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7/17/2019 Pdf_u6t1 La Existencia Humana

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La existencia humana

*Profesor del SUA-ENEO. e-mail: [email protected]

Filosofía y Enfermería

Carlos Compton García Fuentes*



9 de Noviembre del 2010 ENEO-UNAM Página 2

...La filosofía se ha vuelto antropológica: no en el sentido de que no haya realidad fuera del hombre, sino en

el sentido de que toda la realidad está referida al hombre...(De Sahagún,1996:70)

Preguntas previas

¿Qué es la antropología filosófica?

¿De qué trata y cuál es la meta de la antropología filosófica?

¿Cuál es su método propio?

¿Cómo fue la historia de la antropología filosófica en la antigüedad y edad media?

¿Cómo fue la historia de la antropología filosófica en los tiempos modernos?

¿Cómo ha sido la historia de la antropología filosófica en la época contemporánea?

Antes de comenzar

Caso practico

Uno de los miedos más intensamente experimentados en la práctica de la enfermería, es el que nos

produce la muerte de los pacientes, tanto en forma repentina, como cuando ya lo esperamos. A veces

manifestamos este miedo y a veces lo encubrimos defendiéndonos bajo el escudo de la aparente

indiferencia y de nuestras rutinas de trabajo. Nos centramos en sus necesidades físicas pero nos

olvidamos de él como persona. Entonces, no estamos dando cuidados a una persona, sino a un cuerpo.

De esta manera, nuestra conducta se hace fría, impersonal y mecánica. Y es que en realidad estamos

respondiendo a un sentimiento de angustia que nos despierta la cercana muerte del otro, que tal vez

pudiéramos ser nosotras mismas. Así, intentamos negarla para que nos parezca menos molesta y

terrible. Entonces, aceptar que yo también tendré que morir supone aceptar mi propia finitud, la

destrucción de mi propio ser, y esto no lo puede aceptar mi mente.

Considera el caso de Elvira que trabaja como enfermera en un hospital de tercer nivel en Guadalajara yahora le tocó en el servicio de medicina interna. Una de sus pacientes, la señora Carmen, tiene 87 años,

y una patología degenerativa de los huesos, que le produce dolores muy fuertes. Esa tarde, Elvira va con

su paciente a tomarle una muestra de sangre. Elvira le pregunta a la Sra. Carmen que cómo se siente y le

avisa que va a tomarle una muestra de sangre. La Sra. Carmen le dice que muy mal, que ya no aguanta

los dolores, que ya se siente muy cansada, y que ya mejor la dejen morir en paz(Bermejo y

Carabias,1998).

Estos hechos ocurren con frecuencia en los hospitales. ¿Te ha tocado vivir alguno parecido, o has visto

algo similar con tus compañeras? ¿Qué hiciste o viste hacer? Como verás, es muy importante que como

enfermera seas capaz de relacionarte de tal manera con tu paciente, que realmente puedas

acompañarlo en su padecimiento. En el caso de la enfermera Elvira, ¿qué hubieras hecho en su lugar?

¿cómo la hubieras cuidado, de tal manera que ella y tu se sintieran ustedes mismas, es decir, personas y que los cuidados que le dieras con amor altruista, sanaran su espíritu e hicieran que te desarrollaras

como persona?




¿Qué es la antropología filosófica?

Existen tres grandes preguntas de todo hombre, sobre su propia existencia, en todos los tiempos:

Ya en la antigüedad griega, Sócrates, en oposición a filósofos anteriores a él, decía que antes que

conocer el mundo externo, la naturaleza y el Cosmos, recomendaba que era mucho mejor empezar por

el mundo interno de cada hombre, y por eso recomendaba conocerse a sí mismo por sobre todas las

cosas. Pero su inquietud ha acompañado a la filosofía en toda su historia. A finales de la antigüedad,

Agustín de Hipona, un Padre de la Iglesia Latina1, ya en el siglo V de nuestra era se preguntaba a sí

mismo ¿quién es este ser que soy yo? (Agustín,2003). Y más recientemente, Emanuel Kant, en el siglo

XVIII se pregunta, sobre su existencia, sobre la existencia de los demás hombres, y sobre nuestro futuro:

¿qué puedo saber?, ¿qué puedo hacer?, ¿qué me es permitido esperar?, y ¿qué es el hombre?

