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VOLUNTADES DE SABER BOURDIEU, DERRIBA, FOUCAULT Louis Pinto "Vi. 'ÿÿf- V, <í' -¿y •-V""w Ciertos autores contemporáneos han sido reunidos bajo el término "pensamien¬ to de la sospecha", bien común presumido de intelectuales que accedieron a la notoriedad en los años '60 bajo los emblemas de Marx, de Nietzsche y de Freud. Ese término, no más que otros, como "posmodernismo" u "holismo", no habría sido reivindicado por lamayoría de aquellos a los que se le ha atribuido: impuesto al modo de uneslogan, sobretodo por adversarios universitarios, espiritualistas o humanistas, preocupados por garantizar la transparencia del sentido y de la conciencia, desvía de la comprensión de las apuestas intelectuales efectivas contrarias de los agentes dotados de recursos diferentes. Para escapar a los artefactos y a los artificios de una historia de las ideas tan imaginaria como arbitraria, no hay otro medio más que intentar reconstruir el estado del campo intelectual y teórico de esa época y, de este modo, el horizonte de problemas, de programas, pero también de humores, de reticencias y de rechazos que los contemporáneos compartirían hasta cierto punto. Más que atribuir a los miembros de toda una generación una acritud algo atrabiliaria hacia la tradición -de acuerdo al viejo tema del intelectual que critica todo, incluso lo más sagrado-, es necesario recordar más prosaicamente que, durante los años de aprendizaje, esos intelectuales debieron confrontarse con los que ocupaban posiciones establecidas, quienes les ofrecían como toda perspectiva,ya sea hacer una tesis de historia de la filosofía, ya sea perpetuar durante algunos años la cultura herética en vías de consagración, marcada por una combinación retórica de Hegel y de Husserl.1Este doble rechazo es evocado retrospectiva¬ mente por Michel Foucault: "En ese panorama intelectual mis elecciones maduraron: por un lado, no ser unhistoriador de la filosofía como mis profesores y, por otro, buscar algo totalmente diferente del existencialismo".2 La cuestión, tanto intelectual como profesional, que se planteaba a los aspirantes a filósofo 1 Sobre las transformaciones de la universidad en los años sesenta, véase Pierre Bourdieu, Horno academicus, París, Minuit, col. "Le sens commun", 1984. [Véanse las referencias bibliográficas de las obras de Bourdieu en español en "Referencias bio-bibliográficas".] 2 Michel Foucault, "Conversazione con Michel Foucault", entrevista con P. Trombadori, II

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VOLUNTADES DE SABERBOURDIEU, DERRIBA, FOUCAULT

Louis Pinto

• "Vi.

'ÿÿf- V,

<í' -¿y•-V""w

Ciertosautorescontemporáneoshansido reunidosbajoeltérmino "pensamien¬to de la sospecha", bien común presumido de intelectuales que accedieron a lanotoriedadenlos años '60 bajo los emblemas de Marx, de Nietzschey de Freud.Ese término, no más que otros, como "posmodernismo" u"holismo", no habríasidoreivindicadoporlamayoríade aquellosalosque se lehaatribuido:impuestoalmododeuneslogan,sobretodo poradversariosuniversitarios,espiritualistaso humanistas,preocupados por garantizar la transparencia del sentidoy de laconciencia, desvía de la comprensión de las apuestas intelectuales efectivascontrarias de los agentes dotados de recursos diferentes.

Paraescapar a los artefactosy a losartificios de unahistoriade las ideastanimaginariacomo arbitraria, nohay otro medio más que intentar reconstruir elestado del campo intelectualy teórico de esa época y, de estemodo, elhorizontede problemas, de programas, pero también de humores, de reticencias y derechazos que los contemporáneos compartirían hasta cierto punto. Más queatribuir a los miembros de toda una generación una acritud algo atrabiliariahacia la tradición -de acuerdo al viejo tema del intelectual que critica todo,inclusolomássagrado-,es necesariorecordar másprosaicamenteque, durantelos años de aprendizaje, esos intelectuales debieron confrontarse con los queocupabanposicionesestablecidas,quienes lesofrecíancomotodaperspectiva,yasea hacer unatesis dehistoriade lafilosofía, ya sea perpetuar durante algunosaños laculturaheréticaenvías de consagración,marcadaporunacombinaciónretórica de Hegel y de Husserl.1Este doble rechazo es evocado retrospectiva¬mente por Michel Foucault: "En ese panorama intelectual mis eleccionesmaduraron:porunlado,noser unhistoriador de lafilosofía comomisprofesoresy, por otro, buscar algo totalmente diferente delexistencialismo".2 Lacuestión,tanto intelectual como profesional, que se planteaba a los aspirantes a filósofo

1 Sobre las transformaciones de la universidad en los años sesenta, véase Pierre Bourdieu,Horno academicus, París, Minuit, col. "Le sens commun", 1984. [Véanse las referenciasbibliográficas de las obras de Bourdieu en español en "Referencias bio-bibliográficas".]

2 Michel Foucault, "Conversazione con Michel Foucault", entrevista con P. Trombadori, II

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en los años '50 era saber en qué medida ellos podían reconocerse en los pro¬fesores directores de tesis eminentes, tales como FerdinandAlquié, MauricedeGandillac,Jean Hyppolite,PaulKicoeur,Jean Wahl, que concentraban en susmanos las posibilidades de éxito en launiversidad. No es la "sospecha" lo quelos inspiraba, sino másbienuna incredulidad frente a los ejercicios escolares,con los resultados conocidos de antemano (el triunfo de la conciencia), cuyaspalabras clave eran laexperiencia, la reflexión, la dialéctica, el hombre y todotipo de nociones claramente delimitadas que esperaban ser concilladas en unasíntesis previsible (la conciencia y el cuerpo, el yo y el otro, la violencia en lahistoria...).3 Deseo de abrir la puerta, de extrañarse, de aventurarse en unafilosofía que viaje, de instruirse. Ahora bien, la revuelta contra los dominado¬res, no limitada a una simple crítica al conformismo y a las rutinas, tomó porblanco, delmodo más radical, los principiosmismos de ladefinición institucio¬nal de la práctica filosófica, revistiendo en algunos de los que ingresaban alcampo la forma intelectual de una deconstrucción de presupuestos de lasproducciones académicas o, mejor, de la autoridad del saber como forma deautoridadsocial.

Si lacomparación de autores a lavez cercanos y biendiferentes como PierreBourdieu, Jacques Derriday Michel Foucault tiene algún interés, además deescolar, es mostrar que cada uno de ellos encarna unmodo de salir de las víasde la ortodoxia universitaria. Sus trayectorias atípicas pidenser pensadas enel seno de una combinatoria en la que se trata de hacer variar, en relaciónconla pendiente de la trayectoria, la relación con la cultura y la relación con lafilosofía, disciplina de origen, que contiene a la vez autoridad y censuraintelectuales. En la medida en que los individuos considerados no puedenunirse u oponerse bajo el conjunto de las relaciones, puede situárselos no enunsolo ejesino, como se verá, enuntriángulo cuya cúspide tiene encomúnconlosotros dosunapartede sus propiedades.Foucaulty Derridatienen encomúnal menos la pertenencia disciplinaria, Bourdieu y Derrida un origen socialmodesto, Foucault y Bourdieuun interés por la investigación empírica, por lahistoria cultural y la historia social de las ciencias... La entrada en el campointelectual, si es un momento determinante de la trayectoria, no puede sinembargo revelar completamente lo que allí se encuentra desarrollado, laspulsionessocialesy laspulsionesintelectualessocialmente condicionadas,más '

que en la larga duración biográfica, en particular cuando una fase tardía ifavorece la expresión de lo que no podía ser dicho antes. .

Las dificultades de este tipo de análisis se vinculan en principio con loslímites de las informaciones disponibles que implican puntos tales como la .)

contributo, 4" año, 1, enero-marzo de 1980, reeditado en Michel Foucauit, Dits et écrits, París, )Gallimard, 1994,tomo 4, p. 48; sobre esta cuestión, véase LouisPinto, "Foucault avant Foucault. jPsychologie et sciences de 1'homme", en Gérard Mauger y Louis Pinto, Lire lea sciences sociales, Ivol. 3, París, Hermés/Sciences, 2000, p. 116-122. ?

