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  • 8/18/2019 Peirce Charles S - Temas Del Pragmaticismo

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    TEMAS DEL PRAGMATICISMO

    Charles S. Peirce (1905)

    Traducci! cas"ella!a # !$"as de %$s& 'erica" (19)

    I. Seis carac"eres del se!"id$ c$*+! cr,"ic$

    1. El pragmaticismo ha sido definido originalmente1 en forma de una máxima, tal como

    sigue: Considera qué efectos, que pueden tener concebiblemente  repercusiones prácticas,

    concibes que tienen los objetos de tu concepción. As, tu concepción de aquellos efectos es el

    todo de tu concepción del objeto!.

    "o# a reenunciar esto con otras palabras, #a que con frecuencia se puede eliminar as

    alguna insospechada fuente de perplejidad para el lector. Esta $e% será en el modo indicati$o,

    tal como sigue. &oda la intenci'n intelectual de un smbolo consiste en el total de todos los

    modos generales de conducta racional que, condicionados a todas las diferentes circunstancias

    # deseos posibles, se seguiran de la aceptaci'n del smbolo.

    (1. )Este laboratorio de la $ida no impidi' al autor *que aqu # en lo que sigue

    ejemplifica simplemente el tipo de experimentalista+ llegar a interesarse en los métodos de

     pensamiento #, cuando empe%' a leer metafsica, aun cuando en gran parte le pareca

    ra%onada de forma ligera, # determinada por preocupaciones accidentales, con todo, en los

    escritos de algunos fil'sofos, especialmente de -ant, er/ele# # 0pino%a, trope%' algunas

    $eces con modos de pensamiento que recordaban las maneras de pensar del laboratorio,

    sintiendo as que poda confiar en ellos, todo lo cual ha sido cierto de otros hombres de

    laboratorio.

    Esfor%ándose por formular lo que haba aprobado de esta manera, tal como lo hara de

    modo natural un hombre de este tipo, formul' la teora de que una concepción, es decir, la

    intenci'n racional de una palabra u otra expresi'n, reside exclusi$amente en sus repercusiones

    concebibles en la conducta de la $ida de manera que, dado que ob$iamente nada que no

     pueda resultar del experimento puede tener repercusi'n directa alguna en la conducta, si uno

     puede definir con exactitud todos los fen'menos experimentales concebibles que pudiera

    implicar la afirmaci'n o negaci'n de un concepto, uno tendra ah una definici'n completa del

    concepto, no habiendo en él absolutamente nada más. ara esta doctrina in$ent' el nombre

     pragmatismo. Algunos de sus amigos le aconsejaron llamarla  practicismo  o  practicalismo

    *qui%á sobre la base de que πραχηχζ es mejor griego que πραγµαηχοζ +. ero para uno, que,

    como el autor, que, junto con diecinue$e de cada $einte experimentalistas que se haban$uelto hacia la filosofa, haba aprendido filosofa con -ant, # que pensaba a2n con la ma#or 

    facilidad en términos /antianos,  práctico  #  pragmático  estaban tan alejados como los dos

    1

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     polos, perteneciendo, el primero, a una regi'n del pensamiento en la que ninguna mente del

    tipo experimentalista puede nunca estar segura de pisar sobre terreno firme, # expresando, el

    segundo, una relaci'n a alg2n prop'sito humano definido. Ahora bien, el rasgo más notable

    absolutamente de la nue$a teora fue el reconocimiento de una conexi'n inseparable entre

    cognici'n racional # prop'sito racional # esta consideraci'n era la que determinaba la preferencia por el nombre de pragmatismo3

    (!. )En relaci'n a la cuesti'n de la nomenclatura filos'fica ha# unas pocas

    consideraciones simples, que el autor ha ansiado durante muchos a4os someter al juicio

    deliberado de aquellos pocos colegas de filosofa, que deplorando el estado presente de dicho

    estudio, intentan rescatarla del mismo, tra#éndola a una condici'n igual a la de las ciencias

    naturales, en la que los in$estigadores, en lugar de despreciar, como desencaminada del

     principio al fin, cada uno la labor de la ma#ora de los demás, cooperan hombro con hombro,

    multiplicando resultados irrefutables en la que cada obser$aci'n se repite, $aliendo de poco

    las obser$aciones aisladas en la que cada hip'tesis merecedora de atenci'n se somete a un

    se$ero pero recto examen, confiando s'lo en ella después de que las predicciones a las queconduce han sido confirmadas de forma notable por la experiencia, #, a2n entonces, s'lo

     pro$isionalmente en la que raramente se da un paso radicalmente en falso, siendo, incluso, la

    más defectuosa de las teoras que han adquirido amplia credibilidad $erdadera en sus

     predicciones experienciales básicas. A examen de estos estudiosos se somete el que ning2n

    estudio pueda llegara ser cientfico, en el sentido descrito, hasta que el mismo no se ha#a

     pro$isto de una nomenclatura técnica adecuada, teniendo cada uno de los términos un

    significado definido 2nico, aceptado uni$ersalmente por los estudiosos de la materia, # cu#os

    $ocablos care%acn por completo de aquella sua$idad # atracti$o que pueda tentar a escritores

    superficiales a abusar de los mismos 5siendo esta una $irtud demasiado poco apreciada de la

    nomenclatura cientfica. A examen se somete el hecho de que la experiencia de aquellas

    ciencias que han superado las ma#ores dificultades de terminologa, # que son,

    incuestionablemente, las ciencias taxon'micas, la qumica, la mineraloga, la botánica, la

    %oologa, ha mostrado de modo conclu#ente, que el 2nico modo de promo$er la unanimidad #

    las rupturas indispensables respecto de las preferencias # hábitos indi$iduales es,

    consecuentemente, el de conformar los cánones terminol'gicos que obtengan el apo#o del

     principio moral   # del sentido de decencia de todo hombre # que, en particular *bajo

    restricciones definidas+, el sentimiento general será el de que el que introduce una nue$a

    concepci'n en la filosofa tiene la obligaci'n de in$entar términos aceptables para expresarla,

    # que, hecho esto, el deber de sus colegas es el de aceptarlos, lamentando toda tergi$ersaci'n

    de los mismos respecto de sus significados originales, no s'lo como una gran descortesa

    hacia aquel de quien la filosofa es deudora de cada una de las concepciones, sino tambiéncomo una injuria a la filosofa misma #, además, habrá que estimular a que, una $e%

     proporcionada una concepci'n con las palabras adecuadas # suficientes a su expresi'n, ning2n

    otro término técnico, considerado en la misma relaci'n, denote la misma cosa6. 0i esta

    sugerencia encuentra aceptaci'n, puede estimarse necesario que los fil'sofos, reunidos en

    congreso, tras una adecuada deliberaci'n, adopten cánones con$enientes para limitar la

    aplicaci'n del principio. As, tal como se hace en la qumica, puede ser prudente asignar 

    significados fijos a ciertos prefijos # sufijos. or ejemplo, puede estarse de acuerdo, qui%ás, en

    que el prefijo prope- se4ale una extensi'n amplia, # más bien indefinida, del significado del

    término al que $a unido como tal el nombre de una doctrina terminara naturalmente en

    -ismo, mientras que -icismo puede se4alar una acepci'n más estrictamente definida de esta

    doctrina, etc. &ambién, al igual que en la biologa no se tienen en cuenta los términosanteriores a 7inneo, as, en filosofa, puede encontrarse nejor no retrotraerse más allá de la

    filosofa escolástica. or ilustrar otro tipo de limitaci'n, no ha ocurrido, qui%á, probablemente

    !

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    nunca, que un fil'sofo ha#a intentado dar un nombre general a su propia doctrina, sin que este

    nombre adquiriera pronto, en el uso filos'fico com2n, una significaci'n mucho más amplia de

    la que originalmente se pretenda. As, bajo los nombres de /antianismo, benthamismo,

    comteanismo, spencerianismo, etc., se expresan sistemas especiales, mientras que con

    trascedentalismo, utilitarismo, positi$ismo, e$olucionismo, filosofa sintética, etc., se ele$anéstos, de forma mu# con$eniente e irre$ocable, a dominios ma#ores.3

    !. Este escritor, aproximadamente nue$e a4os antes de la formulaci'n del

     pragmaticismo, defendi' dos doctrinas que pueden tratarse como consecuencias de esta 2ltima

    creencia. 8na de éstas puede llamarse sentido com2n crtico. Es una $ariedad de la filosofa

    del sentido com2n, pero identificada por seis caracteres distinti$os, que será mejor enumerar 

    inmediatamente.

    6. Carácter  9+ El sentido com2n crtico admite que no s'lo ha# proposiciones indudables,

    sino también inferencias indudables. En un sentido, algo e$idente es indudable pero las

     proposiciones e inferencias que el sentido com2n crtico mantiene como originales, en elsentido de que no se pueden reabrir *como dicen los juristas+, son indudables en el sentido

    de ser acrticas. El término ra%onamiento debiera circunscribirse a una tal fijaci'n de una

    creencia por otra, en tanto ra%onable, deliberada, autocontrolada;. 8n ra%onamiento tiene que

    ser consciente # esta consciencia no es mera consciencia inmediata, que *tal como arg=+?  es simple sensaci'n $ista desde otro lado, sino que, en su naturale%a 2ltima

    *significando, con este elemento caracterstico de la misma, que no es reducible a nada más

    simple+, es un sentido de asunci'n de un hábito, o disposici'n para responder de un modo

    dado a un tipo dado de estmulo. @ás tarde aparecerán algunos éclaircissements respecto de la

    naturale%a de esto, as como, también, en mi tercer artculo sobre las bases del

     pragmaticismo>. ero el secreto de la consciencia racional no ha# que buscarlo tanto en el

    estudio de este peculiar nucleoide como en el examen del proceso de autocontrol, en su

    totalidad. 7a maquinaria de autocontrol l'gico act2a en el mismo plano que lo hace el

    autocontrol moral, con gran di$ersidad de detalle. 7a ma#or diferencia reside, qui%ás, en que,

    este 2ltimo, sir$e para inhibir desgastes alocados de energa, mientras que el primero, de

    forma más caracterstica, nos asegura frente a la incertidumbre del asno de uridán . 8no de

    los ingredientes más esenciales de ambos es la formaci'n de hábitos bajo una acci'n

    imaginaria *$éase el artculo de enero de 1==+= pero, en el proceso l'gico, la imaginaci'n

    emprende $uelos mucho más amplios, proporcionales a la generalidad del campo de

    in$estigaci'n, que, en la pura matemática, está s'lo coartada por los lmites de sus propias

    fuer%as, mientras que, en el proceso moral, tomamos en consideraci'n s'lo las situaciones que

     pueden captarse o anticiparse. ues, en la $ida moral, lo que nos preocupa es nuestra conducta# sus races internas as como la aprobaci'n de la consciencia, mientras que, en la $ida

    intelectual, se da una tendencia a e$aluar la existencia como el $ehculo de las formas. Ciertos

    rasgos ob$ios del fen'meno del autocontrol *# especialmente del hábito+ pueden expresarse

    de modo compacto, # sin ninguna adici'n hip'tetica, a excepci'n de lo que distintamente

    calificamos de imaginario, diciendo que tenemos una naturale%a oculta, de la que, junto con

    sus contenidos, s'lo podemos ju%gar por la conducta que determina, # por fen'menos de la

    misma. &odos asentirán en ello *o todos menos el nominalista extremo+, pero los pensadores

    antisinejistasB se enredan en una artificiosa mara4a, al representar, falsificando los fen'menos,

    la consciencia como si fuera una piel, un tejido separado, que recubre una regi'n

    subconsciente de la naturale%a oculta, mental, anmica o de base fisiol'gica. @e parece que,

    en el estado actual de nuestro conocimiento, una metodéutica seria prescribe que la diferencia,en las adhesiones a las apariencias, es s'lo relati$a, # que la delimitaci'n no es precisa.

