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Monografía Formación en Neurosicoeducación
Alumna: M. Angélica Ortega Celis
www.asociacioneducar.com
Mail: [email protected] MSN: [email protected]
MÁS HUMANOS MÁS FELICES
¿Será verdad que el hecho de saber más sobre nosotros
mismos, seres humanos, podría mejorar nuestra calidad de vida
y ser felices? Existe un anhelo, en personas sanas, de ser
felices, de buscar según lo que sienten y piensan: cómo vivir la
vida plenamente y sentir alegría y paz.
PRÓLOGO.
Existen muchos seres animados en este planeta tierra. Nuestro apelativo de seres
humanos proviene del lenguaje castellano y significa gramaticalmente un concepto de
existencia: “Ser”, sustantivo y “humano”, un adjetivo, característica, es decir, cualidad, lo que
nos da a entender que existen “seres inhumanos”, y otros, “seres no humanos” biológicamente
de las misma rama, como es el caso de los monos y los animales mamíferos. Sin embargo,
nosotros no solo podemos y debemos actuar guiados por nuestros instintos como ellos, sino
nuestra responsabilidad, nuestra misión, es ser cada vez “más humanos” y conformar una
humanidad que promueva significativamente el Bien Común, para nuestros congéneres y para
todo el universo existente en el planeta.
Este trabajo monográfico está inspirado en los estudios sobre neurociencia dictados por
la ASOCIACIÓN EDUCAR en Buenos Aires, Argentina y por años de experiencia como
profesora de castellano (Pontificia Universidad Católica de Chile) en diversos establecimientos
educacionales públicos, particulares. Los últimos 20 años también en las siguientes asignaturas:
Comunicación y Cultura en el Instituto Profesional Chileno- Británico, Gramática Española y
Fundamentos de la Educación en la Universidad Chileno-Británica de Cultura.
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PRESENTACIÓN DEL TEMA.
Existe en muchos de nosotros la necesidad de dar respuesta al requerimiento de nuestro
“YO” interior de saber qué hacer para cultivarnos y forjar una sociedad más justa y armónica
donde cada quien tenga su espacio para ser y cultivar su humanidad. Por esto creemos que
cada uno de nosotros debe trabajar para forjar una sociedad respetuosa de las ideas o
convicciones propias y ajenas, sin embargo, para ser respetadas, aceptadas deben ser éstas
también respetuosas entre los individuos que difieren de la apreciación valórica en situaciones
de conflicto. En este documento presentaremos tres tipos de información que, a nuestro juicio,
inciden en la creación y solución de problemas personales y sociales. Las referencias estarán
centradas en el efecto que producen en el organismo vivo: las emociones, la memética o
cultura y el estrés. Para motivar esta conexión con el comportamiento del cerebro humano, es
que compartiremos las siguientes palabras del Dr. Lipton cuando fue enviado al Caribe como
sanción por no seguir los dictados de la autoridad en la institución donde trabajaba:
(En el Caribe) “era la armonía de la vida y no el esfuerzo por sobrevivir […] llegué a darme
cuenta de que la biología contemporánea presta muy poca atención a lo importante que
es la cooperación, ya que sus raíces darwinianas enfatizan la naturaleza competitiva de la
vida” Y más adelante agrega, refiriéndose a la “nueva biología” que no solo lo había llevado a
cuestionarse muchos enfoques dictados por la medicina que él ejercía en EEUU. “Sino que
también (cuestionar) el dogma central de la biología, la premisa de que los genes no se
pueden activar o desactivar a su antojo. En términos más científicos, los genes no son
auto emergentes. Tiene que haber algo en el entorno que desencadene la actividad
genética […] creo que las células nos muestran no solo los mecanismos de la vida, sino
también una forma de llevar una vida más rica y plena”. Hace hincapié también en la
Epigenética que es el estudio de los mecanismos moleculares mediante los cuales el entorno
controla la actividad genética, ciencia que cada vez cobra más importancia hoy en día.
Dada las referencias anteriores para contextualizar la parte biológica en lo que sigue,
daremos un breve comentario sobre el contexto socio-cultural. En términos generales, en
educación se programan los contenidos curriculares para la enseñanza formalizada, a partir del
s. XIX luego del éxito obtenido por la revolución industrial, pues se creyó que el desarrollo
cognitivo haría surgir al hombre en plenitud y se aplica este principio. Comienza, entonces, la
distribución de los conocimientos mediante la aplicación disciplinaria de contenidos separados
en asignaturas; luego, pasa a una multidisciplinaria, aumento en el número de ramos; más
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tarde, en algunas universidades ya se habla de aplicar la interdisciplinariedad, y se concretiza en
muchas asignaturas, como en el caso de Fundamentos de la Educación en donde se aúnan
contenidos de sociología, filosofía, psicología y evolución histórica; hoy, debido a la complejidad
del saber, se hace necesaria la aplicación de la transdisciplinariedad, donde, como su nombre lo
indica, el proceso enseñanza -aprendizaje debe ir más allá de los contenidos racionales del
avance cognitivo y ahondar en el mundo interior del individuo, en su contexto socio-cultural-
económico, puesto que con todo el avance tecnológico de hoy no vivimos en sociedades
empáticas ni solidarias; tampoco se ha avanzado en la preparación del “ser” para que cada vez
sea más “humano” y comprenda que todo lo que él sea, hace y tiene puede repercutir en su
ámbito, incluso, en toda la humanidad. Ya, en el campo empresarial se aplica el “pensamiento
sistémico”, es decir, hay consenso que todo desarrollo debe estar inspirado en cada quien o en
cada órgano o cosa , puesto que todo es parte de un Todo y existe una interrelación e
influencia, tal como ocurre biológicamente en cada sistema de nuestro cuerpo y que, por lo
tanto, en esta época no podemos actuar ni menos enseñar en forma parcial ni tampoco
desarrollar solo lo cognitivo en el ser humano, dejando de lado la importancia que tienen las
emociones, los memes, el stress, en el contexto y la implicancia de este en ellos, en otras
palabras, la ruta de acceso a la información existe y solo falta la puesta en práctica de ella.