1 Sobre la filosofía del curso preparatorio de la École Nórmale Superieur como modelo de Iexcelencia de la nobleza escolar, véanse las evocaciones autobiográficas de Pierre Bourdieu, I"Confessions impersonnelles", en las Meditations pascaliennes, París, Seuii, 1997, p. 46 v ,ss. 1

relaciónque se mantiene con el medio de origen y los momentos importantesen las primeras fases de latrayectoria social e intelectual. Puede decirse que

los datos más pobres son los de Michel Foucault y los más ricos los de PierreBourdieu; aquellos relativos a Jacques Derrida ocupan una posicióninterme¬

dia. Enefecto, MichelFoucault aparece por cierto como el más discreto sobreaquello que permitiría comprender la formación de su habitus: las rarasinformaciones provistas han sido transmitidas en ocasión de entrevistas,género de menor dignidad, que trata a la vez cuestiones intelectuales y

cuestiones biográficas. Jacques Derrida combina dos tipos de medios deexpresiónmuy distintos: por un lado,entrevistas donde ofrece las informacio¬nesa veces anecdóticas quepuedeofrecer unapersonalidadconocida,y por otro

lado,textos donde el discurso sobre sí estáintegradoaunameditaciónde estilofilosófico y donde se esfuerza por sugerir los signos distintivos que, en su

biografía, adquieren sentido gracias a su obra y no tienen valor sino por ella.Encuanto a Pierre Bourdieu, luego de años de silencio, interrumpidos aquí y

allí por algunas confidencias en entrevistas o en conferencias, asumió laelección de hablar de sí mismo en el modo relativamente sistemático de unejercicio de "socioanálisis". Sindejar de plantear lapregunta,especialmente a

propósito del campo intelectual,de las relaciones de afinidadentre disposicio¬nes socialmente condicionadas y una posición en el campo, Bourdieu se veía,de algún modo, interpelado, tomado por la lógica misma de la obra científica.El conjunto de textos autobiográficos publicados, varias veces reeditados,corregidos, ampliados, ha respondido en él a tres exigencias principales. Laprimera es de orden ético: se trata de no exceptuarse respecto de un modo detratamiento que concierne a los agentes sociales engeneral. Lasegunda,de or¬dencientífico, consisteenprobar lapertinenciade los instrumentosde análisissobre sí mismo,individuo situado a ambos lados de labarreray, entonces, bienubicado para experimentar si la objetivación observada surge o no en laexperiencia interna. La tercera, de orden propiamente socianalítico, consisteen comprender aquello que sus propias tomas de posición deben a pulsionessociales. Eseprocesobastanteinsólitoilustraunalíneaintelectual,odepolíticaintelectual,que por lavirtuddelejemplo tiende aincitar a otros,especialmentealosespecialistas de los discursos de sí,aescapar alnarcisismocomúny allevarlas exigencias de lucidez colectiva a un nivel superior.

A lasdificultadesvinculadas almaterial,esprecisoañadir todas aquellasquese relacionan con la naturaleza del objeto, con la relación circular entre elregistro de las disposiciones y el de las obras, de las tomas de posición(elección

de temas, de método, etc.), y que exponen a riesgos simétricos de intelectuali-zación y de psicologización, consistentes en partir ya sea de la obra o ya de lapersona. Por último, ¿cómo no evocar la tentación que podría llamarse hagio-gráfica, de la que soy muy consciente? Es evidente que el presente ensayo estámásenafinidadconeltipo de socioanálisis practicadoporPierreBourdieuyquesupone varios desarrollos de su sociología de los intelectuales.4 Desde que el

1 Pueda pensarse en. entre otros, Homo academicus, así como en los análisis que implican

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principiode unaobjetivaciónofrecidaatodosseconsideralegítimo,nomequedamás,consciente de nohaber dicho laúltimapalabra,queinvitaraaquellos a losque mis análisis no hayan convencido a continuar su proceso a través decorrecciones, de revisiones, o incluso de refutaciones.

Eltriángulo de factibles

Lascondiciones de entradaenelcampo permitencomprender larelaciónconelespacio de las disciplinasy con la filosofía enparticular.Es necesario recordarante todo lo que aproxima a estos autores. Pertenecientes más o menos a lamisma generación (Foucault nació en 1926, Bourdieu y Derrida en 1930),dotados de títulos idénticos (ENS [ÉcoleNórmaleSupérieure], licenciaturaenfilosofía) y de un conocimiento de filósofos eminentes (Foucault escribió sobreHegel,Bourdieusobre Leibniz,DerridasobreHusserl),hanseguido uncurso deaprendizajemuysimilar.SeconocieronenlaENS,dondeunodeellos,Foucault,dictó cursos (seguidos por los otros dos), y han conservado lazos más o menosduraderamente.

Enelespacio de lasfactibilidadesuniversitarias,cadaunodebía esforzarsepor encontrar unavía según ciertas señales que lademarcaban: ¿eranecesariohacer unatesis?; y si era así,¿enqué campo, sobre qué tema?, ¿con quién? ¿Erapreciso ver a Jean Hippolyte, especialista en Hegel y en filosofía alemana,director de laENS,o másbien a Georges Canguilhem,profesor de La Sorbona,especialista en historia de las ciencias? Foucault había pensado en temas depsicologíay en temas en lafrontera de la filosofía y de la psicología.5 Derridahabía pensado en principio, en acuerdo con Jean Hippolyte, en un temafenomenológico, "laidealidaddelobjeto literario",mientrasqueBourdieuhabíaconsiderado dedicarse,bajola dirección de Georges Canguilhem, a las "estruc¬turas temporales de la vida afectiva".

Lacultura filosófica los familiarizó con el horizonte problemático propio delmedio de los años '50, fuertemente marcado por la fenomenología, la corrientedominante en la época (junto al polo hegeliano-marxista).6 Vivieron el agota¬miento de un programa fenomenológico que tenía por orientación principal ladescripciónde laexperienciaingenuay marcadaporunafalta importante,lain¬capacidad de laconciencia de fundar lahistoria de los saberes. Foucault evoca

las "categoríasdelentendimiento profesoral", retomadasen.PierreBourdieu,Lanoblesse d'État,París, Minuit, col. "le sens commun", 1989, p. 48, respecto de las cuales hay que recordar quetenían como material copias de filosofía del curso preparatorio.

5 Véase Didier Eribon, Michel Foucault et ses contemporain.es, París, Fayard, col. "Histoirede la pensée", 1994, p. 106 y ss. [Michel Foucault y sus contemporáneos, Buenos Aires, NuevaVisión, 1994.j

6 Louis Pinto, "(Re)traductions. Phénoménoiogie et 'philosophiéiállemande' en France",Actesde la recherche en sciences sociales, 145, diciembre de 2002, p. 21-33.

este puntodelsiguientemodo:"Paramí,elproblemafue planteadoentérminos

análogos [...]: ¿un.sujeto de tipo fenomenológico, transhistórico es capaz de darcuentade lahistoricidaddelarazón?".7Eltestimonio de Derridava eneimismo

sentido: "La preocupación que compartía con no pocagente en esa época era la

de sustituir una fenomenología a la francesa (Merleau-Ponty, Sartre), poco

interesadaenlacientificidady enlaepistemología,porunafenomenologíamás

inclinada hacia las ciencias".8 La fenomenología parecía desprovista en un

campo filosófico donde el marxismo y la epistemología de tipo bachelardianocreían, en varios sentidos, situarse en el terreno de lagénesis,deldevenir y de

las transformaciones. Ahora bien, la apuesta de la cuestión de la "historicidad

delarazón"noera simplemente técnica,puesto que concernía a laposibilidadde

confrontarse no solamente con cuestiones de psicología sino también con la

diversidad de objetos considerados por las disciplinas científicas.Si los tres jóvenes intelectuales tenían en común un rechazo a laortodoxia

académica, sus proyectos se revelaronen principio sensiblemente diferentes.Unosolo, Bourdieu, se apartó de ladisciplina filosófica, no sin resistencias ín¬

timas.9 Al aceptar someterse alasexigencias de laprecisión,como dacuenta de

ellounaescrituradesprovistadelossignosdeladistinciónliterariacultivadapor

tantos de sus contemporáneos, se inclinóhacia el conocimiento empírico de los

agentes sociales, entre los cuales figuran losintelectualesy los académicos. EnLosherederos. Losestudiantesy lacultura (1964), éstos fueron considerados a

partir delestudio delainstituciónescolar, algo que noposeíanadaque atrajera

las simpatías o el interés de los primeros implicados. Luego de su retorno deArgelia, Bourdieuenseñósociología enlauniversidad(París,Lille),luegoenlaEPHE[ÉcolePratiquedes HautesÉtudes].Comofilósofos,Foucaulty Derrida,a pesar de sus diferencias, han privilegiado los textos a la vez como objetos y

comoinstrumentosdetrabajo.Reconocidosporlosfilósofosyhechosvisiblespor

lasprincipalesrevistasintelectuales (Critique,TelQuel),poseíanunsentido de

losvalores legítimosque se ve enmuchos aspectos:elgusto noble de los grandesautores y de los grandes problemas;unamaneramuy segura de orientarse enel campo filosófico, como es claro en la deferencia hacia unprofesor como JeanHyppolite, especialista en "filosofía alemana" que encarnaba, al menos paraBourdieu,elacademicismo de vanguardia;10 lacondescendencia hacia las cien¬cias delhombrey,enparticular,lasociología, cuyo nombre está casi ausente desus textos (esta disciplina era despreciada por los jóvenes de esa generación,

incluido Bourdieu).11Porúltimo,utilizaron laliteraturacomo armade subver-

7 Michel Foucault, "Estructuralisme et poststructuralisme. Entretien avec Gérard Raulet",Telos, XVI (55), primavera 1983, reeditado en Michel Foucault, Dits et écrits, op. cit., p. 436.

8 Jacques Derrida, "Entretien", en Dominique Janieaud, Heidegger en France, volumen II:

Entretiens, París, Albin Michel, 2001, p. 93.y "Yo me pensaba como filósofo y me tomó mucho tiempo confesarme que me había vuelto

un etnólogo", Pierre Bourdieu, "Fieldwork in Philosophy", en Pierre Bourdieu, Choses dites,París, Minuit, col. "Le sens commun", 1987, p. 16-17.

!ü Sobre Jean Hyppolite, véase Pierre Bourdieu, Homo académicas, op. cit., p. 124-125.n Pierre Bourdieu, Choses dites, op. cit., p. 15.

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sión legítima, contribuyendo con ello a la consagración filosófica de Blanchot yde Batailley a lainvenciónde ungénero híbrido, laliteraturacon ambicionesteóricas. Además de los beneficios de lá legitimidad cultural, estos filósofospodíanencontrar,enel acceso alcampo literario,elencanto de unaforma de elo¬cuencia y de un amor a las palabras más o menos disimulado detrás de"conceptos"impresionanteseindecisos(ellímite,loimposible,lamuerte...).Porcomparación, es notableque Bourdieununcahaya sucumbido a 3 a tentación demezclar la creación y el comentario, el amor al texto y la exploración de cues¬tiones esenciales y fundamentales. Cuando quiso dedicarse a la literatura, fueenprincipioapartir deunprogramadetrabajoque queríasituarseenlos límitesde la razóncientífica, como da cuenta de ello su artículo "Campo intelectual yproyecto creador", publicado en 1966, en Les temps modernes.

