, Alemania cerró un acuer -do de comercio con Marruecos ycontinuó manteniendo ba jo obser-vación las actividades de Franciaen África Occidental (6). La inter-vención de Bismarck en el Con gre -so de Berlín de 1878 determinó queÁfrica se perfilase para Alemaniacomo una moneda de cambio enasuntos de política exterior (7). Porel contrario, los propagandistas dela expansión germana difundieronla idea de que era necesario crearun nuevo protectorado en el nor-oeste de África teniendo en cuentalos beneficios económicos que po-drían obtenerse (Janué i Miret, 2007:76, 87). Acorde con esta idea, entre1878 y 1879 el cónsul alemán enCanarias recorrió el archipiélago pa -ra evaluar las posibilidades que tan-to éste como la vecina costa afri -cana ofrecían y ampliar, en funciónde las mismas, la red consular (8).Para algunos comerciantes alema -nes, la posición de Cana rias se ha-

cía cada vez más importante de-bido a que la rivalidad anglo-fran-cesa ex cluía a las demás nacioneseuropeas, al empuje francés desdeArgelia y Senegal hacia el Atlánticoy al desembarco de comerciantesingleses en Tarfaya. Así pues, el Se -gundo Reich par ticipó en la Confe-rencia de Madrid en julio de 1880con tres claros objetivos: mantenerel statu quo en la zo na, configurarun marco re gulador estable en loque se refiere a soberanía y dere-chos de propiedad en el territoriomarroquí, así co mo defender laigualdad de opor tunidades y de de-rechos comerciales para las poten-cias extranjeras. Tras di cha Confe -rencia, España empezó a retomartímidamente la aventura colonial y,aprovechando el reciente contactocon los respon sables de la políticaexterior y colonial europea, en 1883España con cedió el trato de naciónmás favorecida a Alemania en co-mercio, navegación, derechos y pri-vilegios consulares (Torre jón Cha -ves, 2006: 308). Además, la Marinaespañola aprovechó esta coyun-tura para empezar a usar téc nicase infraestructuras de la KaiserlicheMarine (9), Alfonso XII inició unacontrovertida visita oficial a Alema-nia, donde confirmó al nue vo cón-sul alemán para la isla de Tenerife(10) y buscó el apoyo alemán con-tra los posibles avances francesesen Marruecos (Lario, 1999: 171). En1884 Bismarck puso bajo protec-ción del Segundo Reich las sucur-sales que disponían los comer cian-tes alemanes en los te rritorios deNamibia (11) y, poco más tarde, pa-

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sarían también al dominio alemánTogo, Camerún, Ruan da, Bu rundi yTanzania (12). Esta primera fase dela política colonial alemana se cerrótambién con la toma de po sesionesen el Pacífico; des de el punto devista eco nómico y militar, sin em -bar go, el significado de es tos terri-torios era ínfimo: su va lor, si acaso,se encon traba en ganarse la con-fianza de los franceses respetandosu influencia en Marruecos (Januéi Miret, 2007: 77-78, 86). Pero el es -tablecimien to de jerarquías colo-niales que Alemania estaba rea -lizando en la primera mitad del si -glo XIX no tuvo en cuen ta las pre-tensiones es pañolas en África y uncli ma de velada hostilidad se esta -ba creando entre las Cancillerías deMadrid y Berlín debido, además, ala reciente confrontación colonial enel Pacífico (Morales Lezcano, 2006:212). Dado que la mayor presiónque recibieron las colonias alema-nas en África procedió de las colo-nias francesas, Bismarck confirmósu política exterior de aislamientoa Francia y de mantener neutral aInglaterra, controlando, en ciertame dida, la política exterior de otrospaíses. Bis marck convocó una nue vaconferencia internacional en Berlín,don de también fue invitada Espa-ña, con el fin de resolver los proble -mas que planteaba la expansióncolonial. En la alo cución del Canci-ller en la inauguración de la Confe-rencia de Berlín, Bis marck preten -dió fijar el marco jurídico-económi -co para el pos terior reparto de Áfri -ca (Morales Lezcano, 2006: 170).Fue precisamente durante la cele-

