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INSTITUTO DIOCESANO DE CATEQUESIS SAN PÍO X
DIÓCESIS DE SAN LUIS
NUEVO TESTAMENTO
LIBROS HISTÓRICOS
LIBROS DIDÁCTICOS
LIBROS PROFÉTICOS
SAGRADA ESCRITURA II
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INSTITUTO DIOCESANO DE CATEQUESIS SAN PÍO X
DIÓCESIS DE SAN LUIS
NUEVO TESTAMENTO
LIBROS HISTÓRICOS
I. EVANGELIOS
SAGRADA ESCRITURA II
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I.
NUEVO TESTAMENTO
1. ¿Qué significa la expresión “NuevoTestamento”?
―Nuevo Testamento‖ es lo mismo que ―nueva alianza‖ o ―pacto‖ entre el Padre celestial y
la humanidad concluido con Cristo, quien lo selló con su Sangre derramada por nuestros pecados y
por nuestra salvación.
Jesucristo nos habla en la Última Cena de su Sangre como fundamento de la nueva alianza
con la humanidad (Lc.22,20; I Cor. 11,25). Esta nueva alianza - que sucedió a la antigua (II Cor.
3,6; Gál. 4,24; Heb. 8, 6; 9,15; 12,24)-, está ordenada a la salvación de todos los hombres.
Desde el siglo II la Iglesia ha dado el nombre de ―Nuevo Testamento‖ a la colección de
libros sagrados escritos en el primer siglo. Esta colección fue colocada junto a la de los escritos del
Antiguo Testamento con la misma autoridad que ellos.
2. Número y división de los Libros del Nuevo Testamento
Los libros del Nuevo Testamento son 27, se hallan enumerados en el decreto del
Concilio de Trento que se publicó en el año 1546.
Estos libros según la Tradición, se dividen en Históricos, didácticos y proféticos. En la
actualidad, debido sin duda al estudio desarrollado de los géneros literarios, algunos han preferido
dividirlos en Evangelios, Hechos, Epístolas y Apocalipsis.
Los nombres de los llamados libros históricos son:
Evangelio según San Mateo,
Evangelio según San Marcos,
Evangelio según San Lucas,
Evangelio según San Juan
Hechos de los Apóstoles.
Los didácticos son 14 Epístolas o cartas de San Pablo:
a los Romanos,
2 epístolas a los Corintios,
a los Gálatas,
a los Efesios,
a los Filipenses,
a los Colosenses,
2 epístolas a los Tesalonicenses,
2 epístolas a Timoteo,
a Tito,
a Filemón,
a los Hebreos.
También corresponden a este grupo el cuerpo de 7 epístolas católicas, es decir, sin
destinatarios particulares:
4
2 epístolas de San Pedro,
3 epístolas de San Juan,
1 de Santiago,
1 de San Judas Tadeo)
Libros Proféticos: solo uno
el Apocalypsis de San Juan.
3. Formación del Canon del Nuevo Testamento
Los cuatro evangelios, así como las cartas de San Pablo (excepto la carta a los Hebreos)
fueron reconocidos como de origen divino ya hacia la segunda mitad del siglo I y de estas cartas ya
nos habla San Pedro en II Pe. 3,16
El canon completo del N.T. aparece citado por Orígenes (185-254), San Atanasio (295-373),
San Agustín. Y a partir del siglo V en el decreto del Papa Gelasio y demás documentos y Concilios
de la Iglesia.
Su conservación aparece clara atendiendo a la historia del texto y a los códices que se
conservan en pergamino a partir del s. IV
II.
LOS EVANGELIOS
INTRODUCCIÓN
1. ETIMOLOGÍA
anggelion
eu
bueno yo anuncio,
comunico un mensaje, una noticia
Una buena noticia, pero no cualquier noticia. Expresa un juicio de valor sobre la noticia que
se da y, ésta, es ―buena‖.
2. SENTIDO
a. Para los paganos
Noticia alegre, con matiz de triunfo, victoria. La palabra tiene en si una alegría.
Es un don de los dioses, por lo tanto se agradece con un sacrificio cultual a los
dioses. Por la noticia buena el portador se hace acreedor de un regalo.
El primer evangelio es el anuncio del nacimiento del César, pero también lo son los
hechos importantes de su vida como su entronización, la mayoría de edad, victorias,
etc.
También el sentido de proyectar algo bueno para el futuro.
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b. En la biblia griega
Traduce la palabra hebrea basser y besorah.
Evangelizar en el sentido de buena noticia: Is. 40,9; 52,7; 62,6; 61,1-2; Sal. 40,10;
96,2-3.
Para los judíos: tiene mucho que ver con el Mesías, el Rey, la restauración de Israel y
la llegada del Reino.
Mensaje alegre. Premio por el mensaje. Se da la noticia y según sea se recibe premio
o castigo.
3. TEMAS QUE APARECEN COMO “BUENA NOTICIA” EN EL A.T.
a. La esperanza escatológica
La proclamación del Reino de Dios.
La participación de los gentiles en la salvación.
Dios trae justicia. Dios trae la salvación.
Mensaje alegre y premio por el mensaje son sentidos que siempre se
conservan.
b. El mensajero: es Dios, los ángeles, los hombres, el Espíritu Santo
c. El contenido de la buena noticia:
Perdón
Aceptación de la oración.
Participación en la vida
El mundo futuro.
El Reino de Dios
Pero hay una originalidad en la revelación bíblica:
CRISTO ES EL ORIGEN DEL EVANGELIO.
La Buena Noticia concluye con la resurrección de Cristo
4. MARCO HISTÓRICO-LITERARIO DEL EVANGELIO
a. A la venida de Cristo: Roma dueña del mundo
En el momento de la venida de Cristo y por lo tanto del Evangelio Roma era el dueño del
mundo.
Nos encontramos en tiempos del reinado de Augusto, es decir, con la ―Pax Romana‖.
Su Imperio era un inmenso territorio protegido por un ejército relativamente pequeño puesto
que contaba con alrededor de 400.000 hombres.
Tengamos en cuenta que la población total era de aproximadamente 50.000.000 de ha-
bitantes.
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Solamente Roma tenía entre 700.000 y 1.000.000 de habitantes, Alejandría 700.000,
Antioquía 300.000.
División en la población:
Ciudadanos romanos
Gentes de derecho peregrino
Numerosos esclavos.
Economía:
La agricultura, (cereales, vid, olivo, etc.)
La artesanía (tejido, metalurgia, cerámica)
La ganadería, la pesca y el comercio, tanto local como a gran escala
(importación y exportación).
Comunicaciones:
Vías marítimas por el Mar Mediterráneo en particular.
Calzadas famosas por su utilidad para el movimiento de las tropas.
Ríos navegables también contribuían al transporte.
b. Los judíos
En todo este contexto había decretos en favor de los judíos:
La exención del servicio militar sin necesidad de pagar otro tributo en razón
de la observancia del sábado y de sus normas alimenticias.
La celebración de sus ritos.
La eximición de alojar al ejército romano.
Gobierno
Herodes (+ 4 a.C.): Fue un príncipe de estilo helenista pero de origen árabe.
Nunca hizo amistad con los judíos piadosos. Para atraerlos activará la
reconstrucción del Templo, y así 1.000 levitas aprendieron el oficio de
albañiles para que los obreros no profanaran la parte sagrada. Su gobierno fue
próspero en la economía. Lo sucede su hijo Arquelao.
Instituciones religiosas
El Templo: Bajo todo punto de vista constituye el centro de Israel, en
particular porque significaba la presencia de Dios. Podemos distinguir tres
períodos:
1º Construcción por Salomón y destrucción por Nabuconodosor en 587 aC.
2º Inaugurado en 515 pero más modesto.
3º Levantado por Herodes con gran magnificencia.
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El Culto: Se ofrecían dos corderos, además de los sacrificios privados, etc. y otro corde-
ro por el César y otro por el Imperio Romano.
La Sinagoga: Originada en la deportación a Babilonia. Es el lugar de oración y de
lectura y comentario de la Palabra de Dios. Cristo haría muchas veces esto en ellas.
Las Fiestas: Pascua, Tabernáculos, Pentecostés, Purim, Rosh Hashana o Año Nuevo, de
las Semanas, Yom Kippur o de las expiaciones, etc.
Ex 12:17; Ex 23:15-16; Ex 34:18.22; Lv 23:6.34; Nm 28:26; Nm 29:11; Dt 16:10.13-16;
Dt 31:10; II Cro 8:13; II Cro 30:13.21; II Cro 35:17; Esd 3: 4; Esd 6: 22; Ne 8: 14;
I Mac. 10:21; II Mac 1: 9. 18; II Mac 10: 6; II Mac 12: 32; Ez 45: 21; Zac 14: 16.18.19;
Mt 27: 15; Mc 15: 6; Lc 2: 41-42; Lc 22: 1; Jn 2: 23; Jn 6: 4; Jn 7: 2; Jn 10: 22; Jn 13: 1.
El Sábado: El descanso y su misterio. Paralelo Cristo muerto con el descanso de
Dios en el libro del Génesis. Gen 2:1-3; Ex 20: 9-11; Ex 24: 16; Ex 31: 17; Hb 4: 4.
La sociedad judía
El Clero:
1. El Sumo Sacerdote, era la cumbre de la jerarquía
2. Los encargados del oficio del Templo eran los Sacerdotes (7.000) y los levitas (10.000)
El Pueblo:
1. Los Ancianos.
2. La clase media
3. Los necesitados, mendigos, ladrones, esclavos judíos y paganos.
Los Escribas: La mayoría son laicos y eran expertos en la ley. No formaban un estrato
social.
La Mujer: Su sitio es la casa, es algo comparable al esclavo pero también es Hija de
Israel y por tanto tiene derecho vital y dignidad propia.
El Niño: El hijo era absolutamente esencial para el judío. Al nacimientos se siguen
varios ritos, que Cristo quiso cumplir tales como la circuncisión, la presentación en el
Templo y rescate de los primogénitos, la purificación de la madre.
El Matrimonio: Entre los 16 y los 22 años, consistía en un contrato oficial que se llama
«desposorio» y el momento del encuentro que se llama «boda» propiamente dicha.
Grupos político-religiosos
Los Saduceos: Se consideraban como los que tenían el legítimo sacerdocio (de Sadoq). Eran
de la nobleza y acomodaticios con los dominadores de tal manera que buscaban apoyo en
los romanos. Tienen en su poder el Templo, el Culto y el Sanedrín. Son apegados al
Pentateuco. Niegan la resurrección.
Fariseos: significa ―separados‖. Observantes de la ley hasta el escrúpulo, pero sin cumplir
la Ley en sus corazones, fueron severamente reprendidos por el Señor a causa de su falsedad
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Zelotes: Celosos. nacionalistas. Revolucionarios.
Herodianos: Partidarios de Herodes. Buscaban salvaguardar el poder en especial contra los
movimientos mesiánicos.
Esenios: Muy escrupulosos, superaban a los fariseos, vida penitente, monástica.
Samaritanos: Siguen las prescripciones de la ley. Esperaban al Mesías. Tienen relaciones
muy tensas entre los judíos por el lugar donde había que adorar.
II 17: 28-29; Jn 8:48; Jn 4:8-9
Movimientos de conversión:
Bautistas: ej. San Juan
Oposiciones
Al politeísmo romano - el monoteísmo judío.
A la divinización del Emperador Se autoriza al Sumo Sacerdote que rece por el Emperador
pero no que lo invoque.
En los romanos: Desprecio al trabajo manual, afición a los espectáculos, gimnasios, baños
públicos.
En los judíos: Anhelo de la independencia política.
Sublevaciones esporádicas:
Los galileos cuya sangre mezcló Pilatos con los sacrificios a los dioses: Lc 13: 1-2
Teudas y Judas el Galileo: Hch 5: 36-37
Un griego con 4.000 hombres más: Hch 21:37-38
Entre los años 66-70 la revuelta de los judíos y el incendio del Templo por Tito.
5. ¿QUÉ SON LOS EVANGELIOS?
―Cuatro y no más que cuatro son los evangelios reconocidos por la Iglesia‖, pero
propiamente hemos de decir que no hay más que “un solo evangelio” porque una sola es la Buena
noticia anunciada por Jesucristo. He aquí la manera en que nos lo explican los Santos Padres:
San Ireneo: ―Cristo nuestro Señor nos ha dado un evangelio bajo cuatro formas‖.
Orígenes: ―El evangelio es uno en realidad, aún cuando venga de cuatro escritores‖.
San Agustín: ―Son cuatro los libros de un solo evangelio‖.
San Beda: ―Los evangelistas siendo cuatro, no escribieron propiamente cuatro evangelios, sino
uno solo, los cuatro con admirable armonía, en medio de una bellísima variedad.‖
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5. a. Títulos de los evangelios
Los cuatro evangelios han llevado siempre el título de ―Evangelio de Nuestro Señor
Jesucristo según san Mateo, según San Marcos, etc, y no de San Mateo, de San Lucas, etc. para
significar que es uno el evangelio, aunque cuadriforme y que los evangelios no son cuatro.
5. b. Autores
Los evangelios tienen por autor principal a Dios, es decir, son inspirados por Dios. Y han
sido puestos por escrito por los hagiógrafos, autores secundarios. San Mateo, San Marcos, San
Lucas y San Juan escribieron la divina historia de Jesucristo, lo que hizo y enseñó bajo la
inspiración del Espíritu Santo.
San Mateo y San Juan fueron apóstoles de Jesucristo. San Marcos fue discípulo de San
Pedro y San Lucas fue discípulo de San Pablo. Éstos últimos no fueron testigos oculares sino que
recibieron el evangelio a través de las catequesis apostólicas.
5. c. Los signos representativos de los evangelios
San Ireneo fue el primero que relacionó los cuatro misteriosos animales de la visión del profeta
Ezequiel con los cuatro evangelistas:
A San Mateo, se le atribuye el hombre por principiar su evangelio con la genealogía
humana de Jesucristo.
A San Marcos, el león, por empezar a hablar del desierto mansión habitual del león.
A San Lucas, el buey, porque comienza hablándonos del templo de la Antigua Ley,
donde se sacrificaban los bueyes.
A San Juan, el águila, porque desde la primera palabra de su evangelio se eleva a la más
alta contemplación, a la divinidad.
5. d. Lengua y época en que fueron escritos
Los evangelios fueron escritos en lengua griega, a excepción del Evangelio según San Mateo
que fue escrito en arameo1.
En cuanto a la época, según la manera de hablar de los historiadores y Padres de la Iglesia, se
tiene como la sentencia probable que los tres primeros fueron puestos por escrito entre los años 40
y 70 de nuestra era2
.
5. e. Formación de los evangelios
Desde el día de Pentecostés la tarea esencial de los doce apóstoles es la Predicación
del evangelio. Así aparecen los ―discursos catequéticos‖: Hech 2,14-413. Del mismo
1 El texto del evangelio según San Mateo fue traducido inmediatamente al griego (algunos opinan que el mismo San
Mateo lo tradujo). Pero el original arameo se perdió. Cuando esto sucedió ya existía la versión griega muy usada en el
marco de la evangelización apostólica.
2 Sn. Mt entre el 50 y 55 quizá en Siria; Sn Mc Antes del 60 en Roma; Sn Lc entre el 60 y 63, aparentemente en Roma.
San Juan a fines del primer siglo en Éfeso. Esta es la opinión tradicional y más conforme a los decretos de la Comisión
Bíblica.
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modo, en las epístolas apostólicas aparecen estos discursos ―para transmitir la
tradición, lo recibido‖ (I Cor 11,23-25)4. En ellos se van comunicando (entregando) las
enseñanzas recibidas.
El anuncio del evangelio comprendía:
El reino de Dios: que ya había sido objeto de la predicación de Jesucristo y de sus
discípulos: Lc 9, 1-16; 10, 1-20
El evangelio de Jesús Mesías: es decir, el misterio de la Pasión muerte y
Resurrección y la segunda venida del Señor.
Los hechos y las enseñanzas (palabras) de Jesucristo anunciadas por testigos
oculares.
La gran importancia de la liturgia, con la profesión de fe bautismal: Hech 2,38-41
La gran importancia de la liturgia de la Eucaristía: Hech 2,42; I Co 11,26.
La Transmisión oral: cuando los apóstoles encabezan las diversas comunidades las
tradiciones comienzan a transmitirse oralmente. Luego, como la Iglesia se extiende con
rapidez, es preciso fijar lo esencial porque se multiplica el número de los predicadores.
En las epístolas encontramos:
Esquemas de sermones (lectio e interpretación: Hech 13,33-435, florilegios de la
Sagrada Escritura
Himnos: Fil 2,6-116
Profesiones de fe (Mt 28,19-20)
Reglas para la liturgia, etc.
La instrucción primitiva se hizo de forma oral y posteriormente fue puesta por escrito.
La catequesis evangélica de la que hablamos permaneció durante un tiempo en la
memoria de los recitadores-predicadores hebreos antes de pasar a la escritura.
Antes de que se fijara por escrito
ya había adquirido una forma fija
en la memoria de aquellos predicadores
3 Hech. 2,14-41; 3,12-26; 4,18-12; 7, 1-53 (de San Esteban); 8,26-35; 10,34- 43; 13,16 ss; 26,12-23 etc.
4 También I Co 15,1-5. 5 También Hech 18,28; 28,22-26; Rom 3,9-20, etc.
6 Col 1,15-20; I Tim 3,16 ss, etc.
11
La transmisión
y conservación en la iglesia primitiva
era una actividad
consciente y específica de la misma
Las catequesis eran rítmico – mnemotécnicas y finalmente fueron escritas7. Es probable que
se fueran constituyendo colecciones agrupando las palabras del Señor, los relatos de la Pasión,
apariciones de Jesús resucitado, etc. El ejemplar de esto lo hallamos en el prólogo del evangelio
según San Lucas (Lc. 1,1ss.)
Cuando la Iglesia pasó a ser bilingüe y se facilitó el hecho de la traducción del arameo al
griego.
El punto de partida de la tradición evangélica (transmisión, entrega) lo constituyen las
enseñanzas de Jesús. El resto de la elaboración lo hacen los testigos oculares y/o ministros de la
Palabra de Dios.
Cicerón, uno de los más grandes oradores romanos,
tenía a su servicio tres taquígrafos que lo seguían a todas partes apuntando lo que decía.
Sin embargo, Cristo,
que aparentemente lanzó su evangelio como el sembrador que siembra al voleo,
depositó su palabra en receptáculos vivientes
que fueron más fieles que los taquígrafos de Cicerón.
Algunas obras de Cicerón se han perdido,
pero la Palabra del Señor permanece para siempre.
La predicación del evangelio fue esencialmente oral.
La religión de Cristo no se funda en un libro
sino en la predicación y acciones del Maestro
5. f. Género literario
El género literario evangélico es único y singular por su personaje principal – Jesucristo-. Es
un estilo sin precedente en la literatura religiosa.
Características principales
Son históricos: porque son documentos fidedignos que nos refieren los hechos y
enseñanzas del Verbo de Dios hecho carne. La historia ocupa un punto principal
en la intención de los evangelistas y en el contenido de los evangelios (Jn 1,11-
128)
Pero no son históricos en el sentido moderno pues poco interés tenían los
7 Fueron escritas entre los siete y sesenta y tres años después de la muerte de Jesús
8 Narran las gestas de Dios que vino a los suyos y que pasó haciendo el bien. También Hech. 10,38; Mc. 7,36-37, etc.
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evangelistas por transmitirnos detalles biográficos o espacio – temporales; pero
tampoco son una revelación velada ni falsa pues su manera de escribir historia.
Son teológicos: Contiene la PLENITUD DE LA REVELACIÓN, que es el
VERBO DE DIOS HECHO HOMBRE (El Verbo Encarnado) CENTRO Y
OBJETO DE LA TEOLOGÍA.
Son Apologéticos: porque exponen la verdad de Cristo: palabras y obras,
buscando su conocimiento y aceptación. No intentan exponer una justificación de
algunas tesis sino que solo narran lo que sucedió.
Se llaman SINÓPTICOS los tres primeros evangelios
Porque se puede establecer entre ellos una visión de conjunto9.
Contienen esquemas rítmicos tradicionales. Una de las características de los
esquemas rítmicos orales es el paralelismo.
Contienen palabras repetidas con un fin mnemotécnico, a veces en formas de
estrofas que se traban unas con otras10
. Su conformación no es estética ni mágica
como la de los poemas paganos. Si es una composición meticulosamente
ordenada para ser aprendida de memoria, retenida de generación en generación.
Su fin es retener y conservar.
Los evangelios no son libros escritos sino que son libros puestos por escrito
bastante tiempo después de haber sido transmitidos oralmente.
La cuestión sinóptica
Cuando los judíos dispersos entre los griegos transmiten en griego el texto hebreo o
arameo surgió un nuevo calco griego sobre el arameo y, de este modo, surgieron algunos problemas
pues algunos de ellos utilizaron otros esquemas. Y así sucedió que dos o tres predicadores pueden
verter de modo diferente en griego un mismo texto – suceso escrito en arameo. De allí viene el
misterio de la CUESTIÓN SINÓPTICA en la cual hallamos una ASOMBROSA
COINCIDENCIA y una ASOMBROSO DISCREPANCIA pues si no se leyeron mutuamente,
parece imposible que coincidan tanto. Y si se leyeron mutuamente, parece imposible que
discrepen tanto.
En realidad no se leyeron mutuamente,
pero los tres primeros evangelistas oyeron a un mismo recitador, CRISTO,
el protagonista de sus escritos.
9 Cfr. P. CASTELLANI, LEONARDO: Se deben llamar ―sinacústicos‖ porque el evangelio ha de ―escucharse‖ y no
―mirarse‖.
10 Pero no debemos confundir este estilo con el estilo oral de la poesía moderna. Son ―poesía‖ pero no como la nuestra
con sus reglas de ritmo y rima.
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Memorizaron lo que escucharon y finalmente vertieron en griego lo que habían retenido en la
memoria según los esquemas hebreos de memorización11.
Y cuantos escribieron no partieron de un
―texto escrito‖ sino de la palabra escuchada y retenida.
En los evangelios se da una coincidencia literal, si bien no en las expresiones, si, en el
sentido de las mismas. Todos estos hechos fueron hallados por los investigadores, no en orden
cronológico, sino en sentido inverso. Así al hacer la traducción al arameo de algunas perícopas
(texto) del evangelio que eran paralelas (por ejemplo la multiplicación de los panes), se fundían en
una y desaparecían las divergencias aparecidas en el texto griego. Con esto se soluciona la cuestión
sinóptica12
.
Por lo tanto, estamos seguros que el contenido de los evangelios procede de Cristo y ha
llegado fielmente a nosotros, más fielmente que si Cristo hubiera escrito a máquina o hubiese
enviado a al imprenta sus escritos originales.
El Mesías depositó su Palabra en una muchedumbre de imprentas vivientes, celosas,
testigos inspectores y correctores. Así quiso la providencia enseñarnos el libro más precioso que
han recibido los hombres en su vida y en su historia.
5. g Autenticidad, Integridad y Veracidad de los Evangelios
Las pruebas de la autenticidad13
de los evangelios se pueden compendiar por:
Por la índole o redacción y estructura interna de las historias evangélicas, en las cuales
se ve claramente que sus autores eran testigos oculares (Sn. Mt. y Sn. Jn.) o contemporáneos
(Sn. Mc., Sn. Lc.) de los sucesos que narran.
Por la imposibilidad de todo fraude en cosa de tanta trascendencia o sea tan importante
y esencial, dada la vigilancia de los apóstoles que no hubieran permitido que se abusara de
su nombre para engañar a los fieles y por la firme creencia de los cristianos.
Por el testimonio del pueblo cristiano, o sea, por la tradición no interrumpida junto con el
asentimiento de muchos paganos sin contradicción de los enemigos de aquel tiempo. Ya a
mediados del s. II, en la Iglesia, se tenían por auténticos los cuatro evangelios y se los
distinguía de los demás escritos apócrifos.
Por el testimonio de testigos antiquísimos como los son San Clemente Romano, tercer
sucesor de San Pedro en el papado, San Ignacio de Antioquia, discípulo de San Juan
evangelista, San Justino, apologista y mártir, San Ireneo , obispo de Lyon, discípulo de San
Policarpo que fue a su vez discípulo del apóstol San Juan. He aquí las palabras de éste
último:
―Mateo publicó el evangelio entre los hebreos y en su lengua en la época
que Pedro y Pablo predicaban el evangelio en Roma y fundaban la Iglesia.
11 Los hebreos, como todas la civilizaciones orientales, tenían sus ―recitadores‖, los ―tannaim‖, que eran los que
recitaban las tradiciones de la patria. Eran libros vivos, encarnaban las tradiciones. A esta ―profesión‖ se dedicaban en
círculos reducidos. El portador de la tradición oral se llama ―RABBÍ‖, (que significa, ―maestro‖). Él confiaba la
tradición a sus discípulos o ―talmidín‖ y éstos la aprendían cuidadosamente de memoria.
12 Así muchas veces la oscuridad que hallamos en algunos textos de la Sagrada Escritura no provienen tanto del
original como de la traducción. Los clisés arameos no son traducibles siempre idénticos al griego o al latín y así sucede
que dos o tres recitadores pueden verter de modo diferente en griego una misma construcción aramea.
13 Un libro es auténtico cuando ha sido escrito en la época que se le asigna y por el autor/es a quien se le atribuye.
14
Más tarde Marcos, discípulo y secretario de Pedro, nos transmite por
escrito las verdades que enseñaba este apóstol. Lucas, discípulo de Pablo,
escribía en un libro el evangelio que predicaba su maestro. Finalmente,
Juan, el discípulo predilecto del Señor, publicó un evangelio mientras
residía en Éfeso, en Asia... Tal es la certeza de nuestros evangelios , que
hasta los mismos herejes los reconocen y testifican‖
Los cuatro evangelios son veraces14
:
Porque los evangelistas no podían engañarse mutuamente en sus escritos:
Porque los hechos que narran eran recientes, públicos y conocidos por todos.
Porque lo que narran lo habían visto o recibido de boca de testigos oculares dignos
de fe y eran conocedores de los usos y costumbres e ideas religiosas de entonces.
Porque los evangelistas no quisieron engañar en lo que escribían. Esto se demuestra
por
Por su estilo sencillo y lleno de candor. Y también por las mismas variantes
accidentales sobre un mismo hecho entre los sinópticos.
Porque de sus narraciones no pudieron esperar ningún provecho material, antes bien
alcanzaron persecución y martirio, pudiendo decir Pascal: ―Yo creo fácilmente las
historias cuyos testigos se dejan degollar en comprobación de su testimonio‖
Porque la crítica enemiga los ha examinado con la mayor prevención y saña como
jamás se haya examinado libro alguno y no ha podido encontrar error o falsedad.
Porque los evangelistas no hubieran podido engañar aunque hubieran querido se
prueba :
Porque todavía vivían numerosos testigos presenciales de los hechos que nos narran
en los evangelios y hubieran protestado. Y los mismos enemigos del cristianismo no
hubieran dejado de descubrir la impostura.
Porque se trata de hechos conocidos y narrados por los historiadores profanos y
controlados por los monumentos de la época y de los mismos judíos enemigos.
Los evangelios son íntegros15
:
Es decir han llegado íntegros hasta nosotros, conservándose como salieron de las manos de
sus autores, sin mutaciones esenciales. Y si se nota alguna que otra variante es accidental y debida a
errores de copistas o de traductores.
14 Un libro es veraz cuando el autor no puede ser sospechoso de error y de mentira.
15 Un libro es íntegro cuando ha llegado hasta nosotros sin ninguna alteración.
15
III.
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
A. GENERALIDADES
1. Autor
San Mateo, junto con San Juan Evangelista es Apóstol y testigo ocular de los hechos que
relata. Su nombre, (Matanyah), significa "Don de Dios" o "Dios hizo gracia".
Cuando San Mateo se nombra en su Evangelio, añade "el publicano"16
, y por eso algunos
piensan que eran dos personas distintas. Los demás Evangelios le dicen Leví. Sin embargo, no es el
único personaje bíblico que lleva dos nombres, sino que hay otros como, Juan Marcos, José
Bernabé, etc.
Hijo de Alfeo, era publicano. Tenía el telonio en Cafarnaúm, punto de mar y ciudad
fronteriza y por lo tanto de comercio, donde el cobro de impuestos era importante por la
mercadería17
. Es en esta situación en que el Señor encuentra a San Mateo y lo llama a su servicio.
Después de la Ascensión del Señor, San Mateo predicó la fe a los judíos palestinos durante
algunos años. Se narra su predicación en lugares diversos. Su cuerpo se guarda en la Cripta de la
Catedral de Salerno.
En iconografía y arte, se representa a S. Mateo al dictado de un ángel y con figura de joven
sosteniendo el Evangelio. Se le representa con un hombre por el hecho de comenzar su libro con la
genealogía de Jesús.
En lo primeros siglos, La Didaché, Papías de Hierápolis, San Clemente Romano, San
Policarpo, entre otros, testimonian que San Mateo fue realmente el autor de su evangelio. El
evangelio es conocido desde el s. I y es citado unánimemente a partir del Siglo II.
2. Finalidad
El fin de San Mateo es señalar a Cristo, el Mesías Prometido, el Hijo de David; mostrar
cómo en Él se cumplen las Escrituras, más aún, cómo toda la riqueza del Antiguo Testamento se
expande, se derrama en el Nuevo.
El hecho que el evangelista sea también judío y testigo ocular de lo que narra, da una
especial fuerza a los textos: Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por
medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre
Emmanuel, que traducido significa: Dios con nosotros. (Mt. 1: 22-23)
Así, en muchos lugares de su Evangelio, cita una profecía veterotestamentaria para explicar
aquello que sucede en la plenitud de los tiempos. Constantemente, muestra cómo el Antiguo
Testamento es figura del Nuevo, y cómo el Nuevo plenifica al Antiguo.
16 El oficio de publicano era muy mal visto por los judíos ya que quienes lo ejercían eran considerados de algún modo traidores a su
pueblo porque cobraban los impuestos para el imperio Romano.
17 Algunas obras artísticas sobre él son "La vocación del Publicano" de Caravaggio, "La comida en casa de Leví" de El Veronense y
en música, "La Pasión según San Mateo" de Juan Sebastian Bach.
16
3. Destinatarios
El Primer Evangelio está escrito por un judío y destinado a los judíos, los judeocristianos.
