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NIETZSCHE DESENMASCARA A HEIDEGGER

NIETZSCHE DESENMASCARA A HEIDEGGER

Heidegger desenmascara a Nietzsche

(Titular del diario derechista espaol La Razn, a propsito de la publicacin del Nietzsche de Heidegger en el ao 2000)

1. Sartre y Heidegger

Sartre era un hombre sabio. Cuando, (ese 29 de Octubre de 1945, a las ocho y media, despus de abrirse paso entre la muchedumbre que haba acudido al Club Maintenant, -uno de los smbolos de la Liberation, en una escena relatada por Boris Vian en La espuma de los das-, para escuchar la conferencia que supondra el bautismo popular del Existencialismo como humanismo de izquierdas), citaba a Martin Heidegger entre los principales padres de esta corriente filosfica, no le estaba diciendo a la intelectualidad francesa algo que sta no supiese. Una primera generacin de heideggerianos (entre ellos el primer traductor al francs, Jacques Corbin, pero tambin los Koyr, Kojeve, Bataille y Jean Wahl) haba ya entendido al mago de Messkirsch al modo existencialista. En cierto modo, todo estaba ahlos conceptos bsicos se podan encontrar en Ser y Tiempo y en la notoria conferencia del 29 Qu es Metafsica: la existencia antes que la esencia (tesis que responde a un mundo sin dios), el estado de yecto o arrojado, el de abierto, el proyecto que es el Dasein -al fin y al cabo ltre humain, como tradujo Corbin-, la cura o el cuidado y la angustia o la nusea del Ser y de la decisin: la conciencia, la culpa, la autenticidad, el infierno que son los otros etc., etc. El propio Pggeler deca que el libro que llevaba la resistencia en sus petates eraSer y Tiempo. Cuntas veces se habrn preguntado los autores de este artculo hasta qu punto conoca Jean Paul Sartre ese 29 de Octubre las derivas conceptuales hacia el nazismo de Heidegger durante los oscuros aos treinta? S deba saber que el zorro haba presentado a los franceses, la fuerza del eje administradora del territorio de Baden tras la guerra, una proposicin (indecente) para reeducar polticamente a los alemanes y posea una carta del propio Heidegger en la que reconoca al Ser y la Nada como una obra dominada por un entendimiento inmediato de mi filosofa como nunca he visto hasta ahora (Cfr. Heidegger, Martin, 1994). Sin embargo, slo conociendo bien el pensamiento de Heidegger durante los aos del mesianismo del Orto (Habermas) poda entenderse el giro antihumanista de la Carta sobre el Humanismo, de 1946, esa forma de decirle a Sartre No, usted no entendi bien mi trabajo.

Como se sabe, Martin Heidegger fue juzgado y condenado por un tribunal militar a causa de su colaboracin con los Nazis desde principios de los aos treinta, cuando devino uno de los filsofos oficiales del Movimiento, junto con Alfred Bauemler, A. Rosenberg, E. Krieck o Carl Schmitt. Fue Karl Lwith quien se apresur a advertir a los existencialistas franceses en la revista del propio Sartre Les temps modernes, en Noviembre del 1946, de las implicaciones polticas de la Filosofa de la Existencia en Heidegger; y no nos interesa tanto su crtica al Nihilismo Interior de esa Filosofa de la Pura Resolucin, al decisionismo irracionalista, cuanto el hecho de que Lwith estaba matando un toro que ya estaba muerto, puesto que Heidegger ya haba abdicado de esa Filosofa de la Existencia.

Mal le hubiera venido a Heidegger una filosofa de la responsabilidad absoluta del Dasein ante sus actos, cual era la que se presentaba en la conferencia de Sartre e incluso la que se poda derivar de conceptos que vertebran Ser y Tiempo como Schuldigsein (culpabilidad), decisin, propiedad, y autenticidad frente a lo Impropio y lo Uno, etc., etc..La tremenda constatacin de que uno tiene que elegirse si no quiere ser puro Man, pura ideologa. Es probable que la nica respuesta digna de un filsofo existencialista que asumiera toda esa carga de camello como responsabilidad, hubiera sido el suicidio, camino que decidieron algunos de sus compaeros de desvaro vital e intelectual. Pero es cierto que a nadie se le puede exigir ser un hroe (excepto, quiz, al Dasein de Ser y Tiempo y al Dasein alemn de los aos heroicos).

Martin Heidegger opt por una peculiar lnea de fuga: all donde deca Dasein, haba que leer Sein; all donde el Dasein decida, fundaba, saltaba, o se caahaba que ver espasmos del Ser. Y a esto se le llam Kehre, giroO de otra manera: difcilmente poda atribuirse responsabilidad a un Dasein por sus decisiones cuando, en realidad, el Dasein ya no decida nada. Si Heidegger se equivoc es porque toda la poca se equivocaba. Sea como fuere, la intelectualidad desde Pggeler en adelante- siempre ha visto los cursos de Heidegger sobre Nietzsche, impartidos desde el 36 hasta el 40, e incluidos en el libro Nietzsche publicado en 1961, como el mejor testimonio de la evolucin del Heidegger de la analtica existencial al del giro o viraje hacia la localizacin del Ser. El propio autor as lo declaraba en el prefacio:() la publicacin quisiera proporcionar una visin sobre el camino de pensamiento que he recorrido desde 1930 hasta la Carta sobre el Humanismo (1947)

(Heidegger, Martin, 2000, p. 16)

El propsito principal de este artculo no es tanto analizar la evolucin del pensamiento heideggeriano cuanto entender y valorar su interpretacin de Nietzsche. Por otro lado, los autores se dieron cuenta pronto de que los textos publicados en el 61 no informan bien de la evolucin real del pensamiento heideggeriano en los aos de oscuridad, sino, a lo sumo, de cmo quera que se le viese en tales aos desde ese 1961, para lo cual tuvo que recortar y modificar los cursos impartidos en Friburgo. La tremenda imbricacin de la filosofa de Heidegger con el espritu del Nacionalsocialismo y con el de Nietzsche entre el 36 y el 40 fue difcilmente disimulable en el 61, y si ya de su confrontacin en los aos treinta poda decir Heidegger que Nietzsche le haba destrozado (Nietzsche hat mich kaputt gemacht), le toc a su mujer, Elfride, sospechar que la edicin del Nietzsche que su marido empez a finales de los cincuenta con la ayuda de Pggeler, le iba a detruir nuevamente la salud.2. Dnde estaba Nietzsche?

