oviedo cuenta su historia - ocana.com un pintor ante la... · tando casas coloniales y paisajes,...

14
O VIEDO CUENTA SU HISTORIA

Upload: vanhanh

Post on 01-Oct-2018

217 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

OVIEDOCUENTASU HISTORIA

EL ITINERARIO PERSONAL y profesio-nal de Ramón Oviedo, casi siempre enforma de curriculum vitae, se ha publica-do una infinidad de veces, con motivo deexposiciones individuales y colectivas, dehomenajes, de festivales y bienales. Sinembargo, el maestro no tiene un “ego”desmesurado, y sus informaciones pro-fesionales no se despliegan a modo defolleto, según una costumbre frecuenteentre nosotros, hasta en artistas apenasconfirmados...

Preferimos conversar con RamónOviedo. Por la chispa, la inteligencia y latrayectoria de un pintor singular, detrasde las fechas, surge un mundo de recuer-dos e impresiones, más cautivante queinformaciones escuetas y frias, y que nosdocumenta acerca del temperamentodel artista plástico, de los factores de supersonalidad, de su modo de actuar enel tiempo, en la vida, en el arte.

Así se presenta, desde la memoria desu protagonista, la historia de RamónOviedo, nacido en Barahona, ciudad delsureste de la República Dominicana, en1927... “Mi padre nació en Puerto Rico,hijo de una puertorriqueña con un do-minicano. A temprana edad, a los 10 o12 años, mi abuelo lo trajo acá a vivir. Mimamá es de San Juan de la Maguana. Seunen y hacen una familia de tres hijosvarones, los tres hermanos de padre ymadre que quedaron vivos. Tuve sietehermanos más... de padre.”

Los padres se separaron.“Mi padre vino para la capital, en buscade mejor suerte.Y mi madre queda alláen Barahona con nosotros. Mi padre,que se quedó aquí trabajando, encontró

a otra compañera, que le hizo un amor...fresco y, quien sabe, mejor. No eran ca-sados. La gente de mi generación... casisiempre, como dicen, fueron amanceba-dos, a excepción de unas familias de for-mación más intelectual, donde, en eseconglomerado el matrimonio era de ri-gor... Pero no, en la clase media pobre, ala que pertenezco.”

Un abuelo era General, y el papá unbohemio, típica situación familar latinoa-mericana, hasta hace poco.

“Sí, Santiago Oviedo. Mi abuelo fue elGobernador de toda la zona Sur que sellamaba Azua. Y general... de aquellosque se ponían al cinto un machete, y alo mejor una escopeta... de cartucho. Sefajaban, con 5, 6 o 7 hombres, con ma-chete también.Y nada pues... a derrocarel Gobierno de turno. El tipo de generalde García Márquez.”

Con la segunda mujer, el padre deOviedo procreó siete hijos, quedandovivos hoy dos solamente. Ese bohemio -el maestro se rie repetidamente evocan-do su recuerdo- tuvo luego tres hijasmás... “Inclusive, fue casado en Haití. ¡Laúnica mujer con quien se casó! No sé sise murió casado con una haitiana o si sedivorció. Parece que ninguna de las otrasmujeres le hicieron exigencias de matri-monio. El se fue a trabajar en la fronteracomo dibujante de Obras Públicas, co-noció a la haitianita... que no le resultótan fácil y lo amarró. Pero fue transitorio,no tuvieron hijos, y él vino definitiva-mente a la capital.”

Una experiencia vital fuerteLos tres hermanos estuvieron separa-dos, uno al cuido de la abuela -Ramón-,

UN ARTISTA

SE REVELA

Y SE REBELA

“CLAUSTROFOBIA” (autorretrato imaginario de Oviedo niño). 1976.

DIBUJO infantil de Oviedo.

RAMÓN OVIEDO a la edad de siete años.

4488

4499

para que ambos nos la comiéramos. Lorecordaré siempre, porque él me brindóese cariño, ese afecto, en los años que lonecesitan todos los niños. Mi papá esta-ba lejos.Yo tenía 4, 5 años, hasta los 7, ylo recuerdo. Mi tío gustaba de los gallos.Hice en mis comienzos una pintura, quees un homenaje a mi tío Alvaro. Es unafigura con muletas, y un gallo al hombro.No tan figurativo, ya yo empezaba a des-componer la forma. Me gustaría saber eldestino de ese cuadro, al óleo... yo no sépor donde anda, pero creo tener unapista”...

Los primeros años de trabajoRamón Oviedo comenzó a trabajar muyjoven, para ganarse la vida.