bración de la Conferencia de Berlín,en noviembre de 1884, cuando tuvolugar la ocupación española de Ríode Oro, comunicando a las poten-cias extranjeras que el territoriocomprendido entre Ca bo Bojador yCabo Blanco era protectorado es-pañol. La ocupación española de lacosta sahariana se con firmó con elnombramien to de un Comisario Re -gio para el nuevo territorio en 1885(Morales Lezcano, 2006: 228). El in-cidente diplomático entre España yAlemania no tardó en llegar: el no re -conocimiento de los derechos his-tóricos fue un punto aprobado enla Conferencia de Berlín, resintién-dose la diplomacia española. Y eltentativo de ocupación alemana enzonas del Pacífico, en aquel momen -to bajo dominio histórico español (ypor extensión los dominios africa-nos), no ayudó a serenar los ánimos,llegándose a asaltar la legación ale -mana en Madrid a finales de 1885(13). Mientras los demás paíseseuropeos reconocieron la presenciaespañola en África, hacia Canariasfueron atraídos capitales de socie-dades alemanas, belgas, francesase inglesas, que tuvieron una estre-cha correlación de intereses con unaburguesía local que contaba conunos capitales y unos medios su-periores a la de los archipiélagos deMadeira, Cabo Verde y la isla deGorée. Además, tras el Congreso deBerlín, los ríos africanos se convir-tieron en un elemento fundamentalpara la penetración en el conti-nente y, en el caso de Guinea Ecua-torial, el río Muni adquirió un altovalor estratégico (Liria Rodríguez,

2003: 70-71). Además, a partir de1886, las relaciones del SegundoReich con Francia volvieron a dete-riorarse y Bismarck intensificó susrelaciones amistosas con el gobier -no de Marruecos con la finalidad defavorecer el establecimiento de losintereses económicos alemanes endicho territorio. Para ello, el vaporalemán Gottorp apareció ante lacosta occidental de África, con laconsiguiente sorpresa de España yde los países europeos (MoralesLezcano, 2006: 228). No obstante, lapostura alemana hizo que en 1886comenzase a actuar en París unaComisión Hispano-Francesa parala fijación de los límites de los co-rrespondientes territorios en la cos -ta occidental de África, sucedién-dose una serie de expediciones es-pañolas en el Sahara que culmina-ron con la incorporación del Saharaa la Capitanía General de Canariasy con la firma del Acta de Iyil, queen cierta forma confirmó el controlespañol en dicha zona (Cordero To-rres, 1941: 308; Janué i Miret, 2007:78; Morales Lezcano, 2006: 228). En1888, Guillermo II fue proclamadokáiser y rápidamente sus deliriosde grandeza lo enfrentarían prontocon Bismarck, con su pasiva políti -ca colonial y con su intento de su -mar Inglaterra a su sistema de alian -zas. En 1889 Lord Salisbury recha -zó llegar a acuerdos con Alemaniapero, pese a esta negativa, no sevieron afectadas las relaciones bi-laterales anglo-alemanas y en lasIslas Canarias se llegó incluso a laparadójica situación de que perso-nal consular inglés sustituyese pun -

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tualmente al alemán (14). En 1890,tras las divergencias entre el káisery Bismarck, que terminaron con lasdimisiones de este último, Inglate-rra y Alemania firmaron el Tratadode Helgoland-Zanzíbar: al nuevocanciller, Caprivi, no le interesaba lacolonia de Witu, en Uganda, ni la is -la de Zanzíbar si éstas podían ser-vir para quitar la peligrosa espadade Damocles que pendía sobre laKaiserliche Marine en la isla de Hel-goland y alcanzar así una reconci-liación con Inglaterra. No obstante,se había logrado establecer en Ma-rruecos una sólida infraestructuracomercial ya que las grandes em-presas comerciales hanseáticas in-crementaron sus relaciones conÁfrica: cuanto más tiempo pasasesin que se llegase a algún tipo deacuerdo, tanto más podría Alema-nia ver progresar sus intereses y suinfluencia en Marruecos. Las au to-ridades del Segundo Reich pensa-ban que, si llegaba el momento deverse obligados a liquidar sus inte-reses en el noroeste africano, comohizo Francia ante Inglaterra en Egip -to, éstos podrían constituir una mo -neda de cambio ya fuese en la po -lítica internacional como en la po-lítica colonial (15). Por este motivo,durante algunos años, el SegundoReich intentó establecerse tantoen las cercanías de las costas ma-rroquíes como en las Islas Canarias,logrando la concesión de ventajaseconómicas a los comerciantes ale-manes (Janué i Miret, 2007: 74, 79-88). El caso es que en tre 1891 y 1895crecería en Alemania la influenciade las sociedades colonialistas, que

