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8 de octubre de 2021 48 C LARO que él quisiera ver otra vez la amplia sala de bote en bote, incluso con los pasillos congestionados por niños y adultos que, sentados en los escalones, tratan de em- pinar la cabeza para no perder ni el más leve gesto o expresión de los actores en escena. Y nadie dude que –soñador nato de realidades totalmen- te posibles– Ernesto Parra Borroto, actor, fundador y líder de Teatro Tuyo, confía en que, si no con la misma dimensión, momentos así volverán. CLOWN Parra… Tuyo, nuestro, de todos Arte bueno, herencia de lo universal y de lo cubano; persistente, emprendedor y optimista puede germinar cuando una mano prodigiosa lo planta y no renuncia a darle vida Por PASTOR BATISTA VALDÉS Mientras tanto, esa agrupa- ción insignia de la cultura tune- ra y referente del arte del clown en toda Cuba, no ha colgado sus rojas y atractivas narices en un gancho de pared. Facebook, Twitter , Instagram, Youtube… devienen tabloncillo, cortina o telón abierto por donde la perseverancia y la pasión si- guen filtrando materiales audio- visuales en el noble y supremo afán de llegar a más niños (y a adultos que siguen envueltos en su propia infancia) “para hacer de ellos mejores personas”. Con esa aspiración surgió aquel grupo inicial hace más de dos décadas, justo cuando echaba a andar el año con que el pasado siglo quedaría tendi- do, diciéndole definitivamente adiós a la humanidad. “Desde entonces no nos he- mos detenido”, afirma Parra con la mirada en una especie de diagonal sobre la línea del tiempo. Sabe que han entrado y han salido artistas, pero la gente si- gue ahí, esperando cada nuevo estreno para verlo y volverlo a ver como si se tratara de la primera vez, entre aplausos que parecen no acabar y hasta lágrimas de emoción, mientras él se convence cada vez más de que “ese ha sido el regalo más grande, la mayor conquista”. También lo ha sido este Centro cultural donde hoy uste- des siguen haciendo milagros, le comento. “Sí, luego de permanecer nueve años rodando por dis- tintos lugares, sin sede, pero creando un repertorio, abrien- do el camino, ganando espacio en el ámbito nacional, se nos concedió esta instalación que no tenía prácticamente uso Un hombre completamente “Parra” los niños. YACIEL PEÑA DE LA PEÑA

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8 de octubre de 202148

CLARO que él quisiera ver otra vez la amplia sala de bote en bote, incluso con

los pasillos congestionados por niños y adultos que, sentados en los escalones, tratan de em-pinar la cabeza para no perder ni el más leve gesto o expresión de los actores en escena.

Y nadie dude que –soñador nato de realidades totalmen-te posibles– Ernesto Parra Borroto, actor, fundador y líder de Teatro Tuyo, confía en que, si no con la misma dimensión, momentos así volverán.

CLOWN

Parra… Tuyo, nuestro, de todos Arte bueno, herencia de lo universal y de lo cubano; persistente, emprendedor y optimista puede germinar cuando una mano prodigiosa lo planta y no renuncia a darle vida

Por PASTOR BATISTA VALDÉS

Mientras tanto, esa agrupa-ción insignia de la cultura tune-ra y referente del arte del clown en toda Cuba, no ha colgado sus rojas y atractivas narices en un gancho de pared.

Facebook, Twitter, Instagram, Youtube… devienen tabloncillo, cortina o telón abierto por donde la perseverancia y la pasión si-guen fi ltrando materiales audio-visuales en el noble y supremo afán de llegar a más niños (y a adultos que siguen envueltos en su propia infancia) “para hacer de ellos mejores personas”.

Con esa aspiración surgió aquel grupo inicial hace más de dos décadas, justo cuando echaba a andar el año con que el pasado siglo quedaría tendi-do, diciéndole defi nitivamente adiós a la humanidad.

“Desde entonces no nos he-mos detenido”, afi rma Parra con la mirada en una especie de diagonal sobre la línea del tiempo.

Sabe que han entrado y han salido artistas, pero la gente si-gue ahí, esperando cada nuevo estreno para verlo y volverlo a ver como si se tratara de la primera vez, entre aplausos que parecen no acabar y hasta lágrimas de emoción, mientras él se convence cada vez más de que “ese ha sido el regalo más grande, la mayor conquista”.

