politika nr 9

POLITIKAPOLITIKA 1Año II - Edición Digital Nº 9 (15.08.2011)

POLITIKA“Hacerse su propia opinión deja de ser un comportamiento de esclavo” (Jean-Jacques Rousseau)

POLITIKA

En este número:

POLITIKAPOLITIKA 1

500 mil en el Parque O’Higgins(Salvador Muñoz K.) ............................................................................... Pág. 2

Conflicto educacional ¿La iglesia debe mediar?(Camilo Navarro O.)................................................................................. Pág. 3

Horas extraordinarias gratuitas en el transporte público(Guacolda Salas)....................................................................................... Pág. 4

Los 33 y las falsas promesas(Nestor Jorquera) .................................................................................... Pág. 5

Sin ellos es imposible(Carlos Philippe) ...................................................................................... Pág. 6

¿Y los milicos?(Alejandro Kirk) ...................................................................................... Pág. 7

Salir de la crisis(Armando Uribe Echeverría) ................................................................ Pág. 8

La desinformación económica(Luis Casado) ......................................................................................... Pág. 9

Determinación y creatividad de los estudiantes chilenos(Reporteros del Pueblo) ........................................................................ Pág. 10

Manifestaciones estudiantiles: Carabineros frente a frente(Reporteros del Pueblo) ........................................................................ Pág. 12

Año II - Edición Digital Nº 9 (15.08.2011)

Gobierno - Parlamento¡ No nos representan!

Por una Constitución democráticaSeremos 500 mil en el Parque O’Higgins

el 3 de septiembre

POLITIKAPOLITIKA2 Año II - Edición Digital Nº 9 (15.08.2011)

A

El dique que representan esta

pseudo democracia y este modelo

económico injusto no dan para más.

Chile necesita una Constitución

democrática que le devuelva su calidad de

República.

unque cada vez son menos, no falta quién dice que el movimien-to estudiantil está desgastado. Sin embargo, a lo largo de meses de lucha lo único que se ha desgasta-do son los débiles argumentos del gobierno. Este movimiento es libre, ciudadano, serio, constructivo, y na-die pudo manipularlo. Por eso la ad-hesión ciudadana crece a diario y las demandas de los estudiantes le han abierto la puerta a exigencias demo-cráticas.

Si hubo quienes se contentaban con una manito de gato (arancel diferen-ciado y TNE válida los 365 días del año), el desarrollo del movimiento impuso naturalmente las reivindicaciones de fon-do: educación pública, laica y gratuita, y un cambio constitucional indispensable para resolver los pro-blemas que atraviesan la sociedad chilena.

Magallanes, la huelga de hambre Mapuche, Punta de Choros, Hidroaysén, las estafas financieras, el espionaje telefónico y los infiltrados de la policía, y ahora la movilización estudiantil, han puesto en evi-dencia la delicuescencia institucional: el obstáculo común a la convivencia democrática y al ejercicio de los derechos ciudadanos es la actual Constitución.

Esta Constitución, en palabras de uno de sus gesto-res, persigue un solo objetivo: mantener incólume la obra de la dictadura, sean quienes sean los que estén en el gobierno.

Lamentablemente para la clase política binominal y los grupos económicos, ese proyecto se agotó y hoy sufre su crisis terminal.

El dique que representan esta pseudo democracia y este modelo económico injusto no dan para más. Chile necesita una Constitución democrática que le devuelva su calidad de República. Una aprobada por la inmensa mayoría de sus ciudadanos, que sea el fiel reflejo de la voluntad y del interés general. No sólo de un pequeño grupo de privilegiados. Una Constitución moderna, que proteja a los trabajado-res, el medioambiente, nuestras riquezas básicas, que reconozca los derechos de los pueblos origina-rios, que le abra perspectivas a los cientos de miles de pequeñas y medianas empresas. ¿Es tan difícil de entender?

La clase política binominal está desesperada. El gobierno y la Concertación apuestan por llevar el debate educacional al Congreso para congelarlo, como hicieron en el 2006. Pero esos artilugios se agotaron. Contra un movimiento maduro e infor-mado ya no sirven.

Las marchas y los cacerolazos son cada vez más ma-sivos. Los intentos de los medios de comunicación por demonizarlos y criminalizarlos no resultan. Al aflorar por fin la democracia van a surgir nuevos ac-tores políticos. Y ciertamente también serán otros los medios de comunicación relevantes en el país, libres del dominio esterilizador que ejerce el poder del dinero.

Por todo esto, en torno a la Red Ciudadana Por Más Democracia y Mejor Educación, queremos congregar el 3 de septiembre a 500 mil personas en el Parque O´Higgins.

La convocatoria es simple: están invitados quienes piensan que necesitamos una Nueva Constitución y una Mejor Educación para Chile.

El jueves 18 de agosto habrá una nueva marcha na-cional por la educación. Los días 24 y 25 de agosto un paro nacional convocado por los trabajadores. El 3 de septiembre reuniremos medio millón de perso-nas en el Parque O´Higgins por una Nueva Constitu-ción y una Mejor Educación.

El 4 de Septiembre conmemoraremos el funeral del Presidente Salvador Allende. El 11 de septiembre repudiaremos, como cada año, el golpe militar infa-me. Este es el mes que nos espera.

Perdón, ¿desgastado quién? ¿quiénes?

500 mil

P

Salvador Muñoz K.Cientista Político y Presidente del Partido de Izquierda PAIZ Twitter: @SalvadorMunozK

en el Parque O’Higgins

Nos vemos en el Parque O´Higgins, a partir de las 12:00 hrs.


P

…la Iglesia está ligada a intereses demasiado

importantes como para dar garantías de

neutralidad.

or qué habríamos de opon-ernos a que la iglesia asuma el rol de mediadora entre el movimiento estudiantil y el gobierno? Fundamen-talmente por la defensa del principio de laicidad. Pero no es el único ar-gumento. Hay uno que resulta evi-dente y que hoy debiera preocupar a los estudiantes: la Iglesia está ligada a intereses demasiado importantes como para dar garantías de neutrali-dad.