ya no se contentaban sólo con quese ampliase la protección imperiala los negocios alemanes en los te-rritorios de ultramar, sino que exi-gieron una activa política expansio -nista guber namental de carácterpangermanista. En 1896 la estrate -gia del Segundo Reich en Marrue-cos se vio alterada tras la muertedel sultán Muley Hassan: la inflexi-bilidad con la cual los alemanespresionaron entonces para defen-der sus reclamaciones llegó a ame-nazar sus pro pios intereses. A par tirde ese momento, para Guillermo IIy el Secretario de Estado en el Mi-nisterio de la Marina, almirante Al-fred von Tirpitz, la construcción dela Flottenbau constituyó un condi-cionante esencial de la grandeza yel poderío de Alemania: esta arma -da tenía que hacer desistir al restode potencias de una posible agre-sión y permitir la efectiva presenciaen todos los mares. Entre 1897 y1898, militares e industriales alema-nes contribuyeron de forma apasio-nada a trans mitir a todas las capasde la po blación, mediante intensi-vas campañas de propaganda, laidea de la superioridad marítima deAlemania (Janué i Miret, 2007: 80,83, 88). Al contrario que la dinámicapolítica alemana, España suprimióel Ministerio de Ultramar (MirandaJun co, 1945: 108) y firmó un tratadocon Francia para la delineación delas fronteras en África Occidental,Río de Oro y Guinea Ecuatorial, don -de también hubo una oferta alema -na para su compra pero que Espa ñarechazó. Con el agravio de la situa-ción en las colonias y con la derrota

en la Guerra Hispano-Americana(1898-1899), España fue protago-nista de un obstinado abstencionis -mo oficial ante Francia e Inglaterrapor su apoyo a la posición ameri-cana en el Pacífico. Una vez acep-tada la derrota, y queriendo salir desu aislamiento, España intentó des -viar la atención alemana del conti-nente africano hacia lo que le que -daba en el Pacífico tras las ocupa-ciones americanas de las Marshally de las Carolinas (Pérez-Llorca,1998: 84-85). Tras la pérdida de lasúltimas colonias americanas, la con -dición de Guinea Ecuatorial cambió,pues ya no dependía ni financiera-mente ni militarmente de Cuba, si -no que se convirtió en el territoriomás alejado de la metrópoli y, juntocon Canarias y el Norte de África, seconvirtieron en los únicos territo-rios españoles de ultramar (LiriaRodríguez, 2003: 70); y en Canariasla influencia francesa estaba en de-trimento a favor de Inglaterra y deAlemania (16). Así pues, revalorizarpolítica, comercial y estratégica-mente las Islas Canarias fue inevi-table tras la pérdida de las coloniasamericanas, y esta revalorizaciónatrajo, aún más si cabe, a Ale maniahacia el Atlántico. Pero, a pesar delas pretensiones imperiales de Gui-llermo II, la realidad del imperio co-lonial alemán continuó siendo mo-desta.

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La modificación (1901-1906)

Coincidiendo con el cambio de si -glo, Inglaterra se había planteadola con veniencia de llegar a un en-tendimiento con Alemania, que in -cluye ra la firma de un acuerdo delimi ta ción mutua del armamento yde la flota, al que previamente lesiguió un acuerdo en el trazado delas fron teras en el este de África (17).Pero los intentos de aproximacióncon Alemania no llegarían a buenpuer to al condicionar el SegundoReich to do acuerdo a la implicaciónde In glaterra en la Triple Alianza. Elinflexible rechazo alemán pre ci -pitaría el fin de la política de equili -brio en Europa y Francia e Ingla -terra, hasta entonces enfrentadaspor cuestiones coloniales, termina-ron por ponerse de acuerdo. Es to,además, coincidiría con el debilita-miento, ya desde 1902, de la posi-ción dentro de la Triple Alianza deItalia, que, en un tratado privado conFrancia, veía reconocido sus dere-chos en Li bia, a cambio de recono-cer a los franceses el dominio deMarruecos (Janué i Miret, 2007: 83-84). Cuan do Alfonso XIII alcan zó lamayoría de edad en 1902 y co men -zó su reinado, Francia firmó el Acuer -do de Argel mediante el cual tropascolo niales controlarían los confinesargelino-marroquíes (Mo rales Lez -ca no, 2006: 179). El futuro estable-cimiento de un protectora do fran céssobre Marruecos significaría undebilitamiento de la posi ción mun-dial del Segundo Reich, por lo que en1903 Alemania se empe zó a preo-

cupar por las posibilidades mi li ta -res que ofrecían Togo y Camerún(18) y la capacidad operativa de laLiga Naval Alemana (19). Españaprefirió mantenerse en una posi-ción equidistante entre Francia y elSegundo Reich. En 1904, mientrasFrancia reorganizó el África Oc ci -dental Francesa, España reorga-nizó la administración territorial deGuinea Ecuatorial (Liria Rodríguez,2003: 81). Para entonces, Europa sehabía dividido ya en dos estructurasde tratados entre las grandes po-tencias: la Entente y la Triple Alian -za. Guillermo II aspiraba a controlarla región de Sus y el puerto de Aga-dir (Morales Lezcano, 1986: 51) y,junto a este hecho, el creciente in-flujo anglo-alemán en los puertosmarroquíes (20), entre otras causas,

