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UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Departamento de Derecho Público General
Área de Ciencia Política y de la Administración Programa de Doctorado en "Procesos Políticos Contemporáneos"
POLÍTICA, DESCENTRALIZACIÓN Y SISTEMAS DE PARTIDOS EN COLOMBIA, 1988-2000. UNA EXPLICACIÓN TEÓRICA Y UN ANÁLISIS
EMPÍRICO
CCAARRLLOOSS EENNRRIIQQUUEE GGUUZZMMÁÁNN MMEENNDDOOZZAA♣♣♣♣♣♣♣♣
Salamanca, 2002 ♣ El presente documento hace parte del Capítulo, ya cerrado, "…Un marco para el análisis de los subsistemas regionales de partidos en Colombia", del proyecto de tesis doctoral. Se ruega no citar.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
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Capitulo I
ESTADO, SISTEMA POLÍTICO E INSTITUCIONES. UN MARCO PARA EL
ANÁLISIS DE LOS SUBSISTEMAS REGIONALES DE PARTIDOS EN
COLOMBIA
Introducción
Colombia, […], ha tenido un sistema político de carácter democrático,
apoyado en dos partidos tradicionales, Liberal y Conservador, que han
monopolizado el poder político (Dávila Ladrón de Guevara, 1992: 35), al
punto que la historia política nacional se ha confundido con la historia de
éstos. Pareciera que los partidos tradicionales se aferrarán a la cada vez más
exigente sociedad civil. De ahí que su importancia para el desempeño
democrático no se ponga en duda, a pesar de la crisis en que se encuentran
sumidos.
Con frecuencia se sugiere, y se insiste, en que la organización
partidista ha evolucionado. Que se identifican cada vez nuevos tipos de
partidos, diferentes de aquellos como el de notables o de masas de Duverger
(1951); al atrapalo-todo de Kirchheimer (1966) o al cartel de Katz y Maier
(1995). Supone lo anterior, que si el partido cambia también ha de cambiar,
porque no?, la red de relaciones entre ellos; es decir el sistema de partidos.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
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Este cambio o evolución del sistema de partidos, no puede ser atribuido
exclusivamente al cambio de sus unidades. Puede esperarse que el mismo se
deba, también, a procesos de cambio político. Desde ésta perspectiva
analítica, el sistema de partidos para efectos de esta investigación se
considerará como una variable dependiente. Variable a la que se le
observarán propiedades como: fragmentación/número de partidos que
compiten en la arena departamental; la concentración/competitividad del
sistema partidario; bi/multipolaridad; y, la volatilidad agregada del mismo.
En Colombia, el sistema de partidos, a través de la historia, ha sido
singular y persistente; ha sido, igualmente calificado siempre de modelo y
ejemplo de bipartidismo en América Latina, por lo menos en el ámbito
nacional. Sin embargo, la realidad política partidista es más compleja. A
partir de 1986 el país se enfrentó a un dinámico proceso de cambio político;
tal vez como resultado de las exigencias de la sociedad civil1 y de la
necesidad de una alternativa política quizá, sostiene Leal Buitrago (1985:
237), basada en una pluralidad partidista capaz de reconstruir nuevas formas
de participación ampliada.
A pesar de los comunes rasgos que "definen" al sistema de partidos
nacional en Colombia, su evolución y estudio aún es incompleto. Es, a mi
juicio, la entretejida red de relaciones, inter e intrapartidista, de competencia
que se desarrolla en los diferentes ámbitos y con diferente ideología, la que
completa y sienta las bases para una comprensión del sistema de partidos, así
como la de los partidos políticos.
1 El modelo de exclusión social, económica y política heredado del Frente Nacional, moldea
una nueva forma de relación de la sociedad civil con el Estado. Ésta se expresó, en unos casos, a través de la lucha armada; en otros, mediante las huelgas, los paros cívicos y las protestas populares. Ésta última forma fue característica durante la década de los ochenta y contribuyó en buena medida para acelerar la puesta en marcha del proceso de descentralización política, administrativa y fiscal emprendida por Colombia.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
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La puesta en marcha del proceso, inacabado aún, de descentralización
política en 1986, puso de manifiesto el clivaje centro/periferia2 y con él, la
proliferación de organizaciones partidistas que le disputan, desde entonces el
poder político a los partidos tradicionales. Las interrelaciones de
competencia entre éstas, dieron origen a la configuración de subsistemas de
partidos regionales3 claramente diferenciados. Es éste singular subsistema
regional de partidos, hasta ahora inexplorado, el que hace del caso
colombiano un tema atractivo para su ideal para su estudio.
Varias son las razones que me motivan a emprender su estudio: el
escaso, por no decir poco, interés investigador que suscita a nivel
subnacional lo político4; interés que no es muy diferente en al ámbito
nacional. No en vano algunos estudiosos (Hartlyn, Bushnell, Deas, Apter)
manifiestan su extrañeza al encontrar tan pocos estudios relevantes sobre la
política colombiana. En segundo lugar, por la relevancia que los sistemas de
partidos tienen en sí mismos; Alcántara (1999) sostiene que ellos son uno de
los elementos clave de cualquier sistema político5. De ahí que el
conocimiento, no sólo de su formato, sino también de la naturaleza de su
competencia resulte fundamental para el sistema político. En tercer lugar, su
estudio resulta de interés, en tanto que con la distribución del poder político,
la asignación de recursos y competencias a los entes regionales y locales, los
partidos que compiten en el ámbito subnacional, no sólo obtienen y
2 Las diferencias entre el centro y la periferia fueron la principal preocupación de la naciente
república de Colombia. La definición de un modelo de Estado fue, del mismo modo, causa de más de un enfrentamiento entre federalistas y centralistas, correspondiendo a cada uno de ellos un tipo de ideología: liberal y conservador, respectivamente. Es ésta estructura de clivajes el que ha propiciado, en las regiones, la gestación de un sistema de partidos propio y que, se hayan implementado arenas políticas que funcionan con pautas y lógicas diferentes a las nacionales.
3 Hasta antes de implementada la descentralización política, la configuración del subsistema regional de partidos se mantenía estable, correspondiéndose con el sistema de partidos nacional. Se altera es a partir de la puesta en marcha de dicho proceso.
4 El interés investigativo en los niveles subnacionales se han centrado en el análisis del impacto que la descentralización política ha tenido principalmente en el municipio. Trabajos como los de Dugas, John et al (1992); el de Castro, Jaime (1998); o, el de Dávila Andrés y Bejarano Ana María (1998), entre muchos otros, son un ejemplo.
5 Considero que las regiones al igual que las demás unidades territoriales en que se encuentra organizado el Estado, se comportan como microsistemas políticos.
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controlan sino formación de políticas públicas que responden a intereses
distintos a los del nivel nacional. Por lo tanto, el tipo de competencia
interpartidista y la posterior conformación de las Asambleas
Departamentales, condicionará la implementación de éstas. La forma que
adopte el sistema de partidos en el ámbito regional explicará en buena
medida la gobernabilidad o ingobernabilidad del sistema político a ese
nivel6.
Con esta perspectiva, y considerando a los subsistemas de partidos
como variable dependiente, nos proponemos estudiar su configuración
centrando la atención en la relación de causalidad que existe entre factores
políticos y subsistemas de partidos. Es decir, la influencia que instituciones
como: régimen político, descentralización política, Constitución Política de 1991,
sistema electoral y el comportamiento electoral, tienen sobre los subsistemas de
partidos.
En este primer capítulo, si bien no se pretende elaborar tipología
alguna, desde el punto de vista teórico, del subsistema de partidos, se busca
si, establecer las características que para el caso contempla, tanto en sentido
temporal como espacial (Oñate y Ocaña, 1999: 73), es decir: la
fragmentación/número de partidos que compiten en la arena departamental;
la concentración/competitividad del sistema partidario; la bi/multipolaridad
del mismo; y, la volatilidad agregada del mismo. Estas dimensiones nos
permiten hacer referencia a la existencia de uno o varios sistemas regionales
de partidos simultáneos dentro del modelo general de sistema de partidos en
el país7.
6 Si bien es cierto, que los gobernadores departamentales son elegidos por voto popular, y que
dentro de las Asambleas Departamentales no se discuten normas con carácter de ley, éstas participan y deciden en la formación de políticas públicas y puede, de hecho lo hacen, interferir y entorpecer la gestión del mandatario departamental, al punto de obstaculizar la aprobación y ejecución de un plan de desarrollo, por ejemplo.
7 Las características mencionadas resultan de una evidencia empírica encontrada en el análisis de los datos oficiales correspondientes a las elecciones para Asamblea Departamental de los años 1988
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Por lo tanto, el objetivo fundamental del presente capítulo, es el de
elaborar un marco de análisis, o de explicación teórica que permita dar
cuenta de la existencia de subsistemas regionales de partidos. El alcance del
objetivo propuesto demandará la utilización de los elementos teóricos
utilizados para el estudio del sistema de partidos tanto en Europa como en
América Latina. Antes, se hará la distinción, importante para los propósitos
de esta investigación, de los conceptos sistema político y régimen político.
La revisión teórica pertinente permite identificar, previó al
planteamiento del esquema de análisis, las variables independientes
presentes en la hipótesis de trabajo; así mismo, definir el enfoque8 político-
institucional9, que se utiliza para la explicación de la variable dependiente.
La relación entre éstas y aquella, se abordará en los siguientes capítulos.
Como anote antes, el enfoque de investigación propuesto es el
institucional en razón de que es el que mejor se adecua a la distinción entre
sistema político y régimen político, conceptos claves en la investigación10.
y 1990. Evidencia empírica que de persistir en las elecciones, para la misma instancia, de 1992, 1994 y 1997 probarían la existencia de un subsistema de partidos en Colombia.
8 Enfoque, no en el sentido de teoría completamente elaborada, sino como instrumento generador de ideas e interrogantes útiles para la investigación. Para un estudio más detallado acerca de la relación entre enfoques y teoría política, ver el trabajo de Oran Young. 1992. "Sistemas de ciencia política". México. Fondo de Cultura Económica.
9 El enfoque político-institucional de la investigación deriva, fundamentalmente, de la utilización de variables políticas que explican la configuración de los subsistemas regionales de partidos y a que una de ellas, régimen político, se refiere al modo en que ocurre un proceso de cambio político. El proceso de cambio político se da como consecuencia de la interacción entre los diferentes elementos que conforman el sistema político que al procesar tanto demandas como apoyos produce nuevas pautas de comportamiento en forma de políticas públicas, reglas e instituciones.
10 Los conceptos sistema político y régimen político son frecuentemente utilizados como sinónimos por diferentes estudiosos, utilización que conlleva no sólo a la confusión, sino también imprecisión al momento de referenciarlos empíricamente. Coincido con Morlino (1985) en que además del crecimiento teórico en que ha incurrido la ciencia política en los últimos años, se ha incurrido también en el incremento de una confusión conceptual de la cual es necesario salir. Por lo tanto aquí sistema político, desde una perspectiva eastoniana, será diferente de régimen político.
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1. UNA APROXIMACIÓN AL ENTENDIMIENTO DE LO ESTATAL
Dependiendo del propósito, el estudio de lo estatal11 puede abordarse
desde diversos niveles, todos ellos de distinta complejidad (Vargas, 1998:
157). Así, se podrá estudiar el Estado12 en relación con la forma de articulación
y dominación de una sociedad, que refleja en su interior las contradicciones y
conflictos derivados de los distintos posicionamientos institucionales y de
relación de fuerzas entre la misma. También podrá hacerse a partir del
ordenamiento legal que le sirve de marco normativo que basa su fundamento
en la normatividad constitucional que le proporciona una determinada
estructura jurídico-formal (Seiler, 1982: 66).
Otro nivel para el estudio del Estado puede ser el de su configuración
histórica, el cual nos permite hablar de un Estado liberal, gendarme,
benefactor, por ejemplo (Vargas, 1998: 160). Sin embargo, siguiendo
parcialmente a Vargas (1998: 160) nos interesa un nivel de mayor concreción.
El que permite apreciar el Estado desde su conformación y relaciones
institucionales; es decir el Estado materializado en instituciones concretas
tales como su Constitución Política, la elección popular de alcaldes y
gobernadores, o su sistema electoral, pues son éstas en las que el Estado se
materializa, toma forma, pero principalmente, el que nos remite al concepto
de sistema político como marco dentro del cual se desenvuelve la vida
política13.
11 La discusión que se presenta se reseña de manera enunciativa, pues el tema del Estado, no
es la principal preocupación de la presente investigación. 12 Desde una perspectiva weberiana se puede entender el Estado como el aspecto político de
las relaciones de dominación social; como el agente de la unificación de la sociedad y detentador, a ese título, del monopolio de la violencia física legítima; como lugar de integración y de represión, pero igualmente de cambio. Al integrar, reprimir o asegurar el cambio, el Estado se define por su modo de intervención en relación con la sociedad y con un sistema político.
13 Sobre el Estado en general, se puede consultar: Andrés de Blas y Ramón García Cotarello (1988) "Teoría del Estado". Madrid. UNED. Para ver la evolución del Estado: Manuel García-Pelayo (1977) "las transformaciones del Estado contemporáneo". Madrid. Alianza Universidad.
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2. SISTEMA POLÍTICO Y RÉGIMEN POLÍTICO. UNA DISTINCIÓN
NECESARIA
El estudio de la ciencia política, a partir de la Segunda Guerra
Mundial, se puede abordar desde diversos enfoques y metodologías en
alguna medida diferentes14 (Sort i Jané, 1995: 15; Alcántara, 1995: 43; Caminal
Badía, 1996: 19-34; Pasquino, 1988: 15-35) que conforman un cuerpo teórico
que reclama para sí, sin excepción, el correcto entendimiento de la política
(Alcántara, 1995: 43).
Los trabajos sistemico-funcionales, de Easton (1957), Almond (1966) y
Merton (1957), hasta los institucionales de North (1994) pasando por los de
Almond y Verba (1963), sobre cultura política y los de elección racional de
Schumpeter (1962), Downs (1957) y Olson (1965) son buenos ejemplos. Creo,
con ésto, que no es necesario recabar sobre ellos, pues ya han sido estudiados
de manera amplía y profunda, y resultaría un esfuerzo inútil. Conviene, sí,
sacar provecho de tales enfoques en la perspectiva de construcción de un
concepto concreto de sistema político, y de detenerse en la especificación de
los elementos que lo componen y que interesan al propósito de la
investigación aquí propuesta.
Respecto del concepto de sistema político, así como con el de
desarrollo y modernización, no hay un acuerdo entre los académicos; parece
Sobre los fundamentos y referentes del estado capitalista se puede consultar a Guillermo O´Donnell. 1984. Apuntes para una teoría del Estado". En Oszlak, Oscar. Comp. Teoría de la burocracia estatal: enfoques críticos. Buenos Aires. Paidos.
14 Hacemos referencia a los enfoques funcional, cultural, de elección racional, de la organización, institucional entre otros. Todos ellos, sostiene Alcántara (1995) conforman un cuerpo teórico según el cual cada uno, sin excepción, reclaman para sí el entendimiento de la política.