Nietzsche me ha destruido

Martin Heidegger

Cuando Heidegger comienza su larga confrontacin con Nietzsche tiene casi cincuenta aos y rondar los sesenta al alcanzar una visin definitiva de ste, la que se desprende de las conferencias La frase de Nietzsche Dios ha muerto y Quin es el Zaratustra de Nietzsche y de Qu significa pensar?. Por contraste, la ausencia de Nietzsche en la obra anterior de Heidegger roza la dimensin del escndalo. Cmo pudo desarrollar su ontologa existencial, plantearse el problema del ser y el tiempo, desarrollar una hermenutica de la facticidad durante los aos veinte sin dar cuenta de Nietzsche, al que asociaba con el vitalismo, con Bachofen y con la filosofa de los valores y de quien parece salvar nicamente la intempestiva sobre la historia en Ser y Tiempo. .En el ao 29, sin embargo, se permite afirmar que Nietzsche est detrs de todas las corrientes en boga en Alemania. Demasiados puntos de contacto (tantos que era un escndalo el no haberlos mencionado antes): No haba dicho ya Nietzsche que todo era fctico, que nada era eterno excepto el devenir? Y, No es sta una de las claves de Heidegger: cmo instaurar un fundamento desde el abismo? Como dice Gadamer, de esto se fue dando cuenta Heidegger ms tarde: ms tarde, cuando empez a estudiar a fondo a Nietzsche y afirm que estaba creciendo en las races e intentaba congraciar a los jerarcas del partido con una lectura de Nietzsche en clave de hermenutica existencial.

Pero tambin haba numerosos puntos de conflicto (demasiados como para superarlos o asimilarlos como intent entre el 36 y el 40): No haba dicho Nietzsche que el ser es el ltimo humo que se evapora? Cmo convencer entonces a los jerarcas nietzscheanos del partido de la importancia existencial de la pregunta por el Ser? No atufaba, por otro lado, Ser y Tiempo, a un cristianismo paulino sin Dios en el que pulularan la culpa, la conciencia, la cada, el ser-para-la-muerte, la cura, la angustia?No era Heidegger, con su bsqueda-pregunta-gesto por la Verdad del Ser, un ejemplo palmario de lo que Nietzsche haba descrito como ideal asctico?

Poseemos la base conceptual desde la que Heidegger va a comenzar su confrontacin con Nietzsche gracias a la Introduccin a la Metafsica, de 1935. Del treinta al treinta y cinco la aproximacin del pensamiento heideggeriano al universo espiritual nazi sigue dos lneas: por una parte, ante ciertas crticas de los sectores esteticistas que haban hecho notar la ausencia del arte o la experiencia esttica en Ser y Tiempo, Heidegger responde con el Arte como lugar privilegiado del des-velamiento y de la fundacin del Ser, valindose para ello sobre todo de la poesa de Hlderlin y entroncando con los griegos; por otra parte, ante las sospechas de solipsismo nihilista y decadente del Dasein de Ser y Tiempo Heidegger responde echando mano de Hegel y recuperando el denostado concepto de espritu para as encarnar al Dasein en el pueblo alemn. Ya en la Introduccin a la Metafsica se permitir avisar de lo que ser uno de los leit-motivs de sus lecciones del ao siguiente:

Pero esta filosofa (la de Nietzsche) todava hoy ha podido preservarse de todas las torpes y ridculas impertinencias del cortejo de escribientes cada vez ms numerosos que la rodean. Y esta obra ni siquiera parece haber superado todava los peores abusos

(Heidegger, M., 1935, p. 41)

En efecto, a pesar de la absoluta marginalidad de Nietzsche en la obra de Heidegger hasta ese momento, ya avisa de que, en realidad, todava nadie lo ha entendido bien. Y, no obstante, quien quera ser todava en 1935 gua de los guas advierte por si acaso de que Nietzsche es vctima de tres errores fundamentales (y, por tanto, no tena mucho sentido que ste ltimo, y no aqul, fuera el gua de los guas del pueblo alemn en aquellos tiempos que Heidegger retrata como de decadencia espiritual absoluta del planeta). En primer lugar, est la diferencia ontolgica: Nietzsche no la entendi, es decir, permanece en la tradicin metafsica del olvido del ser de la que ya habl en Ser y Tiempo:

Es el ser una mera palabra y su significado una humareda o contiene lo que se nombra con la palabra ser el destino espiritual de occidente?

(ibid. p. 46)

Y en esta tradicin ocupa un lugar de privilegio: es el ltimo metafsico, el que se da cuenta de que Dios ha muerto, del nihilismo, de que ya slo impera el ente (Con el nombre de voluntad de poder?: Heidegger no se atreve todava a decirlo)y por eso era el que ms desesperadamente buscaba un nuevo Dios (lleg a decir que Nietzsche haba sido el nico creyente del siglo XIX). El mensaje es que quien quiera dar el autntico salto tendr que ir y preguntar ms all de Nietzsche, como ya llevaba haciendo Heidegger desde antes de Ser y Tiempo, puesto que el pensador de Rcken ni siquiera lleg a hacer la pregunta decisiva (La pregunta por el Ser).

En segundo lugar, Nietzsche fue vctima de la habitual contraposicin entre Parmnides y Herclito: Ser y devenir. En efecto, No haba dicho Herclito que por debajo del devenir hay un Logos comn que los hombres no ven porque andan como en sueos? Pues eso es el Ser, segn Heidegger, y los hombres no lo ven porque se pierden en los entes.

