papalini - literatura de autoayuda una subjetividad del sí-mismo enajenado

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La Trama de la Comunicación ISSN: 1668-5628 [email protected] Universidad Nacional de Rosario Argentina Papalini, Vanina A. Literatura de autoayuda: una subjetividad del Sí-Mismo enajenado La Trama de la Comunicación, vol. 11, 2006, pp. 331-342 Universidad Nacional de Rosario Rosario, Argentina Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=323927061004 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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La Trama de la ComunicacinISSN: [email protected] Nacional de RosarioArgentinaPapalini, Vanina A.Literatura de autoayuda: una subjetividad del S-Mismo enajenadoLa Trama de la Comunicacin, vol. 11, 2006, pp. 331-342Universidad Nacional de RosarioRosario, ArgentinaDisponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=323927061004 Cmo citar el artculo Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista en redalyc.orgSistema de Informacin CientficaRed de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abiertoLiteratura de autoayuda: una subjetividad del S-Mismo enajenado Por Vanina A. Papalini CONICET, Universidad Nacional de Crdoba, Investigadora del proyecto internacional (Argentina-Mxico) e interinstitucional (UAM-X; USA; UNC; UdeG;) "Democracia, comunicacin y sujetos de la poltica en Amrica Latina Contempornea" CONACYT N42715-S. Sumario: El objetivo de este artculo es proponer a la literatura de auto-ayuda como un gnero propio de la cultura de masas y carac-terizarlo como tal, en funcin del tema, la estructura y los usos retricos. La literatura de autoayuda y su expandida pre-sencia en la sociedad contempornea es interpretada en relacin al contexto, especialmente el mundo del trabajo y la condicin del sujeto. Se analiza la significacin que cobra en estos textos la idea de xito y la nocin de cambio, Finalmente, se resean algunas de las tcnicas Que los tex-tos de autoayuda promueven como formas de escape a los conflictos vitales. La literatura de autoayuda es concebida, en este trabajo, como un dispositivo de formacin de la sub-jetividad Que conduce al sujeto a sentirse nico responsable por las circunstancias de su existencia El proceso central que se describe en este trabajo es la cancelacin de las con-diciones objetivas, la remisin constante a la situacin sub-jetiva y el enmascaramiento del conflicto El destinatario, en estos textos, es concebido como un actor omnipotente cuyo principal objeto es el s-mismo, contribuyendo de esta mane-ra a la conformacin de un sujeto enajenado. Descriptores: literatura de autoayuda - gneros - cultura de masas - sub-jetividad - xito Summary: The aim of this article is to propose the self-help literature as a gender of mass culture. It is characterized by the theme, the structure and the retoric use of the language. The expen-ded presence of the self-help literature in contemporary society has a special meaning that is understood by the con-text, particularly the world of work and the social conditions of the individuals. It is analized as well the particular meaning of the ideas of success and change Finally, we describe the technics that the self-help literature promotes they are con-sidered as a way of evasion from daily conflicts This literatu-re gender is analized, in this article, as a device that has an important role in subjectivity formation It takes the indivi-duals to a sense of personal responsability on the circums-tances of his existence The central process that this paper describes is the annulation of objectivity, the constant re-sen-ding to the subjective situation and the hidding of conflicts From these books, the public is considered as a powerful actor whose principal interest is the self. In this way, it con-tributes to the conformation of an alienated human being Describers: self-help literature - genres - mass culture - subjectivity -success Pgina3 3 1 /P AP ALINI, V anina A., Literatura de autoayuda: una subjetividad del S-Mismo enajenado'en La Trama de la Comunicacin, Volumen 11, Editorial UNR, Rosario, 2006 La llamada "literatura de autoayuda" ha adquirido una particular relevancia en la formacin de las sub-jetividades del mundo contemporneo, Es verificable la expansin de este tipo de literatura -Que incluye tanto a la produccin bibliogrfica directa o indirecta-mente vinculada al tema, como a su expandida pre-sencia en los medios de difusin masiva- especial-mente durante los ltimos aos: aunque el ya clsico libro Cmo ganar amigos e influir sobre las personasfue editado en la dcada del '40, se ampla y generaliza su circulacin recin en la dcada del '90, en relacin con datos histrico sociales precisos. Desde enton-ces, su presencia en el mercado editorial ha crecido incesantemente, En la 29a Feria del Libro realizada en Buenos Aires en 2003, doce de los veinticinco ttulos ms solicitados correspondieron a este rubro. En otros pases latinoamericanos, durante el mismo ao, uno de cada cinco libros ms vendidos perteneca al gnero. Los aos subsiguientes, aunque los datos dis-ponibles son fragmentarios, siguen mostrando un alto consumo de la autoayuda, cuyos ttulos -dos de cada diez- encabezan las listas debest-sellerstanto en Latinoamrica como en algunos pases de Europa Occidental.' Entre las peculiaridades de la cultura de nuestra poca, el crecimiento de esta literatura se revela como un hecho de excepcional envergadura cuya significacin ha sido hasta ahora escasamente estudiada. En este artculo, describiremos los textos de auto-ayuda y compondremos una definicin provisional