plan regional seguridad ciudadana 2014
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Seguridad ciudadana en arequipaTRANSCRIPT
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Plan Regional de Seguridad Ciudadana
2014
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I. Tabla de contenido
I. MARCO CONCEPTUAL ....................................................................................................... 7
A. Aproximacin al concepto de seguridad ciudadana ......................................................... 7
B. Corrupcin y seguridad ciudadana ................................................................................... 9
1. Enfoque integral de la poltica de seguridad ciudadana ................................................. 14
II. DIAGNSTICO DE LA INSEGURIDAD, LA VIOLENCIA Y EL DELITO EN EL PER ........... 18
A. Situacin actual ............................................................................................................... 18
B. Homicidios ....................................................................................................................... 18
C. Victimizacin ................................................................................................................... 21
D. Percepcin de inseguridad .............................................................................................. 32
E. Confianza en las instituciones ......................................................................................... 35
F. Situacin del Sistema Penitenciario Regional ................................................................. 37
G. Causas multidimensionales ............................................................................................. 39
H. Factores de riesgo social que propician comportamientos delictivos ............................ 40
I. VIOLENCIA FAMILIAR ...................................................................................................... 45
J. Escasos espacios pblicos seguros como lugares de encuentro ciudadano .................. 48
K. Dbil participacin de los ciudadanos, la sociedad civil, el sector privado y los medios
de comunicacin social en la seguridad ciudadana............................................................. 49
L. Baja calidad y cobertura del servicio policial .................................................................. 50
M. Deficiente calidad y cobertura del servicio policial ........................................................ 52
N. Dbil institucionalidad del Comit Regional de Seguridad Ciudadana .................. 55
O. Problema y efectos ......................................................................................................... 58
III. La Seguridad Ciudadana como Poltica de Estado: hacia un nuevo enfoque para
la convivencia pacfica .............................................................................................................. 68
A. Justificacin de la poltica de Estado .............................................................................. 68
B. El Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana como sistema funcional ......................... 69
C. Factores de xito ............................................................................................................. 76
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IV. PLAN REGIONAL DE SEGURIDAD CIUDADANA AREQUIPA - 2014 .................................. 78
A. Visin al 2015 .................................................................................................................. 78
B. Objetivos estratgicos ..................................................................................................... 80
1. Objetivo estratgico 1 ....................................................................................................... 80
2. Objetivo estratgico 2 ....................................................................................................... 80
3. Objetivo estratgico 3 ....................................................................................................... 81
4. Objetivo estratgico 4 ....................................................................................................... 81
5. Objetivo estratgico 5 ....................................................................................................... 82
6. Objetivo estratgico 6 ....................................................................................................... 83
V. MATRIZ DEL PLAN REGIONAL DE SEGURIDAD CIUDADANA 2013 .................................. 88
A. Objetivo estratgico 1 ..................................................................................................... 88
B. Objetivo estratgico 2 ..................................................................................................... 89
C. Objetivo estratgico 3 ..................................................................................................... 91
D. Objetivo estratgico 4 ..................................................................................................... 91
E. Objetivo estratgico 5 ..................................................................................................... 95
F. Objetivo estratgico 6 ..................................................................................................... 96
ANEXOS ................................................................................................................................... 101
MAPA REGIONAL DEL DELITOEN AREQUIPA 2014 ................................................................. 102
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PRESENTACION
Las noticias periodsticas abonan una campaa de alarma social ante la delincuencia
violenta, lo que contribuye a reducir la problemtica a un crecimiento de la maldad y
crueldad de ciertas personas (jvenes, pobres, excluidas, vulneradas, desocupadas).
Ante esto suenan y resuenan voces de imponer la ley y el orden y se ha puesto de
moda una invocacin a la llamada tolerancia cero que en los hechos slo persigue
incivilidades mientras deja impune los grandes delitos del poder y la corrupcin
pblica. Persiste as una poltica penal con su correspondiente selectividad o como
dice M. Foucault una poltica que administra diferencialmente los ilegalismos.
En la historia de las sociedades humanas la mayor amenaza a la vida ha sido la
imposibilidad de dominar las fuerzas de la naturaleza y la supuesta existencia de
seres sobrenaturales y todopoderosos (dioses) que conjugaban al mismo tiempo la
bondad y la maldad, la crueldad y la compasin, la vida y la muerte (Girard, 1995);
pero el mayor miedo ha radicado en la dificultad de establecer un orden social que
evitara la violencia recproca inacabable. Es ste, el miedo a una violencia sin orden,
lo que llev a aceptar resignadamente la imposicin de un orden con violencia
(llamada civilizacin) y por lo tanto a la existencia de dominantes y dominados, de
poderosos y dbiles, de soberanos y sometidos, de victoriosos y derrotados sociales.
Bien, cmo logran los sectores dominantes conjurar esa amenaza latente de que se
desencadene una violencia recproca que destruya el orden de las diferencias, la
cultura?. Como sabemos, la institucin el estado- que representa el orden apela a
la amenaza y a la violencia que concebida como legtima, es capaz de ejercer
castigos invocando la defensa del orden amenazado y el supuesto mandato social.
En parte producto de los medios de comunicacin y en parte por esta nueva realidad
se ha hecho perceptible que el delito ha pasado de ser lo infrecuente, lo anormal
circunscripto a las conductas de los marginales y extraos a ser una parte habitual en
nuestra vida cotidiana tanto en las instituciones pblicas como en la familia, tanto en
el mercado como en la gestin de las polticas sociales, tanto en la guerra como en la
paz.
El sentido de la vulnerabilidad que existe entre los ciudadanos se extiende a cada
faceta de sus vidas, abarcando desde preocupaciones sobre el empleo y el cuidado
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de la salud, hasta percepciones que van de mal en peor sobre la degradacin
ambiental y la seguridad personal. Pero en si la realidad de Arequipa, no slo nos ha
permitido observar con meridiana claridad la situacin de indefensin en la cual se
encuentran los ciudadanos, frente al problema de la inseguridad, sino tambin
constatar el divorcio entre el Estado y la Sociedad y entre la Ley, las costumbres y la
tica..
Lo legalmente permitido se define en relacin con un conjunto de normas jurdicas
expresas acompaadas de mecanismos especficamente orientados a lograr su
cumplimiento, mecanismos que en ltima instancia se apoyan en el monopolio de la
coaccin material directa
y en la posibilidad de aplicar sta conforme a normas que aseguran garantas de
naturaleza procedimental ("derecho a la defensa", "debido proceso", etc.). Lo
culturalmente vlido corresponde a comportamientos aceptables o deseables, con
independencia frente a lo que dice la ley o el juicio moral individual, y "por lo
general" de manera relativa a un medio o a un contexto cultural. Lo moralmente
vlido se delimita mediante juicios y argumentos que la persona formula "ante s o
ante otros" en uso de su autonoma moral (ante su "conciencia").
Cierto grado de divorcio entre ley, moral y cultura es inevitable y al menos en la
Modernidad puede ser interpretado como un factor de renovacin de la ley de los
Estados, de la moral de los individuos y de la cultura de distintos grupos humanos.
En algunos casos, ese divorcio puede ser visto como excesivo. Para reducir este
divorcio entre ley, moral y cultura no parece suficiente una intensificacin de la
comunicacin personal. Hace falta tambin una intensificacin de la interaccin
expresiva y estratgica, an si esta intensificacin no resulta plenamente controlable.
Lo sentido por cada cual debe aflorar y la pugna de intereses debe asumirse, aunque
ello conduzca a resultados en parte impredecibles.
Es propia de la democracia la construccin de reglas comunes acatadas por personas
moralmente diferenciadas pertenecientes a diversas tradiciones culturales.
Pluralismo cultural y moral se vuelven viables gracias a lo que hemos llamado
congruencia entre ley, cultura y moral
Por ello hablamos de "seguridad del ciudadano", aunque la frase en s misma puede
no ser utilizada en la conversacin cotidiana entre la multiplicidad de los pobladores,
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ella refleja un sentimiento que se comprende y se expresa en niveles anecdticos: la
problemtica de viajar con seguridad desde el hogar hacia el trabajo o la escuela, el
temor a ser atacado en su propia residencia, una desconfianza severa en las
instituciones responsables de la seguridad pblica (la polica, los militares, el sistema
judicial, etc.), y el sentido de vulnerabilidades crecientes contra una violencia
aparentemente incontrolable, entre otras preocupaciones.
Mientras la delincuencia, la violencia y otros factores alcanzan niveles nunca vistos, el
asunto de la seguridad o la inseguridad del ciudadano se han convertido en un tema
constante en el quehacer cotidiano de los pobladores. La extensin de la violencia se
ha desbordado en un clima generalizado de criminalidad. En si las cifras sobre
delincuencia, criminalidad, victimizacin y otros, muestran lo que simplemente es la
magnitud absoluta de diversos tipos de violencia, ya sea domstica, comunitaria,
social, poltica, o econmica.
El mensaje contenido aqu es que la asuncin de una visin integrada de la seguridad
ciudadana con los intereses de la sociedad civil en el centro y un reconocimiento
realista de las fuerzas que la amenazan posibilitar la reformulacin del modelo
institucional que actualmente caracteriza a los sistemas de seguridad, judicial y
penal. Solamente as podrn ser echadas las bases que les permitan a los ciudadanos
y las ciudadanas avanzar ms all de la violencia e inseguridad que actualmente nos
rodea.
En Arequipa, existen problemas de ndole delincuencial no tan alarmantes como en
otros lugares del pas, pero sin embargo las estadsticas nos muestran que en un
promedio 40 delitos, en sus diferentes modalidades, se cometen diariamente en toda
la regin, resaltndose los delitos contra el patrimonio.
