pedro el negro, o, los bandidos de la lorena : drama en

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Page 1: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

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Page 2: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

LMERIA DE MTQMQ MEROCalle de Preciados, mírn. 23 —Madrid

HISTORIA

política Y DIPLOMÁTICAdesde la independencia

de ios Estados Unidos basta nuestros dias

avve-isos)POB

DON JERÓNimO BEGKER

Esla obra, que acaba de ponerse á la venta,

contiene en amplio y fiel extracto los principales

tratados; examina con imparcialidad la historia

de éstos, señala sus defectos y expone con misu-

eiosos detalles lo referente á las relaciones exte-

riores de España, siendo, por tanto, de gran inte-

rés para conocer de un modo exacto el aspecto

diplomático de la cuestión cubana.

Un tomo en 4.", 642 páginas, 8 pesetas.

RECOPILACIÓNDE LAS

mandadas imprimir j publicar

POE

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Quinta edición, corregida y aprobada por la

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Page 3: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

l,í^,ij¿d:¿dJ¿,tx<iJÍííM^'¿<(j¿^ií^

PEDRO i:l nit.ro,

ó LOS BANDIDOS DK LA LOUENA.

DRAMA EN CINCO ACTOS.

«EsrrUi) n; trum-fs por ilUU. [3. Ulimuti u €. Sur.

(Traducido por P. C. G. Donci'l y D. L. Valladar».)

REPRESENTADO POR PBIUEHA VEZ EX MADRID E> EL TEATRO UE l.A ClilZ EL DÍA 1 DH

JL'MO DE 1843.

»»»0»»i I

ACTOR KS.

PF.ORO F.l. NF.GRO, Barón de Spachman. . . Don F. LiMP.ntnAS.

ANDRÉS, Molinero Don A. Ai.m:ha.

F.L CURA KRANVAL Don P. LoptJ..

GÁUFRÍ , Bandido Don A. Azcos*.

OCl'LI , SarrUtan Don I. TuiílioDA.

BRIN . Muzo drl molino y bandido Don J. Carcellkr.

ROLANDO , Bandido y criado de Pedro. . . Don ]. FtimAKREr..

MAX , Bandido - • Don N. García.

PABLO , Mozo del molino Don R. Aroparho.

PASCUAL DonV. CaltaSazor.

MARIANA , • • • Doña J. Pr.litz.

L'RSL'LA , Madre de Andrés Doña C. Sampelavo.

Mozos DEL MouKo, Criados, Bandidos y Soldados.

ACTO PRIMERO.Cuarto iatcrior de un molino. A la derecha en primer término una puerta que ronduce al cuarto de llr-

5ula. \ la izquierda en el mismo término otra puerta ; en tercero una escalera que conduce al piso bajo > al

•egundo. En el fondo la puerta de entrada, y á la dere<:ha un armero con varias escopetas de direrentes ta-

maños, hoces y horquillas: á su lado una gran ventana.

ESCENA I.

Al levantar*' H telón cuatro mozos del molino t»-

táo arreglando el cuarto : Brin baja por la escalera.

Seoveei ruido del molino.

liPil.N , MOMNKROS, ij después OCULI.

BBi:i, abriendo la ventana delfondo y gri-

tando.

Recoged las velas: el viento es muy fuerte...

{cesa el ruido .1 los que están en el cuarto'

Vosotros ved si están ea buen estado esasar-

pfdp.o el keciio.

mas. ilos mozos cogen las escopetas y las lim-

pian, hiparle) Sino fuera porque el maldito

Andrí'S nuestro amo me rausa alfíun respetl-

llo , descomponía todas las llaves : es un lioiii-

bre con quien no se puede gastar chanzas

{alto) Calla! aqui tenemos á Oculi con su pi-

porro.

OCLLI, entrando por elfondo con un pipor-

ro debajo del brazo.

Cada uno lleva las insignias de su profe-

sión : tu tienes ese capisayo blanco y la cara

llena de harina,porque eres mozo del molino

I

678709

Page 4: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSEO DRAMÁTICO.

de la Señora Úrsula Dumoutier : yo como sa-

cristán de la parroquia de Formentry y al ser-

vicio del Sr. Cura Franval, no puedo llevar otra

que este piporro, porque las campanas pesan

demasiado.. . ademas, yo'cuido mucho este ins-

trumento.BRIN.

Sí , lo merece : un piporro que berrea como

un buey cuando tiene muermo. Mejor quiero

oir á tus malditas campanas.

OCÜLI.

Cuidado con hablar mal de Cabriola y Pi-

rueta.

BRIJJ.

Vaya unos nombres con que las has bauti-

zado !

OCULI.

El Señor Cura Franval me ha dado su per-

miso ; es mi gefe

.

BRIN.

El Cura Franval ! . . un Cura que ha sido dra-

gón.OCULI.

Y que tiene un puño y unos pulmones que

ya! ya ! Una vez pegó un resoplido eri Benito...

y meló rajó.

BRIN.

Qué Benito es ese ?

ocuLi , enseiiando el piporro.

Este.

BRIIN.

También le has bautizado .'

OCULI.

Yo bautizo á todos mis utensilios... asi me

entiendo mejor. Si no tuviera tanto miedo á

las armas de fuego tendría una escopeta y la

llamarla Eleonora.

BKIN.

No es malo entonces que el Sr. Cura sea tan

fortachón y tan anmioso , porque si no fuera

por él te morirías de miedo en la rectoría.

OCDLI.

No lo niego; como he visto muy cerca

el peligro no es estraño .. el gato escaldado...

ya sabéis. Si hubieras tu estado hace oclio años

en la granja del tío Pascual cuando los bandi-

dos... esos endiablados que se les conoce con

el nombre de calentadores...

Los mozos que estaban en el fondo se acercan al

oir esto y se ponen á escuchar.

BRIN.

Ba! los calentadores!...

OCULI.

No hay ba! que valga... si querrás negar-

lo?

BRIN.

Son cuentos de brujas.

OCL'LI.

Pues dime, y la partida de Juan el desoUa-

dor?

BBIN.

Está á veinte leguas de aquí... allá por el

Uliin.

OCÜLI.

Y la de Pedro el Negro que anda corretean-

do por estos contornos ?

BRIN.

Sandeces... quién ha visto á Pedro el Ne-

gro?OCLLI.

Nadie... pues eso es lo queda mas miedo.

BRIN.

Estás loco , ó borradlo?

OCULI.

Ni mas ni menos!... aunque nadie le ha vis-

to se sabe muy bien que Pedro es un hombrefiel á su palabra y feroz como un tigre. Todos

hablan del reloj que saca para decir á sus ban-

didos : " dentro de media hora , necesito tres

cabezas : dentro de seis, cuatro palacios» Adiós

gracias , el gobierno ha enviado un regimiento

de húsares en persecución del desollador : si

su partida se desvanda hacia aqui , ya está el

pais prevenido á recibirla como merece. No,

y lo que es el Sr. Andrés vuestro amo no se

descuida... ha puesto el molino como si fuera

una fortaleza.

BRIN.

A qué me vienes ahora á contar lo que sé

mejor que tu ?.. Vamos á ver, y tu que bus-

cas aqui esta tarde?

OCULI.

Vengo á decir á la Señora Dumoutier , ma-

dre del Señor Andrés , que el Señor Franval

va á venir á hacerlos compañía en la cena, por-

que tiene que hablarla.

BRIN.

Bien : voy á decírselo á la Señora

.

Pasa i la derecha y haljla

en el cuarto de ürsula.

á un mozo que entr;u

OCULI.

Pues como yo no las tengo todas conmigo,

cuando estoy solo... voy á formar parte de

vuestra velada : si Benito puede ser útil á la

sociedad...

BRIN.

Temprano vienes á la velada.

OCULI.

Es que no me gusta salir de noche: la músi-

Page 5: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSEO DllAM.VTlCO.

ra que cantao esos malditos buhos que nudati

l>or esos inalurrnies no me hace mahlita uni-

ría ; nilt-nins, hai-e cuatro días que oparecc h

la iMÍ(l;\ di- la t.irde un lobo rabioso... ya lo sa-

brás... ol, (|ue ha rouido tiii carnero a l'nscunl

el cazurro , el hijo de aquel olro pobre cjue

los bandidos...

UHl^.

Vaya otro eslú|)ido

!

OCtLI.

Tienes ra/oii eu decir que es estúpido: pero

no la hay para que digas «otro eiítúpído « nii-

rándoiiie a la rara.

BHI?i.

Cierto : es mas tonto que tú.

ocuu.

Asi me gusta : es necesario ser justos.

Diricli-uilose lü fundo.

BRIN.

Y á mas de tonto , es un holgazán... por no

hacer nada , ni aun habla cuatro palabras se-

guidas.

ocuu , mirando por la ventana.

Calla I aqui viene Timoleon.

IIHIN.

Y quién es ese amigo ?

ocuu.

Timoleon ? el burro del cuervo.

BRIN.

Cada vez te voy entendiendo menos,

ocru.

El borrico de la iMsada del Cuervo... Ti-

moleon llamo al borrico que viene tirando

de la tartana del .Sr. Gaufré el posadero.

BHIN.

Viene de veras?

OCILI.

Míralo... no puedo ver á ese hombre: se me

ha metido en la cabeza que es un mal vicho...

por de pronto ya es posadero, y basta y so-

bra...

BRin.

Silencio! ya sube la escalera con su hija

Mariana.ocuu.

Su hija esotra cosa, go/a uno en verla la

carn... es imposible que sea su padre ese tio.

ESCENA II.

DICHOS, GAUFRF.i/ MARIANA.

GACFRE.

liuenas tardes, amigos mios , muy buenas

tardes.

IlllIN V OCULI.

Felices Sr. Uaufré, felices Señorita.

I.<M ino/.ijs uliiilaii y m' van ilos por In liqulrnl* v

y olro [xir la fsc'ik'r,i.

HAIIIA>A.

.Mil gracias, .Señor sacristán : cómo está Ca-

briola ?

OCULI.

Deseando andará vuelo para anunciar vues-

trii casamiento... lo mismo que su hermana

Pirueta.

C.M.tHK.

V que tenemos de nuevo?

BBíN , haciendo señas de inteligencia.

Ya sabréis Sr. Oaufre que tenemos un pre-

so en el muliuu.

MAHIANA.Un preso?

f.AUFnií.

Asi meló han dicho... un paisano que ve-

nia amcnudo al pais... [haciendo como quebusca un nombre) .\o se llama Mars... <>

Max, ó?...

HAni.\.\A.

Es el que Andrés cogió anoche?

OCULI.

i:l mismo; y con que bríos ! el tal pájaro

tiene todas las trazas de un bandido hecho yderecho. Ko queria dejarse coger y le tiró al

Sr. .-Vndres un pistoletazo...

MARIA.NA.

Ay Dios inio

!

ocuu.No hay cuidado... el mismo efecto hizo que

si soplara .i mi Benito por arriba. El Sr. An-

drits me le cogió el brazo como con unas tena-

zas y melé trajo aqui bien atado, donde le tie-

ne hasta tanto que esté disponible la cárcel del

pueblo.

frAiTiiE , con intención.

Y qué dice el preso ?

URIN , h mismo.

Nada.

OAUíBÉ , con intención y después de dar un

suspiro.

Es lo mejor que puede hacer... pero no hav

que detenernos en lo que no nos importa...

la noche va cerrando y no es cosa de atrave-

sar esos campos con la oscuridad... Venimos

á traer á la .Señora el dinero de los últimos

cuatro meses : pero si está ocupada se lo po-

dremos entregar á Andrés... no la incomodes

Hrin. [bajo) Estoes mas conveniente.

BRIN.

\ ov á avisarle... está arriba.

Page 6: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

INIUSEO DRAMÁTICO.

OCULI.

Pues yo me voy á esperarla velada coa mi

Benito debajo del brazo.

Brin sube la escalera de la derecha , y Oculi se va

por la izquierda.

ESCENA III.

MARIANA, GAUFRE.

GAUFBE.

Oye, Mariana... durante el camino quise de-

cirte una cosa y como te vi tan distraída miran-

do la calda del sol, no quise estorvar tu diver-

sión.

MARIANA.

Ya sabéis que siempre estoy dispuesta á escu-

charos.

GAUFRE.

Cierto , muy cierto. Si no eres cariñosa, al

menos eres obediente. Este es el caso: debemos

á la Señora cuatrocientos cincuenta francos por

los cuatro meses vencidos de nuestro arren-

damiento , y en este taleguillo no vienen mas

que doscientos ochenta.

MARIANA.

La última vez me mandasteis traer solamen-

te trescientos , y creo que después habréis

completado aquella cantidad.

GAUFRE.

Por supuesto ! (aparte) Qué candidez ! no

comprende esta muchacha que la caridad bien

entendida empieza por uno mismo.

MARIANA.

Me parece que vienen,

GAUFRE, dándola el taleguillo.

Me tiene con cuidado la tartana ; creo que

se ha descompuesto... voy á ver y vuelvo al

momento, [aparte) No los perdamos de vista

Se va por el fondo y en cuanto baja Acdres, vuelve á

aparecer con sigilo ocultándose detras de la escalera.

ESCENA IV.

ANDRÉS, MARIANA, GAUFRE oculto.

ANDRÉS.

Será cierto lo que me han dicho, Mariana?.

.

Habéis tenido la bondad de llamarme...

MARIANA.

Yo?... no, no he sido yo... tenia que ha-

blar á la Señora...

ANDRÉS.

Pues si me ha dicho Brin... mucho siento

que me hayáis sacado de la duda.

MARIANA.

Habrá entendido mal... porque vengo á un

asunto...

ANDRÉS.

Hablemos pues del asunto.

MARIANA.

Sobre el pago de nuestro arrendamiento.

ANDRÉS , mirándola sin escucharla.

Ah! ha vencido?

MARIANA.

Ya lo creo... hoyes San Juan.

ANDRÉS , lo mismo.

No me acordaba.

MARIANA.

Mal dia para mucha gente.

ANDRÉS.

No lo es para mi.

GAUFRE , aparte.

No va malo.

SURIANA.

Mi padre no es tan rico como vos...

ANDRÉS.

Quiere decir que todos los dias son buenos

para mi : no los tengo sin embargo tan felices

como el de hoy.

MARIANA.

Mi padre no ha podido reunir los cuatro-

cientos cincuenta francos, y aunque con muchavergüenza vengo á entregaros doscientos

ochenta ..

ANDRÉS.

Vergüenza ! y por qué ? porque venis á ver-

me? ya que me habéis prohibido que yo vaya

á veros...

MABIANA.

Como faltan ciento setenta francos para

completarla cantidad...

ANDRÉS.

Fáltelo que falte... no dejéis de venir por

eso.

Va á sentarse á una mesa colocada á la derecha, y

sienta el pago en un libro.

GAUFRE , aparte.

Bestia de mi I hubiera podido traer solo

doscientos.

MARIANA.

Cuantas bondades , .Sr. Andrés ! Creed que

nuestro agradecimiento será eterno.

ANDRÉS.

Vuestro agradecimiento! siempre lo mismo.

Page 7: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSEO i)UAMAru;o.

Git'FRE, aparte.

Poco a poco... esto ya va siendo demasiado

tierno v no nif aoonuul.i.

UAHiA>\ , vifiido á Gaufre.

Padre ! venid a dar las i;racias al Sr. Andrés.

ANniiEs, a/Hirte.

Cuando se presenta este hombre se desva-

necen todas mis ilusiones.

f.ADtRK.

Pues (|uel será posible? sois tan bueno que

couseutis en esa rebaja de nuestro arrenda-

miento?MAHUMA , bajo.

Me habiais hablado solamente de demorar

t'l pago.

GADFBE, ba/o.

Cierto ; pero cuando las cosas se pueden ar-

reglar de una vez, no hay que perder licuipo.

{alto) Con que estamos...

ANDReS.

Si Señor... hablaré á mi madre, y todo se

compondrá.f.Ai KRE, aparte.

Desvanezcamos ahora sus esperanzas, {alio)

Ya lo ves Mariana... eres poco agradecida á

tantos favores.

ANDRÉS.

(Jué decis ?

GAUFRE.

.Nunca mienta vuestro nombre... Siempre

tiene en la memoria al barón Spachman que

nonos ha favorecido ni la mitad... Siempre

está hablando de él.

A>DRts , levantdndose.

Del Barón?MARIANA.

Pero Señor I..

GAUFRE.

Que quieres que yo diija?... si es la verdad.

Cuando viene á vernos el Barón, le recibes con

tanta amabilidad, sin turbarte, sin bajarlos

ojos, y cuando estás delante del Sr. .\ndrés,

parece que quieres marcharle cuanto antes.

V.S tan buen muchacho! nada te ha hecho que

merezca esa aspereza que tu le muestras.

ANDRÉS , aparte.

No sabe este hombre el mal que me está

haciendo.

MARIANA.Pddre mió!

fc%% w%**Wv%* »^^WWV%VT.%V IW^V

ESCENA V.

menos, BRIN , PABLO y rariot MOZOSdel molino.

rEKRO Tí XECRO.

VüCES , dentro.

Señor Andrésl,.. Señor Andrés!...

AÑORES.

Qué sucede? á qué vienen esos gritos?

Apanrrn Im inoii>s Mibit-iidn la rArali-ra liitrriur, vl-

nlciKlii en ninllo >li' rll<» llrlii (lallilu \ ilrtcoiicirlado.

PABU), (1 Ilrin.

.\nda tu... habla...

ANURES.

Qué es ello, Brin?

GAUt'RE , aparte mirando U Brin.

Aqui hay algo.

MOZOS, (i Ilrin.

Vamos , habla.

BBIN , balbuciente.

Señor Andrés... quieren hablaros... abajo.

ANDRF.S.

Quién?

BRiN , aumentando mas su perplegidad.

l-.l preso.

MOZOS , con alegría.

V.\ preso , si Señor.

GALFBE , aparte.

Max I

ANDRÉS.

Y qué me quiere?

BRIN.

Dice...

ANDRÉS.

Qué dice? vamos , acaba.

BRIN.

Promete hacer una revelación... á las auto-

ridades.

. GAUFRE , aparte.

Revelaciones!... puede perderme.

BRIN.

Pero antes de todo quiere hablaros.

ANDRÉS.A mi?

BRIN.

.\ vos solo.

ANDBES.

.Allá voy pues. Adiós Mariana... adiós.

Baja la escalera.

PABLO, d Brin.

Vamos... qué es eso? te quedas ahi? parece

mudo... si se habrá vuelto tonto como Pas-

cual el cazurro. Vamos abajo.

Se van, llvvan(li)lc entre ellos.

ESCENA VI.

GAUFRE, MARIANA.

Mariana triste y pensativa va a sentarte Junto a la

mesa, (iaufre ini|uiclu y rvccloio sigue i Andrcs con

la -.isla.

Page 8: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSEO DRAMÁTICO.

GAUFRE, aparte.

Debí desconfiar de ese Max: no tiene ánimo

lii sagacidad... Ya no tengo autoridad sobre él

pero en cambio tengo ahora bastante sobre

Andrés... Qué torpeza la mial... acabo de de-

sesperanzarle... aun liay tiempo quizás, {fllto

acercándose d Mariana) Qué reflexiva, y qué

triste estás Mariana!

MABIANA.

¡Mas lo está Andrés que yo...

GAL'FRE.

Puede ser que le interese la suerte de ese po-

bre Max.MARIANA.

No lo creo.

GAUFRE.

Pues entonces,qué puede habetle puesto

tan triste.'

MARIANA.

L? habéis dicho que yo amo al Barón

.Spachman?GAlíFRE.

Es verdad : mi franqueza rae ha hecho ha-

blar mas de lo que debia.

MARIANA, levantándose.

Me habéis culpado de ingratitud, y bien

sabe Dios que sin motivo.

GAUFRE, con fingido asombro.

Qué me cuentas! ay Dios mió! estaré yo aca-

so equivocado.' habíame con toda franqueza.

MARIANA.

No deseo otra cosa.

GAUFRE.

Por qué no viene Andrés á vernos.'

Va oscureciendo poco á poco.

MARIANA.

Porque me habéis prohibido recibirle.

GAUFRE.

De veras ! habrá sido algún dia en que creí

darte gusto eu ello.

MARIANA.

Pues me hicisteis penar mas de lo que os

parece.

GAUFRB.

Lo que no puedes negar es , el despego que

muestras eu su presencia... te turbas... en-

mudeces... mientras que con el Barón...

MARIANA.

Cuando veo al Barón Spachman me impor-

ta poco su presencia; pero delante de Andrés..

es otra eos5.

GAUFRE.

Soy un topo! ingratitud ! no es mala vive

Dios !... es el amor, no hay duda... y le he

engañado á ese pobre chico !..

MARIANA.

No se le puede desengañar todavía .'

GAUFKE.

Mucho que sí... pero hoy ya no hay tiempo.

MARIANA

El me parece que sube la escalera.

GAUFBE, mirando por la ventana.

La noche ha cerrado enteramente, y no

trae muy buena cara... es preciso enganchar

cuanto antes... ven á buscarme dentro de un

cuarto de hora, [aparte] Ahora ya puede Maxrevelarle todo lo que quiera .. seguro le tengo.

