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Primera edición, 2019 (UANL)______________________________________________________________________Yépez Villafuerte, Lucía.Nosotros los malditos y el resto / Lucía Yépez Villafuerte. Monterrey, Nuevo León : Universidad Autónoma de Nuevo León, 2019. 102 páginas ; 14 x 21 cm.(Colección: Poesía)ISBN: 978-607-27-1031-3 1. Poesía - Poesía mexicana
Clasif. LC: PQ7298.35.E64 Dewey: 808.81 ______________________________________________________________________
Rogelio G. Garza RiveraRectorSantos Guzmán LópezSecretario GeneralCelso José Garza AcuñaSecretario de Extensión y CulturaAntonio Ramos RevillasDirector de Editorial Universitaria
© Universidad Autónoma de Nuevo León© Lucía Yépez Villafuerte
Imagen de portada: Rosario Guajardo, “Entre Brumas”, 2010, mixta sobre lona de algodón, 190 x 285 cm.
Padre Mier No. 909 poniente, esquina con VallartaMonterrey, Nuevo León, México, C.P. 64000Teléfono: (5281) 8329 4111e-mail: [email protected]ágina web: editorialuniversitaria.uanl.mx…………………………………………………………………………………………….Obra libre de descarga y sin fin de lucro. Se autoriza la reproducción total o parcial de esta obra -incluido el diseño tipográfico y de portada-, contando con el permiso por escrito del editor.………………………………………………………………………………….…………
Hecho en Monterrey, MéxicoMade in Monterrey, Mexico
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Letanía de tres partes
Mil novecientos noventa y ocho. Premio Nuevo León de Literatura. Lucía Yépez sorprende con este libro y se lleva los honores.
La realidad es que no sorprendió a nadie, de alguna manera era lo esperado. Las letras de Lucía ya campeaban en el mundo literario. La egresada de la SOGEM escribe fuerte y da de qué hablar. No sólo tiene oficio: tiene talento y le sobra discurso, esa tan equilibrada mezcla de erotismo, misticismo y lenguaje crudo que la caracteriza y ha sabido llevar cada vez más allá, al confín del gozo, a las cavernas de dolor, un lenguaje sin filtro, envuelto en atmósferas cargadas de irreverencia, de carnalidad, de la cadencia que sólo el sufrimiento y su contraparte extrema pueden generar.
Nosotros los malditos y el resto es una letanía en tres partes que conlleva en su lomo el clamor de la entrega bestial. No hay desperdicio. Cada título, cada frase, cada palabra estruja con fuerza y sacude las columnas que nos soportan. Nos cuestiona. Nos seduce. Resquebraja nuestras convicciones y nos lleva a considerar todo aquello que sucede más allá de nuestra moralidad aprendida, muy acá, en la cercanía de nuestros deseos, con pleno consentimiento o con rendición. No es manjar que se traga de un bocado, no es lectura de una noche. Es palabra que remueve los lodos y deja que afloren tantas cosas olvidadas, tantas cosas reprimidas, tantos recuerdos ocultos en los trasfondos del tiempo.
Hace días me preguntaban en qué piensa un escritor mientras espera su turno en una mesa compartida. En esos momentos el escritor no piensa, escucha. Si lo que escucha es palabra menor, entonces piensa, se extravía. Pero cuando la palabra es mayor y resuena en sus vivencias, entonces se funde en la voz que satura el
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recinto, y de forma inexplicable ya está dentro del poema, absorto, comulgando con cada verso.
Lucía es de las que logran eso, y le sucede de forma natural. Atrapa en sus letras y cimbra nuestras estructuras. Y lo logra porque lo lee como lo escribe, con esa fuerza que la sobrepasa. Le imprime intención y causa impronta. No permite que el pensamiento actúe, secuestra la percepción y todo lo transforma en sensaciones, porque la poesía no es asunto de entendimiento, lo es de sensaciones.
Dicen que para experimentar la poesía es necesario entender el entorno del autor. Difiero. La poesía debe propiciar ese entorno y predisponer al lector, hacerlo suyo, provocar su entrega, su rendición. Es la única forma de vivirla.
Así me sucedió con Lucía la primera vez que la leí, y me sigue sucediendo. No tiene paralelo. Abandónense en su lectura y déjense llevar.
