pretel marÍn, a. (2011) - el señorío de villena en el siglo xv

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AURELIO PRETEL MARÍN EL SEÑORÍO DE VILLENA EN EL SIGLO XV

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PRETEL MARÍN, A. (2011) - El Señorío de Villena en el siglo XV

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  • AURELIO PRETEL MARN

    EL SEORO DE VILLENA EN EL SIGLO XV

  • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES DON JUAN MANUEL

    DE LA EXCMA. DIPUTACIN DE ALBACETE

    Serie I Estudios - Nm. 204Albacete 2011

    EL SEORO DE VILLENA

    EN EL SIGLO XV

    AURELIO PRETEL MARN

  • Cubierta: La puerta del castillo de Chinchilla, con escudos del Marqus Juan Pacheco.

    INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES DON JUAN MANUEL

    DE LA EXCMA. DIPUTACIN DE ALBACETE

    ADSCRITO A LA CONFEDERACIN ESPAOLA DE

    CENTROS DE ESTUDIOS LOCALES, CSIC

    Calle de las Monjas, s/n.02005 Albacete

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    Las opiniones, hechos o datos consignados en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores.

    ISBN: 978-84-96800-63-2

    DEPSITO LEGAL: AB-414-2011

    Primera edicin. Diciembre de 2011

    Diseo de la cubierta, impresin, desarrollo multimedia y duplicacin por:

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    que la tcnica permita pueda permitir en el futuro, sin expresa autorizacin por escrito de los propietarios el

    copyright.

    Pretel Marn, Aurelio

    El Seoro de Villena en el siglo XV / Aurelio Pretel Marn. -- Albacete : Instituto de Estudios Albacetenses Don Juan Manuel, 2011. 534 p. : il. col. ; 24 cm. -- (Serie I - Estudios ; 203).ISBN 978-84-96800-63-21. Villena, Seoro de - S.XV - Historia. I. Instituto de Estudios Albacetenses Don Juan Manuel. II. Ttulo. III. Serie.

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  • El seoro de Villena en el siglo XV

    Aurelio Pretel Marn

  • A Miguel, que debiera haber sido coautor de este trabajo, y a los compaeros y amigos de Al-Basit y del viejo IEA, desde Alfonso, Ramn y Luis Guillermo a los Pacos, los Pepes, los Carlos, los Vicentes, Samuel, Miguel, Domingo, Rub, Antonio, Julin, Rosa, Mara Dolores, Ana, Estrella, Alejandro, Maruja, Loli, Carmen Personas que aportaron su esfuerzo y su cario para la construccin de una institucin que quiz fue romntica, como algunos dijeron, pero fue un referente de seriedad y estilo en la investigacin. Junto a ellos gast los mejores treinta aos de mi vida trabajando en las cosas que a todos nos gustaban, sin ms compensacin que la propia amistad la satisfaccin de poder regalar los resultados al pueblo de Albacete.

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    Aurelio Pretel Marn

    INTRODUCCIN ............................................................................................11

    PRIMERA PARTE. La primera mitad del siglo XV ..........................................17Los comienzos de siglo bajo Enrique III de Castilla ...................................19La pequea nobleza ......................................................................................30Los concejos: comn y oligarqua. La poblacin cristiana,musulmana y conversa .................................................................................44Crecimiento econmico y humano ..............................................................54Catalina de Lancaster, Fernando de Antequera y la infanta Mara, duquesa de Villena .......................................................................................61La infanta Catalina, duquesa de Villena .......................................................78La vuelta al seoro del rey de Castilla (1421-1436) ...................................93El seoro, dote del Prncipe de Asturias,bajo administracin del rey de Navarra (1436-1440) ................................ 112Disgregacin y guerra bajo el rey de Navarra (1440-1443) ......................121El ocaso del rey de Navarra (1443-1445) ..................................................147

    SEGUNDA PARTE. Juan Pacheco .................................................................169El marqus Juan Pacheco y la refundacin del nuevo marquesado ...........171La anarqua nobiliaria y la reconstruccin total del seoro ......................185La cada en desgracia y el resurgimiento del marqus de Villena .............202El marqus de Villena y el ocaso del condestable Luna ............................221Juan Pacheco, valido del rey Enrique IV ...................................................230La intervencin en Murcia contra Alonso Fajardo ....................................250El autoritarismo del marqus de Villena.Apropiacin de rentas y negocios oscuros .................................................274El rey don Alfonso y la guerra civil ...........................................................295

    TERCERA PARTE. Diego Lpez Pacheco ......................................................327La princesa Isabel y los Pacheco: la anexin encubierta al marquesado de Alcaraz y Requena ........................................................329El gobierno conjunto de Juan Pacheco y su hijo.Inestabilidad y banderas ............................................................................351Diego Lpez Pacheco, hacia la guerra con los Reyes Catlicos: Alzamientos de Ripar y Alcaraz ..............................................................371La extensin del conlicto: Guerra del Marquesado ..................................389La tregua de los tres aos (1476-1479) ......................................................410La ofensiva real y el inal de la guerra (1479-1480) ..................................439La difcil posguerra. Divisin del antiguo marquesado y robustecimiento del poder de los reyes ...................................................456La consolidacin de una monarqua autoritaria .........................................467

    BIBLIOGRAFA .............................................................................................485

    NDICE

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    Aurelio Pretel Marn

    Este libro est escrito hace ms de diez aos. En realidad, se trata de un simple borrador de un estudio que habra de ser continuacin del que ya publiqu junto a mi gran amigo, Miguel Rodrguez Llopis, respecto al seoro de Villena en el siglo XIV; un estudio que hoy ya no puedo ni quiero completar, porque, muerto Miguel, y fracasadas otras expectativas que me hacan mantener a duras penas la ilusin de una vida dedicada en no poca medida a la investigacin y a crear las condiciones para que en Albacete se pudiera escribir y publicar Historia, he perdido gran parte de mi inters por ella. Si al inal me decido a publicarlo es para no dejar incompleto el proyecto y para que el trabajo que invert en realizarlo durante varios aos no se pierda del todo. Por lo tanto, he pensado actualizarlo con los ltimos datos aportados por la historiografa regional, pulir mnimamente la antigua redaccin, y enviarlo al IEA para que lo publique si le parece bien; pero mi voluntad es retirarme de la que siempre fue mi mayor aicin, sin perjuicio de alguna reincidencia menor y espordica, y dejar que investiguen unos profesionales dotados de ms medios y sin duda de ms capacidad y de ms acadmicos mtodos de trabajo. Afortunadamente, ya hay personas capaces de impartir algn curso y abordar una sntesis de Historia Medieval de la provincia sin tener que pisar siquiera sus archivos.

    Trabajar con Miguel era bastante fcil (o puede que lo fuera para m, por la gran amistad que nos una, aunque tambin me consta que lo fue para Isabel Garca y para otros amigos y discpulos suyos). Le gustaba partir de un primer borrador que atendiera ante todo a los hechos poltico-sociales del perodo a tratar, sobre el cual discutir, modiicar, ampliar o quitar; y mi tarea era hacer ese boceto. Despus, l aportaba ms documentacin, nuevos puntos de vista, casi siempre mejores, quitaba y aada lo que le pareca conveniente, dejando los recortes en un recuadro aparte hasta que discutiramos la modiicacin, y me lo remita junto a sus sugerencias sobre los documentos que yo haba empleado, ms los que l hubiera aadido al efecto. La distancia entre Murcia y Albacete no fue ningn obstculo: casi todas las noches, por telfono, debatamos sobre el orden general del trabajo, sobre la conveniencia de unir o dividir este o aquel epgrafe, e incluso las

    INTRODUCCIN

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    El seoro de Villena en el siglo XV

    cuestiones de simple redaccin. Al inal, sobre el texto elaborado, yo volva a redactar, aadiendo o quitando, segn las conclusiones a que habamos llegado, y volva a envirselo para un nuevo repaso y revisin, en la que an sola mejorar los detalles. As, en dos o tres viajes, el trabajo quedaba a gusto de los dos.

    Por desgracia, este libro no pas de la primera fase. De ah que siga, ante todo, esa lnea poltico-social del borrador, que no he modiicado, entre otras razones porque la economa y las inanzas de este seoro han sido ya estudiadas con mayor extensin en obras monogricas por distintos autores, como Gonzlez Arce y Carlos Aylln, o en historias locales como las de Garca Moratalla sobre Alarcn e Iniesta, las de Soler Garca y Domene Verd sobre Villena, las de Alfonso Antol sobre Jumilla, las de Lpez Serrano sobre Yecla y Navarro Pascual sobre Tobarra, o las mas sobre Almansa, Chinchilla o Albacete, por no hablar de trabajos como el de Aylln Gutirrez sobre la economa concejil de esta ltima, que pudiera servir de modelo para otros. De todas formas, creo que es la Historia poltica, cronolgicamente ordenada, la que puede prestar un hilo argumental ms sencillo y ameno, y tambin la que ofrece mayores novedades, aunque la pretensin principal de este libro no es agotar los temas, sino verlos de forma panormica. Por tanto, los aspectos sociales y econmicos, que necesariamente tienen que aparecer, se comprimen en nota a pie de pgina, a menudo muy largas, o se envan a la obra en que pueden ampliarse. Y obviamente, tambin he renunciado a ofrecer en apndice, como hago otras veces, la documentacin fundamental, primero porque est publicada en gran parte, segundo porque el libro, que ya es bastante grueso, sera inmanejable, y tercero porque es una continuacin del que hice con Miguel, que no tena apndice, porque el proyecto era publicar otro tomo con una seleccin documental. Un proyecto que ya quedar en el tintero, aunque hace ya tiempo vengo colaborando con Ramn Carrilero, Pilar Crcoles y Pedro J. Garca Moratalla en la empresa de hacer una edicin, siquiera digital, de fondos medievales de toda la provincia en distintos archivos.

    He dividido el libro, siguiendo el mencionado criterio cronolgico, en tres partes o bloques. En el primero arranco de donde lo dejamos en el libro anterior, la incorporacin del seoro al dominio directo de Enrique III, a inales del siglo anterior, para estudiar los cambios que afectan a sus pueblos y a sus instituciones bajo el autoritario inlujo del monarca, que de hecho lo equipara al dominio realengo, aunque en teora sea un seor de vasallos sujeto a compromisos heredados de anteriores seores u otorgados por l. De ah paso a ocuparme de la etapa de nueva infeudacin y de disgregacin que bajo Juan II traen las ambiciones de los clebres

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    Aurelio Pretel Marn

    Infantes de Aragn tres de los cuales son seores de Villena- y las guerras que estos ocasionan. En la segunda parte cobran protagonismo el condestable don lvaro de Luna, favorito del rey, y el joven Juan Pacheco, protegido del Prncipe de Asturias, que derrota en Olmedo a los Infantes (1445) y recibe por ello el ttulo, an vaco, de marqus de Villena, que l se encargar de revalorizar recobrando uno a uno los pedazos dispersos y aadiendo otros nuevos. La cada de don lvaro y la proclamacin de Enrique IV le llevan a la cumbre, pero sus ambiciones le enfrentarn muy pronto al resto de los nobles, e incluso al propio rey, al que traicionar en la Farsa de vila, aunque poco despus volver a su servicio con ms poder que nunca, conservando el maestrazgo de Santiago que haba conseguido, y ampliando sus dominios, aunque dejando el ttulo de marqus de Villena, de forma nominal, en manos de su hijo, Diego Lpez Pacheco. En la tercera y ltima, despus de un par de epgrafes en que estudio el gobierno conjunto del marqus y su padre hasta la muerte de ste (1474), y su deslizamiento hacia el conlicto con la joven princesa heredera Isabel, as como las causas del creciente despego que muestran sus vasallos, me reiero a la guerra sucesoria que enfrentar a don Diego con los Reyes Catlicos y a sus consecuencias dentro del Marquesado objeto ya de estudio en un trabajo previo, que ahora se resume- y la incorporacin de este seoro, o de la mayora de sus pueblos, al dominio directo de los reyes y a la monarqua autoritaria que estaban construyendo.

