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Title NOTAS SOBRE MODISMOS PROVERBIOS Y REFRANES
Author(s) Jaen, Francisco Mateos
Citation 神奈川大学言語研究, 23: 209-228
Date 2001-03-01
Type Departmental Bulletin Paper
Rights publisher
NOTAS SOBRE MODISMOS
PROVERBIOS Y REFRANES
Francisco Mateos Jaén
1. Explicaci6n del término modismo.
Se entiende por modismo una locucién popularizada , pecu- liar de la lengua respectiva, y que no tiene traduccién literai
en otra lengua, inalterable al transcurso del tiempo y con cierto
sentido metaférico. Ejemplos: no dar pie con bola; partirse de
risa; charlar por los codos; ir al grano; llo ver a cén taros; a mal
tiempo buena cara; estar como pez en el agua...
El término modismo comenzé a usarse en el espanol a partir
del siglo XVIII. Segûn el Tesoro, de Covarrubias de 1611, en el siglo XVII, los especialistas del lenguaje de aquella época ,
usaban la palabra idiotismo para significar "ciertas frases y
modos de hablar particulares a la lengua de cada nacién". por
lo tanto, entre estos dos conceptos existe una distancia muy
pequeria. Segûn la Academia, idiotismo es una manera de hablar que se aparta de las leyes ordinarias del lenguaje. Hay
gramâticos que incluyen los idiotismos entre los vicios de dicciôn.
Prâcticamente, modismo e idiotismo son términos
intercambiables. Del giro tradicionalmente repetido desde
Covarrubias, modo de hablar, tan conocidos en todas las
gramâticas, aplicado a las locuciones adverbiales con el nombre de modos adverbiales, proviene la formacién del modismo, que
forma parte del concepto especifico del género de las locuciones.
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2. Evoluciôn semântica del modismo.
El modismo, por lo comûn, tiene una historia individual o
colectiva. Muchos proceden de las tertulias, del periodismo,
de las obras dramâticas y de las novelas. Si analizando la
cadena semântica de un modismo buscamos su etimologia,
veremos su relatividad temporal y significante junto a sus varias fôrmulas estables.
Casares cita la remota significaciôn del modismo a brazo
partido, equivalente a "sin armai. Después pasô por la acepciôn de "sin ventajas", por la que llegô a tener el valor
semântico de "en condiciones de igualdad". Hoy en dia, segûn
el diccionario, quiere decir "a viva fuerza" . Algunos modismos nos llegan de la Biblia, del Kempis y
otros libros ascéticos; otros traen su origen de la lengua literaria
clâ.sica, la suerte esté echada es una fôrmula castellana del
modismo latino "Alea jacta est" (César).
Muchas veces, la etimologia popular interviene en la
marafia semântica y en la intenciôn primitiva de muchos modismos. Véase et ejemplo de tomar et portante, que el vulgo
formô sobre el paradigma tomar la puerta ( marcharse,
ausentarse, desaparecer ). Antiguamente, ser un as era ser un
burro o asno; hoy se aplica al que sobresale en alguna actividad.
3. Funciôn lingüistica del modismo. El modismo ejerce mucha influencia en la lengua hablada
y en la literaria. Con el uso coloquial y literario se ha ido enriqueciendo y a la vez ha ido perdiendo fuerza como
instrumento normal del lenguaje. Su permanente vitalidad
consiste en que suple con creces una palabra o un giro que el
hablante considera inexpresivo para et que escucha. En muchos modismos populares se advierte una intenciôn
humoristica, de piropo exagerado, de maldiciôn gitana o de
forma pintoresca y graciosa del habla de una regiôn.
NOTAS SOBRE MODISMOS. PROVERBIOS Y REFRANES 211
Hay que destacar la particularidad eufemistica de algunos
modismos que intentan ocultar, en férmulas de uso cotidiano,
el horror a la muerte, a las enfermedades u otros males sociales. Para ello, la legua espanola cuenta con locuciones como las
que siguen: liar uno el hato, hacer et petate, soltar et pellejo, estirar la pata, irse al otro barri°, estar para el arrastre, etc .
Los modismos espafioles dan a conocer la entrafia intima del espafiol, asi como su idiosincrasia. La misiôn linguistica
mâs importante es suplir ciertos recursos expresivos que le
faltan a la lengua. Enriquecen los adverbios de tiempo: a menudo, una y otra vez, en un decir amén, en menas que canta
un gallo, en dos trancadas, de par vida. Sustituyen a los
ablativos adverbiales latinos: a ratas perdidos, a trompicones , de una sentada, con todos sus pelos y sen-ales. La eventualidad
del modismo depende del desgaste de las palabras por el uso y
del mayor o menor florecimiento de las locuciones de moda. A veces, una palabra usada como modismo puede tener un
abanico muy amplio de significados, segicn el contexto en que
se halle. En el ejemplo extraido del Diccionario de Modismos
de Ramôn Caballero, vamos a ver como al sustantivo mano, en
una especie de juego de palabras, este autor le da una gama muy amplia de sentidos. (Ver el apéndice ).