(Así nombrará Orígenes a los creyentes venidos del Judaísmo). Es notorio que tiene 41 citas del
Antiguo Testamento de las cuales 36 dicen: "como dice el profeta" o "para que se cumpliera la
Escritura": ―Ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta‖
(Mt. 2:5). ―Para que se cumpliese lo dicho por los profetas que sería llamado Nazareno‖
(Mt. 2:23).
Además comenta los usos palestinos que interesan a los destinatarios:―Todas sus obras las
hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas
del manto;
(Mt. 23:5)18
4. Fecha de composición
Se la ha ubicado entre los años 42 y 80, sin embargo se tiene como más probable alrededor
del año 50. El original arameo desapareció, y desde muy antiguo se usa la versión griega, la cual es
conocida por los escritores de los siglos I y II, 19
B. CARACTERÍSTICAS LITERARIAS
1. Lengua del Evangelio
Algunos escritores antiguos, (Papías de Hierápolis, San Ireneo de Lyon, Eusebio de Cesarea
y San Jerónimo), cuando hablan de la lengua que usó San Mateo para escribir su evangelio la
nombran diciendo ―lengua hebrea‖ o ―dialecto hebreo‖.
Si bien se dice que lo escribió ―en hebreo‖ no debe olvidarse que el hebreo del tiempo de
San Mateo es el arameo 20
. Para la exégesis se usa la versión griega que es la que la Iglesia recibió y
siempre aceptó como canónica. San Mateo mismo pudo hacer la traducción. Además ésta versión es
más fácil de interpretar.
Esta versión parece ser la traducción del original arameo por ciertas expresiones comunes
entre los judíos y propias de su lengua, así por ejemplo: Reino de los Cielos, mi Padre que está en
los Cielos, Cumplimiento de la Ley, la Ley y los profetas, repeticiones, inclusiones o expresiones
numéricas, etc.
2. Otros géneros literarios menores
También son usados por San Mateo para la composición de su Evangelio. Dentro de los
cuales sobresale:
La parábola
Se encuentran también discursos (sobre la misión de los Apóstoles, discurso ecl-
esiástico, apocalíptico etc.)
18 Mt. 15:2; Mt. 23:23
19 entre ellos, en la Didaché, la Epístola de Bernabé, San Clemente Romano, San Ireneo, San Policarpo.
20 El hebreo propiamente dicho se había perdido en la época de la cautividad. Por ejemplo, en la sinagoga se
proclamaba la lectura en lengua litúrgica, esto es, el hebreo, pero como en ese entonces ya no se comprendía, se hacía a
continuación la traducción en arameo. Por tanto, cuando se dice dialecto hebreo se debe entender arameo.
17
Podemos finalmente nombrar las lamentaciones (ej. contra los hipócritas).
Es cuidado en la gramática y desarrolla su obra de manera más lógica que el resto de los
Evangelios, (San Marcos, por ejemplo, es más popular, más cercano a la lengua hablada).
Presenta con más hieratismo y solemnidad las palabras de Jesús propios de Cristo
glorioso, Señor de la Iglesia: ―Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al
Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo
quiera revelar‖. (Mt 11:2721
)
Tiende a generalizar por medio de los adjetivos "todos", "nadie" y otros: ―Entonces
Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a
todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había
precisado por los magos‖. (Mt 2:16)22
En cuanto a los recursos literarios encontramos en el primer evangelio:
Inclusiones semitas23
Paralelismos24
Repetición de Fórmulas.
Es muy notorio el sentido Teológico de los lugares geográficos.
Por ejemplo, al decir Galilea de los paganos: ―Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí,
camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles!‖ (Mt 4:15) o al nombrar
a Egipto, refiere un nuevo Éxodo o el bajar de Jacob a Egipto, pero ahora lo cumple
el mismo Mesías: ―Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera
el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo. (Mt 2:15)25
.
Penetremos el paralelo:
Jacob baja a Egipto. Luego hay un Éxodo de Israel. Ya se está anunciando lo que
sucederá en la plenitud de los Tiempos.
Cristo bajará a Egipto huyendo de Herodes y luego volverá a Nazareth.
Cristo bajará a la muerte de la que Egipto era figura y luego Resucitará
El uso de Números simbólicos es característico de este evangelio. Usa números que en la
Sagrada Escritura tienen importancia (ej. el cinco o el siete).
21 Mt 28: 20
22 Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, (Mt 4: 8).
Su fama llegó a toda Siria; y le trajeron todos los que se encontraban mal con enfermedades y sufrimientos diversos,
endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curó. (Mt 4: 24). Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno
y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. (Mt 6: 2). Al oír
esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan
grande. (Mt 8: 10)
23 Por sus frutos los conoceréis? Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así que por sus frutos
los reconoceréis. (Mt 7:16. 20)
24 Mt 7: 24-27
25 Gen 46: 3-7
18
El número cinco tiene un significado ponderable en el Primer Evangelio. Las cinco partes
del Evangelio referentes al Reino de los Cielos, hacen pensar en los cinco Libros Moisés, el
Pentateuco. Cada una de estas secciones finaliza con una frase similar.
Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba
asombrada de su doctrina; (Mt 7:28)
Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos,
partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades. (Mt 11:1)
Y sucedió que, cuando acabó Jesús estas parábolas, partió de allí. (Mt 13: 53)
Y sucedió que, cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y fue a la
región de Judea, al otro lado del Jordán. (Mt 19:1)
Y sucedió que, cuando acabó Jesús todos estos discursos, dijo a sus discípulos.
(Mt 26:1)
En la multiplicación de los panes, son cinco los panes que había. En el sermón de la Montaña
hay cinco repeticiones del "pero Yo os digo", etc.
También el número siete (7) tiene gran peso y no sólo en el Evangelio sino en general en
toda la Escritura como número de plenitud. El número siete también tiene un lugar
destacado para San Mateo.
Agregando la Infancia y la Pasión del Señor a las cinco partes del Evangelio del Reino,
la obra se divide en siete partes. Hay siete parábolas, siete peticiones en el Padre Nuestro, siete
maldiciones contra los fariseos, etc.
C. TEMAS CENTRALES
1. Evangelio del Mesías, empieza por su Genealogía: El Mesías es Hijo de David, Hijo de
Abraham. En Él se cumplen las grandes promesa del Antiguo Testamento:
―Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. (Mt 1: 1).
―Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: Ten piedad
de nosotros, Hijo de David! (Mt 9: 27). ― Y toda la gente atónita decía: No será éste
el Hijo de David? (Mt 12: 23)
Y la gente que iba delante y detrás de Él gritaba: Hosanna al Hijo de David! Bendito
el que viene en nombre del Señor! Hosanna en las alturas! (Mt 21: 9)
Mas los sumos sacerdotes y los escribas, al ver los milagros que había hecho y a los
niños que gritaban en el Templo: Hosanna al Hijo de David! , se indignaron
(Mt 21: 5)
2. El Mesías es presentado claramente como Dios: Se hace patente la superioridad de Jesús
con respecto al Antiguo Testamento, Dueño del Sábado, superior al Templo, a Jonás, a
Salomón, mayor que la Ley, etc 26
.
26 Mt 1:23; 12:5-6; Mt 12:8
19
3. El es el misterioso Siervo de YHVH de Isaías:
―He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi
alma. He puesto mi espíritu sobre él: dictará ley a las naciones. No vociferará
ni alzará el tono, y no hará oír en la calle su voz. Caña quebrada no partirá, y
mecha mortecina no apagará. Lealmente hará justicia; no desmayará ni se
quebrará hasta implantar en la tierra el derecho, y su instrucción atenderán
las islas‖ (Is 42: 1-4)
.―Él curó a todos los enfermos, para que se cumpliera el oráculo del Profeta
Isaías: ―Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades‖.
(Mt 8,16-17)
4. El es el Hijo del Hombre de que habla el profeta Daniel:
‖Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os
persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las
ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre‖ (Mt 10: 23). ―Vino el
Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis un comilón y un
borracho, amigo de publicanos y pecadores." Y la Sabiduría se ha acreditado
por sus obras. (Mt 11: 9).
También: Mt 13: 37; Mt 13: 1; Mt 26: 64.
5. Es también el Hijo de Dios:
―Y se pusieron a gritar: ?Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? Has
venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?‖ (Mt 8: 29).
También Mt 14: 33; Mt 16: 16; Mt 26:63
6. El Mesías es el Señor de la Iglesia:
―Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi
Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella‖ (Mt 16: 18).
7. Es aquel en quien se cumplen las Escrituras: Sin embargo, no es simplemente
cumplimiento sino término y plenitud de la Ley y los profetas:
―Entonces les dice Jesús: Todos vosotros vais a escandalizaros de mí esta
noche, porque está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del
rebaño‖ (Mt 26: 31).―...y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que
se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a
mi hijo‖(Mt 2:15). ―(...) para que se cumpliera el oráculo del profeta
Isaías: El tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades‖ (Mt
8:17)
8. El Mesías es, finalmente el “Emmanuel”: Desde el comienzo hasta el final del Evangelio,
se promete la presencia del ―Dios-con-nosotros‖
20
Así como el pueblo del Antiguo Testamento creía y esperaba la Shekinah o Presencia de
Dios que bajaba sobre el pueblo en oración, ahora el Dios-con-nosotros está entre nosotros,
dentro de nosotros, ésta es la plenitud del cumplimiento de la profecía:
―He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y le pondrá por
nombre Emmanuel, que significa ―Dios-con-nosotros‖ (Is 7, 14). ―Y he
aquí que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo‖
(Mt 28,20)
9. Evangelio del Reino: Presenta, como una realidad terrenal y celestial al mismo tiempo, el
Reino de los Cielos, (así, como buen judío, lleno de respeto, gusta San Mateo de llamarlo, en
vez de pronunciar la expresión ―Reino de Dios‖
La justicia del nuevo Reino supera a la que Moisés promulgara en el Antiguo
Testamento. La Ley sigue estando viva, pero mirada con nuevos ojos. El antiguo código de
Moisés es llevado por Cristo a la plenitud porque Cristo es el intérprete autorizado de la
Ley:
―No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a
abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán
antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el
que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los
hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que
los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. Porque
os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos,
no entraréis en el Reino de los Cielos‖.
Cristo, Fundador y Legislador del Reino, es el Nuevo Moisés que, desde el Monte
promulga la Ley para el Pueblo de Dios:
―Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le
acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: Bienaventurados los
pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos....(Y lo que sigue )
Mt. 5, 1 ss
Cristo como Doctor, enseña como quien tiene autoridad, perfeccionando la Ley
Antigua
El binomio Moisés-Jesús se destaca mostrando frente a la Ley del Sinaí, la Ley
Nueva en otro monte, el de las Bienaventuranzas.
La justicia por la ley es superada por aquella del Evangelio. La perfección del
cristiano debe ser como la del Padre de los Cielos:
―Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial‖(Mt 5: 48).
También Mt 5, 21-22; Mt 5, 27-28)
Los elementos jerárquicos del Reino aparecen con San Pedro y los Apóstoles.
21
Suele dividirse este Evangelio en dos partes, poniendo la Confesión de San Pedro
como hito divisor (mostrando la voluntad fundacional de Cristo en cuanto a la jerarquía
de la Iglesia):
Díjoles Jesús: y vosotros, quién decís que soy?. Simón Pedro contestó: Tú eres el
Cristo, el Hijo de Dios Vivo. Y Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré Yo mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te
daré las llaves del Reino de los Cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en el
Cielo, y cuanto desatares en la tierra, será desatado en el Cielo. (Mt 16, 15-19)
10. Evangelio Eclesial: El Reino de los Cielos se llega a identificar con la Iglesia por
tanto estamos ante un evangelio especialmente eclesial. La Iglesia se encuentra
prefigurada ya en la asamblea del pueblo elegido. Ya no la de la Antigua Alianza con el
pueblo de Israel sino la de la Alianza nueva sellada con la Sangre de Cristo. El
fundador de esa ekklesia es Jesús que como un nuevo Moisés convoca a sus apóstoles
y a todos los discípulos. El es la Piedra Angular del edificio, la desechada por los
constructores:
―No habéis leído nunca: la piedra que los constructores rechazaron, ésa fue
hecha cabeza de esquina?‖ Mt 21, 42.
Otro elemento significativo es el número de los fundamentos. Israel, la asamblea del
pueblo elegido estaba fundamentado en 12 hijos, en 12 tribus y, he aquí que la Nueva
Iglesia está fundamentada sobre doce piedras, los doce Apóstoles:
“Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos
para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. 1 Y llamando
a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para
expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de
los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano
Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé;
Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo
y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó‖
Otros elementos
La Promesa hecha a Pedro, el poder de las llaves, la garantía de ser oído, la
presencia de Cristo orante, etc
‖Y Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré Yo mi Iglesia y
las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del
Reino de los Cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en el Cielo, y
cuanto desatares en la tierra, será desatado en el Cielo‖. (Mt 16, 18-19).
―Donde dos o tres están congregados en mi Nombre, allí estoy Yo en medio de
ellos‖.
También Mt 18,20
El Reino, la Iglesia, como realidad presente aparece incipiente pero
desarrollándose. Su crecimiento, su alcance universal, y su consumación al fin del
mundo, están presentes en las diversos hechos que narra San Mateo, especialmente
en las parábolas:
22
―Es semejante el Reino de los Cielos a un grano de mostaza...al fermento que
una mujer pone en la masa...a un tesoro escondido en un campo... a un
mercader que busca perlas finas... a una red barredera que se echa al mar y
recoge toda clase de peces‖ (Mt 13).
La misión de Cristo y de los Apóstoles aparece muy clara en la predicación del
Reino:
―Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos,
resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo
recibisteis; dadlo gratis. (Mt 10: 7-8)
La universalidad de la salvación anunciada por los profetas del Antiguo
Testamento se pone de manifiesto en el Evangelio. Jesús es enviado primeramente
a las ovejas descarriadas. Los judíos, los primeros herederos rechazan la gracia de
Cristo y entonces los gentiles son los próximos destinatarios del Reino. En todo esto
no fracasa el plan divino sino que, estando así previsto desde antiguo, al fin se
cumple la Escritura:
―Por eso os digo que se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo
que rinda frutos‖ (Mt 21, 43)
En los últimos versículos del Evangelio, se encuentra un resumen del mismo. La
asamblea de los discípulos, convocados como un nuevo Israel, Jesús, recordando al
Hijo del Hombre que vislumbrado por Daniel, a quien se le dio todo poder, es
adorado como Dios puesto que es más arriba que Moisés
Expresa aquí claramente la misión universal de la Iglesia dando la fórmula
Trinitaria del Bautismo.
―Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les
había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se
acercó a ellos y les habló así: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la
tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar
todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los
días hasta el fin del mundo‖. (Mt 28: 16-20)
11. Sobre los sacramentos
Del Bautismo: Bautismo del Señor27
. Y también la Fórmula Trinitaria:
―Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo‖ (Mt 28: 19).
De la Eucaristía Mt 14: 13-21; Mt 15: 32-39
Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y,
dándoselo a sus discípulos, dijo: Tomad, comed, éste es mi cuerpo. 7 Tomó luego
27 Mt 3:13-17
23
una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: Bebed de ella todos, porque ésta
es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los
pecados. Y os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el
día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre. Y cantados
los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos‖ (Mt 26: 26-30).
De la penitencia: El Poder de Atar y Desatar, de perdonar y retener:
―Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo
lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo‖ (Mt 18:18).
12. Otros temas
El poder de la oración:
―Y todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis‖ Mt 21: 22.
También Mt 6: 5-15. Allí enseña la oración dominical
Episodios sobre S. Pedro: Mt 14: 22-30; Mt 16: 13-28; Mt 17: 24-27
D. MAGISTERIO DE LA IGLESIA
Del autor, del tiempo de composición y de la verdad histórica del Evangelio según San
Mateo: Respuestas de la Comisión bíblica, de 18 de junio de 1911
E. COMENTARIOS
El Evangelio según San Mateo ha sido comentado por muchos Padres y escritores
eclesiásticos, entre ellos podemos nombrar a Orígenes, s. Juan Crisóstomo, s. Cirilo de Alejandría,
s. Hilario de Poitiers, s. Jerónimo, etc.
F. PLAN GENERAL DEL EVANGELIO
El Evangelio según San Mateo consta de siete partes principales:
I- cc. 1-2: Nacimiento e infancia de Jesús
II. cc. 3-7: Promulgación del Reino de los Cielos
III. cc. 8-10: Predicación del Reino de los Cielos
IV. cc. 11-13: Misterio del Reino de los Cielos
V. cc. 14-18: La Iglesia, Primicias del Reino de los Cielos
VI. cc. 19-25: Próxima venida del Reino de los Cielos
VII. cc. 26-28: Pasión y Resurrección de Jesús
24
IV.
EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS
A. GENERALIDADES
El Autor
Se puede encontrar con el nombre de Juan, Marcos o Juan Marcos. Era común tener dos
nombres:
Hch 12: 12-14: ―Consciente de su situación, marchó a casa de María, madre de Juan,
por sobrenombre Marcos, donde se hallaban muchos reunidos en oración‖.
También en Hch 15: 37-38: ―Bernabé quería llevar también con ellos a Juan, llamado
Marcos. Pablo, en cambio, pensaba que no debían llevar consigo al que se había
separado de ellos en Panfilia y no les había acompañado en la obra‖.
La tradición dice que en su casa se celebró la Última Cena, y que fue el hombre del
cántaro que los discípulos debían seguir para encontrar la casa.
Según s. Pedro, fue bautizado por él:
I Pe 5:13-14 ―Os saluda la que está en Babilonia, elegida como vosotros, así como mi hijo
Marcos‖.
Se piensa que puede haber sido de los 72 discípulos que Jesús mandó a predicar. Era familiar
de Bernabé y fue compañero de s. Pablo y del mismo Bernabé en el viaje apostólico que se narra
en Act 12,13.
En el año 61-63 está con s. Pablo en Roma:
Col 4:10 ―Os saludan Aristarco, mi compañero de cautiverio, y Marcos, primo de Bernabé,
acerca del cual recibisteis ya instrucciones. Si va a vosotros, dadle buena acogida 28
.
Entre los años 63-64 está con s. Pedro también en Roma (cf. supra 1 Pe 5, 1.)
Posteriormente parece que se va a Oriente.
Testimonios de los Padres: Papías de Hierápolis, Eusebio de Cesarea, s. Justino, s. Ireneo de
Lyón, y también herejes como Marción de Sínope y Tertuliano29
.
Aparece con mucha familiaridad con s. Pedro. Así es el modo con que narra la vocación de
aquel, su casa y sus hechos. Además omite todo lo que podría ser una alabanza de s. Pedro. Eusebio
de Cesarea atribuye esto a que San Pedro omitía todo elogio a su persona en su predicación por
humildad.
28 Flm 24-25 "Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores....‖
29 GER, Voz ―Marcos
25
Se refleja como judío:
1. Por el conocimiento de palabras hebreas que traduce para sus oyentes como ―talita qum‖ y
―effeta‖
2. Por el conocimiento de costumbres judías que explica para los mismos: Por ejemplo:
―Y ya al atardecer, como era la Preparación, es decir, la víspera del sábado, vino José de
Arimatea, miembro respetable del Consejo, que esperaba también el Reino de Dios, y tuvo la
valentía de entrar donde Pilatos y pedirle el cuerpo de Jesús‖ (Mc 15: 42-43).
También Mc 7: 1-5; Mc 14: 12.
B. CARACTERÍSTICAS LITERARIAS
S. Marcos es quien tiene menos pretensiones literarias de entre los tres evangelistas
sinópticos, de tal modo que su lenguaje es casi el coloquial de su época.
Sin embargo hay imágenes muy vivas.
1. Penetra los sentimientos de las personas. Muestra a Jesús:
Conmovido: ―Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: « Quiero;
queda limpio‖. (Mc 1: 41). También Mc 6: 34; Mc 8: 2, etc.
Encolerizado: ―Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón,
dice al hombre: « Extiende la mano. » El la extendió y quedó restablecida su mano‖
(Mc 3: 5).
También: Mc 8: 33
A las mujeres aterradas: Mc 16: 8
A San Pedro: Mc 9: 6
2. Se encuentra en varias partes el uso de diminutivos:
Hijita: ― Y le suplica con insistencia diciendo: « Mi hijita está a punto de morir; ven,
impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva. »‖ (Mc 5: 23)
Chiquillo: ―Y tomando un niñito, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y
les dijo: « El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me
reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado. »‖ (Mc 9: 36-37).
También: Mc 10: 13-15.
Perrillo: ―El le decía: « Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar
el pan de los hijos y echárselo a los perrillos. » (Mc 7:27)
Barquilla: Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una
pequeña barquilla, para que no le aplastaran. (Mc 3:9)
3. Otra cosa que hace son giros populares que parecen redundantes. Por ejemplo:
26
Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de
donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla
donde yacía el paralítico‖. (Mc 2: 4)
También Mc 15: 25-27
4. Hace hincapié en lo que quiere que sea recordado por el oyente. Por ej. en la curación
del paralítico, el perdón de los pecados. Jesús declara el perdón, los fariseos se preguntan y
Jesús vuelve a repetir lo que había dicho:
―Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: « Hijo, tus pecados te son
perdonados. » Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus
corazones: « ¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede
perdonar pecados, sino Dios sólo? » Pero, al instante, conociendo Jesús en su
espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: « ¿Por qué pensáis así en
vuestros corazones?¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son
perdonados", o decir: "Levántate, toma tu camilla y anda?" Pues para que
sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -
dice al paralítico -: "A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa." »
(Mc 2: 5-11)
5. Repetición de esquemas30
: Mc 1: 5-27 ; Mc 8: 22-26; Mc 7: 32-36; Mc 6: 1-2;
Mc 1: 26-27
Se ven claramente pues los esquematismos propios de la tradición oral
6. Como ya hemos visto en la introducción general los esquemas son relatos cortos que
tiene por finalidad remarcar una sentencia, por ejemplo, de Cristo.
7. Su evangelio tiene mayor carácter semita. Sin embargo los destinatarios no eran
judíos sino los fieles de la gentilidad. Por eso interpreta los vocablos arameos o
explica las costumbres judías y omite lo que no interesaría a los paganos: Mt 5: 1-12
con Mc 12: 37-40
8. S. Marcos también omite muchas citas de la Sagrada Escritura que s. Mateo se
preocupa de destacarlas.
9. Destaca cómo la predicación debe ser a los gentiles.
10. También tiene presente, según algunos, a los lectores latinos ya que muchos
latinismos se habían introducido en el griego vulgar, por ejemplo: denarion,
spexoulaton, fragellow.
C. FINALIDAD DEL EVANGELIO
El evangelista San Marcos quiere presentar a Jesucristo como Hijo de Dios:
―Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios‖ (Mc 1: 1).
30 Mc 4:39-41
27
También se destaca el aspecto mesiánico con otros títulos, por ejemplo el de Señor.
Perdona los pecados, es Señor de los ángeles. Cuando discute con los escribas y les hace ver su
trascendencia, a veces como en 10, 47 se lo nombre como hijo de David con gran sentido mesiánico:
―Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: « ¡Hijo de David, Jesús, ten
compasión de mí!‖ (Mc 10: 47)
Aparece también como hijo del hombre y nos retrotrae al libro de Daniel y luego al Apocalipsis.
D. DIVISIÓN DEL EVANGELIO
Resulta un plan puramente geográfico.
I. 1, 1-13 En Judea: preparación del ministerio de Jesús
II. 1, 14-7, 23 En Galilea: Ministerio de Jesús.
III. 7, 24-10, 52 Fuera de Galilea: Viajes apostólicos.
IV. 11, 1-16, 20 En Jerusalén: Pasión, muerte y resurrección.
E. EL SECRETO MESIÁNICO
A lo largo de su vida Jesús en el Evangelio de s. Marcos aparece una sola vez reconocido
como Cristo por un hombre, s. Pedro, que es llamado al silencio. Hay cuatro milagros solamente para
los que Jesús impuso la consigna del silencio, como por ejemplo, la curación del leproso:
‖Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación
la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio‖(Mc 1: 44).
La niña muerta, hija de Jairo:
―Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer‖
(Mc 5: 43). El sordomudo: ―Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más
se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían «
Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos‖ (Mc 7: 36-37).
El ciego de Betsaida:
―Y le envió a su casa, diciéndole: « Ni siquiera entres en el pueblo (Mc 8:26).
Se trata de signos, junto con el anuncio a los pobres de la Buena Nueva que s. Mateo presenta
como prueba de que Jesús es el Cristo:
―Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a
decirle: « ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? »‖ (Mt 11:2-3).
Aparentemente San Juan Bautista, -dicen San Juan Crisóstomo y San Jerónimo- desea saber si
Jesús es realmente el Mesías que tenía que venir. En realidad, el ya lo sabe por Revelación
(Cfr. Jn. 1,33). Y Jesús le responde afirmativamente mencionando los signos que los judíos
consideraban como signos mesiánicos a partir de Isaías:
28
―Jesús les respondió: « Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos
andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia
a los pobres la Buena Nueva;¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!‖
(Mt 11: 4-6)31
.
Mientras que en s. Mateo estos milagros se realizan abiertamente y en ellos encuentran
la prueba de que Jesús es el Mesías, en s. Marcos no hay derecho a hablar de ellos. San Marcos
no quiere que se conozca que Jesús es el Mesías (Mc 2: 1-12).
Sin embargo en dos milagros (el del leproso y en del sordomudo) s. Marcos indica
explícitamente que los agraciados no cumplieron esta consigna del silencio y que todos se enteraron.
No obstante, admiran sus obras pero no le dan el título que le corresponde de Mesías, de tal modo que
queda a salvo el secreto mesiánico.
En la curación del ciego de Betsaida no se rompe la consigna del silencio de Mc 8, 26; son los
discípulos que descubren la persona de Jesús:
―Y él les preguntaba: « Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? » Pedro le contesta: « Tú
eres el Cristo. »‖ (Mc 8: 29) y, en seguida, reciben la orden de guardar silencio: ―Y les
mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él‖ (Mc 8: 30).
La confesión de fe de Pedro sirve en cierto modo de conclusión a la curación del ciego en
sustitución de las reacciones de la gente que se mencionan en otros relatos.
El título es manifestado por el Padre en el bautismo y en la transfiguración y se manda callar.
Los demonios lo confiesan como Dios y se les manda callar.
Los hombres se preguntan quién es Cristo. La manifestación oculta:
―Conforme está escrito en Isaías el profeta: Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que
ha de preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor,
enderezad sus sendas, apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo
de conversión para perdón de los pecados. Acudía a él gente de toda la región de Judea y
todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
Juan llevaba un vestido de pie de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Y
proclamaba: « Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle,
inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os
bautizará con Espíritu Santo. » Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de
Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos
se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía
de los cielos: « Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco. » A continuación, el Espíritu le
empuja al desierto, Y permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás.
Estaba entre los animales del campo y los ángeles le servían‖ (Mc 1: 2-13).
También Mc 1: 27; Mc 4: 41; Mc 6: 14-16.
Los demonios aparentemente saben pero deben callar:
31 Is 26:19; Is 29:18-19
29
―Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se
puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a
destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios »‖ (Mc 1: 23-24).
También Mc 1: 34; Mc 3: 11-12; Mc 5: 6-9.
Decir el nombre de algún modo es poseer al nombrado, por eso los demonios no pueden
nombrar a Cristo. Sin embargo Cristo sí puede conocer el nombre de los demonios:
―Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino
hizo esta pregunta a sus discípulos: « ¿Quién dicen los hombres que soy yo? » Ellos le
dijeron: « Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas. »
Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? » Pedro le contesta: « Tú eres
el Cristo». Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él. Y comenzó a
enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos,
los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. Hablaba de
esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle. Pero él, volviéndose
y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista,
Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres»‖. (Mc
8:27-33).
También Mc 9: 9. 30
Callar, pero sólo hasta después de la muerte y resurrección. La contrapartida está en 14,
61-62.
Cuando el sumo sacerdote le pregunta, Él se lo dice32
:
Pero él seguía callado y no respondía nada. El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo:
« ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? »
Y dijo Jesús:
« Sí, yo soy,
y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo. »
(Mc 14: 61-62)
Y comienza la Pasión.
“Al ver el centurión, que estaba frente a él,
que había expirado de esa manera, dijo:
« Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios”.
(Mc 15:39)
La gentilidad, el centurión proclama el secreto al ver la muerte. Es algo paralelo al rasgarse el
velo del templo. Al morir Cristo deja ver la divinidad. Se devela el secreto que se guardaba33
.
32 Dn 7:13-14; Sal 110:1-7
33 El título de hijo del hombre nadie lo discute, pero el de Hijo de David lo discute Jesús con los fariseos en su última
estancia en Jerusalén: ―Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: « ¿Cómo dicen los escribas
que el Cristo es hijo de David? » (Mc 12:35)
30
Cada anuncio de Pasión en s. Marcos tenía como objetivo detener la confesión de fe, no
la fe. ¿Por qué? Porque el Cristo que esperaban no era sino temporal y por lo tanto ese secreto
tiene como fin la purificación de la fe en Cristo.
Observemos los tres anuncios de Pasión:
1. En 8, 30-33, le antecede a la confesión de s. Pedro: Mc 8: 27.
Mc 9: 1 le sigue la renuncia del "yo".
2. En 9, 30-32 le antecede la transfiguración: Mc 9: 2-13 y curación del lunático. Le
sigue "quién es el ―mayor" en 10, 32-34.
3. Cuando ya va a la Pasión le sigue la ambición de Santiago y Juan.
En cada ocasión estos anuncios acaban con una enseñanza dirigida a los discípulos
íntimamente ligada al tema del seguimiento de Jesús. Sobre todo en el cap. IX. En ese camino que
pasa por la Pasión para conducir a la Resurrección Jesús no está solo, no hay ningún otro camino más
que éste, tanto para los discípulos como para Él. Así pues, en esta sección es donde s. Marcos
encierra la mayor parte de sus enseñanzas sobre la conducta práctica de los discípulos, sobre las
exigencias existenciales que supone la fe en Jesús Crucificado y Resucitado. Parra seguir a Jesús
los discípulos tienen que hacer profesión de:
1. Renunciar a sí mismos (cara interior)
2. Y tomar la cruz (cara exterior) dos aspectos de una misma decisión (Mc 9: 34)
―Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: « Si uno quiere ser el primero,
sea el último de todos y el servidor de todos‖ (Mc 9: 35).