originó una crisis en el seno de laTriple Alianza. En 1905, el Segun doReich, en protesta por la agresivapolítica francesa en Marruecos, so-licitó la convocatoria de una confe-rencia internacional sobre las con- diciones del acceso internacional alterritorio africano (Janué i Mi ret,2007: 73). La visita de Guillermo IIal Sultán de Marruecos, el nervio-sismo francés y la calma inglesapro vocaron la Primera Crisis Marro - quí: Alemania dejó bien claro queno la movían pretensiones políti-cas, sino económicas, y que la ga-rantía de “puerta abierta” bastabapara que los banqueros y las em-presas alemanas no se sintieranagraviados ante la penetración fran -cesa en Ma rruecos (De la Torre delRío, 2007: 35). Aprovechando la co-

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Documentación española acerca de la expansión alemana en el Atlántico (AMAE-M,Legajo Política IIA, H2290. Alemania 1904-1916).

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yuntura africana, Alemania buscó yobtuvo el permiso para implantarun de pósito de carbón que acabócon el monopolio inglés en Cana-rias (21). Además, Gui llermo II le hi-zo la sugerencia a Alfonso XIII deque Es paña ejerciese una presiónmilitar sobre la frontera francesa,para alejarla así de la frontera fran-co-alemana, en caso de cri sis arma -da. En 1905, un informe militar so -bre Canarias (22) y otro sobre lascolonias africanas alemanas (23)pusieron de manifiesto que la ideadel poder de la flota alema na quetenía la opinión pública del Segun -do Reich era exagerada (Janué i Mi -ret, 2007: 84), por lo que incluso se ríaposible un ataque preventivo so brelas Islas Canarias (24). Además, laprolongación de la Rebelión de los

Hereros y de los Maji-Maji tuvo dosgrandes consecuencias para las pre-tensiones alemanas en África: pre-cipitar las negociaciones en la Con-ferencia de Algeciras en 1906 y de-mostrar los inconvenientes de noposeer un puerto seguro en el Atlán -tico, papel que los alemanes pre-tendían que jugaran las Islas Ca -narias (25).

La confluencia (1907-1913)

Mientras Alemania se insinuaba co - mo tutora de las aspiraciones es-pañolas y marroquíes en un futurointernacional más desahogado queen el marco anglo-francés, en 1907tuvo lugar una entrevista entre Al-fonso XIII y Eduardo VII en Carta-

gena en la que Inglaterra y Franciareconocieron a España la posesiónde la franja septentrional de Ma-rruecos. Entre 1904 y 1910, Alema-nia vio como España se aproxima -ba más a la Entente, y más concre-tamente a Francia, ante los proble-mas de las kábilas en Marruecos ylos incidentes fronterizos en Gui-nea Ecuatorial (26) pese a las con-cesiones de carbón hacia Alemaniaen los archipiélagos hispano-por-tugueses (27). Además, el AcuerdoFranco-Alemán sobre Marruecos yCamerún de 1909 (28) culminó conla celebración de una serie de con -fe rencias acerca de la defensa delas colonias inglesas (29). En 1908la Entente solicitó un nuevo infor -me sobre la situación militar en Ca-merún (30) y sobre los incidentes

Defensas de Las Palmas en 1905 según el War Office (NA, WO 106/40,Proposed attack on Canary Islands, 1905).

Documentación sobre el posible ataque inglés a Ca-narias (NA, WO 106/40, Proposed attack on CanaryIslands, 1905).

de Casablanca (31), en el que seconcluía que los protectorados nocons tituían bases para la conquis -ta de nuevos territorios o para con-trolar rutas comerciales: las colo-nias ni alojaban tropas alemanassignificativas ni formaban tropaspropias por lo que, desde el puntode vista militar, no podían ni defen-derse (32). La Weltpolitik se estabaclaramen te dibujando con el pro-pósito de es tablecer comunicacio-nes y contactos que facilitasen susintereses africanos; y en esta di-rección las Islas Canarias iban aconstituir uno de los puntos cardi-

nales de su entramado geoestraté-gico en el Atlántico (33). La tensiónen África se agudizó cuando Ale-mania, con el pretexto de protegera sus súbditos, mandó a Agadir,desde las Islas Canarias, a la caño-nera Panther (34). Estalló así la Se-gunda Crisis Marroquí y Alemania,junto a España, estaba dispuesta arecordar al mundo sus derechospolítico-jurídicos y comerciales an -te la ambiciosa política francesa.Sin embargo, Alemania acabó re-nunciando posteriormente al Nortede África, lo cual no dejó de afectara España y a sus archipiélagos (35).