del gnero, sosteniendo la idea de Que la literatura de autoayuda encarna las significaciones sociales circu-lantes Que convienen a la reproduccin social. Para fundamentareste postulado, caracterizaremos el con-texto sociocultural y trataremos de establecer vincu-laciones entre los requerimientos de la existencia con-tempornea y las soluciones ofrecidas en la literatura de autoayuda. Postularemos Que el discurso de la autoayuda, corno cualquier otro que se pretenda ana-lizar, no es otra cosa Que lo Que Vern llama un "frag-mento de la semiosis", cuyo sentido debe interpretar-se en relacin con configuraciones sociales cuyashuellas Quedan plasmadas en el texto.' En conse-cuencia, un examen general de sus significaciones permitir un acercamiento a los valores socialmente sustentados, que circulan profusamente en los dis-cursos hegemnicos. Al analizar la literatura de auto-ayuda accederemos al mismo tiempo a las represen-taciones centrales de lo Que llamaremos, siguiendo a Renato Ortiz, la "cultura mundializada" Literatura de autoayuda: un gnero de la cultura masiva Consideramos a la literatura de autoayuda como un producto propio de la cultura masiva, Que comparte sus rasgos esenciales: la serialidad de su produccin, la estereotipacin de contenidos y una decisiva orien-tacin hacia el consumo,' Antes de caracterizar el gnero, debemos indicar Que entendemos por ello a una "clase de textos u objetos culturales" Se trata de "opciones comunicacionales sistematizadas por el uso (...) que instituyen en su recurrencia histrica, con-diciones de previsibilidad en distintas reas de la pro-duccin e intercambio cultural".'La definicin de gne-ro, como se ve, est sancionada por su uso; un gne-ro se establece como tal en tanto sea reconocible. Estos rasgos de previsibilidad estn asociados fun-damentalmente al tema, las caractersticas retricas y la situacin enunciativa Que construye en relacin al receptor. El "contrato de lectura" propuesto desde los for-matos propios de la cultura masiva tiende a posibilitar una menor deriva en la interpretacin, utilizando un tipo de dispositivo construido a partir de las opera-ciones propias del discurso ideolgico,' Se esfuerza, al contrario de lo Que hace el arte, en anclar el senti-do y reducir las variaciones posibles en la lectura. Entre el arte (y las obras literarias Que comparten esta vocacin) y la cultura de masas, se establece una ten-sin semejante a la Que existe entre autonoma y hete-ronoma. Es sabido Que el hecho artstico tiende a escapar del encorsetamiento del gnero; en cambio, las producciones propias de la cultura masiva respe-tan y se amoldan al tipo de restricciones Que ste com-porta, si bien, a lo largo del tiempo, nuevos gneros P gina333 /La Trama de la Comunicacin - Volumen 11-2006 aparecen y los tradicionales sufren transformacio-nes En el caso que tratamos, la orientacin hacia la heteronomia puede reconocerse ya en el eje funda-mental Quedefine el gnero de la autoayuda: el ofre-cimiento de soluciones a problemas personales o de la vida cotidiana. Aunque puede encontrarse una cier-ta diversidad Quepermitira una clasificacin en sub-gneros, el tema de la "solucin de problemas" es comn a todos ellos, ya se trate de textos sobre espi-ritualidad, psicologa, empresa, relaciones interper-sonales, filosofa, Programacin Neurolingstica, Inteligencia Emocional, etc.' Podemos ubicar una par te de la literatura de auto-ayuda en lo QueLeonor Arfuch denomina "el espacio biogrfico". En estos casos, los textos se caracterizan por el borramiento de las marcas ficcionales como proceso de autentificacin. Tambin aQu se revela el parentesco entre la literatura de autoayuda y los men-sajes de los medios: como seala Arfuch, los "momen-tos biogrficos" de la narrativa meditica y el aconte-cimiento en boca de sus protagonistas o de sus testi-gos directos, son capaces de generar la confianza que procede de la plenitud de la presencia y producir efec-tos de verdad y certeza, aun en la incertidumbre Que caracteriza a la poca presente.' Los libros de autoayuda remiten al testimonio, al relato de la experiencia, entendida sta como acon-tecimiento disruptor de la serie vital y va de acceso a un nuevo modo de vivir. Cuando no se trata de la narra-cin personal de boca de los autores, se apela a la narracin biogrfica en boca de otros, "confesada" al autor del libro en mbitos de interaccin diversos: su gabinete de terapia, un curso, un viaje o charlas oca-sionales. En otros casos, el autor-narrador aparece en actitud de bsqueda, encontrndose con estos rela-tos de las vivencias ajenas en su intento por explorar el alma humana. Sin embargo, la riqueza de la viven-cia es reducida; es expurgada de lo singular Que pudie-ra tener para sintetizarse en recetas, declogos o ins-trucciones de alcance universal. La experiencia ulte-rior a la Queconducen es una pseudoexperiencia: esuna experiencia sin riesgos -puesto Que ya ha sido pro-bada-, sin experimentacin -se siguen los pasos pre-fados- y sin angustia: muy por el contrario, su finali-dad es producir una sensacin de dicha a travs de la red microscpicaQueel texto teje. La literatura de autoayuda pretende expandir su eficacia fuera de los limites del texto -y esto constituye uno de sus rasgos salientes para identificarla como gnero-, en ella hay una promesa condicionada: si el lector sigue el card-no prefigurado por el texto, conseguir esparcir un bienestar sedante ofrecido como felicidad, en la tota-lidad de su existencia personal. El relato testimonial puede constituir la narracin central de las que llamaremos cuasibiografias, osim-plemente enmarcar la serie de prescripciones, reglas