El Primer Congreso de Educación Católica, celebrado en 20061, señaló que en Chile los colegios católicos dan cobertura a 555.000 alumnos, cor-respondiente al 15% de la población escolar. Y entre universidades e insti-

tutos profesionales, se dijo, a 88.287 estudiantes que representan el 22% de la educación superior (datos cor-responden a 2002).

Según datos del mismo congreso, la educación primaria y secundaria católica está compuesta por 818 es-tablecimientos (privados, subven-cionados y de colegiatura compar-tida) propiedad de congregaciones, obispados, vicarías, fundaciones o personas ligadas a alguna confesión religiosa2.

1 Aldo Luis Passalacqua Restini, fms. ¿Cuántos somos? ¿Cómo lo hac-emos? Estadísticas Educación Católica Chilena en el Primer Congreso Educación Católica 18, 19 Y 20 de octubre de 2006. http://www.iglesia.cl/breves_new/ar-chivos/20061018_apassalacqua.pdf

2 Entre las principales entidades

Quizás estos datos ayuden a explicar el afán con que el 8 de agosto, F.I.D.E. (federación que agrupa a diversos colegios católicos privados y subven-cionados) emitiera una declaración3 donde rechaza las protestas, cues-tiona la legitimidad de los dirigentes estudiantiles, y aconseja despachar el debate educativo cuanto antes al Congreso Nacional. En la declaración manifestó, entre otras cosas, que: “... (los estudiantes) tienen derechos que deben ser respetados y existe una obligación de escucharlos y atender sus demandas. Pero también tienen obligaciones, y no pueden ni deben pretender gobernar el país o dirigir los colegios”. A su vez, dejó en claro que su institución “rechaza la ide-

ología del igualitarismo absoluto como inspiradora de la organización del sistema educacional”.

En lo que a educación superior re-specta, el informe presentado al congreso de educación católica, se-

sostenedoras: Fundación Magisterio de la Araucanía (152 colegios y 24.883 alumnos en la diócesis de la Araucanía); Padres Salesianos (25 colegios y 22.050 alumnos en 13 diócesis); Fundación Juan Piamarta (3 colegios y 15.146 alumnos en Maipú, Estación Central, y Talca); Her-manos Maristas (11 colegios y 13.870 alumnos en 7 diócesis); Hijas de María Auxiliadora (19 colegios y 12.920 alum-nas en 10 diócesis).

3 “FIDE y la actual encrucijada de la educación chilena” Declaración pública en: http://www.fide.cl/noticia.php?IdNoticia=278

ñala que las instituciones pontificias, dependientes del arzobispado y de ordenes religiosas se distribuyen en universidades del Consejo de Rec-tores (6 instituciones y 48.614 estu-diantes), universidades privadas (5 instituciones y 15.242 estudiantes) e Institutos Profesionales (4 institucio-nes y 24.431 estudiantes). Se excluye del catastro a Centros de Formación Técnica.

Como hemos de hacer con cada actor que entra al debate, la opinión de la iglesia debe examinarse atendiendo, entre otras cosas, a los intereses que esta tiene en disputa. El debate sobre el sistema educativo no es un asunto técnico, ni tampoco un asunto pura-

mente ideológico o de intereses. Es todo eso a la vez. Y en ello no se salva ni el Papa. Los datos y de-claraciones arriba descritas eviden-cian que la iglesia tiene mucho que proteger en esta confrontación. No puede mediar allí donde la decisión última la afectará tan directamente. No es un actor que de garantías de

neutralidad a estudiantes que piden gratuidad y laicidad, dos cuestiones que le atañen de forma importante.

En el Partido de Izquierda, enten-demos que el único actor legítimo para resolver esto no es otro que el pueblo de Chile. Cuando se enfrentan decisiones de tal importancia como la que por estos días se discute, el pueblo debe expresarse y resolver. Sobre todo cuando las constricciones de la institucionalidad política son tan aberrantemente antidemocráticas como la actual. Así pues, no queda más que insistir en la urgencia del plebiscito y la Asamblea Constituy-ente. No hay más que eso. El pueblo es el único soberano, y frente a cues-tiones de tamaña importancia como el actual conflicto por la educación, este no acepta vetos ni necesita in-termediarios.

Conflicto educacional¿La iglesia debe mediar?

P

Camilo Navarro O.Sociólogo

Partido de Izquierda (PAIZ)www.twitter.com/@CamiloNavarroO



E

Horas extraordinarias gratuitas en el transporte público s verdad! Lo demuestra la re-presión sufrida por los trabajadores en el ámbito mundial en cada una de las ba-tallas libradas para limitar la jornada de trabajo a niveles tolerables para la natu-raleza humana.

Pero como si todo hubiese sido en vano, en el Chile de hoy sigue ocurriendo lo mismo: los trabajadores no consiguen que los empresarios les paguen las horas extraordinarias que se ven obligados a realizar bajo la tácita o expresa amenaza de despido. Como el despido es libre, el trabajador opta por aceptar el statu quo y demanda el pago de las horas extraor-dinarias “post mortem”, o sea, cuando ya está despedido.

Sabido es que trabajar horas extraordi-narias atenta contra una política de fo-mento y racionalización del empleo. Por su parte la legislación laboral, -sin arbitrar medidas de control efectivas-, le impuso al cobro judicial unos gravámenes proce-sales que convierten el derecho a que las horas extraordina-rias sean pagadas con un cincuenta por ciento de recargo en pura teoría.

El plazo de prescripción de seis meses, a contar desde que su pago se hace exigible, unido a la dificultad de probar durante el juicio que se han trabajado más horas que las legales (el registro de asistencia es amañado de manera burda por los empresarios), hace que el trabajo realizado en esa jornada extra sea gratis.

En el sector del transporte este diagnóstico lleva al encefalo-grama plano. Los conductores y asistentes trabajan jornadas de 14 a 15 horas diarias, de las cuales una parte es de conduc-

ción y/o de trabajo a bordo, y otra es jornada pasiva que, -según los empresarios-, no computa como trabajo efectivo. Aunque el control horario en este caso es computa-cional, no escapa a la manipulación en contra de los trabajadores.