4. Definiciôn del refrân y et proverbio.
El Diccionario de la Real Academia define el refrân como "dicho agudo y sentencioso de uso comû
n". Algo mâs completa
es la definiciôn que propone el Diccionario de uso del espanol
de Maria Moliner: "cualquier sentencia popular repetida
tradicionalmente con forma invariable". El folclorista y erudito
Francisco Rodriguez Marin, precisô el concepto de refrân: "es
un dicho simbôlico y expuesto en forma poética, que contiene
una regla de conducta u otra cualquier ensefianza".
Julia Casares explica el refrân asi: "refrân es una frase
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completa e independiente, que en sentido directo o alegôrico,
y por lo general de forma sentenciosa y eliptica, expresa un
pensamiento a manera de juicio en el que se relacionan dos ideas".
Las opiniones no coinciden referente a los refranes, al
parecer de los filôlogos, el refrân es un concepto escurridizo. Para complicar un poco mis este confuso panorama, tenemos
una larga lista de términos referidos al mismo campo nocional
y que se utilizan frecuentemente como sinénimos de refrân:
proverbio, sentencia, aforismo, axioma, apotegma, locucldn, frase proverbial, adagio, mâxima, moraleja. Todas estas formas incluyen el sentido de una proposicién o frase breve, clara
evïdente y de profunda y iitil ensefianza. Ningûn autor antiguo
ni moderno ha logrado todavia clara y terminantemente,
elucidar las diferencias entre unas y otras formas. El mismo
uso vulgar, llano y corriente, segûn las épocas y los titulos que
adoptaron sus autores o compiladores, han llamado
indistintamente a una misma clase de expresiones de la sabiduria popular.
Los rasgos formales y temâticos que aparecen en al mayoria
de estas construcciones de la lengua son: Todo refrân es un
dicho, es decir, un conjunto de palabras con que se expresa un
pensamiento cabal. También son dichos los modismos y frases
proverbiales, por ejemplo: estar con et agua al cuello; a trancas
y barrancas, pero aunque los limites no estân muy definidos, hay diferencias formales y semânticas que nos permiten
distinguir, a veces, ambas construcciones. Ejemplo de refrân:
a quien madruga, Dios le ayuda, tiene sentido completo en si
mismo, posee entonaciôn propia y constituye, en la mayoria de los casos, una oraciôn, es decir una unidad sintâctica
auténoma, equivalente a un texto o a un mensaje completo.
Los refranes y proverbios son creaciones acertadas para
diferentes situaciônes, que se han ido transmitiendo de pa-
dres a hijos gracias a la tradicién oral, y que los recopiladores
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nos han transmitido en los refraneros, pertenecen a la lengua hablada del pueblo llano. Fueron utilizados en obras literarias como: El Lazarillo de Tormes, La Celestina, El Quijote , etc., donde sus personajes usan el habla popular de una forma sencilla, espontânea y sobre todo llena de sabiduria .
Las formas constitutivas del proverbio se podrian clasificar "grosso modo", de la siguiente manera:
a) Segûn Casares, "no toda fôrmula pluriverbal reducible a cualquiera de las categorias establecidas para las
locuciones es frase proverbial'.b)
c)
d)
Cas
me car
del lobo
.Dios; a
con su
todo lo tapa; poco a poco, hila la vieja et copo; manos blancas no ofenden; cuando a Roma fueres, haz Io que vieres ...
El aforismo o mâxima es una sentencia lacônica y doctrinal
que presenta en forma sintética lo mâs interesante de alguna materia, regla, principio, axioma o méxima instructiva , por ejemplo: de tal palo, tal astilla; dime con quien andas , y diré quien eres...
El adagio encierra un sentido doctrinal encaminado a
proporcionar algûn consejo para saber conducirse en la vida, por ejemplo: has bien y no mires a quién; obras son amores y
Entendemos por proverbial algo que tiene una tradicién de ejemplaridad. Ha de contar la frase con una experiencia y el consenso de una comunidad lingüistica. En la mayoria de los casos, lo que llamamos férmula
proverbial se reduce a un dicho famoso por alpin acontecimiento histôrico que le diô origen . Ejemplos: no se ganô Zamora en una hora; hay moros en la costa; se armé la de San Quintln,etc.