Ésto, si lo traducimos según el cap. 8. Se ve que el único camino para la gloria es morir mártir,
sólo entregando la vida. Como lo hizo s. Juan Bautista (por eso ha narrado en el c. 6: "Elías ha venido
ya y han hecho con él cuanto han querido"; se esperaba un Elías victorioso y Jesús habla de s. Juan
Bautista asesinado por Herodes). Jesús y sólo Él puede reinterpretar así la misión, demostrando
con ello que lo mismo habría de ocurrir con la llegada del Reino de Dios: no hay que esperarla
con el triunfo sino más allá de la Cruz. La Transfiguración es la enseñanza que no se va a la
gloria más que entregando la vida.
Hay toda una confusión pues buscan un Mesías con gloria totalmente terrena.
Es un pequeño resumen del Antiguo Testamento: Empieza con las profecías de Isaías.
San Marcos traza el retrato del Apóstol: Aparece pues no como una persona ociosa sino
todo lo contrario. Constantemente los Apóstoles están ocupados por el pueblo y la solicitud de Cristo
por la gente que se traduce en enseñanza: ―Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la
sinagoga y se puso a enseñar‖ (Mc 1: 21).. El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos
vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido» (Mc 1: 38)34
. También los
siguientes:
34 Mc 2: 2; Mc 2: 13; Mc 3: 13; Mc 4: 2; Mc 5: 29; Mc 6: 1-2; Mc 6: 6; Mc 6: 30
31
―Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como
ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas‖ (Mc 6: 34).
―Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y
no tienen qué comer‖ (Mc 8: 2).
―Y levantándose de allí va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo
vino la gente donde él y, como acostumbraba, les enseñaba‖ (Mc 10: 1).
S. Marcos no revela el Sermón de la Montaña.
32
V.
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
A. GENERALIDADES
1. El Autor
El nombre de Lucas puede ser abreviatura de Loukanós, aunque otros lo derivan de Loukios.
Algunos códices dicen: ―Evangelium secundum Lucanum‖.
San Lucas nació en Antioquía de Siria, así lo atestiguan escritos de los primeros siglos,
afirmando que era gentil, no judío35.
San Epifanio dice que era uno de los 72 discípulos. Lo niegan
el fragmento muratoriano, San Jerónimo, los prólogos monarquianos y San Ireneo. Y el mismo San
Lucas se distingue en su prólogo de los que fueron testigos oculares de la vida del Señor:
―Según nos han transmitido los que, desde el principio, fueron testigos oculares,
convertidos después en ministros de la palabra‖ (Lc1,1-2).
Según el mismo prólogo no consta el lugar y el tiempo de su conversión. Se puede colocar
un poco después del año 40 36
.
La tradición dice que era médico (usa términos médicos de la época en su Evangelio). Una
tradición más tardía y menos probable afirma que era pintor (y que pintó un cuadro de la Virgen
María)37
.
Lo cierto es que San Lucas fue discípulo de San Pablo y puso por escrito la catequesis de
éste. Fue amigo, discípulo y compañero del Apóstol y narra sus viajes como si fuera uno de los
viajeros: Hch 16, 10-17; 20, 4-6. Hay menciones explícitas que hace San Pablo de San Lucas : ―Os
saluda Timoteo, mi colaborador, y Lucio‖ (Rom 16, 21). ―Os saluda Lucas, el médico amado‖
(Col 4,14). ―Solo Lucas está conmigo‖ (II Tim 4,11).
Después de la muerte de San Pablo no hay testimonios unánimes sobre la vida de San
Lucas. Se suponen lugares diversos de su muerte: Italia, Galia, Dalmacia, Macedonia, otros dicen
que murió en Egipto. Hallazgos que se han dado a conocer últimamente, confirman lo dicho en
estos textos que se remontan a los siglos II-IV38
.
San Lucas no conoció personalmente a Cristo, pero escribió lo dicho por San Pablo; también
conoció a los profetas y doctores de Antioquia (Hch 13, 1). Según los viajes que hizo junto al
Apóstol, conocía con seguridad numerosos testigos de la primera hora: a Santiago, el Menor,
probablemente a la Santísima Virgen, a San Felipe, diácono, a Manasón, antiguo discípulo y
finalmente a San Pedro, Silas, San Marcos, Jesús, llamado Justo, etc.
35 Infundadamente se lo ha identificado con Lucio de Cirene o con Lucio de Roma : ―Había en la Iglesia de Antioquía
profetas y doctores...Lucio de Cirene‖ (Act 13, 1)
36 Ya era discípulo en el 42, cuando se presenta el profeta Agabo en Antioquía (Act 11,27-28)
37 Según San Gregorio era uno de los dos discípulos de Emaús (por su descripción tan vivaz del relato y por nombrar
sólo a Cleofás y no al otro), sin embargo, él mismo dice no haber conocido personalmente a Jesús.
38 Prólogo Antimarcionita, Martirologio romano: Habiendo padecido mucho por el Nombre de Cristo, murió lleno del
Espíritu Santo. Sus huesos fueron después trasladados a Constantinopla y de allí al Padua.‖
33
2. Fecha y lugar de composición del Evangelio
La Tradición coincide en afirmar que fue el tercero en escribir el Evangelio y que lo hizo en
vida de San Pablo y éste último hace referencia a su libro en la Segunda Carta a los Corintios:
―Y con él enviamos a otro hermano, cuyo elogio en la predicación del Evangelio está
difundido por todas las Iglesias‖ (II Cor 8,18).
Por su parte, dice San Ireneo: ―Mateo escribió el Evangelio en hebreo, la lengua de los
judíos, mientras Pedro y Pablo se dedicaron a la fundación de la Iglesia de Roma. Después de la
salida de éstos, Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, puso por escrito la predicación de éste;
Lucas, a su vez, seguidor de Pablo, redactó su Evangelio según la predicación de Pablo.‖
Probablemente lo escribió en Roma
3. Autenticidad
La autenticidad del Evangelio y su autor están fuera de duda puesto que al no ser San Lucas
una figura prominente en la Iglesia Apostólica, ni testigo presencial de Cristo, ni Apóstol, hubiera
sido difícil que se le atribuyese la autoría no habiéndolo escrito realmente él. Los Padres de la
Iglesia dan testimonio de esto. Eusebio de Cesarea, San Jerónimo, Orígenes, San Clemente
Alejandrino, Tertuliano, San Ireneo y el Canon de Muratori.
B. CARACTERÍSTICAS LITERARIAS
Se respira en el Evangelio de San Lucas una marcada atmósfera paulina tanto en las ideas,
como en el léxico que utiliza para expresarlas.
El Evangelista muestra gran conocimiento de la lengua griega. Su estilo es elegante,
aunque no llega a ser propiamente griego clásico sino el que en su época se hablaba (Koiné). A
pesar de esto, en algunos pasajes se acerca al clásico.
Utiliza también expresiones semíticas (Beelzebul) y evita la los términos arameos, a
diferencia de San Marcos que tanto los conserva (ej. Abbá, effetá, boanerges, hossana, rabbí, etc).
Aparecen latinismos, que se usaban en ese entonces en todo el Imperio Romano, o frases
latinas grecizadas (pero en menor medida que San Marcos)
San Jerónimo dice que es el Evangelio más erudito de todos,
manifestando un espíritu sumamente delicado,
de finura descriptiva con exquisiteces
como la de destacar la misericordia y la bondad
y omitir lo que pueda molestar a los lectores sin perjuicio de la verdad.
Parece reflejar su profesión de médico en los relatos usando términos de medicina y
presentando a Cristo como el Médico divino de las almas. Describe con precisión origen, duración,
modo de curación y cesación de la enfermedad en las curaciones milagrosas que Cristo realiza.
34
Presenta a Jesús como Médico Divino. Es el único que destaca que Jesús tenía poder para curar a
todos imponiéndoles las manos39
:
―A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los
llevaban; y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba‖ (Lc 4,40).
También Lc 5,12-19.
Se encuentra en sus páginas expresiones propias de la terminología médica de su tiempo.
C. TEMAS CENTRALES
1. División del Evangelio
El esquema que sigue es el propio de los sinópticos con algunas originalidades propias.
I. 1,1 - 1,4 Prólogo
II. 1,5 - 2,52 Evangelio de la Infancia del Precursor y de Jesús
III. 3,1 - 9,50 Predicación de Jesús en Galilea 3,1 - 4,13
Preparación para la Vida Pública 4,14 - 9,50
Ministerio de Jesús en Galilea: prácticamente sinóptico con
los otros dos aunque con elementos propios como la
Genealogía, los episodios de Nazareth, la viuda de Naím, la
unción de la pecadora)
IV. 9,51 - 19,27 Viaje a Jerusalén (propio de s. Lucas)
V. 19,28 - 21,38
Ministerio en Jerusalén (sinóptico con s. Mateo y s. Marcos)
VI. 22,1 - 23,56 Pasión y muerte: sinóptico con Mt y Mc, pero con
informaciones propias, por ejemplo la oración del Señor por
s. Pedro, el sudor de sangre en el Huerto, el encuentro de
Cristo y Herodes, las mujeres piadosas, las palabras al Buen
Ladrón
VII. 24,1 - 24,53 Resurrección y apariciones: se destaca el relato de los
discípulos de Emaús.
Ascensión.
El orden del Evangelio de San Lucas no es un orden cronológico como se puede
entender modernamente una biografía, sino que tiene un orden suyo propio. Puede decirse que
es un libro Histórico - Teológico. Lo que narra realmente sucedió y el ordenamiento de los temas
tiene una finalidad didáctica, que también se hace ver en los otros Evangelios.
39 Lc 4,23; 4,27
35
2. Contenido Teológico que se destaca en el Evangelio de San Lucas.
Junto con los Hechos de los Apóstoles da una interpretación de la perspectiva de la
Historia de la Salvación. A lo largo de sus relatos, muestra una tensión dramática hacia
Jerusalén que será el escenario de la Muerte y Resurrección.
Los temas más destacados son:
La destinación universal de la salud mesiánica (propio también de San Pablo)
El Reino de Dios presente ya en la Tierra por el Mesías, aunque falta todavía una
parte por venir.
Tensión escatológica.
La acción del Espíritu Santo en la vida de Cristo y de la Iglesia.
La infinita misericordia de Dios. (Dante llama a San Lucas: ―Scriba Mansuetudinis
Christi : ―Escritor de la Mansedumbre de Cristo‖).
La importancia de la oración.
3. La Persona de Cristo es el centro de Evangelio
Cristo no es nombrado como Salvador (soter) en San Mateo y San Marcos, sin embargo,
aparece así 17 veces en San Lucas, 13 veces en los Hechos de los Apóstoles y 31 veces en San
Pablo.
Manifiesta claramente que la obra de Cristo es la Salvación. (Es preciso recordar que en el
ambiente helenista los dioses y emperadores eran ―los salvadores‖).
Cristo aparece como el Señor. (Así se traduce en los LXX el Nombre de YHVH). También
llama a Jesucristo ―Hijo del Hombre‖ como los textos del profeta Daniel. Las expresiones Hijo de
Dios y Mesías-Cristo se encuentran más raramente.
El Reino de los Cielos es un tema tratado con amplitud, en vistas a la universalidad del
mensaje evangélico.
4. San Lucas y San Pablo
Hay una gran afinidad del Tercer Evangelio con las epístolas paulinas tanto en la lengua y
los conceptos como en la doctrina. Hay 103 vocablos comunes. A veces no sólo usan los mismos
vocablos sino también el mismo esquema de relato, por ejemplo.
―Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de
los misterios de Dios‖. ―Ahora bien, lo que en fin de cuentas se exige de los
administradores es que sean fieles‖ Lc 12, 2. // I Cor 4, 1-2.
También:
Lc 4, 22 // Col 4, 6
Lc 21, 24 // Rm 11, 25
36
Fe: Lc 18, 8 // Rm 4, 5
Lc 22, 32 // I Cor 13, 13
Salud mesiánica: Lc 1, 69; 71, 77 // Rm 1, 16;10, 1.10
Lc 2, 30; 3, 6 // Ef 6, 17
Lc 2, 11 // II Tim 1, 0; Fil 3, 20
Agraciar: Lc 1, 28 // Ef 1, 6
Gracia: Lc 1, 30; 2, 0.52 // Ef 1, 2
Ultima Cena: Lc 22, 19-20 // I Co 11, 23-25
Aparición a Cefas: Lc 24, 34 // I Co 15, 5
5. Gozo: Se lo ha llamado el “Evangelio del gozo”:
«Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo.
y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo,
como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas,
que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban
haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza
y el juramento que juró a Abraham nuestro padre,
de concedernos que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor
en santidad y justicia delante de él todos nuestros días.
Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo,
pues irás delante del Señor para preparar sus caminos
y dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados,
por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, nos visitará el Sol que nace de lo Alto,
a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte
y guiar nuestros pasos por el camino de la paz» (Lc 1, 68-79).
«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;
porque han visto mis ojos tu salvación,
la que has preparado a la vista de todos los pueblos,
luz para iluminar a los gentiles
y gloria de tu pueblo Israel» (Lc 2, 29-32).
―El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el
pueblo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se
complace‖ (Lc 2, 10.14).
―Regresaron los 72 alegres, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu
Nombre»‖ (Lc 10, 17).
―Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se
convierta que por justos que no tengan necesidad de conversión‖ (Lc 15, 7).
―Pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres
estén escritos en los cielos» (Lc 10, 20).
―Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, y estaban
siempre en el Templo bendiciendo a Dios (Lc 24, 52-53)40.
40 También: Lc 19, 37; Lc 13, 17; Lc 18, 43; Fil 4, 4; I Tes 1, 5-16; II Cor 13, 11
37
Sin embargo todos ellos se condensan en la exultación contemplativa de la Santísima
Virgen María con su cántico “Magnificat”.
6. Valor y necesidad de la oración: Muchas veces presenta a Cristo orante, otras, exhorta a
la Oración.
Cristo orando:
―Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y
puesto en oración, se abrió el cielo‖ (Lc 3, 21).
También Lc 5, 16; Lc 6, 12 ; Lc 9, 18.29; Lc 22, 32.41-44; Lc 23, 34.46
Cristo exhortando a la oración:
Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus
discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos».
El les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino,
danos cada día nuestro pan cotidiano,
y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos
debe, y no nos dejes caer en tentación».
Les dijo también: «Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le
dice: "Amigo, préstame tres panes,
porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle",
y aquél, desde dentro, le responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y
yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos",
os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su
importunidad, y le dará cuanto necesite».
Yo os digo: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una
culebra;
o, si pide un huevo, le da un escorpión?
Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el
Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!» (Lc 11,1-13).
También: Lc 18, 1-14
Pueden compararse los textos de San Pablo Fil 1, 3-6 y II Tim 1, 3; Gal 1, 5 y Rom 7, 25
8. Pobreza
No sin razón, el Evangelio de San Lucas es también llamado ―Evangelio de los Pobres‖. En
un ambiente en que la pobreza era muy despreciada, tanto por los judíos como por los romanos, San
Lucas la dignifica, la exalta y la sitúa en el plan de Dios.
Vuelven a recordarse entonces los ―anawim‖, los ―pobres de Yavé‖ –así llamados en el
Antiguo Testamento-, y el prototipo de ellos es Cristo, el Dios hecho hombre, el que, en el decir de
San Pablo, ―siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza‖ (2 Cor 8, 9). En esto
radica todo el valor de la pobreza.
38
Se exalta la pobreza de los personajes: La Virgen María, Cristo en el Pesebre, los pastores,
el pobre Lázaro frente al rico Epulón, se marca la necesidad de evangelizar a los pobres, y
de atesorar para Dios, mientras se alerta a los ricos.
Esta pobreza no es solo material, sino también y en primer lugar pobreza de espíritu. Así se
alabará al publicano y se condenará la conducta del fariseo.
El Magnificat, finalmente
será la expresión más clara de oración del pobre.
Lc 4, 18; Lc 6, 24-25; Lc 16, 16-21; Lc 16, 22-31
San Lucas insiste en el tema de la pobreza, por ejemplo cuando dice:
―Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres,
porque vuestro es el Reino de Dios. (Lc 6, 20).
―Y les respondió: «Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los
cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se
anuncia a los pobres la Buena Nueva‖(Lc 7, 22).
―Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata;
ni tengáis dos túnicas cada uno‖ (Lc 9, 3).
―Oyendo esto Jesús, le dijo: «Aún te falta una cosa. Todo cuanto tienes véndelo y
repártelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego, ven y sígueme»‖
(Lc 18, 22)41.
San Pablo exalta también la pobreza:
¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne,
ni muchos poderosos, ni muchos de la nobleza. Ha escogido Dios más bien lo necio del
mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para
confundir lo fuerte. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es,
para reducir a la nada lo que es. Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de
Dios‖ (I Co 1,26-29).
También I Co 16, 1-4; II Co 8,9; Rm 15, 26-28
El prototipo de los anawim de Dios es el Verbo hecho hombre.
El Magnificat es el modelo del Pueblo de Israel
que espera en el Señor.
41 También 16, 20-21 ; 21, 3
39
Explica muchas veces las costumbres judías para los cristianos venidos del paganismo
omitiendo cuestiones que no les interesan a los gentiles. Es bueno comparar con San Mateo, que
se detiene en aspectos de la Ley o las tradiciones judías:
Lc 22, 1-7; Lc 6, 29 // Mt 5, 39; Mt 15, 1-20 // Lc 11, 38
9. Suaviza todo lo que puede parecer duro para los gentiles y que aparece en los otros
Evangelios:
―Yo os aseguro: el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma y
Gomorra que para aquella ciudad‖(Mt 10,15).
Destaca lo que puede ser elogioso para ellos:
―Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de
salteadores, que, ... y .Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle
tuvo compasión; y, acercándose, vendó...‖¿Quién de estos tres te parece que fue
prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» El dijo: «El que practicó la
misericordia con él». Díjole Jesús: «Vete y haz tú lo mismo». (Lc 10,30-37).
También Lc 17,11-19
10. Universalidad y espíritu de misericordia
Los ángeles anuncian paz a los hombres que aman a Dios. No sólo para el pueblo judío:
‖Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se
complace‖ (Lc 2, 14).
11. El Bautista anuncia la Salvación a toda carne:
― Y todos verán la salvación de Dios‖ (Lc 3, 6).
Comparar: Lc 2, 32 con Is 40, 5.
12. Cuando escribe la genealogía no lo hace desde Abraham, sino desde Adán:
―Tenía Jesús, al comenzar, unos treinta años, y era según se creía hijo de José,
hijo de Helí, hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adam, hijo de Dios‖ (Lc 4, 23.38).
13. Los judíos aparecen rechazados y recibidas todas las gentes:
«Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a
todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera. Y vendrán
de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios‖
(Lc 13, 28-29).
Manda que se predique a todas las gentes:
―Y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las
naciones, empezando desde Jerusalén‖ (Lc 24, 47).
40
Misericordia: El Mesías viene para hacer la misericordia y para la remisión de los
pecados.
―Haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza‖ (Lc 1, 72-77)
Resalta la misericordia de Dios en todo momento. Especialmente en el pasaje de la
pecadora pública, (c. 7), la Parábola del Hijo pródigo, del Buen Pastor y la Dracma Perdida.(c. 15).
El episodio de Zaqueo (c. 19), la oración por los enemigos, la promesa del Paraíso al Buen Ladrón
(c. 23).
Es de destacar que San Lucas identifica con la Misericordia la perfección de la que habla
San Mateo:
―Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial‖ (Mt 5,48)
―Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo‖ (Lc 6, 36).
“El que tenga sed, que venga a Mí; de su interior brotarán torrentes de agua viva”
(Jn. 7,47)
41
INSTITUTO DIOCESANO DE CATEQUESIS SAN PÍO X
DIÓCESIS DE SAN LUIS
NUEVO TESTAMENTO
LIBROS HISTÓRICOS
II. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN
SAGRADA ESCRITURA II
42
El apunte correspondiente al EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN
será editado próximamente.
En su lugar,
ofrecemos a los alumnos las CATEQUESIS del PAPA BENEDICTO XVI
sobre el Evangelista – Teólogo.
AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA BENEDICTO XVI 42
“JUAN, HIJO DE ZEBEDEO”
Queridos hermanos y hermanas: Dedicamos el encuentro de hoy a recordar a otro miembro muy
importante del Colegio apostólico: Juan, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago. Su nombre,
típicamente hebreo, significa "el Señor ha dado su gracia". Estaba arreglando las redes a orillas del
lago de Tiberíades, cuando Jesús lo llamó junto a su hermano (cf. Mt 4, 21; Mc 1, 19).
Juan siempre forma parte del grupo restringido que Jesús lleva consigo en determinadas ocasiones.
Está junto a Pedro y Santiago cuando Jesús, en Cafarnaúm, entra en casa de Pedro para curar a su
suegra (cf. Mc 1, 29); con los otros dos sigue al Maestro a la casa del jefe de la sinagoga, Jairo, a
cuya hija resucitará (cf. Mc 5, 37); lo sigue cuando sube a la montaña para transfigurarse (cf. Mc 9,
2); está a su lado en el Monte de los Olivos cuando, ante el imponente templo de Jerusalén,
pronuncia el discurso sobre el fin de la ciudad y del mundo (cf. Mc 13, 3); y, por último, está cerca
de él cuando en el Huerto de Getsemaní se retira para orar al Padre, antes de la Pasión (cf. Mc 14,
33). Poco antes de Pascua, cuando Jesús escoge a dos discípulos para enviarles a preparar la sala
para la Cena, les encomienda a él y a Pedro esta misión (cf. Lc 22, 8).
Esta posición de relieve en el grupo de los Doce hace, en cierto sentido, comprensible la iniciativa
que un día tomó su madre: se acercó a Jesús para pedirle que sus dos hijos, Juan y Santiago, se
sentaran uno a su derecha y otro a su izquierda en el Reino (cf. Mt 20, 20-21). Como sabemos, Jesús
respondió preguntándoles si estaban dispuestos a beber el cáliz que él mismo estaba a punto de
beber (cf. Mt 20, 22). Con estas palabras quería abrirles los ojos a los dos discípulos, introducirlos
en el conocimiento del misterio de su persona y anticiparles la futura llamada a ser sus testigos
hasta la prueba suprema de la sangre. De hecho, poco después Jesús precisó que no había venido a
ser servido sino a servir y a dar la vida como rescate por muchos (cf. Mt 20, 28). En los días
sucesivos a la resurrección, encontramos a los "hijos de Zebedeo" pescando junto a Pedro y a otros
discípulos en una noche sin resultados, a la que sigue, tras la intervención del Resucitado, la pesca
milagrosa: "El discípulo a quien Jesús amaba" fue el primero en reconocer al "Señor" y en
indicárselo a Pedro (cf. Jn 21, 1-13).
Dentro de la Iglesia de Jerusalén, Juan ocupó un puesto importante en la dirección del primer grupo
de cristianos. De hecho, Pablo lo incluye entre los que llama las "columnas" de esa comunidad (cf.
Ga 2, 9). En realidad, Lucas, en los Hechos de los Apóstoles, lo presenta junto a Pedro mientras van
a rezar al templo (cf. Hch 3, 1-4. 11) o cuando comparecen ante el Sanedrín para testimoniar su fe
en Jesucristo (cf. Hch 4, 13. 19). Junto con Pedro es enviado por la Iglesia de Jerusalén a confirmar
a los que habían aceptado el Evangelio en Samaria, orando por ellos para que recibieran el Espíritu
Santo (cf. Hch 8, 14-15). En particular, conviene recordar lo que dice, junto con Pedro, ante el
Sanedrín, que los está procesando: "No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído"
(Hch 4, 20). Precisamente esta valentía al confesar su fe queda para todos nosotros como un
ejemplo y un estímulo para que siempre estemos dispuestos a declarar con decisión nuestra
42 Catequesis del Miércoles 5 de julio de 2006
43
adhesión inquebrantable a Cristo, anteponiendo la fe a todo cálculo o interés humano.
Según la tradición, Juan es "el discípulo predilecto", que en el cuarto evangelio se recuesta sobre el
pecho del Maestro durante la última Cena (cf. Jn 13, 25), se encuentra al pie de la cruz junto a la
Madre de Jesús (cf. Jn 19, 25) y, por último, es testigo tanto de la tumba vacía como de la presencia
del Resucitado (cf. Jn 20, 2; 21, 7).
Sabemos que los expertos discuten hoy esta identificación, pues algunos de ellos sólo ven en él al
prototipo del discípulo de Jesús. Dejando que los exegetas aclaren la cuestión, nosotros nos
contentamos ahora con sacar una lección importante para nuestra vida: el Señor desea que cada uno
de nosotros sea un discípulo que viva una amistad personal con él. Para realizar esto no basta
seguirlo y escucharlo exteriormente; también hay que vivir con él y como él. Esto sólo es posible en
el marco de una relación de gran familiaridad, impregnada del calor de una confianza total. Es lo
que sucede entre amigos: por esto, Jesús dijo un día: "Nadie tiene mayor amor que el que da su
vida por sus amigos. (...) No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a
vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer" (Jn
15, 13. 15).
En el libro apócrifo titulado "Hechos de Juan", al Apóstol no se le presenta como fundador de
Iglesias, ni siquiera como guía de comunidades ya constituidas, sino como un comunicador
itinerante de la fe en el encuentro con "almas capaces de esperar y de ser salvadas" (18, 10; 23, 8).
Todo lo hace con el paradójico deseo de hacer ver lo invisible. De hecho, la Iglesia oriental lo llama
simplemente "el Teólogo", es decir, el que es capaz de hablar de las cosas divinas en términos
accesibles, desvelando un arcano acceso a Dios a través de la adhesión a Jesús.
El culto del apóstol san Juan se consolidó comenzando por la ciudad de Éfeso, donde, según una
antigua tradición, vivió durante mucho tiempo; allí murió a una edad extraordinariamente avanzada,
en tiempos del emperador Trajano. En Éfeso el emperador Justiniano, en el siglo VI, mandó
construir en su honor una gran basílica, de la que todavía quedan imponentes ruinas. Precisamente
en Oriente gozó y sigue gozando de gran veneración. En la iconografía bizantina se le representa
muy anciano y en intensa contemplación, con la actitud de quien invita al silencio.
En efecto, sin un adecuado recogimiento no es posible acercarse al misterio supremo de Dios y a su
revelación. Esto explica por qué, hace años, el Patriarca ecuménico de Constantinopla, Atenágoras,
a quien el Papa Pablo VI abrazó en un memorable encuentro, afirmó: "Juan se halla en el origen de
nuestra más elevada espiritualidad. Como él, los "silenciosos" conocen ese misterioso intercambio
de corazones, invocan la presencia de Juan y su corazón se enciende" (O. Clément, Dialoghi con
Atenagora, Turín 1972, p. 159). Que el Señor nos ayude a entrar en la escuela de san Juan para
aprender la gran lección del amor, de manera que nos sintamos amados por Cristo "hasta el
extremo" (Jn 13, 1) y gastemos nuestra vida por él.
“JUAN, EL TEÓLOGO” 43
Queridos hermanos y hermanas: Antes de las vacaciones comencé a esbozar pequeños retratos de
los doce Apóstoles. Los Apóstoles eran compañeros de camino de Jesús, amigos de Jesús, y su
camino con Jesús no era sólo un camino exterior, desde Galilea hasta Jerusalén, sino un camino
interior, en el que aprendieron la fe en Jesucristo, no sin dificultad, pues eran hombres como
nosotros. Pero precisamente por eso, porque eran compañeros de camino de Jesús, amigos de Jesús
que en un camino no fácil aprendieron la fe, son también para nosotros guías que nos ayudan a
conocer a Jesucristo, a amarlo y a tener fe en él.
43 Catequesis del Miércoles 9 de agosto de 2006
44
Ya he hablado de cuatro de los doce Apóstoles: de Simón Pedro, de su hermano Andrés, de
Santiago, el hermano de Juan, y del otro Santiago, llamado "el Menor", el cual escribió una carta
que forma parte del Nuevo Testamento. Y comencé a hablar de san Juan evangelista, exponiendo en
la última catequesis antes de las vacaciones los datos esenciales que trazan las fisonomía de este
Apóstol. Ahora quisiera centrar la atención en el contenido de su enseñanza. Los escritos de los que
quiero hablar hoy son el Evangelio y las cartas que llevan su nombre.
Un tema característico de los escritos de san Juan es el amor. Por esta razón decidí comenzar mi
primera carta encíclica con las palabras de este Apóstol: "Dios es amor (Deus caritas est) y quien
permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él" (1 Jn 4, 16). Es muy difícil encontrar textos
semejantes en otras religiones. Por tanto, esas expresiones nos sitúan ante un dato realmente
peculiar del cristianismo.
Ciertamente, Juan no es el único autor de los orígenes cristianos que habla del amor. Dado que el
amor es un elemento esencial del cristianismo, todos los escritores del Nuevo Testamento hablan de
él, aunque con diversos matices. Pero, si ahora nos detenemos a reflexionar sobre este tema en san
Juan, es porque trazó con insistencia y de manera incisiva sus líneas principales. Así pues,
reflexionaremos sobre sus palabras.
Desde luego, una cosa es segura: san Juan no hace un tratado abstracto, filosófico, o incluso
teológico, sobre lo que es el amor. No, él no es un teórico.
En efecto, el verdadero amor, por su naturaleza, nunca es puramente especulativo, sino que hace
referencia directa, concreta y verificable, a personas reales. Pues bien, san Juan, como Apóstol y
amigo de Jesús, nos muestra cuáles son los componentes, o mejor, las fases del amor cristiano, un
movimiento caracterizado por tres momentos.
El primero atañe a la Fuente misma del amor, que el Apóstol sitúa en Dios, llegando a afirmar,
como hemos escuchado, que "Dios es amor" (1 Jn 4, 8. 16). Juan es el único autor del Nuevo
Testamento que nos da una especie de definición de Dios. Dice, por ejemplo, que "Dios es Espíritu"
(Jn 4, 24) o que "Dios es luz" (1 Jn 1, 5). Aquí proclama con profunda intuición que "Dios es
amor". Conviene notar que no afirma simplemente que "Dios ama" y mucho menos que "el amor es
Dios". En otras palabras, Juan no se limita a describir la actividad divina, sino que va hasta sus
raíces.
Además, no quiere atribuir una cualidad divina a un amor genérico y quizá impersonal; no sube
desde el amor hasta Dios, sino que va directamente a Dios, para definir su naturaleza con la
dimensión infinita del amor. De esta forma san Juan quiere decir que el elemento esencial
constitutivo de Dios es el amor y, por tanto, que toda la actividad de Dios nace del amor y está
marcada por el amor: todo lo que hace Dios, lo hace por amor y con amor, aunque no siempre
podamos entender inmediatamente que eso es amor, el verdadero amor.