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que lo común es "no estar de acuerdo" frente a ellos. Igual de común es,
sostiene Morlino (1985: 26), toparse con afirmaciones según las cuales el
número de definiciones de sistema político es igual al número de autores
que se han ocupado del tema.
Coincido con Morlino, en que tal situación se debe principalmente a
problemas metodológicos al intentar ampliar la connotación del concepto sin
restringir su denotación. El resultado es que se encuentran conceptos
imprecisos, a la hora de materializar o mensurar, y genéricos15.
Así, en la tentativa de formar el concepto de sistema político, aplicable
al caso de estudio, haremos uso de un enfoque que combine elementos
políticos, por un lado e institucionales por el otro. A este enfoque le
denominaremos político-institucional.
La combinación político-institucional busca la utilidad tanto de la
teoría eastoniana16 como de la institucional, en relación con los fines
propuestos, y obedece a la necesidad de superar las limitaciones mecanicistas
del enfoque sistémico, a que hace referencia Cotarelo (1979: 127), es decir que
dada la interdependencia de los elementos, cualquier cambio en uno de ellos
necesariamente produciría un cambio en los demás. Con la inclusión de
elementos institucionales17 que se comportan como sistemas
interrelacionados que cumplen funciones que se corresponden, Alcántara
(1995: 55), con momentos concretos y bien definidos se avanza por la vía de
la concreción del concepto, aunque se permanezca aún en una esfera
15 Sobre la problemática de la formación de conceptos véase G. Sartori, La política. Logica e
metodo in scienze sociali. Milán, 1979; véase igualmente a Bartolini Stefano, Metodología de la investigación política. En Gianfranco Pasquino et al., Manual de ciencia Política. Madrid. Alianza Editorial.
16 Sobre las críticas y posibilidades de la teoría eastoniana, véase Leonardo Morlino, "como cambian los regímenes políticos", principalmente el capítulo 1. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales. 1985.
17 Hago referencia a las reglas del juego, formales e informales, de una sociedad que dan forma al intercambio humano bien sea político, social o económico.
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denotativa extensa, al concretar su referente en elementos institucionales
materializables y mensurables. Se avanza igualmente, al momento de
visualizar e identificar los cambios en el sistema18.
Eludiendo, de ésta manera, la atención del sistema político en su
conjunto y dirigiendo la atención hacia él como suma de partes,
interrelacionadas, podemos establecer, antes de definir el concepto, que las
unidades constitutivas del sistema político son: la sociedad, la elite política y el
régimen político. Cada una de ellas, compone a su interior elementos mínimos
que se resumen en: La sociedad, se considera aquí como el agrupamiento
más amplio asentado sobre base territorial y sometido al ejercicio del poder
político. Esta compuesta tanto por elementos estructurales como culturales.
Entre los primeros encontramos las etnias, las clases sociales, los grupos de
presión, las organizaciones no gubernamentales, los partidos políticos,
independientemente de su grado de organización. La elite política por su
parte, es un grupo más reducido que se caracteriza por la posibilidad que
tiene de acceder al gobierno y por intermediar entre él y la sociedad;
traduciendo las aspiraciones y deseos sociales en demandas y proyectos,
ejecutando las decisiones de gobierno para transformarlas en acciones
políticas de dirección, ordenación e integración social (Bouza-Brey 1996). La
actuación de la elite política, siguiendo a Bouza-Brey, se desarrolla en el
marco de diversos niveles, según sea su proximidad al gobierno19.
Por último, tenemos al régimen político materializado en el conjunto
de elementos institucionales que representan los poderes políticos y sus
18 Debo señalar que no estoy interesado en todos los elementos del sistema, sino en aquellos,
los principales, que permitan dar cuenta de la hipótesis de trabajo. Es, si se quiere, una autolimitación que se impone por cuanto lo que se busca, respecto del sistema político, es una fotografía que se adapte al paisaje dentro del cual se desarrolla ésta tesis.
19 Bouza-Brey (1996) hace referencia a tres estructuras de actuación de la elite política: las primarias, las secundarias y las terciarias. Entre las primeras se encuentran los organismos del gobierno y se constituyen en los instrumentos oficiales de dirección, ordenación e integración; los segundos están formados por los movimientos y partidos políticos, los grupos religiosos, medios de comunicación; las terciarias se forman con los diversos grupos de interés y presión.
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reglas de interacción para consigo mismo y para con la sociedad (Alcántara,
1995: 54); tales como el Estado, las normas o reglas de juego (Morlino, 1985:
46), o el gobierno que se convierte en el elemento estratégico del sistema
político al relacionar la sociedad con la elite (Bouza-Brey, 1996: 66).
El orden en que están enunciados los elementos del sistema, se corresponde
con la secuencia de generalidad y abstracción del modelo, no aduciendo
jerarquía alguna entre ellos.
Indicados los elementos centrales del sistema político, estamos en
capacidad de adoptar una conceptualización del mismo de forma tal que nos
permita observar el comportamiento de cada uno de los elementos
constitutivos de él y establecer así mismo los efectos que produce su
interrelación en la elaboración de productos del sistema (Alcántara, 1995: 42),
entendidos no sólo como políticas públicas, sino también como
organizaciones y procedimientos que llegan a ser aceptados por una
sociedad y que con el tiempo adquieren valor y estabilidad en los términos
de Huntington20.
Antes, y sí la noción de sistema político se fundamenta en el concepto
de sistema21, comparto la posición de Aguilera de Prat y Martínez (2000: 15)
cuando afirman que la construcción eastoniana del concepto de sistema
político, es una construcción teórica sin referente empírico inmediato. Es
decir, que el concepto va mucho más allá de la concepción clásica que asocia
sistema político con la tradicional dicotomía poder/Estado. En este sentido,
en adelante y para efectos de la presente investigación sistema político será
20 Para Huntington, la institucionalización es el proceso mediante el cual las organizaciones y
los procedimientos adquieren valor y estabilidad. Nótese que él no hace referencia alguna respecto de, si se trata de sistemas democráticos o no. Aquí hago énfasis en que se trata de institucionalización en sistemas democráticos.
21 Por sistema se entiende: "un conjunto cohesivo e interdependiente de elementos que interactúan entre sí y con su ambiente, pero que no puede ser entendido como la mera suma de sus partes, pues el comportamiento de éstas depende del de las demás, así como de la lógica del sistema en general".
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diferente de régimen político, en cuanto éste es un producto del sistema
político, sobre este último concepto volveremos más adelante.
Hecha la salvedad, por sistema político, desde un punto intermedio
entre la extensión y la restricción pero con una perspectiva dinámica (Bouza-
Brey, 1996: 64-67), se entenderá: "como la interacción entre la sociedad, la elite
política y el régimen político, como elementos del sistema social22, y con su ambiente,
a través de un proceso de conversión de las demandas y apoyos, de unos, que luego se
convierten en decisiones y acciones, de otros; decisiones y acciones dirigidas a la
consecución del orden y el desarrollo" (Bouza-Brey, 1996: 63-64).
De lo anterior, queda claro que sistema político es diferente a régimen
político. Corresponde ahora, conceptualizar el término régimen político, pues
del cambio23 que se produce en éste es que se deriva la formulación de la
hipótesis de trabajo.
Si régimen político no es igual a sistema político, entonces qué se
entiende como tal? Para Duverger, citado por Badía (1995: 45) el término
régimen político designa un "conjunto completo de instituciones más o
menos coordinadas y articuladas, que se refieren a la vez al fundamento del
poder, la elección de los gobernantes, a su estructura y a su limitación".
Pero además de lo anterior, sostiene Vargas (1998: 161), es también el
sistema de partidos; el sistema de mediación entre sociedad y Estado, tal vez
se refiere a los partidos políticos, grupos de interés y presión; el sistema de
toma de decisiones, para mí el sistema electoral y el conjunto de la
administración pública. El régimen político es en suma el conjunto de
22 Al hacer referencia a "los elementos del sistema social", se hace alusión no sólo a los de tipo
político (instituciones, autoridades, asuntos), sino también aquellos elementos del sistema social sobre el que se ejerce el poder político sea cual sea su grado de organización.
23 Entendiendo por cambio político cualquier transformación que acontezca en el sistema político y/o en sus componentes. El régimen político es un componente del sistema político.
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elementos de orden ideológico, institucional y sociológico que concurren a
formar el gobierno de un país dado, durante un periodo determinado, al que
se le señalan como sus componentes esenciales la legitimidad, la estructura
de las instituciones, el sistema de partidos y la forma y rol del Estado. Es
decir que el régimen político puede entenderse, como el conjunto de
instituciones expresamente formalizadas que regulan el ejercicio del poder
político en la esfera pública. De manera simplificada, como la materialización
del Estado.
En este orden de ideas, y teniendo en cuenta los componentes
esenciales del régimen, se puede aproximar una taxonomía, entre muchas
otras, del régimen político a partir de tres criterios: uno, el de la legitimidad;
otro, el de la orientación del poder que define el conjunto de políticas públicas
y; por último, el de la distribución territorial del poder, las competencias y las
atribuciones.
Nos interesa el último, es decir el tipo de régimen que resulta de la
aplicación del criterio de distribución territorial del poder. Es de la
distribución territorial del poder, de donde emerge la configuración de
subsistemas regionales de partidos en Colombia.
A pesar del alcance restringido que tiene el concepto de régimen
político, el ser asimilado a las instituciones estatales, al carácter formal que
éstas toman y a la forma como éstas se relacionan entre sí y con la sociedad,
es lo que nos permite diferenciarlo del sistema político. La diferencia entre
régimen político y sistema político precisamente radica en el carácter formal
de las instituciones que contiene el primero.
Así mismo, para efectos de la presente investigación, nos permite
identificar no sólo los cambios que a través de la historia sufre, sino también
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el marco normativo que define, y limita, el quehacer político socialmente
aceptado, es decir sus instituciones24; así como los actores que se mueven en
el escenario político, las relaciones que se establecen entre éstos y la
capacidad de ellos mismos por influir en la toma de decisiones previas a la
formulación de las políticas públicas.
3. EL PARTIDO POLÍTICO. UN CONCEPTO EN DEBATE
Hecha la distinción entre sistema político y régimen político, nos
ocuparemos de la variable dependiente, el sistema de partidos, y de los
enfoques que hasta hoy se han utilizado para su estudio. Antes, brevemente,
abordaremos el concepto de las unidades, como realidad política inherente al
sistema de partidos, que lo conforman: los partidos políticos. La necesidad de
abordar el concepto de partido político, hace necesario que dicha
conceptualización sea lo más precisa posible, en el sentido que se aproxime a
la realidad política del caso de estudio que nos ocupa.
Bendel (1992:317) sostiene que: "para describir los partidos y los
sistemas de partidos, disponemos de una variedad de términos e
instrumentos, la mayoría de ellos desarrollados con base en el estudio
empírico de la realidad política de los países democráticos occidentales.
Aquellos […] no siempre han resultado convenientes ni suficientes al
aplicarlos al complejo contexto de los países en desarrollo y a la realidad
latinoamericana". Sin embargo, tales instrumentos y conceptos siempre han
sido el referente teórico para denotarlos.
24 Por instituciones, entendemos con North (1993) al conjunto de las reglas, formales e
informales, de juego de una sociedad que definen y limitan la interacción humana estructurando incentivos para el intercambio político, social y económico.
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Por su parte, Artiga González (2000) señala que "[…] de la noción de
partido político, depende que se pueda afirmar la existencia de ciertas
características que hacen que los partidos sean fuertes o débiles; y que los
sistemas de partido a que dan origen puedan ser considerados, […]
estructurados o fluidos".
Los planteamientos de entrada suponen, para esta investigación, con
razón, un interrogante: ¿existen partidos políticos en Colombia? O mejor,
¿qué noción de partido político, de las muchas, se ajusta más a la realidad
colombiana? Aparentemente la pregunta resulta ociosa; y la respuesta, por lo
tanto obvia, podría ser: sí, existen partidos políticos. Algunos, incluso, irían
un poco más allá y afirmarían tajantemente que en Colombia, desde
mediados del siglo XIX. Pero, a que tipo de partidos nos estamos refiriendo
cuando afirmamos su existencia? Aquí la respuesta no sería tan clara y la
confusión daría paso a la duda y la especulación. Es necesario dejar claro lo
que es, a la luz de la teoría, primero, y luego del caso concreto de ésta
investigación, que se entiende por partido político. No se trata en modo
alguno, de elaborar nuevos términos ni diseñar nuevas tipologías. Conviene,
sí, poner a prueba con base en datos empíricos, hasta que punto nos
podemos servir de los conceptos e instrumentos de que se dispone, con el fin
de corroborarlos, rechazarlos o modificarlos25.
De la claridad, y aplicabilidad, del concepto de partido político
depende el que podamos referirnos no sólo a sus características más
relevantes, en relación con el sistema de partidos, sino también, en alguna
medida, a como se originan no sólo éstas organizaciones partidistas, sino
también el sistema de interrelaciones entre ellas.
25 Recuérdese, que ya Sartori (1976) proponía que para el caso de América Latina, y respecto
de la utilización del concepto de partido político y sistema de partidos, se operara con términos provisionales en razón de la poca estabilidad de éstos.
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Cualquier aproximación conceptual o teórica, a los partidos políticos
puede resultar insuficiente, pues no será posible elaborar definiciones válidas
para todo tiempo y lugar. El desarrollo y estudio de los partidos políticos se
liga al de la democracia, y sus instituciones, principalmente con la extensión
del sufragio universal y del parlamentarismo (Duverger, 1981: 15-17), y entre
ambos aparece una correlación dialéctica que se mantiene hasta hoy.
El mismo Duverger (1981) sostiene que sólo a partir de 1850 es que se
puede hablar de partido político en el término moderno con el que hoy se
conoce, es decir que existe una noción moderna de partido político, sobre la
cual han girado los estudios e investigaciones que sobre éste concepto y los
sistemas de partido se han realizado durante la mayor parte del siglo XX
(Artiga González, 2000)26. Noción moderna, agrega Artiga, que
probablemente ayudó a vincular teóricamente partido de masas con sistemas
de partidos estructurados. Surge aquí un interrogante: en el estado actual de
crisis de representación, de credibilidad que afecta a los partidos políticos y
que hace que los electores retiren sus apoyos y los dirijan hacia otras
organizaciones, en unos casos, ó decidan abstenerse, en otros, ¿Los sistemas
de partidos cambian? ¿Se mantienen intactos? ¿Se gestan nuevos sistemas de
partidos en arenas políticas diferentes a las del nivel nacional? ¿Qué pasa con
la institucionalización de dichos sistemas?
