peregrinacion don bosco

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  • PEREGRINACION SECTORIAL

    DON BOSCO

    CELEBRACION

    BICENTENARIA

    JUBILAR

    SAN FEL IX 2015

  • Pasos para la peregrinac in:

    1. Saludo y mo tivac in

    2. Objetiv o de la festividad de Don Bosco:

    Los bautizados de la de la parroqui a Don Bosco de San Fl ix se comprometen a forma r una comunidad que v ive la frate rnidad en expresione s conc retas de solidaridad y atencin a los jvene s, sobre todo los ms a lejados , valorando su diversidad, sus idea les y Exper iencias, desde la vivenc ia de la espiri tualidad juveni l salesiana y del s is tema preventivo como ma nera de celebrar el b icentenario del nac imiento de Don Bosco y e l j ub ileo parroquia l

    3. Canto salesiano

    4. Lectura del da

    5. Reflexin

    6. Petic iones

    7. Compromiso de la comuni dad con la iglesia

    8. Inv ocacione s f ina les: Padre Nue stro, Ave Mara Y Gloria

    9. Canto de despedida

  • UN DIA CON DON BOSCO 13 DE ABRIL: SIMBOLO La Caridad

    MUCHACHOS EN LA CRCEL Mientras espera la vuelta de Bartolom y la llegada de sus amigos, Don Bosco contina la ciudad. En el mercado de Puerta Palazzo se ve rodeado de muchachitos insistentes, decididos: -Quiere comprar algo, seor cura? Conozco a todos los comerciantes. Usted diga qu quiere y le servir a un buen precio. -Quiere que le limpie los zapatos? Aqu tiene un amigo que por dos perras se los dejar brillando. Don Bosco se acerca a un grupito aparte: -Qu hacis aqu? -Esperamos a alguien que nos acepte todo el da. -Y si nadie os llama? -Esperaremos an. No podemos hacer otra cosa que esperar. Mientras Don Bosco se interesa por un pequeo grupo, no muy lejos algunos jvenes intentan un robo en el puesto de un vendedor. Se forma un guirigay: persecusiones, gritos; acuden algunos guardias que silban enrgicamente atrayendo la atencin de otros, situados en su alrededor. Un joven, con lo robado an entre las manos, es detenido, golpeado, arrestado. Lo llevan fuera con las esposas en las muecas. Don Bosco mira impresionado. Pregunta a algunos muchachos que han seguido con l la escena:

    -Y ahora que le harn? -Lo llevan a la crcel. Siempre pasa lo mismo si uno no sabe esperar y se deja llevar por el hambre Aquella noche, Don Bosco cuenta emocionado a don Cafasso lo que ha visto. -Tendr trece aos como mucho. Y lo han llevado a la crcel! -Hasta ahora conocas slo la pobreza de los campos. Ahora conoces la miseria de la ciudad. En nuestras colinas, si un muchacho robaba por hambre, tal vez le gritaban. Aqu lo meten en la crcel, no hay compasin con ninguno. Maana iremos a encontrarlo, a ese muchacho. Le han llevado ciertamente a la crcel junto a la iglesia de los Santos Mrtires. Pero rmate de valor; porque vers a bastantes. El da despus van a la crcel. En salones colectivos estn amontonados hombres y muchachos. Don Bosco se siente profundamente turbado en aquellos corredores oscuros, con las paredes hmedas, viendo el aspecto triste y esculiddo de los detenidos. Siente horror y tambin la sensacin de sofoco. Hay un gran nmero de . Encuentra, asustado y descompuesto, al muchacho que haba intentado robar en Puerta Palazzo. Habla con l, con los dems, superando su desconfianza. As llega a conocer sus tristes historias, su envilecimiento. El ms comn es que han robado. Por el hambre, siempre por el hambre. Se informa de sus condiciones. Son alimentados con pan negro y agua. Deben obedecer por fuerza a los carceleros, que tienen miedo y por eso pegan por el ms mnimo pretexto. Lo peor es que los adultos sinvergenzas, a veces verdaderos delincuentes, en aquellos salones se convierten en . Al salir, Don Bosco ha tomado una decisin inquebrantable: . Volver ms veces a las crceles. Se har amigo, uno por uno, de aquellos muchachos desgraciados. Y obtendr de cada uno una promesa: . Pistas de Reflexin Muchachos en la crcel. Los hay tambin hoy, aunque la crcel no se llama ya , sino >>correccional para menores>>. Por qu algunos muchachos acaban en tambin hoy? Por dos motivos principales: no han tenido una familia que los hiciese crecer bien; han frecuentado compaeros malos, falsos amigos que los han guiado por el camino de la droga, del robo, de la huida de casa Echas una mano a tu familia para que puedas crecer bien? Obedeces? Quieres mucho a todos? Cmo son los compaeros que frecuentas? Buenos y malos los hay en todas partes. Te toca a ti escoger, con valor. Oracin Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvacin de las almas, s nuestro gua en buscar nuestra salvacin y la salvacin del prjimo. Aydanos a vencer las pasiones y cuidar el respeto humano. Ensanos a amar a Jess Sacramentado, a Mara Santsima Auxiliadora y a la Iglesia. Alcnzanos de Dios una santa muerte para que podamos encontrarnos juntos en el cielo. Amn.