o instrucciones directas Que conforman el ncleo cen-tral de esta literatura. El grueso de los textos enfatiza las potencialidades del yo y justifica la eficacia de la terapia o propuesta vital apoyndose en declaracio-nes citadas en primera persona o en autorreferencias del autor. Son dos los rasgos Que permite distinguir la literatura de autoayuda de las biografas, los relatos de vidas ejemplares, las confesiones y otros textos propios del "espacio biogrfico": por un lado, al apo-yarse en los testimonios, descartan de ellos lo Que tie-nen de distinto, de peculiar, y enfatizan lo Que es igual para todos. Por otro, en este gnero se subraya una intencionalidad pedaggica y una torsin del relato del "yo" al "t", buscando intencionalmente provocar iden-tificaciones. Suelen presentarse, asimismo,testsy otras estrategias Quepermitan al lector diagnosticar su situacin y evaluar sus progresos, proponiendo un espacio de interaccin directa entre el texto y el lec-tor. Las "recetas" aconsejadas, de extrema simplici-dad, se asientan en vivencias; son cuestiones Que ata-en a la vida y, por lo tanto, sus "verdades" son evi-dentes y fcilmente comprensibles. La "enseanza" Quese pretende impartir requiere de otros procedimientos de validacin que sostengan su carcter general y atemporal. Dos son los funda-mentos ms usados: uno es de tipo cientfico o pseu-docientfico; el otro, de tipo religioso. En estos textos,encontramos numerosas remisiones al discurso de la ciencia, Quevan desde la psicologa a la teora de sis-temas, y son frecuentes las menciones a las "capaci-dades desconocidas de la mente". De otro lado, se apela a un fundamento "espiritual" del orden humano y csmico vinculado a la 'New Age'. Dada la necesa-ria brevedad de esta comunicacin, no podemos explayarnos en este punto y slo mencionaremos estos dos grandes rdenes de justificacin usual-mente empleados. En la situacin de enunciacin, se hace evidente la distancia con las formas biogrficas tradicionales. En lugar de tratarse de textos expresivos, orbitando alre-dedor de una voz narrativa fuerte en primera o terce-ra persona, se manifiesta como dominante la funcin conativa. La reiterada apelacin al lector busca pro-ducir un efecto de empowerment,condensado en la consigna "t puedes". Esta potencialidad atribuida al receptor subyace a todo el gnero e insiste en adjudi-carle atributos excepcionales no explotados, que lo facultan a "cambiar su vida" en tanto yen cuanto reco-nozca su vala y desarrolle sus capacidades latentes. Los aspectos prescriptivos de la autoayuda se plas-man en un dispositivo tcnico Que, sobre la base de reglas y ejercicios, conducen a transformar la repre-sentacin del mundo y a reorientar el sentido de la accin. La mayor parte de los libros de autoayuda estn dirigidos a disolver los sntomas del malestar cotidiano sin preocuparse por la modificacin de sus causas. Se presentan como soluciones rpidas a pro-blemas cuyo origen identifican en el individuo y cuya salida depende igualmente y en su totalidad de accio-nes personales, dejando fuera de la consideracin los condicionamientos socioculturales y econmicos en los que estas situaciones pudieran inscribirse. Las prcticas teraputicas tendientes a superarlos se basan en el control de las representaciones de los sujetos. Puede afirmarse Que el objetivo perseguido es mejorar la adaptacin a las condiciones de exis-tencia, en consonancia con el universo de creencias y valores Que caracterizan al capitalismo tardo, A esto nos referiremos ms adelante. Una somera caracterizacin A partir de estos rasgos, podemos ya esbozar una caracterizacin sinttica del gnero. En cuanto a su estructura, los textos parten de la presentacin de un problema, generalmente en forma de ejemplos y tes-timonios. Los problemas son tipificados, es decir que, an cuando cada caso es presentado como singular, adquiere sentido porque es semejante a otros y la experiencia del individuo es extensiva a un conjunto de seres Que padecen de igual forma. El recurso Que facilita este trayecto es el testo prueba, que al mismo tiempo constituye una dimensin de juego interactivo entre el texto y su lector. A partir de este diagnstico, se prescriben soluciones a modo de recetas o pasos simples de seguir. En algunos casos se incluyen fbu-las o historias moralizantes en las que la prescripcin es destacada del resto de la narracin. Finalmente, existe un discurso con el Que justifica su eficacia, Que puede ser de distinto tipo: surge por la fuerza demos-trativa de los testimonios, o por el efecto de verdad del discurso cientfico. Incluimos a la psicologa basa-da en las neurociencias en este ltimo grupo. En cuanto a las caractersticas retricas ms sobre-salientes, se destaca el uso de la segunda persona en funcin conativa y de la primera persona en el relato vivencial. Esta presencia de establece un lazo, un vn-culo de identificacin entre el autor y el lector Que con-trasta con las forma del discurso cientfico. An cuan-do se pretenda "de ciencia", el lenguaje est torsio-nado hacia un receptor-cliente de manera evidente al punto Que la utilizacin de la segunda persona se con-vierte en el elemento caracterstico que identifica a estos textos. Se emparenta as con el discurso de la publicidad y se aleja de la objetividad procurada por los metarrelatos veristas. Otro rasgo caracterstico es la redundancia, una insistencia notable sobre un manojo de ideas Que, insistentemente, se proponen convencer a travs de un eje central en toda argu-mentacin: Queel receptor tiene el poder de cambiar su vida. De all Quela ejemplificacin sea uno de los recursos ms usados, pues la veracidad del argu- Pgina334 / L i t er a t ur ad e a ut o a y ud a : _ .