oracion 28 de abril2015

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Pregunta: "¿Qué significa orar sin cesar?" Respuesta: El mandato de Pablo en1 Tesalonicenses 5:17 de, “Orad sin cesar,” puede resultar muy confuso. Obviamente, no puede significar que debemos estar en una postura de cabeza inclinada y ojos cerrados durante todo el día. Pablo no se refiere a no dejar de hablar, sino a una actitud de conciencia de Dios, y rendición a Dios que llevemos con nosotros todo el tiempo. Cada momento despiertos, es para vivirse en la conciencia de que Dios está con nosotros y de que Él está activamente involucrado y comprometido con nuestros pensamientos y acciones. Cuando nuestros pensamientos se vuelven hacia la preocupación, el temor, el desánimo y el enojo, debemos consciente y prontamente convertir cada pensamiento en oración y cada oración en acción de gracias. En su carta a los filipenses, Pablo nos ordena dejar de estar ansiosos y en su lugar, “sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (4:6). Él enseñó a todos los creyentes en Colosas a “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias.” (Colosenses 4:2 ). Pablo exhortó a los creyentes efesios a ver la oración como un arma para usarse en la lucha de batallas espirituales (Efesios 6:18 ). El famoso predicador del siglo XIX Charles Spurgeon, describía la vida cristiana de oración, diciendo que es “Como los caballeros de antaño, siempre en guerra, que no siempre cabalgaban veloces sobre sus corceles, con sus lanzas en riestre para derribar al adversario; pero siempre con sus armas listas, para usarlas con prontitud… Esos formidables guerreros, con frecuencia dormían con su armadura puesta; de igual manera, cuando durmamos, hemos de mantener el espíritu de oración, para que si despertásemos por la noche, podamos todavía estar con Dios.” A lo largo del día, la oración debe ser nuestra primera respuesta ante cada situación inquietante, ante cada pensamiento de ansiedad, ante cada tarea indeseable que Dios nos mande. John MacArthur advierte que la falta de oración ocasionará que dejemos de depender de la gracia de Dios y en su lugar dependamos de nosotros mismos. La oración continua es, en esencia, dependencia del Padre y comunión con Él. Para los cristianos, la oración es como el respirar. No tienes que

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Pregunta: "¿Qué significa orar sin cesar?"

Respuesta:El mandato de Pablo en1 Tesalonicenses 5:17de, “Orad sin cesar,” puede resultar muy confuso. Obviamente, no puede significar que debemos estar en una postura de cabeza inclinada y ojos cerrados durante todo el día. Pablo no se refiere a no dejar de hablar, sino a una actitud de conciencia de Dios, y rendición a Dios que llevemos con nosotros todo el tiempo. Cada momento despiertos, es para vivirse en la conciencia de que Dios está con nosotros y de que Él está activamente involucrado y comprometido con nuestros pensamientos y acciones.

Cuando nuestros pensamientos se vuelven hacia la preocupación, el temor, el desánimo y el enojo, debemos consciente y prontamente convertir cada pensamiento en oración y cada oración en acción de gracias. En su carta a los filipenses, Pablo nos ordena dejar de estar ansiosos y en su lugar, “sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (4:6). Él enseñó a todos los creyentes en Colosas a “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias.” (Colosenses 4:2). Pablo exhortó a los creyentes efesios a ver la oración como un arma para usarse en la lucha de batallas espirituales (Efesios 6:18). El famoso predicador del siglo XIX Charles Spurgeon, describía la vida cristiana de oración, diciendo que es “Como los caballeros de antaño, siempre en guerra, que no siempre cabalgaban veloces sobre sus corceles, con sus lanzas en riestre para derribar al adversario; pero siempre con sus armas listas, para usarlas con prontitud… Esos formidables guerreros, con frecuencia dormían con su armadura puesta; de igual manera, cuando durmamos, hemos de mantener el espíritu de oración, para que si despertásemos por la noche, podamos todavía estar con Dios.”