    6

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    ;. e acuerdo a la máxima del pragmaticismo, afirmar que la determinaci'n afecta a

    nuestra naturale%a oculta es tanto como afirmar que es susceptible de afectar a la conducta

    deliberada #, #a que somos conscientes de lo que hacemos deliberadamente, somos

    conscientes habitualiter  de todo lo que se esconde en las profundidades de nuestra naturale%a

    siendo presumible *#  sólo presumible1D

    , aun cuando se han detectado casos curiosos+ que unesfuer%o de atenci'n suficientemente enérgico lo sacara a la lu%. En consecuencia, decir que

    una operaci'n mental está controlada es tanto como decir que es, en un sentido especfico, una

    operaci'n consciente # esto, sin duda, es la consciencia del ra%onar. ues, esta teora requiere

    que, en el ra%onar, deberamos ser conscientes no s'lo de la conclusi'n # de nuestra

    aprobaci'n deliberada de la misma, sino también del hecho de ser el resultado de las premisas

    de las que resulta, #, además, que la inferencia pertenece a una clase posible de inferencias

    que se conforman a un 2nico principio directri%. Ahora bien, de hecho, encontramos una clase

    mu# definida de operaciones mentales, de una naturale%a claramente diferente a todas las

    demás, que posee justamente estas propiedades. Estas solas merecen llamarse razonamientos

    # si el ra%onador es consciente, aunque sea $agamente, de cuál es su principio directri%, su

    ra%onamiento debera llamarse argumentación lógica11. a#, sin embargo, casos en los quesomos conscientes de que una creencia ha estado determinada por otra creencia dada, pero no

    somos conscientes de que ello procede sobre la base de alg2n principio general. &al es el caso

    del cogito, ergo sum de san Agustn1!. &al procedimiento nodebera llamarse un ra%onamiento,

    sino una inferencia acrítica. icho de otra manera, ha# casos en los que una creencia está

    determinada por otra, sin que nos percatemos en absoluto de ello. Estos deberan calificarse

    de sugerencias asociacionales de la creencia.

    ?. Ahora bien, como puede comprobar cualquiera que examine los artculos de

    no$iembre de 1= # de enero de 1==16, la teora del pragmaticismo se basaba,

    originalmente, en un estudio de aquella experiencia de los fen'menos de autocontrol, que es

    com2n a todos los hombres # mujeres adultos #, hasta cierto punto, al menos, parece e$idente

    que tiene que haber estado basada siempre as. ues, el pragmaticismo retrotraera la intenci'n

    intelectual de los smbolos a las concepciones de la conducta deliberada # la conducta

    deliberada es conducta autocontrolada. Ahora bien, el control mismo puede controlarse, # el

    criticismo mismo someterse a criticismo e, idealmente, no ha# lmite definido alguno a la

    secuencia. ero si uno indaga, seriamente, sobre si es posible que una serie de esfuer%os

    actuales ha#a sido sin fin o sin principio *ahorraré al lector la discusi'n+, creo que s'lo puede

    concluirse *con una cierta $aguedad respecto de lo que constitu#e un esfuer%o+ que tiene que

    considerarse como imposible. 0e $erá que se deduce que, junto a juicios perceptuales, ha#

    creencias originales *es decir, indudables porque no están criticadas+ de un tipo recurrente #

    general, as como también inferencias acrFticas indudables.

    >. Es importante, para el lector, con$encerse de que la duda genuina tiene siempre un

    origen externo, que se plantea usualmente por sorpresa, # que es tan imposible que un hombre

    se pro$oque él mismo una duda genuina por un acto de $oluntad, como el que bastara para

    imaginarse la condici'n de un teorema matemático, como lo sera darse una genuina sorpresa

    a s mismo por un simple acto de $oluntad.

    ido también a mi lector, que crea que no me es posible poner, en estos artculos, más de

    un dos por ciento del pensamiento pertinente necesario para poder presentar el tema tal como

    lo he elaborado. 0'lo puedo hacer una peque4a selecci'n de lo que me parece oportuno

    someter a su juicio. G no s'lo he de omitir todos aquellos pasos en los que puede confiarseque el lector supla por s mismo, sino, desgraciadamente, mucho más que puede plantearle

    dificultades.

    ;

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    . Carácter  99+ Ho recuerdo que ninguno de los $iejos fil'sofos escoceses intentase

    alguna $e% hacer un listado completo de las creencias originales, si bien pensaron,

    ciertamente, en ello como algo factible, # como mu# $álido para la mente de todos los

    hombres, desde Adán hasta nuestros das. ues, en aquellos tiempos, Adán era un personaje

    hist'rico incuestionado. IC'mo poda pensarse de otra manera, antes de que alguna de lasráfagas del aire de la e$oluci'n hubiese alcan%ado aquellas costasJ Cuando empecé a escribir,

    apenas si estábamos orientados en las nue$as ideas, # mi impresi'n era que las proposiciones

    indudables cambiaban de a4o en a4o con el pensador. ice algunos estudios preparatorios

     para una in$estigaci'n sobre la rapide% de estos cambios, pero se hi%o caso omiso del tema #

    s'lo durante los 2ltimos dos a4os me ha sido posible completar una in$estigaci'n pro$isional,

    que me muestra que los cambios de generaci'n en generaci'n, aun cuando no son

    imperceptibles, incluso para un perodo tan corto, son tan le$es, que, con modificaciones

    ine$itables, pensé en adherirme a la opini'n de aquel sutil pero equilibrado intelecto que es

    &homas Keid en la cuesti'n del sentido com2n1; *as como, junto a -ant, también en relaci'n

    conla percepci'n inmediata+1?.

    =. Carácter   999+ 7os fil'sofos escoceses reconocan que las creencias originales

     participaban de la naturale%a general de los instintos, # lo mismo, al menos, es $erdad por 

    igual en las inferencias acrticas. ero, si bien, incluso ahora, sabemos poco de los instintos,

    con todo estamos mucho más familiari%ados con ellos que lo estaban los hombres del siglo

    L"999. 0abemos, por ejemplo, que en un tiempo mu# corto pueden modificarse. 7os grandes

    hechos siempre han sido conocidos tal como que el instinto raramente #erra, mientras que la

    ra%'n se equi$oca casi la mitad de las $eces, si es que no lo hace con más frecuencia. ero ha#

    una cosa que los escoceses no pudieron llegar a reconocer, # es que las creencias originales

    s'lo permanecen indudables en su aplicaci'n a los asuntos que se asemejan a los propios de

    un modo primiti$o de $ida. or ejemplo, el hecho de si los mo$imientos de los electrones

    están circunscritos a las tres dimensiones es algo abierto por completo a una duda ra%onable,

    aun cuando, desde un punto de $ista metodéutico, es bueno presumir que lo están, hasta que

    se presenta alguna e$idencia en contra. or otro lado, tan pronto como encontramos que una

    creencia muestra sntomas de ser instinti$a, aun cuando pueda parecer dudable tenemos que

    sospechar que un experimento mostrara que realmente no es as pues, en nuestra $ida

    artificial, especialmente en la de un estudioso, no ha# error más probable que elde tomar por 

    metal genuino una duda en el papel. &omemos, por ejemplo, la creencia en la criminalidad del

    incesto. 7a biologa, sin duda, testificará que su práctica no es aconsejable pero,

    seguramente, nada de lo que tenga que decir podra garanti%ar la intensidad de nuestro

    sentimiento sobre el mismo. 0in embargo, cuando consideramos el estremecimiento de horror 

    que la idea suscita en nosotros, encontramos ra%'n en ello para considerarla un instinto #, deaqu podemos inferir, que si se casaran un hermano # una hermana racionalistas se

    encontraran con que no podran desprenderse de la con$icci'n de una horrible culpa.

    odemos poner, como contraste, la creencia de que el suicidio ha# que calificarlo de

    asesinato. a# dos signos, bastante seguros, de que esto no es una creencia instinti$a. 8no,

    que está sustancialmente circunscrito al mundo cristiano. El otro, que, cuando se llega al

     punto de un autodebate real, esta creencia parece tacharse # borrarse de la mente. En réplica a

    estos poderosos argumentos, se rei$indica, como apo#os principales, la autoridad de los

     padres de la 9glesia, # el sin duda intenso apego instinti$o a la $ida. Este 2ltimo fen'meno es,

    sin embargo, absolutamente irrele$ante. ues, si es doloroso dejar la $ida, que en el peor de

    los casos tiene sus encantos, al igual que lo es sacarse una muela, con todo no ha# en elloning2n elemento moral   en absoluto. or lo que respecta a la tradici'n cristiana, puede

    explicarse por las circunstancias de la 9glesia primiti$a. ues la cristiandad, la más

    ?

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    terriblemente celosa e intolerante de las religiones *$éase El Apocalipsis, de san Muan+ 5# lo

    fue hasta que se dilu#' con la ci$ili%aci'n5 no reconoca como digna de la menor 

    consideraci'n ninguna otra moralidad que la cristiana. Ahora bien, la 9glesia primiti$a

    necesitaba de mártires, es decir, de testimonios, #, si alguien se quitaba la $ida, incurra en la

    abominable infidelidad de dejarla sin ser testimonio de su poder. Esta creencia, pues, deberaestablecerse como dudable #, apenas si proclamada como dudable, la ra%'n la estampará #a

    como falsa.

    7a escuela escocesa no parece disponer en absoluto de una distinci'n tal en relaci'n con

    los lmites de la indudabilidad, # de los consiguientes lmites de jurisdicci'n de la creencia

    original.

    B. Carácter  9"+ Con toda probabilidad la caracterstica más distinti$a del partidario del

    sentido com2n crtico, en contraposici'n al $iejo fil'sofo escocés, reside en su insistencia de

    que lo acrticamente indudable es in$ariablemente $ago.

    7os l'gicos se han confundido al dar el adi's a la $aguedad, sin siquiera anali%arla. El

     presente autor ha hecho lo más que ha podido para elaborar la estejiología *o estoijeiología+,

    crtica # metodéutica1>  de este tema, pero aqu s'lo puede dar una definici'n o dos, con

    algunas propuestas respecto de la terminologa.