“Desde los 9 años, fui a un taller defotograbado, como un muchachito demandado. Por eso me familiaricé muytemprano con la litografía y la impren-ta que había en esa época, con los pe-riódicos. La máquina de imprimir de “LaOpinión” funcionaba a la vista de to-dos.. Me llamaba mucho la atención, meentretenía mucho mirando esa máqui-na, con el periódico entrando a todavelocidad... no se veía la letra ni nada...pero uno veía el periódico que caía,por otro lado, dobladito. Supongo queesa vieja máquina debe estar guardadapor ahí...”

No solamente Ramón Oviedo fueprecoz en el trabajo, sino que él se casótambién muy joven con su primera es-posa, Guillermina.

otro del abuelo, el tercero se quedó conla madre en Azua.

"Son cosas que pertenecen a ese pa-sado lejano. No cabe duda de que esava echándole ingredientes a la forma-ción de un artista, todos los pasos queda."

Ramón Oviedo llegó a la capital enl934, y, de niño, ya empezaba a dibujarcon pasión.

"Yo memorizo que, desde pequeñito,yo hacía garabatos, con pedacitos depalo, con los dedos... Eso es cierto. Esosgarabaticos indicaban que yo tenía incli-nación por la gráfica, por la pintura. Pa-ra incentivarlo más, yo caigo aquí, al la-do de mi papá, que es dibujante -aun-que no artístico-. Ganó un Premio enun concurso curioso, a quien escribiríauna palabra de 19 letras en inglés en elespacio más pequeño. El lo hizo en unacartulina, ¡y no tenía más de tres milíme-tros!"

El padre de Oviedo trabajó comoprimer dibujante de la Dirección Gene-ral de Estadísticas, y luego pasa a la Co-misión de Límites Geográficos, al cam-biar el director, Vicente Tolentino Rojas,de una a la otra.

"Hay otro personaje familiar impor-tante en mi vida de niño, mi tío Alvaro,‘El Mocho’. Lo llamaban así porque le fal-taba una pierna. Para mí, siempre estuvopresente, porque él me hizo su compa-ñero matinal, a sus visitas diarias a lassiembras de sandías, melones y tabaco.Acostumbraba partir una de esas frutas

ANA ROSA HERASME LUGO,madre del artista.

LUIS SANTIAGO OVIEDO

PATIÑO, padre del artista.

ESCUELA donde se alfabetizó el artista.

LA CASA NATAL de Ramón Oviedo.

GENERAL SANTIAGO OVIEDO,abuelo paterno del artista.

5500

“Resulta que mi papá se entusiasmócon Guillermina, y quiso que yo me ca-sara con ella... Pero yo no tenía la mayo-ría de edad. El se las ingenió para prepa-rar unos documentos... en los que yoaparecía tres años mayor. En mi pasapor-te nací en el 24, cuando en realidad fueen el 27. A los 20 años, ya tenía un hijo,Rafael, arquitecto, que vive en PuertoPlata.”

Si bien es cierto que Ramón Oviedoes es el único artista magistral en su fa-milia, hay varios Oviedo pintores: unhermano mayor y tres hijos, todos pin-tando casas coloniales y paisajes, siendoel más conocido Renzo, con alguna in-fluencia de Ramón.

“De chiquito él iba a mi taller, yo ledaba consejos, Pero no diria que le en-señé: él nació con la vocación de pintor.Y muy bueno. Yo hasta pensaba quehubiera podido ser un sustituto mío.Sin embargo, Renzo no ha avanzadomás”.

Ahora bien, nosotros pensamos queno es fácil “cargar”, siendo artista, con elnombre, el talento y la fama de RamónOviedo. Cualquiera podría frustrarse, ypara la comunidad, dentro y fuera deSanto Domingo, hay un solo Oviedo. Pa-só la época ya lejana de los talleres fami-liares... en la que hermanos e hijos pinta-ban juntos.

El “creativo“ publicitarioRamón Oviedo ha trabajado, cuandoera joven, en varias agencias publicita-rias.

“En algunas, de manera muy transito-ria. En la publicitaria Ricart, de maneramuy fugaz, unos meses. Ni siquiera pue-do decir que estuve en Bergés Peña...creo que fue un día que trabajé, no meadapté al sistema. En la publicitaria Ex-celsior, que ya desapareció. Donde másduré fue en Fenix. Más de 12 años...”

De esa fase de “creativo”, retiró ex-periencias memorables.

“Yo creo que, cuando la persona tie-ne una vocación, de lo que sea, paracualquiera de las artes, no importa elpaso que de. Es como un músico clásico,que en sus principios, haya tocado en uncombo... no le hace daño, él sabrá cam-biar.”

Primera crítica, primeras exposicionesRamón Oviedo recuerda sus comienzos,muy prometedores.

