nombres del pensamiento social -...

5
414 Nombres del pensamiento social Marta Fernández (compiladora) Ediciones Del signo, Buenos Aires, 2005, 250 páginas Pablo N. Santa Cruz La obra que compila Marta Fernández conforma una excelente aproximación a la mirada de pensadores centrales en la teoría social contemporánea. Su propó- sito es ambicioso: se propone conjugar dentro de sus páginas el tratamiento ana- lítico de referentes de la talla de Foucault, Arendt, Morin y Habermas con la pre- misa de un abordaje pedagógico para quien no esté familiarizado con sus ar- gumentos y sus aportes intelectuales. El libro logra superar sus objetivos gracias a la capacidad de sus autores, quienes demuestran en cada capítulo un alto nivel en el tratamiento de las diversas premisas de estos pensadores sociales, a la vez que plasman esta com- plejidad a ojos del lector en exposi- ciones claras y completas. Así, entre sus muchas cualidades, el libro se des- taca por este permanente (y difícil) entrelazamiento de claridad y comple- jidad, dado que no sólo sistematiza a estos grandes intelectuales en cada uno de sus aportes sino que los muestra en el contexto histórico y social que los vio hacer. En este sentido, Nombres del pensa- miento social detenta un marcado rasgo de nobleza: es un libro a la vez de in- troducción y continuación, de consulta permanente y de referencia, que brinda las herramientas para desmenuzar obras teóricas claves de lo social. Sus páginas hospitalarias animan a leer autores que muchas veces son considerados crípticos y complejos, de manera que luego de esta obra es muy probable que le suce- dan —en el estante de la biblioteca de su poseedor— las obras de los gigantes sobre los que trata... y ese es un propó- sito noble. El primer capítulo está a cargo de Susana Barbosa y lleva como título Hannah Arendt. La vida en contigüidad. A través de sus líneas se recorre la evo- lución intelectual de Arendt, que va de la mano de su historia de vida, en la que Barbosa distingue tres etapas bien definidas: “la primera, con un estilo predominante en la historiografía, per- tenece a un período temprano de su larga estadía neoyorkina como exiliada, y en el que se destaca como reportera de semanarios alemanes y como in- vestigadora de la reconstrucción social judeoeuropea (...) la segunda etapa co- rresponde al período mas lúcido en producción e ideas – 1950/1965 (...) fi- nalmente, en el período que involucra la última década de su vida Arendt refi- na y reafirma sus ideas y conceptos del segundo período (...) y sus últimos se- minarios son el fruto póstumo, abierto

Upload: phamquynh

Post on 21-Sep-2018

234 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Revista SAAP . Vol. 2, Nº 2

414

Nombres del pensamiento socialMarta Fernández (compiladora)Ediciones Del signo, Buenos Aires, 2005, 250 páginas

Pablo N. Santa Cruz

La obra que compila Marta Fernándezconforma una excelente aproximación ala mirada de pensadores centrales en lateoría social contemporánea. Su propó-sito es ambicioso: se propone conjugardentro de sus páginas el tratamiento ana-lítico de referentes de la talla de Foucault,Arendt, Morin y Habermas con la pre-misa de un abordaje pedagógico paraquien no esté familiarizado con sus ar-gumentos y sus aportes intelectuales.

El libro logra superar sus objetivosgracias a la capacidad de sus autores,quienes demuestran en cada capítuloun alto nivel en el tratamiento de lasdiversas premisas de estos pensadoressociales, a la vez que plasman esta com-plejidad a ojos del lector en exposi-ciones claras y completas. Así, entresus muchas cualidades, el libro se des-taca por este permanente (y difícil)entrelazamiento de claridad y comple-jidad, dado que no sólo sistematiza aestos grandes intelectuales en cada unode sus aportes sino que los muestra enel contexto histórico y social que losvio hacer.

En este sentido, Nombres del pensa-miento social detenta un marcado rasgode nobleza: es un libro a la vez de in-troducción y continuación, de consultapermanente y de referencia, que brinda

las herramientas para desmenuzar obrasteóricas claves de lo social. Sus páginashospitalarias animan a leer autores quemuchas veces son considerados crípticosy complejos, de manera que luego deesta obra es muy probable que le suce-dan —en el estante de la biblioteca desu poseedor— las obras de los gigantessobre los que trata... y ese es un propó-sito noble.