En. el seno de ladisciplina,Foucault y Derrida inventaron dos maneras deexplorar los límites del campo filosófico. E3 primero se inclinó hacía objetos"exóticos", extraños o no habituales -la locura, la enfermedad...-, apoyándosemás en los recursos de la investigación histórica que en los del análisisconceptual:marcado,comoBourdieu,porlaenseñanzay laobrade Canguilhera,se enfrentó a los saberes positivos (psiquiatría, psicología). También conocióinicialmenteunperíododeexiliolejosdeParísy delaSorhona:luegode dos añosenlafundación Thiers, aceptóunpuesto de agregado culturalen Uppsala, lue¬go enVarsovia, antes de enseñar en Clermont-FerrrandyenTúnez. Encambio,el joven Derrida aparece como aquel que se inclinó más bien hacia valores •••relativamente seguros de la tradición filosófica (Husserl, Hegel, Platón, Rous¬seau, Heidegger..., Nietzsche, más tarde), al punto de ocupar una posiciónunpoco aislada en una coyuntura marcada por la expansión de las ciencias del ?hombre. Al evocar su relación con el estructuralismo, Derrida señala la ;•distancia que lo separaba de sus contemporáneos: "Tenía a la vez muchasimpatía e interéspor loque sucedía allí y almismotiempoteníalaimpresión ;

de que el concepto de escritura que me interesaba era ignorado, desconocido o ino era tenido en cuenta por esos grandes discursos".12 Mientras que las iperspectivas de futuro eranimprecisas,suhorizonteenlos años 1960continua¬ba estando dominado por la fenomenología y Heidegger, al que quería dedicarunlibro.Aunquehabríaquerido hacerseilustreenungénero de lecturaoriginalque subvertiera el estado del arte, parece no haber encontrado dificultad enimponerse como un comentador minucioso con el reconocimiento de ilustrespatrones universitarios tales como Hyppoíite,Gandillac,Wahl, Rícceur... comotambién Foucault. Los cargos que ocupó, luego de una estadía en Argelia, dancuenta de que elprofesor titular respondía a lasexpectativas de los guardianesdelainstituciónescolar -cursopreparatorioparalaENSenMans,LaSorhona,el CNRS [CentreNationalde laRecherche Scientifiquej,13 y por último laENS,

12 Jacques Derrida, "A voix nue", en Jacques Derrida, Sur parole. Instaritanésphilosophiques,La Tour-d'aigües, Editions de l'Aube, 1999, p. 22, [¡Palabra! Instantáneas filosóficas, Madrid,Trotta, 2001].

i:i De hecho, una vez que hubo ingresado, renunciará para ir a la ENS.

donde fue beneficiadoporelavalde Hyppoíitey deAlfhusser.Derridanodejará

esta últimainstitución,donde tenía uncargo de profesor adjunto, sino en 1984,

paraconvertirse en. director de estudios enelEHESS [École des HautesÉtudesen Sciences Sociales]. De todos modos, Foucault es aquel que, al menos exte-

riormente, parece haberse ajustado mejor a las exigencias académicas: es el

único que defendió una tesis a la edad de treinta y cinco años.Aunmuy diferentes envarios aspectos, las disposiciones intelectuales de los

tres filósofosheterodoxosparecencaracterizarseporunarelacióndesdichaday,

hasta cierto punto, reflexiva respecto de la cultura, que los desviaba de con¬

vertirse en homo academicus.Concarreras universitarias endiversas institu¬ciones marginales aunque prestigiosas (tales corno ENS, EPHE, College deFrance), estuvieron alejados de lo que Bourdieu llamaba el polo temporal del

campo universitario (jurados de concursos, comisiones, dirección de tesis,presencia en las revistas académicas...).

Modalidades de laambivalencia

Una vez indicadas, de modo sucinto, las características de las posicionesocupadas en el campo filosófico, podemos intentar describir la forma de Libidosciendi, de voluntad de saber,que definiólasdisposicionesintelectualesdecadauno de los autores considerados, teniendo en cuenta que a través de la compa¬

ración pueden ser mejor comprendidas y, así, sustraídas a la lógica académicadel comentario.

Hijo de ungran médico que pertenecía a laburguesía de provincia,donde lareligióncatólicaestabamuypresente,MichelFoucaultestabadotado delorigensocialmáselevado.Poseía,desdelaescuela secundaria,losrasgosdistintivosdelheredero legítimo prometido a unbrillante porvenir intelectual-la seguridad,la facilidad verbal, la distancia respecto del rol del intelectual manifestada a

través de una actitud a veces burlona-. Maurice Pinguet, que entró a laENSalgunos años después que él,evoca aun"jovenreidor,de gestos vivos",que tenía"unvisible placer en conversar, en explicarse con esa voz unpoco metálica,conpalabras muy claras" y que "ya era célebre [...]por su fuerza de trabajo,por lavivacidad de sus réplicas,por laexpresión siempre franca, a veces cortante, desusopiniones". 14MichelFoucaultparecíaposeerlasdisposiciones propiasdeunaposición dominante, como lo sugiere la modalidad imperiosa de sus tomas departido:"Los maticesy lassutilezas podíanseducirlo,peronilas concesiones niloscompromisos.Legustabanlasfórmulas brillantes,losjuegos de palabras[...]nuncaloviofendido,nisiquiera indiferente.Peroeraimpaciente".15 Todos estos

1,1 Maurice Pinguet, "Les années d'apprentissage", Le Débat, 41, septiembre-noviembre de1986, p. 122.

15 Ibid., p. 123.

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rasgos, indudablemente, han marcado a Michel Poucault, como habrá podidojuzgarse más tarde por su modo de expresarse, con una elocuencia neta yelegante, una sonrisa calma y unpocodistante, con esos movimientos ampliosde los brazos y de las manos...

De todos modos, ese joven aparece como un dominador contrariado. En losescasos testimonios sobre su infancia, puede hallarse la expresión de unaincomodidadconlasceremonias,lasrepresentaciones,lasconveniencias:"Pasémi infancia en un medio pequeño burgués, el de la Francia provinciana, y laobligación de hablar, de conversar con lasvisitas era para mí algo a la vez muyextraño y muy molesto. Muchas veces me pregunté por qué la gente tenía laobligación de hablar".16 Frente a la "obligación de hablar", en un medio queestabalejos de ser solamente"pequeñoburgués",Foucault reivindica laprerro¬gativade callarse,decallar ciertascosas íntimas,prerrogativaque difícilmenteno puede no ponerse en relación con la homosexualidad (o con una manera devivirla). Foucault experimenta un contraste insoportable entre la charla im¬puestapor los otrosyelderecho alsilencio.Esteheredero decepcionado rechazaser médico, pero también ser un profesor de filosofía según los modelosacadémicos.

La contradicción entre lo oficial y lo oficioso, vivida con sufrimiento en losaños de aprendizaje (en la ENS, en particular), está en el origen de la am¬bivalencia de Foucault respecto del mundo de la cultura, que se expresa en laoscilación entre respeto y revuelta. Por un lado, se inclina a recoger de laENSlas gratificaciones de aquellos que se sienten en armonía con sus valores y susclasificaciones: "cuando tenía dieciséis o diecisiete años, sólo sabía unacosa: lavida en la escuela era un ambiente protegido de las amenazas exteriores,protegidode lapolítica.Ylaideadevivir enunambiente de estudio,enunmediointelectual, siempre me ha fascinado". Como otros elegidos, Foucault halló enla escuela elmedio de ponerse a distancia de laspresiones de la vida social: "Elsaber,paramí,es lo que debe funcionar como aquello que protege la existenciaindividual y lo que permite comprender el mundo exterior".57 En el Foucaulterudito, lector asiduo de la Biblioteca Nacional, había algo de un. soñadorrealizado. Por otro lado, no fue un estudiante feliz y realizado a pesar de todossus triunfos: su experiencia de la época estuvo marcada por la depresión, elalcohol,unatentativa de suicidio, laproximidadde lalocura.Lacreencia enlosmodelos ofrecidos por la instituciónno era suficientemente intensa o exclusivapara llevarlo a aceptar las renuncias que ella impone: "incluso si me repugnadecirlo, es cierto que no soy lo que se llama un buenuniversitario. Para mí, eltrabajo intelectual está vinculado a lo que usted definiría como una forma deesteticismo, y eso lo entiendo como la transformación de sf ,18 Rechazandoÿmodelo académico del religioso, el joven Foucault tendió a explorar una vía

1B Michel Foucault, "Une interview de Michel Foucault avec Stephen Riggins" (primerapublicación en Ethos, 112], otoño de 1983), en Michel Foucault, Dits et écrits, op cit p 525.

17 Ibíd., p. 529. ,''F

!8Ibíd.,p. 535.

cercana al modelo del artista, según el cual la obra es concebida como in-

disociable de loque mástarde llamará la"inquietudde sí".Varias elecciones de

juventud, de orden político,intelectualy literario, se inscribenen estapostura

anticonformista -elmarxismo, los pensadores de los límites y de las experien¬

cias límite,lapredilecciónpor autores marginales o malditos (Sade,Nietzsche,Bataille),sinhablar de unacierta propensiónal dandismo-.