“Y eso se lo digo, porque Pedro RenéContín Aybar, entonces el crítico Nº1 delpaís, que tenía como paralelo a ManuelValldeperes, por suerte ambos escribie-ron muy bien, a la salida mía como pin-tor... En el 1963, se hizo una exposiciónen el sótano del Edificio Baquero. Pero

EN COMPAÑÍA de Fedora Velázquez, susegunda esposa. New York, 1962.

OSCAR CONTRERAS, Nadina Oviedo,Ramón Oviedo y Fedora Velázquez.Santo Domingo, 1962.

CON GUILLERMINA MONTALVO, SU primeraesposa. Santo Domingo, 1948.

FEDORA VELÁZQUEZ, y el artista. SantoDomingo, 1962.

FEDORA Y RAMÓN. Santo Domingo, 1963.

5511

posiciones, única en la historia dominica-na, que se desarrolló allí.

“Silvano Lora, con más experienciaque yo, dirigía eso. Para esa fecha ya ha-bía salido al extranjero, había tenidocontactos con grandes artistas y congrandes políticos. Sabía manejar esosasuntos porque él fue el creador y el di-rector del movimiento Arte y Libera-ción.Y lo secundaba yo, tal vez por razo-nes de edad, en el Comando y la ZonaConstitucionalista.”

Si Ramón Oviedo se comprometió yluchó a través del arte y el cartel, él nun-ca cargó el fusil.Tiene una especial aver-sión hacia las armas. En una oportunidad,encontrándose en medio de un tiroteo,junto a su amigo, el escritor Efraím Cas-tillo, él iba a empuñar el fusil... peroEfraím se lo quitó y se fue con el arma.Fue la única ocasión, felizmente frustrada,y Ramón Oviedo no se cansa de reiterarsu postura en contra de las armas defuego para los civiles, hasta en el aspectomoral y de los riesgos personales. Sinembargo la participación del artista en elmedio revolucionario fue importante, yhay precedentes personales que la expli-can.

“Siempre entre los amigos, hablába-mos de manera muy discreta de lo queera el régimen de Trujillo. Es más, sin te-ner una consciencia clara de los peligrosque corría, yo fui panfletista, repartiendo

fue en el 1966, después de la Revuelta deAbril, cuando un señor español, AndréSalón, tenía una pequeña galería, muy di-námica, donde iban Hernández Ortega,Colson, los más importantes en fin, y quetambién yo visitaba. Hubo allí una colec-tiva, juntando a muchos, algo parecido alo que hace ahora Mildred Canahuate.Presenté allí mi primera exposición, mix-ta, de pintura y dibujo.”

“Entonces, Pedro René Contín Aybarhace la crítica de mi exposición y dice:“Oviedo, a quien conocemos hasta aho-ra como un dibujante publicitario, se nospresenta con una muestra, que no tieneningún arrastre de esa mecánica de lapublicidad. “ Y, en efecto, así fué. Allí es-tán los trabajos... y en efecto, ahoracuando tengo un juicio equilibrado y veoesos trabajos, no tenían, tanto las pintu-ras como los dibujos, absolutamente na-da de un dibujo publicitario...”

El balance del primer oficio artísticofue positivo.

“En los trabajos publicitarios, apartedel ejercicio diario de la mano y la men-te, se usan el collage, una serie de textu-ras producidas por técnicas propias deese mundo, que sirven para la pintura.”

Abril 1965Un episodio muy fuerte, que marcó aRamón Oviedo, fue la Guerra de Abril yla labor cultural de afiches, letreros, ex-

RAMÓN OVIEDO. New York, 1962. RAMÓN OVIEDO. New York, 1962. RAMÓN OVIEDO en su taller. SantoDomingo, 1971.

RAMÓN OVIEDO, Santo Domingo, 1974.

RAMÓN OVIEDO, Santo Domingo, 1967.

5522

panfletos del Partido Comunista en con-tra de la dictadura, por los años 47. Lohacía para complacer a mi amigo Gui-llermo Menéndez, fogoso, que ya murió,y a otro, Quírico, que era zapatero, al la-do de Juan Bosch hasta el final de su vi-da... y otros.“

“A la deriva, yo fui cayendo en esascosas... hasta que llegaron los años 60, yque me junté con Rafael Olivo, Cestero,Efraím Castillo, Jeannette Miller, MarioEmilio Pérez, Norberto Santana, MiguelAlfonseca, René del Risco, un grupo dejóvenes, que eran los intelectuales. Her-vía la inquietud de la poesía, de la lite-ratura en sentido general, de las artes.Entonces yo, ahí con ellos, era todo oí-do, no hablaba, nada más oía y asimila-ba.“