Consecuentemente, se hace imprescindible la necesidad de compartir saberes para que
conozcamos más integralmente cómo y quiénes somos para que sepamos qué hacer cuando
nos encontremos en situaciones conflictivas o sencillamente deseemos vivir en paz.
*El pensamiento sistémico es la etapa superior del pensamiento humano. Es un pensamiento
abstracto en contraposición del pensamiento concreto, primitivo. No es un pensamiento mágico ni un
pensamiento filosófico, tampoco un pensamiento científico, todos ellos etapas sucesivas anteriores al
pensamiento sistémico. Pensamiento que es y funciona como un sistema y como un solo todo. Es, por
definición, un pensamiento transdisciplinario. (Fernández, 2013)
LAS EMOCIONES
Las emociones son propias de los mamíferos. Estas forman parte del sistema
límbico. No hay mamíferos sin emociones. Se distinguen tres fases en ellas: el deseo es
impulsado por la dopamina; la acción es motivada por la adrenalina y, finalmente, se
produce la satisfacción; se relajan la acción y el deseo, con la aparición de la serotonina.
La influencia de los sistemas antiguos (sistema instintivo/emocional), que se puede decir
actúan en forma unida en las emociones y como ellas, estos impulsan la acción, tanto en el
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cerebro como en el cuerpo, es necesario saber su implicancia. En reacciones emotivas este
sistema es el que más influye, pues produce un condicionamiento permanente y de “bajo perfil”
en todas las emociones que experimentamos ante hechos, personas o cosas, sin tomar nosotros
conciencia de ello. Podríamos ser esclavos de ellas. Pero no debemos.
Los instintos evolutivos, al comienzo, procuran la conservación de la vida. Luego, la
labor del ser humano es evolucionar para que sus instintos actúen Pro-trascendencia (o instintos
de la “frontalidad”). Por ejemplo, tomar conciencia de la importancia de la cooperación, la justicia,
la empatía, el altruismo, entre otros, porque los valores humanistas pueden promover y dar un
nuevo sentido a la vida en sociedad, trabajando en equipo por el Bien Común. Lo que no es
fácil, pues defendemos nuestro “territorio”.
Las emociones intensas - odio, furia, resentimiento,- repercuten negativamente en la
persona, por lo general, sin hacer distingos ni de género ni edad, pues la amígdala cerebral,
aunque pequeña es muy antigua y posee una gran fuerza para reaccionar, sobre todo, en lo
referido al dolor, por ello la activación de la amígdala medial desencadena algunas de estas u
otras emociones y también sentimientos. Así, la amígdala como es una buena estratega en pro
de la supervivencia: produce el miedo para proteger el cuerpo; esta protección podría ser el
ATAQUE o la DEFENSA ante el peligro, (el ataque es la reacción más masculina y la defensa
es más femenina; en los animales, macho y hembra respectivamente); o la SUMISIÓN
HIPÓCRITA que se produce con el afán de alejar el peligro que supone el dominio y fuerza del
superior sobre el subordinado mediante la huida, o el hecho de obedecer, esconderse (ocultarse,
mimetizarse) y se da tanto en seres humanos como en animales; también está la INHIBICIÓN
DE LA ACCIÓN que es el reactor cuando el sujeto ya no pelea, pues cree que es imposible
superar esa situación. Se rinde o se hace “el muerto” para evitar el ataque. Pensemos en los
asesinatos cuando la víctima no se defiende, en los menores que se dejan abusar; en lo que
ocurre en algunas sectas, utilizando creencias de tipo religioso, o en el trato recibido por los
pacientes que dependen psicológicamente de algún profesional o pariente abusivo.
Las emociones se activan mediante el placer y el dolor que son básicamente los motores
de acción. A continuación, nos referiremos a ambas.