Se v.i por el fondo, y Andrés aparece por la es-

calera.

ESCENA Vil.

MARIANA , ANDRÉS.

ANDRÉS , á dos mozos que vienen con él.

Vamos á tener tempestad. Pascual no ha

vuelto con el ganado : no será malo que va-

yáis á buscar á ese pobre muchaclio.(/o.9 mozos

se van por el fondo después de haber pvesto

una luz en la mesa) Ah! todavia eslais aquí

Marianita .'

MARIANA , con alegría.

Todavia , sí Señor.

ANDRÉS tristemente.

Nunca os he visto tan alegre.

MARIANA.

Es porque nunca he estado tan contenta co-

mo ahora.

ANDRÉS.

Quizás por lo que acaba de decir vuestro

padre ?

MARIANA.

Lo habéis adivinado.

ANDRÉS.

Ah ! sois muy cruel

!

MARIANA.

Escuchad. Después que os marchasteis, mi

padre me ha preguntado con mas bondad que

acostumbra , el motivo de mi tristeza : yo mehe atrevido á responderle y ha descubierto que

vivía muy engañado sobre ese particular.

ANDRÉS.Qué decís .'

MATllANA

Que no soy ni he sido nunca tan ingrata

como el decia, sino al contrario...

ANDRÉS.Acabad.

MABIANA.

Que os amaba.

Page 9: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSI.0 DRAMÁTICO.

A?iDnES.

Mariana! Mariana! Ks verdad lo que deois?

MAIIIOA

Ya podéis conocerlo en In nleuria que sien-

te ini ciir-i/oii a! revelároslo.

ESCENA Vm.

niCUU8v F^lANVAL.

KHASVAL , entra par el fotuto sacudiendo el

sombrero.

Maldito tiempo!., esclaniacioii que hubiera

vo heciio cuando era soldado.

ANDRÉS Y MARIANA, dirigiéndose (i él con

aleijria.

.Señor Cura ! Señor Kranval I

FBANVAL.

Qué hay de nuevo, hijos mios? estáis tan

aleares... tan contentos.

ANDIlIvS.

Va lo creo tenemos que deciros un secreto.

FRANVAL.Un secreto ?

MAHIA?IA.

(Jue se puede decir en alta voz.

FRA5VAI. , ron alegría afectuosa.

Y los dosel mismo secreto?

ANDRÉS . cogiendo la mano de Mariana.

Kl mismo ; no es cierto Mariana ?

FRAWAL.

Hum ! cuando era yo soldado lo hubiese

adivinado .. ahora no entiendo de nada de

esto... como no sea cosa que pertenezca á al-

guno de los sacramentos.

MARIANA.

Pues de eso se trata : en cuanto hayáis ha-

blado á mi padre.

ATtDRFü.

Y á mi madre.FRANVAL.

Corriente. Hoy parece que estoy destinado

á ser el embajador de lodo el mundo.

n^v^^v^%ww.«vv yiAAf^AfVinVtA.wv v«v

ESCENA IX.

DI(:H0.S , PASCUAL.

Este rntra por pI fcnHln aodnniln n lo patau cod

la raboa l»Ja y (rje uiu co&i alwltsila t^io la

blos.1.

FRANVAI- , al rerlr enlrnr

Ola! ya estás aqui.pillóte!

ANDBE-S,

No le riñáis.

•'FRANVAL.

Sí , ya sé que es tu protepido : peio no im-

porl.1. Ilalirase visto cosa como (lia! no .sabes

que tdilos los pastores están con cien ojos por

el lobo (|ue ha aparecido estos días? por (pie

abandonas el ganado.'

MARIANA.

Tendrá miedo á la tempestad.

FRANVAL.

Cal Kstaba raso todavía ruando mo encon-

tré al sanado sin nadie que lo guardara... es-

tuve llamándole á (triio pelado : pero nada) mehe visto precisado n traerlo yo mismo , cal.in-

dome hasta los huesos , porque usos animales

andan tan de prisa como los patos.

ANDRÉS.

Habéis sido en un todo el buen pastor.

FRANVAL.

Kl liupii pastor lleva una oveja en los hom-

bros , v puede echar á correr si llueve .• pero

yo traía doscientas y tenía que ajustarine ásu

paso. Sí , reíd lo que queráis ; luego veremos

si no quiero casaros. {Mariana para ocultar

la risa pa-<!a por detrás del Cura y se pone

cerca de la mesa. A Pascuatj Qué hacías tú

mientras tanto .^

Pa.scii.il que sí ha .icercado á la raes» , deja sol)re

olla lu (|uu tenia oculto enti-c la blusa. Mariana de un

Krito y pasa asustada al otro lado.

FRANVAL.Qiié es eso'?

ANDRÉS, mirando.

La cabeza del lobo! Kres tú quien le ha

muerto.'

PASCUAL, cou orgullo.

Toma !

FÜA.WAL.

Qué quieres decir con esa esclamacíon .' que

has sido tú .' [Pascual no responde) Pues eres

un solemne embustero: en la vida lias mane-

jado un arma de fuego, y ni aun sabes lo que

es una escopeta. No puedes poi cousÍRuiente

haberle muerto, porque tiene un balazo en lu

frente... habrá 'iido otro.

PASCUAL, bajando la cabeza y balbuciente.

Vaya I

FRANVAL.

Oye picaruelo... tienes licencia para ser to-

do lo estúpido que quieras , pero cuidado con

mentir; porque á la primera que te pille yo

sabré correairtc, yaque no te hacen mella mis

sermones porque no los entiendes. Te acarra-

ré de una oreja como lo hacia cuando era sol-

dado...

Page 10: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

Pascual vuelve á ocultar la cabsza y se va triste-

mente por la puerta de la izquierda.

MARIANA.

Pobre muchacho! me dá compasión... no

entiende nada de lo que se le dice.

FRANVAL.

Es verdad... he sido un poco vivo, me he

dejado llevar de mi genio. Antes de amena-

zarle debía tratar de que me entendiera... en

este estado me le encontré á la vuelta de mis

campañas. Tenéis razón, Mariana , es preciso

hacerle entender con suavidad... wy á em-

prender su cura ; para esto será preciso que

me cueute Andrés la causa de su enferme-

dad.MARIANA.

Ya viene la Señora.

ANDRÉS.

Mi madre ! {llamando) Que saquen la cena. .

.

Que vengan todos.

Úrsula sale de su cuarto y va á hablar al Cura y a

Mariana. Varios mozos sacan del cuarto de la izquier-

da una mesa larga que colocar al mismo lado, ponien-

do bancos y cubiertos ; colocándose todos los del mo-

lino. Al mismo tiempo otros criados ponen cuatro cu-

biertos en la mesa de la derecha. Oculi y las criadas

salen por la izquierda. Pablo y dos mozos por el fon-

do : Briu y otros dos por la escalera. Pasa todo esto

durante el dialoRO siguiente

:

ESCENA X.

PICHOS, ÚRSULA, OCULI, BRIN, MO-LINEROS, CRIADAS, !/ PASCUAL.

FRANVAL, ci la Señora.

Os pido mil perdones, Señora , de haberme

convidado yo mismo á cenar en vuestra com-

pañía , y de haber traido por apéndice á mi sa-

cristán : ya sabréis que tenemos que hablar.

ÚRSULA.

Todo lo que hagáis está bien hecho Sr. Cura:

yo también tengo que anunciaros otro convi-

dado.ANDEES.

Y quién es .'

ÚRSULA.

Marianita.

MARIANA.

Pues y mi padre?

ÚRSULA.

Ha tenido que marcharse á pesar del mal

tiempo, y para no esponeros ha accedido á las

vivas instancias que le hice de que os dejara

en mi compañía hasta mañana.

MUSEO DRAMÁTICO.ANDRÉS.

No sabéis lo mucho que me agrada esta no-

ticia , madre m¡a. (íi los molineros) Están

bien cerradas todas las puertas?

PABLO.

Si Señor... aqui están las llaves.

Se sienta en la mesa grande.

ANDRÉS.

Bien : ya que todos están dentro podéis qui-

tar la escalera grande, [todos se van sentando

en sus mesas respectivas) Denlro de poco ten-

dré que llevar el preso al calabozo que ya está

en buen estado ; bajaré por la escalerilla. El'

Señor Cura y el Sacristán podrán bajar por el

mismo camino?FRANVAL.

No que no!... con otras escalas peores he

asaltado murallas... mi .Sacristán está también

acostumbrado á subir la del campanario que

no será mejor que la vuestra.

ÚRSULA.

Qué tienes Andrés? no cenas?

ANDRÉS.

Estoy tan contento , madre mia ! (bajo) lue-

go sabréis el motivo.

FRANVAL.

Pues hombre , una vez que no comes . pue-

des distraernos contándonos algo que nos en-

tretenga... y á propósito... cuéntame el suceso

que le ha puesto al pobre Pascual en un esta-

do tan deplorable... con eso sabré yo cómo mehe de valer para en adelante.

ANDRÉS.

Corriente. Ya sabéis que aun antes de la re-

volución habia un sinnúmero de malhecho-

res en este pais , á pesar de la guerra tan cru-

da que les hacia el Conde Biauville, primera

autoridad de la provincia. En cuanto empeza-

ron los disturbios tuvo que ausentarse y nun-

ca tnas le hemos vuelto á ver. Entonces se cer-

raron todas las iglesias : nos cercó el enemigo;

vos sentasteis plaza de soldado... llegasteis á

oficial.

FRANVAL,

Decidme Mariana : qué le he dicho yo que

nos cuente?

MARIANA.

La historia de Pascual.

FRANVAL.

Tal me habia parecido, {tí Andrés) Si qui-

sieras pasar por alto la mia , nos barias mer-

ced. Creo que la sé mejor que tú.

ANDRÉS.

Con el trastorno general cesaron todos los

Page 11: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

ML'StO URAMATICÜ.

trabajos y se auiiienló el número dr las jteu-

tes dañinas ; á ellas so juuUirou uua multitud

Je iiiallu-eliores escapados de los presidios do

liesfftori's de todas naciones, en lin, de toda la

aeute mal& que li.ibia en el mundo. Uua oraa-

nizaciou rtgular dio luas consistencia á estas

partidas, y eu poco tiempo tuvieron peles

aguerridos y leyes muy severas. Todo el p:iis

se llenó en un inomoulo de bandidos, que ata-

caban atrevidamente las clio/.as y los palacios,

quemando los pies a los infelices que caian

en sus manos basta que forzados por el dolor

revelaban el sitio donde tenían ocultas sus jo-

vas V rique^js. {I'ascual se ha ido acercan-

do poco rí puco, y sin que nadie lo note se

sienta en el suelo detrás de Andrés) Kl padre

de Pascual tenia una sranja de mi madrea

unas cuantas letiuas de aqui... nosotros le mi-

rábamos mas como amigo que como criado:

mi padre le debia la vida , y no pndiendo lia-

cerque tomase una cr.iii cantidad de dinero

en premio de su servicio , le resaló su reloj

para que le record.ira la liora eu que le liabia

salvado. Una noclie cuando todos estaban dor-

midos en su casa , se abre la puerta do par en

par a impulso de un fuerte golpazo, y apare-

cen varios hombres de mala citadura , entran-

do repentinamente en el cuarto. A los pocos

momentos todos los infelices estaban atados

con socas sin poder defenderse de aquellos

malvados, que empezaron á robar todo lo que

lijbia eu la casa. Después de bastante tiem-

po volvieron al cuarto donde estaba atado el

pobre viejo, y le preguntaron ferozmente dón-

de tenia oculto el dinero. F.l infeliz negaba

como era la verdad que tuviera mas de lo que

liobian encontrado, y entonces- ellos le que-

marou los pies couio tenian por costumbre,

repitiendo las mismas preguntas y las mismas

amenazas. El pobre mucliaclio que tenemos

aqui,pudo desasirse de las sabanas eu que

le tenian envuelto y sacó la cabeza á los la-

mentos de su padre, pero el infeliz no podia

defenderle. Quedó sepultado en el mayor

asombro, sin poder conocer á ninguno de aque-

llos infames,porque todos llevaban oculto el

rostro con un velo , ó pintado de negro Lo

único que pudo hacer fue contarlos, y según

lo repite a cada instante parece que eran trece.

TASCiAL , aparte.

Eran trece!

ANUniiS.

Quemas os he de contar.' Cuando se fue-

rUMlO U. NkCSO.

ron aquellos nialvudus, toda la granja estaba

ardieudo : se acudió a socorrer á iii|uellos infe-

lices, pero euvauu: la mayor parle niurieruu,

incluso el pobre viejo que espiró en medio de

lus dolores mas horribles.

MAItU^A.

(Jué horror

!

OCL'Ll , levantándose y colocándose iit medio

de la escena.

VA Señor Andrés no lo cuenta lodo. I.ospo

eos que se salvaron tuvieron muy buena co-

locación en su casa: al pobre huérfano le han

criado como a un hijo en ella : y al viejo le

han d:jilo sepultura eu el cementerio, poniendo

encima de la losa um cruz de piedra.

Miriilrn.'i Onili rs<á liablaiido , Pascual aeacorcaá

Anilr«5 y 1« txru la ropa.

MAUIANA.

llabois hecho una buena obra.

FRANVAL, pegando con el cuchillo en lu

mesa.

Asesinos I canalla!... como hubiera yo dicho

cuando era soldado. V no se ha podido lim-

piar el paisde...

ANOnES.

Se escaparon, y desde entonces...

Se oyi'ii guille».

URSl'LA.

Kstan llamando á la puerta del patio,

octi.i , o un mozo que se ha levantado parair a abrir.

?so hay que abrir... vaya!

ANUBKs, sentado.

y por qué no? no somos bastantes para de-

ferdcrnos en caso necesario.' {al mozo dándo-

le la llave) Vea abrir.

Todos se Icvaotan.

OCLLI.

Y si fuera alguno de la partida de Pedro el

Negro?ANDRÉS.

Y que podria hacer contra tantos? .Si es un

pobre hombre que se ha perdido con la escu-

dad de la noche debemos darle hospitalidad.

FllANVAL

Tiene razón Andrés: en esto no hay que

vacilar.

AKDRES.

Ya es hora me parece de conducir el preso

al calabozo; irán conmigo los que le están cus-

todiando, y en menos de media hora estoy de

vuelta, [al tiempo de salir se encuentra cara

d cara con Pedro el Segro disfrazado de

viejo con un traje lleno de haraposj Ah! sois

vos buen hombre , el que llamaba hace poco?

3

Page 12: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

10 MUSKO DRAMÁTICO.

PEDRO j desde la puerta.

Quiza os molesto... pero la noche... ese

aguacero... estoy muy cansado...

BAIN , aparte en primer término.

Esta voz..,

ANDRÉS.

Entrad pues : tomareis un bocado junto á la

lumbre, recobrareis las fuerzas. No sois del

país?PEDBO.

Soy de quince leguas de aquí... y tengo que

llegar cuanto antes, por eso me apresuro...

ANDRÉS.

Una razón mas para que descanséis, (i)irfí-

cando la puerta de la izquierda) Ahí se van

á reunir todos para pasar la velada.

Váse.

ÚRSULA.

Y Mariana la presidirá.

PEDRO, dando algunos pasos y aparte.

Mariana aquí! Vendrá por este maldito An-

drés?ÚRSULA.

Soy con vos al momento, Sr. Franval.

FRAiNVAL.

Cuando queráis , Señora.

Quitan la mesa pequeña, y la grande la colocan junio

á la ventaoa. Pedro se acerca á Brin y le aprieta la

mano con disimulo

PEDRO, bajo.

Aprendiz!

BRIN , turbado y á media voz.

Hermano

!

PEDRO , lo mismo.

Obediencia.

BKiiN , lo mismo.

Sigilo.

PEDRO, lo mismo.

Mañana á las seis en el castillo de Spachman.

BRiN , lo mismo.

Alli estaré.

ocuLi , a Brin y o Pedro.

Eh! muchacho... y vos buen viejo venid...

queréis quedaros ahi plantados como unas es-

tacas?

Siguen á Oculi. Pascual que se lia quedado el último,

mira con sorpresa á Brin y a Pedro , y entra después

(le ellos.

i\,y^w^'n/v^tw^fV^tvwwy iw^iv^i^nm\ <VimVifí/w\fWt'W^'W*

ESCENA XI.

FRANVAL, ÚRSULA.

FRANVAL.

Ya podéis figuraros Señora , que si os ha pe-

dido una entrevista secreta , será para tratar

de un asunto muy grave, que no tiene relación

ninguna con mi persona.

ÚRSULA.

Lo conozco muy bien, Sr. Franval, porque

siempre tomáis con mas aulielo los asuntos de

otros que los vuestros.

FRANYAL.

Cuando entré en el ejército en la época de la

revolución, me destinaron al cuerpo que mas

tarde hizo la campaña de Italia. Vo eslaba en-

tonces en el estado mayor, y un dia que aca-

baba de despachar con el General , me rogó

que pusiera el sobre de una carta que tenia so-

bre el bufete. Cogí la pluma, y me dictó en

estos términos ; «Al Sr. Dumoutier molinero

en Formentry.» No pude ocultarle mi asom-

bro al oir pronunciar el nombre de vuestro

marido, y conociéndolo el General, me hizo

varias preguntas sobre mi nombre y familia,

resultando una mutua confianza y revelándo-

me que era el Conde de Bianville.

ÚRSULA.

El infeliz Señor, cuya suerte aun igno-

ramos.FRANVAL.

Habia escapado como yo a la persecución

buscando un asilo en el ejército: una estrecha

amistad ligó bien pronto nuestros corazones,

que por desgracia no fué muy duradera, pues

cayó herido mortalmente en la batalla de Ma-

rengo. Antes de morir empleó las pocas fuer-

zas que le quedaban en escribir varias cartas,

y después me mandó llamar diciéndome: «Pro-

metedme volver á Formentry donde deben ig-

norar mi suerte. Cuando recibáis una carta

de Berhay en Normandia, abrid el pliego que

os confio; y sino recibis noticia ninguna , no

lo abráis hasta que hayan pasado tres años

después de mi muerte.» Apenas pude oirle es-

tas palabras porque estaba en los últimos mo-

mentos... no tardó mucho en espirar priván-

dome la suerte de un amigo...

ÚRSULA.

Que como los que tenéis aqui conocía vues-

tra honradez y vuestro buen corazón.

FRANVAL.

Tres años han transcurrido desde la triste

escena que acabo de contaros, y como no he

recibido noticia alguna de Bernay, he abierto el

pliego esta mañana encontrando con lo que

vais á tener la bondad de oir. ( lee) «Queiido

Franval: ya que no tengo esperanza de sobre-

vivir á mis males , id á ver á Dumoutier quien

Page 13: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MI SKO DUAMAIICO. II

osrontarael [lesar que ha envenenado el Tin I

de mis días. Para volver también á euda cual

lo que le iRTtenece, distriltulrcis entre mis |u-

rienles mas cercinos la o.mtidad de tresi-ieiilos

mil francos en oro, billeti-s y pedreria que deje

oculta en mi palacio Con solo presentar el

adjunto anillo á mi uotario el Sr. I.efeore , os

dura este todas las noticias que necesitéis para

encontrar el paraue donde os;.i oculto el teso-

ro. Os dov mi ultimo adiós conliando en vues-

tra providad ele .No sabia mi pobre amigo

que vuestro esposo estaba destinado por el cie-

lo á sepuir muy pronto su misma suerte; pero

como lie creido que antes de morir os iiabria

revelado este secreto, ven^o ¡i que me liaríais

twlas las revelaciones conducentes a cumplir

como mejor pueda la última voluntad de mi

líeueral.

IRSILA.

.No os habéis engañado , Sr. Franval : el .Se-

ñor Conde nos habia confiado a los dos esa

triste historia, porque como parientes...

Fn.\NV.\L.

Ah! erais parientes?

L'RSl'LA.

Mi marido fue el hijo menor de una noble

fair.ilia... |)ero esto no es del caso. .No hace

mucho que Andrés os contaba la cruda jiucrra

que el Conde de Bianville hizo .n los malhecho-

res de este pais, razón por lo cual atentaron

varias veces á su vida y á la de su esposa que

murió al dar a luz. una niña. F.l Conde atribu-

yó á su crimen la muerte repentina de la Con-

desa , y temiendo por la suerte de su hija la

envió secretamente a Bernay , confiándoia al

cuidado de otros parientes de cuyo cariño no

dudaba. Se lomaron todas las precauciones ne-

cesarias para que ¡¿inorasen todos el parage

donde estaba ocúltala niña: pero fue iniili!,

porque al cabo de un año le arrebataron al

Conde este último consuelo. Ilabian robado á

Cecilia en la cuna , pero sin dejar rastro al-

guno de sangre. Algunos dias después encon-

traron a cuatro leguas de Bernay su envoltura

sin que indicara la menor violencia. Todo

hacia esperar que vivía, y sin embargo fueron

inútiles todas las investigaciones que se hicie

ron para averiguar su paradero , el que hasta

ahora i¡;noramos según las últimas noticias

que he recibido de Bernay.

fr\>val.

Ksa pobre niña ha sido victima sin duda de

una venganza cruel , y por desgracia será pre-

ciso renunciar á toda esperanza de volverla á

ver. Itlañana haré una visita al Barón Spach-

man , que hace dias que no se le ve por aqui;

dicen (|iie está malo.