  • UN DIA CON DON BOSCO 14 DE ABRIL: SIMBOLO La Amabilidad

    LAS CARA NEGRAS DE LOS PEQUEOS LIMPIACHIMENEAS En la plaza de San Carlos y delante de la catedral, Don Bosco encontr las caras de pequeos limpiachimeneas. Hablando con ellos (los limpiachimeneas tenan mucho respeto a los sacerdotes), pudo conocer su historia. Dijo: . Cuando en los valles de Lanzo, de Aosta, de Saboya, del Cantn Ticino, comenzaba la estacin invernal, el pan escaseaba. Entonces los padres acompaaban a sus hijos a un adulto, jefe de los limpiachimeneas, escogido por su honradez y experiencia. l los acompaara en carros tirados por mulos, a Francia, a Suiza o al Piamonte. En los pueblos y en las ciudades las chimeneas comenzaran pronto a calentar las casas (entonces no existan los radiadores, y las casas se calentaban quemando lea o carbn en las chimeneas). Para que el funcionamiento de las chimeneas fuese bueno haca falta limpiarlas del holln acumulado el ao anterior. Despus de seis o siete meses de trabajo, el jefe de los limpiachimeneas tena que acompaar a los muchachos entregando por cada uno a sus padres 25-30 liras (un obrero, en aquellos tiempos, ganaba 1-2 liras al da). Durante el trabajo, el jefe de los limpiachimeneas se comprometa a procurar un kilo de pan cada da a cada muchacho. Menestra y carne tenan que pedirla como limosna en las casas donde raspaban las chimeneas.

    La madre haca tres recomendaciones al jefe limpiachimeneas: hacerle decir una oracin por la maana y por la noche, no dejarle caer en el vicio de fumar, y estar atentos para que no fuera atropellado por los carros. Cada jefe limpiachimeneas tena una zona propia, subdividida en barrios. Cada barrio estaba servido por un jovencito de quince a dieciocho aos, ya suficientemente desarrollado para trepar por la campana de la chimenea. Vigilaba un equipo de pequeos limpiachimeneas de siete a diez aos. El limpiachimeneas pequeo y dbil tena que hacer el trabajo ms duro: trepaba por el interior de la chimenea sirvindose de las manos, de los codos, de las rodillas y de los pies. Subiendo, con una pequea escofina desconchaba el holln agrumado en las paredes. Durante un da de trabajo, un pequeo limpiachimeneas era capaz de limpiar hasta quince chimeneas. El jefe limpiachimeneas alquilaba un saln o un desvn, donde los limpiachimeneas dorman sobre paja y pasaban los das cuando tenan fiebre. Porque aquel trabajo obstrua los pulmones de los pequeos, produca bronquitis, pulmonas, tuberculosis. Y cuando un pequeo resbalaba y se caa de la chimenea, poda hacerse mucho dao. Todos los aos haba que contar con la muerte de alguno. Los limpiachimeneas ms pequeos, no conociendo el dialecto turins y siendo esmirriados, corran a veces el peligro de ser robados y golpeados por los otros muchachos obreros. Desde el da de su primer encuentro, Don Bosco prest una atencin especial por los jvenes limpiachimeneas. El domingo, a buscar a Don Bosco, llega Bartolom con sus amigos albailes, llegan los limpiachimeneas de cara negruzca. Hace fro. Despus de la Misa y del desayuno, Don Bosco los rene en una capillita, enciende las luces, y les cuenta algn episodio bonito y luego les hace juegos de prestigio. Comienza as la vida del primer Oratorio. El grupo de los pequeos obreros amigos de Don Bosco aumenta cada domingo. Llega tambin el primer muchacho salido de la crcel. A l Don Bosco no le da slo la Misa, el desayuno y la diversin; sino que, adems, le procura un buen puesto de trabajo, garantizando ante el patrono su buena conducta. Si hace sol, salen de la capillita al patio, e intentan las primeras, tmidas, carreras. Pero la mayora se cansa y se sienta para descansar de la larga y fatigosa semana (hasta 14 horas de trabajo al da!). es el descanso ms deseado de los primeros muchachos de Don Bosco; se sienta tambin l, habla con ellos de la familia lejana, del trabajo. Alguno se lamenta del patrono, de las condiciones en que debe trabajar. . De esta manera se convierte en una ocupacin fija para Don Bosco, durante la semana, el tratar de mejorar las condiciones de sus muchachos obreros, y buscar una ocupacin para quien estuviera en el paro. Pistas de Reflexin Los limpiachimeneas eran despreciados, robados por otros obreros, porque eran pequeos, frgiles, no saban hablar bien la lengua del lugar donde vivan. Los pequeos, los dbiles, encuentran siempre a alguno que los desprecia, los explota. Es preciso ser muy bellacos para hacer dao a quien no sabe defenderse. Jess se puso de parte de los dbiles y de los pequeos diciendo: . T, cmo tratas a los que son ms pequeos que t?, a los ms dbiles que t? Un verdadero cristiano no slo los trata bien, sino que los defiende de los prepotentes. Y t?. Oracin Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvacin de las almas, s nuestro gua en buscar nuestra salvacin y la salvacin del prjimo. Aydanos a vencer las pasiones y cuidar el respeto humano. Ensanos a amar a Jess Sacramentado, a Mara Santsima Auxiliadora y a la Iglesia. Alcnzanos de Dios una santa muerte para que podamos encontrarnos juntos en el cielo. Amn.