Jorge Rodríguez Nuevo León, México
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Ojos de sal
Agoniza la noche entre las puertassus alas despliegan los colibrísarrastrando el designiode ser poseídos por el vuelo
Sobre el alfeizar de la ventana un gato te mira a mitad de sus pupilas —espejos fantasmas— ¿te reconoces al finalde una escalera?eres la extraña de nuevoque en el silencio de una alcoba antigua me llama y enciende con su voz extranjeray yotendido inmóvil te veocomo si hubiera muerto sin brisa sin ciervosla noche —herida de luna—crece por los rincones y al murmullo de la lluvialos pechos al aire nos deja la tristeza cubierto por mil ojos doliente lamento
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del saxofón se filtray de pie como un arcángel escribo poemas debajo de un árbolinventan los labios la locuradeshilan la luna sobre paredesen tu carne húmeda de inciensoen tu cabello rojo viento me pierdo por tus piernas desnudascon una lágrima y un padre nuestroabro las puertas abro las ventanas el deseo es un grito que se escondebajo tu falda
Don’t cryAbandóname Poseerte es inhumano
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Sobran las palabras
Porque te amo sées difícil salvarse arrastrándose a lo largo de tus bordes
Siempre al atardeceroigo la invisible población de avesque habita dentro de tu pielte tomo por asalto a la primera luz —yo sé que no duermes—ponte mis caricias al hombrooye cómo se deslizan y abandonan lenta catarata de latidos—inútil resistirsehe dejado de ser niño—voy sobre ti como el aguarecorriéndote hacia el centromás profundo de tu cuerpocon el instinto
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Todo es levantar el velo
Vivo el infierno de los depravadosuna llaga en el costadoy una cruz a la izquierdami vida toda quemándose en tus noches curvada sobre ti como tú sobre míel orgasmo subiendo expansivodel sexo a la cabeza volteándonos en mil formas acoplándonos trepidantes creando animales desconocidos sin aliento sin respiro ¿Podrá alguien prestarme su vida?ahora resultaque nuestra historia se escribe en cualquier calle de cualquier ciudadque hacernos el amor oír a Elvis y beber vodka en viernes es llamear salvajemente tener el diablo en los ojos volverse cenizaestar aquí tras el ventanal ¿Cuántas veces la pesadumbre dictó sentencia en mi contra? no puedes salir
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con el deseo insurrecto en la boca bañado en sudor y despeinadome negaste como Pedro al Señor tres vecesorca enloquecida navegué un mar que no eradibujé leones marinos en el extremo desamparo de mi pubis
En el nombre de Dios de amarte me avergüenzo
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Serenata en negro
Y en cada ala negraya no hay amor
L.Y.
Has vuelto desnudohueles a pelícanos y aguamaladices en Troya los peces mueren la luna sangraAquiles en el muelle echa raíces relámpagorasa el océano llama los peces
Se ha puesto el sola aguamala y pelícanos hueles no busques a Troya Aquiles es un sueñoa Paris le pertenecemírame mi agua está turbiasoy la mujer de las alas negrasque insomne por tus már-genes repta
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Raíz amarga
Si de amores se tratatendré que hablar de tu pieldel olor aprehendido en la madrugadarecuperar la lengua que en mi bajo vientre recorrió la selva todo está en situarse en lugar estratégicomontando tu cuello por ejemploen este punto nada puedo decirde cómo te desvistoni de tus abrasados brazos abrazados a míes atroz me desbordo por la comisura de tus labios
Si de amores se trata estamos jodidos
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Sin final
Soy yo quien haré compañíaa los hombres y mujeres
de mala voluntad
Paul Nougé
En esta noche en que los hombros duelenalguien hace el amor como panteray a mitad de un te quierocon vino de consagrar se embriaga todo puede sucederel macho cabrío que habitas muerde mis pechosy en espera de tu mano izquierda se hunde mi sombralos ojos nocturnos de los perros nos espíanen el cuarto de enfrenteuna mujer ríe a carcajadasa su lado un hombre se santiguala hora ha llegado soy yoquién hará compañía a los hombres y mujeres de mala voluntad
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Toco madera
Yo no sé mucho de diosesni de profetas locos
T. S. Eliot
Sombra entre sombras habitante a espaldas de la luz Bestia sobre tréboles no lo sabes aúnpero en esta historia de brujas y lobostenías prohibido ir más alláaguardándome como a la Reina Blancahay una hora una nochepara quemar aceite sagrado sobre las raíces del secretotoco la oscura brasa de mi nombre nadie escucha mis recuerdosconvertidos en ceniza C A E RYo no sé mucho de dioses ni de profetas locospero es tan fácil cerrar los ojosque los judíos se consuelencon el rubor de la langosta
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que las libélulas desovenen la piedad umbrosa de tus flancostumbado bajo de mí—primitivamente así—la noche se hace largamientras desde adentrosilenciosa como los asesinosterrible llamarada del deseo me incendianada me detendráno será necesario invocar trece vecesel teorema del Espíritu Santopara abrirtehacer la señal de la cruz y arrojarme al abismo de tu sexo
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No me des la espalda
Soy nosotroste nazco como un trinoque amenazan cercenar —desnuda y en pecado mortal—a medio juramento —viajera extraviada—en el mismo lugar de siempre yo necesito entre llantos y espejos un reloj funerarioun dios irredento —tú lo sabes—mis dos pechos grabadosen su torsodispongo de poco tiempopara contestar preguntasbajo rodando de la lujuria el laberintoescucha mis dedoste arrasanardiendovoy contra todopájaro de mal agüerogrito en mil lenguasel final del juegoentre tú y yo crece la hierbael tiempo es un camaleón
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desgajado a ciegascon los primeros goteronespalpo tus murosdime que hay para nosotros un reinoy tu piel es la mismarodeada por la calma de sus bestias en celohurtando un sitio entre los dosdiciendohabítamesoy nosotrosqué simple perpetuarnospor la noche en jadeosmultiplicándonoscreciendolloviendodiluviandoque no se inventen aún los Noésque todo sucumba por agua
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Cuéntame otra historia
Tienes el mar en tus huecosnáufrago soy de sus tormentassin posibilidades de alcanzar otra orillaal oeste de tu seno derecho—frontera de las olas— encallote amo con la lenguadime ¿se puede naufragaren una caracola enredado?