“Estalla la Revolución de Abril, vivien-do yo en la Arzobispo Meriño, en los al-tos del “Banquito de los Nadal“. Inme-diatamente, en la madrugada del 25, uncontingente de guardias saca los cristalesa la emisora, que funcionaba en el mis-mo edificio. Y... quedé yo practicamenteenrolado. El oficial nos dice que cuandosalgan los rayos del sol, nos pongamosen el balcón, comencemos a aplaudir ypidamos el retorno a la Constitución. Seidentificaron como soldados al lado delpueblo.“

AnécdotasRamón Oviedo tomó una hoja de papel,dibujó la cara de Juan Bosch, bajó a la ca-lle con el retrato. Se formó una multitud,desfilando por las calles.Al desintegrarsela manifestación, el letrero se perdió... lamilitancia de los artistas se expresó concarteles y rótulos.

“ Muchos letreros... Había uno enor-me, que delimitaba las dos zonas, “Ciu-dad Trujillo“ y “Zona Constitucionalista“.Poníamos la propaganda en todas par-tes... de donde los americanos la podíanver, y en toda la zona. Los americanos sellevaron una caricatura mía... con el TíoSam. El Listín la tiene en sus archivos.Quisiera tener una réplica de la caricatu-ra... y conservarla como testimonio“.

Un recuerdo de la TiraníaRemontando el tiempo, por la décadadel 50, el artista cuenta su fugaz aventu-ra como sustituto de Servio Tulio Peral-ta... para hacerle las tareas de caligrafía alos dos “mozalbetes“ de Trujillo, Radha-més y Angelita.

“Me llevan a la Estancia Ramfis, don-de está hoy la Cancillería, luego en fren-te, a una casa de guardias. Me dan loscuadernos, me explican lo que había quehacer. Era en la tarde... termino , como alas once, las tareas de caligrafía y los di-bujos... -Nacimiento, Niño Jesús, algo así-. Me olvidaron. No hay nadie... Amanez-co ahí, sin comer, casi sin dormir. Al día

CALLE EL CONDE en la época de la prime-ra exposición individual. SantoDomingo.

CARICATURA del Profesor Juan Bosch, por Oviedo.

EL ARTISTA en su taller. Santo Domingo,a finales de la década de los 70.

CARICATURA de la situación política.1966, por Ramón Oviedo.

5533

una cerca de madera, donde estaban lascasas de ellos -allí se construyó luego elPalacio Nacional-. Entrego el retrato aun guardia... que lo sube a la señora. Ella,desde lo alto de una escalera, me pre-gunta si lo terminé, me da las gracias yme dice que seré un gran pintor... Nomás, unas gracias de lejos, desde arriba,nada de dinero, tampoco la beca...queyo esperaba para ir a estudiar a la Escue-la de Pintura. Esa gente, eran unos mise-rables... y además no se sabe si esa obramía existe todavía”.

siguiente, en el relevo, me encuentrocon el mismo oficial que me había traí-do... Sorprendido, parece que tenía unalma noble, manda a buscar unos sand-wiches. Como un poco, me llevan a micasa. Me apresto a dormir para repararel sueño... Nada, me mandan a buscarotra vez. Habían quedado unos cuantosdibujos por hacer.“

El cuento... termina en que finalmen-te Anselmo Paulino, ministro y hombrede confianza de Trujillo, ya “un pié en elcarro, el otro fuera“ ordenó dar “al pin-tor“... ocho pesos por su trabajo. ¿Porqué ocho pesos? Probablemente... parano llegar a diez. Ramón Oviedo es unacantera de anécdotas, entrecortadas porla risa. Ahora bien, la familia Trujillo le hi-zo otro encargo.

“Gracias a unos amigos míos, deseo-sos de que apreciaran mi trabajo, una hi-ja de Trujillo, de esas que tenía en la ca-lle, me pidió que hiciera un retrato delpapá de Trujillo, don José Trujillo Valdez.Lo hago en base a una fotografía.Yo eramuy joven, fue en l943 o 44... Me man-dan a buscar con el retrato, me llevan ala Mansión Presidencial, un terreno con

OVIEDO en su taller. Santo Domingo, amediados de los años 60.

OVIEDO al momento de iniciar una de sus pinturas.Santo Domingo, a mediados de los años 60.

GUILLO PÉREZ, Cándido Bidó, ElsaNúñez y Ramón Oviedo.

5544

CRÓNICA

DE UNA MAESTRÍA

ANUNCIADA

Una nueva época se inicia para RamónOviedo. Reconocimientos y éxitos levan llegando. El retorno, aunque relativoy precario a la democracia, la vuelta a lapaz, generan una situación distinta parala cultura y el arte, con la celebracióndel Primer Concurso de Arte E. León Ji-menes, que sustituye a la Bienal oficial,momentáneamente suspendida. Oviedoevoluciona.

