no conocemos el final de la historia (por: carlitosrangel)
DESCRIPTION
(may.07) Antiguo cuento de dominio público, aparentemente de origen chino. Montaje original: Carlos Rangel, revisado dic.2009TRANSCRIPT
…No conocemos el final de la
Historia
Hacer click para continuar
Cuenta la leyenda que en la antigua China había un campesino muy pobre -pero muy sabio- que con gran humildad trabajaba la tierra duramente con su hijo.
Su única posesión era un hermoso caballo que al que le brindaba todos sus cuidados, pues era el único que les ayudaba en sus arduas labores y les hacía compañía.
Un día el Rey de la comarca pasó por ahí, vio el magnifico animal y le ofreció al campesino una fuerte suma de dinero por él, pero el campesino la rechazó cortésmente diciendo que ellos amaban su caballo y la única distracción de su hijo salir era pasera un rato después de las arduas labores, y que eso no era posible compensarlo con dinero.
El Rey, respetuoso de los argumentos del campesino, no insistió más. Conmovido por su precaria situación, compartió su propias provisiones con ellos y continuó su camino seguido de su escolta.
El hijo dijo: “Qué Suerte! Tenemos un Rey bondadoso que nos ha permitido quedarnos con nuestro caballo y hasta nos ha compartido sus provisiones”
“Porqué lo llamas suerte?” -comentó el padre-
“No conocemos el final de esta historia, ya veremos lo que trae el tiempo…”
Un día el caballo escapó y no lo vieron más.
El hijo dijo entonces: "Padre, qué desgracia, se nos ha ido el caballo, habría sido mejor aceptar el dinero que nos ofrecía el Rey”
"Por qué lo llamas desgracia?" -respondió el padre- “No conocemos el final de esta historia, ya veremos lo que trae el tiempo"
A los pocos días, el caballo regresó, acompañado de una
preciosa yegua salvaje.
"Padre, padre, que suerte!" Exclamó el muchacho.
“Nuestro caballo ha regresado, y ha traído otro caballo más."
"Por qué le llamas suerte?" -repuso el padre- “No conocemos el final de esta historia, veamos qué trae el tiempo…"
Unos días después, el
muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado a
un jinete, se encabritó y lo
arrojó fuertemente al suelo.
..
El muchacho se rompió una pierna. “Padre, qué desgracia!" dijo él,
"Me he quebrado la pierna y no podré ayudarte con las labores del campo!“
Y el padre retomando su experiencia y sabiduría sentenció: “Por qué lo llamas desgracia, hijo mio?
No conocemos el final de esta historia, veamos que trae el tiempo…!”
El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama.
Pocos días después, pasaron por la aldea los enviados del rey buscando jóvenes para llevárselos a la guerra.
Vieron en la casa solamente a un anciano y a un joven entablillado. Los dejaron en paz y siguieron de largo.
El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al
tiempo, para ver si trae consigo algo “malo” o algo “bueno”.
La moraleja de este antiguo cuento es que la vida da tantas vueltas y es tan paradójico su desarrollo, que lo
aparentemente malo tiene consecuencias aparentemente buenas, y lo
aparentemente bueno, puede tener consecuencias aparentemente malas.
Lo mejor es esperar siempre el día de mañana, pero sobre todo confiar en la
infinita sabiduría del Universo.
…porque todo sucede con un propósito positivo para nuestras
vidas y para el plan infinito.
Así que esperemos el día de mañana con alegría.
Vivamos el hoy con plenitud!
F I N
Texto: Antiguo cuento de origen chino, de dominio públicoMontaje original cortesía de Carlos RangelMúsica: Bill Miller - Wind SpiritSantiago de Querétaro, Mex. May.2007, revisado [email protected]://www.slideshare.net/carlitosrangel/