presentes viajeros

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Y a veces, tras mucho caminar se despliegan tus alas y puedes emprender vuelo.

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Y a veces, tras mucho caminar se despliegan tus alas y puedes emprender vuelo.

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Y a veces, tras mucho caminar se despliegan tus alas y puedes emprender

vuelo.

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Capitulo 1 El viaje a ninguna

parte

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Cuando las personas deciden salir de su ciudad hacen un plan, compran tiquetes, hacen reservas, a veces listas de las cosas a llevar, etc, etc… yo, por mi parte, solo busco un lugar del cual enamorarme y emprendo vuelo, puede verse un poco irresponsable, pero me gusta pensar que el destino ya planeo por mí y que el lugar elegido me ofrecerá lo necesario para que mi estancia sea gratificante. Creo que llevar las comodidades de tu ciudad, a otra que ofrece otras cosas, no tiene gracia alguna.

Mi último viaje fue especial, sin planearlo (como es usual) se unieron 2 viajeros más, un presente y un gran beso, los 2 gracias a la bondad y generosidad que tuviste al enviarlos para mí. Ellos llegaron un par de días antes del viaje, así que aguardaban junto a mí en Bogotá el mo-mento del gran día.Como sabes ya, de acuerdo al mapa que elabore para ti, nuestro destino era La Guajira, el extremo norte de mi país y uno de los extremos de América del sur, además. Pero la Guajira comprende un terreno muy amplio, así que el punto exacto al que llegaría primero sería Riohacha, (la capital del departamento de la Guajira). La noche previa al vuelo ocurrió de todo, creí que no iba a poder viajar, fue horrible, pero bue-no, los obstáculos solo aparecen para que valores más el paso a dar. Y así, tras vencer las dificultades salimos al Aeropuerto rumbo Bogotá – Riohacha.

Siempre me ha causado curiosidad la inmensa diferencia entre un cielo y otro, a veces vas volando y el cielo se ve completamente postimpre-sionista, otras en cambio parece lleno de copitos de algodón y otras simplemente nos muestra lo sencillo que es disolver las nubecitas… y así íbamos cruzando el firmamento, a la expectativa de lo que el viaje nos depararía.Como te dije en algún escrito previo, me iría sin comodidades, sin lu-jos… Protegida por los santos y los brujos. Y bueno, así fui a dar a un pequeño hostel, no elegí habitación con aire por 2 cosas, la primera no

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iba pasar mucho tiempo ahí y la 2° quería un ventilador en el techo de estos muy al estilo “tarantinesco”… y si, era el touch cinematográfico que le daría vida a mi temporal habitación.Una vez acomodada salí a recorrer el pueblo que amablemente me acogía, caminé bordeando las playas, caminé, caminé y caminé y luego regresé a la playa, me senté en la arena a ver el famoso atardecer de la Guajira, y debo decirte que jamás había visto un cielo tan rojo, en ver-dad ardía, era impresionante, cuanto me hubiese gustado que hubieses podido verlo.

De vuelta en el hotel tenía que acomodar un par de cosas pues al día siguiente, muy, muy temprano, debía salir rumbo al Cabo de la Vela y otros varios puntos. Entonces, si no es mucho el atrevimiento, te invi-to a un pequeño recorrido en imágenes de los lugares que los 3 (Beso, presente y yo) visitamos:

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Lo que ves en la anterior imagen es en un pueblo llamado Uribia, mu-jeres de la cultura Wayúu se preparan para una ceremonia y se maqui-llan para ello.Ellos tienen un pequeño festival anual para exponer todo lo que su cul-tura representa, para mi buena suerte justo sucedio éste evento en mi paso por este lugar.

Nos vamos ahora para un lugar llamado Manaure, es un lugar de ex-tracción salina, si miras hacia el lado derecho de la carretera la extrac-ción de sal pertenece a los indígenas y si ves al lado izquierdo la extrac-ción es gubernamental.Obvio, solo hay encanto visual en la extracción indigena, el lado iz-quierdo esta completamente mecanizado, por lo cual la imagen que te anexo es del lado derecho, donde una niña abraza un terrón de sal, aunque suene peculiar esto.

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Fueron muchas paradas entre un punto y otro, no quiero cansarte en exceso con éste envío así que procuraré ser breve.