-Vanina A. Paparini Pgina335 / La Trama de la Comunicacin - Volumen 11- 2006 mento se confirma por los casos expuestos. Los tes-timonios suelen seguirse de una conclusin Que "cie-rra" el sentido del relato sobre las ideas Que se inten-ta inculcar. Cuando el texto toma la forma de fbula o narracin, estos anclajes parciales se destacan del resto del texto con el uso de recursos grficos. Existen una gran variedad de subgneros dentro de lo Que se denomina "literatura de autoayuda" en la cla-sificacin utilizada por quienes editan o comercializan librcs."A pesar de la evanescencia de estas fronteras, hay un dato comn a todos los textos Que permite uni-ficar el gnero. Este conjunto heterclito tienen en comn un tema y un enfoque: la literatura de autoayu-da trata la dimensin subjetiva como fundamento de un cambio individual cuya funcin es instrumental. La definicinQuepostulamos permite trazar los lmites del gnero. De la postulacin aqu esbozada se desprende tam-bin aquello Que no forma parte del gnero: los libros de tipo prctico (salud, guas educativas para padres, dietas,sexualidad, jardinera, cocina), carecen por completo, o presentan en un grado dbil, un discurso legitimador. Su legitimidad es el sentido comn: son guas para ayudar a hacer y no se interesan ms Que circunstancialmente por la dimensin subjetiva. Tampoco forman parte del gnero -segn la clasifica-cin propuesta- los libros Quepueden ser considera-dos esotricos o religiosos, puesto Que su fundamen-to no es racional sino del orden de la creencia. Los libros de autoayuda se presentan como singulares uni-versales: se refieren a cada caso -eltestmismo es medida de la "personalizacin" de la terapia- pero al mismo tiempo se proponen como universales, pues pueden ser consumidos por cualQuiera, ms all de sus creencias. A pesar de su extensin en cuanto a los casos a los Que puede responder, su eficacia es personalsima: depende de cada uno de los lectores y de cunto sean capaces de seguir las prescripcio-nes contenidas en el libro. La NewAge, Que constituye una forma religiosa, pre-senta problemas particulares en esta consideracin. Por tratarse de una espiritualidad laxa, es referidacomo discurso legitimador, compatible con otras cre-encias. Justamente se trata de una justificacin muy utilizada pues presenta una cosmovisin orientada a la refiguracin de la existencia. A los finesQuenos proponemos, no se la considerar como religin en tanto no exia compromiso con un dogma o ncleo fjo de principios y s como un fundamento o discurso legi-timador Que ya forma parte del sentido comn de la poca," Por ltimo, dejaremos fuera del gnero a los libros narrativos, moralizantes o ejemplificadores basados en alegoras o en smbolos fcilmente reconocibles, o las frases y opsculos destinados a la meditacin. Estos gneros, de larga trayectoria literaria, no sue-len estar asociados a un cambio instrumental de la existencia. El contexto de la literatura de autoayuda muestra en Qu sentido debe operarse esta transfor-macin. El contexto de la autoayuda Es un tema conocido en sociologa el anlisis de la transformacin de los lazos sociales Que se viene pro-duciendo entre los '80 y la actualidad, fundamental-mente en relacin con el papel de los Estados y la transformacin del mundo del trabajo. Reconocidos autores hacen referencia a este proceso de cambio social proponiendo lecturas convergentes. Giddens, Sennet, Bauman, Beck, coinciden en Que la moderni-dad, fiada territorialmente por la accin del Estado y el trabajo, provey de rutinas Queconstituan la sub-jetividad a travs de la repeticin. Las caractersticas del tiempo presente (el cual recibe diferentes nom-bres: posmodernidad, modernidad tarda, sociedad postradicional, sociedad del riesgo) son otras: la fle-xibilidad y el cambio constante, la desterritorializacin del trabajo y de la vida, la prdida del lazo social Que articulaba al individuo con el grupo, la competencia y evaluacin permanente.'' Richard Sennet describe con acierto la forma en que las transformaciones en el trabajo repercuten de manera subjetiva, ya Quela ausencia de una pauta prefjada para la accin y la asuncin solitaria de riesgos genera la ansiedad deno saber Qu caminos seguir ni las consecuencias Que tendrn las elecciones individuales a las que debe someterse el sujeto en cada encruclada. Esta apa-rente mayor autonoma encubre mecanismos com-plejos, Que tienden a distribuir democrticamente los perjuicios de los "caminos errneos" con la conse-cuente socializacin del fracaso, y a concentrar en unos pocos los beneficios del xito.' Mientras dur el Estado de Bienestar, el sentido de la accin estaba garantizado por instituciones y pode-res que orientaban frreamente las vidas. La figura moderna del "ciudadano" como sujeto de soberana, es una definicin poltica pero al mismo tiempo exis-tencial: dice del sujeto su politicidad y su sujecin a leyes uniformes y abstractas. El reemplazo por la figu-ra del consumidor (y, en tanto Que tal, portador de dere-chos asociados al consumo) establece otro espacio y otra legalidad: la economa y sus leyes de oferta y demanda. Tambin pueden sealarse los modos de exclusin Que se corresponden con cada topografa poltica. En la polis, el extranjero carece de derechos. En el mercado, no participa Quien no tenga poder adquisitivo. La ciudadana deviene una desleda cualidad polti-ca del sujeto consumidor. Las acusaciones y la bs-queda de responsabilidades se trasladan de la esfera pblica a la privada. Comienzan a consolidarse estra-tegias sociales de inspiracin norteamericana que, como indica Pierre Rosanvallon, "denuncia