Los ConcursosRamón Oviedo expresa cómo se pro-duce un cambio en su obra desde el1966, pasando de un arte de protesta -él cita su cuadro de la familia con carte-lones-, llevando un mensaje político ysocial, a una temática más amplia, jugan-do un papel en esa transformación elarranque de la zona industrial dominica-na y un régimen más aceptable-. Diceque "al principio se tuvo una impresiónmás bien agradable del regimen de Joa-quín Balaguer, luego las cosas se fuerondescomponiendo"-.

"Había protestas, pero yo había en-trado ya en otro campo de la pintura. Esla que me vale el gran honor de dosPremios consecutivos en el Concurso E.León Jimenes, 1969 y 1970. Uno es "Elespantajo", un tema que se ha hechomucho, bastante liviano, y el otro "Leván-tate, Lázaro", más filosófico."

"A partir de ahí, es otra etapa de miobra, más elaborada, menos narrativa,pero también con más sustancia plástica.Voy haciendo uso de unos conocimien-tos, resolviendo cada vez mejor la obrapictórica.Voy avanzando hasta caer en el"período rojo", que fue sin duda un granimpacto aquí, en el campo de las artesplásticas."

El artista participó en la frustrada ydesacreditada Bienal del Ayuntamiento(1970)... donde sus tres obras fueron re-chazadas. El presidente del jurado era elmaestro Jaime Colson: lo designaron co-mo un honor, ya que, enfermo, no asis-tió y delegó sus funciones en RamírezConde - alumno predilecto y artista,mejor conocido como "Condecito"-.Nadie es profeta en su tierra... pero unaobra, "Los Jugadores de Ajedrez", no ad-mitida aquí, fue comprada por la exigen-te y renombrada Bienal de Sao Paulo.Una segunda, un guitarrista, se vendió enSanto Domingo. Ramón Oviedo no re-cuerda su paradero.

"Las obras se van del taller... Después,no me ocupo de llevar esos controles.Una vez, quise hacerlo, pero que va... Yosoy muy anárquico. Yo necesitaría a unsecretario o una secretaria. Nunca les hetenido.Asímismo no conservo lo que es-criben sobre mi... tampoco las fotogra-fías. Mientras hay gente que guarda y re-corta todo, como una señora que me lla-ma cada vez que sale algo. Felizmente, mihija mayor ha empezado a ayudarme."

....Y el tercer cuadro rechazado, fa-moso, su versión poderosa de Caonabo,está hoy en el Museo Bellapart.

Los jurados -de admisión y/o premia-ción- son medalaganarios, a veces "do-minados" por la amistad o el odio infor-tunadamente, lo que explica que enotro concurso, del 65, el premio Esso dela Joven Pintura, también dos obras se lerechazaron. La tercera la adquirió An-drés Salón, "marchand d'art" y galerista,español, que ha vuelto a su tierra. Losartistas que iban a la cabeza de la van-guardia eran Gilberto Hernández Orte-ga, Domingo Liz, Fernando Peña Defilló.

RAMÓN OVIEDO hablando con motivo dela puesta en circulación de su primeramonografía, escrita por Hamlet Rubio.Santo Domingo, 1985.

JOSÉ GÓMEZ SICRE, el crítico de arte que más estimuló la proyección internacional de Ramón Oviedo.

5555

Oviedo cuenta que, en la exposición,colocaron un Guillo Pérez en el lugarque Hernández Ortega quería... Enton-ces ese recuperó el sitio a la fuerza, y có-mo Guillo volvió a colgar su obra, ¡qui-tando la de Gilberto!

Para un testimonio completo acercade la "pequeña historia" del arte domini-cano, habría que transcribir... las carcaja-das de Ramón Oviedo, que, obviamente,disfruta desenrollando su vida de pintory las anecdotas que la surcan... A él tam-bién, recientemente, le apearon un cua-dro de la pared principal en una exposi-ción colectiva y se lo "castigaron" en unpasillito trasero: fue la primera obra quese vendió, mientras el usurpador no ven-dió nada. Ramón Oviedo, recordando elincidente, no podía detener la risa.

Gran Premio del 1974 y vivencias dramáticasRamón Oviedo participó brillantementeen la Bienal nacional del 1974, ganandoel Gran Premio. No había concurrido ala anterior, del 1972, reanudando con latradición de las Bienales, interrumpidasdesde el 1963, a causa de los problemaspolíticos y sociales. Ahora bien, la cele-bración en el 1974 se destacó por pre-mios "faros" en la contemporaneídad na-cional... como la tela ganadora de Ovie-do.