Una oleada me jalacaigo al fondo de tu ombligo sal y escamasa todos los demonios pido
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La pasión según ella
Desoíste a tu piely por las cuerdas de una guitarraresbalan tus dedos lloras versos ¿en qué rincón jurasque te matarás el alma de poco en poco?Estabas más o menosa tres días de pecadosel mal no está en meter las manosal azul de tus cuevassino en las alas desplegar
Decisivamente tu desnudezme llena de ausenciaspara protegerte andas por las calles gritándole a DiosIn nomine Patris et Fili et Spiritus Sanctieres lo que eres por qué culparte ¿había otra Roma para incinerarla?
Oscurece la lunaen el fondo de tus ojos una vez más
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Alguno de los dos es un traidor
Sin previo aviso—no es para ponerse melancólico—soy el que bajaa lengüetazos por tus huecosy contra la costumbre—quien lo creyera—con el antebrazote defiendes de mi lenguacumplida la profecíade los siete de Tebaste escondesdetrás de mis párpados—sabes a qué atenerte— una a unalas luces apago
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¿Dónde nace el miedo?
De qué sirve tener un gato muertohacer el amor leyendo a Rimbaudsi en la rugosa soledad de una cariciajuramos morir desnudosel primer día del añoque los pájaros se nutran se sangreny al cisne se le tuerza el cuello ¿qué sabes del miedo?Li Po quema sus alasa orillas del Yang Tsé Kiangmientras bebe una copa de sakey muerde su cuelloMadame Butterfly tiemblan las luciérnagas debe ser el viento ¿dónde nace el miedo?De nada sirve lamer tu sexohundirme en tu grupa ¿fuiste sirena? ¿le cantaste a Ulises?Deambula en el miedo la nostalgia en los ojos de Baudelaireen las siete muertes de tu gatoy aquí estamospájaro angustiadoyo te mirotal vez
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atrás de tipara ahuyentar el miedorecenunas manosy yo marchepor el lado oscurode tus bordesencendiendo candelas me persigno y fornicamos
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No siento el aire
Amo la rabia de perderte
César Moro
Estás tan soloque cualquiera diría que estás junto a mí
Si nada más fuera esperarlas tres de la madrugadamirar sobre tu hombrocómo los hipocampos llorancómo la luna ilumina los rinconesdonde orinan los borrachos soñadores sin preguntas
Si todo fuera esperaral niño unicorniocon los restos de un blues en la gargantamontando una alfombracomo Aladino en el cuentosin tierras ni espejosbuscaría tus caderas urgidas de bocasy escribiría mi nombreen tu quinta costillano importa perder
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los siete cielospero nos hemos dicho adiósde una manera interminablea la orilla de tus mil y una nochesno quiero ser tu aliadani cruzar la avenidaa cinco grados bajo cerose necesita algo másun santo provocativoo desear al hombre de tu prójimaamo la rabia de perdertesorber whisky en tus muslosno es extraño que no te maldiga—ritual de la asesina— Intuyo mi crueldadno podrás evitarel mortal abrazo de la loba
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No claudicaremos
Tengan piedad de mi que me desnudode alma y cuerpo presente
L.Y.
