observador semanal - 28/06/2010

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AÑO V - Nº 258 - JUEVES 24 DE JUNIO DE 2010 RESPONSABLES: Guillermo Lesmes - Nathalia Lemir - www.sanrafael.org.py - mail: [email protected] - PALABRAS DE CERTEZA Y ESPERANZA 3 7 OBSERVAD SEMANAL R P. Aldo Las lagrimas que se vuelven caridad Una verdadera líder Sé que estoy en el Paraìso, a un paso de Dios Cleuza Ramos Música - Tosca de Puccini Existe discriminación y racismo en el Paraguay, pero Cristo ha resucitado “Querido Padre, no pensaba que en un país tan peque- ño y tan bello, el fenómeno del racismo y de la discrimina- ción estuviera tan desarrollado. Muchas veces había escu- chado hablar que el Paraguay, en su absoluta mayoría “católica apostólica romana”; como lo definen ex - alum- nos de colegios católicos; sufre de estas enfermedades que caracterizan a otros países. Claramente no se trata de aquel racismo violento que definió a varios lugares del mundo, ni de aquel nacionalismo que deja, diariamente, a miles de muertos en numerosas naciones, más bien se trata de un racismo soft-dietético, no por eso menos agre- sivo. Yo soy un enfermo de sida, fui atendido por ustedes en vuestra Clínica, allí llegué destrozado y ya listo para despedirme de éste mundo. Fue por ése motivo que me trasladaron de Lastimad a la Clínica “San Ricardo Pampuri”. Gracias al Señor, a la Virgen, y al amor de los médicos, los enfermeros, y de todo el per- sonal, logré recuperarme. Después de muchos meses me dieron de alta, linda noticia que me hizo feliz. Pero después de unos minutos de alegría una grande triste- za agarró a mi alma: “¿Dónde voy a vivir?”, me pre- guntaba. Mi familia me había abandonado desde hacía tiempo, nadie durante mi larga estadía en la Clínica había venido a visitarme, me habían dejado en una terrible soledad. Si no hubiera sido por uste- des, la tentación del suicidio se hubiera adueñado de mí. No me quedaba más que la calle, que volver a la vida de antes, pero habiendo sido tan agraciado por el Señor no quería tornar atrás. Recé mucho y una vez más les pedí me socorrieran, entonces ustedes me lle- varon a una linda Granja para vivir en compañía de otros amigos enfermos “recuperados” de sida y aban- donados por sus esposa/os, hijos, parientes, amigos. Esto fue mi salvación y ahora estoy feliz, sin embargo no puedo no recordar el maltrato sufrido en los lugares públi- cos a los que acudí pidiendo ayuda, como tampoco puedo olvidar la discriminación de unos médicos y enfermeros que ni siquiera me miraban a los ojos ó si lo hacían, me miraban como si tuvieran delante a un perro. Mucho menos puedo olvidar el abandono total de mi familia. Sí, es verdad que tengo sida, el culpable soy yo por mi vida desordenada. Reconozco mis pecados y mucho más reconozco la infinita misericordia de Dios que abrazándo- me y perdonándome me transformó en un hombre nuevo. Pero, ¿cómo se puede ser tan hipócrita al gritar que todos los paraguayos somos iguales, que somos hermanos, que vivimos unidos? Acaso ¿es el futbol la manifestación de ésta unidad? Basta con ésta hipocresía, porque hasta en la pasión por el futbol experimenté ésta discriminación, cuando para ver el partido Paraguay Italia, me senté al lado de un conocido que sabiendo acerca de mi enferme- dad se mudó de lugar. Padre, esta hipocresía cargada de ignorancia me hiere, y quiero que usted usando su bolígra- fo lo manifieste a todos los lectores. Me hiere por ejemplo ver a Dionisio Galván, quien fue mi compañero de cuarto, abandonado por sus familiares desde hace ya cinco años. Me imagino a su esposa, a sus muchos hijos, a su hermana “platuda” y a sus demás hermanos. Yo sé que ustedes denunciaron el hecho a la comisaría para darle a nuestro hermano la esperanza de volver a su casa, pero como siem- pre la policía se hizo del “ñembotavy” ya que la hermana gracias a sus conocidos politiqueros, se lavó las manos. El pobre Dionisio hace ya cinco años que se encuentra en cama, y por éste motivo no puede ser trasladado a la Granja. Como Dionisio Galván, muchos más que sufren los efectos de mi enfermedad. Padre, haga algo por favor, el estar enfermo es muy doloroso, pero el ser discriminado y abandonado por todos, es desesperante. Un enfermo de la clínica “Qué lástima que no exista la eutanasia en nuestro país porque esta nena está ocupando un lugar sin ningún sentido” “Pa'í cuando era joven y me iba al médico porque me dolían los dientes, lo primero que él me decía era: sácate el vestido. Ahora que soy vieja y le digo que me duele la panza, él me responde: abre tu boca” “Manda- miento del amor” “Tú, oh Cristo mío”, "Yo soy Tú que me haces" “Tú oh Cristo mío” Querido hijo y amigo cuanto afirmas es verdad. Lo que pasaba en los tiempos de Jesús con los leprosos y a lo largo de la historia pasa ahora con los enfermos de SIDA. Y ojalá fuera sólo con ellos, el drama es que la discriminación, el racismo, tan viejo como el hombre, existe en todo el mundo y, por ende también en nuestro país está asumiendo siempre su protagonismo. Unos ejemplos: De repente su enferme- dad la llevó al borde de la muerte. La llevamos a toda prisa a un sanatorio público que la recibió en terapia intensiva, brindándole lo mejor. Pero toda esta situación que nos ale- graba mucho se nos cayó al piso cuando un médico, que más parecía un carnicero, entrando dijo: . También en Paraguay, la eutanasia, el aborto (no existe discriminación peor que eliminar a los inocentes) están convirtiéndose en cultura. Además cuántas trabas y problemas ponen los médicos de las estructuras privadas o públicas para aten- der no sólo a los pacientes de SIDA, sino a los pobres, a los marginados, a los que no valen nada para el mundo. Me decía riendo una anciana señora: Vayamos al Chaco entre los Menonitas, y preguntémosle si les brindan el mismo trato que a sus compatriotas. A muchos ayoreos y otras minorías les han “impuesto” sus creencias evangélicas, pero hasta hoy viven como en una especie de “apartheid” como los ingleses en África, o como hacían los yanquis hace déca- das con los negros, y mucho antes los ingleses y los indios de la Patagonia. Claro, les dan de comer, les ofrecen algu- nos servicios. Pero, por ejemplo: un empleado ayoreo haciendo los mismos trabajos que un menonita ¿gana el mismo sueldo? Tenemos internada una ayoreo, enferma de cáncer terminal y todos saben que nuestro sanatorio es para los marginados y además gratis, me hago una pregunta, ¿ella hubiera sido aceptada en el hospital de Loma Plata o Filadelfia, y contaría, gratuitamente, como tolos los servi- cios que le son brindados aquí? A ellos les toca responder. Además, desde que llegaron hace décadas a nuestro país, ¿existe algún menonita que se haya casado con una indíge- na? Y, fíjense bien: para ellos la Biblia es su fuente de ins- piración, y por eso me encantaría que me explicasen este comportamiento, o la forma en la que viven el o el capítulo 25 del evangelio de san Mateo. ¿Cuántos son los alemanes, asiáticos, europeos, que se mezclan con los paraguayos o los nativos, y que miran a los que desde siglos viven en estas tierras como hijos de Dios, como hermanos? Una minoría es dueña de todo y ¿los demás? ¿Que hacen para educar a los pobres, a los miserables que viven en pequeñas chozas sucias? Ciertamente hay unos amigos que hasta para mí son ejemplo para imitar, pero ¿qué pasa con la mayoría? Piensan en sí mismos. Puede existir racismo, discri- minación entre los mismos paraguayos. Estamos divi- didos en clases sociales ¿Cuántos son los que respe- tan a la empleada?, ¿qué significa esta es “mi cria- da”?, ¿por qué hay tantos niños pobres abandonados en las calles? También los clubes son un ejemplo de discriminación. Yo, pobre, sin dinero ¿podría pisar el Club Sajonia, o entrar en ciertos colegios o ser atendi- do en ciertos sanatorios? Sucede también entre los curas que, encontrándose con un sacerdote “extranje- ro” (lo experimenté en mi propia piel), se aíslan comen- zando a hablar en guaraní, siendo conscientes que el recién llegado no entiende nada. La lista de los diversos tipos de discriminación sería demasiado larga si continuáramos a enumerarlas, pero ¿a qué serviría? El punto es sólo uno, el mismo de siempre: volver a Cristo. Reconocer que no sólo somos todos hijos del mismo padre, sino que Cristo ha resucitado y sigue vivo. Mirando a Cristo uno no puede discriminar a nadie, sino abrazar en cada ser humano la presencia física de Cristo. El cristiano es quien vive diciendo quien mira a sí mismo y a los demás en relación al Misterio y dentro de esta postura vive entregado con ternu- ra a todos, en particular los más abandonados y necesita- dos. La cosa triste es que nosotros los cristianos, los que gritamos “Gloria al Señor” los que caminamos con la biblia bajo el brazo, los que predicamos, somos los prime- ros en no reconocer que el guaraní, el ayoreo, el mby'a, el niño de la calle, el enfermo de SIDA, el anciano abandona- do en la calle, los niños explotados y abandonados, son el rostro bello y sucio de Cristo. Bello porque resucitado. Sucio porque cargada de sangre, la sangre del sufrimiento humano. Un Paraguay unido es posible sólo cuando cada uno mirando al hombre que encuentra por la calle, reconoce en Él el rostro de Cristo, cuando levantándose a la mañana , y poniéndose de rodillas dice: o , si no se mirar a Cristo resucitado es imposible amarse y amar al otro. Para eso Cristo vino al mundo. 1- 2- Hace unas semanas murió una niñita, Cristinita, de 5 años, que desde hace 4 años se encontra- ba internada en nuestra clínica. Y ¿qué pasa con los indígenas que viven al margen de la sociedad y que tendrían que ser los verda- deros dueños del país? 3- En el Paraguay existe una conjunción de diferentes grupos sociales y razas. P. Aldo 3 4 7 6 3 4/5 8 7 Necesitamos salir de la ideología Las lágrimas que se vuelven caridad Música - Tosca de Puccini Cleuza Ramos y la Teología de la felicidad