El Sindicato SINTRAPAC, que tiene afiliados en TURBUS LTDA., deci-dió demandar a esta empresa por esta causa y a falta de información, -habida cuenta de la manipulación del control horario-, hizo un cálculo estimativo que es elocuente por la cuantía a la que llega.

La primera conclusión es que la conquista social de trabajar una jor-nada compatible con la naturaleza humana es inaplicable en grandes sectores de la economía chilena. Una segunda conclusión es que no ha servido para fomentar el em-pleo. La tercera es que las empre-

sas, en un universo de cinco mil trabajadores, para dar un ejemplo, se ahorran en el plazo de seis meses la friolera de veinticuatro mil seiscientos millones de pesos.

Si proyectamos estos números a nivel sectorial tenemos diagnosticado uno de los factores que explican como en Chile la plus valía (expresión que junto con la palabra “com-pañero” la dictadura desterró del léxico y aún sigue exiliada) ha sido un elemento gravitante a tener presente a la hora de explicarse como unos pocos han llegado a tener tanto en tan poco tiempo. Mientras tanto, la gran mayoría de los traba-jadores sobrevive como puede, disimulando su pobreza tras el endeudamiento generalizado que también coopera a au-mentar la inequidad en la distribución del ingreso. P

Guacolda SalasAbogado Laborista

“Varias matánsicas tiene la históricaEn sus pagínicas bien imprentádicasPara montárlicas no hicieron fáltica

Las refalósicas revoluciónicas”… (Violeta Parra)


En el transporte interurbano de pasajeros, -por impe-rio del inciso primero del artículo 25 del Código del Tra-bajo-, el tiempo de los descansos a bordo o en tierra y de las esperas que les corresponda cumplir a los cho-feres y conductores, entre turnos laborales sin realizar labor, no es imputable a la jornada y su retribución o compensación se ajustará al acuerdo de las partes.Este artículo es una bestialidad ya que la jornada men-sual está establecida en 180 horas. Los conductores pueden conducir cinco horas seguidas y descansar dos. Como sea que establezcan los turnos y dadas las condiciones geográficas del país, difícilmente los cho-feres se limitan a cumplir 180 horas de conducción. Les establecen jornadas diarias de 14 a 15 horas, por lo que su horario mensual llega a unas 245 horas de trabajo. Las empresas se niegan a pagar la diferencia entre las 180 horas legales y las 245 horas reales, ale-

gando que solo se cuentan como jornada laboral las horas de conducción. ¡Por esta vía los trabajadores le deberían horas de trabajo a la empresa!El abuso es de gran magnitud: el trabajador está 14 a 15 horas lejos de su casa, y las nueve o diez horas que restan las usa para desplazarse de su casa al trabajo, ida y regreso, y dormir. Hay casos de conductores que durante cuatro años o más no han celebrado fiestas de fin de año con sus familias, ni fiestas patrias, ni celebra-ciones familiares. Los contratos de trabajo son leoninos, las empresas descuentan de las remuneraciones todos los gastos ordinarios y necesarios para producir la renta. Si se rompe una luna o un faro o se pierde una encomien-da, paga el trabajador. He ahí porqué, TURBUS (entre otras), construyó un imperio en poco tiempo.

Felizmente una buena noticia: en fallo del día 26 de julio de 2011 el Tribunal Constitucional declaró que es inaplica-ble el artículo 26 bis del Código del Trabajo que establece que las espe-ras entre turnos no son imputables a jornada laboral por contravenir la norma del artículo 19 número 16 de la Consti-tución.


E ste mes de Agosto está marcan-do un hito en nuestra historia, hay muchos hechos que la posteridad recordará con admiración. Tenemos que hacer un análisis profundo. El 5 de Agosto de 2010 una terri-ble noticia marcó a nuestra organización: 33 compañeros de trabajo quedaron sepultados en la Mina San José, -en la Comuna de Copia-pó-, por la irresponsabilidad de los dueños, del Sernageomin, de la Asociación Chilena de seguridad, y sobre todo del Estado y del gobierno. A un año del suceso no hay claridad con relación a los procesos legales que la au-toridad debía haber iniciado. La impunidad reina. Ni el gobierno ni el Parlamento han asumido sus responsabilidades de cara a las medidas de seguridad que deben imperar en el mundo del trabajo, y se lavan las manos a través de los medios comunicacionales. Sin embargo la verdad es simple: el proyecto de Ley prometido por el gobierno ni siquiera ha sido redactado. Las caricaturales apariciones de un ministro que se hizo famoso en la TV, y la de un subsecretario que antes del acciden-te tuvo un trato vejatorio con los trabajado-res enfermos (debidamente denun-ciado a la ACHS), no cambian nada.SolidaridadNuestra primera acción fue denun-ciar el hecho y a quienes fueron responsables. La primera medi-da que tomamos fue poner todas nuestras fuerzas en la solidaridad con todas las víctimas del derrum-be: con aquellos cuya vida estaba en peligro, y también con aquellos que perdieron su fuente de traba-jo. Exigimos con vigor el rescate de los compañeros sepultados, con un argumento simple: habían entrado vivos a la mina y vivos tenían que sa-lir. Fuimos testigos de la entrega in-mediata de ayuda y de solidaridad de los Alcaldes de los municipios de Copiapó, Vallenar y Caldera. Gracias a ellos se levantó toda la logística necesaria para la atención de las familias y de quienes exigía-mos un pronto rescate. A todos ellos nuestro especial saludo y reconocimiento. También manifestamos nuestro reconocimiento a las organizaciones sindicales locales, nacionales y extranjeras que se pusieron a disposición de los familiares. Estos, en contra de la vo-luntad del gobierno, decidieron acampar en el lugar de la tragedia para exigir y esperar el rescate de sus seres queridos. Este hecho fue fundamental como medio de presión para que nuestros compañeros fueran rescatados después de sesenta y nueve días. En ese mo-mento todo el país acompañó su salida de la mina, y vivimos unidos y emocionados el re-nacimiento de nuestros compañeros.Falsas promesasQuién pensó que desde ese momento ha-bría un cambio radical en las condiciones de seguridad y dignidad de la labor que desarro-llamos, se equivocó. A pesar de que el mun-do entero se dio cuenta de las deplorables condiciones de seguridad que son las nues-tras, y de la discriminación salarial que se nos impone con relación a nuestros compañeros de otros países, nada ha cambiado. Nuestros salarios, que son el fruto más importante que recibe el país de una explotación minera que se lleva los beneficios al extranjero, no guar-