  • UN DIA CON DON BOSCO 16 DE ABRIL: SIMBOLO LA RELIGION

    JOS BUZZETTI, INMIGRADO DE DIEZ AOS Un domingo Carlos Buzzetti (uno de los primersimos muchachos de Don Bonsco con Bartolom Garelli) llega al Oratorio acompaado de su hermanito ms pequeo. Se llama Jos y acaba de llegar de Caronno Varesino, su pueblo. Es un muchachito plido, muy asustado. -Don Bosco, este es mi hermano Jos. Slo tiene diez aos. -Soy amigo de tu hermano, y lo ser tambin tuyo -le dice sonriendo Don Bosco- Dnde trabajars? -Con Carlos. Pero tengo miedo del patrono Jos se encaria con Don Bosco como un cachorrillo. No se cansar nunca de l. Aquella primera tarde, antes de dejar el Oratorio, le dice: -Don Bosco, no me deje solo. Vaya a verme. Don Bosco va a aquella obra al da siguiente. El jefe de obras le pregunta qu quiere. -Estoy encargado por la familia Buzzetti de asistir a sus hijos los domingos y durante la semana. Jos, el ms pequeo, ha llegado apenas ayer. Dnde estn? Carlos y Jos han odo la voz de Don Bosco y le llaman: -Estamos aqu! Don Bosco trepa por los andamios. Verlo, hablarle, es un momento de fiesta. Jos se lamenta: -El cubo de cal es demasiado pesado para m, y el da es largo.

    -Ven conmigo. Vamos a hablar con el patrono. Don Bosco explica a aquel hombre duro, pero no malo, que l est dispuesto a garantizar la buena conducta y el empeo de aquellos muchachos. Pero el jefe debe medir la fatiga segn la edad de los mismos: -Este es todava un nio! Cmo se le puede cargar con un cubo de cal en sus hombros? Don Bosco comienza as, con gestos concretos, a salvar a los jvenes que logra visitar. Alguno le manifiesta la necesidad de aprender a leer y escribir, a hacer las cuatro operaciones. Y l encuentra las horas o las personas adecuadas para darles clase. En los momentos ms difciles, alguno le confiesa ruborizado que tiene necesidad de dinero, y Don Bosco vuelca su bolsillo en sus manos. Una de las frases que Don Bosco dice es: -Te quiero tanto que si un da tuviese slo un trozo de pan, lo compartira contigo. Una de sus preocupaciones para que sean un poco felices es lograr que se encuentren con Dios. A lo largo de la semana, y especialmente los das de fiesta, su confesionario est rodeado de los muchachos que quieren obtener el perdn del Seor. En su Misa muchos reciben la Comunin. Cuando hablan en el patio (o cuando se disgregan en los paseos por los alrededores de Turn), Don Bosco pasa con facilidad de los chascarrillos a las noticias curiosas, a hablar de Dios, con naturalidad. Mira a los muchachos y les dice: -Qu gusto cuando estemos todos en el Paraso! Qu fiesta haremos! Pistas de Reflexin El confesionario de Don Bosco estaba abarrot ado de muchachos que quer an el perdn de Dios. La confesin (o ) es el sacramento instituido por el amor de Jess para darnos el perdn de Dios cuando le hemos ofendido. Me confieso con frecuencia? Al menos cada mes? O considero la confesin ? Obtener el perdn de Dios, te parece ? El confesor te da perdon, o el perdn ? Hay otros medios para obtener el perdn de Dios adems de la confesin? Oracin Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvacin de las almas, s nuestro gua en buscar nuestra salvacin y la salvacin del prjimo. Aydanos a vencer las pasiones y cuidar el respeto humano. Ensanos a amar a Jess Sacramentado, a Mara Santsima Auxiliadora y a la Iglesia. Alcnzanos de Dios una santa muerte para que podamos encontrarnos juntos en el cielo. Amn.

  • UN DIA CON DON BOSCO 18 DE ABRIL: SIMBOLO EL TRABAJO

    EMIGRAR A UN CEMENTERIO Una ilustre seora de Turn ocupa en aquellos aos un lugar de primer plano en la sociedad ciudadana: es la marquesa de Barolo, sesenta aos. Sin hijos y con un inmenso patrimonio, se dedica completamente a las mujeres y a las muchachas marginadas. Para ver concretamente cules son las condiciones de las mujeres encerradas en la crcel, pasa durante muchos meses tres horas al da encerrada tambin en las celdas con ellas. Soporta humillaciones, insultos, es golpeada. Al final, su relatoo a las autoridades es tan convincente, que obtiene para las prisioneras un edificio ms sano y condiciones de vida mucho ms humanas. De aquella experienci a sufrida en su piel, nacen todas sus actividades. Compromete su patrimonio para construir, al lado del hospital del Cottolengo, el Refugio. Es un conjunto de edificios situados en el barrio de Valdocco. Hay tambin una casa para las muchachas en peligro con menos de catorce aos. Va a recogerlas ella por las calles, o se las trae la polica. Colaborador de la marquesa es don Borel, un sacerdote pequeo y vivacsimo, que es tambin capelln del Rey. Predica en dialecto a la gente del barrio y es muy escuchado. Don Cafasso, al trmino de los tres aos pasados por Don Bosco en el Colegio Eclesistico,