La anterior imagen puede no decirte mucho, pero quise agregarla por que es uno de los extremos donde nace mi país y fue muy emocionante para mí caminar “bordeando el mapa”. Además, cuando la línea entre el cielo y el oceano es poco clara, sabes que estás en un terreno muy especial.Así que allí andabamos los 3, contemplando lugares insospechados, algunos un poco dificiles en cuanto a su acceso, y soportando un calor cercano a los 40 grados, pero siempre felices y juntos como lo prometí al partir. Aunque debo aclarar que aun no habría el presente, el clima era dema-siado agresivo y poco poetico :/

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Sabía que era cuestión de paciencia y encontraría un magico momento para develar el misterio.

Cuando llegamos al lugar donde pasariamos la noche El Presente quiso pasarse de listo y se acomodó primero que nosotros (beso y yo), fue un poco egoista de su parte, pero bueno... no sé si alcances a verlo en la foto pero ahí está, acomodadote en nuestro chinchorro (así le llaman allá a éste tipo de hamacas tejidas para dormir) adjunto evidencia:

Una vez llegada la noche y tras lograr sacar al presente del chinchorro hicimos una fogata en la playa junto con las otras personas que se que-daban allí; eran personas muy amables, fue divertido compartir con ellos.Pero hubo un momento donde tuve que alejarme un poco del grupo, necesitaba estar a solas con mi presente y mi beso... y la noche, el fue-

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go, el mar y la playa forjaban ese instante que estuve esperando, había llegado la hora de saber que aguardaba allí tras el plástico de burbuji-tas.

Recordé el que bien podría ser el primer correo que me enviaste, donde me contabas de tu equipo, de tu ciudad, de tu universidad y menciona-bas este libro; como añoré aquellos días, en que todo parecía más fácil y mis ilusiones estaban mejor cimentadas. En aquella epoca busqué el libro, recuerdo que fui al Fondo de Cultura economica y a algunos otros lugares, incluida mi bien amada Virgi-lio Barco y no logré encontrarlo... ahora está en mis manos y es “todo mío”.Estuve allí junto al fuego un rato más, cuando se fue consumiendo y la oscuridad se fue apropiando del cielo desdibujando a la luna y las es-trellas, nos fuimos los 3 hacia el chinchorro con el ánimo de dormir.Bueno, nos acomodamos, etc, etc... y de repente quise examinar el so-

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bre, tuve el presentimiento de que faltaba algo, y no me equivoqué, allí estaba, para mi suerte fui precavida y llevaba una pequeña linerna, la encendí y leí la carta que tenía en las manos.Recorrí sus líneas y me sentí confundida, guardé de nuevo todo entre las burbujitas y quise dormir para en la mañana releer con más calma, pero no pude, el viento era implacable y al chocar con el mar el ruido era un poco tenebroso a decir verdad, así pues, abracé mi presente y dejé tu beso en mi pecho y me envolví todo cuanto pude en el chincho-rro esperando el amanecer.Fue una noche larga y fría, suerte para mi que tenía algo para abrazar.

Al día siguiente fuimos a la playa de nuevo, pero ahora nos acompaña-ba el calor del sol. Leí tu carta un par de veces más, sabes.

Después de un rato emprendimos viaje para sumergirnos de nuevo en el exótico paisaje.

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Anexaré unas últimas imágenes con el fin de no extenderme y cansarte. Pero espero que te hayas hecho una breve idea de lo que significó éste viaje.

Se que se escapan mil cosas pero en verdad espero que haya sido una lectura amena.

Para finalizar éste capitulo, te dejo la imagen de esta nube en forma de corazón que decidió acompañarme y una fotito donde hice parte del ritual cotidiano de la vida Wayúu (con maquillaje y todo) :D Lo demás quizas debas imaginarlo.

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Capitulo 2 En la búsqueda de

representantes

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Creo que han habido 2 crónicas previas, y si no las hubo te lo dije a viva voz… bueno, igual aquel fue el tercer envío, y todo se dio gracias a que tras una reunión del comité directivo de la fundación una amiga pro-nunciara la más inesperada de las frases: “Mi mamá se va a México, ¿quieres enviar algo?” Lo pensé por un minuto, luego dije, sabes qué, sí, enviaré algo; aunque sabía que debía corroborar esa información.

A veces es muy difícil encontrar qué decir, uno quisiera que las pa-labras fluyan con cada palpitar, pero no es tan simple, no importa qué se quiera decir, lo que se logra transmitir al final, contiene siempre cierto grado de imprecisión. Y bien, así fue que llegué al “No sé si pue-das recogerlas, o mejor, si quieras recibirlas”… y mientras aguardaba el momento antes de preguntar qué habías decidido me calmaba a mi misma diciendo, qué tan malo puedo ser, lo peor que puede contestar es “No, gracias”.