Todos los que se despidenno se vany no es por azar con azulejos—pájaros medievales— sueñany con el avancede la neblina en el Cantábricoa lo lejos un caballo griscorre detrás de la lluviay se pierde a sí mismo por la calle asfaltadaEs indispensable callar al marno sabe de buenas intenciones pero una orillanos salva del peligro temo a las mujeres tristes ¿hicimos el amor sobre un piano?Acurrucada el cuento de las cerezas verdes me cuentas
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entre tus dedos un cigarro se agota ¿de dónde te sacaré para reconocerme?Descubres que es hora de partiruna última vuelta sobre la piel de tigrereinicias—sórdida y felatoria—el círculo viciosode las provocacionesla cadencia lingualen la desolación temblante de mi pielel sabor a brisa marina de tu sexoen mi bocala muerte de mis ángelesen olor de santidad
Quiero que nadie sepa —entiéndanme—estoy maldito amo lo que puedo
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Harakiri
Si hacerse el harakiri fueracomo tomarse un vaso de tequilacon tu grupa entre mis piernas hacer un hoyo en unoo un póker de reyescuando me besa tu lenguaen domingo de feriapero a las doce de la nocheuna daga penetrando en el vientrees un ansia ilícita acuchillada en tus pechos un sólo grito un grito solo llenando las docetiemblan las esferas palabras tiernas no tiene el vientotras la puerta alguien espera lobo furioso aúlla
acechando en las cantinas aunque arrepentirse a veces sea necesario
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No será necesario decirlo
De qué manera decirnada sucedeyo estoy bien aquíaunqueun desbarrancado amor/rencorpida silencio
A esta horaquien habita las esquirlas del espejosepulta sus verdes mariposasy los nostálgicos caminan hacia atrásno es su culpa nada sucedetodo consiste en circularen sentido contrario sin embargote fuiste nadie se dio cuentay cruzando los límites del ojo soy el rostro abrasadoen medio del círculo al entrar por las puertasno dejo huellas —Lo sabes—no hay diferencia
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entre morder manzanasy andar a tientas aguardo
a que la última noche se vacíeno puedes evitar tu sentenciaespero a que caigas tú habrás de regresarno se deja abandonada —en mitad de un abrazo—una mujer desnudaestás condenado la palabra que te salve no diré jamás
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Sola por enésima vez
Bajo la luz de la ventanauna mujer con el sabor permanente—en los labios— de estar vivaatisbaterritorios astillas guijarrosen este viernes santo que en las sombras clama y en la hora penúltimaentre las sábanas calientes algo se le muere¿De quién y dónde tienen temor las caricias?
Segura de su lejaníalee su mano para descubrir sus garrassentada en el borde del sillónse dibuja en el espejodolor de almendra amargaasoma al borde de sus ojos (¿Adónde desde cuándo dónde estás?)en esta hora de sepulcros ¿Qué ángel invocará la verdad?
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Es absurdo cubrirse de espinasen este círculo de brazosde entrelazadas piernas y chillar de gatosestá escrito ¿Quién en la obscuridad de su sexo el conjuro dirá?
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Doménicus versus
Caminemoses domingolas vueltas se dan en las esquinases tiempo de mirar hacia el Nortehablar de Byronde ángelesde Londresde la ceniza en la frentees día de cerrar los ojosel mar viene de más allá del maralguien en el último pisote ama en azul profundobasta saberque hay una cariciaresbalada en tu cinturaun espasmo enhebrado en el ombligoeres la bruja con el vestido semiabiertoquieres amar de abajo arribate desaprendes a pedazosno tienes prisa esperas a los santos
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Días sin nostalgia
Una mujer ríeen el fondo de sus pupilasemerge la serpiente—sensual bicéfala y exacta— que adelgazándosetraspasa la duplicada puerta del oídopeces de mercuriotrepan mis costados—los escalofríos quedaron en Sodoma—me cruzo de brazosahí está lo más terribleno tengo derecho a la nocheme juzgan criminalella conserva las marcas de mis garrasen su mejilla izquierdagraniza eternamente sobre mis orificiosgirando a mi alrededorríe más fuerte sabeque ha llegado el momentode fundirse
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Tango en mi bemol
Quiero emborracharme con coñacamarte con la gargantaa la primera nota de Wagner ebria todo se descifra fácilmente desde ayer ingresé a lo de siempre te reto a compartirmis lúbricos propósitos no puedes extinguirme con agua benditaDios está en vigilia tu estrategia es inútilmi saliva te humedece tal vez si decides ser anarquista recupere mi lengua el estado de gracia ¿Cuándo alguien te nombre de quién te defenderás?