Resultade ellounplacerespecífico ligadoaladistanciadelroldelintelectual.Elesfuerzo porescapar de lasposicionesmásprobables,lasdelespacio social (el

burgués,elprofesor) como las del campo intelectual(elcomentador, elhistoria¬dor, el filósofo, el artista), se expresa con evidencia a través de un modo de

desafiar lasclasificaciones, lasidentidadesasignables, laobjetivación,y de cul¬

tivar el secreto, la disimulación, la máscara...19 Manera sutil de rehuir a lasdeterminaciones, la búsqueda de la personalidad lleva a hacerse, o a decirse,impasible,serio, rígido,"aburrido":"Nosé darmenidar a losotros esos placeres

intermedios que hacenlavida de todos los días [...]Eslarazónpor laque no soy

niunser socialniunser cultural; es lo que hace de mí alguien tan aburrido en

la vida cotidiana. Vivir conmigo, jqué aburrimiento! [...] mi vida personal no

presentaningúninterés".20 Sólo lascrispaciones de malhumor donde se revelael descontento de estar encerrado en una identidad determinada y previsiblepodían a veces oponerse al deseo, tan intenso en ciertos momentos, de usar elencanto y el misterio.

Por elhecho de esas inclinaciones sociales e intelectuales contradictorias, el.saber pudo aparecer ya sea del lado del silencio, del estudio, de lasoledad, del"sí",ya sea del lado de lacharla, la indiscreción,lafractura, del "caso" (médico,psicológico...).EstaambivalenciaestáenelorigendelarelacióndeFoucault con

lafilosofía:por unaparte,nocreeyaverdaderamenteenesadisciplinadelacualsé aparta algo para dedicarse a la psicología, a la lectura de Dumézil, a lainvestigación histórica,pero,por otra parte,no puede escapar a aquello que, a

pesar de todo, la distingue entre todas, su encanto o su prestigio. La vía

intelectual progresivamente inventada tenía un estatuto ambiguo, a mediocamino entre el saber positivo y el cuestionamiento filosófico. Como dice

. Maurice Pinguet, "se pensaba filósofo sin creer en la filosofía".25 La mezclaíntima de proximidad y de lejanía hacia la disciplina le permite jugar de dosmaneras opuestas con el uso del encanto o del carisma. La primera, en latradición de los autores más prestigiosos, es el hechizo del gran estilo, del re¬pertorio del enigma, del misterio (de lo cual da cuenta el uso frecuente deltérmino "extraño"), y un uso casi lúdico de laerudición. La segunda, fiel al rolcrítico del intelectual,es eldesembrujo,por el saber histórico-filosófico sobre el

19 En una sección de entrevistas de Le Monde {6 de abril de 1980), Foucault había tomado elrol anónimo del "filósofo enmascarado".

2U Michel Foucault, "Une interview de Michel Foucault...", op. cit., p. 534-538. La sobriedadelegante que caracteriza sus gustos en materia de vestimenta se opone a la gravedad austerade los profesores (saco oscuro, corbata) como a la elegancia discretamente bohemia de aquellosque tienen la idea de "vestirse como un intelectual".

ai Maurice Pignet, "Les années d'apprentissage", art. citado, p. 128.

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loco,elvivo,elcriminal... que,detrás de laspalabrasgrandiosas de lasvisionespaternas, oficiales, filosóficas, nos muestra los pequeños dispositivos, las "es¬tratagemas", las "astucias"conque estáhechalahistoria.Unamismafigura, lade Nietzsche, pudo reunir esos dos aspectos, y estaba asociada para Foucaulttanto a una exploración grandiosa de los límites como a un conocimientoliberador.22

La curiosidad, virtud tan importante para Foucault, es una forma muyparticular de libidosciendi. Al cuestionar la adhesión a las apariencias y a laspalabras oficiales, públicas, y al someterlas a interrogaciones radicales, (¿poi¬qué el discurso, ladisciplina, el saber, antes que nada?), ella permite sublimarpor laciencia la necesidadintensamente sentida de escapar alorden simbólicoy a las identidades cerradas, y calmar con ello el conflicto entre una serie deoposiciones, lo personal y lo impersonal, el conocimiento y la creación, lavoluntad de saber y el rechazo de ser objeto de saber, la volubilidad de la eru¬dición y elgusto por silencio. A lavez cercanoy distante del tema que enuncia,nose confundeconlaspasionesinvestidasenelconocimientoobjetivo: "Unlibrosistemático que pondría en obra un método generalizable o que daría lademostración de una teoría portadora de enseñanzas. Mis libros no tienenexactamente ese valor. Son más bieninvitaciones, gestos hechos enpúblico".23En suma, lacuriosidad, alianza muy sutil de saber y de búsqueda de extraña¬miento,es esa pasión que hapermitido a Foucault suscitar rupturas,tomar lasfiguras del erudito, del filósofo, del escritor, y no perderse enninguna de ellas.

En contraste con este intelectual dotado de una herencia cultural alta,Bourdieuy Derridateníanencomún,comoprovincianosde origenrelativamen¬te modesto, ser partede los dominados: elprimero,procedente de Beam,es hijode unpequeñofuncionario del correo, de origen campesino;elsegundo,judío deArgelia, quellegabastantetarde aParís,eshijode unagente de comercio de unaempresa de vinos y bebidas alcohólicas. En estos individuos, la dependenciarespectode laENSse traiciona en unaciertavergüenza culturalcuya experien¬cia paradigmática está constituida por el rechazo de un acento juzgado feo yvulgar. Eléxito escolar acrecentó latensión entre el medio de origeny el mediode destino. Excluidos del mundo de los herederos y rechazando el destino dereligiosos de institucióntuvieron que definirsepoco a poco a través de unjuegomuy complejo de evitaciones, de rechazos, de innovaciones y contra una seriede alternativas salidas de la oposición entre un polo dominante y un polodominado.A diferencia de los aspirantes de origen burguésque ensujuventudsentían la. tentación de recurrir a las formas radicales del compromiso políticoentonces asociadasalPartidoComunistaFrancés,losmásaptosparamantenerja ilusiónde laindeterminaciónsocial nobuscaron,durante los añosenlaENS.ponerse del "buen lado", rechazando con ello, sin duda, tener que pasar sus

22 Sobre este punto, véase Louis Pinto,Les Neveux de Zarathoustra. La reception de Nietzscheen France, París, Seuíl, 1995, p. 134 y ss. ¿;

2:i Michel Foucault, "Converzazione con Michel Foucault", op. cit., p. 46-47.

pruebas en ese terreno o, como los hijos de los burgueses, de redimir su origen

a través de negaciones sorprendentes.Derrida, que habla de su "idiosincrasia un poco temerosa", aparece en el

universo escolar como un intruso intimidado, si no aterrorizado: "puedo decirque la escuela ha sido un infierno para mí. Fue verdaderamente traumática.

Llorécada vez que habíaque volver alaescuelahastalaedadde 13 ó 14años...".Evocando lagunas enmatemáticas,enhistoria, en latín,engriego, se presenta

como un alumno esforzado (salvo enfrancés), quetuvo que soportar todo tipo de

ansiedades escolares y culturales: "Enelliceo,yo era 'bueno enelconjunto'; iba

bien en francés, a partir de cierto momento, pero con muchas inquietudes y

fragilidades [...j Enel liceo, era muy desigual, siempre me sentía en falta". El

sentimiento de inseguridadpudo ser reforzado por fracasos (uno de ellos en elbachillerato).Desprovistodefacilidades,estealumnoestaba dedicado acompen¬

sar consutrabajo loslímitesde sus aptitudesescolares: "Fuenecesariotrabajarmuy duro para encontrar un nivel medio en latín".2' Las lenguas antiguasencarnaron verosímilmente paraél laforma culminante de laviolencia simbó¬lica.Intimidadopor laescuela, este intrusose mostraba,además, fascinado por

lacultura a laque ella lepermitía acceder y, lector insaciable, se proyectabaen

los ejemplos de realización que le ofrecían los grandes escritores.Pero no era totalmente dócil o pasivo. Ladominación, al no ser niabsoluta

ni homogénea, autoriza, según las situaciones, a inversiones que se basan en

gran parteenunamanipulación de las clasificacionescon laque los dominadosconsiguen arrancar algunas victorias. Así, si es cierto que los dominadorestienen como atributos la distinción, la corrección, la seguridad, pueden, en

virtud de una simple inversión de esos mismos atributos, parecer vulnerablespor otros rasgos, tales como la ingenuidadde unavisión delmundo normativa,libresca, reglamentaria. A los dominados les corresponden, por cierto, lamolestia, lavergüenza, latorpeza, perotambién armas subversivas como laas¬

tucia, la desenvoltura, la ironía y, algo que no dice Derrida,'3 el camelo, lafanfarroneada, la "labia". La "labia", modo un poco desviado de hablar con

autoridad, de simular la autoridad, de sorprender a los timoratos, marca elesfuerzo de tomar a los dominadores al revés, de quitarles su iniciativa en iosintercambios verbales hundiéndolos bajo palabras, sonrisas, provocacionesmenores que los dejan desconcertados, si no admirados frente a talentos queellos no poseen.

Lejos de abandonarse a ladocilidadque caracteriza a los casos milagrosos delainstitución,Derridase sentía dividido en sí mismo,tomado entre dos fuerzas

24 Jacques Derrida, "L'école a été pour moi un enfer. Conversation avec Jacques Derrida",Cnhiers pédagogiques, 270, enero de 1989, p. 42,

25 Derrida lo sugiere fugazmente: "sucede que me comparo con un agente de comercio quese agota aí transportar valijas y al 'vender' su mercadería en algúnmercado académico y cultural"(Jacques Derrida y Elisabeth Roudinesco, Da quoi deniain... Dialogue, París, Fayard-Galilée,2001, p, 178. ¡Y mañana qué..., Buenos Aires, FCE, 2005)]. Sin duda, esta declaración vale ensegundo grado porque la posibilidad de jugar, corno aquí, con el fuego supone las garantíasofrecidas por la consagración.