    1D. Escritores estrictos han hecho, aparentemente, una distinci'n entre lo definido # lo

    determinado. 8n tema es determinado respecto de cualquier caracterstica inherente al mismo,

    o que se predica *uni$ersal # afirmati$amente+ del mismo, as como también respecto a la

    negaci'n de tal caracterstica, siendo éstos exactamentelos mismos respectos. En todos los

    demás respectos es indeterminado. 7o definido lo formularemos en seguida. 8n signo *bajo

    cu#a designaci'n sit2o a todo tipo de pensamiento, # no s'lo a signos externos+ que esté a

    cualquier respecto objeti$amente indeterminado *es decir, cu#o objeto no esté determinado

     por el signo mismo+, es objeti$amente  general  en la medida en que extiende al intérprete el

     pri$ilegio de proseguir su determinaci'n1.

     Ejemplo: El hombre es mortal. A la pregunta, Iqué hombreJ, la respuesta es que la

     proposici'n hace recaer explcitamente en ti el aplicar su aserto al hombre u hombres que

    quieras. 8n signo, que a cualquier respecto esté objeti$amente indeterminado, es

    objeti$amente vago, en la medida en que su ulterior determinaci'n queda a cargo de alg2n

    otro signo concebible, o, al menos, en la medida en que no nombra al intérprete como a su

    diputado en este oficio. Ejemplo: 8n hombre, a quien podra mencionar, parece ser un tantoengredo. 7a sugerencia aqu es que, el hombre en cuesti'n, es la persona a la que se dirige

     pero la que habla no autori%a una tal interpretaci'n, o cualquier otra aplicaci'n de lo que dice.

    uede decir también, si quiere, que no  se refiere a la persona a la que se dirige. Cada

    expresi'n, naturalmente, deja a cargo del que habla el derecho a una ulterior explicitaci'n #,

     por tanto, un signo es $ago en la medida en que está indeterminado, a menos que se haga

    general, de forma expresa, o por medio de una con$enci'n bien entendida. abitualmente,

    una predicaci'n afirmati$a abarca  generalmente  toda caracterstica esencial del predicado,

    mientras que una predicaci'n negati$a niega vagamente alguna caracterstica esencial. icho

    de otra manera, la gente honrada, de no estar bromeando, procura dar una significaci'n

    determinada a sus palabras, de manera que no ha#a en absoluto laxitud alguna de

    interpretaci'n. 7o que es tanto como decir que el carácter de lo que significan consiste en lasimplicaciones # no implicaciones de sus palabras # en que intentan fijar lo implicado # lo no

    implicado. Creen conseguirlo, # si su charla $ersa sobre la teora de los n2meros, qui%á sea

    >

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    as. ero, cuanto más se alejan sus temas de tales contenidos prescisos * presciss+1=, o

    abstractos, tanto menor es la posibilidad de que se dé una tal precisi'n de lenguaje. En la

    medida en que la implicaci'n no está determinada, se deja usualmente $aga pero, ha# casos

    en los que un desinterés en tratar cuestiones desagradables lle$a al que habla a dejar la

    determinaci'n de la implicaci'n a cargo del intérprete, como cuando uno dice: Esta criaturaes espesa, en todos los sentidos del término.

    11. Nui%ás un par de definiciones más cientficas seran que algo es  general  en la medida

    en que no se aplica al mismo el principio del tercio excluso, # que es vago en la medida en

    que no se aplica el principio de contradicci'n. As, aunque es $erdad que: 7a proposici'n que

    quieras, una vez determinada su identidad , o es falsa o es $erdadera, con todo, en tanto en

    cuanto contina indeterminada, !, por tanto, sin identidad , no necesita ser $erdad que

    cualquier proposici'n que quieras sea $erdadera, ni tampoco ser falsa. e la misma manera,

     por tanto, si bien es falso que: 8na proposici'n, cu!a identidad he determinado, es a la $e%

    $erdadera # falsa, con todo, hasta que esté determinada, puede ser $erdad que una

     proposici'n sea $erdadera # que una proposici'n sea falsa1B.

    1!. En estos respectos en que un signo no es $ago se dice que es definido, # también, con

    un modo de aplicaci'n ligeramente diferente, que es preciso, una significaci'n, ésta, debida

     probablemente a que pr"cisus se aplicaba a negaciones # refutaciones concisas!D. Este ha sido

    el sentido ordinario # arraigado de preciso desde los plantagenetas!1, # sera mucho de desear 

    que, en el dialecto de la filosofa, esta palabra, junto con sus deri$ados  precisión,  precisivo

    * precisive+!!, etc., se restringiese a este sentido. El francés dispone del $erbo  préciser   para

    expresar el acto de  precisar   *rendering precise+ *aunque usualmente s'lo con referencia a

    cantidades, datos # cosas parecidas+, que, por analoga a décider , hubiese tendio que ser 

     précider !6. IHo hubiese sido una 2til incorporaci'n a nuestra terminologa l'gica inglesa el

    adoptar el $erbo to precide para expresar el sentido general del precisarJ Huestros $iejos

    l'gicos, con saludable osada, parecen haber creado, para su propia utilidad, el $erbo

     prescindir   *to prescind +, cu#a palabra latina correspondiente significa s'lo Otrinchar O!;,

    mientras que la palabra inglesa significa suponer sin suponer complemento alguno, esté o no

    indicado de modo más o menos determinado. En geometra, por ejemplo, prescindimos la

    forma del color, que es precisamente lo mismo que abstraer el color de la forma, aun cuando

    muchos escritores empleen el $erbo abstraer como equi$alente a prescindir. ero, sea la

    in$enci'n o sea el arrojo de nuestros antepasados filos'ficos lo que se $uelca en la

    manufactura del $erbo prescindir, el hecho curioso es que en lugar de deri$ar del mismo el

    sustanti$o  prescisión  * prescission+, tomen el modelo de los l'gicos franceses al limitar la

     palabra precisi'n a su segundo uso. or la misma época *$éase Patts,  #ogic$ , 1!?, 9, $i, pp.B # ss.+!?  se introdujo el adjeti$o  precisivo  * precisive+ para significar aquello que hubiese

    estado más inequ$ocamente expresado por prescisivo * prescissive+!>. 0i queremos rescatar el

     buen na$o de la filosofa de manos de los filibusteros del mar de la literatura, para ponerlo al

    ser$i$io de la ciencia, haremos bien en mantener, por un lado, prescindir * prescind +, prescisar 

    * presciss+, prescisi'n * prescission+ # prescisi$o * prescissive+!, para referirnos a la disecci'n

    en la hip'tesis, mientras que precidir * precide+, preciso * precise+, precisi'n * precision+ #

     precisi$o * precisive+!= habrá que utili%arlos para referirse exclusi$amente a una expresi'n de

    la determinaci'n, que, o le $iene totalmente dada, o se deja libremente a cargo del intérprete.

    Colaboraremos fuertemente, as, a e$itar que la estirpe de abstracto sucumba bajo la doble

    carga de transmitir, tanto la idea de prescisi'n, como la mu# importante idea, independiente

    de la anterior, de la creaci'n de un ens rationis!B a partir de un εποζ πτεροεν6D 5por birlar lafrase, para dar un nombre a una expresi'n del pensamiento no sustanti$o5 una operaci'n que

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    ha sido tratada como objeto del ridculo 5esta abstracci'n hispostática 615 pero que da a las

    matemáticas la mitad de su fuer%a6!.

    (1!. )0e conoce como determinación66 una operaci'n que incrementa la profundidad de

    un término, sea con o sin cambio de informaci'n. En general, los textos dan abstracción comolo contrario de determinaci'n pero ellos es inadmisible. Go propondra la palabra vaciado. El

    adjeti$o abstracto, a imitaci'n del griego, se utili%' primero en latn, en relaci'n con una

    forma geométrica concebida como $aciada de materia. 8n concepto tal es intuiti$o, en el

    sentido de ser pict'rico. En el siglo "99, 9sidoro de 0e$illa define el nmero abstracto con el

    mismo sentido con el que la frase está a2n en boga 6;. ero ni abstracto, ni ninguna palabra

    afn, se identifican como términos l'gicos, hasta la proximidad de la gran disputa relati$a al

    realismo # al nominalismo durante el siglo L99, cuando la introducci'n del término

    abstracci'n puede decirse que marca el cese de la contro$ersia, si es que no es su fruto más

    importante. 7a palabra, sin apenas duda, es una traducci'n del griego αΦαιρεσιζ, si bien no

    se adujo ning2n texto griego conocido por aquel tiempo en occidente del cual se hubiese

    tomado. El significado etimol'gico es destacarse respecto de 6? esto no significa, sin embargo,como a menudo se supone, alejar la atenci'n respecto de un objeto, sino, como demuestran

     plenamente todos los primiti$os pasajes en ambas lenguas, destacar un elemento del

     pensamiento *a saber, la forma+ respecto del otro *la materia+, del que al fin se hace caso

    omiso. ero, incluso en el mismo primer pasaje, en el que abstracción aparece como término

    l'gico, se dan dos significaciones distintas del mismo, la una, la contemplaci'n de una forma

    aparte de la materia, como cuando pensamos en blancura, la otra, el pensar indifferenter  sobre

    una naturale%a, o sin referencia a las diferencias entre sus indi$iduos, como cuando pensamos

    en general en una cosa blanca6>. Este 2ltimo proceso se llama también  precisión  *o, mejor,

     prescisión+: # representara una gran contribuci'n a la diafanidad del lenguaje, # de la

    expresi'n, si $ol$iésemos al uso de los mejores doctores escolásticos # lo designásemosexclusi$amente por este nombre6, restringiendo abstracci'n para el proceso anterior, por el

    cual obtenemos nociones correspondientes a los nombres abstractos. 7os l'gicos modernos,

    especialmente los alemanes que han sido lamentablemente superficiales en sus estudios de

    l'gica, han tenido la idea de que estos nombres abstractos eran meras cuestiones gramaticales,

    en las que el l'gico no necesitaba entrar pero la $erdad es que ellas son el auténtico ner$io

    del pensamiento matemático. e ah que, en la teora moderna de las ecuaciones, la acci'n de

    cambiar un cierto n2mero de cantidades se considere por s misma como contenido de una

    operaci'n matemática, bajo el nombre de sustituci'n. As, una lnea recta, que no es más que

    una relaci'n entre puntos, se estudia, # se intu!e incluso, como una cosa distinta. 7o mejor 

    sera limitar la palabra abstracci'n a este proceso pero si no se puede persuadir a nadie de que

    lo haga as, lo mejor, entonces, es abolir completamente la palabra abstracci'n, # denominar aeste proceso  subjetivación. a# que obser$ar que los l'gicos # los psic'logos modernos,

    aunque han cambiado completamente la amplitud de la abstracci'n, habitualmente aplican el

    término, no a subjeti$aci'n, sino a prescisi'n, reteniendo, con todo, la definici'n medie$al,

    cu#a aplicaci'n iba dirigida no a este proceso 2ltimo, sino al anterior. ásicamente, definan

    abstracci'n como centrarse en una parte de la idea, haciendo caso omiso del resto. ues, la

    atenci'n, es la aplicaci'n denotati$a pura, o funci'n de amplitud del pensamiento5signo es la

     parte que juega el pensameinto en cuanto ndex. Al decir esto, desde luego, no pretendo estar 

    dando una $aloraci'n  psicológica de la atenci'n, aun cuando pueda estar con$encido de que

    la psicologa se da como algo al margen, por un lado, de la l'gica, # de la fisiologa, por otro.