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Observador Semanal - 28/06/2010

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Page 1: Observador Semanal - 28/06/2010

AÑO V - Nº 258 - JUEVES 24 DE JUNIO DE 2010RESPONSABLES: Guillermo Lesmes - Nathalia Lemir - www.sanrafael.org.py - mail: [email protected] -

PALABRAS DE CERTEZA Y ESPERANZA

3 7

OBSERVAD SEMANALR

P. Aldo

Las lagrimas que se

vuelven caridadUna verdadera líder

Sé que estoy en el Paraìso,

a un paso de Dios

Cleuza Ramos Música -

Tosca de Puccini

Existe discriminación y racismoen el Paraguay, pero Cristo ha resucitado

“Querido Padre, no pensaba que en un país tan peque-ño y tan bello, el fenómeno del racismo y de la discrimina-ción estuviera tan desarrollado. Muchas veces había escu-chado hablar que el Paraguay, en su absoluta mayoría“católica apostólica romana”; como lo definen ex - alum-nos de colegios católicos; sufre de estas enfermedades quecaracterizan a otros países. Claramente no se trata deaquel racismo violento que definió a varios lugares delmundo, ni de aquel nacionalismo que deja, diariamente, amiles de muertos en numerosas naciones, más bien setrata de un racismo soft-dietético, no por eso menos agre-sivo.

Yo soy un enfermo de sida, fui atendido por ustedes envuestra Clínica, allí llegué destrozado y ya listo paradespedirme de éste mundo. Fue por ése motivo queme trasladaron de Lastimad a la Clínica “SanRicardo Pampuri”. Gracias al Señor, a la Virgen, y alamor de los médicos, los enfermeros, y de todo el per-sonal, logré recuperarme. Después de muchos mesesme dieron de alta, linda noticia que me hizo feliz. Perodespués de unos minutos de alegría una grande triste-za agarró a mi alma: “¿Dónde voy a vivir?”, me pre-guntaba. Mi familia me había abandonado desdehacía tiempo, nadie durante mi larga estadía en laClínica había venido a visitarme, me habían dejadoen una terrible soledad. Si no hubiera sido por uste-des, la tentación del suicidio se hubiera adueñado demí. No me quedaba más que la calle, que volver a lavida de antes, pero habiendo sido tan agraciado porel Señor no quería tornar atrás. Recé mucho y una vezmás les pedí me socorrieran, entonces ustedes me lle-varon a una linda Granja para vivir en compañía deotros amigos enfermos “recuperados” de sida y aban-donados por sus esposa/os, hijos, parientes, amigos.Esto fue mi salvación y ahora estoy feliz, sin embargo nopuedo no recordar el maltrato sufrido en los lugares públi-cos a los que acudí pidiendo ayuda, como tampoco puedoolvidar la discriminación de unos médicos y enfermerosque ni siquiera me miraban a los ojos ó si lo hacían, memiraban como si tuvieran delante a un perro. Muchomenos puedo olvidar el abandono total de mi familia.

Sí, es verdad que tengo sida, el culpable soy yo por mivida desordenada. Reconozco mis pecados y mucho másreconozco la infinita misericordia de Dios que abrazándo-me y perdonándome me transformó en un hombre nuevo.Pero, ¿cómo se puede ser tan hipócrita al gritar que todoslos paraguayos somos iguales, que somos hermanos, quevivimos unidos? Acaso ¿es el futbol la manifestación deésta unidad? Basta con ésta hipocresía, porque hasta en lapasión por el futbol experimenté ésta discriminación,cuando para ver el partido Paraguay Italia, me senté allado de un conocido que sabiendo acerca de mi enferme-dad se mudó de lugar. Padre, esta hipocresía cargada deignorancia me hiere, y quiero que usted usando su bolígra-fo lo manifieste a todos los lectores. Me hiere por ejemplover a Dionisio Galván, quien fue mi compañero de cuarto,abandonado por sus familiares desde hace ya cinco años.Me imagino a su esposa, a sus muchos hijos, a su hermana“platuda” y a sus demás hermanos. Yo sé que ustedesdenunciaron el hecho a la comisaría para darle a nuestrohermano la esperanza de volver a su casa, pero como siem-pre la policía se hizo del “ñembotavy” ya que la hermanagracias a sus conocidos politiqueros, se lavó las manos.El pobre Dionisio hace ya cinco años que se encuentra encama, y por éste motivo no puede ser trasladado a laGranja.

Como Dionisio Galván, muchos más que sufren losefectos de mi enfermedad. Padre, haga algo por favor, elestar enfermo es muy doloroso, pero el ser discriminado yabandonado por todos, es desesperante.

Un enfermo de la clínica

“Qué lástima queno exista la eutanasia en nuestro país porque esta nenaestá ocupando un lugar sin ningún sentido”

“Pa'í cuando era joven yme iba al médico porque me dolían los dientes, lo primeroque él me decía era: sácate el vestido. Ahora que soy viejay le digo que me duele la panza, él me responde: abre tuboca”

“Manda-miento del amor”

“Tú, oh Cristomío”,

"Yo soy Tú que me haces"“Tú oh Cristo mío”

Querido hijo y amigo cuanto afirmas es verdad. Lo quepasaba en los tiempos de Jesús con los leprosos y a lo largode la historia pasa ahora con los enfermos de SIDA.Yojaláfuera sólo con ellos, el drama es que la discriminación, elracismo, tan viejo como el hombre, existe en todo elmundo y, por ende también en nuestro país está asumiendosiempre su protagonismo. Unos ejemplos:

De repente su enferme-dad la llevó al borde de la muerte. La llevamos a toda prisaa un sanatorio público que la recibió en terapia intensiva,brindándole lo mejor. Pero toda esta situación que nos ale-graba mucho se nos cayó al piso cuando un médico, quemás parecía un carnicero, entrando dijo:

. También enParaguay, la eutanasia, el aborto (no existe discriminaciónpeor que eliminar a los inocentes) están convirtiéndose encultura. Además cuántas trabas y problemas ponen losmédicos de las estructuras privadas o públicas para aten-der no sólo a los pacientes de SIDA, sino a los pobres, a losmarginados, a los que no valen nada para el mundo. Medecía riendo una anciana señora:

Vayamos al Chaco entre losMenonitas, y preguntémosle si les brindan el mismo tratoque a sus compatriotas.Amuchos ayoreos y otras minoríasles han “impuesto” sus creencias evangélicas, pero hastahoy viven como en una especie de “apartheid” como losingleses en África, o como hacían los yanquis hace déca-das con los negros, y mucho antes los ingleses y los indiosde la Patagonia. Claro, les dan de comer, les ofrecen algu-nos servicios. Pero, por ejemplo: un empleado ayoreo

haciendo los mismos trabajos que un menonita ¿gana elmismo sueldo? Tenemos internada una ayoreo, enferma decáncer terminal y todos saben que nuestro sanatorio es paralos marginados y además gratis, me hago una pregunta,¿ella hubiera sido aceptada en el hospital de Loma Plata oFiladelfia, y contaría, gratuitamente, como tolos los servi-cios que le son brindados aquí? A ellos les toca responder.Además, desde que llegaron hace décadas a nuestro país,¿existe algún menonita que se haya casado con una indíge-na? Y, fíjense bien: para ellos la Biblia es su fuente de ins-piración, y por eso me encantaría que me explicasen estecomportamiento, o la forma en la que viven el

o el capítulo 25 del evangelio de sanMateo.