    Por las mismas razones ya citadas, no he querido tampoco continuar buscando en los archivos ms datos de los muchos de que ya dispona. Una vez aadidos de manera sinttica los que el propio Miguel me hizo llegar y los que aportan los libros ms recientes, no creo necesario abundar ms en ello, tratndose de una obra que pretende la sntesis, no la exhaustividad, y que no va a variar en lo fundamental por alguna noticia ms o menos. Me consta que Miguel posea al respecto ms documentacin, que sin duda le hubiera aportado mayores novedades, y es bastante probable que quisiera cambiar algn captulo, separando los temas sociales y econmicos del devenir poltico, como a l le gustaba; pero apenas pudimos discutir al respecto, y preiero dejar el borrador prcticamente tal como l lo conoci. Durante varios aos, y mientras esperbamos su recuperacin, apenas abordamos en nuestras largas charlas algn punto concreto del proyecto iniciado que, sin duda, bamos a acabar. Yo tena mis dudas, y sospecho que l ms todava, pero nunca dejamos de ingir que lo terminaramos tan pronto como l estuviera repuesto. Hablbamos de todo, sobre su enfermedad siempre ligeramente- y sobre sus problemas de visin, iebre o movilidad; pero ms todava, porque l procuraba reorientar estas conversaciones, sobre

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    El seoro de Villena en el siglo XV

    mis inquietudes y pequeos problemas (paradjicamente, era l quien me animaba!), y sobre los trabajos que traa entre manos entre tanto, como el Atlas Histrico de la Regin Murciana, que desgraciadamente ha sido su obra pstuma, y a la que an tuve el gusto de aportar algn dato relativo a los pueblos de Albacete.

    La muerte de Miguel, aparte del ms grave de la prdida de un verdadero hermano, me plante un problema en relacin al libro. En un primer momento pens que terminarlo, pidiendo sus papeles y publicando la obra a nombre de los dos, como estaba previsto, sera, posiblemente, el mejor homenaje a su memoria. Sin embargo, despus, he desistido. Aparte de que alguien pudiera interpretarlo como un mezquino intento de utilizar su nombre, que goza de un prestigio ms que reconocido, es que tampoco estoy en el mejor momento, y temo que el producto de un trabajo emprendido sin su ayuda y consejo no estuviera a la altura que merece un trabajo con su irma. Adems, como digo, he decidido retirarme de la investigacin, que para m es un vicio y no una profesin, y que no me ha trado ms que calentamientos de cabeza y alguna decepcin. Y en esta tesitura, solamente poda dejarlo en un cajn, y perder para siempre el tiempo y el esfuerzo que me llev el hacerlo, o enviarlo a la imprenta con mi nombre, con la doble intencin de que pueda servir de algn provecho a otro investigador y rendir un pequeo homenaje a Miguel terminando un proyecto que a l le haca ilusin. Por eso, aunque incompleto y sin duda inferior en calidad a la primera parte, he optado por hacer del borrador, apenas retocado, una publicacin que contine el de aquel Seoro de Villena en el siglo XIV.

    Este libro es, por tanto, una demostracin del hueco que Miguel ha dejado en el campo de la historiografa medieval, y un pequeo homenaje personal y no contaminado por las formalidades acadmicas. De todas formas, creo que el mejor homenaje es el que se hace en vida, y en ese aspecto tengo la gran satisfaccin de haber hecho patente mi admiracin por l en varias ocasiones a lo largo de todos mis escritos. La primera, hace ms de veinte aos, en la dedicatoria de mi libro La Comunidad y Repblica de Chinchilla, que pretenda ser un frgil monumento de papel a hombres como l, capaces de luchar, aun sabiendo perdida la batalla, contra la irracionalidad y la injusticia convertidas en srdida rutina ; la ltima, poco antes de su fallecimiento, en el prlogo al libro de un alumno suyo, Jos Damin Gonzlez, que tambin le dedica su trabajo. Me consta que lleg a leer ese prlogo y que se emocion, segn me dijo l mismo, aunque consideraba excesivo el elogio.

    Y es que Miguel fue as, parco en sus expresiones y modesto en extremo al valorarse. Al contrario que otros, nunca tuvo reparo en trabajar con gente

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    Aurelio Pretel Marn

    de menor formacin o de una inferior categora cientico-acadmica, y al hacerlo, adems, nunca impona sus propias opiniones, de manera que todos podamos sentirnos ms colegas y amigos que discpulos suyos. Yo mismo he discutido en muchas ocasiones algn punto de vista, una interpretacin o una transcripcin, y l ha rectiicado sin el menor empacho en las contadas veces en que yo no era el equivocado. Por eso, aun admitiendo que Miguel me ha enseado mucho ms de lo que pretenda, nunca le percib como el maestro que me iba guiando en la investigacin, sino como el amigo y colaborador que trabajaba con- hacindome creer, algunas veces, que exista entre nosotros un plano de igualdad. Por eso, al dedicarle el que pudiera ser mi ltimo trabajo de gran envergadura (no por la calidad, sino por el tamao), proclamando de nuevo su superioridad, que no logr ocultar su absoluta carencia de presuncin humana, creo pagar la deuda, o parte de la deuda, que contraje con l durante tantos aos de autntica amistad.

    Aurelio Pretel Marn

  • PRIMERA PARTE

    LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XV

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    Aurelio Pretel Marn

    LOS COMIENZOS DE SIGLO BAJO ENRIQUE III DE CASTILLA

    Tras los cambios habidos en el ltimo lustro de la anterior centuria con la coniscacin de los dominios del marqus de Villena por Enrique III1, este gran seoro entra en el siglo XV con buenas perspectivas: bajo la de-pendencia directa del monarca, pero sin grandes mermas en la privilegiada situacin de la gran mayora de sus pueblos, que se mantienen juntos, com-parten intereses y disfrutan de fueros y derechos antiguos, ahora garantiza-dos, al menos en teora, por el pacto suscrito con el rey. Todo ello, adems, en un contexto histrico de recuperacin del poblamiento y las actividades mercantiles, tras la profunda crisis del siglo anterior, que auguraba un futu-ro mucho mejor que nunca.

    En efecto, la alianza de intereses entre la monarqua y los concejos, sobre todo del sur del Marquesado, con apoyo de algunos caballeros radicados al norte del mismo seoro (los Ruiz de Alarcn), e incluso fuera de l (desde Alcaraz acuden en servicio del rey mosn Enrique Cribel y Garc Mndez, sobrino de su esposa), haba provocado en 1395 la cada en desgracia del marqus Alfonso de Aragn y la vinculacin a la Corona de este gran te-rritorio, mediante la iccin de una expropiacin por impago de deudas la dote de sus nueras- y de una adquisicin en almoneda por parte del monar-ca. La nueva situacin se tradujo, en teora, por lo tanto, no en una transi-cin del rgimen feudal al dominio realengo, sino en un simple cambio de titularidad del seoro, donde el nuevo seor (es decir, el monarca) segua sometido a pacto y compromiso con las villas que solan ser marquesa-do a las cuales haba prometido mantener sus antiguos fueros y libertades, y no entregarlas nunca a ninguna persona de el mundo, aunque tambin

    1. SobreacontecimientosdeinesdelXIV,verA.PretelMarnyM.RodrguezLlopis, El seoro de Villena en el siglo XIV, IEA,Albacete,1998.Resumendeconjuntodelqueestevolumeneslacontinuacin-quepuedeseranampliadoycontrastadocondo-cumentacinendiversosartculos:A.PretelMarn,Larevueltaantiseorialde1395enelmarquesadodeVillena,Congreso de Historia de AlbaceteII,pp.121-153;yEntornodela incorporacindelmarquesadoa lacoronacastellanaen1395,Al-Basit,6,1979,pp.163-176.Tambin,J.TorresFontes,LaproblemticadelmarquesadodeVillenaen1395,Congreso de Historia del Seoro de Villena,IEA,Albacete,1987,pp.407-412.

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    El seoro de Villena en el siglo XV

    es cierto que fue ms reticente a la hora de acceder a otras peticiones. Por lo tanto, los cambios habran de afectar casi exclusivamente a los derechos de inmunidad feudal que haban detentado los antiguos seores de Villena, y a ciertos privilegios que de todas maneras ya estaban restringidos por el propio marqus- de autonoma jurdica, que antao disfrutaron los conce-jos. En cambio, qued en pie, sobre el papel, al menos, el peculiar sistema aduanero y iscal que muchos de los pueblos venan disfrutando, con mayor o menor fundamento legal, desde que los Manuel gobernaban la tierra; mo-delo mantenido y sistematizado por el mismo marqus desposedo2.

    Pero sta es la teora. El rey no pareca dispuesto a convertirse en seor de vasallos, y a quedar sometido, por lo tanto, a ese pacto feudal. No se puede decir que el seoro pasara a ser realengo, pero Enrique III intentar ejercer la misma autoridad que en las ciudades y villas que lo eran, sortean-do en lo posible cualquier limitacin que le impusieran los viejos privile-gios. Desde luego, no accede a llamarse marqus o seor de Villena, como solicitaba el concejo de esta localidad, de la misma manera que tena el de Vizcaya3. Pero esto no es bice para que nombre alcaldes mayores o de alzadas, a los cuales encarga, por ejemplo, resolver en su nombre las que-rellas que enfrentan a Albacete y Chinchilla en 1396, y castigue de forma ejemplar aunque justiicndolo con cierta ambigedad- a los sbditos que hablan o hacen movimientos syn mandado de su rey e sennor.

    Unos aos despus, al jurar a su hija Mara como heredera, en 1402, las Cortes de Castilla lo hacen como futura reina e seora en estos reinos de Castilla e de Len e de Galicia, de Sevilla, de Crdoba, de Murcia, de Jan, del Algarve, de Algeciras, e de los seoros de Vizcaya e de Villena e de Molina e de todos los otros seoros que pertenecen a la corona de Castilla e de Len. Es decir, que se admite realmente la consideracin de seor de Villena, junto a los de Molina y Vizcaya, si bien el mismo rey no lo utilizar, quiz porque el marqus an estaba vivo, aunque fuera del

    2. A.PretelMarn,AlmojarifazgoyderechosseorialesdelsigloXIVenelmarque-sadodeVillena:unordenamientodedonAlfonsodeAragnenlasjuntasdeAlmansade1340,Studia Histrica in honorem Vicente Martnez Morell,Alicante,1985,pp.329-371.Y,recientemente,tambinlohapublicadoA.LpezSerrano,Yecla...., pgs.425-445.Eldocumentohasido,tambin,analizadoporM.I.delValValdivieso,LanoblezafrentealacrisisdelsigloXIV:donAlfonsodeAragnysusordenanzassobrerecaudacinderentasenelMarquesadodeVillena,Congreso de Historia del Seoro de Villena, pp.145-156.A.PretelMarnyM.RodrguezLlopis,El seoro de Villena en el siglo XIV...pp.219-230.3. AntelaspeticionesdeVillena,remitilacuestinaunaprximareunindelConsejoReal,quenoconstatomaraningunadecisin.A.PretelMarn,Larevuelta...,p.149.

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    Aurelio Pretel Marn

    reino y exiliado. Pero en teora, al menos, no ser propiamente soberano de sbditos, sino un seor feudal, que ha comprado por mtodos bastante discutibles- la tierra que su abuelo haba dado al marqus don Alfonso de Aragn. Se supone, por tanto, que lo adquiere con los mismos derechos que ste disfrutaba y las contrapartidas derivadas de un pacto ms o menos expreso en las mercedes que envi a los concejos al tomar posesin, y que l mismo ser el primer obligado a observar. Sin embargo, resulta bastante ms difcil, como ya sealamos, que un rey autoritario, como era don Enri-que, estuviera dispuesto a respetar estas limitaciones.