Me equivoqué un poco en eso, afortunadamente no paso de ser un cúmulo de malos entendidos y lamento, como dije antes, no tener siem-pre (por no decir: casi nunca) las palabras apropiadas. Tras haber sol-ventado lo de aquel enojo y haber obtenido tu aprobación para el envío me dispuse a buscar todo aquello que recordaba me hubiese gustado enviarte.

Lo primero que busqué fue la agenda del principito, yo había comprado una en la Feria del Libro para mí, en el stand del Museo Colsubsidio, cuando fui a la tienda del museo para buscar otra para ti, ya no tenían existencias. :/ En un inicio fue muy grande la decepción, pero luego de dar un par de rondas por ahí y preguntar a las chicas encargadas, me mostraron otro par de cosas muy similares a mi agenda y como siempre tuve en mente aquello de que te gustaba leerle en las noches el Libro del Principito a tu bebé para forjar en él aquel recuerdo, supuse que te gustaría tener algo alusivo.

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Las tarjetitas que le anexé son solo imágenes, de aquellas que van rotando en la web y que de repente te hacen recordar algo o alguien, de igual forma las frases que coloqué en cada una de ellas, obviamente era a ti a quien recordaba (valga la aclaración). Y el papel para “envolver” aquel presente, bueno, una impresión muy básica con las frases de can-ciones que tanto fueron y vinieron entre nosotros… las imprimí casi imperceptibles, así que no sé si lo notaste, pero bueno, ahí iban.

La segunda adquisición (infaltable, en mi humilde modo de ver las co-sas) fue el Café. Esa marca normalmente no está a la venta para el público común, ellos solo distribuyen a cafeterías de lujo o muy gour-mets, y teniendo en cuenta que un gran porcentaje de mi dinero ad-quirido lo gasto en café, pues un día en algún lugar de aquellos vi el empaque “Amor Perfecto” … qué mejor alusión al café, a ti, a todo. Tras investigar en alguno de esos sitios la encargada me dio algunos de los datos para poderme contactar con ellos, los primeros intentos no fueron fructíferos, pero como dicen por ahí, la tercera es la vencida, y una vez comunicada el paso a seguir era convencerlos de venderme una sola lata, (pues no tengo una cafetería para que me distribuyan todo el año) la persona al teléfono fue comprensiva y accedió sin mu-cho reparo, me dio la dirección y para mi sorpresa no era muy lejos de donde yo estaba, así que nada, pase al cajero y fui corriendo hasta allá, debes saber que antes de ubicar el lugar exacto ya se sentía el aroma a café tostado, solo fue seguir su rastro y llegué… fue de esos aromas cargados de magia. Esta vez omití enviar café Juan Valdez, pero si ves al respaldo de tu lata, ellos también hacen parte de la Federación Nacional de Cafeteros, lo cual te indica que es de calidad Premium y 100% Café de Colombia :) Igual, para no dejar a un lado a Mr. Valdez decidí añadir los choco-latitos de café que según recuerdo te gustaron bastante, o bueno, por lo menos sugeriste traficarlos en lugar de otras sustancias.

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Y llegó el turno de darle el toque Rolo a mi envío y qué mejor repre-sentante en éste caso que la Bogotá Beer Company, su slogan es algo así como “la cervecería pequeña más grande del mundo” me gusta eso, tienen varios tipos de cerveza, todos en su mayoría muy premiados a nivel mundial, de ahí que haya ido hasta uno de los pubs de la BBC para “hurtar” evidencias que me respaldaran, por ahí te las anexé :D elegí la Cajicá Tipo Honey Ale por 2 cosas, en primer lugar por el pre-mio recibido y en segundo lugar porque cada cerveza está nombrada con relación a uno de los lugares más representativos de Bogotá, en un inicio quise enviarte la Chapinero Porter, porque yo vivo en Chapinero, una de las localidades de esta hermosa capital … perooo Cajicá es una zona a las afueras, más exactamente en la sabana de Bogotá donde la mayoría de terrenos colindan con lo rural, y allí, en una hermosa casa campestre vive Andrea Echeverry, y como todos estos eventos se di-eron gracias a tu envío de una de las canciones de aterciopelados, me pareció justo cambiar la Chapinero Porter por la Cajicá Honey Ale.