También lo ha sido este Centro cultural donde hoy uste-des siguen haciendo milagros, le comento.

“Sí, luego de permanecer nueve años rodando por dis-tintos lugares, sin sede, pero creando un repertorio, abrien-do el camino, ganando espacio en el ámbito nacional, se nos concedió esta instalación que no tenía prácticamente uso

Un hombre completamente

“Parra” los niños.

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porque se había convertido en el clásico cine que nadie visita-ba, aun cuando en la zona vive la mitad de la población resi-dente en la ciudad cabecera.

“Por eso siempre tuvimos claridad de que este no podía ser el espacio donde solo ac-tuase Teatro Tuyo. Y lo hemos logrado. Aquí ha habido puer-tas abiertas a exposiciones de artes plásticas, a la narración oral, al monólogo, al trovador… Tenemos un centro de infor-mación con amplia bibliografía sobre teatro y otras manifesta-ciones artísticas. De hecho, por estar cerca de la Universidad Vladímir Ilich Lenin, muchos estudiantes de comunicación y del terreno sociocultural han venido para desarrollar aristas de sus investigaciones.

“Contamos, además, con ta-lleres de música, teatro y circo para niños, a los cuales el nue-vo coronavirus puede limitar o posponer, pero no exterminar, del mismo modo que nunca re-nunciaremos a lo alcanzado en el entorno comunitario: ese es-pacio físico y verdaderamente mágico que a fuerza de ternu-ra conquistamos en escuelas, hogares maternos, círculos in-fantiles, casas para niños sin amparo familiar y hasta me-diante nuestras relaciones con el telecentro Tunas Visión”.

Pero hay cosas, experiencias que saltan los muros de la co-munidad, de la ciudad, de la provincia incluso. Y eso Ernesto Parra lo sabe muy bien, aunque no porte ni asomo de vanagloria en ello. Pienso en la verdade-ra audacia (“demente antojo” para algunos) que signifi có pro-ponerse y proponer la idea de crear nada más y nada menos que en Las Tunas, a 700 kilóme-tros de la capital cubana, una (la) Escuela de Clown.

¡Métanle!, fue en criolla esencia, desde allá, el parecer de voces con poder de decisión, conscientes de que el riesgo no sería mayor que el trigo.

De haberse sentado a meditar en los contratiempos, escase-ces, limitaciones, incompren-siones y otros inconvenientes objetivos o “payasadas subje-tivas” que ponen pie sobre pe-dal de freno… todavía Parra no se hubiera incorporado ni Las Tunas hubiese recibido a mu-chachos procedentes de pro-vincias orientales, dispuestos a “clownar” esa vertiente que en el caso de Teatro Tuyo no sé si hace más reír y divertirse o re-fl exionar y andar.

Por suerte, como admite el propio Parra, Las Tunas tiene a una mujer divina, llamada Nu-ris Cantallops Borrego, directo-ra de la Escuela Vocacional de

Arte El Cucalambé, quien no dudó ni un instante en ofrecer toda la sensibilidad de su mun-do interior y el de la instalación que guía, para que el 9 de sep-tiembre de 2019 el clown cuba-no fraguase su sueño de nariz sobre pupitre.

Que faltan cosas (materia-les) por asegurar, nadie lo ponga en duda. Pero dúdese menos acerca de la perseve-rancia de un proyecto que pre-tende atraer a jóvenes de otras partes del Archipiélago e inclu-so del exterior.

El Festival Internacional de Payasos, único de su tipo en Latinoamérica, el cual reúne cada dos años a investigadores, teatrólogos, artistas y compa-ñías, cubanos y foráneos, indica que aspiraciones, potencialida-des y perspectivas reales van mucho más allá de esa nariz roja sin la cual el noble actor ya no puede vivir.

Del horizonte en que teóri-ca, conceptual y prácticamen-te bebe, se alimenta y oxigena Teatro Tuyo habla uno de sus más conmovedores espectácu-los: Clownsicos, tributo espe-cial a Charlot (Charles Chaplin), Ferdinand (Jiri Vrstala), Popov (Oleg Popov), Bip (Marcel Mar-ceau) y Trompoloco (Erdwin Fernández), paradigmas del género a escala universal y en patio cubano.