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Camino a la luna
Es conveniente y hasta imprescindibletener a la mano una mujer desnuda
Benedetti
Puedo quitarme la ropaatravesar corriendo la quinta avenidaahogar un jazz entre tus pliegueszozobrar encima de ti con los labios abiertospero es imposible me persigue un poetaimprescindible le es teneruna mujer desnuda a la mano
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C’est fini
Muevo las caderaszigzagueo me curvote acaricio me derramosomos mar dentro de otro marjadeo abiertoentre las sábanasno es lo mismoseguir el movimientode unos brazos que cabalgar a la lunamontando un centauro
Tus piernas en mis caderas callan
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De cualquier manera
Te conocíen fálico duelorayo de lunadescubriendola aterciopeladaoquedadde rincones secretos
Te conocíola succionantede pasión lúbricadonde comulganmis pecados ymis culpasse fundenen el crisol de tu carne
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Mientras giras
Mis manoste descubrenburbujeanteslas olasde mi cráter marinomerodeantus oloresenarenada girasse estrellan las miradas
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Black and black
Mala cosa es un ángelsi te besa con las alas abiertasy si tiemblas o tratas de escaparoscilará entre ocultarseo mirarte a los ojospero si gritasse arrojará sobre tiapretándoteno lo podrás soportarcaerás de espaldascon los muslos abiertosy nada hay que hacer
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Marejada
He pasado la nochecubierto de musgolloviendo pecespara poder amartepero túlujuriosa y húmedaen el extremo de mi ojo derecho te escapas
Por mis costados asciende el mar
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Caracola
La tarde sabe a mary un rumor de caracolasdesciende de tu ombligoabres las piernas eres sal rota en mi lengua
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Más allá de…
Los amantesno escuchan al vientose cruzan de piernasbuscan la obscuridadpara caery dejarse morirprimitivos y perversos igual que niños
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Nosotros los malditos y el resto
He pasado la nochelos puños cerrados amordazadasintiendo lo que sienteel marcuando en su orilla quedael lustroso esqueletode una perla negrapero en esta soledad equívocasoy viajera extraviadaque —detrás de la melancolía—escucha el canto de un demoniocomo si se despeñara de una alta torrey un rabioso escalofrío púrpuraerizara los cabellos de alguien
No tengo secretos conozco a la bestia poeta por su olor montaraz
Ya lo he dichohay que arañarse el almacon garras de luna fríae infeliz como Hamlet rasgarse las vestiduras
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aunque se podría decirno tiene importanciallevo al diablo rugiendo en las sienes —tú sabes—nadie duerme en Dinamarca
No me tapen la boca me corté la mano por querer alcanzar la libertad exijo que mi reino sea de este mundo
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Alas de encina
Ha llegadoel grito de las hojas
Inclinadocon los pies descalzosno puedo renunciara la violencia de Harlema la muerte en tres gotas de aguajamás a la izquierdase puede huirhay en la encina una hendiduraoblicuo grito de las hojasdebajo de las pielesvenas de cobalto y cobresu camino busca la sangreno tiene puertassangre viva furiosaen la punta de un puñalen el crujido de la maderaen el borde de un cristalsangre de alguienque habían matado
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A la una de la noche—a flor de estaño—el arcángel habla la lengua de las encinas
Hay que encerrarseen el último pisoacechar por los espejoscon un candil en las manosporque el grito de las encinaspor las grietas entrará
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Los secretos de la noche
Si pudieras oírme te contaríacómo cae del cielo la luz en catarataspara encenderse un día cualquieraen tus sueños infantiles y dime¿quién será testigo de tus rezos al borde de mi cama?tú engendras el paso en falsovuelves adónde nadie sabe nada de nadie
De frente al campanario un loco cantamientras te busco entre el viernes y la madrugada
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en la calle agrias humedades me atrapan humores de hembra me santiguoempiezo a creer es cuestión de morir a medias prenderles fuego a tus fantasmas esperar sentado que emprendan el vuelo y rematarlos con el tiro de gracia
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Telaraña
Tormba de silencio y quietudcómo llueves
L.Y.
No puedo abandonarte en las esquinasestás ajenatrae tus ecos el viento
Al paso del aire grisse cargan de luceros los olivosla penumbra se estremecepreñada de otoñono mires nunca atráses mejor no sabermanchada de estrellasreza como yo ¿no ves cómo me clavo las manos?de repentemucho espanto me llenafrases de tierra nudos de poesía cansancio de algas negras ¿se ha de perder el sufrimiento?ni tú ni yo nos encontramos no te digo adiós por no dejarte morir mientras vivas
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tropezando con lágrimasreniego de tus luminosos y azulados ojos mar de espasmos y medusasde prontola vida es una comedianada saco presintiendo el futuropongo un discotejo mi telaraña tarántula cazo tus suspiros
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Desposeída
Asesinaste a Moisésen el tiempo de los besosuna leve huella de insomnioha quedado en tu carne
Desde tus lágrimas rojasentristecidamente tristehay una soledad centelleando
Las estrellas se tronchanen los pies del que miraun batir de olasviene y va en las sombrasel vaho de los que no duermenempaña los espejosuna mano te toca los hombroshay un derrumbe de nostalgiaslos asesinos bailan desnudos
Con la inocencia perdidaun niño ve pasara Santa Cecilia con los demoniosimprimes en los vidriostu rostro temes a los aparecidos
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Bruma de luna
La calle es un largo llamadode animal en celoal término de esta nochebasta de conservaren vuelo verticallas cicatrices de un ave nocturnaolvídate de contemplar al buitrela noche todavía verdete invade se convierteen lo que eresun hombre amargote habla del suicidiode brazos en acechode ballenas varadasy puertas que se tapiandile que puede callarir en busca de sus manosantes de que el primer gallo cantecegado por la añoranzadetrás de tu miradauna jauría de perrosme ladracualquiera diríami hora ha llegado
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llevo puestauna camisa negra ¿escucharás la voz de mis párpados?soy alguienatrapado entre dos puertasaléjate no oigas aullar al perro asirioaunque su aullido sea un dilatado aullido moradopara que no entres voy a gritarle a la muerteme sentaré en una esquinaal sur de la espera cerraré los ojos
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No quiero ser
No quiero ser estatua de sal
Joaquín Sabina
Un viento rojo golpea la tardemirándome fijo destrenzas siniestramente tus cabellospor la puerta untando sándalo a sus muslos una mujer te observala noche se llena de lascivia de ojos de gato
No quiero ser estatua de salno esperaré ahora como siempremarcaré con una cruz mi lenguay donde
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el ansia de asesinarte duela proferiré los diez y uno mandamientos
¿Te habrás dado cuenta que soy nihilista?