La noción moderna de partidos políticos abarca clasificaciones, que
dan lugar a su conceptualización, que van desde los partidos de masas y de
personalidades de Duverger, hasta los más modernos de cath-all party de
Kirchheimer y cartel party de Katz y Maier. Unos privilegian las estructuras
de organización, otros las funciones que orientan sus actividades. Entonces,
26 El estudio de los partidos políticos como organizaciones ha sido tema clásico dentro de la
investigación sociológica desde principios del siglo XX. Ostrogorski (1903), Michels (1911), Weber (1922) son considerados los pioneros en este tipo de estudios. A Estos siguieron Duverger (1959), Neumann (1965), Kirchheimer (1966) y panebianco (1982/1990) Más recientemente encontramos a Lawson (1994), Katz y Mair (1992)/1995)
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
17
qué es lo que hace, o qué cualidad posee, tal organización para que se le
adjetive político? Será el origen de la organización partidista? Serán las
funciones que cumplen en desarrollo de su actividad? Será el tipo de
organización que adoptan? O es la perspectiva jurídico-legal, la que lo
define? O acaso es la ideología que practican dichas organizaciones?
Al respecto, Hernández Bravo (1997:29) señala que no es posible
elaborar definiciones de los partidos políticos válidas para todo tiempo y
lugar […] porque para definirlos se ha de tener en cuenta los rasgos
fundamentales de esa sociedad, en ese momento y lugar determinados. La
afirmación hecha por Hernández Bravo, estaría en la línea de lo anotado por
Janda (1968: 172) en su matriz de datos para el estudio de los partidos
políticos; y, que daría paso a muchas categorías conceptuales.
A pesar de las criticas que recibió Duverger, al no proveer de datos su
teorización sobre los partidos políticos, definió el partido político como "una
comunidad de estructura particular". La definición de Duverger, así como la
postura de Hernández Bravo, si bien no nos dice nada a la hora de definir el
término partido político, pues dentro de ella se podrían incluir un sin
número de comunidades u organizaciones con estructuras particulares27, nos
da la posibilidad de intentar, a través del aporte de Janda (1968) de,
acercarnos a una noción de partido, sin perder de vista la correlación que
existe entre desarrollo político y partido político.
Si avanzamos por el camino del funcionalismo28, nos encontramos con
un variopinto conjunto de definiciones, desde las más simples a las más
27 Se podrían incluir, por ejemplo, las ONG's, los grupos de presión, los grupos de interés, los
grupos armados, pues todos ellos tienen una particular estructura, independientemente de su grado o nivel de organización.
28 Algunos tratadistas, al hacer referencia a las funciones, utilizan términos como papel, rol, influencia, todos de una fuerte sinonimia. En general, por funciones ha de entenderse la contribución o solución que el partido político aporte por medio de sus actos a las demandas que el sistema político le exige.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
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complejas (Alcántara, 1997: 41-43)29. El mismo Alcántara, y en la misma línea
conceptual de Sartori30, señala que los partidos políticos son elementos del
sistema político que intermedian entre la sociedad y el régimen político. Que,
históricamente, han desempeñado en la sociedad funciones de socialización,
movilización, representación y participación; mientras que en el régimen
político desempeña las de legitimación y operatividad.
La definición de Alcántara nos coloca en un nivel de generalidad que
hace que muchas de las organizaciones de "estructura particular" sean
excluidas de ella, aunque no obstante se llamen partidos. Se deben cumplir
todas o sólo unas de las funciones antes mencionadas para ser considerado
como partido político?
En una perspectiva similar, Cotarelo (1996:14) le define como "toda
asociación voluntaria perdurable en el tiempo, dotada de un programa de
gobierno de la sociedad en su conjunto, que canaliza determinados intereses
sectoriales […] y que aspira a ejercer el poder político o participar en él,
mediante su presentación reiterada a los procesos electorales, si bien este
último rasgo no tiene porque ser inexcusable".
Varios son los obstáculos que se presentan con la definición anterior.
En primer lugar, el considerar como condición sine qua non la perdurabilidad,
o eternidad?, de la organización voluntaria para ser considerado como
partido, lo cual implicaría aceptar sin más la existencia inmutable de un
29 Trabajos emblemáticos como los de Michels (1962); Almond y Powell (1966); Easton (1965);
Lipset y Rokkan (1967) que derivan las funciones de los partidos de la identificación de conflictos sociales en los que ellos actúan como mediadores; Von Beyme (1986), entre otros siguen esta línea.
30 Sartori, sin decir taxativamente que los partidos son intermediarios entre la sociedad civil y el gobierno, deja la idea de la función principal que deben desarrollar éstos cuando sostiene que […] son instrumentos que realizan una función expresiva […] Trasmiten unas exigencias que se pueden traducir en políticas públicas. Ver Sartori (1992) Partidos y sistemas de partido. Madrid. Alianza Editorial. p.p. 56-57.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
19
único sistema de partidos y el congelamiento del sistema de partidos a que se
refiere Rokkan31.
Podríamos seguir reseñando definiciones de partido político y, tal vez,
encontrar dificultades al momento de identificar sus referentes empíricos. De
tal forma, debo adoptar una definición ecléctica, si se quiere, apoyado en la
posición duvergiana, de partido político. En adelante, por partido político,
por lo menos para los efectos de esta investigación, se entiende por partido
político: "aquellas organizaciones voluntarias, temporales o duraderas, de carácter
local, regional o nacional; que tiene como función primordial, no única, la
competencia electoral por el poder político, con el propósito de incidir, solos o en
coalición, en la formación de políticas públicas que respondan a los intereses que
representen.32 Se hace especial énfasis, no sólo en la función electoral de éste
particular tipo de organización política, sino también en la posibilidad de
formación de políticas públicas. No solamente importa acceder al poder
político, sino participar del gobierno33.
Como se observará, en la anterior definición se recogen desde la idea
clásica de Burke del partido como un cuerpo de hombres unidos […] para
promover el interés… (Sartori, 1992:26-27) hasta la de Sartori (1992) que
contempla la idea de que los partidos son los intermediarios por excelencia
entre la sociedad y el gobierno; pasando por la de Downs (1957:25) quien sin
apartarse de Burke sostiene que el partido es una coalición de personas que
están de acuerdo en todas sus metas.
31 Ver Lipset y Rokkan, 1967 32 Hago mención al carácter local y/o regional en razón de que la distribución territorial del
poder político incide no sólo en el papel que desempeñan los partidos u organizaciones políticas, sino también en la formación de nuevos actores que le disputan el poder a los ya existentes.
33 Con la descentralización política, se ejerció presión sobre los partidos los cuales han de responder ya no solamente por obtener votos, y escaños, sino que deben responder y defender los intereses de las regiones a las que representan.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
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4. EL SISTEMA DE PARTIDOS
Visto el concepto de partido político, en los términos anteriores,
avanzamos en dirección a la conceptualización de la variable dependiente.
Sin embargo, el partido político, per se, no es relevante para el propósito34,
aunque nos permita acercarnos a la frontera del sistema de partidos. Es
entonces necesario plantearnos otro interrogante: ¿qué se entiende por
sistema de partidos? O mejor como anota Nohlen (1994: 38), ¿cuáles son hoy
los elementos constitutivos de ese fenómeno político? ¿Cómo se gestan,
desarrollan y se consolidan los sistemas de partidos? La respuesta a estos
interrogantes las considero importantes para seguir avanzando en la
investigación, y para poder dar respuesta a la hipótesis planteada.
Son plétora las conceptualizaciones, las clasificaciones y las tipologías
que del sistema de partidos se han hecho, al punto de que la "norma" parece
ser la confusión y la profusión de términos. Como sostiene Calanchini (1994:
105), coincidiendo con lo manifestado antes por Bendel respecto del concepto
de partido político, la noción de sistemas de partidos presenta serias
dificultades al momento de trasladarla al caso latinoamericano.
Para Calanchini, (1994: 105), el sistema de partidos debe ser entendido
como "el producto de interacciones de diversa naturaleza que resultan de la
competición de las organizaciones partidarias, en el espacio político-electoral". De
esta primera aproximación, se infiere que el sistema posee características
propias, ajenas al partido como unidad aislada, que hacen que su naturaleza
se haga más compleja de lo que aparenta ser. No es simplemente la suma de
partidos lo que define sus interacciones.
34 Rainer M. Lepsius, citado por Nohlen (1994), sostiene que […] no resulta necesariamente de
la existencia o del tamaño relativo de un partido político, sino de la función que éste desempeña en un sistema de partidos concreto, bien sea para la formación de gobierno, de encontrarse en mayoría, bien para formar coaliciones. Ver Dieter Nohlen, Sistemas electorales y partidos políticos. México D.F. Fondo de Cultura Económica.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
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En la misma línea, Bendel (1992: 318-319) lo define como "el conjunto
de relaciones interpartidistas, e intrapartidista35, que se manifiestan, no sólo
en el número de partidos existentes en un sistema político, sino también en
su respectiva fuerza electoral, en la distancia o cercanía de su base ideológica,
así como en la forma de la competencia electoral".
Por su parte, Molina y Delgado (1998: 112-113) consideran al sistema
de partidos como "el conjunto de interacciones estables que se crean entre los
distintos partidos políticos significativos de un ámbito territorial concreto y
que da lugar a un modelo determinado de funcionamiento del sistema
político en su conjunto". Aún cuando difiero36, en parte, de tal definición, de
ésta al igual que de la anterior, se desprenden importantes puntos para el
análisis: interacciones, inter e intra, lo que indica la existencia de varios
partidos, que se traducen en número y por ende en distintos sistemas de
partidos; ámbito territorial, lo que nos indica la existencia de sistemas de
partidos no sólo en el ámbito nacional, sino también subnacional;
competición político electoral, que nos acerca a la forma de la liza electoral.
Así mismo, Bartolini (1988: 218-219) define al sistema de partidos
como "el resultado de las interacciones entre las unidades partidistas que lo
componen; más concretamente es el resultado de las interacciones que
resultan de la competición político-electoral". Añade Bartolini, que el sistema
35 Es importante considerar la dimensión "intrapartidista" puesto que las relaciones al interior
de los partidos políticos puede afectar en alto grado la competencia interpartidista como resultado de la fuerte fraccionalización de los partidos. El caso colombiano es un buen ejemplo, en el cual la aparente competencia bipartidista oculta la real competencia entre las diferentes fracciones que al momento de la elección, y durante el periodo que permanezcan en el poder, se etiquetan de forma diferente.
36 Difiero, respecto de los autores, de esta definición en cuanto que las interacciones entre las unidades partidistas no pueden ser del todo estables; así mismo, en cuanto a considerar, como elementos del sistema, únicamente a los partidos significativos. Tal apreciación supondría, de un lado, aceptar, sin mayores consideraciones, que el sistema de partidos perdura en el tiempo sin mutabilidad alguna, es decir que está fuertemente estructurado. En segundo lugar, igualmente supondría que se dejen de lado partidos, en razón de su tamaño o preconcepción, que pueden ser relevantes para el funcionamiento del sistema político.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
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de partidos se caracteriza por una serie de propiedades autónomas que no
son típicas o propias de las unidades partidistas tomadas aisladamente. Es
decir, que no es, una mera suma de partidos que se mueven en el vacío. Por
tanto, la actividad de los partidos sólo resulta inteligible en el seno de la
sociedad y en el marco de un sistema de partidos.
Martínez Sospedra (1996: 115-116), señala que por sistema de partidos
se entiende "[…] el marco general en el que se desenvuelven los partidos y su
actividad, y está integrado fundamentalmente por los mismos partidos y por la red de
interrelaciones, interacciones, que establecen entre sí, pero que comprende
adicionalmente las relaciones de los partidos con el resto de la sociedad civil y con las
instituciones del gobierno".
Aquí, como en las anteriores definiciones, la interacción entre
partidos, la competición político-electoral, se constituyen en elementos clave
del análisis. Adicionalmente, encontramos que las interacciones de los
partidos se amplían al ámbito de la sociedad civil y de las instituciones del
gobierno, o mejor del régimen político en general en el cual se haya inserto el
sistema. Es lógica dicha adición. Dos sistemas de partidos "formalmente"
idénticos, pueden, según sean las relaciones de éste con la sociedad civil y
con las instituciones, ser muy diferentes.
Ahora sí, interacción partidista, competencia político-electoral e
interacciones con la sociedad civil y con las instituciones formales e
informales del régimen político nos permiten dar cuenta de las características
del sistema de partidos tales como: la fuerza electoral de las unidades que lo
conforman, el número de ellas, la existencia de coaliciones, la distancia
ideológica que existe entre ellas, la forma de la competencia electoral, el
ámbito en que se dan dichas interacciones, y sobre las que hay relativo
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
23
consenso académico (Nohlen, 1994; Sartori, 1992; Bartolini, 1988;
Lapalombara y Weiner, 1966; Rae, 1971)
Asumiendo el sistema de partidos, de manera operativa, como el
resultado de las interacciones partidistas, entre ellas, con la sociedad civil y
con las instituciones, producto de la competencia político-electoral que se da
en un ámbito territorial concreto, se puede identificar y analizar, para el caso
de la investigación que nos ocupa, no sólo los elementos que lo caracterizan,
sino también su gestación y desarrollo.
Obsérvese que la definición adoptada no contiene el elemento
"estabilidad", ni el de "partido significativo". Existen otros sistemas, señala
Bartolini (1998: 233), caracterizados por una notable inestabilidad de la
fuerza electoral de sus unidades, […], por un elevado nivel de volatilidad
electoral, por la presencia de partidos "flash", por la frecuencia de partidos
que resultan de la fusión de otros, o la escisión, y también de los fenómenos
de desaparición de determinados partidos"37.
Tener en cuenta dichos elementos sería calificar a priori un particular
sistema de partidos como estable en el tiempo, así como calificar de
significativos a todas las unidades partidistas; significaría igualmente hacer
referencia únicamente a los sistemas de partidos estructurados, con lo cual el
momento de su origen quedaría en entredicho. No permitiría, entonces, dar
cuenta de la gestación de un sistema de partidos, resultado de una
competición político-electoral, específica para una arena política diferente a
la nacional, que se crea para dar vida a un cambio en el régimen político38.
37 Tal vez, Bartolini con tal afirmación hacia referencia al momento en que los sistemas de
partidos se encontraban en su fase inicial, es decir la de su gestación, razón por la cual no pueden dejar de denominarse como tal.
38 Hago referencia a los cambios sucedidos en el régimen político colombiano a partir de 1986 con la expedición del Acto Legislativo Nº 1 por medio del cual se establece la elección popular de alcaldes, y que dio paso al proceso de descentralización política consolidado en 1991 con la expedición de la nueva Constitución Política. Se pasaba de un régimen centralista a uno descentralizado, paso que
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
24
Permite, sí, la definición operativa de sistemas de partido, adentrarme
en el estudio de sistemas de partidos no estructurados, léase nacientes. Al
aplicar para el caso colombiano, por lo menos en lo que al ámbito regional se
refiere la afirmación de Cerdas, citado por Artiga González (2000: 24) quien,
estudiando los partidos políticos centroamericanos, sostiene que:
"más allá de ciertos partidos que han logrado algún grado de
permanencia y continuidad, las formaciones partidarias y las coaliciones
políticas en toda la región, tienden a caracterizarse por su fluidez y
transitoriedad. La constante aparición de nuevas agrupaciones políticas, la
formación de alianzas y su subsecuente desaparición, para ser sustituidas por
otras nuevas, forma parte de un proceso que se encuentra apenas en la etapa
de gestación de un verdadero sistema de partidos".