Acerca de los cuatro pre-mios Villanueva, o de la com-pañía infantil integrada por más de 50 niñas y niños, del galardón Adolfo Llauradó para un joven actor y de pro-tagonismos o reconocimientos en otros momentos y lugares, prefi ero no hablar ni poner a Parra a que lo haga.

En todo caso quedo y los dejo, amigos lectores, con obras como Gris, ¡¡¡Pumm!!!, Narices, La Casa de Papote, Charivari, Superbandaclown, Caminante o Juegos Olimpiclowns, aptos para personas de cualquier edad, sin comorbilidades o ries-gos asociados al exceso de risa y de placer.

Parte de un colectivo en el que hasta los técnicos y demás trabajadores tienen alma de artistas.

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“COMO la vida misma es el ofi cio de Alicia Alonso, que ha dan-

zado el júbilo, la desolación, la gloria y la eternidad; que

LIBROS

“Estrella cubana de todos los siglos”La vida y obra del mito de la danza universal, contada desde múltiples y relevantes voces de la cultura nacional, llegan en un espléndido libro que muestra su excelencia y alcance para las presentes y futuras generaciones

Por ROXANA RODRÍGUEZ TAMAYO

ha interpretado liturgias y combates; que ha girado con razones y emociones; que ha bailado con los suyos y para el mundo”, aseguraba en 1987

el escritor, periodista y diplo-mático cubano Lisandro Otero durante el acto de investidura del título Honoris Causa con-ferido a la prima ballerina assoluta por nuestra univer-sidad de las artes. Sus opi-niones han sido recogidas en un texto que forma parte de un estupendo volumen a cargo de Ediciones Unión.

De encomiable, cuidado y ejemplar califi ca esta repor-tera el trabajo de selección emprendido por los investiga-dores Pedro Simón (compa-ñero en la vida de la artista) y José Ramón Neyra, quienes han puesto a disposición de los adeptos a la danza Prosas cu-banas por Alicia Alonso, que procura una visión múltiple e integradora de la bailarina, coreógrafa, pedagoga y pro-motora cultural.

Apreciaciones, juicios y cri-terios de 42 intelectuales y críticos de arte, concebidos a lo largo de más de 70 años, revelan al lector momentos trascendentes de la trayecto-ria creadora de Alicia. Según Neyra ha escrito en el prólogo, “todos se sienten convocados ante un fenómeno artístico cu-bano excepcional y pretenden explicar u ofrecer claves o de-fi niciones para su más plena comprensión”.

Juan Marinello, Jorge Ma-ñach, Renée Méndez Capote, Mirta Aguirre, Armando Hart, Antón Arrufat, Ricardo Alarcón, Carlos Manuel de Céspedes y García-Menocal, Pedro de la Hoz, Toni Piñera, Rufo Caba-llero y Yuris Nórido son algu-nos de los que componen esta nómina “sumamente ilustre”. Así califi ca el prologuista a esa pléyade de autores que confl u-yen en una suerte de concierto o sarao literario para discernir la grandeza y prominencia de esta mujer portento, contada, admirada, elogiada en ensa-yos, glosas biográfi cas, cróni-cas, presentaciones de libros,

La cubierta, ilustrada con la

obra Siempre Alicia, de Cosme Proenza, se une

a la fi esta de los sentidos que es

en sí este hermoso compendio.

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discursos e intervenciones en actos y/o eventos, reunidos en las más de 300 páginas del volumen.

La pluralidad de estilos y estéticas de los textos resulta impresionante; una de esas joyas lo es, sin duda, el relato del escritor y guionista de cine Senel Paz, quien con sugeren-te originalidad se aproxima a la obra de una de los artífi ces de la escuela cubana de ballet. Tan singulares como esta, lla-man la atención las palabras pronunciadas por el realiza-dor Humberto Solás, en forma de versos libres, cuando en diciembre de 2001 el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfi cos (Icaic) ho-menajeó a la mentora de generaciones.

A partir de la interpreta-ción y análisis de lo escrito por José Lezama Lima sobre Alicia Alonso, el narrador y periodista Reynaldo González generó un ensayo que, con profundidad y coherencia, devela los puen-tes de cubanidad e identidad

nacional entre la bailarina y el autor de Paradiso.

“Como la Duncan, Alicia Alonso puede soltar sus hues-tes danzarias en la Plaza de la Catedral y en la de la Revolución, pues en realidad lo que ella baila es nuestra historia en relación con la his-toria universal. Lo más sutil y profundo de nuestra historia se aclara con su arte incompara-ble”, expresa Lezama.