La solucin a esta problemtica no es exclusivamente policial o judicial; y, por tanto,
sugiere la necesidad de desarrollar polticas preventivas y de control que cuenten con
la participacin activa de la comunidad. No es posible enfrentar con xito los
problemas de inseguridad ciudadana en nuestra regin, si las autoridades polticas no
conjugan diagnstico y estrategia para la accin. La estrategia est ntimamente
ligada a las acciones que se desarrollen en la comunidad, como priorizar la atencin a
adolescentes y jvenes en riesgo, la recuperacin de espacios pblicos, el
ordenamiento del trasporte y el comercio ambulatorio. Al diagnstico y la estrategia
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hay que sumar un factor clave: la participacin ciudadana. Solo a travs de la
vigilancia y el compromiso de los vecinos se puede hacer una poltica local eficiente
de combate a la delincuencia y la criminalidad.
El Plan que a continuacin se presenta refleja la voluntad y compromiso de los
miembros del comit Regional para disear y ejecutar acciones que nos lleven a
hacer de la Regin de Arequipa, un lugar seguro y ordenado en el que prime la
convivencia pacfica entre los ciudadanos, en un marco de confianza, tranquilidad y
paz social, que permita una mejor calidad de vida, es decir una Regin en el que
todos queramos vivir.
El presente plan tiene por objeto definir las polticas y lineamientos de la seguridad
ciudadana Regional propiciando que el comit participe como ente rector y
coordinador en la interrelacin de los diferentes actores de la seguridad ciudadana
como: la Polica Nacional del Per, el Gobierno Regional de Arequipa, autoridades
educativas y judiciales, la comunidad organizada, as como tambin el sector privado
que ha sido incluido al Comit Nacional de Seguridad Ciudadana (CONASEC).
An faltan tareas por desarrollar, seguiremos construyendo juntos una Regin segura
con ms nfasis en la prevencin teniendo en cuenta planes provinciales de
Seguridad Ciudadana instrumentos de gestin que nos brindan estrategias para
fortalecer la seguridad y garantizar una situacin de paz, tranquilidad y convivencia
pacfica en una Regin emprendedora y con visin de futuro.
JUAN MANUEL GUILLEN BENAVIDES
PRESIDENTE DEL CORESEC-AREQUIPA
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I. MARCO CONCEPTUAL
En este primer captulo del Plan, se presentan los conceptos ms importantes
para entender la problemtica que atae a la seguridad ciudadana. Asimismo, se
explica el enfoque adoptado en la poltica de seguridad ciudadana.
A. Aproximacin al concepto de seguridad ciudadana
Segn la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU), el desarrollo humano es
un proceso de expansin de las libertades efectivamente disfrutadas por las
personas. Ese desarrollo no es automtico. Por el contrario, est plagado de
amenazas. Precisamente por ello, el desarrollo humano debe estar
indisolublemente ligado a la seguridad humana, que tiene como propsito
proteger al individuo frente a amenazas de distinta naturaleza: desastres
naturales, criminalidad, enfermedades y epidemias, hambre, pobreza extrema,
dictaduras y totalitarismo.
La seguridad ciudadana es solo uno de varios componentes de la seguridad
humana, aquel componente responsable de enfrentar las amenazas violentas y
delictivas contra las personas y sus bienes. La seguridad ciudadana tiene dos
acepciones.
La primera la define como la condicin objetiva y subjetiva de encontrarse
el individuo libre de violencia o amenaza de violencia, o despojo intencional por
parte de otros. El concepto de violencia denota el uso o amenaza de uso de la
fuerza fsica o psicolgica con el fin de causar dao o doblegar la voluntad. La
nocin de despojo remite al acto de privar ilegtimamente de su patrimonio a
una persona fsica o jurdica
Aunque esta definicin parecera restrictiva, en realidad, incluye a todos los
delitos contra las personas, como el homicidio, la agresin, la violacin, el
secuestro y la trata de personas, as como los delitos contra el patrimonio, tanto
privado (robo, hurto y estafa) como pblico (soborno y cohecho). Incluye,
adems, modalidades delictivas propias del crimen organizado, como el
narcotrfico, el trfico de armas, el lavado de activos o el comercio de bienes
ilegales, que estn muy estrechamente relacionados con la violencia y el
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despojo, aunque no daen directamente a las personas o a su patrimonio.
La segunda acepcin de seguridad ciudadana la refiere como la accin destinada
a proteger a los ciudadanos frente a los hechos de violencia o despojo, lo que se
persigue con una poltica pblica, entendida como los lineamientos o cursos de
accin que definen las autoridades estatales. Esto constituye una obligacin
positiva del Estado derivada de sus compromisos internacionales para
garantizar los derechos fundamentales.
Desde una perspectiva de derechos humanos, el concepto de seguridad
ciudadana es el ms adecuado para el tratamiento de los problemas de
criminalidad y violencia, en lugar de los conceptos de seguridad pblica,
seguridad interior u orden pblico, por cuanto tiene un enfoque centrado en la
construccin de mayores niveles de ciudadana democrtica, con la persona
humana y los grupos sociales como objetivo central de las polticas, a diferencia
de la seguridad del Estado o de determinado orden poltico.
El analista
Fernando Carrin seala que la seguridad ciudadana se diferencia de la
seguridad pblica en que esta ltima se constituye desde una perspectiva
Estado-cntrica y la primera desde una concepcin ciudadana en la que el
Estado resulta ser uno de varios elementos.
En los ltimos aos, el concepto de convivencia social se ha ligado al de
seguridad ciudadana. En efecto, ambos conceptos se basan en la promocin de
la adhesin de los ciudadanos a una cultura ciudadana basada en el respeto a la
ley, a los dems y a unas normas bsicas de comportamiento.
En este contexto, la Ley 27933, que crea el Sistema Nacional de
Seguridad Ciudadana (SINASEC), considera que la seguridad ciudadana es la
accin integrada que desarrolla el Estado, con la colaboracin de la ciudadana,
para asegurar la convivencia pacfica, la erradicacin de la violencia y la
utilizacin pacfica de las vas y espacios pblicos, as como para contribuir a la
prevencin de la comisin de delitos y faltas. Con mayor detalle, el reglamento
del SINASEC, aprobado mediante Decreto Supremo 012-2003-IN, precisa
que su orientacin final es la proteccin del libre ejercicio de los derechos y
libertades, adems de garantizar la seguridad, la paz, la tranquilidad y el
cumplimiento y respeto de las garantas individuales y sociales a nivel nacional.
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Con posterioridad, la Defensora del Pueblo ha sealado que la seguridad
ciudadana no constituye en s misma un derecho de naturaleza constitucional o
legal, pero s un bien jurdico protegido, en tanto conjunto de acciones
destinadas a preservar otros valores jurdicamente tutelados por nuestro
ordenamiento, adems de los derechos constitucionales a la vida, a la integridad
y a la propiedad, entre otros, como la tranquilidad pblica o la paz social, el uso
pacfico de los espacios y vas pblicos, etctera. En el mismo sentido se ha
pronunciado el Tribunal Constitucional, al considerar que la seguridad
ciudadana est referida a un conjunto de acciones orientadas a salvaguardar
el desarrollo de la vida comunitaria dentro de un contexto de paz, tranquilidad
y orden, consolidando una situacin de convivencia con normalidad, es decir,
preservando cualquier peligro o amenaza para los derechos y bienes esenciales
para la vida comunitaria.
B. Corrupcin y seguridad ciudadana
Desde una perspectiva histrica, el Per ha sido profundamente afectado por
una corrupcin administrativa y estatal, que puede medirse desde las
decadencias del periodo colonial hasta nuestros das, lo que ha limitado el
desarrollo y el progreso del pas. Si bien no existe un concepto bien definido
de corrupcin, se puede entender como prctica corruptiva el acto de ofrecer,
dar, recibir o solicitar, de manera directa o indirecta, cualquier cosa de
valor para influir en las acciones de la otra parte. Por su parte, el Plan Nacional
de Lucha contra la Corrupcin 2012-2016 define la corrupcin como el
uso indebido del poder para la obtencin de un beneficio irregular, de carcter
econmico o no, a travs de la violacin de un deber de cumplimiento, en
desmedro de la legitimidad de la autoridad y de los derechos fundamentales de
la persona.
En el transcurso del tiempo, se ha comprobado que la corrupcin afecta de
manera negativa el desarrollo econmico, la distribucin del ingreso, la
legitimidad del sistema poltico la viabilidad del Estado y el grado de
criminalidad; en otras palabras, afecta la gobernabilidad democrtica. En este
Plan, interesa destacar la relacin que existe entre la corrupcin y la seguridad
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ciudadana: a mayor corrupcin, menor seguridad ciudadana.
Los resultados de diversas investigaciones han demostrado que, en varios pases
de la regin, la corrupcin y la impunidad han permitido a organizaciones
criminales desarrollar y establecer verdaderas estructuras de poder paralelas.
En ese sentido, la corrupcin de funcionarios pblicos es, con frecuencia, un
producto de la delincuencia organizada. Los individuos que participan en
actividades ilcitas graves y rentables invariablemente cuentan en algn
momento con el apoyo de funcionarios pblicos corruptos. Tan estrecha es la
relacin entre corrupcin y seguridad que se llega afirmar que la corrupcin es
necesaria para el funcionamiento de la delincuencia organizada, y que la
capacidad de los grupos delictivos organizados para crecer y tener xito
depende en gran medida de las relaciones que establezcan con funcionarios
corruptos.
Asimismo, se ha constatado la influencia de la corrupcin en las entidades
participantes de la seguridad ciudadana y sus diversas manifestaciones,
dependiendo del actor de que se trate. En el caso de la Polica, son tres los
principales niveles de corrupcin. El primero corresponde al rea administrativa
e incluye los oscuros manejos de recursos humanos y econmicos. El segundo
es el nivel operativo, aquel relacionado con la prestacin de servicios de la
Polica y donde determinadas unidades policiales tienen un amplio margen de
maniobra para protagonizar actos de corrupcin. Y el tercer nivel es el mbito
poltico, el cual abarca el intercambio de privilegios, prebendas y prerrogativas
gubernamentales a cambio de proteccin y mal entendida lealtad policial.