los instintos evolutivos también son activados mediante la necesidad de placer y así
actúa el circuito de recompensa que desencadena emociones y sentimientos mediante el
deseo: codicia, lujuria, envidia, venganza, celos, frustración, aburrimiento, ambición, apego,
avaricia. toda emoción lleva a la acción. de esta manera, diversos instintos de deseo producen
acción y finalizan con la satisfacción, en el mejor de los casos. Esta última es una emoción tan
intensa por el placer que produce, que difícilmente algún ser humano, renunciando a la
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satisfacción, se convertiría en “héroe”. Ahora bien, si esta última, la satisfacción está en
concordancia con el desgaste que produce “el deseo-acción”, funciona como relajo o “freno”,
pues conseguido el objetivo viene el reposo y finaliza la acción. El sistema de recompensa está
diseñado para ese fin y en el “ambiente natural, antiguo”, en general, así funcionó. Conseguir la
satisfacción en ese mundo conllevaba peligro, gran gasto energético y hoy no ocurre lo mismo,
por eso la satisfacción se encuentra en otras acciones. Verbigracia, hoy es relativamente fácil
conseguir la comida y no hay que salir a cazar ni pescar cada vez con peligro de vida, y como
la necesidad de activar el sistema de recompensa sigue vigente, para satisfacerse se come en
forma desmedida o se ingieren sustancias dañinas; algo similar ocurre con otras emociones, así
para la lujuria, están la pornografía, el sexo fácil, sitios web para la pedofilia, películas,
espectáculos diversos. La codicia se satisface con el consumismo, con la creación de las
transnacionales, con las justificaciones de la economía de mercado; no tiene límite el poder del
“Caballero Don Dinero”. La envidia, encuentra, además de lo personal, satisfacción en la
“farándula” televisiva, en el comentario procaz, en el desprestigio de los políticos, o de
personajes. La venganza se desencadena en celos, en violencia y hasta en muerte. El
aburrimiento o el ansia de excitación o anhelos no satisfechos, en drogas, alcohol… etc. No
todos los seres humanos requieren aditivos compensatorios de este tipo, no obstante, es grande
el número de individuos insatisfechos, amargados, crueles y aburridos que buscan satisfacción,
aunque sepan el daño que les provoca.
La repercusión de este “circuito de recompensa” no adecuado para nuestros tiempos,
en que la mayoría de las cosas se obtienen fácilmente, produce un individuo emocionalmente
alterado, es decir, su visión analítica de la situación conflictiva en que se ve envuelto es muy
reducida, ya que en la ansiedad sus pensamiento se vuelven confusos y es incapaz de
comprenderse o de comprender el punto de vista ajeno. En casos de conflicto o, a veces, en
situaciones simples, cotidianas, es incapaz de tomar decisiones adecuadas o de ser razonable.
Respecto a la debilidad de este Sistema de Recompensa, existen estudios que señalan
que la deficiencia de la dopamina, conocida comúnmente como “la hormona del placer”, es el
principal neurotransmisor encargado de estimular este Centro de Recompensa, y en su
deficiencia activa la necesidad imperiosa de consumir drogas, ya que estas estimulan el placer
en forma intensa. Las tendencias adictivas que vemos tan a menudo en nuestros jóvenes se
debería, en muchos casos, a la necesidad innata de estar en un estado de plenitud, y estimulan
su centro cerebral para conseguir un placer que no obtienen de otra manera, sabiendo o no el
daño proveniente. El consumo de sustancias sicotrópicas externas producen excitaciones que
estimulan conductas compulsivas que afectan a los neurotransmisores, con esto el cerebro
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pierde la capacidad de mantener el equilibrio y los produce en exceso o los depleta (exigua) y
con ello, predispone nuevamente la ingesta de drogas, las que a su vez, producen respuestas
aberrantes y el desbalance bioquímico persiste en el organismo, con consecuencias nefastas
para el ser humano. En pocas palabras, se produce un círculo vicioso: la adicción produce cada
vez mayor necesidad de ingesta de la misma droga o de otras más poderosas.
En síntesis: “Las últimas investigaciones implican a diversos neurotransmisores, así
como a vías o sistemas cerebrales, tales como el sistema de recompensa mesolímbico, como
factores claves en el desarrollo de la sintomatología adictiva”. (Asociación Educar. 2º Año, Clase
Nº2, pág. 1.)
La dinámica de la neuroquímica en el proceso de adicción involucra tanto al cerebro
evolucionado como al cerebro primitivo. En el primero, trastoca el análisis racional de los hechos
y deforma la percepción, produciendo una falsa realidad o un engaño para que este cerebro “no
se dé cuenta” e incluso se une, en el segundo, al cerebro primitivo para mantener el proceso
adictivo. -- Posiblemente por este “complot” los niños, jóvenes y adultos se niegan a ser tratados
en el cerebro primitivo, se encuentran las zonas mediadoras de: las emociones, los estados de
ánimo, la generación de instintos de sobrevivencia y la regulación corporal. Ante este hecho
científico, sabemos que esta parte antigua del cerebro humano se involucra fácilmente en la
adicción, ya que es muy sensible, no discrimina racionalmente y posee millones de años de
práctica. Por lo dicho anteriormente, se explica el porqué de los “desbalances bio-químicos”.
Este desequilibrio genera: la compulsión, la memoria eufórica y los deseos automáticos. Así
también, las vías dopaminergéticas producen euforia, estimulación del cerebro y las endorfinas,
que son mediadoras de respuestas ante estímulos dolorosos; asimismo, reguladoras de
temperatura e ingestión de agua y alimentos. El cerebro siempre va a “trabajar” en pro de
mantener “el equilibrio del organismo vivo”. Tema que veremos en homeostasis, alostasis y
carga alostática, más adelante.
Ahora bien, no todos los seres humanos pierden la totalidad de su humanidad, pues
muchos de ellos entraron y salieron de las drogas, sin mostrar rastros de insanidad física o
mental.