dan relación con el esfuerzo y los riesgos a los que día a día se expone el trabajador minero. El presidente Piñera hizo bellos anuncios. Las jornadas de doce horas se terminarían. La promulgación de una nueva Ley de Segu-ridad laboral se haría en breve plazo, y una Comisión especial trabajaría en ella. Eso le prometió el Sr. Piñera, a los mineros y a Chile. Ha pasado un año, y nada de lo prometido se ha cumplido. Las condiciones siguen siendo las mismas. Del proyecto de Ley no hay ni siquiera un borrador. Después del accidente en la Mina San José han muerto más de 40 trabajadores a consecuencia de accidentes laborales. Lo único que hizo el presidente fue pasearse por todo el mundo mostrando el papelito de los 33, regalando piedritas, fal-tándole a la verdad, y haciendo el ridículo a tal punto que su más cercana colaboradora tuvo que señalárselo.Las luchas de hoyEste mes de agosto nos trajo recuerdos de cuando nuestro país era sitiado por milita-res, carabineros, fuerza aérea, marinos y

soldados, toda la fuerza de la que se sirvió el dictador para cuidarle los intereses a los po-derosos. Esos que se hacían aún más ricos explotando a los más desposeídos. Este 4 de agosto, Santiago y varias ciudades de Chile amanecieron sitiadas por orden del Ministro del Interior, que quiso impedir las manifesta-ciones de los estudiantes y de la ciudadanía, faltándole el respeto a un derecho constitu-cional que es también un Derecho Humano. Nuestra Confederación Minera de Chile está con los estudiantes, con sus justas deman-das, por una Educación de calidad, pública, laica y gratuita. La Confederación Minera de Chile está por la convocación de una Asam-blea Constituyente que le de al país una Cons-titución democrática. Denunciamos la violenta represiónDenunciamos y condenamos enérgicamen-te la violencia irracional de Carabineros, res-ponsabilizando por esto al General Director Eduardo Gordon, al Jefe de las Fuerzas Es-peciales Jorge Fernández, y a las autorida-des políticas comenzando por el Presidente Sebastián Piñera, el Ministro del Interior Ro-drigo Hinzpeter, el Subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla, el Secretario General de Go-bierno Andrés Chadwick Piñera y la Intenden-ta de la Región Metropolitana Cecilia Pérez. Todos ellos solo muestran su intransigencia

al avalar al demente actuar de la policía uni-formada. Del mismo modo, exigimos la re-nuncia del Ministro del Interior Rodrigo Hinz-peter, quién declaró que si “existían muertos en estas protestas serían los/as estudiantes los responsables de ello”, justificando de antemano la violenta represión ejercida por las fuerzas policiales. Su labor, desde que asumió su cargo, ha violentado los derechos más fundamentales de los ciudadanos y los trabajadores. Fue el Sr. Hinzpeter quién en-vió un avión de guerra de la Fach (Hércules) lleno de efectivos policiales a reprimir los tra-bajadores contratistas de la mina Inés de Co-llahuasi. Esto es represión institucionalizada por parte del Estado, para proteger intereses particulares en contra de los trabajadores. El Sr. Hinzpeter ordena, el aparato represor obedece reprimiendo con saña a la civilidad. Eso es inadmisible. Hay que ponerle fin defi-nitivamente a la represión.Gobierno y Congreso deslegitimadosLa Confederación Minera de Chile milita ac-tivamente porque el tema de la educación

y los cambios que requiere el país sean discutidos de cara al pueblo, con el pueblo y para el pueblo. Todos los estamentos sociales deben participar. El Congreso, un puñado de de-signados a dedo mediante el sistema binominal, no tiene legitimidad para hacerlo. Este Parlamento ha omitido hacerse cargo de sus deberes, ignora los problemas reales, le obedece a las cúpulas de los partidos po-líticos, y es el mismo que hizo posible que la Educación esté en estas condiciones. El cogobier-no de los consensos, de políticos involucrados en los negocios y de acuerdos entre cuatro pare-des, generó una Educación dis-

criminatoria de mala calidad, facilitó el lucro y el endeudamiento de los estudiantes y sus familias. Se trata de trabajadores, poblado-res y mineros. Por eso este movimiento es nuestro, y nos hemos hecho parte activa de él. “Nada es gratis en la vida” pretende el Sr, Piñera, que tal vez quiera cobrarle a los niños que son amamantados, como pretende que se les cobre una educación que en la historia patria ya fue pública, laica y gratuita. Basta de discriminacionesDiscriminar a los más pobres, a los más vul-nerables, a los que son más frágiles, es un insulto a la conciencia del país que ya se can-só de las falsas promesas y de quienes las hacen. Nosotros decimos ¡Basta! Y desde estas páginas alertamos ante los intentos de desperfilar este movimiento social. Rechaza-mos a los que quieren ofrecen “mediadores” teniendo conflictos de interés. Impugnamos a los faranduleros apagados en busca luces, y a los políticos venales de antaño que corren prestos y presurosos al llamado del Gobierno.Ya sabemos como terminan sus mediacio-nes, y por eso decimos y repetimos ¡Basta! Cualquier negociación debe hacerse con los actores sociales involucrados en la lucha: solo ellos tienen legitimidad. ¡Fuerza! Es la hora de los cambios.

Los 33 y las falsas promesas

P

Discriminar a los más pobres, a los más

vulnerables, a los que son más frágiles, es un insulto a la conciencia

del país que ya se cansó de las falsas

promesas y de quienes las hacen.