    le comunica: -Te he obtenido un puesto y un estipendio en las Obras de la Marquesa. Llevars all tu Oratorio, y echars tambin una mano a don Borel, mientras no encuentres un sitio mejor para tus muchachos. La Marquesa concede durante seis meses a Don Bosco una franj a de terreno que rodea sus edifi cios. Los muchachos podrn jugar all. Los seis meses pasan, y Don Bosco ha buscado en vano un lugar adecuado para su Oratorio. Sin embargo, es preciso dejar el lugar prestado por la Marquesa. Con la sonrisa en los labios y la tristeza en el corazn hace desesperado un ltimo intento: pide trasladar a sus muchachos a un viejo cementerio abandonado, San Pedro in Vinculi. Hay una iglesia, un atrio, un amplio patio rodeado de prticos. El capelln del cementerio, don Tesio, amigo de Don Bosco, acepta. El 25 de mayo de 1845 los muchachos abarrotan la Misa, luego cogen al vuelo el panecillo del desayuno y se desparraman ruidosamente por el patio y bajo los prticos. La sirvienta del capelln, que bajo aquellos prticos cra un gallinero, se siente trastornada y monta en clera. Se pone a gritar, a correr, a mover el mango de la escoba, mientras la gallinas, asustadas, huyen perseguidas por los muchachos. Al irlos siguiendo, la mujer arroja una palangana de agua contra un muchacho particularmente bullicioso, amenaza a otro que se ha adueado de un trozo de madera redondo para hacer un mueco. Llega cerca de Don Bosco y le colma tambin a l de injurias: . . Don Bosco comprende que lo mejor es irse de all. Interrumpe el recreo y se encamina con los muchachos haci a la salida. -Por fin, ya no os volver a ver, miserables! -grita detrs la mujer con cofia atravesada. Y Don Bosco, al muchacho Melanotte de Lanzo, que iba a su lado, le susurra: -Pobrecilla! Nos manda marcharnos y no sabe que ella misma, el domingo prximo, ya no estar. Durante la semana, la mujer muere improvisadamente. Melanotte cuenta asustado la de Don Bosco a sus compaeros. Alguno comienza a mirar a Don Bosco de forma diversa: quin es aquel sacerdote amigo de ellos? Un mago? Un santo? Pistas de Reflexin La sirvienta del prroco que no quera ms a los muchachos de Don Bosco, no saba que estaba a punto de morir. No fue un castigo de Dios. Simplemente le haba llegado su hora, aunque ella no lo saba. Muchas veces pensamos en la muerte de los dems y no pensamos que tambin nuestra muerte tiene una hora fijada, que llegar . Hoy pensar en mi muerte. Es un momento muy importante: en aquel momento encontrar a Dios y comenzar otra vida. Debo pensar en ello de vez en cuando, para que la muerte no me llegue sin que lo haya pensado seriamente. Oracin Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvacin de las almas, s nuestro gua en buscar nuestra salvacin y la salvacin del prjimo. Aydanos a vencer las pasiones y cuidar el respeto humano. Ensanos a amar a Jess Sacramentado, a Mara Santsima Auxiliadora y a la Iglesia. Alcnzanos de Dios una santa muerte para que podamos encontrarnos juntos en el cielo. Amn.

  • UN DIA CON DON BOSCO 19 DE ABRIL: SIMBOLO La Oracion

    UN JOVEN AHORCADO EN ALESSANDRIA En 1846, un joven de veintids aos de quien Don Bosco se haba hecho amigo en las crceles, fue condenado a muerte junto con su padre. La ejecucin se llevara a cabo en la ciudadela militar de Alessandria, a 90 kilmetros de Turn. Cuando Don Bosco, angustiado, fue a encontrarlo, el joven se puso a llorar, y le pidi que le acompaara en su ltimo viaje. Don Bosco sinti que le faltaba valor; no tuvo la fuerza para prometrselo. Los condenados fueron llevados en una carroza cerrada y vigilada por los guardias. Don Cafasso deba alcanzarlos con la carroza postal para asistirlos en las ltimas horas. Apenas supo que Don Bosco haba rehusado, lo hizo llamar y le grit: -Pero no comprendes que es una crueldad? Preprate, marchemos juntos para Alessandria. -No soy capaz de soportar semejante espectculo. -Date prisa, que la carroza no nos espera. Llegaron a Alessandria la vigilia de la ejecucin. El joven, al ver a Don Bosco entrar en su celda, le ech los brazos al cuello rompiendo a llorar. Don Bosco llor con l. Pasaron juntos la ltima noche rezando y hablando de Dios. A las dos de la maana le dio la absolucin, celebr para l la Misa en la celda, le dio la Comunin e hicieron juntos la accin de gracias. La campana de la catedral dio los toques de la agona. La puerta de la celda se abrim entraron los guardias y el verdugo, que (como siempre suceda) se arrodill para pedirle

    perdn del terrible deber que estaba obligado a cumplir. Luego le at las manos y le puso la cuerda al cuello. Pocos minutos despus, desde el portn de la crcel sali la carroza con el condenado. A su lado iba Don Bosco. Detrs iba la carroza con el padre, asistido por don Cafasso. Mucha gente abarrotada silenciosa por las calles. Cuando en el fondo aparci el tablado con las horcas preparadas, Don Bosco se puso plido y se desmay. Don Cafasso, que no dejaba de mirarlo, fue rpido para detener las carrozas y hacerl e bajar. El trgico cortejo lleg al estrado y se cumpli la ejecucin. Cuando Don Bosco volvi en s, todo haba terminado. Qued profundamente mortificado. Murmur a don Cafasso: -Lo siento por aquel joven. Tena tanta confianza en m. -Has hecho todo lo posible -le respondi don Cafasso- Lo dems djalo hacer a Dios. Pistas de Reflexin La condena a muert e. Algo cruel que ha sido abolido en casi todos los Estados civiles. Sin embargo, hay todava tantos jvenes condenados a morir tambin hoy: -condenados a morir por hambre, -condenados a morir por droga, -condenados a morir por lepra. Qu podemos hacer concretamente por estos jvenes? Rezar es una cosa concreta. Pero hay tambin otras cosas; ayudar a una , por ejemplo, es algo concreto. Buscar noticias sobre las es otra cosa concreta. In formarnos en la escuela seriamente sobre los peligros de la droga es otra cosa concreta. Oracin Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvacin de las almas, s nuestro gua en buscar nuestra salvacin y la salvacin del prjimo. Aydanos a vencer las pasiones y cuidar el respeto humano. Ensanos a amar a Jess Sacramentado, a Mara Santsima Auxiliadora y a la Iglesia. Alcnzanos de Dios una santa muerte para que podamos encontrarnos juntos en el cielo. Amn.