¿Cuántos son losalemanes, asiáticos, europeos, que se mezclan con losparaguayos o los nativos, y que miran a los que desdesiglos viven en estas tierras como hijos de Dios, comohermanos? Una minoría es dueña de todo y ¿losdemás? ¿Que hacen para educar a los pobres, a losmiserables que viven en pequeñas chozas sucias?Ciertamente hay unos amigos que hasta para mí sonejemplo para imitar, pero ¿qué pasa con la mayoría?Piensan en sí mismos. Puede existir racismo, discri-minación entre los mismos paraguayos. Estamos divi-didos en clases sociales ¿Cuántos son los que respe-tan a la empleada?, ¿qué significa esta es “mi cria-da”?, ¿por qué hay tantos niños pobres abandonadosen las calles? También los clubes son un ejemplo dediscriminación. Yo, pobre, sin dinero ¿podría pisar elClub Sajonia, o entrar en ciertos colegios o ser atendi-do en ciertos sanatorios? Sucede también entre loscuras que, encontrándose con un sacerdote “extranje-

ro” (lo experimenté en mi propia piel), se aíslan comen-zando a hablar en guaraní, siendo conscientes que el reciénllegado no entiende nada.

La lista de los diversos tipos de discriminación seríademasiado larga si continuáramos a enumerarlas, pero ¿aqué serviría? El punto es sólo uno, el mismo de siempre:volver a Cristo. Reconocer que no sólo somos todos hijosdel mismo padre, sino que Cristo ha resucitado y siguevivo. Mirando a Cristo uno no puede discriminar a nadie,sino abrazar en cada ser humano la presencia física deCristo.

El cristiano es quien vive diciendoquien mira a sí mismo y a los demás en relación al

Misterio y dentro de esta postura vive entregado con ternu-ra a todos, en particular los más abandonados y necesita-dos. La cosa triste es que nosotros los cristianos, los quegritamos “Gloria al Señor” los que caminamos con labiblia bajo el brazo, los que predicamos, somos los prime-ros en no reconocer que el guaraní, el ayoreo, el mby'a, elniño de la calle, el enfermo de SIDA, el anciano abandona-do en la calle, los niños explotados y abandonados, son elrostro bello y sucio de Cristo. Bello porque resucitado.Sucio porque cargada de sangre, la sangre del sufrimientohumano.

Un Paraguay unido es posible sólo cuando cada unomirando al hombre que encuentra por la calle, reconoce enÉl el rostro de Cristo, cuando levantándose a la mañana , yponiéndose de rodillas dice: o

, si no se mirar a Cristo resucitado esimposible amarse y amar al otro. Para eso Cristo vino almundo.

1-

2-

Hace unas semanas murió una niñita,Cristinita, de 5 años, que desde hace 4 años se encontra-ba internada en nuestra clínica.

Y ¿qué pasa con los indígenas que viven almargen de la sociedad y que tendrían que ser los verda-deros dueños del país?

3- En el Paraguay existe una conjunción dediferentes grupos sociales y razas.

P. Aldo

3 4 763 4/5 87Necesitamos salirde la ideología

Las lágrimas quese vuelven caridad

Música -Tosca de Puccini

Cleuza Ramos y laTeología de la felicidad

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Jueves 24 de junio de 2010 OBSERVADOR SEMANAL2

“Mirad la roca de la quehabéis sido tallados y elmanantial de la que habéis sali-do”

(Isaías 51,1)

La envidia en los orígenes de unatragedia

A partir de la hazaña de CristóbalColón, en 1492, y más propiamente,desde la publicación al año siguiente delas bulas de Alejandro VI, dio comienzola aventura histórica más admirable quejamás haya protagonizado cualquier pue-blo: la evangelización y organización polí-tica de lo que iba a bautizarse comoAmérica.

Es la aventura másimprobable que imaginarsepueda y leyenda, del colorque sea, podrá distorsionarla gloria de aquellos pueblosy de aquellos hombres queforjaron en el curso de unavida humana, apenas conotros medios que su irrefre-nable audacia, un casi gené-tico sentido de la justicia y laciega confianza en Dios, unacivilización cristiana sobreun continente que, a su llegada, quincesiglos después de la Encarnación, todavíaseguía entregado a sangrientos ídolos. Eslo que se llamo la hispanización y su frutofue la Hispanidad política.

Como dice Andrew Graham-Yooll,“

”. La envidia, sobre todo deInglaterra y de Francia, no tenía sólo porobjeto las legendarias riquezas que ence-rraban aquellas tierras recientemente des-cubiertas, sino que evolucionó hacia elasombro por la singular fusión obrada enlos territorios de ultramar, en los que secrearon verdaderas sociedades autócto-nas e hispanas a la vez. Este carácter,común a todos los territorios incorpora-dos a la Corona española, jamás lo logra-ron Inglaterra y Francia sólo en pequeñamedida. No podían dejar de asombrarsede esa intangible riqueza hispana: la defundar cristianas Hispanidades en cual-quier esquina del mundo. Pronto esa envi-dia se expresaría en la piratería y el con-trabando, y, ya a finales del siglo XV, pasoa al ocupación ilegítima y progresiva deterritorios americanos por parte deInglaterra y de Francia. Más tarde seríanlos patrocinadores y creadores de los “ca-ballos de Troya” de la “independencia”hispanoamericana.

Los 317 años que discurren entre1493 y 1810 son años de profunda identi-ficación con el ideal hispánico, de fusión,de desarrollo propio y original de ese his-panismo. Aquella Hispanidad se expresa-ba en la misma lealtad al Rey, en las tradi-ciones locales o en los cabildos articula-dores del bien común, en las quejas por elmal gobierno, incluso en las insurreccio-nes, típicamente hispánicas, en defensade los fueros y en protesta por la violaciónde la justicia a manos de quienes debíandefenderla. Tres siglos que dieron paramucho: para lo bueno, para lo menosbueno y para lo pésimo.

De otra parte y, a pesar de las inve-rosímiles dificultades de comunicación

y tráfico entre laPenínsula Ibérica yel continente ameri-cano, no existierondos historias paralelas eindependientes.Propiamente hablan-do, España nuncatuvo colonias enAmérica. Las colo-nias implican unapatrimonializaciónde un determinadoterritorio extranjero

ocupado por una nación. Pero lasAméricas nunca fueron patrimonio delas naciones o de los pueblos ibéricos.El vínculo que las unía (“porigual”) a los otros reinos lo eran con laCorona española a título de nuevos rei-nos.

Método colonizador fue el utilizadosiempre por los ingleses, y modernamen-te por todas las naciones europeas quehan dominado diferentes rincones del pla-neta con el sólo objeto de proveerse derecursos y materias primas.

Es, entonces, precisamente laHispanidad de América la que planteamayores incógnitas a la hora de compren-der la historia de la independencia. Es esaHispanidad la que en muchos aspectospermanece ensombrecida para los pro-pios hispanos de ambos lados del océano,impidiendo todavía una genuina identifi-cación con la propia historia.

Nuestro camino, como españoles quesomos, pasa por la Hispanidad. LaProvidencia nos ha dejado en las manosesta realidad magna de un mundo quehabla español y cuyo espíritu sincronizamaravillosamente con el de la nueva erapresentida. Cortar este miembro, en arasde un internacionalismo utópico, seríarepetir el pecado de Orígenes. LaHispanidad es por esencia alteración,estar fuera de sí, no confinarse en un fríoegoísmo. Entre todos los conceptos

nacionales o suprana-cionales del mundoactual acaso sea elúnico que pueda sub-sistir con garantía deeficacia en el mundo demañana. La culturacatólica es la médulal ó g i c a d e l aHispanidad. Al incre-mentarla haremos queeste gran ser colectivo,Cristobalón de la Historia, se alce y vuel-va, como hace cuatro siglos, a cargar aCristo sobre su espalda.

