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Una maravillosa escena llena de recuerdos y grandes enseñanzas es la que nos presenta la conclusión del evangelista Mateo. El Salvador Jesucristo re-sucitado, revestido de su poder divino, se presenta a sus discípulos, una vez más, en la montaña para hacerles su última exhortación, que concentro en tres verbos: Vayan, experimenten y enseñen.
Vayan. El Maestro anima a sus discípulos a ponerse en marcha, a salir al mundo a compartir la fe, aunque el mundo represente una amenaza y peligro de muerte, pero hay que salir y transformar. Ir, implica confianza en Dios.
Experimenten. El discípulo debe tener seguridad en su Salvador, confiar en su presencia permanente y que prueben de manera personal, la transforma-ción que Dios produce, llevándolo del miedo en amor. Esta seguridad no se debe a un trabajo interno-mental del discípulo, pues todavía puede existir la duda o el temor, si tiene seguridad es porque la presencia de Jesucristo en su vida es una realidad. Es vivir la fe como experiencia personal.
Enseñen. El discípulo tiene esta experiencia real de Jesucristo no para su au-toconocimiento o satisfacción personal. No es para que otros los admiren o el creyente se sienta iluminado y sabio. Esta enseñanza es para compartir lo que se ha recibido, es dar lo que Jesucristo les ha enseñado, es guiar a los de-más a experimentar la realidad de Dios en el mundo. Instruir no consiste en mostrar teorías, razonamientos o argumentos doctrinales sino que es com-partir la fe y auxiliar a otros a descubrir a Dios y obedecerle.
En este pasaje, los discípulos de Jesús nos sabemos llamados por Él, para vivir intensamente su cercanía con nosotros y a compartirlo con fidelidad al mundo para que otros muchos crean. Amén. FLR.
E N FA S I S D O C T R I N A L 2 0 2 0 A . D.
Regeneración
En Jesucristo, la vida antigua ha pasado: ¡una nueva vida ha comenzado!
Domingo 7 de junio de 2020 A. D. No. 2492
Pa s t o r e s
Fernando López Reyes, Pbro.
Benjamín D. Hernández Chávez, Pbro.
11:00 horas
Primer Domingo Después de Pentecostés
DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
INTRODUCCIÓN. Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejérci-tos; toda la tierra está llena de su gloria. Cantad salmos a Jeho-vá, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra. (Isaías. 6:3, 12:5 RVR 60)
PRELUDIO MUSICAL (Oración personal en silencio)
HIMNO “Te loamos, ¡Oh Dios!” Núm. 9 H. M. C.
Te loamos, ¡oh Dios!, con unánime voz,
que en Cristo, tu Hijo, nos diste perdón.
CORO
¡Aleluya! Te alabamos. ¡Cuán grande es tu amor!
¡Aleluya! Te adoramos, bendito Señor.
Te loamos, Jesús, quien tu trono de luz
has dejado por darnos salud en la cruz.
CORO
Te damos loor, Santo Consolador,
que nos llenas de gozo y santo valor.
CORO
Unidos load a la gran Trinidad,
que es la fuente de gracia, virtud y verdad.
CORO Autor William P. Mackay (1839-1885)
Tr. H. W. Cragin (1885-1947)
Música John J. Husband (1760-1825)
LLAMADO PARA ADORAR A DIOS Salmo 8 (RVR-60)
1 ¡Oh Jehová, Señor nuestro, / cuán glorioso es tu Nombre en toda la tierra! / has puesto tu gloria sobre los cielos;
2 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la forta-leza, / a causa de tus enemigos, / para hacer callar al enemi-go y al vengativo.
3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, / la luna y las estre-llas que tú formaste, / 4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, / y el hijo del hombre, para que lo vi-sites? / 5 Le has hecho poco menor que los ángeles, / y lo co-ronaste de gloria y de honra.
6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; / todo lo pu-siste debajo de sus pies: / 7 ovejas y bueyes, todo ello, / y asimismo las bestias del campo, / 8 las aves de los cielos y los peces del mar; / todo cuanto pasa por los senderos del mar.