A lo largo del día, la oración debe ser nuestra primera respuesta ante cada situación inquietante, ante cada pensamiento de ansiedad, ante cada tarea indeseable que Dios nos mande. John MacArthur advierte que la falta de oración ocasionará que dejemos de depender de la gracia de Dios y en su lugar dependamos de nosotros mismos. La oración continua es, en esencia, dependencia del Padre y comunión con Él.

Para los cristianos, la oración es como el respirar. No tienes que pensar en respirar, porque la atmósfera ejerce presión en tus pulmones y te fuerza a respirar. Es por ello que es más difícil sostener tu respiración que respirar. Similarmente, cuando nacemos en la familia de Dios, entramos a una atmósfera espiritual donde la presencia y la gracia de Dios ejercen presión o influencia en nuestras vidas. La oración es la respuesta normal a esa presión. Como creyentes, todos hemos entrado en la atmósfera divina para respirar el aire de la oración. Sólo entonces podemos sobrevivir a la oscuridad del mundo.

Desafortunadamente, muchos creyentes sostienen su respiración espiritual por largos períodos, pensando que unos breves momentos con Dios son suficientes para permitirles sobrevivir. Pero tal restricción de su consumo espiritual es causada por deseos pecaminosos. De hecho, cada creyente debe estar continuamente en la presencia de Dios, constantemente respirando Sus verdades, para funcionar plenamente.

Por ser la nuestra una sociedad libre y próspera, es más fácil para los cristianos sentirse

seguros por suponer –en vez de depender de— la gracia de Dios. Muchos creyentes se muestran satisfechos con las bendiciones físicas y tienen pocos deseos de bendiciones espirituales. Habiéndose vuelto tan dependientes de sus recursos físicos, ellos sienten poca necesidad de recursos espirituales. Cuando los programas, métodos o dinero, producen resultados impresionantes, existe una inclinación a confundir los éxitos humanos con bendiciones divinas. De hecho los cristianos pueden comportarse como humanistas prácticos, viviendo como si Dios no fuera necesario. Cuando eso sucede, desaparece la añoranza apasionada por Dios y el anhelo por Su ayuda, así como Su fortalecimiento. Por este común y gran peligro, Pablo urge a los creyentes a “Orar sin cesar” (Efesios 6:28) y a “perseverar en la oración,” (Colosenses 4:2). La oración continua, persistente, incesante, es una parte esencial de la vida cristiana y surge de la dependencia de Dios.

Leer más:http://www.gotquestions.org/Espanol/orar-sin-cesar.html#ixzz3YYY2L0iV

En 1 Tesalonicenses 5.17, el apóstol Pablo dejó una indicación para todas las generaciones de cristianos: «Orad sin cesar». ¿Es esto posible?

Muchos años atrás, luego de dar una enseñanza bíblica, se me acercó un grupo de adolescentes, deseosos de obedecer la Palabra de Dios, y me consultaron acerca de este versículo. Me dijeron: «El apóstol Pablo nos enseña que debemos orar sin cesar, pero todos nosotros tenemos estudiar, trabajar y hacer otras cosas que no nos permiten cumplir con las palabras de Pablo. ¿Cómo podemos hacer?»Oración 4

Dejé la respuesta para la siguiente reunión y comencé a investigar un poco. A decir verdad, para aquel entonces yo mismo tenía la misma pregunta.

Evidentemente, por más que nuestra actitud por obedecer sea genuina es imposible no hacer otra cosa en la vida que orar sin cesar. ¿Qué hay detrás del mandamiento de Pablo?