a la socie-dad como 'irresponsable', llamando a los individuos a hacerse cargo de s mismos. En el mismo orden Pol-tico, aunque sea diferente, tambin vemos producirse este retorno a la responsabilidad individuar." Se trata de solicitar al sujeto Que se encargue de s mismo, de su propia situacin vital, como si en su totalidad depen-diera de l mismo.De hecho, ya no hay otros apoyos sociales y los tradicionales han sido menoscabados o han perdido fuerza de convocatoria. Se desbaratan las colectividades del trabajo, espacialmente agluti-nadas en torno a un establecimiento (el taller, la empre-sa, la fbrica) y profesionalmente reunidas en torno a sindicatos. El individuo se encuentra cara a cara con un destino solitariamente personal, sin mediaciones, sin instancias intermedias y sin proyecto colectivo. A la fragmentacin de la construccin social le sigue un individualismo de sobrevivencia, configuran-do un Robinson posmoderno volcado hacia su propia interioridad desesperada. La literatura de autoayuda puede ser entendida as en relacin del espacio ms amplio de lo poltico: un espacio en el cual la politici-dad se diluye. Segn se asevera, todos los conflictos podrn resolverse a partir de acciones personales. Los textos ponen en circulacin nuevas significacio-nes sociales Que tienden a generar consensos sobre un mundo "flexible" en donde los riesgos parecen ser el nico dato universalmente compartido Que sin embargo interpela a cada uno en particular. Es un "des-afo" Que se muestra con el rostro de la "oportunidad", segn la pauta de interpretacin que ofrece la autoa-yuda. Al parecer, nos enfrentamos a una transformacin en los modos de constituir el lazo social Que deposi-ta en el individuo el requerimiento de la autorregula-cin, de la misma manera en Que el mercado se auto-rregula. La disolucin de las instituciones fuertes como instancias constitutivas de la subjetividad y el vaco de sentido deja al individuo a la deriva, librado a s mismo y en una situacin de angustia, en situacin de competencia y evaluacin permanente: la realiza-cin de la existencia depende de un criterio de xito Que se mide en relacin a objetivos sealados desde afuera. La competencia mina toda relacin con los otros. Los poderes instituidos ya no orientan las deci-siones biogrficas: se debe elegir a cada momento cmo ser y cmo actuar, en ausencia de un horizonte histrico-social Que d sentido a las trayectorias per-sonales. Esta situacin de aparente mayor libertad demanda una gran autonoma emocional, puesto Que toda decisin depende de uno mismo. De all Que la presencia de la subjetividad en la escena contempo-rnea cobre una fuerza inusitada: en esa esfera no slo se debe dar resolucin a la vida personal sino tambin a la problemtica social Que es asumida en trminos individuales. Pgina336 / L iter atu r a de au toay u da: . . .- Vanina A. Papalini Pgina337 / La Trama de la Comunicacin - Volumen 11 - 2006 Boltansky y Chiapello proponen Que el savoir-faire -la capacidad adQuirida de hacer ciertas cosas- est siendo gradual pero inevitablemente reemplazada por elsavoir-tre,Quese funda en cualidades genricas de una persona -las mismas Que se valoran en la vida cotidiana, y Que son de orden afectivo- ponderando la capacidad de generar confianza, de comunicarse, de "identificarse con el otro"." El "ser" aparece como un mandato Que interpela a un individuo desguarnecido y aislado, generando la sensacin deQueel xito o el fracaso son su propia responsabilidad. La individualidad -Que se presenta como si fuera una eleccin autnoma- es obligatoria: se est confinado a los recursos Que solitariamente se puedan obtener y se detenta una responsabilidad igualmente personal sobre los resultados De all, tem-bin, la angustia experimentada y la necesidad de sali-das -naturalmente, individuales- a problemas Que son vividos como privados. Como seala agudamente Arfuch, esta recurrencia de la intimidad es una de las notasQueda la peculiar tonalidad de la poca actual y, tal como ella corrobora en su investigacin, este dato se plasma en una multitud de formas de la cultu-ra contempornea. El relato de la vivencia, en los medios o en la literatura, tiende a suscitar cadenas de identificaciones, tanto en relacin a los modelos "este-lares" -exitosos- como a los casos de carencia, fra-caso o tragedia, Que hacen visible la penuria singular y anuncian su superacin. El cambio como modelo, el xito como objetivo Por su importancia a nivel de la construccin de una nueva subjetividad, deben ser subrayadas especial-mente dos ideas fuertes Quetransitan habitualmente estos textos: la primera tiene Que ver con la distensin de los conflictos y el enmascaramiento de los snto-mas indicativos del malestar subjetivo y de la opresin objetiva; la segunda atae al desplazamiento de la centralidad del trabajo y su reemplazo por la obten-cin de xito, una nocin ubicuaQuepuede referirse a distintas reas de la vida. Se trata de aprender a cambiar. Bajo esta premisa,el xito reaparecer an cuando est momentnea-mente ausente Estar en estado de alerta, preparado para los retos de un mundo en cambio constante es una condicin animal, ms Que humana. No obstante, esa actitud de acecho permanente es la Que permite "adaptarse" a una "naturaleza" inestable del mundo del trabajo. Conservar, permanecer, esperar, consolidar, arraigar, son verbos inadecuados para las capacida-des Que exige la poca. La misma desvalorizacin se ejerce en relacin con la duda, la especulacin, la reflexin. Se alude a un mundo de accin tendido hacia delante Que nunca debe mirar al pasado, cuya volun-tad fustica de transformacin no se despliega ya sobre el mundo sino