Ahora bien, al llegar a este punto, es indispensable dar un paso más y precisar que Dios ha
demostrado concretamente su amor al entrar en la historia humana mediante la persona de
Jesucristo, encarnado, muerto y resucitado por nosotros. Este es el segundo momento constitutivo
del amor de Dios. No se limitó a declaraciones orales, sino que —podemos decir— se comprometió
de verdad y "pagó" personalmente. Como escribe precisamente san Juan, "tanto amó Dios al
mundo, —a todos nosotros— que dio a su Hijo único" (Jn 3, 16). Así, el amor de Dios a los
hombres se hace concreto y se manifiesta en el amor de Jesús mismo.
San Juan escribe también: "Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el
extremo" (Jn 13, 1). En virtud de este amor oblativo y total, nosotros hemos sido radicalmente
rescatados del pecado, como escribe asimismo san Juan: "Hijos míos, (...) si alguno peca, tenemos
45
a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros
pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero" (1 Jn 2, 1-2; cf. 1 Jn 1,
7).
El amor de Jesús por nosotros ha llegado hasta el derramamiento de su sangre por nuestra salvación.
El cristiano, al contemplar este "exceso" de amor, no puede por menos de preguntarse cuál ha de ser
su respuesta. Y creo que cada uno de nosotros debe preguntárselo siempre de nuevo.
Esta pregunta nos introduce en el tercer momento de la dinámica del amor: al ser destinatarios de
un amor que nos precede y supera, estamos llamados al compromiso de una respuesta activa, que
para ser adecuada ha de ser una respuesta de amor. San Juan habla de un "mandamiento". En efecto,
refiere estas palabras de Jesús: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros.
Como yo os he amado, así amaos también vosotros los unos a los otros" (Jn 13, 34).
¿Dónde está la novedad a la que se refiere Jesús? Radica en el hecho de que él no se contenta con
repetir lo que ya había exigido el Antiguo Testamento y que leemos también en los otros
Evangelios: "Ama a tu prójimo como a ti mismo" (Lv 19, 18; cf. Mt 22, 37-39; Mc 12, 29-31; Lc
10, 27). En el mandamiento antiguo el criterio normativo estaba tomado del hombre ("como a ti
mismo"), mientras que, en el mandamiento referido por san Juan, Jesús presenta como motivo y
norma de nuestro amor su misma persona: "Como yo os he amado". Así el amor resulta de verdad
cristiano, llevando en sí la novedad del cristianismo, tanto en el sentido de que debe dirigirse a
todos sin distinciones, como especialmente en el sentido de que debe llegar hasta sus últimas
consecuencias, pues no tiene otra medida que el no tener medida.
Las palabras de Jesús "como yo os he amado" nos invitan y a la vez nos inquietan; son una meta
cristológica que puede parecer inalcanzable, pero al mismo tiempo son un estímulo que no nos
permite contentarnos con lo que ya hemos realizado. No nos permite contentarnos con lo que
somos, sino que nos impulsa a seguir caminando hacia esa meta.
Ese áureo texto de espiritualidad que es el librito de la tardía Edad Media titulado La imitación de
Cristo escribe al respecto: "El amor noble de Jesús nos anima a hacer grandes cosas, y mueve a
desear siempre lo más perfecto. El amor quiere estar en lo más alto, y no ser detenido por ninguna
cosa baja. El amor quiere ser libre, y ajeno de toda afición mundana (...), porque el amor nació de
Dios, y no puede aquietarse con todo lo criado, sino con el mismo Dios. El que ama, vuela, corre y
se alegra, es libre y no embarazado. Todo lo da por todo; y todo lo tiene en todo; porque descansa
en un Sumo Bien sobre todas las cosas, del cual mana y procede todo bien" (libro III, cap. 5).
¿Qué mejor comentario del "mandamiento nuevo", del que habla san Juan? Pidamos al Padre que lo
vivamos, aunque sea siempre de modo imperfecto, tan intensamente que contagiemos a las personas
con quienes nos encontramos en nuestro camino.
“JUAN, EL VIDENTE DE PATMOS” 44
Queridos hermanos y hermanas: En la última catequesis meditamos en la figura del apóstol san
Juan. Primero, tratamos de ver lo que se puede saber de su vida. Después, en una segunda
catequesis, meditamos en el contenido central de su evangelio, de sus cartas: la caridad, el amor. Y
hoy volvemos a ocuparnos de la figura de san Juan, esta vez considerándolo el vidente del
Apocalipsis.
Ante todo, conviene hacer una observación: mientras que no aparece nunca su nombre ni en el
cuarto evangelio ni en las cartas atribuidas a este apóstol, el Apocalipsis hace referencia al nombre
44 Catequesis del Miércoles 23 de agosto de 2006.
46
de san Juan en cuatro ocasiones (cf. Ap 1, 1. 4. 9; 22, 8). Es evidente que el autor, por una parte, no
tenía ningún motivo para ocultar su nombre y, por otra, sabía que sus primeros lectores podían
identificarlo con precisión. Por lo demás, sabemos que, ya en el siglo III, los estudiosos discutían
sobre la verdadera identidad del Juan del Apocalipsis. En cualquier caso, podríamos llamarlo
también "el vidente de Patmos", pues su figura está unida al nombre de esta isla del mar Egeo,
donde, según su mismo testimonio autobiográfico, se encontraba deportado "por causa de la palabra
de Dios y del testimonio de Jesús" (Ap 1, 9).
Precisamente, en Patmos, "arrebatado en éxtasis el día del Señor" (Ap 1, 10), san Juan tuvo visiones
grandiosas y escuchó mensajes extraordinarios, que influirán en gran medida en la historia de la
Iglesia y en toda la cultura cristiana. Por ejemplo, del título de su libro, "Apocalipsis",
"Revelación", proceden en nuestro lenguaje las palabras "apocalipsis" y "apocalíptico", que evocan,
aunque de manera impropia, la idea de una catástrofe inminente.
El libro debe comprenderse en el contexto de la dramática experiencia de las siete Iglesias de Asia
(Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea) que, a finales del siglo I, tuvieron
que afrontar grandes dificultades -persecuciones y tensiones incluso internas- en su testimonio de
Cristo. San Juan se dirige a ellas mostrando una profunda sensibilidad pastoral con respecto a los
cristianos perseguidos, a quienes exhorta a permanecer firmes en la fe y a no identificarse con el
mundo pagano, tan fuerte. Su objetivo consiste, en definitiva, en desvelar, a partir de la muerte y
resurrección de Cristo, el sentido de la historia humana.
En efecto, la primera y fundamental visión de san Juan atañe a la figura del Cordero que, a pesar de
estar degollado, permanece en pie (cf. Ap 5, 6) en medio del trono en el que se sienta el mismo
Dios. De este modo, san Juan quiere transmitirnos ante todo dos mensajes: el primero es que Jesús,
aunque fue asesinado con un acto de violencia, en vez de quedar inerte en el suelo, paradójicamente
se mantiene firme sobre sus pies, porque con la resurrección ha vencido definitivamente a la
muerte; el segundo es que el mismo Jesús, precisamente por haber muerto y resucitado, ya participa
plenamente del poder real y salvífico del Padre.
Esta es la visión fundamental. Jesús, el Hijo de Dios, en esta tierra es un Cordero indefenso, herido,
muerto. Y, sin embargo, está en pie, firme, ante el trono de Dios y participa del poder divino. Tiene
en sus manos la historia del mundo. De este modo, el vidente nos quiere decir: "Tened confianza en
Jesús; no tengáis miedo de los poderes que se le oponen, de la persecución. El Cordero herido y
muerto vence. Seguid al Cordero Jesús, confiad en Jesús; seguid su camino. Aunque en este mundo
sólo parezca un Cordero débil, él es el vencedor".
Una de las principales visiones del Apocalipsis tiene por objeto este Cordero en el momento en el
que abre un libro, que antes estaba sellado con siete sellos, que nadie era capaz de soltar. San Juan
se presenta incluso llorando, porque nadie era digno de abrir el libro y de leerlo (cf. Ap 5, 4). La
historia es indescifrable, incomprensible. Nadie puede leerla. Quizá este llanto de san Juan ante el
misterio tan oscuro de la historia expresa el desconcierto de las Iglesias asiáticas por el silencio de
Dios ante las persecuciones a las que estaban sometidas en ese momento. Es un desconcierto en el
que puede reflejarse muy bien nuestra sorpresa ante las graves dificultades, incomprensiones y
hostilidades que también hoy sufre la Iglesia en varias partes del mundo. Son sufrimientos que
ciertamente la Iglesia no se merece, como tampoco Jesús se mereció el suplicio. Ahora bien, revelan
la maldad del hombre, cuando se deja llevar por las sugestiones del mal, y la dirección superior de
los acontecimientos por parte de Dios.
Pues bien, sólo el Cordero inmolado es capaz de abrir el libro sellado y de revelar su contenido, de
dar sentido a esta historia, que con tanta frecuencia parece absurda. Sólo él puede sacar lecciones y
enseñanzas para la vida de los cristianos, a quienes su victoria sobre la muerte anuncia y garantiza
47
la victoria que ellos también alcanzarán, sin duda. Todo el lenguaje que utiliza san Juan, con
intensas imágenes, está orientado a brindar este consuelo. / Entre las visiones que presenta el
Apocalipsis se encuentran dos muy significativas: la de la Mujer que da a luz un Hijo varón, y la
complementaria del Dragón, arrojado de los cielos pero todavía muy poderoso. Esta Mujer
representa a María, la Madre del Redentor, pero a la vez representa a toda la Iglesia, el pueblo de
Dios de todos los tiempos, la Iglesia que en todos los tiempos, con gran dolor, da a luz a Cristo
siempre de nuevo. Y siempre está amenazada por el poder del Dragón. Parece indefensa, débil.
Pero, mientras está amenazada y perseguida por el Dragón, también está protegida por el consuelo
de Dios. Y esta Mujer al final vence. No vence el Dragón. Esta es la gran profecía de este libro, que
nos infunde confianza. La Mujer que sufre en la historia, la Iglesia que es perseguida, al final se
presenta como la Esposa espléndida, imagen de la nueva Jerusalén, en la que ya no hay lágrimas ni
llanto, imagen del mundo transformado, del nuevo mundo cuya luz es el mismo Dios, cuya lámpara
es el Cordero.
Por este motivo, el Apocalipsis de san Juan, aunque continuamente haga referencia a sufrimientos,
tribulaciones y llanto -la cara oscura de la historia-, al mismo tiempo contiene frecuentes cantos de
alabanza, que representan por así decir la cara luminosa de la historia. Por ejemplo, habla de una
muchedumbre inmensa que canta casi a gritos: "¡Aleluya! Porque ha establecido su reinado el
Señor, nuestro Dios todopoderoso. Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han
llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado" (Ap 19, 6-7). Nos encontramos aquí
ante la típica paradoja cristiana, según la cual el sufrimiento nunca se percibe como la última
palabra, sino que se ve como un momento de paso hacia la felicidad; más aún, el sufrimiento ya está
impregnado misteriosamente de la alegría que brota de la esperanza.
Precisamente por esto, san Juan, el vidente de Patmos, puede concluir su libro con un último deseo,
impregnado de ardiente esperanza. Invoca la definitiva venida del Señor: "¡Ven, Señor Jesús!" (Ap
22, 20). Es una de las plegarias centrales de la Iglesia naciente, que también san Pablo utiliza en su
forma aramea: "Marana tha". Esta plegaria, "¡Ven, Señor nuestro!" (1 Co 16, 22) tiene varias
dimensiones. Desde luego, implica ante todo la espera de la victoria definitiva del Señor, de la
nueva Jerusalén, del Señor que viene y transforma el mundo. Pero, al mismo tiempo, es también una
oración eucarística: "¡Ven, Jesús, ahora!". Y Jesús viene, anticipa su llegada definitiva. De este
modo, con alegría, decimos al mismo tiempo: "¡Ven ahora y ven de manera definitiva!". Esta
oración tiene también un tercer significado: "Ya has venido, Señor. Estamos seguros de tu presencia
entre nosotros. Para nosotros es una experiencia gozosa. Pero, ¡ven de manera definitiva!". Así, con
san Pablo, con el vidente de Patmos, con la cristiandad naciente, oremos también nosotros: "¡Ven,
Jesús! ¡Ven y transforma el mundo! ¡Ven ya, hoy, y que triunfe la paz!". Amén.
48
INSTITUTO DIOCESANO DE CATEQUESIS SAN PÍO X
DIÓCESIS DE SAN LUIS
NUEVO TESTAMENTO
LIBROS HISTÓRICOS
III. HECHOS DE LOS APÓSTOLES
SAGRADA ESCRITURA II
49
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
A. GENERALIDADES
1. El nombre del libro
El título del libro aparece en los manuscritos en lengua griega: Actus
o Acta Apostolorum. Se ubica en la Escritura inmediatamente después del Cuarto Evangelio.
2. Autor
El Autor de los hechos es San Lucas, el Evangelista. Proveniente de la Gentilidad, nacido en
Antioquía de Siria, fue compañero de San Pablo en sus viajes apostólicos. El Apóstol lo llama
―colaborador suyo‖, ―médico carísimo‖. No se sabe nada de él después de la muerte de San Pablo.
La tradición dice que predicó el Evangelio en Bitinia y Acaya.
3. Fecha y Lugar de composición
San Lucas escribió este libro probablemente durante la Primera Prisión Romana, de San
Pablo, antes de decidirse favorablemente la causa del Apóstol. Algunas fechas importantes son las
siguientes:
30 de la era cristiana - Pasión de Jesucristo
34-36 - Conversión de San Pablo
43-44 - Muerte de Santiago el Mayor
45-48 - Primera Misión de San Pablo
49 - Concilio de Jerusalén
49-52 - Segunda Misión de San Pablo
51-52 - Estancia en Corinto
52-57 - Tercera Misión de San Pablo
53-56 - Estancia en Éfeso
57 - Prisión del Apóstol
59 - Partida para Roma
62 - Libertad
4. Argumento y Finalidad
a. Podría decirse que el argumento es el cumplimiento de lo profetizado al
comenzar el Libro:
―Recibiréis el poder del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros,
y seréis mis testigos en Jerusalén,
en toda Judea, en Samaría
y hasta el extremo de la tierra‖ (Hch 1,8).
b. La Finalidad de los Hechos de los Apóstoles no es, como podría suponerse la
narración de la actividad misional de todos los Apóstoles, sino el relato de la difusión de la
Palabra de Dios, de la predicación del Nombre de Jesucristo en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta
los confines de la tierra, según el mandato del Señor antes de la Ascensión. Todos los Apóstoles
50
trabajaron, pero el Libro nos habla especialmente de San Pedro, que predica en Jerusalén y
Palestina y de San Pablo, que llegó incluso a Roma.
Se ha dicho que el personaje principal del Libro es la misma Palabra de Dios.
En varios lugares, cuenta San Lucas cómo se difundía:
“La Palabra de Dios fructificaba, y se multiplicaba grandemente el número de los discípulos
en Jerusalén, y numerosa muchedumbre de sacerdotes se sometía a la fe”(Hch 6,7).
Y también: ―La Palabra de Dios, más y más se extendía y se difundía‖ (Hch 12,24).―La Palabra
del Señor se difundía por toda la región‖ (Hch 13,49). ―Tan poderosamente crecía y se difundía la
Palabra del Señor‖(Hch 19,20).
c. Relación con el Tercer Evangelio
San Lucas expone en su Evangelio el Ministerio Público de Jesús desde Galilea hasta
Jerusalén. Como una continuación, en los hechos relata la Difusión de la Palabra de Dios de
Jerusalén al mundo entero. Todo esto como resultado de una Presencia viva y misteriosa de Jesús
Resucitado y debido a la acción del Espíritu Santo ; porque la obra de Jesús no terminó con la
Ascensión a los Cielos.
Pueden considerarse, entonces, dos libros sucesivos de una misma obra literaria.
B. CARACTERÍSTICAS GENERALES
1.
a. El Libro relata los primeros treinta años de la Iglesia. Se apoya en los acontecimientos
pero es un escrito de carácter substancialmente teológico. Los hechos y la doctrina se
complementan mutuamente.
No busca la historia por la historia
sino que es un verdadero testimonio de fe de la Iglesia.
San Lucas no fue testigo ocular de todos los acontecimientos sino de algunos. Sin embargo,
se informó cuidadosamente de todos. En algunos textos aparece el ―nosotros‖, dando fe de que es
testigo ocular. Posiblemente para escribir recibió información de Pedro, Santiago el Menor, Juan y
hasta de la misma Virgen María.
b. Se destacan las narraciones de viajes por el mar como uno de los documentos más
importantes en este género de la Antigüedad:
―Zarpando de Tróade, navegamos derechos a Samotracia‖ (Hch16, 11).
―Cuando se decidió que nos embarcásemos rumbo a Italia, fueron confiados Pablo y
algunos otros prisioneros a un centurión de la cohorte Augusta, llamado Julio.
Subimos a una nave de Adramitio, que iba a partir hacia las costas de Asia, y nos
51
hicimos a la mar. Estaba con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica. Al otro
día arribamos a Sidón. Julio se portó humanamente con Pablo y le permitió ir a ver
a sus amigos y ser atendido por ellos.
Partimos de allí y navegamos al abrigo de las costas de Chipre, porque los vientos
eran contrarios. Atravesamos los mares de Cilicia y Panfilia y llegamos al cabo de
quince días a Mira de Licia. Allí encontró el centurión una nave alejandrina que
navegaba a Italia, y nos hizo subir a bordo. Durante muchos días la navegación fue
lenta y a duras penas llegamos a la altura de Gnido. Como el viento no nos dejaba
entrar en puerto, navegamos al abrigo de Creta por la parte de Salmone; y
costeándola con dificultad, llegamos a un lugar llamado Puertos Buenos, cerca del
cual se encuentra la ciudad de Lasea. Había transcurrido bastante tiempo y la
navegación era peligrosa, pues incluso había ya pasado el Ayuno. Pablo les
advertía:
«Amigos, veo que la navegación va a traer gran peligro y grave daño no sólo para el
cargamento y la nave, sino también para nuestras propias personas». Pero el
centurión daba más crédito al piloto y al patrón que no a las palabras de Pablo.
Como el puerto no era a propósito para invernar, la mayoría decidió hacerse a la
mar desde allí, por si era posible llegar a Fénica, un puerto de Creta que mira al
suroeste y al noroeste, y pasar allí el invierno. Soplaba ligeramente entonces el
viento del sur y creyeron que podían poner en práctica su propósito; levaron anclas
y fueron costeando Creta de cerca. Pero no mucho después se desencadenó un
viento huracanado procedente de la isla, llamado Euroaquilón. La nave fue
arrastrada y, no pudiendo hacer frente al viento, nos abandonamos a la deriva .
Navegando a sotavento de una isleta llamada Cauda, pudimos con mucha dificultad
hacernos con el bote. Una vez izado el bote se emplearon los cables de refuerzo,
ciñendo el casco por debajo; y por miedo a chocar contra la Sirte, se echó el ancla
flotante. Así se iba a la deriva. Y como el temporal seguía sacudiéndonos
furiosamente, al día siguiente aligeraron la nave. Y al tercer día con sus propias
manos arrojaron al mar el aparejo de la nave. Durante muchos días no apareció el
sol ni las estrellas; teníamos sobre nosotros una tempestad no pequeña; toda
esperanza de salvarnos iba desapareciendo‖ (Hch 27, 2-20)45
c. Con una redacción muy lograda, enseña con facilidad y evidencia los
acontecimientos de la Primera Iglesia. Con pequeños resúmenes, (sumarios), sintetiza y
compendia series de episodios con una interpretación y valoración doctrinal:
―Perseveraban en oír la enseñanza de los Apóstoles y en la unión, en la Fracción
del Pan y en la oración‖ (Hch 2, 42). ―Y en el Templo y en las casas, no cesaban
todo el día de enseñar y de anunciar a Cristo Jesús‖ (Hch 5,42).
También Hch 4, 34-35; Hch 8, 25
El Libro de los Hechos de los Apóstoles nos pone en contacto con:
La vida del Pueblo de Jerusalén
Las ciudades de la dispersión
Las comunidades que recorrió San Pablo.
Los principales dogmas cristianos
La vida Sacramental de la iglesia
45 En la antigua literatura, este género, (―praxeis‖, ―res gestae‖, ―acta‖), no equivalía a una moderna biografía sino a la doctrina y
hechos más relevantes de un personaje.
52
La piedad personal y comunitaria
Los discursos y predicación de los apóstoles
2. División del Libro
1,1-3 Prólogo
1º Parte : 1,4-8,3 La Iglesia en Jerusalén
2º Parte: 8,4-12,25 La Iglesia fuera de Jerusalén
3º Parte: 13,1-28,31 La Iglesia entre los Gentiles
3. Contenido Teológico del Libro
a. Cristología
Confirma y supone el mensaje de los Evangelios. Muestra el cumplimiento de las promesas
del Antiguo Testamento en el Misterio Pascual de Cristo. Cristo es confesado Mesías, Hijo de Dios,
Juez Universal, etc.:
―A Él, entregado según el designio determinado y la presciencia de Dios, después de
fijarlo en la Cruz por medio de hombres sin ley, le disteis muerte. Al cual Dios le resucitó
después de soltar las ataduras de la muerte, por cuanto no era posible que fuera
dominado por ella‖ (Hch 2, 23). Pero Dios dio cumplimiento de este modo a lo que
había anunciado por boca de todos los profetas: que su Cristo padecería (Hch 3, 18).
También Hch 4, 26-28; 13, 7-29; 26, 23; 2, 32-33; 3, 13-21; 7, 56; 17, 31; 2, 36; 5, 31;
3, 13-16; 4, 25.30; 22, 14; 3, 14;7, 52.
b. Pneumatología
Se ha llamado a los hechos de los Apóstoles”
El Evangelio del Espíritu Santo”
porque relata la acción íntima y eficaz del Espíritu
en la vida de la Iglesia.
Por los Hechos de los Apóstoles conocemos el suceso de Pentecostés. Después de relatar la
Ascensión del Señor y la oración en el Cenáculo esperando la Promesa del Padre, relata los sucesos
del Día de Pentecostés.
―Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De
repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó
toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de
fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos
llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu
les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían,
venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al producirse aquel ruido la
gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia
lengua. Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que
están hablando? Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia
lengua nativa? Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea,
Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con
53
Cirene, forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos
hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios».(Hech 2,1,11)46
Muchas veces en la Escritura el Espíritu Santo es presentado como viento y en las teofanías
aparece fuego y temblor de tierra para señalar la Presencia de Dios. El Espíritu es el ―Aliento de
Yavé‖ : ―Tú soplaste con tu aliento, y el mar los envolvió‖ (Ex 15, 10-11); ―Yavé se paseaba por el
Jardín a la hora de la Brisa‖ (Gen 3,8)47.
El relato de Pentecostés hace referencia al episodio de Babel:
Todo el mundo era de un mismo lenguaje e idénticas palabras. Al desplazarse la
humanidad desde oriente, hallaron una vega en el país de Senaar y allí se
establecieron. Entonces se dijeron el uno al otro: «Ea, vamos a fabricar ladrillos y a
cocerlos al fuego». Así el ladrillo les servía de piedra y el betún de argamasa. Después
dijeron: «Ea, vamos a edificarnos una ciudad y una torre con la cúspide en los cielos, y
hagámonos famosos, por si nos desperdigamos por toda la haz de la tierra». Bajó
Yahveh a ver la ciudad y la torre que habían edificado los humanos, y dijo Yahveh: «He
aquí que todos son un solo pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su
obra. Ahora nada de cuanto se propongan les será imposible. Ea, pues, bajemos, y una
vez allí confundamos su lenguaje, de modo que no entienda cada cual el de su
prójimo». Y desde aquel punto los desperdigó Yahveh por toda la haz de la tierra, y
dejaron de edificar la ciudad. Por eso se la llamó Babel; porque allí embrolló Yahveh
el lenguaje de todo el mundo, y desde allí los desperdigó Yahveh por toda la haz de la
tierra‖ (Gen 11,1-9).
Quisieron los hombres edificar una ciudad y una torre que, tocando los cielos los hiciera
famosos. Bajó el Señor y los dispersó. En Pentecostés sucedió lo contrario. Dios descendió
nuevamente, y para edificar su Iglesia, congregó en la confesión de una misma fe a los que había
dispersado. Muchas veces se mencionará la docilidad de los Apóstoles a las inspiraciones del
Espíritu :
―Estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu : Ahí tienes unos hombres
que te buscan. Baja, pues al momento y vete con ellos. Pedro bajó con ellos‖
(Hch 10,19-21)
―Atravesada la Frigia y el país de Galacia, el Espíritu Santo les prohibió predicar
en Asia. Llegaron a Misia e intentaron dirigirse a Bitinia, mas tampoco se lo
permitió en Espíritu de Jesús‖ (Hch 16,6-7).
También: Hech 2, 3 Hch 15, 28.
c. Eclesiología
Los Hechos son un importante documento de la historia de la Iglesia Naciente y un
testimonio de su fe.
46 En otros lugares narra hechos parecidos: Hech 4,31
47 También Ps 103; 2 Re 19, 12-13; Ez 37, 9; Jn 20, 32; Ex 3,2; Ex 12, 18; Mt 3, 11.
54
d. Sacramentos
Fracción del Pan: ―El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción
del pan, Pablo, que debía marchar al día siguiente, conversaba con ellos y alargó la charla
hasta la media noche. Había abundantes lámparas en la estancia superior donde estábamos
reunidos‖ (Hch 20, 7-8)
Bautismo:―Siguiendo el camino llegaron a un sitio donde había agua. El eunuco dijo:
«Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?» Felipe dijo: Si crees, bien puedes. Y
respondiendo dijo: Creo que Jesús es el Hijo de Dios. Y mandó detener el carro. Bajaron
ambos al agua, Felipe y el eunuco; y lo bautizó‖ (Hech 8, 36 ss)
e. Oración: El libro da testimonio de la vida de oración de la Iglesia y recoge varias oraciones,
tanto comunitarias como individuales:
―Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de
algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. (Hch 1, 14).
―Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la
fracción del pan y a las oraciones. Acudían al Templo todos los días con
perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el
alimento con alegría y sencillez de corazón‖ (Hch 2, 42.46).
―Así pues, Pedro estaba custodiado en la cárcel, mientras la Iglesia oraba
insistentemente por él a Dios‖ (Hch 12, 5).
Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías.
Entonces oraron así: «Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muéstranos
a cuál de estos dos has elegido, para ocupar en el ministerio del apostolado el
puesto del que Judas desertó para irse adonde le correspondía». Echaron suertes
y la suerte cayó sobre Matías, que fue agregado al número de los doce apóstoles.
(Hch 1, 23-26)
También: 3,1; 9,11; 10,9; 16,25; 20,36; 4,23-31
f. Constitución de la jerarquía
―Habiendo evangelizado aquella ciudad y conseguido bastantes discípulos, se
volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, confortando los ánimos de los discípulos,
exhortándoles a perseverar en la fe y diciéndoles: «Es necesario que pasemos
por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios». Designaron
presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los
encomendaron al Señor en quien habían creído‖ (Hch 14,21-23).
g. Concilio de Jerusalén
―Bajaron algunos de Judea que enseñaban a los hermanos: «Si no os
circuncidáis conforme a la costumbre mosaica, no podéis salvaros». Se produjo
con esto una agitación y una discusión no pequeña de Pablo y Bernabé contra
ellos; y decidieron que Pablo y Bernabé y algunos de ellos subieran a Jerusalén,
donde los apóstoles y presbíteros, para tratar esta cuestión. Entonces decidieron
los apóstoles y presbíteros, de acuerdo con toda la Iglesia, elegir de entre ellos
algunos hombres y enviarles a Antioquía con Pablo y Bernabé; y estos fueron
55
Judas, llamado Barsabás, y Silas, que eran dirigentes entre los hermanos. Por su
medio les enviaron esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos,
saludan a los hermanos venidos de la gentilidad que están en Antioquía, en Siria
y en Cilicia. Habiendo sabido que algunos de entre nosotros, sin mandato
nuestro, os han perturbado con sus palabras, trastornando vuestros ánimos,
hemos decidido de común acuerdo elegir algunos hombres y enviarlos donde
vosotros, juntamente con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que son hombres
que han entregado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. Enviamos,
pues, a Judas y Silas, quienes os expondrán esto mismo de viva voz: Que hemos
decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que éstas
indispensables: abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los
animales estrangulados y de la impureza. Haréis bien en guardaros de estas
cosas. Adiós». Ellos, después de despedirse, bajaron a Antioquía, reunieron la
asamblea y entregaron la carta. La leyeron y se gozaron al recibir aquel aliento‖
(Hch 15,1-2.22-31).
h. Discursos Apostólicos
Se encuentran los de San Pedro, Santiago. San Esteban y finalmente San Pablo. Es
importante destacar cómo cuando los Apóstoles se dirigen a los judíos, su discurso demuestra que
las promesas veterotestamentarias se han cumplido en Cristo; mientras que cuando exhortan a los
gentiles sus argumentos giran en torno a la Revelación Natural.
Discursos de San Pedro, de San Esteban y de San Pablo a los Judíos : Hch 2, 22-33;
3, 12-15; 7, 51-53; 13, 16-23.
Discursos de San Pedro y de San Pablo a los Gentiles: Hch 10, 34-36; 14, 14-17;17, 22-31
i. La Conversión de los Gentiles
En el Libro de los Hechos de los Apóstoles se ven cumplidas tantas promesas de los
profetas del Antiguo Testamento sobre los gentiles que se convertirían al Señor. San Lucas narra
tanto la conversión de los que, venidos de la gentilidad se habían convertido al judaísmo, como de
los que dejando la idolatría pagana se volvieron a Cristo:
―Había en Cesarea un hombre, llamado Cornelio, centurión de la cohorte Itálica,
piadoso y temeroso de Dios, como toda su familia, daba muchas limosnas al pueblo
y continuamente oraba a Dios. Vio claramente en visión, hacia la hora nona del día,
que el Ángel de Dios entraba en su casa y le decía: «Cornelio». El le miró fijamente
y lleno de espanto dijo: «¿Qué pasa, señor?» Le respondió: «Tus oraciones y tus
limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios. Ahora envía
hombres a Jope y haz venir a un tal Simón, a quien llaman Pedro. Este se hospeda
en casa de un tal Simón, curtidor, que tiene la casa junto al mar». (Hch 10, 1-6).
―Entonces, viendo lo ocurrido, el procónsul creyó, impresionado por la doctrina del
Señor‖ (Hch 13, 12).