ÚRSULA.

T que le queréis?

KBANVAL.

Knteiiderme con él para buscar el tesoso

del Ceneral... ya sabeisque vive en el palacio

del Conde que esta en secuestro aun, por per-

tenecer a un emigrado, {suenan las campana!:

I.,as campanas están tocando las áiiiinas, y

teii;,'o (|iie rclir.irme Señora.

ESCE.N.V .\ll.

DICHOS, OCl'I.I. BIUN , M.MUA.NA,MOI.INKUOS, CKIADOS, PF.DKQ KI, M;.

r.UO, PASCUAL.

ocLi-i, saliendo precipiladamente ij diri-

giéndose d la puerta delfondo.

Señor Cura! Señor Cura!

FRA.tVAL.Qué tenemos?

OCULI.

Las campanas están tocando solas á las

ánimas.fp.a:«val.

Las tocará alguno que no se ha olvidado de

la hora como tu.

OCUI.I.

Si serán los bandidos?

FRANVAL.

Déjale de sandeces.

OCL'l-l.

Es que me estaban contando ahi unas

cosas...

Cnoo l.ns campanas.

MARIANA, a rrsula.

Tiene razón : yo también me he asustado.

Cuando empezaron á tocar las campanas es

tabamos todos acosados de un pavor tan

grande...

Mii>ntras ilice esto Mariana han ido salieodo todos yftirman corro.

FRANVAL.

Y qné contaban esos miedosos?

MARIANA.

Hacian mil conjeturas sobre el viajero que

se alojó dias pasados en casa de mi padre...

PEDRO, aparte.

Kscuchemos.

MARIA.NA.

Y del que al otro dia se euconlró el caballo

y la capa junto al despeñadero.

Page 14: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

12 MUSEO DRAMÁTICO.

PEDRO, aparte.

Malvado Gaufré

!

maria;na.

Dicen que de tres años á esta parle se liau

encontrado en el bosque ni.is de diez hombres

asesinados... todos con un tiro en la espal-

da.

UBSULA.

Es cierto.

FRAINVAI.

Si en verdad : pero creo eran del pais, ó se

les couoeia por gente de mala catadura. A to-

dos se les ha encontrado con armas y con se-

ñales ciertas de ser unos bandidos. Dos de ellos

eran el famoso remellado, y el terrible man-

quillo, dignos tenientes de Pedro el Negro de

quien habla todo el mundo , y á quien nadie

ha visto. No hay porque asustarse.

OCULl.

Pues dígame su merced, cómo se puede es-

plicar la mutilación de los monumentos sa-

grados?Movimiento geoeral.

FRANVAL.

Otra majadería de las tuyas.

OCULI.

No Señor: es la pura verdad. Hay algunos

impíos que se introducen en el cementerio...

{todos se agrupan ijprestan mucha atención)

y deterioran las sepulturas.

FRANVAL.

Señor Sacristán, eso ya es peor que una ma-

jadería , es un embuste.

OCULI.

No Señor, á fe de mi nombre. Todas no-

diré yo, pero una... no me cabe duda.

FRANVAL.

Cuál?

OCULI.

La del padre de Pascual. Aun no es tan con-

tentos con haberle asesinado.

FRANVAL.

Pues qué hacen en esa sepultura?

OCULI.

Han hecho unas rayas muy hondas en la

cruz que el Sr. Andrés mandó ponerle : pri-

mero vi una j,después dos , y después... en

fin la noche que se encontraron los cadáve-

res del remellado y del manquillo iiabia ya

diez.

ÍRANVAL.

Pues si llegan á doce, ya te enseñaré yo á

cerrar bien las puertas.

ESCENA XIII.

DICHOS, ANDRÉS, entra por el foro.

A?iDRF.S.

Aun llego á tiempo para dar á todos las

buenas noches.

FRANVAL.

Qué lias hecho del prisionero?

A?iDRES.

Ya está en el calabozo, con un centinela

delante , dos á los lados, y detras el torrente

que el aguacero acaba de engrosar.

PEDRO, aparte.

Bien, {alto) Felizmente no tengo necesidad

de pasarlo.

ANDR.KS.

Pues qué ! os vais?

PEDRO.

.Solo esperaba que dierais la vuelta para da-

ros las gracias por vuestra hospitalidad.

ÚRSULA.

Podéis pasar aqui la noche si queréis.

PEDRO.

No puedo, Señora... me esperan

ANDRÉS.

Los caminos están muy malos.

PEDRO.

Para los jóvenes... mas para el que tiene en-

cima sesenta años,ya está acostumbrado .

.

OCULI.

Podéis tener algún encuentro poco agra-

dable.

PEDRO.

Tengo valor y sé afrontar el peligro.

FRANVAL.

Pues entonces buen viaje.

PEDRO.

Gracias, Señor Cura.

FRANVAL.

Ea ! buenas noches amigos mios

TODOS.

Buenas noches Sr. Franval.

Briii li.i cogido una luz y se coloca en la escalera con

dos mozos; una criada coí;e otra y siguéndola dos se

dispone á <'ntrar por la izquierda. Franval lia acompa-

ñado á Úrsula y Mariana hasta su cuarto y se va por

el fondo acompañado de Oculi y otros dos mozos. An-

drés se dispone á salir.

ANDRÉS.

Voy á poner algunas centinelas. (« Pascual

que mira con recelo) Y tu pobrecillo, no vas

Page 15: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSKÜ OUAMATICO. 13

á acostarte? I'uícuat sin voleer la cabeza

se tumba delante de la puerta del cuarto de

I rsula' (Jiu- fs oso? I telante del ruartu de mi

madre v de Mariana?

I'ASCL.VL.

'loma!

AM)«i:.s, asoinbrudn

I ste imu-liai'lio es iiic(im|irciisililc.

«-»o-<i->«<><>4'<i»'0-o>oa'»i»^aaa»9 0'X>-<>^»»»»»x>»a'0^fta<»aaooa9a»o-o-o

ACTO SEGUNDO.

Uua Mía fo el oa^lillcl (Id itarun .<!parliDian. Cinro piurías; In principal en el (uikIu. \ la dereclia en prinicr

termino entrada secreta: a la i¿i|ulrrü.i eu el an^ulu puerta que ronduc<> á lo inlerlur: mesa } sillas.

ESCENA I.

nOLÁM>u.

Va DO deben tardar , sun las cinco y me-

dia... al atravesar el ala izquierda lie oído

la señal. Algo vamos á tener de nuevo. De al-

gún tiempo á esla parte I'cdro el Negro se

ausenta todas las noches y hace decir que está

enfermo, {dan tres golpes en la puerta secre-

ta , Va vieneu. {acercándose á la puerta)

Quién va ?

voz DEMBO.Fuego ardiente.

Ahre y entra Briii.

^%« %a^ %%-«%«%^«« %«%Wt %%%Wt ««« VtfV^Vt «V«««A V«%lA^

ESCENA II.

ROLANDO y BRLN.

ROLANDO.

Eres tii Brin ?

BBIN.

Ka carne y hueso.

bola:»DO.

Mucho madrugas.

BRIN.

Nuestro amo tiene la culpa ; ayer le he vis-

to en el molino.

ROLANDO.

Kse hombre está en todas partes. También

ha ido alas rocas negras á decir al vigilante que

cite á todos los que se reúnen alli por la no-

che. A qué hora se fué del molino?

BRIN.

A la oración., otro tanto debia yo haber he-

cho.

ROLANDO.Por qué ?

BRI.N.

Se me ha flgurudo que me seguían .- si Pas-

PF.DRO >:L NF.r.RU.

cual el idiota no hubiera muerto al lobo , di-

ría que me venia dando caza : cada vez que la

luna se ocultaba , me parcela ver una cosa que

se acercaba á mí dando salios; pero no he po

diilo saber lo que era porque siempre estuvo al-

go lejos.

l'egau tres (íolpes.

ROLANDO.Quién va ?

VOCES DENTRO.

"Fuego ardiente."

ESCENA III.

DICHOS, GAUFRE y BANDIDOS.

ROLANDO.

Buenos días, papa Goufré.

OALFRE.

Felices , hijos mios. Dónde está el amo ?

ROLANDO.

Aun no ha vuelto.

CALFRE.

F.stá en su derecho. F.l artículo primero denuestro reglamento dice que el gefe no tiene

que dar cuenta á nadie de sus acciones , al me-nos que no infrinjan el reglamento.

ROLANDO.

Lo sabéis á dedillo , buen Gaiifrc.

OAIFKE.

Cuando hay leyes se deben cumplir exacta-

mente... qué diúblos ! no somos salvajes. Antetodo el reglamento

; y asi van bien nuestros

negocios. Artículo 7." Kl bolín se repartirá a

partes iguales entre los hermanos -. á los novi-

cios les toca media y al gefe cinco.

BBIN.

Cinco partes

'

4

Page 16: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

14 MUSEO DRAMÁTICO.

GAUFRE.

Pues qué , no tiene que sostener su rango ?

LRIN.

Su rango! su rango !

GAUFRE.

Artículo 3." Después de entrar en la com-

pañía continuará egerciendo cada cual el oficio

que tenia para no infundir sospechas. Tú has

quejado de mozo del molino y el gefe ha se-

guido siendo Barón, frecuentando todas las

reuniones de la gente acomodada, para evitar

los lazos que nos tiende el gobierno, y para

saber á ciencia cierta cuándo se deben dar los

golpes mas seguros. Algunos creen que para

ser bandido de nuestra especie no se necesita

saber mas que forzar una puerta , dar una pu-

ñalada, ó quemar los pies á los que no dicen

dónde tienen oculto el dinero ; sí ,que si quie-

res ! se necesitan cualidades mas sólidas... es

preciso ser sobrio para no caer en manos de

nuestros enemigos , como el borracho de Mau-

ricio... y mas casto que Max, á quien han fi-

liado...

ROLANDO.

Con que ha sido cierto .'

GAUFRE.

El maldito Andrés le ha echado el guante.

Dice bien el artículo 14. ¡Nadie se arriesgará á

comprometer la sociedad entera , obrando

aisladamente y por interés particular.

ROLANDO, que se ha dirigido a la puerta del

fondo.

Compañeros , el gefe viene.

GAL'FRE.

Dónde está?

KOLANDO.

Acaba de hacer entrar eu su cuarto á un

hombre que no he podido conocer, {vuelve d

cerrar la puerta , y mira por la que esta en

el ángulo] Aquí esta.

W%;WVW% Vftf^VWW% W%-%i^W\^/VW& l/^Jl'^fVt;IfWW%VWWti

ESCENA IV.

DICHO.S , el BARÓN entrando por la puerta

del ángulo.

BARÓN.

Compañeros I hay malas noticias.

TODOS.

<)ue sucede?BARÓN.

Han batido á la partida de Juan, y la si-

guen persiguiendo. Esperaban pasar el Rhin,

y les ha sido imposible hacerlo ,porque to-

da la ribera está guarnecida de soldados. Koles ha quedado mas recurso que el de inter-

narse en el bosque de estos contornos;pero

como también hay tropa , debemos prote-

gerlos.

GAUFRE.

Asi lo dice el articulo 10.

BARÓN.

Es preciso dar un golpe atrevido hoy mis-

mo , llamando la atención de las tropas hacia

el punto que ataquemos, y de este modo lo-

grarán salvarse nuestros compañeros. Vamosá atacar al molino.

GAUFRE.Cuando?

EARON.

Dentro de una hora.

- GAUFRE.

Dentro de una hora ! {aparte) Ya no esta-

rá Mariana.

BARÓN.

AUi tenemos un enemigo peligroso.

gaufre, aparte.

El muy trucha no dice un rival en amor.

BARÓN.

Dicen que es rica la molinera , en estos

dias debe haber recibido algunos pagos.

GAUFRE.

Antes que se haga ningún reparto , recla-

mo doscientos ochenta francos que la llevé

anoche.GAUFRE.

Estáis dispuestos ?

TODOS.

Sí.

GAUFRE.

Pero y el prisionero ? el reglamento manda

que le salvemos.

BARÓN , con intención.

Tienes razón : es preciso cumplir el regla-

mento al pie de la letra.

GAUFRE , aparte.

cómo me mira I

BABÓN.

Tenéis media hora de termino para tomar

las armas y los disfraces... venid después aqui

donde puede que tengamos que castigar á dos

culpables, (a Gaufre) Quédate.

GAUFRE, aparte.

No las tengo todas conmigo... si sabrá?...

ESCENA V.

El BARÓN , GAUFRE.

Page 17: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

ML'StÜ Ull ASIÁTICO. lú

UAHO>.

Hace st\s días quv llegó a tu posada un

lioiubre con un caballo blanco y iiua i-ii\\a con

palou de plata.

(i A I Kllb.

(ütTto ! al utro día se inarrliú cotno puede

i-segurárosloel panadero.

IIAHU.N.

Tú le has dado muerte y le lias robado. .Mon-

taste en su mismo caballo , te pusiste su capa,

y al romper el dia pasaste espresamente por

delniíte de la tiliona para (jue digesen que eras

el \iagero.

OAHHF. , turbado.

Te bau inforuKidu mal.

B.VRO>.

Kl reglamento prohibe toda empresa parti-

cular, y castiga la falta con la iiiui-rte.

i; VI FKE , apartf.

Mucho aprieta. Saquemos á Mariana 'alto.

Te digo que te bao informado mal y lo sos-

leugo.

UAHO.N.

l'ruébamelo.

OAIIFRE.

Kse viagero paró efectivamente en mi posa-

da... por mas s?ñas , Mariano íne (juirn le re-

cibió... estábamos entonces liabljiído casual-

mente sobre sus ideas de casamiento con An-

drés...

BARÓN.

Siempre este hombre ! No se trata de eso: el

viajero...

GAUFBB.

Kniró justamente cuando Mariana estaba en-

jugando sus lacrimas... se puso á llorar por-

que me oponía a este casamiento.

BAROM.

Pero el viagero.' .. vamos.

GAtFRE.

Kl viagero la dijo: i qué tenéis pobre niña.'..

BARO.N.

.Mientes! no tengo tiempo para oírte esos

embustes. Quien i'je á las dos de la mañana

con una linterna al cercado á enterrar un co-

frecillo.''

CAiFRF. , aparte.

Caramba \ Si sabe que está lleno de oro es-

toy perdido... ya encontré un medio [alto) Aenterrar un cofrecillo.' Fui yo.

BARÓN.I.o confiesas.'

GAUFRE.

Confieso que fui al cercado á enterrar un co-

frecillo que contenía .. bajo) dos oye al-

guien.' [aparte) Demos el golpe de mano, [altu)

que contiene uuoi papeles que prueban comoMariana no es mi hija.

UAUON.

No es tu hija?

(Ai^FiiK , aparte.

Y digo la verdad [alto) Ya habréis oido

hablar del Conde lliaiivillc.

BARÓN.

Si por cierto , nadie sabe qiií hn sido de í I

.

Unos dicen que ha muerto, y otros que está

en el estrangero.

OAUFRE.

I'ues Mariana es su hija , y yó tengo las

prueboí : pero volvamos al viajero...

IIARON.

Hija del Conde de Bianville:

OAIKRE.

Y' única heredera. El viagero me pidió de

cenar y me dijo...

BAIION.

Ahora me acuerdo queme han hablado de

una niña que desapareci(i...

CAL' FUE.

Pues como digo , el viagero...

BABÓN.

Bien, ya te creo: pero como es que Maria-

na?...

GALFRE.

Escúchame. Tu no eras aun el liaron Spach-

man de dia y Pedro el Negro de noche, cuando

yo me ejercitaba en algunas correrías con va-

rios amigos, que fueron cayendo poco á poro

en manos del Conde de liíaiiville.

BARÓN.

Pero qué tiene que ver?. ..

GAUFBE.

Ten un poco de paciencia. Yo quise conju-

rar la tempestad que me anenazaba v se meocurrió una idea que podría ponerme á cubier-

to en lo sucesivo. Kl Conde Bianville tenia

una hija, que por temor de las represalias, la

había mandado sfcretamente á Normaudía:

yo tuve bastante maña para descubrir su hu-

ronera, y al cabo de un tiempo y de mil tra-

bajillos llegué á escamotar la chica.

BARO.N.

Y para qué.'

CAl'FRE.

Para que si el Conde me llegara á echar la

garra decirle; «queréis verá vuestra hija? Yose donde está , y os lo diré si me dais todas

las garantías necesarias para salii de Francia.-

Los sucesos joliticos han dado al traste cou

Page 18: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

in MUSEO DRAMÁTICO.

mi proyecto;pero aun conservo los medios

de hacerla reconocer como hija del Conde

de Bianville, y en cuanto se divulgue la

muerte de este buen Señor, puedo hacer va-

ler e! derecho que la asiste sobre esa herencia

que dicen que es considerable.

BARÓN.Inmensa!

GAUFRE.

Me volverías á repetir el artículo 14 si te di-

jera ; "tu posición te da derecho á casarte con

Mariana, áquieu amas hace tiempo?»

BARÓN.

Qué dices?

GAUFRE.

Poco á poco. IMe firmarás una obligación de

pagarme una buena cantidad al día siguiente

de la boda... ó mejor á la víspera.

BARÓN.

Si me pruebas efectivamente que Mariana es

hija...

GAUFRE.

Lo mismo que te he probado, que el viagero

fué quien salió de la posada.

Rolando aparece en la puerta del .ingulo.

BARÓN.Silencio

!

ESCENA VI.

DICHOS , ROLANDO , después PASCUAL.

ROLANDO.

Señor ! se lia cogido á un muchacho que an-

daba dando vueltas al castillo, buscando sin

duda el medio mejor de introducirse en él.

Había ya saltado la tapia del jardín.

BARÓN.

Un desconocido ?... traedle.

GAUFRE.

Poco á poeo : acuérdate que estás malo... es

preciso fingirlo bien...

BABÓN.

Estoy en ello... {d Rolando) Hazle entrar.

Rolando se va por el fondo.

GAUFRE.

Puede ser que sea un espia... ahora mas que

nunca es necesario estar con cien ojos.

ROLANDO , entra y deja abierta la puerta.

Auui le tenéis.^Sale Pascual.

GAUFRE, al Barón que se ha sentadojunto d

la mesa.

i:s el idiota del molino.

BARÓN.

No hay peligro entonces.

GAUFRE, aparte.

Quien sabe. {alto\ Calb : eres tu Pascual? á

qué bienes á incomodar al Sr. Barón que está

delicado?... [bajo al liaron) Frunce las cejas

y habla con voz doliente.

RARON.

Qué hacías en el ¡ardiii?

PASCUAL.Yo qué sé?

GAUFRE.

Parece que lias sabido sallar la tapia del

jardín.

PASCUAL.

Toma!

BARÓN.

Responde , no tengas miedo.

PASCUAL.

Un cordero perdido... perdido uu cordero.

GAUFRE.

Y crees que ha saltado ese animalíto una

tapia de seis pies para venir aqi.i de visita?

PASCUAL.Toma

!

BARÓN, bajo.

No le sacarás otra cosa.

GAUFRE, lo mismo.

No es nadie tan tonto sin alguna inten-

ción... yo no sé lo que me liace sospechar que

este muchacho es perjudicial. Si ha visto venir

aquí á los hermanos puede perdernos.

BARÓN, lo mismo.

Y si le buscan? Si Andrés que le tiene tanto

cariño?...

GAUFRE.

No hay nada mejor para guardar un secre-

to como la trampa que sabes... n los ochenta

pies debajo de tierra nadie le oirá.

BARÓN.

Tienes razón , es lo mas prudente.

GAUFRE, llamando.

Rolando! {este se acerca) aprieta el resorte.

Rolando se dirige á la puerta del fondo y aprieta un

resorte de una trampa c]ue está colocada delante de la

puerta secreta : después de haberse cerciorado de que

puede jugar vuelve á donde está el Barón y les dice en

voz baja.

ROLANDO.

Y^a está en disposición.

GAUFRE.

Envíamele : tendrá que pasar por la trampa

.

Va á colocarse en la puerta secreta.

BARÓN , alto d Palcual que ha quedado in-

móvil en medio del teatro.

Y'a conoces á Gaufré : entra allá con él para

esplicarle el motivo de tu venida.

Page 19: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSKO DRAMA TICO Í7

GAUFBE.

Ven conmigo ; vamos allá dentro.

Pascual mira á Claiirn- , da dnt pas<i« y tr drtlriir

•niUiHlosr MI rl surlu > ponli-iiJoM a caitlar.

BOLANuo, que ha estado espiando por el

fondo.

VA Cura Franval.

BAROM, asustado.

Kl Cura

!

PaM-ual sifíiir tArarrando.

OAlTBE, corri'^ndn hacia Pascual ij leran-

tandolo.

Quieres callar!

BAROK, bajo d Gaufre.

Kl ("ura le habrá oído: déjale.

ESCENA VII.

DICHOS, FUANVAL.

KRANVAL.

Señor Barou!...

BAROX.

Qué feliz casualidad es la que me proporcio-

na la dicha...

rn A > V A L , reparando en Pascual.

Calla ! tu aquí? que haces aqui muchacho?

I'ASCIAL.

Cordero perdido... perdido.