Igualmente, tal afirmación resulta importante para la investigación,
puesto que cuando hace referencia a la fluidez de las unidades partidistas,
implícitamente está haciendo mención a un problema de gestación u origen
del sistema de partidos. Siendo así, la configuración del sistema de partidos
asume la condición de variable dependiente. Configuración que es el
resultado de los efectos que factores políticos producen sobre él. Esto es
justamente lo que se plantea como hipótesis de trabajo para dar cuenta de los
subsistemas regionales de partidos en Colombia.
Las aportaciones anteriores, me permiten definir la perspectiva teórica
desde la cual abordaré el estudio de los subsistemas regionales de partidos
en Colombia durante el periodo 1988-2000, de un lado. Es decir, que a partir
de dichas aportaciones, las siguientes son las dimensiones que me resultan
significó el "descongelamiento" de la vida política en el ámbito local y regional, al aparecer, y desaparecer, nuevas fuerzas políticas que le disputan el poder a los partidos tradicionales.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
25
pertinentes para analizar la configuración de sistemas de partidos en el
ámbito regional en Colombia: fragmentación y número, que puedo medir a
través del índice de fragmentación de Rae, en sus dos versiones; la
concentración y competitividad, dimensión relevante para determinar la
estabilidad institucional del sistema, medida registrada por el porcentaje de
votos o de escaños que suman entre los dos primeros partidos; el grado de
polarización ideológica; la dimensión estabilidad/volatilidad, que desde el
punto de vista dinámico, informará acerca de las variaciones entre dos
elecciones sucesivas. Nos ocuparemos por tanto, de la volatilidad electoral y
parlamentaria en forma agregada.
De otro permite, igualmente, considerar el sistema de partidos
regional como una variable dependiente cuya configuración se explica por la
existencia e influencia de otras variables que operan en el sistema político39,
es decir, como el producto de un proceso de desarrollo en el que culmina el
cambio político.
Dado que el interés de esta investigación es el de indagar acerca de los
factores causales de la configuración de los subsistemas de partidos en
Colombia, explicare la configuración del mismo en cinco regiones del país40,
resultado de la evidencia empírica encontrada en dos elecciones sucesivas
para diputados departamentales. Posteriormente, se responderá a otro de los
interrogantes antes planteados: ¿Cómo se gestó, desarrolló y en que grado se
encuentra consolidado o no dicho sistema de partidos? Todo esto basado en
los fundamentos teóricos que al respecto existen, contrastados con los datos
de las elecciones.
39 Intentare probar que el sistema de interrelaciones partidistas, a partir de una evidencia
empírica encontrada en los resultados electorales para Asamblea Departamental de 1988 y 1990, que se desarrolla en cinco regiones colombianas es producto del efecto de variables políticas
40 Las regiones no se corresponden con un determinado distrito electoral. Son regiones naturales que incluyen los treinta y dos distritos electorales en los que se encuentra organizado el proceso electoral a ese nivel.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
26
Vale la pena, de entrada, destacar la dificultad manifestada por varios
autores (Nohlen, 1989; Ramos Jiménez, 1986; Vega Carballo, s.f), citados por
Bendel (1992: 319), al momento de transferir las tipologías de sistemas de
partido, existentes al contexto latinoamericano en general, y al regional
colombiano en particular41.
Así, a pesar de las dificultades teóricas al momento de trasladar las
tipologías sartorianas al contexto latinoamericano, utilizaremos su tipología
de sistemas de partido, no sólo por ser la más utilizada, sino porque ella
utiliza tanto criterios cuantitativos como cualitativos. Criterios que se ajustan
a las particularidades del caso en estudio, y a los cuales haremos referencia.
5. TIPOLOGÍA DEL SISTEMA DE PARTIDOS REGIONAL
En el intento por investigar los sistemas de partido los enfoques
pueden distinguirse según las causas que se den para la estructura, la
permanencia y las variaciones de éstos. Sin embargo, el énfasis se encuentra
en la utilización de factores institucionales para explicarlos (Nohlen, 1994:39),
siendo Duverger (1981) quien encabezó el grupo de investigadores que
pusieron el acento en dichos factores, principalmente el electoral. Distinguió
Duverger entre sistemas bipartidista y multipartidistas. Tal hecho fue
duramente criticado por Sartori (1992:163) quien afirma, junto con
Lapalombara y Weiner (1966), citados por Nohlen, que la estructura de los
41 Uno de los principales obstáculos para aplicar de lleno la tipología sartoriana, tal vez la más
utilizada, al contexto latinoamericano, consiste en el rasgo común de los actuales sistemas políticos: el presidencialismo. Entre los sistemas políticos estudiados por Sartori prevalecen los sistemas democráticos de tipo parlamentario. Tan sólo dos casos latinoamericanos han ocupado la atención de él: el caso de México y el de Chile. En los dos ha apuntado, como objeción, la baja estructuración de los sistemas.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
27
sistemas de partidos está determinada por más variables. Se sumaban así a
los criterios cuantitativos, criterios cualitativos.
Sigue, sin embargo, siendo problemática la forma de determinar el
número de partidos que hay en el sistema político. Problema que radica en
saber si se tiene o no en cuenta a los partidos pequeños (Lijphart: 1987: 131-
132).
La respuesta, la encontramos en la aportación de Sartori, realizada
fundamentalmente desde un punto de vista politológico y en buena medida
como replica al análisis duvergeriano (Mella Márquez: 1997:203-204), que
resultó de gran interés, convirtiéndose en el trabajo seminal acerca de los
sistemas de partido. Principalmente porque al criterio numérico le agrega
"normas para contar" con lo cual añade el criterio cualitativo, como el de la
fuerza del partido, o el de la posición ideológica que ocupa.
Para Sartori (1992: 152-153) el cuántos son tiene que ver con el qué fuerza
tienen los partidos. La fuerza de un partido es, en primer lugar, su fuerza
electoral. Sin embargo, añade Sartori, los votos se traducen en escaños, y esto
nos conduce a la fuerza del partido parlamentario; es decir cuantos escaños
alcanza, sin importar si el partido es pequeño o no. Aquí cuenta, además, su
potencial de gobierno. Lo que verdaderamente pesa en la balanza del
multipartidismo, no es cuantos escaños se obtuvieron, sino que posibilidades
tiene el partido, por pequeño que sea, de coalición, con otro partido, para
alcanzar las mayorías que le permitan formar gobierno42.
Además de la aportación de Sartori, en la mira de superar el criterio
cuantitativo y el cómo contar, vale destacar el trabajo de Rae (1971) para
42 Dadas las estrechas diferencias ideológicas de los partidos colombianos, cualquiera de ellos,
por pequeño que se le considere, cuenta a la hora de formar gobierno. Primero porque ninguno de los dos partidos tradicionales, en el caso de elecciones departamentales, alcanza la mayoría absoluta. Segundo porque, aún los más pequeños, aquellos que alcanzan uno o dos escaños, poseen posibilidades tanto de coalición, como de chantaje.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
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quien el sistema de partidos estaba determinado por la red de relaciones de
competencia entre los partidos políticos por el derecho a gobernar. La medida
de la competencia de Rae, no se basaba en binomios del tipo éxito-fracaso;
fuerza-debilidad; igualdad-desigualdad y poder-impotencia (1971:47)43.
Contemplaba Rae la existencia de dos tipos diferentes de sistemas de
partidos: el de partidos electorales y el de partidos parlamentarios44. Cada
uno de ellos posee variables diferentes para su medida.
Rae (1971), propone para su medida el índice de fragmentación
basado en el número de partidos,45 así como en su fuerza46. Una mayor
fraccionalización estará asociada con un mayor número de partidos, bien
sean estos electorales o parlamentarios. El índice de fragmentación ocupa un
continuo que va desde 0 y hasta 1, correspondiendo el 0 a un sistema de no-
fragmentación partidista y, 1 a un sistema de total fragmentación47.
El continuo no-fragmentación/fragmentación debe asociarse con el
continuo concentración/no-concentración de votos. Es decir, que cuanto
43 Estos binomios, hacen referencia a: número de partidos (N); proporción de votos del partido
más fuerte (P); proporción combinada de votos de los dos partidos más fuertes (W); fragmentación del sistema de partidos (F) y, al cambio promedio en la proporción de votos de los partidos entre dos elecciones (E). Véase el capítulo III pág. 47 y s.s. del trabajo de Rae. Madrid: Citep, 1971.
44 Los artificios legítimos del derecho a mandar y la autoridad para gobernar están dados, en primer lugar por la existencia de una ley electoral que traduce votos en escaños; y en segundo lugar por los escaños realmente alcanzados, también producto de la misma ley electoral.
45 Importante resaltar, que a pesar de la aparente asociación explicativa entre la fragmentación y el número de partidos, es necesario señalar que la fragmentación no esta determinada por el número de partidos existente en el sistema de partidos; por el contrario, el número de partidos es un factor limitativo de la fragmentación (Rae: 54) Por lo tanto, expresiones tan clásicas como partido único, bipartidismo, multipartidismo, no pueden ser entendidas de forma literal a partir del criterio numérico.
46 El índice de fragmentación acuñado por Rae cuenta con dos versiones según considere la fuerza de los partidos en término de votos o de escaños. La diferencia entre uno y otro dependerá de la distorsión que el sistema electoral introduzca en la proporcionalidad entre votos y escaños para cada partido. Se calcula con la siguiente fórmula: F= 1 - Σpi2 Donde pi corresponde a la proporción de votos, o escaños, obtenidos por el partido i-ésimo. A pesar de que con posterioridad otros investigadores (Blondel, Lijphart) se han propuesto otras medidas para dar cuenta de la misma realidad el indicador anterior sigue siendo uno de los más aceptados. De otra parte, su sensibilidad tanto al número como a la igualdad relativa de los votos de partido, permite considerar sistemas de cualquier número de partidos, lo cual puede resultar benéfico al momento de utilizarlo en sistemas presidencialistas.
47 La total fragmentación no se encuentra ni en la fórmula, ni en la realidad.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
29
menos fragmentado un sistema mayor será la tendencia a la concentración de
votos o de escaños, y a la inversa.
La información proporcionada por el índice de Rae, puede
complementarse con la que suministre el índice de Laakso y Taagepera (1979:
3 s.s.) sugerido para medir el grado de dispersión o de concentración del
poder político bien sea en el ámbito electoral o parlamentario, es decir el
número efectivo de partidos (N)48 Este indicador ofrece, básicamente, la
misma información que el de Rae, pero frente a aquél, presenta la ventaja de
permitir apreciar más fácilmente cuántos partidos compiten electoralmente y
cuántos lo hacen parlamentariamente, teniendo en cuenta en ambos casos sus
tamaños relativos respectivos (Oñate y Ocaña, 1999: 36-37) Además, permite
hacer referencia al número de partidos hipotéticos, otros partidos, del mismo
tamaño que tendrían el mismo efecto sobre la fragmentación del sistema que
producen los partidos realmente existentes (Artiga González, 2000: 28).
Frente a los dos indicadores anteriores, se han propuesto otros dos que
también dan cuenta del número efectivo de partidos relevantes que existen
en un determinado sistema de partidos (Kesselman, 1966; y, Molinar, 1991)
Frente al índice del número efectivo de partidos, el que mejor se comporta,
de los dos anteriores, es el de Molinar (Oñate y Ocaña, 1999: 37).
Por lo pronto, con base en los resultados oficiales de las dos primeras
elecciones a Diputados Departamentales efectuadas bajo el régimen
descentralista 1988 y 199049, N y F me bastan para describir el formato del
48 El índice de número efectivo de partidos se calcula a partir de la siguiente fórmula:
N= 1/ Σpi2 Donde pi es la proporción de votos o escaños del partido i-ésimo.
49 Si bien, el proceso descentralizador se inicia con la expedición del Acto Legislativo 1 de 1986, por medio del cual se estableció la elección popular de alcaldes, sólo hasta 1988 se realizó la primera convocatoria para dichas elecciones. Paralelamente, se celebraron las elecciones para las corporaciones de locales: Asamblea Departamental y Concejo Municipal. Es con la puesta en vigencia de la Constitución de 1991, que se establece la elección popular de gobernadores. Se separan las elecciones nacionales (Congreso de la República) de las locales (Alcaldes, Gobernadores, Concejo y
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
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sistema de partidos que se empezó a gestar con la puesta en marcha de la
descentralización política en cinco regiones de Colombia (Tablas I.1 y I.2); es,
si se quiere, una instantánea con un amplio campo de visión. Sin embargo,
por ahora no será más que eso: una instantánea tomada en una perspectiva
temporal estática (Rae, 1971: 58) que deberá ser confirmada con posteriores
análisis en los que se incluye, además una medida de su estabilidad o
inestabilidad.
Antes de señalar las distinciones que se observan al interior de las
regiones, resulta pertinente anotar una característica común a los cinco casos:
la existencia de organizaciones partidistas que se presentan a la elección bajo
el rótulo de coalición u otro partido50. Tal situación plantea de entrada un
interrogante: ¿Cómo se deben considerar en el respectivo índice? Aquí, y
como recurso metodológico, las he denominado coalición C, en razón de que
éste se constituye en un polo más dentro del continuo ideológico.
Veamos la caracterización inicial de esos singulares subsistemas
regionales de partidos en Colombia de finales de la década de los ochenta y
comienzos de la última década del siglo XX: Si bien los resultados obtenidos
de los índices de fragmentación (tabla I.2) resultan poco ilustrativos y no nos
permiten saber el número de partidos que realmente compiten en la arena
departamental; solventamos este inconveniente con la utilización del índice
del número efectivo de partidos que se aplica tanto al campo electoral como
al parlamentario51 y aunque contiene la misma información que el índice de
Asamblea Departamental). La elección presidencial se celebra el mismo año que las del Congreso pero en fecha separada.
50 Esta denominación es común en el ambiente político colombiano en todas las elecciones bien sean nacionales o locales.
51 El índice del número efectivo de partidos, señala Delgado (1997:179), es el número de partidos hipotéticos de igual tamaño que tendrían el mismo efecto en la fragmentación del sistema que el que tienen los partidos de distintos tamaños en realidad existentes. Suele estar dentro del rango +/-1 del número real de partidos que obtengan, para nuestro caso, el 2% de los votos o hayan alcanzado un escaño.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
31
fragmentación de Rae (1971) su expresión es más adecuada y permite un
mayor entendimiento.
Se observa, en primer lugar que la diferencia, en promedio, entre el
número efectivo de partidos electoral y el parlamentario arroja una
puntuación positiva a favor del primero, aunque baja (0,36 para el periodo
1988-90; y, 0,17 para el de 1990-92).
Del mismo modo, podemos observar que la región del Atlántico
mantiene una estabilidad tanto en el número efectivo electoral como
parlamentario, configurando de entrada un sistema bipartidista. Este mismo
hecho se presenta en la región de la Orinoquía, pero en el periodo 1990-92.