sobre uno mismo, persiguiendo el objetivo de adaptarse adecuadamente. Las bestias no piensan ypor esosobreviven en un mundo en el Que la competencia implica la sobrevivencia del ms apto. El instinto y la capacidad de reaccin son fun-damentales en esta carrera. Las cavilaciones -y peor, las deliberaciones- no conducen a salir de las cadas, de las sbitas desgracias Que acontecen como varia-ciones meteorolgicas en una sociedad configurada como naturaleza inexorable. Cambiar, adaptarse a los nuevos tiempos con rapidez, olvidar las viejas con-vicciones, son las recetas para el xito Que depende, una vez ms, de cada uno La nocin de xito tiene una trayectoria antigua, pero su valoracin social ha ido creciendo. Su signifi-cado desde el punto de vista etimolgico tiene Que ver con la obtencin de resultados y no con el proceso de consecucin del logro. No se trata, pues, de un esta-do interior sino que implica el reconocimiento de una conquista o realizacin y esto no deviene de uno mismo sino de una accin estimada por un colectivo social. En este sentido, la literatura de autoayuda incorpora un enfoQue distinto: la mirada de los dems, Que sanciona el xito o el fracaso, no cuenta, es uno mismo Quien decide sobre la asignacin de lauros, bajo un criterio puramente individual y aun en contra de otras opiniones. Es uno mismo el Que dice de s el xito. El trabajo era una actividad permanente Que haca al ser. El xito, en cambio, es exterior y no implicaesfuerzo, ni dedicacin, ni un "saber-hacer". Se puede tener xito por un golpe de suerte, por una transac-cin dudosa, por un meritorio recorrido. No importa cmo se logre ni Qu medios se utilicen para conse-guirlo No hay ms tica Quela de los fines. La definicin de xito tiene distintas connotaciones segn los libros de losQuese trate: en los libros Que apuntan a cuestiones de la vida familiar o personal, el xito consiste en "sentirse bien con uno mismo", sea cual fuere la situacin en laQuese est. Cuando se trata de libros orientados al mundo del trabajo, el xito es una medida de logro en el entorno competitivo. No necesariamente se asocia al crecimiento u obtencin de posiciones en el trabajo; siempre emerge bajo patrones de ponderacin subjetivos. Puede entender-se como xito la influencia sobre los otros, la direc-cin de proyectos colectivos, el poder, el esfuerzo, el optimismo frente a la adversidad... En tanto el xito se erige en valor central-y, de todos los xitos posibles, el relativo al rdito econmico es el ms importante-, el fracaso pone en duda la exis-tencia y debe ser desalojado de ella. Para esto, la lite-ratura de autoayuda propone "salidas"; la ms gene-ralizada es una redefinicin permanente de xito en trminos personalsimos. La denegacin Que operan estas prcticas implica un ensimismamiento del suje-to Que no confronta sus puntos de vista con otros y Queevita toda circunstancia Que ponga en tela de jui-cio su situacin vital. Nunca se es un fracasado si se considera Que riada de lo acontecido en la vida cons-tituye un fracaso. Es uno mismo el Que se entroniza, el Que se califica como exitoso. Todo el entorno de la autoayuda se muestra atra-vesado por las problemticas de la pos-modernidad, Quese revela en toda su dimensin de "ya no ser" en el malestar psquico: angustia e incertidumbre, con-sumos compulsivos y vaco existencial, y una compe-tencia furiosa por la posesin de un bien escaso: el empleo. A pesar de esta marcada orientacin a la esfera laboral, los mismos procedimientos de evasin y enmascaramiento Que preconiza la literatura de auto- ayuda se aplican a innumerables circunstancias de la vida. Las tcnicas de visualizacin, armonizacin y ensoacin tienen por objeto tomar distancia de los conflictos, especialmente los laborales pero tambin los interpersonales y los familiares. Implican su diso-lucin nicamente en la esfera subjetiva, sin ninguna intervencin concreta en el devenir de los aconteci-mientos. En este clima de antagonismo generalizado, con el xito como tica y sin reglas, como promueve la flexi-bilizacin, el individualismo se exacerba a niveles insospechados instando a un hedonismo egocntrico. Lejos de constituir un dispositivo de emancipacin, la literatura de autoayuda acta en consonancia con el mundo y funciona como espacio normalizador, sien-do apropiada inclusive por instancias regulativas ins-titucionalesQuese preocupan por cuestiones tales como la autoestima, la imagen de s, la psicologa del yo," La nueva modalidad de control est regulada por los sujetos Que recurren a redes de ayuda por su pro-pia decisin. Podra decirse Que la literatura de auto-ayuda configura sujetos sociales, cuando stos se viven a s mismos como actores: hablar en pblico, tener amigos, sentirse conforme con el propio cuer-po, ser un vendedor exitoso, alcanzar la felicidad, leer velozmente, ser "simptico". En tanto estrategia de enmascaramiento, el snto-ma regresa con otras formas, de las cuales la ms fre-cuente es la depresin. "La depresin -seala Ehrenberg- inicia su xito desde el momento en Que el modelo disciplinario de gestin de las conductas, las reglas de autoridad y de conformidad respecto de las prohibiciones Que asignan a las clases sociales, como a los sexos, un destino, ha cedido ante las normas Que incitan a cada uno a la iniciativa individual, impulsn-dolo a convertirse en uno mismo"." Ya Que el malestar se expresa en manifestaciones psicofsicas, a ese nivel justamente apuntar la estrategia de la literatu-ra de autoayuda. Y, como alternativa ltima, los psi cofrmacos ofrecen la opcin resolutiva ms radical de estos conflictos sociales Que se tramitan por la va individual. Pgina339 / LaTrama de la