FRt>VAI..

Espérame , y te llevaré lueco al molino.

PASCUAL.Rueño.

CAL'FHE , aparte.

Dios quiera que yo me engañe, [alto a Pas-

cual) Ve á esperarle allá dentro, (a Rolando)

Cierra la trr.mpa.

Reliando asreuracl rMortíd«pa« de haber paesto

un lillon a Kraii>al , y *« \ J con (jaufrv y Piscii.il.

ESCENA VIH.

FRANVAL, BARÓN.

FBANVAL.

Fj un asunto de honor y delicadeza el que

me ha obligado á venir á incomodaros, Señor

Barón.BARo.\ , sin levantarse.

Siempre seréis recibido como merecéis... De

qué se trata.'

fra:<val.

Habitáis este castillo desde que vinisteis á

este pais.'

PIDBO EL MECRO.

BARÓN.

Ya hace algunos años.

FBAMVAI..

Arabo de saber , de un modo (|ue no me es

posible declarar, que en tiempo de la revolu-

ción se ucultú en esle castillo la enorme canti-

dad de trescientos mil francos,

lunux.

Trescientos mil francos!

FRANVAI..

I'n oro, billetes y alhajas. Oculta cuino us

dif;o en esta casa ó en alguna de sus depen-

dencias : vengo por lo tanto á pediros el per-

miso de hacer alfiiiiias investigaciones...

lUBON.

Con el mayor gusto, Señor Cura: podéis dis-

poner de mi y de todos mis criados... (con

interés marcado) á no ser que os acompañenotras personas para esto.

FRANVAL.

Me he guardado muy bien de hacerlo.

BARÓN , con intención.

Comprendo vuestra reserva. Con que según

eso, nadie sabe que habéis venido.'

KRANVAL.

Como no sea Pascual , nadie mas lo sabe..

.

y eso porque me ha visto ahora.

B\noN.

Yo no sé si ha sido el placer que me causa

vuestra visita... lo cierto es que mesieuto nui-

clio mejor: si quisierais aceptar uu desayuno

de convaleciente...

FRANYAL.

I.o acepto sin cumplimientos... asi como asi

tengo apetito... el fresquecillo de la maña-

na...

BARÓN, tocando una catnpanilla.

Me permitiréis que d« algunas órdenes...

(levantándose y dirigiéndose á /(otando que

se presenta) Dos cubiertos, {bajo) Tres hom-

bres armados en el corredor, y á una seña

mía...Le habla al oído.

ROLANDO, bajo.

Han de morir los dos ?

BARÓN, lo mismo.

Los dos. {vase notando por la puerta del

ángulo. Alto) Si lo permitís podemos pasar...

FRANVAL, levantándose.

Donde gustéis.

BARÓN.

Durante el almuerzo pueden traer algunos

utensilios necesarios... siempre será menester

una piqueta , alguna barra...

Page 20: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

18 MUSEO DRAMÁTICO.

FKANVAL.

No hace falta por lioy.

BARÓN.

Pues cómo ?

FRANVAL.

Hasta esta tarde no puedo saber el sitio en

que está oculto el tesoro.

BARO-N.

Ali ! con que no lo sabéis vos ?

FRANVAL.

El escribano debe entregarme los papeles

que hace tiempo obran en su poder; eu ellos

encontraré todos los pormenores.

BABÓN.

Perfectamente, {viendo tí Holanda qne en-

tra) Ya vienen sin duda á decirnos que está

esperándonos el almuerzo, {bajo ü Rolando)

Ya no hay necesidad de lo que te he dicho.

Haz que vuelvan los compañeros, y ven á lla-

marme con cualquier pretcsto. {vase Rolando)

Será preciso no perderle de vista, {alto) M'ú

perdones St. Franval ; secreto por secreto , yservicio por servicio.

FRANVAL.Es muy justo.

BAROS, aparte.

Lo creerá, {alto) Dentro de poco tiempo

me veré obligado á coutraer secretamente un

enlace por razones que no me es posible decla-

raros : puedo contar con vuestro apoyo?

FRANVAL.

Estoy siempre á vuestras órdenes en todo lo

que no sea contrario á mi deber.

BARÓN.

Pensáis ir hoy mismo á casa de eseescri-

baño.'

FRANVAL.

En eso pienso : por qué lo preguntáis.'

BARÓN.

Porque nos citaríamos entonces en un mis-

mo sitio para los dos asuntos.

FRANVAL.

Como queráis.

BARÓN.

Si DO os molesta , podéis esperarme esla

tarde entre seis y siete en la antigua capilla de

este castillo.

FBANVAL.

Allí estaré.

BARÓN.

Pues convenido : vamos á almorzar.

Rolando vuelve á aparecer como anunciando que el

almuerzo espera. El Barón y Franval se van y aquel

les mira un momento.

VWWVWWVWWW I«VVW VMfVMfV«fVVWWWMiW^ VMWV

ESCENA IX.

ROLANDO , mirándolos.

Qué diablos tiene que ver con nosotros ese

Cura ? Nunca he visto al Barón tan perplejo

como hoy. Me dice que prepare tres hombres y

luego dice que no es menesier, y se va á almor-

zar... Pero á mí qué me importa.' Jle parece

que el Sr. Cura y ese nmchacliuelo no tienen

sin embargo , muchas horas de vida.

ESCENA X.

ROLANDO 2íGAUFRE.

CAUFRE, enti-a por el fondo con el traye

de bandido.

Aqui me tenéis ya armado de punta en blan-

co. Con que el Barón está tomando un sopical-

do mientras almuerza el Cura ? Vamos allá!

el otro tonto de Pascual , está mirando á las

ventanas y parece que cuenta las piedras.

Llaman á la puerta secreta.

BULANDO.

Aqui están los hermanos, {abre y entran

Brin y los bandidos armados y disfrazados)

Voy á buscar al Barón.Vase.

BEIN.

Sabéis , papá Gaufré, que me parece haber

oido ahora mismo la voz de Max ?

TrAUFRE.

Max! estás loco. No sabes que está en un ca-

labozo.'

BRi:x.

Si, ya lo sé: sin embargo, juraría que le ha-

bía oido en la sala baja.

6AUFRE.Estás soñando.

BRIN..

Si eh.' pues mirad... qué tal ?

GAUFRE, mirando día izquierda.

¡Max ! es posible!

ESCENA XL

DICHOS , el BARÓN , MAX y ROLANDO.

Max entra alegremente recibiendo las felicitaciones

de sus compañeros: el Barón le tigue muy cerca.

BARÓN, d Gaufré.

Qué dice el artículo 7 " del reglamento?

Page 21: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSEO DRAMÁTICO. 19

r.Al'FRE.

Cumulo uu lieriiiaiio iMÍga prisionero, todos

reunirán sus esfuerzos para salvarle.

BABOM.

Max estaba prisionero y aqui le tenéis.

(AUFIIE.

Quién te lia libertado.'

BAHON , d Mar.

No tenias un centinela delante de la puerta,

dosá cada lado y detras el torrente?

MAX.

sí , Scñur.

BAHON.

l'n liombie se acercó nadando á tu calabozo

urraucú los hierros de la reja y te dijo : arrója-

te al agua : tu lo hiciste asi, y él mismo te lle-

vó en sus houiüros á la otra orilla : es cier-

to.'

MAX.

Sí, Señor.

BABÓN

.

Quién fue este hombre?

MAX.

Vos , Señor.

TODOS.El Barón

!

IIARO:*.

Gaufré, qué dice el artículo 19."?

r.Al'FRE.

Todo hermano que haga la mas pequeña re-

velación tiene pena de la vida.

BARÓN , á}íax.

Lo oyes?

UAX.

Qué queréis decir. Señor ?

BARÓN.

Que has hablado , é ibas á decir mas.

UAX.

Ah ! Señor ! ya me arrepiento de haberlo he-

cho.

BARÓN , que ha hecho una seña á Rolando.

Hablarias otra vez.

MAX.

Me habéis salvado.

BARÓN.

Para que mueras sin comprometernos.

MAX.

Perdón.

BABÓN.

Silencio. {Rolando empija el resorte déla

trampa] \¡¡s á morir.

MAX.Que sea jieleando.

OABON.

No , aqui mismo.

So va acsrcAOilo á H > Max relroa-Ur.

MAX.Todavía no.

BARÓN.

Vosotros aprended, (a Max) Muere.

Sf acífca j .Max rrlroc«li^, pone el pie en lo tram-pa y te liuodo >l.iiiilu un iii'miilo.

iioLANuo, en el fondo.

i:l Cura!

A nt.i voz todos luj tModidut desapareció por di-

ferentes puerta*, quedando solos el Barón y Rolan-

do.

A^^A'WW«V%«VMAr\^Af

ESCEN.\ XII.

El BARÓN, ROLANDO, FRANVAL, yPASCUAL.

FRANVAL.

Señor Barón, no sois buen anfitrión... medejais almorzando solo.

BARÓN.

Perdonadme, Sr. Franval... me sentía algo

indispuesto.

FRANVAL.

Reposad un poco... por mi no alteréis la

costumbre... Hasta lueí;o Sr. Barón.

BABÓN.Hasta la tarde... en la capilla antigua...

perdonadme que no os acompañe ahora...

FRANVAL.

Nada de cumplimientos : ya sé el camino...

Vienes tú Pascual ?

Este le sigue sin responder.

BARÓN , poniéndose las armas y el velo ne-

gro que le trae Rolando.

Mi reloj.

BOLANDO.

.\qui esta.

BABÓN.

Ahora al molino.

LOS BANDIDOS, apareciendo por diferentes

lados y cubriéndose la cara con un velo ne-

gro.Al molino I

Page 22: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

20 MUSEO DRAMÁTICO.

El patio del molino ; en el fondo este con una grande escalera: á la derecha pared de cercaron una gran puerta;

al mismo lado en primer término un pajar abierto hacia el publico : á la izquierda otra pared con una puerta mas

peíiueña y ocupa todo el lado : en primer término un tonel de pie.

ESCENA I.

OCULI y PABLO.

ocuLi, entrando por la izquierda.

BrinlBrin! no me oye ese santo Varón...

puede que esté fuera... pero tan temprano á

dónde diablos ha de haber ido?... tenia que

llevar á Mnrianita... Brin! á otra puerta.

PABLO , en lo alto de la escalera y compo-

niendo los sacos de harina.

A qué tanto grito? no está ensillado todavía

el caballo del amo?

OCULI.

Pues por eso doy voces... Brin!

PABLO.

Estará fuera... no quieres salir del patio?

OCULI

Un demonio ! habiéndose escapado Max...

PABLO.

Cobarde!

OCULI.

Sí que lo soy , y que tenemos? tengo obli-

gación de tener valor ?

ESCENA II.

OCULI y ANDRÉS entrando por la puerta

grande. PABLO entra en el molino.

ANDBES.

Vamos , está ensillado el caballa?

OCULI.

Ko Señor : hace una hora que estoy Ilamap-

do áBrin.

ANDRÉS.

Pues ensíllalo tú, y me harás un favor.

OCULI.

Con mucho gusto... pero...

ANDBES.

Vamos , ve pronto, {le empuja y le hace sa-

lir por la izquierda. Mariana sale del moli-

no y baja la escalera) Mariana I yo creí qne

os habíais marchado hace tiempo.

ESCUNA III.

MARIANA y ANDRÉS.

ANDRÉS.

No habéis querido que me fuera sola, y Brin

que debía acompañarme no ha parecido desde

esta mañana.MARIANA.

A dónde puede estar ese muchacho? ¿Sabéis

que se ha escapado el preso?

MARIANA.

sí , á las dos de la mañana ; ya lo oímos

cuando os vinieron á llamar.

ANDHES.

Con que según eso no habéis dormido?

MARIANA.

Estaba tan contenta de encontrarme en

vuestra casa , que el gozo me ha desvelado. Heestado guardando el sueño á vuestra madre á

quien he dado tres besos mientras dormía, sin

que lo sintiera. Comouo he conocido á nu ma-

dre...

ANDRÉS.

Muy pronto tendréis una.

MARIANA.

Es una diclia tan grande,que me parece

mentira.

ANDRÉS.

Ojalá digáis lo mismo cuando nos veamos

unidos.

ESCENA IV.

DICHOS, y OCULI.

OCULI.

Iscariote os espera.

ANDRÉS.

Quién ?

OCULI.

Iscariote... vuestro caballo... le he puesto

este nombre.ANDRÉS.

Vaya engracia! (o Mariana) Voy á dar

aviso de la fuga de ese malhechor.

Page 23: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

IMUSEO DRAMÁTICO 2t

harían A.

Ks por veutura de la partida de Pedro el

Negro T

ANDRÉS.

Asi me lo confesó.

OCt'LI.

Ya Míe lo temía.

AM)ni:s.

Dijo que sus compañeros ostau por estos

alrededores , y esta mañana lian venido a avi-

sarme de que han visto varios lionibres de ma-

la facha por Ifts cercanías del castillo del Ba-

rón Spachninn.

oci Li , desde la puerta de la izquierda.

Iscariote se desespera , .Sr. .Andrés... tiene

S.mas de titular.

ESCENA V.

DICHO.S, y ÚRSULA.

L'BsiLA, hajando del molino.

Aun estás aquí.' cómo es eso? perezoso! des-

páchate : los dias son muy cortos, y no me gus-

ta que vuelvas tarde.

MARIANA.

Lo ois .\ndrés?

'

ANDRÉS.

No tengáis cuidado, madre mia... Estaba

pensando en quién llevaría á Mariana á su ca-

sa... Brin no está en el molino...

IBSII.A.

Oculi puede acompañarla.

OCILI.

Señora! tengo miedo... por esta Señorita. .

ANDRÉS.

Cobarde! tese dará una escopeta.

OCl 1.1.

Nada de eso yo iré ,pero sin escopeta. .. me

la quitarían, y me enviarían al otro mundo

con ella.

IRSLLA.

Por Dios, Andrés, vete pronto.

ANDRÉS.

Ya me voy... Adiós madre mia , .\dios Ma-

riana.

S« >a p<jr la purria dp la iiquierda con Oculi.

ESCENA VI.

rusri. \ . MARIANA , después OCULI.

iiAniA:<A.

Os doy mil gracias , Señora , por todas vues-

riiiKo tL Mxr.o.

tras hoiidndes. Mi tardanza debe tener inquie-

to á mi padre, y con vuestra licencia voy...

UBSLLA.

Si, hija mía... haz loque gustes... el Sr.

Kranval medio me lia insinuado cierto asun-

to...

MARIANA.

Os ha hablado ?

L'HSL'LA.

Te salen los colores á la cara? niu\ pronto

nos veremos para hablar despacio... [Oculi

entra) Pero aquí está Oculi .. estás dispuesto?

OCL'LI.

Sí , Señora, {se oye rilo lejos la señal de

los bandidos) Vamos allá I ya empiezan los

buhos con su música... malditos pajarracos!

Decidme Señora ; una vez que acompaño á esta

Señorita, no podríais mandar que alguno nie

acompañase también ?

ÚRSULA.

Tienes miedo?MARIANA.

Qué quieres que nos suceda a la milud del

día?

OCULI.

Con la claridad se vé el peligro... mas á las

claras: pues!

Mnri.ina se despide de Úrsula y se »a con Oculi por

'a derecha.

ESCENA VIL

ÚRSULA y PABLO.

Ble ha salido del molino para t>ajar un «ico que está

a la puerta.

ÚRSULA.

No ha vuelto aun Pascual ?

FABLO.No Señora.

ÚRSULA.

Es cosa particular I todos están hoy en el

campo. (Juién ha quedado aquí?

PABLO.

Solo estamos cuatro.

ESCENA VIH.

DICHOS, OCULI y después MAKIA.N A.

OCULI , entrando muy azorado y atravesan-

do el teatro corriendo.

Socorro! socorro !aqui los tenemos!

UBSULAQué es eso ?

Page 24: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

22

OCULI.

Todos tienen la cara negra... parecen de-

monios.ÚRSULA.

Kstá loco! Pablo, vé á ver...

MABiANA , eiiirando aterrorizada.

Señora! Señora! los bandidos!

UBSULA.Los bandidos

!

MARJANA

A cien pasos de aquí...

ÚRSULA.

Cerrad pronto las puertas... pronto!

Pablo cierra la puerta de la derecha, y la atranca.

MARIANA , aparte asustada.

A uno se le ha caido el velo, y he visto...

sí, no me cabe duda...

ÚRSULA, acercándose d Mariana aterrada.

Y mi hijo.'

MARIANA.

\h ! (con alegría y señalando la puerta

de la izquierda) No , no : se fue por ese lado.

OCULI.

Vale mas morir de miedo , que de un tiro.

UBSULA , llamando.

Magdalena ! Erigida! sacad las escopetas...

las hoces.. . {salen dos criadas del piso bajo

del molino , y otra del de arriba ; señalan-

do d la puerta de la izquierda) Esa puerta

Pablo , esa puerta !

PABLO, corriendo d la puerta de la izquier-

da y procurando cerrarla.

Están empujando de fuera... venga una es-

copeta... una escopeta!

Dna criada se la tr.te.

ESCENA IX.

DICHOS, FRANVAL y cíes/)«es PASCUAL.

FEANVAL, empujando la pxierta.

Demonio! tenéis buen modo de recibir á

los amigos.ÚRSULA.

Ay Sr. Franval !... los bandidos...

Todos se acercan á Franval.

FEANVAL.Los bandidos?

M.VBIANA, aparte.

Sí , él era : no rae cabe duda .. le he cono-

cido.

PABLO , en lo alto déla escalera.

\qui vienen

!

FBAMVAL.

(;on que no es broma?.. Ea pues! adentro

MUSEO DRAMÁTICO.

todas las mugeres.

LRSLLA.Pero...

FRANVAL.

No hay pero que valga... todas las mngeres

al molino.

OCULI , corriendo el primero.

Las mugeres ! yo lo soy... cuando tengo

miedo renuncio á mi sexo.

Sube la escalera y se eutr.i el primero.

ÚRSULA.

No os espongais.

FRANVAL.

No tengáis cuidado... (a las mugeres) .Sos-

tened d esta pobre niña... se va n desmayar...

pronto adentro. {Úrsula , Mariana , y unacriada que la sostiene entran en el piso bajo:

otras dos en el molino: Franval queda solo

con cuatro mozos y Pascual que ha entrado

poco descaes del Cura) Ea ! muchachos , va-

lor ! si no nos defendemos vigorosamente es-

tamos perdidos, (a un mozo) Vé á atrancar la

puerta.La de la izquierda.

MOZO.Si Señor.

FRAKVAL, a Pablo.

Colócate en parte segura, y no malgastes la

pólvora.

Pablo se coloca en una tronera que li.iy al lado de

la puerta de la derecha.

PABLO.

Obedezco , mi capitán.

FBANVAL.

Tu capitán? bueno, {dolro) Tú en lo alio

de la escalera y dinos lo que pasa, {el mozo

sube quedándose á la puerta del molino ; a

Pascual señalándole el pajar) Túalli... po-

bre chico! no comprende su situación!

Mieutraü qne todos se han ido colocando en sus res-

pectivos puestos , Pascual entra en el pnjar : revuelve

la paja como buscando alguna cosa , y saca una cara-

bina : pruébala llave, mira si tiene cebo , y satisfe-

cho de su buen estado , la vuelve á ocultar debajo de la

p.ija , tumbándose encima.

MOZO, en lo alto de la escalera.

Ya se acercan... se preparan á hacer fuego.

FBANVAL.

Ponte á cubierlo.

PABLO , desde la tronera.

.\punten!FRANVAL. , ,

Detente! es preciso que ataquen Ins prime-

ros, para que la sangre que va á derramarse

caica sobre sus cabezas.

Page 25: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MIISKO UK.VMATICO. M

MOZO , en la escalera.

Señor Cura! Señor Fran...

Surna un tiro de adentro y cae

FRA>VAL.

Qué le dije rcl Fu <!;o ! hijos mios, fuego! le

lian asesinado!... fuego!

l'Ablí) y utm li.icvn hux" |>ür la Iroocra - otro dcadc

la ncalrra.

I'.VBLO.

Kstan muy cerca... no puedo apuntar...

quieren echar ahajo la p.ircd con una gran

viga.

Fm>\AL..Sube en esa carretj, y tira por encima de ia

tapia.

P.*LLO.

Voy á estar descubierto, y es arriesgado...

tengo hijos.

KB.4NVAL.

Tienes razón, {sube d la carreta) Ponte de-

tras de mi y tira. ¡Pablo se coloca detras de

l'rancal y hace Juego) Ya lo ves... no hay pe-

ligro ninguno.

PABLO, mirando.

l'no ha caido... y es de los que traiau la

viga.

FRA.NVAL, mirando.

Parece que se retiran.

BaJ.i de la canvta.

PABLO , en la carreta.

Ya no tengo miedo....

FBANVAL.

Valor! firme sobre ellos.

PABLO.

Ya vuelven.

FRANVAL.

Venga un fusil... Dios me manda defender

mi rebano... venga pronto.

Pt'gan fuertes porrazos en la pared.

PABLO.

Van á echar abajo la pared... estamos per-

didos.