Las imágenes para comprendernos mejor sirven de mucho y tenemos a algunos
científicos como el Dr. Carlos Logatt Grabner, quien habla de la presencia del “mono interior” en
aquellas Personas que se dejan llevar, principalmente, por sus reacciones instintivas pro-
supervivencia, puesto que no saben u olvidan, bajo el efecto del estrés, reconocer el tipo de
emociones que los invaden o no han educado o preparado estrategias para enfrentar el miedo
o la rabia y, consecuentemente, no responden con la conducta adecuada de ser humano
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evolucionado. Por ejemplo, la imitación no es un peligro cuando el modelo es entregado o
percibido como interesante, espectacular o sencillamente porque gusta esa manera de ser: así
se han visto o vivido actos de heroísmo, generosidad, perseverancia; sin embargo, puede
emularse el aspecto negativo, si por la importancia de pertenecer a un grupo y ser aceptado en
él, deba el sujeto renunciar a vivir valores pro-trascendencia. De esta manera, se ha llegado a
límites cuando la adoración de ídolos, valga la redundancia, como cantantes u otros, ha
provocado olas de suicidios ante la muerte de aquéllos. Esperamos que, si las personas
adquieren conocimientos sobre el comportamiento de su cerebro, puedan tomar decisiones
asertivas en pro de su identidad.
La toma de decisiones requiere tiempo. La reacción instintiva demora 125 milisegundos,
si se dan razones falsas, demora, 325 milisegundos, en cambio, una decisión racional puede
durar algunos segundos o mucho tiempo. Este ser que desarrolla su humanidad demorará en
reaccionar ante emociones de placer y dolor, principalmente, y podrá tomar otros caminos para
procurarse y procurar satisfacción o mejor estándar de vida para sí y para los otros.
Recordemos que todos hemos, ante algún conflicto, sido capaces de razonar y planificar
estrategias a corto o largo plazo para solucionarlo y después sentimos gusto y satisfacción; en
cambio, siguiendo los dictados de los sistemas antiguos, en otras ocasiones, inconscientemente
no razonamos, puesto que sentimos que la decisión tomada será beneficiosa para el sí mismo y
no pensaremos si esta será beneficiosa para los otros involucrados; en este caso, no se
reconoce el alcance de la emoción ni todos los efectos de la acción. La emoción debiera ser
reconocida y, por lo mismo, darnos cuenta de las reacciones instintivas, de esa manera, ellas
serían evaluadas, no reprimidas; habría que flexibilizar la acción, elegir otros momentos u otras
estrategias para dar salida a estas emociones sin descuidar la defensa personal ni dejarse
arrasar por el o los oponentes. En la obra “Los Cuatro Acuerdos” del Doctor Carlos Ruiz, este
señala al respecto, que en la cultura de los toltecas se diferencia al luchador del guerrero; el
primero actúa pro-sobrevivencia y ataca, el segundo se mantiene preparado y espera el
momento oportuno para actuar, porque analiza diferentes opciones según sea la situación y el
tipo de oponente, por lo tanto, el objetivo de su accionar está modulado por la trascendencia.
En otras palabras, una UCCM (Unidad cuerpo, cerebro, mente) educada ha
desarrollado la metacognición científica cuya función de conocerse a sí mismo. En
consecuencia, podrá la persona actuar con tranquilidad y precisión, pues la “trampa cognitiva
conductual” de la reacción falsa no podrá generar acciones perniciosas. El área de “freno” a las
salidas instintivas puras o falsas está sobre todo en las áreas de los lóbulos prefrontales
(propio de los humanos) llamadas “órbito frontales”.
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Antes de pasar a otro tema, daremos a conocer parte de la entrevista que realiza el
escritor y científico Edward Punset al científico Antonio Damasio, puesto que, a nuestro parecer,
sus palabras sencillas y sabias nos dan la visión de una realidad no solo interesante sino
importante para nuestras vidas
Este último señala que existe avance en estos últimos diez años en el conocimiento en
vivo sobre el cerebro y, que las reacciones de la comunidad social y de sus sujetos se explican
por el desconocimiento sobre este tema. “El problema que enfrentamos ahora es trasladar
nuestro conocimiento científico al público general y también a la formulación de política. Es
necesario que los líderes políticos y educativos lleguen a entender lo importante que son los
conocimientos sobre la emoción y los sentimientos, porque muchas de las reacciones que
consideramos patológicas tienen que ver con las emociones, principalmente con las emociones
sociales y con la facilidad que se desencadenan y la manera en que la conducen a un conflicto
social”.
Entonces, ¿Qué debemos aprender para modular un comportamiento “gatillado” por una
emoción negativa? Damasio nos comenta: “es necesario que las emociones sean inducidas por
la razón y que la postura de Spinoza y Hume señalan que la mejor forma es tener una emoción
positiva muy fuerte” y luego agrega, “la voluntad es realmente un método para educar la razón
en la búsqueda de un estímulo que pueda volverte positivo en tus emociones”.
Hoy se habla de reprimir la emoción negativa y no da resultado. Proponemos, por
nuestra parte, que al reconocer una emoción negativa, la procesemos en nuestros prefrontales
para que motiven nuestra voluntad y, finalmente, esta genere una acción sana. El objetivo es
que cada niño, adolescente y nosotros mismos reconozcamos lo que sentimos ante ciertos
acontecimientos y escojamos el mejor comportamiento para resolver “humanamente” sin
debilidad ni ataque la situación presentada. Este proceso demora milésimas de segundo.
Practicar en familia, el reconocimiento de la emoción es educativo, y luego proponer conductas
a seguir, porque tenemos “una capacidad positiva fantástica, pero también somos capaces de
hacer cosas terribles”… y saber que “todo esto es inherente al ser humano, no es que algunos
seamos buenos y otros malas personas.” (Damasio)
Existe una máxima de un economista italiano llamado Paretto que propone que en toda
situación conflictiva siempre hay que estar dispuesto a “perder algo” para conseguir “otro algo”.