El primer capítulo está a cargo deSusana Barbosa y lleva como títuloHannah Arendt. La vida en contigüidad.A través de sus líneas se recorre la evo-lución intelectual de Arendt, que va dela mano de su historia de vida, en laque Barbosa distingue tres etapas biendefinidas: “la primera, con un estilopredominante en la historiografía, per-tenece a un período temprano de sularga estadía neoyorkina como exiliada,y en el que se destaca como reporterade semanarios alemanes y como in-vestigadora de la reconstrucción socialjudeoeuropea (...) la segunda etapa co-rresponde al período mas lúcido enproducción e ideas – 1950/1965 (...) fi-nalmente, en el período que involucrala última década de su vida Arendt refi-na y reafirma sus ideas y conceptos delsegundo período (...) y sus últimos se-minarios son el fruto póstumo, abierto

415

y paradójicamente más acabado, quecierra todo” (p. 16). Barbosa manejapóstumamente la intrínseca relaciónentre teoría y contexto de producción,al tiempo que trabaja intensamente cadauno de los conceptos de Arendt mien-tras sus obras van abriendo un análisisde lo humano, la política y el cambio.

En el segundo capítulo, Daniel Bell.La sociedad postindustrial, la compiladorade la obra se luce con el despliegue ana-lítico sobre cada uno de los niveles quepostula el teórico social. Es destacablela minuciosa y completa de-construc-ción que Fernández realiza del términosociedad en Bell, al que acompaña conilustrativos cuadros que conforman unverdadero mapa a medida que el capí-tulo se adentra más y más en las ramifi-caciones de esta nueva era social “cuyatemporalidad está rasgada por cambiosproducidos por hechos que, en su trans-curso, se despliegan cubriendo con dis-tintas intensidades al conjunto de lahumanidad” (p. 35). Fernández, al igualque los demás autores de este libro, re-corre inteligentemente la historia quehace a la teoría, y en las líneas que es-cribe demuestra un manejo excelente enel desmantelamiento y posterior arma-do de cada línea argumental de Bell.

Parte y todo, una unidad que trasuntaa lo largo del tercer capitulo: EdgarMorin. La humanidad compleja. En estasección, Carlos Egaña cumple acertada-mente la tarea de desbrozar a un autorcon una gran cantidad de aristas, brin-dando una visión privilegiada de un teó-rico paradigmático, que sostiene que:“todo conocimiento debe tomar nota deeste aspecto multidimensional, contra lacompartimentación que ha fragmentadolas partes del todo y las partes entre sí”

(p. 56). Con rotundo éxito, Egaña nosacerca desde un todo a un autor que jus-tamente reclama la atención en el todo,rescatando la complejidad en la construc-ción de conocimiento, que supone al finde cuentas tener presente un espectromayor que aquello que se estudia, en arasde evitar una compartimentación que nohace más que fracturar el quehacer hu-mano. Nuevamente, se atestigua en estasección un excelente manejo conceptual,centrado especialmente en el término (ynoción) de pensamiento complejo quenos propone Morin.

María Pastore sucede a Egaña en elcuarto capítulo del libro: John Rawls. Enbúsqueda de una sociedad más justa, y alhacerlo toma bajo su mirada la desafian-te propuesta que realiza el pensador es-tadounidense: crear una teoría que sirvapara establecer los principios de una so-ciedad verdaderamente justa. La tarea noresulta para nada fácil, pero Pastore sor-tea con agudeza cada uno de los escollosdel polémico fundador del “liberalismopolítico” y la “teoría de la justicia”, acer-cando al lector los aportes más destaca-dos de Rawls y la evolución que presentaa lo largo de los años. De esta manera, seilustran acabadamente los nodos del pen-samiento de Rawls, comenzando con la“posición inicial” y el “velo de la igno-rancia” hasta llegar a las reformulacionesposteriores de este primer escenario enaras de englobar una aplicación másamplia de sus afirmaciones.