Comunicacin - Volumen 11 - 2006 Pgina338 / Literatura de autoayuda:..Vanina A Papalini Tcnicas corporales y significaciones centrales La autoayuda se ofrece como un espejo que retra-ta los padecimientos subjetivos de los hombres y muje-res contemporneos y que propone una va individual de resolucin de conflictos. Una de sus premisas cen-trales es Que la mente se impone a la materia corpo-ral Se trata, entonces, de lograr controlar y redefinir los automatismos fsicos. El cuerpo tiene hambre, fro, cansancio. La terapia que se prescribe busca neutra-lizar las sensaciones utilizando distintas tcnicas Que, actuando como "escapes", como "vacaciones" o "recreos" imaginarios, permitan Que el cuerpo se reu-biQue en la actividad productiva sin contradicciones y resistiendo la fatiga. Aunque librado de las institucio-nes de control, el cuerpo es refigurado por el sujeto mismo, a travs de estas formas de autogobierno. Otra de las tcnicas consiste en la denegacin del mundo. Se ensea a prescindir de la mirada del otro, de su crtica e inclusive de su opinin. La autoafirma-cin se basa en la omnipotencia del ego Que todo lo puede y no necesita de nadie. El individuo es erigido en centro del mundo y no tiene otra responsabilidad Que el xito. Fortalecido el yo, tampoco existen res-ponsabilidades hacia los otros. La tica Que se postu-la es una tica del "cuidado de s" egocntrico. Estas tcnicas, Que persiguen como significacin central la idea de xito, apuntan a una condicin del yo: la autoestima. Aunque se brinden indicaciones a ser utilizadas como tcticas blicas en un terreno labo-ral metamorfoseado en campo de batalla, el xito tiene que ver fundamentalmente con el ego. Como suger-an Boltansky y Chiapello, es un estado del ser (una posicin subjetiva) y no un resultado objetivo vincula-do a un hacer. Vista as, la literatura de autoayuda se preserva a s misma, pues no se confronta con una factualidad externa al sujeto sino que depende de la valoracin y sentido Que ste otorgue al mundo. La medida de su eficacia depende de las mismas repre-sentaciones Que se propone readecuar: si el sujeto no percibe cambio alguno, es porque naufrag su inten-to y a l le cabe la responsabilidad por ese fracaso. Desde una posicin de ensimismamiento monolgico, la imagen que el sujeto se forje de s mismo es la nica verdad. Y eso es justamente lo que la literatura de auto-ayuda puede reubicar y resignificar. Se aplica perfectamente el razonamiento de Schnaith: "El encubrimiento -en todos los campos de la experiencia- de esas nuevas condiciones, como huida hacia atrs o hacia adelante, tiene una inaca-bable capacidad de generar 'soluciones', todas noci-vas, como los sntomas que pretenden acallar la enfer-medad y slo consiguen volverla ms ruidosa o peli-grosa, en tanto desencadenan por s mismos conse-cuencias temibles".9La experiencia del "cuidado de s" deviene pseudo-experiencia que excluye los peligros de las sensacio-nes y sentimientos extremos, dolor y amor, felicidad y desdicha entre ellos. La autoayuda colabora en la mas-carada de la despreocupacin y la simpata preten-diendo que las tribulaciones son nocivas para la vida. Su accin es semejante a la del analgsico, que disi-mula la primera alerta, las seales fsicas; y a la del narctico, que impide sentir. Es una estrategia de fuga donde no hay escape posible; es una fuga del afuera, es la negacin del otro y de uno mismo. Tanto para los defensores de la cultura de masas como para sus detractores, sta socializa al individuo en las virtudes de obediencia y conformidad, ense-ndole a aceptar el sistema social como orden natu-ral perenne. Las organizaciones productoras de la cul-tura masiva, de la Que los medios de difusin son parte, son instituciones del consenso, que reproducen los valores hegemnicos y que tienden a excluir ideas disi-dentes o formas simblicas novedosas pongan en riesgo las significaciones instituidas. Los libros de autoayuda hacen de sta su tarea. La experiencia lite-raria resulta as vicaria, ofrecindose en su lugar una instancia de reproduccin social. Lejos de iluminar senderos emancipatorios, construyen una subjetivi-dad ausente: con lo paradoja! que pueda parecer, se trata de una subjetividad del S-Mismo enajenado. El punto a considerar como fragilidad de esta estra-tegia es Que se quiebra ante la negativa de los suje- tos de auto-aplicarse un dispositivo tal. Al revs de lo que sucede con los mecanismos de poder represivos -Que apelan luego a un discurso legitimadorpara lograr consensos, pero que son obligatorios-, aqu se trata del recurso voluntario,aunque las ms de las veces, desesperado. Notas 1. Los resultados parciales de la investigacin comparada en la que se basa esta comunicacin sealan que, en el caso de Europa Occidental, es Espaa el mayor consumidor de literatura de autoayuda, mientras Que Argentina aventaja lige-ramente a Mxico como principales mercados de Amrica Latina. 2, Seala Vern Que "un conjunto discursivo no puede jams ser analizado 'en si mismo': el anlisis discursivo no puede reclamar 'inmanencia' alguna. La primera condicin para poder hacer un anlisis discursivo es la puesta en relacin de un conjunto significante con aspectos determinados de esas condiciones productivas. VERN, E., La semiosis social, Gedisa, Barcelona, 2' reimpresin, 19 9 8, p 127 3.La mundializacin de la cultura es el proceso que, en la esfera simblica, se corresponde con la globalizacin, enten-dida sta como tendencia econmica dominante La dinmi-ca cultural, no obstante, presenta peculiaridades que le son propias y que impiden la homogeneizacin en este terreno, aun cuando haya una expansin y presencia dominante de las pautas culturales norteamericanas. Vase ORTIZ, R., Los artfices de una cultura mundializada, Siglo del Hombre edito-res, Bogot, 19 9 8. 