En 1913, Alemania disponía delejército de tierra más fuerte de Eu-ropa pero esto no bastaba para pro -teger las ambiciones comerciales yterritoriales del Segundo Reich enultramar. Llevando a la práctica al-guna de las estrategias diseñadaspara el caso de un conflicto en dosfrentes, tuvieron lugar maniobrasdel ejército alemán, el envío de tro-pas a las colonias (36), maniobrasnavales en aguas españolas (37) yposibles acciones de espionaje enlas Islas Canarias (38). Pese a nollegar a un acuerdo naval, en juliode 1913 se dio el visto bueno paraque Inglaterra se anexionase Mo-zambique y Alemania se hiciese conAngola y Santo Tomé y Príncipe, conel riesgo que ello supondría paralas posesiones españolas (39). Trasnue vos informes de la Entente acer - ca de la situación de las colonias ale -manas en África en enero de 1914y de sus sistemas de comunicacio-nes (40), en España se veía con ma-yores simpatías a la Comisión His -pano-Alemana, que había fijado lafrontera entre Guinea Ecuatorial yCamerún (Cordero Torres, 1941: 38),más que a la Comisión Hispano-Francesa sobre la costa occidentalde África.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918)

Con el estallido de la Primera Gue-rra Mundial en agosto de 1914, sur -gió de inmediato una propuesta deoperaciones militares contra las co -lonias alemanas (41) y pretensionesterritoriales francesas sobre Came -

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Notificación de la salida del cañonero Panther desde Canarias hacia Agadir (AIMC,Caja 1403, Asuntos Generales, Marina y Buques de Guerra Alemanes, Secc. 2ª, Div.3ª, Carpeta 9, Doc.704, Comandancia Militar de Marina de la Provincia de Tenerife,30/06/1911).

rún (42). Pero sin duda, el even tomás importante que ocurrió en lascolonias españolas fue un ataquenaval inglés contra un buque ale-mán en Río de Oro (43), hecho queprovocó las protestas de Españaan te Inglaterra y, hasta cierto pun -to, fue el detonante de la presen-tación del proyecto alemán de pre -dominio en el continente africano,el Mittelafrika. El Secretario de Es-tado alemán, Wilhelm Solf, presen -tó el bosquejo de un proyecto muyconcreto para África central: la dis-tribución de las colonias africanasde Francia, de Bélgica y de Portugal(Fischer, 1969: 448-458). El Canci-ller Bethmann Hollweg lo incluyóen su programa político definiendoque el Mittelafrika debía compren-der Angola, la mitad del norte deMo zambique, el Congo Belga, lasmi nas de cobre de Katanga, el Áfri -ca Ecuatorial Francesa hasta la al-tura del lago Chad, Benin y Níger. Sesiguió hablando de ese proyecto pa -ra que el Mittelafrika fuese tenidoen cuenta en las altas esferas mili -tares alemanas y se consideró co -mo objetivo de guerra (Biehl, 1991).Además, el Mittelafrika hubiese en-globado también a las Islas Cana-rias, más aún teniendo en cuenta lasituación de indefensión del archi-piélago (44). Tras las primeras ope-raciones militares de la Entente enel continente africano, el SegundoReich y el Imperio Austro-Húngarocompartieron visiones sobre la cues - tión colonial, intentando enviar re-fuerzos a Namibia (45). Desde el co -mienzo de la contienda mundial lasIslas Canarias se vieron sometidas

artículos de investigación 71

El complemento europeo al Mittelafrika (NA, CO 323/786/41, German scheme for anEuropean and African empire: Mittel-Europa and Mittel-Afrika, 13/02/1918).

El Mittelafrika (NA, FO 141/816/5, German plans for an African Empire: Mittel-Afrika, 1918-1919).

a un riguroso control de sus aguas yde la navegación que atravesaba lasmismas al mismo tiempo que te níanlugar acciones de cruceros y vapo-res auxiliares alemanes en las cer-canías de Canarias (Ponce Marrero,2006). Ingleses y franceses ataca-ron desde todos los frentes a las co -lonias alemanas en África, ayuda-dos por la intervención portuguesa(46) y por el uso de gases tóxicos(47), con la rápida rendición de lasfuerzas alemanas en Togo y Came-rún, mientras que Namibia fue in-vadida por el ejército sudafricano yocupada totalmente en 1915. Estoprovocó una pérdida de interés por