Precisamente de ésta última pregunta se ocupa la Antropología Filosófica, tratando de dar respuesta al

problema del hombre cuando se compara con los demás seres y se experimenta distinto a ellos: a los

seres inanimados, a los seres animados (los animales y los otros hombres), y al Ser, es decir, a Dios.

Martín Heidegger, en el siglo XX, comentando a estas preguntas de Kant, nos dice que la Antropología

Filosófica

“ es la ciencia del hombre que investiga todo lo que puede saberse acerca de su naturaleza,

conformada por cuerpo, alma y espíritu, y de todo lo que el hombre puede hacer de sí

mismo” (Heidegger,1954; citado por De Sahagún,1996).

Ya que hemos visto su definición, veremos cuál es el contenido y tarea de la antropología filosófica, cuál

es su método, y cuál ha sido su historia, es decir, las diferentes concepciones que sobre el hombre ha

arrojado la reflexión filosófica de cada época de la historia, siguiendo a De Sahagún (1996).

1 Hubo en la historia de la Iglesia Católica, durante la edad antigua y media, ciertos hombres que se distinguieron por su doctrina

teológica. Algunos escribieron en griego, como San Atanasio y San Basilio, y otros en Latín, como San Agustin de Hipona y Santo

Tomas de Aquino. Al conjunto de sus escritos se le conoce como Patristica y a sus autores, Padres de la Iglesia. Constituyen,

junto con las decisiones de los Concilios Ecuménicos, La Tradición de la Iglesia. Esta tradición , junto con la Sagrada Escritura (la

Biblia), son las dos fuentes de Autoridad dentro de la Iglesia Católica.

¿Quién

soy?

¿De

dóndevengo?

¿A

dóndevoy?




¿De qué trata y cuál es la meta de la antropología filosófica?

Contenido y tarea de la Antropología Filosófica.

Cuando se habla de antropología filosófica se piensa siempre en el hombre, pues es este, en sí mismo, el

objeto de la reflexión de esta ciencia. En consecuencia, todas las ciencias del hombre, todas las diversas

teorías y modelos, todas las manifestaciones de la cultura, los diversos discursos sobre el hombre, de

tipo político, moral, estético y literario, son el espacio de reflexión del hombre sobre sí mismo, para así

responder a su pregunta fundamental: quién soy yo. ¿Cuál es entonces el quehacer propio, el objetivo,

de la Antropología Filosófica?

La antropología filosófica indaga la esencia peculiar del hombre o el modo de cómo éste cumple su

existencia, existiendo tres concepciones que pretenden responder cuál es la tarea de esta ciencia:

La concepción integradora o antropología integral

La fundamentalista o antropología metafísica

La antropología explicitadora del sentido u ontológica (que reflexiona sobre lo que es el

hombre (su esencia) y su existencia)

Como podemos ver en el siguiente cuadro

Concepción sobre

la antropología

Características

Concepción

integradora

Nos dice que la Antropología debe ofrecer un conocimiento integral del ser

humano, creando una ciencia nueva fundada en los diversos aspectos del hombre

y reuniendo todo lo que se sabe sobre el hombre y su misterio. Esta antropologíageneral, a pesar de sus ventajas, no es realmente una antropología filosófica, pues

solo reúne en forma sistemática los diversos conocimientos que sobre el hombre se

han producido, pero sin reflexionar sobre el sentido de la existencia humana.

Concepción

fundamentalista

Considera que la Antropología tiene una gran importancia para conocer la realidad

tal como es. Es propiamente una metafísica. La metafísica es la parte de la filosofía

que reflexiona sobre la existencia, sobre el ser, de todo cuanto existe (a las cosas

que existen se les llama entes). Es una Antropología basada en la metafísica

porque el hombre es la parte mas inmediata y externa de todo lo real, y entonces,

el conocimiento del hombre debe preceder a cualquier otro conocimiento.