4.Adorno y Horkheimer, en la obra clave de crtica a la cul-tura masiva, van a insistir en que se trata de una cultura pro-ducida para las masas, en un proceso racional intencionado en el que interviene un componente tcnico especfico y cuyas reglas de produccin y circulacin responden a la lgi-ca capitalista. Denominan a esto industria cultural. ADORNO, T. y HORKHEIMER, M. Dialctica del Iluminismo, Sur, Buenos Aires, [19 47] 19 69 , 5.STEIMBERG, O., entrada "Gneros", en Altamirano, C. dir.,Trminos crticos de sociologa de la cultura,Paids, Buenos Aires, 2002, p. 101. 6, EAGLETON, T.,Ideologa. Una introduccin,Paids, Barcelona, 19 9 7 Citamos in extenso un prrafo de dicha obra "As, pues, a Qu hace referencia la ideologa? Quiz la respuesta ms general es Que la ideologa tiene que ver con la legitimacin del poder de un grupo o de una clase social dominante 'Estudiar la ideologa', escribe John Thompson, '.,. es estudiar las formas en Que el significado (o la signifi-cacin) sirve para sustentar relaciones de dominio', sta es probablemente la definicin de ideologa ms ampliamente aceptada; y el proceso de legitimacin implicara, por lo menos, seis estrategias diferentes, Un poder dominante se puede justificar por si mismo promocionando creencias y valores afines a l, naturalizando y universalizando tales cre-encias para hacerlas evidentes y aparentemente inevitables, denigrando ideas que puedan desafiarlo; excluyendo formas contrarias de pensamiento, Quiz por una lgica tcita pero sistemtica, y oscureciendo la realidad social de modo con-veniente a si misma," Op, cit , p. 24. 7,Pampa Aran critica las restricciones que impone la nocin de gnero entendida como "cultura gramaticalizada" pues considera que, as, resultara "un instrumento que favorece el modelado homogneo de conciencias y saberes sociales, favorecedor de las polticas que buscan el control de las dife-rencias" ARAN, P "Perspectivas para el estudio de los gne-ros",VIII Congreso de Semitica,Buenos Aires, 2002 Creemos que, efectivamente, las normas que impone el gnero esclavizan la creacin y empobrecen la cultura, ajus-tndola a matrices prefiguradas. De all tambin que las obras de la cultura masiva sean ms fcilmente referidas a ellos que las obras artstico-literarias, 8,El corpus amplio al que se refiere en esta investigacin incluye ms de 30 textos de literatura de autoayuda. Se citan aqu, a modo de referencia ilustrativa, algunos ttulos que corresponden a las reas enunciadas espiritualidad: CHO-PRA, D., El regreso del maestro,Gralbo, Mxico, 19 9 5; psi-cologa FUENTES, Sonsoles, Soy madre, trabajo y me siento culpable,Grialbo Mondadori, Barcelona, 2000; empresa KRAUSE, D., El libro de los cinco anillos para ejecutivos, Edaf, Buenos Aires, 19 9 9 ; relaciones interpersonales-GRAY, J., Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus, Ocano, Pgina340 / Literatura de autoayuda:._- Vanina A , Papalini Pgina341 / La llama de la Comunicacin -Volumen 1 1-2 0 0 61995, Mxico; filosofa: MARINOFF, L, Ms Platn y menos Prozac,Ediciones B, Barcelona, 2000; Programacin Neurolingistica: GUILANE-NACHEZ, E. Usted puede cam-biar su vida,Ocano, Mxico, 1998; Inteligencia Emocional. GOLEMAN, D .., La inteligencia emocional, Vergara, Barcelona, 1995. 9.Esta temtica y el tratamiento que aoul se ofrece refiere a todo el capitulo 1 de ARFUCH, L,El espacio biogrfico Dilemas de la subjetividad contempornea,Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, 2002. 10.La clasificacin utilizada por las libreras suele incluir tera-pias orientales (feng-shui, yoga, reflexologia, por ejemplo), libros esotricos y, en algunos casos, libros de salud o sobre psicologia infantil. 11.Hemos trabajado ms detenidamente aspectos de la New Age en otra publicacin: PAPAUNI, V , "La subjetividad disci-plinada: de la contracultura a la autoayuda", en Papalini, V., ed.,La comunicacin como riesgo cuerpo y subjetividad,Al Margen editora, La Plata, en prensa. 12 BAUMAN, Z,,La sociedad sitiada,Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, 2004; BECK, U. Y BECK-GERNS-HEIM, E., La individualizacin,Paids, Barcelona, 2003; GID -D ENS, A (1997) "La vida en una sociedad post-tradicional", Rey. gora N'6, 1997; SENNET, R., La corrosin del carcter, Anagrama, Barcelona, 2000. 13.. Vase SENNET, R., op. cit., p. 13 a 31. 14 ROSANVALLON, P., La nueva cuestin social,Manantial, Buenos Aires, 1995, p. 45. 15. BOLTANSKY, L. Y CHIAPELLO, ., Le nouvel esprit du capi-talismo,Gallimard, Paris, 1999, 2004, p. 151. 16.. Un anlisis detenido este tema a travs del libro de M. D . SPENCER JOHSON, Quin se ha llevado mi Queso?(Urano, Barcelona, 2000, 2004, 36 edicin) puede encontrarse en la tesina de Federico Rosso, "Un individuo exitoso y eficaz en un caso de autoayuda", Escuela de Ciencias de la Informacin, Universidad Nacional de Crdoba, diciembre 2005. 17.Al respecto, puede consultarse ABRAHAM, T., La empre-sa del vivir,Sudamericana, Buenos Aires, 2000, 18.EHRENBERG, A., La fatiga de ser uno mismo, Nueva Visin, Buenos Aires, 2000, p. 12. 19.SCHNAITH, N.,Paradojas de la representacin,CafCentral, Barcelona, 1999, p. 135. Registro Bibliogrfico PAPALINI, Vanina ' Literatura de autoayuda: una subjetividad del si-mismo enajenado' , en La T rama de la C omunicacin V ol 1 1 , A nuario del Departamento de C iencias de la C omunicacin.Facultad de Ciencia Politica y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario. Rosario, Argentina. UNR Editora, 2006, Pgina342 / Literatura de auloayuda: - V anina APapalini