9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro, / cuán grande es tu Nombre en to-da la tierra! Amén
ORACIÓN DE PREPARACIÓN: Dios misericordioso, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los de-seos conocidos y ningún secreto encubierto: purifica los pensamientos de nuestros corazones con la inspiración de tu Santo Espíritu. Al venir a tu mesa, llénanos con tu pre-sencia, para que vivamos en comunión los unos con los otros, como es tu voluntad. Te lo pedimos en el nombre de tu Hijo Jesucristo, quien nos enseñó a orar diciendo: Padre Nuestro… Amén.
+ Padre Nuestro
LECTURA BÍBLICA Hechos de los Apóstoles 7:55-60 1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba
desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo,
y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3 Y dijo
Dios: Sea la luz; y fue la luz. 4 Y vio Dios que la luz era buena; y
separó Dios la luz de las tinieblas. 5 Y llamó Dios a la luz Día, y a
las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. 6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe
las aguas de las aguas. 7 E hizo Dios la expansión, y separó las
aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban
sobre la expansión. Y fue así. 8 Y llamó Dios a la expansión Cie-
los. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. 9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cie-
los en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10 Y llamó Dios a lo
seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios
que era bueno. 11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba ver-
de, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su géne-
ro, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12 Produjo,
pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturale-
za, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y
vio Dios que era bueno. 13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero. 14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos pa-
ra separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones,
para días y años, 15 y sean por lumbreras en la expansión de los cie-
los para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 16 E hizo Dios las dos
grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día,
y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también
las estrellas. 17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para
alumbrar sobre la tierra, 18 y para señorear en el día y en la noche, y
para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19 Y
fue la tarde y la mañana el día cuarto. 20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen
sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. 21 Y creó Dios
los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve,
que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según
su especie. Y vio Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo, dicien-
do: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y
multiplíquense las aves en la tierra. 23 Y fue la tarde y la mañana el
día quinto. 24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su géne-
ro, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y
fue así. 25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y gana-
do según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra se-
gún su especie. Y vio Dios que era bueno. 26 Entonces dijo Dios:
Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejan-
za; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las
bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la
tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo
creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo:
Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread
en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias
que se mueven sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla,
que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da
semilla; os serán para comer. 30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas
las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en
que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. 31 Y
vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran
manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
2 1Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de
ellos. 2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el
día séptimo de toda la obra que hizo. 3 Y bendijo Dios al día sépti-
mo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había he-
cho en la creación. 4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tie-
rra cuando fueron creados. Amén.
INVITACIÓN (Ministro): Muy amados hermanos: Cristo nues-
tro Salvador, nuestro hermano y amigo, invita a su mesa a quie-
nes le aman. El Señor nos invita a vivir en santidad, obedeciendo
la voluntad del Padre, pues en Él encontramos la vida en abun-
dancia. Al comer el pan y beber de la copa afirmamos el nuevo
pacto, pacto de justicia y paz para todos los mortales pues nos
comparte redención. El pacto de Cristo es el pacto de la nueva
criatura, identificada con el prójimo en su caminar. Acerquémo-
nos con corazón recto, confesemos nuestros pecados a Dios,
nuestro Padre celestial, suplicándole en el nombre de nuestro Se-
ñor Jesucristo, que nos conceda el perdón.
PLEGARIA DE CONFESIÓN: Misericordioso Dios, confe-
samos que no te hemos amado de todo corazón. No hemos
cumplido tu voluntad, hemos violentado tu Ley, nos hemos
rebelado en contra tu amor, no hemos amado a nuestro próji-
mo y no hemos escuchado la voz del necesitado. Te suplica-
mos que nos perdones y concédenos un espíritu de obedien-
cia, solidaridad y reconciliación. Por Jesucristo nuestro Se-
ñor. Amén.
ALABEMOS A DIOS CON CANTICOS
HIMNO “Noble Sostén” Núm. 180 C. A. S.
Noble sostén de la esperanza mía,
fuente bendita de vida eterna.
Tan sólo el alma que en Sus fuerzas fía
tiene paz, tiene paz.