    7a atenci'n es una cierta modificaci'n de los contenidos de la consciencia por referencia a un

    centro. Es ah en este centro donde ha# una fuerte reacci'n sentidos5$oluntad, que imparte a laidea la naturale%a de un ndex *$eleta, signo de correos, u otra conexi'n ciega, constricti$a

    entre pensamiento # cosa+. Ahora bien, el sujeto de una proposici'n es precisamente un tal

    =

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    ndex. e ah que, el fen'meno real de atender a una cualidad, digamos blanco, o de hacerla el

    centro del pensamiento, consiste en pensar en ella como el sujeto respecto del cual los otros

    elementos del pensamiento son atributos. ero prescisión, si se anali%a con exactitud, se $erá

    que no es un asunto de atenci'n. Ho podemos prescindir, sino s'lo distinguir el color de la

    forma. ero podemos prescindir la figura geométrica del color # la operaci'n consiste enimaginarla tan iluminada que no se pueda $islumbrar su mati% *lo que fácilmente podemos

    imaginar, mediante una exageraci'n de la experiencia familiar de la indistinti$idad de los

    matices en la oscura penumbra+. En general, la prescisi'n se reali%a siempre imaginándonos a

    nosotros mismos en situaciones en las que no se pueden $erificar ciertos elementos de hecho.

    Esta es una operaci'n diferente, # más complicada, que la de meramente atender a un

    elemento haciendo caso omiso del resto. As, si se acepta la definici'n que habitualmente se

    da de abstracci'n, como la atenci'n a una parte de una idea, haciendo caso omiso del resto, el

    término no tiene #a que aplicarse a prescisi'n, sino exclusi$amente a subjeti$aci'n.3

    16. 7a concepci'n puramente formal de que las tres afecciones de los términos,

    determinación,  generalidad  # vaguedad  forman un grupo articulante de una categora, de loque -ant llama funciones del juicio, la pasan por alto, como sin importancia, aquellos que

    tienen que aprender a2n el importante papel que los conceptos puramente formales pueden

     jugar en la filosofa. 0in detenerme a discutir esto, puede se4alarse que, en l'gica, la

    cantidad de las proposiciones, es decir, la distribuci'n del primer  sujeto6= es, o singular  *es

    decir, determinada, lo que la hace, en l'gica formal, sustancialmente despreciable+, universal 

    *es decir, general+, o  particular   *como dicen los l'gicos medie$ales, es decir, $aga o

    indefinida+. 8n hecho curioso es que en la l'gica de relaciones son el cuantificador primero #

    2ltimo los que tienen una importancia primordial. Afirmar que algo es un caballo es atribuir a

    ello todas  las caractersticas esenciales de un caballo negar que algo es un caballo es

    denegarle, $agamente, alguna o más de estas caractersticas esenciales de un caballo. a#, sin

    embargo, predicados que son inanali%ables en un estado dado de la inteligencia # de la

    experiencia. Estos están, por lo tanto, afirmados o negados de modo determinado. Keaparece

    as, el mismo grupo de conceptos. 7a afirmaci'n # la negaci'n no se encuentran afectadas en

    s mismas por estos conceptos, si bien ha# que se4alar que ha# casos en los que podemos

    tener una idea aparentemente definida de una lnea fronteri%a entre la afirmaci'n # la

    negaci'n. As, un punto de una superficie puede encontrarse en una regi'n de esta superficie,

    o fuera de ella, o en su forntera. Esto nos proporciona una concepci'n indirecta # $aga de un

    intermediario entre afirmaci'n # negaci'n, en general, #, consecuentemente, de un estado

    intermedio o naciente, entre determinaci'n e indeterminaci'n. &iene que haber una

    intermediabilidad similar entre generalidad # $aguedad. En efecto, en un artculo en el

    $olumen séptimo de %he &onist 

    6B

    , por debajo de lo que explcitamente se dice, sub#ace justamente la idea de una serie sin fin de tales intermediabilidades. @ás adelante

    encontraremos alguna aplicaci'n a estas reflexiones.

    1;. Carácter  "+ El representante del sentido com2n crtico se distingue también del $iejo

    fil'sofo escocés por el gran $alor que atribu#e a la duda, supuesto s'lo que sea el pasado #

    noble metal mismo, # no una falsificaci'n, ni un sustituti$o de papel. El no se contenta con

     preguntarse si duda o no, sino que in$enta un plan para alcan%ar la duda, elaborándolo con

    detalle, # poniéndolo entonces en práctica, aun cuando esto pueda implicarle un mes intenso

    de duro trabajo #, s'lo después de haber procedido a lo largo de un tal examen, proclamará

    una creencia como indudable. Además, reconoce plenamente que, incluso entonces, puede ser 

    que algunas de sus creencias indudables pueda probarse que sea falsa.

    B

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    1?. Carácter  "9+ El sentido com2n crtico puede, honestamente, rei$indicar este ttulo

     por dos ra%ones a saber, que, por un lado, somete cuatro opiniones a un rgido criticismo: la

    su#a propia la de la escuela escocesa la de los que basaran la l'gica, o la metafsica, en la

     psicologa, o en cualquier otra ciencia especial, la menos sotenible de todas las opiniones

    filos'ficas que ha#an estado en boga # la de -ant mientras que, por otro lado, mantienetambién una cierta rei$indicaci'n a llamarse crtica, por el hecho de no ser más que una

    modificaci'n del /antismo. El presente autor fue un /antiano puro, hasta que, por pasos

    sucesi$os, se $io arrastrado al pragmaticismo. asta que el /antiano abjure, desde el fondo de

    su cora%'n, de la proposici'n de que, por mu# indirectamente que sea, puede concebirse una

    cosa5en5s5misma *# corregir, entonces, correspondientemente, los detalles de la doctrina de

    -ant+, para encontrar que se ha transformado en un representante del sentido com2n crtico.

    -. M$dalidad $/e"ia # su/e"ia

    1>. 7a doctrina escolástica del realismo;D  es otra de las doctrinas implicadas en el

     pragmaticismo, como una consecuencia esencial de éste, pero que el presente escritor #a haba

    defendido )6D>7, ad fin3 # * 'orth American (evie), 1=1, $ol. CL999, pp. ;;B5;!+, )$ol B3

    antes de que, incluso en su propia mente, hubiese formulado el principio del pragmaticismo.

    0e la define, usualmente, como la opini'n de que ha# objetos reales que son generales,

    contándose entre ellos los modos de determinaci'n de los singulares existentes, si es que

    $erdaderamente no son estos los 2nicos objetos. ero la creencia en esto difcilmente puede

    dejar de ir acompa4ada por el reconocimiento de que también ha# objetos vagos  reales, #,

    especialmente, posibilidades reales. ues, dado que posibilidad es la negaci'n de una

    necesidad, que es un tipo de generalidad, es algo $ago como cualquier otra contradicci'n de

    algo general. Ciertamente, aquello en lo que el pragmaticismo se preocupa de insistir más es

    en la realidad de algunas posibilidades. El artculo de enero de 1==;1  intentaba saltarse este

     punto en tanto inadecuado al exotérico p2blico al que se diriga o es que, qui%ás, el autor 

    mismo oscilaba mentalmente. eca, que si se formaba un diamante en un lecho de algod'n, #

    se llegaba a consumir ah, sin que, en ning2n momento, se le hubiese presionado con ning2n

    filo o pun%'n duro, el haber dicho que este diamante era o no era duro habra sido meramente

    una cuesti'n de terminologa. 0in duda es esto $erdad, excepto en lo que respecta a la

    abominable falsedad en la palabra @EKA@EH&E, que implica que los smbolos son irreales.

    7a terminologa implica clasificaci'n # la clasificaci'n es $erdadera o falsa, # los objetos

    generales a los que se refiere, o bien son reales, en un caso, o son quimeras, en otros. ues, si

    el lector $uel$e a la máxima original del pragmaticismo, al principio de este artculo, $erá quela cuesti'n es, nola de que  sucedió, sino la de si hubiese estado bien adoptar una lnea de

    conducta, cu#o éxito dependa de si este diamante resistiría un intento de ra#arlo, o de si

    todos los otros medios l'gicos de determinar c'mo deba clasificarse llevarían a la conclusi'n

    de que, por citar las mismas palabras de este artculo, sera la creencia lo 2nico que podra

    ser el resultado de la in$estigaci'n lle$ada lo suficientemente lejos. El pragmaticismo hace

    consistir la intenci'n intelectual 2ltima de lo que se quiera en resoluciones condicionales

    concebidas, o en su sustancia #, por lo tanto, las proposiciones condicionales, junto con sus

    antecedentes hipotéticos, en las que consisten tales resoluciones, al poseer la naturale%a 2ltima

    de la significaci'n, tienen que ser susceptibles de ser $erdaderas, es decir, de expresar 

    cualquier cosa que ha#a, que sea tal como la proposici'n expresa, con independencia de que

    en todo juicio se piense que es as, o de que se represente siendo as en cualquier otro smbolode cualquier persona o personas. ero esto es tanto como decir que la posibilidad es a $eces

    de tipo real.

    1D

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    1. ara entender completamente esto será necesario anali%ar la modalidad, # a$eriguar 

    en qué consiste. En el caso más simple, la significaci'n más subjeti$a, si una persona no sabe

    que una proposici'n es falsa, la llama posible. 0i, con todo, sabe que es verdadera, es mucho

    más que posible. 0i restringimos la palabra a su aplicabilidad caracterstica, un estado de

    cosas tiene la modalidad de los posible 5es decir, de lo meramente posible5 s'lo en el caso deque el estado contradictorio de cosas sea igualmente posible, lo que prueba que la posibilidad

    es la modalidad $aga. 8no que sepa que la 8ni$ersidad de ar$ard tiene una oficina en la

    0tate 0treet de oston, # tiene la impresi'n de que es en el n2mero 6D, pero con todo

    sospecha que el n2mero es el ?D, dira: pienso que es el n2mero 6D, pero  puede ser  en el

    n2mero ?D, o,  posiblemente es en el n2mero ?D. Acto seguido, otro, que no duda de su

    memoria, puede asentir: realmente es en el n2mero ?D, o, simplemente, es en el n2mero

    ?D, o, es  en el n2mero ?D de inesse;!. A continuaci'n, la persona que ha preguntado

     primero cuál era el n2mero puede decir: ado que usted está tan seguro, tiene *ue ser  en el

    n2mero ?D, pues #o sé que la primera cifra es ?. As, dado que usted está también seguro de

    que la segunda es un D, es por lo que necesariamente es ?D. Esto quiere decir, en este tipo

    más subjeti$o de modalidad, que lo que se conoce por recuerdo directo está en el modo de laactualidad , en el modo determinado. ero cuando el conocimiento está indeterminado entre

    di$ersas alternati$as, o bien ha# un estado de cosas que es el solo que se corresponde con

    todas ellas, cuando éste está en el modo de necesidad , o ha# más de un estado de cosas que no

    exclu#e absolutamente ning2n conocimiento, cuando cada uno de éstos está en el modo de

     posibilidad .