ares cita, entre muchas frases, las siguientes: otro gallo
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no buenas razones... Los refranes, son por consiguiente populares, pues son
patrimonio de la comunidad, emparentados directamente con otras manifestaciones folclôricas también anônimas, como el cuento, la adivinanza, la leyenda, la copla... Todos ellos
participan de otros dos rasgos: tradicionalidady antigüedad. El reirân es un discurso memorizado y repetido sin apenas
sufrir cambios sustanciales, las variantes son recreaciones espontâneas debidas al ingenio de alguien en un momento y situaciôn determinados. Son pues inmutables, reacios a cambiar porque presentan numerosos rasgos formales arcaizantes: pérdida de articulos: ojos que no ven, corazôn que no slente; ausencia de antecedente: quien bien te quiere, te harâ Ilorarr arcaismos léxicos y morfolôgicos: cuando las barbas de tu vecino vieres pelar, pon las tuyas a remojar. Esta conciencia de que el reirân es algo viejo y arraigado en la comunidad desde tiempo inmemorial, se refleja en los introductores que se utilizan para presentar el reirân= Como decian los an tlguos... Como dice et viejo reirân.. .
El refrén es un dicho breve. Los elementos elipticos y sobrentendidos permiten que el enunciado de un pensamiento completo, se haga con la utilizaciôn de un ni mero justo de
palabras. Esta economia de medios hace posible una memorizaciôn fâcil,ayudada por la simetria de sus dos miembros y por la rima. Hay refranes: por dinero balla et
perro,... que han perdido la segunda parte que originariamente tenian( ...no por et son que le toca et ciego). Esta reduccién no le ha impedido conservar el sentido original: cada loco con su tema,...( y cada llaga con su postema); sarna con gusto no
pica,... (pero mortif ca) . Uno de los rasgos mâs caracteristicos de casi todos los
refranes es su estructura bimembre, acentuada con repeticiones simétricas: aliteraciones, paralelismos, concatenaciones, retruécanos, anâforas, etc. El pararelismo
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gramatical fundado en un emparejamiento semântico,es un
procedimiento que encontramos en formas orales de numerosos
pueblos. El ser humano es bilateral, por eso la oposiciôn y la comparaciôn las encontramos en las canciones infantiles y en
los proverb.ios y refranes de todo el mundo: El muerto al hoyo
y el vivo al bollo; Quien roba un h ue vo, roba un buey ( en francé s: Qui vole un oeuf, vole un boeuf) .
5. Estructura del refrân. El primer miembro (el primer verso del pareado) suele
tener carâter narrativo: Tanto va et cân taro a la fuen te , .. . mientras que el segundo es especulativo, conceptual, donde se
encierra la sentencia, la ensefianza, la conclusiôn ... que al fin
se rompe.
Hay dos ideas, representadas por dos palabras claves , que se relacionan para formar un juicio, una oraciôn, un
pensamiento completo. A veces, el hablante sôlo enuncia el
primer miembro: A buen entendedor,... porque presupone que el oyente sabe reconstruirlo en su totalidad ...pocas palabras
bastan.
La forma de los refranes nos remite con frecuencia al
lenguaje poético, ya que predomina en ellos el carâcter
simbôlico. La connotaciôn es un rasgo frecuente puesto que se
nos transmite un contenido sugerente y rico, con una forma
âgil y bella, constituyendo muchos de ellos verdaderos aciertos.
Alguien los comparô con diamantes que se han ido acrisolando a lo largo de los tiempos. El carâcter metaférico, los factores
fônicos y ritmicos, han convertido a muchos refranes en
verdaderas joyas.
La forma sentenciosa de los refranes se atribuye al hecho
de que costituyen un compendio de sabiduria popular, nacida
de la experiencia. Muchos de ellos mantienen el carâcter
moralizante, didâctico. Hay refranes para todos los gustos y
es tal su diversidad que hacer una clasificaciôn temâtica resulta
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muy dificil.
6. La veracidad de los refranes. En cuanto a la veracidad de los refranes, hay muchos
tépicos, muchas verdades a medias, verdaderas contradicciones
y hasta aseveraciones no sôlo injustas, sino hasta injuriosas. Rodriguez Marin dice que el refran es una verdad comprobada,
no se puede estar totalmente de acuerdo con esta aseveracién, sobre todo con los meteorolôgicos, que serian los que pudieran
tener un carâcter mâs cientifico o inductivo Muchos refranes meteorolôgicos son hoy dia inexactos, ya
que provienen de una época anterior a la correccién gregoriana del calendario, hecha en 1582. Asi sucede con este refrân: Por
Santa Lucia achican las noches y agrandan los dias, aludiendo
al solsticio de invierno, que no se verifica el dia 13, sino el 21 de diciembre.
iEs tan verdadera, sin excepcién, esta ciencia popular, que no se encuentren algunos refranes falsos y engarnosos y en
ocasiones fôrmulas contradictorias? i,Es cierto que se puede aplicar a estos adagios lo de Vox populi, vox Dei?