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contrarias que ibanen direcciones opuestas, el terror y laatracción, el respetoy la ironía respecto de los modelos legítimos. Por un lado: "Tenía unarelación,unpoco como los colonizados, a lavez intimidadoy unpoco irónico también, esdecir que enlamentalidadpied-noir'clásica, loquevenía de lametrópoliestabaa lavez marcado por el dominio -los maestros están allá-y la ingenuidad-losmaestros soningenuos, extranjeros ingenuos-.Había entonces una especie deironíarespecto de esa culturaque nos enseñaban, que nos inculcabancon todoslos valores asociados... Eranecesario aprender ladistinción social que era ladela metrópolis, era una cuestión de acento, de retórica, de corrección. Ladistinción era metropolitana".26Por otro lado: "El francés 1...]al mismo tiempoeraaquelquenohaabierto aúnlos ojos,uncrédulo, elque nova a agarrarme".27Esta relación ambivalente con los dominadores permite la coexistencia desentimientos opuestos de respeto y de irrisión.Al hablar,bastante más tarde,de la figura tan prestigiosa de Heidegger, Derrida distingue "dos imágenes deHeidegger:está laimagendeHeideggergranpensadory laimagendeungordo,pesado, unpoco vulgar, inculto en cierto sentido, desde el punto de vista de laliteraturay de las artes".28 La conciliación de la deferencia y de la revuelta no-es posible sino alprecio de unafórmula muy específica de autocontrol que llevaaalgunosdominadosaimitary,a lavez, aminar alosdominadores,acombinar,a través de una respuesta suave y subterránea, conductas dóciles y conductasde"crápula"(cuyomodeloaquíestáprovistoporlaprácticajuzgada casiperversadel fútbol que se practicaba en grupos).

Todo un conjunto de prácticas, de gustos, de disgustos, parece tener comoprincipio la hipercorrección, el trabajo sobre sí, coherente, metódico aunqueparcialmenteinconsciente,que apunta a contrarrestar las tendencias espontá¬neas inscriptas en el habitus a riesgo de excederse y de volver aparentes lashuellas del esfuerzo realizado. En la mayoría de las situaciones expuestas aljuicio social y escolar, hasido necesario controlarse, no dejarse ir.Por esto, elcuerpo y el lenguaje aparecen como atributos de la persona que, sometida másque otrasa lapercepciónajena, hanrequerido de unavigilancia duplicada: "Nohe dejado de aprender, sobre todo al enseñar, ahablar bajo, algo difícil paraunlpied-noi,dy sobre todo en mifamilia, pero hacer que ese hablar bajo dejara deparecer la retención de lo que se retiene, apenas, a gran pena retenido por la :esclusaprecariay que anunciaunacatástrofe [...]Fuielprimeroentener miedode mi voz, como si no fuese la mía y en criticarla e incluso en detestarla".29 EI-;dominado, dedicado atraicionarse por elesfuerzo de notraicionarse, es espiadoen sus huellas, reconocibles en formas opuestas: por un lado, en la retención, en ;la rigidez; por el otro, en la afectación, el preciosismo.

* Pied-noir, francés de Argelia [N. del T.].26 Jacques Derrida, "L'école a été pour moi un enfer", art. citado, p. 42.27 Jacques Derrida, "'II n'y a pas le narcissisme' íautobiophotographies)", en Jacques Derrida, -

Points de suspension. Entretiene, París, Galiiée, 1992, p. 218.2S Jacques Derrida, "Entretien", en. Dominique Janicaud, Heidegger en France,op. cit.,p. 103.s29 Jacques Derrida,Le monolinguisme de l'autre ou la.protKése d'origine, París, Galilee, 1996, ;

p. 80. {El monolingüismo del otro o la prótesis de origen, Buenos Aires, Manantial, 1997.J |

El profesor Derrida confiesa que no le "gusta mucho improvisar, salvo en

condiciones muy favorables" (algo que podrá sorprender a muchos de sus

oyentes).Y nosepuede sino ponerenrelaciónesterasgoconciertaspropiedades

de la postura retórica progresivamente elaborada, como el sentido de las

precauciones,de los preliminares,de los metadiscursos,delestudio intermina¬

ble delaspalabras,y elénfasispuesto,bajolosemblemas delofundamental, de

lo inédito y de nociones últimas, en subrayar la dificultad extrema de las

cuestiones tratadas, insospechadapor los espíritus superficiales.30Estamisma

reticencia a dejarse llevar está sin duda, por una parte, en el origen de la

aversión por el estilo relajado, el tono bohemio en filosofía o en política (el

vitalismo nietzscheano,o el nietzscheísmo de la plebe, el izquierdismo político

a lamanera de Lyotard, Deleuze...): "[en 1968]era reservado, inquieto inclusofrente a cierta euforia espontaneísta, fusionista, antisindicalista, frente alentusiasmo de lapalabrapor fin 'liberada', de latransparencia restaurada,etc.

No creo nunca en esas cosas... [...] No estaba en contra pero siempre me costóvibrar alunísono".31

Silahipercorrecciónse manifiestanegativamentepor laautocoerción,toma

de todos modoslaforma positiva,másgustosamente reivindicada,de un"gustohiperbólico por la pureza de la lengua" que es una forma sutil y suprema de larelación con los valores legítimos: "[...] Ese hiperbolismo (más francés que elfrancés, más puramente francés que lo que lo exigía lapureza de los puristas)[...], ese extremismo intemperante y compulsivo, sin duda lo contraje en laescuela".32Modode imitara losdominadores,esehiperbolismode lalenguaestámarcadopor lafascinación,inextricablementesacralizantey desacralizante,porlaspalabras, lostextos, latradición.También estuvo enelorigen de laatracciónpor la literatura, los estudios literarios, las cuestiones literarias,y laescrituraqúe ha encontrado el medio de satisfacerse en una coyuntura favorable delcampofilosófico,propicio alaatenuaciónde fronteras:"miinterésmásconstan¬te, yo diría incluso antes del interés filosófico, si es posible, iba hacia laliteratura,hacia laescritura llamadaliteraria".33

Unavez que latentaciónde resistira los valores dominantes, fue contrarres¬tada por el miedo de ser confundido con los dominados ordinarios, no quedabaotra salida que la rebelión subterránea, corregida, civilizada, estrategia queconsiste en minar, socavar aquello que no se quiere destruir o refutar abierta¬mente.Nadase muestramásreveladorqueunamanerasofisticada,intermina-

:|" La rigidez profesorales evocada por Foucault que, herido o molesto por Derrida (a propósitode la interpretación del cogito cartesiano), remite a su contradictor a la tradición escolar, lá'glosaestrecha del "pedagogo".

n Jacques Derrida, "Une 'folie' doit veiller sur la pensée. Unentretien avec Jacques Derrida",entrevista de Pranpois Ewald, Le magazine littéraire, 286, 1991, p. 23.

1,2 Jacques Derrida, Le monolinguisme de l'autre..., op. cit., p. 82.

" Jacques Derrida, "Ponctuations: le temps de la thése", en Jacques Derrida, Du droit á laphilosophie, París, Galiiée, 1990, p. 443. ["El tiempo de una tesis: puntuaciones", en El tiempode una tesis. Deconstrucción e implicaciones conceptuales, Barcelona, Proyecto A Ediciones,

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blementeperseguida, de escapar a latiranía de los opuestos/Inevitablemente,tiende aconstituirseunajerarquía de losmodosde subversiónenlaquelasotrasopciones de vanguardiavan amostrarsealgosomeras obrutales:"Elgesto típicode Foucault consiste en endurecer en oposición unjuego de diferencias máscomplicado y que se instala en untiempo más largo. Para esquematizar, diríaque Foucault instaura en rupturas y en oposiciones binarias un abanico dediferencias más complejo"34 (ese reproche podría a fortiori estar dirigido amuchos otros). Esta línea inteligente, muy "trabajada" que, en un sentido,continúa la políticapor otros medios, se define por unadoble distancia: a lavezhacialassuperaciones intelectualesdominantes,sospechosas de ser desenvuel¬tas y apresuradas, como las de Foucault,y hacialas respuestas dominadas delrepertoriopolítico progresista, que no se trata nide duplicar ni de recusar. Deeste modo,Derrida podráundía hablar incluso a propósito de Marx. Indiscuti¬blementedotado,enestado práctico,deunsentido sociológico de lasjerarquíasintelectuales,se dedica a develar las relaciones de dominaciónentre conceptos,y a deshacer las pretensiones de los términos dominantes del logos filosófico(presencia, sentido...) permaneciendo a la vez en el interior de ese logos, ytomando distancia respecto de las revueltas comunes, la apología de losoprimidos, el llamado a la resistencia o a la insurrección. Para evitar errorestemidos, era esencial marcar distinciones entre operaciones aparentementesemejantes: "La deconstrucción... digámoslo una vez más, no es la demolicióno ladestrucción [....]Ladeconstrucciónnoes simplemente ladescomposición deuna estructura arquitectónica, es también una cuestión sobre el fundamento,sóbrelarelaciónfundamento/fundado".35Ladeconstrucción pedíaser sustraídade unregistronegativo, reactivo,contestatario, y ser pensada,por el contrario,en el modo afirmativo y generoso de un placer sin reservas y sin medida: "escomo unéxtasis del concepto, se lo goza hastaeldesborde".33 Delmismo modo,nociones como la escritura o la diferencia no deben ser tomadas por términosbajos,bajamenteplebeyos,ligadosalconflicto,a lasubversión: "mitrabajo sehadesplegadoenunalargapuestaencuestióndetodas lasdiferencias consideradascomo simples oposiciones. Insisto,ladifférance no es una oposición, nisiquierauna oposición dialéctica".37 La dialéctica, noción hegeliano-marxista estrecha¬mente ligada al contexto filosófico de los años '50, era el modelo contra el cualprecisamente la diferencia había debido constituirse progresivamente no sinalgunasdudas iniciales.38