FBANVAL.

entremos en el molino... las descargas se

han de haber oido lejos... y vendrán a socor-

rernos... I-Jiirad, entrad, (suben) No dejéis

aqui á este infeliz.

Franval y los mo/os snlien la oKalera llevio:loM el

cad.ivcr: ruando están dentro del molino , se desploma

li parad de la diTnrh.i. % entran los bandidos cubiertas

ÍXH caras coo velo» negras ó pintadas y dando gritos.

ESCENA X.

PA.SC.Ii.4L, ene/pq/ar, PKUntJ. (.Al IKK,UOLANDO, BRIN, UANDIIIOS.

BARÓN.

Maldición! cinco hombres muertos eu uuataque de esta especie.

uniN.

.Se han metido en el molino.

ROLANDO.

Y'a estaban prevenidos, (a Gaufre) Te repi-

to que te ha visto una muchacha que se \ino

corriendo.

GAUFRE.Pero cuando ?

noLANno.

C\iando te se cayó el velo.

GAUFRE.No puede ser.

nOLA.NDO.

Por fortuna no escapará ninguno.

BABÓN,que ha puesto en urden d su gente yha examinado el molino.

I.l molino ha de ser nuestro.

BASDinOS.

Al molino! al molino!

CALFBE.

Es inútil esponerse uno...

Se oculta detras de un tronco de árbol. Los bandi -

dos dan el asalto, recboz.'indolas los de adentro con unfue^o muy vivo.- varios caen y los demás bajan eu

confusión.

BABÓN.

Como es eso? volvéis pies airas? {saca el

reloj y lo pone encima del tonel) Si dentro de

cinco minutos no sois dueño de esa bicoca,

muere a mis manos todo el que no se deje ma-

tar por esos miserables.

TODOS.

Al asalto ! al asalto!

LN BANDIDO.

Yo apunto á aquella ventana , donde estoy

viendo al Cura : no se me escapará.

Este se halla colocado Junto al pajar. P.oscual ba ol>-

serrado todus los movimiento!.: cuando va i apuntar, le

descerraja un tiro y le mata.

PASCUAL , volviéndose d tumbar.

Once!BARÓN.

Valor, compañeros! (vuelven d subir la ct

calera amortiguándose elfuego) De.squiciad

la puerta con la viga.

Traen por la brecha una gran vÍRa para derribar l.i

puerta , al mismo tiempo !c oye gritar .1 Andri's por el

otro lado.

ANDRF.S.

Aqui de los mios I mucrau esos malvados.

Page 26: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

24 MUSEO DRAMÁTICO.

Cae la puPrla de la izquierda y entran Andrés y una

multitud de paisanos armados liaciendo fuego en cuan-

to se presentan.

ESCENA XI,

DICBOS, ANDRÉS, PAISANOS.

BARÓN.

Andrés!ANDRÉS.

Fuego en ellos!

BAKON.

Maldición! En retirada, amigos, en reti-

rada !

Los bandidos se replegan hacia la derecha con su gefe

sin dejar de hacer fuego.

ANDRÉS.

Valor los del molino!... Una salida...

Salen los mozos del molino y guarnecen la escalera

haciendo fuego.

BARÓN , conforme van saliendo.

A las siete en la capilla.

Corre la palabra entre ellos y desaparecen : el Barón

se va el último: los paisanos guarnecen la brecha : los

í\f\ malino bajan á la escena.

ESCENA Xir.

PASCUAL, ANDRÉS, FRANVAL , MA-RIANA, ÚRSULA, n07.0?, del molino , y

PAISANOS.

ANDRÉS.

Madre mia! Mariana!

ÚRSULA.

Andrés! hijo mió!

ANDRÉS.

Pobre Mariana! estáis cadavérica...

MARIANA , bajo.

Ya sabréis por qué.

ANDRÉS, bajo.

Hablad.

MARIANA , lo mismo.

Solo á vos. .

.

ANDRÉS.Pero...

MARIANA.

A las seis en la capilla.

ANDRÉS.

No faltaré.

FRANVAL, cogiendo el reloj que ha quedadoencima del tonel.

Se han dejado un reloj

!

ÚRSULA, mirando.

Qué miro! sera posible.' Andrés! es el reloj

de tu padre!...

ANDRÉS.

Sí , el que le regaló al padre de Pascual.

PABLO.

Yo lo he visto poner aqui al gefe de la par-

tida.

ANDRÉS.

Esos bandidos son entonces los que quema-ron nuestra granja y asesinaron al pobre viejo.

Juro á Dios que no ha de quedar uno vivo!...

(a los mozos) Fuego en ellos! fuego?

Los molineros y los paisanos hacen una descarga cer-rada en la dirección gue han tomado los bandidos.Mariana pálida y casi sin sentido cae en los brazos deAndrés , acudiendo Úrsula á socorrerla: cae el telón.

9-^-^ffi•s^ffi^^a-a-»^a-»^®-»^a^íí-(í-^-eK^®-^-(^9^o-^-Q^a^^-(^a-»-^^3M^^-a(^(^®^o-al-»^a®o^Cro-«

ACTO TERCERO.El teatro representa un paisaje pintoresco situado á la estremidad del parque del Barón ; la verja del parque á 1»

izquierda : en segundo término un camino con árboles á uno y otro lado : en el fondo , rocas que se estiendenen diversas direcciones

: á la derecha la entrada de una selva : á la izquierda y en tercer término una capilla-

en al costado de esta que da frente al espectador uaa ventana ogiva con los vidrios rotos ; debajo la entradade un subterráneo cubierto Je malezas.

ESCENA I.

GAUFRE, BRIN y BANDIDOS.

Al levantarse el telón la escena está enteramente sola

Se'oye á la izquierda el graznido de un buho. El mismosonido se repite á la derccha.jy vuelve á repetirse salien-

do dcen medio de las mak'zas que ocultan la entrada de

la caverna. Las malezas se separan, y un bandidoquesale

deja ver una escalera por donde se brija al subterráneo.

Brin sale del bosque por la derecha ; Gattfré sale del

palacio del Barón por la izquierda. Empieza á

checer.

ano-

GAUFRE.

Han contestado á la señal ; nada tenemos

que temtr.

BRIN.

Ola! Gaufré!.. Ahora van á conducir aqui,

para que le curéis, á ese pobre Pedro el zurdo.

Mal parado ha quedado de la refriega.

Page 27: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSKO DRAMAIIUV 2.>

CArt'BS.

No acabaran nunca de traer lieridos? este

es el octavo. I.as uciitcs de ese maldito moli-

no se han deíeudido como leones.

BHi:«.

Afortunadamente los subterráneos del cas-

tillo ijiie comunican con esa capilla , son bas-

tante espaciosos, y nuestros cimaradas po-

dran curaisern ellos cómodamente.

GAiFRE, aparte.

Según y conforme, {alto) No hay duda en

eso , mi especilico es esceleute para tudas las

heridas.

BRIM.

De todo entendéis , amiiio Gaufré. Tenéis

el reglamento en la punta délos dedos, como

si fuerais su autor; y sois también el médico

de la banda, señalando la coja de pildoras

que Caufré tiene en ¡a mano) \ uestras pildo-

ras para las heridas son infalibles.

GAtKHE.

Con todo , no hay que tener tanta confianza

en su virtud, mucho menos en este tiempo.

Elstamos á últimos de otoño, y la estación no es

buena para las heridas.

BRI>.

Pues yo creia que me habíais dicho otras

veces que el invierno era peor para eso.

GAUFRE.

El invierno es malo, y el verano muy peli-

grO!>o también , sin que esto quiera decir que

el otoño es mejor ; cada herida tiene una esta-

ción á propósito para curarse. Si se recibe en

otra distinta, puede ser mortal, aunque do pa-

rezca mas que un arañazo Ademas la manera

de vivir y la profesión del herido influyen

también en la«cura. Verbi gracia , en nuestra

profesión todas las heridas que se reciben en la

cara ó en otra parte descubierta del cuerpo

son casi siempre mortales.

BBIM.

Verdades... Me acuerdo que la última vez

que atacamos á la dilisencia , Philemon fue

el único que salió herido de un balazo, que le

llevó las narices. I.a herida no parecía muypeligrosa... le hicisteis tomar una de vuestr.is

pildoras, y á la media hora ya había muerto.

OAIFRE.

Porque tenia la herida en la cara : no te lo

he dicho .'

BRI^.

Ks particular, siempre sucede lo mismo.

OAIFRE, coHvireza y aire de importancia

Pues majadero , no ves que eso consiste en

el coiilacli) ilel jíre, que encona las llair.is por

medio de las moléculas venenosas esparcidas

en la nlnuisfera ? las heridas (|:ie no están a

cubierto de su malélica inlluencia por alguna

l>arte de vestido que neutralice y absorva los

miasmas deletéreos... Kh ! qué tal?

IIIIIN.

Ya ; si habláis en latín es claro (|ue tendréis

razón, (dos bandidos traen en estf tituinento

á Pedro e. Zurdo, herido y le colocan en el

suelo enmedio del teatro) Pero... a(|ui traen

ya al pobre Pedro. Yaya un chirlo que tiene

en la cara!., si este escapal..

GAUFRE, acercándose tí Pedro.

Vamos ! ánimo! qué tal? [aparte) Maldita

herida ! no era necesario mas para descubrir-

nos , con una cicatriz como esta en mitad de

la cara... {alto] Kh! Pedro! no me respondes?

Valor, qué diantre ! eso no vale nada.

PEDRO ,quejándose.

Aylay!GAUFRE.

Te duele, eli? Huena señal I buena señal!

[dándole una pildora) Toma, guarda esto..

y trágatela esta noche al acostarte.

PEDRO, quejándose.

Ay ! ay ! ay

!

GAUFRE.

No tengas cuidado, á la noche ya no fe do-

lerá nada.

BRiN , aparte.

1,0 creo.

gai;fre , á los bandidos.

Llevadle al subterráneo... voy con vosotros

á visitar á los demás heridos.

BRIN.

Os recomiendo á Esteban que le ha entrado

una bala por el carrillo derecho.

gavfre.

Male ! muy visible es esa herida.

nniN.

Eso digo yo... pero lo que esa él no le pare-

cerá lo mismo.

Se ll('v.in á Fniro al subterráneo, rjautré los iigur,

Brin va .i rnlnr tamtiirn , pero Rolando qup sale

del Paniuf le tletit-ne.

ESCENA II.

ROLANDO, BRIN.

noLAxoo , dando en la espalda tí Urin.

Escucha un instante : el Capitán quiere sa-

ber noticias de la Aldea. Te has atrevido á vol-

ver al molino ?

PEDHO LL NECRiJ.

Page 28: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

26 í\IUSEO DRAMÁTICO.

liRIN.

Qué remedio 1.. el Capitán me lo mandó...

Entré con pretesto de que me iiabia entreteni-

do pescando tniclia? en el arroyuelo vecino;

nadie ha rece'ado nada, y gracias á esto, lie

podido ver á ese maldito Andrés,que según

dijo al montar á caballo , iba á la ciudad á

dar parte del ataque de esta mañana, y á pedir

que envien al molino un destacamento de ca-

ballería.

ROLAííDO.

Ya trataremos de recibirle como corre.spou-

de... Y el Cura.'

BEI.\.

Se lia quedado en el molino.

EOLANDO.

Entonces no podremos saber dónde eslá el

tesoro de que el capitán nos ha hablado.

BRIN.

Los trescientos mil francos .'

ROLANDO.

Sí, el Cura debia ir á la ciudad para averi-

guar en qué parage están ocultos.

BRIN.

Pues no ha ido á la ciudad... pero ha en-

viado en su lugar á Pascual á casa de un es-

cribano.

ROLANDO.

A Pascual'.'., á un imbécil semejante?

BnI^^

Por eso mismo nadie desconfía de él. Tie-

ne suficiente entendimiento para llevar una

carta donde le mandan, y es bastante animal

para no conocer que su comisión puede cos-

tarle la vida.

Pascual baja de las rocas : lleva su calzado de ma-

dera colgado del cuello con un bramante ; descubre

al momento á los ladrones y se acerca á ellos, y los

escucha sin que le ve;in.

ROLANDO.La vida ?

BHiN , seña/ando el camino.

He apostado al Cruel y á el Cachazudo que

le esperan emboscados allá abajo. Precisamen-

te tiene que pasar por ese camino para volver á

casa del Cura... y no se nos escapar.! , no hay

cuidado. Se apoderarán en seguida de la carta

que contiene las señas del sitio donde están

ocultos los trescientos mil francos, y en lugar

de enviar al otro mundo al Cura como pen-

sábamos Jiacer, se envia á ese imbécil de Pas-

cual cuya desaparición apenas será notada de

nadie.

PASCUAL , aparte enseñatido la carta.

Vaya!

ROLANDO.

Y si por casualidad no pasa por aqui , y en-

trega al Cura la carta.' I A^tiA->ui ...

BRIN.

Entonces peor para el Cura ; le costará el

pellejo, sise atreve á venir al castillo por el te-

soro escondido.

ROLANDO.

Tienes razón. Voy á referir al Capitán las

noticias que me has dado, y á advertirle tam-

bién lo del destacamento.

Se va por la berja.

BRIN.

Ríen hecho... yo voy á ver que tal le ha sen-

tado la pildora á Pedro.

Entra en el subterráneo.

r^j^j^v^/\i\r^ni ¡nmjw 'JW Jw Jw i'o/v jw ./^ub i/w ./w 'V^ "w imv

ESCENA ni.

PA.SCUAL solo , después i\L\RL\NA.

PASCUAL , sigue atentamente con la vista álos dos bandidos que se separan. Luego que

se asegura de que esta solo , oculta con mu-cha precaución entre las ramas su carabi-

na, que traía ceñida ü la cintura y cubierta

con la blusa. Después examina en silencio

la carta , se lleva la mano á la cabeza , ij

dando señales de la mayor confusión , con-

cluye por decir con aire de enfadado.

No sé leer!

MARIANA , entrando por elfondo.

Estoy temblando!.. Diosmio! tened piedad

de mí... Si alguno me viera .'

Mariana acaba de bajar las rocas. Pascual que haestado basta entonces confuso , apeaas la vé

, parces

tünra una resolución : rompe el sello de la caria y se

la presenta á Mariana abierta.

PASCUAL , d Mai'iana.Leed

!

JURIANA, asustada.Ahí

PASCUAL , con vo:í suplicante y haciéndola

señas para que se calle.

Leed

!

MARIANA.

Qué quiere decir?., {toma el papel y lo lee

alto) « Cerca del tercer pilar, á la derecha del

coro de la capilla, debajo de una ancha piedra

señalada con una cruz.»

PASCUAL, C071 mucha atención.

Otra vez !

MARIANA , volviendo d leer.

" Cerca del tercer pilar, á la izquierda del

Page 29: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSKO DRAMÁTICO 37

coro de la eapilln . debajo de uno nnrlin pie-

dra señalada ron uua cruz." (Jiic si¡;iiil¡ca

esto .'

i'Ascí AL , cogiéndola carta,

roma .'

Min .t Li capilla, [laivce r\^ni\itiii:ir un iiu>int'iilii.

Ik' r«-p>-»tc rüiiipi- U carta v arroj.i It» imiI.i/os al

sucio, > fulra pnvlpitilamciilc |Hir la pucrla |)cqm-

i\a dr la capilla.

MARIAMA, viéndole ir.

l'obro imuliaclio

!

ESr.EN.V IV.

MAIU.VNA, después AMMÍIS.

MARIANA.

Por fin, ya estoy sola. Andrés no ha veni-

do aun... tenso miedo en este sitio... Y sin

embaruo , tiemblo de ver aparecer ¡i .Vndrés...

Dios mío ! qué le diré? cómo revelarle que soy

la hija de un... no, no, jamás me atreveré á

decírselo.. Massi yole digo únicamente que

nuestra unión es imposible, sin darle la razón,

creerá que le lie engañado... Oh! no, no,an

tes morir mil veces que hacerme digna de su

desprecio... Oigo pasos... él es!... üh ! meabandonan las tuerzas.

AriDRES, entra tarareando con alegría.

cómo ? Mariana, ya estás aquí ? antes que

. yo ?.. Uh I me avergonzaría de mi pereza, si no

fuese tan dichoso.

MARIANA, con turbücton.

Andrés !...

ANDBES.'

l'ua cita tuya... no me atrevía yo á esperar

tanto.

MARIANA.

Te he citado aqui porque tengo que reve-

larte cosas... cosas bien tristes , .\ndrés.

ANDBES.

Y yo que venia aqui tan contento... pero

qué es ello.'

MARIANA.

Antes es preciso que me jures...

ANDRtS.

Amarte toda mi vida.

MAniA?iA.

No . no... Oh I no es eso.

ANDRÉS.

Cómo .' no quieres que te ame toda mi vida.'

MARIANA.

(-.scucha Andrés, y júrame por la memoria

de tu padr«, que no revelarás ó nadie lo que

le \o\ a decir.

ANURES.,Me .isustas.

MARIANA.

Lo juras?... No puedo hablar sino eunesta

condición.

ANDRE-S.

Y bien , yo lo juro; pero por que razón.

M\nl\NA.

Sí, debo hablar aunque me cueste caro, aun-

que sacrili(|ue por ello la felicidad de mi vida.

Todo lo sabrás.

AIXDRKS.

Todo !

MARIANA.

Y cuando sepas osle horrible secreto ..

ANDIUS.

I n si'cietu horrible!

MARIANA.

Al menos tendrás lástima de la pobre Ma-

riana.

ANDRÉS.

F.u nombre del cielo! esplícatc Mariana.

MARIANA.

.Silencio ! alguien viene.

ANDRÉS., deteniéndola y mirando alfondo.

No temas , es el Cura.

MARIANA.

\h! di-jame huir que no me. vea aqui con-

tigo.

ANDRÉS.Y por qué?

.MARIANA.

No , no quiero que nos vean juntos... procu-

ra alejarle de este silio, y vuelve después...

ANDRÉS.Pierde cuidado.

MARIANA.

Aqui esta ya... \oy a esconderme en laca-

pilla.

Entra precipitadamente CD la capilla. Durante lat úl-

tliiiaí palalirasdc est.i escena seliavisli>a P-nscual ba-

jar por la >cntaim ojiva llevando una cajila. Salla en

tierra con ligcrc/a, \a á clíper su cnraliina que oculta

di l>:ijo de la blusa y desaparece por la derecha: duran-

te este lienipo el t:ura ba bajado ya a la escena por el

fondo.

WWWVt<VX^^V»V^%yv»V*^'Vl^»W^V^>/^|ft^VVWVV»W^

ESCENA V.

ANDRÉS, FRANVAL.

ANDRÉS.

Qué será lo que quiere decirme? su turbación

y el desurden de las [locas palabras ()uc ha de-

jado escapar me inquietan den, asiado. Ah! si,

quiero saberlo cuanto antes... procuraré alejar

al Cura de aqui.

Page 30: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

28 MUSEO DRAMÁTICO.

FRANVAL, aparte.

Voto al Diablo!... eoino yo hubiera dicho

cuando era soldado.., Andrés aquí... y el Ba-

rón que me encargó que viniese solo.

ANDRÉS , levantándose.

Buenas tardes , Sr. Cura.

FRANVAL.

Buenas tardes, amigo Andrés. Qué diantres

haces aquí á estas horas?

ANDRÉS.

Vengo de la ciudad, á donde he ido á pedir

un refuerzo de gendarmes para seguridad del

molino. ]No tardarán en llegar.

FRANVAL.

Muy bien hecho; pero ya va siendo tarde,

y tu madre estará con cuidado : por qué no

te retiras á casa para tranquilizarla?

ANDRÉS.

Sí, ya iré, Sr. Cura, pero... estoy algo

cansado... Los sucesos de esta mañana... yluego el camino... la fatiga... [sentándose)

K\\\

FRANVAL, aparte.

Calla , y se sienta? pues estoy fresco, {alto)

A amos hombre ten mas ánimo, no está tan

lejos tu casa... qué se dirá de un mozeton

como tu? Ea , en marcha; no seas flojo.

ANDRÉS.

Perdonad , Sr. Cura , pero no puedo mover-

me... Si tuvierais la bondad de pasar por casa

cuando deis la vuelta á la Aldea y tranquilizar

á mi madre... podría descausar un rato aqui...

Nada os cuesta ese favor., y sois tan bueno...

FRANVAL.

sí, es cierto, no me cuesta nada, [aparté) Yme envia á pasear cortesmente ! pues esta es

otra... Si yo pudiera llevármele de aqui, vol-

vería luego después, [alto) Con que estás tan

cansado?

ANDRÉS.

Mucho! no puedo tenerme en pie.

FRANVAL.

Pues lo siento... porque yo no voy ahora á la

Aldea, sino áotra parte... y el caso es que tam-

poco mis piernas están ya muy fuertes, y tengo

que subir por esa cuesta que es algo áspera...

si no estuvieras tan rendido te pediría el apo-

yo de tu brazo.

ANDRÉS , levantándose.

Con mucho gusto , .Sr. Cura... [aparte) Le

dejo en lo alto de la colina y vuelvo corriendo.

FRANVAL.

Pero hombre si decías ahora poco que esta-

bas tan cansado.,. Seria una crueldad hacerte

subir una cuesta tan áspera

ANDRÉS.