  • UN DIA CON DON BOSCO 21 DE ABRIL: SIMBOLO - EL ORATORIO

    UN PRADO COMO ORATORIO, Y MUCHACHOS HAMBRIENTOS Don Bosco, no sabiendo ya dnde reunir a los muchachos de su Oratorio, arrend un prado rodeado de una valla. Haba una especie de cabaa en el medio, donde se guardaban los materiales de los juegos. Alrededor, cada domingo, corran a perseguirse y se recreaban trescientos muchahos. En un ngulo, sentado en un banco, Don Bosco confesaba. Hacia las diez redoblaba un tambor militar y los jvenes se ponan en fila. Luego sonaba una trompeta y se parta: hacia la Consolata, o al Monte de los Capuchinos. All Don Bosco deca la Misa, distribua la Comun, y luego se reparta el desayuno. Un muchacho apenas llegado de su pueblo, Pablo C., albail, un da se uni a la turba de los muchachos que iban al Monte de los Capuchinos. He aqu su relato: . Una tarde de fiesta, mientras los muchachos jugaba, Don Bosco vio a la otra parte de la valla a un muchacho de unos quince aos. Lo llam: -Ven dentro. De dnde vienes? Cmo te llamas? El muchacho no responda. Y Don Bosco: -Pero, qu te pasa? Te sientes mal? Todava dud. Luegoo, casi desclavando los labios, dijo slo: -Tengo hambre. El cesto estaba vaco. Don Bosco mand a buscar pan en una familia vecina y le dej comer en paz. Luego fue el muchacho quien se lanz a hablar; como para quitarse un peso del corazn: -Soy sillero, pero el patrono me ha despedido porque no s trabajar bien. Mi familia se qued en el pueblo. Esta noche he dormido en las escaleras de la catedral, y esta maana por el hambre quera robar. Pero tena miedo. He tratado de pedir limosna, pero me deca: . Luego he odo gritar a los muchachos aqu y me he acercado. -Mira, para esta tarde y esta noche me cuidar yo. Maana iremos a un buen patrono y vers cmo te acoger. Si luego quieres venir aqu los das de fiesta, me dars una alegra. -Vendr con gusto. Pistas de Reflexin Un muchacho que tena hambre, que no lograba hablar por el hambre. Crees que ya no hay muchachos as hoy? Infrmate. Exagerar en el comer helados, patatas fritas, palomitas, chocolatinas, mientras otros de tu edad padecen hambre te parece cosa hermosa y digna? Renuncia a un helado pensando: . Es un gesto cristiano. Oracin Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvacin de las almas, s nuestro gua en buscar nuestra salvacin y la salvacin del prjimo. Aydanos a vencer las pasiones y cuidar el respeto humano. Ensanos a amar a Jess Sacramentado, a Mara Santsima Auxiliadora y a la Iglesia. Alcnzanos de Dios una santa muerte para que podamos encontrarnos juntos en el cielo. Amn.

  • UN DIA CON DON BOSCO 24 DE ABRIL: SIMBOLO LOS ENFERMOS

    DON BOSCO LLEVADO AL MANICOMIO Sin quererlo, fue el mismo Don Bosco quien aport el pretexto para que se difundiese la voz de que se haba vuelto loco. Para confortar a sus muchachos mientras deban trasladarse de un cementerio a un prado, Don Bosco comenz a contar los sueos que el Seor le haca de noche y que le abran los horizontes del futuro. Hablaba de un oratorio grande y espacioso, de iglesias, casas, escuelas, talleres, muchachos a miles, sacerdotes a su total disposicin. Todas estas cosas se daban de puetazos con la realidad precaria de cada da. Los muchachos repetan en sus casas, en sus lugares de trabajo, los relatos de Don Bosco. Era natural que la gente normal dijera: . Don Borel, el colaborador y amigo fraterno, trat de impedir que Don Bosco contase sus sueos. -T hablas de una iglesias, de una casa, de un recinto para el recreo. Pero, dnde estan estas cosas? -No lo s, pero existen, porque yo las veo -murmur Don Bosco. Un da, en su habitacin, despus de un intil tentativo de , don Borel se ech a llorar. Sali diciendo: . En este punto, dos de sus queridos amigos, don Vicente Ponzati y don Luis Nasi, se