    Salvo ciertos retoques en su administracin y la entrega de algunos de los pueblos del partido del norte (Obispado de Cuenca) a ciertos caballeros de conianza del rey, el marquesado, ahora libre de don Alfonso (casi siem-pre se alude al antiguo seor como el marqus que sola ser), seguir siendo el mismo desde el punto de vista territorial y jurisdiccional; incluso

    algo ms libre en algunos as-pectos, al menos en los pue-blos del partido del sur, que haban recibido la promesa real de no poner sobre ellos adelantado nin merino nin corregidor nin iscales nin otros semejantes juezes que solamente puso el marqus de Villena de fecho e non de derecho, en desfazimiento e quebrantamiento de los di-chos vuestros vsos e costum-

    bres e previllejos4. Sin embargo, en la prctica, el rey no respet, sino slo en la letra, y ni siquiera en todo, semejantes promesas: aunque haba jurado no poner sino alcaldes de alzadas (cargos que previamente haba coniado al doctor Pedro Snchez del Castillo y al canciller Juan Martnez), lo cierto es que muy pronto, de acuerdo con su bien conocida poltica de autoridad real5, puso corregidores, al menos en Chinchilla, donde en 1397 llegar a

    4. J.M.Soler,La Relacin de Villena,Alicante,1974,Doc.XXXIII.5. EicacesagentesdeestamismapolticaseraneldoctorPedroSnchezdelCastillo,RuyLpezDvalosyalgunosparientesdeesteltimo,queimponenelrespetoalasrealesrdenesenbeda,Baeza,MurciayChinchilla,entreotraspoblaciones.ParaimponerenMurcialaautoridaddelrey,RuyLpezDvaloscuentaconlaeicazayudadelosSotoma-yor,eldoctorPedroSnchezdelCastilloyGarcSnchezdelCastillo.(E.MitreFernn-dez,LaextensindelrgimendecorregidoresenelreinadodeEnriqueIIIdeCastilla,

    La villa de Chinchilla, la mayor del partido del Sur del Marquesado

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    El seoro de Villena en el siglo XV

    utilizar la fuerza militar del adelantamiento comandada por Lope Prez D-valos6. Y ante la resistencia, ste har degollar a un par de vecinos muy re-presentativos y encarcel a sesenta, amenazando con ms ejecuciones, has-ta que le entregaron el oicio de tal corregidor7. Difcilmente puede verse un ejemplo ms claro de autoritarismo. No en vano Lope Prez es hermano y teniente de Ruy Lpez Dvalos, que en el ao anterior haba recibido el oicio real de juez de las alzadas en el reino de Murcia, con poderes para destituir y poner nuevos cargos en todo el territorio de su adelantamiento, y que se distingui por su actuacin enrgica para imponer en Murcia la au-toridad real (llegar a degollar personalmente a alborotador Andrs Garca de Laza y tirar su cabeza a la calle8).

    Lo que ya no sabemos es si, salvo en el caso de los dos Prez Dvalos, los justicias mayores y los adelantados en el reino de Murcia tuvieron perma-nente autoridad sobre el seoro de Villena, o si esto se da slo en momentos concretos. Sabemos que en abril de 1405, Juan Rodrguez de Salamanca, que se llama justicia mayor en el reino de Murcia, rogaba no ordenaba- a los concejos de Villena y Sax prorrogar la hermandad que tenan con pueblos vecinos de Aragn para mutua defensa frente a los malhechores cristianos y moros que secuestraban gente en aquellas comarcas9; peticin que parece indicar cuando menos una cierta funcin de representacin del poder del mo-narca en esta zona, aunque puede que fuera solamente para esta cuestin.

    Tampoco conocemos cmo pudieron ser las relaciones y la distribucin de competencias entre estos justicias en el reino de Murcia y el alcalde de alzadas propio del marquesado, o el corregidor que hemos visto en Chin-chilla y Albacete, o el que poco despus veremos en Villena (1420). Ni tampoco quin puede ejercer el papel de justicia mayor en el partido norte,

    Estudios y Documentos,Valladolid,1969,pp.26-30.Ll.MartnezCarrillo,Manueles y Fajardos,Murcia,1985,pp.195ysigs.L.SurezFernndez,Augeycadadeunhombrenuevo:elcondestableRuyLpezDvalos,BRAH,CXCV,1998,pp.64-65.6. Aunque aincada ahora en la zonamurciana, donde tienen el adelantamiento, esbastanteprobablequeestafamiliaDvalosprocedadeAlcaraz,dondevemosaunLopePrezDvalosqueejercaeloiciodejuzgadoen1305,cuandoelconcejootorgaunesta-tutopararepoblacindelcastillodePeasdeSanPedro.AlmismoactoasistenAlfonsoyGmezPrezDvalos.VaseeldocumentoenA.PretelMarn,El castillo de Peas de San Pedro. Del encastillamiento al villazgo (siglos X-XVI).IEA,Albacete,2007,Doc.4,pp.141-143.7. A.PretelMarn,Larevuelta...p.138.8. MLl.MartnezCarrillo,Manueles y Fajardos...p.224ysigs.L.SurezFernndez,Augeycada...,p.639. J.M.SolerGarca,Aportacindocumental...pp.228-229.

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    Aurelio Pretel Marn

    la tierra de Alarcn, aunque s que sabemos que exista un juez pesquisidor, que evi-dentemente es un corregidor, siquiera temporal10, pero no es llamado ni justicia mayor ni adelantado, ni depende de Murcia, pues el partido norte nunca fue de este reino y obis-pado. Puede que all ejerciera el papel militar de los adelan-tados, aunque sin este ttulo, Martn Ruiz de Alarcn, que tras colaborar con el monarca en el expolio del marqus de Villena, recibir de l la alcaida y Merindad de Alarcn e Iniesta.

    Paradjicamente, muchos de los agentes de que el rey se sirvi en esta poltica de coaccin autoritaria haban sido antes servidores del marqus de Villena y eran naturales del mismo seoro. Quiz el caso ms claro sea el de Garc Snchez, que fue corregidor de Albacete y Chinchilla antes del alzamiento11, y ser conirmado en ese mismo oicio una vez sometida por las fuerzas reales la dbil resistencia de esta ltima villa (como tal lo en-contramos, por lo menos, en el ao siguiente, 139812). Pero lo mismo cabe decir de los alcaldes de alzadas13, el doctor Pedro Snchez del Castillo y el

    10. BajoEnriqueIIItodavaignoramoslafechaexactamente-huboenAlarcnunjuezpesquisidor,SanchoSnchezdeTrujillo,quesindudaejercalasfuncionesdetalcorre-gidor,aunqueacasovinieranicamenteasentenciarelpleitoentreelconcejoylasaldeasdeltrminoporrazndelportazgo(D.TorrentePrez,Documentos para la Historia de San Clemente,I,Madrid,1975,p.35).11. En1394GarcSnchezdelCastilloeracorregidorporelmarqusen las sus villas de Chinchiella e de Albacete(AHN.OSUNA,Leg.2084,N3).12. M.L.CabanesCatal,RelacionesepistolaresentrelastierrasdeAlbaceteyelCon-selldelaciudaddeValenciaenelsigloXIV,enII Congreso de Historia de Albacete,2002,p.235,Doc.2.CartadelosjuradosdeValenciaalcorregidorGarcaSnchez,pidindolejusticiaparaunmercaderaquienhabarobadounGonzaloMartnez,vecinodeChinchilla(quecreemosseraelmismodeesenombrequeenaosanterioresactuabacomoprocura-dordesuconcejo).13. J.M.Soler,La Relacin de Villena...p.275.Comosunombreindica,elalcaldedealzadaseselrepresentantedelajusticiareal,encargadoenteoraseresolverlospleitosenrecursodealzada,unavezsentenciadosporjusticiaordinaria,queeslacompetenteenlaprimerainstancia.Sucompetenciaes,portanto,judicial,ynogubernativa,aunqueserafcilampliarladehechoalasfuncionesdelosgobernadores.

    Alarcn, cabecera del partido del Norte

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    El seoro de Villena en el siglo XV

    canciller Juan Martnez, que parecen haber servido a don Alfonso hasta no mucho tiempo antes su cada, aunque cuando el monarca decide intervenir y arrebatar su tierra al marqus de Villena ya estaban en la corte. Parece que muy pronto los alcaldes de alzadas asumen la funcin y denominacin de alcaldes mayores14, pero ya no sabemos si por encima de ellos hay un gobernador, como el que hubo en los tiempos del marqus de Villena15 y como el que volvemos a encontrar en las siguientes dcadas (no hay datos de inales del XIV y comienzos del XV, aunque tambin es cierto que nues-tros documentos no son muy abundantes16). Desde luego, parece que estas autoridades contaran en caso necesario con respaldo de tropas de la misma nobleza adicta de la zona los Ruiz de Alarcn en el partido norte- o de los capitanes del monarca en comarcas vecinas, como el adelantado en el reino de Murcia, don Enrique Cribel y Garc Mndez, que ya colaboraron

    14. AGS,CmaraCastilla.Pueblos,Leg1,N114.Albacete,18denoviembrede1396.-TestimonionotarialdelacomparecenciadePedroGarca,estudianteenleyes,vecinodeBelmonte,ylugartenientedealcaldemayordelmarquesadoenlugardePedroSnchezyelcancillerJuanMartnezquelosondelpartidodelsurdelMarquesado(obispadodeCartagena),ydelaincomparecenciadeotrasdospersonasnombradasporelreyparasolu-cionarconllosconlictosentreAlbaceteyChinchilla.Estaalcaldamayordebedeserlamismaqueladelasalzadas,puesejercefuncionesdedichacompetencia,alsentenciaruncasoentredospoblaciones.Doc.PublicadoenA.PretelMarn,La villa de Albacete en la Baja Edad Media,IEA,Albacete,2010,Doc.14.15. ElmarqusdonAlfonsotuvoungobernadordelmarquesado(LuisdeCalatayud,elseordelProvencio)hastalaexpropiacindelseoroen1395.Luego,EnriqueIIIprome-tinoponeranadieenestecargo,peronoesimposiblequeincumplieraestanorma,comohizoconotras.16. NoencontramosningngobernadornijusticiamayordelmarquesadoniduranteelreinadodeEnriqueIIInienlosprimerosaosdesuhijo,nibajoelseorodelainfantaMara.NosabemostampocosienelbreveperododegobiernodelmaestredonEnriquedeAragnydoaCatalina,duquesadeVillena,1420-1421,hubogobernador; supone-mosqueno,porquehabaprometidonoponerloytuvopocotiempoparavolverseatrs.Sinembargo,arazdelavueltaarealengodeesteterritorio,hacia1434endepensar,por tanto, que tambindesde entonces adelante- veremos actuar como alcaldemayordelmarquesado,aAlfonsoYezFajardo,adelantadoenMurcia.Desde1436,con laadministracindedonJuandeNavarra,hubocorregidorsernDiegoMuozyAndrsdeLaCadena-yunalcaldemayorqueestasusrdenes,aunquenoestmuyclarosilosondetodoelmarquesadooslodeChinchillayAlbacete,yaquelosdocumentossuelenhablardeelloscomocorregidorenestavilla,aunquetambinlesvemosactuandoenotraspoblaciones.Desde1439,conelreydeNavarra,yahayungobernador(mosnDiegoFajardo),quetenasusalcaldesmayoresysuscorregidores.AlgoquesemantieneyabajolosPachecoylosReyesCatlicos.

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    en las operaciones de despojo al marqus y pudieron tener el encargo real de gobernar Chinchilla y otras poblaciones17.

    No consta expresamente que, al menos al principio18, existieran iscales, temidos en los tiempos anteriores por su rapacidad, aunque s que exista un alcalde de sacas y de cosas vedadas inspector general de las aduanas, que haba de perseguir la exportacin o compra de artculos prohibidos- oicio que ejerci con notable arrogancia Pedro Garca de Villagmez. ste se empear en acabar con el frecuente abuso de un contrabando endmico, que antes practicaban desde el mismo marqus a los particulares de nu-merosos pueblos, consiguiendo un mayor control de las fronteras y de los mercaderes. No obstante, algunas veces ser llamado al orden por el propio monarca, que ordena, entre otras cosas, respetar los derechos conseguidos por quienes residan en Chinchilla, Albacete, Almansa, Ves, Jorquera, Al-cal y otros pueblos, que solan ser marquesado y pleiteaban juntamente en defensa de sus antiguos usos, a no ser emplazados fuera de sus lugares ni sacados de ellos antes de ser juzgados por justicia ordinaria19.