De la Hispanidad anterior a la inde-pendencia se tiene una idea falsa y sim-plista, bien sea idílica o, más comúnmen-te, denigratoria. Son ideas hechas de luga-res comunes y, por ese motivo, homogé-neas y sin matices, basadas en generaliza-ciones que utilizan como excusas aspec-tos que, aún pudiendo contener algo deverdad, se desvirtúan al convertirlos enexplicaciones fáciles de un fenómenocomplejo, aunque de ningún modo enig-mático. Complejo como es la vida, sin serenigmática.

Como dijimos atrás, la ambición delas potencias europeas no se satisfizo conlas rapiñas y los umbrales del siglo XVIIIven nacer en Inglaterra los primeros pro-yectos organizados paraacabar completamentecon el Imperio españolen América. Aquellasespeculaciones inglesasse traducen en excursio-nes más o menos aven-tureras en las que sejuega con la idea de ini-ciar una ocupación totaldel continente.

Los ingleses malin-terpretaban la poca mili-tarización hispanoamericana, acostum-brados como estaban a una forma de pre-sencia colonial, desconocieron que era laexpresión de la armonía, de la madurez yde la organización de las sociedades polí-ticas americanas. La estabilidad y la rela-tiva adultez política y social americanaimplicaban que la población estuvieradispuesta a tomar las armas para defenderla integridad de los territorios españolesfrente a los acechantes bucaneros y aven-tureros ingleses. Una y otra vez los ata-ques británicos fracasaron durante unsiglo.

Se encontraban los ingleses con quelos civiles americanos no solamente nodeseaban sacudirse el “yugo” (por lodemás imaginario) de los españoles, sinoque lejos de aprovechar los envites ingle-ses o al menos considerarlos amistosa-mente, se trocaban en fieros guerreros,

unidos para defenderse del extranjero.Extranjero que, por añadidura, era hereje.

Sin embargo, lo que doscientos cin-cuenta años de hostigamiento exterior nohabían podido más que arañar, en uncorto lapso de quince años, con unasimultaneidad asombrosa, los habitantesdel descomunal edificio político (hispa-noamericano) se vuelven unos contraotros en facciones irreconciliables y ter-minan por lograr la “humillación deEspaña” por la que tanto suspiraban losingleses desde antaño.

Pero la Independencia hispanoameri-cana no es solamente la separación deEspaña, es un desmoronamiento total,como el desgranarse de una mazorca depueblos. No es un movimiento de las pro-vincias americanas contra la metrópoli,sino muchos movimientos. Ni una sola

gran independencia sinomuchas pequeñas indepen-dencias. Y todavía despuésde 1825 el proceso de des-moronamiento seguirá den-tro de las mismas patriasindependientes. Todas quie-ren ser independientes unasd e o t r a s , y e nCentroamérica se llegahasta el ridículo de dividirla ya pequeña patria, reciénseparada de Méjico, en

c i n c o m i n ú s c u l a s r e p ú b l i c a s .Y es que la Independencia no fue otracosa que el estallar del individualismoespañol, perdida la fuerza centrípeta delideal hispánico que unificaba aquelinmenso Imperio. Por eso el proceso de laindependencia no terminó con la separa-ción de España. Siguió más allá enAmérica con la separación entre sí de lasprovincias que formaban el Imperio meji-cano, la gran Colombia y el antiguoVirreinato del Río de la Plata, y es elmismo que en España alienta aún bajo elseparatismo vasco y catalán.

El problema está planteado. Interesaconocer los procesos interiores que pade-cieron las sociedades hispanoamericanaspara desembocar en el resultado que hoytodos conocemos.

desde la bula de Alejandro VI de 1493que dividió el Nuevo Mundo entre Españay Portugal, otorgando la mayor parte delcontinente a la primera, España se habíaconvertido en objeto de envidia del restode Europa

ex aequo

ninguna

(G. L.)Gon zalo Herrero,Zazil Há e hijo, pioneros del mestizaje hispánico

Monumento al mestizaje en México DF

LA VERDADERA HISTORIA DE LA INDEPENDENCIA DE LATINOAMERICA (V)

Aunque no podamos decir que lo conocemos todo en torno a laindependencia de América, los hechos principales son bien sabidos.No son éstos, sin embargo, los que nos sacaran de la perplejidad,sino la correcta interpretación de aquellos hechos.

Desde la bula deAlejandro VI de 1493que dividió el NuevoMundo entre Españay Portugal, otorgan-do la mayor parte delcontinente a la pri-mera...

La Hispanidades por esenciaalteración, estarfuera de sí, noconfinarse en unfrío egoísmo.

HISTORIA

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OBSERVADOR SEMANALJueves 24 de junio de 2010 3

Cabeza del ángel de la independenciaMuseo de arte popular - Ciudad de México

P. Aldo

Ayude a los niños, ancianos yenfermos de sida y cáncer

abandonados por la sociedad

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PB

Cuantas veces frente a los problemasdramáticos de la vida nuestra reacción es la dequejarnos, injuriar o llorar. Pero, el yo no semueve, mi humanidad queda parada, doblegadasobre el problema.

Pero he visto un pueblo que no se detiene, quequiere ser protagonista y no espectador de la vida.

Dos hechos quiero contar que documentan unahumanidad conmovida frente al drama de la vida;una vida que reacciona y actúa practicandogratuitamente la caridad.

En el colegio Pá í Alberto una maestra tuvo unbebé que al nacer se encontró con un graveproblema: necesitaba un aparato que le pudieraquitar la secreción que se iba formando después deuna traqueotomía. El precio era muy alto para lamaestra. Entonces ¿qué hacer?

Cuando me contaron el hecho yo reaccionédiciendo: “queridos amigos si hay en ustedesverdadero dolor, tenemos que hacer algo, tenemosque ayudar a nuestra maestra. ¡Que cada unoponga lo que pueda en plata y lo que falta lopondrá la Fundación San Rafael, porque si la fe notoca también nuestro bolsillo, es una fe sentimen-tal!”

Yo puse mi cuota y esperé ver si las lágrimasmovían el corazón a practicar la caridad.

Después de una semana la secretaría medijo que los maestros, involucrando a lospadres y a los niños del colegio con sus pobresmoneditas, habían juntado más de lonecesario. Yo conmovido agradecí al Señorporque me hizo ver gente conmovida que vivióuna experiencia de gratuidad.

El otro episodio es ver que está naciendo ungrupo de Familia Para la Acogida de los niñosabandonados o en situaciones irregulares quese encuentran en la Casita de Belén. Es algoconmovedor ver familias, ya con hijos, que nomaldicen los malos tiempos o el maltrato quese les da a los niños, sino quieren vivir unaexperiencia de gratuidad recibiendo, porahora, los fines de semana, a algúnniño. Es algo lindo, porque una vez másestamos experimentando de cómo Dios nuncanos deja, sino con su manto se inclina sobrenosotros para curar nuestros corazones. Esimpresionante ver como Su Gracia es capaz demover la libertad de aquellos que se dejandesafiar por las cosas de la vida. Las cosas quesuceden son Dios que se inclina, que se doblahacía a nosotros, nos quiere y nos cambia.

en sus casas

Las lagrimas que se vuelven caridad

“Pá í tengo un gran problema que no me dejadormir” “¿Qué pasa hijo querido?” “¡Me he enteradode que mi hija es lesbiana! Yo que le di todo lo mejorque una familia puede dar a su hija. La hice estudiaren un colegio católico: allí siempre fue protagonistaen todas las actividades, incluidas las religiosas,siempre obtenía las notas mejores. Luego fuecatequista en la parroquia. El sacerdote me decíasiempre que era un modelo para todos, por su entregay por su fe. Se casó por Iglesia, aunquelamentablemente su marido la dejó por otra mujer. Páí en la casa siempre le hemos inculcados los mejoresvalores cristianos. ¿Cómo pudo pasar eso? Lapsicóloga me dice que este cambio en su vida sexual,es porque se quedó decepcionada de los hombres.Padre, después de 5 años de noviazgo y dos dematrimonio, después de todo lo que le hemosbrindados, ¿dónde hemos fallado?”

“Querido hijo, todo lo que ustedes le han brindadoera algo necesario, pero no fue suficiente. Hace faltauna presencia que pueda vencer esta fractura entre larazón y el afecto y que le haga compañía inclusodentro de la oscuridad. Cuando la vida se hace dura,cuando el yo se extravía, como en el caso de tu hija,

hace falta una fuerza más potente que losvalores: se llama Cristo resucitado, sellama la gracia de Cristo, la Gracia que latoque a través de un rostro.

