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INSTITUTO COSTARRICENSE DEL DEPORTE Y LA RECREACIÓN OCIO Y TIEMPO LIBRE TEORIAS Y ENFOQUES CONCEPTUALES EN EUROPA OCCIDENTAL Y ESTADOS UNIDOS DE AMERICA POR: ROBERTO ROQUE PUJOL REVISTA DIGITAL “ACTÍVATE” NÚMERO 1. SEPTIEMBRE A DICIEMBRE 2008 CASA DEL LAGO. PARQUE METROPOLITANO LA SABANA SAN JOSÉ, COSTA RICA Revista Digital “ACTÍVATE”. ICODER, COSTA RICA, 2008 1

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INSTITUTO COSTARRICENSE DEL DEPORTE Y LA RECREACIÓN

OCIO Y TIEMPO LIBRETEORIAS Y ENFOQUES CONCEPTUALES EN EUROPA

OCCIDENTAL Y ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

POR:

ROBERTO ROQUE PUJOL

REVISTA DIGITAL “ACTÍVATE”NÚMERO 1. SEPTIEMBRE A DICIEMBRE 2008

CASA DEL LAGO. PARQUE METROPOLITANO LA SABANASAN JOSÉ, COSTA RICA

Revista Digital “ACTÍVATE”. ICODER, COSTA RICA, 2008 1

OCIO Y TIEMPO LIBRETEORIAS Y ENFOQUES CONCEPTUALES EN EUROPA

OCCIDENTAL Y ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

ROBERTO ROQUE PUJOLPHD, MSC, LIC.INSTITUTO COSTARRICENSE DEL DEPORTE Y LA RECREACIÓNCOSTA [email protected]

Publicado originalmente por el ICODER:306.4812 °R786-0 Roque Pujol, Roberto

Ocio y tiempo libre / Roberto Roque Pujol. — la. ed.~ San José, C.R.: InstitutoCostarricense del Deporte y la Recreación, 1999. 94 p. ;23xl5cm.

ISBN 9968-835-00-5

l.Ocio. I.Título

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sin el consentimiento expreso por escrito delInstituto Costarricense del Deporte y la Recreación.

© Hecho el depósito de ley.

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RESUMEN

La acción promocional y la investigación del tiempo libre, el ocio y la recreación en un país en víasde desarrollo son tareas sumamente complejas que tienen ante sí no solamente urgenciassociales, económicas y culturales, sino también dificultades de tipo teórico referidas,básicamente, a la orientación teórica que se debe adoptar en el problema crucial de la definiciónde los conceptos fundamentales que deben guiar la promoción y la investigación, en particularlos propios conceptos de tiempo libre y ocio, de los cuales se derivan las actividades, los énfasissociales e institucionales y las prioridades económico-financieras.

El trabajo teórico se convierte así no sólo en un escalón indispensable de toda acción oinvestigación, sino en su pre-rrequisito: la dirección de esfuerzos y recursos sin suficienteinformación o sin información adecuada, o la obtención de datos no enlazados y seleccionados ala luz de- un enfoque teórico consecuente con los propósitos institucionales, que se sustenten enuna visión científica integradora, se convierte en una dilapidación de recursos y en una posiblefuente de error social.

Pero para poder sustentar un plan de acción o investigación en una plataforma teórica que abracamino a la obtención de resultados adecuados, deben estar suficientemente aclaradas las fuentesprincipales que han nutrido el acumulado de ideas, reflexiones y conceptos más importantes. Unconjunto importante de estas fuentes sobre el tiempo libre se ha elaborado en dos zonasgeográficas: Europa Occidental y Estados Unidos de América, a lo largo de un plazo temporalsuficientemente largo como para poder realizar generalizaciones que revelen sus tendencias mássignificativas, sus logros y sus limitaciones, en un continuo teórico que se renueva incesantementey que requiere una constante actualización.

En este sentido, este estudio monográfico pretende, en primer término, analizar un conjuntosignificativo de corrientes teóricas dedicadas a la definición de los conceptos de ocio y tiempo libreen el pensamiento euro-occidental y norteamericano. En estas corrientes se incluyen diversasescuelas y tendencias que abarcan desde el empirismo, el behaviorismo social, el enfoque funcional,posiciones aparentemente "marxistas" e incluso la interpretación clásica de Marx sobre elfenómeno de la enajenación y su aplicación al tiempo libre.

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ABSTRACT

The promotional action and the investigation of free time, leisure and recreation in a developingcountry are extremely complex tasks that have before itself not only cultural, economic, andsocial conditions, but also difficulties of theoretical type, basically, to the theoretical orientationthat should be adopted in the crucial problem of the definition of the fundamental concepts thatshould guide the promotion and the investigation, particularly the concepts of free time andleisure, of which the activities, the social and institutional emphasis and the economic-financialpriorities are derived.

The theoretical work is converted thus not only in an indispensable step of every action orinvestigation, but in its antecedent: the direction of efforts and resources without sufficientinformation or without adequate information, or the obtaining of data done not bind andselected in light of a theoretical focus consistent with the institutional purposes, that besupported in an integrative scientific vision, becomes a dilapidation of resources and in apossible source of social error.

But to be able to support a plan of action or investigation in a theoretical platform that breakthrough to obtaining of adequate results, they should be sufficiently clarified the main sources thathave nourished the ideas, reflections and concepts. An important assembly of these sources onthe free time has elaborated itself in two geographical zones: Europe Western and United Statesof America, along a sufficiently long temporary time limit as to be able to carry out generalizationsthat reveal its more significant tendencies, its achievements and its limitations.

In this sense, this monographic study intends, in the first term, to analyze a significant assembly oftheoretical currents dedicated to the definition of the concepts of leisure and free time in the euro-occidental and North-american thought. In these currents diverse schools they are included andtendencies that cover the empiricism, the social behaviorism, the functional focus, positionsapparently "marxists" and even the classical interpretation of Marx on the phenomenon of thealienation and their application to the free time.

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CAPITULO PRIMERO. LAS FUENTES TEÓRICAS DEL OCIO EN ELPENSAMIENTO OCCIDENTAL

1. ANTECEDENTES TEÓRICOS Y EPISTEMOLÓGICOS.

El análisis teórico de los conceptos básicos de la investigación del tiempo libre parte de unobstáculo inicial: la enorme herencia semántica que portan esos conceptos como resultado deuna preocupación social y cognoscitiva que se ha manifestado ininterrumpidamente a lolargo de un período histórico extremadamente extenso y en el que han confluido fuerzassocio-económicas, históricas, filosóficas y científicas heterogéneas. Esta realidad históricase ha expresado lingüísticamente y ha condicionado que los conceptos tiempo libre y ocio hayan adoptado significados diversos y sean, en la actualidad, una nebulosa epistemológica quedebe ser aclarada y precisada.

1.1. El ocio en el pensamiento helénico y romano.

Los primeros análisis registrados sobre el tiempo libre y el ocio en el marco del pensamientofilosófico occidental fueron realizados en la Grecia Helénica y alcanzaron una sistema-tización posterior en el Imperio Romano. Con el término SKOLE Platón y luego Aristótelesdesignaban un estado o proceso que con posterioridad ha sido comúnmente conocido por"ocio" y "tiempo libre'' en español, "leisure" y free time" en inglés y "loisir" y "temps livre" enfrancés.

Platón utilizó en su obra este concepto como un elemento de apoyo a sus concepciones sobrela organización ideal de la sociedad. En la República —aunque no exclusivamente— puedenencontrarse los sentidos más significativos que Platón asignaba a ese término y que revelan unnivel de reflexión que aún en nuestros días no es común por lo avanzado de las ideas. No puedeolvidarse que el substrato socio-económico de las concepciones griegas sobre el ocio estabaconstituido por la esclavitud y por su específica división del trabajo, que estaba ligada a loscontenidos y formas propias de la labor realizada por los esclavos, así como a las modalidadesdel comercio y la artesanía, ejecutadas principalmente por ciudadanos libres sin recursossuficientes para garantizar su libre acceso a la política y a otras actividades usualmentereservadas a la aristocracia.

Pero aún sobre esta base, es interesante observar cómo Platón no incurrió en el error deseparar radicalmente al trabajo del ocio, sino antes bien, sostuvo su unidad. Más aún, defendióla tesis de que el ocio debía existir en función del trabajo, como una de sus condiciones. Estepunto de vista es defendido por James O'Leary en su artículo "Skole and Plato's Work Ethic"',

publicado en 1973 (55). Según este autor, en la República aparecen tres significados precisosdel término SKOLE:

• Como tiempo libre o no ocupado en el trabajo, •* como libertad respecto aotras ocupaciones y

• como un estado anímico de auto-posesión o no estar distraído por

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sentimientos o emociones no relacionadas con el ocio -que en la actualidadse ha denominado 'compromiso con la actividad';

• un cuarto sentido estaría dado por la ausencia de contenido, la pérdidade tiempo o por estar ocupado en actividades improductivas einútiles, pero según el autor de referencia, este sentido está expresadopor un término distinto, AGRIA, lo que quiere decir que Platón distinguíalos anteriores significados, de contenidos positivos, de este último, al queasignaba una connotación negativa.

James O'Leary expresó algunos juicios sobre el tratamiento del término SKOLE por Platónque son interesantes y merecen ser comprobados en investigaciones filológicas profundas.Pero en su defecto, y hasta que se realicen, parece conveniente relacionarlos a guisa dehipótesis. Sostuvo que en los Diálogos aparece el término SKOLE referido a las cualidadesque hacen posible el trabajo: (a) como LIBERTAD-PARA y (b) como auto-posesión;ambos tipos de skole son necesarios a fin de que el trabajo pueda ser consumado. SegúnO'Leary, Platón sostuvo que el bienestar de la sociedad no es servido cuando estámotivado tanto por mero interés personal o por un insaciable cultivo del lujo.

"En una gran medida, Platón atribuye una pérdida del talento individual, una auto-

indulgencia sin sentido y una negación de las necesidades de la sociedad a la

preocupación general respecto a la recreación. (...) Platón no argumenta que el

trabajo hace posible al ocio, sino que el ocio es una condición del trabajo (...)"

(55).

Por su parte, Aristóteles criticó esta posición de Platón y la calificó de impracticable ensu Política (1262 A). En su concepción, identificó la felicidad con la actividad intelectual yconcedió teóricamente la "ciudadanía" a "todos los que se hayan exentos de los trabajos

necesitados" (Política, II, 3,1278), al tiempo que sostuvo que el ocio es el objetivo de todos losindividuos pensantes ya que proporciona las oportunidades para alcanzar "los más altos

bienes":

"(...) toda a vida se divide en trabajo y ocio, en guerra y paz, y de las acciones,unas son necesarias y útiles y otras honrosas, y también tiene que existir aquí la

misma división que en las partes del alma y sus actividades: la guerra existe envista de la paz, el trabajo en vista del ocio, y las acciones útiles y necesarias en

vista de las honrosas (...) es preciso, en efecto, poder trabajar y hacer la guerra, peroaún más vivir en paz y tener ocio (...)" (72, 14,4801

Precisó más su idea al plantear:

"(...} porque la naturaleza en sí misma, como a menudo se ha dicho, requiere que

seamos capaces no solamente de trabajar bien, sino de utilizar el ocio bien; por

esto, debo repetir una vez más, el primer principio de toda acción es el ocio (,..}"

(73).

Tal concepción se sustentaba en una estructura social cuyos roles legitimaba la sociedad

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esclavista: en las ciudades griegas quedaba para los ciudadanos las diversas formas departicipación en la vida política, en la educación, la filosofía o el arte, o en un plano inferior,en el comercio o artesanía, mientras el trabajo productivo esencial descansaba sobre losesclavos. La distinción aristotélica, aplicada a este modelo, condujo a establecer unadiferenciación de las ocupaciones que perseguían un fin diferente de la búsqueda de lafelicidad, del placer, de la alegría, circunscritas exclusivamente a la actividad intelectual.Toda otra actividad era 'útil', 'necesaria', pero no se derivan de ellas 'los más altos bienes'.

Estas ideas han constituido el germen de lo que ha sido posteriormente un verdadero "pantanoteórico": las inter secciones semánticas entre ocio y tiempo libre. Según Aristóteles, el ociocomienza por la no-ocupación en el trabajo, es decir, por tener la oportunidad de alcanzar losbienes de tipo espiritual. Y esa oportunidad es, en primer lugar, para algunos autorescontemporáneos, el tiempo libre. Pero no solamente es oportunidad, sino también la "utilizacióncorrecta del tiempo libre", que en el devenir histórico ha sido una de las corrientes de la definicióndel ocio. Aristóteles sentó las bases de la gran confusión lingüística que ha heredado la teoría delocio en la actualidad.

Tal interpenetración semántica entre ocio y tiempo libre no acaba en Aristóteles. El pensamientolatino introdujo el término LICERE, uno de cuyos significados oscilaba entre "ser permitido" y"ser libre", junto a este término coexistía el de OTIUM, traducción directa del skole griego. De estaforma, el latín dividió el significado en dos términos, uno de los cuales (licere) imponía una fuerteconnotación de libertad. Así, la idea original de los griegos de que el ocio (skole) proporcionabaoportunidades para alcanzar la felicidad, o la misma felicidad, en contraposición con el trabajo ycon todas las tareas que tienen un fin 'externo', se completó con la nota semántica de libertadintroducida por LICERE.

No obstante, parece que Cicerón retomó la idea platónica de que el ocio descansa el cuerpo y elespíritu para volver al trabajo, al formular un ciclo de "otium" y "neg-otium", aspecto que merecemayores estudios filológicos. Por supuesto, al igual que en Grecia, el fundamento de estaconcepción que une felicidad-ocio-oportunidad-libertad es el sistema esclavista, cuya divisiónclasista identificaba estas nociones al cultivo del espíritu y relegaba el trabajo útil a los esclavos yotras capas desfavorecidas.