No, no tengáis cuidado. Este momento que

he descansado aqui, me ha vuelto ya todas mis

fuerzas.

FRANVAL.

En horabuena... Acepto tu brazo... Vamospues, [aparte) Kn lo alto de la cuesta le dejo yme vuelvo aquí á esperar al Barou.

Se .alejan agarrados del brazo.

ANDRÉS , aparte.

Contal queMaria.ia rae espere...

El Cura se aleja por la vereda apoyado en el bra-

zo de Andrés. Durante la última parle de esta esceno,

Brin y Ganfré ha salido con precaución del subterrá-

neo y oyendo hablar al Cura y And-'es, se \anadelantando á la escena a medida que aquellos se alejan.

ESCENA VI.

BRIN, GAUFRE , después el BARÓN, RO-LANDO, BANDIDOS.

BRIN , uparle.

El Cura ! Andrés!... [los sigue con la vista

y va á colocarse al lado del parque, entre-

tanto que Andrés y el Cura sube?i por las ro-

cas del fondo. Montando la escopeta) Quebuena ocasión para matar de un tiro dos pája-

ros... Es necesario aprovecharla.

GAUFRE.Pues á ello.

BRTN , apuntándolos.

Apunten !

GAUFRE.Fuego!

BARÓN, saliendo del pai-que seguido de Ro-

lando.

Detente Brin ó eres muerto.

BRIN.

Pedro el Negro!BARÓN.

Torpe! que ibas á hacer?

BRIX.

Es Andrés el molinero.

BARÓN.

Lo que es por ese poco importaba , pero el

Cura es distinto. ¿ Con que según eso no sabéis

que Pascual se ha escapado de la emboscada?

GAUFRE.Diantre!

BARÓN.

Y sin duda en este instante espera en la Al-

dea á que vuelva el Cura para entregarle la

carta.

Page 31: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MITSEO DRAMÁTICO. 39

GAL'FnS.

Vamos ! ya entiendo. b.s necesario dejar al

buen Cura (|ue vnva á buscar esa lualtita car-

ta. Veudr.i ra sei;uidu a L'uniuiiii'uru!>la y eii-

tooces...

BABO.X.

Ilared (|ue se espíen sus pasos , que lesi¡;an

i todas partes; pero que nadie atente a &u vi-

da. Ahora, Briu, tuca el resurte que ooinunica

á la campana del subteráneo; quiero que toda

la banda se reúna aquí.

Al nionicuto capitán.

Tüca un mortr que bay sobre ta plnlra que cierra

ti sublerráiieu. Loa bandlilus ciD|>i<><.in ti <.allr do ul.

BARÓN.

dauíré ; tu entretanto, haz disponer la ca-

pilla como SI fuera para una huda, con ol fin

de deslumhrar al Cura. [Gaufri- trasmite esta

orden , dos bandidos entran en la capilla,

los demás que han salido del subterráneo,

se agrupan en torno del liaron Compañeros,

por ayudar á Juan el desollador liemos come-

tido una imprudencia que es preciso reparar.

Contra nuestra costumbre de hacer siempre

nuestras correrias en puntos lejanos del que

habitamos, hemos atacado hoy el molino in-

mediato . y de resultas de este ataque tendre-

mos que habérnoslas con una partida de gen-

darmes i|ue nos rastrean la pista. Cnufré; elige

doce hombres de los mas resueltos para salirle

al encuentro cuando menos se piensen, y no

dejes uno solo á vida, lo entiendes. Despacha-

do este negocio , será necesario permanecer en

la inacción durante algún tiempo, con el fin de

desvanecer las sospechas que el asalto del

molino debe haber hecho concebir. Este es

al menos mi parecer , y si el vuestro no se

opone...

n0LA?>D0.

No se opondría ciertamente sí todos nues-

tros nombres continuasen siendo un misterio

para los habitantes del molino, pero uno de

nosotros ha sido reconocido.

BinoN.Quién ?

ROLANDOGaufjré.

DAROI.Por quien .'

BOLATtDO.

Por uua joven que fue la qne dio aviso de

nuestra llegada.

BARO:t.

Quien es esa joven?

FtDRO IL .ILCRO.

HOLA r« DO.

No la conozco.

l'N iu>uiiio. saliendo de la capilla.

Capitán: eu la capilla hay ulguieu escon-

dido.

IIAHUM.

Algtin traidor?

iioL\.'<ii>o, entrando.

Yo veré si es cierto, y quién es.

UARÜ.N.

.Sea quien quiera merece la muerte si ha sor-

prendido nuestro secreto.

nANDIDOS.

.Sí , sí , muera !

ROLANDO , saliendo de la capilla.

Ks ella!...

BARÓN.Quién ?

ROLANDO.

La joven que reconoció á Gaufré y dio aviso

de nuestra llegada al molino.

BANDIDOS.

.Muera! muera

!

ESCENA Vil.

DICnO.S , MARIANA , n quien notando ar-

rastra violentamente delante de los fían-

didos.

BARÓN.

OAIFBE..Mariana!

¡Mi hija!

MARIANA.

Mi padre!... el Barón!...

Momento de silrnciu.

BRIN.

Antes que todo la seguridad general. Ca-

pitán : haz ejecutar el reglamento como esta

mañana.

fiALFRE, bajo al Barón.

Tienen razón. El artículo 22 no deja duda

ninguna sobre este punto: pero es Kistiina;

con ella perdemos nuestra fortuna.

BANDIDOS.

Muera! muera!

BABÓN.

Silencio!... No morirá!

Riiniorr».

ROLANDO.

Pedro el Negro, te olvidas que...

BARÓN , confuerza.

Digo que no morirá porque será mi iiiiij{cr.

s

Page 32: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

30 MUSEO DRAMÁTICO.

[la hace pasar a «< rferefAo) Prestará como

nosotros su juramento, y de lioy mas será

nuestra cómplice.

GAUFRE, dios Bandidos.

El artículo 5.» lo autoriza.

MARIANA, arojdndoseá los pies de los Ban-

didos.

Oh! nunca, nunca! Matadme primero.

BBIN.

Y tiene razón : es mas seguro, y ademas no

moriría sola por mi gusto. Andrés estaba aho-

ra poco aqui con ella.

BARÓN.

Andrés morirá.

MARIANA.

Diosmio! Andrés... y va á volver aqui....

Oh ! piedad para él.

EARON.

No puedo salvarle. Conoce nuestro secreto.

MARIANA.

Yo os juro que no sabe nada.

BARÓN.

Pues bien, dadme vuestra mano y prometo

salvarle.

UN BANDIDO , desde las rocas.

Aqui está el Cura.

BARÓN.

El Cura! (a Mariana) Ya sabéis á qué pre-

cio salváis la vida de Andrés, (alto) Qué todos

se retiren, y nadie veaga aqui si no hago la se-

ñal convenida, {da en voz baja algunas órde-

nes d Rolando, el cual las trasmite d otros

Bandidos. El Barón tiene agarrada por la

mano d Mariana que está temblando: d Gau-

/re) Tu quédate.

Mientras Franval baja , los bandidos se van por dis-

tintos lados. Gaufré coge á Mariana y se queda con ella

.ligo detrás del Barón.

vwvwwwvww/vv*vvvwvw»/w»***KVMAí*wvw*»«*liw*

ESCENA VIII.

MARIANA , FRANVAL , el BARÓN,GAUFRE.

BABÓN , dirigiéndose d Franval.

Dios os guarde , Sr. Franval; y qué tal?

han tenido algún resultado vuestras diligen-

cias ?

FRANVAL.

No por cierto : después del ataque del moli-

no, del cual no se os pudo avisar con tiempo,

pensé que valia mas en vez de ir yo á la ciu-

dad enviar á otro cualquiera. Pascual, á quien

di la comisión , hace ya tiempo que debia es-

tar de vuelia, pero todavía no ha parecido; y

no queriendo haceros esperar, venia para ha-

blar sobre... Pero no estáis solo.

BARÓN.

Señor Franval ; esta mañana creo que os

hablé de un matrimonio secreto que deseaba

contraer.. Un viage repentino que me obligará

á dejar el país muy en breve... mañana qui-

zas, me obliga á acelerar el momento de mi

dicha. Ya he mandado hacer en la capilla al-

gunos preparativos, y aquí tenéis á mi novia

y á su padre.

FRANVAL.

Mariana!... es imposible! Os casáis con el

Barón?BARÓN, baja d Mariana.

Vuestra respuesta es la vida ó la muerte de

.Andrés.

MARIANA , haciendo un esfuerzo

Si.

GAUFRE.

No estrañeis su turbación. Ya veis, la ale-

gría... la emoción...

FRANVAL.

Os casáis voluntariamente con el Barón,

Mariana?

MARIANA, dominada por las miradas del

Barón.Si!

BARÓN.

Y yo me considero dichoso al poder mani-

festar públicamente, por medio de está alianza,

el aprecio y respeto que me merecen las virtu-

des de Jlariana.

FRANVAL.

Yo no bendeciré esta unión.

BABÓN.

Qué decís ? Quién se opone á ella?

GAUFRE.

La ley está terminante, ella consiente como

habéis oído... yo que soy su padre también

consiento, y...

FRANVAL.

Repito que no consagraré este matrimonio,

sí al menos no me permitís antes hablar asólas

con Mariana.B.VRON.

Eso es bien sencillo ; ahora mismo Sr. Cura.

[bajo d Mariana) Si decís una palabra , ese

hombre muere aqui. Si se resiste á casarnos,

Andrés muere también, (alto) Vamonos , mi

querido Gaufré.GAUFRE.

Como gustéis , mi respetable yerno.

Entran en el parque , pero durante la escena que li-

gue se les ve varias veces acercarse para escuchar.

Page 33: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

HÍUSEO DR.UIÁTICO. »1

ESCUNA IX.

MARIANA , KRANVAT. . drspufs et B\RO.N

yGAlFIlK.

Hija mía , es cierto lo que arabo do oir ?

UAniANt.

Sí, Señor Cura , es la verdad : acepto la ma-no del Barón.

mA?IVAL.

Voluntariamente?

MARrA^IA

Voluntariamente.

FBAXVAL.

Y Andrés ?

mahiama , fon riresa.

Ah ! no me habléis de él

!

FRATSVAL.

Ves como te alteras al oir tu nombre? Bien

temia yo que tu matrimonio con el Barón, no

era voluntario. El Raron te doMa la edad...

Andrés te ama tiernamente , .i qué neuarlo?

todo hace esperar que vuestra unión seria di-

chosa.

UAHIANA.

Ab ! demasiado lo sé... pero... Ah I no , no,

yo también lo he creido asi hasta ahora, pe-

ro ya...

FBANVAL.

Y qué te ha hecho mudar de opinión?

MARIANA.Kada.

FBANVAL.

Habla Mariana. Aqui hay un misterio que

no puedo penetrar , pero adivino en tu tur-

bación , que ese casamiento que se prepara,

te horroriía , y yo no le bendeciré, ya lo he

dicho.

MARIANA, aparte.

Cielos ! qué haré ? .si se lo dipo todo su muer-

te es cierta... si continúa oponiéndose... van á

matara Andrés... Dios mió! Dios miel

FRA.WAL.

Vamos , hija mia , habíame con franqueza.

i Acaso tu padre te obÜKa á contraer estos

vínculos?... es avaro... lo sé... y las riquezas

del Barón , le seducen. La obedlt-ncia filial es

muy di-ina de alabanza, hija mia , pero tam-

bién tiene sus limites. Yo hablaré á Gaufré.

mabia:<Aí

Ali*. no, DO hagáis tal. Os engañáis, soy yo,

\o sola. .

FBANVAL.

TÚ, Mariana!

MABIANA.

Si, la ambición... de riquezas... de titulns...

FBAMVAL, con teverídud.

Ahí Mariana I... Mariana!... Pero no, no

quiero creerlo, es imposible... para preferir

esos títulos vanos, esos falsos placeres, á un

amor sincero , es necesario ser Cfioista y tu nolo eres Mariana. La muf^erque piensa comotu dices , se diriue al altar sin remordimientos,

con la frente elevada y la mirada orpullosa,

y... tú, tú pareces mas bien una victima dis-

puesta al sacrificio. Desgraciada I Oh ! yo ins

opondré á ese casamiento.

MARIANA.

Ah! no, padre mió, os lo suplico de rodi-

llas... Sime veis triste no es por mí , es por

la pena... por el sentimiento que esta noticia

va á causar al pobre Andrés... Nada mas quepor eso ! . .

.

FRANVAL.

Nada mas!... y te parece poco despedazar

el corazón de un hombre honrado que no

piensa mas que en tí, que no vive sino para

tí , y al que has hecho tales promesas,que el

quebrantarlas ahora es casi un perjurio*

MARIANA , abatida.

Es cierto!... es cierto!...

FUANVAI,.

No quiero contribuir por mi parte al olvido

de vuestros juramentos... la ciudad no está

lejos , el Barón os conducirá á ella pasado ma-

ñana... y alli otro sacerdote que no te couoz-

ca, que no sepa como yo tus anteriores pro-

mesas , te casará con el Barón... pero yo nun-

ca , nunca...

MARIANA , aparte.

Mañana... seria tarde; Andrés va á venir.

Qué haré ! Dos mió I qué haré ?

FBAPiVAL.

.Adiós Mariana.

MABIANA.

Deteneos, por piedad, deteneos! es preci-

so que este casamiento se verifique ahora... en

este instante.

FRANVAL.

Culla! calíalo harás que una infame sü^-

pechs...

MABIANA.

Os digo que es indispensable.

FBANVAI..

Infeliz... tienes acaso que reparar alguna

falta ?

Page 34: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

32 MUSEO DRAMÁTICO.

MARIANA.

Ah ! [aparte con resolución) Qué importa

que me crean envilecida ,ya no puedo ser de

Andrés, (alto) Y bien , os negareis todavía?...

FRANVAL.Desgraciada

!

MARIANA.

Por piedad , Seiior , no me culpéis... El

Barón puede cambiar mañana de resolución y

negarme la reparación que boy me ofrece.

FRAMVAL.

Tienes razón... levántate ya... os casaré.

MABIANA.

Consentís al fin ?

FRANVAL.Es preciso.

MARIANA, aparte.

Andrés! be salvado tu vida.

FRANVAL , al Barón y d Gaitfré que entran,

eiie$cena.

Señor Barón , consiento en bendecir vuestro

matrimonio ; voy á entrar én la capilla para

orar un momento y hacer los preparativos.

Entra en la capilla.

GAiiFRE , d Mariana.

Señora Barouesa, yo te doy la enhorabuena..

UN BANDIDO entrando por el fondo.

Andrés viene.

BARÓN.

Para que nada sospeche os dejo sola con él!

pero mirad lo que decis ; vuestra suerte y la

suya está pendiente de vuestro labio... Nos-

otros nos escondemos ¿qui;por todos lados

nuestras balas le amenazan. Si decis una sola

palabra de manera que yo no la oiga... si el

Cura le habla... si antes de cinco minutos, an-

tes que suene tres veces mi señal , el graznido

de un buiío , no se retira y os deja sola, perece

sin remedio.

El Barón y Gaufré se esconden entre las ramas.

ESCENA X.

ANDRÉS y MARIANA.

ANDRÉS , saliendo.

Al cabo logré alejar de aqui al Cura. Está

sola!

MARIANA , aparte.

Dios mió! rae siento morir. Asesinos por to-

das partes.

ANDEES.

Si supieras, Mariana con qué impaciencia

deseaba volverte á ver... Ese secreto que ibas

á confiarme...

MARIANA.

Yol... no, no, no tengo ningún secreto.

ANDRÉS.

No me digisteis que volviera para revelár-

melo?MARIANA.

No!... yo no he dicho nada., afirmad que

nada os he dicho,que nada os he revelado.

ANDRÉS.

Es líierto!.. no me has dicho nada hasta

ahora... Pero tu mano está helada , miras con

espanto á todos lados... temes que alguno...

MARIANA.

Sí , sí, temo que cualquiera venga por aqui.

ANDRÉS.

No temas nada después de la derrota de

esos bandidos, á los que he jurado un odio

mortal...

Se oye el graznido de un hubo.

MARIANA.Ah!

A-NDRES.

Qué es eso Mariana?... tu tienes algo!., es-

tás temblando.MARIANA.

Nada, no es nnda... el frió... la niebla de la

tarde...

ANDRÉS.

Toma mi brazo te acompañaré hasta casa

de tu padre.

MARIANA.

No , no , déjame.

ANDRÉS.Que te deje!..

MARIANA.

Sí , déjame sola.

ANDRÉS. '

Sola!., y de noche... en este sitio apartado...

Mariana, qué es lo que te pasa... Oh! no te

dejaré aqui, y degrado ó por fuerza...

Graztiido de UD hubo.

MARIANA.

Dios mió ! Ah ! yo no sé qué hacer!

ANDRÉS.

En vano quieres negármelo... en el estado

en que estás , y á estas horas... no te dejaré

sola aqui.

MARIANA , acercándosele de pronto.

Andrés, si amasa tu madre parte al mo-mento.

ANDRÉS.

A mi madre?., qué dices?

M.ABIANA

No presiente tu corazón que corre algún,

peligro ?

Page 35: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MITSEO DRAMÁTICO.

ANDRÉS.

Quiéu ? mi madre? uu peligro !

nARIANA.

Si , un poligro de muerte.

AMDHGS.

Cielos ! es posible I Quién te lia diclio ? Is

posible.'

HARIANA.

No sé... lo heoido al venir aqui...tal vez no

será nada ;pero si fuese cierto !.. ya ves , tu

madre! un instante que pierdas... puede ser

causa de su muerte!...

ANDiiF.s, indeciso.

Ui madre! Mariana I

MAItlAN*.

Sí, sí , tu madre I corre...

AM)RES.

Pero tu... tú entretanto...

uaria:ia.

No te detengas... yo te seguiré en breve...

esperoa mí padre que está en el castillo... el

me acompañará...

\y\M\r.s.

Mariana!..

MARIANA.

Piensa en tu madre, en tu madre que va

i morir si no acudes pronto.

ANDRÉS, haciendo un esfuerzo,

.\dios, Mariana, Adiós.

Se V» precipitadamente por el toado trepando por

Lu rocu.

tiAHiAVA , vacilando sobre sus rodillas.

.Ali I las fuerzas me faltan.

ESCEN.V XI.

M AUIANA , el BARÓN, G Al KRK , saliendo

de la derecha , RUIN y ROLAN UU del par-

que , los siguen llevando hachones.

MARIANA , viendo al Barón.

Se lia salvado , no es cierto .'

RARON.

Os lo lie jurado.

nAUKRK , fí /yr</t t/ rí Rolando indicándoles

el sitio por donde se ha marchado .tndrcs.

I'ero para eso yo no lie jurado nada. .Seguid

los dos á esa buena pieza y en estando n cien

paso.'t de aqui...

RuLiiiilo y Drill te vnn detrás de Aadrés.

BARÓN , n Mariana.

.Serenaos un poro. Aqui está ya el Cura.

riAUCRE , recogiendo los papeles rolos qtie

tiró I'ascuat.

Qué sera esto.' {reuniendo los pedazos y le-

yendo) Qué veo ? naestro es el' tesoro

!

Kntra prrcipitadaroenle en la capilla en rl mismomoineiitc) ({iie el Cura sale y se diri{^e liácia Mariana

FRANVAL , a Mariana.

F.stais decidida ?

MARIANA.

I.o'

lie prometido.

CKivRK, aparte .latiendo déla capilla.

Se lo lian llevado... Kl Cura atrapó el gato,

pero iremos a pedírselo esta noche de modoque no nos lo pueda negar.

Todos van a entrar en la capilla, cuando se oye d«

repente un tiro que los diliene.

MARIANA, a.'iustada.

Un tiro!

BARÓN.

Rail ! será algún cazador.

OAUFRE , aparte.

Andrés ya no es temible.

PASCUAL, entrando por la derecha con mu-cho cuidado y ocultando su carabina entre

las ramas.

Doce!...

A- so O-Ofi OCOCCSÓCS OOCOOfiOOS-Oes-OOOOCC se 0^ o S-O-O o o 0^-0-0-0-0-0o-ox« o

ACTO CUARTO.Sala Iiaja en rasa del Cura ; a la dí'recha del foodo una ventana que dá á la calle; en el centro puerta grandede entrada. En el tablado debajo de la ventana una trampa por donde se baja A la liodcRa. A la dereclia unapuerta que conduce al cementerio , cerca de esta puerta un reelin.vtorio con un breviario; á la izquierda la puer-

ta de la alcoba; ea el mismo lado en primer término una cornuda ; hay también un estante lleno de libro*.

Una lain para colgada eo la pared del fundo alumbra el teatro.

ESCENA I.

OCl'LI subiendo por la trampa de la bo-

dega con un cesto colgado del brazo , unabotella en una mano y una palmatoria en

la otra.

PEDRO EL KECRO.