    Ms difcil sera, sin embargo, escapar a los pechos, servicios y mone-das, de los que solamente lograra eximirse alguna poblacin privilegiada, como la de Villena, que ve reconocida en 1398 la exencin que deca haber

    17. AunquenohemoshalladoreferenciasprecisasalpoderdeCribelsobreChinchilla,hayunhistoriadordelaordendominicaquedicequeenloscomienzosdelreinadodeJuanIIsteeracapitngeneraldelastierrasdeChinchillayAlcarazyjusticiamayordeestaltima.TambinhayunaclusuladelmismotestamentodeCribelenqueordenapagaraciertosballesterosylancerosquefueronconmigoaChinchillayquealparecerannohancobradoelviaje.Lasnoticias,portantosonoscuras,ypuedenreferirsealossucesosde1395,omsbienalpoderqueseleconcedieraparasacarlastropasconlasquecom-batircontraGranada,dondevemosqueelmismoCribelescapitnenlascampaasde1407,loquenoimplicaraunmandomilitarpermanenteenlavilla.PorlomenossabemosdelenormepoderquetenaenAlcaraz,dondeusaradelcasicomounautnticoseoreincrementarsupatrimoniodemaneramuypocoescrupulosa,quizshastasumuertehacia1416,enquehacetestamento(vanselostrabajosdeC.AyllnGutirrez,Presen-ciadominicaenAlcaraz,enII Congreso de Historia de Albacete, II,pp.196-214,ymuyenespecial199;yEnriqueCribel,semblanzadeuncaballeromedieval,enAl-Basit,46,Albacete2002,pp.5-41). Incluso esposibleque fueraunpoder compartidoconotroscapitanesreales,comofueGarcMndez,sobrinodesuesposaycaudillofamosoenlafrontera,dequienluegohablaremos.18. Squeparecehaberlosunosaosdespus,bajoelseorodelainfantaMara(1409-1415),puesunaanotacinenelLibrodeCuentasdeAlbacete(AHPA,MUN;Libro167,p.3)habladeunacartade la reinaCatalinadeLancastersobre razon de las penas e calonnas que demandauan los iscales e recabdadores de la ynfanta donna Maria quando era suya esta villa.

    19. 1408-8-21,Guadalajara.AHPA,MUNAlbacete,N55.

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    gozado siempre quanto mas que dizen que pues cuando fueron de sen-norio les fue guardada sienpre su libertad , que muncho mas les debe ser guardada agora, pues que son mios e non de sennor otro alguno, aunque probablemente la razn principal es que si sus vecinos hubieran de pagar las monedas del rey se iran para Aragon, a donde dizen que segund las convenenias antigas de los reyes de Castilla e de Aragon ellos son francos e quitos de toda cosa20. O a la vigilancia de los entregadores y alcaldes mayores de la Mesta, que a menudo intervienen a travs de personas inter-puestas, como Alfonso Martnez de Carrin, vecino de Albacete y alcaide de Chinchilla, para amojonar el paso de ganado y dar o denegar la licencia de apertura de dehesas21. Algo muy necesario en este tiempo, en el que el desa-rrollo de la ganadera comenzaba a pugnar con la expansin agrcola, pro-

    vocando conlictos en la gran mayora de los pueblos.

    Desde el punto de vista geopoltico, el seoro sigue dividido en dos zonas: el parti-do22 del sur o del reino de Murcia y obispado de Cartagena (que an-tes se llam tierra de don Manuel), con los tradicionales concejos de Chinchilla, Alman-sa, Helln, Tobarra, Yecla, Jorquera, Ves, y las jvenes villas de Albacete y Alcal del Jcar; y el del norte, el antiguo comn de Alarcn y su tierra,

    20. J.M.Soler,La Relacin.Doc.XXXIV.21. M.RodrguezLlopis,Expansin...p.173-176.J.M.Soler,DelArchivop.396(privilegioaVillenadesusveredasyaprovechamientosporpartedelalcaldeentrega-dordelamesta,el11dediciembrede1408).22. Ladenominacinpartidoesposterior,yseutilizamsapartirdelreinadodelosReyesCatlicos,peroaqulaempleamosporresultarmscmoda,yexpresivaalavezdelosdosgrandesbloquesdequesecomponaelseoro.

    El seoro de Villena (J. Ortuo Molina)

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    ms Iniesta, donde existan ya, junto a estas poblaciones, concejos ms re-cientes, como Garcimuoz no contamos Belmonte, que tambin era villa, pero haba cado en seoro- nacidos en el suelo antiguo de Alarcn y obis-pado de Cuenca. Ambos espacios tienen costumbres diferentes, aunque ya aproximadas por un siglo de vida en comn bajo la autoridad de los mismos seores y por la difusin del fuero de las leyes, o de Garcimuoz, que en tiempos otorg don Juan Manuel a muchas poblaciones y an se extendi despus23.

    Ignoramos si pudo mantenerse, sin un seor al frente, la costumbre an-terior de celebrar las Juntas de los procuradores de los distintos pueblos, para mejor defensa de intereses comunes y para resolver los problemas internos. Con frecuencia veremos que se hacen peticiones en nombre de los pueblos que solan ser marquesado24 aunque muy a menudo se harn nicamente por parte de los pueblos del partido del sur, que suelen concor-darse previamente entre ellos efectuando juntas. Hasta el ao 1409 no veremos reunidos a los representantes del partido del norte y el del sur, y no en el seoro, sino en Valladolid, en el acto de jura y homenaje de una nueva seora; pero los documentos son demasiado escasos como para air-mar que no lo hicieran antes, como a veces se haca, en el siglo anterior, bajo don Juan Manuel.

    En el partido sur se sigue manteniendo una comunidad de aprovecha-mientos de la tierra, conseguida en el siglo anterior a travs de convenios entre los municipios, que convierte de hecho en uno solo los diferentes tr-minos, por lo menos a efectos ganaderos25; comunidad que viene a ser com-

    23. Porejemplo,donJuanloconceditambinalapueblaquehizocercadesucastillodeAlmenara,yaladeLaRoda,alaqueloconirmasuhijodonFernandoen1350(J.OliverAsn,Origenrabep.538).CuandoPedroIsegregadeJorquerayhacevillaaAlcal(1364)leconcedetambinelmismofuero(A.Pretel,Elcambiodinstico,Doc.2,p.329);yenlaconirmacindesuvillazgoporEnriqueII(1371)yEnriqueIII(1395)Belmonteintroduceigualmenteunaclusulaobligandoapecharaloshidalgosquepretendanoicio,puesestabapobladaalfuerodelasleyesodeGarcimuoz(E,Ramrez,Privilegio.P.359).Tambinalsublevarseen1395ChinchillareivindicasufuerodelasLeyes,yveremoscostumbressimilaresenotrosmuchospueblos.24. Yaen1402,EnriqueIIIrespondaaciertaspeticionesconjuntasdelospueblosdelmarquesado(J.M.Soler,La relacin...p.480).LadenominacinrevelaalpropiotiempoelrechazoaldominiodelmarqusdonAlfonsomarqus que sola ser,suelenllamaraste-ylaconservacindeunaciertaconcienciadeunidadregional,fraguadaalolargodeunsiglodecontinuaytilconvivencia.25. ...todos los ganados dese dicho nuestro ducado andavan por todos los trminos del sin pagar otro derecho ni serviio, por quanto toda la tierra del dicho nuestro ducado era avida por un termino.A.Pretel,Almansa medieval: una villa del seoro de Villena en

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    plementada por una red de acuerdos de colaboracin y dispensa recproca de derechos de borras y almotacena, y que no se extenda a los del norte aunque pudiera haber un trato preferente. En el norte, Alarcn y sus aldeas (entre ellas, algunas convertidas en villas, o en nuevos seoros), tenan igualmente una comunidad, incluso de labranzas, que parece venir tambin de un siglo atrs, cuando don Juan Manuel comenz a disgregar la tierra de Alarcn para establecer colonos en las pueblas que estaba levantando, pero sin dividir los aprovechamientos del antiguo comn: por ejemplo, hacia 1319, al conceder a El Provencio el Fuero de las Leyes y el nombramiento propio de alcaldes y de juez, junto con la exencin de cargas seoriales a excepcin del diezmo, otorgaba tambin que puedan labrar por pan en los heredamientos de los terminos de Santiago e de San Clemente e de Las Pedroeras e de Las Mesas, en los logares que sean liego, que no sean de omes sennalados; e otrosy tengo por bien e mando que los sus ganados que pazcan las yervas e beban las aguas en termino de Alarcon asi como los ganados de aquellos que moran en el dicho termino26. Y aquellas costum-bres perviven todava durante el siglo XV27.

    La existencia de estos dos espacios, que viene de procesos completa-mente opuestos (en el norte, las villas que nacen de Alarcn mantienen sus derechos de mancomunidad, mientras que en el sur sta es fruto de acuerdos alentados por el mismo seor entre los municipios que existan ya antes), no impedir que haya un trato preferente entre el uno y el otro. Pero aun as, mantienen notables diferencias en su funcionamiento e intereses, debidas sobre todo al diferente peso de la caballera militar en sus instituciones.

    En el partido norte, la villa de Alarcn, de antiqusima historia, y resi-dencia de los ms distinguidos linajes de la zona (es signiicativo que sus procuradores al jurar por seora a la infanta Mara en 1409 sean Juan de Villodre y lvar Ruiz de Alarcn28), vena ya perdiendo algunos de sus tr-minos desde el siglo XIV, bien por la creacin de nuevas villas, como Gar-cimuoz, Belmonte, o La Roda, bien por la donacin de trminos y aldeas a algunos caballeros por el marqus Alfonso de Aragn (El Provencio, La

    los siglos XIII, XIV y XV,Albacete,1980,doc.XXI.26. A.PretelMarnyM.RodrguezLlopis,El seoro de Villena en el siglo XIV,p.97.27. En1445elmarqusdeVillenaconcedeaSanClemente...que vos fuese guardado el huso y costumbre que hasta aqu ovistes con las dichas villas de Alarcn e Belmonte e Montalvo e El Castillo e los otros lugares del comund e los otros seoryos comarcanos... (D.TorrentePrez,Documentos...p.95).28. J.M.Soler,La Relacin... doc.XL,p.287.Setrata,enamboscasosdelinajesmuyrepresentativosdelanoblezahidalgadelsigloanterior.VerA.PretelMarnyM.Rodr-guezLlopis,El seoro...p.259y265.

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    Puebla de Almenara) o por don Juan Manuel (como Minaya29), aunque hay que advertir que don Alfonso escatim bastante semejantes regalos y prei-ri pagar los servicios de armas con rentas dinerarias (otra cosa distinta es que vendiera aldeas a algunos caballeros, como ocurre en el caso de Cerve-ra, vendida a su vasallo Pedro Surez de Pidrola30). A raz del despojo del marqus, muchos de sus vasallos se exiliarn con l, vendiendo en ocasio-nes aquellas concesiones, antes de que los cambios polticos habidos o los levantamientos campesinos les privaran de ellas. Otros, por el contrario, se haban distinguido al servicio del rey y fueron compensados con nuevos seoros, a costa con frecuencia de los que se marcharon, como ocurre en el caso de Puebla de Almenara, propiedad de Rodrigo de Cervera, alcaide del marqus en la villa de Almansa, que hubo de enfrentarse a una sublevacin de sus vasallos, que quisieron matarlo por dos veces, por lo que termin vendiendo el seoro al doctor Pedro Snchez del Castillo.

    En la zona del sur, por el contrario, aunque quedan tambin algunos se-oros residuales Burriharn, Car-celn, Montealegre- el proceso se-orializador parece detenido desde el siglo XIV, y parece que no volve-r a reavivarse ni durante el reinado de El Doliente ni en el resto del si-glo. Y en cuanto a los concejos, los hidalgos no slo no tienen el poder, sino que suelen ser excluidos de l, a no ser que se allanen a pechar como buenos.

    29. PosesindelosherederosdeDiegoFernndezdeCuenca,aquienloconcedidonJuanManuelen1330,ylacapacidadparapoblarloen1335.En1420comprarnelseoroJuandeLudeaysuesposaAldonzaSurezdeFigueroa,yaosdespusGmezdeLude-alovenderasuvezen1444aunaramamenordelosPacheco(aRodrigoPachecodeAvils)quelomantienehastapocadelosReyesCatlicos.D.TorrentePrez,Documen-tos... San Clemente,p.23y25.M.RodrguezLlopis,Procesosdemovilidadsocialenlanoblezaconquense.LatierradeAlarcnenlaBajaEdadMedia.EnF.GarcaGonzlez(ed.),Tierra y Familia en la Espaa meridional, siglos XIII-XIX,Murcia,1998,p.67-69.30. En1393,cuandoyasevealaposibilidaddeundesastrosoindedonAlfonso,elconcejodeGarcimuoz,quetambinhacompradoaldeasdelmarqus(LaCaadaNe-grita,CasadeDonBenitoyUcero),hacesacartrasladodelactodehomenajedealgunoscaballerosdeAlarcnaceptandolasventashechasporelmarqus,incluidatambinladeCervera(AHN,Consejos,Leg.31758,n16).Esunagarantafrenteaunprevisibledes-pojodelmarqus,quepudieratraerunareclamacinsobrelaspropiedadesquevendi.