A la intrincada madejalingüística descrita se hasumado otro procesohistórico: el inglés y elfrancés han adoptado lasderivaciones idiomáticas deltérmino LICERE (leisure yloisir respectivamente) y hanpuesto en primer lugar elsignificado secundario de"ser libre". De aquí que en esos idiomas el proceso social e individual del tiempo libre o elocio se designe con esta fuerte connotación de libertad. Pero el español no siguió estecamino: partió del término OTIUM, del cual se ha derivado la palabra OCIO, que tambiénadquirió con el tiempo connotaciones peyorativas asociadas originalmente a la palabra

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IDIOMA PALABRA 1 (Consentido positivo)

PALABRA 2 (Consentido negativo'

GRIEGO SKOLE AGRIA

LATÍN LICERE OTIUM

FRANCÉS LOISIR '

INGLÉS LEISURE -

ESPAÑOL - OCIO

AGRIA.

A diferencia de los otros idiomas, el español asumió dos vías para designar este procesosocial e individual: por una parte continuó conservando los significados originales deltérmino SKOLE, que es la línea de desarrollo conceptual de tipo científico; pero asumiótambién las connotaciones negativas del término AGRIA, asociado al ocio improductivo.En el medioevo español, el estilo de vida de la nobleza y el pensamiento católicooficial confirmaron popularmente las acepciones de improductividad y decadencia devalores que ya tenía el ocio producto de su vínculo con el término griego agria.

En resumen, los significados esenciales que han perdurado hasta la época modernaen la evolución histórica y lingüística del concepto ocio en los idiomas inglés y francés(que son los de la inmensa mayoría de los autores consultados para este trabajo)tienden a ser, al margen de las diferencias de enfoque^ los siguientes: libertad deelección, ausencia de compulsión o de fines externos a los sujetos, antagonismo con el trabajo y búsqueda de felicidad. En el español, estas acepciones se han abiertopaso en el pensamiento científico, pese a la herencia histórica aportada por laetapa medieval.

1.2. El ocio en la sociología occidental.

Resulta imprescindible dar un salto histórico hasta fines del siglo XIX, no porque esta temáticahaya estado ausente de las reflexiones sociales y/o filosóficas en los siglos precedentes, sinoporque no parece que ocurrieran cambios semánticos fundamentales en esta herenciaantigua, que es la que retomaron los pensadores modernos en el esfuerzo fundacional deconstituir una posible "sociología del ocio".

En realidad el primer antecedente teórico di recto de la llamada "sociología del ocio" apareció en laobra del sociólogo y economista norteamericano Thorstein Veblen The Theory of Leisure Class, publicada en 1899 por primera vez, en la que examinó el ocio en función de la caracterizacióndel modo o estilo de vida de una clase social. Para Veblen, el tiempo libre —vale decir, el empleono productivo del tiempo—, tanto su posesión como el uso que se le da, constituía un símbolo deestatus social, riqueza y poder, y por ello, era una meta a alcanzar para las masas.

Y aún antes, apareció la crítica de Marx sobre la sociedad y la economía capitalista, en especialsu análisis sobre la enajenación, que ofreció un cuadro explicativo de los procesos socio-económicos y clasistas que subyacen en la absolutización semántica de la libertad en las nocionesde ocio y de tiempo libre, como el resultado de leyes económicas inherentes a la división en clasesde la sociedad y en particular a la división en clases de la sociedad capitalista. Pero este análisisse mostrará más adelante, en ocasión de la crítica a la definición "deducida" u "opuesta al trabajo"del tiempo libre.

Posteriormente, a partir del segundo cuarto del siglo XX, dentro de la llamada sociología empíricanorteamericana, se observó una atención sobre el tiempo libre como parte de las investigacionesconcretas que, sobre temas más generales, se desarrollaron en los Estados Unidos en la segunda

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y tercera década del siglo. El famoso estudio de los esposos Lynd, Middletown, cuyo objetivo erael análisis del modo de vida urbano, incluyó el empleo del tiempo libre como uno de los aspectosa considerar. Más tarde, la investigación de Elton Mayo acerca de los factores que aumentaban laproductividad del trabajo caracterizó al tiempo libre como un factor de equilibrio de lapersonalidad. Y en 1934 se publicó la encuesta monográfica Leisure. A Suburban Study, deLundberg, Komarovski y Mc-lllnezi, obra que marcó el inicio de la actual sociología del ocio.

Estos primeros acercamientos al tema se produjeron en forma de investigaciones concretas, en lasque lo más importante era la recogida de datos cuantitativos sobre el tiempo libre disponiblepara el ocio, las diversas preferencias en cuanto a qué tipo de actividad realizar, la frecuencia deasistencia a lugares recreativos y las opiniones de los individuos al respecto, todo ello desde el puntode vista comparativo a fin de encontrar las diferencias entre un grupo social y los otros, o entre unaépoca y las otras, y de ahí se pretendía inferir la importancia del tiempo libre en relación conotros aspectos de la vida social.

De esta forma, más que una definición del concepto, lo que se perseguía era encontrar unindicador que ayudara a esclarecer el problema estudiado, fuera este el modo de vida urbanoen Middletown, la productividad del trabajo en los estudios de Elton Mayo o el problema dela adaptación a la vida de la ciudad, como en el caso de The City de Park y Bugers.

Es necesario destacar que esta manera de enfocar el asunto responde y coincide gnoseológicay metodológicamente con el empirismo sociológico, la corriente más influyente dentro de laciencia social norteamericana de la época. Lallamada sociología empírica -bajo cuyadenominación se incluyen aquí lasmanifestaciones del behaviorismo social, elneopositivismo sociológico y la corrientepsicológica de la sociología— llegó casi adominar en los Estados Unidos desde la décadade 1920 hasta la de 1940 del presente siglo.Durante esos años la mayor parte de laproducción sociológica tuvo lugar en forma deinvestigaciones concretas o 'aplicadas' sobreaspectos aislados de la vida social, de ahíque se acostumbre a contraponer unatradición 'empirista' en la sociologíanorteamericana con la sociología 'histórica'de carácter más teorizador y filosófico quese desarrolló en Europa Occidental.

En los Estados Unidos de las últimas décadas del siglo, el despegue económico y la necesidadde estabilización social provocaron un énfasis en la aplicación de las ciencias sociales aestudios micro-localizados tendientes a disminuir las tensiones sociales. La investigación seorientó hacia la solución de tareas concretas en los campos de la producción y la productividad,de la estabilidad de la fuerza de trabajo, de la adaptación de estudiantes y otros sectores a lascondiciones de vida de ese momento, a la eliminación de conductas desviadas de las

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Esta diferencia, aunque no en términosabsolutos, es aplicable al análisis de losestudios sobre el tiempo libre en ambasregiones y se explica por varias razones:en primer lugar, por las diferencias en eldesarrollo económico y social, dadosobre todo por el despegue aceleradode los Estados Unidos a principios delsiglo y en sus primeras dos décadas; yen segundo, por la influencia que tuvo latradición teorética europea sobre lasociología.

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normas, de los factores de prestigio social y del ocio, entre otros temas. Esta orientación fuesustentada por las instituciones que financiaban los estudios, tanto estatales como privadas, y selogró el nexo entre investigación y dirección social.

Ni la sociología empírica, ni la vinculada a la temática del tiempo libre, pudieron colocarse —tal como aspiraban-- al margen de la política a fin de ser 'objetivas' y 'neutrales7, sino que,desde el primer momento, estuvieron estrechamente relacionadas con el orden social. Paracumplir con este objetivo, el empirismo combinó los principios del positivismo clásico con lafilosofía pragmática -la tendencia filosófica de mayor influencia en el país— y con elneopositivismo que le fue contemporáneo; de aquí que empezara por declarar lanecesidad de superar las construcciones metafísicas y especulativas de las teoríasanteriores a través de la separación absoluta entre la sociología y la filosofía, por lo cual seconcentró solamente en la constatación de los datos y hechos sociales mensurables y dados ala experiencia.

La sociología norteamericana rechazó la generalización como especulativa. Y este rechazofue una seria limitación metodológica, ya que si bien la selección, el ordenamiento y laclasificación de datos y hechos mensurables implican cierto grado de generalización, esteresulta insuficiente en tanto describe solamente dónde y cómo ocurrieron los hechos ycuáles son, pero no revela los nexos profundos, las causas y los procesos sociales, usualmenteno observables.

El estudio del tiempo libre durante esta etapa inicial siguió este modelo y se redujo a lamedición de las manifestaciones externas de laconducta individual, que el investigador ordenaba,clasificaba y comparaba, pero sin tener en cuentael complejo sistema de relaciones sociales ycircunstancias históricas en que ocurrían, ni lasleyes sociales en que se desenvolvían. El tiempodedicado a cada actividad del presupuesto detiempo y del tiempo libre, las conductas y laspreferencias recreativas, las opciones y los lugarespara el uso del tiempo libre, fueron algunos de lostemas de investigación usuales.

Es muy difícil evaluar el impacto del enfoqueempirista en la reflexión sobre el tiempo libre, peroal menos hay que afirmar que fue decisivo y quehasta hoy en día la inmensa mayoría de losproyectos de investigación auspiciados porinstituciones científicas, universitarias, comerciales o empresariales siguen el modelo trazadopor los primeros estudios empíricos, no sólo en Estados Unidos o en Europa, sino también enAmérica Latina, los países europeos del este y otras regiones. De hecho, y visto desde un ángulocuantitativo, es posible afirmar que el empirismo continúa siendo la plataformametodológica de la mayor parte de los estudios concretos sobre el tiempo libre a escala mundial,salvo focos y autores que han expresado enfoques metodológicos superiores.

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Pese a esto, es necesario destacarque estos sociólogos realizaronimportantes contribuciones al estudiocientíf ico del tiempo libre:sentaron pautas, validaronmétodos, promovieron elacercamiento al tema y señalaron laimportancia social del tiempo libre,acumularon datos e informacionese, incluso, sentaron bases para elestablecimiento de regularidadesen los diferentes aspectos tratados.

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La década de 1950 fue el período en el que comenzó un verdadero auge en los estudiossociológicos sobre el tiempo libre. Desde ese momento tuvo lugar la publicación de los másimportantes textos: Riesrnan, The Lonely Crowd (1950); Rossemberg y White, Mass CultureCI957); Larrabee y Mayersohn, Mass Leisure (1958); estas dos últimas antologías; Anderson, Workand Leisure (1961}; De Grazia, Of Time, Work and Leisure (1962); Dumazedier, Vers une civilizationdu loisir (1960) y Soc í ologie du loisir (1958); Kaplan, Leisure in Amerca (1960); Kraus, Recreationand Leisure in Modern Societv (1971), entreoíros.

En 1956 se celebró en Amsterdam el III Congreso Mundial de Sociología, en el cual se formó ungrupo internacional de estudios sobre el tiempo libre, que promovió la discusión y edición demúltiples trabajos sobre esta temática. Se constituyó la World Leisure and Recreation Association, a lacual están afiliados la mayor parte de los países y que impulsó la formación de asociacionesregionales y nacionales, y que ha impulsado la celebración de Congresos periódicos, deinvestigaciones y estudios de distinto carácter y su publicación, básicamente a través de su revistaWorld Leisure and Recreation, de amplia circulación y merecido prestigio científico internacional.

Las obras mencionadas, representativas de esta explosión en el interés científico, incluyeron lapreocupación por definir el concepto ocio y por abordar el problema con un enfoque más global.En este período se formularon las definiciones que en este texto se denominan "tradicionales" y queserán analizadas más adelante, cuyos objetivos se movieron alrededor de la caracterización delocio, de su relación con el trabajo y con las motivaciones, intereses y aspiraciones del individuo,con los valores sociales e individuales, y con su manifestación como actividades recreativas.

Las búsquedas teóricas que comenzaron en este período estaban relacionadas con lasparticularidades de esta etapa histórica y con las necesidades sociales y económicas delcapitalismo de posguerra. Se inscribieron además en una etapa en la que el pensamiento sociológicotrató de superar el empirismo abstracto que lo había caracterizado con anterioridad, elaborandoteorías más generales que pudieran presentarse como alternativas al marxismo en los marcos delenfrentamiento al sistema socialista.

Por otra parte, ya en los años sesenta se formuló la teoría de la 'sociedad del bienestar', en la que elocio sería el factor decisivo de medición de la calidad de la vida, complementada por;

(a)Un Estado benefactor que aumentaría su actividad en la distribución de las riquezas y laplanificación de las actividades y espacios recreativos;

(b)una cultura de masas exponenciada incesantemente; y

(c)un movimiento recreativo sin precedentes, con líderes muy activos en la propagandización de laimportancia presente y futura del ocio,

El enfoque funcionalista se impuso en la sociología norteamericana y se presentó como lateoría general sobre la sociedad. Este modelo no excluyó el estudio empírico, sino que se planteóampliarlo y complementarlo, es decir, introdujo la investigación empírica en el sistema teórico de lainteracción social, de orientación psicológica, de las relaciones funcionales entre los sujetossociales, básicamente las instituciones y los grupos humanos. Pero al mismo tiempo, redujo laimportancia de los determinantes objetivos y los sustituyó por manifestaciones subjetivas, como

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orientaciones de valor, actividades de grupos, roles sociales, dependencias funcionales, etc. Sise tienen en cuenta las limitaciones del empirismo, esta etapa constituyó un salto de calidaden la teoría y la metodología de la investigación, y reveló un universo de causas y procesosmuy importantes para explicar los fenómenos sociales, entre ellos los de la recreación.