CORO
::Mi sostén es Jesús,
nunca en la lucha desmayar podré::
Dura es la lucha, difícil la tarea,
mas Tú me dotas de tu gran poder,
mi espíritu renuevas con la idea nueva
de vencer, de vencer.
CORO
Yo soy muy débil, pero en ti soy fuerte,
Nunca en la lucha desmayar podré.
Si Tú vas conmigo, ni a la misma muerte
temeré, no temeré
CORO
Final: Alelu, Aleluya, nunca en la lucha desmayar podré.
Canto Popular
HIMNO “Santo Espíritu Desciende” Núm. 322 H. S.
Santo Espíritu desciende, a mi pobre corazón,
llénalo de tu presencia, y haz en mí tu habitación.
CORO
¡Llena hoy! ¡Llena hoy! ¡Llena hoy mi corazón!
¡Santo Espíritu, desciende, y haz en mí tu habitación!
De tu gracia puedes darme inundando el corazón;
ven, que mucho necesito, dame hoy tu bendición.
CORO
Débil soy, ¡Oh, sí, muy débil!, y a tus pies postrado estoy,
esperando que tu gracia con poder me llene hoy.
CORO
Dame paz, consuelo y gozo, cúbreme hoy con tu perdón;
Tú confortas y redimes; Tú das grande salvación.
CORO Autor E. H. Stokes (1839-1885)
Tr. Vicente Mendoza (1875-1955)
Música John R. Sweney (1873-1899)
TRISAGIO (Ministro) Es verdaderamente digno, justo y de
nuestro deber, que en todo tiempo y en todo lugar te demos gra-
cias, oh Señor, Santo Padre, Omnipotente y Eterno Dios. Por Je-
sucristo nuestro Señor; conforme a cuya fiel promesa, el Espíritu
“Salgan a Enseñar
Una Nueva Vida”
Santo descendió del cielo en un tiempo como éste, reposando so-
bre los discípulos para enseñarles y guiarles a toda verdad; y por
cuyo medio fuimos sacados de las tinieblas a tu luz admirable y
al conocimiento verdadero de ti, y de tu Hijo Jesucristo. Por tanto
con ángeles y arcángeles y con toda la compañía del cielo alaba-
mos y magnificamos tu glorioso nombre ensalzándote siempre y
diciendo: (Todos) Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos,
llenos están los cielos y la tierra de tu gloria, ¡Gloria sea a Ti,
oh Señor Altísimo! Amén.
DOXOLOGÍA: GLORIA PATRI Núm. 10 H. M.
Gloria demos al Padre, al Hijo y al Santo Espíritu;
como eran al principio son hoy
y habrán de ser eternamente. Amén.
ORACIÓN PASTORAL DE INTERCESIÓN
LECTURAS BÍBLICAS Mateo 28:16-20
2ª Corintios 13:11-13.
MENSAJE
11:00 hrs. Los Pastores
ADORACIÓN A DIOS CON DIEZMOS Y OFRENDAS
• Presentación (Todos): Tuya es, oh Señor, la magnificencia y
el poder, y la gloria, la victoria y el honor. Tuyas son todas
las cosas en los cielos y en la tierra; todo es tuyo, y de lo re-
cibido de tu mano te damos hoy. Amén.
• Oración de consagración
CONSAGRACIÓN DE LOS ELEMENTOS (Ministro)
AGNUS DEI: //Oh Cristo, Cordero de Dios, Tú que quitas el
pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.// Oh Cris-
to, Cordero de Dios, Tú que quitas el pecado del mundo, da-
nos tu paz. Amén.
MINISTRACIÓN DE LA SANTA CENA
ACCIÓN DE GRACIAS: Señor Dios Todopoderoso, te damos
gracias porque te has dignado renovarnos con éste tu don sa-
ludable y has perdonado nuestros pecados, te suplicamos que
por tu gracia nos fortalezcas en la fe para contigo y en el
amor ferviente el uno para con el otro. Por Jesucristo, tu Hijo
amado, que vive y reina contigo y con tu Espíritu Santo, siem-
pre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO “El Fiel Consolador” Núm. 22 H. M.
