prevención y planificación de riesgos naturales

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CURSO DE PREVENCIÓN Y PLANIFICACIÓN DE RIESGOS NATURALES Del 7 al 11 de marzo de 2016. Centro de Formación de la Cooperación Española (CFCE) Guatemala

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Iberoamérica es una de las regiones del planeta más vulnerables y donde la sucesión frecuente de desastres dificulta generar resiliencia en las estructuras sociales y económicas. Descubre en este documento las reflexiones, lecciones aprendidas e intercambiadas de expertas y expertos de la región durante el curso celebrado en el Centro de Formación de la Cooperación Española en La Antigua Guatemala en abril de 2016.

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Page 1: Prevención y planificación de riesgos naturales

CURSO DE PREVENCIÓN Y

PLANIFICACIÓN DE RIESGOS NATURALES

Del 7 al 11 de marzo de 2016. Centro de Formación de la

Cooperación Española (CFCE)Guatemala

Page 2: Prevención y planificación de riesgos naturales

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................2 DE LA REACCIÓN A LA PREVENCIÓN...........................................................................3 MARCO DE ACCIÓN DE HYOGO (2005-2015)..............................................................4 MARCO DE SENDAI (2015-2030).................................................................................5 PREVENCIÓN DE DESASTRES EN CONTEXTO DE CAMBIO CLIMÁTICO.........................6 INCLUSIÓN, PROTECCIÓN Y ATENCIÓN A PERSONAS CON DISCAPACIDAD....................9 DECÁLOGO DE CONCLUSIONES.....................................................................................10

Iberoamérica es una de las regiones del planeta con más alta vulnerabilidad y donde la sucesión frecuente de desastres dificulta la

posibilidad de generar resiliencia en las estructuras sociales y económicas.

Se trata de un vasto territorio expuesto a multiamenazas, donde los fenómenos naturales que soportan tienen gran capacidad destructiva. Ante este panorama natural, al que se le suman debilidad in-stitucional y grandes diferencias sociales, el fortalecimiento de la gestión del riesgo de desastres a través de la formación del personal directivo y técnico perteneciente a los diferentes organismos nacionales (e internacionales) que tienen encomenda-do esta función, se conforma como una línea de actuación esencial. La Dirección General de Protección Civil y Emergencias (DGPCE) a través de la Escuela nacional de Protección civil (ENPC) ha participado activa-mente con la Cooperación Española en materia de formación para la reduc-ción de desastres. La repercusión que ha tenido nuestra formación en las instituciones de la región, sobre todo a nivel estatal, ha lleva-do a dar respuesta a una demanda creciente de esta formación.

Sin embargo, la lógica evolución de nuestra formación y del tema que tratamos, hace que se vayan incluyendo temas de actualidad, acciones I+D+i que se hayan implantado y todas aquellas innovaciones existentes en el ámbito nacional e internacional de la Gestión Reducción de Riesgo de Desastres (GRdD). Los ejes de trabajo y contenidos del curso se alinean con las prioridades establecidas en el Marco de Sendai para la Re-ducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, aprobado en la Tercera Con-ferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de Desastres, celebrada del 14 al 18 de marzo de 2015 en Sendai (Japón):

Conocimiento del riesgo Fortalecimiento de la gobernanza Inversión de RD Aumento de la preparación Los países pueden reducir las pérdidas de los desastres mediante la integración de medidas de prevención en las estrategias de desar-rollo, incorporando la evaluación de los riesgos potenciales como parte de la planificación del desarrollo y la asignación de recur-sos para afrontar los eventos catastróficos. La gestión correctiva (para abordar riesgos preexistentes) y prospectiva del riesgo (para evitar la generación de riesgos futuros) y el fortalecimiento de la resiliencia de la sociedad, permite un adecuado desarrollo sin ten-er que pagar el alto precio de un desastre. La prevención, es fin pri-oritario de las estrategias de reducción de riesgo de desastres.

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En 1993, el Centro de Coordi-nación para la prevención de los

Desastres Naturales en América Central (CEPREDENAC) impulsó el Plan Regional de Reducción de Desas-tres (PRRD), aprobado posteriormente por las más altas instancias políticas de la región (Órgano Supremo del Sistema de la Integración Centroameri-cana –SICA-). El Plan busca generar acciones de mitigación viables y que promuevan un desarrollo sostenible; recomienda pasar de modalidades de reacción a los desastres hacia una actitud proactiva generalizada de preven-ción y mitigación, con un enfoque integral e intersectorial donde entes públi-cos y privados estén coordinados. ¿Cómo se logra una articulación eficaz a nivel regional, nacional y local? Garantizar que la reducción del riesgo de desastres (RRD) sea una prioridad nacional y local con una sólida base institucional para su implementación. Conocer el riesgo y tomar medidas: identificar, evaluar y observar de cerca los riesgos de los desastres y mejorar las alertas tempranas. Desarrollar una mayor comprensión y concientización: utilizar el conocimiento, la innovación y la educación para crear una cultura de seguridad y resiliencia a todo nivel. Reducir los factores fundamentales del riesgo. Estar preparada(o) y lista(o) para actuar: fortalecer la preparación en desastres para una respuesta eficaz a todo nivel. Elaboración y difusión de políticas nacionales en materia de reducción de desastres, incorporadas en los planes nacionales de desarrollo y en las estrategias, planes y proyectos sectoriales. Ampliar y modernizar las actividades de obtención, análisis e investigación de información técnica sobre fenómenos naturales y antropogénicos. Fortalecer las capacidades locales para la Gestión de Riesgo.