Canarias por parte del servicio de es -pionaje alemán ya que, desde 1914hasta 1916, Inglaterra controló lascomunicaciones alemanas entre Ca -narias y Madrid (48) mientras queFrancia se ocupó de las comunica-ciones en África Occidental desdefebrero de 1916 (49). Como refuer-zo en su guerra submarina, Alema-nia solicitó las Azores y Madeiracomo zona neutral o su anexión alMittelafrika (50) y las fuerzas espa-ñolas en Guinea Ecuatorial recibie-ron órdenes de enfrentarse a lasalemanas si fuese necesario (Cor-dero Torres, 1941: 38). En 1917 la En -tente llegó al acuerdo de no devol -

ver a Alemania sus colonias africa-nas (51), postura a la que se sumóEspaña (52). Así pues, la guerra pro -siguió su curso y la Entente temióque se produjese una insurrecciónarmada en Argelia y Marruecos pro -movida por oficiales turcos y ale-manes (58). De haber tenido éxito,Alemania habría reclamado para elMittelafrika las Azores y Senegam-bia, lo que provocó una mayor pre-sencia naval inglesa en las aguascanarias (Erdmann, 1980: 54). Has -ta 1918 siguió habiendo actividadde submarinos alemanes en aguasdel Archipiélago Canario (53) al tiem -po que Inglaterra dejó bien clara supostura acerca las colonias alema-nas: su explotación económica (54).

Conclusiones

El Mittelafrika, dentro de la políticabélica alemana, pese a su preten-sión y espectacularidad desempe-ñó un papel secundario al estar su -bordinado a una victoria en Europa:alcanzada ésta se obtendrían laspretensiones africanas automáti-camente. Por otra parte, los objeti-vos en África después de la guerraservirían como distracción a la na-ción y para calmar las extremas de -mandas de anexión de otros terri -torios europeos. Las colonias eranpara Alemania cuestión de presti-gio y expresión de su poder mun-dial: los alemanes veían en el Mi t- telafrika una prueba visible de suWeltpolitik (55). Tras el final de laguerra, la explotación económicafue siempre el denominador comúnen todas las acciones políticas (56).Con la derrota alemana en la Prime -ra Guerra Mundial, las últimas tro-pas en rendirse fueron las del Áfri caOriental Alemana, se llegó a plan-tear si España podría alcanzar losterritorios situados al este y al surde Guinea Ecuatorial pero dicho pro -yecto no cuajó (Cordero Torres, 1941:295).

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Las colonias alemanas en África (NARA, RG 45: Records Collection of the Office of Naval Records and Library. Subject File 1911 – 1927, WG-Germany & Enemy Countries-Africa/Austria/Hungary Coast, Box 788, Folder 2, 1918).

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(3) AIMC, Caja 246, Cónsules 035, Secc.2ª, Div.3ª, Exp.2104, Consulado de Alemania, Ministerio de Es-tado, Doc.s/n, 09/11/1871.

(4) NARA, Records Collection of the Office of NavalRecords and Library, RG 45, Subject File 1911-1927, WG-Germany & Enemy Countries-GermanMaritime Colonies, Box 790, Folder 1, Op-16-A,Memorandum Failures in the Armament Policyof the German Empire before the War, 13/10/1924.

(5) AHS, Legislatura de 1893-1894, HIS-1108-50, 10/07/1874.

(6) PAAA, Afrika Generalia 2, Bd.1, Sig.14606, DiePlaene Frankreichs in West-und Nord-Afrika unddie Sahara-Eisenbahn, marzo 1880.

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(11) NA, CO 879/21/6, German colony at Angra Pe-quina, southwest coast of Africa, 23/07/1884.

(12) NA, FO 881/5161, Africa & Germany, Negotiationsbetween Great Britain and Germany, Treaties withNative Chiefs, marzo-junio 1885.

(13) AMAE-M, Legajo Política IIA, H2291, Alemania 1917-1919, Exp.119, 22/10/1885-17/12/1885.

(14) AIMC, Caja 246, Cónsules 035, Secc.2ª, Div.3ª,Exp.2104, Kaiserlich Deutches Konsulat, Doc.s/n,05/09/1889.

(15) PAAA, Afrika Generalia 6, Bd.1, Sig.14614, Die Ab-grenzung der englisch-franzoesischen und italie -nischen Interessesnphaeren in Nord-Afrika, 1889.

(16) HMC, “El Comercio de las Islas Canarias”, Las Ca-narias, 15/09/1902.

(17) NA, FO 93/36/49, Agreement: Nyassa-TanganyikaBoundary, 23/02/1901.