    1=. Qtros tipos de modalidad subjeti$a se refieren a un signo o representamen que se

    supone que es $erdadero, pero que no inclu#en el conocimiento total de quién lo expresa *es

    decir, del que habla, del que escribe, del que piensa, u otro modo de simboli%ar+

    distinguiéndose los diferentes modos de manera mu# parecida a la de arriba. a# otros casos,

    sin embargo, en los que, justificadamente o no, pensamos ciertamente en la modalidad como

    objeti$a. 8n hombre puede decir: 0i quiero puedo ir a la costa. Aqu se presupone, desde

    luego, su ignorancia de c'mo decidirá actuar. ero éste no es el centro del aserto. 7a cuesti'n

    es que, al no haber tenido lugar la determinaci'n completa de la conducta en el acto, la

    ulterior determinaci'n de la misma pertenece al sujeto de la acci'n, con independencia de las

    circunstancias externas. 0i él hubiese dicho: %engo *ue  ir a donde mis jefes puedan

    en$iarme, ello implicara que la funci'n de tal ulterior determinaci'n reside en otra parte. En:

     +uedes actuar as # asá, # %ienes *ue actuar as, el puedes tiene la misma fuer%a que

    saber c'mo, excepto que, en un caso, lo que está en cuesti'n es la libertad respecto de las

    circunstancias particulares,# en el otro, la libertad respecto de una le# o edicto. e ah la

    frase,  +uedes  si  sabes cómo

    ;6

    . &engo que decir, que me resulta difcil mantener el respeto por la competencia de un fil'sofo, cu#a inspida l'gica, al no calar por bajo la superficie, le

    lle$a a considerar frases tales como tergi$ersaciones de la $erdad. As, un acto de abstracci'n

    hipostática, que en s mismo no constitu#e $iolaci'n alguna de la l'gica, aun cuando pueda

    ser procli$e a tener un aspecto de superstici'n, puede considerar, bajo el nombre de a%ar, las

    tendencias colecti$as a la $ariabilidad en el mundo, como #endo a su aire unas $eces, #

    estando dominadas, otras, por el elemento de orden de tal manera que, por ejemplo, un cajero

    supersticioso, impresionado por un mal sue4o, puede decirse a s mismo un lunes por la

    ma4ana:  +uede ser  que ha#an robado el banco. 0in duda, reconoce su ignorancia total sobre

    el asunto. ero, aparte de esto, lo que tiene en la mente es el hecho de la ausencia de cualquier 

    causa particular que proteja a su banco más que a otros de los que de cuando en cuando roban.

    iensa en la $ariedad del uni$erso como en algo $agamente análogo a la indecisi'n de una persona, tomando de esta analoga lo que constitu#e el meollo de su pensamiento. En el otro

    extremo se encuentran aquellos que proclaman, como bajo inspiraci'n *#a que no disponen de

    11

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     prueba racional alguna de lo que alegan+, que el consejo de un actuario a una compa4a de

    seguros no se basa absolutamente en nada más que en la ignorancia.

    1B. a# otro ejemplo de posibilidad objeti$a: 8n par de ra#os en intersecci'n, es decir,

    de lneas rectas ilimitadas concebidas como objetos m'$iles,  pueden;; mo$erse sin dejar deinterseccionarse, de manera que la tra#ectoria de cada uno de ellos abarcará por completo el

    mismo # 2nico hiperboloide. IC'mo interpretaremos esto, recordando que el objeto del que

    se habla, el par de ra#os, es una pura creaci'n de la imaginaci'n del que se manifiesta, aun

    cuando se requiera *# se fuerce+ a conformarse a las le#es del espacioJ A unas mentes les

    satisfará más una interpretaci'n más subjeti$a, o nominalista, a otras una más objeti$a o

    realista. ero, ha# que reconocer, en todo caso, que, cualquiera que sea el grado o tipo de

    realidad que posea el espacio puro, lo posee la sustancia de esta proposici'n, #a que ésta

    expresa meramente una propiedad del espacio.

    !D. Consideremos, ahora, el caso de aquel diamante que, cristali%ado en un cojn de

    algod'n de jo#ero;?, se consume, accidentalmente, por el fuego, antes de que hubiese tenidotiempo de llegar el crsital de corind'n que haba sido en$iado, #, en efecto, sin haber sido

    sometido a ninguna otra presi'n que la de la atm'sfera # la de su propio peso. 7a cuesti'n es:

    Iera aquel diamante realmente duroJ Es cierto que no haba ning2n hecho actual  discernible

    que determinase que fuera as. ero, Ino es, sin embargo, su dure%a un hecho real J ecir,

    como pareca pretender el artculo de enero de 1==;>, que es justo as como un arbitrario uso

    del lenguaje elige organi%ar sus pensamientos, es tanto como tomar partido contra la realidad

    de la cualidad, dado que lo real es aquello que es tal cual es, con independencia de c'mo se

     piense en cualquier momento que es. Kecordemos que esta condici'n del diamante no es un

    hecho aislado. Ho existe una cosa tal un hecho aislado difcilmente podra ser real. Es una

     parte inseparable, aunque prescisa, del hecho unitario de la naturale%a. 0er un diamante, era

    una masa de carb'n puro, con la forma de un cristal más o menos transparente *quebradi%o, #

    de fácil fragmentaci'n octaedral, a menos de que se trate de una $ariedad desconocida+, que,

    de no estar tallado de una de las maneras en que pueden tallarse los diamantes, adopta la

    forma de un octaedro, aparentemente regular *no necesito entrar en detalles+, de cantos

    estriados, # probablemente con algunas caras cur$as. 0in necesidad de someterlo a presi'n

    alguna considerable, podra comprobarse que es insoluble, # altamente refractario, que

    muestra bajo los ra#os del radio *# qui%á bajo la lu% negra # los ra#os L+ una peculiar 

    fosforescencia a%ulada, teniendo una densidad especfica tan alta como el rejalgar o el

    oropimente, # desprendiendo durante su combusti'n menos calor que cualquier otra forma de

    carb'n. 0e cree que la dure%a es inseparable de algunas de estas propiedades. ues, al igual

    que aquélla, éstas anuncian la alta polameri%aci'n de la molécula. ero, con independencia delo que esto pueda ser, Ic'mo puede dejat de insinuar la dure%a de todos los otros diamantes

    alguna relaci'n real entre ellos, sin la cual un tro%o de carb'n dejara de ser un diamanteJ IHo

    resulta una per$ersi'n monstruosa de la palabra, # del concepto real , decir que el accidente de

    no llegar el corind'n impeda que la dure%a del diamante tu$iese la realidad que de otro modo,

    casi sin duda, hubiese tenidoJ

    A la $e%, tenemos que descartar la idea de que el oculto estado de cosas *sea ello una

    relaci'n entre átomos u otra cosa+, que constitu#e la realidad de la dure%a de un diamante,

     pueda posiblemente consistir en algo que no sea la $erdad de la proposici'n condicional

    general. ues, Ia qué otra cosa se refiere toda la ense4an%a de la qumica sino al

    comportamiento de diferentes posibles tipos de sustancia materialJ G, Ien qué consiste estecomportamiento, sino en que si una sustancia de un cierto tipo estu$iese expuesta a un cierto

    tipo de agente se seguira, de acuerdo a nuestras experiencias hasta el momento, un cierto tipo

    1!

  • 8/18/2019 Peirce Charles S - Temas Del Pragmaticismo

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    de resultado sensibleJ En lo que respecta al pragmaticista, su posici'n es precisamente la de

    que no puede significarse nada más que esto al decirse que un objeto posee una caracterstica.

    Está por tanto obligado a suscribir la doctrina de una modalidad real, inclu#endo necesidad

    real # posibilidad real.

    !1. 8na buena pregunta, con objeto de ilustrar la naturale%a del pragmaticismo, es: INué

    es el tiempoJ Ho se trata de abordar aquellos problemas más difciles, relacionados con la

     psicologa, la epistemologa, o la metafsica del tiempo, si bien, tal como tiene que ser, de

    acuerdo a lo dicho, ha# que dar por sentado que el tiempo es real. 0e in$ita, 2nicamente, al

    lector a plantearse la cuesti'n más humilde de qué es lo que significamos por tiempo, # no por 

    cualquier otro tipo de significaci'n atribuida al pasado, al presente, o al futuro. A estas tres

    determinaciones generales del tiempo se asocian ciertos sentimientos peculiares pero a estos

    $amos a dejarlos cuidadosamente al margen. a# que reconocer que es ineludible el

    relacionar los acontecimientos al tiempo pero, no $amos a discutir aqu lo relati$o a c'mo

     puede diferenciarse esto de otros tipos de inelubilidad. 7a cuesti'n a considerar es

    simplemente: ICuál es la intenci'n intelectual del pasado, presente # futuroJ 0'lo podemostratarla con la ma#or bre$edad.

    !!. Nue el tiempo es una $ariedad particular de la modalidad objeti$a es demasiado

    ob$io como para necesitar argumentaci'n. El pasado consta de la suma de  faits accomplis, #

    este acabamiento es el modo existencial del tiempo. ues el pasado nos afecta realmente, #

    ello, en absoluto a la manera en que nos afecta una le# o principio, sino, precisamente, a la de

    c'mo afecta un objeto existente. or ejemplo, cuando estalla en los cielos una nova stella, ésta

    afecta a nuestros ojos tanto como lo hara un ligero palmoteo de nuestros manos en la

    oscuridad #, con todo, es un acontecimiento que ha tenido lugar antes de que se constru#esen

    las pirámides. 8n ne'fito puede se4alar que su llegada a nuestros ojos, que es todo lo que

    sabemos, no tiene lugar más que una fracci'n de segundo antes de que lo sepamos. ero, un

    instante de reflexi'n le mostrará que está perdiendo de $ista la cuesti'n, que no es la de si el

    distante pasado puede afectarnos inmediatamente, sino la de si nos afecta tal como lo hace

    cualquier existente. El caso aducido *ciertamente, un hecho que es bastante un lugar com2n+

     prueba conclu#entemente que el modo del pasado es el de actualidad. Hada de esto es $erdad

    del futuro, para cu#o entendimiento es indispensable que el lector se desprenda de su

    necesarismo; 5en el mejor de los casos, nada más que una teora cientfica5 # $uel$a al estado

    de naturale%a del sentido com2n. IHunca te dices a ti mismo: é cómo hacer esto o aquello lo

    mismo ho# que ma4anaJ &u necesarismo es una pseudocreencia te'rica 5una creencia para

    hacer5creer5 de que tal frase no expresa la $erdad real. 0ir$e s'lo para seguir proclamando la

    irrealidad de aquel tiempo, del cual, sea realidad o ficci'n, se te in$ita a considerar elsignificado. Ho necesitas tener miedo de comprometer tu apreciada teora por el hecho de

    mirar por sus aberturas. 0ea, en teora, $erdadera o no, la concepci'n simple es la de que, en

    el futuro, todo está, o destinado, es decir, dado #a necesariamente, o indecidido, el futuro

    contingente de Arist'teles. En otras palabras, no es actual, #a que no act2a, excepto a tra$és

    de la idea del mismo, es decir, tal como act2a una le# pero, o es necesario, o posible, lo cual

     pertenece al mismo modo, #a que *como se4alamos arriba+ la negaci'n, al estar fuera de la

    caetgora de modalidad, no puede producir una $ariaci'n en la modalidad. or lo que respecta

    al instante presente, es tan inescrutable, que me pregunto si es que no ha habido ning2n

    escéptico que ha#a atacado alguna $e% su realidad. @e puedo imaginar a uno de ellos

    mojando su pluma en su más negra tinta para dar comien%o al asalto, #, de repente, entonces,

    reflexionar que toda su $ida está en el presente 5el presente $i$iente, tal como lo llamamos,este instante en el que tienen su final todos los miedos # esperan%as relati$as al mismo, esta

    16

  • 8/18/2019 Peirce Charles S - Temas Del Pragmaticismo

    14/23

    muerte $i$iente en la que nacemos de nue$o. Es simplemente aquel estado naciente entre lo

    determinado # lo indeterminado al que aludimos antes.