Sólo El puede cumplir lo que losvalores y el cariño de ustedes padres nopudieron lograr.

Querido hijo frente a la fragilidadhumana, frente a la “patología” de tuhi ja , como frente a cualquierenfermedad, nosotros experimentamosuna impotencia impresionante, que perono tiene que detenernos. Esta impotenciatiene que empujarnos a pedir, a buscar loque hace falta, sin justificar el pecado detu hija, ni abandonarla.

Debemos mendigar la Gracia deCristo y ver si hay una compañía capazde acompañarte a ti y a tu hija en estacircunstancia.

Querido hijo la realidad nos empuja a darnoscuenta que no son los valores, aún importantes, aponer orden en la vida, sino hace falta Otra cosa. Yo tevoy acompañar para que la Gracia de Cristo

resucitado nos ayude y ayude también a tu hija paraque vuelva a redescubrir su verdadera naturaleza, queno es la de ser lesbiana”.

Mi hija es lesbiana...

ACTUALIDAD

P.B

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Jueves 24 de junio de 2010 OBSERVADOR SEMANAL4

A C T U A L I D A D

La infancia en el interior delBrasil

La llegada a San Pablo y el ini-cio del trabajo social

El primer matrimonio y elencierro en la casa

La separación: laelección entre su mari-

do y el trabajo

La vida con Marcos Zerbina

Era el día 5 de marzo de 1954, CleuzaRamos nació en el interior de Minas Gerais,en la ciudad de Espíritu Santo del Piñal.Vivía con los padres y otros seis hermanosen una casa simples, en el campo. No teníanluz eléctrica y tampoco agua corriente, perovivían felices, delante de un arroyito y tra-bajando en la tierra con la familia. Notenían muchas ropas ni zapatos, pero lacomida era abundante con las frutas,legumbres y verduras.

La vida era simple, pero su padre, unhumilde trabajador, tenía el sueño de ver asus hijos todos estudiando. Él tenía un her-mano que vivía en San Pablo y decidió lle-var a toda la familia para la gran ciudad enbusca de un futuro mejor. Así, a los diezaños de edad, Cleuza subió a un viejocamión junto con su familia, a recorrer 300Km hasta la capital paulista. Todos canta-ban alegres, pero Cleuzalloraba, pues no queríasalir de su tierra.

En Minas, la familiae ra muy re l ig iosa .Recorrían un largo cami-no a pie los domingospara no perder la misa y,en casa, era común rezarel rosario todos juntos.Pero al llegar a San Pabloeso se perdió. Sólo,Cleuza continuó buscan-do la Iglesia y su luchacomenzó allí. “

”, cuenta Cleuza. De a pocoella se fue envolviendo cada vez más en laParroquia de san Antonio. Estudió hasta elcuarto grado y veía la situación de la fami-lia cada vez más difícil. Su padre ganabamuy poco y pasaban mucha hambre. Poreso, bien jovencita, comenzó a trabajarcomo empleada doméstica.

Viendo esa pobreza comenzó, enton-ces, a desear a casarse.

Comenzó a pedir unmarido rico,pues así sal-dría de aque-lla situación.Y, a los 16años, delan-t e d e l aI g l e s i a ,encontró alque sería su primer marido. Juan, graduadoen ingeniería, era empresario del área de

compresores . Sucoche se había des-compuesto justo enaquella región y así seconocieron. Ella secasó joven y fue avivir en una casa quin-ta, cerca de la casadonde vivía con suspadres. Así, conti-nuaba ayudando en laparroquia. Pero sumarido comenzó aprohibirle y ella sesintió como prisione-ra. Pero nunca dejó

de hacer el trabajo,pues deseaba servir.Sobre aquella época,Cleuza dice: “

.”

A su marido no le gustaba este envolvi-miento con los pobres. Poco después delcasamiento ellos tuvieron dos hijas,Adriana y Amanda, y siempre había peleasen casa. Su marido le cobraba que ella sealejase y con el pasar de los años los con-flictos solamente fueron creciendo.

En 1986 la situación familiar de Cleuzano era buena. En aquel año, el tema de laCampaña de la Fraternidad fue “

”. En su parroquiabuscaban líderes que ayudasen en la pasto-ral de la tierra. Cleuza no se presentó, perodespués de algunos llamadosgenerales sin ninguna res-puesta, el padre la convidó per-sonalmente. Y ella pronta-mente dijo que sí.

A partir de entonces, Cleuza pasó de untrabajo con las familias a un trabajo con unmovimiento popular. Ella se tornó una delas líderes del movimiento de los trabajado-res sin tierra en la ciudad de San Pablo, y lasreuniones se multiplicaban. A su marido nole gustó verla con el micrófono en la mano,haciendo reivindicaciones delante de laMunicipalidad, organizando manifestacio-nes por todos lados.

Las peleas comenzaron a ser más fre-cuentes, hasta que, en 1989, Juan pidió queella escogiese: o su casamiento o el movi-miento popular. Cleuza escogió el movi-miento: “

”.

A este punto, en 1989, la historia de

Cleuza Ramos se une con la de MarcosZerbini. Ellos ya se conocían, pues erancompañeros de lucha en el movimiento delos sin tierra y él también acababa de sepa-rarse de la mujer que quería que él renun-ciase a todo para tener una vida tranquila.

Ellos eran apenas amigos, pero delantede la situación en la que ellos vivían deci-dieron ir a vivir juntos para construir elmovimiento popular. Así, en conflicto conlas tradiciones que había seguido hastaentonces, Cleuza fue a vivir con el casi des-conocido Marcos, en una casa humilde enla favela.

Fui a vivira un barrio muy pobre yallí no tenían Iglesia, eraapenas un galpón. Con10 años de edad me juntécon las “viejas” de micomunidad para cons-truir la Iglesia. Hicimosquermes, feijoadas, ven-díamos ropas, todo para

hacer la Iglesia

Yo par-ticipaba de la cate-quesis, del encuentrode matrimonios, detodo lo que eraencuentro en laIglesia.

En 1980 yo hacíaun trabajo con losque vivían en la calle

y una vez porsemana distri-buíamos caldopor la noche.

Los sábadosyo iba a la favela para hacer aquel tra-bajo asistencialista de distribuir ali-mentos básicos y ropas, ayudar a sacarpartidas de nacimientos a los niños,etc

Tierra deDios, tierra de hermanos

Cuando yo me casé él era rico yyo era pobre, entonces yo no llevé nada.Quería ser libre

Luego percibieron que un movimientoreivindicatorio no daba resultados.Entonces comenzaron con la experienciade comprar la tierra para colocar a las fami-

lias. Así, Cleuzacuenta cómo naciólaAsociación de losTrabajadores SinTier ra (ATST):“

”.

Compramos laprimera tierra enun área grande,cada lote bien bara-to. Pero esa tierra

necesitaba de una infraestructura después:agua, luz…y cuando fuimos detrás de esovimos que era más caro que la tierra.

Entonces comenzamos a presionar alGobierno. Escribimos 40 mil cartas y elgobernador Fleury marcó una audiencia.Fuimos hasta su gabinete y después él fue avisitar nuestra comunidad y llegando alláél se animó con tantas personas que vio ymandó colocar agua, luz y todo.

Después de eso comenzamos a hacerbien los loteamientos: compramos el terre-no, esperamos la aprobación y construi-mos. Después necesitábamos de escuelas yesa fue otra lucha, pero conseguimos, y asíel barrio, aunque se encontraba en la peri-feria, quedó bonito, con escuela, agua, luz,asfaltado. Pero veíamos que todavía falta-ba alguna cosa

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Cleuza, en los inicios de su trabajoen el movimiento popular en la década de los 80

Cleuza acompañada de sus dos hijas

“Con 10 años de edadme junté con las“ v i e j a s ” d e m ic o m u n i d a d p a r aconstruir la Iglesia”

“El barrio, aunquequedaba en la periferiaestaba bonito...perotodavía faltaba algo”

TESTIMONIO

Cleuza Ramos Zerbini yDesde siempre católica y activista por los derechos de los sin tierra.

Encontró paz sólo cuando descubrió que era su empeño el que necesitaba deuna “liberación”. Ese otro mundo posible de la mujer que supo dar casa a cienmil brasileros

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OBSERVADOR SEMANALJueves 24 de junio de 2010 55

El encuentro con Comunión yLiberación

La amistad y paternidad deJulián Carrón

En 2001, Cleuza pensaba en desistir detodo. Había conseguido muchas cosas,pero siempre tenía un vacio. Los recuerdosfelices eran de la infancia en el campo. Noestaba feliz. “

”, dice Cleuza.