Por diversas razones, la corrupcin operativa tambin tiene efectos
devastadores, como la administrativa. Primero, porque si el servicio pblico
tiene un precio, se vulnera su carcter universal y gratuito; se generan barreras
para el acceso a la justicia, que afectan a los ms pobres; y se hace tabla rasa de
la imparcialidad de los funcionarios pblicos, socavando su legitimidad.
Segundo, la vulnerabilidad a la corrupcin destruye, en el proceso, el principio
de legalidad y el respeto a los derechos humanos, que son los pilares del Estado
de derecho, y ata de manos a las instituciones del sistema para hacer cumplir la
ley, que es su razn de ser.
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Con frecuencia, la corrupcin administrativa y la operativa en forma
extendida prosperan y se consolidan cuando son, por lo menos, toleradas
por las autoridades polticas, que no hacen uso de su autoridad para ponerles
freno.
Como resulta obvio, las polticas pblicas estn reidas con la corrupcin, pues
su propsito es obtener el mayor bienestar colectivo posible, mientras que el de
la corrupcin es obtener el mayor beneficio del corrupto y del corruptor. Existe,
adems, una segunda incompatibilidad, que se deriva de las funciones
esenciales de la poltica de seguridad ciudadana, que es la de aplicar la ley, as
como prevenir y combatir el delito.
Por otro lado, existen cuatro elementos que contribuyen a crear oportunidades
para las distintas formas de corrupcin, a saber: la existencia de un poder
monoplico, una alta discrecionalidad de quien lo ostenta, la falta de
transparencia en el proceso de toma de decisiones y la ausencia de mecanismos
de rendicin de cuentas.
En la reciente encuesta nacional sobre percepciones de la corrupcin en el Per,
que publica Protica en julio de 2012, en el captulo peruano de Transparencia
Internacional, la corrupcin es percibida como el segundo problema nacional
ms importante, solo superado por el problema de la delincuencia. En esa
encuesta, el Poder Judicial y la Polica Nacional, junto con el Congreso,
aparecen como las instituciones ms corruptas y las menos confiables para
enfrentar el fenmeno. Por otro lado, llama la atencin la tolerancia que los
ciudadanos muestran hacia las situaciones de corrupcin, que son rechazadas
solo por uno de cada tres encuestados.
Al respecto, el Plan Nacional de Lucha contra la Corrupcin 2012-2016
sostiene que la lucha contra la corrupcin implica, por lo menos, dos
enfoques complementarios.
Uno de los enfoques se concentra en el combate frente a los actos de corrupcin
realizados y el otro enfoque pone el nfasis en acciones preventivas de
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los posibles actos de corrupcin que se puedan cometer.
En tanto la
corrupcin espera mayores ganancias frente a los posibles riesgos de detencin
y castigo, las medidas de mitigacin consistirn en reducir el nmero de
transacciones sobre las cuales se dispone una gran discrecionalidad por
parte de los agentes, reducir el espectro de posibles ganancias,
incrementar el nmero de controles e incrementar la severidad de los
mecanismos punitivos.
Es en este contexto que el sector Interior, en el marco de la Ley N 29915, que
delega facultades en materia de reforma de la legislacin orientada al
fortalecimiento del sector Interior, ha emitido una serie de medidas para
promover la rendicin de cuentas y enfrentar la corrupcin desde las mismas
instituciones que conforman el sector.
Una de ellas est constituida por la Ley de Organizacin y Funciones del
Ministerio del Interior, que crea el rgano de Inspectora General como aquel
encargado de las funciones de supervisin, investigacin y control previo
de los asuntos disciplinarios policiales y de los organismos del sector Interior.
Dentro de su estructura orgnica, cuenta con un Tribunal de Disciplina Policial
como ltima instancia administrativa en el procedimiento administrativo
disciplinario policial por infracciones muy graves. El tribunal se encuentra
conformado por civiles, quienes, al no encontrarse vinculados a la institucin,
podrn realizar un anlisis objetivo de los casos de corrupcin policial.
Tambin el rgano de Inspectora General tiene la capacidad para disponer
investigaciones extraordinarias a nivel del sector, imponer sanciones y proponer
polticas y estrategias orientadas al fomento de la tica, la transparencia
y la lucha contra la corrupcin. Otra norma, que acompaa y
complementa la anterior, es el DecretoLegislativo que regula el Rgimen
Disciplinario de la Polica Nacional del Per, y establece la creacin del
Sistema Disciplinario Policial definiendo a este sistema como el conjunto de
rganos de la Polica Nacional del Per y del Ministerio del Interior que
actan integrados en materia de fiscalizacin, evaluacin, investigacin y
sancin disciplinaria. Tiene como rgano Rector a la Inspectora General del
sector Interior.
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Habra que precisar que, en esta nueva configuracin institucional del sector
Interior, se constituyen como pliegos u organismos importantes la
Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas,
Municiones y Explosivos de Uso Civil (SUCAMEC) y la Superintendencia
Nacional de Migraciones (MIGRACIONES). En los reglamentos de
organizacin y funciones (ROF) de la SUCAMEC y de MIGRACIONES ha
creado la Oficina de Fortalecimiento tico y Lucha Contra la Corrupcin, que
es la encargada de conducir las acciones institucionales en materia de poltica
anticorrupcin, bajo un enfoque preventivo y de combate, as como los temas
de supervisin y asuntos internos.
La Oficina de Fortalecimiento tico y Lucha Contra la Corrupcin se encuentra
estructuralmente en la Alta Direccin para darle la importancia y relevancia
requeridas en pro de la lucha contra la corrupcin. Asimismo, en el marco de la
reforma de la Polica Nacional del Per, se ha institucionalizado el mecanismo
de la rendicin de cuentas, tal como se precisa en el Decreto Legislativo N
1148, Ley de la Polica Nacional del Per, con el fin de asegurar la funcin
policial.
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1. Enfoque integral de la poltica de seguridad ciudadana
La perspectiva aqu asumida concibe a la seguridad ciudadana como un
fenmeno social complejo, multidimensional y multi causal, en el que
intervienen un conjunto de actores pblicos y privados, la sociedad civil
organizada y ciudadanos. De ah que, para resolver este problema, se
requiere el diseo de una poltica pblica de carcter integral y sistmico con
una perspectiva de corto, mediano y largo plazo.
Uno de los instrumentos ms utilizados para el estudio y visualizacin de la
conformacin global de la poltica pblica es el esquema conceptual de las
fases: identificacin de problemas, formulacin de la poltica, decisin,
implementacin y evaluacin.
Sobre la base de esta secuencia de etapas, se debe abordar el diseo de la
poltica pblica de seguridad ciudadana desde una perspectiva multisectorial
e intergubernamental, con una efectiva participacin ciudadana, del sector
privado y de los medios de comunicacin. Esta poltica debe ser respaldada
con normas jurdicas provistas de los recursos humanos y financieros
necesarios; tambin debe ser materia de comunicacin persuasiva acerca de
los beneficios que la poltica pblica brinda a los ciudadanos. En esa lnea,
desde la perspectiva de diversos organismos internacionales, la poltica
pblica de seguridad ciudadana debe tener las siguientes caractersticas:
(i) integral, a efectos de abarcar sistemticamente los derechos humanos en
su conjunto; (ii) intersectorial e intergubernamental, para comprometer la
participacin de los diferentes actores estatales en los distintos niveles de
gobierno; (iii) participativa, por la intervencin permanente de la poblacin
involucrada y por favorecer la democratizacin de la sociedad; y (iv)
universal, debido a su cobertura general, sin exclusiones ni discriminaciones
de ningn tipo.
No obstante lo anterior, toda poltica debe asegurar una adecuada
implementacin, monitoreo y evaluacin, a fin de verificar el cumplimiento
de las actividades, metas y objetivos establecidos en ella. De la experiencia
internacional, se puede apreciar que existen cinco elementos que los pases
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deben considerar en la implementacin de sus polticas de seguridad
ciudadana. Uno: que la proteccin de los ciudadanos debe darse en el
marco de la Constitucin y las leyes. Dos: que no debe limitarse
exclusivamente a la lucha contra la delincuencia, sino en crear un
ambiente propicio y adecuado para la convivencia pacfica de las
personas. Tres: que sobrepasa la accin policial y, por tanto, demanda la
participacin coordinada de todas las instituciones pblicas y privadas.
Cuatro: que la Polica, como uno de los actores fundamentales, debe
definir un nuevo perfil, orientado a la comunidad antes que hacia el
Estado. Cinco: que debe ponerse mayor nfasis en el desarrollo de
acciones preventivas.
Desde la perspectiva de los organismos multilaterales, la poltica pblica de
seguridad ciudadana debe proveer a los ciudadanos, por lo menos, cuatro
servicios esenciales, a saber: (i) la prevencin de la violencia y el
delito, (ii) el control y la persecucin del delito, (iii) la rehabilitacin y
reinsercin social, y (iv) la atencin a las vctimas.
De manera complementaria, pero no por ello menos importante, se debe
resaltar los procesos de monitoreo y evaluacin de las polticas y programas
de seguridad ciudadana. Se debe entender la evaluacin como la aplicacin
sistemtica de procedimientos para valorar el diseo y la implementacin
de los programas de intervencin, a travs del cumplimiento de los
objetivos y resultados alcanzados, con el fin de valorar y perfeccionar las
polticas y los programas pblicos, dado que, desde un punto de vista
racional, cabra suponer que, tras la evaluacin, se debe optar por la
continuidad, la redefinicin o cese de una poltica o programa pblico de
seguridad ciudadana. El Grfico N 2 sintetiza la provisin de servicios de
seguridad ciudadana en el marco de la poltica pblica.
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A continuacin, en el Grfico N 3, se registran las instituciones encargadas
de proveer los distintos servicios de seguridad ciudadana en el pas, tanto los
esenciales como los de apoyo o transversales a toda poltica pblica.