(18) NA, WO 33/2744, Military report on Togoland andKameruns, 1903.

(19) NARA, General and Special Indexes to the GeneralCorrespondence of the Office of the Secretary ofthe Navy, M1052, Roll #34, 1831, Germany, GermanNavy League Report, 1903.

(20) AMAE-M, Política Exterior, Legajo Política IIA,H2289, Alemania 1891-1903, Exp. 869.

Notas

(21) AMAE-M, Legajo Política IIA, H2290, Alemania1904-1916, Exp.136, Madrid, 10/08/1905; Exp.5,Madrid, 12/08/1905.

(22) NA, WO 33/368, Military report on the Canary Is-lands, 1905.

(23) NASA, Transvaalse Argiefbewaarplek, Report forthe year 1903-1904 on the German Colonies,Diplomatic and Consular Reports, 1905.

(24) NA, WO 106/40, Proposed attack on Canary Is-lands, febrero 1906.

(25) AMAE-M, Legajo Política IIA, H2290, Alemania1904-1916, Exp.136, 10/08/1905.

(26) HMC, “Las Posesiones del Golfo de Guinea”, LasCanarias y Nuestras Posesiones Africanas, 28/11/1907.

(27) NARA, General and Special Indexes to the GeneralCorrespondence of the Office of the Secretary ofthe Navy, M1052, Roll #17, 1379, Coal, Concessionsopposite Canary Islands, 1904; 1401, Coal, Azores,Proposition to coal U.S. vessels, 14/02/1905;1431, Price of coal, Teneriffe, 23/02/1910.

(28) OS, Diplomatie und Außenpolitik, Politisches Archiv,Marokko, PA XXXII 23-3 Marokko II/20: Franzö-sisch-deutsches Marokko Abkommen, 1909.

(29) NARA, General and Special Indexes to the GeneralCorrespondence of the Office of the Secretary ofthe Navy, 1052, Roll #36, 1364, Great Britain,British Imperial Defense Conference for colonies,10/12/1910.

(30) NA, FO 881/10167X, Germany, Military Report,Cameroons, 1908.

(31) OS, Diplomatie und Außenpolitik, PolitischesArchiv, Marokko, PA XXXII 23-2 Marokko II/19:Zwischenfall bei Casablanca, 1908.

(32) NA, CO 537/395, German military forces in EastAfrica and Cameroons, 1910.

(33) AMAE-M, Política Exterior, Legajo Política IIA,H2290, Alemania 1904-1916, Exp.53, Berlín, 15/03/1909.

(34) AIMC, Caja 1403, Asuntos Generales, Marina y Bu-ques de Guerra Alemanes, Secc. 2ª, Div. 3ª, Car-peta 9, Doc.s/n, Comandancia Militar de Marina dela Provincia de Tenerife, 21/07/1911.

(35) AMAE-M, Política Exterior, Legajo Política IIA,H2290, Alemania 1904-1916, Exp.679, 09/04/1912.

(36) AMAE-M, Política Exterior, Legajo Política IIA,H2290, Alemania 1904-1916, Exp.25, 12/09/1913.

(37) AMAE-M, Política Exterior, Legajo Política IIA,H2290, Alemania 1904-1916, Exp.98, 1913-1914.

(38) AMAE-M, Política Exterior, Legajo Política IIA,H2290, Alemania 1904-1916, Exp.34, 10/11/1913.

(39) AMAE-M, Política Exterior, Legajo Política IIA,H2290, Alemania 1904-1916, Exp.1746, 29/10/1913.

(40) NA, CO 323/633/7, Request for information on thesituation in German colonies, enero 1914; NA, CO323/633/28, Wireless telegraph stations in Ger-man colonies: details of their location and provi-sion of additional information, enero 1914.

(41) NA, WO 158/908, Proposed operations against Ca -meroons and other German colonies, agosto 1914.

(42) NA, WO 106/644, French claims in Kamerun, 10-23/08/1914.

(43) AIMC, Caja 618. Carpetas 7, 8, 9 y 10. Campaña.Guerra Europea 016, Secc. 2ª, Div. 4ª, Exp. 0030,0031, 0032, 0033, Asunto: Hundimiento del VaporAlemán ‘Kaiser Wilhelm der Grosse’, Gobierno Mi-litar, Doc.20, 26/08/1914.

(44) AIMC, Campaña, Guerra Europea 016, Secc.2ª,Div.4ª, Exp.0012, Asunto: Estado de la Intendenciaen Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de GranCanaria, Gobierno Militar de Gran Canaria, Doc.s/n,13/08/1914.