También 8, 26-35; 17, 34; 19, 18-20
Muchos relatos de milagros, curaciones y castigos prodigiosos se leen en los Hechos. Sin
embargo, su papel es muy diferente al de los episodios de esta naturaleza que aparecen en los Libros
Apócrifos. Los de la Escritura, aparecen siempre confirmando la Palabra de Dios. Los Apócrifos
hacen girar todo en torno a estos sucesos maravillosos a fin de entretener a los lectores.
56
j. Resurrecciones
―Había en Jope una discípula llamada Tabitá, que quiere decir Dorcás (gacela).
Era rica en buenas obras y en limosnas que hacía. Por aquellos días enfermó y
murió. La lavaron y la pusieron en la estancia superior. Lida está cerca de Jope,
y los discípulos, al enterarse que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres con
este ruego: «No tardes en venir a nosotros». Pedro partió inmediatamente con
ellos. Así que llegó le hicieron subir a la estancia superior y se le presentaron
todas las viudas llorando y mostrando las túnicas y los mantos que Dorcás hacía
mientras estuvo con ellas. Pedro hizo salir a todos, se puso de rodillas y oró;
después se volvió al cadáver y dijo: «Tabitá, levántate». Ella abrió sus ojos y al
ver a Pedro se incorporó. Pedro le dio la mano y la levantó. Llamó a los santos y
a las viudas y se la presentó viva. Esto se supo por todo Jope y muchos creyeron
en el Señor‖ (Hch 9, 36-42).
También Hch 20, 9-12
k. Curaciones
―Precisamente el padre de Publio se hallaba en cama atacado de fiebres y disentería.
Pablo entró a verle, hizo oración, le impuso las manos y le curó. Después de este
suceso los otros enfermos de la isla acudieron y fueron curados‖ (Hch 28, 8-9).
También: Hch 3, 1-8; 9, 17-20; 14, 8-10; 16, 16-18
l. Castigos Prodigiosos
Hch 5, 1-11; 13, 8-12
m. Algunos personajes destacados en el Libro
San Esteban
La Historia de San Esteban se encuentra en los Capítulos VI y VII de los Hechos.
Elegido como uno delos siete diáconos para servir en la iglesia se lo describe como pleno de
fe, de Sabiduría y del Espíritu Santo:
―Pareció bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre
lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a
Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquia‖ (Hch 6,5).
También: Hch 6, 3; 6, 8; 6, 10; 7, 55.
El Discurso que antecede a su martirio es una perfecta síntesis de todo el Antiguo
Testamento. Su sabiduría para comprender las Escrituras es manifiesta: Hch 7, 2-53
Es notable la configuración de San Esteban con Cristo. La calumnia de los
perseguidores puede compararse a la del Evangelio:
―Entonces sobornaron a unos hombres para que dijeran: «Nosotros hemos oído a éste
pronunciar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios». De esta forma
amotinaron al pueblo, a los ancianos y escribas; vinieron de improviso, le prendieron
57
y le condujeron al Sanedrín. Presentaron entonces testigos falsos que declararon:
«Este hombre no para de hablar en contra del Lugar Santo y de la Ley; pues le hemos
oído decir que Jesús, ese Nazoreo, destruiría este Lugar y cambiaría las costumbres
que Moisés nos ha transmitido»‖ (Hch 6, 11-14).
―Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote, y se reúnen todos los sumos sacerdotes, los
ancianos y los escribas. Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando
contra Jesús un testimonio para darle muerte; pero no lo encontraban. Y tampoco en
este caso coincidía su testimonio‖ (Mc 14, 53. 55. 59).
El sacarlo fuera de la Ciudad para morir: Hch 7, 58; Mc 15, 20
El ver al Hijo del Hombre como antes los grandes profetas, Ezequiel y Daniel:
Hch 7, 56; Mc 14, 62
La intercesión por los verdugos: Hch 7, 60; Lc 23, 34
La oración de entrega al morir: Hch 7, 59; Lc 23, 46
San Pablo
El primer fruto de la oración y el martirio de San Esteban es la conversión de Saulo.
Éste aparece primero aprobando la muerte del Diácono, y luego, persiguiendo a los cristianos.
Pero a partir de su conversión, San Lucas parece olvidarse de la actividad de los Doce para
narrar su actividad.
El episodio de Damasco, (Hch 9) es relatado también por el Apóstol a los judíos de
Jerusalén, (Hch 22,5 -16), delante del Rey Agripa (Hch 26, 18-10), y en la Carta a los
Gálatas. (Ga 1, 12-17)
Esta conversión se sitúa entre los años 34-35. San Pablo tendría entre 25 y 30 años.
En sus cartas San Pablo confesará haber recibido la Revelación del Hijo, de haber visto al
Señor:
―¿No soy yo libre? ¿No soy yo apóstol? ¿Acaso no he visto yo a Jesús, Señor
nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?‖ (I Cor 9,1).
―Y en último término se me apareció también a mí, como a un abortivo. Pues yo
soy el último de los apóstoles: indigno del nombre de apóstol, por haber
perseguido a la Iglesia de Dios‖ (I Cor 15,8-9).
Más de la mitad del Libro relata los viajes del Apóstol, que, partiendo de Antioquia
realiza tres grandes misiones en Occidente. En la segunda llega a Europa. Tomado preso en
Jerusalén, es llevado a Roma y en su ―Primera Prisión Romana‖ obtiene una sentencia
favorable (que no está expresamente dicha en los Hechos).Con esto termina el libro. Por las
últimas cartas de San Pablo sabemos que hubo una ―Segunda Prisión Romana‖
1º Viaje Hch 13, 29 - 15, 33
2º Viaje Hch 15, 34 - 18, 22
3º Viaje Hch 18, 23 - 21, 26
Viaje a Roma Hch 21, 27 - 28, 31
58
Merece especial atención el Discurso de Despedida que el Apóstol dirige a los
presbíteros de Éfeso. Las enseñanzas de las Cartas se ven perfectamente volcadas en el
relato de San Pablo.
Desde Mileto envió a llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso. Cuando
llegaron donde él, les dijo: «Vosotros sabéis cómo me comporté siempre con
vosotros, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda
humildad y lágrimas y con las pruebas que me vinieron por las asechanzas de
los judíos; cómo no me acobardé cuando en algo podía seros útil; os predicaba
y enseñaba en público y por las casas, dando testimonio tanto a judíos como a
griegos para que se convirtieran a Dios y creyeran en nuestro Señor Jesús.
«Mirad que ahora yo, encadenado en el espíritu, me dirijo a Jerusalén, sin
saber lo que allí me sucederá; solamente sé que en cada ciudad el Espíritu
Santo me testifica que me aguardan prisiones y tribulaciones. Pero yo no
considero mi vida digna de estima, con tal que termine mi carrera y cumpla el
ministerio que he recibido del Señor Jesús, de dar testimonio del Evangelio de
la gracia de Dios. «Y ahora yo sé que ya no volveréis a ver mi rostro ninguno
de vosotros, entre quienes pasé predicando el Reino. Por esto os testifico en el
día de hoy que yo estoy limpio de la sangre de todos, pues no me acobardé de
anunciaros todo el designio de Dios. «Tened cuidado de vosotros y de toda la
grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para
pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo.
«Yo sé que, después de mi partida, se introducirán entre vosotros lobos crueles
que no perdonarán al rebaño; y también que de entre vosotros mismos se
levantarán hombres que hablarán cosas perversas, para arrastrar a los
discípulos detrás de sí.
Por tanto, vigilad y acordaos que durante tres años no he cesado de
amonestaros día y noche con lágrimas a cada uno de vosotros. «Ahora os
encomiendo a Dios y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para construir
el edificio y daros la herencia con todos los santificados. «Yo de nadie codicié
plata, oro o vestidos. Vosotros sabéis que estas manos proveyeron a mis
necesidades y a las de mis compañeros. En todo os he enseñado que es así,
trabajando, como se debe socorrer a los débiles y que hay que tener presentes
las palabras del Señor Jesús, que dijo: Mayor felicidad hay en dar que en
recibir». Dicho esto se puso de rodillas y oro con todos ellos‖ (Hch 20,17-36)
San Bernabé
Es otro de los gigantes de la Iglesia Primitiva. Hombre rico en sabiduría, optimismo
y confianza:
―José, llamado por los apóstoles Bernabé (que significa: «hijo de la exhortación»),
levita y originario de Chipre‖ (Hch 4,36).―Cuando llegó y vio la gracia de Dios se
alegró y exhortaba a todos a permanecer, con corazón firme, unidos al Señor, porque
era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una considerable multitud se
agregó al Señor‖ (Hch 11,23-24).
Después de Ananías, es el hombre a quien más debe San Pablo. Lo buscó, lo
comprendió y lo sostuvo. Luego será su compañero: Hch 14, 12; Hch 15, 2
59
Los Hechos, al igual que los Evangelios se guardan bien de ocultar las debilidades de
los Apóstoles; lo que constituye una prueba más de la veracidad y objetividad de los
escritos:
―Bernabé quería llevar también con ellos a Juan, llamado Marcos. Pablo, en
cambio, pensaba que no debían llevar consigo al que se había separado de ellos en
Panfilia y no les había acompañado en la obra. Se produjo entonces una tirantez tal
que acabaron por separarse el uno del otro: Bernabé tomó consigo a Marcos y se
embarcó rumbo a Chipre; por su parte Pablo eligió por compañero a Silas y partió,
encomendado por los hermanos a la gracia de Dios‖ (Hch 15, 37-40).
También: Ga 2, 11-14.
San Pablo lo recordará también en la Primera Carta a los Corintios: ―¿Acaso
únicamente Bernabé y yo estamos privados del derecho de no trabajar?‖ (I Cor 9, 6).
Timoteo
Discípulo creyente, de madre judía y padre gentil, fue también compañero de San
Pablo. A él le dirigió el Apóstol dos de sus cartas. Lo llamará su ―verdadero hijo en la fe‖.
―Llegó también a Derbe y Listra. Había allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de
una mujer judía creyente y de padre griego. Los hermanos de Listra e Iconio daban
de él un buen testimonio. Pablo quiso que se viniera con él. Le tomó y le circuncidó
a causa de los judíos que había por aquellos lugares, pues todos sabían que su padre
era griego‖ (Hch 16, 1-3). ―Pablo, apóstol de Cristo Jesús, por mandato de Dios
nuestro Salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo mío
en la fe. Gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor
nuestro‖ (I Tim 1, 1-2).
También: I Tim 4, 14; II Tim 1, 4-6; II Tim 3, 14-15.
“El que tenga sed, que venga a Mí; de su interior brotarán torrentes de agua viva”
(Jn. 7,47)
60
INSTITUTO DIOCESANO DE CATEQUESIS SAN PÍO X
DIÓCESIS DE SAN LUIS
NUEVO TESTAMENTO
LIBROS DIDÁCTICOS
I. EPÍSTOLAS DE SAN PABLO
SAGRADA ESCRITURA II
61
MAPAS DE LOS VIAJES DE SAN PABLO
62
63
EPÍSTOLAS DE SAN PABLO
A. GENERALIDADES
Las cartas que se conservan de San Pablo son catorce (14). Son las cartas que la iglesia tiene
como auténticas y canónicas.
Prescindimos de la cuestión si pudiera haber escrito otras más, pues vemos que en I Cor. 5,
9 alude a otra carta anteriormente escrita a los corintios que se ha perdido. ¿Qué carta fue ésta? Lo
desconocemos.
Las catorce que se conservan son un testimonio elocuente del gran celo del apóstol por la
conversión del mundo infiel.
El historiador Eusebio de Cesarea, a principios del siglo IV, nos enseña que las catorce
cartas eran reconocidas como auténticas y también las citan con ese nombre San Cirilo de Jerusalén,
(a. 350), el Concilio de Laodicea (a. 363), Orígenes, San Gregorio Nacianceno, San Juan
Crisóstomo y otros Santos Padres.
1. Orden de las cartas
El orden cronológico de las cartas de San Pablo no es el que figura en nuestras Biblias
actualmente pues fueron así puestas por escrito atendiendo a quines iban dirigidas sea, atendiendo a
la dignidad de las iglesias y a la extensión doctrinal de cada carta. Esto significa que primero han
sido ubicadas las que van dirigidas a iglesias o comunidades y luego las que van dirigidas a
personas. La carta de los Hebreos fue colocada en último lugar porque durante algún tiempo se
dudó de la autenticidad paulina.
El propio orden cronológico parece que debiera ser éste:
a. Anteriores a su encarcelamiento en Roma:
Dos cartas a los Tesalonicenses, escritas entre los años 51 y 52;
A los Gálatas , alrededor del año 54;
Dos cartas a los Corintios escritas hacia el año 57;
Una carta a los Romanos escrita en el año 58.
b. Cartas de la Cautividad: que escribió según la Tradición en Roma en el año 62 o
63:
A los Efesios;
A los Colosenses;
A los Filipenses;
A Filemón
64
c. Y poco más tarde escribió la carta a los Hebreos.
d. Epístolas Pastorales: que escribió poco después de obtener la libertad y antes de su
segunda prisión, alrededor de los años 64 ó 65:
Primera Carta a Timoteo;
A Tito;
Segunda carta a Timoteo48
.
2. Lengua y estilo
Las cartas de San Pablo están escritas en griego, no en el griego clásico de
Demóstenes o Platón sino en el común o helenista que usaban las gentes cultas de su época.
En cuanto al estilo, si bien hay diversas apreciaciones por sin incorrecciones que
aparecen a primera vista como ciertas digresiones, paréntesis, elipsis, etc, sin embargo,
echamos de ver que esto es debido a su agudeza mental y a la hondura de sus pensamientos.
Su lenguaje es enérgico, expresivo y varonil como el de un hombre apasionado y
obsesionado por la verdad que predica, la cual brota de sus labios con fluidez y reciedumbre
elocuentes y admirables.
3. Forma literaria
La disposición o estructura de las cartas de San Pablo viene a ser parecida a la de
las cartas clásicas antiguas o sea con sus tres partes:
El prólogo ( que solamente falta en la carta a los Hebreos) y comprende el nombre
del apóstol y a veces lleva además el nombre de alguno de sus compañeros,
salutación, destinatario y, también, la bendición ( que es la que suele faltar en
algunas cartas profanas).
El cuerpo de la carta: o sea, la exposición doctrinal que de ordinario lleva dos
partes, una dogmática o didáctica y otra moral con aplicaciones a prácticas a la vida
cristiana.
El epílogo o conclusión que consta de mensajes personales con sus saludos y
bendiciones.
Ordinariamente, para escribir sus cartas, se servía de un amanuense o secretario y,
luego, de propio puño y letra, añadía algún saludo o exhortación.
4. Teología de San Pablo
En este punto conoceremos los aspectos principales que San Pablo nos transmite
acerca del misterio de Dios y de la vida cristiana (Con esto queremos dar a entender el
significado de Teología como Tratado o escrito acerca de la esencia de Dios, sus misterios,
su vida íntima y su comunicación a los hombres).
48 Esta la escribe ya próximo a su martirio, sin duda, alrededor del año 66 ó 67.
65
Como dice Santo Tomás, en estas cartas se hallan contenidas la mayor parte de las
verdades teológicas. De hecho están todas las principales. La Doctrina del apóstol se reduce
a este punto central: a demostrar que Jesucristo es Dios hecho hombre y que es el Redentor
de todos los hombres. Jesucristo, el Hijo de Dios, ha redimido a todos con su Pasión y
Muerte en la Cruz. Todo hombre nace en pecado y nadie puede justificarse ni salvarse sino
por su Gracia, puesto que El es la fuente de todas las gracias. El las concede al que cree y
practica su evangelio. La ley de moisés condujo a los hombres hasta Cristo y con su muerte
quedó abrogada.
Todos los fieles, dice el apóstol, formamos un cuerpo místico, del cual Cristo es la
Cabeza y nosotros, los fieles, somos los miembros.
De las Cartas de San Pablo dijo el Crisóstomo:
“... Son minas y fuentes espirituales que nos proporcionan riquezas
más preciosas que el oro...”.
B. TEMAS PRINCIPALES DE CADA UNA DE LAS CARTAS
1. CARTA A LOS ROMANOS
Es un magnífico ensayo teológico del plan de salvación puesto que ni judío ni gentil
alcanzan la salvación a no ser en Cristo que murió por todos.
La justificación alcanzada implica la participación del cristiano en el Misterio
Pascual de Cristo que significa muerte y sepultura del pecado por medio del
Bautismo para resucitar a la Vida nueva en Cristo: la gracia santificante es la misma
vida de Dios que nos ha sido comunicada por medio de su Hijo.
Aparece la ley del pecado y la ley de la gracia. La ley de la gracia cura las heridas del
pecado.
Exigencias morales que se derivan de esta transformación sobrenatural del hombre
sometido a la ley del pecado.
2. PRIMERA CARTA A LOS CORINTIOS
7, 25-38: Excelencia de la virginidad sobre el matrimonio.
Cap. 13: El camino perfecto: la caridad.
La sabiduría humana y la sabiduría en Cristo.
Reprensiones a los corintios por que la vida moral no condice con la vida litúrgica y
con los dones especiales que Dios derramó sobre ellos.
3. SEGUNDA CARTA A LOS CORINTIOS
Apología de su ministerio apostólico.
66
Caps. 8-9: Colecta a favor de ls cristianos.
Apología en defensa propia.
4. CARTA A LOS GALATAS
caps. 3-4: Justificación pr la fe es conforma a las promesas.
Caps. 5-6: Consecuencias morales
La filiación adoptiva
Diatriba con San Pedro
5. CARTA A LOS EFESIOS
La redención, la elección de Dios como don gratuito de su amor a favor de los
hombres desde la creación.
Presenta a la iglesia con varias imágenes: Edificio, Templo, Familia de Dios, Esposa
de Cristo, Cuerpo de Cristo, Plenitud de Cristo.
Consecuencias morales de la Fe en Cristo para la vida cotidiana de los cónyuges, de
los hijos, de los siervos y de los amos.
6. CARTA A LOS FILIPENSES
La ciudadanía del cristiano está en el cielo
La caridad es vínculo de la unión fraterna
El anonadamiento (abajamiento) de Cristo, principio de nuestro sentimientos hacia el
prójimo
7. CARTA A LOS COLOSENSES
1, 13 ss.: Cristo único mediador entre Dios y los hombres y Señor del universo.
En el ministerio apostólico, el apóstol, se identifica a Cristo también compartiendo su
Pasión: por ella completamos con nuestros sufrimientos todo lo que falta a la Pasión
del Señor. Lo que falta a la Pasión del Señor debe entenderse como lo que falta para
que los frutos de la Pasión del Señor lleguen a realizarse plenamente en cada hombre.
Las virtudes cristianas.
8. I y II TESALONICENSES
I Tes. 4, 13 ss.: La parusía: Cristo es el que realiza la salvación que es plena y
definitiva. La salvación implica una respuesta a Dios ya que El es el principio y
motor de la salvación.
67
I Tes. 4, 1-7: Exhortación a la práctica de la vida cristiana. El trabajo como medio
para la santificación. Vigilancia.
II Tes. 2, 13-14: El cristiano es objeto de la caridad de Dios.
9. I y II A TIMOTEO
I Tim. 1: Desenmascarar el error que había proliferado en la época.
La fe y la piedad prendas preciosas de un seguidor de Cristo y garantía dela
salvación.
Prescripciones para el ministerio.
10. CARTA A TITO
Da las normas que se han de observar en el nombramiento de presbíteros y obispos
para colaborar en la explicación de las sanas doctrinas y así poderrefutar, instruir, y
exhortar.
11. CARTA A FILEMON
Cristo modelo único de todo cristiano.
La verdadera caridad deja abolida la esclavitud.
12. CARTA A LOS HEBREOS
El tema central es el sacerdocio de Cristo. Su sacrificio está sobre los sacrificios
de la ley mosaica.
a. Generalidades
Forma parte tradicionalmente del Corpus Paulino.
De gran amplitud y profundidad de exposición dogmática, el mismo autor la define como
―Palabra de Exhortación‖: paráklesis. Este término – paráklesis - tiene un triple valor:
Palabra de Defensa
Palabra de Exhortación
Palabra de Consuelo
b. Finalidad
La finalidad de la epístola es animar y reconfortar a los cristianos perseguidos, olvidados,
etc. para que ante todo, conserven la fe:
aceptando la Palabra Revelada,
68
confiando en la providencia,
perseverando en la fidelidad a la Voluntad de Dios.
Aunque no menciona los destinatarios y carece de algunos elementos del protocolo clásico
de las cartas, puede considerarse tal, ya que el último capítulo es verdaderamente epistolar49
.
c. Autor
A pesar de haber constituido un tema de discusión, sobre todo en Occidente, la tradición ha
sostenido siempre esta epístola como de San Pablo, y aún cuando en su redacción hubieran
intervenido otras personas, es claro que han desarrollado las ideas del Apóstol.
San Clemente de Alejandría sostiene que el original hebreo es de san Pablo y que fue
traducida por San Lucas. Orígenes admite un original hebreo de San Pablo y una posterior
traducción griega. La citan los Padres de la Iglesia: San Ignacio de Antioquía, la Carta de Bernabé,
la Didaché, San Policarpo, Panteno, San Clemente de Alejandría, Orígenes, en Oriente. San
Clemente Romano, el Pastor de Hermas, San Hilario y San Jerónimo en Occidente.
La Pontificia Comisión bíblica, consideró en 1914, que las dudas acerca del autor que
surgieron en Occidente, no son tales como para negar el origen paulino de la carta, aunque no
es necesario admitir que San Pablo le diese la última forma literaria.
d. Destinatarios
No hay en la epístola indicación sobre ellos. Se piensa en:
Cristianos venidos del judaísmo, quizá sacerdotes de Jerusalén que habían abrazado la fe en
Cristo por la predicación de San Esteban.: cf Act 6, 8.
Judeocristianos de Roma: cf Heb 13, 4.
Cristianos de Alejandría o del Asia Menor.
Cristianos relacionados con los medios religiosos de Qumram.
Lo más probable es que sean cristianos venidos del judaísmo. La Carta tiene expresiones
tales como:
―Habló Dios a nuestros padres...‖ 2,16; ―Semilla de Abrahám...‖ 11,18, etc.
e. Fecha de composición y lengua en que fue escrita
Se ubica antes de la destrucción del templo de Jerusalén que acaeció en el 70. Se piensa más
exactamente entre los años 64-67.
49 Algo así sucede con I Jn
69
Está escrita en griego. Hay quienes hablan de un posible original hebreo. Cita
constantemente la Biblia Griega de los LXX. Utiliza muchos recursos literarios conocidos:
paralelismos, palabras clave, simetrías, etc.
Presenta toda la Epístola según los cánones de la retórica antigua.
f. Uso Litúrgico
En la Liturgia Romana se lee particularmente en los días en que se recuerda la Pasión
de Señor.
También cuando se destaca el Sacerdocio de Cristo y el Martirio Cristiano.
En la Navidad cuando Cristo es presentado como Hijo de Dios, engendrado
eternamente por el Padre y hecho Hombre al final de los tiempos.
g. Plan de la Epístola
Prólogo. 1, 1-4
Presenta la Persona y Obra del Hijo de Dios
Lo muestra como verdadero Profeta, Rey y Sacerdote
Destaca que es Redentor y objeto de fe de los cristianos.
Por tanto, la Nueva Economía de la Salvación es superior a la Antigua.
I- El Hijo de Dios Encarnado es Rey del Universo. 1, 5 - 2, 18
Dios y Hombre
Superior a los Ángeles que promulgaron la Antigua Ley
Su abajamiento y su misión salvadora, ser igual a sus hermanos
Su soberanía
II- Jesús, Sumo Pontífice Fiel y Compasivo. 3, 1 - 5, 10
Superioridad de Cristo respecto de Moisés y de Josué
Fidelidad de los cristianos a su vocación
III- El auténtico Sacerdocio de Jesucristo. 5, 11 - 10, 18
Estimula el espíritu de fe de los lectores
Superioridad de Jesucristo como Único y Eterno Sacerdote
Superioridad sobre el Sacerdocio Levítico que queda abrogado
Jesucristo y Melquisedec
Excelencia de la inmolación de Cristo sobre los Antiguos Sacrificios
El Santuario Celestial superior al Templo de la Antigua Alianza
IV- La Fe Perseverante. 10, 19 - 12, 29
Aplicaciones prácticas luego de terminar con la argumentación doctrinal
El Camino del Cielo está abierto
Los creyentes deben dar a Dios un Culto Perfecto en pureza de conciencia
No despreciar la gracia. Promesas y amenazas.
70
Fe ejemplar de los antepasados
Los creyentes prefiguran la Jerusalén Celestial. Son superiores a los que seguían a
Moisés
Apéndice 13, 1- 19
Reglas de vida práctica
Seguir a Cristo cargando con su oprobio
Peregrinación al Santuario Celeste
Ejemplos de Abraham, Moisés, la travesía por el desierto
La condición cristiana de peregrinantes hasta el Reposos Celeste
Epílogo. 13, 20-25
Saludos conforme al uso epistolar
h. Ideas Principales
1. Cristo
Hijo de Dios
Igualdad y consubstancialidad con el Padre
Superior a los ángeles
Superior a Moisés
Hecho en todo semejante a sus hermanos
Tiene un Sacerdocio Eterno
Superior al Sacerdocio Levítico
Otorga la purificación de los pecados
Su sacrificio expiatorio es superior a los de la Antigua Alianza
Abre el camino al Santuario Celestial
Es causa de Salvación Eterna
2. La Alianza
Moisés es mediador de la Antigua
Cristo es Mediador de la Nueva
Superioridad de la Nueva Alianza sobre la Antigua
3. La Liturgia Celeste y la Vida Cristiana
Cristo ejerce en el Cielo su Sacerdocio e intercede por nosotros
4. El Pueblo de Dios (El término “Iglesia” está ausente)
Formado por hombres cuyo pecado ha sido purificado
Se asocia a Cristo y forma parte de la Liturgia Celeste
Puede ofrecer a Dios sacrificios espirituales
Peregrina hacia la verdadera Tierra prometida
Debe mantener la fe frente a la tentación del desierto
5. La Vida Cristiana se ha de caracterizar por rectitud moral, amor fraterno, etc.
71
“El que tenga sed, que venga a Mí; de su interior brotarán torrentes de agua viva”
(Jn. 7,47)
72
INSTITUTO DIOCESANO DE CATEQUESIS SAN PÍO X
DIÓCESIS DE SAN LUIS
NUEVO TESTAMENTO
LIBROS DIDÁCTICOS
II. EPÍSTOLAS CATÓLICAS
SAGRADA ESCRITURA II
73
EPÍSTOLAS CATÓLICAS
A. GENERALIDADES
Además de las Cartas de San Pablo, el Nuevo Testamento comprende siete Epístolas
llamadas “Católicas”:
UNA CARTA DE SANTIAGO: St
DOS CARTAS DE SAN PEDRO: I y II Pe
UNA CARTA DE SAN JUDAS: Jds
TRES CARTAS DE SAN JUAN: I, II y III Jn
Aunque entre sí, estas cartas son diferentes, tienen en común el no pertenecer al ―Corpus
Paulinum‖. Orígenes, Dionisio de Alejandría, Eusebio de Cesarea, San Jerónimo y otros, las llaman
de este modo porque se dirigen a todos los fieles sin especificación. Dídimo, el Ciego habla de
―Cartas Católicas‖ como ―Canónicas‖.
1. Canonicidad
A excepción de I Pe y I Jn, la canonicidad de las demás fue puesta en duda por autores
antiguos. Eusebio dice que están ―entre los libros discutidos, pero que son admitidos por la mayor
parte‖.
A fines del Siglo IV desaparecen en la Iglesia Latina todas las dudas, y en Oriente en el siglo
VII.
En el Siglo XVI los protestantes volvieron a negar la canonicidad.
El Concilio de Trento la define solemnemente el 8 de Abril de 1546.
En la práctica, la Iglesia nunca rechazó a las que se discutían. A pesar de todas las dudas,
jamás se llegó a excluir su uso entre los fieles. En los manuscritos antiguos, las siete Epístolas están
juntas y no hay señal de que se hubieran separado las dudosas.
2. Lugar y orden en el canon
Ha variado bastante en el transcurso de la historia:
Los códices del Siglo IV las ubican después de los Hechos de los Apóstoles.
La Vulgata después del Corpus Paulinum y antes del Apocalipsis.
En Oriente el orden era St, I y II Pe, I, II y III Jn, probablemente tomado de Gal 2,9
―Santiago, Cefas, Juan‖.
Trento y otros Concilios las ubican por dignidad: I y II Pe, St, I, II y III Jn, Jds.
74
3. Carácter de las Epístolas Católicas
Son ―Homilías Pastorales‖ en forma de Cartas.
Tienen un horizonte más vasto que el de las Epístolas Paulinas, ya que se dirigen a
grandes colectividades de creyentes.
Su estilo y forma es bastante impersonal.
Son un ejemplo muy importante de las enseñanzas dadas a las primeras comunidades
cristianas.
Aunque el argumento de cada una es diverso, en general, se proponen refutar las
herejías que ya empezaban a pulular.
Ponen en guardia a los fieles contra los falsos maestros.
LA EPÍSTOLA DE SAN JUDAS
A. GENERALIDADES
1. Autor
“Judas, Siervo de Jesucristo y hermano de Santiago”. Judas es el que aparece como
―pariente del Señor‖. Santiago sería el obispo de Jerusalén y hermano del Señor (Gal 2, 9)
La tradición lo identifica con Judas Tadeo, el Apóstol. (Mt 10, 3; Mc 3, 18). Se nombran
juntos Santiago, el de Alfeo y Tadeo.
2. Autenticidad
En los primeros siglos, la utilización de la Epístola es incierta, pero el Fragmento
Muratoriano (Siglo II) la coloca entre los escritos canónicos. La mencionan Tertuliano, San
Clemente de Alejandría, orígenes etc. El Concilio de Trento define su canonicidad.
3. Destinatarios
Hay quienes piensan que se dirige a cristianos convertidos del judaísmo, por el uso que hace
del Antiguo Testamento, a las tradiciones judías extra bíblicas y por la referencia a Santiago,
Obispo de Jerusalén. Otros, viendo la fuerte condenación a los vicios paganos, (impureza, lascivia
etc.) lo ven como dirigido a estos.
El encabezamiento dice: ―A los amados en Dios Padre, llamados y conservados en
Jesucristo‖. Es un título muy genérico. (propio de las epístolas católicas). Podría dirigirse a la
Iglesia entera.