El tercer gran error de Nietzsche, segn el zorro, es haber centrado su filosofa en el fenomenolgicamente oscuro concepto de valor y ser el padre de toda las denostadas por Heidegger Filosofas de los valores- (son valores porque valen o valen porque son valores?); y aqu se incrusta la polmica observacin sobre lo que hoy se ofrece para colmo en todas partes como filosofa del nacionalsocialismo que no tiene nada que ver con la verdad interior y la magnitud de este movimientoy la perplejidad del joven Habermas no slo ante el hecho de que el autor de la frase, a quien todava le quedaban ms de veinte aos de vida, no hubiera tenido la prudencia de eliminarla, sino que encima se permitiera en 1953 el famoso aadido: a saber, con el encuentro entre la tcnica planetariamente determinada y el hombre contemporneo)como si fuera justificable el dilogo o la confrontacin con el nacionalsocialismo, como si en plena guerra fra volviera el fantasma de la posibilidad de un nacismo civilizado o inspirado por una filosofa .Todava en la famosa entrevista a Spiegel, realizada el 23 de septiembre de 1966 y publicada diez aos ms tarde, tras la muerte del filsofo, Heidegger adverta de que:En 1936 empezaron los cursos sobre Nietzsche. Todos los que pudieron orlas entendieron que se trataba de una confrontacin con el nacionalsocialismo.(). En el semestre de invierno de 1944-1945, (), di un curso con el ttulo: Poetizar y pensar, en cierto sentido una continuacin de mi curso sobre Nietzsche, es decir, de la confrontacin con el nacionalsocialismo

(Heidegger,M., 1989, pp. 64-67)

En efecto, la etapa del 36 hasta el 40 se caracteriza por la distincin entre una buena filosofa del nacionalsocialismo y otras tantas malas; que esto se quiera ver, como se hace desde el bando de los apologetas, como un enfrentamiento con el nacionalsocialismo, no es sino error o mala fe. En el fondo, poca importancia tiene que se mantenga un concepto biolgico de raza o uno metafsico, lo importante es hacia dnde se mira y se piensa- cuando las chimeneas escupen sin cesar ceniza de judo. A nivel poltico, en el 36 Heidegger est en que Hitler y Mussolini representan el contramovimiento contra el nihilismo del que Nietzsche haba hablado... 3. Avatares de un libro

A finales de los cincuenta, como dijimos, Pggeler ayuda a su maestro en la confeccin del libro sobre Nietzsche que acabar apareciendo en el 61 en la editorial Gnter Neske y que ms que un libro parece una casilla sobrecargada del ajedrez o una ciudad en la que manos misteriosas hubieran alterado los restos de las capas todava sepultadas de su pasado. Supuesto que su confrontacin con Nietzsche haba sido una confrontacin con el nacionalsocialismo, la aparicin del libro en el ao de la construccin del muro de Berln, en un momento lgido de la guerra fra que volva a hacer plausible la imagen de una Alemania presa entre la tenaza de Rusia y Estados Unidos, adquira un peso y un relieve especiales. Ah estaban los cursos que empezaron en el semestre de invierno de 36 con la Voluntad de poder como arte, parte de las lecciones del semestre de verano de 1937 con el ttulo de El eterno retorno de lo mismo; nuevamente en el semestre de verano de 1939 imparte las lecciones que aparecen en el libro como La doctrina nietzscheana de la voluntad de poder como conocimiento y en el segundo trimestre de 1940 lecciones sobre Nietzsche: el nihilismo europeo; los textos, a su vez, fueron apareciendo en los polmicos Gesamtausgabe de los nmeros 43 al 48, incluyendo un seminario sobre la segunda Consideracin Intempestiva impartido en el semestre de invierno de 1938-1939. A ellos se les agrega en el libro algunos ensayos surgidos entre los aos 1940 y 1946 (prcticamente todo el segundo tomo, pues, se construye con textos inditos supuestamente escritos durante la guerra).

En el GA 43, la primera leccin sobre la voluntad de poder como arte, se pueden leer las intenciones declaradas del curso:

Y de acuerdo con ello tomaremos la interpretacin del arte de Nietzsche sobre todo en la direccin de la revolucin (Umwlzung), no en direccin a estar delante o detrs

(Heidegger, M. GA 43, p. 160)

Que declaraciones tan claras sobre cmo interpretar el texto fueran eliminadas del libro aparecido en 1961 puede dar una idea de lo difcil que llega a ser intentar rastrear la evolucin real del pensamiento heideggeriano en aquellos aos (y ms teniendo en cuenta que los Gesamtausgabe tampoco son fiables a este respecto). Sea como fuere, las intenciones de las lecciones, a la luz de lo publicado en el 61, pueden ser sintetizadas en cinco:

En primer lugar, Heidegger tratar en las primeras lecciones de congraciar a los jerarcas del partido con el slang de la hermenutica existencial, dado que para amplios sectores del partido Nazi la pasin heideggeriana por la Nada como experiencia fundamental slo esconda nihilismo y decadencia, lo que contrastaba con el impulso de vida y voluntad de poder en Nietzsche. Por otro lado, la incursin en el mundo del arte, sobre todo a travs de Hlderlin y la poesa, haba llevado a Heidegger a las antpodas de Nietzsche, a ver en el Arte el mbito privilegiado de la verdad y no un juego con las apariencias, el triunfo de la mentira, como en Nietzsche.

En segundo lugar, se trataba de mostrar cmo nadie haba entendido realmente a Nietzsche, especialmente los dos autores ms citados en las primeras lecciones: Alfred Buemler, que haba publicado su Nietzsche. El Filsofo y el poltico en 1931 y Karl Jaspers, con su Introduccin a Nietzsche de 1936. Muy importante para contrastar con las lecciones de Heidegger es el libro de Karl Lwith sobre el Eterno Retorno aparecido con dificultad en 1935 y el cual el filsofo de Messkirch, a pesar de haber tomado bastantes ideas de l, ni siquiera se digna citar. En cualquier caso, del treinta al treinta y seis Nietzsche se ha convertido en el filsofo de la Alemania Nazi por ms que, en el fondo, ahora sepamos que Kant tiene mucho que ver con la banalidad del mal.- y todo filsofo que quisiera aspirar a un lugar bajo el sol de los tiempos oscuros haba publicado sobre l

En tercer lugar, Heidegger avisaba de que si se entenda bien a Nietzsche, todo lo que ste ltimo haba dicho ya se haba defendido en la gran tradicin Metafsica del Idealismo alemn desde Leibniz a Schopenhauer pasando por Fichte, Schelling y Hegel, por lo que, en el fondo, mal gua poda ser para la Revolucin Nacionalsocialista si aspiraba a inaugurar una nueva poca (el Nuevo Comienzo de los Beitrgge)

En cuarto lugar, a partir de los aos cuarenta, Heidegger insistir en el papel culminante de Nietzsche en el acabamiento de la Metafsica, en el despliegue de todas sus posibilidades intrnsecas, vinculando a Nietzsche ni ms ni menos que con el platonismo y el cartesianismo.