La pluma de Juan Carlos Benítezda forma a Alain Touraine. La acción so-cial desde el sujeto, en una aproximaciónmuy bien lograda que da cuenta de losvariopintos postulados que este notablepensador francés realiza desde sus con-cepciones intelectuales. De este modo,

Reseñas

Revista SAAP . Vol. 2, Nº 2

416

Benítez incursiona analíticamente en la“sociología accionalista”, que centracomo fenómeno al cambio social, en elmarco de un original pero enmarañadoaporte que haría huella en la teoría so-cial contemporánea. Uno tras otro sesuceden los conceptos de Touraine y susesencias, que se concatenan entre sí enun entramado de pensamiento distinti-vo. A lo largo de este proceso, Benítezdeja en claro su profunda dedicaciónacadémica a la obra de este autor, quele permite moverse cómodamente entrela complejidad de una aseveración yotra, lo que finalmente redunda en unagenerosa interpretación al alcance dellector.

La posta le es pasada a Mario Gerleroen el capítulo seis: Michael Foucault. Elpensamiento en acción, artículo que con-forma un centrado análisis de la obrade este polémico y brillante pensadorfrancés. Una tarea para nada sencilla:dar cuenta de cómo esta vida y sus es-critos transforman radicalmente la teo-ría social, tarea en la que Gerlero se lucemientras efectúa un acompañamiento delos hechos y sus consecuencias en lamente de Foucault. Así lo prueba cuan-do aborda la noción de poder (y susmúltiples ramificaciones) en relacióncon el mayo francés, o la idea depanóptico y sociedad disciplinaria al tiem-po que da cuenta del crecimiento inte-lectual del pensador mientras los fenó-menos políticos, sociales y (especial-mente) personales de la vida en Franciase van sucediendo.

Nancy Cardinaux y Andrea Gastróntienen la ventaja de retratar en su capí-tulo no sólo a un referente de la teoríasocial argentina sino también a un maes-tro suyo, en unas deliciosas líneas don-

de la académica descripción de la obrade Agulla se ve cruzada por mencionespersonales que enriquecen la formali-dad del análisis con esa otra mirada deafecto, completando el retrato del pen-sador con sus rasgos más humanos ymundanos. Las autoras del capítulo JuanCarlos Agulla. La sociedad, el cambio y elfuturo cumplen con hacer una reseñadel aporte del argentino, que se consti-tuye en un verdadero homenaje. Dancuenta así del núcleo de la obra, consus pilares en el cambio social y aquellosque lo estudian y deben diagnosticarlo:los sociólogos. A partir de allí las autorasprofundizan en la noción de cambiosocial y los elementos que lo compo-nen: agentes del cambio, los distintostipos de factores, las condiciones y el“ritmo, dirección y extensión”; constru-yendo a ojos del lector una síntesis queinvita a leer la obra del pensador. So-bre las páginas finales al capítulo, se daun tratamiento muy interesante a la ideade futuro en Agulla, seguido por unepílogo en el que se lo muestra con ojosde discípulo, y que conforma una des-pedida formal al autor que falleciera enenero de 2003.

Carlos H. Cerdá nos muestra al Le-viatán académico en Jürgen Habermas.La sociología intersubjetiva de la comuni-cación en el mundo de vida, asumiendo elvirtual suicidio intelectual de tener quedar cuenta del aporte de este giganteteórico, cuando su obra ha trascendidodisciplinas y fronteras, y ha sido vícti-ma de múltiples interpretaciones sobresus postulados. Nada de esto amedren-ta a Cerdá, que maneja holgadamentetoda la obra de Habermas y la exponede manera clara y sistemática, redoblan-do la apuesta cuando realiza una lectu-

417

ra analítica sobre el trasfondo que llevaal autor alemán a ir sucediéndose ensus planteos teóricos, buscando el fun-damento de la praxis sociopolítica.