Nestor JorqueraPresidente Confederación

Minera de Chile



A este gobierno hay que reco-nocerle la virtud de poner en evidencia, por incompetencia, los problemas es-tructurales de la sociedad chilena. Pro-blemas maquillados durante 20 años de Concertación en su rol de administrador de fundo. Ahora los latifundistas dirigen lo que creen suyo: un país. No saben ha-cerlo y nadie le ha dado consentimiento a su “supuesto” patrimonio. La exten-sión privatizadora de su neoliberalismo es acompañada por la consigna “creci-miento económico bajo el orden social (control social)”. En este escenario, e históricamente ha-blando, los más afectados han sido los pueblos originarios.Los Mapuche son los más visibles. Único pueblo que resistió al yugo de la Coro-na. Con los años, el Estado chileno se ha convertido en su peor ene-migo. Traiciones y men-tiras. Chile le debe más que una porción de tierra al pueblo mapuche. Tradi-cionalmente incomprendi-dos, la colonización sigue en sus vidas y la persecu-ción igual. Todo Santiago, y el mundo, se espantaron con la represión policial vivida el pasado 4 de julio. Los Mapuche presentes se sentían como en casa.Una semana antes, Mijael Carbone, vocero de la co-munidad tradicional de Temucuicui, denunció la excesiva brutalidad en los allanamientos efectua-dos por carabineros. Tiro-teos de la familia colona Urban, menores heridos, perdigones de acero, helicópteros so-brevolando a 30 metros de altura con un francotirador y bombas lacrimógenas. El Afganistán local de Bachelet y Piñera. Una noble visita del Instituto Nacional de Derechos Humanos -labor cuestio-nada por un sector de la sociedad civil- le regaló un par de días de tranquilidad a los comuneros. El proceso de recuperación de tierras se ha intensificado y masificado en las últi-mas semanas debido a la nula respues-ta del Gobierno de Piñera. A muchas comunidades la Concertación les había prometido una solución, pero nunca fueron tan desleales con los pueblos in-dígenas como durante sus dos últimos

gobiernos. Muertes incluidas con dispa-ros por la espalda, como en el caso em-blemático de Matías Catrileo. O de Jai-me Mendoza, asesinado hace dos años: el juicio desmintió la tesis de “legítima defensa” del carabinero, que sigue en libertad. La familia del comunero clama por justicia.El instrumento del Estado para dilatar las reivindicaciones de los derechos a los pueblos originarios es la Corpora-ción Nacional de Desarrollo Indígena, CONADI. Sus directivos obtienen sus cargos de la arbitrariedad de la clase política. Su eminente tarea consiste en no complicar a las diferentes adminis-traciones del Estado Chileno. Es más, elaboraron una consulta, sin participa-ción de los protagonistas. ¿Cómo saber de su realidad sin ellos? Además, en la

pseudo consulta vulneraron el marco regulatorio de los convenios internacio-nales establecidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El grue-so de las comunidades mapuche recha-zó la validez de tal iniciativa.Un grupo de parlamentarios propuso una solución genial: mejorar la encues-ta. Y como si fuese demasiada generosi-dad, la decisión final depende de Piñera La evidencia: en Chile no hay voluntad política para aprobar leyes que velen por los derechos de los pueblos indíge-nas. La terrible huelga de hambre de los Mapuche de la Coordinadora Arauco Malleco sólo logró una rebaja de sus pe-

nas y la creación de una comisión. Otra comisión. ¿Para cuándo la Superinten-dencia?La Alianza Territorial Mapuche analiza sus próximos movimientos, y el regre-so de la Lonko Juana Calfunao le suma fuerzas al proceso de reivindicación. Agotadas las instancias nacionales, la Cepal emite juicios y la Corte Interame-ricana de Derechos Humanos denuncia al Estado Chileno. Pero, ¿Cuál es la real transcendencia de estos organismos internacionales en la agenda nacional? ¿Una noticia de vez en cuando? Sin generar espacios de diálogo. En el 2011, para construir una democracia real, resulta vital contar con el pueblo mapuche. Para la transforma-ción de Chile. Y no sólo del mapuche, sino de todos los

pueblos indígenas. Porque somos mes-tizos. Porque somos una nación pluri-cultural -o multicultural- y multilingüe. Porque soñamos una República basada en valores como el pluralismo y la igual-dad ante la Ley. Donde reine un Estado de derecho. En democracia la participación ciudada-na es el zócalo y la médula. Sin ella, no hay democracia.Otra razón más para abrogar la actual Constitución ilegítima y espuria. Para que los pueblos originarios recuperen, ¡al fin!, sus derechos y su dignidad. Chi-lenos y mapuche tenemos que luchar unidos para obtener la convocación de una Asamblea Constituyente.

Sin ellos es imposible

“Helicópteros sobrevolando a 30

metros de altura con un francotirador y

bombas lacrimógenas. El Afganistán local de

Bachelet y Piñera“.

P

Carlos PhilippePeriodista



Q

Lo único que puede hacer este

“Congreso” es legitimar el plebiscito

y así proclamar su propia ilegitimidad y su fin. Cualquier otra cosa anticipa

violencia. Para evitarla, todas y todos

al Parque.

ué puede estar reflexionan-do en estos días el alto mando militar? Sobre esto sólo se puede hacer una especulación razonada. Las opciones primeras son: acomodarse a la situa-ción tras el manto -falso- de su pres-cindencia política, como hasta ahora, a la espera de que la agitación se diluya, o bien advertir públicamente que ellos son los “garantes” del ordenamiento legal que aquí obviamente se quiere subvertir.

Sin duda, hay en las fuerzas armadas centenares de oficiales que comparten con la ciudadanía las mismas inquietu-des, pese a estar ellos mismos a salvo de todos los males del sistema neoli-beral que se encargan de custodiar. La oficialidad chilena vive en un sistema socialista que le garantiza empleo, vi-vienda, salud, educación y pensiones, y es imposible que gente inteligente, con buenos niveles de educación, sea ciega ante este privilegio. Como la re-belión actual es de clase media, en ella están involucradas las redes sociales y familiares a las que los propios oficiales pertenecen.