Con esta metáfora el autor de Oppiano Licario, Analecta del reloj, Muerte de Narciso..., alude a la maestría, virtuosis-mo e ingenio de la prima ba-llerina assoluta, con los cuales ella convirtió un arte oriundo de otro continente, reservado a segmentos elitistas de la socie-dad, en una expresión genuina de nuestra cultura, apreciada y seguida por el pueblo, y con ex-traordinario prestigio a escala global.

En Prosas cubanas por… resulta también sugestivo cons-tatar valiosas reflexiones de Alejo Carpentier, Cintio Vitier,

Fina García Marruz, Alfredo Guevara, Roberto Fernández Retamar, Lezama Lima, Mi-guel Barnet, Eduardo Heras León y Eusebio Leal, quienes en diferentes etapas, dedica-ron más de un texto a elogiar la impronta indeleble de la principal mentora del Ballet Nacional de Cuba y sus vitales resonancias en el movimiento de la danza mundial.

Intercalada en el libro, apa-rece una interesante selección gráfi ca estrechamente vincu-lada con los escritos y/o los autores escogidos, cuya estruc-tura enriquece la obra, pues en tanto esas imágenes orien-tan y conectan al lector con la vida y quehacer profesional de la artista, ilustran sobre dife-rentes períodos, coreografías o las relaciones que la agasajada trabó con algunos de los escri-tores antologados.

Así ocurre con las fotogra-fías que captan un encuen-tro con Fina García Marruz y Cintio Vitier; o un instante del ballet Canción para la extra-ña fl or, basado en el poema homónimo de García Marruz y que inspirara un elocuente texto de la poeta y bibliotecó-loga Cleva Solís, también in-cluido en la selección, el cual versa:

“La danza y la poesía, cada una, habían partido desde un punto desconocido, condu-ciendo un enigma, y se habían encontrado de pronto en sus afortunados designios. Alicia Alonso en la fl or misma, en el espectro de su río oscuro. Fina García Marruz, en una clari-dad desconocida cuando la fl or de pronto fue como una lámpa-ra bermeja”.

Quien lea estas prosas más que admirar, reverenciar a la “estrella cubana de todos los siglos” –como sabiamente ponderó el bardo, ensayista, crítico, investigador y profesor Virgilio López Lemus–, tendrá la providencia de reconocer un símbolo cubano legitimado en y para todos los tiempos.

Con su estilo y garbo inmortalizó Carmen, la coreografía de Alberto Alonso.

granma.cu

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PUEDO sentir el sufri-miento de aquellos en-fermos a punto de morir,

sin esperanzas, uno de ellos el propio pintor tal vez. Imágenes borrosas y fi guras espectrales delante de mí, el dolor de las almas, de la suya misma, en aquella sociedad desigual.

“El verdadero surrealismo fue el de Ponce: un querer tras-cender la realidad, elevarse por encima de ella para cazar las cosas que ya no son cosas, para expresar los sentimien-tos del más allá de la muerte”, aseveró Jorge Mañach, emi-nente intelectual y político cu-bano, el 27 de febrero de 1949, en la revista BOHEMIA.

FIDELIO PONCE

Autenticidad y gloriaEste creador es uno de los más signifi cativos e innovadores de las artes plásticas cubanas

Por JEIDDY MARTÍNEZ ARMAS

El pintor de las miserias humanas –así lo nombraban– fue el autor de Tuberculosis, Los niños, Beatas, entre otras importantes obras, de colores ocres, blancos o grises.

Nombrado en realidad Al-fredo Ramón Jesús de la Paz Fuentes Pons, había nacido en Camagüey el 25 de enero de 1895, en una conservadora y tradicional familia. Desde los 20 años estudió de manera intermitente en la habanera Academia de Artes Plásticas San Alejandro, aunque no se conoce con exactitud si con-cluyó los estudios allí. La pasión por el arte lo empu-jó frecuentemente también a

visitar talleres donde pinta-ban los maestros de la época.

Pudo asimilar la heren-cia de algunos autores clási-cos, como El Greco, Murillo, y otros más modernos, entre ellos Modigliani, pero luego de adquirir estos conocimientos intentó buscar dentro de sí mismo la mejor manera de enfocar su creación.