    Montealegre. El castillo

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    LA PEQUEA NOBLEZA

    Cualquiera hubiera dicho que el dominio real tendera a limitar la apa-ricin de nuevos seoros (y as ocurre, en efecto, en la zona del sur); pero lo que lo que ocurri en el partido norte fue justo lo contrario: bien como recompensa a la traicin de algunos al que fue su seor, o como galardn a caballeros ieles por servicios prestados con posterioridad, el rey consenti-r, incluso alentar, los traspasos de algunos de los que ya existan, conce-diendo otros nuevos a personas vinculadas a l directamente, no ya en su calidad de nuevo titular de seoro, sino en la de monarca, lo que crea una cierta confusin. Hasta favoreci la donacin de tierras por parte del con-cejo de Alarcn o el de Garcimuoz a estos nuevos poderes, que a menudo estarn emparentados con linajes de mayor abolengo regional (Carrillos, Albornoces o Mendozas) o con los personajes de la orden de Santiago31. Paradjicamente, de esta forma, la asuncin por el rey de la jurisdiccin que antes disfrutaron el marqus y sus antecesores vino a signiicar en tie-rra de Alarcn un marcado incremento del nmero de pueblos sometidos a pequeos seores.

    As, en pocos aos a partir del despojo de 1395 vemos aparecer, inclu-so ampliarse, seoros como el de Belmonte, concedido al portugus Juan Fernndez Pacheco junto con sus aldeas de Hinojoso, La Osa y Monreal, pese a la resistencia del concejo; o los de Villanueva y Buenache, concedi-dos en distintos momentos a Garc Ruiz de Alarcn; o el citado de Puebla de Almenara, que compr el doctor Pedro Snchez. Incluso se convierten en nuevos seoros, alegando derechos que jams existieron, antiguas he-redades como las de Veguilla de las Truchas, Valverde y Talayuelas, que son reconocidos a Martn Ruiz de Alarcn en premio por la ayuda prestada a la corona al tiempo del embargo de los bienes del marqus de Villena32. Y tambin se dan casos, aunque excepcionales, de linajes que sirvieron al marqus de Villena y que luego lograron mantener las mercedes que ste les hiciera sometindose al rey y casando a sus hijos con personas adictas

    31. Porejemplo,laesposadeJuandeLudeaesAldonzaSurezdeFigueroa,sindudadelamismafamiliadelmaestreasapellidado,ypariente,portanto,deLorenzoSurezdeFigueroa,elqueluegoseraprimercondedeFeria;deMencadeFigueroa,lamujerdeRodrigoManrique,deBeatrizFigueroa,mujerdeFadriqueManrique,ydeCatalinaSurezdeFigueroa,casadacondonigoLpezdeMendoza,elqueluegoseramarqusdeSantillana.VerM.RodrguezLlopis,PoderyparentescoenlanoblezasantiaguistadelsigloXV.Noticiario de Historia Agraria,N12,1996,p.66y81.32. P.J.GarcaMoratalla,La tierra de Alarcn en el seoro de Villena (siglos XIII-XV), IEA,Albacete,2003,p.142.

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    al rgimen triunfante, como ocurre en el caso del seor de El Provencio, Luis de Calatayud33 (no sabemos, en cambio, qu ocurre con Cervera ni con Surez de Pidrola, del que no hay noticias durante muchos aos34). No sin diicultades, y en alguna ocasin mediante pactos con el campesi-nado de estas localidades, que insiste en preservar sus viejos privilegios y el derecho a nombrar alcaldes y alguacil, estos nuevos seores impondrn su dominio en unas poblaciones que quiz, en otro tiempo, bajo don Juan Manuel, hubieran terminado por convertirse en villas. Los lazos familiares que se iran tejiendo entre los que sirvieron al marqus y los recin llegados haran que en el plazo de una generacin no quedaran ya muchas distincio-nes entre ellos, y que llegue a reinar cierta armona entre estos pequeos seoros, aunque no faltarn las ocasiones de mutuo enfrentamiento.

    Hasta la misma villa de Alarcn, capital secular de la comarca, sera concedida por el rey, acaso en recompensa por servicios prestados durante las campaas de hacia 1400, a otro portugus, lvar Gonzlez Camelho, aunque probablemente ste no llegara a perdurar en dicho seoro, quiz por resistencias de la caballera aincada de antiguo en esta poblacin, o acaso por perder el favor del monarca35. Sin embargo, los mismos caballe-

    33. LuisdeCalatayud,quefuegobernadordelmarquesadoennombredelmarqusylesirviensusguerrasdeNavarrayPortugal,recibielseorodeElProvencio.Suhijo,AlonsoSnchezdeCalatayud,casaraconlahijadeldoctorPedroSnchezdelCastillo,hermanadeFernandodePeralta, seordePuebladeLaAlmenara,yaspudo legarelseoroasuhijoLuisdeCalatayud.Aunque,adecirverdad,nisuhijonisunietovolvie-ronatenerlaimportanciayloscargosqueostentelabueloentiemposdelmarqus.M.RodrguezLlopis,Procesosdemovilidad.....p.59.34. PedroSurezdePidrola,oquizunhijosuyodeesemismonombre,volveraapareceren1441alfrentedelastropasquecombatenporelreydeNavarra,conbaseenAlbaceteyChinchilla,contraAlcal,Jorqueray laVilladeVes.SabemosqueCerveracambiaradenombreainesdelXIV,cuandosellamayaVillanuevadelCampo,aunqueluegovolviatenerelantiguo.Mediosiglodespusanesseoro,peroenmanosdePe-droCoello,hijodeJuanlvarezdeToledo,cuya es eruera,quenoparecemiembrodelamismafamilia.VerP.J.GarcaMoratalla,La tierra de Alarcn en el seoro de Villena (siglos XIII-XV),IEA,Albacete,2003,p.102,190y281.35. En1401,EnriqueIII,encartaalconventodemonjasdeLaAlberca,dicequeel prior Ducrato, seor que agora es de Alarcn e del dicho logar del Aluerca, echara pedi-do en tierra de Alarcn(AHN,Consejos,leg.24160).Sabemospocomsdeesteseo-ro,quenoperdurara,peroesclaroqueenesosmomentosdelcambiodecenturiaAlarcnes tambin dominio seorial. Prez deGuzmn,Generaciones y Semblanzas,Madrid,1965,p.15,identiicaaestePriordeCratoconAlvarGonzlezCamelho,quesevinoaCastillaconPachecos,CoellosyAcuas.Enrealidad,cambivariasvecesdebando:decolaboradordeJuandeAvspasacaerendesgraciaen1396,volvialfavorrealen1398,huyaCastillaen1399,yvolviaPortugalen1403.Enelcursodeestaltimaestancia,

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    ros de Alarcn, que solan tener valimiento del rey y mano en el concejo, conseguirn de ste donaciones tan slo en apariencia espontneas de tr-minos y aldeas: Santiago el Quebrado y Martn Ovieco, que el concejo en-treg a su vecino Rodrigo Rodrguez de Avils, casado con Beatriz Pache-co, en agradecimiento por ciertas buenas obras que l y su padre hicieron a favor de Alarcn36; o las dehesas de La Zarza y rincn de Marn, que el concejo cedi en 1412 al doctor Pedro Snchez del Castillo por haber con-seguido que el rey le dispensara de pagar un pedido contrario a sus antiguos privilegios37. Incluso son objeto de este tipo de obsequios propiedades y rentas concejiles en el mismo Alarcn, como la de los hornos de la villa, que recibe Martn Ruiz de Alarcn en 139838.

    En cambio, este concejo, tan generoso siempre para con la pequea nobleza de la villa, tratar de impedir la independencia de nuevas pobla-ciones en su trmino, y hasta reforzar su poder seorial sometiendo a las

    conttulodePriordelHospital,colaboraen1400,juntoaMartnVzquezdeAcuayDiegoHurtadodeMendoza,conRuyLpezDvalosenunaexpedicinaPortugal,contraPenamacoryMirandadoDouro,queseraensalzadaenversosdelvarezVillasandino.ProbablementeentoncesganaraelseorodeAlarcn,quehabradeperderalvolverasutierra.VerlacitadaobradePrezdeGuzmn,p.16,yL.SurezFernndez,Augeycada...,p.66,yE.MitreFernndez,Polticaexteriorcastellanayreestructuracinno-biliariabajolosprimerosTrastmara,enActas de las III Jornadas hispano-portuguesas de Historia Medieval,Sevilla1991,p.545).36. El13denoviembrede1404elconcejodeAlarcnotorgabaasuvecinoRodrigoRodrguezdeAvilsSantiagoElQuebradocon todos los pechos, derechos e tributos. EntrelospersonajesdeAlarcnquehacenladonacinde1404aparecenPedroyMartnRuiz (suponemosque seaMartnRuizdeAlarcn),Fernnlvarez, JuandeVillodre,LopeOchoayGarcadeVizcarra(quesuponemosseaelalcaidequetuvoelmarqusenChinchilla,hijoynietodeotrosdeesemismonombre).Mstarde,laprisindeRodrigoRodrguezdeAvilsportropasgranadinasen1407,enelgrandescalabrodeHrtal,enquecayeronpresos125caballeros,obligaraluegoasufamiliaavendersupequeoseo-roalvecinoseordeSantaMaradelCampo,parapoderpagarelrescatedemsde2.500doblasdeoroquepedanlosmoros(M.RodrguezLlopis,Procesosdemovilidad.....p.64y67).PerorecobrarlalibertadylogrmantenersuseorosobreMartnOvieco,haciendotestamentoenAlarcnel6dejuliode1417.PorldejasusmandasaloscurasyfrailesdeTresJuncos,CaavateyGarcimuoz(losdeSanAgustn)quedebernvenirparasuenterramiento,a laermitadeSantaAna(Pedernoso),a la iglesiadeBelmonte,dondeyaceenterradasuhijaGuiomar,ypidequeleentierrenenlacapillaquesuspadres,RodrigoRodrguezyMencaGmez,fundaronenelmonasteriodemonjasdeLaAlber-ca.

    37. P.J.GarcaMoratalla,La tierra de Alarcn... pp.277-278.38. MartnRuizdeAlarcnrecibedelconcejoen1398loshornosdelavilla.J.M.Fer-nndezdeCaeteyGascn,Apuntes histricos de la villa de Alarcn,Barcelona1965,p.52.

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    comunidades aldeanas del comn de la tierra de Alarcn al pago de conceptos de los que las costumbres solan eximirlos al ser parte integrante de la comunidad de villa y aldeas. Sabemos, por ejemplo, que Enrique III conirm a las aldeas nacidas en el trmino a lo largo del siglo anterior el derecho de no pagar portazgo al cruzar por el puente de Alarcn, a cuya construccin haban contribuido; pero tambin sabemos que en aos su-cesivos la villa revoc semejante merced, lo que dar lugar a un pleito sentenciado unos aos despus39. Obviamente, tampoco renunciar Alar-cn a cobrar los cahices de trigo que anualmente cobraba a sus aldeas, y que stas sentan como una gran carga, ni las rentas de la almotacena y de la escribana de estos pequeos pueblos. Dominada por una oligarqua de caballeros ricos y con aspiraciones nobiliarias, la villa ejercer toda su autoridad sobre los campesinos durante el siglo XV.

    Toda esta nobleza segundona instalada en pequeos seoros dentro del de Villena tiene, como dijimos, mayor preponderancia en el partido norte (obispado de Cuenca) en el que ya de antiguo se dejaba sentir el poder de los viejos linajes de la caballera de Alarcn. De stos proceder la mayora de los protagonistas del reciente proceso seorializador debido a las mercedes que En-rique III concede quienes fueron leales a su causa, y traidores, por ende, al marqus de Villena (Luis de Calatayud, los Ruiz de Alarcn, Rodrguez de Avils), y los recin llegados: los Snchez del Castillo, Pachecos, y Coellos o Cuellos40, a los que hay que aadir con posterioridad al doctor Pedro Gon-

    39. D.TorrentePrez,Documentos para la Historia de San Clemente,I,Madrid,1975,Doc.12,pp.33-38.SentenciapronunciadaenElCaavate,aldeadeAlarcn,porelcorre-gidordeestapoblacin,SanchoFerrndezdeMiranda,afavordeSanClemente.Sobreloscahcesylasrentasdeoicios,verp.95.40. LoshermanosCoello(Pedro,EgasyGmes)vienendePortugalainesdelXIV,bajolaproteccindelcondestableDvalos(L.SurezFernndez,Augeycada...p.18),juntoconlosPachecoyconotrasfamiliaslusitanasquesonrecompensadasporsuideli-dadporEnriqueIII.Egas,quesecasconLeonorAlfonsoPacheco,tadeJuanFernn-dez,elseordeBelmonte,yligadotambinalasfamiliasCarrilloyAlbornoz,recibielseorodeMontalvo,alqueseacumulabandiversaspropiedadesenAlcolea,TresJuncos,Almonacidyotraslocalidades.Caballerodeacostamientoobligadoamantener20lanzas

    Santiago de la Torre.