Pero cuidado con las ficciones, que ya Chile pagó muy caro alguna vez ilusiones de este tipo: es en la calle, y solo con centenares de miles de personas en la calle, una y otra vez, que las dudas de los oficiales se traducen en opinión política, o al menos en una actitud pa-siva: no matar civiles, especialmente si esos civiles son sus hermanos, primos, cuñados o ex compañeros de colegio. Y no siempre. En Honduras se evidenció, en 2009, que los golpes de Estado no son un fantasma, sino un peligro real que se hace efectivo en situa-ciones límite como aquella en la que ya está, o a la que se acerca el país. Como en Chile, la Constitución hondureña está diseñada para ser eterna, y fue la sola intención del presidente Manuel Zelaya de llamar a una consulta popular (no vinculante) al respecto, la que generó el golpe de junio de 2009. El golpe evitó tanto las elecciones como que se conociese la opinión de la mayoría sobre la Constitución.

La crisis de la educación ya no tiene sólo que ver con la educación, ni mucho menos con el “año escolar”, que el Gobierno quiere salvar con los mismos métodos con que garantiza el “orden público”: la violencia. En este sen-tido, los llamados “excesos” del ministro del Interior, puede que no sean sino un ejercicio pactado previamente con las fuerzas intere-sadas para extender los límites -ya bastante más amplios que en cualquier democracia- de la violencia estatal.

De aquello fue evidencia notable la “repre-sión preventiva” realizada el 4 de agosto, así como la ya indisimulada actividad de los infiltrados en las manifestaciones, junto a la complicidad de los medios de comunicación y de muchos periodistas, destinada a justi-ficar la represión; el espionaje descarado de los aparatos de inteligencia, o los montajes judiciales “antiterroristas”. Todo esto mez-

clado con amenazas abiertas del ministro Rodrigo Hinzpeter (el policía malo) y veladas del ministro de Educación, Felipe Bulnes (el policía bueno).

Ojo: en Chile no hay excesos, ni falsas lec-turas. El Gobierno sabe perfectamente lo que está ocurriendo y está determinado a cambiar el curso de los acontecimientos. Ha probado, y sigue probando, el amedrenta-miento de una población que todos -incluida ella misma- consideraban temerosa, fatalis-ta, dócil. Si la intimidación no funciona, se puede pasar a otra etapa, o sea, el estado de excepción, las balas, los arrestos masivos (como el 4 de agosto) y selectivos, nuevos montajes judiciales, más golpizas y asesina-tos por grupos paramilitares.

Con el Gobierno, en este objetivo, están de una otra manera todos los sectores de la vida nacional que se han beneficiado del siste-ma impuesto a partir de 1973 y/o quedarían fuera del cuento en un sistema democrático verdadero. Es una ínfima minoría, pero con inmensos recursos y una determinación a toda prueba.

Al contrario de otras situaciones históricas, frente a esta determinación armada, multi-millonaria, ideologizada y sin escrúpulos, no hay más que un descontento generalizado encabezado por la clase media, pero sin otra dirección política que las federaciones de es-tudiantes. No hay todavía masas de trabaja-dores, ni menos una “vanguardia proletaria”, ni un programa para la “revolución democrá-tico-burguesa” que está tomando cuerpo.

Este tema le devana los sesos a los mayores de 40, y con estas carencias cuentan los de-fensores del pinochetismo para desgastar y desarticular el movimiento desde fuera, o para debilitarlo y dividirlo desde adentro. Por eso no se sabe si las advertencias del ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle acerca

del riesgo de ingobernabilidad tienen el propósito, ante la evidencia de su inevi-tabilidad, de precipitar el cambio, o de frenarlo.

Un “golpe blanco” como el que parece estar en marcha, cuenta posiblemente con el apoyo tácito o entusiasta de per-sonajes obscuros como Frei, Patricio Aylwin, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet o José Miguel Insulza (en representación de Estados Unidos) y toda la corte con-certacionista que se ha beneficiado de los 20 años de circo. Estos sujetos -salvo Bachelet, que sencillamente no habla- ya no se manifiestan desde otro bando que el de cómo preservar el sistema.

Una táctica probable de este grupo es recurrir al mismo método diversionista de sus gobiernos: presentar proyectos de ley que se sabe desde el inicio que serán rechazados. Asi se fabrican una coartada, y ganan tiempo para aparecer como la única alternativa en los procesos electorales, primero el de los municipios en 2012, y luego -con Bachelet o Marco Enríquez- en las presidenciales.

Lagos, por su parte, inmune al rechazo que despierta -y en lo que parecen mues-

tras de senilidad- piensa que él puede jugar un papel protagónico en el proceso de cambios.

Esta alternativa sería la salvación del modelo neoliberal y el orden pinochetista, y sin duda se debate intensamente en los círculos de po-der, como bálsamo para aplacar tanto a los golpistas radicales como a oficiales presumi-blemente tan descontentos como sus familias con las deudas y la incertidumbre garantizada por el sistema económico y financiero.

Entretanto, una nueva opción sistémica es la que propone Pablo Ruiz-Tagle: que el propio Congreso reforme la Constitución. O sea, sin Asamblea Constituyente, única fórmula más o menos democrática (más o menos, por-que la elección de sus miembros sería por los mismos métodos de marketing político, con medios de comunicación parcializados y manipuladores y sin organización popular efectiva, que caracterizan la democracia re-presentativa).

Lo que la clase media puede y quiere aceptar hoy es una Constitución democrática bur-guesa, basada en el concepto del trabajo, que garantice tanto la propiedad privada como la democracia representativa proporcional, los derechos ciudadanos y sindicales, y res-tituya al Estado sus atribuciones y funciones esenciales. Sería indispensable además un cambio profundo de la doctrina de seguridad nacional, de los programas de formación de oficiales y suboficiales, y de las estructuras y métodos de los servicios policiales, de inteli-gencia y seguridad y de la Fiscalía.