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No hay puertas
No hay puertas, hay espejos
Octavio Paz
A mano abierta no hay puertas hay espejostemor de herir el aireespanto de habitarla cueva submarina de las horas el tiempo de la inocencia
De los tragaluces más allá no te preguntassi he dejado de mirarte existofuera de tus ingles y no hay puertassólo espejos ¿Dónde un cirio encontrar?
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Dime que no es el viento
En tu bosque de druidassoy panteraclamandoen domingo de RamosDios me traicionótengo mala famaaunque en mediode tusdos mitadeslo invocosin embargome angustia el vientocuando soplaa ciento cincuenta nudosarroja estrellasatraviesa mi costadoy a la hora santa—en algún lugar de piedra—rompe mi cuerpo
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Entre otras cosas
Con tu soledad a solaste haces doler abrasado a tus brazos ¿de quién y dónde te aprendes?amargo pescador de escamassi la verdad se dicepalmo a palmoalgo le falta a Diosde otro cieloa tu cama vendránpájaros de alas violetamágicos hongosgaviotas sangrantesno sé por quéllora una velaen tu mano izquierda ¿te importa el rugido del viento?de las pupilas del que agonizaescurre el solasí porque síse te llenan las manos de luzgiras ¿recuerdas la piel?
Brujo devanando planetassalpicados de mar¿puedes ver detrás del humo los escombros el ruego?
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Remonta la luna la montañaHechicero de las mil y una nochesentre cuatro antorchascon túnica de cuarzos vestidouna cruz en la frentey una soga al cuellopor el ojo de una agujamiras la puerta ¿bastante no has dicho?
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Balada de la muerte
Dicen que la muerte toma aguardientey juega a los dadosque balancea las piernassentada a tu ladoyo sé lo que esperacuando las yemas de los dedoste oprimePetrarca lo supo y Dante tambiénno es para ponerse tristeni profetizar en domingodejemos a un ladolos cargos de concienciano seré el primero en recibir la hostiasigamos en lo nuestrono te quedes en amenaza de muertetocando sax en la terrazabusquemos los bareslos poetas sádicossus peces sonámbulostu mirada de niña místicaasí la muerteserá menos muerte
Juguemos a los dados un día siguiente no habrá más
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Wolves
En tu silencio de sangrehay un olor a hembralas calles están desiertasy los lobos se multiplicanno me obligues a mordertelas ventanas se escarchany los niños se visten de blancopara coger al maren la plazados hombres bebenellos son los que corren por Manhattantrepan la nocheluchan con la arenacruzan los puentesy buscan cangrejos de platapero yo séson elloslos que abren las ventanaspara que lleguen los lobosenjambres de ojos amarillosgolpean los cristaleslos lobos danzan lúbricosno hay remedio para los aullidosA las piernas se me pega la nocheno tengo derecho a jadear en tu vientreme han proclamado el infortunioes preciso asesinar a los lobos
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aunque los augurios de los hechicerosse ciernan sobre mi cabeza
Aúllan los lobos es el momento de volverse perversa abro la boca
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A cuerpo limpio
Frente a un pelotón de fusilamientonos aprendemos mano a manosin movernoscon-fundidos en el azaroso abrazo de mis brazosanimales marinos sin océanoen espera ardiente de algo
No lo dijiste lo gritaste al final de la calley asoma a tus ojosla Bestia del desiertomojas mis labios con vinagrehasta mi hora de las horas ¿encontrarás una lanza?