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    zlez del Castillo, que recibe del rey don Juan II Santa Mara del Campo, que ampliara ms tarde comprando a la familia de Rodrigo Rodrguez de Avils Santiago de La Torre41). Por lo comn, no tienen patrimonio importante (como mucho, se trata de dos o tres aldeas, junto a la principal, que da nombre al pequeo seoro), pero probablemente el auge demogrico de principios de siglo ser beneicioso para estos seores, que adems no renuncian a ninguna ocasin de percibir derechos de tipo solariego, e incluso se empecinan, pese a las resistencias de la Iglesia, en percibir el diezmo; no un impuesto real42, sino eclesistico, procedente tal vez de convenios antiguos siglos XIII43 y XIV 44- que dejaban en manos de los nuevos seores que fundaran iglesias, a cambio de un canon anual, el disfrute de rentas eclesisticas e incluso el nombramiento de los clrigos, dado que los obispos no tenan entonces ni los medios ni la capacidad para garantizar la llegada de ieles.

    Conforme el poblamiento se fue normalizando, el poder seorial tuvo que ir aumentando las contraprestaciones en dinero al obispo y cabildo a

    alserviciodelrey,instituymayorazgoafavordesuhijoPedro.(M.RodrguezLlopis,Procesosdemovilidad.....p.75).41. PedroGonzlezdelCastillo,descendientedePedroSnchezdeOrihuela,quefueal-caidedeGarcimuozentiemposdelmarqusdeVillena,recibielseorodeSantaMaradelCampodelreydonJuanII.Mstarde,hacia1428,compraraSantiagodeLaTorrealhijodeRodrigoRodrguezdeAvils.M.RodrguezLlopis,Procesosdemovilidad.....p.62-64.42. J.D.GonzlezArce,La iscalidad del Seoro de Villena en la Baja Edad Media,IEA,Albacete,2003,pp.105-108.43. En1263 se registran acuerdosdel obispodeCuenca con seores comoGonzaloRuiz,quehafundadoiglesiasentierradeJorquera(Fuentealbilla,Boniches,Vallunquer).YeneldeCartagenaconocemosconveniosconlaordendeSantiagoydistintosseores,comoeldeCaudete,donGregorioGarca,queaccedeapagaruncanonijoacambiodequedarseconlosdiezmos,mientrasnohayacristianosenlavilla.Peroconformeaumentaelpoblamientocristiano,menudeantambinlospleitosporeldiezmoentreestosseores,inclusolosconcejosqueloshanreemplazado,y lasautoridadeseclesisticas(J.TorresFontes, CODOM,II,Doc.XLVICODOMIV,Docs.XX-XXIyCLXII-CLXVI).44. ConservamosnoticiasdecartasdedonJuanManuelsobreelcobrodediezmos,ytambindelasquejasdelcabildodeCuenca,alamuertedeste,porquesusucesor,donFernandoManuel, tomaba este derecho en los lugares del Provencio yCongosto, quefueron poblados poco tiempo ha; e don Ferrando, ijo de don Iohan Manuel, que Dios perdone, tomose los diezmos de los dichos lugares (A.PretelyM.RodrguezLlopis,El seoro de Villena en el siglo XIV,p.106).ParecequeelMarqusAlfonsodeAragnllegaciertosacuerdosensutierraconlosrepresentantesdelcabildollegandoaautorizarque el cabildo faga las rentas de su tierra segund que ellos ordenaron.PerocontinuaronlosproblemasentreelmismocabildoypequeosseorescomolosdeMinaya,losLudea,PachecodeAvils,ylosRuizdeAlarcn.

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    quien correspondiera cada iglesia, pero no sin algunas resistencias, pro-cedentes en parte del seor y en parte de la misma oligarqua que encu-bra el montante de la renta. Por ejemplo, el marqus Alfonso de Aragn, consenta con ciertas condiciones que el cabildo faga las rentas de su tierra segund que ellos ordenaron, pero el fraude alcanzaba unas cotas muy altas45. Como es natural, los pequeos seores, como los de Valverde, Minaya o Santiago el Quebrado, eran ms reticentes todava a pagar estos diezmos a la iglesia, aunque las soluciones parecen ser distintas de unos casos a otros46, sin evitar el hecho de la duplicacin del concepto iscal. En alguna ocasin el problema de un diezmo duplicado haba provocado el alzamiento de un campesinado harto de los abusos, como el ocurrido en Puebla de Almenara; pero cuando el seor vendi este seoro al doctor Pedro Snchez del Castillo, no parece que ste renunciara a seguir practi-cando el abuso. Y es de pensar tambin que los hijos de Diego Ferrndez de Cuenca, el seor de Minaya, y los Ludea y Pacheco de Avils, que les sucederan en este seoro, y todava ms los Ruiz de Alarcn, plantearan problemas semejantes. Por lo menos, sabemos que Fernn Ruiz de Alarcn, que ser condenado sobre el pleyto que entre ellos era sobre los diezmos de Valverde e Talayuelas, trmino de Alarcn47.

    Algunos caballeros, prevalindose de los grandes servicios prestados al monarca y de la proteccin que ste les dispensaba, extendern su mbito de poder e inluencia a cargos de gobierno y representacin. El seor de Valver-de, Martn Ruiz de Alarcn tendr por privilegios de 1395 y 1398 la alcaida de Alarcn y merindad de Iniesta48 (que unos aos despus, en 1419, cedera a su hijo Lope de Alarcn), y el doctor Pedro Snchez del Castillo, a la vez que seor de Puebla de Almenara, ser alcalde de alzadas y juez de las con-tiendas entre algunos concejos, aunque tambin tendr importantes oicios en la corte, donde ser oidor y contador real, sin renunciar por ello a igurar ocasionalmente como representante de su pueblo natal, Garcimuoz49. De

    45. P.J.GarcaMoratalla,La tierra de Alarcn... p.137.46. P.J.GarcaMoratalla,La tierra de Alarcn... p.142-143.47. F.AntonioChacn,Fragmentosdeuninventariobajomedievaldelarchivocapitu-larconquense,en Archivo Conquense,2,Cuenca,1999,pp.79y85.ConsltesetambinJ.DazIbez:Lasrelacionesiglesia-noblezaenelobispadodeCuencadurantelaBajaEdadMedia,En la Espaa Medieval,20,1997,pp.281-319.48. ErayadesdeantiguouncargovinculadoalosRuizdeAlarcn,desdequeel20demarzode1395EnriqueIIIentregaMartnRuizlaguardadeAlarcnysutierra,jun-toconladeIniesta,cuandolaexpropiacindelmarquesado(CrnicadeEnriqueIII,p.234).49. YaantesdeldespojodelmarqusdeVillena,en1391,eldoctorPedroSnchezac-

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    una u otra forma, todos ellos roturan y promueven el nuevo poblamiento de aldeas y heredades en este territorio, aunque suelen vivir en Alarcn, que se convierte as en villa residencia de una aristocracia de pequeos seores adictos al monarca, que tejen matrimonios y solidaridades entre s, y tambin con linajes superiores de la nueva nobleza asentada en las tierras inmedia-tas, como son los Carrillo, Albornoz y Mendoza, grandes beneiciarios de las guerras civiles del siglo anterior y del in de la casa de Manuel, de la que muchos de ellos haban sido vasallos. Enlaces que tambin se extienden a los restos de seores antiguos, como los de El Provencio, que pasan unos aos de oscurecimiento, del que logran salir mediante un matrimonio con la hija del doctor Pedro Snchez.

    Pero de entre todos estos linajes asentados en el que fuera suelo y comn de Alarcn comienza a destacar, rivalizando con los Ruiz de Alarcn, el se-or de Belmonte, Juan Fernndez Pacheco. Casado en 1394 con Ins Tllez de Meneses, y muy relacionado todava en Portugal, donde haba luchado contra los castellanos cuando la invasin de Juan I y haba tenido oicios (guarda mayor del rey, alcaide en Santarem), Juan Fernndez Pacheco se vino, sin embargo, a Castilla como los Pimentel de Benavente, los Acua, los Coello, y su hermano Lope Fernndez Pacheco- por haber apoyado a Enrique III cuando reivindicaba el trono lusitano en 1396, lo que le hizo per-der todas sus propiedades en el vecino reino. En 1398, el castellano le haba concedido la villa de Belmonte50, con sus aldeas de Osa, Monreal e Hinojoso

    tuaba comoprocurador delCastillo deGarcimuoz en la comprade aldeas.Luego sernombradoporEnriqueIII,juntoalcancillerJuanMartnez,alcaldedelasalzadasentodoelmarquesado,ycomotalsentenciaelpleitoentreChinchillayAlbacete,yen1399-1400sercorregidorenlaciudaddeMurcia.Mstarde,en1405,eldoctorPedroSnchez,oidorycontadormayordelrey,escribeaGarcimuozcomunicandoquelareinahatenidounhijo(AMMu,Actacap.1405,sesinde2-1-1406).Endiciembrede1406iguracomooidorycomoprocuradordelconcejodeGarcimuozenlascortesdeToledoqueasistieronalindeEnriqueIIIyalaproclamacindeJuanII(CrnicadeEnriqueIII,Ed.BAE,p.259-261,ylvarGarcadeSantaMara,Crnica de Juan II, Ed.Carriazo,Madrid,1982,p.11);cosaunpocoextraa,salvoquefueraprocuradordetodoelmarquesado.YacasosuinluenciaenlacorteyjuntoalcancillerJuanMartnez-otrohombretambinconprofundasracesdentrodelmarquesado-sealaqueconsigaelprimerodeabrilde1407laconirmacindesuspri-vilegios,franquezasylibertades(AMSanClemente,10-6).PedroSnchezserimportanteenlacortehastaqueelinfanteFernandodeAntequeralohagadesterrar,en1408,diciendoqueestorbabasusbuenasrelacionesconlareinaCatalinadeLancaster.Noobstante,volverotravezalacorteyseguirteniendomuchopesoenelrealconsejo.J.TorresFontes,Laregencia...p.401,405y427.M.RodrguezLlopis,Procesosdemovilidad...p.60.50. LadonacindeBelmonteaJuanFernndezPachecofueconirmadaporEnriqueIIIenSegovia,adiezdejuniode1399.A.PretelMarnyM.RodrguezLlopis,El seoro de Villena en el siglo XIV,p.271.

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    (uno de sus dos barrios, pues la otra mitad era de antiguo de la orden de San-tiago51), espeialmente por quanto despues que yo requeri e ize entender como el mi aduersario que se llama rey de Portogal no avia derecho alguno con el regno de Portogal, ante lo tenia injusta e malamente como tirano, vos movistes para mi a me servir e iziestes todo lo que yo vos mande.

    La inicial resistencia de Belmon-te a salir de realengo sera laminada por el rey en septiembre al ordenar a todas las ciudades del reino, y al adelantado en el reino de Mur-cia muy en particular, que hicieran cumplir la orden de entregar esta villa a Juan Fernndez. Despus de las campaas andaluzas en las que participa junto a Lope Vzquez de Acua52 y otros caballeros, el seor de Belmonte fundar en esta villa, en 1415-1418, mediante una bula de Benedicto XIII, conseguida por su sobrino el cardenal de Sant Angelo, el hospital de San Andrs, que luego agrandara su nieto, Juan Pacheco. El fundador obtuvo bula de indulgencia apostlica en articulo de muerte para las personas que asistieran en el hospital, lo dot con algunas heredades en La Ossa y Tres Juncos, e hizo sus primeras ordenanzas: Yo Juan Fernn-dez Pacheco seor de la villa de Belmonte, ijo de Diego Lpez Pacheco..... membrandome de las muchas graias fechas a mi en la vida presente, e de los muy grandes peligros de que fui librado por la misma gracia e piedad, e de la honra e victoria que sin mis mereci mientos alcance en batallas e

    51. Enfebrerode1421elmaestredonEnriquedicequesumitaddelHinojososeestabadespoblandoporrazonesiscales,yaquetodosseibanaldeJuanFernndezPacheco.Porestoaccedaarenovarlaexencindeserviciosmilitaresyotrasfazenderas,aunquenorenunciabaalpedidocomolerequeran.VerP.J.GarcaMoratalla,La tierra de Alarcn... p.286.52. CampaadeOrtejcar,CasarabonelayCrtama,enoctubrede1407(lvarGarcadeSantaMara,Crnica de Juan II, Ed.Carriazo,Madrid,1982,p.161).MstardeparticipaJuanFernndezPacheco,en1410,enladeAntequera,juntoalmariscalPedroGarcadeHerrera,JuanHurtadodeMendoza,AlfonsoTenorio,ytodosalasrdenesdelinfantedonFernando(Ibd.fol.297).