    !6. El pragmaticismo consiste en mantener que la intenci'n de cualquier concepto es la

    repercusi'n que se concibe que tiene en nuestra conducta. IC'mo repercute, pues, el pasadoen nuestra conductaJ 7a respuesta es e$idente por s misma: siempre que nos proponemos

    hacer algo partimos dequot, basamos nuestra conducta en hechos #a conocidos, #, éstos,

    s'lo los podemos sacar de nuestra memoria. Es $erdad que a este prop'sito podemos

    establecer una nue$a in$estigaci'n pero, sus descubrimientos seran aplicables a la conducta

    s'lo después de haber sido hechos # de haber sido reducidos a una máxima de la memoria. En

    suma, el pasado es el dep'sito de todo nuestro conocimiento.

    Cuando decimos que sabemos queexiste un cierto estdo de cosas queremos decir que

    sola existir, bien sea justo el tiempo suficiente para que los mensajes lleguen al cerebro, #

    sean retransmitidos a la lengua, o a la pluma, o bien desde tiempo atrás. or lo tanto, desde

    cualquier punto de $ista del que contemplemos el pasado, éste aparece como el modoexistencial del tiempo.

    !;. IC'mo repercute el futuro en nuestra conductaJ 7a respuesta es que los hechos

    futuros son los 2nicos hechos que, en cierta medida, podemos controlar # todo lo que pueda

    darse en el futuro que no sea sometible a control, son las cosas que, bajo circunstancias

    fa$orables,  seremos, o  seríamos  capaces de inferir. Con todo, con independencia de lo

    fa$orables que puedan ser las circunstancias, pueden haber cuestiones en relaci'n a las cuales

    el péndulo de la opini'n no cesara nunca de oscilar. ero, si es as, ipso facto éstas no son

    cuestiones reales, lo que es tanto como decir que son cuestiones a las que no puede darse

    ninguna respuesta $erdadera. Al sacar una conclusi'n, o al afirmar una consecuencia, es

    natural utili%ar el futuro gramatical *# el modo condicional no es más que un futuro

    sua$i%ado+. 0i en un plano dos lneas rectas ilimitadas # cru%adas por una tercera suman...

    entonces estas lneas rectas se encontrarán por el lado, etc. Ho puede negarse que inferencias

    acrticas pueden referirse al pasado en su capacidad como pasado pero, de acuerdo al

     pragmaticismo, la conclusi'n de un poder de ra%onar tiene que referirse al futuro. ues, su

    significaci'n se refiere a la conducta, #, dado que es una conclusi'n ra%onada, tiene que

    referirse a la conducta deliberada, que es conducta controlable. ero la 2nica conducta

    controlable es la conducta futura. or lo que respecta a aquella parte del pasado que se

    encuentra más allá de la memoria, la doctrina pragmaticista es la de que la significaci'n de

    que se crea que está en conexi'n con el pasado consiste en la aceptaci'n, como $erdad, de la

    concepci'n de que nos debemos comportar conforme a la misma *igual que la significaci'n decualquier otra creencia+. or tanto, la creencia de que Crist'bal Col'n descubri' América se

    refiere en realidad al futuro. a# que reconocer que es más difcil dar cuenta de creencias que

    se apo#an en la doble e$idencia, la de la memoria débil, pero directa, # la inferencia racional.

    7a dificultad no parece insuperable pero ha# que pasarla por alto.

    !?. ICuál es la repercusi'n del instante presente en la conductaJ 7a introspecci'n ;= es,

     por completo, una cuesti'n de inferencia. 8no, sin duda, es consciente de forma inmediata de

    sus sentimientos pero no de que sean sentimientos de un ego. El mí-mismo  * self +;B s'lo se

    infiere. En el presente no ha# tiempo en absoluto para inferencia alguna, #, menos que nada,

     para una inferencia relati$a a este mismo instante. En consecuencia, elobjeto presente tiene

    que ser un objeto externo, si es que tiene que haber alguna referencia objeti$a en el mismo. 7aactitud del presente es, o conati$a, o percepti$a. 0uponiendo que sea percepti$a, la percepcion

    tiene que ser conocida inmediatamente como externa 5no ciertamente en el sentido en que una

    1;

  • 8/18/2019 Peirce Charles S - Temas Del Pragmaticismo

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    alucinaci'n no es externa, sino en el de estar presente con independecia de la $oluntad o deseo

    del que percibe. Ahora bien, este tipo de externalidad es externalidad conati$a.

    Consecuentemente, la actitud del instante presente *de acuerdo al testimonio del sentido

    com2n, que es el que simplemente se adopta de principio a fin+ s'lo puede ser una actitud

    conati$a. 7a conciencia del presente es, pues, la de una lucha por lo que será #, por tanto,salimos de su estudio con una creencia confirmada de que es el estado naciente de lo actual.

    !>. IC'mo se distingue sin embargo la modalidad temporal de otra modalidad objeti$aJ

    esde luego, por ninguna caracterstica general, #a que el tiempo es 2nico #  sui generis. En

    otras palabras, ha# s'lo un tiempo. Apenas si se la ha prestado la suficiente atenci'n a la

    incomparable $erdad de esto para el tiempo, en comparaci'n con su $erdad para el espacio. El

    tiempo, por lo tanto, s'lo puede identificarse por bruta compulsi'n. ero no $amos a seguir 

    más.

    &raducci'n de Mosé "ericat

    $"as

     '. del E./ Keproducido con el permiso de Mosé "ericat. Esta traducci'n está publicada

    en Charles . +eirce. El hombre, un signo, Crtica, arcelona 1B==, pp. !!;5!?D. &emas del

     pragmaticismo apareci' en %he &onist  *1?, ;=15;BB, 1BD?+, # es el segundo artculo de una

    serie de tres sobre el pragmaticismo, de la cual el primero es INué es el pragmaticismoJ*$ol. " de los C+, # el tercero roleg'menos para una apologa a fa$or del pragmaticismo

    *$ol. 9" de los C+. Aparece ahora publicado como cap. "99, del libro 99 *Artculos

     publicados+ del $ol. " de los C *R R ;6=5;>6, pp. !B65616+, la titulaci'n de los distintos

     parágrafos es de los editores de los C.

    1. Cf. el parágrafo 1? del artculo anterior )C'mo esclarecer nuestras ideas3, # la nota =

    del mismo )nota ! en esta $ersi'n electr'nica3.

    -.  +opular cience &onthl!, L99, de enero de 1==, p. !B6. Abre el $olumen un artculo

    introductorio, en el n2mero de no$iembre de 1=.

    2. asta cierto punto eirce entiende la semiótica *la doctrina de la naturale%a esencial #

    de las $ariedades fundamentales de la semiosis posible+*C ?. ;==+ como una suerte de

    l'gica de los signos *C !. !!+, #, por tanto, clasificatoria *cf., por ejemplo, entre otros, su

    escrito Qn the Hatural Classification of Arguments, C, !. ;>1 ss.+. 0obre este tema insisten

    en la 0ntroduction *pp. L"99 ss.+ los editores de la Chronological Edition. e ah que eirce

    constitu#a su  faneroscopia, cla$e de su sistema de categoras, bajo el modelo de la

    combinatoria qumica *C 1. !== ss.+ # que sean sus in$estigaciones en la l'gica de

    relaciones las que le ha#an mostrado que en un aspecto las combinaciones de conceptos

    exhben una considerable analoga con las combinaciones qumicas teniendo todo concepto

    una $alencia estricta *C ?. ;>B+. e hecho, tal como se refleja en  &! #ife *Chronological 

     Edition, p. !+ la qumica, en tanto ciencia experimental # clasificatoria, fue decisi$a en suformaci'n inicial, #a que, seg2n dice, a los once a4os escribi' una  1istoria de la 2uímica,

    1?

  • 8/18/2019 Peirce Charles S - Temas Del Pragmaticismo

    16/23

    que no se ha encontrado. A este respecto, el libro de M. A. 0tSc/hardt,  3ie chule der Chemie,

    forma parte del n2cleo fundamental de obras que contribu#eron a su formaci'n.

    3. eirce se $ale de pragmaticismo para diferenciarse de los desarrollos del pragmatismo

    que están teniendo lugar desde la in$enci'n por él de este nombre *C ?. ;1;+. Cf. también n.= )n. ! en esta $ersi'n electr'nica3 del cap. "9. )C'mo esclarecer nuestras ideas3

    5.  7o que eirce entiende por razonamiento  empie%a propiamente cuando so#

    consciente de que el juicio que estable%co es el efecto en mi mente de un cierto juicio que

    haba formado antes *C . ;?B+. A este respecto, es falso decir que el ra%onamiento tiene

    que basarse en primeros principios o en hechos 2ltimos. ues no podemos reabrir lo que

    somos incapaces de poner en duda, si bien no sera filos'fico suponer que alg2n hecho nunca

    será cuestionado *C . 6!!+. El ra%onamiento, por tanto, empie%a por premisas que se

    adoptan como perceptos representantes, o generali%aciones de tales perceptos *C !. 6+.

    4. El tercer artculo publicado fue rolegomena para una apologa del pragmatismo*$ol. ;, libro 99, cap. > pero $éase n. ? del presente artculo, # C ?. ?;B5??;+ *Hota de los

    editores de los C+.

    . Expresi'n no escrita, perteneciente a la ense4an%a oral, que de hecho constitu#e una

    crtica a la teora de Mean uridan *s. L9" autor de un comentario a la l'gica de Qc/ham+

    sobre las relaciones entre la ra%'n # la $oluntad, por la que se alude ir'nicamente al hecho de

    que el hombre puede quedar bloqueado en su $oluntad ante la indecisi'n de la ra%'n frente a

    dos alternati$as iguales, como el burro que muere de inanici'n ante dos idénticos haces de

    forraje.