Las décadas de los años ochenta y noventa han significado u na apertura de la teoría hacialos problemas de tipo educativo y social, a la luz de los enfoques propuestos por los organismosde las Naciones Unidas en relación con el rol de las ciencias sociales en la solución de losproblemas sociales globales. A esto se ha sumado la intensa comercialización del ocio y eltiempo libre, que también han acentuado -desde otro ángulo— los procesos sociales ycomunicativos que subyacen en el ocio. En este contexto, los modelos teóricos han posibilitadoun entrecruzamiento de las concepciones tradicionales y de las generalizaciones experimentalescon los enfoques de tipo social y comunicativo, existiendo en la actualidad todo un mosaico deposiciones teóricas.

1.3. Eclecticismo epistemológico en el tratamiento teórico del ocio en las ciencias socialescontemporáneas.

Los estudios sobre el ocio que se efectuaron en los Estados Unidos durante esta etapa tuvieronun espíritu más teorizador. El fenómeno del tiempo libre empezó a verse más a través de lasdependencias funcionales con el resto de los elementos del sistema social, sin eliminar suanálisis empírico. Sin embargo, como se verá posteriormente, el nivel de la teorización nosobrepasó, en muchos casos, lo alcanzado por las generalizaciones empíricas existentes.

En Europa Occidental, por otro lado, se observó desde momentos más tempranos unacercamiento más teorizador que en los Estados Unidos. Obviamente, las tareas prácticas que eldesarrollo económico de posguerra le presentó a los sociólogos europeos fueron las mismasque en el caso americano, y ocurrió que la influencia del empirismo también había llegado aEuropa y había condicionado la respuesta científica de una capa de dentistas sociales, enparticular estudiosos del tiempo libre, como puede observarse en los trabajos de J. Dumazedier,Pieper, Friedman y otros. Pero sí ocurrió su asimilación con la tradición teorética europea.

Puede pensarse que a partir de la década de 1950 la evolución de la investigación del ocio enEstados Unidos y Europa Occidental ha seguido caminos relativamente separados y, en algunosautores, hasta divergentes. Esta afirmación la fundamentan estudios comparativosrealizados por especialistas norteamericanos, holandeses e ingleses, entre otros, que hanprecisado lo que se ha dado en llamar el problema del espejo de una sola cara (the one-waymirror problem), tal como puede observarse en un trabajo de Rabel, Burge y Theo Beckers, delas Universidades de Illinois (USA) y Wageningen (Holanda).

Estos autores hacen un interesante diagnóstico de ese 'aparente antagonismo', por lo queconstituyen fuentes importantes para conocer los grandes rasgos de esta evolución en ambasregiones. A continuación una síntesis de sus planteamientos. En primer lugar, parten dereconocer que la investigación del tiempo libre en esos países ha estado en crisis en el períodoanterior y hasta la década de 1980:

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"En ambos lados del océano la investigación del tiempo libre tiene problemas. Esta

afirmación está basada en un conjunto de observaciones:

1. Las ciencias sociales han declinado como contribuyentes políticos efectivos.

2. Las predicciones sobre una sociedad del ocio, confiadamente expuestas en los

años sesenta por los líderes del movimiento de la recreación y los deportes, no se

confirmaron.

3.El tiempo libre, como tópico de la política gubernamental y de los programasde desarrollo, ha perdido apoyo con el triunfo de las políticas de

derecha en las democracias occidentales.

4.El inefectivo debate sobre el concepto y las definiciones del ocio.

5. La incapacidad de vincular los estudios sobre el tiempo libre con lasdisciplinas formales (sociología, psicología, economía, geografía y otras) y con

los más importantes objetivos teóricos. Ese abismo teórico nunca ha sido cubierto y, ensu lugar, tenemos una serie de paradigmas invocados individualmente" (6,12).

Sobre esa base, analizan las principales causas que, según su criterio, han condicionado lacrisis y el aislamiento entre los investigadores europeos y norteamericanos. Una de esas causasha sido la diferencia en enfoques metodológicos que ha caracterizado a ambas regiones,pues, según plantean, |a investigación europea ha sido más teorética y holística que lanorteamericana y. en particular esta ha sido más aplicada y pragmática (6,12).

En los EEUU, la investigación ha tendido a soslayar el análisis teórico y metodológico, aparcializar los objetivos de la investigación en dependencia de las respuestas concretas quehan solicitado las fundaciones, empresas e instituciones privadas o estatales que lasfinancian para, sobre esa base, adoptar de manera particular un basamento teóricoconveniente a cada estudio específico; a seguir modelos biológicos y físicos que hanconducido a que los problemas de investigación se fraccionen en pequeñas piezas como si nohubiera conexión entre ellos; a que los investigadores se hayan adherido a modelos científicostradicionales, renunciando a las búsquedas y a la experimentación; a seguir caminos quehan conducido en la mayoría de los casos a respuestas rápidas y a la fácil publicación de losresultados, en lo que lo más importante ha sido la forma del artículo, los tecnicismos y lasofisticación metodológica; por último, a que los investigadores norteamericanos se hayanfundamentado básicamente en un modelo funcionalista y hayan ofrecido predicciones y juiciosempíricos.

Tal situación se ha sustentado en la manera como se ha organizado la investigación en losEEUU, concentrada y financiada fundamentalmente por empresas comercialesinteresadas en la solución de problemas de alcance reducido, en universidades e institucionesauspiciadas por fundaciones, consorcios y grandes empresas que han canal izado la investigaciónhacia temas vinculados con la dinámica del sector privado de la economía o hacia aspectosrelacionados con la política o la ideología. La política de promoción científica de muchas deesas universidades e instituciones ha tendido a priorizar la publicación rápida de los resultados

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y la introducción acelerada de las recomendaciones de carácter aplicado, tendencia muycorrecta que garantiza la utilidad social de la ciencia, pero que si es absolutizada, si no seequilibra con estudios de carácter fundamental, perjudica al desarrollo a largo plazo delpensamiento científico.

Por otra parte, la planificación social de la recreación en los EEUU durante este período eracasi inexistente o, al menos, no ha sido uniformemente adoptada en todo el país (6,12), yaque no ha constituido un aspecto de la discusión pública ni del interés socio-estatal,entendida más bien como un problema individual, con el resultado de que:

"(...) la planificación en los EEUU tiende a enfatizar el desarrollo de las

facilidades recreacionales casi como si el tiempo libre fuera una actividad aislada,

realizada solamente en relación con el espacio para la recreación. La falta de tradición

de planificación en los EEUU significa que las necesidades de tiempo libre y de

recreación futuras, tal como se ha identificado por los investigadores, son rara vez

incluidas en el proceso de decisiones políticas" (6,12).

Aparentemente, y según los autores de referencia, el panorama ha sido distinto en EuropaOccidental. La investigación ha tendido a ser más teórica y totalizadora que en EEUU, vinculadaa la tradición científica europea aunque habría que distinguir la ejecutada en las universidades,que ha presentado con más nitidez ese carácter, de la financiada por empresas comerciales, quese ha acercado mucho al estilo norteamericano. En general, una parte de la investigación del ocioen Europa se ha vinculado a los sistemas de educación universitaria y los problemas han sidoseleccionados solamente si ha tenido relevancia en la teoría desarrollada por el investigadorjefe (6,12). En el sector vinculado a las empresas comerciales, se ha asistido a un empirismo y aun fraccionamiento de los temas y objetivos semejante al caso norteamericano.

Pero pudiera también afirmarse, dejando aparte el análisis de estos autores, que lainvestigación europea del tiempo libre también se ha inclinado hacia los modelosempirista y funcionalista que se exportaron de los EEUU en su momento y que fueron copiadospor los científicos sociales europeos. Sería quizás más acertado decir que fue sólo en los añossetenta que comenzó un intento más sistematizado por complejizar esos modelos descriptivoscon técnicas y concepciones que se enlazaban con la tradición analítica y reflexiva europea, talescomo el enfoque histórico, la teoría crítica, el estructuralismo y la fenomenología, y más recienteaún, el postmodernismo. Y la aparición de técnicas tales como el interaccionismo simbólico, el'actorcentric research' y el 'action research', este último muy importante en los estudios auspiciadospor la UNESCO y otros organismos internacionales con vistas al desarrollo social y económico delTercer Mundo.

Desde el punto de vista de la definición del concepto, el problema ha parecido tan grave comoel anterior:

"Una de las razones de la declinación de la importancia de la investigación del

tiempo libre ha sido nuestra incapacidad para resolver el problema de la definición.

Porque la falta de una definición aceptada nos trae problemas para comunicarnos

entre nosotros. Hemos dicho siempre que debemos estar de acuerdo con lo que

significa el ocio (leisure, n.d.a.) antes de que la discusión deba proseguir. Por otra parte,

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tenemos dificultad no sólo en hablar entre nosotros, sino también con personas que

pueden estar interesadas en políticas recreativas (...). Cada escritor de textos

diferencia el tiempo libre basado en posiciones filosóficas distintas. Estas

posiciones generalmente incluyen otras ideas e informaciones.

(...) Por eso, es improbable que una explicación teórica única emerja. Los autores deeste artículo sienten que toda investigación para una teoría totalizadora debe ser

abandonada"(6,14).

Es lo que se ha denominado "el pantano teórico", que ha conducido a posiciones pesimistas,agnósticas o eclécticas, como las que finalizan el párrafo anterior. También ha aparecido uneclecticismo metodológico que ha conducido a la dispersión de los métodos y los objetivos,tal como expresa Alan Roadburg en su artículo titulado Freedom and Enjoyment:Disentangling Perceived Leisure:

"Las respuestas a la pregunta ¿qué es el ocio? han sido buscadas por los

especialistas teniendo diferentes orientaciones metodológicas de investigación y

enfocando tanto a las actividades en específico como al ocio en general (Tinsley y

Kass 1979:279). La investigación en esta área ha incluido la designación de

modelos o paradigmas para delinear varios estados de ocio y de no-ocio (Kelly

1978; Neulinger 1981:30), encuestas sobre la definición del término 'ocio' (Young

y Breit; Crandall y Silvken 1980), investigaciones sobre satisfacciones derivadas

del ocio (Hawkes 1978; Cuín 1980; Ragheb 1980; Beard y Ragheb 1980; Pierce

1980; Francken y Fred van Raaij 1981) y motivaciones del ocio (Crandall

1980)"(60,16).

Si una especial característica de la ciencia social sobre el tiempo libre en estas regiones debe serclaramente expresada es su eclecticismo filosófico, teórico y metodológico. Esteeclecticismo ha conducido a un estancamiento conceptual cuyas manifestaciones seránestudiadas en los próximos epígrafes. Y dado que en realidad se han propuesto un conjuntomuy variado de definiciones, ninguna de las cuales ha logrado obtener la aprobación o elconsenso de los especialistas, se analizarán sus tipos más significativos, incluyendo en ellosa los autores de acuerdo a los rasgos más sobresalientes de sus teorizaciones.

2. LAS DEFINICIONES TRADICIONALES

Tras la gran Variedad de acercamientos teóricos existentes aparecen, al menos, cincograndes tipos de definiciones:

I. El ocio como tiempo libre.

II. El ocio en la teoría de la enajenación de Carlos Marx.

III. El ocio como estado de la mente o del espíritu.

IV. El ocio como actividad recreativa.

V. El ocio como valor.

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Pese a que esta clasificación se ha obtenido por vía inductiva, es posible obtener confirmaciónen algunas obras que han intentado hacer un balance de esta situación. En el texto deRichard Kraus, Recreation and Leisure in Modern Society, publicado en 1971, este autor pasórevista a tendencias y ejemplos significativos del quehacer socio y psicológico sobre el tiempolibre en Estados Unidos y Europa Occidental, exponiendo cuatro grandes grupos dedefiniciones que el mismo autor denomina "tradicionales":

''Exactamente, ¿qué es el ocio?. Desde un punto de vista conceptual, el términotiene, al menos, cuatro extensamente fundados significados: 1) la visión 'clásica'

del ocio como está ejemplificada en ios escritos de De Grazia y Pieper, 2) la visióndel ocio como función de las clases sociales, presentada originalmente por

Veblen, 3) el concepto de ocio como forma de actividad, y 4) el concepto de ociocomo tiempo libre" (38,253).

De una forma más sintética, los profesores de la Universidad Estatal de Tejas del Norte, PeterA. Witt y Gary Ellis, sostuvieron que solamente pueden confirmarse tres grupos; tiempo,acti vidad y estado mental. Los dos primeros enfoques pueden ser considerados 'objetivos', en elsentido de que criterios independientes de los individuos sirven para discernir el ocio. El estadomental es categorizado como 'subjetivo' porque tiene que j ver más con la percepción delindividuo sobre si una actividad es realizada como ocio. Aparentemente esta dicotomía parece jclara, pero en realidad esconde una profunda confusión epistemológica (69,20).

El problema de qué tipo de enfoque adoptar es, para los sociólogos norteamericanos yeuropeos, no solamente una toma de posición teórica o científ ica, sino también socio-política, ya que las definiciones influyen en el campo delas políticas y los servicios recreativos. Sise adopta una postura favorable a las definiciones 'objetivas', significa que se abren las puertasal negocio del tiempo libre y de tas actividades, en el que las instituciones públicas o lasprivadas se deberían responsabilizar con la planificación y ejecución de aquellas actividadesque han sido definidas como ocio. Pero si se adopta una definición subjetiva del ocio, habráque tener más información sobre lo que es percibido como ocio por cada participanteactivo o potencial.

Este dilema parecería no tener salida si continúa siendo enfocado unilateralmente. Habríamas bien que buscar la manera de acercar ambos polos, pues en efecto, tras los procesos'objetivos' se hallan innumerables condicionantes subjetivos, y viceversa. El equilibro entrelo objetivo y lo subjetivo ha estado ausente, lo que ha constituido una seria limitacióngnoseológica de ambas corrientes.