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Grfico N 3:
Instituciones dedicadas a prestar Servicios de Seguridad Ciudadana
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II. DIAGNSTICO DE LA INSEGURIDAD, LA VIOLENCIA Y EL DELITO EN EL PER
Para empezar realizaremos un diagnstico integral de la inseguridad, la
violencia y el delito en el Per. El diagnstico debe dar cuenta de
la situacin actual de la problemtica, y debe explicar las causas y los
problemas y efectos que la inseguridad, la violencia y el delito traen al
Per.
A. Situacin actual
Existen mltiples indicadores para medir la situacin de inseguridad, la
violencia y el delito en un determinado territorio. Los ms importantes
son los homicidios, la victimizacin, la percepcin de inseguridad, la
confianza en las instituciones y la situacin del sistema penitenciario.
B. Homicidios
Los homicidios constituyen la forma ms extrema de violencia en una
sociedad, aquella que se ejerce de manera intencional para quitar la vida a
otra persona. Para facilitar su comparacin, los homicidios se presentan en
funcin de una tasa por 100 mil habitantes.
La tasa de homicidios por 100 mil habitantes en el Per no es muy
alta si se compara con la de otros pases de las Amricas, que resulta
siendo la segunda ms violenta del mundo despus del frica. En efecto,
la tasa en el Per se ubica entre las ms bajas de la regin, solo por
encima de Hait, Uruguay, Argentina, Estados Unidos, Chile y
Canad, y muy lejos de los pases del Tringulo del Norte
Centroamericano (Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador) y
Venezuela, los ms violentos. Esta informacin se puede apreciar en el
Grfico N 4.
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Grfico N 04
Segn el observatorio de la Seguridad de la OEA (Alertamerica), la tasa de
homicidios por cada 100 mil habitantes durante el ao 2012 fue de 9.40 para
el Per; si bien es cierto la tasa se ha reducido a partir del ao 2008, aun no
se encuentra lo suficientemente baja.
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Grfico N 05: Homicidios Tasa Judicial
Per 2000 - 2012
Fuente: Alerta amrica : Observatorio Hemisfrico de Seguridad de la OEA
Segn las estadsticas policiales, entre los aos 2010 al 2011, la tasa de
homicidios en la Regin Arequipa sufri un incremento considerable
(39.14%) por cada 100,000 habitantes, en tanto que entre el 2011 al 2013 se
mantiene relativamente estable, vase el Grfico N 6.
Grfico N 06
Tasa de homicidios por cada 100 mil hab.
Regin Arequipa 2010-2013
9
23
23
23
0 5 10 15 20 25
2010
2011
2012
2013
TASA DE HOMICIDIOS POR CADA 100000 HAB. REGION AREQUIPA 2010-2013
-
21
A lo largo del ao 2012, la provincia con la mayor tasa de delitos de
homicidio en la Regin Arequipa corresponde a Caylloma (0.35); seguida
de Castilla (0.26), Islay (0.19) y Arequipa Provincia (0.17) como se
observa en el grfico N 7.
Grfico N 07
Tasa de homicidios por cada 10 mil hab.
Provincias Regin Arequipa - 2013
C. Victimizacin
La victimizacin es el indicador ms til para medir la magnitud de la
ocurrencia real de hechos delictivos, de violencia o de despojo, especialmente
aquellos de naturaleza patrimonial. Se mide a travs de las estadsticas oficiales
y de las encuestas de opinin pblica. La ventaja de estas ltimas radica en que
no todos los delitos son denunciados ante las autoridades. En todo caso,
es siempre aconsejable complementar el anlisis con ambas fuentes de
informacin.
Durante el pasado ao 2013 se tuvo la tasa de denuncias de delitos presentadas
0
0
0
0
0,17
0,19
0,26
0,35
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0,25 0,3 0,35 0,4
CAMANA
CARAVELI
CONDESUYOS
LA UNION
AREQUIPA
ISLAY
CASTILLA
CAYLLOMA
CAMANA
CARAVELI
CONDESUYOS
LA UNION
AREQUIPA
ISLAY
CASTILLA
CAYLLOMA
Fuente: PNP.
Para el presente cuadro y los siguientes se ha tomado como referencia estadstica (universo - muestra) los estndares internacionales
(100,000 o 10,000=1)
-
22
por el pblico ante la Polica por 100 mil habitantes ms alta de los ltimos
cuatro aos (1111). Se debe significar que la recuperacin de estos datos,
corresponde principalmente a la participacin activa de la PNP y el Ministerio
Publico al intervenir a personas en la Comisin del Delito de Peligro Comn; la
misma que desde el ao 2010 al 2013 ha tenido un significativo aumento.
Bajo la categora de delitos totales estn comprendidos los delitos contra la vida,
el cuerpo y la salud; contra el patrimonio, contra la seguridad pblica; la
persona; etc.
Grfico N 08
Tasa de delitos totales por cada 100 mil habitantes
Regin Arequipa
Fuente: PNP
Despus de llegar a una tasa por 100 mil habitantes de 933 durante el
ao 2010, las denuncias de faltas ante la Polica se incrementaron en
19,07% en el periodo inter censal 2010 - 2013.
800 850 900 950 1000 1050 1100 1150
2010
2011
2012
2013
933
958
1027
1111
TASA DE DELITOS TOTALES POR CADA 100000 HAB. REGION AREQUIPA 2010 -2013
-
23
Grfico N 09
Tasa de Faltas por cada 100 mil habitantes
ENERO NOVIEMBRE
Regin Arequipa 2010-2012
El decremento de las denuncias por faltas entre 2012 y 2013 tendra
relacin con el registro, por parte de la Polica, de las denuncias por
violencia familiar en esa categora. En mayo de 2012, se modific el
monto mnimo para que un hurto constituya delito, reducindose el valor
del bien sustrado de cuatro remuneraciones mnimas vitales a una sola.
Ello explicara, por un lado, la cada de las denuncias por faltas y,
por otro, el incremento de las denuncias de delitos los ltimos aos.
El anlisis estadstico de los cuatro aos nos arroja que aunque
aparentemente las cifras parecen estables, hay un crecimiento que se
multiplica anualmente en un promedio de 25%, lo que demuestra que el
ndice de faltas configura uno de los factores que mayor incidencia tiene
en el estado de inseguridad que percibe la poblacin Arequipea.
El Barmetro de las Amricas, por su parte, registra que en el 2012 el
Per y Ecuador fueron los pases con mayor victimizacin personal
en la regin, con un 28.1 % de personas que afirmaron haber sido
vctimas de un delito durante los ltimos doce meses seguidos muy de
cerca por Bolivia (27.6 %). Entre los menos victimizados, se encuentran
0 500 1000 1500 2000 2500
2010
2011
2012
2013
1026
1198
2020
1315
TASA DE FALTAS POR CADA 100000 HAB. REGION AREQUIPA 2010-2013
-
24
Panam, Guyana y Jamaica, con menos del 10 % de victimizados. Cabe
precisar que, durante los aos 2006 y 2010, el Per tambin se ubic
como el pas ms victimizado, y el 2008 como el segundo, solo superado
por Argentina.
Grfico N 10
Porcentaje de victimizacin personal en las Amricas durante 2012
Por su parte, la ltima Encuesta Nacional de Programas Estratgicos
(ENAPRES), aplicado por el Gobierno del Per a travs del Instituto
Nacional de Estadstica e Informtica (INEI), da cuenta de que la
victimizacin personal fue del 36.6% el 2012. Las estadsticas sobre
victimizacin al ao 2013 sealan que en el semestre comprendido entre
abril y setiembre, alcanzan el 39.3%, el porcentaje ms alto de
victimizacin en los ltimos aos.
-
25
Grfico N 11
Poblacin vctima de algn hecho delictivo (porcentaje)
(Marzo Agosto 2012/ Abril Septiembre 2013)
El 2012 el ranking de victimizacin personal de la ENAPRES, (Grfico N
13) fue encabezado por las regiones del Cusco (45.5 %), Puno (42.0 %),
Apurmac (41.4 %), Tacna (41.2 %) y Lima (40.0 %). En el otro extremo,
se ubicaron Amazonas (20.0 %), San Martn (20.1 %), Cajamarca (25.6
%), Lambayeque (27.8 %), Ica (28.8 %), Ayacucho (29.3 %) y Loreto
(29.4 %).
-
26
Grfico N 12
Porcentaje de Victimizacin personal en las Regiones del Per
La ENAPRES tambin muestra que, durante 2012, ms de la mitad de las
vctimas (53.7 %) lo fue de dos o ms hechos delictivos y que solo
el 13.0 % de las vctimas formul la correspondiente denuncia.
Peor
an, apenas el 6.5 % de las vctimas que denunciaron el hecho afirman
que obtuvieron resultados positivos, como la detencin del delincuente o
la recuperacin de los bienes sustrados La poca denuncia, sostiene Rico,
depende principalmente de las facilidades para la denuncia,
procedimientos breves, elevada moral y prctica de virtudes cvicas,
gravedad del acto, confianza en la competencia y rectitud de la Polica,
alarma y reaccin ante el crimen, presiones de los medios de
informacin, amplia aceptacin de las leyes penales, certidumbre de la no
impunidad, urgente indemnizacin econmica, mayor actividad del
-
27
Ministerio Pblico, naturaleza de los intereses jurdicos vulnerados o
amenazados, y condicin social de la vctima.
En relacin con los delitos ms recurrentes en la Regin Arequipa, la
estadstica policial registra que, entre el 2010 y 2013, dos de cada tres
denuncias (65.1 %) fueron sobre asuntos de carcter patrimonial,
especialmente los hurtos despojo sin violencia ni amenaza y los robos
despojo con violencia o amenaza sobre la persona. Las lesiones
representaron el segundo delito ms extendido (10.7 %), seguidas del trfico
ilcito de drogas (4.0 %), las violaciones sexuales (3.9 %) y los homicidios (1.5
%). El Ministerio del Interior y el Observatorio de la Criminalidad del
Ministerio Pblico han determinado que los robos, los hurtos, las lesiones, los
homicidios y la violacin sexual son los que generan la mayor inseguridad
ciudadana
Cuadro N 01
Entre los delitos patrimoniales, llama la atencin el incremento del peso
relativo de los robos frente a los hurtos. Mientras que estos ltimos se
mantuvieron estables, pasando del 47.0 % el 2000 al 45.5 % el 2012, los
robos tuvieron un crecimiento importante, del 34.8 % al 45.6 %, lo que da
cuenta de un incremento no desdeable de la violencia en el contexto de la
comisin de esta conducta.