Entonces, la filosofía del ser en general (metafísica) se hace una filosofía del

hombre, y preguntar por lo que estudia la metafísica es preguntar por el ser del

hombre o por las estructuras de sus facultades. Esta concepción ha sido criticada

porque si el objetivo de la antropología filosófica fuera estudiar al ser, no debiera

centrarse en el hombre, que es una forma particular y concreta del ser en la

realidad.

Antropología

explicitadora del

sentido

Trata de resaltar la especial constitución del hombre y cómo se relaciona

directamente con el ser, mediante su natural apertura a la realidad y su reflexión

sobre el fundamento último de esta realidad, es decir sobre la trascendencia.

Entonces, la antropología filosófica no se nutre de hechos, como en las ciencias




experimentales, sino de ámbitos (como el proceso de muerte) porque es allí donde

los hechos cobran sentido. Así pues, le corresponde a la reflexión filosófica, y no a

la observación científica, decir qué necesita el hombre para realizar sus exigencias

fundamentales. En consecuencia, después de mostrar lo que es la realidad (como

lo hace la ciencia), la antropología filosófica va a intentar explicar el carácter

humano de esta realidad, y este carácter (o forma de ser persona) es el aspecto

bajo el cual el ser se muestra en el hombre y como éste llega a tomar conciencia

de que existe.

Cuadro “ Concepciones sobre la antropología filosófica.”

Como conclusión podemos decir que esta última concepción revela la constitución íntima del ser

humano, descubriendo sus dimensiones esenciales: apertura a la realidad como tal y búsqueda de su

fundamento último. Estos últimos aspectos son la evidencia de su singular conducta y le hacen ser

persona, es decir, un ser dueño de sí y de la realidad. El reflexionar sobre este asunto es la tarea propia

de la antropología filosófica.

¿Cuál es su método propio?

Sobre el método de la antropología filosófica.

Son dos los métodos: la acción reflexiva y el diálogo.

La acción reflexiva, como medio de la explicitación racional es el método de esta ciencia. Esta reflexión

es la misma que la que emplea la filosofía tradicional, es decir, una vuelta de la persona hacía si misma.

En esta vuelta, el sujeto profundiza sobre los propios conocimientos, obtenidos de distinto modo,

estableciendo una serie de relaciones que reducen la diversidad de aspectos a una sola unidad de sentido.

En la actualidad, los representantes de la antropología filosófica nos dicen que el hombre, por ser

eminentemente subjetivo no puede ser estudiado únicamente en términos objetivos, desde su cuerpo o

desde su mente, y entonces recurren a conceptos como existencia, esencia, substancia y persona para

llegar a un conocimiento total del hombre. Aquí, por sustancia entendemos todo aquello que no necesita

de algo anterior para existir (como la vida en sí, no una vida humana); la esencia es la naturaleza

invariable de un objeto y su existencia, la forma en que manifiesta esa esencia. Por persona se entiende

a un ser tal que tiene pleno dominio sobre si y sus actos.

Entonces, según la concepción de Santo Tomás de Aquino (filósofo y teólogo del siglo XIII), substancia y

existencia son inseparables, de modo que el acto propio de la sustancia es existir y el de la existencia, es

hacer que el existente, es decir un sujeto, subsista en sí mismo a través de sus manifestaciones.

Asimismo, la substancia del ser se perfecciona y llega a su plenitud de acuerdo a su naturaleza, mediante

sus operaciones propias. A esta inclinación la llama Santo Tomas, inclinación natural, de manera tal que




el ser en plenitud, el ser completo, consiste en el continuo ejercicio, llevado a la perfección por la

actividad de la sustancia. Y de todos estos antecedentes de la metafísica, es decir, del estudio del ser, la

filosofía extrae el concepto de persona, cuyos orígenes se remontan a la antigüedad griega. Ya San

Agustín, en el siglo IV decía que el espíritu humano es luz y autoconciencia. Es un estar ante si (una

autoconciencia), desde donde sale hacia las cosas para hacerlas suyas, pero sin confundirse con ellas,

siendo un sujeto frente a los demás objetos. Y este retorno, dice Santo Tomas, es una nota distintiva del

Espíritu del hombre.