4. Fecha y lugar de composición
Se piensa antes del año 70. Hay quienes la difieren un poco, pero nunca más del año 80. El
lugar no aparece mencionado.
5. Motivo
Es semejante al de II Pe: La actividad de los falsos doctores. Los errores combatidos son
prácticamente los mismos.
6. Lengua y Estilo
75
Escrita en un griego muy rico en imágenes, también contiene semitismos. Hace uso de la
literatura apócrifa judía. Pueden compararse algunos pasajes:
Jds 7; Jds 14-15 y Libro de Henoc 1, 9; 9, 8; 11, 11; 12, 4
Jds 9.16 y Libro de la Asunción de Moisés 5, 5
Jds 6 ss y Testamento de los Doce Patriarcas
Cabe aclarar que el hecho que un autor haga uso de la literatura judía o pagana, no es
contrario de ningún modo a la doctrina de la inspiración bíblica. También lo hace San Pablo,
cuando en un sentido amplio, da el título de profeta a un autor pagano: Tit 1, 12
7. Plan de la Epístola
En 25 versículos presenta los elementos esenciales de una carta
1-2: Encabezamiento y saludo
3-4: Ocasión de la Carta
5-16: Los Falsos Doctores:
el castigo que les amenaza
sus blasfemias
su perversidad
17-23 Exhortación a los Fieles
La Enseñanza de los Apóstoles
El Deber de la Caridad
24-25 Doxología final
8. Ideas principales
En muy pocos versículos están densamente condensadas las verdades de la fe
Dice Orígenes: ―Judas escribió una carta muy breve, pero toda penetrada de la Sabiduría
Divina‖.
Dios Único: 25
Padre y Salvador: 1.5
Poderoso: 2
Fuente de Gracia y Caridad: 4.21
Justo: 5 y ss.
Santísima trinidad: 20-21
Jesucristo: 4.17.25
Guía de los Cristianos: 1
Piadoso con ellos: 21
Espíritu Santo: 20
Ángeles: 6.9
La Fe: 3.20
La Caridad: 21
76
La Vida Eterna: 16.21
El Pecado: 4.8.10.12.11.14.16
Valor figurativo de la Ley Antigua: 5-7.11
LAS EPÍSTOLAS DE SAN PEDRO
PRIMERA EPÍSTOLA DE SAN PEDRO
La Primera Epístola es una exhortación a la esperanza, basada en la Resurrección de Cristo,
en la Santidad y en el Buen Obrar, en el sufrir como ha sufrido Cristo.
1. Destinatarios
Está dirigida a los elegidos, extranjeros, diseminados...de la dispersión.
Puede interpretarse esta palabra ―dispersión‖ en su sentido cristiano. Los fieles son
extranjeros ya que su verdadera Patria es el Cielo (Fil 3, 20).
2. Autenticidad y características literarias
La autenticidad ha sido afirmada por toda la tradición.
Escrita en un griego elegante, parece que San Pedro se valió de Silvano, -discípulo de San
Pablo-, para redactarla como secretario: I Pe 5, 12.
Se ha definido esta carta como un microcosmos de fe y moral cristiana y un modelo de celo
pastoral.
El Género Epistolar está más marcado que en la Epístola de Santiago. Se conforma mejor
con las epístolas de la época, aunque, de todas formas tiene un aire de homilía.
Exceptuando la introducción y la conclusión, consta de exhortaciones morales
estrechamente asociadas a la doctrina cristiana
Exhorta especialmente a permanecer constantes en la tribulación, recordando a
Cristo Paciente y Glorificado, lo relaciona con la regeneración bautismal y la
herencia celestial.
Cita el antiguo Testamento, (Isaías, Proverbios, Salmos).
Transmite constantemente el entusiasmo y el gozo de la vida de unión con Cristo
Resucitado.
3. Fecha y lugar de composición
Se ubicaría entre los años 63-66. Debe pensarse en el martirio del Apóstol en el 67.
Fue llevada por Silvano en vísperas de la persecución de Nerón.
El epílogo nombra a Babilonia, que podría ser un nombre simbólico de Roma como en otros
libros de la Escritura: I Pe 5, 13; Ap 14, 8; Ap 1, 19; Ap 17, 5; Ap 18.
77
4. Plan de la Epístola
1,1-2: Encabezamiento.
1,3-2,10: Grandeza de la vocación cristiana. Acción de Gracias.
1,13-2,10: La vida de los Cristianos como el verdadero éxodo de Israel.
Recomendaciones
2,11-4,11: Deberes de los llamados.
- Exhortaciones.
- La Conducta Cristiana.
- Los Cristianos y la Persecución.
- La Constancia en las Tentaciones.
- Las Comunidades
4,12-5,11: Meta final de la Vocación Cristiana.
5,12-14: Conclusión.
- Recapitulación
- Saludos.
5. Ideas Principales
Se ha dicho de esta Carta que es el resumen más denso de la fe y la conducta cristiana en el
Nuevo Testamento.
Modelo de Carta Pastoral, no es una argumentación polémica contra los adversarios sino que
busca más bien exhortar a los creyentes a vivir la fe que han recibido.
a. Dios es mostrado como Sabio, Padre, Poderoso, Fiel, Salvador, etc.
b. La Santísima Trinidad: 1, 2
c. Cristo: Aparece como Señor: 2, 13; 3, 15
Hijo de Dios: 1,
Muerto en la Cruz para redimirnos 3, 8; 2, 21-25
Descendiendo a los infiernos: 3, 19
Resucitado: 1, 3; 3, 21
Sentado a la derecha del Padre: 3, 22
Juez esperado: 4,
d. El Bautismo: Después de su profesión bautismal, el cristiano debe considerarse
como un extranjero en el mundo, como un peregrino hacia el Cielo.
e. El Cristiano, aparece entonces por el Bautismo como regenerado, santo, purificado,
y como un ser cultual: tiene el oficio de alabar a Dios.
Se le exhorta a hacer el bien, a ser irreprochable ante los demás en los deberes de su
propio estado.
Caridad, modestia, discreción, sumisión a las autoridades, deben ser virtudes que lo
distingan.
78
Los discípulos de Cristo son perseguidos por el mundo como lo fue Él. No hay
auténtica vida cristiana que no lleve el signo de la Cruz.
San Pedro exhorta a imitar a Cristo Inocente, a ―seguir sus huellas‖.
Así también, poseerán como recompensa el Espíritu de la Gloria, unas anticipación
de la bienaventuranza Eterna..
e. Es una Epístola de esperanza, de peregrinación, un llamado a la santidad y una
verdadera Catequesis Bautismal.
El bautizado está regenerado, tiene la esperanza de Vida gracias a la Resurrección del
Señor.
Los hijos de Dios son hermanos, luego deben amarse con intensa caridad.
f. Cristo padeció para llevarnos a Dios.
g. El Bautismo ha purificado las almas de los elegidos.
h. La vida Cristiana participa de la Cruz del Salvador.
i. La conducta del cristiano debe ceñirse constantemente a la voluntad de Dios. Su vida
moral es un constante esfuerzo de santidad. Sufrir por amor y a ejemplo de Cristo. Se
semejantes a Él en el sufrimiento: 3, 13-4, 19
j. La Iglesia: Edificio espiritual.
Piedras vivas.
Esparcida por el mundo: 2, 5; 5, 9
Tendrá la corona el último día: 1, 13;1, 4-5; 5, 4
Es el Pueblo Elegido, con todos los privilegios del Antiguo Israel: 2, 9
Conforme al uso del epistolario profano, que adoptan Santiago y San Pablo, San Pedro abre
la carta en su nombre y designa a los destinatarios con sus títulos más elevados a fin de destacar
mejor los bienes de la Salvación.
El historiador Flavio Josefo escribe acerca de la Diáspora: ―Toda la tierra está llena de
judíos‖. Sin embargo, se interpreta la expresión de San Pedro como referida a los bautizados,
expresando que la vida cristiana es una peregrinación y la meta es la Ciudad Celeste.
SEGUNDA EPÍSTOLA DE SAN PEDRO
1. Autor
El Autor se presenta como Simón Pedro (1, 1); asegura haber escrito la carta (3, 1); alude a
la Transfiguración de la que fue testigo ocular (1, 16-18) y habla de San Pablo presentándolo como
Apóstol (3,15).
79
2. Destinatarios
No son nombrados especialmente así que se suponen los mismo de la Primera Carta:
Cristianos venidos de la gentilidad que viven en Asia menor.
3. Finalidad
Prevenir a los cristianos contra las enseñanzas de los falsos maestros a causa de los
cuales están a punto de perder la fe.
Animarlos a resistir valientemente estos ataques y guardar intactas la fe y la esperanza
hasta la Parusía del Señor Jesús.
4. Autenticidad y Canonicidad
Orígenes (+ 255), es el primer autor que la cita.
Fue un libro de autenticidad discutida, pero a partir del siglo IV existe acuerdo unánime
entre los testimonios.
El Concilio de Trento define solemnemente su canonicidad.
5. Lengua y Estilo
Está escrita en un griego bastante fluido con tendencia al énfasis oratorio.
Las diferencias estilísticas con la Primera Carta, son atribuidas por San Jerónimo a dos
secretarios que habrían ayudado a San Pedro.
Existen paralelos y gran afinidad con la Carta de San Judas, (en los saludos, doctrina,
expresiones diversas, ataques contra los adversarios, etc.)
6. Plan
1,1-2: Saludo
1,3-21: Exhortación a la Santidad
La Liberalidad Divina
El Testimonio Apostólico
La Palabra Profética
2,1-22: Los Falsos Doctores
3,1-16: El Día del Señor
3,17-18: Exhortación y Doxología Final
7. Ideas principales
Dios: Creador, Juez Justo y Misericordioso.
Santísima Trinidad: Son claramente nombradas las Tres Personas: 1, 17; 1, 21
Jesucristo:
- Hijo de Dios, Señor, Salvador Glorificado, Reinando Eternamente
- Autor de la fe y de los dones que le acompañan
- Vendrá el Día de Juicio a premia a los buenos y a castigar a los malos.
80
El Espíritu Santo: Inspirador de los profetas y las Sagradas Escrituras
El Hombre: Redimido por Jesucristo
La Fe
La Gracia
La Doctrina de esta Carta es uno de los testimonios más importantes de la fe de la Iglesia
Primitiva.
Su tema podría resumirse en Fe y Vida Cristiana.
Su propósito, establecer firmemente a los cristianos en la verdad (1,1).
1. En el primer capítulo: precisa el objeto y la certeza de la fe, su conexión con las virtudes
morales, sus fundamentos escriturísticos y resalta la importancia del conocimiento de Cristo.
2. En el segundo: denuncia el peligro de la herejía y exhorta a mantener la pureza de la fe. En
el tercer capítulo: resalta nuevamente la integridad de la fe, recuerda la promesa del Señor e
invita a prepararse con una vida santa e inmaculada hasta su próxima venida.
Se presenta en la Carta como Simón Pedro, Servidor de Jesucristo. También comienzan así
las cartas de San Judas, la de los Romanos y la de Tito. El nombre Simón acentúa su origen judío.
EPÍSTOLA DE SANTIAGO
1. Autor
“Santiago, Siervo de Dios y del Señor Jesucristo” (St 1,1).
En el Nuevo Testamento, aparecen tres ―Santiago‖:
Santiago, Hijo del Zebedeo, también llamado ―El Mayor‖, ―Apóstol‖, ―Hermano de
Juan‖, que fue martirizado en el año 44 de la Era Cristiana (Act 12,1-2)
Santiago, Hijo de Alfeo, llamado ―El Menor‖, ―Apóstol‖
Santiago, Hermano del Señor, Hijo de María de Cleofás, (quien probablemente fuera a
su vez hermano de San José), Jefe de la Iglesia de Jerusalén, martirizado en el año 67.
A éste Santiago se le atribuye la Epístola.
Cabe preguntarse si Santiago el Menor y Santiago, obispo de Jerusalén son la misma
persona50
.
La Iglesia Latina los identifica, y Santiago el Menor, Hermano del Señor, es celebrado con
el Apóstol Felipe el 3 de Mayo.
Esta identificación se fundamenta en los siguientes textos de la Sagrada Escritura:
50 La Iglesia Griega los distingue celebrando su fiesta en días diversos: 9 y 25 de Octubre.
81
Según Gal 1, 19, San Pablo no vio a ningún otro Apóstol sino a Santiago, el Hermano del
Señor. Éste se identificaría con el Hijo de Alfeo, ya que Santiago el mayor había muerto.
Lc 5, 10; 6, 4 ss; Act 1, 13; 12, 2, después de muerto Santiago el Mayor, hablan solo de
Santiago sin especificar ni distinguir.
Act 15, 1 ss; 21, 18 ss; Gal 2, 9,12, hablan de Santiago, obispo de Jerusalén y pariente del
Señor, personaje que gozaba de gran estima en la Iglesia. (Por lo cual es probable que fuera
uno de los Doce).
2. Autenticidad y Canonicidad
A pesar que no fue admitida por todos desde el principio, formó parte de las Antiguas
Versiones de la Escritura y la mencionan San Clemente Romano, El Pastor de Hermas, San Justino,
San Ireneo y Tertuliano. Orígenes atestigua que es de Santiago, San Hilario la cita dando a Santiago
el título de ―Apóstol‖, e incluso San Clemente de Alejandría, tiene un pequeño comentario sobre
ella.
En el 380, el Concilio de Roma reunido por San Dámaso la contiene en el canon. A partir
del Siglo IV, la tradición es unánime.
Lutero la desprecia llamándola ―Epístola de Paja‖, y no la reconoce en el canon. (No así
Zwinglio y Calvino). Algunos autores acatólicos la atribuyen ―a un judío no convertido‖.
3. Características Literarias
De lengua griega elegante. Uno de los griegos más puros del Nuevo testamento, aunque en
griego ―Koiné‖, está cercana a la Lengua Clásica.
Vocabulario rico, juegos de palabras y otros detalles, muestran el perfecto conocimiento del
idioma.
De frases breves, correctas, con cierta cadencia rítmica, es una narración viva,
intercalada con interrogaciones. Reprende, amenaza, exhorta, aconseja.
No tiene todas las características del género epistolar. Hay un saludo inicial con nombre del
autor y de los destinatarios, pero no hay conclusión ni referencias personales.
Se compone especialmente de exhortaciones morales que guardan afinidad con las de los
Libros Sapienciales del Antiguo Testamento, las de San Pablo, de los Padres Apostólicos y de los
Escritos Judíos.
Son una serie de advertencias, instrucciones y normas para la vida práctica.
En la carta se encuentran semejanzas con el discurso de Santiago en Jerusalén, y el Decreto
Conciliar redactado por el mismo Apóstol:
Act 15, 14; Act 15, 23-28; Act 15, 29 y St 1, 1
Act 15, 17-21; Act 15, 13; St 2, 5
Act 15, 14; St 1, 27
Act 15, 19; St 5, 19-20
Act 15,29; St 1, 27
82
3. Destinatarios
La Carta está dirigida a “las Doce Tribus de la Diáspora‖, y esto se nota, por ejemplo en
que no censura los vicios paganos, sino los del pueblo judío que ya están condenados en el Antiguo
Testamento, (Juramentos malos, pecados de lengua, pecados contra la caridad, etc.).
4. Fecha de composición
Se piensa que es el primer escrito cristiano (hacia el año 40). Hay quienes suponen una fecha
algo posterior.
5. Plan y Contenido de la Epístola
Actitud Cristiana ante las pruebas.
La Verdadera Religión.
La Verdadera Sabiduría.
Advertencia contra los ricos.
Exhortaciones finales.
6. Ideas Principales
El autor se muestra como un gran conocedor del Antiguo Testamento, por los ejemplos,
frases y pensamientos que utiliza.
La Asamblea de Fieles es llamada ―Sinagoga‖ 2, 2
El amor desordenado del mundo, es considerado como en los libros veterotestamentarios un
―adulterio contra Dios‖ 4, 4
Los personajes del Antiguo Testamento son propuestos como modelo: Elías, de oración, Job
y los Profetas, de paciencia: 5, 16-19; 5, 10.
A la vez, Santiago se muestra fiel discípulo de Jesucristo que recuerda a los fieles las
enseñanzas del Maestro:
- Los que padecen son dichosos: 1, 2 ; Mt 5, 10 ss.
- La importancia de escuchar y poner en práctica la palabra de Dios: St 1, 22 ss; Mt 7,
24 ss.
- La perfección consiste en imitar a Cristo: St 1, 4 ss; Mt 5, 48; Mt 7, 12.
Se encuentran muchas sentencias del Sermón de la montaña y las exigencias del Mandato de
la Caridad.
Ante todo, la carta está determinada por el Espíritu de Jesús.
La ley ritual ha sido derogada y la nueva ley del cristiano es la ley perfecta, la de la libertad:
1, 25; 2, 12.
El culmen de la ley se encuentra en el Amor al Prójimo: 2, 8.
Se excluye como motivo de obrar del hombre, el deseo de obtener en la tierra una
recompensa.
83
Se da gran importancia a la prueba, a la tentación.
Se predica la solicitud y el amor por los pobres y hay palabras muy duras contra los ricos:
2, 1-9; 4, 13 - 5, 6.
La vida del cristiano se caracteriza por la humildad: 4, 6.10.
La mansedumbre: 1, 21.
La misericordia: 2, 13.
El amor a la paz: 3, 18.
La hospitalidad, la solicitud con los pobres y pecadores: 5, 16.
La preocupación por los indigentes, enfermos y perdidos: 5, 19 ss.
La entrega confiada a la providencia: 1, 17; 4, 13-15; 5, 7 ss.
La oración continua y perseverante: 1, 6; 4, 2-10; 5, 3-18.
La paciencia en medio de las pruebas: 1, 3.12; 5, 7-12.
Los libros Sapienciales dan normas de prudencia. Santiago quiere someter todos los
ámbitos de la vida del hombre a la Voluntad de Dios, que fue promulgada en su plenitud y
perfección por el Señor Jesús.
Exhorta a poner en práctica lo que propone, saca constantemente consecuencias para
la vida práctica, denuncia, reprende, insiste en que Dios será Juez de cada uno sin acepción de
personas.
Invita a permanecer en el mundo con corazón íntegro y fiel y con una confianza
inquebrantable.
7. Tres Temas a Resaltar
La Fe y las obras
Este tema que le vale a la carta de Santiago el desprecio de Martín Lutero, no debe pensarse
como la oposición a las enseñanzas de San Pablo con respecto a la inutilidad de las obras sin la fe
en Cristo.
Los Apóstoles no se oponen en este punto sino que lo ven desde perspectivas diversas.
San Pablo habla contra los judaizantes refiriéndose a las obras de la Antigua Ley y
declarando su inutilidad para la justificación.
Santiago, no pone el problema de la gratuidad de la fe, sino que habla en contra de los
que buscan una fe exterior y verbal.
84
Hay incluso quienes piensan que el Apóstol Santiago quiere corregir una mala interpretación
de la doctrina paulina.
Resulta provechoso comparar los textos siguientes:
Gen 15,6
Rom 3,28
Rom 4,23
Gal 2,16
Gal 3,5-7
St 2,21-24
La unción de los Enfermos
El Concilio de Trento declaró que es de fe que en St 5, 14-15 se promulga el
Sacramento de la unción de los Enfermos.
El no habla solo de una piadosa costumbre de visitar o de un carisma de curación, sino que:
el enfermo provoca la visita
los visitantes son los presbíteros
el perdón de los pecados denuncia efectos sobrenaturales
La confesión pública de los pecados: 5, 16
EPÍSTOLAS DE SAN JUAN
San Juan, hijo de Zebedeo, -hermano de Santiago, el Mayor, autor del cuarto evangelio y del
último libro de la Biblia, el Apocalipsis-, es el que escribió estas cartas.
La Segunda y la Tercera son muy cortas, pues solo tienen un capítulo cada una, con trece
y quince versículos cada una respectivamente. Tienen la forma de las verdaderas cartas con la
dirección inicial y el saludo final.
La Primera carece de estas fórmulas habituales y viene a ser una instrucción doctrinal
dirigida a los fieles con los cuales, San Juan, tiene una relación de confianza íntima.
PRIMERA EPÍSTOLA DE SAN JUAN
1. Destinatarios
Son fieles bien conocidos a quienes llama “hijos”. Parece ser que dirigió esta carta a los
fieles de Efeso -lugar donde San Juan vivió mucho tiempo- y a los del Asia Menor.
2. Motivo
El motivo de esta carta viene a ser semejante al que tuvo al escribir el Evangelio:
85
Insistir en la doctrina de la Encarnación, de la divinidad y de la Redención de
Jesucristo por su sangre.
La necesidad de la Caridad.
Y, así, oponerse a los errores cristológicos que entonces empezaban a aparecer.
3. Fecha y lugar de su composición
Es sentencia común que fue en Éfeso, donde compuso también su evangelio, como consta
por la Tradición.
La fecha fue hacia fines del siglo I, entre el año 90 y el año 95.
4. Contenido
Tres pensamientos centrales hallamos en esta carta:
1. Dios es Luz y en El no hay tinieblas
La vida cristiana debe ser un andar continuo en la Luz.
Por esto, el cristiano no debe cometer pecado alguno.
2. Dios es Caridad
No está bien en un cristiano un amor desordenado por el mundo.
Debe adquirir la santidad ejercitando la caridad cristiana, pues el cristianismo debe
ser la vida de la caridad para con el prójimo.
La caridad para con Dios nos debe mover a evitar el pecado amando a los hombres.
3. Dios es vida
Quien tiene al Hijo, por la fe viva y verdadera, ése, tiene vida.
Quien no tiene al Hijo no tiene la vida eterna.
SEGUNDA Y TERCERA EPÍSTOLAS DE SAN JUAN
1. Destinatarios
Estas dos cartas tan breves fueron dirigidas:
La IIª a la señora ―Electa” o ―Elegida‖ y es sentencia, hoy, común que éste es un nombre
simbólico para designar una comunidad cristiana desconocida.
La IIIª va dirigida a un tal “Cayo” del que no conocemos otras obras y virtudes más que las
de su Fe y Hospitalidad elogiadas en la carta.
86
2. Contenido de estas dos cartas
La IIª trata muy brevemente algunas ideas de la 1ª, es decir, es una exhortación a la caridad
fraterna y da, además, advertencias contra los falsos doctores.
La IIIª es una felicitación a su querido amigo Cayo por su generosa hospitalidad con los
peregrinos. También le anima a continuar esa obra de misericordia contra la actitud de Diotrefes.
“El que tenga sed, que venga a Mí;
de su interior brotarán torrentes de agua viva” (Jn. 7,47)
87
INSTITUTO DIOCESANO DE CATEQUESIS SAN PÍO X
DIÓCESIS DE SAN LUIS
NUEVO TESTAMENTO
LIBRO PROFÉTICO
APOCALIPSIS
SAGRADA ESCRITURA II
88
I.
INTRODUCCION
PARA UNA MEJOR COMPRENSIÓN
DEL APOCALIPSIS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
El término apocalipsis es la transcripción de la primera palabra griega, con la que empieza
nuestro libro: Apocalipsis de Jesucristo (1,1) El substantivo apocalipsis significa revelación
proviene del verbo griego apocalipto, que significa «revelar, descorrer el velo, descubrir». En el
Nuevo Testamento, un apocalipsis es, pues, esencialmente, una revelación, hecha por Dios a los
hombres, de cosas ocultas conocidas sólo por El 51.
Aquí la revelación va dirigida a San Juan, el
cual recibe la misión de comunicarla a las siete iglesias de la provincia proconsular de Asia: Efeso,
Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea. Es probable que nuestro autor tome
apocalipsis en el sentido de «manifestación de Jesucristo como Señor y como Juez», pues es el
sentido que mejor responde al contenido de su mensaje.
En la época en que escribía San Juan. el término apocalipsis servía para designar—tanto entre
los judíos como entre los cristianos— libros que contenían revelaciones divinas acerca de diferentes
objetos, especialmente sobre el futuro. Y estas revelaciones divinas podían ser hechas directamente
por Dios, o por medio de ángeles. Pero, sin revelación divina, no se podía dar apocalipsis, porque el
hombre es incapaz de conocer por si mismo los secretos celestes
EL GÉNERO APOCALÍPTICO
Para la verdadera inteligencia del Apocalipsis importa más que nada conocer el género
literario en que fue escrito. El género apocalíptico, propio de nuestro libro, tuvo gran éxito en
ciertos ambientes judíos en la época en que escribía San Juan. A partir del siglo II a.C. comienza
una gran floración de apocalipsis, la mayor parte de ellos apócrifos, que se irá extendiendo más y
más hasta el siglo III d.C. Hasta nosotros ha llegado un cierto número de estas obras apócrifas,
como los libros de Henoc, el libro de los Jubileos, los Testamentos de los doce Patriarcas, los
Secretos de Henoc, la Asunción de Moisés, el Cuarto libro de Esdras, el Apocalipsis de Abraham,
de Isaías, de Baruc, de Sofonías, de Ezequiel, la Vida de Adán y Eva, Salmos de Salomón, Oráculos
sibilinos, etc. Todos tienen de común el pretender descubrir a los hombres lo que Dios sólo, o los
seres celestiales, conocen, es decir, sucesos futuros referentes al pueblo de Dios y a la venida de los
tiempos escatológicos. Y lo hacen con el fin de consolar a los espíritus abatidos y de infundirles
nuevos ánimos, en medio de las persecuciones y desgracias por las que tuvo que pasar Israel52
. Eran
mensajes de esperanza para los judíos fieles, pues les recordaban la fidelidad de Dios a sus
promesas. Pero, al mismo tiempo, eran una amenaza para los gentiles y los judíos apóstatas, e
incluso a veces una invitación a la conversión.
Los grandes sucesos por medio de los cuales Dios obrará la liberación de Israel son
presentados por la literatura apocalíptica como inminentes. Pero, al no encontrar una solución
inmediata para los males nacionales del momento presente, se refugian en un futuro glorioso
51 Cf. Mt 11, 25-27; 16, 17; Rom 1, 17; I Cor. 2, 10. Además Apocalipsis en el Nuevo Testamento puede designar bien
la manifestación de las verdades sobrenaturales (Lc 2, 32; Rom 16, 25; Ef 1, 17), bien una revelación hecha por Dios o
por Jesucristo (Gal 1, 12; 2 Cor 12, 1; Ef 3, 3; Ap 1, 1), bien la aparición de Cristo al fin de los tiempos (2 Tes 1, 7; 2
Cor 1, 7; Rom 2, 5; 1 Pe 1, 7) o bien la manifestación gloriosa de los hijos de Dios (Rom 8, 19).
52 Ante la terrible persecución de Antíoco Epífanes (168-165 aC), ante la toma de Jerusalén por Pompeyo (63 aC), y
ante la destrucción del templo y del pueblo judío (70 y 135 dC.), no tiene nada de extraño que muchos fieles yahvistas
pensasen en el próximo fin de la religión y de la raza elegida. Fue entonces cuando comenzaron a aparecer escritos
apocalípticos que cantaban la gloria del futuro Israel.
89
íntimamente ligado con los últimos días. Los hechos históricos contemporáneos del autor
apocalíptico son presentados bajo una forma oscura y misteriosa. Y lo que esos autores no conocen
por la historia lo presentan como envuelto en los velos de la profecía. Pretenden desligarse del
presente para trasladarse a los tiempos futuros.
Por el hecho de que los libros apocalípticos suelen hablar del triunfo de Israel y de la
religión yahvista sobre los imperios y pueblos paganos, de ordinario emplean la
seudonimia. De este modo trataban de evitar la persecución de la autoridad, cuya
inminente caída profetizaban como segura. Y, por otra parte, el autor quería autorizar
y acreditar su mensaje ante sus contemporáneos, presentándose bajo el nombre de
algún personaje célebre del Antiguo Testamento, como Abrahán, Moisés, Isaías,
Henoc.
Otra nota característica de la literatura apocalíptica es su esoterismo.
El mensaje suele ir dirigido a un grupo de iniciados. En sus descripciones no buscan la
claridad, sino que complican las escenas para hacerlas más misteriosas, Muchas de las imágenes
empleadas son plásticamente irrealizables.
El apocalipsis es, por lo tanto,
una revelación» hecha a ciertos hombres,
directamente por Dios o por ministerio de los ángeles,
de cosas ocultas, especialmente de secretos divinos .
El hecho de que la revelación apocalíptica se refiera casi siempre a cosas ocultas del futuro
hace que el apocalipsis sea al mismo tiempo una especie de profecía.
Y tanto es así que a veces resulta difícil delimitar las fronteras exactas entre el apocalipsis y la
profecía. Las visiones de Ezequiel, de Zacarías y de Daniel están, desde el punto de vista literario,
están, desde el punto de vista literario, a medio camino entre las sobrias profecías de Amós e Isaías
y las complicadas revelaciones de muchos apocalipsis apócrifos. El Apocalipsis de San Juan
también guarda este medio, y se asemeja bastante a los escritos de Ezequiel y Daniel53
, de los que
toma muchas de sus imágenes y símbolos.
El género apocalíptico se muestra más bien
como un desarrollo del género profético.
Por otra parte, sin embargo, el género apocalíptico difiere bastante del género profético, pues
es esencialmente alegórico, voluntariamente misterioso y siempre necesita interpretación.
La misión esencial del profeta es el recordar constantemente al pueblo sus obligaciones y las
exigencias de la alianza. Para mejor llevar a cabo su misión puede recibir revelaciones especiales
acerca de un suceso futuro, que él anuncia como signo cuyo cumplimiento justificará sus palabras y
su misión. El profeta es un vidente, un hombre que recibe de Dios revelación de hechos futuros que
53 Según el Padre Lagrange podemos considerar el libro de Daniel como ―el primero y el más perfecto de los
Apocalipsis‖.
90
sus contemporáneos no conocen. Pero esta previsión del futuro es secundaria en la profecía y se da
al profeta sólo para favorecer su misión primordial, que es recordar al pueblo sus obligaciones
morales.
Por el contrario, en la apocalíptica el elemento principal es la previsión y anuncio de cosas
futuras, mientras que las preocupaciones morales inmediatas se esfuman y pasan a segundo
término.
El autor de un apocalipsis es,ante todo, un vidente.
La revelación de las cosas misteriosas del futuro
la recibe bajo la forma de visiones que consigna por escrito54
.
Pero estas visiones no constituyen el objeto de la revelación
sino que son símbolos que sirven para expresarla.
Los autores apocalípticos difieren de los profetas clásicos—según el P. Lagrange—en que, en
lugar de tomar sus visiones del ambiente circundante, «se elevan más alto; no piden a Dios que des-
cienda, sino que prefieren subir hasta El para ver de cerca sus maravillase.