De aquí que para dar una sana respuesta a nuestra necesidad o solicitud, debemos ser
ingeniosos para que nuestro cerebro en vez de ofuscarse porque no ha conseguido lo que
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quiere, se mantenga tranquilo como aquel guerrero, esperando el mejor momento o la mejor
proposición para obtener la armonía, la paz y también el bien anhelado.,Damasio en su obra
sobre Spinoza señala que muchas moléculas pueden intervenir en las reacciones emocionales:
la “oxitocina”, sustancia relacionada con la atracción sexual o con una sensación de confianza en
otra persona; también, otra molécula llamada “dopamina”; y otra, “cortisol” que se asocia con el
estrés. Todas producen consecuencias distintas, unas nos dan paz y armonía, alegría, otras
provocan violencia, tristeza, miedo. El ser humano puede darse cuenta cual se está activando y
puede ponerle freno antes que sea imposible detenerla. La detención debe ser al comienzo,
pues la emoción es muy rápida para realizar el circuito en el sistema instintivo y reaccionar; en
cambio, demora algo, no es instantánea la reacción cuando llega a la corteza cerebral donde los
prefrontales, sí pueden influir en ella y modular otro comportamiento. De hecho, la sabiduría
popular nos dice: “Contar hasta diez, antes de…”
Las reacciones instintivas son muy intensas y el peligro está en que pueden ser
copiadas irracionalmente. Estudios hechos en EEUU nos informan lo siguiente: “En cuanto hay
un periodo de recesión económica, hay incremento del abuso a menores, hay más violencia de
género”. (Damasio). De hecho todos hemos vivido situaciones de horror y violencia provocadas
por personas particulares o por el contexto social o económico o político. Y decimos: ¿hasta
cuándo?
Después de compartir estos conocimientos dados por científicos y experiencias de vida,
seguiremos entregando información relacionada con la cultura y más adelante con el estrés.
Memética y estrés se unen inextricablemente en las reacciones, por esta razón se hace
necesario explicar lo más claro posible la incidencia que tiene la educación, teórica y práctica,
sobre nuestras acciones producto de nuestras emociones, en diferentes ámbitos o contextos.
MEMÉTICA
Memética, nuevo término lingüístico creado por Richard Dawkins, es una ciencia que
busca comprender las unidades culturales o memes, la razón de su origen y el porqué de su
aceptación e influencia en los seres humanos. Se afirma que “memes” son esencialmente
información pura que tienen consecuencias físicas observables y resultados verificables
mediante comportamientos del ser humano; se propagan y se agrupan en entidades más
grandes como los genes, también experimentan la selección natural. Sin embargo, la evolución
memética ocurre más rápida que la biológica. Sobre todo actualmente con las comunicaciones
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tecnológicas tan avanzadas: alguien escribe algo y en pocos instantes llega a todos los que
utilizan estos medios.
Es natural que cada persona, dentro de una cultura, adopte los memes de ella o una
parte sensible para ser aceptado. Ejemplos de memes son las creencias que adoptan grupos
sociales, religiosos, políticos, profesionales, sectarios.
La Asociación Educar para el Desarrollo Humano, en su Introducción a este tema nos
comenta: “Si bien la teoría de Darwin cumple con su cometido de explicar coherentemente cómo
hemos desarrollado todas nuestras habilidades relacionadas con el sobrevivir, falla a la hora de
explicar todas nuestras otras capacidades que poco o nada aportan a nuestra supervivencia”.
Así ocurre con la metalingüística (explicar con lenguaje el significado de la palabra), con
la creación artística, con el uso de utensilios sofisticados, la nanotecnología; también podemos
realizar introversiones, interrogarnos, crear simbología…
Steven Pinker, psicólogo experimental, científico cognitivo y escritor, en su obra “Como
Trabaja la Mente” (citado por AEU) expresa: “por lo que a la relación causa-efecto concierne, en
el dominio de la biología la música no sirve para nada”, a nuestro juicio un tanto taxativo, puesto
que la música con determinados sonidos, calma o altera el organismo vivo, de todas maneras,
reafirmamos los ejemplos dados más arriba y esto significaría que la cultura ha excedido los
límites de la evolución genética y que la teoría evolucionista no podría, hasta el momento,
justificar su existencia.
Richard Dawkins, etólogo británico, doctor en Ciencia y miembro de la Royal Society of
Literature obtuvo mucha fama con su obra “El Gen Egoísta” (1976). En esta obra introdujo los
términos meme y memética. En otra, “El Fenotipo Extendido”, señala que el efecto fenotípico no
está limitado al cuerpo de un organismo como es el caso de los genes, sino que pueden
extender más allá, a muchos seres y al ambiente.
Al seguir al doctor Dawkins, serían “memes” todas las contribuciones de la cultura desde
mitos, leyendas, lenguaje, refranes de sabiduría popular, frases hechas, la coprolalia, sistemas
sociales, culturales, judiciales. No serían “memes” las emociones, las percepciones sensoriales,
las relaciones amorosas, pero sí los comportamientos sobre todo sociales. Tampoco las
conductas inducidas por las “células espejo” que son neuronas causantes de la imitación
inconsciente ni las respuestas condicionadas por el miedo o por amor, porque dependen de
experiencias individuales. También podría haber “mezcla de reflejos innatos más memes
aprendidos por imitación, como por ejemplo manejar un auto” (AEU 2013)
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En efecto, hay una relación entre las conductas de la persona y su evolución memética,
y una demostración de este acontecer cultural se da a conocer, ya sea, mediante la duda
negativa o la duda positiva, que explicamos a continuación.