“Ponce tuvo el valor de romper, no solo en obra, sino en palabra viva, con el lega-do envejecido y claustrofóbi-co de la pintura académica europea”, expuso en su blog Hija del aire, el 23 de no-viembre de 2013, la periodista e investigadora Gina Picart. Algunos críticos agregan que sus creaciones se encuentran equidistantes tanto del aca-demicismo como del vanguar-dismo, que fueron modernas, mas se insertaron al mismo tiempo en la tradición.

En los años 20 emprendió un camino solitario, brindó su arte a las personas humildes, a menudo pintó en bares y ta-bernas; en esos tiempos su existencia estuvo matizada por el alcoholismo, la enfermedad, la pobreza y la marginalidad. Al respecto, Picart enunció: “Erraba por hoteles baratos de pueblos y ciudades, sus amigos tenían que rescatarlo de los contenes, de las esquinas de soledad, abrazado a capiteles de columnas, tirado en el arro-yo. Malcomía y la tuberculosis le persiguió casi toda su vida. Era feo, mitómano empederni-do que hablaba a todo el mundo de sus continuos viajes inexis-tentes, de su fama universal que nunca pudo comprobar en persona, de sus amigos impor-tantes de otros países, a quie-nes nunca conoció. Pintó para pagarse sus medicinas, pintó por un plato de lentejas y para cobijar bajo un techo sus pul-mones taladrados en una tarde de ciclón”.

“Fue un alma que se inmoló

temprano en el altar del Arte”,

considera la investigadora

y periodista Gina Picart.

bellasartes.co.cu

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Luego de este turbulento período reaparece en 1930 en la capital; comienza a asistir a una tertulia capitalina donde confl uían René Portocarrero, Mariano Rodríguez, Jorge Arche y Arístides Fernández, entre otros importantes expo-nentes de las artes plásticas cubanas.

En 1934 expone por vez pri-mera sus obras en el Lyceum habanero. Un año después al-canza el reconocimiento ar-tístico en el Salón Nacional de 1935, con Beatas. En 1937 lo-gra el primer premio por Los niños. Años después reafirma su estilo único con Rostros de Cristo, Mi prima Anita y Rostros.

Jorge Mañach, en las ya mencionadas páginas de BOHEMIA, resumió de ma-nera sublime la obra de Ponce: “Como aquel loco del cuento, empeñado en pintar un chifl i-do, hubiera querido que lo im-palpable, lo insensible, el puro espíritu, en una palabra, fuera la sustancia toda de su pintura. Que el arte no fuese poético porque aludiera a lo espiritual con lenguaje material, sino que la materia misma se es-piritualizase y, con ella, todas las imágenes. De ahí aquellos cuadros suyos tan escapados

del mundo, tan fantasmales, aquellas citas de ‘aparecidos’, casi sin color y sin forma”.

Pocos años antes de mo-rir logró que galerías nortea-mericanas como el Delphic Studios, de Nueva York, y otras en Boston y Massachusetts exhibieran sus pinturas; tam-bién formó parte de múltiples exposiciones en nuestra na-ción, como la nombrada 300 Años de Arte de Cuba, en 1940.

El 19 de febrero de 1947 dejó este mundo Fidelio Ponce, con

solo 54 años de edad. En alu-sión a ello, Jorge Mañach aseguró: “Este hombre creía en la sobrevida, y por tanto en la gloria y vio llegar con dis-plicencia la muerte”.

Su energía aún se siente al mirar aquellas pinturas en el Museo Nacional de Bellas Artes, él puede ser aquel en-fermo que sostiene el cráneo; o vagar tal vez su fantasma detrás de las beatas; no se ha ido aún, su arte lo salvó de la Parca.

EN homenaje al artista, este septiembre volvió a celebrar-se en la ciudad de Camagüey el Salón de Artes Visuales

Fidelio Ponce de León, con lo cual la cita, ahora virtual debido al impacto de la covid-19, llegó a su 32ª edición. Las obras aceptadas –casi una treintena– se caracterizan por “una gran variedad de formatos y temas”, según expresó a medios de comunicación locales Juan Carlos Mejías, presidente del Con-sejo Provincial de las Artes Plásticas.