(45) NA, CO 323/643/15, Correspondence to Germany,German colonies and Austria-Hungary: draft cir-cular telegram on procedures to be followed, sep-tiembre 1914; NA, DO 119/897, German reinforcements for Caprivi Zipfel, 1914.

(46) NASA, Sentrale Argiefbewaarplek, Governor-Gene -ral, 9/172/4, Portugal offer to co-operate in Attackon German East Africa, 1915-1916.

(47) NASA, Sentrale Argiefbewaarplek, Governor-Gen-eral, 9/114/7, Supply of Poisonous Gas for use oftroops operating against German East Africa, 1915-1916.

artículos de investigación 75

(48) NA, ADM 223/757, German diplomatic traffic Ca-naries-Madrid: intercepts, 1914-1916.

(49) NARA, General and Special Indexes to the GeneralCorrespondence of the Office of the Secretary ofthe Navy, M1052, Roll #33, 0117, French WestAfrica, International Radio Activities, 01/02/1916-16/05/1916.

(50) NARA, General and Special Indexes to the GeneralCorrespondence of the Office of the Secretary ofthe Navy, M1052, Roll #34, 1850, Germany, Pro-posed Neutral Zone at Azores, Germany demand-ing cession of Azores, Madeira, etc. if successful inpresent war, 16/06/1916.

(51) NA, CO 323/765/61, German colonies: should notgo back to Germany, febrero 1917; NA, CO 323/746/3, Fate of German colonies: will not be handedback to Germany, whether steps have been takento rescind instructions to colonial governments,19/02/1917.

(52) NARA, General and Special Indexes to the GeneralCorrespondence of the Office of the Secretary ofthe Navy, M1052, Roll #89, 0672, Spain, Position ofSpanish Govt. towards present war & setting forthstrength of Spanish Army & Navy, 18/07/1917.

(53) NARA, Records Collection of the Office of NavalRecords and Library, RG 45, Area File 1911-1927,

Azores-Gibraltar Area, Box 187, Folder 5, A-5, Sub-marine Activities in the Canary Islands, 16/02/1918; NARA, Indexes and Subject Cards to the ‘Se-cret and Confidential’ Correspondence of the Officeof the Secretary of the Navy, M1092, Roll #3, 1603,Naval Forces in European Waters, Activity of ene -my submarines in vicinity of Canary Islands, 08/12/1918.

(54) NA, CO 323/774/8, German East Africa, Togoland,Cameroons: Proposed appointment of Board ofTra de correspondents in captured German co lo -nies, abril 1918.

(55) AMAE-M, Política Exterior, Legajo Política IIA,H2290, Alemania 1904-1916, Exp.3177, Londres,10/10/1916.

(56) NA, CO 323/818/20, Timber and mineral resourcesof the colonies: request for information regardingguano and possible concessions to develop natu-ral resources in German East Africa and the Ca -meroons, septiembre 1919; NA, CO 323/819/29,Mineral resources of the colonies and protecto -rates: mineralised zones of German South Westand German East Africa, septiembre 1919.

Fernando N. Navarro Beltrame es estudiante de Doctoradoen la ULPGC. En su CV destaca la obtención de la Beca deInvestigación León y Castillo, la obtención del DEA en Cien-cias Históricas y la colaboración con la ULPGC, la UNED yCasa África en la organización de Jornadas Internacionalesde Estudios Africanos. Terminó estudios universitarios enla titulación de Ciencias Políticas Internacionales en la Uni-versità degli Studi di Trieste (Italia). Por otro lado, ha partici -pado en algunos congresos de ámbito nacional e interna-cional y ha realizado una serie de estancias de investigaciónpredoctorales en el extranjero (Alemania, Austria, CaboVerde, Estados Unidos, Gran Bretaña, Guinea Ecuatorial, Ita-lia, Luxemburgo, Marruecos, Suiza y Turquía).

Francisco Javier Ponce Marrero es Profesor Contratado Doc-tor en el Departamento de Ciencias Históricas de la ULPGC.Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Sa-lamanca y Máster en European Civilization por la Universi-dad de Lovaina (Bélgica), ha sido profesor ayudante y pro fesorasociado en la ULPGC desde 1993, realizando investigacio-nes sobre la actividad de los consulados alemanes en Ca-narias y ha publicado diferentes artículos sobre los entre sijosde la Primera Guerra Mundial en el Archipiélago Canario. Sutesis doctoral europea sobre Canarias y la Política ExteriorEspañola durante la Primera Guerra Mundial, además depremio extraordinario de doctorado, también le ha valido elPremio Viera y Clavijo en Letras en el 2002.

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Reseña curricular