Agregué también algunos ítems muy capitalinos como el llavero y al-gunos stickers, también compré algunos en la pasada versión de la FILBO, así que básicamente, yo tengo los mismos aquí y sigo sin sa-ber dónde colocarlos… ya les encontraré algún lugar. En el sticker del mapita puedes encontrar cada una de las localidades (urbanas) en las que se divide Bogotá, puede que no te diga mucho, pero me pareció apropiado enviarte algo “muy de aquí”.

Recuerdo que en alguno de mis muchísimos correos te adjunté algo donde hablaba de las cosas que amaba y odiaba, cosas diferenciales o datos curiosos, en fin, allí anexé una foto de uno de los locales de Oma y quizás te lo mencioné además en otras ocasiones, es un lugar espe-cializado en café, de hecho es uno de los lugares más representativos en la ciudad para vivir la cultura del café, en éste caso no agregué café sino Arequipe o dulce de leche, no sé como lo llamen allá o si lo vendan,

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bueno, el frasquito en que lo venden en oma me parece encantador y teniendo en cuenta que este tipo de postre es muy de mi agrado, muy caprichosamente fue parte también del envío.

Habrás notado también que habían un par de postales, una la obtuve en Juan Valdez, la otra la compré y la otra no es de Bogotá, era el toque: “sudamerican rocker” casi invisible. Y bien, en el Museo de Botero te compré, además, un separa libros de una de sus Esculturas.

Y por último, y no por eso menos importante, está el librillo… bien podría ser un poema o un cuento, no lo sé. Y retomando de nuevo mi visita a la Feria del Libro de éste año, te cuento que fui 2 veces pues en una sola ronda no alcanzo a “escudriñar sus encantos”, la cosa fue que en mi segunda visita encontré por fin el stand de la Casa de Poesía Silva (hace alusión a la casa donde vivió el poeta Bogotano del siglo XIX José Asunción Silva, su casa es actualmente patrimonio nacional), me dis-puse entonces a ver las muchas publicaciones que tenían en venta y así, sin mayor cuidado tomé un librillo y le di un vistazo… cada línea impli-caba para mí una punzada cada vez más fuerte, creo que allí mismo en medio de las muchísimas personas que visitan la Filbo se aguaron mis ojos. Sentí que alguien escribió por mí todo aquello que sentía vivía contigo. A ese punto había comprado muchos libros y la fila en las cajas de ese stand era impresionante, así que solo anoté el nombre y el autor para comprarlo luego. El problema llegó cuando aceptaste mi envío, porque jamás encontré el papelito donde había anotado el nombre :( pero no está muerto quien pelea, dicen por ahí, así que fui a la mítica Candelaria y entré a la Casa de Poesía Silva… busqué torpemente la tienda y una de las encargadas me dijo que estaban inventariando, la ignoré por completo (sin querer) y busqué el librillo, era como si me estuviese esperando, pues en mi primer intento lo hallé, qué feliz me puse, estaba muy, muy emocionada, pero ya había gastado mi dinero en efectivo, igual llevaba mis tarjetas debito y crédito así que no le vi

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lío, pero para entorpecer mi misión el datafono no funcionó, plan b, correr al cajero, pero como estaban inventariando tenía mucho miedo de que al volver no quisieran vendérmelo o no me dejaran entrar, y como no fueron muy amables debido a mi “ilegal” ingreso a la tienda tuve que pedir insistentemente que aguardaran mientras iba al banco, seguían con su odiosa actitud pero me esperaron, corrí muchísimo, re-tire dinero suficiente y pude por fin tener el librillo en mi poder. Ya casi estaba listo todo.

La parte más difícil para mí siempre es envolver un regalo, más con un contenido tan heterogéneo; así que usé algunos de los empaques de las tiendas que visité para comprar tus presentes (lamento no haberme es-merado más), y entre otras cosas me preocupaba (como es usual) que mi envío se perdiera, así que lo marqué con tu nombre y teléfono (en una nube) en mi infantil pensar me ayudaba eso a convencerme de que llegaría con bien a ti, finalmente así fue, creo. Solo me resta esperar que las cosas hayan sido de tu agrado, por lo menos algunas.

No sé que más decir al respecto, solo reafirmaré que fue con todo el amor del mundo, desde la elección hasta su consecución y envío. Supongo que se acaban mis excusas para perpetuar los escritos, así que te dejo un gran abrazo, y no siendo más, me despido.