De acuerdo con las estadsticas policiales y del Observatorio de la
Criminalidad del Ministerio Pblico, las mayores tasas de robo en el pas
-
28
en la ltima dcada se presentaron en la costa. Segn la Polica (Grfico
N 14), el ao 2012, las tasas se incrementaron especialmente en Tumbes,
Lima, Callao e Ica, mientras que el Ministerio Pblico (Grfico N 15)
aade Arequipa y Piura.
-
29
-
30
La costa, segn la Polica Nacional del Per, es la zona que presenta las
mayores tasas de hurtos. El ltimo ao el problema se acentu en Lima,
Tumbes y Callao, as como en el oriente del pas, especialmente en
Madre de Dios (Grfico N 17). El Ministerio Pblico, cuando reporta la
evolucin del hurto por distrito fiscal, registra al ao 2012 las tasas ms
altas en Madre de Dios, Lima, Caete, Ica, Arequipa, Moquegua y
Tacna.
-
31
Gr
fico
N
14
-
32
La Regin Arequipa socioeconmicamente se caracteriza por un
desarrollo industrial, minero, agropecuario y turstico desigual, como
tambin sus concentraciones demogrficas y de servicios, una capacidad
de atraccin migrante y de subempleo que conflictivizan muchas
relaciones sociales y polticas; de igual modo, esto condiciona las
manifestaciones locales y tipificacin del delito e inseguridad ciudadana
en toda la regin. As por ejemplo en el grfico mostrado a continuacin
se observa lo siguiente:
Grfico N 15
Tasa de delitos por cada 10, 000 hab.
Regin Arequipa 2013
Como se aprecia, durante el ao 2013 la provincia de Arequipa, con la
mayor poblacin de las provincias de la Regin ha concentrado la mayor
cantidad de delitos totales.
La razn puede hallarse en el crecimiento econmico, social y
demogrfico de la poblacin arequipea en los ltimos aos.
D. Percepcin de inseguridad
Una de las formas de medir la percepcin de inseguridad es consultando a las
personas sobre el temor que sienten frente a la posibilidad de ser vctimas de un
17
39
42
53
62
71
95
128
0 20 40 60 80 100 120 140
CONDESUYOS
LA UNION
CASTILLA
CAYLLOMA
CARAVELI
CAMANA
ISLAY
AREQUIPA
TASA DE DELITOS TOTALES POR CADA 10,000 HAB. PROVINCIAS REGION AREQUIPA 2013
-
33
delito en el futuro. Al respecto, el Barmetro de las Amricas da cuenta que en
esta materia el Per ha expresado una mejora en los ltimos aos, pasando
de un 60.0 % el 2006 al 48.6 % el 2012.
Grfico N 16
Porcentaje de percepcin de inseguridad en el Per
2006-2012
Fuente: Barmetro de las Amricas.
Sin embargo segn las encuestas realizadas por el Latino barmetro en el
ao 2013, la mayora de pases de Amrica Latina seala como principal
problema en su estado a la delincuencia.
Grfico N 17:
Problema ms Importante del Pas
Amrica Latina 2013
-
34
En el ao 2011 el Per estaba dentro de los once pases que consideraban
a la delincuencia como su principal problema, el ao 2013 el Per fue el
tercer pas en reafirmar a este como principal problema.
Grfico N 18
Problemas ms importantes del pas
Pases de Amrica Latina 2013
Las percepciones ciudadanas tambin dan cuenta de una creciente
preocupacin respecto a la delincuencia. Segn Pro tica, en el 2002, la
delincuencia constitua el tercer problema ms importante del pas, solo
despus del desempleo y la pobreza, mientras que el 2012 era, de lejos, el
primero, lo que se mantiene hasta la actualidad.
-
35
Grfico N 19
Problemas ms importantes del Per (%)
2002-2012
E. Confianza en las instituciones
La evaluacin de las instituciones, tambin llamada segurabilidad, hace
referencia a la confianza ciudadana en que los delitos sean prevenidos o,
en caso ocurran, se investiguen y sancionen. Esto se realiza consultando la
opinin de los ciudadanos sobre la confianza en el desempeo de las
instituciones de seguridad y justicia.
La ltima encuesta de Ciudad Nuestra del ao 2012 da cuenta de una
importante mejora de la confianza ciudadana en los serenazgos y, en
menor medida, en la Polica en relacin con el ao anterior. En efecto,
la opinin favorable de los primeros pas del 29.5% al 34.4 %,
mientras que la evaluacin del trabajo policial pas del 28.1 % al 30.8
%.
Sin embargo, una reciente encuesta de Ipsos Apoyo (2013) registra una
mejora sustantiva en la evaluacin del nivel de confianza en la prevencin
de los delitos de la Polica cuando se compara con el serenazgo; se
otorga a la Polica Nacional un 43% de nivel de confianza versus el 23 %
-
36
del serenazgo.
En el contexto actual, los niveles de confianza en las Policas
latinoamericanas son, en general, bajos. El 2011, el Latinobarmetro
ubic al Per (30.0 %) tres puntos porcentuales por debajo del promedio
en Amrica Latina (33.0 %), lejos de las mejor evaluadas, como las de
Uruguay, Chile, Nicaragua y Colombia. Las peor evaluadas fueron
Guatemala, Repblica Dominicana, Mxico y Honduras.
Grfico N 20
Porcentaje de confianza en las Policas en Amrica Latina 2011
Fuente: Latino barmetro.
La corrupcin es percibida como el principal problema que enfrentan la
Polica y el Poder Judicial. Las encuestas nacionales sobre percepciones
de la corrupcin en el Per, llevadas a cabo cada ao por Protica,
corroboran la gravedad del problema. Aunque la corrupcin alcanza a
todas las instituciones pblicas, el Poder Judicial, la Polica y el
-
37
Congreso aparecen como las ms vulnerables a esta y, a su vez, como las
menos confiables para combatirla.
El sistema de justicia penal en general tambin tiene una responsabilidad
fundamental en las polticas de seguridad ciudadana, pues le
corresponde investigar y condenar a quienes han cometido un delito. Si
no cumple, habr impunidad, lo que, a su vez, alienta la actividad
delictiva. De acuerdo con el Latinobarmetro, la satisfaccin con el
sistema judicial peruano fue, en el 2011, la ms baja de toda Amrica
Latina.
Grfico N 21
Instituciones percibidas como ms corruptas en el Per 2012
Fuente: Protica (2012). VII Encuesta nacional sobre percepciones de la corrupcin en el Per 2012. Lima,
p. 51.
F. Situacin del Sistema Penitenciario Regional
La poblacin del Sistema Penitenciario Nacional est compuesta por las
personas procesadas con medidas de detencin y las sentenciadas a pena
privativa de libertad que se encuentran en los establecimientos
-
38
penitenciarios, as como por las que han sido liberadas con beneficios
penitenciarios de semi libertad o liberacin condicional y quienes estn
sentenciadas a penas limitativas de derechos. A diciembre de 2012, la
poblacin total fue de 82,611 personas, de las cuales 61,390 estaban
privadas de libertad (74.3 %) y 21,221 en los establecimientos de medio
libre (25.7 %).
En la regin Arequipa existen los penales de Socabaya (Varones y
mujeres) y el de Caman, actualmente la poblacin penal es de 1965
personas, de las cuales 1692 estn privadas de su libertad (87%), y en
establecimientos de medio libre 273 (13%).
Cuadro N02
Poblacin del Sistema Penitenciario en la regin Arequipa
Poblacin total del Sistema Penitenciario en la regin Arequipa
setiembre 2013
1945
Establecimientos
penitenciarios
(Intramuros)
1692
Establecimientos de Medio
Libre
(Extramuros)
273 Procesados
416
Sentenciados
1276
Asistencia post
penitenciaria
253
Penas limitativas
de derechos
20
A diciembre de 2012, las ocho regiones en que est organizado el Instituto
Nacional Penitenciario (INPE) se encontraban sobrepobladas. La que tiene
mayor porcentaje de sobrepoblacin es, de lejos, la regin Centro (189.0
%), aunque en trminos absolutos el principal problema se encuentra en
Lima, donde hay un exceso de 18,532 internos. Si bien en esta ltima
regin los porcentajes ms altos se encuentran en los establecimientos
penitenciarios de Huaral (453.0 %) y Callao (417.0 %), contina
siendo preocupante la situacin de Lurigancho, con un exceso de ms de
5000 internos.
-
39
La misma situacin se presenta en los penales de Socabaya (varones), con
una sobrepoblacin de 231%, en mujeres 155.8% y en Caman 232%,
hecho preocupante desde el ao 2010.
Existe, pues, una brecha significativa entre la capacidad de albergue y la
poblacin privada de libertad que origina un grave problema de
sobrepoblacin, que lleg en la actualidad al 200%,vale decir, ah donde
deberan alojarse 10 internos hay 20.
G. Causas multidimensionales
Si bien no existe una condicin necesaria o suficiente para explicar la
violencia y el delito, s se pueden identificar factores que aumentan el
riesgo o agravan la vulnerabilidad de las sociedades. El Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) identifica como factores la
abundancia de hombres marginalizados y la urbanizacin desordenada
(factores demogrficos); familias disfuncionales; desempleo; las nuevas
oportunidades y tecnologas para el crimen, la pobreza y la
desigualdad (factores econmicos); la escasa legitimidad del Estado
y los conflictos armados (factores polticos); los usos sociales que
implican el consumo de drogas y alcohol, as como el porte de armas; las
pautas culturales que toleran la violencia; y la ineficacia e ineficiencia de
las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia.