Por ltimo, tambin a partir de los aos cuarenta, y en el 61, se identificar a Nietzsche con el Nacionalsocialismo (por supuesto implcitamente) a travs de la voluntad de poder entendida ya como dominio tcnico de la naturaleza y como subjetividad tcnicamente desaforada. Slo que este problema irresuelto por el nacionalismo (el encuentro entre la tcnica planetaria y el hombre contemporneo) era en realidad un problema epocal, de penumbra de Ser, y por lo tanto, peor le iban las cosas a los mayores nihilistas: el capitalismo americano, unido a la filosofa analtica, y el comunismo, unido, en fin, a la Sociologa ya la filosofa analtica tambin. La tenaza Amrica-Rusia de nuevo.

Puesto que las intenciones de Heidegger cambiaron a lo largo de los aos, algunas de ellas entraban en conflicto, por ejemplo, la primera, en la que el engarce con Nietzsche es prioritario y la ltima, en la que hay que tomar distancia. Esto dar al libro del 61 un ritmo sincopado con un doble movimiento de territorializacin y desterritorializacin..4. Territorializacin de la provincia nietzscheana

El que no cree en el eterno retorno no funda nada

Martin Heidegger, 1937

Heidegger estructur sus lecciones de acuerdo con una clasificacin apcrifa de un libro apcrifo que los editores llamaron La Voluntad de Poder, un libro encomiado en las primeras lecciones, criticado en las lecciones del curso siguiente y vilipendiado en los cuarenta. El ndice del libro contena: La voluntad de poder como conocimiento, La voluntad de poder como naturaleza, La voluntad de poder como sociedad, La voluntad de poder como arteSe trataba de una clasificacin inventada que no slo sirvi para dar ttulo a sus lecciones sobre Nietzsche sino que le permita afirmar de ste que su visin del ente se gua por las tradicionales disciplinas de la Filosofa Escolstica (!)(Heidegger, M., 2000, p. 44). Siendo as, la conexin con Duns Escoto, no pareca difcil.

Mantendr la vieja aspiracin a sistematizar es decir, a vincular y jerarquizar- los temas centrales de la filosofa nietzscheana en vez de contemplarlos de una manera rapsdica; decimos vieja porque todava estando vivo el filsofo ya haba ensayado Lou Andreas Solome algo parecido, y el propio Alfred Buemler sistematizar la obra de Nietzsche en torno al tema de la voluntad de poder. La exclusin del eterno retorno que hace Buemler de esa sistematizacin considerndolo mstico y contradictorio con el resto de la obra- le sirve a Heidegger sirvindose para esto del no reconocido Lwith- para asentar una de sus tesis ms impactantes: voluntad de poder, eterno retorno y transvaloracin de los valores dicen, en el fondo, la misma cosa.

El engarce con Nietzsche a travs del arte era un asunto complicado para Heidegger, como sealamos. Si Nietzsche haba hecho del arte el principal contramovimiento contra el nihilismo afirmando que tenemos arte para no perecer a causa de la verdad, y asociando la experiencia esttica con la embriaguez, Heidegger en El Origen de la obra de arte y en su conferencia sobre Hlderlin, habia entendido el arte como el lugar privilegiado de la verdad, del desvelamiento, no precisamente de la embriaguez y de la mentira, sino del Ser. El desprecio nietzscheano por el concepto de verdad se le indigesta tanto a Heidegger en estas primeras lecciones que ste tiene que recordar una y otra vez que Nietzsche slo atacaba el concepto platnico de verdad y que nunca se cuestion realmente la esencia de la verdad (que se supondra como adecuacin a la realidad). El argumento principal de Heidegger es, como muchas otras veces en este autor, ms propio de un filsofo analtico: el error slo tiene sentido respecto de algo que es verdadero, as que cuando Nietzsche habla de la verdad como error lo que estara diciendo es que el sentido tradicional de la verdad, con su carga dualista y sus esencias eternas, no se adeca a lo real, a lo que es; en un sentido extramoral es verdad que el mundo es devenir, que lo que es es el devenir. Desde este punto de vista, el arte se adecuara ms a la realidad y sera, en cierto modo, ms verdadero que lo que tradicionalmente se considera como verdad. Al final, arte y embriaguez en Nietzsche podrn reducirse a jerarqua, diferenciacin y decisin (op.cit. p. 144).

A pesar de que en Ser y Tiempo el concepto de voluntad est prcticamente ausente, la conexin con el voluntarismo decisionista no era nada difcil, por contra. Ya lo haba hecho en el Discurso del Rectorado de 1933: Autenticidad, Resolucin, Decisin, Autoafirmacin (como forma de alcanzar la mismidad, la propia esencia) y Orden (a partir de un texto del libro V de La Gaya Ciencia en que Nietzsche habla de la voluntad en cuanto afecto del ordenar y signo del seoro de s), se vinculan a la voluntad de poder nietzscheanaNo es entonces difcil hacer, del Dasein resuelto, el superhombre, y del Dasein indeciso, flotante en el Man, y en el s, si, no, no de la vida cotidiana, impropio y arrastrado en un torbellino, extraado permanentemente de s mismo, el ltimo hombre. Claro que, entre tanto, el Dasein solipsista de Ser y Tiempo se haba transformado en el Volks alemn, por lo que la decisin radical entre flotar en el torbellino o encarar y asumir la propia esencia, pasa a ser colectiva.

En el verano del 37 empieza su segundo curso sobre Nietzsche. El eterno retorno deviene el fundamento de la voluntad de poder y, por tanto, de la filosofa nietzscheana, al modo de la esencia el qu es- del mundo (voluntad de poder) y la existencia el cmo es- (eterno retorno). La voluntad del Volks alemn tena que resolverse decidindose por el eterno retorno, que pasa a ocupar el lugar de la Nada y del Nihilismo (el siempre igual sin meta y sin fin): morder la cabeza de la serpiente negra es encarar la Nada, y, No haba dicho Heidegger que la fuerza y la autenticidad de un filsofo se mide por su cercana a la Nada? Asociando el eterno retorno con el instante absoluto de la decisin, al modo kierkegaardiano de Lwith, la eternidad aqu quiere lo efmero como eterno: El que no cree en el eterno retorno no funda nada, llega a sostener Heidegger.

Las interpretaciones biologicistas o vitalistas de Nietzsche, como dijimos, fueron criticadas por Heidegger con el mismo ahnco con el que l mismo se distanciaba de cualquier interpretacin antropolgica o psicolgica de Ser y Tiempo. Algunos autores han visto en esta crtica no tanto un distanciamiento del nacionalsocialismo como una distorsin del papel del cuerpo (la Gran Razn del Zaratustra) y la fisiologa en la filosofa de Nietzsche; cabe decir, respecto a esto ltimo que, en realidad, para Heidegger ningn concepto es meramente biolgico o fsico ya que su asentamiento, su significado y su aclaracin nunca competen a una ciencia sino a la filosofa o la Metafsica. Por si fuera poco, el concepto Vida, clave en Nietzsche, por ejemplo, implicara creacin, horizonte, orden y perspectivismo, por lo que su proximidad al concepto de Dasein se hace evidente (que Nietzsche no pudiera dar el paso del concepto vida a una analtica del Dasein obedecera a que el filsofo estara anclado todava en el lenguaje de la Metafsica tradicional).