Ni hemos de recibir los refranes como articulo de fe segün se decia en el siglo XVII, como evangelios chicos, por aquello
de que dichos de viejas arrancan las piedras, ni hemos de creer
que la experiencia se engafia en todos ellos. Lo mâs dificil en la ciencia del refrén es su interpretacién.
Por no remontarse a su origen, por no percatarse en su sentido tropolôgico, por no darse cuenta muchas veces de su intenciôn
irônica o no inquirir en qué casos ni a qué cosas se aplica por el
vulgo, faltan a la verdad algunos escoliastas de la Paremïologla,
y hasta personas como Feijoo calificaron de falsos algunos proverbios que distan mucho de serlo.
Se puede afirmar sin lugar a dudas, que son falsos todos los
refranes supersticiosos, porque es falsa la base en que se fundan. LQuién se atreve a defender como veridicos los ada-
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gios referentes al dia martes?" Con todo, la creencia popular que supone al martes dia
aciago se ha buscado fuera de su verdadero origen , prestando asentimiento a lo que gratuitamente escribe sobre este par-ticular el padre Mariana en su Historia de Espana . La supersticiôn del martes tiene clarisima filiacién gentilicia . A Marte, dios de la guerra en la mitologia griega , fue dedicado este dia de la semana, como el viernes a la diosa Venus . No hemos de extratiarnos que la fantasia popular supusiera que este dios bélico era el engendrador de todas las desgracias . En torno a este dia supersticioso, se formaron refranes como estos: en martes, ni te cases ni te embarques; en martes , ni gallina eches ni hija cases; en martes, ni tu casa mudes , ni hija cases. ni tu ropa tajes; en martes, ni telas urdas, ni hijas cases , ni las Reyes a confesar, que no dirén la verdad .
Si el mimero trece por si solo es considerado de mal agüero , resulta fatidico si coincide en el calendario con el dia martes , segûn la tradici6n espanola, o con su equivalente anglosajén , el viernes. La tradiciôn anglosajona considera el viernes como dia de mala suerte, por ser el dia en que Cristo fue crucificado .
7. Reflexiones sobre el uso de los refranes.
Es indudable la importancia y utilidad de muchos refranes , tanto en el régimen y conducta de la vida en relaciôn con la
sociedad, la familia y el individuo, como en el terreno de la
Historia y de la Filologia, pudiéndose decir que sin el estudio
profundo de la Paremiologia quedarian por resolver muchas
cuestiones prosôdicas, ortogrâficas y hasta sintâcticas , lo mismo
que otras relativas a la biografia y tradiciones populares.
El carâcter autôctono del refranero es muy relativo . Una
gran porciôn de proverbios y refranes que condensan la
experiecia humana y aleccionan a las generaciones futuras ,
pertenece en comiin a pueblos distanciados por la Geografia,
la Literatura y la Historia. El carâcter universalista de la
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Paremiologla, trasciende las fronteras y se convierte en
consejera internacional. Aunque las metamorfosis y las formas
caprichosas que adoptan muchos refranes sean oriundas de
cada pais, en el concepto gozan de universalidad fecunda.
Otra cosa muy distinta acontece con las pullas entre pueblos vecinos, las adivinanzas, sâtiras socarronas, obscenidades,
rimas jocosas y, sobre todo, con las frases proverbiales, que
son herencia de una generaciôn, préstamo privativo del pueblo
que le dio carâcter. Eppur si muove serâ siempre expresiôn ciel abolengo italiano, como es francesa Aprés moi, le déluge, y
espan.ola No se gané Zamora en una hora. El aspecto etimolégico del refrén importa a veces al
significado traslaticio de las palabras. A veces se discute en un adagio la palabra originaria, como sucediô en el siglo XVIII
con la voz piensa en el proverbio que empieza: Uno piensa et
bayo..., ampliamente controvertida por Casares en sus
Divertimientos filolôgicos. La disputa se entab 1ô entre la
Academia, que entendiô en piensa el sentido originario de
imaginar, del latin pensare, y los que argumentaban con el
significado de dar pienso a las bestias. Con este iiltimo alcance
popular, todavia en algunos cortijos andaluces se llama
pensador al mozo que de noche reparte el pienso a las mulas y bueyes.
El adecuado empleo de los refranes puede constituir un
adorno del estilo, pero hay que huir del abuso de ellos. En la
obra de Cervantes, don Quijote le decia a Sancho: "No parece mal un refrén traido a cuento, pero cargar y ensartar refranes
a troche y moche, hace la plâtica desmayada y baja."