María Esther Isoardi hace una grantarea en Pierre Bourdieu. El sentido deljuego, rescatando las piezas fundamen-tales que componen la obra de este re-ferente teórico, las cuales se hacen pre-sentes en parcelas que atraviesan dia-metralmente todo lo social y sus inte-lectuales. La autora de este apartado nosrecuerda por qué leer a este pensadores echar luz sobre los tiempos que co-rren, desde que Bourdieu esbozó el en-tramado hegemónico que se erige sobreesta posmodernidad, al tiempo que ana-liza los engranajes que lo legitiman y lohacen funcionar: la ciencia, las certe-zas tecnológicas, los intelectuales. Deallí que Isoardi destaque la concepciónde este hacedor francés cuando arreme-te contra el intelectual en su doble fun-ción: como urdidor de lo abstracto enel pensamiento y con el deber de la ac-ción tras el mismo.

Mercedes Kerz ya demuestra el ni-vel de su trabajo desde el título: AnthonyGiddens. Un sociólogo en su tiempo, y uti-liza este primer puntapié (lo primeroque el lector atisba a fisgonear del artí-culo) para desarrollar la profusa obradel académico británico, enmarcándoloen sus datos biográficos y en su vastaproducción intelectual. Kerz pondrá unespecial énfasis en la “teoría de laestructuración”, y desde allí avanzará ala concepción del autor más ligada conel mundo global que surge como socie-dad post-industrial, añadiendo en surecorrido los ingredientes de la obra delpensador centrados en la democraciacomo espacio de encuentro (la demo-

cracia dialogante) y con la recomposi-ción de lugares que el sujeto y las insti-tuciones se encuentran realizando (comoproceso de construcción social).

Esta mirada bien actual encuentrasu correlato en las líneas siguientes, yaque Cristina Menéndez da cuenta dela concatenación entre la revolución delas tecnologías de la comunicación ylos procesos de cambio que provocócuando da vida al capítulo: ManuelCastells. La tercera revolución y el capita-lismo informacional. Menéndez avanzaasí sobre el brillante análisis del espa-ñol, concepción que naciera en la dé-cada del ‘80 y que cuyos trabajos desdeentonces permitieron enlazar los efec-tos de esta informatización del mun-do, tan estrecha con la mentadaglobalización, dando cuenta de unanueva sociedad red, aduciendo que “...lanueva sociedad surge de un nuevomodo de desarrollo que denominainformacionalismo y cuya manifesta-ción histórica es la reestructuración delmodo capitalista de producción haciafinales del siglo XX por la revoluciónen la tecnología de la información” (p.213). Menéndez aborda la obra deManuel Castells con una mirada privi-legiada que brinda desinteresadamenteal lector, calando hondo en la profun-didad de los planteos y en su diversi-dad, logrando así interpelar al lectoren una realidad que está viviendo.

Seguidamente, y cerrando con granlucidez esta excelente obra, se encuen-tra el capítulo que escribe Lía Zervino:Ulrich Beck. La sociedad de riesgo global.En el mismo la autora explora con grandestreza intelectual y pedagógica la con-cepción toda de Beck, efectuando unminucioso detenimiento en los concep-

Reseñas

Revista SAAP . Vol. 2, Nº 2

418

tos de sociedad, globalización, riesgo, Es-tado, mercado y sociedad civil para llevaral lector de la mano por cada una delas etapas en la que Beck va constru-yendo su concepción de la sociedad deriesgo, tan actual y dinámica al mismotiempo. Zervino analiza minuciosamen-te la terminología de Beck, y al hacerlohace discurrir lentamente la teoría quedio vida a esos conceptos, marcando coneste teórico una coherencia de los últi-mos capítulos, que nos brindan unamirada más inmediata (casi volteandola cabeza para mirar atrás) de aquelloscambios cuyos efectos se están dandoen este preciso momento.

Resulta difícil realizar una reseña queesté a la altura de los teóricos sobre losque trata este libro y de la pluma de losautores que los abordaron. Desde ya,estas líneas pretenden simplemente se-ñalar los aspectos más salientes de untodo mucho más rico y colorido, quefue logrado en un esfuerzo colectivo y—como ya se dijo— muy noble en supropósito. Acaso las aristas de Nombresdel pensamiento social que se tocaron a lolargo de estas páginas sirvan para invi-tar al lector a adentrarse en esta obra, ytengan en su brevedad la esencia mis-ma que les da propósito: la incitación arecorrerla con ojos propios.