La Secretara Tcnica del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana
(CONASEC), por su parte, ha priorizado seis causas directas de la
violencia y el delito, que se interrelacionan entre s, a saber, los
factores de riesgo social que propician comportamientos delictivos;
los escasos espacios pblicos seguros como lugares de encuentro
ciudadano; la dbil participacin de los ciudadanos, la sociedad civil, el
sector privado y los medios de comunicacin social en la seguridad
ciudadana; la baja calidad y cobertura del servicio policial; la deficiente
calidad y acceso a los servicios de justicia; y, en general, la dbil
institucionalidad del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana
-
40
(SINASEC).
H. Factores de riesgo social que propician comportamientos delictivos
Entre los primeros factores de riesgo social, se precisan los altos
niveles de violencia contra las mujeres, los nios y adolescentes, el
consumo de alcohol y drogas, las reducidas capacidades sociales y
laborales de los jvenes en riesgo, el abandono de las nias, nios y
adolescentes, y la carencia de cuidados parentales.
Las Encuestas Demogrficas y de Salud Familiar (ENDES), que aplica
el Instituto Nacional de Estadstica e Informtica (INEI), dan cuenta de
que, entre los aos 2000 y 2011, el 40 % de las mujeres entre 15 y 49
aos de edad alguna vez habran sufrido violencia fsica y sexual por
parte de su esposo o compaero en alguna oportunidad. Ese porcentaje de
violencia familiar contra las mujeres, as como la ejercida contra los
nios y los ancianos en nuestro pas, son superiores al promedio
latinoamericano. En efecto, el Latinobarmetro coloca al Per como el
octavo pas con mayor violencia familiar contra esos grupos vulnerables
entre 18 pases de la regin.
Cuando se indaga por los hechos ocurridos durante el ltimo ao, ENDES
identifica que el 14 % de las mujeres de 15 a 49 aos alguna vez
manifest haber sufrido violencia fsica y sexual por parte de su cnyuge
o compaero en este perodo. En el 2011, el ranking fue encabezado por
Cusco (21.4 %), Junn (21.2 %), Loreto (18.4 %) y Apurmac (17.6 %).
En el otro extremo, se ubican La Libertad (5.9 %), Lambayeque (8.8
%), Cajamarca (9.4 %), Huancavelica (9.6 %) y Hunuco (10.4 %). Por su
parte, el grupo ms vulnerable fue constituido por las mujeres entre los
20 y 24 aos (20.4 %), seguido por las que tenan entre 15 y 19 aos
(18.3 %). Tambin cabe precisar que el rea urbana (14.1 %) tuvo mayor
incidencia en esa forma de violencia que el rea rural (12.4%). Las
-
41
vctimas declararon que las formas ms extendidas de violencia fueron
que su agresor la empuj, sacudi o tir algo (10.5 %), que la abofete o
retorci el brazo (7.3%)y que la golpe con el puo o algo que la poda
daar (6 %).
Grfico N 22
El costo social del abuso en el consumo de drogas tambin est vinculado
a hechos de violencia domstica y a hechos delictivos causados por el
efecto y por la necesidad del adicto de procurarse drogas. En el mismo
sentido, Masas sostiene que tres formas de violencia se derivan de las
-
42
drogas. La primera es la psicofarmacolgica, ocasionada por las
alteraciones emocionales y cognitivas que produce el consumo, y que
puede llevar al ejercicio de la violencia contra otras personas o
contra el propio consumidor; en este ltimo caso, el de la violencia
auto-infligida, el dao se puede traducir no solo en lesiones, sino tambin
en accidentes por sobredosis, intoxicacin aguda e, incluso, suicidio.
La segunda forma es la econmico-compulsiva, que lleva al consumidor a
asumir comportamientos delictivos para financiar su consumo. Por
ltimo, tercera forma de violencia es aquella vinculada al trfico ilcito y
al ejercicio de la fuerza que este conlleva para hacer valer los acuerdos o
para proteger y ampliar mercados.
Los estudios epidemiolgicos realizados por la Comisin Nacional para
el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA) miden la prevalencia del
consumo de drogas, es decir, el porcentaje de personas que declaran
haber usado una sustancia en un perodo determinado. Tomando como
base la prevalencia del ltimo ao, los resultados de la encuesta
aplicada el 2010 dan cuenta de que un poco ms de 180 mil peruanos
entre los 12 y los 65 aos habran consumido drogas ilegales (1.5 %),
siendo la marihuana la droga que registr la prevalencia ms alta (1 %),
seguida de la pasta bsica (0.5 %) y la cocana (0.4 %). Esta prevalencia
de consumo signific un aumento del 50 % con relacin a la del
2006. Lima metropolitana es la regin que presenta mayor consumo de
drogas ilegales (2.1 %); no obstante, el consumo tambin es alto en
la selva (1.8 %), siendo incluso superior a Comisin Nacional para el
Desarrollo y Vida sin Drogas, DEVIDA (2012).
-
43
Cuadro N 03
Prevalencia de ao del consumo de drogas en la poblacin de 12 a 65 aos en el Per (%)
2006-2010
Tipo de droga Prevalencia de ao
2006 2010
Drogas ilegales 1.0 1.5
Marihuana 0.7 1.0
Cocana 0.3 0.4
Pasta bsica de cocana
0.3 0.5
Inhalantes 0.0 0.1
xtasis 0.0 0.0
Fuente: Comisin Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas, DEVIDA. Encuesta Nacional sobre
Consumo de Drogas en la Poblacin General del Per 2010.
La encuesta de 2010 identific que la pasta bsica es la droga que tiende
a producir mayor dependencia en los consumidores (59.6 %); que el
consumo de los hombres es siete veces mayor que el de las mujeres; y
que las mayores prevalencias se registran entre los jvenes y los
adolescentes, as como en la poblacin con educacin secundaria. El
principal entorno de inicio son los amigos del barrio y, en menor
medida, los compaeros de estudio (entre 7 y 8 de cada 10
consumidores). Entre los factores asociados al consumo, se pone nfasis
en el bajo nivel de integracin familiar, los entornos que no garantizan
una convivencia y seguridad adecuadas, y los antecedentes de
consumo y delictivos en la familia o en el grupo de amigos; tambin se
evidenci que los juegos de azar predisponen al uso de las drogas
ilegales.
Si se comparan las prevalencias de consumo de marihuana y cocana
con las de otros dieciocho pases americanos, nuestro consumo es
bastante inferior, al igual que el del alcohol. La droga cuyo consumo es
superior en el Per es la pasta bsica, consumo que solo es superado
por Chile.
-
44
La magnitud del consumo de drogas es uno de los principales indicadores
que refleja la situacin del fenmeno en determinado grupo poblacional.
La proporcin de personas en la poblacin que declaran haber hecho uso
de una droga en un determinado periodo de tiempo es lo que conocemos
como prevalencia.
En Arequipa la prevalencia de consumo de drogas en jvenes estudiantes
de 1 a 5 de secundaria es como se muestra a continuacin:
Cuadro N 6
Prevalencia de consumo de drogas
Escolares de 1 a 5 de secundaria
Regin Arequipa 2012
El 51.5% de los estudiantes encuestados ha consumido por lo menos una vez en su
vida algn tipo de sustancia, el 34% lo hizo en el ltimo ao y el 18.8% en el ltimo
mes del ao 2012.
-
45
Cuadro N 7
Prevalencia de consumo de drogas segn ao de educacin secundaria
Regin Arequipa 2012
La prevalencia de consumo de drogas segn ao de educacin secundaria,
muestra que la mayor cantidad de jvenes que han consumido drogas en su
etapa escolar lo hace mayormente en los ltimos aos 4 y 5 de Secundaria.
Algunos factores podran ser la poca vigilancia de los padres de familia, la
necesidad de independencia de los jvenes, o la presin grupal.
Los jvenes consumidores son ms propensos a ser violentos en sus hogares,
centro de estudios y hasta en la va pblica, se podra decir que existe una
relacin entre el consumo de sustancias alucingenas y el incremento de la
violencia en la conducta del joven.
I. VIOLENCIA FAMILIAR
"La violencia es una accin ejercida por una o varias personas en donde se somete
que de manera intencional al maltrato, presin sufrimiento, manipulacin u otra
accin que atente contra la integridad tanto fsico como psicolgica y moral de
cualquier persona o grupo de personas" Martin Ibarra.
-
46
Durante mucho tiempo nos hemos encontrado con problemas sociales que son
recurrentes y que no son nada nuevos, que en muchas ocasiones nos hagan creer
que el Estado encontr la solucin a un problema que comienza en muchas de las
ocasiones la podemos considerar como una falacia.
La Violencia Familiar es un problema social, que afecta a un alto porcentaje de
familias de cualquier comunidad, en todos los niveles econmicos y culturales
Grfico N 23
Casos registrados de Violencia Familiar Per 2010-2012
0 2 000 4 000 6 000 8 000 10 000 12 000
Amazonas
ncash
Apurmac
Arequipa
Ayacucho
Cajamarca
Callao
Cusco
Huancavelica
Hunuco
Ica
Junn
La Libertad
Lambayeque
Lima
Loreto
Madre de Dios
Moquegua
Pasco
Piura
Puno
San Martn
Tacna
Tumbes
Ucayali
Casos Registrados de Violencia Familiar Per 2010-2012
2012
2011
2010
-
47
En general podemos observar en el grafico que los niveles de violencia del
ao 2010 al 2012, no ha tenido variaciones considerables; sin embargo en las
ciudades que muestran mayores ndices de violencia familiar (Lima, Cusco,
Ayacucho, Ancash, Arequipa) podemos observar reduccin de los ndices del
ao 2011 al 2012.