8. Antigüedad e historia de los refranes.
Tanto los refranes como los proverbios, son antiquisimos,
tan antiguos como la Humanidad, ya que son una de las formas
primitivas de la sabiduria popular. Son sentencias de utilidad
prâctica. son trozos o rasgos popularizados de la Historia, de
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la Literatura, de las Ciencias y de las Artes.
Ninguna creaciôn de la mente humana ha tenido tanto éxito
como los proverbios y refranes, atrayendo la atenciôn de los
grandes intelectuales de la humanidad, a lo largo de los siglos. Escritores, poetas, eruditos, pensadores y filôsofos de todos
los tiempos y de todos los paises, se han complacido en recoger
esta manifestaciôn de la sabiduri.a popular, diseminando
aforismos, proverbios y refranes en sus obras inmortales, ilustrândolos e inclus() compilândolos.
El Libro de los Proverbios de Salomôn, uno de los libros del Antiguo Testamento, es un conjunto de sentencias morales que
pueden servir como norma de vida. Los preceptos morales emitidos por los filôsofos griegos u orientales, son de un sentido tan prâctico que han llegado hasta nosotros. Pitâgoras formulé
sus conocimientos en axiomas; Salôn, Focilides y Sôcrates también usaron los proverbios y refranes en sus preceptos
El primero de los filôsofos griegos que compilé proverbios
fue Aristôteles; después Zonodoto, Crisipo y Cleante.
Encuéntranse algunas recopilaciones bajo el nombre de
Plutarco. En los comentarios sobre Demôstenes se habla
también de proverbios de Teofrasto. Plauto el mâs genial de los poetas latinos, recogiô en muchas de sus obras aforismos y
refranes. Desde entonces para acâ, los mâs grandes escritores
de todas las épocas nos ofrecen repetidamente multitud de
proverbios y refranes. El ejemplo de Shakespeare, que los esparce generosamente en sus obras y los utiliza como titulo
para dos de sus inmortales comedias "Measure for measure" ( Como midas serés medido) y "All is well that ends well"
( Bien esté lo que bien acaba). Parece querer hacernos saber
por boca de Hamlet, que en muchos refranes estâ contenida mâs flosofia sana y racional, que puedan abarcar todos los
tratados de Filosofia.
Verdaderamente, toda la Filosofia de los mâs grandes
pensadores, sucesivamente desarrollada en muchos y
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voluminosos libros, no llega a superar la recôndita sabiduria,
y la profunda y gran imaginaciôn de muchos refranes. Todas las formas del pensamiento humano encontraron en
los Proverblos de Salomôn su arquetipo y su mâs sublime
expresiôn. La mayor parte de la doctrina de Jesucristo,
especialmente los tres primeros evangelios, estâ desarrollada
en forma proverbial, en la cual pasô después a uso del pueblo.
Por eso, los proverbros tienen su ética, su teologia, y sus
conceptos aleccionando al hombre en sus deberes para con sus semejantes y para consigo mismo; aiin cuando muchos no
tengan un contenido de sabiduria prâctica, como por ejemplo
los relativos a la meteorologia y agricultura.
Verdaderos monumentos orales, gran parte de los refranes
y proverblos llevan impresa la estampa y el carâcter de un
pueblo, del cual mejor que la historia revelan sus costumbres, el modo de ver, sentir, pensar y juzgar. No es absurdo, por tanto, pensar que quien quiera indagar como piensa y como
siente un pueblo, quien desee conocer su ingenio y su
temperamento, no puede dejar a un lado el estudio de sus locuciones proverbiales.
Los griegos lo heredaron, probablemente, del antiguo
Oriente y lo transmitieron a los romanos, de los cuales pasaron
después a Todas las lenguas del mundo occidental,
especialmente gracias a Erasmo, que en su "`Adagiorum
Collectanea" tradujo al latin muchos proverblos griegos y latinos, que después fueron difundidos por toda Europa y se
naturalizaron en los distintos paises. La influencia de la cultura judaica e hispano-ârabe, derivada
en gran parte del neoplatonismo y de las obras de Aristôteles
se dejô sentir en el campo de la aforlstica, y asi vemos que los
Averroes y los Abarbaneles, los Niinez y Laguna mâs tarde resucitan los aforismos de Aristôteles, Hipôcrates, Dioscôrides
y Celso, haciendo con los mismos un verdadero mosaico en sus obras. La medicina, la agricultura, la astronomia y hasta el
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arte militar, tienen en Espana sus autores de aforistica , cuyo nûmero constituye una verdadera legiôn . El encomio mâs cumplido sobre aforlstica popular debe atribuirse a don lnigo Lôpez de Mendoza, marqués de Santillana , quien a mitad del siglo XV, recopilô por orden del rey don Juan II , la colecciôn Refranes que dicen las viejas tras et fuego , la que Menéndez y Pelayo reputa como la mâs antigua colecciôn paremiolôgica
que se formé en Europa. Hay que esperar un siglo mâs tarde para que en 1555 el comendador Hernân Nûnez, escribiera su colecciôn de Refranes y proverbios , notable sobre todos los conceptos. También en la mitad del siglo XVI , el valenciano Juan de
Timoneda escribiô Sobremesa y alivio de caminantes , en el cual incluyô medio centenar de modismos populares .