Esto, que es el mínimo absoluto, aparece maximalista y es imposible en el marco le-gal actual, por eso lo único que puede hacer este “Congreso” es legitimar el plebiscito y así proclamar su propia ilegitimidad y su fin. Cualquier otra cosa anticipa violencia. Para evitarla, todas y todos a la calle. P

¿Y los milicos?


Alejandro KirkPeriodista


L

…cada vez que las radios interrogan a

colegiales de uniforme, estos dan la respuesta

sin vacilar: una nueva Constitución,

mediante una Asamblea

Constituyente. Los estudiantes secundarios son perspicaces, los

políticos no.

a realidad no les cabe en la cabeza. El gobierno trata desespera-damente de entender lo que está ocu-rriendo en las calles de Chile. Un nú-mero importante de organismos del Estado, sobre todo los que manejan los asuntos de seguridad, el análisis político y la gestión de crisis, están apremiados de preguntas para las cuales no tienen respuestas: qué organizaciones están detrás de las movilizaciones, quiénes son los diri-gentes, si tienen o no nexos con gru-pos terroristas o extremistas, cuáles son los márgenes de negociación.

Están condenados a analizar textos y reivindicaciones, a revisar las páginas Internet y las redes sociales, a estu-diar libros y documentos que hablen sobre movimientos estudiantiles, comunistas, anarquistas, sindicales, medioambientalistas, indígenas, an-ti-neoliberales, etc. Tratan de saber si se trata de una maquinación, de una maniobra, de un ensayo de desesta-bilización con nexos en el extranjero (vaya uno a saber), de un asunto de índole terrorista…

No conoceremos nunca, por cierto, la extensión de sus indagaciones, hasta dónde les ha llevado o llevará la angus-tia de no tener solución para lo que le está pasando a la derecha. Exasperado, el presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín Peña, senador a dedo, se sale de sus carriles clamando: “¡No nos va a doblar la mano una manga de inútiles subversivos, que están instalados muchos de ellos desgraciadamente en un Parlamento, que no supimos ganar!” An-tes de perder el control de manera tan llamativa y sacar a lucir el vocabula-rio de Pinochet, tal vez podría Larraín haberse percatado que las marchas y cacerolazos no son dirigidos desde el parlamento, y haberle preguntado su opinión a Marcelo Schilling, diputado inicialmente nombrado a dedo tam-bién, especialista de asuntos clandesti-nos. Aunque en mi opinión no hubiera aprendido nada: el Partido Socialista de Chile, como el gobierno y los partidos políticos en general, tampoco entiende o quiere entender lo que está pasando.

En primer lugar el gobierno y la oposi-ción se niegan a entender que el des-asosiego en la educación —su carestía, su inequidad, su inepcia—, ya no se res-tringe a ese único campo.

En segundo lugar que los escolares, los estudiantes, los profesores, los apode-rados, etc., están trazando una línea: a un lado casi toda la sociedad civil, y al

otro casi toda la sociedad política.

En tercer lugar que los partidos polí-ticos, hasta los más pequeños, tienen poca o ninguna influencia en esto, para

qué hablar de supuestos terroristas o manipuladores extranjeros.

En cuarto lugar, que una nueva gene-ración llegó a madurez. Como lo escri-be un(a) joven anónimo(a) en un blog, “La gente se pregunta por qué ahora se hace el movimiento estudiantil. ¿Por qué ahora que la derecha está en el poder? Es porque cuando asumió Aylwin yo estaba recién naciendo. Cuando Frei fue presi-dente, yo estaba en el jardín o entrando al colegio. Cuando estaba Lagos, recién estaba dejando de lado mi muñeca o dejando de jugar a las cartas pokemon. Y cuando Bachelet fue presidenta, parti-cipé de la revolución pingüina y creí que los políticos eran verdaderos y depusimos las movilizaciones. Y ahora que está Pi-ñera estoy grande y veo la realidad de mi país. Esto es un cambio generacional, no se trata de cagar a Piñera, somos la ge-neración que nació libre, libre de miedo a expresarse, pero no libre de luchar por lo que queremos.”

Que les produzca terror es lo de menos. Las asesorías que están pidiendo a diestra y a siniestra (se dice que hasta en Canadá), no les servirán de nada, mientras no admitan estos hechos.

Lo que se preguntan unos y otros es cómo salir de esto. Sin embargo cada vez que las radios interrogan a colegia-les de uniforme, estos dan la respues-

ta sin vacilar: una nueva Constitución, mediante una Asamblea Constituyente. Los estudiantes secundarios son perspi-caces, los políticos no. Parlamentarios y partidos han tratado de minimizar

(cuando no de ocultar) el asunto haciendo proposiciones de plebis-cito acerca de la educación, lo que sigue siendo notoriamente insu-ficiente, porque la solución es sin duda ninguna abrir el camino hacia una nueva Constitución, a condi-ción de no ser elaborada de forma privada, reservada y secreta como se hizo con la de 1980 y con el cuer-po de reformas constitucionales de 2005.

No es una opinión de anarquistas desalmados, de mapuches sub-versivos ni de flaites extremistas. Lo dijo con estas mismas palabras una persona indudablemente ra-zonable y moderada, el abogado DC Hernán Bosselin Correa, en un congreso dedicado a la “Refor-ma política y nueva Constitución” (Universidad Central, 25 de agosto de 2008):

“¿Cuál es la diferencia entre una reforma, un cambio, una nueva Cons-titución elaborada con la participación del pueblo soberano a través de una ins-tancia democrática a la cual le damos el nombre de Asamblea Constituyente, y una reforma constitucional elaborada por una comisión reservada de senadores o diputados? La diferencia es de carácter sustancial. El país, la comunidad nacional está reclamando tener participación, par-ticipar en el manejo de la cosa pública, no ser excluido, no ser eliminado y no entre-gar el manejo de la cosa pública al mono-polio de determinados partidos políticos. Estamos viviendo un proceso de deterioro progresivo y muy profundo de lo que son los partidos políticos en la consideración pública, y también estamos viendo cómo la opinión pública desvaloriza en un por-centaje realmente preocupante lo que es la democracia. Interesar a la comunidad nacional en participar en la elaboración de una nueva Constitución es generar una di-námica muy poderosa, muy potente para introducir cambios en la sociedad chilena […] Ir a la dictación de una nueva Constitu-ción, a la elaboración de un nuevo cuerpo constitucional no solamente es una ne-cesidad de carácter político, o un tema de tratadistas de derecho constitucional o de personas preocupadas por el punto de vis-ta ideológico o doctrinario, sino que es una necesidad del cuerpo social, desde el punto de vista económico y social, para lograr al-canzar el desarrollo.”