El diálogo es también otro método de la antropología filosófica, siendo más bien un intercambio de

pareceres en vez de una reflexión solitaria. Todos los filósofos que se han ocupado del hombre en la

historia, lo han hecho entablando un dialogo con las mas diversas respuestas que sobre el hombre se han

dado. Una nota común de las diversas corrientes filosóficas actuales que sobre el hombre existen hoy en

día, es la defensa de la unidad del hombre, además de la existencia como unidad constitutiva, y de la

trascendencia, que aunque entendida de distinta manera, se convierte en una dimensión específica de

lo humano, junto con la libertad.

¿Cómo fue la historia de la antropología filosófica en la antigüedad y edad media?

Historia de la antropología filosófica.

Podemos contemplar el conocimiento filosófico del hombre a través de las distintas etapas de la

historia. La filosofía nace como pregunta por el fundamento y sentido de la realidad, como nos la revela

la experiencia, y tiene como fin ultimo la respuesta sobre el ser humano y sus relaciones con la realidad

en cuanto tal. Entonces, toda pregunta filosófica es una pregunta antropológica, ya que es el hombre el

que descubre el fundamento y sentido de las cosas.

En este sentido, Buber (1976), nos dice que el hombre, cuando a lo largo de la historia ha experimentado

la soledad, es cuando se preguntado sobre sí mismo, sobre el sentido de su vida. Algo similar afirma

Fromm (1983) cuando afirma que el amor (lo contrario de la soledad) es la respuesta a la condición de

separación del ser humano. Entonces, podemos ver que en algunos momentos de la historia de la

filosofía el hombre se ha sentido desamparado y se pregunte por su ser, pudiéndose preguntar algunas

veces si el problema de sí mismo es parte del problema general del mundo o un caso particular. En

consecuencia, cada época o periodo histórico se ha visto influido por las propias condiciones sociales,

económicas y políticas imperantes y por el desarrollo de la ciencia y la tecnología en particular, las cuales

a su vez han influido en estas condiciones históricas. Siguiendo a De Sahagún (1996), podemos

considerar en esta revisión histórica, que:

Los griegos estudiaron al hombre como pieza integrante del cosmos y en relación directa con él.




El cristianismo lo hizo teniendo en cuenta su origen especial y su destino trascendente (Dios).

La Filosofía Moderna encerró al hombre en su propia intimidad y lo vio exclusivamente desde sí

mismo, desde su propia razón.

La antropología contemporánea considera al hombre en relación con sus semejantes y con el

momento histórico en el que se desarrolla.

El papel del hombre en la filosofía griega.

En esta época, el hombre todavía no posee un lugar en la filosofía, pues es tan solo un ser racional que

se ajusta por completo al orden general de la naturaleza, orden que refleja en su ser y en conducta. El

macrocosmos (naturaleza) define al microcosmos (el hombre). Por eso la filosofía griega no se preocupa

por la naturaleza específica del hombre sino solo por su conducta y forma de vida. En lugar de

antropología, se hace ética y política sobre una base ontológica (que es el estudio de lo que es y existe).

En consecuencia, para la filosofía antigua, el hombre era una parte de la naturaleza, sujeto a sus leyes, y

tenía un destino del que no podía escapar. El hombre no puede desprenderse de los ciclos de la

naturaleza y conseguir la originalidad propia de ser único. Los griegos y romanos no alcanzaron a ver en

el hombre más que una pieza perfecta del cosmos, un microcosmos en miniatura.

El hombre en el pensamiento cristiano.

La era antigua termina con la caída del Imperio Romano de Occidente en 476 DC, comenzando la edad

media, por lo que a la filosofía cristiana de esa época también la podemos llamar filosofía medieval .

Comprende a la patrística, cuyo principal representante es San Agustín de Hipona, a la escolástica, cuyo

principal representante es Santo Tomás de Aquino.