El perspectivismo nietzscheano (Todo es perspectiva!) se ajustaba bien a la idea heideggeriana de la facticidad: Que todo es perspectiva, eso significa facticidad, lo dems son intentos de saltar por encima de la propia sombra, afirma en el Nietzsche. No haba transformado precisamente Heidegger la fenomenologa de Husserl en una hermenutica al sealar el alcance existenciario (que era como decirtrascendental) de la comprensin y la interpretacin (Verstehen y Auslegung)?

Entre los aos 36 y 40, el acto de suprema autognosis con que Nietzsche describa la transvaloracin en Ecce Homo, estn asociados en Heidegger a la fundacin del Ser por la palabra potica y a la decisin autntica del pueblo alemn. Por lo dems, cuando en la Carta sobre el humanismo y en lo sucesivo- Heidegger advierte de que su concepto fundamental era el de Ereignis no haca sino pergear su lnea de fuga, a saber, que su ruptura con el nacionalsocialismo se retrotraa por lo menos a su dimisin del rectorado en 1934 y que a partir de entonces era una persona ms bien sospechosa para el partido. En realidad, en los aos heroicos los conceptos de fundacin y decisin son mucho ms repetidos que el de Ereignis, y adems ste est ms vinculado a un acto resolutivo y decisivo del Dasein que a un plpito del SerEl poeta pensador era entonces el Superhombre: El superhombrees el hombre que funda de nuevo el ser, en el rigor del saber y en el gran estilo del crear

(Heidegger, M., 2000, I, p.207)

5. Desterritorializacin de la provincia nietzscheana

En la controversia con Nietzsche desde 1936/37- considera Heidegger el eterno retorno nietzscheano como una posicin metafsica fundamental, en cuanto ingreso en la era de la tcnica desencadenada, en el seno de la lucha por el dominio mundial, y exige al respecto una meditacin conforme a la historia acontecida del ser.

(Pggeler, O., 1963/83, p. 132)

A partir de los cuarenta, en los textos supuestamente escritos entonces, armonizar a Nietzsche con la hermenutica existencial ya no es asunto prioritario; ms bien el gesto se transforma en su contrario lo cual se torna problemtico, puesto que si Nietzsche cae definitivamente dentro de la tradicin metafsica y no supone una ruptura de sta, o si Nietzsche sirvi para justificar el nazismo, el Heidegger nietzscheano o el Nietzsche heideggeriano del ao 36 deba correr igual suerte-. Segn Zimmerman (2005), el cambio que puede observarse al respecto se puede resumir en la frase De el primer pensador de un nuevo comienzo ael ltimo pensador del primer comienzo, el asunto, creemos no es tan lineal, puesto que partimos inicialmente de un desprecio a la filosofa de Nietzsche como mero vitalismo y Filosofa de los valores, y puesto que el maridaje de Heidegger con Nietzsche hace aguas por demasiados puntosEl mismsimo Heidegger llega a excusarse en el Nietzsche de los aos de desatencin o desprecio de la obra nietzscheana:Sobre todo la generacin que estudi en las universidades alemanas entre 1909 y 1914 recibi las palabras nietzscheanas interpretadas de esta manera. Incluso as, mal interpretadas, fue para nosotros una ayuda. Pero no haba nadie que nos hubiera podido dar la interpretacin justa, pues para ello es necesario volver a preguntar la pregunta fundamental de la filosofa occidental, la pregunta por el ser, ()

(Heidegger, M., 2000, I, p.206)

Nietzsche, que poco habl de la tcnica, se transforma en el pensador del mundo tcnicamente desaforado. La voluntad de poder, en el treinta y seis vinculada a la resolucin, la decisin y la autenticidad, se convierte en los cuarenta siendo todava orden y jerarqua- esencialmente en valoracin y razn calculante; en los cincuenta la llamar Heidegger Gestell. Ya en el Eplogo a Qu es Metafsica de 1943 apunta a la voluntad de voluntad, al querer sin novedad, como esencia del nihilismo y clave para entender la metafsica del mundo tcnicamente movilizado, expresin ltima del dominio del sujeto en la poca moderna, la del mximo olvido del ser. La voluntad de poder, en fin, se entiende ahora como

() un peculiar dominio del ser sobre el ente en su totalidad (bajo la forma velada del abandono del ente por parte del ser)

(Heidegger, M., 2000, p.400)

Nietzsche habra quebrantado la esencia misma de la verdad, reducindola a una mera estimacin de valor llevada a cabo por la vida, poniendo en seguro de antemano la dominacin tcnica moderna. En los textos de los cuarenta se produce, pues, un desplazamiento en la comprensin de la verdad en Nietzsche que podra resumirse en un trnsito de una concepcin de la verdad como adecuacin a otra pragmtica en un sentido no vulgar, sino existencial- en que se reduce a acrecentamiento de la voluntad de poder, y, en ltima instancia a Justicia. La decisin, la fundacin y la salvacin ya no competen al Volks alemn y ya no consisten en creer en el eterno retorno que pasa a ser smbolo del infernal mundo mecanizado-sino a unos cuantos pensadores, SuperDaseins con capacidad para fundar el ser. En realidad, con el tiempo ya ni siquiera los sumos pensadores que tendrn que pensar en alemn, claro- decidirn nada, puesto que la decisin, cuando venga, vendr del ser, y slo tendrn que escuchar y tomar nota.

Entretanto, la transvaloracin nietzscheana pierde todo fuste, pues consiste en reducido todo (ser, fin, verdad) a voluntad de poder y sta a valor:

La transvaloracin de Nietzsche es, en el fondo el repensar en trminos de valor todas las determinaciones del ente

(Heidegger, M., 2000, II, p.95)

El superhombre, consecuentemente, es la esencia del hombre que corresponde al eterno retorno y a la voluntad de poder como dominio:El superhombre deja simplemente detrs de s al hombre de los valores vlidos hasta el momento, pasa por encima de ly traslada la justificacin de todos los derechos y la posicin de todos los valores al ejercicio de poder del puro poder. Todo actuar y realizar slo vale como tal en la medida en que sirve para equipar, adiestrar y acrecentar la voluntad de poder.