Muchos de nosotros evitamos lo desconocido, ya que no sabemos si nos traerá algún
bien o mal y así se da la “duda negativa”. En este caso, el cambio es resistido porque produce
inseguridad y es más aceptado lo conocido porque produce seguridad, típico de una mentalidad
conservadora; v. gr., vivir “ la aventura” pasa a ser un problema y no una entretención; produce
miedo tanto de tipo exterior como al interior de nuestro ser, con esta aprehensión uno se niega a
la nueva experiencia, por consecuencia se favorecen los memes ya conocidos, y no se “corre
esa aventura”: nuestro comportamiento se define, entonces, como de “tipo conservador
defensor”, ya que con sus argumentos evitan el peligro y entrega una sensación de seguridad;
así también, se resisten los cambios sociales, se defienden las tradiciones, la moral, aunque
algunas de esas costumbres o creencias no nos hacen ningún bien.
Algunos seres humanos, como los aventureros, los líderes, los descubridores, los
conquistadores buscan y aceptan lo desconocido; así se da “la duda positiva”. Ante un nuevo
evento, se produce una intensa atracción por lo diferente, por lo misterioso; se debilitan,
entonces, los “viejos memes” y se fortalecen los nuevos y la personalidad se define como “liberal
o antitradicional o revolucionaria”. Ambos grupos, generalmente, se descalifican unos a otros.
Sin embargo, en otros sucesos no ocurre lo mismo, por ejemplo, en el tema de la moda en la
vestimenta actual es, a nuestro parecer, un rompimiento de costumbres antiguas; hoy día cada
quien se viste como quiere y nadie se asombra o rechaza, salvo en grupos sociales
conservadores o de tipo religioso o sectario.
NORMOSIS: Analicemos este término acuñado por Jean Ives Leloup. Relacionado con
la mantención de memes negativos, no a través de la duda, sino de la costumbre.
Normosis: conjunto de valores, actitudes o comportamientos habituales que llevan al sufrimiento
físico o moral; este conjunto o sistema está reforzado por un consenso que lo ubica en la
categoría de normal. (Artículo “Las anormalidades de la normalidad”. Pierre Weil) “Las
Anormalidades de la Normalidad”. Compartiremos a continuación este artículo de Pierre Weil,
escritor, educador, presidente de la Fundación Ciudad de la Paz, quien fue recientemente
distinguido por la UNESCO con el premio Educación por la Paz.
Este distinguido educador comienza recordando que él empezó a fumar porque en
aquel tiempo era señal de masculinidad y el fumar pipa señal de intelectualidad. (Lo dejó porque
le hizo sentirse mal físicamente).
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Cuando la gente se pone de acuerdo en algo, manera de comportarse, de actuar, se
produce el consenso y se dicta la norma y así las costumbres son el resultado de normas que
hemos adoptado mediante la imitación o proposición u obligación de padres u otros educadores
y las normas tienen, en general, la función de preservar nuestro equilibrio físico, mental y
emocional. En aquellos tiempos, era normal y bueno fumar. Las películas con sus imágenes de
individuos recios, valientes, de gran atracción femenina se mantiene hasta hoy y ese “meme”
negativo está grabado en el cerebro después de tantos años y ha sido imposible erradicarlo a
pesar de todas las demostraciones de sus efectos cancerígenos, problemas respiratorios con
sus consecuentes daños en los bronquios y pulmones. Antiguamente, las mujeres que fumaban
eran las menos y con ello demostraban seguridad en sí. En esta época, este meme negativo se
ha impuesto de todas maneras, lo que queda demostrado en el hecho que aquí en Chile, las
niñas desde más o menos 12 años ya lo practican. Socialmente se ha prohibido en lugares
públicos, con el fin de acabar con esta normosis. No obstante, en las veredas de los lugares de
trabajo vemos a muchos consumistas del cigarro. Existen memes que tiene una gran fuerza y
logran mantenerse vigentes. ¿Cuál podría ser la razón?
Cuando las personas saben del daño que les produce algunas de estas adicciones:
alcohol, cigarrillos, drogas recurren a la justificación de las mismas. Este afán de argumentar
para defender lo indefendible, también corresponde a una función del cerebro humano: Teoría
de la Disonancia Cognitiva, término creado por Leon Festinger, quien dice que las personas se
sienten incómodas cuando mantienen simultáneamente creencias contradictorias o cuando las
creencias no están en armonía con lo que hacemos.