Doquier el hombre esté, la nueva proclamad;
doquier haya aflicción, miserias y dolor,
cristianos, anunciad que el Padre nos envió
El fiel Consolador.
CORO
El fiel Consolador, el fiel Consolador
que Dios nos prometió al mundo descendió;
doquier el hombre esté, decid que vino ya,
el fiel Consolador.
La noche ya pasó, y al fin brilló la luz
Que vino a disipar las sombras del terror;
Así del alma fue aurora celestial
El fiel Consolador.
CORO
Él es quien da salud y plena libertad
A los que encadenó el fiero tentador;
Los rotos hierros hoy dirán que vino ya
El fiel Consolador.
CORO
¡Oh grande eterno amor, mi lengua débil es
Para poder hablar del don que recibí
Al renovar en mí la imagen celestial
El fiel Consolador.
CORO
Autor Vicente Mendoza (1875-1955)
Música: William J. Kirkpatrick (1838-1921)
ENVÍO: “Amados hermanos, estén alegres. Crezcan hasta al-
canzar la madurez. Anímense unos a otros. Vivan en paz y ar-
monía. Y el Dios de amor y paz estará con ustedes. Salúdense
unos a otros con amabilidad.”
BENDICIÓN APOSTÓLICA
POSTLUDIO
Organista:
Hno. Gerardo Ríos Reséndiz
Ministerio del Canto:
Hno. David Hernández Cárdenas
Hno. Luis Gerson Ríos Ortiz
Compartimos con ustedes este documento de reflexión ante la celebración
del Sacramento de la Comunión
Consideraciones Sobre la Celebración de la Santa Cena a Distancia
Pbro. Leonel Iván Jiménez Jiménez
1. La ordenación ministerial se vive como parte del sacerdocio univer-sal de las y los creyentes. No es un asunto de jerarquía, sino de voca-ción según el llamado específico de Dios a las y los creyentes. La ordenación es el reconocimiento público por parte de la iglesia de que un miembro ha sido llamado por Dios para las funciones recono-cidas como parte del ministerio ordenado. Del ministerio ordenado se espera la labor homilética, la impartición de los sacramentos, el acompañamiento pastoral a su parroquia, la solemnización del matri-monio y otros ritos de trascendencia en la vida del creyente, además de la organización de la vida de la congregación.
2. El laico tiene la posibilidad de colaborar y asistir en las funciones propias del ministro ordenado.
3. La responsabilidad de presidir y consagrar los elementos de la Santa Cena es exclusiva de los y las ministras ordenadas. Esto no es para mantener el poder o una jerarquía dentro de la iglesia, sino para sal-vaguardar el orden de los sacramentos y evitar el mal uso de estos.
4. La celebración de la Santa Cena es de orden público y no privado. Esto quiere decir que no puede ser celebrada de manera individual, sino que requiere la presencia de la congregación. Por una parte, la congregación no debe celebrar la Santa Cena sin la presencia de un
ministro ordenado. De la misma manera, un ministro ordenado no de-be celebrar la Santa Cena para sí mismo. La Santa Cena y el Bautis-mo son parte de la vida pública de la iglesia y marca de su existencia.
5. En el sacramento de la Santa Cena se experimenta la presencia de Cristo y la solidaridad con el prójimo. Para John Wesley, la celebra-ción de la Santa Cena tenía dos beneficios: el perdón de los pecados y el fortalecimiento de la vida cristiana. Participar de la Mesa es una invitación que nace de la gracia de Dios, por lo que cualquiera -incluso quienes no han sido bautizados- pueden participar de ella. Por sus beneficios es un sacramento del que se invita a participar en cual-quier oportunidad. Para Wesley la Santa Cena es un sacramento de conversión y confirmación.
6. Wesley insistía que es un misterio lo que sucede en la Santa Cena. No necesitamos entender la forma precisa en que Dios se presenta en los elementos, ni cómo otorga el perdón de los pecados ni la fortaleza para la vida cristiana. Para el creyente debe ser suficiente entender que, al participar de la Santa Cena, está participando del amor de Dios.