Bajo el cristianismo, el hombre ocupa un lugar privilegiado, pues no es solamente un microcosmos,

según el pensamiento antiguo, sino que sobre él gira la creación entera, pues por él, la naturaleza

alcanza su máxima perfección. Entonces, se desprenden dos enseñanzas importantes de esta doctrina:

que nada existe sino es por la voluntad de Dios y que es el hombre el que lleva a toda la creación a su

perfección. Por lo tanto, lo especifico del hombre, su esencia, consiste en ser conocido y amado por Dios,

en forma personal, en forma única. Y entonces, solo a la luz del conocimiento que el hombre tiene de su

creador, solo así puede penetrar su propio misterio y conocer su naturaleza.

Esto significa que el hombre es hombre, no por lo que tiene de común con el resto de la naturaleza, sino

por su semejanza con Dios. El filósofo griego pensaba que el hombre era tan solo parte del mundo, pero

ahora, el filósofo cristiano ve al hombre como partícipe de la vida de Dios, de su divinidad y sólo puede

conocer al hombre desde Dios. Entonces, el hombre ya no es algo, una parte del todo, de la naturaleza,




como decían los griegos, sino que ya es alguien, es persona, pues es obra personal de Dios que lo pone

en la vida, en la existencia, de cara a cara con él y lo invita a la felicidad, a participar de su misma vida,

pues en eso consiste la plenitud del hombre, en la unión con su creador.

Pero el hombre tiene que dar una respuesta libre a Dios, pues la libertad es parte también de su

naturaleza. De allí se desprende que no Dios no ama al hombre como una realidad cualquiera sino como

a un ser que lo conoce en forma individual y que se relaciona directamente con él. Entonces, el hombre

es la verdadera imagen de Dios, una persona dueña de sí y de sus actos. En resumen, en esta época

vemos surgir el concepto de persona, como ser único, libre y responsable de sus actos, que debe su

esencia no a la naturaleza sino a Dios, de quien ha recibido un alma inmortal. El hombre ya no es espejo

de la naturaleza, sino hijo de Dios, es decir, copartícipe de su vida divina.

¿Cómo fue la historia de la antropología filosófica en los tiempos modernos?

El hombre en los tiempos modernos.

Esta época comienza con la caída de Constantinopla en 1453, y la reflexión filosófica va a buscar en la

autoconciencia la razón de ser del hombre, sin recurrir a explicaciones o elementos externos, como

podría ser la revelación, es decir, el depender de ciertas creencias religiosas. Se va a buscar en la propia

intimidad, la razón nuclear de ser del hombre, que es su propia personalidad. Se va a reivindicar el

puesto y valor singular de la razón humana, pues mediante esta, expresada en el trabajo de la naciente

ciencia experimental (la física, según los trabajos de Copernico, Galileo, Kepler y Newton), el hombre

descubre la estructura del universo y comprende su ser.

De hecho, la obra de Isaac Newton intitulada La óptica, publicada en 1704, se constituye en un modelo

de la nueva investigación científica mediante el método experimental. Entonces, la empresa de la nueva

antropología, en la modernidad, será reflexionar sobre el nuevo sentido del uso de la razón, expresado

mediante la ciencia experimental y sin recurrir a explicaciones religiosas que se da en esta época. Tres

son los filósofos que aportan a la antropología en este tiempo: Descartes, Hegel y Herder.

Vamos a considerar a estos dos últimos.

Johann Gottfried von Herder

Fue un filosofo alemán del siglo XVIII y que aportó mucho a la antropología de su tiempo. Herder nos

dice que el hombre nace como un animal desvalido, en comparación con el resto de los otros animales,

que dependen de su medio ambiente y cuentan con los medios para su defensa y desarrollo, a diferencia

del hombre, pero esta carencia va a hacer que se desarrolle, que supere las carencias adversas de su

medio, por ejemplo mediante el fuego o los instrumentos para la caza, y a esto lo llamó Herder,




retardación. En segundo lugar, el hombre se muestra como un ser que se hace a sí mismo en el ejercicio

de sus facultades especificas, pues cada hombre llega a serlo cada día un poco más. A esta segunda

dimensión la llamó Herder, auto perfeccionamiento.