(Heidegger, M., 2000, II, p. 40)Pero no slo eso: con el superhombre la metafsica moderna del sujeto culmina sus posibilidades extremas:Con el superhombre, en cuanto doctrina de la preeminencia incondicionada del hombre dentro del ente, la metafsica moderna llega a la determinacin extrema y acabada de su esencia. En esta doctrina celebra su supremo triunfo

(Heidegger, M., 2000, II, p. 57)

Por supuesto, la diferencia entre el superhombre y el hombre cartesiano es que el primero es pura animalitas, como si habiendo eliminado la mente nos quedramos slo con el cuerpo, con sus pulsiones y sus afectos: una especie de Descartes invertido que al eliminar la conciencia y quedarse con el cuerpo terminara por reducir la Metafsica a Psicologa, Antropologao mera fisiologa.

Sorprendentemente, a principios de los cincuenta (en La frase de Nietzsche Dios ha muerto, Quin es el Zaratustra de Nietzsche y en Qu significa pensar?). Heidegger intenta un rescate del concepto de superhombre apuntando a la nueva donacin del ser que hemos que esperar los mortales. La idea de que todava no pensamos, de que todos nuestros conceptos estn embebidos en la metafsica moderna, o en sus conceptos bsicos que son el fundamento abismtico de cada poca, encajara con el diagnstico nietzscheano del nihilismo y del trnsito del hombre al superhombre. Dado que la publicacin supuestamente recopilatoria del Nietzsche es de 1961, la lnea evolutiva del pensamiento heideggeriano sobre estas cuestiones se hace todava ms alambicada.6. Ni lo uno ni lo otro

La edicin de los cursos y trabajos sobre Nietzsche de 1961 debiera haber llevado entonces al tipo de cuestionamiento sistemticamente desarrollado por primera vez en los Aportes a la filosofa. Sin embargo, cuando Heidegger ley la recensin de su Nietzsche por Karl Lwith se dio cuenta de que ya no haba posibilidad alguna de hacer inteligible su propio pensar de los aos treinta como paso a su pensar posterior.

(Pggeler, Otto, 1963/83, p. 413)

Muchas veces han hablado los autores de este artculo sobre los supuestos de la anterior cita de Pggeler aparecida en la tercera edicin alemana de su Denkweg, en 1990: supona, en primer lugar, que Heidegger tena que hacer comprensible la Kehre al pblico, y que por tanto aqulla no se derivaba claramente de lo publicado; supona, en segundo lugar, que el Nietzsche deba haber aportado tal comprensibilidad; supona, adems, que Heidegger haba aceptado que ese propsito no se haba cumplido y que por tanto la confeccin del libro haba fracasado en ese empeo aunque no necesariamente en otros-: supona, por ltimo, que el propio Pggeler saba todo esto aunque, por los motivos que fuesen, no haba sido consecuente con esas ideas -sin mencionar este hecho tampoco ms tarde-, en el resumen del libro al que le haba dedicado decenas de pginas analticas en la primera versin del Denkweg del 63. Creemos que una de las razones de ese reconocido fracaso es que la obra de Friedrich Nietzsche fue inasimilable por Heidegger en ninguna de sus versiones, sea como vitalista o como pensador auroral o como ltimo metafsico o como mstico New Age; creemos que todas esas versiones son comprensibles a la luz del contexto existencial del mago de Messkirch, pero en s incompatibles con lecturas no sesgadas de la obra de Nietzsche.

Para empezar, estaba la diferencia ontolgica. Segn Heidegger el hombre est en referencia al ser: no podra relacionarse con las cosas si stas no fuesen. Las cosas son. Por tanto el hombre vive permanentemente en una precomprensin del ser. La diferencia entre ser y ente, y entre esencia y existencia, queda as planteada y es ni ms ni menos que el nico pensamiento de Heidegger, el que gua toda su obra, atando al primero con el segundo. Y, dado, lo anterior, No haba dicho Nietzsche que el ser de las cosas era voluntad de poder? S y no. Como dice Deleuze, Nietzsche no suprime el concepto de ser: la afirmacin es ser, pero es ser en tanto que es objeto de otra afirmacin que eleva el devenir al ser o que extrae el ser del devenir:Esta falsa concepcin de la afirmacin sigue siendo una forma de conservar al hombre. (). Toda la filosofa de Nietzsche se opone a los postulados del ser, del hombre y de la asuncin El ser: no tenemos de l otra representacin que el hecho de vivir. Cmo podra ser lo que est muerto?. El mundo no es ni verdadero ni real sino viviente. ()Heidegger descuida todo aquello contra lo que Nietzsche luch. Nietzsche se opone a cualquier concepcin de la afirmacin que halle su fundamento en el Ser, ()

(Deleuze, G., 1986, p. 257)

Es por esto que no hay en Nietzsche ni anlisis del ser en s ni de la nada en s: El ser y la nada son nicamente la expresin abstracta de la afirmacin y la negacin como cualidades de la voluntad de poder (Ibd.., p. 260). Ser en Nietzsche es una designacin ficticia, pero no slo para una tradicin platnica que lo hubiera tergiversado u olvidado, sino que ya al nombrar el hay nos ponemos ante una evaluacin, ante una interpretacin. Heidegger estara de acuerdo en que el Ser de la tradicin metafsica est enfermo desde siempre y cada vez mspero seguira preguntando por el Ser, como si hubiera un lenguaje adecuado a la desocultacin y como dicindole a Nietzsche que s, que el hombre ha matado un Dios, pero que ha matado al que no era. En conexin con lo anterior, algo que Heidegger no acab de asimilar del todo cuando haca del concepto de valor el centro del pensar nietzscheano es que en Nietzsche el ser (o el devenir) no tiene ningn valor, la vida es invaluable, y por lo tanto no tiene una dignidad especial: el santo s de la afirmacin nietzscheana no es lo que Badiou llama una figura de la soberana, no es interpretacin, sino otra cosa diferente, la asuncin definitiva de que el ser no tiene sentido: juego, cancin, danza o inocenciay olvido; pinsese en lo diferente que suena el olvido del ser en Heidegger (similar a una maldicin bblica) con las alabanzas nietzscheanas al olvido. El superhombre, en tanto que vive, seguir interpretando (porque vivir es valorar, es decir, interpretar), y por tanto, seguir violentando, reajustando, recortando, omitiendo, rellenando, imaginando, falseando; pero en tanto que nio, el superhombre no interpreta, (o deja a la interpretacin, y a la verdad, en el lugar residual que debiera ocupar en una vida fuerte), sino que se cubre de inocencia y olvido, juega, danza, crea y dice un santo s.