Aunque los niveles de violencia juvenil en el pas no revisten la
gravedad que tienen en los pases del Tringulo Norte de Amrica
Central (Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador) ni los del
Caribe, ellos no deben ser desdeados. Segn el Latino barmetro, uno
de cada tres peruanos considera que las peleas entre pandillas son
frecuentes o muy frecuentes en sus barrios. Una de sus posibles causas
podra ser el nmero de jvenes que ni estudian ni trabajan: los
NINIS. En efecto, un estudio de la Polica Nacional sobre la violencia
juvenil da cuenta de que el 71 % de los miembros de las pandillas en
Lima metropolitana abandonaron sus estudios sin haber concluido la
secundaria y, en algunos casos, la primaria. Ese porcentaje es mayor en el
Callao, llegando al 93 %. Un estudio de Renzo Massari para el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) registra que los NINIS constituyen
el 19.8 % de los jvenes del Per, ligeramente por debajo del
promedio regional. Belice encabeza la tabla con el 31.9 %, seguido de
Jamaica (29.2 %). Los NINIS pueden ubicarse tanto en las ciudades
como en las zonas rurales, y estn integrados por hombres y por
mujeres. Los ms vulnerables a la violencia y el delito son los varones
que viven en centros urbanos. El estudio tambin precisa que el pas
cuenta con el tercer porcentaje ms alto en la regin de jvenes
empleados informalmente (73.3%), lo que es bueno porque su poblacin
de NINIS es baja y malo porque estos solo cuentan con un empleo precario
y sin seguridad social, situacin que muchas veces se mantiene
indefinidamente.
En la Regin Arequipa los casos de violencia familiar se han
incrementado desde el ao 2012 al 2013 en un 16.4% segn datos de la
-
48
Polica Nacional del Per.
La violencia familiar es un problema de Salud pblica, para resolverlo se
necesita de la participacin de muchos sectores que colaboren en el
mbito comunitario regional.
Grfico N 24
Violencia Familiar Regin Arequipa 2010-2013
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Las acciones a desarrollar deben incluir la potenciacin de las mujeres, servicios
de extensin a los hombres, atencin de necesidades a las vctimas. Es de vital
importancia que en las respuestas se involucren a los nios y jvenes y que la
atencin se centre en cambiar las normas. Asimismo centrar los programas ms
en la prevencin que en el castigo. Los adelantos logrados en estas reas sern la
clave para lograr reducir la violencia familiar.
J. Escasos espacios pblicos seguros como lugares de encuentro ciudadano
Entre los factores relacionados con la escasez de espacios pblicos
seguros, se identifican los insuficientes proyectos de renovacin y
recuperacin urbana de espacios pblicos para el disfrute de los
ciudadanos, los pocos planes integrados entre la Polica y el Serenazgo
para la vigilancia y el patrullaje de las calles, las limitadas acciones de
0
5000
10000
15000
2010 2011 2012 2013
11096 10097 10476
12203
VIOLENCIA FAMILIAR REGION AREQUIPA
2010 -2013
-
49
control y fiscalizacin de los mercados ilcitos, y la baja cultura de
seguridad vial para reducir las muertes y lesiones por accidentes de
trnsito.
K. Dbil participacin de los ciudadanos, la sociedad civil, el sector privado y los medios de comunicacin social en la seguridad ciudadana
Entre los factores vinculados a la dbil participacin ciudadana, de la
sociedad civil organizada, del sector privado y de los medios de
comunicacin en la prevencin de la violencia y el delito, tambin se
incluye la falta de valores y de una cultura cvica respetuosa de la
ley.
Carrin
pone especial atencin en los medios de comunicacin social.
Estos, sostiene, venden la violencia en un nivel primario, lo cual
permitira construir una percepcin a todas luces distorsionada del
fenmeno, pudiendo magnificar la realidad, insensibilizar a la poblacin
local y alertar a la internacional. De esta manera, banalizan la violencia al
insertarla en la vida cotidiana en vez de ayudar a erradicarla.
El Latino barmetro 2011 seala, en relacin con la cultura cvica, que
solo el 12 % de peruanos afirma que cumplen la ley y el 17 % que son
conscientes de sus obligaciones y deberes. Esos porcentajes ubican al
pas en el ltimo puesto de ambos ranking, liderados por Uruguay.
-
50
Grfico N 25
Porcentaje de ciudadanos que cumplen con la ley en el Per 2011
Fuente: Latinobarmetro.
L. Baja calidad y cobertura del servicio policial
La baja calidad y cobertura del servicio policial se debera a varios
factores: al escaso desarrollo organizacional de la Polica Nacional; a la
insuficiente infraestructura y equipamiento; a la debilidad del rgimen
disciplinario y de lucha contra la corrupcin de sus integrantes; a la baja
profesionalizacin de sus efectivos y su rgimen laboral, que permite que
los efectivos uniformados presten servicios para privados; al limitado
sistema de informacin y comunicaciones; y a la escasa vigilancia y
patrullaje de las calles.
En la ltima dcada, solo uno de cada tres peruanos (34.2 %) expres su
confianza en la institucin policial, lo que da cuenta de una amplia
desconfianza ciudadana. No solo hay problemas en la gestin de los
recursos humanos y en la organizacin, sino tambin en la
-
51
infraestructura, el equipamiento y modernizacin tecnolgica,
especialmente en comunicaciones e informtica. Esto ltimo es
corroborado por el Primer Censo Nacional de Comisaras aplicado el
2012 por el Instituto Nacional de Estadstica e Informtica (INEI) y
por las supervisiones de comisaras realizadas por la Defensora del
Pueblo, lo que resulta preocupante, pues ellas constituyen la clula bsica
de la institucin policial, donde se da la pelea cotidiana por la seguridad
de la poblacin en el mbito local. En la actualidad, las 1,397 comisaras
existentes en el pas cuentan con 34,805 policas, es decir, una tercera
parte del personal a nivel nacional. De estos, solo uno de cada tres realiza
labores de patrullaje (34.3 %).
Cuadro N 04
Principales resultados del Primer Censo Nacional de Comisaras 2012
Aspectos evaluados Problema detectado
Ttulo de propiedad
52.0 % de comisaras de propiedad del Ministerio del Interior no cuenta con ttulo de propiedad, lo que limita la mejora de la infraestructura a travs de la inversin pblica.
Infraestructura 53.3 % no cuenta con infraestructura adecuada y en buen estado.
Servicios bsicos 46.2 % no dispone de servicios bsicos adecuados.
Equipos de comunicacin 24.9 % no cuenta con algn equipo propio de comunicacin.
Computadoras 40.7 % no posee una computadora propia operativa y no obsoleta.
Conexin a Internet 70.1 % no tiene conexin propia y adecuada a Internet.
Acceso a requisitorias policiales 45.5 % no tiene acceso.
Acceso a informacin del RENIEC 61.2 % no tiene acceso.
Acceso a informacin de Registros Pblicos
86.5 % no tiene acceso.
Acceso al sistema de denuncias policiales 87.8 % no tiene acceso.
Vehculos 11.7 % no cuenta con algn vehculo policial.
Participacin en el comit de seguridad ciudadana
15.9 % no integra el comit de seguridad ciudadana.
-
52
Patrullaje con el Serenazgo
De las comisaras que cuentan con Serenazgo en su distrito, el 27.4 % no realiza patrullaje con el serenazgo.
Mapa del delito 33.5 % no cuenta con mapa del delito.
Fuente: Instituto Nacional de Estadstica e Informtica. Primer Censo Nacional de Comisaras 2012.
Entre 1989 y 2005, mientras la poblacin nacional se increment en
30 %, el nmero de policas se redujo en 27 %, pasando de 120 mil a
poco ms de 87 mil. Desde entonces, ese nmero se increment hasta
llegar a 106,566 efectivos en enero de 2013, lo que representa un ratio de
286 habitantes por polica. No obstante, el problema reside en el rgimen
laboral que permite que los policas trabajen para terceros en sus das de
descanso a travs de los denominados servicios individualizados, lo
que impide que la institucin haga uso efectivo de su personal para
el servicio pblico. Otro problema relevante es la inequitativa
distribucin en el territorio. Mientras el ratio promedio de las cinco
provincias con menos habitantes por polica es de 214, el de las cinco
con ms habitantes por polica asciende a 6,404.
M. Deficiente calidad y cobertura del servicio policial
La deficiente calidad del servicio de justicia guardara relacin con su
reducida cobertura, la poca eficacia de la investigacin criminal, la
impunidad, la dbil lucha contra la corrupcin y la insuficiente
capacitacin de sus operadores, as como con la dbil articulacin de
los componentes de la poltica criminal y los problemas del sistema
penitenciario para la resocializacin de los delincuentes. En efecto, la
encuesta aplicada el 2011 por el Latino barmetro daba cuenta de que el
Per es el pas donde sus ciudadanos se sentan menos satisfechos con el
funcionamiento del sistema judicial (11 %), muy por debajo del
promedio regional de satisfaccin (30 %).Esto conllevara que la
poblacin considere que no se puede o no se quiere enfrentar
adecuadamente la delincuencia, y que la impunidad de los delincuentes
impulsa la reiteracin del delito.
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53
Grfico N 26
Nmero de efectivos policiales que laboran en comisarias
Fuente: INEI I Censo Nacional De Comisarias 2012
A nivel nacional existen 34 mil 805 efectivos policiales que laboran en
comisaras, la mayora de ellos (9 mil 686), se encuentran en Lima
Provincia, por el contrario, Madre de Dios es el departamento con el
menor nmero de efectivos policiales (276).
Grfico N 27
Estado de las Comisarias
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54
La regin Arequipa cuenta en la actualidad con 6500 efectivos policiales,
aproximadamente, nmero insuficiente para atender a las necesidades de
seguridad ciudadana que la poblacin arequipea demanda.