    pusieron de acuerdo para sacar a Don Bosco de aquella situacin penosa. Concertaron una visita mdica y un examen cuidadoso en el hospital psiquitrico (que entonces se llamaba ), al que habran podido seguir la curas necesarias. Una tarde Don Bosco estaba dando catecismo a algunos muchachos, cuando lleg una carroza cerrada. Bajaron don Pontazi y don Nasi y le invitaron a dar un paseo con ellos. -Ests cansado. Un poco de aire te har bien. -Con gusto. Tomo el sombrero y vengo con vosotros. Uno de los dos amigos abre la portezuela: -Sube. Pero Don Bosco, que ha descubierto la trampa, dice: -Despus de vosotros, gracias. Para no frustar la cuestin, los dos aceptan subir antes. Pero apenas estn dentro, rpidamente Don Bosco cierra la portezuela y ordena al cochero: Al manicomio, rpido! All esperan a estos dos. El manicomio estaba un poco distante, y los dos desventurados no tuvieron tiempo de parar al cochero. Los enfermeros, avisados, esperaban a un sacerdote. Vieron que llegaban dos, muy agitados. Los inmovilizaron. Debi intervenir el capelln del manicomio para liberar a los desventurados. La broma haba sido pesada; pensndolo bien, ms de parte de Don Bosco que de sus dos amigos. Don Ponzati y don Nasi, en aquel momento, se sintieron muy enfadados. Ms tarde, volvieron a ser amigos de Don Bosco. Don Nasi, especialmente, llegar a ser el animador de la msica en el Oratorio. Pistas de Reflexin Don Bosco es considerado loco porque se dejaba absorber demasiado por sus muchachos. Quien hace demasi ado por los dems, quien renuncia a sus riquezas por los pobres, es considerado loco tambin hoy. Si las cosas estn as, Jess muerto en la cruz por amor nuestro es el loco ms grande Pero, no son ms locos los que se cierran en el egosmo, en la soberbia, en la prepotencia? Trata de reflexionar y razonar. Oracin Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvacin de las almas, s nuestro gua en buscar nuestra salvacin y la salvacin del prjimo. Aydanos a vencer las pasiones y cuidar el respeto humano. Ensanos a amar a Jess Sacramentado, a Mara Santsima Auxiliadora y a la Iglesia. Alcnzanos de Dios una santa muerte para que podamos encontrarnos juntos en el cielo. Amn.

  • UN DIA CON DON BOSCO 27 DE ABRIL: SIMBOLO EL ORATORIO

    EL ORATORIO CONSTRUIDO POR LOS MUCHACHOS En el mes de marzo, llegaron al prado sus dueos. Se agacharon hacia los terrones pisoteados sin piedad por ochocientos zuecos y zapatos. Llamaron a Don Bosco: -Pero esto est hecho un desierto! -Quin arrendar en adelante nuestro prado para pastorear las vacas? T enga paciencia, querido sacerdote, pero as no se puede continuar. Nosotros le habamos arrendado un prado, no una plaza. Le perdonamos el arriendo de este mes, pero debemos despedirle. Dentro del mes debe llevarse fuera a sus jvenes. Para Don Bosco fue un golpe dursimo. Estaba llegando la primavera, la Pascua y haca falta encontrar en seguida otro lugar; de lo contrario se habran desbandado. Pero esta vez no encontr nada. La historia del manicomio se haba difundido, y quin arrienda algo a un loco? El ltimo domingo que Don Bosco pudo pasar en aquel prado fue para l uno de los das ms amargos de su vida. Fue con los muchachos a la Virgen de Campaa. Durante la Misa habl, pero no se sinti con nimos para hacer bromas. Dijo que los miraba como se mira a los pjaros a los que alguien quiere destruir el nido. Los invit a rezar a la Virgen: a pesar de todo, estaban en sus manos. A medioda hizo un ltimo intento con los dueos del prado. No logr nada. Y sin embargo, deba decir a sus muchachos, antes de la tarde, dnde se habran de reunir el

    domingo siguiente, de lo contrario, el Oratorio habra llegado a su fin. En aquel momento lleg no un ngel, sino un hombrecillo balbuciente: Pancracio Soave, fabricante de detergentes. -Es verdad que busca un sitio para montar un laboratorio? -No un laboratorio, sino un oratorio. -No s cul es la diferenci a, pero un terreno s que hay; venga a verlo. Es propiedad del seor Francisco Pinardi, una persona honrada. Don Bosco, siempre en aquella zona llamada Valdocco, recorri en diagonal unos doscientos metros y se encontr ante . Pinardi y Soave le dijeron: . Se trataba de un cobertizo alargado que, por un lado, se apoyaba en el lado norte de la casa Pinardi. Un muro a su alrededor lo transformaba en una especie de saln. Haba sido construido haca poco y haba servido de almacn de las lavanderas (los detergentes los compraban a Pancracio Soave y lavaban la ropa en un canal que corra all cerca e iba a desembocar en el ro Dora). El cobertizo meda 15 metros por 6, y tena al lado vanos ms pequeos. Don Bosco estuvo a punto de rehusarlo. -No me sirve, porque es demasiado bajo. -Lo har arreglar a su gusto dijo Pinardi-. Excavar, pondr unos escalones y otro pavimento; pues deseo ardientemente que usted establezca aqu su laboratorio. -No un laboratorio, sino un oratorio, una pequea iglesia para reunir a los muchachos. Don Bosco estaba todava incierto. Luego dijo: -Si puede usted rebajar el pavimento no menos de un pie (50 centmetros), acepto. Se chocaron las manos, como se sola hacer para concluir un asunto entre hombres honrados. Don Bosco corri en seguida con los jvenes y grit: -nimo, hijos mos, ya tenemos el Oratorio! Es all, en la propiedad del seor Pinardi. Los muchachos bajan corriendo a ver el cobertizo juntamente con Don Bosco. Lo miran dudando, en silencio. Pero Don Bosco dice: -Es bajo y feo, lo veo yo tambin. Pero nosotros lo transformaremos en la iglesia de nuestro Oratorio. El seor Pinardi me ha prometido rebajarla medio metro, poner un pavimento de madera, arreglar y blanquear las paredes. Yo tambin vendr. Quien de vosotros, acabado su trabajo, quiera venir a echar una mano, ser bienvenido. Trabajaremos juntos por nuestra casa! Los pequeos albailes con sus camisas todava sucias de cal, los jvenes obreros con las manos sucias de trabajo, los dbiles limpiachimeneas con los ojos grandes rodeados de negro, vienen. Al lado de Don Bosco que cepilla las maderas para el pavimento, agarran las herramientas y le sonren: -Don Bosco, yo tambin estoy aqu! Y trabajan. Carretillas, palas, llanas, baldes de cal viva, tablas de madera. Rostros serenos y sudorosos que trabajan con intensidad por su iglesia, manos que se estrechan, hasta el altar construido con aquellas manos de muchachos obreros. Aquel golpear, colocar, bruir, es una gran msica: es el sonido de los muchachos que con Don Bosco construyen su Oratorio.