"Me dijo el difunto colega Darío Suroque cuando Gómez Sicre tan pronto

entró al salón donde estaban repartidaslas obras, se dirigió hacía la mía y dijo'esa es el Gran Premio, sin discusión-'.¿Por qué? Porque mi pintura había to-mado un nuevo giro. Era aún algo nuevoen la pintura nacional... Hasta el momen-to nadie se había atrevido a cercenaruna figura, colocar una cara donde la co-loqué, poner dos troncos, uno atravesa-do por otro, en el centro de esa especiede cruz situar un feto...Todavía, ese cua-dro es diferente"...

En aquel momento, Ramón Oviedotuvo un problema de salud, que lógica-mente le afectó, y, en cierto modo, la an-gustia se llevó a la obra. Los críticos, almenos, leyeron en la obra la incidencia deese episodio sobre los elementos temáti-cos y estéticos. particularmente la reite-ración del autorretrato y el colorido.

El artista viajó a Cuba, y los especia-listas le confirmaron que la enfermedadno era una leucemia de pronóstico fatal,sino una infección fácil de curar. Los mé-dicos cubanos elogiaron el tratamientode su médico dominicano, le enviaronfelicitaciones: era el doctor Norman deCastro. Ramón Oviedo había enfrentadolas circunstancias con mucha valentía...pero sintió un gran alivio cuando losmedicamentos recetados surtieron unefecto rápido. El gánglio inflamado fueuna falsa alerta, los análisis fueron nega-tivos, y una fuerte amistad se trabó en-tre el paciente y su galeno.

OVIEDO, Pedro Blandino y José Cestero.Santo Domingo, 1970.

ANTONIO PRATS VENTÓS, Justo Liberato yRamón Oviedo. Nueva York, 1976.

RAFAEL OLIVO y Ramón Oviedo. SantoDomingo, 1976.

EFRAIM CASTILLO Y OVIEDO, grandes ami-gos desde principios de los años 60s.

UNA ADMIRADORA, Domingo Liz y RamónOviedo. Nueva York , 1976.

CARLOS CRUZ DIEZ, Ramón Oviedo yPablo Rubio. París, 1991.

5566

“Ahí comienza la participación mía enel extranjero. Una vez que José GómezSicre, o mejor dicho el Jurado me pre-mia con el Gran Premio de Honor, elpropio Gómez Sicre empieza a reco-mendarme para distintos eventos. Otrasparticipaciones hay... una Bienal de Dibu-jo en Washington, en un museo muy im-portante, la Bienal Domecq en México -dos veces, la tercera perdí las obras -. Elme recomendó. Seguimos en contacto,por correspondencia, hasta que murió, aconsecuencias de una caída de la escale-ra de su casa...”

Evolución y retrospectivasLa experimentación seguía: dominanteazul y otros colores varios -el verde, elmorado, el gris-, personajes y autorretra-tos encajonados gravitando en el espa-cio, costura de la misma tela.

“Lo que pasa es que el rojo ha que-dado más en la memoria, por impactan-te y marcar el inicio de un cambio total,distanciado de lo que hacía anterior-mente. La salida ha sido difícil. Todavíahay personas que preguntan ¿por qué túno me haces un cuadro, con ese fondorojo tan...? Respecto a los colores, enca-sillan al pintor : la obra de Oviedo es conun rojo predominante... No. He usadotodos los colores, de fondo y dentro delas formas.”

“Tengo una formación académica clá-sica. Todavía no digiero un color, puesto

“No niego que, de manera subcons-ciente, ese problema se haya manifesta-do en mi obra... como todo lo grave quenos sucede en la vida. Sin embargo, cualsea lo que me pasa, no he sido ni soy,como los hay, un hombre amargado, re-sentido en contra de la crítica... o deotros artistas.”

Al año siguiente, Ramón Oviedo ex-puso, junto a dos pintores más, diezobras, declaradamente experimentales eimpactantes, labrando especialmente lastexturas, el color, la composición. Esastelas, cargadas de mensajes a partir delas innovaciones formales y facturales,suscitaron muchos comentarios.

"Yo creo que los resultados que unobusca fuera de una obra tradicional, selogran en base a los conocimientos y almanejo de los recursos plásticos. He ex-perimentado mucho... desde los años60, en que ya yo usé y mezclé ceniza,arena... Por cierto, he vuelto a ver, en es-tos días, cuadros de esa época, y hanpermanecido intactos. Eso está bientemplado, ¡como una galletica de soda!"

A partir del 1976, empieza otra épo-ca: el "brote internacional" de la carrerade Ramón Oviedo: exposición en el Mu-seo de Arte Moderno Latinoamericanode la OEA en Washington, otra de Pin-tura Latinoamericana en El Salvador, in-vitación a participar en el Homenaje aJoan Miró en Palma de Mallorca.