Las regiones del Centro-Oriente y Occidental, incluida la Orinoquía
entre 1988-90, presentan un número efectivo electoral y parlamentario que
varia entre 2 y 2,5 partidos. No así, la región de la Amazonía que presenta
una tendencia inicial al multipartidismo durante 1988-90, pero que luego, y
tal vez como resultado del realineamiento político tras las primeras
elecciones populares de alcalde, se recompone y reproduce un número
efectivo electorales y parlamentarios de 2,45 y 2,14 respectivamente. La
continuidad, respecto de los patrones tradicionales, manifestada por estos
dos periodos iniciales es la característica más sobresaliente.
Sin embargo, se podría afirmar que la convocatoria de 1988 para elegir
por primera vez alcaldes populares en el país, abre el abanico de
posibilidades a un mayor número de partidos y movimientos políticos,
fomentándose, en la arena regional y local una heterogeneidad partidista,
que si bien no se manifiesta, aún, en un aumento significativo del número
efectivo de partidos; es sí, una señal inequívoca de lo que producirán las
siguientes convocatorias electorales en las arenas locales y regionales.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
32
Al respecto, Castro (1998: 25), señala que las primeras convocatorias
electorales para elegir mandatarios locales y regionales, manifiestan signos
de apertura política y multipartidismo, reflejados en la aparición de
organizaciones y movimientos políticos que no sólo le disputan el poder a los
partidos políticos, sino que están alterando y desarticulando las adhesiones
políticas tradicionales.
TABLA I.1: NÚMERO EFECTIVO DE PARTIDOS EN ELECCIONES PARA ASAMBLEA DEPARTAMENTAL POR REGIONES (1988-1990)
NÚMERO EFECTIVO DE PARTIDOS REGIONES PERIODO
ELECTORAL ELECTORALES PARLAMENTARIOS DIFERENCIA
Atlántica Centro-Oriente Occidental Orinoquía Amazonía
1988-1990 1990-1992 1988-1990 1990-1992 1988-1990 1990-1992 1988-1990 1990-1992 1988-1990 1990-1992
1,89 1,77
2,54 2,31
2,47 2,23
2,67 1,82
3,29 2,45
1,84 1,69
2,35 2,14
2,33 2,09
2,53 1,65
3,03 2,14
0,05 0,08
1,19 0,17
0,14 0,14
0,14 0,17
0,26 0,31
Promedio
1988-1990 1990-1992
2,57 2,28
2,42 1,92
0,36 0,17
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Registraduria Nacional del Estado Civil.
TABLA I.2: FRAGMENTACIÓN DE LAS ELECCIONES PARA ASAMBLEA DEPARTAMENTAL POR REGIONES (1988-1990)
NÚMERO EFECTIVO DE PARTIDOS REGIONES PERIODO
ELECTORAL ELECTORALES PARLAMENTARIOS DIFERENCIA
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
33
Atlántica Centro-Oriente Occidental Orinoquía Amazonía
1988-1990 1990-1992 1988-1990 1990-1992 1988-1990 1990-1992 1988-1990 1990-1992 1988-1990 1990-1992
0,47 0,43
0,60 0,56
0,59 0,55
0,62 0,45
0,69 0,59
0,45 0,41
0,57 0,52
0,57 0,52
0,60 0,39
0,67 0,53
0,02 0,02
0,03 0,04
0,02 0,03
0,02 0,06
0,02 0,06
Promedio
1988-1990 1990-1992
0,59 0,51
0,57 0,47
0,02 0,04
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Registraduria Nacional del Estado Civil.
Sin olvidar nada de lo que la tabla nos indica, éstas no son las únicas
características que se pueden presentar en los subsistemas de partidos. Tal
afirmación sólo puede sustentarse en la medida en que nos apartemos de la
visión simplemente numérica de las relaciones de competencia
interpartidista. Para ello, será necesario indagar acerca de la dimensión
concentración/competitividad de estas relaciones.
A partir de la dimensión concentración y competitividad, se dará
cuenta del grado en que el poder político en el ámbito regional se encuentra
disperso o concentrado; es, en palabras de Oñate y Ocaña (1999: 39), una
dimensión relevante para establecer la estabilidad institucional. Se trata de
observar la concentración y el tipo de competencia que se registra en el
sistema de partidos. Ver tabla I.3.
TABLA I.3: CONCENTRACIÓN DEL VOTO EN ELECCIONES PARA ASAMBLEA DEPARTAMENTAL POR REGIONES (1988-1990)
PERIODO ELECTORAL REGIONES 1988-1990 1990-1992 MEDIA
PORCENTAJE DE VOTOS OBTENIDO POR LOS DOS PARTIDOS MÁS VOTADOS(1) Atlántica 95,85 97,02 96,43
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
34
C-Oriente 43,69 90,53 67,11 Occidental 52,00 92,18 72,09 Orinoquía 79,33 91,14 85,23 Amazonía 75,27 84,82 80,04
PORCENTAJE DE ESCAÑOS OBTENIDO POR LOS DOS PARTIDOS MÁS VOTADOS(1) Atlántica 96,83 97.58 97,20 C-Oriente 89,24 95,89 92,56 Occidental 90,01 93,49 91,72 Orinoquía 75,33 86,29 80,81 Amazonía 67,56 89,18 78,37
PORCENTAJE DE VOTOS OBTENIDO POR LOS DOS PARTIDOS MÁS VOTADOS(2) Atlántica 3,55 2,77 3,16 C-Oriente 7,67 8,61 8,14 Occidental 6,67 7,15 6.91 Orinoquía 18,85 10,86 14,85 Amazonía 24,73 14,70 20,07 (1) Los partidos más votados, en todas las regiones fueron el Liberal y el conservador. (2) En la Región Atlántica, el Movimiento Regional y Cívico MRC, se convirtió en la tercera fuerza. Del mismo modo, en la C-Oriental, lo fueron el MRC y la Unión Patriótica UP. En la Occidental, durante el periodo 1988-90, lo fueron El MRC y la UP; y, durante 1990-92 el MRC y la ANAPO. En la Orinoquía, fueron el MRC y la UP. En la Amazonía, lo fueron el MRC y la UP durante todo el periodo. Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil.
Los resultados de la tabla I.3, señalan que la concentración del voto
entre los primeros partidos prueba que las formaciones liberal y
conservadora acaparan, como era de esperarse, los apoyos electorales de la
arena departamental en todas las regiones. La mayor dispersión de la
concentración ocurre en la región de la Amazonía en donde las terceras
fuerzas logran alterar significativamente dicha concentración; hecho que se
traduce en la presencia de un número efectivo, electoral y parlamentario, de
partidos durante el mismo periodo.
Se observa, del mismo modo, que los mayores niveles de
concentración se corresponden con regiones de fuerte tradición bipartidista,
como es el caso de la región Atlántica, a pesar de la marcada conciencia
regional que los lideres de estas formaciones manifiestan en el Congreso
Nacional. Por el contrario, los niveles bajos se corresponden con regiones
como la Orinoquía y la Amazonía en donde la competición, a pesar de
favorecer las fuerzas políticas tradicionales, juega a favor de actores sociales
de ámbito regional.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
35
La característica sobresaliente del juego de la competencia
interpartidista durante estos primeros comicios refleja la lucha entre partidos
nacionales, en primer lugar; y, en segundo, entre éstos y los movimientos
políticos surgidos como consecuencia de la apertura política de la
descentralización, en unos casos y, en otros, con las formaciones o coaliciones
que resultan de la escisión de sus formaciones. Si destaca la lucha por
acaparar los primeros puestos el partido liberal; el Movimiento Regional y
Cívico MRC lo hace por convertirse en una tercera fuerza con opción de
disputar el poder bien sea a los mismos liberales o a los conservadores.
La medida de dicha concentración, nos la proporciona el índice de
concentración, electoral y parlamentaria, dado por el porcentaje de voto o de
escaños que suman los dos primeros partidos (Oñate y Ocaña, 1999: 39). El
nivel de concentración que se registre en el sistema de partidos, o en el
susbsistema, estará influido por los efectos del sistema electoral que se
aplique52.
La concentración nos lleva a la noción de polos. Es decir, alrededor de
qué partido se concentran los votos, lo cual supone ubicar o disponer la
competencia interpartidista en términos de un continuo izquierda/derecha o
bipolar propio de un sistema bipartidista. Sin embargo, los primeros
resultados nos muestran la existencia de un sistema multipartidista y por
ende multipolar, la región de la Amazonía.
Ahora, la medida de la concentración es complementada con el índice
de competitividad electoral interpartidista. Sartori (1992: 259), la define como
una propiedad, atributo o un estado de la competición electoral; aunque
52 Para Sartori (1994: 37) un sistema electoral "fuerte", es aquel que es capaz de orientar el voto
de los ciudadanos en determinado sentido y de reducir el número de partidos relevantes. Tal sistema tendrá consecuencias en la fragmentación y en la concentración del sistema de partidos, al reducir la primera e incrementar la segunda.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
36
insiste en que es necesario distinguir, conceptualmente, lo que es la
competencia de la competitividad.
Anduiza y Méndez (1997: 279), aportando en este sentido, sostienen
que la competencia hace referencia a las reglas del juego democrático que
permite, como factor protector de la competencia, la libre competencia por
los votos; en tanto que, la competitividad, se refiere al estado de esa
competencia en un determinado momento en el tiempo. La competitividad,
por lo tanto, debe reflejar el grado de incertidumbre respecto al resultado de
la elección. Oñate y Ocaña (1999: 40), consideran a la competitividad como
uno de los factores fundamentales para determinar la medida en la que se
está produciendo, o no, un cambio en el sistema de partidos; es decir, que
identifica la probabilidad de alternancia en el gobierno. La competitividad,
agregan Oñate y Ocaña, manifiesta el grado de rivalidad entre los dos
principales partidos.
Para la medida de la competitividad, lo ideal sería utilizar, señalan
Anduiza y Méndez (1997), un indicador, obtenido mediante encuestas; sin
embargo, y para el caso que nos ocupa, ante la falta de éstas, la medida de la
competitividad estará dada a partir de la proximidad de los resultados
obtenidos por los principales partidos53, tal como lo señala Montero (1992:
257). A mayor valor del indicador, mayor distancia en porcentaje de voto o
de escaños separará a los dos partidos, por lo que la competitividad será
menor y viceversa.
La tabla I.4 presenta el valor absoluto de la diferencia en el porcentaje
de votos del primer y segundo partidos más votados a nivel regional durante
las convocatorias electorales correspondientes a 1988-90 y 1990-92. Los
53 Rae (1971: 52-53) la denomina proporciones sumadas de votos de los dos partidos
mayores(We) indicador que no nos dice lo igualados que están los dos en competencia mutua, pero sí el grado en que estos dos juntos predominan sobre todo los demás.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
37
resultados señalan, para la primera convocatoria, la poca competitividad del
sistema en las regiones Atlántica y Orinoquía, en donde el partido liberal
aventaja considerablemente a los demás partidos en competencia. Por su
parte en las demás regiones se produce una cierta expectativa sobre quien
puede ser el vencedor.
TABLA I.4: DIFERENCIA ENTRE EL PRIMER Y SEGUNDO PARTIDOS MÁS VOTADOS EN ELECCIONES
PARA ASAMBLEA DEPARTAMENTAL (1988-1990)(1) PERIODO ELECTORAL REGIONES 1988-1990 1990-1992 MEDIA Atlántica 36,47 43,08 39,77 Centro-Oriente 9,31 18,25 13,78 Occidental 6,04 19,10 12,57 Orinoquía 28,72 49,76 39,24 Amazonía 14,53 26,86 32,14 (1) Los partidos más votados, en todas las regiones fueron el Liberal y el conservador. Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Registraduria Nacional del Estado Civil
Para la segunda convocatoria, y luego del realineamiento político de
las dos formaciones tradicionales que absorbieron disidencias importantes
como el Nuevo Liberalismo y la Nueva fuerza democrática, liberal y
conservadora respectivamente, la magnitud de la victoria del partido Liberal
(superior a los 20 puntos en dos de las cinco regiones) redujo
considerablemente los niveles de competitividad.
La tabla I.5 presenta para cada elección el porcentaje de distritos,
departamentos, según cuatro niveles de competitividad que van desde 0
muy competitivos hasta más de 25 para el caso de aquellos distritos
denominados "fortines políticos" en los cuales un partido es claro ganador.
TABLA I.5: COMPETITIVIDAD POR REGIONES. PORCENTAJE SOBRE EL TOTAL DE DISTRITOS(1)
AÑOS NIVELES REGIÓN 1988-1990 1990-1992
Atlántica - - Centro-Oriente 6,25 6,25 0-7 puntos Occidental - 3,12
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
38
Orinoquía 3,12 - Amazonía 3,12 - Atlántica - - Centro-Oriente 6,25 3,12 7-14 puntos Occidental 12,25 6,25 Orinoquía - - Amazonía - 3,12 Atlántica 3,12 - Centro-Oriente 3,12 9,37 14-25 puntos Occidental 6,25 3,12 Orinoquía 6,25 - Amazonía - - Atlántica 21,87 25,0 Centro-Oriente 3,12 - Más de 25 Occidental 6,25 12,5 Orinoquía 12,5 21,87 Amazonía 6,25 6,12 Total 100 100 (1) Cada distrito equivale a un departamento. En total son 32 departamentos. Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Registraduria Nacional del Estado Civil, siguiendo ejemplo de Anduiza y Méndez (1997:280).
La pregunta ahora, es ¿cuán alejados están los partidos políticos de los
polos? Ya no basta sólo con identificar la existencia de polarización. Es
necesario, ubicar espacialmente dicha posición,54 situación que es factible de
establecer y determinar. Así, el espacio de la competencia entre partidos
puede reducirse a una sola dimensión o varias (Sartori, 1992: 390).
El grado de polarización lo podemos determinar de varias formas
(Sartori, 1992: 424-428): midiendo la distancia o proximidad percibida por las
elites políticas, en término de cuán cercanos o alejados se sienten ellos de los
demás partidos;55 lo anterior supone disponer de datos de encuestas en las
que se les pregunte a los miembros de los partidos sobre su autoubicación
ideológica como la percepción de ésta en los demás partidos.
Desgraciadamente, se carece de ellas, por lo que sólo se pueden hacer
54 Sartori (1992: 389) la denomina arquetipo espacial cuya función no es otra que la de ubicar en un espacio plano la posición de los partidos.
55 La autoubicación de los electores en el continuo izquierda-derecha, también permite medir la polarización de los partidos. Así, ellos al ubicarse en un punto del continuo, lo que realmente esta haciendo es mostrar como perciben ellos a su partido, y por el contrario a los demás.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
39
estimaciones a partir de lo que hasta hoy se ha dicho al respecto. Otra forma
de medirla es, a partir del análisis de contenido de plataformas electorales
y/o de las posiciones ideológicas de los partidos contenidos en los
manifiestos oficiales de éstos (Lijphart, 2000: 84).