2.1. El ocio como tiempo libre

El primer gran tipo de definición del ocio ha sido considerarlo tiempo libre --lo que ha equivalidoa establecer como sinónimos a leisure y free time en inglés, y a loisir y temps livre en francés—. Enesta concepción, que para abreviar llamaremos en lo adelante residual, se ha definido el ocio como"el tiempo que queda después de terminadas las tareas y actividades necesarias para la vida uobligatorias", sentencia en la que han coincidido muy frecuentemente dentistas sociales de

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muy diversa orientación sociopolítica y filosófica.

Neulinger, en su libro The Psychology of Leisure hace una interesante reflexión de esta manerade definir el ocio:

"Los estudios que mejor caracterizan la investigación del ocio a principios delsiglo veinte son los de Lynd y Lynd (1929,1937); Lundberg, Komarovski y MeInerny (1934); Sorokin y Berger (1939); y Wagner y Lunt (1941). Estos estudiosestaban en sintonía con la gran cantidad de investigaciones empíricas queprevalecían en esos días y eso concernía primariamente con la determinaciónde los hábitos de tiempo libre o de las actividades. La conceptualización del ocioque subyacía en esos estudios es de tipo residual: el ocio es un residuo que esdejado en las veinticuatro horas del día cuando el tiempo dedicado al trabajo, sueño yotras necesidades de la vida se restan del total (5).

Es importante señalar que en la mayoría de los países ha ocurrido una asimilación consciente oinconsciente de esta definición, quizás un subproducto de la dominación metodológica delempirismo en la constitución de las investigaciones sobre esta temática, además de queindudablemente parece ser, a primera vista, una definición 'cómoda', 'operativa', 'que facilita eltrabajo empírico'. En efecto, puede tener esas ventajas, pero a costa de introducir muchosproblemas que hacen que los datos obtenidos sean muy a menudo una imagen falseada de larealidad.

Se puede afirmar que esta definición es un estadio elemental y empírico de la reflexión y lainvestigación sobre el ocio. Parece como si constituyera una regularidad metodológica eltránsito por un estadio de nivel empírico en que el ocio sería un componente residual de tipotemporal. Esta idea se ha sustentado en el criterio aristotélico de que el ocio provee deoportunidades para la recreación, tal como sostienen también autores contemporáneos, porejemplo, P. Jephcoot, D. Yoesting y D Burkhead, I. Graven, J. Shivers, E. Staley y N. Miller, entreotros. Ida Graven, en su artículo titulado Leisure. Accordingto the Encyclopedia of the Social Sciences ha planteado que:

"El ocio no sólo es el tiempo germinativo del arte y la filosofía, el tiempo en

que el visionario logra vislumbrar (os valores y (as realidades detrás de la apariencia

ordinaria; es también la oportunidad de la apreciación, el tiempo en que ciertos

valores llegan hasta la común experiencia" (14).

Yoesting y Burkhead, por su parte, consideraron que la teoría de la oportunidad es unaexplicación causal, pues considera que la participación en actividades recreativas depende desu disponibilidad (70). Shivers fue aún más claro al considerarlo solamente una fracción detiempo que el individuo y la sociedad usan en su beneficio, enfatizando que sólo la personapuede decidir la forma en que ese tiempo será usado (64).

Ocurre aquí un interesante fenómeno epistemológico: la reducción de significados delconcepto 'oportunidad'. Es evidente que en cualquier sociedad la oportunidad o la posibilidad derealizar una determinada actividad está condicionada directa e indirectamente por un conjuntomuy amplio de factores que no deben ser reducidos a la sola consideración del tiempo, influyendo

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también otros indicadores objetivos del nivel de vida (ingresos, tipo de familia, estatus clasistas osocio-profesional, zona o región de residencia, índices de densidad de ofertas recreativas, etc.) ydiversas variables subjetivas (formación y educación, personalidad, motivaciones, valoresindividuales y culturales, tradiciones, etc.). La reducción de tal complejidad al tiempo es unaseria limitación teórico-metodológica.

Es correcta la hipótesis de que el ocio provee 'oportunidades' para la búsqueda de la felicidad,siempre y cuando no sean exclusivamente temporales. Pero más claramente dicho, esasoportunidades no sólo las brinda el tiempo libre, sino la interacción entre el individuo y la sociedad ensu conjunto. En este enfoque el tiempo libre sería una variable entre otras a consideraren unmodelo de análisis más complejo y sintético.

Pero ¿qué tipo de oportunidad proporciona el tiempo libre?. No solamente el tiempo, sino más alláde él, la ausencia de trabajo, o sea, la libertad. Esta idea es quizás la nota distintiva de la lógica de ladefinición residual, tal como se puede observar en las definiciones propuestas por variosinvestigadores. Henry Laloup, sociólogo francés de orientación católica, puede servir de ejemplo deesta orientación, al defender que el tiempo libre es:

“ Lla porción del tiempo utilizada en actividades humanas (...) fuera del trabajo

profesional o del hogar (...) en los cuales los hombres disfrutan de una libertad y

una iniciativa más grande que en las de la profesión (...) realizadas

principalmente en vistas de la satisfacción inmediata o para la adquisición de un

determinado placer (...) y admitidas habitualmente como actividades de ocio de

una sociedad"(39,25-26).

Richard Kraus, en su balance teórico del concepto ocio, india que:

“El más común acercamiento al ocio (...) es considerarlo como una forma de

tiempo no-obligatorio o discrecional (...). Este concepto de ocio lo concibe

como tiempo que es libre del trabajo o de esas responsabilidades relacionadas

con el trabajo, como los viajes, estudios o complicaciones sociales basadas en el

trabajo. También se concibe como un tiempo no dedicado a actividades

esenciales de auto-mantenimiento, como el sueño, comida o cuidados personales.

Su más importante característica, no obstante, es el debilitamiento del sentido

de obligación o compulsión. (...) El más importante elemento para una definición

parece ser un sustancial grado de no-obligatoriedad y sentido de la libertad e

individualidad en la selección por parte del participante (...)" (68,256-260).

Pero ocurre en este razonamiento una debilidad lógica: el tiempo libre provee deoportunidad para la libertad y felicidad, pero al ser solamente una referencia temporal ocurreque la organización cronométrica de la industria fordista puede limitar y hasta puede llegar acercenar las posibilidades de esa felicidad y del enriquecimiento personal, incluso puede reducirlos grados de libertad teóricamente abiertos a los individuos.

Causas históricas de la definición residual del tiempo libre.

¿Qué fenómeno social generó el antagonismo entre un ocio entendido como tiempo de

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libertad y un trabajo identificado a la necesidad, la obligatoriedad y la falta de libertad?. Algunosautores indagan en estas causas, entre ellos merece señalarse el estudio sobre la evolución delas interpelaciones entre el trabajo y el ocio en el contexto de la Revolución Industrial,particularmente en los siglos XVIII a principios del XX, realizado por los sociólogos KennethRoberts y Deborah Chambers, de la Universidad de Liverpool, en su artículo Changing Times.

Tras reconocer que el tiempo no solamente tiene una función astronómica y cuantitativa, sinosocial, los autores de referencia comenzaron a anal izar el proceso de industrialización capitalistade los siglos XV11I y XIX y su influencia sobre el ocio. Una primera característica es que laindustrialización provocó en sus primeras etapas un crecimiento del tiempo de trabajo y unaconsolidación del trabajo efectivo dentro de la jornada laboral, excluyendo todo tiempo'perdido' o 'no-laboral', es decir, menor cantidad de tiempo libre mediante días y semanaslaborales más extensas, complementadas por la imposición de una disciplina temporal muchomás fuerte en el trabajo (61,18).

Pero la industrialización capitalista tuvo influencias sobre el tiempo libre que no se redujeron aesta rigidez temporal. Otra consecuencia ya evidente en el siglo XIX fue:

"(...) una clara división entre trabajo y tiempo libre. El primero devino propiedad de los

patronos, quienes tenían que asegurarse que no se desperdiciara. El tiempo se amoldó

a la circulación monetaria. (...) La organización fabril requiere una exacta conservación

del tiempo. El principio y el f in del día de trabajo estaban marcado precisamente

por 'la tiranía del reloj', no por acontecimientos naturales (Kumar, 1978). Durante el siglo

XIX la población trabajadora tuvo que ser educada en esta nueva conciencia del

tiempo. Tuvieron que aprender que el tiempo era una preciosa mercancía que debía ser

ahorrada y gastada productivamente. A los niños les fue enseñada la puntualidad, la

regularidad y la obediencia en las escuelas elementales en preparación para la disciplina

temporal del trabajo industrial.

Fabricantes ilustrados compraban fidelidad a la disciplina industrial con la promesa del

ocio. En vez de oponerse a la recreación, firmas progresistas comenzaron a aplaudir la

diversión, a condición que fuera realizada en su lugar adecuado, comprimida en el tiempo

de ocio. Los trabajadores fueron estimulados a valorar el ocio, a trabajar duro para tenerlo, y

entonces usarlo 'racionalmente' en vías que restauraran, más que disminuyeran su

habilidad y espíritu de trabajo (...). Valía la pena trabajar duro, regularmente, durante

largas horas, como se los dijo a les obreros, a fin de disponer de ocio, en el cual

simultáneamente se divirtieran y renovaran su potencia laboral"(61,18).

Por supuesto, hubo una respuesta obrera:

"La primera generación de obreros fabriles fue enseñada por sus maestros a valorar

la importancia del tiempo; la segunda generación se declaró en huelga por menores

horas de trabajo y por tarifas para el tiempo extra. Aceptaron las categorías de los

patronos y empezaron a luchar con ellas. Aprendieron que el tiempo es

solamente dinero (...). Una vez que los patronos sintieron que podían confiar en que

la clase obrera podía trabajar diligentemente a fin de tener derecho al ocio, que

pudiera ser usado para el mejoramiento moral y social, estuvieron dispuestos a

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negociar menores días y semanas de trabajo, mas vacaciones pagadas.

Es solamente desde a Segunda Guerra Mundial que los obreros han reobtenido las

cantidades de tiempo libre preindustriales, mediante las formas de las noches, fines

de semana y vacaciones anuales. Fue tan reciente como en las décadas del 50 y del

60 que los sindicatos de la mayoría de las industrias ganaron a batalla de las ocho

horas y cinco días a la semana de trabajo. Las culturas de la familia y de a vecindad

han desarrollado y celebrado las ocasiones de ocio definidas por este patrón

industrial"(6l,19).

Hasta aquí el análisis de Roberts y Chambers, correcto en la descripción del proceso, pero seles escapan dos aspectos importantes. En primer lugar no mencionan las causas objetivas queen el plano del desarrollo de las fuerzas productivas —sobre todo en condiciones de larevolución científico-técnica-- han impulsado los cambios en las relaciones entre el trabajo y elocio, particularmente en su magnitud y en la comercialización de este último en el contextode una cultura de masas. En segundo lugar, puede expresarse en el análisis unasobreestimación de los factores educacionales, cuya importancia nunca puede ser desdeñada,pero que considerado como causa fundamental esconde las condicionantes propias de laorganización del trabajo industrial fordista y la mercantilización de la fuerza de trabajo de losobreros. Pero para una mayor profundización en este campo es conveniente reseñarsintéticamente la teoría de la enajenación propuesta por Carlos Marx, en su vínculo con el ocio.

Pudiera afirmarse, siguiendo a Marx, que las limitaciones del enfoque tradicional de ladefinición del ocio dependen del proceso que él llamó enajenación o alienación, que es una delas consecuencias de las relaciones capitalistas de producción. Marx enunció este concepto ensus obras tempranas, particularmente en los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844,en donde planteó que para el obrero el trabajo es externo a su ser esencial (79,34).

Uno de las tesis centrales de la argumentación de Marx fue la ruptura de la concepcióntradicional de la economía clásica inglesa sobre el trabajo. Consideró que en realidad elobrero no vende al patrón su trabajo, sino su fuerza de trabajo, su capacidad para crearnuevos productos o mercancías, conceptos centrales en su concepción de la enajenación.Tanto Marx como Engels consideraron que la fuerza de trabajo era una mercancía, al igualque todas las demás, pero simultáneamente algo muy diferente ya que tendría la virtud de seruna mercancía con capacidad de producir nuevas mercancías, aumentando, reproduciendo ymultiplicando así su valor.

El obrero vende al capitalista su capacidad de creación y transformación de la materiaprima, y mediante esta venta aquella se convierte así en una mercancía más de las queintegran el mercado, pero distinta pues se realiza creando nuevas mercancías, nuevosvalores, nuevo capital; y creándolos, se agota y debe ser renovada. Tal renovaciónconsistiría en un proceso gracias al cual el obrero recuperaría la capacidad de creación que haagotado en una jornada de labor, o sea, en el tiempo de trabajo.

Pero, ¿cómo la recuperaría?. En primer lugar, mediante el salario, es decir, el mínimo derecursos indispensables para el mantenimiento de la vida, para la recreación de lascondiciones físicas y psíquicas imprescindibles con vistas a la utilización creadora de los

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instrumentos de trabajo. Por lo tanto, al vender su fuerza de trabajo recibe salario, que secambio. por un conjunto de medios de vida. El salario tiene la función social de posibilitar lareproducción de la fuerza de trabajo del obrero en tanto individuo y en tanto clase. Y lamagnitud del salario sería proporcional al costo de producción de fuerza de trabajo, es decir,aun mínimo estadístico, histórico-social de medios de vida.

Por eso, esa capacidad de creadora del obrero, mercantil izada vendida y diariamente agotadaen un proceso que no pertenece y de cuyos resultados solamente percibe un mínimo quepermite los estándares de subsistencia, se le aparece como el más preciado y vital contenidode su existencia, sir como algo hostil y exterior a su propio ser. Marx describa claramenteeste proceso:

"(...) la fuerza de trabajo en acción (...) es la propia actividad vital del obrero, lamanifestación misma de su vida. Y esta actividad vital la vende a otro paraasegurarse los medios de vida necesarios. Es decir, su actividad vital no es para élmás que un medio para poder existir. Trabaja para vivir. El obrero ni siquieraconsidera el trabajo parte de su vida; para él es mas bien un sacrificio de la vida. Esuna mercancía que ha adjudicado a un tercero"(78,68).