RAMÓN OVIEDO conversando con el pintor Rufino Tamayo. Leacompañan el embajador mexicano en República Dominicana y el crítico de arte Efraím Castillo. Santo Domingo, 1990.

OVIEDO, el ex-presidente Juan Bosch y el arquitectoAntonio Ocaña. Santo Domingo, 1997.

JACK LANG y Ramón Oviedo. Santo Domingo, 1999.

MARCEL MARCEAU y Ramón Oviedo.Santo Domingo, 1998.

5577

directamente del pote o del tubo a lasuperficie.Tengo que elaborarlo, y eso esuna herencia de la técnica clásica, las de-gradaciones, los esfumados...”

Hubo las dos retrospectivas en elMuseo de Arte Moderno - que se llama-ba entonces Galería de Arte Moderno,la primera en 1977, la última en 1988...inmensa. Fueron hechas a instancias deamigos entrañables, Hector Di Carlo,Efraím Castillo, Arnulfo Soto, y otros,que siempre se las solicitaban.

“Acepto todo lo que me hace bien.He aceptado hacer esas dos retrospec-tivas, separadas por una distancia de10años. La última fue escandalosa en cuan-to a la cantidad de obras. No faltó quienme criticara. Pero ese mismo muestreodió una idea de cómo he llegado ahí. Asíse debe interpretar ese exceso deobras, por ejemplo la calidad de gran di-bujante que me atribuyen, quise demos-trarla hasta por pequeños garabatos queyo hice... Además, uno quiere ir más le-jos cada día, en cuanto a calidad. Todoaquel que realiza un trabajo, le gusta quelo reconozcan, el que dice lo contrario...está mintiendo."

El Mural de la OEARamón Oviedo, todavía emocionado hoycuando habla de José Gómez Sicre, que

tanto ha hecho por la promoción del ar-te latinoamericano, debe al gran críticocubano, el mural en la sede de la Orga-nización de Estados Americanos. A pesarde la propuesta de aquel funcionario, nofue simple la atribución de ese encargo..Recordamos haber visto esa obra con-tundente en un espacio privilegiado deledificio de oficinas de la OEA en Was-hington. Cabe señalar también que unaComisión de siete personas -en el exte-rior el procedimiento suele ser colegia-do- aprobó la compra de una pintura deRamón Oviedo para el Museo.

“Habíamos intercambiado corres-pondencia respecto al mural,Yo tenía uncompetidor dominicano... y se ejercieronpresiones. Gómez Sicre viajó a la Repú-blica Dominicana, para ver mi obra encurso de ejecución, era un lienzo degran tamaño. El me dijo: “Maestro (siem-pre me llamaba así), usted no puede sa-ber lo difícil que ha sido la elección desu trabajo...”

En 1978, Ramón Oviedo había deja-do la publicidad, definitivamente. Fue enparte porque el dueño de la publicita-ria, Brino Díaz, era el encargado deproducir las campañas electorales(Oviedo fue el creador de la manitaechando el voto en la urna... y del gi-gante levantando la isla) en torno a la

DELIA BLANCO y Ramón Oviedo. Santo Domingo, 1997.

OVIEDO y Laura Gil. Santo Domingo,1997.

OVIEDO, Mirna Guerrero y Guillo Pérez.Santo Domingo, 1997.

GONZALO RUBALCABA y Ramón Oviedo.Santo Domingo, 1998.

MARIO VARGAS LLOSA y RamónOviedo. Santo Domingo, 1999.

FREDERICO MORÁIS y Ramón Oviedo.Santo Domingo, 1998.

5588

Presidencia, dirigiéndolas Ramón Ovie-do que, por esas razones, se mantuvoen contacto permanente con don An-tonio Guzmán. Ahora bien, él se negó ahacerle un retrato mientras este fuesePresidente, evadiendo así todo lo quese hubiera podido considerar comouna búsqueda de favores, actitud éticaque el maestro ha conservado siempre.

Ramón Oviedo es, en el pasado muyreciente, el artista dominicano que hapintado más murales, directamente en elmuro o sobre lienzo, aplicados contra lapared, en el país (Banco Central, Museode Historia Natural, Banco HipotecarioDominicano, Universidad Autónoma deSanto Domingo, Aduanas en Haina) y enel exterior (OEA/Washington, UNES-CO/París).

“En el 1991, inauguré el mural de laUNESCO. Efraím Castillo era muy amigodel entonces Embajador en París, Cao-nabo Fernández Naranjo. Había hechoya su libro sobre mi obra, y le obsequióun ejemplar. El Embajador dominicano seentusiasma y se lo enseña al doctor Fe-derico Mayor Zaragoza, Director Gene-ral de la UNESCO. Ese le escribe asimis-mo en una carta ‘¿Quién es ese genio dela pintura dominicana?’ y dice que le gus-taría llevar una exposición de este pintora los Salones de la UNESCO.”