El Doctor Miguel Ángel Vadillo nos explica a través de ejemplos esta teoría, en su obra
“La disonancia cognitiva, o cómo el ser humano se convierte en esclavo de sí mismo”. A modo
de ejemplo, nos comenta: “ Y es que el ser humano tal vez no sea un animal muy racional, pero
de lo que no hay duda es que es un animal un poco obsesionado por la coherencia. Y también
por la apariencia. Una vez tomada una decisión, nos cuesta reconocer que tal vez nos hayamos
equivocado. Nos resulta más fácil ponernos a defender la alternativa elegida con uñas y dientes,
porque así podemos percibirnos como personas coherentes”…
Nosotros, a lo mejor, en una sofisticada trampa del “Intérprete” ubicado en los
prefrontales, tenemos siempre a mano la “justificación insuficiente” o “autojustificación”, ya que
nuestra gran pretensión es ser o parecer “coherentes” entre lo que hacemos y decimos, entre lo
que pensamos, decimos y realizamos, pues somos seres racionales, inteligentes y no nos
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haríamos daño ni se lo haríamos a otro, por gusto. Recordemos, entonces, la cantidad de
acontecimientos vividos o experimentados:
Ejemplos: un hombre de 65 años que fuma y tiene actualmente dañado su pulmón y su corazón
dice: “¡ Miren qué cosa, quieren que deje de fumar porque estoy enfermo! Si lo estuviera no
haría deporte y lo hago, poco pero lo hago. El cigarrillo me ayuda cuando estoy enojado o tengo
que solucionar un problema, me calma.” Un joven de 20 años comentaba su adhesión a que
liberen la marihuana y otras drogas: “Profesora, yo fumé marihuana y también tomé otras
drogas y aquí me ve estudiando; no soy agresivo, tengo hartos amigos.” Otro, “Elegí esto y no
aquello porque tengo muchas razones para hacerlo. Mis convicciones son sólidas. Yo no hago
ni digo las cosas porque sí.” Podemos, de esta manera, recabar muchas situaciones, incluso
casi anecdóticas del entorno en el cual vivimos.
Tal vez, lo planteado por el doctor Michael Gazzaniga (1992) aclara más la necesidad
que tenemos de mantener y justificar nuestras actuaciones, al aportar otros datos cuando llevó a
cabo una operación que separó los lóbulos cerebrales y cuando hizo pruebas con imágenes
para que las viera el paciente, leamos lo que comenta: …. “Que presentándole a un paciente un
texto “camine” para que solo lo percibiese el hemisferio derecho, este se levanta y da unos
pasos. Al preguntarle qué hace, el hemisferio izquierdo inventa la explicación “tengo ganas de
beber algo”. Es decir, no dijo “no lo sé”, pues sería incoherente.” A nuestro parecer, se repite
inconscientemente la famosa frase: “tengo toda la razón”. En otras palabras, el ser humano
necesita demostrar que sus pensamientos, creencias y acciones son coherentes, aunque ello le
ocasione sufrimiento, enfermedad, incluso, muerte.
EL ESTRÉS.
Existe una creencia generalizada que todo estrés es una enfermedad, una anormalidad.
Aclaramos que esta es una verdad solo para calificar el “estrés negativo”. Otro estrés
denominado “estrés positivo”, no solo no es una enfermedad ni tampoco una anormalidad, sino
que es una cualidad que nos permite adaptarnos a situaciones nuevas y conmocionantes. La
diferencia entre ambas puede ser muy sutil y puede llevarnos a no percibir cuando termina una y
comienza la otra.
La Teoría de la Disonancia Cognitiva, mantenida especialmente en relación con los
demás produce estrés: para sostener la autoridad o para señalar seguridad, forzamos conductas
reñidas con nuestra autenticidad y ello daría respuesta a tanta paradoja que mostramos en
nuestros comportamientos defensivos. Importante es educar para aprender a reconocer nuestros
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errores, nuestras equivocaciones, ya que estas no son signo de falta de seguridad o identidad,
sino que nos dan el aviso o “el detente” que ese no es el camino correcto para construir una
vida sana en comunidad. Por cierto, quien reconoce sus errores o se plantea la duda puede
construir otras realidades más equitativas que traerán beneficios, tales como, evitar discusiones
dañinas, posibilidad de resolver conflictos, realizar auténticos diálogos, aunque el resultado sea,
no estamos de acuerdo. Así evitamos el estrés pernicioso que deja nuestro organismo con
sobredosis de hormonas como el cortisol, (malhumorados).
El estrés puede ser un bien para actuar en la vida, sin embargo, pasa a ser dañino en
extremo cuando el organismo debe luchar constantemente para mantenerse armónico durante la
existencia. Al respecto, compartiremos información sobre “homeostasis”, “alostasis” y sobre
“carga alostática”, que funcionan biológicamente sin intervención de la voluntad, es decir,
mecánicamente, con el fin de mantener la armonía biológica; no obstante, se transforma en un
peligro cuando el estrés es continuado.
Homeostasis: son fuerzas que regulan las funciones defensoras que afrontan las
amenazas al equilibrio biológico y psíquico del organismo vivo.
Alostasis: complementa y complejiza la función homeostática, mediante dos efectores
fundamentales, Sistema Nervioso Simpático, y el eje Hipotálamo Pituitario Adrenal, más
algunos mediadores biológicos que coordinan una buena respuesta corporal.
Cuando el individuo vive situaciones estresantes, el cerebro realiza una “evaluación
cognitiva”. Esta consiste en un proceso cognitivo durante el cual los sucesos desequilibrantes
que sufre o ha sufrido el sujeto preparan, en primer lugar, a homeostasis, y luego, la alostasis.
Estas regulaciones son esenciales para la vida. Su alteración pone en peligro la sobrevivencia.