Pero, ¿cómo se pueden medir o determinar los contenidos y la
intensidad de los programas de los partidos y las dimensiones de los temas
en ellos contenidos? Lijphart (2000), estableció siete dimensiones de temas
para relacionarlas con los sistemas de partido56. En su trabajo, Lijphart
encontró una correlación significativa (r=0,84) entre el número efectivo de
partidos en las treinta y seis democracias estudiadas, entre ellas Colombia, y
el número de dimensiones de temas.
La posición de Colombia, en la relación, es de 3,5; es decir, de acuerdo
con las conclusiones de Lijphart, que en una sociedad como la colombiana
con diversas dimensiones de conflicto político es de esperar que se necesite
un número relativamente elevado de partidos que expresen estas
dimensiones. Esto supondría que las dimensiones de tema identificadas para
el caso, y comunes a todas las regiones, tienen relación con la formación de
subsistemas regionales de partido. Sin embargo, y dado el enfoque
institucional de la investigación, de un lado; y, que, tal como lo sostiene el
mismo Lijphart, las dimensiones de temas, que determinan el contenido
programático e ideológico de los partidos, no son variables institucionales,
éstas no serán tenidas en cuenta en el análisis.
Hasta aquí, hemos contemplado aspectos del sistema de partidos
desde un punto de vista estático, en un momento dado. Nos reflejan por
56 Ver Lijphart Arend. 2000. Modelos de democracia. Formas de gobierno y resultados en
treinta y seis países. Barcelona: Editorial Ariel Ciencia Política.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
40
tanto fotografías bastante vivas, con amplio campo de visión, pero nada más.
Respecto de la estabilidad no nos dirá nada.
Desde el punto de vista dinámico, es decir de su evolución de una a
otra elección, los sistemas de partidos se pueden estudiar a partir del índice
de volatilidad57 que nos informa acerca de los cambios electorales o
parlamentarios netos entre dos elecciones sucesivas, esto es, las variaciones
que se registran entre el apoyo electoral que reciben los distintos partidos
políticos entre dos elecciones sucesivas y que se deben a transferencias
individuales del voto. La volatilidad puede ser estudiada (Oñate y Ocaña,
1999: 43-44) en dos niveles: uno individual58 y otro agregado. Aquí nos
ocuparemos únicamente del segundo, es decir de la volatilidad agregada,
electoral y parlamentaria, la cual nos informa acerca del cambio electoral en
el conjunto del sistema de partidos. Sin embargo, para adentrarnos más en la
naturaleza de los eventuales cambios, se hace necesario informarnos acerca
de los cambios electorales que se registran entre dos bloques (liberal y
conservador, de un lado; y, terceras fuerzas, por otro). Con este índice,
podemos determinar la medida en que el comportamiento político-electoral
se articula en torno a los partidos tradicional y no tradicional, y si está
distinción, es relevante o no. Si la dimensión tradicional-no tradicional, es
relevante, los electores optarán por votar al mismo partido con el cual ellos se
identifiquen o por partidos que se encuentren en el mismo bloque que aquél
por el que votaron en la anterior convocatoria. Faltaría, aún un indicador
para completar la "triada" de indicadores de volatilidad. Me refiero a la
volatilidad intrabloques VIB, esto es, el indicador que nos mide el cambio en
los apoyos electorales o parlamentarios entre los partidos agrupados en un
57 Rae (1971: 58-59), lo denomina "cambio medio de las proporciones de votos (Ee)", índice que
está basado en la comparación de la distribución de las proporciones de voto de un partido en unas elecciones con la distribución en las elecciones inmediatamente anteriores.
58 Para estudiar la volatilidad en el nivel individual, se hace necesario la utilización de encuestas demoscopicas, encuestas de las que adolecemos para esta investigación. Para un estudio más detallado acerca del cambio electoral individual entre dos convocatorias, ver Ersson y Lane (1998)
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
41
mismo bloque. El índice de volatilidad59 se calcula a partir de los cambios
netos en los resultados obtenidos por cada partido relevante60 en dos
consultas electorales sucesivas.
La tabla I.6 nos muestra una primera visión de la evolución que los
subsistemas regionales de partido han presentado en las dos convocatorias a
que hemos venido refiriéndonos.
TABLA I.6: VOLATILIDAD AGREGADA EN ELECCIONES PARA ASAMBLEA DEPARTAMENTAL (1988-1990)(1)
PERIODO ELECTORAL REGIONES 1988-1990 1990-1992 MEDIA Atlántica - 27,99 13,99 Centro-Oriente - 26,75 13,37 Occidental - 30,79 15,39 Orinoquía - 30,11 15,05 Amazonía - 24,37 12,18 (1) Existen dificultades para el cálculo de la volatilidad para 1988, por cuanto no se dispone de datos respecto de los resultados electorales del periodo 1986-88. Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Registraduria Nacional del Estado Civil.
Si coincidimos en que la volatilidad es mayor cuanto más grande sea
el formato del sistema de partidos, es decir, cuanto mayor sea la oferta de
partidos, más alta será la probabilidad de que se produzcan transferencias de
electores de un partido a otro; los valores relativamente altos de volatilidad
encontrados, estarían asociados con las modificaciones producidas en la
oferta partidista como resultado de los incentivos que sobre la política
partidista produjo la descentralización. O como sostienen Anduiza y
Méndez, puede tratarse de una volatilidad causada en mayor medida por los
partidos que por los propios votantes; con lo que estaríamos hablando más
de partidos volátiles.
59 Este índice fue inicialmente propuesto por Pedersen en 1971 y 1983; Bartolini y Mair (1990)
lo perfilaron distinguiendo tres índices: volatilidad total, volatilidad entre bloques y la volatilidad intrabloques.
60 Por partido relevante habrá de entenderse aquel que tiene posibilidades de coalición y posibilidades de chantaje.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
42
Ahora bien, como sostiene Strom (1990), citado por Zelaznik (1998:
298), los sistemas de partidos apenas pueden ser discutidos sin hacer
referencia a Sartori, dadas sus implicaciones teóricas. Así, las anteriores
características o dimensiones de los sistemas de partidos, nos permiten
describir la tipología sartoriana de éstos, no sólo por ser la más conocida,
sino también la más aplicada, a pesar de la dificultad que conlleva su directa
importación al ámbito latinoamericano,61 bien sea por que imperan los
sistemas presidencialistas62, bien por la poca estructuración de los sistemas.
Frente a esto último, creo que la dificultad es superable, pues frente a
sistemas fuertemente estructurados y estables en el tiempo, existen otros
caracterizados por su inestabilidad y elevado nivel de volatilidad, tal como
sostiene Bartolini (1988: 233). Por ello, y a falta de un modelo mejor, para
describir y explicar las estructuras de los sistemas de partidos en el contexto
latinoamericano, utilizaremos, como anote antes, la tipología sartoriana.
Sartori (1992) basado en criterios tanto cuantitativos como cualitativos
distinguió entre: a) sistemas de partido único; b) sistemas de partido
hegemónico; c) Sistemas de partido predominante; d) sistemas bipartidistas;
e) sistemas de pluralismo moderado; y, f) sistemas de pluralismo polarizado.
61 Uno de los obstáculos con que se encuentra la tipología sartoriana en su aplicación al
contexto latinoamericano, es el rasgo común que se comparte entre los sistemas políticos del área: el presidencialismo. Los sistemas políticos estudiados por Sartori, no incluyen, con excepción de México y los Estados Unidos, ningún otro país con régimen presidencial. La razón que conlleva tal exclusión recae no propiamente del hecho de ser presidencialista. La objeción reside sí, según el mismo Sartori, en la forma poco estructurada de los sistemas de partidos. Creo que Sartori olvida que la estructuración de los sistemas de partidos es consustancial con los procesos de institucionalización de los mismos. Así mismo, que el que estén "poco estructurados", no impide que se les denomine igualmente sistemas de partidos, más aún cuando estamos haciendo referencia al momento de su configuración, de su "nacimiento".
62 Si bien en el sistema presidencialista, nos enfrentamos a dos tipos de sistemas de partidos, uno en el ámbito legislativo y otro al presidencial, aquí me estoy privilegiando al primero. De otra parte, y contrario a lo que consideran otros, la "forma de contar" los partidos del modelo sartoriano, es factible de utilizar en los sistemas presidenciales, puesto, que si bien es cierto que las coaliciones no se requieren para formar gobierno, si se requieren para formar políticas públicas, o para la aprobación de iniciativas de ley que el partido de gobierno no podría sacar adelante sin la "colaboración" de los otros partidos con asiento en el parlamento.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
43
Como en los primeros resultados de la evidencia empírica
encontramos tanto sistemas bipartidistas como multipartidistas, señalaremos
las propiedades funcionales de cada uno de estos sistemas (tabla I.7), sin
ocuparnos de los casos extremos de sistemas de partido único y atomizado,
así como del de pluralismo polarizado y partido hegemónico, pues estos
tipos no se presentan en Colombia ni en el ámbito nacional, ni subnacional.
TABLA I.7: CARACTERÍSTICAS FUNCIONALES DE LOS SISTEMAS DE PARTIDOS63 CARACTERÍSTICAS TIPOS DE SISTEMAS DE PARTIDOS
PREDOMINANTE BIPARTIDISMO PLURALISMO LIMITADO Número de partidos Más de uno Dos Tres a cinco Distancia Ideológica/polarización
Baja
Baja
Baja
Tipo de oposición Unilateral Unilateral Unilateral Partidos antisistema No No No Tipo de gobierno Partido
predominante sin alternancia
Un partido gobierna solo, pero existe la expectativa de la alternancia
De coaliciones alternativas
Mecánica del sistema Bipolar Bipolar Bipolar Tipo de competencia Centrípeta/
Moderada Centrípeta/ Moderada
Centrípeta/moderada
Fuente: elaboración propia a partir de Sartori (1992)
Atendiendo las características funcionales de los sistemas de partidos
(tabla I.7), se puede concluir que éstas encajan en el caso regional
colombiano. Así mismo, considerando la influencia que el tipo de régimen
político, desde el punto de vista funcional descrito antes, se observa: en la
región del Atlántico y la Orinoquía subsistemas de partido con tendencias al
tipo predominante, para los años 1988 y 1990 en la una y 1990-1992 en la otra;
y, de bipartidismo con tendencia al pluralismo limitado en las demás
regiones. La tabla I.8, detalla la tipología propuesta.
TABLA I.8: TIPOLOGÍA DE SUBSISTEMAS REGIONALES DE PARTIDOS EN COLOMBIA, SEGÚN GRADO DE COMPETITIVIDAD
RÉGIMEN POLÍTICO TIPO DE SISTEMA DE PARTIDO REGIÓN-PERIODO
63 Con excepción de las del sistema único y atomizado.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
44
Centralismo político Bipartidista Todas las regiones. 1957-1988
Predominante Atlántico: 1988-1992 Orinoquía: 1990-1992
Descentralización política Bipartidismo C-Oriente: 1988-1992 Occidente: 1988-1992 Amazonía: 1990-1992
Pluralismo limitado Amazonía: 1988-1990
Fuente: elaboración propia
Avanzando, un poco más, en el propósito de caracterizar los
subsistemas regionales de partidos, y no limitándonos únicamente a su
formato, observaremos la mecánica y el tipo de competencia que éstos
adoptan.
El caso de pluralismo moderado de la región de la Amazonía durante
el periodo 1988-1990, presenta una competencia centrípeta/moderada. La
misma durante el periodo 1990-1992, y sin alterar la forma de su
competencia, cae en la zona del bipartidismo.
La región Atlántica más estable no altera ni su mecánica, ni la forma
de su competencia. Desde el inicio de la descentralización política, se
configura como un subsistema de partidos predominante, que asume una
competencia de carácter centrípeta/moderada.
Respecto de la estabilidad o estructuración de los subsistemas
regionales de partidos, como característica diferenciadora, es necesario
advertir, que aún cuando Sartori (1992: 289), sostiene que "[…] no cabe duda
de que los Estados latinoamericanos están formados64, […] uno de sus
subsistemas, el sistema de partidos, raras veces ha adquirido, durante sus
ciclos vitales intermitentes, una consolidación estructural"; esto no es óbice
para que se utilice su tipología, aún en sistemas embrionarios, pues él mismo
64 Ver Sartori, capítulo 8
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
45
induce a su utilización a través de recursos metodológicos como por ejemplo
el hacer referencia a comunidades políticamente fluidas, o el establecimiento
de categorías residuales o provisionales65. De esta manera, los casos de
sistemas de partidos con baja estructuración no permanecen ajenos a la
tipología sartoriana, por el contrario forman parte de ella (Zelaznik, 1998:
309).
La tabla I.9 muestra que, los casos de las regiones Atlántica,
Amazonía, C-Oriente y Occidental tienen problemas para estructurar su
oferta partidista, y que ésta varia de una elección a otra. En la región de la
Orinoquía, la oferta partidista se mantiene inalterada.
Del mismo modo, la tabla I.10 resume las características de la
configuración de los actuales subsistemas regionales de partidos en
Colombia, en términos de fragmentación, polarización, competencia y
volatilidad y que constituyen en la base de la presente investigación.
TABLA I.9: EVOLUCIÓN DE LA OFERTA PARTIDISTA RELEVANTE EN LAS ELECCIONES PARA ASAMBLEA DEPARTAMENTAL EN COLOMBIA DE 1988 Y 1990
REGIÓN ELECCIONES 1988 ELECCIONES 1990
ORIENTE
Liberal Social-Conservador
Unión Patriótica Partido H
Liberal Social-Conservador
Unión Patriótica Partido H
OCCIDENTE
Liberal Nuevo Liberalismo
Conservador Partido H
Liberal Social-Conservador
Partido H
65 Creo, superar el inconveniente principal de Sartori para hacer referencia a un sistema de
partidos estructurado. Para él, un buen indicador de éste tipo de sistema, lo da la existencia de partidos de masas sólidamente arraigados en la sociedad. Digo que creo haber superado dicho inconveniente pues conceptualizó el término partido político, teniendo en cuenta para ello el carácter dialéctico existente entre éste y el desarrollo político y sin caer en las conceptualizaciones clásicas de partido político.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
46
CENTRO
Liberal Conservador
Nuevo Liberalismo Unión Patriótica
Partido H
Liberal Conservador
Mov. Nac. Conserv. Partido H
NORTE
Liberal Social-Conservador
Partido H
Liberal Social-Conservador
SUR
Liberal Social-Conservador
Unión Patriótica Partido H
Liberal Social-Conservador
Unión Patriótica Movimiento Nal. Conservador
Partido H Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Registraduria Nacional del Estado Civil. Colombia
TABLA I.10: TIPOLOGÍA DE LOS SUBSISTEMAS DE PARTIDOS EN COLOMBIA, SEGÚN GRADO DE
ESTABILIDAD DE LA OFERTA PARTIDISTA POR REGIÓN Y PATRONES DE INTERACCIÓN PARTIDISTA
OFERTA PATRONES DE INTERACCIÓN PARTIDISTA PARTIDISTA MODERACIÓN POLARIZACIÓN FRAGMENTACIÓN
BIPOLAR BIPOLAR MULTIPOLAR MEDIA ESTRUCTURADA Orinoquía Oriente FLUIDA Atlántica, Centro-
Oriente y Occidente Atlántica, Amazonía,
C-Oriente y Occidente Fuente: adaptación de Artiga González 2000
Llegados a este punto, es necesario responder un interrogante: ¿Cómo
se gestó, desarrolló y en que grado se encuentra consolidado o no dicho
sistema de partidos? Además de preguntarse, y responder ¿a partir de que
marco analítico se puede explicar la configuración de dicho subsistema?