    . Cf. parágrafo del cap. "9. )C'mo esclarecer nuestras ideas3

    9.  eirce entiende por  sinejismo la tendencia filos'fica que insiste sobre la idea de

    continuidad como de primera importancia... #, en particular, sobre la necesidad de hip'tesis

    que impliquen $erdadera continuidad *C >. 1>B+. Cf. 7a le# de la mente en esta selecci'n.

    En relaci'n con ello, eirce defiende la idea de la  percepción inmediata, mantenida, a su

     parecer, por Keid # -ant *# también 0coto+, que corresponde a la $erdadera naturale%a del

    dualismo, necesaria para captar cogniti$amente una relación *la terceridad+ lo que escapa a

    la tradici'n nominalista, en la que sit2a como máxima representaci'n al cartesianismo *Cp ?.

    ?>+ pero que abarcara tanto a Qc/ham como a egel, # toda forma de idealismo.

    10. ero $er los experimentos de M. MastroT # mos 0obre ligeras *peque4as+ diferencias

    de la sensaci'n, en las &emoirs of the 'ational Academ! of ciences, $ol. 999 *1==;, pp. 15

    11+*C . !15;=+.

    11.  Argumentación o argumento, cu#a significaci'n l'gica se estableci' en los tribunales

    romanos *C !. ;>1, n. 1+, denota un cuerpo de premisas consideradas como tales

    premisa se refiere a algo expuesto en forma permanente # comunicable de expresi'n o en

    alg2n tiempo imaginario, pero, en ning2n modo, s'lo como algo virtualmente contenido en

    lo que se dice o piensa *C !. ;>1+. Cf. 7a tricotoma de los argumentos, cap. 9" de esta

    selecci'n, as como n. 1 del cap. ". )7a fijaci'n de la creencia3

    1-.  3e civitate 3ei, L9, !>: ... pero si cuando se nos pregunta c'mo justificar esta

    inferencia, s'lo podemosdecir que nos sentimos compelidos  a  pensar   esto, dado que si

    1>

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     pensamos, somos, esta inferencia acrtica no dbe llamarse ra%onamiento, #a que éste, como

    mnimo, concibe que su inferencia es de una clase generla de inferencias posibles sobre un

    mismo modelo, # todas igualmente $álidas *C >. ;B=+.

    12. 7a fijaci'n de la creencia # C'mo esclarecer nuestras ideas, los dos anteriores deesta selecci'n.

    13. 0i bien eirce considera que se diferencia de Keid en que critica el método crtico,

    sigue sus huellas, # laspersigue hasta su guarida *C ?. ?!6+.

    15. eseo poder confiar, después de terminar un trabajo más difcil, en ser capa% de

    resumir este estudio, e ir al fondo del tema, lo que necesita la cualificaci'n de la edad, # no

    requiere de la fuer%a de la ju$entud. Es necesaria una amplia gama de lecturas pues lo que

    ha# que estudiar es la creencia que los hombres delatan, # no la que ostentan. )Ho ha sido

    encontrado un tal estudio. *Hota de los editores de los C+.3

    14.  Estoijeiología  5del griego ρτοιχειον  *OelementoO+, teora de las partes o procesoselementales de la l'gica5 $iene a coincidir con lo que eirce llama 4ramática especulativa, o

    teora general de la naturale%a # significados de los signos. Crítica es la que clasifica los

    argumentos # determina la $alide% # grado de fuer%a de cada uno de ellos. G metodéutica

    estudia los métodos que deben utili%arse en la in$estigaci'n, en la exposici'n # en la

    aplicaci'n de la $erdad *C 1. 1B1+.

    1. amilton # otros pocos l'gicos entendieron el tema de una proposici'n uni$ersal en

    el sentido colecti$o pero toda persona $ersada en l'gica está familiari%ada con muchos

     pasajes en los que los principales l'gicos explican, con una iteraci'n que sera superflua sitodos los lectores fuesen inteligentes, que un tal tema es distributi$amente, # no

    colecti$amente general?D. 8n término que denota una colecci'n es singular, # un tal término es

    una abstracci'n, o producto de la operaci'n de la abstracci'n hipostásica, tan

    $erdaderamente como es el nombre de la esencia. Especie humana es por igual una

    abstracci'n # ens rationis como es humanidad. En efecto, todo objeto de un concepto, o es

    un indi$idual signado, o es alg2n tipo de indi$idual indeterminado. 7os nombres, en plural,

    son usualmente distributi$os # generales los nombres comunes, en singular, son usualmente

    indefinidos.

    1.  El problema sera análogo en el castellano, donde  preciso, para mantener 

    inequ$ocamente, en la lnea de  prescindir   *lat.: ante-scindere santa &eresa: separar mentalmente+, el significado de abstracto, separado *por ejemplo, ... preciso o cortado

    del tronco de la 9glesia ...,  3iccionario de Autoridades, @adrid, 16+ debiera haberse

    conser$ado como pre-sciso.

    19. Estas obser$aciones requieren a4adir algo. 7a determinaci'n ?1, en general, no está en

    absoluto definida # el intento de definir la determinaci'n de un tema respecto de una

    caracterstica s'lo abarca *o parece s'lo abarcar+ la determinaci'n proposicional explcita. 7a

    obser$aci'n incidental )1D3, relati$a a que las palabras cu#o significado debera ser 

    determinado no dejaran laxitud alguna de interpretaci'n, es más satisfactoria, dado que el

    contexto deja claro que no tiene que haber una tal laxitud, ni para el intérprete, ni para el que

    se expresa. 7a explicitud de las palabras no dejara, al que se expresa, lugar alguno paraexplanaciones de su significado. Esta definici'n tiene la $entaja de ser aplicable a un

    mandato, a un prop'sito, a una forma sustancial medie$al en suma, a todo lo que es

    1

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    susceptible de indeterminaci'n. *Nue todo lo indeterminado tiene la naturale%a del signo

     puede probarse inducti$amente imaginando # anali%ando ejemplos de la más absurda

    descripci'n. As, la indeterminaci'n de un acontecimiento que sucediese por puro a%ar, sin

    causa,  sua sponte, como decan mitol'gicamente los romanos,  spontanement   en francés

    *como si lo hacho por el mo$imiento propio fuese seguro a ser irracional+, no pertenece alacontecimiento 5digamos, una explosi'n5 per se, o en tanto explosi'n. Hi lo es en $irtud de

    ninguna relaci'n real: lo es en $irtud de una relaci'n de ra%'n. Ahora bien, lo que es

    $erdadero en $irtud de una relaci'n de ra%'n es representati$o, es decir, tiene la naturale%a de

    un signo. 8na consideraci'n similar se aplica a los disparos # estallidos indiscriminados de

    una batalla campal de -entuc/#.+ 9ncluso un acontecimiento futuro s'lo puede determinarse

    en la medida en que es un consecuente. Ahora bien, el concepto de consecuente es un

    concepto l'gico. 0e deri$a del concepto de conclusi'n de un argumento. ero un argumento

    es un signo de la $erdad de su conclusi'n su conclusi'n es la interpretación  racional del

    signo?!. Esto es en el espritu de la doctrina /antiana de que los conceptos metafsicos son

    conceptos l'gicos aplicados, de alguna manera, de modo diferente a su aplicaci'n l'gica. 7a

    diferencia, sin embargo, no es realmente tan grande como -ant representa que es, # comoestaba él obligado a representar que es, debido a que confunde en casi todos los casos los

    correspondientes l'gicos # los metafsicos.

    Qtra $entaja de esta definici'n es que nos e$ita el disparate de pensar que un signo es

    indeterminado, simplemente por haber muchas cosas a las que no hace referencia alguna que,

     por ejemplo, decir: C. 0. eirce escribi' este artculo es indeterminado porque no dice cuál

    era el color de la tinta utili%ada, quién hi%o la tinta, qué edad tena el padre del que hi%o la

    tinta cuando naci' su hijo, ni cuál era el aspecto de los planetas cuando naci' el padre. Al

    hacer girar la definici'n en torno a la interpretaci'n queda excluido todo esto.

    A la $e%, es tolerablemente e$idente que la definici'n, tal como está, no es

    suficientemente explcita, #, es más, que en el estado presente de nuestra indagaci'n no puede

    llegar a ser totalmente satisfactoria. ues, Icuál es la interpretaci'n a la que se aludeJ ara

    responder a ello de modo con$incente habra que establecer o que refutar la doctrina del

     pragmaticismo. Con todo, ha# que hacer a2n algunas explicaciones. &odo signo tiene un 2nico

    objeto, aunque este 2nico objeto pueda ser un 2nico conjunto, o un 2nico continuo de objetos.

     Hinguna descripci'n general puede identificar un objeto. ero el sentido com2n del intérprete

    del signo la asegurará que el objeto tiene que ser uno de una colecci'n limitada de objetos.

    0upongamos, por ejemplo, que dos ingleses se encuentran en el $ag'n de un tren continental.

    El n2mero total de temas sobre los que ha# alguna apreciable probabilidad de que uno hable

    al otro no excede qui%á de un mill'n # cada uno tendrá, qui%á, la mitad de este mill'n no mu# por debajo de la consciencia, de manera que cada uno de ellos está dispuesto a emerger por s

    mismo. 0i uno menciona a Carlos 99, el otro no necesita considerar a que posible Carlos 99 se

    refiere. 0in duda alguna se trata del inglés Carlos 99. Carlos 99 de 9nglaterra fue un hombre

    completamente diferente en los diferentes das # puede afirmarse que sin una ma#or 

    especificaci'n el tema no está identificado. ero el prop'sito de los dos ingleses no es el de

    entrar en sutilidades en su charla # la laxitud de interpretaci'n que constitu#e la

    indeterminancia de un signo tiene que entenderse como una laxitud que ha de afectar al logro

    de un prop'sito. ues dos signos, cu#os significados, a todos los prop'sitos posibles, son

    equi$alentes, son absolutamente equi$alentes. Este, desde luego, es rancio pragmatismo pues

    un prop'sito es una afecci'n de la acci'n.

    7o que se ha dicho de los temas es igualmente $erdad de los predicados. 0upongamos

    que la charla de nuestra pareja de ingleses discurre sobre el color del cabello de Carlos 99.

    1=

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    Ahora bien, se sabe que retinas diferentes $en los colores totalmente diferentes. Es totalmente

     probable que el sentido cromático sea mucho más $ariado de lo que se sabe positi$amente que

    es. Es mu# improbable que ninguno de los dos $iajeros esté ejercitado en obser$ar colores, o

    sea un maestro en su nomenclatura. ero si uno dice que Carlos 99 tena un cabello casta4o

    oscuro, el otro lo entenderá con la suficiente total precisi'n a todos los prop'sitos posibles #será una predicaci'n determinada.