Herder también dice que en este perfeccionamiento interviene la razón y su derivado, la libertad y que

estos son signos y expresiones del alma, obra de la intervención especial de Dios en el desarrollo del

hombre, del cual es su imagen. Entonces, del análisis del auto perfeccionamiento humano, se deducen

tres elementos constitutivos del hombre: razón, solidaridad y trascendencia.

Por razón, nos dice Herder, entendemos aquella capacidad que se desarrolla en el constante ejercicio de

sí misma y con la ayuda de otros hombres. Entonces, la formación del hombre es fruto de su propio

cuidado y el de los demás.

En segundo lugar, la solidaridad significa la alteridad esencial del hombre, pues el ejercicio de la razón,

con el fin de lograr un perfeccionamiento propio, sería inútil sin los demás. Observa Herder que toda la

estructura humana se genera a partir de la relación espiritual con los padres, los amigos y los maestros, y

que a esto se le llama educación.

Finalmente, la trascendencia es la meta última del perfeccionamiento propio del hombre cuyo destino

último solamente es alcanzable en un género de existencia completamente distinto.

Para Herder, la causa última del crecimiento o perfeccionamiento del hombre es ser imagen de Dios y

este perfeccionamiento lo consigue en su trato con las cosas, con las demás cosas, y con su tendencia

hacia Dios, su destino y horizonte último, pues sólo en referencia a Dios accede el hombre a sí mismo en

forma completa.

En resumen, para Herder, el hombre es imagen de Dios y participa en forma activa en su proceso de

perfección, dentro una actuación de la providencia divina. Nos dice también Herder que el hombre tiene

las siguientes características, como podemos ver en el siguiente cuadro:

Característica Manifestaciones

Incumplimiento Es un ser inacabado que sólo llega a su plenitud en un nuevo orden superior

Auto superación Una energía nueva, distinta a los impulsos orgánicos, que se llama espíritu.

Distanciamiento o

poder de objetivación

Capacidad del hombre de situarse frente a lo que no es él, sin sumirse en ello.

Auto trascendencia Capacidad de superar sus propios impulsos instintivos y situarse por encima de

lo inmediato

Cuadro “ El hombre según Herder ”




Georg Wilhelm Friedrich Hegel,

Filósofo alemán nacido en 1770 y muerto en 1831. Considera que el hombre es espíritu, es ser en devenir

(en constante cambio) y ser comunitario. Si el hombre es espíritu, tiene una conciencia reflexiva, que es

la relación entre el yo que sabe y el objeto sabido y como resultado se tiene la conciencia de saber, que

cuando tiene por objeto al propio yo se llama autoconciencia que es la sede del espíritu. Por lo tanto, el

hombre en un ser que esta vuelto sobre sí mismo y la autoconciencia es la esencia del espíritu.

El hombre es también un ser en devenir, es decir, en proceso de llegar a ser y constantemente tiene que

adquirirlo todo por si solo, tiene que sacudir lo natural, porque es espíritu. El espíritu es por lo tanto su

propio resultado.

Finalmente, el hombre es un ser comunitario, pues en este proceso de formación, el hombre se abre a la

realidad exterior y en ese mismo movimiento se dirige a otras conciencias distintas de la suya.

¿Cómo ha sido la historia de la antropología filosófica en la época contemporánea?

El hombre en la época contemporánea.

La época contemporánea comienza alrededor del inicio de la revolución francesa en 1789, hasta

nuestros días. Consideraremos dos corrientes filosóficas del siglo XX: el personalismo y el

existencialismo. Dentro del personalismo veremos a Max Scheler, fundador en el siglo XX de la

antropología filosófica, y a Martín Buber. Dentro del existencialismo veremos a Martín Heidegger, quien

apreciaba mucho a Scheler, y a Jean Paul Sartre.

Max Scheler

Scheler (2000) ve al hombre como alguien que emerge del reino animal y que se dirige al espíritu como a

su meta específica. Para iniciar su investigación se plantea las preguntas: ¿qué es el hombre? y ¿cuál es

su puesto en la escala de la vida?