Antes de seguir adelante con nuestro estudio, vayamos muchos siglos atrás, a la época de Nehemías. Por aquellos tiempos, el pueblo de Israel había sido llevado cautivo, y Nehemías estaba en la ciudad de Susa, capital del reino de Persia y por su tarea (copero del rey) estaba siempre cerca del rey. Cierta vez, el rey Artajerjes notó que Nehemías estaba triste y le preguntó qué le pasaba. Nehemías le respondió que estaba triste porque su ciudad –Jerusalén– estaba en ruinas. Ahora leamos Nehemías 2:4: «Me dijo el rey: “¿Qué cosa pides?” Entonces oré al Dios de los cielos y dije al rey: “…envíame a Judá…”»

Cuando uno lee el pasaje de Nehemías inevitablemente surge una pregunta: ¿qué pudo haber orado Nehemías en un segundo? Es claro que no tuvo tiempo a arrodillarse, realizar una oración larga y luego responder al rey. Si bien la Biblia no lo dice, probablemente Nehemías oró: «Señor, ¡ayúdame!», o algo por el estilo. Y Dios respondió su oración. ¿Cómo se relaciona esto con la exhortación de Pablo?

Primero vale la pena comentar que en «Oren sin cesar» hay un elemento de exageración retórica. En todo idioma existe esta herramienta de énfasis, por ejemplo: «Te dije un millón de veces que no exageres».

Lo que Pablo está diciendo  en nuestro pasaje no es que debemos estar recitando oraciones todo el día, sino que debemos vivir en un constante «estado de oración», permanentemente comunicados con Dios, no solo en las cosas importantes sino en toda circunstancia.

Cierta vez, un ministro estaba por retirarse y comenzó a discipular a un ministro joven que lo reemplazaría. Como parte de su discipulado acostumbraban a pasar el día hablando de diferentes temas. Una vez decidieron organizar un retiro espiritual de un fin de semana. Al finalizar el primer día, el ministro joven pidió ser el primero en orar y realizó una oración larga y detallada. ¡Quería impresionar a su maestro!

Cuando terminó, invitó a orar al ministro anciano y este dijo: «Gracias Señor por tus cuidados en este día. Danos un sueño apacible. Amén», y se dispuso a dormir. El ministro joven se sorprendió de la breve oración y le preguntó: «Disculpe ministro, pero ¿podría decirme porqué oró tan corto?», a lo que el anciano le respondió: «Lo que pasa es que estuve en oración todo el día. Solo tenía que despedirme».

Cuando Pablo nos urge a orar sin cesar, sabe de lo que está hablando. Veamos lo que nos dice en los siguientes pasajes:

Romanos 1:9 – «Porque testigo me es Dios…de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones»

Colosenses 1:3 – «Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios…»

Colosenses 1.9: – «…no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad…».

Pablo era un hombre de oración y desea que tanto los tesalonicenses como nosotros seamos hombres y mujeres de oración. Él también instaba a los cristianos a que oraran por él. 1 Tesalonicenses 5:25 dice: «Hermanos, orad por nosotros.» 2 Tesalonicenses 3:1: «Por lo demás, hermanos, orad por nosotros…».

Para Pablo, la oración era fundamental en la vida del cristiano, por eso nos dice: «No dejen de orar. En cada circunstancia, para cada necesidad, no se olviden de agradecer, oren por sus hermanos, intercedan por ellos, etc.»

Creo que el ejemplo de la tos puede ayudarnos a comprender el sentido de las palabras de Pablo. Cuando tenemos tos, si bien no estamos tosiendo todo el tiempo, siempre tenemos en el pecho y la garganta esa «sensación de tos». Es como si sintiéramos que en cualquier momento saldrá la tos. No siempre tosemos, pero siempre tenemos esa sensación. Con la oración pasa lo mismo, no es que estemos siempre orando, pero siempre debemos tener esa «sensación de oración», si se me permite la expresión. Es vivir en un constante estado de comunicación con Dios. Es estar aferrados a la mano de Dios en toda circunstancia de nuestra vida. Entonces, cuando la situación lo requiera, podemos, como Nehemías, «orar al Dios del cielo» una corta oración de súplica y actuar acorde a la voluntad de Dios.

Por supuesto que hay momentos de prolongada oración. Tenemos muchos ejemplos en el Antiguo Testamento, en Pablo y en Jesús mismo, pero eso es un tema para otro artículo.

Pidamos a Dios que «orad sin cesar» sea una realidad en nuestra vida diaria.