Según este enfoque, la producción fabril capitalista y si relaciones de producción generanenajenación; y esta a vez, tiende a caracterizar al conjunto de relaciones sociales queexisten en la sociedad industrial capitalista. Y esta enajenación provoca una situaciónsocio-psicológica o estado de conciencia particular que Marx explicasintéticamente:

"El obrero, (...) en su trabajo (...) no se confirma a sí mismo, sino que se niega a sí

mismo, no se siente feliz sino desgraciado, no desarrolla libremente su

energía física y mental, sino que modifica su cuerpo y arruina su mente. Por tanto,

el obrero solamente se siente fuera de su trabajo, en su trabajo se siente fuera de sí

mismo. Se siente libre cuando no está trabajando y cuando está trabajando no se

siente libre.

Resulta, por consiguiente, que el hombre (el obrero) ya no se siente libremente

activo en otra cosa que no sean sus funciones animales: comer, beber, procrear, o a

lo más, en construir su habitación, buscarse el vestuario, etc.; y en sus funciones

humanas no se siente otra cosa que un animal. Lo que es animal se hace humano y

lo que es humano se hace animar' (78,74-75),

La libertad, la autonomía, lo humano, se situaría así fuera del trabajo, mientras que este secaracterizaría por la opresión, la obligatoriedad, la inhumanidad; el trabajo sería lo ajeno, y lo queestá fuera del trabajo sería lo propio. La autorrealización no se establecería en la creación denuevos productos (mercancías), sino en la utilización de los medios de vida que le corresponden alobrero como pago de su fuerza de trabajo.

Y por supuesto, este reino de libertad estaría situado fuera del tiempo de trabajo, es decir, en eltiempo libre. Este tiempo tendría la función de reproducir la capacidad creadora del obrero, sufuerza de trabajo, sus potencialidades físicas y psíquicas, mediante un conjunto de actividades de

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subsistencia y otras de tipo recreativo, que serían las que verdaderamente se identificarían con lalibertad, la autorrealización y la sociabilidad, oponiéndose radicalmente al tiempo y a lasactividades laborales.

Esta estructura de funciones ha sido también descrita en el presente, por ejemplo por H.Laloup:

"(...) muchos de nuestros contemporáneos viven en un estado endémico de

inferioridad. En tareas parcelarias de buró o de fábrica, el trabajador se encuentra

humillado: no es más que un agente secundario, cuya función está modestamente

limitada bajo una vasta jerarquía. Algunas formas de ocio destruyen toda jerarquía,

amplían os límites restringidos de a función y suprimen así la fuente de la

humillación. La humillación de la vida ordinaria engendra a menudo a necesidad de

la afirmación de sí (...) lo que el trabajo no puede asegurar, el ocio lo procura"

(39,73).

Esta 'ruptura' entre el trabajo y el ocio ha sido ratificada en la i actualidad por el Congreso Mundialsobre Investigación del Tiempo Libre, celebrado en Francia en 1984:

"... el tiempo libre no es más que el tiempo de supervivencia evocado, la ruptura

entre el tiempo de trabajo y el tiempo libre no solamente se ha mantenido, sino

se ha acentuado, quizás, para numerosos trabajadores: es que un trabajo

consagrado a tareas sin interés, aunque su duración sea reducida, pesa demasiado

sobre el resto del tiempo disponible, junto a que muchas de esas tareas aumentan

la fatiga nerviosa. Es pues en el trabajo que debe ser investigada la cualidad del

tiempo libre"(l2,7).

Hay otra idea propuesta por Marx que debe ser analizada este momento: el fetichismo de lamercanc í a, que significa forma universal izada de la enajenación, que proyecta el carácter socialdel trabajo como si fuese un carácter material los propios productos, un don natural de estosobjetos, y por tanto, transforma la relación social entre las personas como relaciones socialesestablecidas entre los mismos objetos, al margen de sus productores (80,39).

De esta manera, el trabajo sería sentido como obligatorio y el ocio como libre; no como elresultado de relaciones sociales determinadas históricamente, sino como la consecuencia desus propias naturalezas. El trabajo sería siempre e intrínsecamente opresivo, mientras el ociosería siempre e intrínsecamente libre.

Pero esta conciencia subjetiva estaría falseada por el fetichismo de la mercancía, ya que enrealidad ambos sectores del tiempo tendrían un rol coincidente y complementario: laproducción y la reproducción de las mercancías (productos y fuerza de trabajo). En la visiónde Marx sobre el tiempo social no hay fractura o solución de continuidad pues ambos sectores(trabajo - libre) cumplirían la misma función en un ciclo de producción-reproducción de lasmercancías: la fuerza de trabajo del obrero se cambia por medios de vida útiles para larenovación de esa fuerza de trabajo, que es a su vez de nuevo cambiada...

La función reproductiva del tiempo libre no sólo es psico-somática y de clase, sino tambiéncognoscitiva: el obrero debe seguir calificándose para seguir en un proceso laboral en el que,

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con el desarrollo tecnológico, se agudiza la división del trabajo y la especialización, serenueva la tecnología y las formas de organización. Por tanto, es una reproducción tambiéncualitativa de la fuerza de trabajo a fin de poder utilizar las nuevas tecnologías y formasorganizativas.

De este enfoque puede derivarse igualmente el enjuiciamiento de la llamada cultura de masas,en tanto una cultura mercantilizada, homogeneizada y estandarizada que estimula lapasividad y el consumo y contribuye a un mayor grado de como un 'espacio de libertad', encontraposición con el trabajo, en donde estaría ubicado el reino de la obligatoriedad. Pero adiferencia de otras concepciones, aquí se exponen causas sociales que indican con claridad elsentido histórico y social de ese antagonismo entre el tiempo de trabajo y el tiempo libre. No seríanasí ambos opuestos por esencias inmutables e a-históricas, sino por el tipo de relacionessociales que se generan en determinadas formas de sociedad. Y de aquí la génesisfuturológica de una utopía social en donde el antagonismo entre ambos sectores del tiempodesaparezca en la medida en que se eliminen las relaciones de producción antagónicas entrelas clases, en que desaparezca también la enajenación y el hombre se realice tanto en el ociocomo en el trabajo.

Por supuesto que de inmediato surge la pregunta acerca de si este análisis continúa siendovigente en un mundo donde el desarrollo tecnológico, la informatización, la automatización yla aparición de nuevas formas organizativas de la producción (post-fordismo), junto a unabúsqueda permanente de mecanismos de incentivación de los obreros por todo el procesoproductivo han ido debilitando paulatinamente, cuando no erradicando en determinadospaíses y focos, la enajenación clásica descrita por Marx.

Sin embargo, el enfoque de la enajenación propuesto por Marx es útil para entenderprocesos que tienen vigencia hoy día al menos en los países subdesarrollados y enlos sectores menos avanzados del mundo desarrollado, donde muchas de lascontradicciones clasistas se expresan aún con relativa claridad. Es además útil enestos casos pues indica que el tiempo libre puede contener, en estos casos, elgermen de una actividad social e individual menos enajenada que la del tiempo detrabajo, en donde pueda desarrollarse una actividad que contribuya arestituirle a los obreros parcialmente su ser, su humanidad, su integridad vital, asícomo determinados niveles es ilusorio mientras el elemento subjetivo permanece

en el término libre" (75).

Otro enfoque ha sido el de Iso-Ahola (1973), en el que se refirió a la percepción subjetiva opsicológica del ocio como el factor esencial para la definición, más que su conducta u otrofactor objetivo. Priorizando los contenidos de experiencia, motivación y percepción de lalibertad, Ellery Hamilton-Smith reafirmó esta concepción:

"(...) rechazo la noción de que el ocio es simplemente el tiempo que quedadespués que el trabajo y las otras obligaciones han sido llevadas a cabo.

Encuentro esta interpretación no sólo simplista y estéril, sino que desafía laetimología de la palabra ocio desde su entrada en el idioma inglés en el siglo XI.

Aún en aquel tiempo era un concepto polémico y envolvía mucho más que una

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perspectiva residual basada en el tiempo. Así, cuando uso el término 'ocio', estoyhablando acerca de la experiencia humana, caracterizada por motivaciones y

satisfacciones intrínsecas, por un sentido subjetivo de libertad para seleccionar ylibertad respecto a la obligación; y por la comprensión de que es aceptada por

nuestro propio grupo de referencia como ocio" (30,15).

Tras la aparente dispersión de enfoques que intentan definir el ocio desde un punto de vistasubjetivo, como estado mental, aparecen dos características que pueden identificarlos comoun grupo relativamente homogéneo:

(i) La ra í z subjetiva de la definici ó n, relacionada con diferentes factores psicológicos,tales como la percepción, la motivación y la experiencia.

¿Cómo pueden manejarse las distinciones entre el trabajo y el no-trabajo?. ¿Puede elocio ser experimentado en el trabajo?(...)Adicionalmente, ¿existen algunos aspectos

comunes entre los individuos en lo que respecta a su experiencia subjetiva, o lasdefiniciones del ocio son totalmente personales?. Por ejemplo, ¿la mayoría de las

personas necesitan las percepciones de la libertad y de estar intrínsecamente motivadospara experimentar el ocio, y si es así, qué significa la percepción de la libertad?"

(69,21).

Este enfoque no es teóricamente correcto pues el ocio es un proceso social, que tiene causas ycondicionamientos objetivos e históricos que se encuentran indisolublemente vinculados a lapsicología individual y social. El problema epistemológico de la primacía de los factoresobjetivos por sobre los subjetivos, o a la inversa, se expresa con toda claridad en esta variante dedefinición. Y más allá de una toma de posición ante este problema, siempre válida paracada autor, parece más conveniente aceptar que cualquier forma de reduccionismo escontraproducente para los fines de la ciencia. En efecto, el problema de la definición del ociotiene su lado objetivo y su lado subjetivo, y ambos momentos deben ser incluidos en lateorización.

La parcialización de este enfoque hacia los factores exclusiva o predominantementesubjetivos, a la "percepción de la libertad", a la "experiencia subjetivaindividual", lo conduce a un callejón sin salida. ¿Quiere decir esto que no han deser estudiados?. No, sino que deben ser estudiados en el contexto de unaconcepción integradora de los factores objetivos y los subjetivos. El enfoque delocio como estado mental revela la importancia de las causas psicológicas del ocio,sobre todo al ser el origen de numerosas teorizaciones causales de tipoexplicativo, pero yerra en absolutizarlas y toma un camino reposar, sea paradivertirse, sea para desarrollar su información o su formación desinteresada, suparticipación social voluntaria o su Ubre capacidad creadora después de haberculminado sus obligaciones profesionales, familiares y sociales" (19,29).

Ahora bien, este enfoque ha presentado imprecisiones y ambigüedades que han sido criticadaspor sociólogos norteamericanos, por ejemplo los ya mencionados Witt y Ellis:

"El ocio, definido como actividad, ha sido también un acercamiento popular paracruzar por el pantano de la definición. Un uso dado de un período de tiempo

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pudo ser considerado ocio si la actividad realizada ha estado de acuerdo con unalista de actividades consideradas ocio. En la superficie, esto parecesuficientemente fácil y muy objetivo. Si se nos pregunta, puede queprobablemente todos incluyamos el baseball, el tejido y la pintura en la lista. ¿Peroqué si uno juega baseball por dinero, teje para crear ropas cálidas para la familia ypinta la casa a fin de que la superficie exterior no se deteriore?. ¿Puede serincluido el juego de cartas en la lista para todas las personas o eso depende?.¿Puede ser incluido el sexo si envuelve el adulterio, o eso también depende?.

(...) Tomar este enfoque es cómodo si se desea una lista precisa de actividades,hasta que miramos más detenidamente la dificultad de decidir qué actividadespueden ser ubicadas en esa lista." (69,20)

En realidad este acercamiento ha sido una fase inicial superada por muchos autores debidos a susdificultades metodológicas.

En la vida cotidiana aparecen muchos casos que ilustran cómo una actividad cualquiera tieneuna especial función para algunos sectores y otra completamente distinta para otros. Porejemplo, la jardinería es fuente de placer y actividad de tiempo libre para algunos, mientras estrabajo físico remunerado para otros. Un pasatiempo como la mecánica automotriz es renglón detrabajo. La cocina (gastronomía) puede ser, en dependencia de la ocasión y de las personas,actividad de reproducción de la vida familiar o actividad placentera y recreativa.

Uno de los autores que suscriben este enfoque, George Butler (1959), comprendió que estadicotomía en la que un grupo de actividades son ocio y otros grupos no lo son, es problemática yconduce a falsas interpretaciones. Como todo depende de las personas, algunas actividadesserán ocio para unos, mientras que esas mismas actividades pueden ser trabajo o actividadesobligatorias para otros individuos. Pero aún en el mismo individuo, una actividad que es ociobajo ciertas condiciones, si estas cambian, puede dejar de proporcionar las satisfacciones quela convierten en recreación (7).

La polisemia, por su parte, es la multiplicidad de significados que puede tener cada una de las actividades de la vida cotidiana en el conocimiento com ú n y en el cient í fico. En el primero, lapolisemia se manifiesta en la información valorativa que tienen las clases y grupos socialessobre cada actividad y en los significados que esta adquiere para los sujetos, en dependencia decondiciones externas. Por ejemplo, la información, la valoración y los significados que unaactividad artística tiene para el campesinado puede ser bastante diferente que el que tienepara la intelectualidad metropolitana; significado que depende de la existencia de la actividaden el entorno social de los sujetos, su práctica o conocimiento previo, la educación e informacióngeneral y específica que tengan, la transmisión familiar y grupal de valores, entre muchas otrascosas.

La siguiente definición de H. Laloup es interesante porque insiste en la noción de actividad en elocio:

"(..,) contrariamente a una acepción muy extendida, el ocio no puede ser

confundido con el reposo, con no hacer nada. Hay en el ocio una noción de

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actividad (...). Admitido esto, resta entender esta actividad en un sentido a la vez más

libre y opcional que la del trabajo profesional (...)" (39,22).

Richard Kraus apoyó esta variante de enfoque al considerar el ocio como una actividad de caráctervoluntario que es realizada en el tiempo libre y que se diferencia del trabajo, que es obligatorio, utilitarioy se concibe en términos económicos (38,256).

También este acercamiento presenta confusiones e incomodidades metodológicas, algunas deellas sentidas por científicos sociales como el profesor J. Shivers:

''Quizás el análisis y la definición del ocio menos beneficiosa viene en términos de

confundira con la actividad recreativa. Mientras que la actividad recreativa puede ser

caracterizada por: (1) participación voluntaria; (2) aceptabilidad social; (3) placer

personal; y (4) programación durante el ocio. El ocio puede ser (1) voluntario o

involuntariamente obtenido; (2) positivo o negativo; (3) puede no tener nada que ver con el

placer personal o con la realización personal; y (4) no tener nada que ver con la

programación" (64,26).

No obstante, no hay aquí claridad en la crítica: el problema no es si existen relaciones entre losconceptos de ocio y recreación, aunque este problema también debe ser considerado. Elproblema estriba en que es necesario determinar Sociology of Leisure, representa una especie detránsito entre una definición basada en la actividad y una valorativa:

"(..,) el ocio se refiere a esas actividades cuyo contenido normativo as convierte

para nosotros en las más importantes, esas cosas que queremos hacer por propia

voluntad o esas que sentimos éticamente (...) impelidos a hacer" (38,256).

Son las actividades "más importantes" cuya realización tiene, además, un contenido ético. Laasociación del ocio con la ética ha tenido una gran aceptación y ha conducido a un nuevo'pantano teórico'. Witt y Ellis, en su estudio sobre las diversas definiciones tradicionales, hanseñalado críticamente hasta dónde conduce esta asociación entre moral y ocio:

"(...) para ser considerada ocio, la actividad debe ser moral, saludable y debe

contribuir al mejoramiento y el bienestar del individuo (...). Claramente, cada uno

de estos criterios envuelve una serie de juicios acerca de los que es moral o saludble,

etc. Es fácil observar porqué hay tan poco acuerdo en lo que constituye el ocio

basado solamente en diferencias en la perspectiva religiosa o cultural. En el análisis

final, el enfoque de la actividad también parece estar ampliamente basado en una

percepción subjetiva de la moral, de lo saludable, del bienestar y de un ejercicio de

otros criterios igualmente difíciles de definir" (69,20).

Un criterio semejante adoptó Richard Kraus al analizar esta definición de tipo ético:

"Otro elemento que interviene en la definición del tiempo libre como ocio es la cuestión delos valores. Algunas autoridades sugieren que sólo esos Pero el enfoque del ocio como valor no seagota en el ángulo ético, sino más bien se dirige preferencialmente hacia las funciones queeste tiene respecto a la sociedad y a los individuos, funciones que pueden ser, como han dicho

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Coronio y Muret: "(..actividad de recuperación (Prudenski); de reproducción y compensación(Friedmann, Mayo); de consumo (Wagner); de integración social en relación con el estatusprofesional (Lynd y Lundberg)".

Lidia Caputo se ha inscrito en esta línea al sostener que la recreación:

a)"Es una ruptura con lo habitual o cotidiano, pero con un matiz de goce estético.

b)Es el descubrimiento de un nuevo sentido de las cosas que nos rodean,aparentemente conocidas,

c)Es descubrir un nuevo sentido, posible o ignorado hasta entonces, de lapropia existencia.

d)Es el descubrimiento del 'otro' como alguien diferente del que estoyacostumbrado a ver todos los días.

e)Es (...) una experiencia de plenitud.

f)Es una experiencia de enriquecimiento de la propia existencia.

g)Quien experimenta la vivencia de 'recrearse' debe poder, luego, tomarconciencia reflexivamente de ello" (71).

Ambos párrafos muestran el camino lógico adoptado: se ha adoptado comocaracterísticas esenciales del concepto a las y el no-ocio. Con toda seguridad,

puede demostrarse que las funciones que son atribuidas al ocio en términos de

consecuencias valiosas existen en actividades obligatorias (...) Debemos terminar

con la asociación de valores específicos con el ocio porque esto no conduce a

ninguna definición (...)" (64,26).

3. Otros enfoques conceptuales: hacia una metodología de investigación de naturalezacausal

La conciencia crítica que ha germinado en la ciencia social norteamericana y europea en losaños finales de la década de 1970 y hasta el presente ha conducido a algunos cientistassociales a proponer diferentes enfoques conceptuales del problema del ocio. Estos casos noson numerosos y existen criterios de que la investigación contemporánea del tiempo libre nose ha caracterizado aún por ese aire renovador. No obstante, existen elementos para suponerque se está trabajando por superar el estancamiento conceptual tradicional, Y pese a queestos intentos no son homogéneos ni coincidentes, es posible identificar tres líneas dedesarrollo:

(i) Los enfoques apoyados en modelos compuestos por una pluralidad de factores.

(i i) Los enfoques erigidos sobre teorizaciones causales.

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Como es natural, cada uno de ellos no es un compartimiento estanco, sino que existenenfoques que pueden ser inscritos en dos o en los tres grupos; en estos casos, ha quedado ajuicio de los autores ubicarlos en aquel grupo que evidencie con mayor claridad una línea derazonamiento más coherente. También se ha asumido el peligro de las ausencias por motivo decarencias bibliográficas, teniendo en cuenta que en un estudio de esta naturaleza esimprescindible la permanente actualización.

3.1. Enfoques sustentados en modelos multifactoriales.

Las definiciones tradicionales del ocio se han organizado mediante un modelo conceptualconstituido por un factor explicativo único, a saber, el tiempo, la actividad, el estado mental o losvalores. Pero la experiencia y la investigación han indicado que cualquier modelo unifactorial esincapaz de explicar satisfactoriamente al proceso socio-psicológico del ocio.

Desde la década de 1950, pero fundamentalmente en las de 1960 y 1970, algunos autores hansentido la necesidad de abandonar las conceptualizaciones simples y adoptar modelos explicativosque incluyan mayor cantidad de factores, en un proceso de complejización teórica que se haextendido en la actualidad a los enfoques más renovadores, de carácter causal. En este epígrafesolamente se desea mostrar la lógica de los enfoques multifactoriales, sin entrar a detallar a los másimportantes enfoques causales, que serán analizados en el epígrafe siguiente.

En la raíz del interés por complejizar los modelos se ha encontrado el problema de la falta deconcordancia entre los modelos unifactoriales y la compleja realidad del ocio, Neulinger, en su libroThe Psychology of leisure, señaló esta preocupación:

"Quizás la complejidad del problema del ocio no permite una explicación basada enun 'principio único' o lo que Allport (1968) denominó 'una teoría simple y soberana'.Quizás todo lo que podemos esperar es el diseño de sus muchas funciones (...)" (51,7J.

Y en efecto, comenzaron a aparecer modelos que incluían varios factores o funciones,indistintamente. Pueden señalarse, siguiendo a Neulinger, cinco autores, algunos de los cualeshabían sido anteriormente defensores de algún modelo unifactorial: W.Sutherland(1957); J.Dumazedier (1967); S.Parker (1971); J.R.Kelly (1972); y M.Kaplan (1970).

S.Sutherland, en el artículo titulado A Philosophy of Leisure (1957), sostuvo que el ocio debíaser comprendido a partir de seis condiciones o factores: (i) integridad de propósitos, (ii)libertad para revisar los objetivos o fines, (iii) objetividad, (iv) igualdad en la asociación, (v)dominio común de las habilidades y (vi) desarrollo (51,7).

Max Kaplan propuso siete elementos en su texto Leisure í n America: A Social Inquiry:

a)"Una antítesis con el trabajo como función económica,

b)una expectativa y un recuerdo placentero, un mínimo de roles sociales involuntariosy obligatorios,

c)una percepción psicológica de la libertad,

d)la inclusión de un completo ordenamiento desde la inconsecuencia y la

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insignificancia hasta la firmeza y la importancia,

e)a menudo, aunque no necesariamente, una actividad caracterizada por el

elemento de juego" (51,7).

Joffre Dumazedier, en Vers une civilizat í on du lo í sir 1967, redujo el número de factores aanalizar al proponer un modelo de tres funciones: relajación, diversión y desarrollo (19,27).S.Parker, en The Future of Work and Leisure (1971), propuso un modelo aún más reducido, dedos factores: tiempo y actividad; el tiempo era subdividido en tiempo de trabajo y de no-trabajo,mientras que la actividad se subdividía en una escala cuyos dos polos opuestos eran laactividad obligatoria y la libre. Lo más interesante de este modelo era que en la medida en queel ocio se definía principalmente a partir de una escala ordinal entre lo obligatorio y lo libre, algunasformas de trabajo podían ser consideradas ocio. Como se verá más adelante, esa idea ha sidorecogida por otros enfoques causales, especialmente por el paradigma del ocio propuesto porNeulinger y por el modelo del flujo de Csikzentmihalyi (51).

J,R. Kelly propuso un modelo semejante de dos elementos en Work and Leisure: A SimplifiedParadigm (1972): la libertad relativa de selección y la relación con el trabajo. En 1978, noobstante, cambió este último elemento e introdujo la noción de significado intrínseco o social dela actividad que, cruzado con la libertad de selección, conducía a cuatro tipos de ocio (51).

De una forma u otra, todo parece indicar que la investigación teorética del ocio ha tendido aproponer modelos más complejos que los tradicionales, en los que el ocio se ha medido por unnúmero determinado de variables sociológicas o psicológicas. En la base de este tránsito seencuentra la necesidad de superar los modelos simples puramente descriptivos para adoptaren su lugar modelos explicativos más complejos que permitan establecer relaciones causalesentre los factores y sus consecuencias. Son precisamente algunos de los más importantesde estos modelos los que serán estudiados en lo adelante.

3.2. Los enfoques teórico-causales.

En la base de estos enfoques puede encontrarse un giro epistemológico en la investigación deltiempo libre, principalmente en Estados Unidos de América. Este giro consiste en trasladar laatención de la pregunta ¿qué? a la pregunta ¿por qué?, es decir, hacia la búsqueda de las razonespor las cuales los individuos tienen una determinada conducta recreativa. Como característicacomún a muchos de los enfoques de esta naturaleza, se encuentra su orientación psicológica,mediante la cual han intentado precisar las correlaciones entre determinados factorespsíquicos y las conductas recreativas; y en otros casos, esas correlaciones han tenido un caráctersocial o biológico.

La estructura lógica de todas estas conceptualizaciones se ha fundamentado en un esquemasimple de causa-efecto: A conduce a B, siendo A una serie de factores medidos cuantitativamentepor diversos medios, y B un conjunto de conductas tipologizadas. Para la medición se hanseguido en la mayor parte de los casos métodos experimentales, encuestas, escalas ordinales,mediciones somáticas, encuestas de presupuesto de tiempo, diferenciales semánticos, entrevistas,estudios de casos y otras técnicas.

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Serán reseñados en lo adelante, como muestras de un quehacer en constante renovación, algunosde estos enfoques causales:

a)La teoría del enlace (The Linkage Theory).

b)La teoría de la excitación óptima (The Qptimal Arousal Theory).

c)El modelo del flujo (TheFlow Model)

d)El paradigma del ocio de Neulinger (Neulinger's Paradigm of Leisure).

e)La batería de diagnóstico del ocio (The Leisure Diagnostic Battery).

f)Otros estudios psicosociales sobre el ocio.

En todos los casos la teorización solamente ha alcanzado a establecer una regularidadparticular comprobada por una determinada medición empírica de los factores seleccionadospor los autores. Esta regularidad no ha designado al sistema en su conjunto, a todo el procesosocial o individual del ocio, sino sólo a la correlación entre los factores analizados y los tiposde conducta recreativa. No obstante, cada autor ha pretendido proponer una comprensióndel ocio en su totalidad a partir de una regularidad particular empíricamentecomprobada.

3.3.1. La teoría del enlace.

Este enfoque pretende vincular cinco factores en orden sucesivo y puede ser catalogado comoun buen ejemplo de modelo multifactorial. Son:

EDAD � ABUNDANCIA � NUTRICIÓN � ESTILO DE VIDA � MANEJO DEL OCIO

Su autora, Bernardette Feist-Fite, profesora de Sanidad en la Universidad Nacional de laDefensa, Washington, ha dicho que:

"El impacto de la edad y la abundancia sobre el concepto de nutrición, el fenómeno de

los estilos de vida y el manejo de las preferencias del ocio es una relación que

garantiza la investigación, el estudio y, como este autor sugiere, la educación y la

terapia centrada en el cliente. Esta relación —o enlace- de la edad hacia la

abundancia hacia la nutrición hacia los estilos de vida hacia el manejo del ocio

debe ser referida como la teoría del enlace"(23,45).

En primer lugar, es necesario analizar los factores seleccionados como "influyentes" sobre el ocioque pueden ser considerados como variables independientes: edad, abundancia, nutrición yestilo de vida. Su relación conduce al planteamiento de que hay que tener, de acuerdo con laedad, determinada "abundancia" de bienes materiales, que tiene que ver con las formas denutrición de las personas (claro), que a su vez tiene que ver con los estilos de vida (no tanclaro...), todo lo cual en definitiva conduce a una particular conducta en el ocio (menos claro

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aún). Quiere decir que para tener un ocio satisfactorio hay que tener un estilo de vidaadecuado, determinado por la alimentación que tenga esa persona, a su vez condicionada porla abundancia de recursos que posea en relación con la edad.

Pero ocurre que la abundancia no es un factor pasivo, ni es causa, sino la consecuencia de unproceso muy complejo que se enraíza en la estructura económica y social de cada país, en ladistribución de las riquezas y en las relaciones intergrupales, además de otros factoressupranacionales como la división internacional de las riquezas y las funciones en el sistemamundial, la deuda externa, etcétera. Hablar así de la ''abundancia" es cerrar los ojos al hechode que los recursos y las oportunidades están desigualmente repartidos y que sonprecisamente estas desigualdades sociales uno de los principales objetivos de la investigacióny la transformación para construir un mundo mejor para todas las personas.

Pero, además, la vinculación de estos factores de manera ajuste de la novedad y

la complejidad del input proveniente del medio ambiente. Así, un niño necesitado de

aumentar su nivel de excitación a un nivel óptimo podría pensar en nuevos usos para un

viejo juguete (incrementa novedad y complejidad) y un muchacho asustado durante

su primera visita al dentista podría reducir un nivel demasiado elevado de excitación

jugando con un juguete familiar (reduce novedad) que un padre perspicaz lo animó a

traer. El juego, por lo tanto, representa un mecanismo por el cual los individuos regulan

su nivel de excitación" (69,22).

La medición de los niveles de excitación en el juego o en el ocio se ha buscado mediante unconjunto de técnicas somáticas que han intentado precisar cuantitativamente la existencia devarios factores de excitación, cada uno de ellos asociado con un diferente aspecto del sistemanervioso (69,22). Según Witt y Ellis:

"La medición del impacto de cada uno de estos factores únicos puede ser más

significativa que el intento de medir un único factor común. La medición de la

excitación dentro del sistema nervioso autónomo, por ejemplo, incluye el conteo de

los latidos del corazón, la presión arterial, a conductibilidad y el potencial de la piel. La

excitación del sistema nervioso central puede ser medida con un electroencefalograma

(EEG), y un electrocardiograma (ECG) puede ser usado para la excitación del sistema

nervioso somático''(69,22).

No obstante, ¿la conducta humana en el ocio puede ser exclusivamente explicada ytransformada por la idea de la excitación?. O lo que es aún más complejo, ¿el proceso del ocioen la sociedad, con sus ramificaciones económicas, históricas y socio-psicológicas, puede sercomprendido satisfactoriamente por este enfoque?. Evidentemente no, ya que intenta explicarun complejo proceso de interacción entre lo social y lo psicológico por el establecimiento deuna regularidad que funciona solamente a escala de la psiquis individual --al margen de que eneste nivel sea efectiva para revelar los estados de excitación vinculados al ocio.

Pero, además, tal excitación, ¿es exclusiva del juego y el ocio?. Al igual que en otros enfoques,los límites de lo que puede o no ser considerado ocio en este enfoque se difuminan en lamedida que el factor explicativo no es inmanente a la conducta o a los procesos psicológicos enel tiempo libre, sino que pueden encontrarse también en cualquier compromiso personal de los

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individuos para con un objeto externo que satisface sus necesidades y atrae su atención. No estampoco, en este sentido, un enfoque metodológicamente fructífero. Pero sí es, en todo caso,un enfoque parcial a tener en cuenta en una concepción totalizadora del ocio.

3.3.3. El modelo del flujo.

M.Csikszentmihalyi propuso este modelo en el libro Beyond Boredom and Anxiety, publicadoen 1975. Posteriormente la idea del flujo como explicación de la conducta recreativa hatenido una amplia aceptación, para convertirse quizás en uno de los enfoques que actualmentehan sido más ampliamente aceptados por los especialistas en el campo de lasconceptualizaciones empíricas.

En síntesis, esta idea designa un proceso psicológico mediante el cual los individuosexperimentan una entrega total a la actividad en la que participan. Como premisa seencuentra el hecho de que no todas las actividades humanas exigen tal entrega de losindividuos, sino más bien aquellas que demandan un intenso compromiso y un óptimodesafío (69,22). En "este tipo de actividades los individuos deben experimentar un "estado deflujo"; para explicar en qué consiste ese estado, Csikszentmihalyi incluyó en su libro ladescripción que hace un alpinista sobre su experiencia:

"Tu concentración es muy completa. Tu mente no está vagando, no estás pensando en

otra cosa; estás totalmente envuelto en lo que estás haciendo. Tu cuerpo se siente

bien. Tu energía está fluyendo muy suavemente, te sientes relajado, confortable y

enérgico" (69,22).

Según Witt y Ellis, Csikszentmihalyi ha propuesto seis características del estado de flujo:

"(1) Una combinación de acción y conciencia.

(2)Una concentración de la atención.

(3)Pérdida de la autoconciencia.

(4)Percepción de gran poder y control.

(5)Demandas no contradictorias de acción y una clara y no-ambigua retroaílimentación

concerniente a la acción de la persona.

(6)La ausencia de la necesidad de recompensas externas. (69,22).

El estado de flujo depende de la relación entre el reto o las demandas de la actividad y lascapacidades individuales:

"Cuando las demandas de la actividad exceden la habilidad del individuo, la

ansiedad se presenta. Cuando el nivel individual de la habilidad sobrepasa las

demandas de la actividad, ocurre el aburrimiento. Cuando las demandas de la actividad

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igualan la habilidad del participante, el individuo puede experimentar un estado de

flujo'"(69.22).

Esta descripción del estado de flujo ha llevado a algunos autores a afirmar que no solamenteocurre en el ocio, sino que es perfectamente aplicable a otras formas de la actividad humana, altrabajo por ejemplo. Un exponente de este criterio es Elery Hamilton-Smith, del Dpto. deEstudios del Ocio, perteneciente al Instituto Phillip de Tecnología, Victoria, Australia. En suartículo Can the Arts Really Be Leisure?, que se fundamenta en el modelo del flujo, ha sostenidoque el ocio no puede distinguirse ni oponerse al trabajo.

"Creo que la experiencia laboral o de ocio más satisfactoria es aquella que conduce a

un estado de flujo; esto es, cuando el reto que enfrentamos es más o menos igualado

por los recursos con los cuales lo acometemos. Esto me lleva a la idea de que todo ocio

o actividad recreativa no tiene igual valor, y que el individuo participante no es el único

que puede hacer juicios legítimos acerca de as actividades. Pienso que una actividad

que conduce a las personas a un estado de flujo es preferible a una que las condena ala excesiva ansiedad o al aburrimiento. (30-16).

En una interesante deducción, Hamilton-Smith ha propuesto la idea de que la creatividad,en cualquier campo de la actividad humana, posee la característica de proporcionarestados de flujo a los individuos, expresa el sentido subjetivo de la libertad y su utilizaciónrenovadora en múltiples campos de actividad. Este autor afirmó que existe una estrecho vínculoentre la creatividad y el flujo y que ser creativo conduce con seguridad a un fuerte estado deflujo (30,16). Tal asociación entre la creatividad y el estado de flujo es sumamente interesante ydebe ser tomada en su justo valor.

Al margen del problema de si la creatividad conduce más o menos fácilmente a un estado de flujo,lo cierto es que la actividad creativa representa la forma avanzada innovadora y progresista dela actividad humana; es aquella actividad que en cualquier contenido conduce al cambiocualitativo, a la transformación de las condiciones del presente, a la aparición de hechos,fenómenos, productos o ideas nuevas. Indudablemente la creación debe proporcionar alhombre un alto nivel de empleo de sus potencialidades y habilidades psico-somáticas, así comoun elevado sentimiento de autorrealización difícilmente igualado por una actividad reproductiva.

Sin embargo, y pese a aceptar la justeza de esta hipótesis, debe ser comprobadaexperimentalmente, al igual que la noción de flujo. En este último caso, Witt y Ellis han señaladoocho factores, propuestos por Csikszentmihalyi: autoconciencia, habilidades, reto de la actividad, estado de ánimo, motivación, sentido de control, cuánto le va al sujeto en la actividad y dificultad en concentrarse. Esos factores son medidos por la técnica de la escala ordinal de respuestas,con 10 órdenes en cada caso. La única excepción es el estado de ánimo, que se dividió en doselementos; afectivo y activo, cada uno de ellos medido por escalas de siete órdenes compuestospor parejas de adjetivos.

El modelo del flujo propone un interesante ángulo de análisis y de investigación, pero no debe serabsolutizado pues se corre el riesgo de perder de vista otros factores no menos importantes. Peroademás, no explica por qué una actividad proporciona mayor reto, y con este, mayor 'flujo', ni si loproporciona en todos los casos o depende de las circunstancias externas e internas, ni si todos

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los individuos reaccionan igual ante cada actividad. Pero más allá de estos interrogantes, elmodelo del flujo ilumina un aspecto central en la teoría del ocio: ¿por qué un individuoselecciona una determinada actividad para su ocio?. El problema de la selección de lasactividades merece ser debidamente estudiado, y en esta línea de análisis el modelo del flujoparece ser fructífero.

3.3.4. El paradigma del ocio de Neulinger.

La base conceptual de este paradigma, tal como su autor lo explica en The Psychology ofLeisure, es la definición tradicional del ocio como estado mental, con lo cual se sitúa enlínea recta con Pieper, De Grazia y otros autores. Pero no se limita a aseverar la condiciónsubjetiva del ocio, sino que propone un modelo causal de dos factores que pueden permitir lamedición y la clasificación de las conductas en varios tipos de acuerdo con el criterio de sison ocio no-ocio o algún estado intermedio.

"EI criterio primario de definición es la libertad o, para ser más específico, fa

percepci ó n de la libert ad. Por esto queremos decir un estado en el cual las

personas sienten que lo que están haciendo está dado por la selección y porque

uno desea hacerlo. No se requiere una definición filosófica de la libertad. Cada

uno conoce la diferencia entre hacer algo porque hay que hacerlo y hacer algo

porque uno quiere hacerlo. Es irrelevante que esa percepción sea una verdadera

libertad o sólo una ilusión, como ha ilustrado Lefcourt (1973). Aún las ilusiones

tienen reales consecuencias y la consecuencia crucial de (a ilusión de libertad

es el ocio. (51,15)

No hace falta diferenciar la libertad objetiva de la ilusión de la libertad pues al final ambasfuncionan igual. De aquí que para la investigación del tiempo libre lo importante sea más bien laúltima. En principio esta es una aseveración correcta pues en el proceso de selección deactividades la percepción subjetiva de la libertad personal es esencial, aspecto que se ha constatadorepetidamente a lo largo de los años. Es más importante para los individuos sentirse libremientras eligen qué hacer en su tiempo libre que serlo realmente. Tras esa aparente libertad entodas las sociedades existen numerosos obstáculos objetivos que restringen las opciones y lasalternativas reales, pero mientras esos obstáculos sean menos percibidos por los individuos, lapercepción de la libertad aumenta y, con ella, la capacidad de sentirse libre y de ser feliz en elocio, de aquí que para la investigación del ocio un nivel importante del análisis es la medición dela percepción de la libertad, o libertad percibida.

Pero no puede soslayarse la indagación acerca de los límites objetivos a la libertad individual. Esevacío es una seria limitación a la investigación del ocio para poder responder efectivamente alos cuestionamientos sociales, en primer término, e incluso a los individuales, más allá de lasilusiones, cuando hay que ofrecer respuestas que tiendan a transformar las presiones del momentoy de las situaciones actuales.

Por tanto, si bien es imprescindible tomar en cuenta la libertad percibida, también habría que adoptaruna definición filosófica de libertad que abra las puertas a análisis objetivos de las restricciones que lasociedad impone a los individuos para realizar su libertad de elección personal. Estos análisisconducen al cuestionamiento del nivel real de democracia imperante en cada país y, como uno de

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sus corolarios, el grado de democracia cultural a que ha llegado esa sociedad. Tal indagación esinsoslayable para evidenciar el peso real del ocio, sus limitaciones y sus perspectivas.

El modelo de Neulinger se sostiene también sobre otro factor: la motivación, que puede serextrínseca e intrínseca, en asociación con la libertad percibida. Pero como esta última es elfactor determinante, Neulinger concluye en la idea de que puede haber estados de ocio en eltrabajo: "El ocio no est á definido ya en contraste con el trabajo; este no es m á s lo opuesto a un valor positivo. El trabajo puede conducir al ocio tanto como a una experiencia de no- ocio...(subrayado del autor). (51,22).

Neulinger ha propuesto tres estados de ocio y tres estados de no-ocio, divididos exclusivamentepor la percepción de libertad que tengan los sujetos participantes en la actividad. Sobre su base,la motivación extrínseca o intrínseca determinaría el grado de ocio o de no-ocio de cada estado.Este autor incluye en el ocio a dos tipos de trabajo, o más bien de estados que tienencontenido laboral y que son 'libres', en los cuales aparecen diversas modalidades del trabajointelectual y del artesano que tienen contenido creativo y que, por ello, provocan estados deflujo y despiertan altos niveles de excitación.

Esta hipótesis puede ser útil, pero no como teoría general sino en el plano operacional.Constituye la expresión de una regularidad que opera a nivel psíquico y que puede explicarprocesos particulares de la selección de actividades por los individuos, así como de lasatisfacción de las necesidades recreativas. Como se puede observar, Neulinger asimila en suteoría a las nociones del flujo, de la excitación y de la creatividad, organizándolas a partirde una base teórica erigida sobre la percepción de la libertad. Es, portante, una teorización detipo integrativo.