  • Pistas de Reflexin Los muchachos de Don Bosco construyen su iglesia, aadiendo horas de trabajo al trabajo ya pesado de todo el da. Ellos sentan la iglesia como y , donde escuchaban la Palabra de Dios y se encontraban con l en la Comunin y en la Confesin. Es as la iglesia para m? Un lugar extrao donde no entro nunca, excepto el domingo para una Misa apresurada, o como la casa de Dios adonde voy a encontrarle con frecuencia? En el sagrario Jess me espera, para hablar conmigo. Oracin Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvacin de las almas, s nuestro gua en buscar nuestra salvacin y la salvacin del prjimo. Aydanos a vencer las pasiones y cuidar el respeto humano. Ensanos a amar a Jess Sacramentado, a Mara Santsima Auxiliadora y a la Iglesia. Alcnzanos de Dios una santa muerte para que podamos encontrarnos juntos en el cielo. Amn.

  • UN DIA CON DON BOSCO 30 DE ABRIL: SIMBOLOS LA FE

    LAS CAMPANAS DE PASCUA Y EL ESCALOFRO DEL FIN 12 de abril de 1846. Es Pascua. Las campanas suenan en toda la ciudad de Turn. La Iglesita del Oratorio es perfecta por su sencillez. Los muchachos llegan en la alegra de Pascua, se agolpan alrededor del altar; junto a las ventanas, en la franja de prado que rodea la iglesia: escuchan la Misa de Don Bosco. Luego, recogiendo el panecillo, aclaman en los prados, y la alegra estalla: la alegra de tener finalmente . Don Bosco los confiesa, dice Misa, predica para ellos, les procura el desayuno, juega con ellos, da clase a quien lo desea, los vuelve a llevar a la iglesia por la tarde para el catecismo, habla con cada uno de sus problemas, asume tantos compromisos que su semana no tendr un momento libre. Pero tambin Don Bosco es slo un hombre, y en una tarde calurossima de julio, mientras da clase a un grupito a la sombra de una pared, cae desmayado con sangre en la boca. Los muchachos, asustados, lo llevan en vilo a su habitacin, que est junto a la obra de la marquesa Barolo. El mdico, que llega tarde, por la noche, dice que est gravsimo, que se encuentra agonizante. Se comunica rpidamente la noticia a su madre, Margarita, que viene de Los Becchi para curarlo. El da despus la noticia se difunde rpida por los andamios de los pequeos albailes, en los talleres de los jvenes mecnicos: . Grupos de muchachos asustados corren a la obra Barolo, apenas acaban su trabajo. No se han cambiado la ropa, no han cenado para correr en seguida:

    -Es verdad que Don Bosco est malo? Podemos verlo? Aunque sea un solo momento? Le ven blanco y plido, con los ojos cerrados, la respiracin afanosa, echado en la cama. Rezan, lloran: -Seor, no le dejes morir! Si l se muere, quin nos queda?. Durante ocho das Don Bosco lucha entre la vida y la muerte. Es en aquellos das cuando sale a la luz todo el amor de aquellos muchachos por Don Bosco. Hay quienes trabajan en los andamios de los albailes, bajo un sol ardiente, sin probar gota de agua: . Hay otros que, al terminar el trabajo, van a pasar la noche en el Santuario de la Consolata, arrodillados delante de la Virgen. Los ojos se cierran por el sueo, pero se han propuesto despertarse unos a otros: . Y rezan todos, con las palabras de los sencillos y de los ignorantes, pero con el corazn grande y lleno de dolor de los hijos. El sbado Don Bosco sufre una grave crisis. Cada respiro le arranca de los pulmones un vmito de sangre. , dice el mdico. Pero, qu sabe l de la fe de los pequeos que mueve las montaas y resucita a los muertos? Est llegando la , lograda por aquellos muchachos a quienes la Virgen no puede dejar sin padre. Don Bosco siente que llega dentro de s como un soplo de aire fresco que le ayuda finalmente a respirar sin cobrarse un vmito de sangre. Y con la respiracin vuelve el sueo restaurador, que lo deja dormir mucho tiempo, tanto cuanto han pasado en vela sus muchachos. Al atardecer del ltimo domingo de julio, el mdico le dice que puede dar un pequeo paso. Y Don Bosco va, a paso lento, apoyndose en un bastn, a su Oratorio. Le ven desde lejos, corren a su encuentro, le hacen sentarse en una silla y lo llevan en alto, en triunfo. Cantan y lloran, sus pequeos amigos, y van derechos a la iglesia, a dar gracias al Seor y a la Virgen. Don Bosco hace seales de querer hablar, y en el tenso silencio dice slo: -Os debo mi vida. Pero podis estar seguros de que la gastar toda por vosotros. Y vosotros ayudadme. Pistas de Reflexin Los muchachos pidieron con insistencia a la Virgen la salud de Don Bosco, y Ella respondi restituyendo la salud a su gran amigo. Yo, cuando tengo necesidad de algo grande, se lo pido a la Virgen? Ella es mi madre, y est pronta a escucharme, Oracin Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvacin de las almas, s nuestro gua en buscar nuestra salvacin y la salvacin del prjimo. Aydanos a vencer las pasiones y cuidar el respeto humano. Ensanos a amar a Jess Sacramentado, a Mara Santsima Auxiliadora y a la Iglesia. Alcnzanos de Dios una santa muerte para que podamos encontrarnos juntos en el cielo. Amn.