Hasta que aconteció un encuentro. Enagosto de aquel año, después de un pedidoque hicieron a la Universidad Federal deSan Pablo, el Dr.Alexandre Ferrari, médicopediatra, fue enviado a trabajar en una delas áreas de laAsociación. Cleuza cuenta deeste inicio: “

”.

La amistad creció hasta que, en 2003,Alexandre la convidó para participar de unencuentro latinoamericano de la Compañíade las Obras,e n R í o d eJaneiro. “

”. La grannovedad para Cleuza y Marcos al encontrarel carisma de Guissani fue poder dar el nom-bre e identificar esa sed de infinito que siem-pre los caracterizó, pues como dice Cleuza

. Todos losmeses en la Asociación son hechas reunio-nes para discutir sobre educación, seguri-dad y ciudadanía. Y las personas son acogi-das en una comunidad donde la gran preo-cupación es la persona, la humanidad decada uno. Eso los movió a buscar benefi-cios para la Asociación que hoy cuenta con

los servicios de puesto policial y puestode salud, y posee convenio médico yodontológico a precios accesibles y con-venios con universidades para la obten-ción de becas de estudio. Cleuza afirmaque haber encontrado al Dr. Alexandrey los nuevos amigos de CL fue dar unpaso nuevo en la vida.

Y en este camino, en 2004, Cleuzaencuentra al padre Julián Carrón. Alescucharlo por la primera vez se sientetotalmente correspondida. Terminadoel seminario ella lo busca para felicitar-lo porque él habló de sus preguntas, de

todo aquello queella sentía. “

”.

En esta amistad con Carrón, Cleuza sesintió abrazada como nunca.Yde este abra-zo nació el deseo de casarse con Marcos.“

”.

Hoy, Cleuza agradece todos losdías por esta historia que mudótotalmente su vida. Y su preocupa-ción número uno es llevar para lasp e r s o n a s , l ab e l l e z a d e lencuentro que latransformó. Poreso, en las reu-n iones de l aAsociación sonleídos algunostrechos de char-las de Carrón y propuestas de uncamino educativo para todos losasociados. “

”.

Hoy Cleuza conti-núa enfrentando el díaa día de la Asociación,con las reuniones en la

secretaria del Estado para pedir escuela,jardín de infantes. Acompaña los conve-nios en las facultades y también atiendedecenas de personas diariamente que la bus-can para compartir sus vidas, pedir un con-sejo. Cleuza concluye: “

?”

Yo siempre lloraba por aque-llo que faltaba y no por aquello que yatenía. Hay una escuela, pero faltan diezmás. Y estaba triste. Creía que no valía másla pena

Él quería trabajar en la escue-la porque allá teníamosmuchas adolescentes de 13,14 años, embarazadas. Ylos jóvenes tenían proble-mas con las drogas. Élcomenzó a hacer un trabajoallá adentro de la escuela,junto con los profesores. Yyo no entendía muy bien loque él estaba haciendo, pero yo sabía queél era una persona diferente. Él hablabaque yo iba a conocer los amigos de él. Ysiempre hablaba de uno que se llamabaGuissani. Comenzamos una amistad

Eseencuentro eraun cambio deexperiencias ytenía muchoque ver conmi-go. Y ahí cono-c í e lM o v i m i e n t oComunión yLiberación. Yn u n c a m á sf a l t e a u nencuentro por-que aquellome correspon-día.

E n e lMovimiento yovolví a tener laalegría que yohabía perdido.Porque encontré algo más. Realmenteahora encontré la felicidad, encontré larespuesta para mis preguntas

“no basta tener apenas la casa”

Lavida entera yo fuicatólica y allíe n t e n d í e lencuentro deJuan y Andréscon Cristo. Y apartir de aquel

encuentro mi vida cambió completamente.Entendí que todos los hilos de mis cabellosestán contados. Entendí que todo lo queaconteció estaba en el proyecto de Dios.Desde aquel sin inconsciente para el movi-miento de los sin tierra. Hoy hago lamisma cosa que hacía antes, el mismo movi-miento popular, pero no tengo más sed de

resultado. El Movimiento Comunión yLiberación me enseñó que soy dueña de mi“sí” y no está en mis manos el resultado.Cristo sabe hacer muy bien el trabajo deÉl. Yo tengo que trabajar y dar todo de mí,pero el resultado no depende de mí. Hoyfestejo todas las victorias y doy gracias aDios porque todavía falta algo, pues esoalimenta la esperanza

Nunca nadie me dijo que yo tenía quecasarme, pero entendí que no estaba lle-vando mi vida enserio, pues el Movimiento

me hizo entender que yo no estaba juntocon Marcos para construir un movimientopopular. Entendí que Cristo me dio aMarcos para construir el camino de mivida, él no es sólo una muleta. Entoncesnos casamos primero por civil. Después, yoera viuda y él consiguió la nulidad de suprimer casamiento. Y tuvimos la gracia decasarnos en Italia, en la iglesia de sanFrancisco, en Asís

Lo que salvó mi vidafue el encuentro que yo hice. Y eneste encuentro encontré personasque me ayudaron a entender lo queCristo me pide. Y hoy tengo la gra-cia de volver a ser niña, de teneraquella alegría de cuando vivía enel campo. Hoy, a los 56 años, soyfeliz yl i b re .

Pero no erauna libertadingenua queno conoce losproblemas. Miseguridad esque Cristo meama mucho, Élnunca me va adar una cruzmayor de loque yo puedac a r g a r .Entiendo muybien que el

Padre no guardó a su hijo de la cruz, enton-ces no va a guardarme de mis dramas. Perotengo una seguridad de que soy amada, yesta evidencia me hace feliz. Y es en la com-pañía de mis amigos, de Carrón, del padreAldo, de Marcos, en la compañía de todosmis amigos de la Asociación, que crece enesta confianza. Hoy no tengo dudas queCristo escribió este proyecto para mí. Y mequedo contenta de darme cuenta que notengo capacidad ninguna para hacer lascosas que hago, pero Cristo me pidió y doylo mejor de mí, sabiendo que no soy capazde nada. Y me quedo impresionada en ver

como Cristo se usó demí, de mi nada, paraconstruir una obra tangrande, con más de 100mil personas

Cuando salgo decasa pienso: ¿ Señor, cual es la aventuraque tú preparas para mí hoy Y así vengocontenta el día pasa rápido, .

La vida entera yofui católica, pero fue allíentendí el encuentro deJuan yAndrés con Cristo.

E l M o v i m i e n t oComunión y Liberación meenseñó que soy dueña de mi“sí” y no está en mis manosel resultado.

Cleuza acompañada de su esposo Marcos Zerbini

TESTIMONIO

la teología de la felicidad

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Jueves 24 de junio de 2010 OBSERVADOR SEMANAL6

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Días pasados, después del enfrenta-miento en el que murieron dos policías,se dio a conocer un comunicado de pren-sa del “mítico” EPP, en donde ponían demanifiesto una vez más la ideologíaizquierdista extrema a la que pertene-cen.

Entre otras cosas afirmaban

ademáspedían la cabeza del presidente de laRepública y de otros mandatarios delpaís, todo en pos de reivindicacionessociales comunes, que son antiguascomo la misma humanidad.

¿Quién es el que caminando por lacalle al ver niños abandonados, enfer-mos tirados y manipulados por sus fami-liares no se conmueve? Seríamos total-mente inhumanos si esa fuese nuestraactitud. El deseo de justicia, de libertad,de equidad en la distribución de lasriquezas del país (en un país en el cualuna pequeñísima mayoría es dueña detodo) son comunes en todos, ahora biendeberíamos detenernos en la cuestión dela forma de lograr estos deseos.

¿Se justifica acaso que buscando jus-ticia asesinemos a otros? ¿es acaso váli-do el hecho de delinquir a fin de conse-guir nuestros fines? Absolutamente no,más todavía si nos ponemos a pensar

que las víctimas de estos hechos tan atro-ces son otros pobres, hombres y mujeresque trabajan buscando conseguir unpoco de sustento a sus familias.

Mirando las manifestaciones de losmovimientos populares de nuestro país,leyendo el “comunicado” de la gente delEPP y echando una hojeada por las lar-gas páginas de la historia de la humani-dad no puedo evitar traer a mi cabeza laépoca en la que jóvenes, no mayores de25 años, gritaban eufóricos en contra atoda autoridad, aquella en la que todosquerían la destrucción del Kremlin, larevolución cubana, la revolución bol-chevique ¿en qué terminaron? En la des-trucción de los mismos ideales por losque pugnaban.