Por otro lado, el poeta sevillano Juan de Mal Lara , en su Philosophia vulgar (1568), acometié la empresa de glosar mil refranes y proverblos, entre los que se encuentran algunas locuciones o modismos.
Tienen mucha importancia y mérito las obras que nos dejaron sobre este tema Juan de Melo , Sebastiân de Orozco, Jerénimo Martin Caro, Juan de Iriarte y otros . No hay que olvidar a Benito Pereira en los Adagios de lingua portuguesa , impresos en Lisboa en 1655 .
En el siglo XVII, Quevedo, en su Cuento de cuentos y en sus Prema ticas y Aranceles habia recogido todos los dichos
populares de su época. En su visita de los chistes (1622), hace hablar a esos seres tan traidos y llevados como El rey que rabi6 , Agrajes, Pero Grullo, El otro, Garibay , Perico el de los Palotes, Pateta, El bobo de Coria, Vargas , Villadiego y demâs personajes reales o imaginarios que en los dichos y comparanzas salen a relucir.
Por la misma época que Quevedo , el toledano don Sebastian de Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana (1611) , y el maestro Gonzalo Correas , en su Vocabulario de refranes y
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frases proverbiales y Baltasar Graciân, en su Agudeza y arte
de ingenio, trataron de explicar la razôn y el porqué de estas
dichos y refranes. Si del Siglo de Oro pasamos a la época
contemporânea, hallaremos igual curiosidad en eruditos y
folcloristas eminentes, que al correr del tiempo se han ocupado
de transmitirnos esta amena parcela del saber, como
Clemencin, Pellicer, Seijas Patino, Fernân Caballero, Cejador, Iribarren, etc. Al mismo tema dedicaron atencién preferente
revistas del siglo pasado, como El Averiguador y El Averiguador
Uni versal.
Pero donde encontramos atesorados los mejores refranes
es en las obras cervantinas. Don Miguel de Cervantes, en su
azarosa vida, unas veces en los mesones y posadas, y obras en los caminos y calles, aprendiô el abundante caudal de frases
proverbiales y refranes que se leen en sus obras. Donde, como llevado de la mano, los pone en boca de sus personajes, lo cual
revela que sôlo quien los aprendiô de la gente del pueblo, pudo
aplicarlos con tanta oportunidad y maestria en todas sus
inmortales producciones, como si él mismo los hubiese creado.
9. Origenes curiosos de algunos refranes y modismos.
El dicho de Haygato encerrado nada tiene que ver con los
felinos domésticos, sino con las antiguas bolsas donde se
guardaba el dinero, que corrientemente se confeccionaban con
piel de gato. Pasar una noche toledana, se referia a los mosquitos que
pululaban en el rio Tajo, que durante el verano no dejaban dormir a los toledanos.
Dar el jicarazo equivalia a matar a una persona echândole
veneno en la jicara de chocolate. Atar los perros con longanizas surgiô a principio del siglo
XIX, cuando en una fâbrica de embutidos una de las empleadas,
apremiada por ir al bano, tuvo la peregrina ocurrencia de atar a la pata de un banco, con una ristra de longaniza, a un perrillo
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faldero que correteaba por el taller. A poco entrô un cliente
que difundié la noticia por el pueblo salmantino de Candelario, y màs adelante et hecho se extendiô por toda Espafia.
Salvarse por los pelos, surgiô a raiz de una Real Orden , expedida en 1809, por la que los marineras se podian dejar
crecer el cabello, para que en caso de naufragio pudieran ser
agarrados por el pelo.
Quemarse las cejas, antes de aparecer la luz eléctrica, el alumbrado doméstico se hacia mediante velas y candiles . Por la noche los estudiantes vencidos por et sueno , se aproximaban en exceso a la ilama, por lo tanto , era frecuente ver a estudiantes con las cejas chamuscadas.
Empinar el codo, el acto de beber, ya sea con vaso , con porrôn o bota, impone, lôgicamente, la necesidad de levantar el codo
hasta un determinado nivel, que significa tomar en gran
cantidad, cualquier clase de bebida alcohôlica. Hasta los topes, no es un término ferroviario , sino un viejo
dicho marinero, pues el ferrocarril fue inventado mucho
después que surgiera esta expresiôn.