Es imposible entender a Nietzsche asumiendo y suponiendo la falacia esencialista platnica del e pluribus unum de la que parte una y otra vez Heidegger, y que, a modo de muestra, mostramos con un ejemplo sobre la esencia de la verdad:As como llamamos justicia a la esencia de lo justo, cobarda a la esencia de lo cobarde, y belleza a la esencia de lo bello, la esencia de lo verdadero tiene que llamarse verdad. Pero la verdad, en cuanto esencia de lo verdadero, es slo una, pues la esencia de algo es aquello en lo que coincide todo lo que tiene tal esencia, en nuestro caso todo lo verdadero.

(Heidegger, M., 2000, p. 143)

Este tipo de argumentos, de los que se mofaba Nietzsche como autor de la multiplicidad y del dinamismo (no se olvide, con perdn, de que la dinmica del Dasein esuna cada en espiral) y de los que no hay que hacer caso despus de Wittgenstein, junto con un recorte arbitrario de las esencias conceptuales (una observacin aislada sobre un concepto se recorta, aisla y amplifica como su carcter esencial.as la embriaguez se convierte en jerarqua y la verdad en justicia: un defecto del anlisis heideggeriano que ya seal Lwith), hacen que el retrato de Nietzsche llevado a cabo por Heidegger acabe siendo ms un retrato de sus propias preferencias y antagonismos del momento en que se tratase que un reflejo ajustado del propio Nietzsche.

Heidegger, que se pas media vida recordndonos que la vida es Abgrund, abismo, se pas tambin otra media vida recordndonos la radicalidad del gesto de buscar y preguntar por el Grund, por el fundamento con el que sostenerse sobre la nada. Y aqu est el gesto que a Nietzsche le sobrara, ese segundo momento de recuperacin de las esencias perdidas sobre las arenas movedizas de la nada. Hay en Heidegger, en efecto, una mitificacin o idolizacin de las esencias, del origen y del fundamento, un esencialismo incompatible con una lectura poco desprejuiciada de la obra de Nietzsche. Voluntad de poder, llamada ser del ente, no es ms que un nombre para una pluralidad, nombre intercambiable por devenir, Dionisos o vida.

El esencialismo epistemolgico con el que se demarca filosofa y ciencia en Heidegger, para empezar, no existe en Nietzsche. Ni la diferencia entre filosofa y ciencia, ni su jerarqua o rango dispar, distingue a ambos autores, sino las continuas smosis entre explicaciones cientficas y filosficas, su permanente interconexin en la obra de Nietzsche, ajenas a la demarcacin radical que hace Heidegger de ambos tipos de indagacin. En efecto, las recurrencias de Nietzsche a perspectivas como una historia natural de la moral, un mdico de la cultura, una Psicologa, o una Fisiologa se le atraviesan al Heidegger del 36 que trata de asimilar Nietzsche al anlisis existencial, para el que nada, absolutamente nada fisiolgico puede resolver ningn autntico problema al Dasein. En los aos 40, las pretendidas explicaciones cientficas de Nietzsche se asocian con la subjetividad metafsica moderna y el dominio tcnico del planeta.hasta el punto de que el superhombre ms parece un tipo como el dueo de la General Motors que un nio haciendo y deshaciendo castillos de arena. Obsrvese, sin embargo, que para Nietzsche la ciencia tambin puede ser ms o menos decadente, y que, al fin y al cabo, el cientfico, como Heidegger, participa de la voluntad de verdad asctica y que es un tipo humano que hay que superar.

Ya compartimos la opinin de Lwith respecto al recorte arbitrario de esencias conceptuales en el Nietzsche de Heidegger, empezando por la reduccin de toda su filosofa al concepto de valor. Como ya sugerimos, el periplo heideggeriano por Nietzsche reducir el concepto de voluntad de poder a resolucin, y en la ltima poca a dominio tcnico; el eterno retorno ser reducido a decisin en las primeras lecciones y a imagen del mundo tcnico desaforado en las ltimas; el superhombre ser el poeta fundador del ser en el 36 y animalidad desencadenada en los cuarenta; la transvaloracin, de smbolo de un nuevo comienzo en los treinta, devendr mera razn calculante despus; por fin, la verdad pasar de mera adecuacin a la realidad a acrecentamiento pragmtico del poder. En muchos casos estas reducciones tienen algo de acertado por lo que incluyen, pero yerran por no considerar lo que excluyen. Vemoslo.

Heidegger entiende en las clases del 36 la voluntad de poder como la resolucin en la que el que quiere se expone al mximo al ente para aferrarlo en el radio de su comportamiento (Heidegger, M., 2000, p. 56). Esta curiosa reduccin adolece al menos de dos defectos: en primer lugar, antropomorfiza un concepto de alcance ontolgico:

() en todos aquellos lugares donde reconocemos que hay efectos, una voluntad acta sobre otra voluntad, () todo acontecer mecnico, en la medida en que en l acta una fuerza, es precisamente una fuerza de la voluntad, un efecto de la voluntad.

(Nietzsche, F, GM, 36, 1983, p. 62)Es verdad que el argumento podra volverse del revs, dado que, como se ha observado muchas veces, Nietzsche parece antropomorfizar la naturaleza entendindola como voluntadlo que se ha llamado el pampsiquismo de Nietzsche:

Pensaren los estados primitivos (preorgnicos) equivale a crear estructuras, como en los cristales.

(Nietzsche, F., VP, 494, p. 283) Al mismo tiempo, y en sentido contrario, a Nietzsche se le atribuye tambin la idea del ser humano como animalitas, en ltima instancia un cmulo de impulsos e instintos, lo que implicara una reduccin naturalstica de lo humano. Ambas observaciones muchas veces crticas yerran en la medida en que presuponen anttesis donde Nietzsche slo ve grados: Ningn criterio demarcacionista entre lo mental y lo fsico o entre hombre y naturaleza cabe en este autor. El cuerpo es la Gran Razn al que obedece nuestra pequea razn.