El simbolismo es una de las principales características del género apocalíptico.
Todas las imágenes que el autor apocalíptico emplea son símbolos:
una espada significa destrucción y exterminio;
una corona representa la realeza del que la lleva;
una palma, el triunfo;
las alas, la agilidad para moverse.
un candelabro representa a una Iglesia determinada (1,20);
una estrella, a un ángel;
las siete cabezas de la Bestia pueden representar siete colinas (¿las de Roma?)
o siete reyes (17, 9-10).
Los números son también casi siempre simbólicos, y no se deben tomar por lo que
valen, sino por lo que simbolizan:
El siete simboliza la plenitud, la perfección;
el seis (=7 menos 1), por el contrario, representa la imperfección;
el ocho, la sobreabundancia;
el cuatro simboliza el mundo creado (los cuatro elementos, los cuatro puntos
cardinales);
54 Ap 1,11
91
el doce representa al Israel antiguo y al nuevo (la Iglesia cristiana);
mil designa una gran ciudad, y lo mismo el cuadrado de doce (=144
multiplicado por 1000).
Incluso los mismos colores tienen valor simbólico55
.
Por eso, cuando un autor apocalíptico quiere describir una visión,
se sirve de estos símbolos para expresar las ideas que Dios le sugiere.
Como la finalidad que se propone
no es la de describir una visión imaginable y coherente,
sino la de traducir en lenguaje apocalíptico las ideas recibidas de Dios,
de ahí que proceda por acumulación de símbolos, de cifras y de colores,
sin preocuparse de su incoherencia.
Teniendo esto en cuenta, sería un error querer imaginarse plásticamente, por ejemplo, la
Bestia de siete cabezas y de diez cuernos del Apocalipsis de San Juan (13, 1) ¿Cómo habría que
repartir los diez cuernos sobre siete cabezas?
De donde se sigue que, en la interpretación del Apocalipsis de San Juan, es esencial el
prescindir de lo plástico e imaginable, para contentarse con traducir intelectualmente los símbolos
sin detenerse en los detalles más o menos sorprendentes56
. De los símbolos hay que extraer la idea,
teniendo en cuenta su elasticidad y, a veces, hasta su incoherencia. El Apocalipsis de San Juan es
una obra de un escritor oriental; de un vidente que vislumbra los destinos de la humanidad en un
horizonte de eternidad.
Frecuentemente San Juan parece presuponer que sus lectores estaban al corriente del valor
simbólico que él daba a sus imágenes. De ahí que hoy día no alcancemos a comprender el
significado de ciertos símbolos, que debieron de ser claros para los contemporáneos del vidente de
Patmos.
A hacer más oscura la interpretación de un escrito apocalíptico también contribuye el hecho
de que el autor apocalíptico se esfuerza siempre por abstraer, al menos aparentemente, de su
verdadera época. Construye de este modo un bloque que abarca hasta el fin del mundo, y descubre
todos los designios de Dios en toda la historia de la humanidad. Es una verdadera ―filosofía de la
historia».
El Apocalipsis de San Juan ofrece numerosas semejanzas con los escritos apócrifos del género
apocalíptico: se compone de visiones, con partes descriptivas y partes proféticas. El estilo empleado
es figurado y misterioso; se sirve de las mismas imágenes y expresiones que encontramos en la
apocalíptica judía. Sin embargo, las diferencias son muy grandes. En primer lugar, el Apocalipsis
del Nuevo Testamento no es un escrito seudónimo, sino que es presentado como obra de Juan, el
vidente de Patmos (1, 1. 4. 9).
55 El blanco es signo de la victoria, de la pureza, de la alegría (19, 8); el rojo es símbolo de la violencia; el negro, de la
muerte (6, 1-8); el escarlata, de lujo y magnificencia(17, 4).
56 La Bestia representa al Imperio romano con sus emperadores (las cabezas) y sus reyes vasallos (los cuernos).
92
Va dirigido a las iglesias donde él mismo había trabajado. Y trata de cosas que eran de
primerísima actualidad. Por lo cual, cualquier fraude sería fácil de descubrir. Su unidad de
enseñanza es perfecta. Juan nunca se ocupa de cosas inútiles (de los secretos cósmicos, etc.), como
hacen frecuentemente los escritos apocalípticos.
A imitación de los profetas antiguos,
escribe con el fin primario de exhortar, de animar a sus hermanos
sacudidos por la persecución y los peligros.
La idea teológica central
es el triunfo definitivo de Jesucristo sobre el mal
en sus distintas manifestaciones históricas.
La Iglesia y los fieles cristianos
están ahora sometidos a sufrimientos y persecuciones;
pero todo esto es algo pasajero.
Cristo destruirá pronto todo lo que se opone
a la implantación de su Iglesia en el mundo;
y los cristianos que hayan permanecido fieles
cantarán un cántico de alegría
por toda la eternidad en el cielo.
A veces San Juan no sólo exhorta y anima, sino que también reprende.
II.
EL APOCALIPSIS DE SAN JUAN
A. EL APOCALIPSIS DE SAN JUAN Y EL ANTIGUO TESTAMENTO
Si bien el Apocalipsis de Juan bebe abundantemente en la tradición apocalíptica judía, no es
ésta la única ni la más importante fuente del simbolismo joánico. Es más bien en los últimos
profetas del Antiguo Testamento: Ezequiel, Zacarías, Daniel, en donde se puede encontrar el
origen inmediato de los símbolos más importantes del Apocalipsis:
El libro comido por Juan en Ap 10, 9-10, es una adaptación de Ezequiel 3, 1-2.
Otro tanto sucede con la guerra de Gog y Magog (Ex 38), de la que nos habla San
Juan en Ap 20, 8.
La descripción del cielo y del trono de Dios, con los cuatro animales que lo
sostienen (Ap 4), depende indudablemente de la visión del carro divino de
Ezequiel (Ez 1; 9, 10) 57
.
57 El templo mesiánico de Ezequiel 40 y capítulos siguientes, tal vez haya influido en la concepción de la Jerusalén celestial,
morada de los santos (Ap 21-22).
También los lamentos sobre la ruina de Roma (18) parecen inspirarse en la elegía sobre la ruina de Tiro (Ex 27).
La visión del ángel que mide el templo (Ap 11) y la ciudad (Ap 21) depende de Zacarías (Zac .2, 1 ss) y de Ezequiel
(Ez 40,3).
Los dos testimonios o testigos de Ap 11 constituyen una referencia a Zacarías 3.
De igual modo la visión de los caballos angélicos (Ap 6) depende de la visión de Zacarías (Zac 6) sobre los cuatro carros.
La descripción del hijo del hombre (Ap 1, 7 ss; 13, 20) está compuesta de rasgos que se inspiran en diversos pasajes del
Antiguo Testamento (Zac 3, 4; Dan 7, 9 ss; 10, 5 ss; cf. Is. 11, 4; 49, 2 etc).
93
El tema del Exodo y de la liberación de los israelitas de Egipto es ampliamente
explotado para escribir todas las grandes liberaciones del pueblo de Dios58.
La fuente principal, por consiguiente,
del simbolismo de Juan
es el Antiguo Testamento.
Sin embargo, San Juan no se ha limitado únicamente a copiar a sus antecesores, sino que
transforma las imágenes que él toma del Antiguo Testamento, imprimiéndoles el sello de su
originalidad. Su inspiración profética es la que dirige el desarrollo de su obra. Como todo judío, con
un conocimiento profundo de las Sagradas Escrituras, cuando quiere expresar una idea, le vienen
espontáneamente a la pluma las expresiones del profetismo tradicional.
B. PROCEDIMIENTOS DE COMPOSICIÓN EMPLEADOS
EN EL APOCALIPSIS DE SAN JUAN
Son muchos los autores modernos que defienden la unidad literaria del Apocalipsis,
apoyándose en la lengua, tan característica de nuestro libro, con sus solecismos y semitismos, y
en sus procedimientos de composición literaria. Si el Apocalipsis parece contener repeticiones,
expresiones que chocan, etc., esto proviene del método de composición empleado por Juan.
Uno de los artificios literarios empleados por el Apocalipsis, el más claro, es el de
las series septenarias:
las siete cartas a las siete iglesias,
los siete sellos,
las siete trompetas,
las siete copas.
Algunos autores, apoyándose en este procedimiento literario tan característico, piensan
que el Apocalipsis estaría enteramente construido mirando al número siete. Cada serie septenaria
va precedida por una sección preparatoria:
1º septenario: Cartas a las siete iglesias, Ap 1, 9 - 3, 22 (sec. preparatoria = 1, 9-20);
La primera Bestia de Ap 13 es una combinación de los cuatro monstruos que en Daniel (Dan 7, 1 – 8, 23-27) representan
la sucesión de cuatro imperios paganos.
La imagen de la Mujer, en los dolores de parto, perseguida por el Dragón (Ap 12, 1-17), nos transporta a los orígenes de
la humanidad, cuando Eva se dejó seducir por la serpiente.
El arca de la alianza en el templo (Ap 11, 9) y la nube que llena el templo (Ap 15, 8) aluden a 2 Mac 2, 5-8.
Para describir las persecuciones contra la Iglesia, San Juan se sirve largamente de las visiones del profeta Daniel, en las
que describe la persecución de Antíoco Epífanes 57.
La visión de los que han triunfado de la Bestia (Ap 15, 2-3), al lado de un mar de cristal y entonando el cántico de
Moisés, alude al Ex 14-15.
58 Comparar Ex 3, 14 con Ap 1, 4-8; 4, 8; 11, 17; 16, 5.
Ex 7, 10 con Ap 9 y 16.
Ex 25 con Ap 11, 19
94
2º septenario: Los siete sellos, Ap 4, 1 - 7, 17 (sec. preparatoria = 4, 1. 5, 14);
3º septenario: Las siete trompetas, Ap 8, 1. 11, 14 (sec. preparatoria 8, 1-6);
4º septenario: Señales en el cielo Ap 11,1 5 - 14, 20 (sec. preparatoria = 11, 15 - 19);
5º septenario: Las siete copas, Ap 15, 1 - 16, 16 (sec. preparatoria = 15, 1 - 16, 1);
6º septenario: Las voces celestes, Ap 16, 17 - 19, 5 (sec. preparatoria = 16, 17-21);
7º septenario: Las visiones del fin, Ap 19, 6 - 22, 5 (sec. preparatoria = 19, 6 - l0).
Otro de los artificios de composición del Apocalipsis lo constituyen las
anticipaciones y anuncios hechos en términos propios de alguna escena que sólo se describirá
más tarde. Estas anticipaciones aparecen siempre en lugares análogos. Por donde se ve
claramente que se trata de algo hecho conscientemente por el autor sagrado:
Ap 2, 7 es una anticipación de 22, 2;
Ap 2, 11 es una anticipación de 20, 14;
La nueva Jerusalén de Ap 3, 12 es una anticipación de 21, 2;
El pasaje Ap 11, 1-13 es una anticipación del capítulo 13;
Ap 14, es una anticipación de los capítulos 17-19;
Ap 14, 10 es una anticipación del capítulo 16;
Ap 16, 12-14 es una anticipación de 19, 17-21;
Ap 19, 7-9 es una anticipación de los capítulos 21, 22.
Estas y otras muchas anticipaciones dan la impresión de que todas las partes del libro
guardan entre sí una sólida coherencia y que la exposición del autor sagrado progresa de una
manera mas bien cíclica que rectilínea. De aquí la ley de las ondulaciones. Esta presupone la
hipótesis de la recapitulación59
, según la cual el Apocalipsis no expone una serie continua y
cronológica de sucesos futuros, sino que describe los mismos sucesos bajo diversas formas. Es
una repetición cíclica de la misma historia con frecuentes anticipaciones—como indicamos
arriba—y retrocesos 60
.
Otros autores hablan del desdoblamiento de las representaciones joánicas en dos
fases sucesivas: una acústica y otra óptica. San Juan en la narración de un mismo hecho, primero
lo oye y luego lo ve61
.
59 Expuesta por primera vez por Victorino de Pettau.
60 Por consiguiente, las repeticiones del Apocalipsis no serían simples yuxtaposiciones de fuentes análogas, sino que se
explicarían en el sentido de que, en el interior de una misma serie, una visión esquemática se explica después en forma
más amplia, aportando a la primera una precisión y una nueva claridad.
61 Esto puede desorientar al lector, haciéndole considerar como sucesos objetivamente diversos lo que en realidad no es
otra cosa que una doble representación de un mismo hecho.
95
También encontramos en el Apocalipsis la ley de la perpetua antítesis:
Ap 9, 13-21 y 11, 1-13
Ap 14, 14-20 y 15, 2-3
Ap 16, 14 y 16, 1562
San Juan tiene continuamente ante la vista la oposición de dos sociedades, de dos ciudades:
la de los amigos de Dios, es decir, la verdadera Jerusalén, y la de los enemigos de Dios, es a saber:
Babilonia, gobernada por el Dragón. La segunda parte del Apocalipsis (12-22) está toda ella
dominada por las grandes antítesis de Cordero-Dragón, Mujer-Dragón, nueva Jerusalén-Babilonia.
Además de estas antítesis claramente determinadas existen otras visiones o dichos sobre el poder
del mundo y del diablo, que continuamente se alternan con otras sobre el poder de Dios y la victoria
de los fieles. Igualmente las visiones que se refieren al mal alternan con otras que tratan del bien, y
las que hablan de castigos, con otras que se refieren a la gloria.
C. AUTENTICIDAD Y CANONICIDAD DEL APOCALIPSIS
El mismo autor del Apocalipsis nos ha dejado su nombre: Juan(1,1.4.9;22,8), La tradición
cristiana antigua identifica unánimemente este Juan con el apóstol San Juan, hijo del Zebedeo. Unos
cincuenta años después de la muerte de San Juan en Efeso atestiguaba allí mismo San Justino
(+153)63
, San Policarpo (+155), que fue discípulo inmediato del apóstol San Juan, considera el
Apocalipsis como divinamente inspirado y cita expresiones idénticas a las del apocalipsis. También
San Ireneo (hacia 190), heredero de las tradiciones efesinas por haber vivido en Efeso cierto tiempo,
identifica al autor del Apocalipsis con el apóstol San Juan 64
. Tiene igualmente mucha importancia
el claro testimonio del Fragmento de Muratoni (de hacia 170): ―También hemos recibido el
Apocalipsis de San Juan‖
En el resto del siglo II, y en la primera mitad del siglo siguiente, fueron muchos los
escritores eclesiásticos que consideraron el Apocalipsis como obra del apóstol San Juan. 65
Algunos
autores de esta época, o incluso del siglo anterior, llegaron hasta escribir comentarios sobre el
Apocalipsis. De estos últimos fue Melitón, obispo de Sardes (hacia 170), una de las ciudades a las
que va dirigido el Apocalipsis.
Es evidente el peso que tiene el argumento de unanimidad de la tradición en los dos primeros
siglos, acerca de la autenticidad y canonicidad del Apocalipsis.
La unanimidad se vio, sin embargo, rota en el siglo III, cuando los herejes ―alogos
―(negadores del Logos), atribuyeron el Apocalipsis a Cerinto, por reacción contra el abuso que
hacían de él los montanistas, le negó todo valor canónico66
.Los argumentos en que se funda son
literarios y teológicos, no de tradición. La causa de esto fue el hecho de que creían que en el
Apocalipsis se enseñaba la doctrina milenarista. Y para quitar a los herejes milenaristas el funda-
62 En casi todos los cuadros, o en cada una de las series, se encuentran frases y figuras antitéticas.. Las antítesis se
encuentran ordinariamente al final de las visiones preparatorias que preceden a los septenarios, es decir, en cada sexto
momento de los septenarios, si exceptuamos el de las cartas.
63 San Justino, Diálogo con Trifón 81,4,: ―Además hubo entre nosotros un varón, por nombre Juan, uno de los
apóstoles de Cristo, el cual profetizó en la Revelación (Apocalipsis) que le fue hecha, que los que hubieren creído en
Cristo pasarían mil años en Jerusalén‖.
64 SAN IRENEO,Contra los herejes 4,20,11 etc.
65 Es usado por Clemente de Alejandría (hacia 215), por Orígenes (hacia 233) y por Tertuliano (hacia 207).
66 Con mayor moderación, San Dionisio, obispo de Alejandría (248-264), puso también en duda el origen apostólico
del Apocalipsis, sin rechazar la canonicidad.
96
mento bíblico del Apocalipsis, en el que se apoyaban, negaron su autenticidad. Tampoco
consideran el Apocalipsis como auténtico y canónico San Cirilo de Jerusalén, San Gregorio
Nacianceno. Teodoreto y San Juan Crisóstomo nunca citan el Apocalipsis, lo cual parece indicar
que no lo consideraban como libro sagrado. Su actitud fue motivada no por razones de tradición,
sino por motivos de polémica.
Frente a esta actitud discordante se alza toda la Iglesia occidental, y con ella también muchos
Padres orientales, como San Basilio, San Atanasio, San Gregorio Niseno, San Cirilo de Alejandría y
San Epifanio. La Iglesia latina ha reconocido siempre la autenticidad apostólica y la canonicidad
del Apocalipsis, y ha salido siempre en defensa de la tradición primitiva.
Por eso es lícito afirmar que existe una tradición casi unánime de la Iglesia
que considera el Apocalipsis como obra del apóstol San Juan.
Los documentos oficiales o cuasi oficiales que poseemos de la Iglesia universal confirman la
tradición casi unánime de los Padres67.
Y finalmente, el concilio Tridentino, el día 8 de abril de 1546, definió solemnemente el canon
de las Sagradas Escrituras. En su decreto De canonicis Scripturis declara:
―Si alguien no recibiera por sagrados y canónicos estos libros—entre ellos es nombrado el
Apocalipsis del apóstol Juan—íntegros con todas sus partes, según acostumbraron ser
leídos en la Iglesia católica y se contienen en la antigua edición latina Vulgata, y
despreciare a ciencia y conciencia las predichas tradiciones, sea anatema‖.
En los tiempos modernos ha habido críticos, y los hay todavía hoy, que dudan de la
autenticidad joánica del Apocalipsis o la niegan claramente68
Sin embargo, el argumento de tradición y las semejanzas existentes entre el Apocalipsis y el
cuarto evangelio conservan todavía toda su fuerza. Solamente se encuentra en el Apocalipsis y en el
67 Una carta del papa San Inocencio (año 405), considera el Apocalipsis de San Juan como libro canónico. Igualmente, el catálogo
de los Libros Sagrados, atribuido al papa San Gelasio (hacia 495), acepta el Apocalipsis de San Juan apóstol en el cánon de las
Sagradas Escrituras . El concilio Toledano IV (a.633) castiga con la excomunión al que rechace el Apocalipsis de San Juan como no
auténtico ni canónico. Por consiguiente, el concilio Tridentino ha definido la canonicidad del Apocalipsis. 68 . Y sinceramente hablando hay que reconocer que la atribución del Apocalipsis al apóstol San Juan, autor del cuarto evangelio, presenta
serias dificultades, como lo reconocen al presente diversos autores católicos.
Desde el punto de vista literario se encuentran indudables semejanzas en lo referente al estilo, vocabulario, fraseología, gramática. Sin
embargo, las diferencias entre el Apocalipsis y el cuarto evangelio son también muy notables. Sucede con las ideas teológicas:
No se encuentran en el Apocalipsis la mayor parte de los términos característicos del cuarto evangelio y de las epístolas de San Juan:
amor, verdad, Luz, tinieblas, mundo, en sentido peyorativo.
La doctrina del Espíritu Santo, que tanta importancia tiene en el cuarto evangelio, apenas es esbozada en el Apocalipsis.
Cristo es llamado, en ambos escritos, Cordero (de Dios), pero con dos palabras griegas distintas .
La concepción escatológica es muy distinta. En el Apocalipsis se vive en espera de la venida de Cristo. El Hijo del hombre es Cristo
glorioso que vendrá al final de los tiempos para juzgar a los impíos. El anticristo es una potencia política que se opone al
establecimiento del reino de Dios. En el evangelio y en las epístolas, en cambio, Cristo ya ha venido, en cierto modo, y habita en el corazón de los fieles. El Hijo del hombre es Cristo exaltado por la resurrección, el cual ya ha llevado a cabo el juicio sobre los
hombres, separando los fieles de los que no aceptan a Jesucristo. Los anticristos ejercen una influencia nefasta, esparciendo falsas
doctrinas cristológicas. El Espíritu Santo, que habita en las almas de los fieles, realiza ya el reino de Dios entre nosotros .
Hay otras razones que aducen los críticos en contra de la autenticidad joánica del Apocalipsis. Las más importantes son las siguientes: el
cuarto evangelio tiene como nota característica la originalidad y la personalidad, que le sitúan en un nivel distinto de los sinópticos. En cambio, el
Apocalipsis no muestra esa nota de originalidad y personalidad. Frecuentemente el autor sagrado se limita a un reempleo literal de profecías del
Antiguo Testamento, principalmente de Ezequiel. También resulta extraño que el autor del Apocalipsis no se dé nunca el título de apóstol en una
época en que los ministerios eclesiásticos estaban claramente diferenciados(II Co 12,28s; Ef. 4,11).
Además, no encontramos en el Apocalipsis ni una sola alusión a hechos concretos de la vida terrestre de Cristo. Esto resulta algo extraño en
uno que habría vivido durante años en compañía de Jesucristo.
97
cuarto evangelio el término Logos, aplicado a Cristo, que es característico de San Juan Apóstol.
También se emplean en el Apocalipsis las expresiones agua viva o agua de vida (Ap 21, 6; 22, 17;
Cf. Jn 4, 10. 13ss;7, 38), que son propias del lenguaje joánico. Se emplean con frecuencia los
términos testimonio y verdadero, que son expresiones muy empleadas por el cuarto evangelio (Ap
3, 14;6, 10;16, 7;19, 2.9.11. Cf. Jn 1, 9; 4, 23; 7, 28; 17, 3, etc.)
Las diferencias de lenguaje entre el Apocalipsis y el cuarto evangelio tal vez provengan, al
menos en parte, del género literario apocalíptico empleado por el autor sagrado. El Apocalipsis
depende frecuentemente del Antiguo Testamento, especialmente del Génesis, Ezequiel, Zacarías y
Daniel. Y es muy probable que conociera los escritos apocalípticos judíos.
D. TIEMPO Y LUGAR DE COMPOSICIÓN DEL APOCALIPSIS
El mismo Apocalipsis nos dice que San Juan recibió la gran revelación (= apocalipsis) cuando
se encontraba deportado en la isla de Patmos, a causa de la palabra de Dios(1, 9). Ahora bien, según
la tradición más antigua y más digna de fe, que nos ha sido transmitida por San Ireneo y más tarde
por Victorino de Pettau (+ 303), la deportación de San Juan a Patmos tuvo lugar hacia el final del
reinado de Domiciano (81-96 d. C.). San Jerónimo, precisa todavía más.
Las condiciones históricas que el libro supone se adaptan perfectamente al reinado de
Domiciano, pues fue un emperador cruel y perseguidor. Exigió de sus súbditos el culto divino para
si mismo; y a tos que se oponían los asesinaba o los deportaba. Las cartas a las siete iglesias
corresponden bastante bien a las condiciones religiosas del Asia Menor hacia el final del siglo I.
Algunas de las iglesias habían decaído de su fervor primitivo. Por eso, San Juan echa en cara a
alguna de esas iglesias su pereza y decaimiento en el fervor religioso (2, 4.14.20ss; 3, 2ss. 16ss). Y,
al mismo tiempo, las previene contra la infiltración de doctrinas perniciosas difundidas por falsos
profetas y por los herejes nicolaítas (2,10-13). La persecución ha comenzado ya en Esmirna y en
Pérgamo (2,10-13). Este cambio en el seno de las comunidades cristianas no es posible que haya
tenido lugar poco tiempo después de San Pablo, sino que más bien tuvieron que pasar bastantes
años para que decreciese el fervor religioso.
En lo que coinciden casi todos los autores es que fue escrito en época tardía dentro del siglo I.
Esto es lo que también exigen ciertas características internas del libro, ya indicadas: decaimiento del
fervor en las comunidades cristianas, fundadas en tiempo de San Pablo; herejías mucho más
desarrolladas que las que suponen las epístolas de Santiago y la primera de San Pedro. Se puede,
pues, aceptar la fecha sugerida por la tradición: habría sido compuesto el Apocalipsis hacia el
año 95.
En cuanto al lugar de composición, la tradición se inclina por la isla de Patmos, en donde San
Juan habría recibido la revelación = apocalipsis.
E. DESTINATARIOS
El Apocalipsis va dirigido inmediatamente a las siete iglesias del Asia Menor proconsular, es
decir, a las iglesias de Efeso, Esmirna, Pérgamo, Filadelfia, Sardes, Laodicea y Tiatira. Sin
embargo, estas iglesias vienen como a representar a la Iglesia universal, a la que en definitiva va
dirigido el Apocalipsis.
F. OCASIÓN Y FINALIDAD DEL APOCALIPSIS
La ocasión próxima de la composición del Apocalipsis-al menos según lo que da a entender
el mismo libro(1,1.11)—fue la revelación que Juan recibió en la isla de Patmos. Dios le ordena
98
expresamente poner por escrito las visiones habidas y consignarlas a los fieles. La razón de por
qué tuvo esta revelación fueron las condiciones infaustas por las que estaban pasando los cristianos
del Asia.
El culto imperial amenazaba con sumergir entre sus aguas ponzoñosas a todas las
cristiandades del Asia Menor. Este culto idolátrico, que había comenzado a desarrollarse en tiempos
de Augusto, adquirió proporciones gigantescas en el reinado de Domiciano, el cual se hacía llamar
en las actas oficiales: «dominus et deus noster». Como los cristianos se oponían a este culto
imperial, el cruel emperador desencadenó una cruenta persecución contra ellos. San Juan quiere
con su libro consolar a los cristianos perseguidos e infundirles nuevo valor para que sigan
luchando valientemente por Cristo.
El Apocalipsis es, pues, un libro de consolación
dirigido a los fieles perseguidos a muerte por el poder civil.
Pero no solamente el poder civil se ensañaba en los cristianos, sino también el sincretismo
religioso oriental69
. San Juan se levanta en el Apocalipsis contra los graves peligros que amenazan a
los fieles, y les exhorta a permanecer firmes en la doctrina de Cristo. Y pone ante sus ojos la
perspectiva del triunfo definitivo. Este triunfo llegará pronto (1, 3; 3, 11; 11, 14; 22, 7.12.20), y los
cristianos verán tiempos mejores, en los que Jesucristo y su Iglesia reinarán sobre todos sus
enemigos, tanto internos como externos. Por eso San Juan les exhorta reiteradamente a sufrir con
paciencia las tribulaciones y persecuciones y a oponerse valientemente a la recepción de la marca o
señal de la Bestia—el poder imperial—, reconociendo su carácter divino (13, 16). Los himnos que
cantan los cristianos que ya han triunfado, en la liturgia celeste, son como una respuesta a las
aclamaciones del culto pagano tributado a los emperadores.
San Juan también se propone con su libro excitar las iglesias a vigilar con celo por la
pureza de la fe, amenazada entonces por diversos errores doctrinales.
G. ARGUMENTO DEL APOCALIPSIS
El Apocalipsis se presenta como un libro profético (1, 3.19 etc.) que, mediante diversos
vaticinios e imágenes, describe los hechos presentes y futuros de la Iglesia. Ésta, siempre
perseguida, pero siempre triunfante, alcanzará finalmente la perfecta victoria sobre sus enemigos. El
autor sagrado presenta el poder pagano de su tiempo luchando encarnizadamente contra Cristo y su
Iglesia. Los anticristos de que nos habla el Apocalipsis son personificaciones de fuerzas colectivas
del mundo, que, a través de los siglos, tratan de destruir el poder de Jesucristo.
Si bien el Apocalipsis se refiere inmediatamente
a la lucha que sostenía la Iglesia con los poderes paganos, a finales del siglo I
tiene, sin embargo, un valor y un significado permanente,
ya que la Iglesia en la tierra es esencialmente militante.
Tiene que hacer frente continuamente
a todos los errores y persecuciones que surgen a través de los siglos .
69 Lo constituían los diversos cultos asiáticos, especialmente el de Cibeles, sostenidos por un poderoso
sacerdocio. Este se aliaba con el poder civil para extinguir o adulterar las florecientes cristiandades del Asia Menor.
También contribuían a sembrar el desconcierto en el rebaño de Cristo las persecuciones de los judíos y de los herejes
cerintianos y nicolaítas.
99
El vidente de Patmos presenta la historia de la salvación como una gran liturgia del
mundo, en la cual, por virtud del sacrificio del Cordero, se logra vencer el mal y las almas son
incorporadas al reino de Dios. Por este motivo, en todas la visiones, excepto en la última, se alude
al Pontífice celeste y a su sacrificio (1, 12-16; 4-5; 8, 3-5; 11, 19; 14, 1-5; 15, 2-4; 19, 11-16).
También se anuncia la venida gloriosa de Cristo y las últimas calamidades que precederán a
su venida.
H. DOCTRINA DEL APOCALIPSIS
El Apocalipsis es rico en enseñanzas doctrinales. Su doctrina teológica está bastante
desarrollada y viene como a completar la de los evangelios y epístolas. Refleja bastante bien las
creencias cristianas de finales del siglo I.
Dios: El autor sagrado subraya de una manera especial la trascendencia divina. Esto
se explica fácilmente si tenemos presente que en aquellos tiempos los emperadores exigían honores
divinos. Dios es presentado como el Dios de la majestad, del poder y de la gloria (4,2; 6,10;
11,4.15;15,3). Es el Dios tres veces santo; El solo existe, pues a El solo conviene el Yo soy (4,8; Ex
3,14). Es el Señor de todas las cosas, pues les da el ser y las conserva (4,8.11). Por eso, es el
Principio y el Fin de todas las cosas, el Alfa y la Omega (1,8;21,6). Dios es lo suficientemente
poderoso para intervenir en la historia de los hombres en el momento por El determinado desde la
eternidad.