El equilibrio en el organismo se ve alterado cuando la persona sufre un trauma intenso;
también, cuando sufre pequeños traumas en forma asidua; en ambos casos, pierde dicho
equilibrio, puesto que una mínima alteración en esas fuerzas defensoras produce efectos que
son incompatibles con la conservación de la vida. Si bien es cierto, que la “variabilidad caótica”
en la actividad cardiaca es necesaria para la flexibilidad y adaptabilidad en ambientes
cambiantes, el abuso pone en peligro la salud de la persona afectada: “Es decir, que el ambiente
constantemente cambiante, a partir de la evaluación cognitiva genera respuestas
neuroinmunoendocrinas que van a estar condicionadas por las diferencias individuales dadas
por nuestro patrimonio genético, nuestras experiencias tempranas durante el desarrollo y los
patrones de respuesta conductuales que instalemos posteriormente por vía del aprendizaje.
Estas respuestas fisiológicas son las que van a preparar al organismo para producir la alostasis
a efectos de conducirnos a la adaptación. Ahora bien, a partir de aquí se necesita introducir otro
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concepto que es el de Carga Alostática”. (Dr. José Bonet. Simposio Gador. Congreso Argentino
de Psiquiatría de APSA.)
Carga Alostática: si el sistema adaptativo se ve forzado a numerosas situaciones
psicosociales adversas se vuelve hiperactivo en su función alostática y se produce,
entonces una hiperactividad crónica que sería la carga alostática.
El estrés normal incluye un periodo de actividad que desemboca en una respuesta,
luego viene un periodo de inactividad y, el organismo se recupera. Si el sujeto, en estado de
estrés, no tiene este periodo de descanso es necesaria la carga alostática para compensar el
desequilibrio orgánico. Según McEwen habría cuatro situaciones diferentes que podrían causar
esta carga o estrés, con graves consecuencias para el organismo humano:
Estar permanentemente afrontando situaciones nuevas o adversas.
Imposibilidad de adaptarse a determinadas situaciones.
Imposibilidad de “frenar” la respuesta del estrés y su resultado psicopatológico sería la
depresión melancólica.
Funcionamiento deficiente de la respuesta al estrés (respuesta excesivamente
frenada) que produce una actividad compensatoria y esta desemboca en “la
depresión atípica” en donde se combinan estados afectivos alterados con desórdenes
inflamatorios autoinmunes.
Las causas del estrés son físicas y mentales generadas por una situación insoportable y
sostenida.
Los síntomas son el miedo y la impotencia.
Las afecciones que genera pueden ser psicológicas, neurológicas, inmunológicas y
endocrinológicas. Estas pueden producir una gama de enfermedades: ansiedad; duplica la
posibilidad de sufrir un infarto, depresión, agresividad, violencia, inclinación hacia las drogas,
alcohol, incluso, suicidio; caída del cabello, enfermedades infecciosas como herpes y otros;
desórdenes gastrointestinales, gripes frecuentes, tartamudez y enmudecimiento; taquicardia,
hipertensión, sudoración, frustración, inseguridad; trastornos en el sueño y en el sexo.
Vulnerabilidad: todos somos vulnerables. En el comienzo de esta enfermedad el hombre es más
vulnerable que la mujer y en una segunda etapa la vulnerabilidad es similar.
Fortalezas naturales o adquiridas que resisten al estrés:
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Las características individuales dadas por la genética y reafirmadas por una buena vida
familiar y social.
Rasgos de la personalidad que se van adquiriendo en la medida que la persona toma
conciencia de su valor y de sus capacidades para superar sus situaciones sostenidas
que parecían insolubles.
Por el apoyo familiar, amistades o institucional la persona ha desarrollado una confianza
en sí mismo que le da seguridad para resolver aquellas situaciones.
Estrategias de afrontamiento adquiridas por práctica de métodos psicológicos y
espirituales. Recordemos la estrategia del “guerrero tolteca”. Práctica de yoga,
meditación, relajación.
CONCLUSIONES.
Este es un trabajo científico. No es idealista ni optimista ni soñador. Es objetivo. Junto
con esta afirmación tenemos presente que ese organismo está dedicado a “Educar para el
Desarrollo Humano”, es decir, sirve para avanzar, dejando atrás una situación humana para
alcanzar otra superior.
Desde el mejor hombre al peor, todos somos perfectibles porque es propio de nuestra
naturaleza hacer bien las cosas, las muy importantes y las que no son tanto. Por ejemplo, un
bandido procura que su próximo robo sea mejor que el anterior. Un científico con el ejercicio de
ensayo y error repite la operación indefinidamente, hasta que logra el ensayo con éxito. Así,
paso a paso, se produce el desarrollo humano desde lo más pequeño a lo más grande y
gravitante. Y, justamente, de ese desarrollo humano habla el propósito de esa Asociación. Por
eso nos permitimos incluir un mensaje en este final.
Teniendo presente que somos egoístas y ambiciosos, siempre atentos para defender
nuestro interés propio, pensamos que para transitar de este “periodo de supervivencia” a la
“etapa de trascendencia” deberíamos armonizar con nosotros mismos, con los demás y con el
universo. Desarrollar nuestras potencialidades, ser nobles y generosos; creativos para
renovarnos constantemente y participar positivamente en el mundo; ser valientes, constantes,
confiar en nuestra biología, pues ella es certera para avisarnos si estamos disfrutando de la vida,
sanamente.
Cuando expreso mis talentos y los utilizo para servir a la humanidad, limpio los
contaminantes que causan los conflictos: creo bienestar físico, psíquico y social.
Así contribuyo a construir la PAZ: