o'murchu, diarmuid - teología cuántica

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TEOLOGÍA CUÁNTICA 1 DIARMUID O’MURCHU 2 PRIMERA PARTE La invitación “El panorama de la realidad que nos viene de la ciencia contemporánea es tan atractivo para la teología que seríamos unos necios si no lo usáramos…” Sallie McFa CAPÍTULO UNO Están invitados… “Las nuevas evoluciones tan profundas como las de Einstein y Heisenberg aguardan a una nueva generación de pensadores más intrépidos e integrados.” David Finkelstein “El acto vital es el acto de participar. El término “participador” es el nuevo concepto incontrovertible que ha sido enunciado por la mecánica cuántica. Derriba al término “observador” de la teoría clásica, al que se para fuera de peligro detrás de una pared de vidrio espesa y observa lo que está sucediendo sin tomar parte. No se puede hacer esto, lo dice la mecánica cuántica.” John Wheeler “Estamos entrando en una nueva era. La civilización europea que hemos conocido durante dos mil años está dando paso a la civilización global… 1 Primera edición 1997, Dublín, Irlanda. Edición revisada y actualizada en 2004. 2 Diarmuid O'Murchu , sacerdote católico y psicólogo social de Irlanda Explica cómo ciertos conceptos de la moderna teoría cuántica pueden apuntar a verdades espirituales profundas, admitiendo que esta interpretación no suena bien a científicos. 1

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PRIMERA PARTE

TEOLOGA CUNTICA

DIARMUID OMURCHU

PRIMERA PARTE

La invitacin

El panorama de la realidad que nos viene de la ciencia contempornea es tan atractivo para la teologa que seramos unos necios si no lo usramos

Sallie McFa

CAPTULO UNO

Estn invitados

Las nuevas evoluciones tan profundas como las de Einstein y Heisenberg aguardan a una nueva generacin de pensadores ms intrpidos e integrados.

David Finkelstein

El acto vital es el acto de participar. El trmino participador es el nuevo concepto incontrovertible que ha sido enunciado por la mecnica cuntica. Derriba al trmino observador de la teora clsica, al que se para fuera de peligro detrs de una pared de vidrio espesa y observa lo que est sucediendo sin tomar parte. No se puede hacer esto, lo dice la mecnica cuntica.

John Wheeler

Estamos entrando en una nueva era. La civilizacin europea que hemos conocido durante dos mil aos est dando paso a la civilizacin globalA medida que nos adentramos a esta nueva civilizacin, el punto de encuentro entre el Este y el Oeste, y las naciones del mundo se convertir en ciencia.

Bede Griffiths

Recuerdan la ltima vez que recibieron una invitacin? Pudo haber sido a una fiesta, una reunin familiar, un partido de golf, o a tomar una taza de caf con la vecina de al lado. Qu se siente ser invitado: satisfecho, encantado, emocionado, aprensivo?

Las invitaciones son parte de nuestra cultura, y, tal vez, por esa razn, las damos por hecho. Sin embargo, rara vez declinamos invitaciones, y cuando lo hacemos, sentimos que tenemos que dar una buena razn.

Las invitaciones nos emocionan. Las esperamos y las anticipamos. Frecuentemente nos vestimos especialmente para la ocasin. Esperamos hacer nuevos amigos o renovar relaciones de antao. Nos sentimos bien por haber sido incluidos, y muchas veces expresamos nuestro aprecio por medio de un regalo o donacin.

La mayora de nuestras invitaciones se relacionan con experiencias predecibles. Si me invitan a una boda, tengo idea de lo que suceder en tal ocasin; hay cosas que espero que sucedan y hay otras que deseo evitar. Si, por otro lado, me invitan a un evento que probablemente sea inusual o impredecible, puedo muy bien titubear y ofrecer una excusa plausible para no acudir.

Abro este libro con una invitacin:

Vengan conmigo en un viaje de exploracin; unamos nuestros brazos en un trayecto cuya direccin y destino descubriremos a medida que avanzamos. Adntrense en la experiencia de bsqueda, exploracin, y, espero, de descubrimiento. Participen en la tarea ms que permanecer como meros observadores.

Estn invitados a una experiencia extraa, misteriosa y paradjica. Recorreremos callejones, caminos accesorios que rara vez hayamos visitado antes. Nos encontraremos con figuras extraas, intrigantes, y haciendo acertijos sobre pantanos incomprensibles. Haremos conexiones, uniones y tejeremos redes acerca de experiencias inusuales e incluso contradictorias. Y en algn lugar en nuestro viaje (tal vez muchas veces), llegaremos al borde del abismo ms all del cual existe no sabemos qu, pero de alguna manera ser apropiado haber llegado tan lejos.

Si, en este estadio, se sienten confundidos y ambivalentes, est bien. Slo permanezcan conectados a tales sentimientos; les sern tiles ms adelante. Se espera que usen su cabeza (cerebro), pero mucho ms importante que usen su corazn. No es lo que se puede comprender intelectualmente lo crucial sino lo que puedan soar con su imaginacin, percibir con su intuicin, y sentir con su corazn. El viaje trata de una experiencia: de un mundo que se despierta a su propio significado interior y a su misterio, un mundo que no puede comprender slo por medio de trminos cientficos, de dogmas religiosos, sino a travs del dilogo que posibilita a ambos campos de estudios que se encuentren e interacten en una nueva manera, la cual he elegido llamarla teologa cuntica.

Es este otro libro que trata sobre la ciencia y la religin? No lo es realmente. Estamos trabajando desde un paradigma diferente, uno que desea descartar las lneas simplistas divisorias de los viejos dualismos. Vivimos en un mundo unificado; son las conexiones ms que las divisiones las que comprometen nuestra sabidura e imaginacin. Y celebramos este gran cambio paradigmtico, por lo cual la cosmologa, ms que la teologa, est emergiendo como la reina de las ciencias. Creemos que la religin misma es fundamentalmente sagrada, la piedra de tope desde donde emanan los deseos detrs del dogma teolgico y la certeza cientfica. Admito que estos sentimientos pueden ser perturbadores, an repugnantes tanto para cientficos como para telogos; no es mi intencin ofender, pero como un buscador de la verdad en el comienzo de un nuevo milenio, es mi deber comprometerme con aquellos insights extraos que surgen en el inconsciente personal y colectivo de nuestro tiempo.

Antes de aceptar esta invitacin, considera cuidadosamente lo que vas a necesitar traer contigo, y lo que necesitars dejar atrs. Necesitamos viajar ligeros porque el paisaje es vasto y por momentos el calor va a ser intenso. Lo que va ser importante para nosotros son tus recursos internos y no tu equipaje externo. Trae todas las reservas posibles de imaginacin, intuicin, creatividad, y tu capacidad para maravillarte. Y por favor trae contigo tu hombre o mujer salvaje, tu parte femenina profunda, tu nio herido, tu padre lastimado y por sobre todo tu artista vistoso.

Probablemente no necesitars tu pasaporte porque consideramos a todo el planeta como nuestro hogar; tu religin fijada - el paisaje que encontraremos no puede ser contenido en ninguna de ellas, o tal vez en todos los sistemas religiones importantes; tus antecedentes acadmicos en nuestra bsqueda holstica, esto probablemente sea un obstculo ms que una ventaja. Y por favor deja en casa tus ideologas religiosas y cientficas junto con los dualismos que hayas heredado, los cuales tiendes a usar para dividir el bien y el mal, el cielo y la tierra, Dios y la humanidad. En nuestra expedicin iremos descubriendo las conexiones que nos ayuden a forjar la unidad y no las diferencias que fragmentan y dividen.

La invitacin es a participar, no meramente observar. No estamos viajando en el universo sino con el universo. No nos interesa la vida en un mundo que evoluciona sino que co-evolucionamos con el mundo. Somos parte de un todo, ms grande que la suma de sus partes, y sin embargo dentro de cada parte estamos interconectados con el todo.

Pueden tener esperanza por el hecho de que este viaje ya ha sido hecho antes. Msticos, artistas, poetas, y profetas han transitado estos caminos. An algunos cientficos y telogos se han aventurado; no han llegado muy lejos porque llevaban un exceso de equipaje. Pareciera que los msticos han sido los ms exitosos, los que se dieron cuenta que su peregrinaje no era hacia un santuario externo sino a un lugar sagrado dentro de ellos. Y esa bsqueda interior es personal, interpersonal, planetaria y csmica al mismo tiempo. Los msticos adhieren a la unidad subyacente que mantiene y alimenta la enorme diversidad que experimentamos en la vida diaria.

Por lo tanto es un viaje con un propsito, pero no necesariamente con un destino. Puede no haber un final y tampoco probablemente un comienzo. Muchas personas creen que esto es atemorizante. Pero en un universo en que todo es una unidad, en donde el principio y el fin son construcciones de la mente humana (y no necesariamente ya tiles), la posibilidad y la invitacin- a embarcarse en dicho viaje est abierta a todos.

Entonces, cul es el propsito? Para entender la naturaleza de la luz todas las religiones han tratado sobre esto. La bsqueda cientfica, desde nuestros ancestros prehistricos hasta los arquitectos de la tecnologa moderna, se han preocupado por la luz. Y todos los peregrinos, ya sea a la Meca, Jerusaln, Allahabad, Cern o Fermillab, estn en bsqueda de la luz. En nuestros corazones an en el corazn del universo mismo detectamos un eco divino, que de una manera verbal, puede muy bien coincidir con la frase de Einstein. Por el resto de mi vida tratar de comprender el significado de la luz.

Una vez, tres sabios siguieron una estrella que los condujo a lo que ellos consideraban la Luz de la luz. En el complejo mundo de hoy, no seguimos a una sola estrella sino muchas, y en nuestro mundo cuntico, el descubrimiento puede no estar al final, sino dentro del viaje mismo. Es por esta razn que necesitas venir con el corazn equipado con la capacidad de entender ms que con una mente capaz de comprender.

Entonces la invitacin es a buscar la luz. Y la iluminacin que buscamos puede estar en la exploracin ms que en el descubrimiento. En consecuencia, estamos invitados a viajar ligeros de equipaje, para que, con esperanza, viajemos sin impedimentos y ms dispuestos a recibir. Si podemos arriesgarlo todo, y confiar en el proceso, entonces es posible que arribemos a la verdad, porque el misterio que movemos es fundamentalmente benigno y benevolente.

Ests preparado a correr el riesgo? R.S.V.P Mientras dure la luz!

CAPTULO DOS

QU ENTENDEMOS POR TEOLOGA?

Un cambio de paradigma en teologa debe incluir este reclamo muy importante que hay una nueva forma de reflexin, un nuevo procedimiento de interpretacin, una nueva orientacin del conocimientoLa teologa interpreta, interrumpe, transforma.

Rebeca Chopp

La teologa se rompe cuando los pobres hablan de Dios, y a travs de este proceso de ruptura, la teologa se convierte en una teora crtica de la libertad humana.

Gustavo Gutirrez

Las reflexiones teolgicas sobre la Diosa se describen cuando se ve a la teologa como fundamentalmente diferente de la teologa orientada hacia y dominada por lo masculino. La teologa le da primaca a los smbolos ms que a las explicaciones racionales, que prevalecen en el pensamiento teolgico.

rsula King

La teologa es esencialmente un concepto cristiano, derivado de la combinacin griega de theos, que significa Dios, y logos, que significa palabra. En el contexto cristiano se relaciona de cerca con la nocin de revelacin, la creencia que ha habido una revelacin divina (de quin y qu es Dios), descrita en los escritos sagrados a los que los cristianos denominan Escrituras.

Todas las grandes religiones tienen un libro sagrado (o muchos) que es considerado como el depositario de la verdad divina: la Biblia para los cristianos, el Corn para los musulmanes, el Guru Granth Sahib para los sikhs, los vedas, upanishads, o las picas para los hindes. Algunos (como por ejemplo los musulmanes y los judos ortodoxos) consideran que estos textos sagrados son las mismas palabras de Dios, que no se pueden nunca alterar modificar o cambiar; en otras palabras, deben ser aceptadas en su sentido literal. En este caso no hay necesidad de una interpretacin religiosa formal, ni ninguna clase de reflexin a la que los cristianos asocian con teologa.

Otras religiones, tales como el Cristianismo y el Hinduismo, consideran que los textos sagrados son inspirados divinamente pero no tienen que ser tomados literalmente. Reconocen que originalmente los textos fueron compilados en el lenguaje y las formas de pensamiento de un tiempo y lugar particulares y, en consecuencia, el mensaje que sustenta el texto necesita una continua reinterpretacin y una aplicacin fresca a las condiciones culturales cambiantes. Y, para los cristianos esto es la tarea de la teologa primariamente.

Por supuesto, no es tan sencillo como parece. A travs de los siglos, los cristianos han tenido diferentes formas de entender la teologa. Hasta el 1.000 dC, los telogos se concentraban especialmente en escribir el significado ms profundo y las implicancias prcticas de los evangelios, especialmente el significado y el sentido del mismo Jess. Alrededor del siglo XII, emergi un nuevo mpetu teolgico, en gran medida liderado por Santo Toms de Aquino, que consideraba que la funcin de la teologa era buscar el entendimiento por la fe. El horizonte teolgico se expanda, y empez a desarrollarse una corriente subterrnea creativa.

Desafortunadamente, la Reforma en el siglo XVI y las reacciones hacia ella tanto por parte de los catlicos como de los protestantes, en gran medida limitaron la visin iluminada de la Edad Media. El miedo y la sospecha empujaron a ambos bandos a enclaves teolgicos. Los protestantes perseguan una exclusiva fidelidad a la palabra de Dios, preparando el camino para una clase de religin cerebral, intelectualizada, y deshumanizada, mientras que los catlicos desarrollaron un enfoque fuertemente sacramental y cannico legal, que se convirti en la vara para medir quin estaba y quin no estaba dentro de la Iglesia Catlica. Dentro de estos confines restrictivos y artificiales la teologa se convirti en un criterio ideolgico de adhesin a uno u otro campo. Con el tiempo la teologa asumi un significado idlatra: Nuestro Dios, y no el de ustedes, es el real, aadiendo un ingrediente sectario al eslogan de la cristiandad primitiva que deca: Fuera de la iglesia no hay salvacin.

Tal vez la tragedia ms grande de los desarrollos teolgicos de la era post-reformista fue que los insights espirituales de otras religiones y el desarrollo espiritual que tuvo lugar fuera de los contextos religiosos formales- fueron ignorados totalmente. Peor an, fueron condenados como paganos e impos.

El ao 1960 marca un nuevo umbral teolgico para nuestro tiempo. Irrumpe algo fresco y vital en el conciente colectivo de nuestro planeta y de su gente. En el Norte nos arriesgamos a ser juguetones y vistosos con gente desfilando con flores por nuestras calles y en predios universitarios. En el Sur la opresin colonial de siglos empez a derrumbarse; solamente en 1960, diecisiete naciones africanas lograron su independencia. La teologa comenz a reclamar su compromiso central con el nuevo orden mundial avizorado por Jess en la proclamacin del Nuevo Reino de Dios. De ah en ms el horizonte teolgico continuara expandindose. La naturaleza y el significado de esa expansin son centrales en las consideraciones de este trabajo.Teologa y Religin

Este antecedente histrico es necesario para comprender muchas de las dicotomas que damos por hecho hoy, especialmente las distinciones rgidas y formales entre lo sagrado y secular, el cielo y la tierra, Dios y la humanidad, la iglesia y el estado, la religin y la ciencia. Pero es ms importante an si hemos de apreciar la naturaleza voltil, confusa y creativa de la teologa moderna que trata de lidiar con el cambio en el paradigma de la evolucin contempornea.

Ya he indicado la distincin entre religin y teologa. La teologa como ciencia toma su objeto de estudio de la religin formal (de los textos sagrados). Esto sugerira que la teologa y la religin estn unidas inevitablemente. Uno de los grandes mritos de la teologa protestante a travs de los siglos XIX y XX fue la nocin de que la funcin de la teologa era purificar a la religin de sus trampas ideolgicas e idlatras. Cuando la religin tenda a optar por un entendimiento especfico de Dios, la vida, la iglesia, los sacramentos, etc., buscando hacer tal entendimiento normativo y obligatorio para siempre, la teologa formulaba preguntas frescas y desafiantes, resaltando la necesidad de ser menos dogmticos y ms abiertos y adaptables al cambio.

La nocin de que la teologa sirve como correctivo de conceptos, ideas, y prcticas definidos muy estrechamente no es slo propia de los siglos XIX y XX. Los eruditos bblicos de la tradicin cristiana sostienen que esta era la idea y actitud de Jess en las narrativas del evangelio. Obviamente resuena con la nocin de la fe que busca el entendimiento (adoptada tanto por Anselmo como por Aquino) y sostiene gran parte de la reflexin e investigacin teolgica que se lleva a cabo hoy.

La etimologa de la palabra teologa (theos-logos) tambin sugiere la necesidad de un horizonte de exploracin abierto y creativo. Se puede entender a logos en un sentido lingstico estrecho como un conjunto especial de palabras que definen lo que es la realidad, o determina en lo que se debera convertir. Este entendimiento literal y esta aplicacin de conceptos constituyen el objeto del anlisis lingstico moderno, resaltando, por un lado, la naturaleza relativa y, por el otro, el significado simblico del lenguaje oral y el texto escrito.

Dentro de la misma tradicin cristiana existe un sentido rico, inclusivo y global de logos que domina los primeros versculos del evangelio de Juan y est especficamente delineado en las escrituras hebreas, en donde logos se traduce como dabhar que entiende a la sabidura como energa creativa y divina. Entonces la tarea de la teologa puede ser entendida como una exploracin de esa sabidura que despierta y sostiene el impulso creativo de la vida. Es importante tener la habilidad para escuchar, ser abiertos y receptivos a esa energa dadora de vida del logos divino. Segn Collins (1995, 226): Nuestros contemporneos estn redescubriendo un camino hacia la esfera de lo trascendente; estn descubriendo la presencia sagrada que est detrs del mundo natural.

Puede sonar sofisticado y grandioso, pero de hecho, los humanos han ido explorando el sentido espiritual desde tiempo inmemorial. Cuando examinamos la conducta religiosa primitiva y prehistrica, encontramos una riqueza de costumbres, rituales y ceremonias que no han sido otorgados por una religin formal sino que fueron inventados por la imaginacin humana como medio para discernir, acomodar e internalizar la fascinacin primitiva por el misterio.

Mucho antes que nosotros los humanos inventramos el estudio formal de la teologa, las personas hacan teologa. Se aferraban intuitiva y ritualmente, a veces con temor, a veces con miedo al misterio de la vida que los rodeaba. Mucho antes de que pensaran a Dios como un ser divino, sentan y celebraban una sagrada presencia que evocaba en ellos sentimientos de sorpresa y miedo, respeto e intriga, pero, por sobre todo, una seguridad de que, a pesar de todo, el misterio ltimo de la vida es benigna y benevolente.

Durante milenios unos setenta mil aos - los humanos vivimos en una atmsfera espiritual. Buscbamos y descubramos el sentido en los eventos y experiencias de la vida diaria. Intuamos el poder atemorizante pero al mismo tiempo benevolente de lo divino en los ritmos de la naturaleza, en las estaciones cambiantes, en la luz de la luna, en la destruccin de una tormenta o rayo. El universo entero estaba vivo con un sentido potencial, que fuera percibido por ms de treinta mil aos como la Madre Divina de fertilidad prodigiosa; afortunadamente no haba telogos cerca para acusarnos de pantesmo.

Despus vino la Revolucin Agrcola (alrededor de 8000 aos AC) y con ella el deseo insaciable de controlar los elementos precarios de la vida, incluyendo los religiosos. Empezamos a aduearnos del planeta y reclamarlo como propio, y lo dividimos en segmentos ms tarde conocidos como continentes y naciones. Empezamos a dominar y controlar el medioambiente, y no sabamos dnde o cundo detenernos. Incluso inventamos la guerra para poder conquistar y controlar toda fuerza diferente.

Anterior a este tiempo prevaleca una cosmovisin diferente. Fuera de las tendencias ocasionales hacia el canibalismo y otras prcticas macabras, el Planeta Tierra era reverenciado como la Gran Diosa Madre que daba a luz a una variedad prolfica de vida, y su sentido sagrado dominaba todo lo dems. La cosmologa prehistrica a veces engendra una sensacin de miedo y trepidacin porque las personas se enfrentan a lo vasto desconocido pero mucho ms extendido es el sentimiento de sentirse como en casa en el Planeta Tierra, alimentado y sostenido por su creatividad igualitaria y prodigiosa. En consecuencia, la rivalidad entre las naciones, razas y religiones era mayormente desconocida y la guerra, como un modo dominante de declarar la superioridad, es una invencin de la era post agrcola.

El deseo de dominar tom proporciones diablicas. Tribus y grupos tnicos rivalizaban para obtener la supremaca a medida que el Planeta Tierra se divida en secciones y continentes. Finalmente, nosotros los humanos tratamos de conquistar y controlar al Dios mismo, esa fuerza divina, misteriosa que nos fascina, intriga y atemoriza. Y cmo decidimos hacer esto? Inventando la religin!

La religin es una de las ms grandes anomalas de nuestra evolucin como especie humana. Es el instrumento por medio del cual tratamos de obtener la supremaca sobre el mismo Dios al antropocentrizar el poder divino y moldearlo en un sistema de obligaciones y expectativas que nosotros hicimos. En el nombre de la religin hemos inventado una letana de dioses, muchos hechos a nuestra imagen y semejanza y otros como proyecciones de nuestra propia fuerza de voluntad distorsionada. La religin es la ms grande idolatra de todos los tiempos, y en muchos sentidos, la ms peligrosa.

Las religiones ms importantes que hoy conocemos cobraron vida en un lapso de tiempo entre aproximadamente cuatrocientos y quinientos aos (3000 AC-1500 dC). La religin formal es una visitante muy reciente al Planeta Tierra. Ha estado presente en un 5% de la travesa espiritual de la humanidad, que empez a desplegarse hace siete mil aos.

Es comprensible que la religin haya surgido como parte de las costumbres de la Revolucin Agrcola. Se podra argumentar que era apropiada y necesaria para esa fase de nuestra evolucin como especie humana. No podemos eludir el hecho de que como especie hemos sobrevivido a esa fase de nuestro desarrollo evolutivo y por lo tanto, miles de personas estn dejando de lado a la religin y ya no la necesitan. Uno de los dilemas ms precarios de nuestro tiempo, sin embargo, es el vaco creado por el fallecimiento de la religin formal.

Teologa y Espiritualidad

La mayora de nosotros ha crecido con un legado religioso. An aquellos que no han participado de una prctica formal de su fe llevan consigo normas y expectativas culturales. Nuestra cultura circundante est altamente matizada con el sentimiento, smbolo y expectativa religiosos. No deseo negar que la religin ha beneficiado nuestras vidas y a nuestro planeta. Mi preocupacin es que est ensombreciendo, y lo ha hecho por algunos siglos, una aspiracin humana ms fundamental, a saber, la espiritualidad.

La palabra espiritualidad tiene varios significados. La uso con una connotacin muy bsica: la bsqueda humana de sentido. Todos nosotros, todo el tiempo, operamos como consecuencia de estar conectados a un meollo interno de sentido. Thompson (1990,196) incluso sugiere que el sistema nervioso autnomo comunica y trasmite informacin para realzar el sentido. Se puede decir que una hlice de ADN conlleva significado porque porta informacin que es trasmitida, recibida e interpretada en trminos de estructuras de protenas que se usan para construir el cuerpo y realzar la cualidad de la vida.

A travs de nuestra vida, nosotros los humanos exploramos el sentido, lo buscamos y lo imponemos donde sentimos que no existe. No podemos hacer otra cosa; es nuestra misma esencia como humanos. Somos criaturas de sentido y nuestro impulso hacia l viene desde muy adentro no slo de nosotros mismos sino que tambin, me atrevo a decir, desde lo profundo de la creacin misma. En este contexto, entonces, la espiritualidad es planetaria como tambin personal.

Desde el principio de nuestra evolucin como especie, hemos estado explorando y expresando nuestra espiritualidad con su luz y su sombra. No todo en nuestro desarrollo espiritual es necesariamente bueno - pero siempre se ha activado por un bien que se percibe. La bsqueda espiritual, la bsqueda de sentido, tiene varias mediaciones y expresiones. Adoramos varios dioses, muchos de ellos son falsos, incluyendo algunos de los ms apreciados en las religiones formales.

No podemos escaparnos de nuestra identidad espiritual; sin ella no existiramos. Cmo la culturizamos y la expresamos es una cuestin aparte que he explorado en otro libro (OMurchu, 1986). La religin es un aspecto de nuestro desarrollo espiritual, pero slo uno. Nuestra evolucin espiritual como especie tuvo lugar en unos setenta mil aos sin religin formal, y hay muchas indicaciones de que estamos evolucionando, una vez ms, a una atmsfera no religiosa. Como especie humana estamos dejando de lado nuestra necesidad de religin formal.

Me parece importante diferenciar la espiritualidad de la religin. La espiritualidad es inherente a la condicin humana tambin al crecimiento planetario y csmico; en mi opinin la religin no lo es. La espiritualidad tiene una cualidad de permanencia, que acompaa a la evolucin humana; la religin tiene un propsito transitorio y temporal.

Entonces la teologa tiene mucho ms en comn con la espiritualidad que con la religin. Pertenece a las aspiraciones primitivas y primordiales que sustentan la bsqueda de sentido, anticipndose a la religin por miles de aos. Cuando nuestros antiguos ancestros lidiaban con el misterio de la vida, an en la etapa pre-verbal, ya estaban haciendo teologa. Se estaban conectando con la energa divina; estaban abriendo sus corazones y sus mentes a la sabidura divina.

Al adoptar a la teologa como un fenmeno religioso, y al usarlo como ha sucedido durante mucho tiempo de la era cristiana como una herramienta para suprimir y oprimir a otros (paganos, infieles, herejes, entre otros), nosotros los humanos hemos degradado una de las ciencias ms creativas y sagradas. Como tambin es uno de los campos de exploracin ms creativos y subversivos, es comprensible, aunque lamentable, que hayamos tratado de circunscribir su influencia.

Teologa Contempornea

Formalmente, la teologa todava pertenece a la religin formal, y en su uso general es exclusivamente un concepto cristiano. Informalmente y no oficialmente, es un fermento poderoso para el pensamiento, la reflexin, el dilogo y la provocacin. Est emergiendo como una de las ciencias ms multidisciplinarias y en aos recientes ha asumido nueva significancia poltica, global y cultural (ver Lash, 1986; Hopper, 1987; Liechty, 1990; Krieger, 1991).La nueva agenda teolgica es multifactica como se puede colegir de cuatro desarrollos recientes que voy a delinear brevemente.

Teologa de la Liberacin

La teologa de la liberacin es probablemente el nico y ms grande desarrollo en la teologa contempornea. Nacida de la experiencia de opresin y explotacin en Amrica Central y del Sur, establece que la teologa cristiana trata fundamentalmente acerca de la liberacin en este mundo ms que de la salvacin en una vida futura. Una meta central del Nuevo Reino de Dios que Jess proclam es la libertad de todas las formas de opresin, de todo aquello que socava el bienestar personal y planetario.

Esta teologa es muy pragmtica en su orientacin. Considera la opresin sistmica o estructural (ms que el pecado individual) como la causa subyacente de la injusticia y la opresin. En consecuencia, busca estrategias polticas que ayuden a producir el cambio necesario; rechaza al capitalismo que considera como un sinnimo de la opresin colonial de occidente, y frecuentemente opta por una alternativa socialista como la mejor aproximacin a la liberacin que busca lograr.

En su contexto latinoamericano, esta teologa es, en gran medida, un desarrollo catlico y es aceptada, con gran cautela, por los guardianes de la ortodoxia catlica. Contraria a la opinin pblica, la aprensin de Roma acerca de la teologa de la liberacin no lo es tanto por su estrato poltico como por su estrategia hermenutica.

Tradicionalmente, el punto de partida para la teologa catlica fue la Palabra de Dios revelada en las Escrituras y en la tradicin. La funcin teolgica era esencialmente reflexiva, al desenterrar el significado ms profundo de verdades inmutables y delinear su aplicacin a la vida diaria por medio de una serie de lineamientos y leyes. En este enfoque, la teologa comenzaba con el misterio de Dios y terminaba con la condicin humana. Era un enfoque linear, deductivo que iba de arriba para abajo. Histricamente dicha teologa floreci en todos los crculos cristianos, particularmente desde la Reforma en el siglo XVI.

La teologa de la liberacin adopta un nuevo mtodo. Empieza con los seres humanos con su lucha para la liberacin. Menciona esa lucha por lo que significa tanto en la dimensin personal como poltica. Reflexiona sobre esta lucha a la luz de la historia y la verdad revelada; a partir de estas fuentes inspiradas conjura formas de accin para iniciar e implementar la liberacin que Dios quiere para todas las personas. A la luz de esa reflexin y accin (praxis), formula su teodicea: el Dios que las personas llegan a conocer, el Dios que encuentran en la lucha por la liberacin.

Los telogos de la liberacin hacen teologa, no slo dan sermones, la ensean o escriben acerca de ella. Las comunidades de base han emergido como una nueva forma de ser iglesia, una implementacin eclesial de la praxis de liberacin. En este nuevo contexto, la teora y la prctica interactan en formas nuevas cuando el telogo y las personas comunes entran en la misma lucha y exploran estrategias para la realizacin humana y terrenal de la nueva promesa de Dios: que tengan vida y la tengan en abundancia (Juan 10:10).

Entonces, como un nuevo paradigma, la teologa de la liberacin marca la destronizacin de la teologa acadmica, cerebral que, en muchos casos, se haba convertido en una preocupacin intelectual para los telogos y una ideologa opresiva para las iglesias. Crea un enfoque teolgico fresco al comenzar, no con la revelacin divina (como se la entenda tradicionalmente), sino con el Dios que revela sentido y propsito en la lucha diaria para la liberacin humana y terrenal. Es este nuevo punto de partida y este nuevo contexto que demanda para su articulacin e implementacin, lo que hace que la teologa de la liberacin sea esencialmente nueva (para una resea ms detallada, ver Ferm 1986; para un anlisis crtico, ver McGovern, 1989; para las implicaciones ecolgicas, ver Boff, 1995).

Teologa Feminista

La teologa feminista fue una tendencia de los 80s. No slo trata la ordenacin de las mujeres, o los derechos de las mujeres dentro de las iglesias, aunque incluye todo esto. Tambin expone esfuerzos serios para dar a las mujeres una voz ms alta y una responsabilidad en la vida de la iglesia ms compartida, particularmente en los niveles de ministerio y de toma de decisiones.

La esencia de la teologa feminista es mucho ms profunda, a saber, el redescubrimiento de lo femenino tanto en los hombres como en las mujeres (tambin en la cultura). Inicialmente, demanda una revalorizacin crtica de tres valores opresivos que sustentan nuestra manera actual de interpretar la realidad. Las voces feministas expresan preocupacin y protestan sobre muchas cuestiones especficas, pero fundamentalmente toda la crtica y las campaas se enrazan en un desafo abierto al patriarcado, androcentrismo y sexismo. Estos son tres aspectos diferentes pero interrelacionados de la fuerza de voluntad del patriarcado que segn la crtica feminista -ha dejado de ser til y ya no sirve a los intereses de las personas o del cosmos (ver King, 1989, 20 y siguientes).

El patriarcado se refiere a todas esas orientaciones masculinas de posesin y control, que establecen al hombre autoritario por sobre todo lo dems en la vida (incluso la naturaleza), que est para ser conquistado.

El androcentrismo es un enfoque unilateral sobre todas las relaciones ya sean humanas o con la tierra por el cual se proyecta al hombre como el ms fuerte, mejor, ms santo y ms autntico.

Se ha definido al sexismo como un ordenamiento exclusivo de la vida de acuerdo al gnero. Mientras que el sexo biolgico es dado, el gnero es construido social y culturalmente y debe ser aprendido.

La teologa feminista adopta dos orientaciones dominantes. Busca respetar y valorar a la experiencia, particularmente la capacidad nica de las mujeres de confiar en sus sentimientos y emociones y percibir la realidad en la totalidad de su despliegue emergente. Busca superar el dualismo tradicional de emocin e intelecto, de lo racional e irracional, del corazn y la cabeza. En consecuencia, la teologa feminista tiende a tener un sentido holstico. Se asume que todo en la vida funciona como un todo orgnico, a menudo distorsionado por la compulsin masculina de fragmentar y diferenciar. Descubrir esta unidad y esta armona inherentes que subyacen es una de las metas primarias de la teologa feminista (ver Ross y Hilkert, 1995).

Como un nuevo paradigma, la teologa feminista apoya la metodologa de la teologa de la liberacin, a saber, que hacemos teologa sobre las piedras fundamentales de nuestra experiencia. Pero afina esta orientacin al elegir deliberadamente el renunciar a todos los dualismos. Se rechaza incluso a la polarizacin del bien y del mal, porque nos permite negar la sombra sin examinar sus causas. No transformamos a la oscuridad dejndola de lado o tratando de superarla sino comprometindonos con ella en toda su complejidad.

La vida no est constituida por opuestos, la mayora de los cuales son construcciones hechas por el hombre para empoderar a la conciencia masculina para conquistar y someter. La vida es esencialmente una, en donde se entienden mejor a los opuestos como valores complementarios. Esta perspectiva tiene ramificaciones profundas no slo para la teologa sino que tambin para todas las ramas de la sabidura y conocimiento contemporneas.

Como un nuevo paradigma teolgico, el feminismo forja lazos profundos con tradiciones sagradas perdidas por mucho tiempo. La ms importante entre ellas es la rehabilitacin de la nocin de diosa, la personificacin femenina de la divinidad que precedi a las religiones patriarcales por lo menos treinta mil aos y fue ejemplo de una amplitud y profundidad de versatilidad espiritual desconocida en la teologa cerebral de milenios ms recientes. Aquellas que se empean en rehabilitar a la diosa (por ejemplo nombres muy conocidos como Rosemary Radford Ruether, Carol Christ, Charlene Spretnak, Merlin Stone, Miriam Simos, y otras citadas en Orenstein, 1990) invocan una nueva forma de discurso teolgico denominado tealoga.

Teologa de la Creacin

La teologa de la creacin es muy cercana a la teologa feminista. Como su antecesora, defiende un profundo respeto por la tierra y por el orden creado, que percibe como la obra y maravilla de Dios a pesar de su dolor, sufrimiento y sus incongruencias.

El mayor cambio es en la nocin de mundo. Tradicionalmente, la teologa cristiana considera al mundo como transitorio indigno de una profunda confianza y amor. De hecho una gran parte de la teologa cristiana, ya desde el tiempo de Cristo, trata acerca del fin del mundo, una expresin de la gran insatisfaccin humana con el orden creado y un deseo de escapar al reino de la verdadera vida y felicidad eternas. En la segunda mitad del siglo XX nuestra actitud hacia el mundo (y especialmente hacia la tierra) ha cambiado dramticamente. Para empezar ya no identificamos a la tierra con el mundo, como lo hicimos en la mayor parte de la era cristiana. Estamos ms dispuestos a preguntarnos y maravillarnos por la grandiosidad compleja de nuestro universo y el potencial de vida intrigante del planeta tierra.

Tambin estamos mucho ms informados y tenemos una visin ms clara acerca del fin del mundo, a menos que se ponga en peligro debido a la interferencia humana. Nuestra historia evolutiva tambin nos informa que la vida en el Planeta Tierra evolucion sin la asistencia de la humanidad en un 95% de su escala de tiempo evolutiva, y esa conciencia altera profundamente nuestra actitud hacia la creacin y hacia nuestra participacin en su crecimiento y evolucin. No solo tenemos un nuevo sentido de nuestro mundo, cun misterioso y sagrado es, sino que tambin nosotros los humanos estamos invitados a confrontar el antropocentrismo por lo cual nos establecemos como los amos de la creacin y ponemos en marcha la tarea, peligrosamente idlatra, de liberar al mundo de todo lo que nosotros consideramos malo; irnicamente hemos potenciado el poder del mal casi hasta el punto de una catstrofe global total.

La teologa de la creacin nos invita a una reformulacin fresca de algunos dogmas centrales de la fe cristiana (como fue delineado por eruditos como Fox, 1984; McDonagh, 1986; y por escritoras feministas como Halkes, 1991, y Ruether, 1992):

1. Examinar crticamente nuestra espiritualidad que denuncia a nuestro mundo.

2. Reexaminar nuestra nocin del pecado original, la cual tiende comunicar el sentido de que el mundo es esencialmente propenso al pecado y al mal cuando, de hecho, es primariamente el fruto de una bendicin original que en su orientacin fundamental es benigna y alienta a la vida.

3. Para revertir la tendencia masculina a dominar, manipular y explotar a la creacin para beneficio humano. Ya no consideramos que la tierra exista primariamente para el beneficio de nosotros los humanos. La tierra existe para manifestar la belleza y la grandiosidad del creador, es un planeta vivo con la capacidad de crecer y sobrevivir, dotado de una elasticidad que nosotros los humanos no podemos igualar (un tpico que exploraremos en los captulos siguientes).

4. Para descubrir nuestro rol como co-creadores con Dios, participantes en la trasformacin del mundo en el nuevo cielo y en la nueva tierra, cautivada por Leonardo Boff en su declaracin: El mundo es el escenario para la realizacin histrica del Reino de Dios.

5. Para hacer propias la interdependencia y la interconexin de todas las formas de vida. Nosotros los humanos encontramos nuestra verdadera identidad al colaborar interdependientemente con todas las otras formas y al no enseorearnos con ellas y asumir que existen para nuestro beneficio.

6. Para tener amistad con el dolor y la oscuridad de nuestro mundo en un espritu de justicia y de paz. Al buscar superar el dolor y la enfermedad, nosotros los humanos hemos acentuado ms que reducido el sufrimiento del mundo. La mayora del sufrimiento sin sentido directa o indirectamente es el producto de la avaricia y la interferencia humana y no a causa de fuerzas extraas o csmicas.

Como un nuevo paradigma, la mayor contribucin de la teologa de la creacin es el intento de recuperar al mundo como el escenario en donde Dios pone en manifiesto el drama de la revelacin y la salvacin. Como todas las grandes religiones asumen que nuestro mundo no debe ser tomado seriamente porque slo es una morada temporaria en donde nos movemos hacia la vida verdadera en el mundo que vendr - la nueva teologa de la creacin provee un desafo creativamente subversivo. Para el Cristianismo, con su figura central que se encarna como un ser humano completo en un sentido terrenal, las implicancias para la cristologa y eclesiologa son sustanciales y sern revisadas en los prximos captulos.

Para muchos cristianos desilusionados, esta teologa con su espiritualidad con los pies sobre la tierra y un entorno ecolgico, ha vuelto a despertar la esperanza y el sentido. Ha provisto un nuevo contexto para recrear a la iglesia en el corazn del mundo, una iglesia en donde las personas encuentran y experimentan la comunin real cuando comulgan ms profundamente con Dios que da vida a todo lo que existe.

Teologa del Dilogo Entre Religiones

En los 60s la grieta causada por la Reforma entre protestantes y catlicos comenz a sanarse, despus de cuatrocientos aos de frialdad e indiferencia. El ecumenismo se convirti en un desafo teolgico para los cristianos de diferentes opiniones. Desafortunadamente, se ha convertido en una preocupacin intelectual para eruditos y especialistas y ha dejado de lado a la gente comn de la sociedad cristiana.

Mientras tanto, est empezando a emerger un nuevo ecumenismo. Esta vez, los representantes de las grandes religiones del mundo Cristianismo, Judasmo, Hinduismo, Budismo, Islamismo - estn explorando un terreno comn. Probablemente esto no conducir a una nueva religin mundial, sino que a una apreciacin ms profunda de los elementos comunes compartidos por todas las religiones.

Este desarrollo es exclusivamente cristiano (ver Hick y Knitter, 1988; Tracy, 1990). Las grandes religiones orientales son cautelosas, mientras que los musulmanes que consideran a su propia religin como la verdadera participan en una forma limitada.

Los telogos del dilogo entre religiones tienden a adoptar una de tres posiciones:

1. Exclusiva: Como se entiende que el Cristianismo tiene la totalidad de la verdad, entonces se le debe dar un estatus ms alto que a todas o cualquier otra religin. En su forma ms extrema, esta conviccin condujo a esta formulacin. Fuera de la Iglesia no hay salvacin. Slo los telogos evanglicos, entre ellos George Lindbeck que es considerado una de las figuras contemporneas ms iluminadas, tienden a mantener esta postura hoy.

2. Inclusiva: El Cristianismo todava tiene prioridad, pero su sentido de revelacin y salvacin son tan globales que pueden entenderse como que incluyen todas las aspiraciones y posibilidades de todas las otras religiones ms importantes. Se lo considera a Cristo como la revelacin normativa de Dios, pero la salvacin es posible a travs de las otras religiones. La mayora de los telogos de hoy adoptan una u otra variante de esta posicin.

3. Pluralista: Todas las religiones son iguales y son caminos vlidos hacia la realidad divina. Cada una es correcta para su propio contexto cultural, comunitario o personal. Se entiende a cada religin como un intento cultural e histrico de contextualizar el plan divino de revelacin y salvacin. Esto no equivale a decir que todas las religiones son iguales, o que una religin es tan buena como la otra, sino que declara que cada religin es correcta para su tiempo, que cada una ofrece una visin de la realidad parcial y limitada. Sin embargo, cada una puede genuinamente conducirnos a Dios y comunicarnos los designios de Dios para nosotros y para el mundo.

Como un nuevo paradigma teolgico, el dilogo ecumnico est empezando a causar un impacto y pareciera que va a transcurrir un tiempo antes que las religiones se sientan libres y seguras para participar en el dilogo en igualdad de condiciones. Mientras tanto, el dilogo suscita inquietudes que van ms all de la agenda formal de la investigacin.

1. La percepcin que todas las religiones, an las llamadas reveladas (Cristianismo, Judasmo, Islamismo) son intentos humanos para construir y contextualizar la revelacin de Dios a la humanidad.

2. El hecho de que cada religin y la religin en general perpeta formas de idolatra que han causado, y continan causando dolor y sufrimiento inmensos en nuestro mundo.

3. La posibilidad de que las religiones, que propiamente pertenecen a la Era del Patriarcado (8000 aC 2000 dC) en trminos evolutivos, hayan disminuido en importancia para la humanidad a medida que nos movemos a una nueva poca evolutiva.

4. El hecho que aunque en el pasado la religin era el medio ms importante a travs del cual las personas exploraban y articulaban sus deseos espirituales y su bsqueda de sentido en la vida, hoy un nmero creciente de personas est descubriendo su identidad espiritual en contextos fuera de las iglesias formales o religiones.

Como un nuevo paradigma la teologa de dilogo entre religiones relativiza aquellos fundamentos que la teologa siempre ha dado por sentado, a saber, la religin y la creencia religiosa. Como esa base se est progresivamente erosionando que no necesariamente significa un mundo sumergido en el atesmo y agnosticismo la teologa va a desbordar su estrecho nicho y optar por el escenario abierto del mundo. Algunas personas considerarn esto como el fin de la teologa, y, por cierto, el dilogo entre religiones es slo uno de un nmero de desarrollos recientes que empuja a la exploracin teolgica hacia horizontes renovados y extendidos.

Conclusin

Estas tendencias teolgicas y un gran nmero de otras que podran mencionarse, nos invitan a involucrarnos en un nuevo discurso teolgico. El paisaje espiritual, ms que la tradicin religiosa, se ha convertido en el escenario para la exploracin teolgica. Y esta excursin teolgica puede no empezar con Dios y trabajar hacia abajo; sino que tendr origen en la experiencia humana de bsqueda y se mover hacia fuera para abrazar horizontes ms amplios de la vida y la realidad. Como el mismo universo, nuestros parmetros teolgicos se estn expandiendo, no contrayendo. El contexto donde hacemos teologa se est haciendo tan importante como la misma ciencia de la teologa (ver Bevans, 1992).

Hasta hoy la iglesia cristiana ejerce un monopolio sobre el discurso teolgico y en conciencia cree que tiene el deber de resguardar la pureza e integridad de la doctrina. Mientras tanto la exploracin teolgica que entiendo como el intento humano de enfrentar a la co-creatividad divina-humana en el mundo est dejando atrs no solo su contexto eclesistico sino que tambin el religioso. La agenda de la teologa que est emergiendo se basa en preguntas hechas desde el mundo para el mundo. No se pueden ignorar o relegar a un rol secundario las dimensiones terrenales y csmicas. Si las iglesias y religiones desean estar incluidas no tienen otra alternativa ms que el dilogo con el mundo de nuestro tiempo.

En vez de sentirse amenazadas y responder de manera negativa y a la defensiva, seguramente las iglesias y religiones pueden encontrar una gracia liberadora que permita que el mundo se responsabilice en el futuro por el tesoro que stas se han reservado para ellas mismas por mucho tiempo. Son nuestras iglesias e instituciones religiosas lo suficientemente abiertas y amplias de corazn para confiar el legado teolgico a su propia madurez emergente?

Este libro se propone explorar otro horizonte teolgico: el misterio y el sentido inherentes en la teora cuntica. No se intenta hacer la ciencia sagrada o santa; sino que es una exploracin de la co-creatividad divina que emana de uno de los descubrimientos cientficos ms ingeniosos del siglo XX. Tampoco es una nueva manera de explorar el dilogo entre ciencia y religin (descrito por Rolston, 1987 y Barbour, 1990). No, es mucho ms, intenta situarse en un umbral creativo que empujar tanto a la imaginacin cientfica como a la fascinacin religiosa hacia nuevas fronteras desconocidas por las generaciones previas.

En su sentido estrictamente cientfico la teora cuntica estudia la naturaleza de la realidad a un nivel microscpico, ms all de las percepciones y comprensiones de nuestras observaciones diarias. An los primeros que propusieron esta teora no pudieron dejar del lado el presentimiento de que sta apunta a algo ms grande y ms comprometedor, con implicancias de largo alcance no slo para la ciencia misma, sino para nuestra comprensin y entendimiento de la vida en cada nivel de existencia. Juntamente con la comprensin estrictamente cientfica, los pensadores creativos de nuestro tiempo estn desenterrando ramificaciones filosficas, metafricas y msticas de la visin cuntica; en este trabajo nos interesaremos en estas dimensiones. Sin embargo, primero revisaremos algunas de las nociones centrales de esta teora.

CAPTULO TRES

DE QU SE TRATA LA TEORA CUNTICA?

El que no se haya impresionado por la teora cuntica no la ha comprendido.

Neils Bohr

Quiero apoyar que el fundamento de la realidad misma es un laberinto de posibilidades unificado e indeterminado.

Danah ZoharLa ciencia es un mundo extrao y fascinante. Tiene ecos de descubrimiento de secretos ocultos y de conquistas de fuerzas extraas. Se propone descubrir misterios del universo y tambin misterios de nuestros propios cuerpos, como por ejemplo la constitucin del ADN. Por otro lado la ciencia provee el conocimiento y la habilidad para construir bombas y destruir hbitats naturales en nombre del progreso. Para algunos, es la sabidura ltima que nos permite librarnos del Dios de la supersticin; para otros, es el ateismo ltimo que sustenta el deseo irracional de la humanidad de estar completamente a cargo del universo.

Se presume que la ciencia es la invencin del siglo XVII y ms especficamente de la revolucin tecnolgica del siglo XX. Pero, desde tiempo inmemorial, las personas han ido formulando preguntas cientficas y experimentando con soluciones cientficas. La magia y la brujera son los equivalentes prehistricos de la ciencia contempornea. Los antiguos griegos especulaban que el mundo consista de aire, agua, tierra, fuego y ter; tambin sentaron las bases para la geometra, una clase de matemticas que todava se usa. Por un perodo muy largo de nuestra historia humana, la ciencia, la religin y la filosofa fueron consideradas como una sola, una percepcin holstica cuya sabidura inherente estamos redescubriendo en el presente.

Nuestras vidas diarias estn inmersas en la cultura de la ciencia. Cada vez que prendo la televisin, uso una cmara, tomo una aspirina, abro la canilla, manejo el auto, o juego con un videojuego, estoy interactuando con mi mundo en concordancia con la sabidura y el descubrimiento cientficos. La ciencia hace que el mundo gire. Toda la tecnologa que usamos para una gama variada de propsitos, es el producto del descubrimiento cientfico. A cierto nivel, no hay nada misterioso en l; en otro nivel, es un completo misterio.

El Modelo Clsico

Llamamos modelo clsico al tipo de ciencia con la que estamos familiarizados en la vida diaria. Se caracteriza por:

a. Causa y efecto: Aprieto el botn y se prende la televisin. Todo pasa como resultado de algo que lo causa.

b. Determinismo: Usando el mismo ejemplo de la televisin, es predecible que se enciende el aparato cuando aprieto el botn, asumiendo que tanto el aparato como el botn, por supuesto, funcionan. Se asume que todo en el universo funciona de esta manera predeterminada, predecible.

c. El todo comprende un determinado nmero de partes: La televisin es un todo (mquina) por derecho propio, consistente en un nmero especfico de partes. Si el aparato no funciona, tiene que ser el resultado de partes defectuosas. Si se repara o reemplaza las partes, todo estar bien. Todo en el universo funciona de la misma manera o al menos es lo que se nos dice frecuentemente!

Esta percepcin del mundo era y contina siendo prolija, eficiente y muy fcil de comprender. Sabamos en dnde estbamos parados al menos eso pensbamos hasta el siglo XIX. Las impresiones que se observaban eran consideradas objetivas y confiables; lo que el observador neutral detectaba y verificaba en el experimento era la realidad.

Los tomos, como las unidades bsicas que comprendan toda la vida en el universo, fueron nombrados por primera vez por el filsofo griego Anaxgoras (500-428 aC). Se consideraba a los tomos indivisibles e indestructibles (de ah la expresin partculas elementales), una visin que prevaleci hasta el siglo XIX, cuando fsicos como John Dalton, J.J. Thompson y Ernest Rutherford empezaron a analizar la composicin y naturaleza del tomo. Esto condujo, al principio del siglo XX, a la divisin del tomo y a la identificacin de una proliferacin de partculas subatmicas, que llegan a ms de cien.

Se contina con la exploracin y el descubrimiento de partculas subatmicas. El enfoque es muy simple y parece tener sentido: continuar rompiendo las cosas en trozos ms pequeos y eventualmente se llega al trozo (o trozos originales) del cual todos los dems emergieron. Una vez que hayamos descubierto el trozo original o trozos originales asumimos que sabremos cmo comenz el universo, como intentaba funcionar, cmo las varias fuerzas dentro de l pueden ser conquistadas y controladas, y cmo terminar eventualmente. Tendremos la comprensin completa de la vida tal como la conocemos y, ms importante an, nosotros los humanos controlaremos todo. La cita frecuentemente parafraseada del matemtico francs Pierre Laplace (1749-1827) no es ambigua:

Una inteligencia que conozca en determinado instante todas las fuerzas que actan en la naturaleza, como tambin las posiciones momentneas de todas las cosas que conforman el universo podra comprender los movimientos de los cuerpos ms grandes del mundo y los de los tomos ms pequeos en una nica frmula, si fuera lo suficientemente poderosa para analizar toda la informacin; para esa inteligencia nada sera incierto, tanto el futuro como el pasado estaran presentes ante sus ojos.(Citado en Davies, 1984, 38).Este prrafo resalta el deseo subconsciente (y frecuentemente conciente) que sustent y motiv una gran cantidad de investigacin cientfica a travs de la era clsica. Ha recogido muchos beneficios para la humanidad y para el mundo; desafortunadamente tambin ha generado una explotacin humana enorme y una catstrofe ecolgica.

De acuerdo al enfoque clsico, todos los elementos en el universo son estables, aislados, independientes de los otros, y operan como en una mquina en donde cada parte funciona para que el todo (mquina) opere efectivamente. Este modelo era virtualmente intocable hasta que Albert Einstein formul sus teoras de la relatividad en los primeros aos del siglo XX. Fue el primero de varios descubrimientos que golpearon al paradigma clsico que haba estado en boga durante cuatrocientos aos.

La teora especial de relatividad de Einstein proclamaba que el tiempo y el espacio no son dos entidades separadas sino que juntas forman un continuo espacio-temporal, y que la energa y la masa son, de hecho, dos aspectos del mismo fenmeno. Las cosas pueden entenderse como relativas (en relacin) con respecto a las otras, no independientes, no aisladas como valores absolutos.

En 1915, continu delineando su teora de relatividad general, en donde el marco de su teora especial se extiende para incluir la gravedad, es decir, la atraccin mutua de todos los cuerpos con masa. Segn esta teora, la fuerza de gravedad tiene el efecto de curvar al espacio y al tiempo. Esto significa que la geometra tridimensional, desarrollada por Euclides y adoptada por Newton, ya no era adecuada para medir el espacio y el tiempo. Nuestro mundo no es un plano chato sino un espacio curvo y el grado de curvatura depende de la masa de un objeto. Y todos los objetos se mueven e interactan en relacin a la naturaleza curva del continuo espacio-temporal, una curvatura que efectivamente mantiene a todo en su lugar y permite al proceso de vida universal funcionar como un gran todo (ver Swimme y Berry, 1992, 260).

La teora de la relatividad de Einstein es eminentemente racional, nicamente capaz de predecir y medir la velocidad de los objetos tales como las estrellas y los planetas. Sin embargo, cuando queremos expresar la teora en un lenguaje comn tenemos dificultades porque nuestras nociones convencionales de espacio y tiempo no pueden extenderse para incluir la naturaleza de la realidad postulada por la teora de la relatividad. En otras palabras, nuestras nociones comunes de la realidad estn limitadas a nuestra experiencia ordinaria del mundo fsico y tienen que ser abandonadas cuando extendemos esta experiencia.

Filosfica y espiritualmente, sin embargo, esta teora postula nuevas preguntas que los telogos generalmente no han reconocido o tratado. La teora evoca un sentido novel de cmo percibimos y entendemos la realidad en trminos de un continuo espacio-temporal de cuatro dimensiones. Y la famosa ecuacin de Einstein altera la visin de que la masa es una forma de materia indestructible y que se transforma en una forma de energa capaz de ser modificada y transformada. Ms all de su significacin cientfica, la teora de la relatividad es una metfora poderosa que invita a la imaginacin humana a trascender las observaciones racionales calculables y sensoriales de nuestra diaria existencia. El ir ms all de la experiencia de vida basada en la inmediatez de nuestros sentidos es una visin alternativa que se abre al misterio y la fascinacin para la imaginacin intuitiva, esfera que ha sido empobrecida por el racionalismo excesivo de los ltimos siglos.La Teora Cuntica

Equipados con este nuevo sentido de apertura, entusiasmo y exploracin, los cientficos en los 1920s realmente empezaron a empujar las fronteras de la imaginacin humana; ni siquiera Einstein mismo pudo seguirles el ritmo. El concepto clsico de un mundo de objetos slidos gobernados por leyes determinantes de la naturaleza fue escudriado nuevamente. Empez a aparecer el sentido distintivo de un universo vivo, todas las cosas parecan estar conectadas, interrelacionadas e interactuaban, en vez de estar aisladas. Era el tiempo justo para un salto cuntico masivo!

Los cientficos siempre han sentido fascinacin por la luz su velocidad, su naturaleza, su fin. Para la ciencia clsica, la luz consiste en una larga serie de partculas que forman un hilo de energa que al pegar en un blanco lo ilumina. Pero en los 1920s, el fsico alemn Max Planck postul que toda radiacin (ya sea luz o calor) no se emite continuamente, sino que aparece bajo la forma de paquetes de energa. Einstein los llam quanta y los reconoci como aspectos fundamentales de la naturaleza. Lo fascinante sobre ellos es que nunca se poda asegurar si eran partculas u ondas de energa, si existan en determinados tiempos y lugares o si tendan a existir como ondas de probabilidad. Hoy se entienden como ondas no lineales llamadas solitons, cuya existencia tiene sentido en trminos del medio al que pertenecen, a saber, el campo subcuntico rico en informacin. Laszlo (1993,138) ofreci esta definicin: los quanta son fluidos observables de solitons dentro de un medio subcuntico no observable.

La teora cuntica ofrece una nueva manera de analizar la energa del calor y formula preguntas nuevas acerca de la naturaleza de la realidad a nivel microscpico, subatmico. Los cientficos continan desarrollando las intrincadas implicancias y aplicaciones de esta teora. Mientras tanto eruditos de otras disciplinas detectan implicaciones para sus campos respectivos de exploracin (por ej., Chopra, Zohar, Wheatley), que conducirn a entendimientos radicalmente nuevos de esta teora. Cuando se contempla y se explora la teora cuntica dentro de un contexto multidisciplinario, sta asume implicancias desafiantes para la vida humana y planetaria.

Es en el nivel perceptivo donde la teora evoca una nueva manera de mirar y comprender al mundo. En esencia, declara que todo lo que percibimos y experimentamos es mucho ms que la impresin inicial, externa que podemos obtener, que experimentamos a la vida, no en segmentos aislados sino en enteros (quanta), que estos paquetes de energa que hacen contacto con nosotros no son partes inertes, sin vida de materia sino que son energas con vida; que nuestra manera de nombrar a la realidad viva que experimentamos ser al menos una probabilidad o adivinanza de lo que es su esencia real (una esencia que se comprende mejor al interactuar con ella experimentalmente ms que tratando de conceptualizarla a una distancia objetiva).

Un ejemplo casero de la visin cuntica de la realidad es el escritorio de madera que uso diariamente. Externamente parece ser un objeto material muerto, inerte que puedo desarmar en sus partes constituyentes y destruir si quiero. Pero si tomo cualquier fragmento del escritorio y lo pongo bajo un poderoso microscopio, voy a notar que es un lecho de partculas diminutas en movimiento. En el contexto cuntico, estoy invitado a considerar a mi escritorio como algo que est vivo. La vida est cristalizada en la madera, fuertemente condensada pero contiene las mismas partculas que constituyen mi cuerpo y todo lo dems en el universo.

En verdad mi escritorio pude ser descrito como una adivinanza con pulso de energa cristalizada. Incluso la transpiracin, trabajo, devocin y creatividad de aquellos que hicieron mi escritorio pertenecen a su esencia natural y pueden tener un pequeo efecto real sobre mis sentimientos y pensamiento a medida que escribo estas palabras. Mi escritorio es una constelacin de energa viva que est afectando mi psiquis de la misma manera que yo lo estoy afectando.

Ferguson escribe (1994, 5):

Mi silla es un borrn de incertidumbre y que se me permite imaginar que est constituido por pequeas partculas zumbando alrededor en una manera borrosa. S que no debo considerar a esas partculas como cosas de la misma manera que considero a la silla una cosa. Me pregunto si una silla que consiste en no cosas puede llamarse justamente una cosa y por qu la veo como tal.

La naturaleza no determinada, indefinible de la dualidad partcula-onda es un principio central de la teora cuntica y de su aplicacin que se examina en este libro. No slo busca superar la distincin clsica entre onda (fuerza) y partcula (posicin) sino que postula un nuevo fenmeno llamado paquete de onda, en donde las partculas subatmicas (por ej., electrones) no son partculas plenas ni ondas plenas. Aunque podemos medir ondas y partculas por s mismas, las propiedades exactas de la dualidad siempre desafan una medicin exacta y precisa. Las caractersticas cruciales de existencia en este nivel ms profundo, cuntico son la borrosidad, inseguridad y probabilidad. Como Zukav nos recuerda (1979, 275), nos estamos enfrentando a una forma de accin que puede ser mejor descrita como una serie de relaciones. Nuestro deseo humano de prolijidad, precisin y claridad parece ser un engao, un ardid patriarcal heredado para controlar que pareciera que ya no es ms til.

Para los que recin conocen esta teora, una de los conceptos ms difciles de entender es el colapso de la funcin de la onda que ocurre justo despus de hacerse la observacin. En efecto la funcin de la onda representa lo que en la teora cuntica se denomina superposicin de estados, en otras palabras, la coexistencia simultnea de varias posibilidades y cada posibilidad tiene su propia probabilidad especfica de ser observada. Cuando se hace la observacin, slo se materializa una de esas posibilidades; la funcin de la onda se ha colapsado a la posibilidad que ha sobrevenido. En situaciones menos simples, algunas (en vez de una) posibilidades pueden materializarse. De nuevo, hay implicancias de este aspecto de la teora central de largo alcance. Por siglos - incluso en tiempos prehistricos - los humanos experimentaron a la vida como un ordenamiento lleno de potencial y probabilidad. El deseo patriarcal de dominar y controlar puede ser entendido como un intento de reducir la pavura de la vida a proporciones manejables. Ahora nuestro problema consiste en que consideramos la realidad primaria como aquella que ha surgido de nuestras proezas reduccionistas. Y esto est empezando a ser profundamente insatisfactorio para el espritu humano. Intuitivamente sabemos que hay mucho ms para comprender y experimentar.

El colapso de la funcin de la onda es un recordatorio oportuno de que estamos envueltos en un universo de enorme diversidad y vitalidad, del cual no nos podemos ocupar completamente al mismo tiempo sin sentirnos abrumados y confusos, pero que s podemos asimilar en bultos condensados o nicos que resultan de nuestra interaccin con nuestro mundo. El proceso que conduce al colapso del todo en uno u otro resultado es otra de las grandes fronteras de la teora cuntica: Hasta qu punto nos comunican la realidad nuestras percepciones?

Creamos Nuestra Propia Realidad?

El impacto de la observacin humana sobre el mundo de la fsica de partculas permanece casi irresuelto. En la fsica clsica de Newton, el observador o experimentador era un agente externo que era considerado totalmente neutral y objetivo. Hoy creemos que el observador est siempre envuelto en el proceso de observar y, a pesar de sus esfuerzos, siempre influir el experimento y su resultado eventual. En un universo participativo, no existe el observador neutral.

De acuerdo a la teora cuntica, el observador no slo se compromete sino que realmente hace que acontezca lo que est siendo observado. Lo que observamos en el mundo alrededor nuestro es lo que elegimos observar, y ese mismo acto de observar hace que exista la realidad. Entonces, si la onda/partcula se manifiesta como onda o como partcula depende de lo que el observador est buscando. Esto se conoce como la interpretacin de Copenhague de la cual Neils Bohr y Werner Heisenberg fueron sus ms ardientes defensores junto con James A. Wheeler.

Esto podra considerarse como una interpretacin muy estrecha de la escuela de Copenhague. Tambin hay una visin que proclama que el mundo cuntico es actual las cosas realmente pasan en l pero no real, en el sentido de contener res, cosas, cuando percibimos e identificamos varios aspectos de la realidad. De acuerdo a la visin Copenhague, Thompson escribe (1990, 99), hasta que se hace la observacin, las partculas tienen estados ambiguos y entonces la observacin reduce las partculas a los estados determinados que observamos. Esta visin parece reconocer una realidad objetiva que los humanos percibimos slo en una manera limitada.

Zohar (1993, 21 y sig.) adopta una visin similar al considerar la realidad como un vasto mar de potencial para el cual el cientfico (y cada uno de nosotros) hace de partero evocando, en un momento dado, uno o ms aspectos del vasto potencial subyacente. Cita como ejemplo la adquisicin del lenguaje: todos los bebes nacen con el potencial de aprender uno o varios lenguajes que existen en el mundo (pueden articular alrededor de ochocientos fonemas que componen esos lenguajes), pero cada infante desarrollar sus habilidades lingsticas de acuerdo al repertorio lingstico de la cultura circundante. Potencialmente, la totalidad de nuestra realidad es siempre mayor que la que percibimos en la vida diaria.

Uno de los desafos iniciales a la visin de Copenhague vino de Einstein en su experimento en colaboracin con Boris Podolsky y Nathan Rosen. Demostraron que si se hace pasar un rayo de luz a travs de un campo magntico, dicho campo lo divide en dos rayos iguales. Si modificamos el giro de una partcula en uno de los rayos, hay un cambio instantneo en el otro para que su giro sea siempre igual y opuesto al de su gemelo. Los efectos en la segunda partcula tienen lugar directamente sin intervencin humana.

El rol del investigador es muy importante en la ideologa cientfica de hoy. Existen serias preguntas metodolgicas, algunas de gran importancia tica. La ciencia contempornea trabaja con la presuncin de que el modo humano de percibir, entender y comprender en esta fase de la evolucin de la humanidad es la forma ms alta de sabidura para el presente como para el futuro que se avizora. Que la mente humana (cientfica) puede errar lo que sucede a menudo - es algo que la comunidad cientfica es renuente a aceptar. En general, a los cientficos no les gusta la metafsica, pero juegan un intrigante juego metafsico con su propio lenguaje y conceptos cuando describen el proceso cientfico de experimento-verificacin-evidencia, al olvidarse que el edificio cientfico entero ha sido construido, influido e interpretado por seres humanos falibles. An aquellos que estn comprometidos con la visin cuntica son culpables al ignorar o al menos subestimar la naturaleza limitada y compleja del entendimiento humano.

En tiempos recientes se ha avanzado en el debate sobre el rol del observador. Los insights de la psicologa de Gestalt, que inicialmente floreci en los 20s (cuando se concibi primeramente la teora cuntica) sustentados por eruditos tales como M. Wertheimer, K. Koffka, y W. Kohler, volvieron a ser prominentes en los 60s al proclamar que los humanos no piensan o perciben fragmentariamente sino holsticamente. Por ejemplo, a travs de mi ventana miro una casa cercana. Se registra una imagen en mi cerebro (lo que el cientfico llama colapso de la funcin de la onda). Puedo describir la imagen de la casa apuntando a sus varias caractersticas. En lo que a m respecta, he examinado la casa mentalmente en su entorno circundante.

De acuerdo a la psicologa Gestalt, he percibido mucho ms que una casa. Tambin not en mi mente el contexto total geogrfico/situacional hasta tal punto que si esa misma casa estuviera situada en otro lugar, mi percepcin en pequeos detalles sera considerablemente diferente. En otras palabras, percibo enteros innatamente, y no en partes; mi mente percibe holsticamente.

Conciencia Holstica

El trabajo de Karl Pribram (1971) en los 60s y 70s confirma estos descubrimientos en su modelo hologrfico del cerebro humano. El cerebro funciona como un holograma que interpreta las frecuencias bioelctricas, no en centros individuales sino en todo el cerebro. La informacin no est localizada sino dispersa en patrones de frecuencia en una red de fibras finas en las neuronas. Slo un modelo como ste puede interpretar y comprender nuestro universo hologrfico, holstico.

Danah Zohar (1990,1993) aceptando el modelo hologrfico de la mente y la conciencia busca ir ms lejos con la visin cuntica. Propone un modelo mecnico, cuntico de conciencia para explicar cmo el cerebro y sus neuronas pueden actuar en una manera coherente, unificada. El mecanismo fsico necesario que funciona a una temperatura normal del cuerpo, parece ser similar al sistema bombeado de molculas cargadas elctricamente (dipolos) que fue descrito por primera vez por Herbert Frohlich (1968). Cuando la energa es bombeada dentro de las molculas cargadas elctricamente, se alcanza un umbral de excitacin ms all del cual las molculas comienzan a vibrar al unsono hasta que llegan a una forma ordenada conocida como condensado de Bose-Einstein. Cuando todas las membranas vibran lo suficiente para ponerse en una forma ordenada lo ms coherentemente posible, tenemos un condensado de Bose-Einstein. Con su ayuda podemos distinguir sistemas concientes y no concientes. En las palabras de Zanah:

Hay evidencia abundante de estados condensados en el tejido biolgico, y la interpretacin de su significado har que entendamos la distincin entre vida y no-vida. Pienso que el mismo condensado de Bose-Einstein entre constituyentes de las neuronas es lo que distingue la conciencia de la no-conciencia. Pienso que es la base fsica de la conciencia. (Zohar, 1990, 67-68).

Zohar trabaja con la presuncin de que la conciencia es una propiedad de todos los sistemas vivos y, en un contexto cuntico, se convierte no slo en la base para la conciencia sino ms importante an para las relaciones, un potencial innato para la cooperacin mutua entre seres y sistemas dentro del universo cuntico. En este modelo, la dicotoma dualista entre observador y lo que es observado se derrumba; el colapso de la funcin de la onda slo conduce a una confusin reduccionista. En vez, se sugiere que la observacin da paso a la relacin, un modo complejo de interactuar, fluctuar entre el dar y el recibir hasta que aparece un sentido de resonancia (ver Taylor, 1991), donde las partes individuales (dador y receptor, observador y lo observado) pierden sus identidades dualistas, independientes y redescubren un sentido de ser cuntico en la relacin interdependiente del nuevo todo, que puede ser cualquier cosa, desde el matrimonio de dos personas hasta un sentido de unin con el universo mismo.

Los sistemas vivos no son por naturaleza sujetos u objetos aislados, sino que tanto sujetos como objetos se comunican mutuamente en un universo de sentido. En un nivel ms profundo, cada ser vivo est implcito en todos los dems. Cada sufrimiento, cada extincin, nos afecta, nos empobrece. De la misma manera, participamos de la dicha y creatividad de cada organismo individual. As la capacidad de los organismos para evolucionar depende de su capacidad para comunicarse. Esta verdad ms profunda ha sido ignorada por la teora neo darwiniana que ve a la evolucin slo en trminos de competencia entre los ms aptos para la supervivencia. Esencialmente, no es la especie individual la que evoluciona sino todos los sistemas vivos conectados interdependientemente dentro de un todo coherente.

Los defensores contemporneos de la teora cuntica, aunque reconocen la importancia histrica de la interpretacin de Copenhague (que, entre otras cosas, proclaman que el observador influye hasta el punto de determinar el resultado de cualquier experimento u observacin), ya no adhieren a su impacto antropomrfico. Nosotros los humanos no podemos determinar el resultado final, a menos que interfiramos o controlemos y esto a menudo es deletreo ms que beneficial para el progreso y crecimiento.

Nosotros los humanos no somos los amos de la creacin; somos participantes en un proceso co-creativo que es ms grande que nosotros y capaz de seguir existiendo sin nosotros (como pas por casi quince billones de aos antes de que nuestra especie evolucionara). Si hemos de influir en la vida planetaria y global, lo haremos por medio de una interaccin cooperativa ms que por una lucha competitiva. Nuestra interrelacin con la vida tanto a nivel micro como macro es un proceso de aprendizaje de interdependencia mutua, y no de explotacin, combate, guerra que son parte de un proceso letal que seguramente nos destruir al final.

Ahora podemos retornar a algunos de los conceptos ms importantes de la teora cuntica y explorar su significado a la luz de nuestra nueva visin.

Causa y Efecto

En un universo cuntico, se entiende que toda vida opera dentro del contexto de interaccin relacional. Todo es afectado (ms que causado) por todo lo dems. El poeta Francis Thompson parece estar embebido de esta visin cuando escribi: No puedes mover una flor sin afectar a una estrella. A un nivel de observacin, mi accin de encender la televisin puede ser descrita como causa y efecto. La visin cuntica me invita (y desafa) a darme cuenta que tal efecto es slo posible en un universo electromagntico; mi habilidad para mover la mano para apretar el botn est tambin afectada por la ley de gravedad. Hay mucho ms en encender el televisor que la causa y el efecto. De hecho, causa y efecto tienen que ver con la parte que puede ser entendida completamente slo dentro de un todo global, ms amplio.

Determinismo

En un universo cuntico, nada es predecible, y es aborrecible la idea de que la vida es en alguna forma determinada. A los tericos cunticos les gusta la palabra probabilidad. Sorpresa, expectativa, maravilla, creatividad, belleza y elegancia son las clases de palabras que hacen que el cientfico cuntico pueda entender la realidad.

Hay una parte de sombra en esta descripcin que es la siguiente: si el universo no est determinado por un agente externo (por ej. Dios, como Newton y Einstein crean), entonces podemos empezar a determinarlo y controlarlo para nuestro propio engrandecimiento. Permtanme enfatizar esto: esto no es teora cuntica pura; esto es una aberracin de lo que los tericos originales concibieron. En los 40s y 50s se transform en la orientacin dominante de las comunidades cientficas y mdicas y todava prevalece aunque est empezando a declinar debido a una nueva conciencia cientfica y al desafo de una creciente conciencia holstica.

Al abandonar el determinismo, los propulsores de la teora cuntica, sin darse cuenta, defendieron la receptividad mstica: estar abiertos a la naturaleza evolutiva de la vida en todos los niveles. La vida no est determinada por fuerzas externas; est afectada para su bienestar o afliccin por la calidad de nuestro respeto por sus procesos inherentes y nuestra voluntad de interactuar (relacionarnos) con todas las formas de vida en una manera gentil, no explotadora, cooperativa. La ecologa moderna, con su sentido agudo de homeostasis planetaria, est profundamente a tono con el sueo original de los fsicos cunticos.

El Todo es Igual a las Sumas de las Partes

Aunque la teora cuntica es aceptada en crculos cientficos, hay muy pocos cientficos que la comprenden totalmente o que pueden explicarla en una manera simple y sucinta. La teora cuntica es compleja pero no complicada. El cuerpo humano un ejemplo de la teora cuntica en accin es muy complejo, sin embargo exhibe un sentido asombroso de orden, ritmo, y propsito.

Lo que hace especial al cuerpo humano es la interaccin compleja de muchas fuerzas y energas que no podemos observar en la vida diaria. No existen medios cientficos, sociolgicos o psicolgicos para medir la intimidad y el regocijo cuando se corteja a alguien, el erotismo de un abrazo sexual, el xtasis de la oracin contempornea, el entusiasmo atrapante del deporte y del xito, la plcida serenidad de un bello atardecer o, por el otro lado, el terror desgarrador al dolor y sufrimiento o el agotamiento mental y fsico de la agona y tortura. En todas estas situaciones, y en muchas otras, lo que est pasando en toda la persona no puede ser analizado o comprendido en trminos de algunas o todas las partes de la personalidad humana.

Para los tericos cunticos, el hecho de que el todo es ms grande que la suma de las partes sustenta toda realidad. Para todo en la vida, hay mucho ms de lo que podemos ver. La esencia real, y el sentido real, estn bien profundos, lo cual en efecto significa tanto adentro como afuera del objeto que observamos.

Como muchos otros descubrimientos en los primeros aos del siglo XX, ms de cuarenta aos pasaron antes que esta nueva conciencia cuntica penetrara las barricadas firmes del racionalismo y el conservadorismo. Eventualmente, las barricadas empezaron a agrietarse y a derrumbarse. Empez en los 60s cuando los paquetes de energa empezaron a aparecer en todos los mbitos. Entre los descubrimientos dominantes figura el de conjunto de quarks, el cual gener entusiasmo porque se pens que se podran tratar de los bloques de construccin fundamentales. Pero la naturaleza hablaba un lenguaje diferente, y vamos a revisar su significancia cuntica ms adelante.

En la fsica moderna, la imagen del universo como una mquina ha sido trascendida por la percepcin alternativa de un todo indivisible, dinmico cuyas partes estn esencialmente interrelacionadas y slo pueden ser comprendidas como patrones de un proceso csmico. En un nivel subatmico, las interrelaciones e interacciones entre las partes del todo son ms fundamentales que las mismas partes. Hay movimiento, pero esencialmente no hay objetos que se mueven; hay actividad, pero no hay actores. No hay bailarines; slo existe la danza misma!

Para unirnos a esta danza, necesitamos deshacernos de muchos temores e inhibiciones unos cuantos religiosos por naturaleza. Slo participando aprendemos de qu se trata la danza. Se han dejado atrs los das del observador neutral!

PARTE DOS

LA DANZA

Sin embargo la memoria de la danza de la libertad igualmente prevalecer

Mary Grey

CAPTULO CUATRO

ENERGA, MOVIMIENTO, Y RITMO

Las partculas subatmicas no slo partculas subatmicas. Son colmenas de actividad

Gary Zukav

La fsica moderna no concibe para nada a la materia como pasiva e inerte, sino en movimiento continuamente danzando y vibrando cuyos patrones rtmicos estn determinados por las estructuras moleculares, atmicas y nucleares.

Fritjof Capra

Si nuestros sentidos fueran lo suficientemente agudos, percibiramos al faralln en reposo como un caos danzante.

Friedrich NietzcheLa energa es la sustancia de la vida, una fuente de posibilidad pura, en ascenso y ondulante como en una gran danza csmica. La vida palpita con energa y potencial. Se despliega en medio del movimiento, conexin y relacin desafiando, desde el punto de vista cientfico, una definicin o descripcin concreta, pero que evoca en las imgenes msticas primordiales un bailarn ms grande que hace danzar al mundo para que exista.

La danza es una forma elegante de movimiento, caracterizada por una gran libertad y espontaneidad. Al movernos al comps y ritmo de la msica, experimentamos un sentido de que alguien nos hace bailar en vez de que nosotros somos los que bailamos. Sin embargo la danza es una actividad muy organizada gobernada por posturas prefijadas, movimientos especficos, y combinaciones estandarizadas.

La estructura es importante para que las danzas tengan su ritmo. Una vez que el movimiento interno toma el control, la estructura externa empieza a ser menos importante y frecuentemente los movimientos externos se convierten en naturales y espontneos. Lo interno y lo externo se fusionan.

Bailar es una de las pocas experiencias que nos quedan que no ha sido mecanizada. Ms an el surgimiento de la msica pop y su subcultura con su tendencia a ser espontnea en movimiento y ritmo puede ser una protesta subconsciente en contra de nuestro mundo por dems mecanizado. Una disco moderna es un smbolo poderoso de protesta en contra de la mecanizacin: las personas bailan y se mueven al son de una variedad de ritmos; los participantes representan una gran variedad de sentimientos y emociones. Algunos bailan solos, perdidos frecuentemente en un mundo de fantasa (parecera); otros bailan dentro de un rango de combinaciones diferentes. A menudo la msica es atronadora, agresiva y beligerante en su tono y calidad. Para el observador puede muy bien transmitir el significado de un gran escape o una confusa trifulca catica, pero para el bailarn es una experiencia que a menudo desafa la explicacin racional.

El deseo de bailar est arraigado profundamente en la psiquis humana. Est tambin entretejido en el tapiz de la evolucin misma y se ha convertido en una poderosa metfora para comprender y explicar la naturaleza de la vida planetaria y humana. Como un fenmeno cultural, la danza es uno de los primeros modos de comunicacin humana. Campbell (1976, 282 y sig.) sugiere que es un vnculo biolgico fuerte con nuestra ascendencia animal. De la misma manera que los animales bailan una variedad de conductas rituales para expresar su creatividad, tambin nosotros los humanos, desde una primera etapa de nuestra evolucin, usamos este medio para expresar y explorar experiencias de vida significantes.

Huizinga (1950) acu el trmino Homo Ludens para indicar la necesidad humana de bromear y jugar. Pero el mismo proceso de explorar y expresar esta necesidad adquiere una dimensin planetaria y csmica. Todo juego y particularmente la danza - asume una significancia cultural ms amplia. Es como si la creacin misma bailara con el que baila.

En el crepsculo de nuestra historia humana, al menos seiscientos mil aos atrs (cuando pensamos que el hombre empez a dominar el fuego), nuestros ancestros bailaban. La danza era una de las ms importantes formas de comunicacin con sus pares, la naturaleza, con el cosmos, y con la fuerza de vida (Dios). La danza naci como un medio primario de dar sentido y significado a la vida. La danza se convirti en el eslabn que comunicaba con la fuente ltima, el medio utilizado para establecer la comunicacin arquetpica con el corazn de la realidad. La danza es la primera, ms antigua y ms perdurable forma de religin.

Bailando a lo que en Nosotros es Sagrado

Hoy usamos la nocin de danza sagrada para indicar formas de crculo o movimiento litrgico que despiertan y transmiten sentimiento religioso. En trminos antropolgicos y evolutivos, toda danza es sagrada. Por miles de aos antes del desarrollo de la religin formal, nosotros los humanos no hacamos la distincin corriente entre sagrado y secular. En su origen y evolucin, la danza es fundamentalmente espiritual y su funcin primaria innata es facilitar el contacto con lo sagrado y lo divino.

No slo nuestros ancestros danzaban a lo sagrado, una prctica a menudo desechada por los cristianos por considerarla como una adoracin pagana, sino que tambin bailaban para articular y celebrar lo que Wosien (1974, 110) llama la maravilla de existir. Se le daba a la accin externa y a la experiencia interna una expresin simblica, ritual, activando un proceso de totalidad e integracin. La danza se convirti en el medio primario para explorar y articular la bsqueda humana de sentido.

Mucho antes de que la lengua oral se convirtiera en una caracterstica de la vida (probablemente alrededor de cien mil aos atrs), exista entre las personas una forma de comunicacin altamente elaborada y simblica. Mucho antes que la religin se enseara, se predicara o codificara en textos sagrados, se la viva y se la celebraba en juegos y danzas rituales.

Las modernas versiones de la danza sagrada (crculo) ilustran algo de la riqueza efusiva de estas formas antiguas, particularmente la dimensin de grupo, el aspecto circular y el sentido de interconexin. De acuerdo al etnlogo Joachim Wach (1958,137) la danza era un medio de afirmar la cohesin del grupo en su comunin con la naturaleza, con los ancestros y con la fuente de vida. Se experimentaba todo como una totalidad, sin embargo, no en una forma rgida y firme, sino como un conglomerado de movimiento y energa, frecuentemente catico, pero a nivel fundamental, caracterizado por un ritmo, un patrn y una interconexin.

As muchas de las grandes experiencias de la danza prehistrica fueron relacionadas con aspectos de la cacera, el cambio de estaciones, momentos de transicin en la vida humana (por ej. nacimiento, muerte, ritos de pasaje) y los eventos precarios de la naturaleza (por ej. lluvias, tormentas, sequas). La danza era una experiencia de la imaginacin creativa, un momento de transformacin humana/divina, una conexin tmporo/espacial con la fuerza de vida creativa, que miles de aos ms tarde la religin formal la llam Dios.Tal vez la mayor desventaja que la religin formal ha dado al mundo es su tendencia a romper la danza. Quiso proyectar a Dios fuera de la creacin hacia los reinos divinos de la iglesia (en la tierra) y el cielo (en el mundo ms all). Nos ha conducido hacia un modo cerebral, especulativo (de pensamiento y accin), que no se relacionaba con la devocin y el culto sino con un deseo insaciable de controlar el poder caprichoso de la Deidad. Tratamos de separar la conexin divina con el corazn y con la imaginacin y los sustituimos por la cabeza y el alma. Siendo leales al espritu de la Revolucin Agrcola, fragmentamos la esfera espiritual de la experiencia humana, cuando empezamos a fragmentar el nico planeta en naciones, razas, grupos tnicos. En vez de la danza, inventamos rituales formales, que, con el tiempo, se convirtieron en estructuras sin un espritu, formalidades inspidas desprovistas de sentimiento e imaginacin.

Para que el lector pueda estar a tono con el salto cuntico que estoy explorando, har las siguientes observaciones sobre la religin formal, indicadores que aparecern varias veces en el libro:

a. La religin formal es un visitante reciente al Planeta Tierra. Empez a aparecer con el Hinduismo alrededor de 3000 a.C y puede decirse que ha cesado con el nacimiento del Sikhismo en el siglo XVII. En trminos de evolucin humana, que data desde la aparicin del Homo sapiens alrededor de 100.000 a.C, la religin formal ha florecido por slo el 5% de ese tiempo.

b. Como ya se ha indicado, los humanos han lidiado con cuestiones religiosas y el sentido espiritual de la vida por miles de aos. Puede hallarse evidencia antropolgica de esta exploracin hasta 70.000 aos a.C (presentado en otro trabajo, OMurchu, 1986). Por lo tanto, los humanos estuvieron evolucionando como criaturas espirituales por miles de aos antes de que adoptaran una identidad de devocin religiosa por medio de una u otra religin formal.

c. En el mundo de hoy, a menudo confundimos religin y espiritualidad, dando la impresin que se puede ser espiritual slo si se adopta y practica un sistema de fe formal, oficial. Sin embargo en el mundo, hay millones de personas que no pertenecen a alguna iglesia o religin especfica, pero igual lidian con preguntas espirituales, y se esfuerzan para vivir un sistema espiritual de valores. Este hecho, combinado con la influencia y el impacto decrecientes de las religiones formales especialmente en el mundo occidental parecera indicar que las religiones estn declinando, mientras que la revitalizacin y redescubrimiento de la espiritualidad comprometen al corazn humano en una variedad de formas nuevas y excitantes.

d. Aunque la teologa, en su sentido formal, trata sobre la rel