“El Embajador me lo comunica, y yoconsulto con Efraím, que siempre ha si-do mi asesor. Deliberamos y propone-mos un mural. De esa manera, algo demi pintura quedaría allí de manera per-manente. Escribimos inmediatamente alseñor Federico Mayor, haciéndole sabernuestro deseo. Nos responde que seríamucho mejor para la institución teneruna obra permanente... Pues, manos a laobra. Ni siquiera me exigieron diseñocomo en el caso de la OEA.”

“La obra fue bien recibida. Usted losabe, ya que asistió a la inauguración delmural, en febrero del 1991. La foto estápor aquí...”

Ramón Oviedo siempre evoluciona,siempre va hacia adelante, aunque norompe con sus etapas anteriores. Encon-tramos en dibujos y pinturas un hiloconductor, de las formas y los signos.

“Quiero siempre hacer cosas que su-peren las que yo he hecho. Por eso, de-jo un margen de tiempo entre cada ex-posición. No saturo al público con miobra... como algunos artistas que llegana exponer individualmente dos, tres, has-ta cuatro veces en un año, sin que seauna muestra itinerante. Con los sobran-tes de una, añaden cuatro o cinco obrasmás.Yo no creo que sea bien.”

RAMÓN OVIEDO, Oswaldo Viteri y AntonioOcaña hijo. Quito, Ecuador. 1997.

ALFREDO VERAS, Antonio Ocaña padre, Marianne deTolentino, Oswaldo Guayasamín y Ramón Oviedo. Quito, Ecuador. 1997.

OSWALDO GUAYASAMÍN yRamón Oviedo. Quito,Ecuador. 1997.

RAMÓN OVIEDO y Maruja Monteverde.Quito, Ecuador. 1997.

5599

JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ y Oviedo. SantoDomingo, 1997.

JORGE SEVERINO, Soucy Pellerano, TetéMarella, Marianela Jiménez, AntonioGuadalupe, Ramón Oviedo y AmableSterling, celebrando el 72 cumpleañosdel maestro. Santo Domingo, 1999.

RAMÓN OVIEDO. y su hermano Luis -Nurys- Oviedo. Santo Domingo. 1998.

ANTHONY OCAÑA y Ramón Oviedo. Quito, Ecuador, 1997.

DELANTE DE LA CAPILLA DEL HOMBRE (en construcción), en la casa de Guayasamín.Ovie-do, Guayasamín y amigos comunes. Quito, Ecuador, 1997.

RAMÓN OVIEDO, protagonista e inspirador de “Diálogo desconocido”, danza-teatro, interpretada por el Centro de Danza Contemporánea de Santo Domingo. 1997.

“Como dije al principio, una obrapuede ser exhibida mil veces... pero quesea una misma actividad. Por ejemplo lamuestra mia, en Miami.Yo entiendo quehay que cuidarse, Por eso tengo relativa-mente pocas exposiciones individuales,locales. Hay jóvenes... que ya tienen 15,20 exposiciones. Los contemporáneosmíos a menudo me llevan un buen nú-mero de exposiciones. "

"Expongo cuando tengo algo nuevoque mostrar, a su debido tiempo. Den-tro del país, y aún fuera. No se puedecaer atras , a un estilo, a otro, buscandoel exito, a la fuerza. No habrá entonceséxito, sino amargura..."

La útima exposición internacional,presentada en Miami, había viajado an-teriormente a Quito y Caracas. Tam-bién la presentaron en Santo Domin-go, por el deseo expreso del pintor deque el público dominicano la aprecie-se. No ha terminado su periplo, yotros proyectos internacionales de

prestigio, incluyendo grandes festiva-les, museos, Bienal en Venezuela, Salo-nes y colecciones en Europa, abundan.El maestro acaba de par ticipar brillan-temente, con tres pinturas de gran ta-maño, en el XXX Festival Internacionalde Pintura de Cagnes-sur-Mer, lamen-tando el Jurado que se presentara fue-ra de concurso... Eso mismo sucedióen Cumaná.

Ramón Oviedo se perfila como uncreador, estimulado a sus 72 años deedad, por la cercanía del tercer milenio.El sabe que su historia no se detiene.Unico artista dominicano consagradopor el Congreso de la República como“Maestro ilustre de la plástica dominica-na”, él nos ha entregado recuerdos yconvicciones. Desde la memoria profun-da, se analizó y relató con total sinceri-dad la “crónica de una maestría anuncia-da”.