Lahipercorrección subversiva, vía original inventadapor Derrida, reflejalarelación con la autoridad, con latradición letrada: permite no estar ni dentrocomo un guardián del orden, ni fuera como un bárbaro o un necio. De allí la

:w Jacques Deirida efc Elisabeth Roudinesco, De quoi demain..., op. cit., p. 28.:!f' Jacques Derx'ida, "'II n'y a pas le nareissisme'....", op. cit., p. 225.:i(i Jacques Derrida et Elisabeth Roudinesco, De quoi demain..., op. cit., p. 17.ri Ibíd., p. 4-3.;!S Sobre este punto, véase la "advertencia" de 1990, en Jacques Derrida, Le problérne de la

genése dans laphilosophic de Husserl,París,PUF, 1.990,p.VIIVÉste texto, publicado más tarde,era un "diploma de estudios superiores".

predilección por los temas con estatuto equívoco, "indecídible" (diferencia),formaciones de compromiso entre revueltay conformidad, y para losjuegos depalabras y los neologismos, que pueden ser considerados como medios de ce¬lebrar la lengua, incluso por medio de la bromay el chiste. Las audacias de lavanguardia, lejosdeserunasimple transgresión, realizanunaAufhebungdelosprimeros amores de juventud: "Mi deseo se parece al de un enamorado de latradición que querría liberarse del conservadurismo [...]. Enlos textos 'decons-tructivos' aparentemente encarnizados que he escrito [...] siempre hay unmomento en que declaro, lo más sinceramente del mundo, la admiración, ladeuda,elreconocimientoy lanecesidadde ser fiela laherenciaconelfinde rein-terpretarla y de reafirmarla sin fin".39 Esta pulsión es, tal vez, el colmo de lalibido scolastica que, con las separaciones y los desvíos, gana en fantasía y enlibertad. La consagración de Derrida, vedette internacionalmente conocida yrepresentante eminente déla "filosofía continental",ha favorecido esa relaciónapaciguada con la herencia que reactiva emociones antiguas, mezcladas oreprimidasdurantelosañosde aprendizajey de lucha,hastaelpuntoqueinclusounreconocimiento oficial delEstadocomo laLegiónde Honor no le haparecidoirrisorio. Elheredero improbable, inquieto y fascinado habrá debido diferir ycontemporizar -pararetomar algunosde sustérminos-porquetalera,sinduda,la condición para ser reconocido como un heredero legítimo.

En Pierre Bourdieu puede descubrirse otra modalidad de formación y degestión de un"habitus dividido" que surge, en parte, del tipo de informacionesdadas por él. "Por un lado, una disposición reacia, especialmente respecto delsistema escolar,alma mater con rostroscontrastados que, sinduda porque ellafue el objeto de un apego excesivo, es el objeto de una violencia y constanterevuelta basada en la deuda y la decepción. Por otro lado, la altanería, laseguridad, incluso la arrogancia del 'seleccionado', que se vive como un mila¬groso hijode sus obras, capaces de dar cuentade todos los desafíos".40 Así llegana coexistiría tentación de unasobreidentificación con los modelos de excelenciay la de una autoafirmación paradójica, a la vez fiel y desviada: la seguridadprocurada por la escuela alterna con la revuelta contra ellay lacon-tamina, enuna cierta medida.

Eléxito escolar no pudoborrar en el buen alumno el sentimiento de ser unextraño en el universo de la cultura tal como él la ve, llena de nativos segurosy de herederos felices. Y cuando declara, a lamanerade Rousseau,no amar "enmíelintelectual",41laexpresión de ese malestar apunta a loque siente como elotro en sí mismo, la autoridad, el hecho de hablar con autoridad. La leccióninaugural en el College de France ilustró el dilema de aquel que, al discurrirsobre la autoridad, no puede remitirse simple y serenamente a las "grandezas

® Jacques Derrida et Elisabeth Roudinesco, De quoi demain..., op. cit., p. 17.Pierre Bourdieu, Science de la science et réflexivité, París. Raisons d'agir, col. "Cours et

travaux", 2001, p. 214-215.Pierre Bourdieu, Meditations pascaliennes, op. cit., p. 16.

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delestablecimiento",alas instituciones,alosgrandesancestros.Parahablardelaautoridadconlaautoridad,habríadebidopoderolvidar alpadre,tanpresente

en ese momento.Esta prueba de la consagración paradójica, de la que podrá decirse que es

relativamentetardíaenlatrayectoria de Bourdieu,hasido preparadapor-una

multitudde experiencias precoces cuya acumulaciónhaterminado por engen¬

drar un habitus escolar e intelectualmarcado por el desafío y la desconfianzahacia los valores oficiales de lasinstituciones.Laposturade enfrentamiento esvisible- en varios rasgos de juventud, en particular, una manera de resistir"obstinadamente" a laautoridad, al liceo,al internadoy,más tarde, alejército:laindocilidadfunciona comounpuntodehonorfrente alosguardianesdelorden.Algunos ejemplos de estaposturaestánenlostextos autobiográficos. ¿Quiénno

reconocería en el autorretrato de Bourdieu joven los rasgos distintivos delhombre maduro? Y en principio un modo, tal vez excesivo o desmesurado, deinvolucrarse {más que "hablar mucho y hacer poco") en tareas profesionalescomo el trabajo de campo, y en la comunicación oral donde, sensible a laidentidad singular de los colegas, tenía un tono de convicción tan raro en elmundodélos académicos,donde alternabanesfuerzosobre sí,escucha amistosay risadistendidaoiconoclasta.Noseríadifícil reconocer enel centro de lateoríauna manera de resistir a la autoridad. Y es eso lo que habrá obligado a esteintelectual, para quien las justificaciones de existir no eran evidentes, a

encontrar razonesintelectualesparajustificarse suexistenciacomointelectual,y sobre todo, como intelectualque no ama al intelectualen sí mismo.Ensuma,a estar condenado a una reflexividad sin reposo y sin término, único medioracional de sobrellevar el sentimiento de impostura intelectual.

Al haber tenido que hacer la experiencia, como Derrida,de uncorte entre elyo de origen y elyo de laescuela,Bourdieuno estabadispuestonia contentarseconlasuertemodestaalaque parecíadestinado,niapagarelacceso alestatuto

de intelectual con el precio del olvido, de la negación, de la represión de losatributos socialmente indignos. La alternativa heredero/ religiosobienpodríahaber funcionado como el modelo originario de las alternativas ilusorias queBourdieuhaintentadodeshacery desmentirensus investigaciones:rechazalasvariantes escolares de la excelencia, tanto lo "brillante" como lo "serio", y

deshace lasclasificaciones a través de unacombinación inéditade rasgos comoJa"modestia"y la"ambición",juzgados indisociables en sutrabajo de sociología(la Crítica deljudo de Kant movilizada en un estudio sobre los museos). Si, alelegir lasociologíamásquelafilosofía,corrióelriesgoderebajarseo defracasar,

supohacer de ellounaelecciónpositiva"importandoaestadisciplinainferiorlasambiciones asociadas a laalturade ladisciplinade origenalmismotiempoque

las virtudes científicas capaces de cumplirlas".42 El"hecho de investir grandesambiciones teóricas en objetos empíricos a menudo muy triviales",43 era un

desafío, en el doble sentido de rechazo y de proeza buscada. La aversión por las

42 Pierre Bourdieu, Science de la science et réflexivité, op. cit., p. 218.43 Ibíd.,p. 216-217. " ''

posiciones simétricas que dominan la escena intelectual tuvo por correlato elplacer casi aristocrático de escapar delapercepción,de lamirada,de laopinión,de la captura: ese aristocratismo dominado, de "rechazo", a la vez discreto yorgulloso como el de Canguilhem, distinto tanto del ascetismo aristocrático delosprofesores (enelmodelo de Alain o de Heidegger) como del sentidoburguésde las jerarquías, conlleva una suerte de refinamiento que desconfía de losjuegos muy seductores de la distinción intelectual y, simplemente, rechaza"gustar" cuando sería tan fácil.