Por otro lado, entender la voluntad de poder como resolucin entra en conflicto con la existencia de una voluntad de poder tanto fuerte como dbil, caractersticas que no se le pueden aplicar al concepto heideggeriano de resolucin (en todo caso, una voluntad fuerte): se tratara, pues, de un tinte necesariamente positivo en el significado de un concepto ontolgicamente neutro y moralmente inocente.

Respecto a la comprensin tarda de la voluntad de poder como voluntad de voluntad, subjetividad desencadenada y dominio tcnico desaforado del planeta, cabe decir que el automatismo del mundo tcnico est bastante lejos de esa voluntad de poder creadora que se expresa de manera tan directa en la actividad artstica, en el juego, el amor o la danza, antes que en la construccin de motores. Este mundo mecanizado de la movilizacin total es el que Nietzsche demoli con su crtica a la modernidadmal se le puede reprochar el haberlo sustentado metafsicamente.

Algo parecido puede decirse respecto a la consideracin del eterno retorno como una decisin, la decisin resuelta de Ser y Tiempo, transformada, mediante el giro heroico de los aos nazis, en condicin para fundar el Ser. La idea, tomada del libro de Lwith sobre el eterno retorno del 35, de que en la crisis del nihilismo se decide la enseanza que libera del nihilismo y de la muerte de Dios, el Gran Medioda en forma de la suprema decisin: Querras vivir este momento infinitas veces?, o, en forma de imperativo: Vive como si este momento y cualquier momento fuera a repetirse infinitas veces, introduce la eternidad en el ahora, que es la nica forma que tenemos los mortales de ser eternos. Y, sin embargo, el eterno retorno existe aunque no se crea en l, no es un mero wishful thinking, y, tomado al pie de la letra, parece llevar ms bien a la inaccin, puesyo har lo que siempre he hecho en cualquier caso. Para qu se necesitan imperativos si todo est ya escrito? Para Lwith, el vnculo entre voluntad de poder y eterno retorno se resuelve en el Amor fati. Amor, no dominio, debiera haber estado en la base de la voluntad y el retorno.

En lo que respecta al superhombre como poeta fundador.cabe decir que debiera soltar lastre. En Nietzsche, ms que fundar el ser, el superhombre hace castillos de arena, juega, canta y danza envuelto en una inocencia, una jovialidad y una nube de olvido que poco tienen que ver con descubrir la verdad de ningn ser. Todo da la impresin de que Heidegger en vez de pasar de camello a len y de len a nio, pasara de camello y len a camalen.(Tal vez no haya que leer a Nietzsche como un autor, sino como muchos autores. Tal vez toda obra deba ser leda as.) Frderic Towarnicki, el curioso periodista al que le cay la misin de informar a los franceses del nazismo de Heidegger tras la guerra anota (Paris, Rivales, 1999) que Sartre se habra enterado en mayo de 1945.

Recurdese sin embargo lo que cuenta Gadamer sobre el libro al que su maestro le haba arrancado las primeras cuarenta pginas y del que se deshizo entregndoselo a l mismo.

Y Badiou aade: en tiempos de ligerezas posmodernas, ya es algo, como diciendo: mejor nazi que marica posmoderno.

Cfr. Jean Paul Grasset

En el postfacio a la biografa-hagiografa de Pggeler sobre Heidegger casi tuvo el primero que jurar que no se haba dado cuenta de las manipulaciones de su maestro.

Dice Gadamer: El verdadero precursor de la posicin heideggeriana en la pregunta por el ser () no podan ser ni Dilthey ni Husserl, sino en todo caso Nietzsche. Puede que Heidegger mismo slo lo comprendiera ms tarde. (Gadamer, Verdad y Mtodo, p. 322).

Parte de razn tiene Badiou al afirmar que si Nietzsche hubiera podido opinar sobre Heidegger habra dicho algo asi como Ayer hice fusilar a Heidegger

Cfr. Sluga, Hans, Heideggers Nietzsche, en Dreyfus, Hubert L. y Wrathall, Mark A., 2005, p. 102.

Cfr. Derrida, J. Del Espritu. Heidegger y la pregunta.

No olvidemos que confrontacin (Auseinandersetzung) no tiene ningn significado peyorativo en Heidegger; como dice en su primer curso del 36. Confrontacin es autntica crtica. Es el modo ms elevado y la nica manera de apreciar verdaderamente a un pensador, pues asume la tarea de continuar pensando su pensamiento y de seguir su fuerza productiva y no sus debilidades. (Heidegger, M. , 2000, p. 21)

Cfr. Rodrguez, Juan Carlos, 2011.

Michael Zimmerman, en su The Developpment of Heideggers Nietzsche Interpretation (Cfr. Dreyfus, Hubert L. y Wrathall, Mark A., 2005) entiende que con ese gesto Heidegger trataba de rescatar a Nietzsche de los idelogos nazisolvidando que Heidegger era uno de los idelogos nazis por aquellas fechas.

Como dice Nietzsche en la Genealoga de la moral: El arte, precisamente al santificar la mentira y al llevar a la voluntad de engaaral lado de la buena conciencia, est por principio ms opuesto al ideal asctico que la ciencia. O, segn Deleuze: La actividad de la vida es como un poder de lo falso, engaar, disimular, deslumbrar, seducir. Pero para que el poder de lo falso se realice debe ser seleccionado, duplicado o repetido, es decir elevado a una mayor potencia. El poder de lo falso debe ser llevado hasta una voluntad de engaar, voluntad artista nica (). (Op. Cit. P. 145)

Recurdese que el Mein Kampf de Hitler terminaba con una arenga a los poetas pensadores que fundaban la patriay la irona de Zizek de que detrs de toda limpieza tnica hay un poeta.

La lectura de El trabajador y de la Movilizacin total (o, como la llama Heidegger: la organizacin de la incondicionada carencia de sentido desde y para la voluntad de poder) de Jnger a partir de los treinta, tiene bastante que ver con este giro, aunque la asimilacin de algunas ideas jngerianas no fue tan inmediata como a Heidegger le gustaba dar a entender a partir del 45.

Como dice en Quin es el Zaratustra de Nietzsche?: Qu otre cosa es la esencia del motor moderno sino una forma del eterno retorno de lo mismo? (Heidegger, M., 1994, p. 112).

O, como dice en el Nietzsche: Confrontacin significa aqu meditacin sobre la verdad que est sometida a decisin, a una decisin que no es tomada por nosotros, sino que, en cuanto historia del ser, es dictada por ste para nuestra historia (Nietzsche, II, p. 85)

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