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Crucemos la línea
Corro el riesgome construyo quemándome en el deseo esa es la salvación
No importa cuando hoy ayerno estoy para nadietras el escalofrío de reinos lejanosla melancolía genital del enigmacontra las amenazas bautízameentrecerraré los ojosel crimen llegaráserpiente brotandode los espasmos de un lucero aunque sobre la arena chirríe el marFosforescente en un árboluna lechuza se parano me lamento porque no existessino porque existes apprendista di rapaceestoy en peligrocierro las ventanassi la noche oblicua las atraviesa
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puede pasarme todohasta que una bruja me lleveen su escoba de malvas locasrumbo al océanodescorro las cortinasun rumor de arena cae
Sobrevivientede un último tangono sé renunciargrito mi nombreen todos los cuartos deshabitados ¿por qué me dejaste ir?me faltan tus sollozos para ser felizya no se puede hablarde crueldades inocentesquietamente animalme deslizo en el placer de la saliva refulgente del recuerdo
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No hay de otra
No basta un acto de contriciónni besarse en el cuellopara qué decir te creo o correr por las cuatro esquinasmás alláde nunca mássin preguntastodo de ties peorde cuanto se imagina
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¿Sabes cuándo dar el golpe preciso?
Los suicidas no quieren morira la hora señaladaven cocodrilos con el rabo del ojohablan solos se clavan colmillos en el cuelloleen a Lautréamont de espaldas a la paredles da miedo la lunala maldicenpara que tenga misericordia de ellosnos miran por encima de los ojospara poder resucitar de entre los vivosseguros de no cruzarjamás un sueñosobreviven entre la lengua y su gargantano pueden oírla canción de la serpiente alzan los brazospreguntan por no sé quienrecuerdanque los ángeles se han vuelto negroslloran arrinconadosa la hora señaladano quieren morir ¿quién responderá si alguien los llama?
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No habrá nunca más
No esperarétus ojosme abrela magiaa mitaddel caminola carne ¿quién se llevó el espejo?murciélagoinsomnetengo un fantasma entre las cejas
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Tabú
Mi costumbre es espiar al que escribe
L.Y.
Maligna—no soy ninguna Julieta—oigo a Chopinvestida de pantera—nada puedes hacer—nunca seré tu Ofelia soy nómadarasgo las esferas
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Si lo hubiera sabido
Diré he perdido el valorvengo huyendode las mariposasque siguen a la bella Remediosduermo con los párpados abiertosesta noche me incendio en tu miradasin espejos que reflejen tus demoniossuicidaste los sueñosen el fondo de un beso palpita tu crimen ¿sabrá la muerte nuestros nombres?Un ángel empuña un cuchillo
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Minuete
Yo te lo hubiera dichono encontrarás el maren la orilla de tu camade cualquier manera nadie duermelos hombres se miranno traen sueños en las manos cerradasno hacen sombra cuando miran al solpero tú te perdiste un viernes Santoal levantar el sacerdote una cruz de zafiropara espantar las voces de los que muerendevorando sus propios ojosSe me cuaja el alma de pesadumbrelos pisos deshabitadoscultivan rumores y sombras moradasen las cerraduraslloro como un niñotocando puertaspara ver si una de ellas
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Nunca es para siempre
Cuando se pierde el mar y los pecesse oxidan ¿se puede soñar?
L.Y.
Tarde de arenaAluminiadaseca Sherezadasobre un dromedarioespera—quid de su existencia—las blasfemias de los justos ¿dónde hallar a Job?algo más que el desierto mueretodo lo pudre el solpara no llover arena hay que ungir la carnecon dátil y nuez moscadaal borde del infiernosiempre es asíse descruzan los dedos And pray to God to have mercy upon us
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No sé cómo
Hay un hombre que asciendeentre la luz y su sombracon los ojos abiertos resbalapor el filo de un sollozoy es difícil mirar ¿qué destella y se apagaqué se acerca y se alejaquién descifra la soledad entre la piel y el sueño?los muros y los días lo desgastan crecehacia adentro en sus rodillastirita el tiempo ¿ignora que el tarot marcó su viday los peces se apagan en otra parte?Ráfaga ensangrentada recoge sus alasse incendia en picada
88
Alegoría
Noé se detiene sobre el acantiladoabordó la nave equivocadanace el arco-iris el diluvio ha terminado
La mujer de Lot por mirar atrás —desobedeciendo a los ángeles— de sal se volvió¿encontrará el culpable un paraíso?
Alguienmorena la piellos pies cubiertos de arenapermanece en la playalleno de agua por fuera y por dentrosalobre su bajo vientrea vecesobsesoun cangrejo lo vehipocampos que anidanen sus cabellossusurran
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historias de amorél entonces —en medio de ese bosque alucinante—se entierra espinasen las palmas de las manosEccehomo
Noé despeña el arca la noche se desala ¿dónde nos refugiaremos?