Herenciasbajoinventario

A diferencia de Derrida,Bourdieuinsistepocoenlas emociones culturales de lajuventud, y prefiereponer en primer plano lo que lo inclinaba a resistir. Unadiferencia tal refleja,en cierto modo,larelaciónconlaherenciacultural que esdifícil no poner en relación con el vínculo con el padre. A partir de los datosdisponibles sepuedenesbozar algunashipótesis.Enambos casos, lospadressonhombres dominados: el de Derrida es descrito como unbuenservidor, un pocodócil, solícito y atormentado;44 el de Bourdieu ocupa, en. un mundo aún muymarcado por lapreeminencia de los valores rurales, un estatuto subalterno deempleado percibido por el hijo a través de la mirada condescendiente de loscompañeros de escuela. De unade las diferencias entre esas relacionespadre/hijo surge la posición del padre en una serie de espacios sociales concéntricos.Enelprimercaso,elpadre,rechazadoy ansioso,habíainteriorizadoeljuicio deun grupo que, por lamediación de las evaluaciones femeninas, se dedicaba adespreciar aloshombresincapacesde "teneréxito",y él aparentementenoteníaotra cosa, nada más secreto para compartir con su hijo que el lamento de serincomprendido. Enel segundo caso, el padre llegaba,al precio del compromisocon la fracción dominante que había permanecido amiga de la familia, a con¬servar una suerte de orgullo discreto en el centro de una condición modesta,recursomoralquepudoservir alhijopararesistir a los veredictos falsos de losdominadores. Si elhijono podía abandonarse sin reservas a las alegríasy a lasilusiones de la consagración escolar, es porque le era necesario contar con unafuerza oscura y silenciosa, el rechazo paternal de la negación de sí, que leprohibíabuscar hacerse el "señor", el. "astuto",el "intelectual"...ParaDerrida,tal resistencia a la dominación simbólica era imposible o impensable, como losugiere accidentalmente a propósito de la lengua. Siel francés era percibido,enlamemoriafamiliar,comounalenguaprestada,sualteridadfundamentalnosedefinía sinembargo enfunción de unareferenciaquehabríapodido ser elárabeo el judeo-español, puesto que éstos al no ser hablados, practicados, estaban

44 Jacques Derrida et Elisabeth Roudinesco, De quoi demain..., op. cit., p. 177 y ss.

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presentes solamente como posibles abolidos, imprecisos, vacíos, huellas: "Perocuando [...] escribo todo el tiempo sobre las cosas que son alemanas, griegas,francesas, incluso entonces es cierto que tengo elsentimiento de hacerlo desdeotro lugar que no conozco. Una exterioridad desde un lugar que no habito, encierto modo".45 Eléxito escolar, a pesar de o por sus incertidumbres, le procuróreaseguros inesperados sobre la identidad social, al autorizarlo a la vez avincularse aunalíneanoble;herederoque amaba tanto más laherenciacuantoque no era evidente, y a vivirse como un "milagro", un elegido venido de "otrolugar", de ninguna parte, escapando de toda pesadez y siempre soñando conascensiones misteriosas, herencias halagadoras para captar o para cons -

truir con la palabra.Sería necesario añadir que las figuras paternas45 condensaban, además, las

contradicciones de una historia que no era más que familiar: en un caso, laexperiencia dolorosa de un grupo campesino dividido entre la pérdida de suintegración colectiva y la negación de la pérdida, de un grupo cuyos hijosrechazados que emigran a la ciudad debían sin embargo saber no mostrarseingratos, orgullosos, fascinados por los otros; en el segundo, la tensión, muyaguda en la pequeña burguesía judía, entre las perspectivas radiantes de lamovilidadsocial (la "Francia")y lasmarcas de esos orígenes de los cuales nadiese acuerda muy bien, si no es a través de las experiencias de ritos conformistasy aquellas,másvivas,delestigma 47 Cadauno a sumanera,Bourdieuy Derridapueden aparecer, en suma, como buenos hijos.

Supalabrapide ser referida a la lógica de latrayectoria. Cuando el sociólogohabla de sí mismo tiene todo tipo de razones "personales" y profesionales parabuscar captar los atributos pertinentes que permiten distinguir y explicar suposición. Elfilósofo "deconstructivo" está muy alejado, en lo que a él respecta,de esas preocupaciones. Como se havisto, asume elhecho de inscribirseenunahistoria donde entran la fascinación, la seducción y el amor: ciertamente, laconsagraciónhabráfavorecido laconfesiónenunmomentoenque,como filósoforeconocido,notenía nadaque perder -por elcontrario-alexpresar elhomenajehacia esa tradición de la cual aparece públicamente y con brillo como el"deconstructor".¿Rebelde?¿Fiel?Nopodemosmásque perdernosenlacuestiónde saber cuál es laverdadera identidadde unpensador que se las ha ingeniadopara ocupar una posición "indecidible" basada en la contaminación de losopuestos, nuevaversión, tal vez, del mito del "intelectual sin vínculos".48 Elso-

45 Jacques Derrida, '"II n'y a pas le narcissisme',...", op. cit., 219.Habría sido deseable hablar también de las madres, algo que no he pasado por alto, pero

los datos sonen este aspecto muy insuficientes y, en todo caso, poco propicios para la comparaciónmetódica.

47 Hay que recordar que el antisemitismo colonial que pudo expandirse bajo el gobierno deVichy era relativamente antiguo e importante.

48 A propósito de la "deconstrucción" que omite "deconstruir" al "deconstructor", Bourdieuescribe: "Incesantemente en movimiento, aprehensible e inaprehensíble, el filósofo sin lugar nimedio, atopos, cree escapar, según la metáfora nietzscheana de la danza, a toda localización, atodo punto de vista fijo de espectador inmóvil y a toda perspectiva óbjetivísta (...1; siempre en

ciólogo, tal como él loconcibe, no está dedicado a otracosa más que aportar unaconfirmación suplementaria de los presupuestos "metafísicos" inherentes a sudisciplina: lanitidez de las elecciones y de los rechazos intelectualesy políticosparecería reflejar sobre todo una predilección por la presencia, el presente, lopropio, lo determinado.

Aun cuando Bourdieu no cultivó lo indecidible y la diferencia, difícilmentepuede ser considerado solamente como un pensador de la oposición y de laclasificación. Siempremanifestólamayor reservahacialasproclamasostenta-torias de radicalidad,de lascuales conocíabienel carácter ilusorioy superficialy, sobre todo, lacomplicidadprofundaque las ligaa los modelos que pretendenderrumbar. Frente a los "adversarios cómplices" que acuerdan ladelimitaciónde posiciones,Bourdieurechazaba ser definidopor elecciones que recusabay seveía llevado a mostrar concretamente todo lo que la alternativa impuestarepresentade pérdiday derenuncia.Sipudohablarde "dobleverdad",49objetivay subjetiva,a propósito de laprácticadeldono biendeltrabajo obrero,es porquerechazabaelegir entreunauotravisiónde larealidad,lavaguedadnoimplicabasólo los límites de lamiradasino las características de larealidadconsiderada,que permanece indecisa tanto tiempo como lacoyuntura no imponga cortar enunsentido (el interés) o en el otro (el desinterés). Del mismo modo, el rechazo,adolescente, intelectual o burgués, de las determinaciones, es una ilusiónobjetivamente fundada y digna de ser tomada como objeto aunque produzcaefectos en el mundo social y en los agentes implicados. No se trata nunca enBourdieu de una toma de partido estética a favor de la equivocidad, sinosolamente del reconocimiento del hecho de que ella pertenece a la realidad.

Elalma mater no tenía solamente un lado "nocturno". La revuelta podíatambién consistir en buscar el vigor detrás de las fórmulas "escolares", laprecisióndetrás de laretórica,losmaticesdetrás de lasclasificaciones,elafectodetrás delaimpersonalidad,lo"específico"detrás delogenérico (como dacuentade ello el cuidado minucioso de varias descripciones). Tal era el "hiperbolismo"propio de Bourdieu: esa manera de tomar en serio la cultura escolar o es¬colástica, de tomarla en serio hasta elpunto de "desviarla" (otra palabra de supredilección) para otros usos, otras apuestas, otros objetos. Según él, lasrevoluciones simbólicas, lejos de ser puramente negadoras o destructoras, sehancumplido por revolucionarios que disponían de loque él llamabael capital:sudesafío estádirigidonotanto contra los dominadores como contra los límites,las divisiones, las alternativas, las prioridades, las elecciones que impone ladominación. Pero, bajo pena de fariseísmo, ese hiperbolismo sólo podía serpúdico, tácito, "en acto", visible solamente para aquellos que quieren ver,.

vuelo, tomador inexpugnable que no renunció sino en apariencia a) sueño de la trascendencia,maestro del juego |.....'], especialmente con las ciencias sociales [...| siempre está seguro de poneren duda las puestas en duda más radicales y, si no ¡e queda nada más a la filosofía, confirmarque nadie puede deconstruir mejor la filosofía que el filósofo mismo" (Pierre Bourdieu,Meditations pascaliennes, op. cit., p. 129)

40 Ibíd., p. 229 y ss; y 241 y ss.

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Delmismo modo, el estilo de Bourdieuno podría ser remitido a la sequedad ;

positivista. La ciencia, que la tradición escolar opone tan radicalmente a asvirtudes literarias,50puedeperfectamentejugar conlaambigüedady laam iva

lencia.Luegodelos años delaENS,expuesto ensus comienzosalas tentaciones

de unaescrituraconforme alrangoocupado y/o deseado (élhabladeuntex o ejuventud"escolarmente enfático y lleno de ripios retóricos ),51 tuvo quehacer taprendizajedelasobriedadalavezqueseautorizabaunciertoplacer ierÿrÿ'cultivadonoparasí mismo sino másbien como unasuerte de medidaque a acuenta de la conveniencia del discurso respecto de las cosas desciip as yanalizadas. Ensuenseñanza,señalabahastaquépuntolasconsideraciones de

"escritura" formaban parte del trabajo sociológico. Y en. sus propios textos

utilizaba una pluralidad considerable de repertorios, de tonos, de humores,puestoque,alladodelaexpresiónpolémicao,almenos,combativay esa iaTúe>y a veces molesta, burlona o provocadora, o de la expresión casi axiomática,dejaba lugar a muchos otros tonos que nunca habría pensado en su rayar,

incluso si se convirtieron en unas de las marcas distintivas de su es .1 0ÿ porejemplo, laevocación precisay matizada de figuras tales como las de los deso¬cupados, los pequeño burgueses encadenados a la compra de una casa o osjóvenes magrehíes sin futuro, contenía una visión melancólica del curso delmundo, hecho de miseria, de injusticia y de vanidad. Si ciertas frases t e

Bourdieuerantambiénlargas,a veces arduas paraellector,es enlame 1 aenqueélcreíainscribirenellaslacomplejidaddeltodo, lasolidaridadde e emenÿosobjetivos y subjetivos, éstos mismos jerarquizados -"factores , homo opasestructurales"-, anticipando a la vez maneras de comprender demasiadoapuradasy fácilesque setratabandedesmentir,de suspender,de rectificar. a

preocupación por elrigor se combinaba con laobsesión por comprender y e sercomprendido demasiado rápido y por malas razones.