Para empezar, veamos los elementos teóricos que ofrecen los enfoques a
partir de los cuales se estudian tradicionalmente los sistemas de partidos.
6. ENFOQUES PARA EL ESTUDIO DE LOS SISTEMAS DE PARTIDOS
Son muchos los enfoques que se han utilizado en el estudio de los
sistemas de partidos (Mella Márquez, 1997: 198) y son también muchas las
causas a las que se atribuye su aparición, siempre referidas a clivajes,
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
47
conflictos, divisiones, fracturas, o revoluciones que hacen referencia al
mundo occidental, con excepción de la propuesta de Ramos Jiménez (Lipset
y Rokkan, 1967; Bartolini, 1994; Lijphart, 1990; Daadler, 1990; Ramos Jiménez,
1995)
Desde el punto de vista teórico, los enfoques de investigación de los
sistemas de partidos, existentes y también referidos a los países occidentales
industrializados, se pueden dividir en teorías sociológicas y en teorías de
orientación institucional según las causas que se den para la estructura, la
permanencia y las variaciones de éstos (Nohlen, 1990: 39) Mientras que las
primeras hacen énfasis en los clivajes a los que hicimos mención anterior,
como factores decisivos para la aparición y evolución de los sistemas de
partidos. Lipset y Rokkan (1967), a partir de una explicación socioestructural,
dan cuenta del origen, la estructura y la continuidad de los sistemas de
partidos. Ven los partidos como expresión de conflictos sociales insertos en
los procesos de formación del Estado nacional y de modernización política.
Desde esta perspectiva, distinguen cuatro clases de fracturas históricas, los
cuales son transmitidos a un esquema bidimensional, una dimensión
funcional y otra territorial, que da como resultado cuatro clivajes:
centro/periferia; Estado/iglesia; Propietarios de la tierra/ Industriales, y,
Patronos/trabajadores.
Vale la pena destacar, por lo que interesa para la investigación, una de
las tesis de Lipset y Rokkan, la que sostiene que el modo en que las elites
dominantes utilizan las respectivas posibilidades electorales para constituir
determinadas coaliciones de grupos sociales, ha producido una
configuración específica del sistema de partidos. A ésta, yo agregaría que
antes, dicha coalición de grupos sociales y elite, o de sólo elite, ha producido
un determinado tipo de régimen político. Este tipo de régimen político,
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
48
producirá por ende una determinada red de interrelaciones interpartidistas
diferenciadas según la forma que adopte la estructura territorial del Estado.
Los segundos, se ocupan de los efectos que producen las instituciones
del sistema político - sistema electoral, régimen político, comportamiento del
electorado, por ejemplo -, en la configuración, evolución o congelamiento de
los sistemas de partidos. Los enfoques anteriores antes que excluyentes, se
combinan. Comparto, así, la posición adoptada por Nohlen (1994: 43) cuando
afirma que los enfoques de investigación, tomados de manera aislada, no
satisfacen cada uno por sí mismo. La capacidad explicativa de cada uno de
ellos es sólo parcial y además existe el peligro de que sea lineal y
monocausal. La combinación de ambos enfoques de investigación aparece
como el único camino viable.
Del origen, estructura y continuidad de los sistemas de partidos, se ha
ocupado, más recientemente, Ramos Jiménez (1995)66 quien intenta
demostrar que los partidos políticos latinoamericanos son el producto
natural de los esfuerzos democráticos, principalmente del esfuerzo por
ampliar la participación, a actores diferentes a los tradicionales, en la escena
política. A partir de las aportaciones de Lipset y Rokkan, y utilizando un eje
bidimensional, estructural y funcional, identifica tres revoluciones: la
oligárquica, la nacional popular, y la democrática como respuesta a los
conflictos que han dividido a la comunidad política en diversos grupos con
intereses siempre contrapuestos. Basado en el peso de estas revoluciones,
Ramos Jiménez avanza su trabajo y elabora una tipología de los sistemas de
partidos latinoamericanos, con lo cual se infiere que los partidos políticos y
los sistemas de partidos son producto de clivajes67.
66 Ver Ramos Jiménez, Alfredo (1995), para un estudio más detallado de los partidos políticos
y los sistemas de partidos latinoamericanos. 67 No estoy totalmente de acuerdo con el planteamiento de Ramos Jiménez, en el sentido de
que si bien es cierto que la existencia de clivajes contrapone intereses, estos intereses no siempre se materializan a través de partidos políticos. Algunos partidos políticos se originan en escisiones de otro.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
49
De lo anterior, resulta importante, para esta investigación, el hecho de
que tomar en cuenta cualquier enfoque de los anteriores, de manera aislada,
me conduce a equivocaciones y omisiones.
Las líneas de división, clivajes o revoluciones, identificadas por los
autores, se han agregado y combinado con frecuencia entre sí, tal como
sostiene Bartolini (1994: 221) Lo interesante, en este sentido, es observar la
repercusión que la combinación, de esas líneas de división, de clivajes o
revoluciones, tenga en el sistema político. Ello explica, sostiene Bartolini
(1994: 222), por qué ciertas líneas de ruptura y conflictos nunca han sido
superados y han salido de la esfera política no ejerciendo ninguna influencia.
Es decir, en otras palabras, que unas emergen con más fuerza que otras y que
por tanto unas se convertirán en sistemas de partidos y otras no. En esta
perspectiva, los sistemas de partido, dependiendo de la complejidad y
número de rupturas, podrán ser homogéneos cuando en su configuración se
estructuren sobre una línea de ruptura predominante; y, complejos, cuando
reflejan una superposición e intersección de varias de ellas.
En este sentido, y coincidiendo con Nohlen (1994) la combinación de
argumentos explicativos de los enfoques anteriores, me parece el camino más
viable posible en el intento por encontrar una explicación teórica de la
configuración de los subsistemas regionales de partidos en Colombia. Por lo
tanto, el clivaje centro/periferia (Lipset y Rokkan, 1967); la revolución
democrática (Ramos Jiménez, 1995) y, el sistema electoral (Duverger, 1957)
me guiarán en el propósito. Régimen político, distribución territorial del
poder político, sistema electoral, comportamiento electoral, servirán para dar
cuenta de la configuración de éstos.
Con lo cual la configuración de los sistemas de partidos habrá que buscarla tanto en la estructura de clivajes como en l as instituciones que subyacen en ella.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
50
7. CAMBIO POLÍTICO Y SISTEMAS DE PARTIDOS
Una de las características más interesantes, por la forma en como
ocurren, los actores que participan, el tiempo que duran, de los últimos años,
sobre todo en el plano político, son la variada y compleja serie de fenómenos
nuevos que hay que estudiar, comprender e interpretar. Todos estos
fenómenos se corresponden con algo aparentemente simple: el cambio. Sin
embargo esto no es tan simple. Pero el cambio de qué? ¿en qué? Al tratarse
de fenómenos políticos, lo lógico es que hagamos referencia a cambios
políticos68, tales como cambios en el régimen político, por ejemplo; o en las
normas constitucionales.
El cambio político, se deduce siempre, por diferencia, de la
comparación entre un estado precedente y otro sucesivo del sistema o de sus
partes.69 Así, cambio político se entenderá como cualquier transformación
que acontezca bien sea en el sistema político y/o cualquiera de sus
elementos. El cambio político solo es observable a partir de categorías
relacionales. Es decir, que sólo son observables en relación entre un antes y
un después. Todo esto conduce a varios interrogantes: ¿Por qué se produce?
¿Cómo se produce? ¿Existen tipos o clases? ¿Cambios en el sistema producen
cambios en sus componentes? Si la respuesta es afirmativa cabría otra
pregunta más: ¿A cambios en uno de los componentes del sistema se
corresponden cambios en otro u otros?
68 Diferentes enfoques se han utilizado por diversos autores para dar cuenta del cambio
político. Una de ellas, la del desarrollo político ha permitido que la ciencia política trascienda los límites del provincialismo y del formalismo (Morlino,1985: 19) Trabajos emblemáticos como los de Almond, G. A. (1969), Pye, L. W. (1968), Deutsch, K. W (1961), Huntington, S. P. (1971) están orientados al tratamiento del cambio político a partir de la teoría del desarrollo.
69 Es un concepto base muy amplio, sostiene Morlino (1985), que abarca todas las categorías que se quieren explicar. Típica es su relatividad: una cosa cambia en relación con una forma o un estado suyo precedente.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
51
Morlino (1985) sostiene que es corriente la distinción entre cambio del,
y cambio en el sistema político. Con el primero se indica el cambio de todo el
sistema en su conjunto; con el otro, la transformación de uno o más de
componentes dentro del sistema. Desde este punto de vista, y dependiendo
de la mayor o menor visibilidad el cambio político (Bouza-Brey, 1996: 78-79)
puede clasificarse70 en: 1.) Cambio de estado; 2.) Cambio estructural; 3.)
Cambio del tipo de sistema; y, 4.) Desintegración o absorción del sistema
político. No nos detendremos en el análisis de cada uno de ellos;71 si, nos
ocuparemos, aunque brevemente, del cambio estructural o componencial.72
La razón? Sencillo, utilizar el enfoque del cambio político73 me permite
observar, si al cambio de uno de los componentes del sistema político, se
corresponden cambios en otro u otros de los componentes del mismo
sistema. Desde esta perspectiva, podría ubicar la configuración de
subsistemas de partidos, como una consecuencia de un cambio en el sistema
político al nivel de las estructuras o componentes.
Avancemos un poco más por los "vericuetos" del cambio político. A
cada tipo de cambio se corresponde un modo, profundidad, dirección,
contenido, tiempo, lugar de origen, y situación histórica (Morlino (1985: 49)
Cada uno de éstos aspectos, se puede ubicar en un continuo al que denomino
de transformación74. Uno de los extremos del continuo corresponderá con lo
70 Morlino los denomina niveles y también son cuatro: sistémico; intrasistémico; factorial; e,
interfactorial. Por comodidad conceptual utilizare la denominación de Bouza-Brey. 71 Para un estudio más detallado acerca del cambio político, ver Morlino, Leonardo. Como
cambian los regímenes políticos. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1985. 72 Un cambio estructural se produce como un cambio parcial en las estructuras más
significativas del sistema, tales como la estructura de adopción de decisiones, o la estructura de influencia y control. De esta manera, podría producirse un cambio en el grado de centralización o descentralización del poder, o en su grado de concentración e institucionalización, modificándose la representatividad, autonomía o composición de las estructuras primarias del sistema (cambios electorales, del sistema de grupos de interés, del sistema de partidos, o de la forma de gobierno.
73 Hasta aquí, no me he referido a si el cambio político es producto del desarrollo o de la modernización. Los dos conceptos conllevan transformación, aunque utilizando procesos diferentes.
74 Morlino, lo denomina Umbral. Considero que si se trata de un continuo, el umbral corresponderá a uno de los extremos del continuo, o mejor a un punto determinado de dicho continuo. Por lo tanto, aquí utilizare el término arriba señalado. Por umbral entenderé el punto crítico a partir del
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
52
que Bouza-Brey (1996) llama umbral de crisis, es decir el punto donde se inicia
el cambio; el punto extremo se llamará umbral de acontecimiento y corresponde
a la evidencia del cambio acaecido.
Interesa, también, observar que el cambio puede ser fundamental o
marginal. Un tipo de cambio como éste, permite examinar el paso de un
sistema a otro, tratándose de cambio del sistema; o el paso de un régimen a
otro, tratándose de cambios en el sistema. Cambios en el sistema, de este
tipo, implican, al nivel de régimen político75, transformaciones en la forma de
Estado76, por ejemplo, el paso de un Estado centralista a uno descentralizado.
Se puede medir el cambio? Sí, a partir de indicadores como el de
desarrollo político y el de modernización política. Indicadores éstos, con una
valoración positiva. Así mismo, ambos se corresponden con cambios de tipo
fundamental. Y, a ambos los acompaña la innovación. Surge un nuevo
interrogante: ¿Cuándo hay desarrollo o modernización en un sistema?
Morlino, sostiene que un sistema se desarrolla, o se moderniza, cuando
responde con éxito a desafíos provenientes de otros sistemas políticos, del
sistema social, o de su propio interior. Es decir, cuando el sistema alcanza el
umbral crítico y lo supera. La superación del desafío, supone, entonces, una
expansión del sistema. Expansión que sólo puede ser apreciada partir de la
comparación entre el estado final e inicial del sistema político en cuestión. En
términos de Morlino, a partir de la diferenciación estructural. El desarrollo,
así concebido, afecta a todos los componentes del sistema político, desde los
valores y las ideologías a los grupos activos, a las reglas del juego, y a las
distintas estructuras de autoridad. Sin embargo, reitero, es a partir de la
cual el sistema resulta incapaz sus objetivos de orden y desarrollo, con lo cual habrá de producirse un cambio en sus pautas de funcionamiento.
75 Se encuentra por esta vía, la razón de la diferenciación que al comienzo de éste capítulo se hizo entre sistema político y régimen político. Queda claro que son dos cosas diferentes.
76 Se entiende por Estado, fundamentalmente, al conjunto de instituciones formales que procesan en su seno las demandas y presiones de diferente significado por parte de grupos organizados y que produce políticas acorde a las mismas.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
53
diferenciación estructural que se identifican las nuevas estructuras políticas
y/o la articulación de las ya existentes, así como la modificación de las
relaciones entre las distintas estructuras, nuevas o antiguas.
Creo, a partir del enfoque del cambio político, haber argumentado la
relación, posible, entre régimen político y subsistemas de partidos. Para el
caso colombiano, considerar la naturaleza de los cambios políticos que se
sucedieron a mediados de la década de los ochenta y comienzos del noventa,
podrían resultar clave para esta investigación. El tipo de cambios en el
régimen, resultado del cambio político, puede condicionar, e incluso
determinar el tipo de organizaciones partidistas, y en consecuencia el tipo de
relaciones de competencia que se den entre estas, que tolera o que no tolera.
Por esta vía, el régimen político será necesario, aunque no suficiente, por
ahora, para explicar la configuración de los subsistemas regionales de
partidos.
8. SISTEMA ELECTORAL Y SISTEMA DE PARTIDOS
El sistema electoral no esta desgajado del sistema político en el que se
inserta, esta relacionado, no sólo, con la estructura social y el sistema
político-institucional, sino también con el sistema de partidos (Nohlen, 1994).
Así, pues, el sistema electoral no es un instrumento neutral, sino que está
elaborado en función de unos intereses partidistas, más o menos
consensuados.