En la provincia de Arequipa los servicios de Serenazgo han firmado un
convenio para formar el Serenazgo sin Fronteras, el mismo que en la
actualidad viene realizando actividades en apoyo a la seguridad
ciudadana, contando para ello con 1202 serenos, 444 cmaras de video -
vigilancia, 150 vehculos, 183 motocicletas y 654 equipos de radio
comunicacin, tal como se muestra en el siguiente cuadro:
Grfico N 28
Serenazgo: Recursos Ao 2013
Regin Arequipa
Fuente: Municipalidades
Elaboracin: CORESEC
El Serenazgo cumple hoy en da un papel fundamental en la Seguridad
Ciudadana, en apoyo a la Polica Nacional, realizando labores de
patrullaje y auxilio al ciudadano las 24 horas del da. Algunas de las
denuncias atendidas por los serenos en los diferentes distritos de la
Provincia de Arequipa durante los aos 2012 y 2013, estn relacionadas a
las siguientes actividades:
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Arresto ciudadano
Tentativa de suicidio
Pandillaje juvenil
Hurto de conductores elctricos
Hurtos/robos frustrados
Hurtos/robos de domicilio
Hurtos/robos a personas
Bsqueda de personas extraviadas
Control de actividades no autorizadas
Servicios prestados ante SEDAPAR
Agresiones fsicas
Retiro de personas sospechosas
Accidentes de transito
Operativos profilaxis social
Actos de violencia familiar
Emergencias de salud
Retiro de personas ebrias en vehculos
Retiro de personas ebrias a pie
N. Dbil institucionalidad del Comit Regional de Seguridad Ciudadana (CORESEC)
Por ltimo, la debilidad institucional del CORESEC no ha permitido
desarrollar un trabajo coordinado y articulado entre todos los responsables
de luchar contra la inseguridad en la regin. Esa debilidad se traduce,
por ejemplo, en planes anuales sin una visin estratgica de mediano
o largo plazo, en una escasa coordinacin interinstitucional en los
diferentes niveles de las instituciones respecto a la evaluacin de
polticas, planes y programas. Tambin se traduce en la deficiente gestin
de la informacin delictiva, la baja calidad del gasto pblico en
seguridad, as como en el dbil compromiso de los gobiernos provinciales
y locales en la formulacin de sus planes, que son las herramientas de
gestin para concretar acciones de prevencin, toda vez que la lucha
-
56
frontal contra la delincuencia y el crimen organizado es responsabilidad
de la Polica Nacional. Por tal motivo se hace necesario retomar las
coordinaciones inter institucionales en el tema de seguridad ciudadana a
travs de un compromiso o pacto regional.
-
57
-
58
O. Problema y efectos
La Secretara Tcnica del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana
(CONASEC) ha identificado los altos niveles de violencia y delincuencia
como el problema central. Esos altos niveles generan un incremento de la
sensacin de inseguridad, y ocasionan daos a las personas, las familias y las
empresas, as como a la economa nacional; limitan el ejercicio de los derechos y
libertades ciudadanas; afectan la confianza interpersonal y la convivencia
pacfica; impactan negativamente en la gobernabilidad democrtica y la
credibilidad en las instituciones; afectan la competitividad de las empresas y del
pas; y, finalmente, limitan el desarrollo de las personas, la sociedad y el pas.
En primer lugar, los altos niveles de violencia y delincuencia afectan los
derechos a la vida, la integridad y la libertad de las personas, as como a su
patrimonio, entre otros derechos. Tambin generan prdidas por el dao
emocional ocasionado a las vctimas y por lo que se deja de producir como
consecuencia de la muerte o de la discapacidad temporal o permanente que se
pudieran presentar.
A mayor inseguridad, mayores sern los recursos que el Estado, las
empresas y las familias destinarn para enfrentarla. Entre los componentes del
costo econmico de la violencia y el delito, se puede mencionar lo que gastan los
rganos encargados de la seguridad y la justicia; tambin, la inversin de las
empresas y de las familias en seguridad privada; los costos materiales, que
incluyen la prdida de los bienes afectados y los gastos ocasionados por daos
fsicos; y los recursos del sistema de salud para atender a las vctimas. El nico
estudio sobre el costo econmico para el Per data de 1999 y estimaba que este
ascenda al 5.1 % del Producto Bruto Interno (PBI) del pas.
En segundo lugar, junto con la afectacin de estos derechos
fundamentales causados directamente por la violencia y el delito, se genera un
-
59
escenario de temor que vuelve a impactar en otros derechos humanos. La
inseguridad puede modificar el comportamiento de las personas, al punto que
estas terminen aceptando el temor cotidiano como una actitud de vida, lo que
limita sus oportunidades y acciones en mltiples mbitos, al restringir el
ejercicio de libertades y derechos individuales. Entre las restricciones ms
importantes a la libertad, se pueden mencionar las de movimiento, del
disfrute del patrimonio y de recrearse.
En tercer lugar, tienen un efecto negativo sobre el capital social, esto es,
sobre las relaciones entre las personas, pues mella la confianza entre estas y su
capacidad de relacionarse y trabajar conjuntamente, lo que dificulta la
convivencia pacfica. Cuando las comunidades estn menos unidas y no
disponen de referentes de control social o cultural, pueden resultar ms
propensas a incubar comportamientos violentos. En el ao 2011, el Per
mostr una confianza interpersonal menor que el promedio de la regin. En
efecto, solo el 18 % confiaba en la mayora de las personas, cuatro puntos
porcentuales por debajo del promedio latinoamericano (22 %).
Grfico N 31
Porcentaje de confianza interpersonal en Amrica Latina 2011
Fuente: Latino barmetro.
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60
La victimizacin contribuye a reducir incluso ms los bajos niveles de
confianza interpersonal. El dao a la infraestructura social es ms grave entre las
comunidades ms pobres, pues contribuye a reducir las oportunidades y a
perpetuar la desigualdad de los ingresos.
En cuarto lugar, los altos niveles de violencia y delincuencia contribuyen
al deterioro del apoyo ciudadano a la gobernabilidad democrtica y al sistema
poltico. En efecto, la percepcin de vulnerabilidad a actos de violencia y delito
erosiona los valores esenciales de la democracia, especialmente la tolerancia a la
diferencia y el apego a los derechos humanos. Contribuye de alguna manera,
entre otros efectos, a la adopcin de esquemas penales fuertemente represivos y
lesivos de las garantas individuales; a exigir de las autoridades resultados
frente a la delincuencia a cualquier costo, aunque ello se traduzca en
restriccin de derechos, incremento de atribuciones policiales e, incluso, en
violaciones de derechos humanos; a la demanda social a que se prive de libertad
al mayor nmero de infractores; a la exclusin de las minoras y grupos sociales
y tnicos diferentes al propio; a favorecer polticas que reduzcan o detengan la
entrada de migrantes; e, incluso a la aceptacin de castigos inhumanos, como el
linchamiento y la pena de muerte.
El ao 2011, el Latino barmetro dio cuenta de que solo uno de cada
cinco peruanos (24 %) considera que la democracia garantiza la proteccin frente
al crimen, seis puntos porcentuales por debajo del promedio latinoamericano del
30 %. Un ao despus, la encuesta del Barmetro de las Amricas aplicada el
2012 evalu el apoyo ciudadano al Estado de Derecho en contraposicin a
quienes creen que en ocasiones la Polica y otras autoridades pueden actuar por
encima de la ley. El Per fue uno de los pases con los niveles ms bajos de
apoyo (57.7 %), solo por encima de Trinidad y Tobago ( 5 5 . 5 % ) , Ecuador
(54.8 %) y Bolivia (53.3 %).
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61
Grfico N 32
Porcentaje de personas que apoyan el Estado de Derecho en Amrica Latina
2011
Fuente: Barmetro de las Amricas.
Segn la misma encuesta, el Per tambin se encuentra entre los ltimos
lugares de los pases que desaprueban el uso de la justicia por propia cuenta en
caso de que el Estado no castigue a los criminales (64.5 %). Solo superamos a
Repblica Dominicana (62.7 %), El Salvador (61.9 %), Bolivia (61.1 %),
Ecuador (60.8 %), Guatemala (60.4 %) y Surinam
(53.5 %).
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62
Grfico N 33
Porcentaje de personas que desaprueban la justicia por cuenta propia en Amrica Latina 2011
Fuente: Barmetro de las Amricas.
En quinto lugar, los altos niveles de violencia y delincuencia afectan la
competitividad de las empresas y del pas. Si bien entre los aos 2008 y 2012 el
Per avanz veintids puestos en el ranking global de competitividad que realiza
el World Economic Forum (WEF), pasando del 83 al 61, su ubicacin en los
costos de seguridad frente al terrorismo, frente al crimen y la violencia, y
frente el crimen organizado retrocedi. En el primer caso, pas del puesto 102
al 119, en el segundo del 113 al 125, y en el tercero del 99 al 126. Por su
parte, la credibilidad policial tambin disminuy, pasando del puesto 123 al
128. Claramente, en seguridad nos encontramos al final de la tabla.
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Cuadro N 6 Competitividad y seguridad en el Per 2008-2012
Puesto ocupado en el ranking de pases
2008 2009 2010 2011 2012 2008-2012
Competitividad
global 83 78 73 67 61 22
Seguridad
Costos por
terrorismo 102 96 115 113 119 17
Costos por
crimen y
violencia
113 108 119 121 125 12
Crimen
organizado 99 94 109 115 126 27
Credibilidad
policial 123 123 118 114 128 5
Total de pases 134 133 139 142 144
Fuente: World Economic Forum.
Elaboracin: Ministerio del Interior.
El deterioro de las condiciones de seguridad ciudadana podra, incluso, limitar
los avances socioeconmicos y el desarrollo del pas
A continuacin, se presentan el rbol de Efectos y el rbol del Problema
central identificado
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64
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65
-
66
En el mes de noviembre del ao 2012 a cargo de la encuestadora Amakella se realiz la
Segunda Encuesta de percepcin Ciudadana de Calidad de Vida en Arequipa Metropolitana,
de la cual es importante mostrar los siguientes resultados:
Grfico N 36
Problemas ms importantes que afectan la calidad de vida en Arequipa
Fuente: Segunda Encuesta De Percepcin Ciudadana De Cali