    7as obser$aciones de octubre )es decir, las del artculo de arriba3 hacan una distinci'n

    adecuada entre dos tipos de indeterminancia, a saber: indefinidad # generalidad, de los que, el

     primero, consiste en no expresarse lo suficiente el signo como para permitir una interpretaci'n

    determinada indudable, mientras que el segundo cede al intérprete el derecho a completar la

    indeterminaci'n como guste. arece una cosa extra4a, cuando uno se pone a reflexionar sobre

    ello, que un signo deje en manos del intérprete el suministrar una parte de su significado pero

    la explicaci'n del fen'meno reside en el hecho de que el uni$erso entero 5no meramente el

    uni$erso de los existentes, sino todo aquel uni$erso más amplio, que abarca como una parte

    del uni$erso de los existentes, el uni$erso al que estamos acostumbrados todos a referirnoscomo la $erdad5 está plagado de signos, si es que no está compuesto exclusi$amente de

    signos. Qbser$emos esto de paso por la repercusi'n en la cuesti'n del pragmaticismo.

    7as obser$aciones de octubre, en aras de la bre$edad, omitan mencionar que ambas, la

    indefinidad # la generalidad, pueden afectar primariamente, bien la amplitud, bien la

     profundidad l'gica del signo al que pertenecen?6. Es pertinente hacer notar esto ahora. Cuando

    hablamos de la profundidad, o significaci'n, de un signo estamos acudiendo a la abstracci'n

    hipostática?;, aquel proceso por el que consideramos el pensamiento como una cosa, por el

    que hacemos a un signo interpretante el objeto de un signo??. esde la semana mortal de

    @oliUre?> ello ha sido objeto de ridculo, # la profundidad de un escritor de filosofa puede

    tonificarse por su disposici'n a bromear sobre las bases de la inhibici'n $oluntaria, que es la

     principal caracterstica de la ra%a humana. ues los pensadores cautos no se aprestarán a

    ridiculi%ar un modo de pensar, que e$identemente está fundado en la obser$aci'n 5a saber, en

    la obser$aci'n de un signo. En cualquier caso, siempre que hablamos de un predicado

    estamos respresentando un pensamiento como una cosa, como una substantia, dado que los

    conceptos de substancia # sujeto son uno, siendo sus concomitantes s'lo diferentes en los dso

    casos. Es necesario obser$ar esto en el contexto presente, porque, de no ser por la abstracci'n

    hipostática, no podra haber generalidad alguna de un predicado, dado que un signo que haga

    a su intérprete diputado para determinar su significaci'n a su gusto no significara nada, a

    menos que nada sea su significado *de ases del pragmaticismo, 1BD>+.

    -0. Este es uno de los sentidos que le reconoce el  3iccionario de Autoridades.

    -1. 7os lantagenet integran la rama dinástica que abarca desde Enrique 99 *11?;511=B+

    hasta Kicardo 99, en 16BB. Este perodo consitu#e para eirce un reiterado punto de referencia

    en su comprensi'nde la historia de la ciencia, caracteri%ado por la turbulencia poltica # los

    intereses meramente prácticos. espués de dicho perodo se inicia el desarrollo cultural #

    cientfico en 9nglaterra.

    --.  El de  praecisio  *actus praecidendi, recesio, αποτοµη+, en sentido figurado:separaci'n de un cuerpo de otro *"itru$io+ *A. Vorcellini,  #e5ico totius #atinitatis, adua,

    1=;D+.

    -2. el lat. precidere *OcercenarO+.

    1B

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    -3.  +raescindere equi$aldra as a concidere en alemán: vorschneiden *Carolo ufresne,

    4lossarium &ediae et infimae #atinitatis, ars, 1=;?+.

    -5. ero desgraciadamente no le ha sido posible al autor consultar el 65ford 3ictionar!

    en relaci'n a estas palabras de manera que, probablemente, algunas de las afirmaciones deltexto pueden corregirse con a#uda de esta obra.

    -4.  eri$aci'n ésta en la lnea de incisivo, decisivo, etc., pero que no se estila en

    castellano ni como precisivo ni como prescisivo.

    -. eri$ados del lat. praescindere.

    -. eri$ados del lat. praecidere.

    -9.  ... ens rationis, abstracci'n, o sujeto ficticio... que es indi$idual, # por medio del

    cual podemos transformar proposiciones uni$ersales en singulares *C >. 6=!+.

    20. eirce se $ale de esta f'rmula homérica 5εποσ πτεροεν *Opalabra aladaO+5, con la que

    omero caracteri%a su propia narrati$a heroica, # que se encuentra en el origen de las

    metáforas que expresan comparationes inter aves et verbo *Pac/ernagel, Mubelschrift,

    asilea, 1=>D+, contraponiéndola a εποσ απτεροεν, para expresar lo que $endra a ser la polaridad entre el lenguaje natural # el lenguaje conceptual, #, especficamente, la

    caracteri%aci'n del proceso de abstracción  5que, para eirce, si bien está $inculado al de

    generali%aci'n, no es en absoluto idéntico a éste. ara eirce,  generalizar  es simplemente

    omitir algo que se está acostumbrado a insertar en un teorema, # que es perfectamente

    irrele$ante mientras que abstraer  consistira en captar algo que ha sido concebido como unεποσ πτεροεν, como un significado sobre el que no se insiste, pero a tra$és del cual se

    discierne alguna otra cosa, para con$ertirlo en un εποσ απτεροεν, en un significado al quenos atenemos como tema principal de discurso. A este respecto, abstraer  sera una operaci'n

    más caracterstica del ra%onamiento matemático, en el sentido de que éste concibe una

    operaci'n como algo sobre lo que ha# que operar lo que $endra a responder a la idea de

    lenguaje objeto # metalenguaje, en contraposici'n a la de lenguaje cotidiano o natural *C 1.

    =! ss.+.

    21.  El mecanismo de hip'stasis de operar sobre la operaci'n: una colección  es una

    abstracci'n hipostática, o ens rationis, ...multitud  es la abstracci'n hipostática deri$ada de un

     predicado de una colecci'n, #... un nmero cardinal   es una abstracci'n atribuida a unamultitud. As, un nmero ordinal  es una abstracci'n atribuida a un lugar , que, a su $e%, es una

    abstracci'n hipostática de una caracterstica relacional de una unidad de una serie, siendo esta

    misma, de nue$o, una abstracci'n *C ?. ?6;+. Cf. notas 1? # 1 del autor en este escrito.

    2-. 7a abstracci'n matemática la entiende eirce en el sentido de una construcci'n de

    hip'tesis, pero con independencia de que éstas se correspondan o no con la realidad. 7as

    hip'tesis del matemático son creaturas de su propia imaginaci'n, en las que descubre

    relaciones que con frecuencia le sorprenden pero, con independencia de que tengan o no

    realidad alguna, la $erdad de la proposici'n matemática pura está constituida por la

    imposibilidad de llegar a encontrar un caso en el que no se cumplan *C ?. >!?+.

    22. osiblemente la significaci'n original de bestimmt  era Oestablecido por $otaci'nO, o

     puede haber sido Osintoni%adoO. 0u origen, por tanto, fue completamente diferente del de

    !D

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    OdeterminadoO con todo, creo que su equi$alencia en tanto términos filos'ficos es exacta. En

    general, significan Ofijados para ser esto  *o, de este modo+, como contradistintos a ser esto,

    aquello, o lo otro *o de alguna maner u otra+ *C >. >!?+.

    23. 7a abstracci'n matemática, para san 9sidoro, es: ... quae abstractam consideratquantitatem. Abstracta enim quantitas est, quam intellectu a materia separantes $el ab aliis

    accidentibus, ... $el ab aliis huiuscemodi in sola ratiocinatione tractamus * Etimologías, libro

    999, pref.+.

    25. αΦαιρεριζ, OdespojoO, Osustracci'nO, de αΦαιρεω, OsepararO, OcortarO.

    24. Cf. rantl, 4eschichte der #ogi$ im Abendlande, 7eip%ig, 1=>, $ol. 999, p. B; *Hota

    de los editores de los C+.

    2. 0e refiere eirce al uso de  praecisio por uns 0coto # otros escolásticos, seg2n el

    cual se trata *d+el acto de suponer ... algo acerca de un elemento de un percepto, al que se

    atiene el pensamiento sin prestar atenci'n alguna a otros elementos. 9mplica as más que

    mera discriminaci'n, # mucho menos que disociaci'n *psicol'gica+. ara eirce, abstracción

    se di$ide en real  e intencional , #, ésta, en negativa *en la que la caracterstica de la que se

    hace abstracci'n se imagina que es negable del sujeto del que se prescinde+ # abstracción

     precisiva  o  precisión, donde el sujeto del que se prescinde se supone *en alg2n hipotético

    estado de cosas+ sin supuesto alguno ... en relaci'n con la caracterstica abstrada *C 1. ?;B,

    n. 1+.

    2. "ol$iendo, as, a la nomenclatura original del autor, a pesar del &onist 700  )6.?6!3,

    donde un argumento ob$iamente defecti$o era considerado suficiente para determinar unamera cuesti'n de terminologa. ero la cualidad de las proposiciones se considera all desde

    un punto de $ista que parece extrnseco. Ho he tendio tiempo, sin embargo, de reexplorar 

    todas las ramificaciones de esta difcil cuesti'n con la a#uda de los grafos existenciales ?, # el

    enunciado en el texto sobre el cuantificador 2ltimo puede requerir modificaci'n?=.

    29. Cf. C 6. ?!.

    30.  aste decir que los realistas crean que en el hombre ha# realmente humanidad,

    animalidad en los animales, # as sucesi$amente mientras que los nominalistas mantenan que

    humanidad, animalidad # términos tales son meramente palabras que indican la aplicabilidad

    a los hombres, a los animales, etc., de sus clases de denominaciones *Chronological Edition, #o)ell #ecture, 9, 1=>>, p. 6>D+.

    31. arágrafo 1> del cap. "9 de esta selecci'n. )C'mo esclarecer nuestras ideas3

    3-.  roposici'n pura, enunciaci'n, o juicio. 8na proposici'n de inesse  es una

     proposici'n no afectada por modalidad *C !. ?;>+.

    32.  El original dice: Gou ma!  if #ou can. 7a necesidad de traducir este juego de

     palabras 5cu#o equi$alente en castellano $endra a ser si quieres, puedes5 manteniendo una

    diferenciaci'n interna al espacio semántico de poder, nos ha hecho optar por la traducci'n

     propuesta, haciendo hincapié para ello en la etimologa de can. En adelante, sin embargo,cuando la contraposici'n no sea, como lo es aqu, inmediata, mantendremos la ambi$alencia

    de  poder , como legitimidad ética # fsica. ara eirce, palabras como can, ma!, must , etc.,

    !1

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    implican de manera más o menos $aga una condici'n, que de otro modo queda sin expresar,

    de manera que de hecho estas proposiciones son hipotéticas *C 6. 66B+.

    33. El texto dice: can *or ma!+.

    35. El cojn de algod'n.

    34. Cap. "9 de esta selecci'n. )C'mo esclarecer nuestras ideas3

    3. eirce $iene a expresar as lo que llamamos determinismo, pero en la traducci'n me

    $aldré, en aras de la literalidad, de la palabra necesarismo.

    3.  or introspecci'n entiendo una percepci'n directa del mundo interno, pero no

    necesariamente una percepci'n del mismo como interno... Cualquier conocimiento del mundo