Salir de la crisis

P

Armando UribeEcheverría

Profesor asociado, Universidad de Cergy-Pontoise (Francia)



L

…entre 1945 y el año 2009 la tasa de

imposición de los más altos ingresos yanquis

bajó de 90% a un promedio de 30 a

35%, gracias a lo cual se generó la aberrante

deuda Federal que hoy trae al mundo de

cabeza.

os presentes espasmos de la crisis que no acaba de terminar han hecho los titulares de la prensa mun-dial. Pero ninguna es tan mentirosa y manipuladora como la nuestra. En medio del marasmo de las Bolsas La Tercera cuenta que la de Santiago subió en dos o tres puntos. Mientras tanto Felipe Larraín le copia los discursi-tos idiotas a Nicolás Eyzaguirre y a An-drés Velasco: Chile es una especie de ET, un extraterres-tre inmune a los vai-venes financieros. Pero ningún diario, ni la TV, ha creído oportuno precisar que en lo que va corrido de año, si el índice S&P 500 bajó en un 6,27%, la Bol-sa local ha perdido casi un 12%. Los empresarios es-tán en La Moneda, luego todo va bien aunque las víctimas de las AFPs pierdan sus ahorros. El Mer-curio, que fiel a su reputación miente por omisión, por manipulación, o descaradamente (eso ya depende del día) titula Hoy: “Nobel de econo-mía 2004 asegura que Obama debería retroceder en sus políticas redistribu-tivas y bajar impuestos”. Se trata de Edward Prescott, un reaccionario conocido y adepto de las provoca-ciones. Cuando Rodrigo Rato, a la sa-zón Director General del FMI, llamó los EEUU a reducir su deuda públi-ca, Prescott reaccionó declarando, -como un Andrés Velasco cualquie-ra-, que no había ninguna crisis y que los EEUU no le debían nada a nadie. Poco después de recibir el pseudo premio Nobel afirmó: “Tal vez sería mejor, simplemente, acabar de una vez con el FMI, el Banco Mun-dial y otras instituciones”, en lo que

tal vez está muy acertado. En medio de la crisis monetaria Prescott volvió a distinguirse diciendo: “Las tasas de cambio son un gran rompecabezas que en realidad nadie comprende… Yo no tengo respuestas, no comprendo y no creo que ningún economista com-

prenda”, en lo que al menos fue más sincero que los “expertos” que pulu-lan en Chile.

En fin, que El Mercurio intenta con-vencernos una vez más que cobrarle impuestos a los privilegiados, a los poderosos, a quienes concentran la riqueza, es caca. Y no cuenta que en-tre 1945 y el año 2009 la tasa de impo-sición de los más altos ingresos yan-quis bajó de 90% a un promedio de 30 a 35%, gracias a lo cual se generó la aberrante deuda Federal que hoy trae al mundo de cabeza. El bajón fue más pronunciado a partir de los años 80, con Ronald Reagan en la Casa Blanca. Luego W. Bush terminaría de blindar la riqueza de los ricos.

El Mercurio tampoco cuenta que la deuda Federal creció en paralelo con la deuda de los hogares yanquis, mientras los ricos acumularon billo-nes de dólares. Hoy por hoy, en pro-medio, cada hogar estadounidense debe un 138% de su salario disponi-

ble anual. Las tarjetas de crédito al consumo pasaron por ahí, en-riqueciendo aun más a los privilegiados. La crisis planetaria de los subprimes, gatillada por la quiebra del sistema financiero yanqui, tuvo como origen la falta de poder adquisitivo para la inmensa mayoría de ciudadanos estadouni-denses que solo pueden vivir endeudándose más y más. Sin embargo, según El Mercurio y la excusa de Edward Pres-cott, “Obama debería re-troceder en sus políticas redistributivas”, lo que quiere decir que en Chi-le, -que tiene una de las peores distribuciones de la riqueza del planeta-, ni siquiera deberíamos considerar esa posibi-lidad. Y no sueñes: las políticas redistributi-vas de Obama son aún más miserables que los bonos de Bachelet

y Piñera. El Mercurio agrega que Prescott sugiere “bajar impuestos”, sin precisar que se trata de bajarle los impuestos a los ricos: los pobres ya ni siquiera son imponibles. Las grandes multinacionales pagan en torno a un 4% de impuestos sobre sus beneficios, mientras que las Pymes pagan un 39%. El Mercurio no cuenta que los impuestos finan-cian la Educación, la Salud, las in-fraestructuras públicas (en vez de crear negociados de concesiones), la investigación científica, etc. Para la voracidad de estos tiburones no hay saciedad posible. Por eso se consagran a la desinformación económica. P

La desinformación económica

Nos vemos en el Parque O´Higgins, a partir de las 12:00 hrs.…

Luis Casado


Determinación y creatividad de los estudiantes chilenos


Reporteros del pueblo

Así se construyen mayorías.

Los estudiantes tapan la calle, pero abren el camino.


Esta educación es un asesinato en masa de la inteligencia.


Las super héroes apoyan a los estudiantes.



POLITIKA


Editor general: Luis Casado.

Colaboradores: Salvador Muñoz - Camilo Navarro - Alejandro Kirk - Guacolda Salas - Nestor Jorquera Armando Uribe Echeverría - Reporteros del Pueblo.

Diseño gráfico: Editorial Latinoamericana.


POLITIKA

Manifestaciones estudiantiles:Carabineros frente a frente

(Reporteros del Pueblo).

politika nr 9

Documents