Buscarle tres pies al gato es una expresién que se ha
deturpado, porque la original dice: Buscarle cinco pies al gato . Ponerse las botas, el calzado hasta la Edad Media era signo
distintivo de la clase social a que pertenecia el individuo , las botas eran de uso privativo de los caballeros opulentos , el zapato bajo estaba reservado al pueblo humilde en general .
10. A modo de conclusiôn.
Pocas naciones cuentan con un caudal de literatura
aforistica coma la espafiola. No solamente et aforismo cientifico , religioso, moral, filosôfico o politico abunda en las diversas
épocas literarias de la Peninsula, sino que el mismo en forma
popular y fâcil divulgaci6n, se arraiga en la mente del pueblo
y adquiere carta de naturaleza junto con las tradiciones mâs arraigadas.
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Hay que tener en cuenta, el mutuo y simultâneo intercambio
de refranes y proverblos entre un pueblo y los demâs, donde
es dificil, si no imposible, en muchos casos, establecer quien ha prestado y quien ha recibido en préstamo.
Como las lenguas, como la poesia o la miisica popular, los
proverblos y refranes no son el producto de un solo individuo, sino de la humanidad entera, que atesora en los refranes la
experiencia y el buen sentido de todo su pasado, condensado
en férmulas breves y concisas. Aunque no todos los refranes tienen una historia concreta, son numerosos los que pudieran
haberse creado a partir de un acontecimiento. Es mâs, sucesos
de idéntica o parecida indole, ocurridos en distintos paises,
han dado como resultado sentencias muy semejantes en el
fondo, con corta diferencia en la forma.
Mientras una lengua vive, se apropia siempre de vocablos
extranjeros, mientras un pueblo ejerse su vigorosa energia,
adquiere nueva experiencia de la vida y se forman nuevas convicciones morales, las mâs felices de las cuales son los
modlsmos, proverblos y refranes.
Hay quien dice que los refranes son fragmentos o resûmenes
de cuentos, anécdotas e historias, conocidos por todos y que
por lo tanto no hay necesidad de explicar. Algunas moralejas que aparecen al final de un cuento o de una fâbula se han independizado y han sobrevivido transformadas en refranes,
o bien eran refranes que existian previamente y a partir de los cuales se imaginé la historia. Esto fue lo que sucedié en la
fâbula de Samaniego que termina con esta reflexiôn, que ya
existia antes como verdadero refrân; Aunque la mona se vista
de seda, mona se queda.
11. Apéndice. "Y porque es lo que tengo mâs a mano
, voy a dar de mano a
este articulo, que yo quisiera me resultara de mano maestra,
pero que no estâ en mi mano hacerle digno de tai favor; porque,
NOTAS SOBRE MODISMOS, PROVERBIOS Y REFRANES 225
como dijo el otro, ; buenas manos tiene Maria Santisima para criar polios o para cebar gorrinos!
Si a mano viene, no faltarâ quien diga que en buenas manos estâ el pandero; pero ese mismo, y, también si leega a mano, puede que diga, por detrâs, que aunque me comiera las manos un cerdo, poco se perdia, i Dios tenga de su mano a los que tai
hablen!
Yo tengo poca mano con criticos y literatos , a quienes les alargo la mano pocas veces, de aqui que todos se den la mano
para tratarme por igual; y lo digo porque no soy de los que les
gusta tirar la piedra y esconder la mana; y aunque pudiera evitar esto, que estâ en mi mano, no quiero hacerlo; y lo mismo
se lo digo a ellos cuando me los encuentro a mano o de mano a
boca. No me importa que me fustiguen con mano firme , con mano fuerte y con mano dura, porque ya doy de mano , que hago motivo para ello y que esa es su misiôn, de tai modo , que antes se cortarian la mano derecha, que dejar de hacerlo asi .
Pero basta de digresién, manos a la obra y que Dios ponga
tiento en mis manos, pues en ellas, Senor, encomiendo mi alma . Era D. Juan ( que es el primer nombre que se me viene a
las manos) un artista que teilla unas manos divinas para el
ejercicio de su profesiôn de carpintero, y que tenia mucha mano
con arquitectos, maestros de obras y demâs, a quienes hacia
toda la mano de obra de sus contratas; asi es que rara vez se le
veia de manos cruzadas, pues por lo general, le faltaban manos
para cumplir sus compromisos, conociéndose a la legua todo el trabajo que salia de sus manos; porque tenia la suerte de que
en todo cuanto ponia mano le salia bien. Tenia , sin embargo, una mujer que, a pesar de que parecia que habia puesto su
mano Dios en ella y que habia derrochado en su cara las gracias
a manos llenas, tenga tan mala mano, que turbaba en parte la felicidad de D. Juan.
Queriala, no obstante, el buen sefior, que a todo el mundo decia que era sus pies y sus manos, porque no solo teilla buena
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mano para los quehaceres de la casa, en los cuales era para D.