7. En tiempos de crisis la iglesia especialmente no debe privarse de los beneficios de la Santa Cena, por lo que debe encontrar maneras de participar del sacramento y, al mismo tiempo, guardar el orden que la iglesia ha establecido. Sin embargo, en tiempos de crisis debe evaluar cuál de ambas instrucciones es prioritaria para la vida individual, fa-miliar y congregacional. Por sus beneficios es necesario dar prioridad a la Santa Cena, sin que esto menoscabe el llamado y las funciones del ministerio ordenado.
8. Cuando el ministro ordenado no puede presidir físicamente la cele-bración de la Santa Cena se debe subrayar la función del laico como colaborador en las funciones del ministerio ordenado. En ningún mo-mento el laico puede suplir al ministro ordenado, pues este ministerio es parte de un llamado específico de Dios, pero sí puede representarlo como colaborador suyo. Al ser representante del ministro ordenado deberá seguir las instrucciones que el ministro le comparta para la realización de las funciones que le son exclusivas. Respecto a esto se propone lo siguiente:
a. Que la autoridad episcopal conceda un permiso especial temporal (de una sola ocasión) para que laicos designados puedan compartir y consagrar los elementos en los hogares ante la ausencia de un mi-nistro ordenado.
b. Que el o la creyente de mayor edad de un hogar tenga este privi-legio por única ocasión en caso de que un ministro ordenado no pueda presidir.
9. Las tecnologías de comunicación han transformado lo que entende-mos como lo público y lo privado, así como la concepción de comu-nidad. Ahora entendemos que existen las comunidades digitales, compuestas por individuos que se encuentran en diferentes latitudes, pero unidos en un mismo propósito y sentir. Las comunidades digita-les no suplen la necesidad de convivir cara a cara. Las iglesias pueden aprovechar las tecnologías de comunicación y las nuevas nociones de comunidad para celebrar la Santa Cena de manera ordenada y, princi-palmente, en participación de los beneficios que concede este sacra-mento. Entender la comunidad desde las comunidades digitales ayuda a salvaguardar algunos aspectos esenciales de la administración del sacramento de la Santa Cena. Respecto a esto se propone lo siguiente:
a.Que en la medida de lo posible las familias puedan seguir la trans-misión de la celebración de la Santa Cena presidida por un ministro ordenado. De manera preferente el culto y la celebración deberá ha-cerse en vivo, pues los elementos que se consagran se encuentran en tiempo presente. No se realizan consagraciones para elementos que vayan a estar en el futuro, sino que la temporalidad de la consagra-ción es el presente.
b.Que quienes presiden la Santa Cena puedan hacerlo en compañía de su familia más cercana y la impartan a ella, de tal manera que las familias que siguen la transmisión puedan seguir su ejemplo e imi-tar la manera en que lo hacen.
c.Que se invite a la congregación a preparar los elementos de la Santa Cena en sus hogares para participar de ellos. Siendo que en una crisis pueda ser difícil los elementos de pan y vino se deberá explicar que los elementos pueden ser diferentes. Si bien el pan y el vino son símbolos que transmiten verdades del evangelio, otros ele-mentos (tortilla y agua, por ejemplo) pueden funcionar de la misma manera.
10. Siendo que el ministerio pastoral es parroquial y no limitado a un templo o congregación, como parte de su labor deberá ser necesario que invite y administre los elementos de la Santa Cena a sus vecinos más próximos en caso de ser posible, siempre velando por la seguri-dad sanitaria propia y del prójimo.
11. En ningún momento se deberá olvidar a quienes quedan invisibles en la dinámica de lo digital: a quienes no cuentan con posibilidades de comunicarse a distancia vía internet. El amor y coraje pastoral deberá impulsar a los ministros ordenados y sus colaboradores a llevar el sa-cramento de la Santa Cena a quienes necesitan participar de sus bene-ficios, pero no han podido ser parte de la comunidad digital nacida para ese fin.