Ali!... Uíus mío! aqui suena algo.... No,

vamos !... es el viento , ^bebiendo ) cobremos

animo. Tres veces lie tenido que reponerme

de este modo desde la bodega, y hay nueve es-

calones... es mucho trabajo I Ksta maldita casa

está tan aislada... si me sucediese algo ya po-

Page 36: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

:34 MUSEO DRAMÁTICO.

dia gritar liasta mañana sin miedo de que me

oyeran... Por un lado la iglesia, por el otro el

camino real, y por allí. . el cementerio... [tem-

blando)\a\a\ qué posición tan alegre... tan

pintoresca ! (vuelve d beber) !\Iucho tarda el

Sr. Cura , es una crueldad dejarme tanto

tiempo solo... Pero ya no puede tardar .. A no

spr que no haya encontrado la llave del cemen-

terio en el punto convenido ea caso de que

venga por el bosque, [asustado) Por el bosque!

y de noche ! estando los calentadores en las

cercanías, tiemblo solo al pensarlo... Cobre-

mos ánimo !

Bebe.

»v\ *v\ wv* •**»*»»**Wí»w% *•« VW *«/VW VWtW» *«Avw

ESCENA II.

OCULI después PASCUAL.

PASCUAL que entra por la puerta de la de-

recha al ver d Oculi.

Ah!OCULI, volviendo astistado.

Ah ! Quien ha dicho ah ? Ola eres tú el que

tienes la osadia de asustarme? A qué vienes

aquí á estas horas? por dónde has entrado?

PASCUAL.

Por el cementerio.

OCULT.

Cuánto va que has dejado la puerta abierta?

no es cierto ? Vamos Pascual eres un cerníca-

lo... Pero hombre habla, responde...

PASCUAL C071 su atrc acostumbrado.

Toma!...

OCULI.

Alma de cántaro... lo mismo eres tu que...

dos... y dos... son cuatro;., me comprendes

ahora, animal?

PASCUAL, lo mismo que antes.

OCULI.

Me dan intenciones de darle un... Voy á

ver si está todo bien cerrado.

Se va por el fondo.

Mi>yy^ ^/^/\ <w% Mft vvwv^ VM w\v%^ %%% «/v\ vv\ ««v^wtvw

ESCENA III.

PASCUAL, apenas se queda solo desecha la

especie de apatía soñolienta en que parece

sumido; saca la cogita de debajo de la blu-

sa, busca por todas partes un sitio donde

ocultarla, y después de haber reconocido va-

rios rincones ,<ie dirige al estante , toma un

libro en folio, le corta todas las hojas con un

cuchillo y pone en su lugar la cagita, y vuel-

ve d colocarlo en el estante como lo habia en

contrado. Durante este tiempo tararea en el

mismo tono y el mismo aire que siempre.

Se oye la voz del Cura que habla con OcuU.

El Cura !... yo... á la ciudad ahora... y esta

noche otra vez al castillo;

pero no iré solo.

Huye por la puerta de la derecha.

W\IVWWWV\IWMVV\/W\nJWW%/ vu«vwwvi/wv«/vvw mñt

ESCENA IV.

FRANVAL y OCULI por elfondo.

FnANVAL.

Ko seas estúpido ! cuando te digo que la

puerta del cementerio está cerrada.

OCULI.

Pues entonces por donde ha entrado ?

FRANVAL.

Quien ?

OCULI.

El.

Quien es el ?

FBANVAL.

OCULI.

Quien ha de ser... el cazurro.

FRANVAL.

Pascual ? Con que en fin ha venido ?

OCULI.

Quien ?

FRANVAL.

Ese muchacho con la carta...

OCULI.

Qué carta ?

FRANVAL enfadado.

Mira !... si yo fuera soldado como en otro

tiempo, ya te hubiera calentado las orejas pa-

ra aclararte el entendimiento.

OCULI.

Vaya una idea !.. que diantre , no sé me

hubiera^ocurrido á mi en cien años.

FRANVAL impacientado.

Donde está la carta que Pascual ha traido

para mí ?

OCULI.

Señor Cura ! permita Dios que Renito toqu«

solo todas las antífonas, si Pascual me ha dado

ninguna carta.

FRANVAL.

De veras no te ha dado nada ?

OCULI.

Tan de veras como Alejandrina vuestra so-

tana nueva...

Page 37: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSEO DRAMÁTICO.

rBASVAL.

Calla por todos l(>s Santos. Yo me len^o la

culpa; no debía haber eiicar^.iJo a ese pobre

idiota de ur.a comisión do tanta imporlauria

aunque tan faril de ejecutar.

OCl'LI.

Kfectivatnente que el tal muchacho es bes-

tia si los hay... y bien lo prueba lo que le he

visto hacer hoy.

FBA^VAL.Kl que .'

OCILI.

-No liare mucho que veriliqué mi ronda acos-

tumbrada por el cementerio... todo estaba en

rehila, nada de nuevo! Pues bieu; no hizo mas

que pasar ese desarrapado, y ya encontré dos

raps mas, recientes, en la cruz que está sobre

la sepultura de su padre.

l,Fn4.>VAL.

F!so es raay estraño.

OCLXl.

I'ues a mi rae parece muy estúpido, y...

IIIA.NVAL.

Basta ! ve a i-errar todo bien... Aunque esta-

mos tan c;;rca de la Aldea ninguna precaución

está demás... .Afurtuoadainente tnis puertas

son bieu sólidas, las barras muy Crmes, y ue-

cesitariau sitiar esta casa ea regla para entrar

en ella a viva fuerza... y al ruido, toda la .Al-

dea en masa estaría aquí antes de cinco minu-

tos...

OCtLI.

Sin embargo, buena es la prudencia; voy á

cerrar.Se va por el (oado.

FRA^VA'. solo un instante.

Cuanto mas pienso en esto, mas me confun-

do sin poder penetrar este misterio... Maria-

na : .Mariana!, es posible que se vea obligada

a ocultar su vergüenza por medio de ese ca-

samiento, muy superior á su clase, pero que

DO hará su felicidad ? oh I estoy seguro de

ello.. Y entretanto el pobre Andrés sabrá ya

acaso la noticia.

ocuLi entrando.

Señor, Señor.

FRA>VAL(¿u¿ hay ?

ociLi con alegría.

(Jue bien voy a dormir esta noche , hace

treá que no pego los ojos de miedo; pero

esta. .

FRA^VAL.

Tu quieres probarme la paciencia !... (¿ue

quieres decir.'

OCULI.

Que DOS ha llegado un refuerzo.

tllANVAL.

l'n refuerzo ?

OCL'U.

Cuatro gendarmes, ya veis.

PnA.NVAL.

Donde están .'

Los ralentadom dlsfraziidos de gendarmes «iilrnD por

el fondo.

OCULI.

Aquí los tenéis. Qué mocetones ? estoy por

llamar Jonatás al sable de ese mas alto.

ESCENA V.

CUATRO GEM)ARMr.S ij después ROLAN-DO de cabo.

Vy GENDARME.

Kl Sr. Cura Franval.

FBANVAL.

Para servirte valiente, qué se ofrece ?

CiF.?iDARME.

Una carta del Burgomaestre de la ciudad.

FRANVAL leyendo.

"Señor Cura: Después del atrevido ataque

de los bandidos contra el molino, me ha pare-

cido conveniente para la seguridad de esa Al-

dea enviar esos cuatro gendarmes al mando

de un cabo, á los que tendréis la bondad de

dar alojamiento en vuestra casa, por estar me-

jor situada que ninguna otra para atender á

cualquier incidente que ocurra.» Con mucho

gusto. Donde esta vuestro cabo?

OLNDAnilE.

Le dejamos en la cuadra atando su caballo;

pero aquí está ya.

ROLANDO de cabo.

Perdonad Sr. Cura. Yo debia haberos

presentado mi gente.

FRAnVAL.

Quien ha ido á pedir este refuerzo á la ciu-

dad .'

noLAriDO.

Kl Sr. Andrés Dumouticr ,que se ha se-

parado de nosotros en el bosque, encargándo-

nos que llegáramos aquí cuanto antes.

FRANVAL.

Muy bien hecho... Pero qué veo ? esta carta

está manchada de sangre t

ROLANDO.

Si '. me han herido en el camino.

Page 38: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

36 MUSEO DRAMÁTICO.

FRANVAL.

Herido! y quien?...

BULANDO.

Una partida de calentadores que nos atacó . .•

pero no ha sido nada.Llaman á la puerta.

FBANVAI-, d Oculi.

Vé á ver quién llama.

OCULI.

Voy volando.Se va por el fondo.

FRANVAL , dios gendarmes.

Podéis recogeros á descansar si queréis. Bas-

ta que uno de vosotros esté dispierto , los de-

mas estarán en pie á la primera señal de alar-

ma.OCULI , entrando.

Señor Cura , Mariana quiere hablaros.

FKANVAL, admirado.

Mariana \

OCULI.

Viene con un criado del Sr. Barón.

FRANVAL.

Hazla entrar... y cuida tu entre tanto de

que no les falte nada á los Señores.

ROLANDO.

Gracias , Señor Cura , traemos todo lo ne-

cesario.

FRANVAL.

Mariana á estas horas !...

Los gendarmes se van por el fondo. Mariana con-

ducida porOcull, que se retira desde la puerta , entra

también por el fondo.

ESCENA VI.

FRANVAL, MARIANA.

FRüNVAL, con severidad.

Vos aqui , Mariana .•"

MARIANA.

Señor Cura , no creáis que vengo aqui como

tantas veces lo he hecho á buscar los consuelos

y los consejos de un amigo. Soy una muger

como otra cualquiera, que \iene á rogar al sa-

cerdote que la escuche.

FRANVAL , con Severidad.

La Iglesia estará abierta mañana para todo

el mundo.ilARlANA.

Y si una muger desconocida viniese a su-

]ilicaros como yo que la evitaseis una noche.de

torir.entos, acaso una eternidad de dolores per-

mitiéndola desahogar á vuestros pies su co-

razón lleno de amargos reciverdos y de deses-

peración .'

FRANVAL.

Mi deber seria escucharla.

MARIANA.

Y' si esta muger viniese ademas á revelaros

un secreto que solo vos debéis saber?

FRANVAL.

Diría á esta muger,podéis hablar.

Se sienta en un gran sillón y Mariana á su ladoín

UD taburete.

MARIANA.

Cuando esta mañana vi la primera á los ban-

didos dirigirse al molino , á uno de ellos se

le cayó la máscara que le cubria el rostro , le

reconocí al momento;pero á nadie he dicho

su nombre...

FRANVAL.

Debéis decirlo; la seguridad piiblica lo

exije.

MARIANA.

Aquel bandido era mi padre.

FRANVAL.Cielos!

MARIANA , con ansiedad.

Recordad que os he dicho que á vos solo

revelo este secreto.

FRANVAL.

Continuad.

MARIANA.

Yo queria decir á Andrés , sin revelarle la

verdad, que no pensase mas en mí... que meolvidase .. y para esto le esperaba cerca de la

capilla. Los bandidos me sorprendieron en

aquel sitio , me reconocieron al momento y

quisieron darme la muerte... Yo la esperaba

resignada ; pero su capitán el Barón...

FRANVAL.

El Barón

!

MARIANA.

Solo vos me ois , Sr. Cura.

FRANVAL.

Proseguid.

MARIAXA.

El Barón dijo entonces « no morirá si quie-

re ser mi muger." Olí! pero me amenazaron

con que Andrés perecería también conmigo.

Andrés que iba á venir de un momento á otro

lleno de confianza y de amor... Oh i entonces

consentía todo lo que quisieron... vos os ne-

gabais á celebrar el matrimonio... y yo inven-

té para decidiros y salvar la vida de Andrés

aquella mentira contra mi reputación... Os

calláis ? me condenáis todavía?

Page 39: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSEO DRA^IATICO. 37

FBANV.IL.

No , hija mia , no ; el llanto es el que no medeja hablar.

MARIANA.

Cuan Jo vos me clejásteis , las fuerzas iiio fal-

taron y cai desinayaüa ; asi que recobre mis

sentidos, pedí veros con tales instancias que

al fin me lo conredierun, jurando antes por la

cruz del .Salvador de volver al inoniiMito ; he

venido a decíroslo todo, padre mío, para que

exista alguna persona en el nuindo que no medesprecie , y también para escuchar de vues-

tro labio una palabra de consuelo y de per-

dón.FRA>YAI.

Tu perdón! .\h! ven á mis brazos... sí , á

mis brazos, pobre criatura !... tanta resigna-

ción, tanto valor!

UARIA?>Á

Oh! sí, he necesitado mucho valor.

FBANVAL, enjugando sus ojos.

Y tu croes que yo no desharé ese casamien-

to impío y sacrilego

!

Se levanta.

UARi.v.vA, con viveza.

Me habéis prometido el secreto.

FHA>VAI..

No quiero dejarte en poder de ese bandido.

MARIAKA.

Ue jurado que volveria.

FRANVAL.

Pues desgraciada I La suerte que te espera

es horrible.

M vniANA.

Andrés no morirá. Su madre quería llamar-

me su hija; ya que estoes imposible, al me-nos he salvado la vida de su hijo.

FRANVAL.

Y qué va á ser de él , que te amal>a tanto?

MARIANA.

Por él he venido también aqui. l-.s preciso

que paría al amanecer , esla noche, al mo-mento , hoy mismo ; todavía es tiempo, toda-

vía puedo protegerle;pero mañana... maña-

na... quién sabe! seria ya t.irde ! Prometed-meque le veréis y que leconsol.Treiscon vues-

tras santas palabras, porque el también va á

ser muy desgraciado... y mas que todo pa-dre mió, procurad calmar su odio contra mí;decidle con Is autoridad de vuestrapalabra,

que á pesar de las apariencias yo he sidosiempre di^-na de su amor... repetídselo mu-chas veces y os creerá, padre mío... y con-servará algún recuerdo de la pobre Mariana.

PEDRO El KECBO.

FRANVAL.

Sí , SÍ , se lo diré, yo te lo prometo.

MARIANA.

Y ahora, por si no os vuelvo a ver jamás...

FHANVAL.Qué dices I

MAHIANA.

Bendecidme,padre mió.

FRANVAL.

Ah! sí, yo te bendigo con todo mi cora-

zón... pero quédate aqui.

MARIANA.

Imposible, lo liejurado... (ajpor/e) Ya pue-

do morir!

ocuLi , dentro.

Por aqui , Sr. Andrés, por aqui.

FRANVAL.

Andrés ? Dios le envía I él sabrá convencer-

te mejor que yo (yendo día puerta) Andrés...

.Andrés !...

Sale un instante.

MARIA^'A.

Oh ! Andrés , .\dios para siempre, {se acer-

ca precipitadamente al reclinatorio y mete

una carta entre el breviario) Cuando él en-

cuentre esta carta ya habré dejado de sufrir.

Se va por l.i puprt.i de I.i «ierrch.T.

VW b%%V%\VV^VWW«V%^'VV\W\W\.VWVWUVWWVWVV«

ESCENA VII.

\NDRES , FRANVAL , después OCULL

FRANVAL.

Ven , ven , amigo mió.

AOJDRES.

Por lin, os encuentro.

FRANVAL , aparte volricndose.

Dónde está Mariana ? No se habrá atrevido

á verle... en mi cuarto sinduda... {alto) Pero

qué te ha pnsado ?... tus vestidos están desgar-

rados y en desorden

!

ANüRES.

Me han asaltado comedio del bosque

FBANVAL.Qué dices!

ANDRF.S.

Uno de mis adversarios cayó herido por una

mano invisible, yo logré sugetar al otro , y la

luz de la luna me dejó ver unas facciones que

no olvidaré en toda mi vida!.. Pero dejemos

esto... Sabéis que soy muy desgraciado? Ma-

riana me engaña, no sé qué pensar de ella

Ha inventado una mentira que me puso en

una ansiedad crud, solo con el fin de alejar-

Page 40: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

38 MUSEO DRAMÁTICO.

me de su lado... y á estas horas todavía no ha

vuelto á la posada de su padre.

FKANVAL.

Andrés ; hijo mió , tendrás valor para escu-

charme?ANDRÉS.

Me asustáis. . Qué sucede?

fra:(val.

Tendrás confianza en mi buena fé ? creerás

en mi palabra ?

AKDRLS.

Hablad! hablad!

FRANVAL.

Pues bien, yo te juro ante Dios que Maria-

na tiene el alma mas pura y mas generosa que

puede haber en el mundo... Lo oyes?

A5ÍDRES.

Sí, sí... y lo creo porque vos lo decis... Que

feliz me habéis hecho! la amo lanto...

FRAINVAL.

No es ya amor lo que debes sentir por ella,

sino respeto y gratitud.

ANDRÉS.

Gratitud! respeto?..

FRANVAL.

Te ha salvado la vida.

ANDRÉS.

Qué decis ? Mariana ?

FRANVAL.

Sí; pero á costa de un gran sacrificio...

porque te amaba también como tú á ella. .

acaso mas... y sin embargo...

ANDRÉS.

Sin embargo?... acabad! estáis pálido, al-

terado , Dios mió ! habrá muerto.

FRANVAI..

No.

ANDRÉS.

Entonces!...

FRANVAL.

Se ha casado.

ANDRÉS.

Casado ! Oh ! no es verdad! imposible.

FRANVAL.

Yo mismo he bendecido su unión.

ANDRÉS.

Con que es cierto ! se ha casado ? infame

!

FRANVAL.

Calla! calla I...

ANDRÉS.

Oh ! no, es una infame ! perjura!

FRANVAL.

Calla!... desgraciado; tus palabras vana

matarla, está aqui... escuchándote...

ANDRÉS, corriendo á la derecha.

Aqui... Oh! si, quiero que me oiga, que

muera bajo el peso de mis injurias.

Entra en la derecha.

FRANVAL.

Andrés! Andrés!

ANDRÉS, volviendo.

No iiay nadie.

EBANVAL.

Nadie ! Dios mió! Mariana ! Mariana !

/Wí V»/^ Vftrt í.'V*VWX^l/^'íW%VWtWíWí 4/ÍAW*W»W» l/V*W\

ESCENA VIII.

DICHOS, OCULI entrando por el fondo ycerrando la puerta tras él.

ocDLi, en la mayor alteración.

Ay Dios mió ! Dios niio !

FRANVAL.

Dónde está Slariaua ?

OCULI.

Se fué. Uno de los gendarmes la ha lleva-

do... Oh ! Qué gendarmes !

ANDRÉS.

Dónde , dónde?

OCULI.

Hasta donde la esperaba el criado del Ba-

rón.

ANDRÉS.

Del Barón !... Con que él es... Oh! necesito

su vida y la de Mariana.

FRANVAL , deteniéndole.

Detente , escucha...

ANDRÉS.

Os digo que necesito su vida.

OCULI , agarrándole por el brazo.

No nos abandonéis... si supierais... los gen-

darmes...

ANDRÉS.

Dejadme , dejadme.

FRANVAL.

Andrés , cálmate, yo te lo suplico... yo té;-

lo mando.ANDRÉS saliendo.

Le mataré!... sí, le mataré!

Se deshace de ellos y se va por la derecha.

ESCENA IX.

FRANVAL, OCULI.

FR.^NVAL.

Desgraciado ! va á perderse.

Page 41: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSEO DRAMÁTICO. 8»

ocuLi , en el mayor espanto.

Nosotros , si , que estamos perdidos sin re-

medio.fra:<val.

Perdidos? porque?... vamos, liab!a ?

oci Ll.

I.os gendarmes... los nendarnies!...

FRANVAI..

Y bieu , los gendarmes?... ncaki.

OCll.l.

Huyamos , huyamos al momento.

FU A N \' A L , deteniéndole.

Hablarás ó no ?

ocru.

Socorro ! socorro!

FBAMVAl.Estás loco

!

ocru.

Los gendarmes... buena gente... Ay Dios

mió!... Hstabau hablando cou unos hombres

enmascarados .. alli... por la ventana b.ija...

están de inteligencia... los gendarmes les ayu-

dan á limar la reja...

FRA.WAL.

Los gendarmes!..

OCILI.

Son bandidos disfrazados... yo venia á avi-

saros... no me habéis dejado acabar...

FRA>VAL.

Ah! todo lo adivino ahora, Dios mió!., y

no hoy tiempo... (a Uculi] Cierra los posti-

gos de esa ventana ,pronto ! despaclia!

OCILI.

Dios nos valga I

cierra la ventana.

FRAüVAL.

Les abandonaremos lo demás de la casa:

esta puerta es sólida y no podrán derri-

barla.

ocuu.Estoy muerto.

fba:«val.

Ah.'no tener armas! ni una siquiera!..

Llaman á la purria

OCtLI.

Esto es hecho I

FRASTAL.Silencio

!

ROi.ASDO, dentro

Señor Cura

!

FRANVAL.Qué queréis?

ROLANDO.

(»ui?ro li.nhl.iros. . soy el Cabo . . tengo que

tomar algunss disposiciones.

No abro á nadie.

frarval.

ROLANDO.

.Vbrid , abrid!

FRA.WAI..

Sois lus bandidus... estáis descubiertos I

iioLA.M)0, cambiando de tono.

I'.ii ese caso, abrid ó sois mucrtu I

Fr\ANVAL.

^o ahririv

UOLANDO.

Derribaromos la puerta.

UCULI.

Üis?

FRANVAI..

I.a puerta es solida... probadlo...

Saoudeo la puerta coa estrt^plto. Humor dv tocrs

(Icnlro.

OCULl.

\'an J derribarla I

FRANVAL.