  • UN DIA CON DON BOSCO: SIMBOLO - O LA BOLSA O LA VIDA Los mdicos prescribieron una larga convalecencia de reposo absoluto, y Don Bosco march a Los Becchi, a la casa de su hermano y de su madre. Pero prometi a los muchachos: -Al caer las hojas, estar de nuevo aqu, en medio de vosotros. En la era de su casa paterna, a darle la estaba la alegra rumorosa de los sobrinitos. Los hijos de Antonio, que se haba construido una pequea casa frente a aquella en que habitaban siendo muchachos, eran cinco: Francisca, la ltima, era una niita vivaz de apenas tres aos. Tambin Jos, frente a la casa paterna, haba construido su casa y all viva con mam Margarita y con cuatro hijos: Filomena que ya tena once aos, era la primera, Luis que an daba vagidos en la cuna, el ltimo. Don Bosco es hospedado por Jos. El aire de sus colinas, el afecto silencioso de la mam, los paseos que da

    cada vez ms largos por la tarde entre las hileras donde la uva comienza a enrojecer, le van devolviendo vida y fuerzas. En el mes de agosto, en un paseo, llega hasta Capriglio, el pueblo de su madre y de sus abuelos. Est regresando atravesando un bosque, cuando una voz dura le amenaza: -O la bolsa o la vida. Don Bosco se asusta. Responde: -Soy Don Bosco; no tengo dinero. Mira a aquel hombre que ha salido de entre las plantas empuando una hoz, y en tono diverso contina: -Cortese, eres t quien quiere quitarme la vida? Ha descubierto en aquel rostro cubierto por la barba a un jovenzuelo que se haba hecho amigo suyo en las crceles de Turn. Tambin el jovenzuelo lo reconoce y querra hundirse y desaparecer. -Don Bosco, perdneme. Soy un desgraciado. Le cuenta a trancas y barrancas una historia amarga y que se repite con frecuencia. Al salir de la prisin, en su casa ya no le han querido. Trabajo, ni hablar de ello. Apenas saban que haba estado en la crcel, le cerraban la puert a en las narices. Antes de llegar a Los Becchi, Don Bosco le ha confesado y le ha dicho: . Lo presenta a sus familiares: -He encontrado a este buen amigo. Esta noche cenar con nosotros. Por la maana, despus de la Misa, le da una carta de recomendacin para un prroco y para algunos buenos patrones de Turn y lo abraza. Octubre. En las largas caminatas solitarias, Don Bosco ha construido lentamente su proyecto para el futuro inmediato. Al volver a Turn, ir a vivir en las habitaciones alquiladas a Pinardi. All, poco a poco, dar hospitalidad a los muchachos que no tienen familia. Pero aquel lugar no es adecuado para un sacerdote solo. No lejos est la taberna , donde los borrachos cantan has ta muy entrada la noche. Debera vivir con otra persona que le d garantas frente a las maledicencias que se difunden rpidamente. Ha pensado en su madre. Pero, cmo decrselo? Margarita tiene cincuenta y ocho aos y en Los Becchi es una reina. Cmo arrancarla de su casa, de sus nietecitos, de las costumbres serenas de cada da? -Mam -le dice una noche sacando todo su valor-, por qu no se viene a pasar algn tiempo conmigo? He alquilado tres habitaciones en Valdocco y pronto hospedar a muchachos abandonados. Un da me dijo que si yo llegase a ser rico no harba ido nunca a mi casa. Ahora, en cambio, soy pobre y estoy cargado de deudas; y vivir solo en aquel barrio es peligroso para un sacerdote. Aquella mujer anciana responde: -Si crees que esta es la voluntad del Seor voy contigo. Pistas de Reflexin Margarita, la mam de Don Bosco, a los cincuenta y ocho aos dej su casa y fue a la periferia de la ciudad para hacer de mam de los muchachos abandonados. Fue un sacrificio grande el suyo. Pero lo hizo pensando que tal era . La voluntad de Dios, que se manifiesta a travs de los acontecimientos, a veces nos pide grandes sacrificios: da de estudio intenso, jornadas de enfermedad, trabajo extra para echar una mano a quien no puede ms. Soy capaz de afrontar , es decir, lo que me cuesta, lo que no me gusta, pero que debo hacer porque es mi deber? Slo quien sabe afrontar el sacri ficio con valor no es ya un nio, sino un hombre, ms an, un verdadero . Oracin Oh Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvacin de las almas, s nuestro gua en buscar nuestra salvacin y la salvacin del prjimo. Aydanos a vencer las pasiones y cuidar el respeto humano. Ensanos a amar a Jess Sacramentado, a Mara Santsima Auxiliadora y a la Iglesia. Alcnzanos de Dios una santa muerte para que podamos encontrarnos juntos en el cielo. Amn.