    Sepulcro de Juan Fdez. Pacheco Belmonte

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    escaramuzas e en otros muy peligrosos logares donde me acaescio, propuse por servicio de Dios e remisin de mis pecados, e por la alma de la noble sennora donna Ynes Tllez mi muger ija el conde don Gonzalo, fazer un hospital... en la dicha mi villa de Velmonte a honra de nuestro sennor Dios e de su piadosa madre reyna de misericordia e a vocaion de San Andres su apostol53. En 1418 Juan Fernndez Pacheco era comisionado por la ciudad de Cuenca para paciicar las pendencias que en ella mantenan los linajes de Diego Hurtado de Mendoza y Lope Vzquez de Acua, lo que revela en l a un hombre de prestigio54. La villa de Belmonte pasara ms tarde a su hija Maria y a su yerno Alonso Tllez, portugus asimismo exiliado en Castilla, que la reforzara con nuevas posesiones y la hara mayorazgo en favor de su hijo Juan Pacheco unos aos despus. Otra hija bastarda de Juan Fernndez Pacheco, doa Beatriz Pacheco, casada con Rodrigo Rodrguez de Avils, perdera el seoro de Santiago el Quebrado (Santiago de La Torre) al caer el marido cautivo de los moros y tener que vender sus propiedades para dar un rescate; pero su hijo, Rodrigo Pacheco de Avils, comprara ms tarde el de Minaya contando con apoyo de su primo Juan Pacheco, como podremos ver55.

    No podemos dejar de mencionar, por su vinculacin antigua al seo-ro, aunque llevara tiempo separada del mismo, la herencia de don Gmez Micer Gmez- Garca de Albornoz, que por compra adquiri el Infantado antigua posesin de los Manuel- al marqus don Alfonso de Aragn y hered, adems, las posesiones de su to don Gil, el cardenal. Micer Gmez cas con Constanza Snchez Manuel, o Constanza de Villena, la hija del bastardo seor de Montealegre y Carceln y nica heredera de derecho de estos dos seoros del partido del sur, pues todos los varones haban pere-cido en las contiendas de mediados del siglo anterior. Micer Gmez estuvo mucho tiempo en Italia, donde fue capitn de las huestes papales y obtuvo dignidades importantes (duque de Tsculi, conde de Asculi, marqus de Ancona y senador de Roma), pero no consigui que se hiciera efectiva la sentencia que ordenaba devolver a su esposa aquellos seoros, retenidos en tanto en calidad de aldeas por Chinchilla y Jorquera con la complicidad del marqus de Villena. Muerto ya micer Gmez y su nico hijo y heredero, Juan de Albornoz56 (que lleg a copero mayor de Juan I, y cas con Cons-

    53. B.N.Mss.13124,f1169-170.54. T. IglesiasMantecn, ndice del Archivo Municipal de Cuenca, Cuenca,1930,p.135.55. M.RodrguezLlopis,Procesosdemovilidad.....p.65-69.56. CasadoconConstanzadeCastilla,hijabastardadelinfantedonTello,ydeellatuvo

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    tanza de Castilla, la hija del infante don Tello, el bastardo; pero muri muy joven, en 1389), Constanza de Villena consigui que aquellas posesiones le fueran retornadas a raz del embargo de los bienes del marqus don Alfon-so de Aragn, en los ltimos aos del XIV. Muri poco despus (1403), y traspas a sus nietas, Beatriz y Mara de Albornoz Manuel de Villena, todo el patrimonio familiar; incluido, al parecer, el seoro de Utiel, que stas venderan al concejo57, y sin duda tambin las deudas atrasadas que las au-toridades de Chinchilla y de otros lugares se negaban a darle58.

    Beatriz de Albornoz y Manuel de Villena, que cas en 1403 con su primo don Diego Hurtado de Mendoza, guarda mayor del rey en la ciudad

    de Cuenca59, montero del monarca y seor de Caete y Olmeda de la Cues-ta, hered Montealegre y Carceln con otras posesiones que fueron de su pa-dre y de su to abuelo, el cardenal don Gil60. Mara, que hered Salmern, Valdeolivas, Alcocer, y otras del Infan-tado, ms Torralba y Beteta, cas poco despus con Enrique el Astrlogo, o Enrique de Villena, nieto de don Alfonso de Aragn, personaje pattico que ya por esas fechas casi haba re-nunciado a su derecho al viejo seoro de Villena, del que era titular, segn su abuelo, cuando diez aos antes el rey lo conisc. Despus de reclamar intilmente durante algunos aos la

    asusdoshijas,paralascualesfundsendosmayorazgosen1389,elmismoaodesumuerte,dejandoasumadre,ConstanzaManuel,laposesinvitaliciadeAlcocer,Salme-rn,Valdeolivasyotraspropiedades,quealamuertedestadeberanreintegrarsealasdoshijas.57. J.TorresFontes,Laconquistadelmarquesado...p.69.58. CuellaEsteban,O.,Bulario de Benedicto XIII, I,Zaragoza2009,Doc.205.BuladadaenMarsellael30deoctubrede1404.59. SobrelasfacultadesdeesteoicioylasoligarquasnobiliariasdeCuenca,verMC.QuintanillaRaso,Polticaciudadanayjerarquizacindelpoder.BandosyparcialidadesenCuenca,En la Espaa Medieval,20,1999,pp.219-250.60. LaparticindebienessehizoenBurgosel9deagostode1403,yaBeatrizletoca-rondepartedesupadrelosseorosdeUa,Valdemeca,Poyatos,Tragacete,LaCaada,ElHoyo,ValeradeSusoydeYuso,ylascasasdelCardenal.

    Don Enrique de Villena

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    herencia del marqus, viviendo junto a ste en la corte de Aragn, donde se les trataba como a unos parientes en desgracia, Enrique, un veinteaero gordo y mal avezado a la caballera, consigui que su primo castellano le concediera a cambio el condado de Cangas de Tineo y apoyara su as-censo al maestrazgo de la orden calatrava (aunque para lograrlo hubo de renunciar al citado condado y divorciarse, alegando impotencia, de Mara de Albornoz, que ingres en un convento, aunque segn las lenguas tuvo amores con el propio monarca). Al inal se qued sin lo uno y sin lo otro, y hubo de vivir durante algunos aos siendo el pariente incmodo, pedige-o y ridculo, del que amos monarcas pretendan librarse61. Aunque volvi a vivir con Mara de Albornoz, y pas temporadas en las tierras de sta, sus relaciones ya nunca fueron normales. Volveremos a hablar de Enrique

    61. En1399,enlacoronacindeMartnelHumano,enZaragoza,participanelmarqusdeVillena(querecibielttulodeduquedeGanda),suhijodonAlfonso(eldeDenia)ysusnietos,EnriqueyAlfonso.AprincipiosdelXV,EnriquedeVillena,viendoquedonMartnapoyabaasuabuelo,ynoal,ensusgestionespararecuperarelmarquesado,deci-ditrasladarseaCastilla,parasalvar,almenos,losrestosdelnaufragio.Estavez,elapoyodeMartnelHumanopermitiqueEnriqueIIIdeCastillaledieraelducadodeCangasdeTineo,aindequetuvieraalgodequvivir,yqueseaceleraranlostratosdesubodaconMaradeAlbornoz.Entantosusparientesrecibanhonoresyencargosimportantesenelreinovecino(sutodonAlfonso,eldeDenia,eranombradolugartenienterealparaacabarconlaluchadebandosenAragn,ysutoabueloJaimedePradessecubradegloriarescatandoalPapadeAvin),EnriqueestenCastillaenuntristepapeldeigurn,viviendodeprestado,yquizdeprimido.Hacia1404tomaladecisindeirsedelacortealldondelasuerteolafortunalollevara,loquedesaconsejaenunadesuscartaselreyaragons.LamuertedelmaestrecalatravoGonzaloNezdeGuzmndarocasinalreydeproponerleuntrato:procurarleestecargoacambiodeldivorcioylarenunciaalcondadodeCangas.Nosinciertaamargura,aceptayesnombradomaestredelaOrden,dondenosedistingueenesosaosdeguerrafronteriza,aunquesusambicioneslehacensolicitareladelantamientodetodalafrontera,quenoconseguir.Paracolmo,losmismoscalatravosestnencontrasuya,yapoyanpormaestreadonLuisdeGuzmn,quesehabaexiliadoalfrentedeunsectordefreiresdescontentos.Traslamuertedelrey,EnriquedeVillenaserdestituidodelmaestrazgo,conlaexcusadequeeldivorcioeranulo.EnriquedeVillenavolveraBarcelona,allorarenelhombrodeMartnelHumano,queel18demarzode1409escribealinfanteFernandodeCastillapidindolequehagaloqueestensumanoparaquefreyEnrique,primodeambos,seaelegidomaestredeSantiagocomocompensacinporeldeCalatrava,aindeevitarscandalos, inconvenients y pleitos(peroelcastellanotenaotrosplanesparaestemaestrazgodeSantiago,queharaconcederasuhijodonEnrique).El13dediciembredeesemismoaoanpideeldeAragnaJuanIIquehagapagarlasdeudasqueelmaestredonEnriquehadejadopendientesenCastilla.Paracolmo,lamuertedeMartnelHumanoleprivarmuyprontodesupaodelgrimas,ymientrasquesuabuelo,elduquedeGandareivindicaelderechofamiliaraestetronovacante,EnriquedeVillenasepresentaenCastillaapoyandoelderechodelinfanteFer-nandodeAntequera,yregresaaAragnparaseguirhaciendogestionesensupro.

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    de Villena, pero no en relacin con las tierras conquenses de su esposa, sino porque al inal, como podremos ver, l tambin lograra, dentro del marquesado, el seoro de la villa de Iniesta; un mnimo pedazo de lo que habra sido la herencia de su abuelo.

    En el partido sur, por el contrario, el citado proceso seorializador pa-rece mucho menos evidente (slo se puede hablar de seoro en los casos de Constanza Manuel y de sus sucesores en los seoros de Montealegre y Carceln (devueltos a Constanza Manuel en 1398)62, y en el Burriharn, aunque ste resulta casi insigniicante (prcticamente es una casa de cam-po, aunque tiene su torre de tiempos musulmanes, sin duda restaurada con posterioridad, y est bien situado cerca de la frontera del reino de Valencia, por lo que alguna vez parece utilizarse para burlar la aduana). Los tres son seoros existentes de antiguo, y en poder de seores absentistas que tienen residencia en poblaciones ms o menos lejanas. Como hemos sealado, los primeros, quiz repoblados con moros (al menos, Carceln), vinieron a pa-rar a Beatriz de Albornoz, casada con el guarda de la ciudad de Cuenca (y, por lo tanto, ausente), y el de Burriharn63, que en tiempos del marqus per-teneca a don Jaime de Ayerve64, pasara a su hija Juana, vecina de Villena,

    62. VaseJ.TorresFontes,ElseorodelosManuelenMontealegre,Congreso de Historia de Albacete,II,1984.J.AlmendrosToledo,Consideracionesentornoaunper-gaminoextraviadodelarchivomunicipaldeCarceln(1398).Congreso de H de Cas-tilla-La Mancha,VI,1988,pp.157-161.J.ZuazoPalacios,La villa de Montealegre y su Cerro de Los Santos,Madrid1915,pp.112-114.63. J.M.SolerGarca(AportacinalestudiodelpleitodelosAlhorines,ICongreso de Historia del Pas Valenciano,Vol.III.Univ.deValencia,1976,pp.18-25)ubicaBurri-harn(oBurjaharn)enlasinmediacionesdelPozodeLaZafra,juntoaLosAlhorines.Perootrosautoreslasitanunpocoalnoroeste,alnortedeCaudeteyeneltrminoactualdelavilladeAlmansa,entrelosdoscaminosquellevabanaJtivayVillena,yjuntoalcaminodelPuertodeAlmansa,ajuzgarporloslmitesdeladehesaqueconcediallugardonEnriqueelDoliente,ratiicadaluegoaAlonsodePina,porJuandeAltarriba,alcaldedelasmestas(M.RodrguezLlopis,Expansinagraria...Doc.IV).Esdecir,enlaactualTorreGrandedeAlmansa.VerelcroquisantiguodeesteheredamientoquepublicaM.J.PeredaHernndez;Moros,mudjares,moriscosycristianosenAlmansa, Jornadas de Estudios Locales,2,Almansa,1999,p.64,yeltrabajodeJ.L.SimnGarca,EstructurasdefensivasmedievalesenelcorredordeAlmansa(Albacete)enII Congreso de Historia de Albacete, II,Albacete,2002,pp.31-41.64. QuizJaimedeAyerve,peseahaberrealizadoparal trabajosilegalesyserunapersonadesumayorconianza,nofueramuylealalmarqusdeVillena,puesEnriqueIII,trastomarposesindelmarquesado,conirmsusderechos,aadiendounadehesayabundantesmercedesyexencionesainderepoblarla,dadasucondicindetierrafron-terizaydepasofrecuentedealmogvaresmoros(entrminodeAlmansayendireccinaAyora,existaelcaminodelosacollarados).Nosolamenteeso,sinoque,alparecer,

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    El seoro de Villena en el siglo XV

    y despus a su nieta, que hacia 1418 casara con Alonso de Pina, miembro de otro linaje aincado en Almansa, que antiguamente fue vasallo y servi-dor del marqus don Alfonso, pero que se distingue mucho ms como gran propietario y negociante que como caballero.