Juan su mano derecha; para coser y marcar tenia unas manos
primorosas, y en cuando a guisar, encanto de D. Juan que era muy glotôn, jamâs se le fue la mano en especias ni otros cosas
que pudieran estropear un guiso. Desde que pidid su mano a los padres de Maria, se le vio contento, y cuando alguien le
objetaba que su futura no tenia un carâcter parecido al de él,
solia replicar= -i Tampoco los dedos de la mano son iguales , y sin embargo
estân juntos! También ella era glotona, y cuando se ponia a corner mano
a mano con su esposo, no tenian manos para coger todo lo que
les quedaba a mano sobre la mesa.
Era ella manirrota, o lo que es lo mismo, gastadora o
derrochadora. otros dicen que tienen las manos rotas; pero a
él le parecia que teilla un agujero en la mano, no era defecto,
porque en este vicio se daban la mano, y no tenian que echarse nada en cara; y como ambos vivian del trabajo de sus manos,
lo que cogian con una mano lo soltaban con la otra.
Alguna vez la muchacha ponia la mano encima a D. Juan,
que a solas la amenazaba con cortarle la mano por tener la mano larga; pero lue go se consolaba con la reflexiôn de que
manos blancas no ofenden; y pasado alpin tiempo, le sentaba la mano de lo lindo, y la volvia suave, docil y humilde, aunque
habia jurado no ponerle la mano encima.
Ella se vengaba en no trabajar y estar todo el dia mano
sobre mano, de modo que parecia que tenia las manos de
adorno; y como, apesar de todo, D. Juan era un Juan Lanas,
como la reprendiera, ella le volvia la mano y le arrimaba can-
dela hasta que le dohan las manos de pegarle. Un vecino, que, dicho sea de paso, no sabla donde tenia la
mano derecha y que habia murmurado de ella ante su marido,
que le replicé que por su mujer ponia las manos en et fuego, le dio un remedio, que le sentô a Maria como mano de santo, y
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por cuya razén se puso tan furiosa, que cogia et cielo con las manos y se mordia las manos de coraje , porque, en realidad, no habia motivo para tanto.
Le dijo el tal vecino a D. Juan que un objeto que sobre una cômoda habia puesto con su propia mano el pobre carpintero , y que habia desaparecido, se lo habia llevado otro vecino, que llegô con sus manos lavadas, cuando el tal objeto lo habia recibido D. Juan. de mano de persona a quien estimaba mucho , porque en diferentes ocasiones le habia tendido una mano para ayudarle.
Y como D. Juan seguia la mâxima de que lo que hagas con la mano derecha que no lo sepa la izquierda , se callô como un zorro, y estrechando la mano del vecino para despedirle , se fue a su casa. Su mujer, juraba con las manos en alto y puestas en cruz, que nadie habia puesto la mano en nada que a él le
perteneciera, ni aun en ella misma, ni conocia a nadie que tuviera las manos largas para llevarse lo que no era suyo .
Viendo D. Juan que se le iba de las manos o de entre las manos la felicidad, y que no habia dejado Dios de su mano a su
pobre mujer, empezô a abrir la mano con ella tanto, que no comia cosa que no viniera de su mano. Mientras no la cogiera con las manos en la masa, no creeria nada, aunque se lo digeran con un Cristo en la mano, coglale con una mano al que le iba con tales enredos y le ponia de `rnanitas"en la calle; ninguno se escapaba de sus manos, y si era hombre se tomaba la justicia
par su mano, sacudiéndole la mano que era un gusto, y si era chico decia que no le castigaba de ese modo por no llenarse la mano de mocos o de babas, o lo que es lo mismo , por no ensuciarse las manos. Faltândole ella le faltaba su mano derecha y se quedaba atado de pies y manos , y como por otra parte le faltaban manos para trabajar, no queria ver su hacienda en manos ajenas, ni en manos extranas , ni dar su mano a torcer, y no se volviô a poner de manos por cosas tan insignificantes.
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Trabajaba todo el dia sin quitar mano, con la conciencia del
que no ha manchado nunca sus manos con lo que no es suyo,
pero a veces tenia que epretar la mano en el precio, por si iba alguien de manas vacfas y le hieran mâs encargos.
Cuando anochecia y ya no se velan los dedos de la mano,
iba a la taberna a echar una mano de mus con unos amigos
que vivian, el uno a mano derecha y el otro a mano izquierda de su casa.
De este modo vivieron los dos seres a quienes la Providencia
no dejé de su mano un solo dia, hasta que la mano del destino
los llevd de la mano a disfrutar de la bienaventuranza eterna."
( Del Diccionario de Modismos de Ramôn Caballero, 1947).
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