.\li! esta cómoda... {carga con la cómoda

y ¡a pone delante de la puerta) Aqui. Bienl

Resiste todavía, [el ruido cesa. Escuchando)

Se relirjn?..

OCULI.

Nos hemos salvado.

FBANVAL.

Mutho lo dudo. Entreabre las maderas ymira por la ventana.

oci;li.

Y si me descerrajan un tiro?

FRANVALNo se atreverán. Darian la alarma á todo

el pueblo... Oh ! ahora comprendo por qué

se han valido de esa estratagema... No podiau

penetrar aqui a viva fuerza.

OCLLI ,que lia mirado por la rentaría.

No «"eo á nadie. .. uo pueden salir sin que yo

los vea desde aqui.

FRA^VAL, escuchando. .

Nada! ni el menorruidn. Este silencio es mas

espantoso que la muerte... sin duda preparan

iilguna combinación infernal, estamos perdi-

dos!... \amos, Oculi, valor; es preciso mo-

rir como hombres, y como cristianos.

OCUL!.

Piedad! Dios mió , piedad !

PRANVAL.

Sí , debemos pedir piedad al Señor: si quie-

re llamarnos á si, hágase su voluntad. La

muerte me será menos amarga, ahora que Au-

drés y iMariana son desgraciados. Valor!...

Quiero rogará Dios por mis asesinos, {toma

el brcciario, el papel de Mariana cae al

suelo) Qué es esto?

Page 42: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

40 MUSEO DRAMÁTICO.

ocuLi , señalando d la puerta.

Señor Cura ! mirad , miratf. ..

FBANVAL , leyendo.

« Adiós.. . rogad por mí.. . mañana habré de-

jado de sufrir. »

OCULI.

Sale humo ! queman la puerta !...

Se ve salir el humo por debajo de la cómoda.

FBANVAL.

Ah ! desgraciada ! uii suicidio ! es preciso

salvarla... Sí, aun es tiempo.

OCULI , espantado.

Fuego ¡..fuego!..

FRANVAL.

Abre la puerta.

OCULI.

La puerta!...

FRANVAL, retirando con precipitación la có-

moda.

üiosraio! si fuera tarde. .

OCULI , huyendo por la trampa de la cueva.

Le matan sin remedio.

ESCENA X.

FRANVAL , GAUFRE , ROLANDO , BAN-

DIDOS disfrazados de gendarmes y otros

enmascarados.

Asi que el Cura abre la puerta los bandidos se pre-

cipitaa sobre él.

FRANVAL.

Desdichados ! qué hacéis ? soy un sacerdote.

nOLANDO.

Sugetádie... que no se escape.

FRANVAL.

Tomad todo cuanto tengo... pero dejadme

salir.

GAUFRE.

Salir ! no pides poco

!

FRAKVAL.

Dejadme! dejadme! peligra la vida de una

infeliz...

ROLANDO.

Mas peligra la tuya si no nos entregas al

momento los treinta mil francos.

GAUFRE Y BANDIDOS.

El tesoro I

FRANVAL.

No le tengo!... Oh! yo os daria todos los de

la tierra por uua hora de libertad.

Procurando desasirse.

ROLANDO.

Venga el tesoro.

FRANViL.

No le tengo 1 no le tengo ! ya os lo he' di-

cho.

GAUFRE , mirando d la habitación de la iz-

quierda.

En ese cuarto hay lumbre, despachad!

ROLANDO, llevándose al Cura.

Vamos.FRANVAL , resistiéndose.

Por piedad. La infeliz va á comparecer de-

lante de Dios , inancliada con el crimen de su

muerte.GAUFRE.

Ea! llevadle... ya sabéis, hasta que cante

claro, [se llevan al Cura) Nosotros busque-

mos entretanto.

UN BANDIDO rompiendo un inueble.

Nada !

OTRO delante de otro mueble.

Nada tampoco.

OTRO buscando en la cómoda.

Puede ser que esté aquí.

GAUFRE.

Tal vez tenga secretos , miradlo bien... ten-

tad las paredes.

UN BANDIDO saliendo del cuarto de la iz-

quierda.

No confiesa nada.

GAUFRE.

Proseguid... Ahi tienes ]eiia {le arroja va-

rios libros detestante) Qué hay?

k Rolando.

ROLANDO saliendo de la izquierda.

Ni una queja sale de sus labios... está re-

zando en voz baja... Yo no me atrevo á estar

allí.

GAUFRE siempre arrojando libros.

Cobardoii!... Nada ! libros y mas libros!..

UN BANDIDO arroja un libro y la caja cae

al suelo.

El tesoro... el tesoro !...

ROLANDO.

El tesoro

!

BAISDIDOS.

A repartirlo, á repartirlo!

Los que estaban en el cuarto del Cura salen también

al oir el tesoro !

GAUFRE.

Papeles! {los recorre rápidamente niientras

.

que los bandidos ecsaminan los diamantes

los billetes de banco y el oro que contiene

la caja; apaiie.) Qué veo! mi parte puede

ser mayor que la de todos, {alto d los ladro-

nes ) Deteneos !

Page 43: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSEO DUAM.VilCO. il

nOLAMUO.Porqué?

GAIIFRE.

Vsie tesoro pcrteucce á la Señorita de Bian-

\i\\e.

UANUIOOS.

(Jue importa!

GAl'FRF.

La Señorita de Biauville es Mariana, la mu-

gir del Cnpltan.BAMDIDO.

.Mariana

!

i.AiFnE, tomándola cogita.

VA lu'gocio esta lieclio y lia salido perfecla-

in«iile ; llevemos el tesoro y el capitán decidi-

rá.

Saleo sin hacer ruido.

W«%^% \%W%> \Vt%X> VX« V%> V^\W% VV% \V«W%«A^VM^MO

ESCEN.VXI.

KHANVAL </«/>«« PASCUAL y OCl'LI.

>'ba:<val saliendo df su cuarto ij haciendo

grandes esfuerzos para andar, cae desfalle'

cido... ios pies cubiertos por la cómoda me-

dio derribada.

Mariana es hija del Conde de Bianville! este

casaniieuto es nulo ! Dios mió ! dadme fucr-

zasl.. Talvez espira en este momento!.. Nopbedo mas... Andrés ! Mariana !

pascual, entrando por la derecha y viendo

á Franca!.i:i Cura :

FHANVAL con dolor.

.\li! es Pascual, inútil socorro.

PASCtAL, viendo el libro en el suelo.

Kl tesoro! han venido á buscarle... y vos

vos ! Ah ! yo tengo la culpa. Maldecidme, ma-

tadme

FRANTAL, sorprendido.

Quélenguage !... Con que comprendes?..

PASCUAL.

Si, si; todo lo com|)rendo, el térmiao de mi

veniian/a est.i cercano.

FIIAMVAL.

liitV'iz I con qi!c tu idiotismo era...

PASCUAL.

Ya lo sabréis todo... Ahora es preciso so-

correros.

KIIANVAI..

Lo primero es salvar ¡i Andrés.

PASCUAL.

Andrés! donde está ?

FnANVAL.

lia ido al castillo

Pascual.

Ahí su muerte es cierta... pero vos, vos

entretanto... {llaman á la trampa de la

cueva) Quien llama'!

FIIANVAL.Ks Oculi.

pascual, se dirige d la trampa, la abre, ha-

ce salir ú Oculi, y le conduce rápidamente

cerca de Franval.

Ahi tienes a tu amo que no has sabido de-

fender, {'loma U'ios trapos de uno de los ca.

jones de la cómoda que los ladrones han de-

jado esparcido.'! por el suelo.) Al menos, cura

sus heridas. Si puede andar solo acompáñale,

y sí no llévale en tus hombros hasta el cas-

tillo. Oh ! si yo tuviera fuerzas !.. Al salir to-

ca la campana, paraquc se reúnan todos losmo"

zos de la .\ Idea. Kn la ciudad ya está dada la alar-

ma y las tropas se han puesto en marcha...

Al castillo, padre mió, al castillo ! AnJres!

Me ha recogido ea mi orfandad , me ha ali-

meniadoy protegido... Ama á Mariana... Yole salvaré, padre mió

, yo le salvaré '.

Se va corriendo.

FRANVAL.

Dios mió ! protegedle !

•'•-9'a-9-<>-»o-»o^»9-a-»a->»aaaa^-a-a-»aa-»a-a o-oo^aa eaa oa ao-cc a a^aoo^a aoa -o

ACTO OUIMO.Sila en el castillo del Barco ; en el centro del tondn una alcolia : en ci ánRulo de la derecha ventana ; en el de la

Izquierda la puerta de entrada. En los dos lados una cnlrenle de otra purrias de pahinrles. A la derrrha del

proscenio una mesa con un tapete y escribanía: sobre la mesa una tela encendida. A la i;(|ulerda del proscenio

uo velador ; las cortinas de la alcoba están descoiridas y dejan >er el resplandor rojo del carbón cncecdido en unahornilla: es enteramente de noche; solo la luz de la bujia alumbra la sala.

ESCENA I.

Al lerantarsc el telón Mariana medio desmayada está

casi tendida sobre el brazo de uo sUloo colocado á Uderecha de la aicot>a.

PEDRO EL I^ECRO.

MARIANA sola.

Cuando venga el Barón no tendré ya nada

que temer {se dirige vacilando ú la mesa de

la derecha sobre la <jue hay una carta empe-

II

Page 44: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

42 MUSEO DRAMÁTICO.

zada.) Sí, la muerte es mi único refugio. . no

tardará en venir I... La alinósfera que mero-

dea es cada vez mas densa... Pero esta muert«

es lenta... cruel... Dios mió, perdonadme... Mi

mano no hubiera tenido valor para herirme...

y es preciso morir... si, es preciso... el !;as que

se desprende de esos cnrhones encendidos no

me deja ya respirar ; olí ! Andrés... cuánto te

amo ! Andrés ! quiero que por estas líneas, las

últimas que escribo... sepas que lie muerto pu-

ra y digna de tí... {tomando una pluma para

firma?') Adiós, adiós para siempre... {la plu-

ma se la cae de las manos) La cabeza mepe-

sa como el plomo {la luz de la bugia se va dis-

minuyendo dulcemente hasta que se apaga)

Mi vida se apaga también como esta luz. {da

algunos pasos d la izquierda) Que vértigo

!

Dios mió ! es ya la muerte I Tan pronto... Ah!

{queriendo dirigirse d la ventana) Aire! Aire!

Cae desmayada.

ESCENA II.

ANDRÉS, MARIANA desmayada.

Andrés rompe la ventana con estrépito y salta ala

tscena que está enteramente oscura.

ANDEES.

Dónde estoy? Hace un momento quehaliia

luz en este cuarto .. trepando por el enverjado

he podido subir hasta aquí; {deteniéndose) pe-

ro qué sensación esperimeuto... me cuesta tra-

bajo respirar. {Mariana suspira) Aqui hoy al-

guien... una muger! {bajándose y examinán-

dola) Mariana ! {mirando d la alcoba y cien-

do el reflejo del carbón encendido) Ah ! des-

graciada, todo lo comprendo! {corre d. abrir

de par en par la ventana) Aire !.. aire !.. {vol-

viendo y poniéndose de rodillas junto d Ma-riana, d la que procura volver el conocimien-

to ) Mariana!... muerta, cielos ! Mariana!

MABIANA reanimándose.

Andrés !

ANDRÉS.

Oh! Bendito seáis Dios mió!... Vive... me

ha oido... Mariana !.. mi amor... soy yo... An-

drés!

MARIANA delirante.

Oh! si... te amo... si... ya no nos separare-

mos nunca.ANDRÉS.

Nunca ! Nunca

!

MARIANA.

NuQca !... ahora !... en el cielo los dos... Si

tu supieras... lie sufrido mucho! mucho!.,pero no podia vivir... Y tu también has muer-

to !

ANDRÉS.

Dios mió!... Ha perdido la razón... Dios

iiiio !.. Mariana vuelve en tí... soy yo... An-drés... tu amante... que eslá á tu lado.

MARIANA recobrando el sentido.

Andrés?... dónde estoy? Quién me llama?

ANDBES.

Demos gracias á Dios, Mariana, porque hellegado á tiempo para estorbar tu funesta re-

solución.

MARIANA.

Es cierto! vuelvo á la vida. . existo... Ah !

Desdichados de nosotros... Andrés! tu peli-

gro me vuelve la razón... Huye, huye pronto!

tu vida está aqui en mucho riesgo.

ANDRÉS.

No, me quedo... Te amo mucho para aban-

donarlo á otro... Yo no puedo penetrar este

horrible misterio; pero el Cura me ha dicho

que te hablas sacriücado por salvarme la vi-

da .. Y ya lo veo... pero este sacrificio no se

cumplirá...

MABIANA.

En nombre del cielo! si vienen, estás per-

dido.

A.^DRES.Que vengan.

MARIANA.

Dios mió!... no oyes sus pasos? Va á venir

y no me hallará muerta... esa ventana...

Corrieodaá ella.

ANDRÉS, ddenicndola.

Qué haces ?

iiaruna, viendo entrar al liaron.

Ali ! Dios mió !

ESCENA III.

DICHOS, BARÓN.

Criados que traen luces , las colocan sobre la mesí

y vuelven á salir.

BAROW.Aqui Andrés

!

MARIANA.

Piedad, piedad para él.

ANDRÉS.

No vengo á pedir piedad sino justicia!...

Responded, Caballero; de qué medióos habéis

valido para obligará esta joven á que os dé

su mano?

Page 45: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

MUSKO DRAMÁTICO. 43

BÁBOn.

Y vos , respondedme ; qué hacéis á estas

horas en mi cisa ?

ANUBES.

Veugo á arrancan» vuestra victima.

N«ni\NA.

Andrés!... Calla, callal i-ü nombre del cie-

lo!. ..

BAROrt.

Mi víctima ? Os liabcis vuelto loco? olvidáis

que es mi muiíer... (jue vuestro aniiíio el Cu-

ra Franval ha bendecido nuestra unión... y

sobre todo, que estáis en mi casa.'., compadez-

co vuestro amoroso despecho... pero crcedme,

no abuséis por mas tiempo de mi cumpasion.

UAHivM.v, al Varón.

^te habéis jurado salvarle.

ANDRÉS.

No reguéis por niiá ese hombre, Mariana;

porque yo quiero matarle.

UAnUNA.

Andrés... tu no sabes que su poder...

BARÓN.

Silencio ! Seño-a , si decis una palabra mas!

MARIANA,» ./nrfrcs.

.\h! no, no , déjame , huye ! lie entregado

libremente mi mano... al Barón .. y...

ANDRF.S.

Os repito que no será vuestra muger mien-

tras viva... ó mi vida ó la vuestra.

BARÓN.

Joven I aprovechaos de este instante de cle-

meucia inesperada , dentro de un minuto será

ya tarde...

ANDRFS.

Conque tu valor no se ejercita masque con-

tra las mugeres

!

BARÓN.

.Vy de t!, si llegas á esperimentarlol

ANDRÉS.

Ahora mismo.

BARÓN , con ironía.

No , mañana.

MARIANA , (i .Indrés.

.Salid , por piedad , salid de aquí.

ANDRÉS, al Barón.

Cobarde ! infame I te escupiré en el rostro.

BABÓN, furioso.

A mí!MARIANA.

Dios mió I

ANDRÉS.

Ven!... ven!... conmigo!

BARÓN.Tú lo quieres...

ANDRÉS.

Y pronto

!

II.IUON.

Muy joven eres!... es lastima I Sigúeme.

ANURts , con alegría.

Ah

!

MARIANA.

No salgáis , .Vudns, nosulgais...

ANDRÉS,

\ amos.

BARÓN.Vamos.

V** W»* tfVW rt(V .*V«ÍV .*vV»ÍVV*V .W W*V .*V A* ^*»» V*lí ,*•

ESCENA IV,

DICHOS, CMlFñR entrando por la puerta

pequeña de la izquierda.

MARIANA.Mi padre t

GAUFRE , sin ver o Andrés ;/poniendo la

caja sobre el velador.

Aqui esta el tesoro!... pero á qué tiempo!.,

una partida de tropa se acerca... sin duda la

muerte de Andrés...

ANUBES, adelantándose.

Quién os ha dicho.'...

GAUFRE, asustado.

Es él!

UARON, acercándose d Gavfre ,bajo.

Qué sucede ?

GAUFRE, lo mismo.

Están cercando el castillo.

BABÓN , lo mismo.

Empecemos por deshacernos de este hom-

bre.

CAUFBE , lo mismo.

V.\ diablo nuestro protector nos le ha en-

viado. Nos servirá de rehenes.

ANDRÉS, al Barón.

Os espero , Barón.

BABÓN.

No esperarás mucho tiempo.

-*** W»W* V*» wv» V** wv% **» vv%**% vv» V*» %^(* *** '/V^ww

ESCENA V.

DICHOS, ROLANDO.

ROLANDO , entra por la derecha ij se encuen-

tra cara d cara con Andrés.

Capitán ! {ve á Andrés y scviielce) Me ha

conocido ! osadía!

ANDRÉS, aparte.

Kl hombre que me asaltó en el bosque.

Page 46: Pedro el negro, o, Los bandidos de la Lorena : drama en

44 MUSEO DRAMÁTICO.

ROLANDO, bajo al Barón.

Capitán , todas las salidas están cerradas

solo queda libre la del subterráneo.

ANDRÉS , aparte.

Con la librea del Barón !

MARIAMA , aparte.

Qué es lo que pasa !

BARÓN, después de haber reflexionado un

instante. A media coz.

Gaufré, conduce á la gente por el corredor

déla capilla, (alto d Rolando) Mi capa... mis

armas...Rolando entra en la dereclia.

ANDRÉS aparte.

Si pudiese aclarar mis sospechas... [Rolan-

do trae la capa y las pistolas, y las pone so-

bre la mesa) Ah ! este reloj

!

Le pone al lado de las armas.

BARÓN.

Mariana retiraos (toma las pistolas. A An-

drés) Vos me seguiréis.

MAELVNA, con eneríjiu.

Oh! no vayas, Andrés.

BARÓN, se vuelve furioso.

Mariana

!

En seguida vó el reloj encima de la mesa y lo coge

niaquinalmente.

ANDRÉS , deteniendo la mano del Barón.

Perdonad , Señor Barón, oseiigañais... Este

reloj...

BAEON, mirándole.

Es mió. Caballero.

ANDRÉS.

Estáis seguro .'

BARÓN con impaciencia.

Muy seguro... y semejante sospecha...

Mete el reloj en su bolsillo.

ANDRÉS con impetuosidad.

No ! no es una sospecha. .. ya lo veo todo...

Mariana, este hombre es uninfauíe... un...

jiAELANA suplicando.

Calla ! calla

!

BARÓN.

Muy cansado estás de vivir.

ANDRÉS.

Capitán de bandidos! ya te conozco!

MARIANA conteniendo al Barón.

Oh, la muerte! la muerte á mi primero!

ANDRÉS.

Cuál es tu nombre?

BARÓN.

Lo sabrás al morir.

MARIANA poniéndose entre ellos.

Moriremos juntos.

BARO^.

Y bien! no importa, serán dos en vez de

uno [les apunta con sus pistolas) Ves á ala-

barte al otro mundo de que has visto á Pedro

el Negro.

Se oye un tiro disparado por Pascual que aparece en

el poyo de la ventana, el Barón cae muerto.

BARÓN cayendo.

Ah!WVi/W /lt/%1VW ./WVWyW ''^'V ./W .'W i/W -"W "W ."W v^\^%

ESCENA VI.

PASCUAL, después GAVFKE , FRANVAL,OCULI, BANDIDOS y SOLDADOS.

PASCUAL después que ha visto caer al Barón.

Trece ! [salta a tierra, Mariana cae en los

brazos de .ínárés , Pascual arrodillándose

en medio de la escena.) Oh! Padre mió! ya

estás vengado

!

ANDRÉS tendiéndole la mano.

Mi libertador

!

Se oyen tiros fuera.

caufre entra vacilando por la puerta de

la derecha, cayendo.

Herido !.. Dios me perdone.

HARiAKA, queriendo conocerle.

Mi padre!

FRANVAL entra sostenido por Oculi y rodea-

do de paisanos

.

No lo ha sido nunca. Eres hija del Conde

de Biauville.

MARIANA.Que decís?

^

PASCUAL, tomando la cogita que está sobre

la mesa.

Aquí tenéis vuestros títulos y riqueza'.

OCULl.

Calla ! y es este el estúpido ?

ANDRÉS.

Mariana ! es esto un suei'io ?

MARIANA, ít Franval.

Soy hija del conde de Bianville ?..

FRANVAL.

Yo fui su amigo cuando era soldado. Aho-

ra sacerdote de Dios le doy gracias porque me

ha permitido reconocerá su hi|a y bendecirla

en su nombre !

Mariana y \ndres se arrojan en los brazos de Franral.

FIN DE PEDRO IL NEGRO, ó LOS BANDIDOS DE LA LORENA.

Madrid.- Imprenta de D. F. SU\REZ plaz. de Celenque, S.

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DICCIONARIODB

MODISMOS(FRASES Y METÁFORAS)

PRIMERO Y OínCO DE Sü GÉNERO EN ESPAÑA 1

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