VOLVER A LA NUEVA NORMALIDAD. El lunes 1 de ju-nio, se da inicio, por parte del Gobierno Federal, el plan de ‘regreso a una nueva normalidad’. Durante esta parte del plan se reabren las actividades de la actividad económica básica o esen-cial, que no implica que se esté fuera de peligro, sino que debe-mos estar al pendiente del semáforo sanitario que la Secretaria de Salud establece. A estas fechas, continúa el semáforo en rojo, por lo que debemos continuar aplicando las medidas de confina-
miento y seguridad para disminuir el riesgo de contagio. Por lo que en la me-dida de lo posible quédate en casa, usa el cubrebocas, estornudar o toser en un pañuelo desechable o en el ángulo interno del brazo, evitar el contacto directo al saludar y mantener una sana distancia entre personas. Cuidemos estos prin-cipios y evitemos la propagación acelerada del virus. El templo continuará cerrado y seguiremos transmitiendo los tiempos de adoración.
INTERCEDAMOS POR NUESTROS HERMANOS: Alicia
Aguirre, Alicia Sánchez, Amada Martínez, Ana Arista, Andrea Sán-
chez, Ángel Meza, Araceli Franco, Arturo Rodríguez, Pbro. Benja-
mín D. Hernández Chávez, Bertha Muciño, Carlos Gutiérrez, Car-
men Becerril, Carmen Velázquez, Celia Pérez, Consuelo Esperón,
Cristina Cossío, Daniel Pérez, David García, Delfina Velázquez,
Dora Salas, Elba Cortez, Elí Berard (bebé), Eliazar Hernández, Est-
her Mejía, Esther Rojo, Ethel Labrador, Eva Pérez, Evangelina Porti-
lla, Evelia Jiménez, Florinda Alonzo, Gabriela Rodríguez, Gabriela Velázquez, Gra-
ciela Arroyo, Guadalupe Gutiérrez, Guadalupe Vivar, Helena Navarro, Irma García,
Isaac A. Ruíz, Israel Olivares, Israel Vázquez, Ivette Y. Rodríguez, Jonathan Arias,
Jorge Barrera, Jorge Martínez, Jorge Alberto López, José Rosas, José Machorro, Jo-
sé Ortiz, Jovita García, Juan Arellano, Juan Oscar, Juan Alvarado, Juan L. Solís,
Juan Zapata, Landy Hernández (niña), Laura León, Lázaro García, Liam Cabrera
(niño), Lidia Campos, Lidia Salgado, Lorena Trujillo, Luca Franutti, Lucía Cazares,
Magdalena Nava, Ma. de Jesús Dávalos, Ma. del Pilar Santillán, Ma. Eugenia Oro-
peza, Ma. Eva González, Margarita Cerda, Ma. de Jesús Fernández, Ma. Luisa Her-
nández, Marina Martínez, Mariana López, Mario Rigoberto, Martha Galarza, Martha
Torres (Tx. USA), Nila Oseguera, Norma Alarid, Octavio Kiavik, Perla Mendoza,
Pilar Islas, Por las enfermas de CAIS, Raúl González, Raúl Jiménez, Ricardo Cabre-
ra, Rocío Martínez, Ruth Mancilla, Sara Buendía, Sara Gómez, Sara Ruíz, Teresa
Chávez, Teresa Martínez, Fam. Zamudio Olvera y Josías Bernabé Zamudio (bebé),
Zaret Zarate, Zenaida Monroy.
NUESTRA GRATITUD. Agradecemos a Dios por su provisión constante,
hacemos eco a los testimonios de nuestros hermanos que hasta aquí el Señor
nos ha provisto de todo lo necesario. Así en los trabajos de nuestra congrega-
ción, Dios nos ha ayudado hasta aquí. Agradecemos a nuestros hermanos y
hermanas por su devoción y la entrega de sus ofrendas y diezmos. Dios les
abunde en bendiciones siempre.
ÓBITO. Acompañemos en oración a la familia Escobar Teoyotl, pues el pa-
sado jueves 4 del presente mes, junio sufrieron la despedida de Ramón, quien
fue llamado a la Patria Celestial. Intercedamos porque Dios les llene de con-
suelo, fortaleza y fe: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que
mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque
sus obras con ellos siguen.”