Entrelas diferentes figuras de Bourdieu nos abstendremos de elegir aquesería la más "verdadera". Y en principio porque las propiedades aaia as

pertinentes 110 funcionan nuncasino por,y en relación con, espacios de erannados que tienden a favorecerlas o neutralizarlas. Las tensiones de a 1-«s

social e intelectualno dejaron de ser confirmadasy sostenidasporlastensiones

internas de laactividadcientífica que, según las situaciones, llevabanya seaa

insistir sobreuna"verdadobjetiva" inscriptaen las estadísticas, enpracticaso

en discursos, ya sea a consagrar tesoros de paciencia al análisis de ma ice.

imperceptiblesdelaexperienciaindígena,alanálisismetódicoperointermitíablede "modalidades",esas diferencias específicas que dantoda su singularidad,toda su "necesidad" a tal o cual manera dehablar, de mantenerse, e juzgar

Según los casos, lo másurgentey lo más difícil era sobrellevar las resis enci

sociales e intelectuales al develar regularidades objetivas, o bien, so re odescribir, comprender mostrando diferencias.

50 Pierre Bourdieu, "Photographies d'Algérie'', en Pierre Bourdieu, linagesÿaffinité elective, Arles-Viena-París, Aetes Sud-Camera Austria-Fondation 1 er, ,

r>1 Pierre Bourdieu, Science de la science et réflexivité,op. cit., p. 188.

to fpmmvm

Sise quiere comprender las divergencias entre Bourdieuy Derrida a través

de las "tesis" contenidas en sus escritos, como loharían,nosinbuenas razones,

lamayoría de los comentadores, se correría el riesgo de pasar por altoelmodus

operandi de las actividades intelectuales y, en consecuencia, de encerrarse en

unjuego irrealdeconfrontacionescuyoscriteriosde pertinenciasonindefinidos.

Siempre se conseguirá mostrar ciertos parecidos (por ejemplo: deconstrucción

dellogocentrismo/críticadelarazónescolástica) o diferencias(larelaciónconlas

ciencias del hombre):pero siempre quedarán suspendidas enlainsignificancia

de lascomparacionesdoctasenlamedidaenquenohayansido relacionadascon

las modalidades muy diferentes de habitus dividido que las fundamentan.Aceptar el corte del clivaje, exacerbarlo, suspenderlo, rodearlo o conjurarlo: a

través de una infinidad de pequeñas orientaciones que hacen pensables y

deseables objetos, problemas, maneras de escribir, de hablar, se precisa y se

afirma todo elcurso de una trayectoria, convirtiendoenhabitus intelectual las

inclinaciones de origen.

Nohay, entonces, por un lado, las pasionesy, por el otro, las instituciones;

también hay pasiones como la libido sciendi scolastica, deseo suscitado por la

escuela y que implica solamente las cosas que se han vuelto amables y

concebibles por ella. Demodo que se puede describir lavoluntad de saber de lostres intelectuales considerados en función de larelaciónconelordensimbólico,con la autoridad, la tradición, que está en el origen de los intereses investidos

en la actividad intelectual. Lo que los distingue es el grado en el que lacríticase inscribe en la lógica de lo que es criticado. La curiosidad, celebrada por

Foucault,esunmodo de cambiarse asímismo,pero sinunirse,sinoadistanciay en la oportunidad, como por procuración, a través de una continuidadinterminable de objetos que, incluso insólitos, siguen siendo filosóficamenteimportantes:ver lascosas de otromodo aparece comounafuente de satisfaccióny de liberación. Derrida, el más vinculado a la lectura de textos canónicos(incluso si se arriesgó con otros textos)parece poseídopor unalibidoscolasticaparoxystica(hiperbólica)que consisteenllevar lasreglasdeljuego letradohacia

ÿ los límites donde el amor de las palabras y de los textos se conserva y es

acrecentado, una vez liberado de las trabas y de las censuras escolares. Porúltimo,enlamedidaenquellevaainterrogarlospresupuestosocultos,esdecir,sociales, de lasactividades libresy desinteresadas,empezando por ladelsujetoque conoce, se puede calificar de paradójica (o simplemente indiscreta,inopor¬tuna)52 la libido sciendi que Bourdieu ha comprometido en su práctica desociólogo.

Se puede decir, sin duda, que la concepción misma de la voluntad de saber,de sus objetos y de sus obstáculos varía según los puntos de vista. Para el

Bourdieu habla, en la conclusión de su libro de autoanálisis sociológico, de ese "oficiosumamente difícil, que consiste en organizar el retorno de lo reprimido y en decir a la cara detodos lo que nadie quiere saber" (Pierre Bourdieu, Esquisse pour une auto-analyse, París,Eaisons d'agir, col. "Cours et travaux", 2004, p. 141).

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sociólogo, esta pluralidades ella mismaobjetivable en el mimo nivelque otrasmaneras de ver, en función de factores como las disposiciones, los capitalesposeídos,laposiciónocupadaenelespacio de lasdisciplinasy encadadisciplina.Para los filósofos, lo que ellos se dan como tarea designar o describir, por la"deconstrucción" o por la "arqueología", encierra apuestas teóricas fundamen¬tales fuera de alcance enlas disciplinas positivasy permanece irreductiblea laacción de estructuras sociales determinablesA1 ¿Es necesario decir hasta quépunto una diferencia semejante remite a la relación con lainstituciónescolar?Laobjetivación de las pulsiones académicas y escolásticas desprovista de todoaparato intelectual, si no de toda ambición teórica, estaba en el centro de laconcepciónqueBourdieutenía de laactividadintelectual.Loquehaevitado quese abandonara alarteporelartefilosófico delasuperaciónhabrásido menosunaforma de orgullo plebeyoque elrechazo,tan improbable,de compartir la ilusiónde los juegos por los cuales los buenos alumnos han sido elegidos.

5:1 Al presentarse como un "historiador del pensamiento" que explora una "vía, una pista, muy

estrecha" situada "entre la historia social y los análisis formales del pensamiento", Foucaultdeclara: "mi terreno es la historia del pensamiento. El hombre es un ser pensante. La maneraen la que piensa está ligada a la sociedad, a !a política, a la economía y a la historia Pero elpensamiento y las relaciones de sociedad son dos cosas bien diferentes" (Michel Foucault, "Truth,Power, Self', entrevista con R. Martin, reeditado en Michel Foucaúlt, Dits et écrils, op. cit., p.777-778).

UNA LIBERTAD RESTRINGIDALAFORMACIÓNDELATEORÍA

DEL HABITUSGiséle Sapiro

El concepto de habitus es un concepto clave de la teoría sociológica de PierreBourdieu,ya que fundatanto suconcepción delaaccióncomolade lapercepcióndel mundo. También está en el centro de su análisis de las relaciones socialesy de losestilos de vida que estructuranelespacio social.Eseconcepto y lateoríade la práctica que le está asociada han sido elaborados en una coyuntura decambio de paradigma en las ciencias humanas. Aunque un poco más joven,Bourdieu pertenece, en efecto, con Louis Althusser y Michel Foucault, a lageneración que se constituyó y se afirmó contra el existencíalismo, entoncesdominante en el campo intelectual, oponiendo a la "filosofía del sujeto" una"filosofía sin sujeto", al subjetivismo el objetivismo de las estructuras, alhumanismoexistencialistaopersonalistaloque sehallamadoel"antihumanis¬mo". Esta generación acompañó, cuando no participó directamente -comoBourdieumismo-,eldespliegue de las cienciassociales, inauguradopor eléxitodel estructuralismo a fines de los años '50 y elejemplo de Claude Lévi-Strauss.Contra la tradición racionalistaque,de Descartes a Sartre,postula la transpa¬rencia de la conciencia consigo misma, las ciencias nuevas, después delpsicoanálisisy de 3a sociología durkheimeana, se interesanen los desvíos entrelas acciones y la conciencia que de ellas tienen los agentes, que suponen uninconsciente a través del cual el hombre es actuado más que actor. Alimentadacon las investigaciones empíricas que dirigió en Argelia y en Bearn entre 1958y 1960, luego en Francia en los años 1960,así como por 'sus lecturas de Sartre,Merleau-Ponty,Husserl,Heidegger,Durkheim,Mauss,Saussure,Lévi-Strauss,Marx, Weber, Panofsky, Chomsky, Wittgenstein, etc., la teoría del habitus,progresivamente elaborada por Bourdieu durante este período se inscribe enesasproblemáticasalasqueaportaunarespuestaoriginal.Alapuntar asuperarlas oposiciones entre objetivismo y subjetivismo, mecanismo y finalismo, es¬tructuras e individuos,etc., lateoría del habitus reintegra laexperiencia de losagentes como parte de la realidad social sin buscar en ella toda la variedad desus acciones, las que no adquieren sentido sino en un sistema de relacionesestructurado v ierarouizado.

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