90
Borderline
Hermano lobo—dijo San Francisco—el mundo ha sido creadoy la luna llenay el mar en bramala bestia se arqueaaúllaen sus ojos doradosmuere la muerteFranciscoAtraviesa la noche—he aquí mi cuerpo— ¿El precio del crimen?
Virgo triangula en Escorpio huele a Dios
91
Luz
Rasgas la nochellenándome de espaciossubes a la espaldaque en mi pecho respiradesciendes de su cuerpopor mi cuerpote sueltas de su cabellohabitando el espejote diluyes en mis ojosmis manos arden soy luz
92
Iniciación
Hundeslos dientesen mis huesossangrocaenlas esferastrazouna línea curvacon las alastendidas
Yo inicié la tristezasoy la que sobre el azul unicornio se abrasa
93
Estallido
Me gustaría envolvermelos cabellos de la lunacabalgar las hojas del silencioque fluye transparenteen noches de insomnioser temblor sumergido en el espejo
Luna desgárratequebrándose en el aire soy lágrima
94
Cae la luz
Mientras la oscuridad escapaAriadna teje sueñosfrente al espejo
El aire sollozaentre las madreselvas
Ariadna en el espejo se esfuma
95
En el principio
Peinamis cabellosla soledad
Abrasadoslos labiosen las sombrasse duelen
Al otro ladodel murose abrela espina ydesnudatras la puertaes muy fácilagarrarselos hombros ynegarque estás sola
96
Sólo una lágrima
El canto cenzontleescurre por las bardashabla de nostalgias de carbónde la noche anaranjadade alas marinasmás allá la ciudad creciendo sus ojos tristespero cualquiera puede mirar al cielosin embargohay ojos que miran hacia dentropecados que vibran en la lenguaciervos atravesando un espejocaminos que no llevan a ninguna parte
tus manos en mi cuelloy una oración viajando por tus dedos
97
Sólo el viento
La ausencialame las paredestransitala orfandaddel silencio
Algoque se filtrapor los porosde la pielgime
Pájarosen ráfagaaneganla memoriade alguien
Las vocescaensubenpor los muros
El vientoel jardínatraviesa
ÍNDICE
Letanía de tres partes 7
NOSOTROSOjos de sal 11Sobran las palabras 13Todo es levantar el velo 15Serenata en negro 17Raíz amarga 18Sin final 19 Toco madera 20No me des la espalda 22Cuéntame otra historia 24La pasión según ella 25Alguno de los dos es un traidor 27¿Dónde nace el miedo? 28No siento el aire 30No claudicaremos 32Harakiri 34No será necesario decirlo 35Sola por enésima vez 37Doménicus versus 39Días sin nostalgia 40Tango en mi bemol 42Camino a la luna 43C’est fini 44De cualquier manera 45Mientras giras 46Black and black 47
Marejada 48Caracola 49Más allá de… 50
LOS MALDITOSNosotros los malditos y el resto 53Alas de encina 55Los secretos de la noche 57Telaraña 59Desposeída 61Bruma de luna 62No quiero ser 64No hay puertas 66Dime que no es el viento 67Entre otras cosas 68Balada de la muerte 70Wolves 71A cuerpo limpio 73Crucemos la línea 74No hay de otra 76¿Sabes cuándo dar el golpe preciso? 77No habrá nunca más 78Tabú 79Si lo hubiera sabido 80Minuete 81Nunca es para siempre 83
Y EL RESTONo sé cómo 87Alegoría 88Borderline 90
LUCÍA YÉPEZ VILLAFUERTE
Doctora en Artes y Humanidades, diplomada de la SOGEM, ex becaria del Centro de Escritores de Nuevo León. Obtuvo los premios: Celedonio Junco de la Vega, PACMyC, Alicia de Nayarit, mención honorífica en el Concurso Regional de Poesía U.D.M., fue ponente en el encuentro internacional de escritores Monterrey 96, recibió el premio Literatura Nuevo León y el premio Cuarto Concurso Regional de poesía ITCA 2015.
Ha publicado los títulos: Con cicatrices pero a salvo, Nosotros los malditos y el resto, Raíz de gata negra, A la medianoche solo los perros esperan, El rojo es un color salvaje y Sólo lirios y girasoles para una noche de lluvia.
Su poesía ha sido antologada en España, Argentina, Perú y México, así como traducida al inglés. En la actualidad se desempeña como promotora cultural, correctora de estilo y coordinadora de una amplia gama de talleres que incluyen tanto a adultos como a niños.
Nosotros los malditos y el resto, de Lucía Yépez Villafuerte,
terminó de formarse en marzo del 2019. El cuidado de la edición estuvo a cargo de Paloma Sánchez
de la Barquera. Formación electrónica por Mónica Cantú Rojas.