Uno de los primeros en acercar el estudio de los efectos del sistema
electoral sobre el sistema de partidos fue Duverger (1957)77. A partir de la
77 En su trabajo, Duverger, aunque contrario al totalitarismo, sostiene que este es básico para
la democracia y que por lo tanto no es posible ignorarlo. Esto induce a que Duverger identifique el espectro partidista en unipartidismo, bipartidismo y multipartidismo.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
54
formulación de sus conocidas, y criticadas, leyes sociológicas78; sobre el
debate de éstas no entrare, por cuanto la relación sistema electoral/sistemas
de partidos, no es monocausal. Duverger identifica dos tipos de efectos: el
mecánico, es decir los que produce de manera directa al convertir votos en
escaños; y los psicológicos, o indirectos, que afectan la orientación del
comportamiento electoral (Abreu, 1997: 232; Torrens, 1996: 365).
Pero no sólo recurro a la formulación de Duverger. Abordó, también
los planteamientos de Rae (1971) y de Sartori (1992), no para probar sus
aportaciones, sino para orientar la búsqueda de esa explicación teórica de la
configuración de los subsistemas regionales de partidos en Colombia. Me
interesa, en este apartado, dibujar los posibles efectos que, uno y otro sistema
electoral puedan tener sobre la configuración de los sistemas de partidos79.
Duverger (1957), argumenta que un sistema de mayoría relativa tiende
al bipartidismo; el sistema mayoritario a doble vuelta a un multipartidismo,
con partidos flexibles e interdependientes; y, la representación proporcional
tiende al multipartidismo, con partidos rígidos e independientes. A lo
anterior, Rae (1971) matiza que afirmando que no hay determinaciones
causales sino relaciones constantes, subrayando la relevancia del tamaño de
las circunscripciones, hasta el punto de que en algunos supuestos la
incidencia de la fórmula electoral puede resultar secundaria en relación con
los efectos producidos por la magnitud de las circunscripciones. Agrega, que
con una misma fórmula proporcional, manteniéndose igual los demás
factores, la proporcionalidad será más elevada cuando mayor sea la
magnitud de una circunscripción. Sartori (1992), y en la misma línea de
Duverger, pero sin el marcado determinismo, expone dos leyes: el sistema
78 Ver Duverger, Maurice. La influencia de los sistemas electorales en la vida política. En
Almond, G et al. Diez textos básicos de ciencia política. Barcelona: Ariel, 1992. 79 En el capítulo correspondiente, estableceré la relación o el efecto que el sistema electoral, de
un régimen centralista, tuvo sobre el subsistema regional de partidos; en comparación, los efectos que otro sistema electoral, en un régimen descentralizado, tuvo sobre la configuración de los mismos.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
55
uninominal es una condición que facilita el formato bipartidista, por el
contrario, obstaculiza el multipartidismo.
La verificación empírica de los resultados electorales, comparados, de
comicios celebrados bajo uno y otro sistema electoral, según se corresponda
con uno u otro régimen, ayudara en la explicación teórica de la conformación
de los subsistemas regionales de partidos en Colombia. Pues, es de esperar,
como sostienen Gunther, Sani y Shabad (1986: 46-47) que en un sistema de
partidos en formación, gestación, la subrepresentación o la
sobrerrepresentación tengan especial trascendencia, al tiempo que puedan
afectar la capacidad para sobrevivir, uno u otro partido hasta la próxima
contienda electoral. De tal suerte que los efectos reductores y
desproporcionales de los sistemas electorales pueden determinar el éxito de
algunos partidos, mientras que para otros las cosas serían diferentes, para de
esta forma coadyuvar en la configuración concreta del sistema de partidos80.
9. COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y SISTEMA DE PARTIDOS
El análisis de las elecciones y el comportamiento electoral es una de las
áreas de la ciencia política más desarrolladas. En definitiva, sostienen
Anduiza y Méndez (1997: 259) éstas se encuentran en el corazón del
funcionamiento de los sistemas democráticos, tanto desde el punto de vista
normativo como práctico.
Desde el punto de vista individual, los determinantes del
comportamiento electoral, sociodemográficos, institucionales y políticos, han
80 Para el caso de esta investigación, no tiene el mimo valor un escaño en la región del norte
que en la del sur. Mientras en la primera, alcanzar un escaño supone de entre 27000 y 30000 votos; en la segunda, alcanzar el mismo voto tan solo requiere de 3000 y en algunos otros distritos de menos, aún.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
56
recibido la atención, no solo por parte de politólogos, sino también de
economistas y sociólogos81.
Los estudios sobre comportamiento electoral tratan de explicar, en
general, dos tipos de problemas: ¿cuáles son las razones por las que el elector
decide votar o abstenerse? Y, ¿cuáles son las razones por las que el electoral
vota por un candidato o partido en especial? Son varios los enfoques
utilizados para el estudio del comportamiento electoral, todos basados en
metodologías específicas y utilizando información y datos de distinta clase.
Estos enfoques no son excluyentes, aunque en ocasiones lleguen a diferentes
conclusiones.
En este sentido, Reynolds (1974) utiliza un enfoque instrumental/no-
instrumental; Kavanagh (1983) los estructurales, sociológicos, ecológicos,
psicológicos y de elección racional; Harrop y Miller (1987), por su parte,
utilizan los enfoques psicológicos, económicos y sociológicos.
Tuiraán y Grobet (1994: 403) señala que entre las variables que suelen
asociarse con el comportamiento electoral, y en algunas de las cuales ponen
el acento los enfoques anteriores, son: 1.) Las características demográficas y
socioeconómicas de los votantes; 2.) La identificación o lealtad, pasada o
presente, de los electores hacia algún partido político; 3.) Las opiniones de los
electores sobre la gestión de la administración saliente, incluyendo
percepciones en torno a la situación económica familiar y personal y al
estado de la economía nacional; 4.) La evaluación de los electores sobre los
atributos, cualidades y contenidos de las propuestas de los candidatos; y, 5.)
Los medios o canales de acceso de los votantes a la información electoral.
81 En este sentido apuntan los trabajos de Reynolds (1974); Kavanagh (1983); Harrop y Miller
(1987); Campbell et al (1960), entre otros.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
57
A pesar de la riqueza teórica de los diferentes enfoques, resulta claro
que ninguno de ellos, por sí sólo, podría explicar o pretender dar cuenta del
comportamiento electoral. Por el contrario cada uno de ellos, al no ser
excluyentes el uno del otro, enfatiza aspectos que ciertamente intervienen
pero que no agotan la explicación de uno u otro enfoque. Un análisis
profundo acerca de los enfoques sobre el comportamiento electoral, desborda
las pretensiones de la investigación. Dado que la pretensión es la de buscar
explicaciones teóricas del surgimiento de los subsistemas regionales de
partidos en Colombia, 1988- 1997, trataremos de encontrar la relación entre el
comportamiento de los electores y el "nacimiento" de éstos.
Por lo tanto, y dado que la mutación, cambio, el de preferencias
partidarias de una elección a otra se puede observar a partir de la volatilidad
electoral, independientemente del anclaje de los partidos políticos entre el
electorado. Gunther y Montero (1994: 472) señalan dos tipos de volatilidad
electoral82: la total y la entrebloques. Los dos tipos de volatilidad se
consideran a nivel agregado.
Asociados con la noción de volatilidad se encuentran los conceptos de
votantes cautivos, los que siempre optan por votar por el mismo partido; y,
votantes no-cautivos, los que muestran más volatilidad y escapan a la práctica
de la fidelidad partidaria Tuirán y Grobet, 1995: 413). Es de esperar que entre
mayor sea la proporción de votantes no cautivos mayor sea la volatilidad.
Surge aquí un interrogante: ¿De qué depende, entonces, la volatilidad?
Lazarsfeld et al (1962: 22), sostienen que el individuo que muda de
opinión política, léase voto, no se interesa demasiado por la campaña o por
su resultado. Su indiferencia le impide llegara una resolución duradera,
82 Al comienzo de éste capítulo ya había señalado a la volatilidad como una de las
características utilizadas para definir los subsistemas de partidos regionales en Colombia.
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
58
pues cualquier influencia fortuita puede hacerla variar83. Sin embargo. Creo
que Lazarsfeld et al (1962) hacía referencia a los que cambian de voto durante
una misma campaña electoral. Aquí, si bien son importantes, los que
realmente importan son los que cambian de una elección a otra.
Gunther y Montero (1994) sostienen que el apoyo electoral a los
partidos está afectado por la confluencia de diversos factores; posición que es
la que se encuentra en la base de quienes estudian el comportamiento
electoral. Habría que agregar, que si las elecciones, como de hecho lo tienen,
poseen un componente espacial, y que el espacio no es en nada homogéneo;
es de esperar, que esto también influya en el comportamiento del elector. Así,
si se profundiza en el análisis de los datos electorales, introduciendo series
temporales y espaciales, observaríamos las diferencias en los niveles de
apoyo de cada partido, así como la aparición de nuevos partidos.
10. UN MARCO ANALÍTICO PARA LOS SUBSISTEMAS REGIONALES DE
PARTIDOS EN COLOMBIA
Preguntándose Morlino (1992), ¿para qué los partidos?, se respondía:
existen muchas razones para centrar la atención tanto en los partidos
políticos como en los sistemas de partidos, pues estos son fundamentales
para un régimen democrático, no sólo por tratarse de instituciones
intermedias entre la sociedad civil y el Estado, sino también porque se hallan
en el centro mismo del proceso electoral, de la gestión del poder político y en
la elaboración y definición de políticas públicas. En este sentido, añade
Morlino (1992: 35), el sistema de partidos puede estudiarse según sus
relaciones e interacciones con las estructuras gubernativas y los diferentes
83 Una conversación con un amigo, una noticia aparecida en los medios, una imagen del
candidato, por ejemplo harían cambiar su intención de voto hacia un candidato e inclinarla hacia otro.
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
59
aparatos burocráticos. Podría, además, y al estar en el centro de instituciones
como el sistema electoral; y al ser intermediario entre el Estado y la sociedad
civil, desde el punto de vista de las masas, estudiando el comportamiento
electoral de éstas.
Así, al hacer referencia a la configuración de los subsistemas
regionales de partidos, para el caso colombiano, cuatro son las características
centrales que serán explicadas teórica y descritas empíricamente:
fragmentación, concentración, polarización y volatilidad.
¿Cómo explicar su génesis? ¿Cómo dar cuenta de ellas a partir de los
elementos teóricos hasta aquí planteados?
Se proponen, como elementos teóricos para observar las características
de los subsistemas regionales de partidos: 1.) Los cambios que se producen
en el régimen político; 2.) Los desarrollos políticos producidos por los
cambios en el régimen político, tales como la descentralización política y la
Constitución de 1991; y, 3.) El sistema y el comportamiento electoral.
Morlino (1985: 60) sostiene que el desarrollo político es un tipo de
cambio que se caracteriza, ante todo, por ser fundamental y acompañado de
innovación. Que supone, además, no sólo una valoración positiva sino que,
también, es expansivo. La expansión, añade el mismo Morlino, sólo es
observada a partir de la diferenciación estructural que resulta de la
comparación de las nuevas estructuras en relación con las del estado
anterior. Por lo tanto, si del cambio político que se enmarca dentro del
desarrollo político resultan estructuras e instituciones nuevas, o modificadas,
diferentes en relación con las anteriores, tales como paso de un régimen
centralista a uno descentralista, en el que se distribuye el poder político; o, la
expedición de nuevas reglas de juego materializadas en una Constitución
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
60
Política que reemplaza a la anterior; es entonces factible proponer al régimen
político, así como a las instituciones derivadas de él, como explicación de la
configuración de subsistemas regionales de partidos.
De otro lado, si con Duverger, Lijphart, Rae y Sartori, compartimos
que los efectos reductores y desproporcionales de un específico sistema
electoral, inciden sobre las características de los sistemas de partidos;
entonces también será factible utilizar dichos planteamientos teóricos en la
explicación, también teórica, de la génesis de los subsistemas regionales de
partido en Colombia. De hecho, los sistemas electorales son una de las partes
esenciales de los sistemas políticos, pues no sólo son el instrumento político
más fácil de manipular sino que también conforman el sistema de partidos y
afectan la amplitud de la representación (Sartori, 1994: 10)
Y, por último, si los sistemas electorales determinan el modo en que
los votos se transforman en curules, o escaños, y por consiguiente afectan la
conducta del votante, al influir sobre éste para que vote por un partido o por
una persona (Sartori, 1994: 15); entonces, compartimos la posición acerca de
la influencia directa del comportamiento de los electores en la configuración
de las características de los sistemas de partidos, al modificar su
identificación partidista entre una y otra elección; luego, también la
podremos utilizar como explicación de nuestro fenómeno investigativo. Es,
en suma, una relación multicausal la que se pretende abordar en los
siguientes capítulos.
Una investigación acerca del sistema partidario, no podría quedarse
solamente en la descripción de las propiedades del sistema. Consideramos
que se hace necesario, además, un análisis empírico acerca de la forma en
que los partidos políticos, principalmente los relevantes, estructuran la
competencia ideológico-programática. Para el caso que nos ocupa, establecer
Estado, sistema político e instituciones. Un marco para el análisis…
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la estructuración o no del sistema partidario en Colombia, completa el dibujo
de un sistema de partidos poco explorado e investigado. Así, a partir de las
encuestas realizadas a diputados colombianos pertenecientes a los partidos
Liberal y Conservador, realizadas en el marco del proyecto de Elites
Parlamentarias en Iberoamérica dirigida por Manuel Alcántara Sáez y
financiada por el Plan Nacional I+D de la Comisión Interministerial de
Ciencia y Tecnología (CICUYT), analizaremos la forma en cómo éstos
diputados estructuran la competencia interpartidista en procura de alcanzar
el poder político.
11. RESUMEN
Caracterizar, así como dar cuenta de su génesis, los subsistemas
regionales de partidos son el objeto de este trabajo. Establecer las
características que para el caso contempla, tanto en sentido temporal como
espacial, los definen. Para el efecto la fragmentación-número de partidos que
compiten en la arena departamental; la concentración-competitividad del
sistema partidario; la bi-multipolaridad del mismo; y, la volatilidad agregada
del mismo, son las dimensiones que me permitirán hacer referencia a la
existencia de uno o varios sistemas regionales de partidos simultáneos
dentro del modelo general de sistema de partidos en el país.
Para demostrar la génesis y caracterización de tales subsistemas
regionales de partidos en Colombia, he definido una estrategia teórica que
me permita dar cuenta de ellos. La revisión de la literatura politológica
acerca de los partidos y los sistemas de partidos, he tomado como
perspectiva de aproximación al objeto de estudio, el cambio político. Utilizar
tal aproximación me permite dar una explicación política de un fenómeno
político. De forma tal que, variables institucionales como la descentralización
Política, descentralización y sistemas de partidos en Colombia, 1988-2000. Una explicación teórica…
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política, la Constitución de 1991, así como el sistema y el comportamiento
electoral me permitirán explicar la configuración de relaciones
interpartidistas en el ámbito subnacional.