Cristología: Se habla relativamente poco en el Apocalipsis del Cristo terrestre. En
cambio, se da gran realce al Cristo glorioso en el cielo, que es descrito bajo diversas formas. Ante
todo aparece como el juez enviado por Dios para vengarse de los enemigos de su Iglesia (1,7.13;
19,1ss). Es el Hijo del hombre, que Daniel había visto venir sobre las nubes del cielo para el juicio
escatológico (1,7.13;14,14).Es también el Rey-Mesías, que será entronizado en Sión y conseguirá
derrotar a los reyes de la tierra rebelados contra Dios (12,5;19,15). Cristo es la estrella de la
mañana que se da ella misma como recompensa a los cristianos (2,28;22,16) para que puedan vivir
en su intimidad (5,5; 6,11). El da a los hombres la gracia y la paz (1,4-7).Recibe, como Dios, la
adoración de todo el mundo creado (5,12-14). Pero, al mismo tiempo, Cristo es hombre capaz de
sufrir y morir por los demás hombres. Es el Cordero muerto y resucitado (5,6), que ha vencido el
mal con su muerte (5,5) y ha librado a los hombres de la esclavitud del demonio (5,8). Por este
motivo, Cristo ha obtenido un derecho sobre la humanidad y sobre su destino. El domina las
naciones y dirige la historia humana(1,5;6,1).
El Espíritu Santo: tiene menos importancia en el Apocalipsis que en el cuarto
evangelio. Su teología es bastante embrionaria. En el prólogo es presentado como dispensador de la
gracia y de la paz juntamente con el Padre y con Jesucristo (1,4). Por tres veces (1,4;3,1;4,5) se
habla de los siete espíritus que están delante del trono de Dios: expresión que puede referirse al
Espíritu Santo septiforme o a siete ángeles. El Espíritu Santo exhorta a las iglesias (2-3)y, al mismo
tiempo, une su voz a la de la Iglesia para implorar el retorno de Cristo (22,17). En general, el
Espíritu aparece—en conformidad con la tradición del Antiguo Testamento—como el Espíritu de
profecía(2,7).
Soteriología: La salvación se atribuye a Dios únicamente, por oposición a los falsos
salvadores imperiales(7,10;12,10). Jesucristo es el agente de esa salvación (1,5;5,9;7,14).El hombre,
para obtenerla, ha de cooperar con sus buenas obras (7,14;12,11;20,12).
Angelología: Está bastante desarrollada en el Apocalipsis. El autor sagrado nos
presenta una pléyade de ángeles en torno de Dios y del Cordero. Son los anunciadores de los juicios
divinos(4,2-8;5,11,1;8,7-10,11). Los ángeles que pertenecen a las jerarquías superiores tienen por
100
función principal alabar a Dios (4-5).Todos toman parte activa en el gobierno de los hombres y de
las cosas(7,1ss; 8,2ss).
La demonología del Apocalipsis es de extraordinario interés para la teología. Satanás y los
demás espíritus malignos tienen gran importancia en el libro. Satanás aparece como el gran
enemigo de Dios. Arrojado del cielo (12,7-9), se vengará combatiendo sobre la tierra a los cristianos
y a la Iglesia (12,12.17). Con este fin suscita dos Bestias (13): una que simboliza al Imperio
romano y otra al sacerdocio pagano. Satán y sus ayudantes se servirán de todos los medios, hasta de
la persecución sangrienta, para seducir a los fieles. Sin embargo, Satanás no podrá hacer nada
contra la voluntad de Dios. Será reducido a la impotencia en el día que Dios determine (20,1-2),
Dios es, pues, más fuerte que el mal. Y, en consecuencia, podrá ayudar a los fieles contra los
perseguidores.
Eclesiología: La Iglesia constituye el punto central en torno al cual gira todo el
Apocalipsis. Contra ella se desencadena la lucha de Satanás (12). Pero Cristo interviene en favor de
ella. La Iglesia es el reino de Dios y de Cristo que se ha de establecer definitivamente después del
exterminio de las potencias malignas (1,6;5,10;11,18;19,6). Pero ya se puede considerar como
iniciado sobre la tierra (5,10; 20,6). Es un reino de sacerdotes, en cuanto que todos los fieles están
encargados de ofrecer a Dios el cántico de toda la creación como sacrificio de alabanza (5,9-10; Ex
19,6). Las relaciones íntimas de la Iglesia con Cristo son descritas bajo la imagen del matrimonio
(21,2.10; 1,7); la Iglesia es la esposa del Cordero, es decir, de Cristo, pues todos los fieles están
unidos a Cristo por los lazos del amor (3,20; 14,4.5). Su misión principal es alabar a Dios y ser-
virle (14,1-3; 22,3-4). La Iglesia del cielo está íntimamente unida a la de la tierra. Incluso ora
con las mismas fórmulas de esta última, y constituye como su prolongación. Al final de los
tiempos sólo habrá una Iglesia, la Jerusalén celeste (6,9; 7,1-17; 8,2); 14,1-5).
Escatología: La lucha de Satanás y de los poderes del mal contra Dios y su Iglesia
durará cuanto dure el mundo. Después de la caída de la Roma perseguidora, la Iglesia conocerá una
era de prosperidad y de paz70.
No obstante, la Iglesia siempre tendrá que pasar por períodos
difíciles. Pero los fieles han de tener plena confianza, porque, por muy fuertes que sean las persecu-
ciones, Dios siempre saldrá vencedor (19,21;20,10). En el último día, cuando Dios venza
definitivamente a Satanás y lo arroje por siempre al infierno, entonces tendrá lugar el reino
celestial en un universo totalmente renovado, del cual será excluido el mal (20,11;21,1ss) 71
.
¿Cuándo tendrá lugar este paso de la Jerusalén terrestre a la Jerusalén celeste?
El autor sagrado no lo dice.
Sin embargo, nos advierte que el paso del mundo presente al mundo futuro
será precedido por un asalto general de los poderes del mal contra la Iglesia72.
Mas el retorno de Cristo triunfante la salvará 73
y señalará el comienzo del último juicio74
y la llegada del mundo nuevo.
El milenarismo—Según el Apocalipsis (20,1-6), Satanás es arrojado al abismo, en
donde permanecerá encadenado durante mil años. En el decurso de ese tiempo todos los mártires
70 Esto sucederá cuando se detengan las persecuciones generalizadas contra la Iglesia.
71 Los signos cósmicos de que nos habla el Apocalipsis (6,12-17) no han de ser tomados a la letra. Se trata de
expresiones e imágenes estereotipadas y tradicionales en el profetismo del Antiguo Testamento, empleadas para
designar una intervención divina en la historia humana.
72 Ap 19,19.
73 Ap 19,11-21; 20,9 ss
74 Ap 20,11
101
vuelven a la vida y reinan con Cristo (20,4). Después Satanás—suelto de nuevo—entabla una
última batalla contra la Iglesia antes de ser arrojado definitivamente al estanque de fuego y azufre
(20,7ss). Una vez ejecutado esto tiene lugar el último juicio precedido por la resurrección general de
los muertos (20,11-15).
En los primeros siglos de la era cristiana hubo cierto número de Padres que interpretaron estas
visiones del Apocalipsis en sentido estrictamente literal. Cristo ha de volver un día sobre la tierra.
Entonces resucitarán los mártires e incluso todos los justos, y reinarán mil años sobre la tierra.
Después tendrá lugar la resurrección general, el último juicio y el comienzo del reino celestial.
Estos Padres, sin embargo, admitían un milenarismo espiritual, es decir, un reino lleno de goces del
espíritu y de bienes temporales.
En nuestro tiempo, la interpretación milenarista ha sido resucitada de nuevo por ciertas sectas
protestantes, como los anabaptistas, los labadistas, los darbistas, los testigos de Jehová, y por varios
autores acatólicos, los cuales insisten en la resurrección de los buenos y de los condenados, que
creen encontrar afirmada en ICor 15,23-24. Durante la última guerra mundial (1939-1949) la tesis
rnilenarista volvió a hacer su aparición incluso entre los católicos. Por eso, un decreto del Santo
Oficio declaró formalmente que el sistema del milenarismo mitigado no podía ser enseñado sin peli-
gro (―tuto doceri non posse‖).
Santo Tomás considera el milenarismo como una doctrina errónea y temeraria, pues no se
apoya ni en la enseñanza de Cristo ni en la de los apóstoles. La doctrina de la fe enseña solamente
dos venidas de Cristo: la primera tuvo lugar en su encarnación y nacimiento; la segunda se realizará
cuando venga glorioso en la parusía, a la que seguirán inmediatamente el juicio final y la
retribución. Por consiguiente, no hay lugar para el reino milenarista.
La mayoría de los autores, siguiendo a San Agustín, prefieren dar a este pasaje del
Apocalipsis una interpretación espiritual: él habla de una resurrección espiritual de los muertos
por el pecado, vivificados por la palabra de Jesús, distingue una doble resurrección: una espiritual,
cuando el hombre escucha y acepta la palabra de Dios; otra corporal, que tendrá lugar al
final de los tiempos, cuando resuciten los muertos. 75
I. DIVISIÓN DEL APOCALIPSIS
Los autores dividen el Apocalipsis de diversas maneras.
Nosotros, fundándonos en las palabras del mismo Apocalipsis: Escribe lo que vieres, tanto lo
presente como lo que ha de ser después de esto (1,19), lo dividimos en dos partes principales:
1. Revelación a las siete iglesias del Asia sobre su estado espiritual (Ap 1,4-3,22);
2. Visiones proféticas sobre el futuro (Ap 4,1-22,5)
a las que hay que añadir:
un prólogo (Ap 1,1-3)
75 Según esto, la primera resurrección de Ap 20,4-5 ha de ser entendida en sentido espiritual: se trata de la resurrección
espiritual de todos aquellos que encuentran la vida permaneciendo unidos a la doctrina de Cristo. El reino de mil años
correspondería en dicho caso a toda la fase terrestre de la vida de la Iglesia, desde Pentecostés hasta el fin de los
tiempos. Para entender mejor esto hay que tener en cuenta que el Apocalipsis no pretende describir una serie de
visiones, que se sucederían en un orden estrictamente histórico.
102
y un epílogo (Ap 22,6-21).
EXPLICACIÓN DE ALGUNAS VISIONES
VISIÓN 7: LA MEDICIÓN DEL TEMPLO
Ap 11,1-2
Ya ocurre esta acción en el Antiguo Testamento en Ez.40,3: Medición del Templo.
Los 42 meses o 3 años y medio, es el tiempo de la persecución (1260 días).
En el libro del Profeta Daniel, leemos: 1 tiempo, 2 tiempos y medio tiempo.
1260 Días: 3 años y medio de persecución.
La persecución de los malos y la preservación de los buenos. Dn.7,25.
Todos los Santos Padres han visto en esta visión el estado de la Iglesia en el tiempo de la
Gran Apostasía: el Cristianismo será adulterado, el mismo Templo y la Ciudad Santa serán
profanados, los Dogmas serán vaciados y rellenados de sustancia idolátrica.
Confrontar (Cf.) ― la abominación de la desolación‖ en el libro del Profeta Daniel, y que
luego la repitió Cristo. Sólo el Tabernáculo será preservado: un grupo pequeño de cristianos fieles
y perseguidos.
Se corrompe la Iglesia por lo mismo que se corrompió la Sinagoga, por el Fariseísmo.
VISIÓN 8: LOS DOS TESTIGOS
Ap 11,3-14
Son dos testigos de la penitencia, aparece la gran expectación por el juicio, vestidos de saco
profetizarán el tiempo de la persecución.
En el libro de Zacarías también hay un lenguaje apocalíptico. Estos dos hombres son los dos
olivos que están en la presencia del Señor, son los dos ungidos (también nos recuerdan a Moisés y a
Elías). Zac. 4,3-14
Olivo: presencia del Espíritu de Dios.
Candelabro: portador de la luz divina.
Sus enemigos muertos por el fuego del cielo Cf. Moisés y Elías.
Num.16,35
2Re. 1,10
Fuerza punitiva excepcional (Cf. Moisés y Elías)
103
1Re.17 y18
Eclo. 48,3
Ex.7,14 (agua y sangre)
Aparece luego la Bestia que hace guerra a los santos y los vence
Dn. 7,21 –este cuerno (4°reino) es el que hace la guerra.
2 Tes. 2,4
El Anticristo: también aparece en 2 Tes.
Sodoma y Gomorra: representan el pecado.
La cifra 7000 significa la plenitud, gran cantidad.
7: plenitud
1000: gran cantidad
VISIÓN 9: LA SÉPTIMA TUBA
Ap 11,15-19
Momento anunciado por el ángel. Se hace efectivo el plan de Dios sobre el mundo.
Himno que celebra que el dominio del mundo ha pasado. El ángel (Apoc10,7) había
anunciado este momento(Apoc.11,15) (Cf.Ps.2, Ps.99),canta la pertenencia y el reinado del Señor.
Se ha cumplido el hecho escatológico: El profeta llama aquí a Cristo ―el que es y el que fue‖
y no ya ―el que viene‖, puesto que aquí ya se hace presente.
Apoc.11,19: En el arca
Se ha visto a la Virgen.
El triunfo de Dios sobre el mal.
El comienzo intemporal metahistórico del hombre
.
Séptima Tuba: indica la Parusía, como todos los septenarios vista desde el Cielo.
Aquí prevalece el triunfo de Dios sobre el mal, más que catástrofe en la tierra.
El Fin del Mundo, significa: Término Temporal de la Historia y Comienzo Intemporal
de la Metahistoria del hombre.
VISIÓN 10 : LA MUJER CORONADA
Ap 12,13-18
Aquí se presentan antítesis entre la Mujer y el Dragón.
Por un lado la Mujer:
104
precedida por una gran señal en el Cielo
grandeza, esplendor, luz sobrenatural.
Aquí vemos a Israel, a la Iglesia, a la Stma. Virgen.
Por otro lado el Dragón: símbolo de las fuerzas tenebrosas del mal, de las
perfidias diabólicas, ―príncipe de este mundo‖.
Vidente: en la tierra.
Figuras: el lo alto.
Señal: es una aparición sobrenatural.
Dar a luz: Is. 7,10.
Sol- manto: Ps. 103,2
La Luna: determina los tiempos, los paganos tenían sus dioses que se
guiaban por sus estadios, estos tenían por encima la luna, en cambio
esta Mujer la tiene bajo los pies; esto pone fin a las angustias del
paganismo.
12 estrellas: las tribus de Israel (Cf. Sueño de José Gn.37,9).
Los dolores (Cf. Is 26,17).
―La Mujer huyó al desierto‖. El desierto es el lugar donde se está
escondido con Dios. El desierto en este momento protege a la mujer
―como un águila te he llevado‖......‖pero fuéronle dadas a la mujer dos
alas de águila para que volase al desierto‖...
El Dragón: 7 cabezas: máximo despliegue de fuerza.
10 cuernos: Dn. 8,9-10.
Da a luz un Hijo Varón: Ps. 2 . Ante el Nacimiento del Mesías, se produce una batalla
decisiva entre Dios y Satán, este último quiso también terminar con Moisés apenas naciera.
No hubo lugar para ellos en el Cielo: Dn. 10,13-21. Dn. 12,1.
Eclo. 18. ―vi a Satán caer del Cielo como un rayo‖.
Jn. 12,31 ―el Príncipe de este Mundo será arrojado fuera‖
Hay una gran batalla en el Cielo, mientras sucede este horror con Satanás, a la Mujer se le dan
alas de águila. (Cf. Ex. 19,4. Dt. 32,11. Ez. 17,3 Sacar a los Israelitas en alas de águila).
La Serpiente antigua logro la caída del hombre, aquí es vencida:
―Tenemos alguien mucho más grande, el Abogado ante el Padre‖.
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Gn. 3. ; Sb. 2,24; 2 Cor. 11,3; 1Tim. 2,14; Is. 14,12
Las aguas caudalosas son los pecados de los pueblos, pero la tierra aliada con la mujer se
tragó el río.
VISIÓN 11: LAS DOS BESTIAS
Apoc. 13,1-8; Apoc. 13, 9-18
1ª bestia
Nos recuerda el pasaje del profeta Daniel 7,4. El Apocalipsis habla de 2 bestias que resume
las 4 bestias de Daniel. La cabeza herida y curada es una parodia del cordero degollado y en pie.
También nos encontramos ante la presencia del Anticristo: ¿el Imperio Romano?, ¿una entidad
política?.
¿Quién como la bestia? Apoc. 13,4 , nos remonta al Antiguo Testamento ¿Quién como Tú
Señor entre los dioses? Ex. 15,11. Cántico después del paso del Mar Rojo.
Los 42 meses: 3 años y medio durará la actividad de la bestia. Le fue otorgado hacer guerra
a los Santos y vencerlos.
2ª bestia
Esta sube de la tierra. El aspecto exterior era el de un manso cordero, sin embargo es una
serpiente. (Jn.5,43) ―He venido en Nombre de mi Padre y no me habéis recibido, otro vendrá en su
propio nombre y lo recibiréis‖.
Aquí algunos han visto al Anticristo bajo la forma de una entidad religiosa. Esta segunda
bestia hace que adoren a la primera.
La marca de la bestia en contraposición de lo que significa el sello de Dios.
VISIÓN 12: LAS VÍRGENES Y EL CORDERO
Ap 14,1-5
Es el reverso del Capítulo 13 (Apoc.) después de lo terrible del martirio, la recompensa
sobre el Monte Sión. Aparecen los 144.000 sellados (Apoc.7,2), estos tienen el Nombre de Dios y
del Cordero en la frente.(Cf. Apoc. 3,2. Apoc. 22,4). Es la invencible protección frente a las bestias
―Nadie puede arrancar nada de la mano de mi Padre‖.
Aparece el Cántico Nuevo, lleno de triunfo y gozo.
Habéis llegado al Monte Sión Hb.12,18-22. Miq.4,1-2.
Los Vírgenes son:
los que no se entregaron a la idolatría, fornicando con la Gran Ramera.
los que siguen al Cordero dondequiera que vaya: Mt.10,38. Mc.8,34.
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Los que fueron rescatados de entre los hombres, primicias de Dios y del Cordero
(la ley de Moisés prescribía la ofrenda del las primicias) Jr. 2,3. Lev.22,9.
No se cometerá iniquidad alguna.
No se proferirá mentira.
Los pinta varones, no porque no hubiera mujeres entre ellos, son en señal de
fortaleza.
Quizás, dice el P. Castellani debemos ver en estos los último mártires en número
definido.
VISIÓN 13: EL EVANGELIO ETERNO
Apoc.14,6-7
Aparece como expresión única y mensaje de victoria, como anuncio solemne de que la
Salvación ha llegado a todos. Es la etapa final ―Temed a Dios y dadle gloria‖.
Tres ángeles la llevarán a efecto:
1°) Se dirige al mundo pagano ―toda nación, tribu, lengua y pueblo‖, anuncia la
inminencia del juicio. Exhorta a adorar al Señor de todas las cosas. Nos recuerda la 1°
predicación a los Gentiles (Hech. 14,15; 1Tes.1,5-9).
Dice el P.Castellani que el Evangelio Eterno es el mismo Apocalipsis, o sea el anuncio
de la Parusía.
VISIÓN 14: EL SEGADOR SANGRIENTO
Apoc.14,8-20
2°) El segundo ángel anuncia el juicio de Babilonia como hecho cumplido:
Is. 21,9 aviso del vigía.
Dn. 4,27 ―Babilonia la Grande‖. Gran seductora de los pueblos.
Jr.25,15 La fornicación es la idolatría, y esta constituye el vino que atrae la ira de Dios.
3°) El tercer ángel anuncia espantoso castigo para los adoradores de la bestia (habitantes
del reino del Anticristo).
Fuego y azufre evoca Sodoma y Gomorra como prototipo del horror del juicio final:
Ez. 38,22.
Is.30,33.
También es el castigo del pueblo.
Apoc. 19,20.
107
Apoc.20,9.
En presencia de Dios y del Cordero
Lc.12,9.
Lc. 16,23.
La duración: nunca se extinguirá Jr.34,9-10.
Frente a esto ―Dichosos los que mueren en el Señor‖. Escucharán la voz del Espíritu, ya
que sus obras estuvieron cimentadas en la obediencia y en la fidelidad a Dios.
―Cuando un hombre muere, no lo acompañan la plata ni el oro, las piedras preciosas ni
las perlas, sino la toráh (la observancia de la ley) y las buenas obras‖ (dicho de los rabinos).
La descripción del Juicio bajo la forma de la cosecha: Is.17,5. Is.27,12. Mt.3,12.
Mt.13,30-39. Mc.4,29. Is.63,3. Jr.25,30. Lam.1,5. Jl.1,12. Jl.3,12-13.
Figura de Hijo de Hombre: Dn.7,13.
Aparición sobre las nubes, confirma Apoc.1,7 el comienzo del juicio.
Orden de Dios que se le comunica.
Sólo Dios y el Mesías juzgan. Los ángeles son acompañantes o auxiliares. Mt.25,31. ;
Mc.8,38.
Arrojar las hoces: 1Re.11,29. 2Re.13,14. Tes.1,7. Mt.13,41.49. Mc.13,27. Toda la
humanidad se presenta como una extensa viña. Ps.79.
Río de sangre del lagar: Is. 63,3.
Dice el P. Castellani que el ―Como hijo de hombre‖, no es Cristo sino un Angel.
VISIÓN 20: LA NUEVA JERUSALÉN
Is. 65,17. Los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva.
Después que el mundo haya desaparecido
2Pe.3, 10-13
Mt.19,28.
La Jerusalén Celestial aparece ya en Gal.4,26.
Estableceré mi morada y habitaré entre vosotros:
Lev. 26,11;
Jr.38,33,
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Ez.37,27;
Zac.2,14.
Destruirá para siempre la muerte: Is.25,8 ―Y dijo el que estaba sentado:
He aquí que hago nuevas todas las cosas‖. ―Hecho está.‖
―Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin‖.
El agua viva que había prometido al que venciere: Is.55,1
Ser un hijo: 2Sam.7,14.
Magnificencia de Jerusalén: magnificencia del trono y de la Ciudad.
La visión del reino escatológico ya la encontramos en Ez.40-48.
Pero la Nueva Jerusalén no tiene templo.
La Gloria del Señor está sobre ti: Is.60,1. Se establece una Nueva Alianza.
La Ciudad es un cubo (cuadrado) significa la Perfección. En el Cántico de Tobías
13,6 y en Ez.28,13 se relata la reedificación de Jerusalén.
Otro elemento que aparece es la contemplación cara a cara de Dios. Allí no se
necesita sol ni luna Is.60,19. Los reyes peregrinan a Jerusalén Is.60.
El árbol de la Vida estará a mano:
Ez.47,1-12.
Jl. 4,18
Zac.14,8.
Nace del trono de Dios. No hay nada maldito en ella, ni pecado.
Lo que a ningún mortal le fue dado a los bienaventurados se les concede Ex.33,20.; Jr.1,18;
Ps.16,15; Ps.40,3; Num.6,25. Jn.1,18.
APOCALIPSIS, LITURGIA Y ESPIRITUALIDAD.
El Apocalipsis de San Juan, a pesar de sus diferencias de estilo y de lengua con el Evangelio
y las Epístolas, guarda la comunidad y la continuidad de temas.
Tanto uno como otros presentan el mismo modo: ―el combate de los hijos de las tinieblas
contra los hijos de la luz‖.
El Apocalipsis todo, está dominado por la oposición:
tierra: Imperio Romano. Mundo de la Bestia y
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Cielo: donde Dios es Glorificado incesantemente por los ángeles.
No sigue el Apocalipsis una lógica lineal sino que (a semejanza de un poema
sinfónico) se teje en torno al cruzamiento de algunos temas constantemente repetidos dentro de un
concierto alternado o concordante de múltiples masas corales y orquestales).
La Visión del Hijo del Hombre (tomada de Dn.).
7 cartas que anuncian diversos temas.
Grandioso prólogo en el Cielo: visión permanente de la fe: Apoc. 4,5
Intermedios Celestiales. Visión terrena de Catástrofes.
Es importante destacar que el ―mundo que se aproxima‖, no es solo un ―mundo que viene‖,
sino que este ―existe ya‖, e incluso ―es el único verdadero‖.
No es la creencia platónica de un mundo ideal constantemente presente, pero
constantemente extranjero al mundo de la materia en que nos encontramos.
El Mundo Celestial de San Juan ya ha empezado a invadir el mundo terreno, y este ha
comenzado a tener acceso al mundo celestial.Se trata de un doble proceso:
Descenso de la Schekinah sobre la tierra.
Ascenso de la humanidad hacia la Merkabah Celeste.
El Mundo Celeste aparece como un mundo LITURGICO.
Dios es reconocido y adorado por las creaturas como el Unico Santo (trisagio repetido de
Isaías6).
4 vivientes
24 ancianos
miríadas y miríadas de espíritus y
Aquel que está sentado en el trono, que es saludado como ―Aquel que era, que
es y que viene‖.
En la visión se introduce el Cordero Inmolado, de pie.
Jesús Crucificado y Glorioso.
Con El nuestro mundo entra en la Gloria, de la misma manera que en El, la Gloria había
descendido hasta nosotros. E inmediatamente después de El, sube la procesión terrena de aquellos
que le siguen dondequiera que vaya.
Así también al final del Libro, la Jerusalén Celestial descenderá sobre la tierra con la
presencia en ella de ―Aquel que está sentado en el trono y del Cordero‖, que constituyen su
luz.(Apoc.21,23).
La Gran Consolación del Apocalipsis y su afirmación central es que el mundo que viene ya
está presente en cierta manera hoy.
110
Y unos testigos sellan este testimonio con su sangre. Es en San Juan
donde vemos que se opera el paso de esta palabra desde el sentido genérico de ―Testimonio‖, a este
sentido más preciso.
El mártir tiene tanta importancia para San Juan porque por medio de él se constituye sobre la
tierra hoy la Jerusalén Celestial que está destinada a descender gloriosamente al final de los
tiempos.
San Pablo va a explicar que el Templo de Dios se constituye actualmente con la predicación
evangélica y ―este Templo de Dios sois vosotros mismos‖.
San Juan va a decir que lo que edifica el Templo de Dios no es la sola Palabra anunciada por
los Apóstoles sino la Palabra recibida que da fruto en los corazones. Pero un fruto crucificado ya
que es a través de la Cruz que se llega a la Gloria.
La idea sobre la Providencia Divina en el Apocalipsis: Si el mundo
actual se rige por las potencias sublevadas contra Dios, no quiere decir esto que se escape de la
mano de Dios. Todas las potencias continúan estando en sus manos: ―es el poder que les ha sido
dado de lo alto‖.
Lo que parecen catástrofes producidas por las pasiones humanas y sometidas a planes
demoníacos constituyen el simple desarrollo del libro de los Secretos Divinos. Es el Cordero el que
rompe sucesivamente los sellos. Son los ángeles los que vierten las copas de la Cólera Divina, pero
Dios hace concurrir todo para el bien de los que los aman.
La Victoria de la Luz está asegurada, las tinieblas por sí mismas no son nada.
Esto no suprime sin embargo el misterio, ni atenúa la realidad, los testigos de la luz pasan en
medio de las tinieblas a la gloria por el camino doloroso de la cruz, y no hay otro.
Sin embargo, la Jerusalén Celestial se construye aquí abajo, y eso es un Misterio. Se
construye a través de la aparente ruina del pueblo de Dios.
El Apocalipsis enseña que la muerte, a imitación de Cristo, por El y para El, es vivificante.
Nadie queda dispensado de morir, para vivir en Dios. La condición actual del pueblo de
Dios es la misma de su jefe antes de ser glorificado. La Cruz en manos de Dios, se convierte en
instrumento de glorificación.
―Eres digno.......... porque fuiste degollado‖
―Estos son los que han lavado su túnica en la sangre del Cordero‖.
A pesar de lo trágico del Apocalipsis, se desprende de él una luz serena y vivificante. El
Cordero y la Esposa del Cordero han vencido. La luz brilla en medio de las tinieblas y la vida brota
de la muerte.
Luz y Vida, ambos temas constituyen la clave de todo el pensamiento Joánico. Estos
revelan el contenido del Reino de Dios: la Gloria del Mesías.
Hay pocas palabras que sean tan caras al autor del Apocalipsis como la palabra que significa
brillante, resplandeciente, radiante de hermosura, claro, evidente, manifiesto etc. Es la palabra que
designa una blancura no sólo inmaculada, sino resplandeciente. Los ángeles que vienen del
111
santuario celeste son ―resplandecientes‖, en Babilonia desaparece todo lo que era resplandeciente,
mientras que la Esposa del Cordero parece revestida de un lino ―resplandeciente‖ tejido por la
justicia de los santos, de la ciudad santa discurre un río ―resplandeciente‖, y Jesús proclama
finalmente: ―Yo soy la estrella resplandeciente del amanecer‖. Es la Luz propia de Dios y la
comunica, por eso la Luz es el Cordero mismo.
San Pablo presenta la unión de Cristo y la Iglesia como la del hombre y la mujer, pero es
San Juan el que acuña la expresión ―Esposa del Cordero‖, título y nombre propio de la Iglesia.
Se vuelve a encontrar el Paraíso, y más que el Paraíso, el Cielo desciende sobre la tierra. La
Justicia y sus exigencias se junta con la Misericordia y sus promesas.
La Schekinah nos es entregada para siempre sin necesidad de santuario que la contenga. La
Presencia ya no pasará.
No termina el Apocalipsis con la sola aparición del Hijo del Hombre sino con la aparición
de la Iglesia rescatada por su sangre y recreada a su imagen.
LA VIDA
El Apocalipsis al mismo tiempo que es Glorificación del Martirio es Promesa de Vida.
Conduce de nuevo a la humanidad al Río donde está Dios. Ya no se interpone la espada de
los querubines. El hombre es llamado a comer del fruto del Arbol de la Vida.
―Bienaventurados los que lavan sus túnicas para tener derecho al Arbol de la Vida y entrar
por las puertas que dan acceso a la ciudad‖. (Apoc.22,14)
La Vida es tan característica de Dios como la Luz.
Dios es el que vive por los siglos: Apoc.4,9-10. Ap.10,6. Ap.15,7.
El Hijo del Hombre es el Viviente: Apoc.1,18. Ap.2,8
Los Mártires Vivieron y Reinaron con Cristo: Apoc.20,4
La Vida de la que habla San Juan es Divina. Es la vida en su plenitud y en su fuente.
Vida que se comunica al hombre por la Resurrección de Cristo. La Resurrección es el
centro hacia el que convergen todas las líneas de esperanza apocalíptica.
La Resurrección es la Segunda y Ultima Creación.
―Yo hago nuevas todas las cosas‖ (Apoc.21,5)
Esta segunda creación hace que el hombre vuelva hacia Dios, para vivir en El su vida.
“El que tenga sed, que venga a Mí; de su interior brotarán torrentes de agua viva”
(Jn. 7,47)
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