    No sabemos que existan en el partido sur ms seoros, pues algunos lugares que lo fueron en el siglo XIV han vuelto a ser aldeas o dehesas de-pendientes de concejos vecinos, como ocurre en el caso de Albatana, que el concejo de Helln compr tiempo atrs a la corona tras de su expropiacin a los Calvillo, Higueruela que ha vuelto a depender de Chinchilla, y Ontur, cuya suerte nos es desconocida durante estos aos, pero que desde luego no es de seoro. En cambio, s se nota en Almansa, Chinchilla y Helln, un creciente inters de las oligarquas, no necesariamente de orgenes hi-dalgos, por las roturaciones de nuevas donaciones de tierras concejiles y privatizaciones de las comunidades de aldea preexistentes65. Y algo similar pudiera suceder en tierras de Jorquera, concejo que conirma su dehesa al pequeo lugar de Cenizate en 1401, aunque esta heredad ser colonizada por personas ajenas a la villa66.

    Todo ello provoca en las primeras dcadas del XV una gran expansin de los cultivos, que exigir a menudo aclarar los linderos entre los muni-cipios y efectuar convenios como el de Chinchilla con Ayora (141167), o el que en 1427 establece Chinchilla con Las Peas de San Pedro, aldea de Alcaraz, dotada, no obstante, de un trmino propio (en aquella comarca se registran unos aos despus algunas donaciones de tierras concejiles a di-versos vecinos). Es posible que algunos de estos propietarios, que fundarn tambin, aunque en menor medida, capillas y hospitales68, quisieran imitar

    JaimedeAyervetuvoporelMonarcalamerindaddeAlmansa.VaseMiguelMartel,De la fundacin de Soria, del origen de los doze linajes y de las antigedades desta ciudad,Edicinfacsmil,Soria1995,p.80.65. M.RodrguezLlopis,Expansinagraria...pp.156-159.66. BenitoPrez,merinodeIniesta,habacompradoyaen1358lacasayheredaddeCenizate,trminodeJorquera,concertandoconlelpagodeterrazgos.En1420sedabaotraavenenciaentreelconcejodeJorquerayelmerinodeIniesta,yen1422unasentenciaconirmandoladehesaboyal.M.RodrguezLlopis,Expansinagraria...p.162.P.J.GarcaMoratalla,Iniesta en el siglo XV,AyuntamientodeIniesta,Cuenca,1999,p.51.AHN,Nobleza,Fras.C738D36,37,38.67. DocumentopublicadoenA.Pretel,Tresnoticiasdeintersarqueolgicoenlado-cumentacinmedievalalbacetense.Homenaje a Samuel de Los Santos,IEA,Albacete,1982,pp.47-52.68. 1419.-TestamentootorgadoporJuandeOtazo,porelquefundaunacapellanayunhospitalenlavilladeAlmansa.ARCHGranada,Cab.503,Leg.429,N14

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    Aurelio Pretel Marn

    tambin en este aspecto a los hidalgos del partido del norte y seorializar las aldeas y heredades que tenan, pero, salvo en el caso de los Ayerve-Pina en la de Burriharn, que de hecho ya antes tena jurisdiccin y un trmino propio, no hay ninguna constancia de que lo consiguieran.

    Sin duda, en estas tierras del partido del sur el gran protagonismo, tanto en la rebelin contra el marqus como en la puesta en marcha de las nuevas aldeas, ser de los concejos, que ayudaron al rey a deshacerse del marqus de Villena y se vinculan a l como a un nuevo seor, o al menos lo pretenden. En ellos predomina una caballera netamente villana, apenas si mezclada con la antigua hidalgua de casta militar, y ennoblecida a veces caballeros armados- por las nuevas mercedes que la corona da a algunos de sus miem-bros por mritos de guerra. Esta caballera tiene a veces aldeas, heredadas de sus progenitores, compradas69 o logradas mediante donaciones que realiza el concejo70, pero an no parece que pretendan llegar a seorializarlas. Es-tos ricos carecen del prestigio y el poder militar de aquellos caballeros de Alarcn que haban convertido el partido del norte casi en un mosaico de pe-queos estados seoriales vinculados al rey por lazos de homenaje personal. Conocemos algn dominio familiar, como el de Hoya Gonzalo, propiedad de Juan Martnez Zarco y su hermana mayor, vecina de Orihuela, pero aun-que la extensin fuera bastante grande (tiene tierras de pan leuar et heras et silos et dehesa de caa de conejos71), no parece que hubiera derechos se-oriales sobre ella. Aqu, la burguesa, sin despreciar las rentas ganaderas y agrcolas, se orientar ms bien a negocios de prstamo y trato de ganados y de lana. Ms que unos campesinos sometidos a su jurisdiccin, se empea-r en tener sus dehesas para pasto en sus aldeas, que ahora proliferan, y sus cmaras llenas de lana o cereales, o en prestar su dinero a los concejos. Un curioso contraste que explica en cierto modo el diferente comportamiento en los momentos crticos que habran de venir en tiempos posteriores: los concejos del sur, por lo comn, apoyarn al rey mientras ste les guarde sus viejos privilegios, pero tampoco ponen demasiada objecin a un seor que les de seguridad respecto a esos mismos usos y privilegios. En el norte, gran parte de los nuevos seores, y muy en especial los Ruiz de Alarcn, que

    69. AlgnqueotrovecinodeAlbacete,cuyotrminoresultabapequeo,comprarpro-piedadesoarrendardehesasdepastosenChinchilla.Obviamente,tambinhaycompra-ventasentrevecinosdesta.70. A.Pretel,Chinchilla Medieval, IEA,Albacete,1992,p.198-201.71. MartnezZarcoesunterratenientechinchillanoquetienepropiedadesendistintasaldeas.EnnombredesuhermanavenderHoyaGonzaloen1438aJuanGarcadeNava-ln,quealparecerprocededeAlbacete,aunqueluegoseintegraenChinchilla.A.PretelMarn,Chinchilla Medieval,p.227.

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    El seoro de Villena en el siglo XV

    tenan experiencia de lo que conllevaba depender de otro noble ms fuerte que ellos mismos, se mostrarn monrquicos, por regla general, aunque con excepciones, por temor a perder las ventajas feudales adquiridas del rey o a hallar nuevos obstculos a su engrandecimiento.

    LOS CONCEJOS: COMN Y OLIGARQUA. LA POBLACIN CRISTIANA, MUSULMANA Y CONVERSA.

    Los aos transcurridos bajo la dependencia de Enrique III presencian, adems, la consolidacin del tipo de gobierno concejil que habremos de encontrar en la gran mayora de los pueblos a lo largo del siglo, aunque ya por entonces la autonoma de stos est condicionada por la irme tutela de las autoridades enviadas por el rey (dijimos que en Chinchilla hay un co-rregidor, no sabemos si slo para esta poblacin que es la mayor de todas- o con autoridad sobre todo el partido del sur del marquesado, aunque en 1420 veremos en Villena como corregidor a un lvar Garca de Alarcn72). Prcticamente en todos hallamos funcionando un concejo73 compuesto por varios oiciales: alguacil, que es al tiempo jefe de la milicia, conservador del sello y el pendn concejil y garante del orden; dos alcaldes que ejer-cen la justicia ordinaria, y varios regidores (sern seis en Chinchilla74, en

    72. Elconcejolenombracomoprocurador,juntoconeljuradolvarRuiz,parairalacorteagestionarasuntostributarios,enjuliode1420.J.MSolerGarca,La Relacin...p.301.73. Enrealidad,yaentiemposdelmarqusdonAlfonsodeAragn(enelltimocuartodelXIV)hallamosregidoresenalgunosconcejos;oiciales,sinduda,quecumplenlasfuncionesquedonJuanManuelreservaloscuatroocincoohastaseishombresbue-nos,llamadosalparecerjuradosdurantebuenapartedelXIV.En1398,cuandoAlar-cnconcedeloshornosdelavillaaMartnRuizaparecenalgunosjuradosregidores(J.M.FernndezdeCaete,Apuntes...p.31),quepudieranmarcarlaetapaintermediaentreelsistemaantiguoyeldelsigloXV.Alcaldesyalguacilsiempreexistieron,ynovaransunmeronisufuncionamiento,aunquealgunasvecesserandesignadosporelgobernador,yotraselectivos.74. YadesdelosinalesdeXIVenChinchillaapareceunconcejoformadopordosalcal-des,alguacil,seisregidoresydosjurados,aunquesueleencontrarsejuntoaellosungrupodehombresbuenosquesirvendetestigosyasesoresdestos.A.PretelMarn,Chinchilla Medieval,p.488.EnAlbacetehallamosestemismomodeloenunactade12dejuniode1413,laprimeracompletaquehemosconocido,cuandosedanpoderesalosrepresentan-tesquehandeestablecerconcordiaconChinchillasobreamojonamiento(AHPAlbacete,MUN,Libro126,A.PretelMarn,La villa de Albacete en la Baja Edad Media, IEA,Albacete,2010,Doc.21).

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    Albacete y quiz en Villena75 y en Garcimuoz76, y cuatro, al parecer, en Yecla, Helln, Almansa, Tobarra77, Belmonte78 e Iniesta79, lo mismo que en Jumilla80, que entonces an no estaba dentro del marquesado). A estos oi-ciales se suman dos jurados uno de ellos llamado en ocasiones el jurado mayor- que son representantes de la menestrala y actan de portavoces de las clases sociales inferiores frente a los desafueros de alcaldes, regidores y otras autoridades, salidos normalmente de la caballera de cuanta81. Parece que, adems, los jurados son jueces en las causas tocantes a las rentas de propios, y a veces responsables de las recaudaciones (cuando actan como tales se les suele llamar jurados cogedores, aunque a veces tambin in-tervienen en ello los mismos regidores). No parece, en principio, que las actividades de justicia y gobierno sean retribuidas, salvo que los alcaldes y alguaciles tienen un porcentaje de las multas impuestas, y que los regidores

    75. Yaen1380habaenVillenacuatroregidores,ynuncahallamosms(J.M.Soler,Historia de Villena,publicadaporpliegosdesde1981enelBoletnMunicipaldeVillena,p.246-247);aunqueelmismoSolerinformadequeseeleganseis(quizcuenteconellosalosdosalcaldes).76. Aunquemuyraramentehallamosmsdecuatroreunidosalavez,en1461veremosunconcejocondosalcaldes,alguacilycincoregidores,loqueacasopermitepensarquefueranseis(J.AbellnPrezyM.M.GarcaGuzmn,Ordenanzas del castillo de Garci-muoz (1497),Cdiz1985,p.41).77. Aunquenoseconservanrelacionescompletasdeoiciales,laspocasquetenemosnuncapasandecuatroregidores.Haytambinalguacil,dosalcaldes,yunnicojurado(nosa