3.3.5. La batería de diagnóstico del ocio.

Al igual que el modelo de Neulinger, este enfoque se ha fundamentado en la definicióndel ocio como estado mental y también ha caracterizado a esos estados a partir de lapercepción de la libertad y de la motivación. Sus autores son Ellis y Witt, quienes han dado aconocer sus ideas en varios artículos publicados en revistas especializadas. Por su contenido,este enfoque tiene una dirección de carácter metodológico, e incluye una conceptualizaciónmuy parecida a la de Neulinger.

Pero a diferencia de este, que concibe la percepción de la libertad como un "estadotransitorio y situacional", el enfoque de Witt y Eli is sostiene que la percepción de la Iibertad sefundamenta en "(...) la existencia de una autopercepción relativamente estable que espermanente en el tiempo y que predispone a los individuos a experimentar el estado deocio"{69,23).

Se habla aquí de una propiedad o un componente de la personalidad que determina lapercepción de la libertad por los individuos, independientemente del tiempo y de los contextossociales. Con esta idea se avanza un paso más en la subjetivización del ocio ya que plantea elproblema a escala de la estructura de la personalidad, independientemente de la realidadsocial, en tanto propiedades que deben ser medidas:

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"La LDB (batería de diagnóstico del ocio; n.d.a.) define la percepción de lalibertad como un concepto unitario que consiste en a aptitud para percibir elocio, el control de la percepción del ocio, la habilidad para satisfacer lasnecesidades de ocio mediante la participación en la recreación, la habilidad paralograr un profundo compromiso en as actividades y una actitud de juego.

Se asume que los individuos que tienen una alta percepción de libertad tienen unalto grado de autosuficiencia en el ocio. La mayoría de sus actividades de ocioestán intrínsecamente motivadas. Tienen una alta propensión a experimentar'estados de flujo', se sienten confortables con su nivel de habilidad y sucompromiso con las actividades recreativas, y exhiben un alto nivel desatisfacción con el ocio. Se asume que los individuos que tienen un bajo gradode percepción de la libertad, por otra parte, perciben un sentimiento deincompetencia en el ocio. Sus compromisos en el ocio están por lo generalmotivados extrínsecamente, les falta confianza en su habilidad para participarexitosamente en las habilidades recreativas, y son infelices con su ocio"{69,23).

Estos factores tienen carácter individual y psíquico. Se percibe la libertad si se tienen aptitudes,habilidades; y si no se tienen, no se percibe la libertad ni, por tanto, ai ocio. Por lo que elproblema consiste entonces en perfeccionar esas habilidades para obtener unperfeccionamiento del ocio. Más allá de la reducción de la libertad a su percepción, laasignación de esta percepción a factores exclusivamente psíquicos, en los que no intervieneningún elemento externo al individuo, reduce enormemente la validez del modelo. Estalimitación se observa incluso en la plataforma de objetivos posibles dentro del cuerpo de esteenfoque, aunque cuando pasan al plano de la práctica se observa que los autores incluyenvariables externas situacionales:

"El énfasis del enfoque está en las vías de manipulación del medio a partir delas indicaciones de dirección, del diseño programático y de la manipulación de losambientes físicos de tal forma que el flujo sea maximizado. Los principiosespecíficos discutidos aquí son: atracción de la atención, logro de complejidad afin de provocar un reto óptimo, acercamiento del campo de estímulo, minimizaciónde las recompensas externas y la disminución del enfoque consciente de losindividuos sobre las consecuencias de su compromiso"(69,24).

Son mecanismos indudablemente útiles para lograr mayor eficiencia en el ocio, pero si seextrapolan como factores universalmente válidos, pierden su razón de ser. Por lo tanto, esnecesario asimilarlos en su justa medida y valor, en tanto procesos directamente influyentessobre la percepción de la libertad en el ocio por las personas.

3.3.6. Otros enfoques causales.

Se muestran en este acápite algunos enfoques causales de diferentes autores, cada uno de loscuales aporta determinada porción de verdad o ilumina cierta zona del proceso total del tiempolibre. Un primer enfoque es el propuesto por Kleiber en su artículo: FreeTime: Activity andPsycho-Social Adjustment in College Students", sustentado en la pareja de contrarios 'activo-

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pasivo' aplicada a la conducta en el tiempo libre:

''Un factor que tiene un atractivo intuitivo como correlato potencial de lasmediciones de las regularidades de la conducta es la dimensión activa-pasiva. Lapasividad, especialmente en esta cultura, sugiere cosas tales como apatía, alienación ydepresión.

El uso activo del tiempo Ubre ha sido definido además como esas conductas queindican un compromiso físico o cognitivo con el medio durante el tiempo libre,con algunos intentos de manipular los acontecimientos y obtener algún tipo de controlsobre él". (37,206}.

Otro enfoque es el que ha afirmado la importancia del grupo social en la determinación de lasconductas recreativas. Fue propuesto por Neil Cheek en el artículo Towards a Sociology of Not-Work. Según Cheek, el grupo social tiene un impacto "significativo" en la conductarecreativa de los individuos, sobre todo en lo que respecta a la selección de aquellas actividadesque usualmente son realizadas en grupos, tales como los paseos, la asistencia a parques,zoológicos, etc. Cabría añadir la influencia de la edad sobre la pertenencia al grupo y enrelación a la conducta recreativa, y adelantar la hipótesis de que este impacto es mayor en losjóvenes que en los restantes grupos etéreos.

Sobre la base de estos criterios, William Burch (The Social Circles of Leisure: Competing Explanations) ha expuesto su "teoría de la comunidad personal", que consiste en considerarque el círculo personal de amigos puede ser más influyente sobre la conducta recreativa queotros factores. El patrón de selección de este grupo se crea en la niñez, y el la edad adulta seaplica tal patrón de una forma repetida, participando en actividades que el grupo-patrónhubiera seleccionado y reforzándose los valores y los estilos de vida asociados a esasactividades (5,26-27).

En un campo de acción más amplio que el de los grupos, se ha mostrado un enfoque basado enla idea de la oportunidad para la recreación, según el sentido aristotélico original del término.Este enfoque ha sido propuesto por Philip Hauser en el artículo Demographic and EcologicalChanges as Factors in Qutdoor Recreation Participation, aparecido en 1962, en donde sostuvoque la teoría de la oportunidad es otra posible explicación de tipo causal pues indica que laparticipación en diferentes formas de recreación fuera de la casa está condicionada por su disponi-bilidad (38,27). Y en efecto, desde el punto de vista sociológico la disponibilidad de ofertasrecreativas, su cantidad y calidad, ubicación territorial, horarios, etc., son factores influyentessobre la conducta en el tiempo libre, tal como han mostrado las investigaciones empíricas.

También una relación causal se ha visto en el prestigio profesional. Alfred Clarke, enLe'isure and Qccupational Prestige, ha sostenido que el prestigio condiciona determinadasconductas recreativas. Por ejemplo, los hombres que tienen un alto nivel de prestigio realizanactividades tales como asistir a teatros, leer, ir a conciertos, entre otras; mientras que los quetienen un bajo nivel de prestigio profesional participan preferentemente en espectáculosdeportivos, en la televisión, el consumo de bebidas alcohólicas, juegos de mesa y otras(38,292-293).

Muy interesante es el estudio causal sobre la influencia de la experiencia recreativa infantil

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sobre la conducta posterior en el ocio. Yoesting y Burkhead, en su artículo Significance ofChíldhood Recreation Experience on Adult Leisure Behavior: An Exploratory Analysis, hanplanteado la llamada ''teoría de la memoria infantil", que consiste en la idea de que un ade-cuado aprendizaje por vía de la experiencia en la niñez correlaciona positivamente con laconducta recreativa en la adultez.

"Evidencia sustancial indica que las actividades recreativas infantiles fuera de lacasa de los individuos son un importante predictor de las actividades recreativas alaire libre de ese individuo adulto. El número de las actividades infantiles fue unpredictor significativo del número de actividades ejecutadas desde la niñez(...)"(7Q,34).

Por último, ha sido propuesta la idea de que, pese a que el juego ha sido tradicionalmenteconsiderado como una actividad infantil, no se pierde con la edad sino que continúa vigente enlas formas de la recreación adulta en el tiempo libre. Esta idea ha sido expresada por B.Sutton-Smith en Child'sPlay: Very Serious Business (83).

Esta pequeña muestra de enfoques causales no agotan su variedad , pero ilustran las diversasformas de acercamiento al problema de dilucidar qué es el ocio y cómo explicarlo.

4. HACIA UNA ASIMILACIÓN CRITICA DE LAS FUENTES EUROPEAS YNORTEAMERICANAS DE LA TEORÍA DEL OCIO.

La palabra 'crítica' es a menudo malinterpretada por investigadores y analistas. Sepiensa que es sinónimo de rechazo o condena de ideas o autores. Sin embargo se usa aquí conaquel la acepción que ofreciera José Martí cuando la definió como "ejercicio del criterio", o elbalance mesurado del pensamiento analizado, la asimilación de sus aciertos y lademostración de sus errores.

Para un intento de construcción de una teoría de carácter sintético, ¿qué puede serasimilado de las fuentes antes expuestas de manera muy sucinta?. En mi criterio, muchoselementos, muchos más de los que se pueden efectivamente evaluar en un estudio de estanaturaleza. Pero al mismo tiempo deben ser juzgados a la luz de criterios de índole global, quejustifiquen su inserción en una teorización de tipo más general, o que les señale lasinsuficiencias. Tal tarea debe quedar para un debate más profundo y detenido. Pero sí se puedenseñalar algunos rasgos muy generales a manera de incitación a ese hipotético debate.

En primer lugar, habría que indicar que ha existido un vínculo permanente entre los objetivoscientíficos y los sociopolíticos, en tanto intentos de estabilización de la realidad social pormedio de la investigación sobre el ocio. Algunos de los rasgos mencionados en el análisis dedeterminados enfoques, a saber, el ahistoricismo, el subjetivismo y el individualismo, parecendepender de orientaciones generales del pensamiento científico que se manifiestan en elplano teórico-metodológico. No se ha intentado una comprensión global del problema del tiempolibre, sino más bien su indagación limitada a micro sectores o a individuos.

En segundo lugar, hay razones para suponer que tras la mayor parte de los enfoques continúa

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actuando la visión empirista de los fenómenos sociales. Se asiste de manera constante a laempresa de explicar los procesos recreativos sobre la base de modelos descriptivos y/ocausales que designan solamente características mensurables, es decir, empíricas. Pero lalógica ha probado que lo particular no designa a lo general, aunque lo general deba incluir alo particular como uno de sus momentos y su forma de existencia.

El proceso de la recreación en la sociedad solamente puede ser científicamente comprendidoen la medida en que se fundamente en una visión totalizadora del problema de estudio. ¿Está laciencia social preparada para esto en el campo del ocio?. Hay bases para suponer que no esasí, pero no se resolverá el problema abandonando la plataforma teórico-totalizadora parasentirse satisfecho el investigador en micro-teorizaciones parcialmente válidas.

En tercer lugar, es posible considerar que la pretendida diferencia entre los enfoquestradicionales y los causales representa solamente una sucesión de fases de desarrollo que nohacen variar substancialmente la orientación científica. Este decursar del pensamiento sobre elocio puede ser enunciado por el siguiente camino lógico, que incluye cuatro momentos oetapas principales:

(i) El establecimiento de modelos teoréticos unífactoriales.

(ii) El establecimiento de modelos multifactoríales.

(iii) La reducción del número de factores a incluir en el modelo.

(iv) El establecimiento de relaciones causales entre los factores del modelo.

La separación entre los diversos momentos no ha sido cronológica y a menudo las etapas no hanestado claramente diferenciadas en los mismos autores, es decir, ha existido una constanteintersección entre ellos en el quehacer investigativo concreto. Sin embargo, estos cuatromomentos pueden representar una estructura lógica que señalice el desarrollo de esasconceptualizaciones.

En cuarto lugar, el análisis de estas fuentes demuestra que ha existido una fuerte corriente depensamiento e investigación sobre el ocio en estas regiones, vinculadas a las necesidadeseconómicas, sociales e ideológicas del sistema, la función de estabilización de la recreación comomedio de ajuste y equilibrio, y su vínculo temprano a los problemas de la productividad deltrabajo y la estabilidad laboral.

En quinto lugar, el estudio de los diversos enfoques muestra que existen interesantes e inclusoindispensables ideas y ángulos de interpretación que deben ser asimilados, algunos de los cualesson:

(i) La importancia de la definición de las nociones centrales de la teoría, sobre todo de los conceptosocio y tiempo libre.

(ii) El rescate de la idea platónica de la necesidad de unir el ocio y el trabajo en una visiónintegradora.

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(iii) El valor de la noción aristotélica de 'oportunidad' asociada con el ocio, pero comprendida como uncomplejo sistema de influencias sociales. En este contexto, la valoración de la libertad como uno delos más importantes rasgos del ocio, en

sus facetas de libertad percibida y de libertad real u objetiva.

(iv) La necesidad de precisar teórica y experimentalmente los vínculos concretos entre losfactores objetivos y los subjetivos en el tiempo libre.

(v) El imperativo de enfocar los problemas teóricos del ocio desde el ángulo de la actividad,pero no desde el punto de vista empirista, sino en el contexto de una teoría de la actividadhumana en la sociedad.

(vi) El tránsito hacia un modelo sintético y totalizador, de carácter multifactorial, queconduzca al establecimiento de una estructura de regularidades particulares integradas comoun sistema hipotético-deductivo.

En resumen, el estudio de las fuentes occidentales de la investigación sobre el tiempo librees un paso imprescindible para cualquier interesado en esta temática, pero al mismo tiempoes una etapa aún no terminada de la ciencia social contemporánea. El reto de losproblemas teóricos y metodológicos está presente y espera por nuevos intentos ycontinuadas audacias.

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