Para responder a estas preguntas compara al hombre con los demás seres de la naturaleza y puede

entonces determinar lo más específico, desde lo que es común a unos y a otros. Existen signos claros dedistanciamiento entre el hombre y los demás animales, y este distanciamiento se debe a la dimensión del

espíritu en el hombre.

Scheler entiende por espíritu una dimensión que tiene sus raíces en el cuerpo, en el área vital, pero que

no se puede explicar totalmente desde lo orgánico, desde el cerebro. La define como la capacidad de

auto posesión y trascendencia que permite al individuo adueñarse de su entorno e ir mas allá de sus




circunstancias. Dos son las categorías que conforman el espíritu para Scheler: la apertura y el dinamismo.

Por la primera, el hombre se sitúa frente a la realidad y la vence, la domina; por la segunda, el espíritu se

convierte en medio de lograr un continuo proceso de auto realización, pues es el único ser vivo que

puede reprimir y someter sus propios impulsos, que no es dominado por su ambiente natural, sino que

domina a éste.

En este sentido, el espíritu es la respuesta de la confrontación del impulso con el mundo, y esta

respuesta es la civilización y la cultura, donde la energía de los impulsos se convierte en actividad

espiritual. En consecuencia, la propiedad de un ser espiritual es su independencia y su libertad frente a

los lazos y las presiones de los impulsos del cuerpo.

Entonces, el hombre se hace hombre tomando conciencia del mundo y de su propia naturaleza, es decir,

de sí mismo, sobrepasándola y adentrándose en la esfera de los valores perdurables. Y al centro o núcleo

de esta ésta realidad espiritual, Scheler lo llamo persona.

Martín Buber

Por su parte, para Martín Buber (1976), discípulo de Scheler, lo peculiar del espíritu del hombre es su

inclinación a los seres, a los demás, como seres reales, independientes y duraderos. Buber parte del

encuentro del hombre con el otro hombre y de sus relaciones con las cosas. Por lo tanto, la característica

principal de ser hombre es la alteridad, la capacidad de establecer relaciones yo-tu, y que la mejor

definición de hombre sea el hombre con el hombre, es “estar dos en reciproca presencia”. Este “con”

designa una esfera original y natural donde el yo y el tu constituyen su encuentro, a la vez que se hacen

realmente humanos, en una relación dialógica. Este personalismo va mucho mas allá y no pone la meta

última de la relación personal en otro ser humano. En el horizonte abierto por el otro, se encuentra el tú

eterno, el que nunca se convertirá en “ello”, en cosa. Este tu eterno es Dios, la única garantía de la

realización plena de la persona y fundamento primero de la relación yo-tu. Dice Buber que mediante

cada tú particular la palabra primordial se dirige al tú eterno. Claro está, esto tiene un eminente

trasfondo bíblico, como mas adelante lo desarrollará Emanuel Levinas (1997) en su ética del rostro del

otro.

Martín Heidegger y Jean Paul Sartre

En cuanto al existencialismo, para Martin Heidegger, el hombre es un ser que sabe que existe y que tiene

que hacerse a si mismo, con los otros, en el mundo. En cuanto a Jean Paul Sartre, es hombre es un

individuo único, que se construye a sí mismo mediante el uso de su libertad, con el fin de buscarle un

sentido a su vida. Desde el ateísmo, Sartre afirma que el hombre es el único principio y fin supremo de

todas sus obras y que no tiene otro futuro que el que llegue a ser al fin de su vida.




Referencias

Agustín, Santo (2003).Confesiones. Madrid: Akal

Bermejo,José Carlos. Rosa Carabias (1998). Relación de ayuda. Material de trabajo. Madrid:

Centro de humanización de la salud; Sal Terrae.

Buber, Martín (1976). ¿Qué es el hombre?. México: FCE

De Sahagún Lucas,Juan (1996). Las dimensiones del hombre. Antropología Filosófica. Salamanca:

Sígueme.

Fromm, Erich (1983) El arte de amar. Barcelona: Paidos

Scheler, Max (2000). El puesto del hombre en el cosmos. Barcelona: Alba Editorial.

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