Alí Hamouni Arias obtuvo el Primer Premio del certamen por El gran arquitecto, de la serie Anatomía de la Melancolía. Mientras que el segundo y el tercer galardón recayeron, res-pectivamente, en Isnel Planas Pérez (conjunto de fotografías que documentan la intervención pública Ejercicio antropogéni-co Número Uno) e Ihordan Torres Hernández, autor de Oshosi. El Premio por la obra de la vida fue entregado al fotógrafo Wilfredo Posada Rodríguez.

Tuberculosis transmite dramatismo.

Un homenaje virtual al pintor de las miserias humanas

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Por SAHILY TABARES

EN su propia dimensión de la experiencia de ser televidente, la familiaridad devie-ne una ventana abierta al mundo; esta

propicia a los públicos ampliar el universo cognoscitivo, el desarrollo de la sociabilidad y la cultura.

De manera progresiva, la TV dejó de ser una herramienta de masas para convertirse en un medio de comunicación que se con-sume de manera personalizada en diversas plataformas.

Actualmente es infi ltrado por los otros; así lo denomina Néstor García Canclini, quien ha-bla de postelevisión como el medio híbrido y mixtifi cador que logró subsumir al cine, el cual ya no está confi nado a la sala oscura, ahora la ubicuidad de la televisión posibilita difundir el arte mediante la computadora, a ella acceden las audiencias por propia decisión.

La apertura de accesos e intercambios per-mite conocer producciones de Turquía, las más recientes de Corea del Sur, China y otros países; sin duda el imperio de Hollywood ha sido desplazado, los monopolios mediáticos diseñan estrategias para atraer a los mejores guionistas y directores de Latinoamérica, acti-van la fuga de cerebros para rescatar el lide-razgo perdido.

Con independencia de los modos de ver y apreciar de la familia, en el hogar es donde ocurre la apropiación y la lectura de la televi-sión por parte de destinatarios heterogéneos, participativos, que discriminan entre los pro-ductos comunicativos, escogen unos, recha-zan otros. De ahí la importancia de pensar en sus gustos, intereses, necesidades, al inter-pretar cada emisión, no lo olvidemos, el nexo de los seres humanos con lo “real” se modifi -ca sobre todo debido al efecto de presentacio-nes asociadas al fenómeno de la globalización y las tecnologías.

Realizadores de programas producidos por la TV cubana son conscientes de que durante el consumo de estos se construyen signifi cados, sentidos de vivir, por lo tanto, esos espacios infl uyen en la comprensión de los componentes sociales y culturales.

Empatía necesariaEn este sentido, alcanza realce la emisión

Vale la pena (Cubavisión, martes, 10:00 p.m.), con guion y conducción de Manuel Calviño, doctor en Ciencias Psicológicas, quien aporta saberes, conceptos, refl exiones, para la mejor comprensión de confl ictos y urgencias del hu-mano en disímiles circunstancias.

Desde otra visión, temáticas, complejida-des, el programa Canción contigo (Cubavisión, domingo, 9:15 p.m.) desplegó amplias miradas sobre ese género poco tratado o, por lo me-nos, no tanto como lo merece. Compositores e intérpretes, muchos de ellos apenas vistos últimamente en la pequeña pantalla, recrea-ron piezas emblemáticas que han sido poco difundidas. Sin duda, la valía del maestro José Loyola Fernández resplandeció en arreglos y la dirección orquestal.

De igual modo, el guion de Cary Rojas y la dirección de Ana Rabassa abrieron nuevos ca-minos al disfrute de fi guras legendarias, en una puesta orgánica, bien iluminada, creativa, como deben ser los espectáculos televisuales.

Mediante otra perspectiva y sugerentes acercamientos argumentales, el cine de ani-mación para adultos tiene su momento en X Distante (Canal Habana, sábado, 9:00 p.m.). El doctor Mario Masvidal Saavedra analiza las diferentes técnicas y modalidades de esa ex-presión artística, la poética de sus mejores exponentes, las características de persona-jes, así como la visión ética y cultural de las puestas.

Hay que incentivar la empatía con los pro-yectos formativos, sugerentes, generadores de ideas, pensamientos y re-conocimientos a nosotros mismos.

Una sinergia estrecha entre las imágenes y los valores lingüísticos se produce cuando todos los elementos se interrelacionan drama-túrgicamente desde convenciones genéricas, conforman un lenguaje dado por las especifi ci-dades de la tecnología y la creatividad, ambas generan dispositivos complejos, estos pro-ponen códigos capaces de proponer nuevos mensajes destinados a las mayorías a veces difíciles de complacer.