Han pasado de todo tipo de hombresen los gobiernos del mundo, socialistas,comunistas, fascistas, nacionalsocialis-tas, ¿ha permitido alguna vez cualquiertipo de ideología un verdadero desarro-llo de los países? La respuesta es unrotundo no, más todavía si utilizamoscomo punto de partida la descripción dedesarrollo que da Benedicto XVI en encí-clica

Partir de la ideología siempre da unamanera de ver la realidad que queda cor-ta, chata, que no permita respetar a todoslos humanos, sin distinción de razas,color, posición económica e incluso lamisma ideología política.

El punto de partida tiene que ser siem-pre la realidad, apoyarnos en ella permi-te un verdadero desarrollo, mantenernosatentos a todo lo que alrededor nuestrosucede y en base a ella trabajar buscandoel bien común, es decir trabajar utilizan-do como único principio la subsidiarie-dad.

Queridos amigos no podemos que-dar encerrados en la mirada ideológicaporque tarde o temprano terminaríamosdestruyendo todo, en lugar de alcanzarlos objetivos, es evidente que el hombrepor sus propias fuerzas no puede brindara los demás todo lo que ellos necesitan,porque la necesidad de los otros son lasmismas necesidades que todos nosotrostenemos, seamos políticos, colorados,liberales, todos absolutamente todos. Esentonces donde el hombre queda triste,ese es el gran error de todas las ideolo-gías la presunción de que por las propiasfuerzas puede conseguir todo lo que lahumanidad desea y necesita

“que elEPP es el mejor amigo de la clase traba-jadora, y que los miembros de las fuer-zas públicas y los burócratas estatalesno forman parte de este grupo”,

Caritas in Veritate: “No se puedehablar de verdadero desarrollo cuandono se respeta la vida, la libertad religio-sa, la justicia”

Necesitamos salir de la ideología

[email protected]

A C T U A L I D A D

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Jueves 24 de junio de 2010 OBSERVADOR SEMANAL 7

Me casé con un hombre maravilloso y muy bueno,que le gusta mucho trabajar en la viña del Señor, pero yono era así, era diferente, era tímida para hablar en público,mi marido me insistió para acompañarlo y me negabasiempre. Hasta que llegó un día que nos fuimos a la casade una tía ancianita de mi marido y me contó su preocupa-ción que era la de una imagen antigua que tenía, que era laVirgen del Rosario, no le di tanta importancia al principiode lo que ella me dijo que quería ver su Virgencita como::::.

Se quedó así, después de un tiempo nos fuimos devuelta a visitarla y ya empezaba con su preocupación yque quería ver a su imagen linda y hermosa como ente,entonces me entró la curiosidad y entré en el lugar dondeestaba la Virgen y la encontré tan deteriorada, no tenía ros-tro, ni cabello ni nada, solamente tenía un dedo y con esededo, ella me dacía "tu puedes hacer algo por mi", yo sen-tía me decía así, desde ese momento no pude más quedar-me sin hacer nada y le preguntaba "¿cómo puedo ayudartea qué vuelvas a ser otra vez como antes como quería latía?".

No me quedé tranquila hasta un día, otra vez de un pro-grama televisivo, logré a que se le restaurace????, volvióa ser otra vez tan hermosa como siempre ella es. Me pusetan contenta de poder hacer algo por la tía ancianita. Perola Virgen no me pedía solamente eso, seguía diciéndome"tú puedes hacer algo por mí" pero en aquel entonces notenía ni la más remota idea de lo que ella pedía, hasta queun día tuvimos que vender todo lo que teníamos para

cubrir unas cuentas que teníamos y nos fuimos a vivir aotro lugar, desde que llegué a ese lugar no me dejaba másen paz una abuelita legionaria que me invitaba siemprepara trabajar con ella, hacer el rosario que nunca hice enmi vida, de ir a rezar yo sola, porque tenía vergüenza, perocomo insistía tanto le dije sí, me voy, en la próxima reu-nión de seguro estoy allí, llegó ese día y no me fui.

En esa semana fui a la casa de la tía y me encontré denuevo con la Virgen y nuevamente con el dedo me decía"tú puedes hacer algo por mi" y allí comprendí el amor tangrande que ella me tenía, allí entendí que quería que estétrabajando con ella, en ella y por ella, ahí le pedí perdónpor mi desobediencia, desde ese momento le dije sí aMaría.

Ahí comprendí que ella quería mi ayuda, para restau-rar las almas de tantos hijos suyos, ella me necesitabatanto y yo no me daba cuenta. Desde aquel entonces estoytrabajando con María, ahora en su ejército, ella es mi capi-tana, la que dirige mi vida, mi familia, mi trabajo. Ahorami vida es diferente, ya no soy más tímida para hablar enpúblico porque sé que ella está conmigo siempre en todoslugares, no me canso de decirle sí, acá estoy para cumplirsus órdenes, todas las semanas hacemos nuestro apostola-do de oración, mes de María, novenarios, visitar enfer-mos,...

Yo trabajaba en un lugar donde no me :::::, llegó un díaque ya no podía aguantar más y le pedí a la Virgen para mesacaran de ese lugar porque ellos no se merecían mi traba-jo, le pedí para que me llevara a un lugar donde realmente

sea útil, donde sea útil mi trabajo, donde realmente menecesiten y así venía pidiéndole todos los días, hasta quellegó un día que decidí salir sin pensar, me fui a casa y mequedé con mis hijos un tiempo.

Después ya venían las necesidades de ayudar a mimarido, pero yo estaba tranquila, no me preocupaba deconseguir trabajo porque yo tenía la confianza plena enMaría Santísima de que ella me iba a conseguir un lugarpara trabajar, hasta llegó un día mi comadre me consiguióun lugar donde realmente me siento útil porque no estoytrabajando solamente sino tan bien, constantemente estoyhaciendo mi apostolado de servir a mis hermanos necesi-tados ya sea de pasar un vaso de agua, levantarle la cama olavándoles o peinándoles, en esas pequeñas cosas seencuentra a Jesús, me siento tan contenta de ser útil verda-deramente de poder servir a Jesús en compañía de sumadre, no mec a n s o , a c áestoy, soy tuinstrumento.

G r a c i a smamá Maríapor rescatar-me.

FranciscaG. de Servín

Cómo aconteció en mi vida el sí de María

Pacientes de la Clínica

VIDA EN LA CLINICA

Soy el hijo de Pablo, un paciente de la Clínica DivinaProvidencia. Mi papá sufrió el rechazo de todos los sanatorios,ya que como lo tenían por muerto, no lo querían recibir. Hastaque como un aviso del cielo, se me acercó una hermana y mehabló de la Clínica de la Parroquia San Rafael, intentamos lostrámites y lo trajeron aquí. En éste lugar santo fué recuperán-dose, más que físicamente, espiritualmente, lo veo más tran-quilo, más sereno.

La primera vez que vi al Padre Aldo entrar a nuestra sala yacercarse a mi papá para darle un beso me dije: “Hay santos enéste mundo, vuelvo a creer”. El besa a quienes todos rechazan,así es Jesús, por el amor que nos tiene. Cada vez que entra elPadre con la comunión, experimento algo muy grande dentrode mí, cierro los ojos y me viene a la memoria el sueño quetuve un día: soñé con el cielo, y al coro de ángeles cantandomientras Jesús besaba los pies a personas que estaban allí reu-nidas. Es por eso que cada vez que lo veo es como si viera elmismo Dios.

Lo que vivo aquí es una experiencia tan linda que no tengopalabras para describirla. Esta Clínica es un lugar diferente,donde la naturaleza, el orden, la limpieza, te habla de Dios. Escomo si aquí, entre nosotros, los pobres hubiera caído elParaíso. Ahora puedo decir “estuve en el cielo”, donde todo esfelicidad y alegría. Si fuera por mí me quedaría para siempre.

Yo era drogadicto, alcohólico, fumaba mucho, le hacíadaño a muchas personas, me sentía bien cuando todos metenían miedo. Un amigo me solía decir que mis padresvivían quebrantados por mí, entonces me puse a pensar enla ingratitud con la que yo les estaba pagando tanto desve-lo, entonces al día siguiente decidí entregarme a Dios,casarme con Él. Jesús me mostró que todas las vanidadesdel mundo, las mujeres, el alcohol, son un sueño. Lo dejétodo, y aunque muchos no me crean, le pido siempre fuer-zas a Dios para perseverar.

Luego mi padre se enfermó y me trajo a éste lugar, paraestar rodeado de gente buena, que no me hace la liga parair a tomar ò fumar. Los sábados y domingos cuando misamigos farrean, yo estoy aquí, con la seguridad de quenada ni nadie en éste mundo va a hacerme volver al cami-no de antes, ahora sé que estoy respaldado por Jesús y porla compañía del PadreAldo que reza por mí.

Yo pensé que nunca más iba a encontrar la paz, sinembargo en ésta Clínica la encontré, también las ganas devivir y de ayudar a los niños y a los enfermos. Sé que estoyen el Paraíso, a un paso de Dios.

Sé que estoy en el Paraíso, a un paso de Dios

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OBSERVADOR SEMANAL8 Jueves 24 de junio de 2010

LA AVENTURA HUMANA DE LOS SANTOS

San José Cafasso

A raíz de diálogosdesveladores si se mepermite la palabra- conun amigo acerca de lamúsica en el TeatroA r g e n t i n o e n l arepresentación de Toscad e P u c c i n i ( n a d am e n o s ) , a m b o spensamos dar cuenta deellos.

La música es el artepor antonomasia, el arteentre las artes. Y es queen verdad entre todas lasformas artísticas, lamús ica es la másconocida, la que estáentre nosotros todoslos días. Toda persona,sea cual fuere suestrato social está encontacto con ella.

L a m ú s i c a s erepresenta a sí misma, yeso la hace distintivacon respecto a las artesplásticas o a la literaturaq u e r e p r e s e n t a nm i m é t i c a m e n t e l arealidad.

Cabe advertir que aveces la música imita otrata de representar a lanaturaleza, pero estoscasos no son mayoría.

R e c u e r d o , p o rejemplo El vuelo delmoscardón de RimskyKorsakov que es uninterludio orquestal enque se percibe el vuelo

j u s t a m e n t e d e u nmoscardón o abejorro(Poljot šmelja).

O bien la famosaObertura 1812 de PyotrIlyich Tchaikovsky,donde se notan sonidosbél icos y marchasmarciales. Esta obra sele encargó al compositorpara celebrar la victoriade los rusos sobreNapoleón en 1812.

Otro ejemplo demímesis es el de la flautatraversa: ésta sueleimitar el canto de lasaves, como sucede enuna canción italianallamada Rondine al nido(“Golondrina al nido”),c o m p u e s t a p o rV i n c e n z o D eC r e s c e n z o , c u y ainterpretación másconocida y hermosa esla del gran LucianoPavarotti.

Pienso que la músicat i e n e a s u v e zs i g n i f i c a n t e ysignificado, o bien tantoimagen acústica comoconcepto. Identificadoel objeto que la músicarefiere, ésta cobrasignificado; puede serpolisémica, al contenerdiversos significados ysentidos. A veces sus i g n i f i c a d o e sm i s t e r i o s o s i e n d oinasible su totalidad.

El ser humano casi

por necesidad, o vayauno a saber por qué (yaquí el lector podrá darsu valioso parecer),reconoce un significadoen la mús ica queescucha. Sus efectosc o l a t e r a l e s ycognoscibles nos hacenelevar a un estadiosuperior cuando nosconmueve.

Pareciera haber unflujo de pasión en que elalma siente rebrotar susalas que la ayudarán avolver a su condicióndivina supraterrenaldonde contemplar elmundo de las ideas,siguiendo el motivoplatónico de Fedro.

R e c u e r d o o t r ad e f i n i c i ó n q u edenomina la músicacomo “el arte deltiempo”, a lo que SørenKierkegaard agregó nosin razón: de un tiemposin tiempo.

Relacionamos estaacotación con el sentidotrascendente que tiene lamúsica cuando se loencontramos. Con laexperiencia que, una vezocurrida, nos altera parabien.

Nadie es el mismocuando aprehende esesentido en la música,una vez que este sentidotrascendente se nosrevela como algo bello

por ser inteligible sinreflexión (pensamientodeAndré Maurois).

Pareciera una letaníadivina que nos recuerdanuestra condición (¿cuáles nuestra condición?).

Vemos en ella unmedio de los infinitosque tiene Dios paramanifestarse en tantas, ya veces tan extrañasmaneras.

Y en la medida enque van fluyendo laspalabras y asociacionesde ideas, pienso:

¿Acaso uno no sientea m o r c u a n d o l oconmueve la música,haciéndole sentir unaextraña sensación hastaf í s i c a q u e i r r a d i afrescura a todo elcuerpo, como la sangre,alterando nuestro estadod e á n i m o e n u n aemoción vital y plena,l o c a l i z á n d o s e l avivencia general yfinalmente en la mente,toda vez que nosembelesa los sentidos?

Si Dios es l'Amor chemove il sole e l'altrestelle (nada es sino porAmor, para amar; elamor es el medio; elamor es el fin), ¿nosentimos su presenciamediante la música?

La obra maestra de Puccini Turín, ciudad ubicada al norte de Italia, nosolamente es famosa por su industria automovilística,sino principalmente por sus santos. Ninguna otradiócesis en el siglo XIX dio tantos santos como Turín.Entre ellos San José Cotolengo, San Juan Bosco, SantoDomingo Savio, San Leonardo Murialdo, Santa MaríaMazzarello y San José Cafasso.

José Cafasso nació en Castelnuovo, Italia, en 1811,donde, cuatro años después, nacía San Juan Bosco.Realizó sus estudios primarios en su aldea natal y desdepequeño quiso consagrarse al servicio de Dios a travésdel ministerio sacerdotal. Durante las vacaciones deverano se efectuaban en Castelnuovo las fiestastradicionales del patrono de la parroquia, conquermeses, ferias, etc. En una de estas fiestas, un niñode 12 años, el futuro San Juan Bosco, invitó al jovenJosé Cafasso para que participara de los juegos.Cafasso respondió con una sonrisa: “Las diversiones delos clérigos son las celebraciones religiosas”. Palabrasque pintaban a un joven maduro en la fe y decidido ensu vocación eclesiástica.

Se ordenó sacerdote a los 23 años de edad, y deinmediato sobresalió por su conocimiento, su amor alos pobres y su dedicación a las almas. Desarrolló suministerio sacerdotal en la iglesia de San Francisco deTurín, donde se reveló como un excelente predicador,prudente confesor e iluminado director espiritual.

Joven aún, fue nombrado rector del PensionadoEclesiástico de Turín, institución providencialdedicada a la formación pastoral de los sacerdotesjóvenes. Allí se enseñaba teología, moral, liturgia,clases de sagrada elocuencia, y se realizaba prácticapastoral en las parroquias.

José Cafasso fue discípulo de SanAlfonso María deLiborio, y como profesor de moral moderó lascorrientes rigoristas del jansenismo. Hasta el final de suvida dedicó su inteligencia y los recursos de su granardor a favor de la formación intelectual y espiritual delclero. Tuvo como alumno a San Juan Bosco, a quienorientó en el precioso apostolado a favor de la juventud.

José Cafasso fue un sacerdote conforme al corazónde Jesús: de piedad profunda, de pureza angelical ydevoto ardiente de María Santísima. Era un hombre deamplia cultura eclesiástica y de diáfana prudencia.Tuvo el gran mérito de formar varias generaciones desacerdotes y contribuir a la renovación intelectual yreligiosa del clero de toda la región de Piemonte.

Además de estas actividades José Cafasso se dedicótambién a la asistencia espiritual de los presos en lascárceles de Turín. Por entonces existía la pena demuerte, para los crímenes graves. José Cafasso preparóespiritualmente y asistió a setenta y dos presoscondenados a la ejecución durante el tiempo de supreciosa misión entre los presos. Logró prepararlos atodos ellos para el desenlace fatal, reconciliándolos conDios. El día previo a la ejecución de un preso pasabatoda la noche en oración y cuando alguno de loscondenados rechazaba la oportunidad de acercarse aDios, hacía penitencias hasta sangrar. Sabía infundir aesos desdichados serenidad y confianza en lamisericordia de Dios, para aceptar con espíritu depenitencia el dolor y la humillación de la muerte en lahorca. José Cafasso fue justamente llamado el “Santode la Horca”. Un monumento artístico que se encuentraen una plaza de Turín lo representa en este piadosooficio.

José Cafasso falleció, colmado de méritos y listopara el Cielo, el día 23 de junio de 1860. su cuerpodescansa en el Santuario de Nuestra Señora de laConsolaba, patrona de Turín.

Lucas Esandi

Musica - Tosca de Puccini