A nivel nacional, también es importante promover acciones:

Elevar el nivel de seguridad, con relación al sustento físico de los asentamientos humanos y de la infraestructura vital. Concientizar a la población de su rol en la prevención de desas tres, y generar acciones concretas de mitigación comunal y auto protección o autoyuda. Elevar la capacidad de los Sistemas Nacionales de Prevención y Atención de Desastres de diseñar, promover y ejecutar políticas de administración de desastres.

El Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central (CEPREDENAC) es una insti-tución regional e intergubernamental parte del Sistema de Integración Cen-troamericana (SICA), especializada en materia de reducción de la vulnerabi-lidad, prevención y mitigación de de-sastres.

El Centro ha sido creado por leyes nacionales en los países de Cen-troamérica, con el mandato de promover actividades, proyectos y programas que conduzcan a la reduc-ción de riesgos a desastres que provo-quen pérdidas humanas y económicas causadas por los factores socio-natu-rales. Se desarrolla en los seis países miembros: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

1993. Plan Regional de Reducción de Desastres (PRDD).

1999. Marco Estratégico para la Reducción de Vulnerabilidad y Desastres en Centroamérica.

2003. Convenio Constitutivo del Cen-tro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central (CEPREDENAC).

2010. Política Centroamericana de Gestión Integral de Riesgos de Desas-tres” (PCGIR). Sus ejes articuladores: 1. Reducción del Riesgo de Desastres en la Inver-sión para el Desarrollo Económico Sostenible 2. Desarrollo y Compensación Social para Reducir la Vulnerabilidad. 3. Ambiente y Cambio Climático 4. Gestión Territorial, Gobernabilidad y Gober-nanza 5. Gestión de los Desastres y Recuperación.

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En enero de 2005, durante la Conferencia Mundial sobre la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas (Kobe Hyogo, Japón) 168 estados adop-

taron el Marco de Acción de Hyogo 2005-2015. Su propósito fue aumentar la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres por medio de una reducción considerable de las pérdidas, tanto en términos de vidas humanas como en los bienes sociales, económicos y ambientales.

Los objetivos Estratégicos del MAH y las prioridades para el 2015 eran los siguientes:

1. La integración de la reducción del riesgo de desastres en las políticas y la planificación del desarrollo sostenible. 2. El desarrollo y fortalecimiento de las instituciones, mecanismos y capacidades para aumentar la resiliencia ante las amenazas 3. La incorporación sistemática de los enfoques de la reducción del riesgo en la implementación de programas de preparación, atención y recuperación de emergencias

Prioridad 1: Velar por que la reducción de los riesgos de desastre constituya una prioridad nacional y local dotada de una sólida base institu-cional de aplicación. Prioridad 2: Identificar, evaluar y vigilar los riesgos de desastre y potenciar la alerta temprana. Prioridad 3: Utilizar los conocimientos, las innovaciones y la edu-cación para crear una cultura de seguridad y de resiliencia a todo nivel. Prioridad 4: Reducir los factores de riesgo subyacentes. Prioridad 5: Fortalecer la preparación para casos de desastre a fin de asegurar una respuesta eficaz a todo nivel.

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El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres (2015-2030) es el instru-

mento sucedor del Marco de Acción de Hyogo. Un documento fruto del resultado de consultas y negociaciones intergu-bernamentales que discurrieron entre marzo de 2012 y marzo de 2015 y apoyadaspor la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres. Los cambios más importantes respecto del Marco de Hyogo son: El marcado énfasis en la gestión del riesgo de desastres en lugar de la gestión de desastres. La definición de siete objetivos mundiales. La reducción del riesgo de desastres como resultado esperado. Un objetivo centrado en evitar que se produzcan nuevos riesgos y reforzar la resiliencia. Un conjunto de principios rectores (incluida la responsabilidad primordial de los Estados de prevenir y reducir el riesgo de desastres y la participación de toda la sociedad y todas las insti tuciones del Estado). Se ha ampliado el alcance de la reducción del riesgo de desastres: amenazas naturales, amenazas de origen huma- no, amenazas y riesgos ambientales, tecnológicos y biológicos Se promueve plenamente la resiliencia sanitaria.

El objetivo del Sendai es el de reducir todo tipo de pérdidas causadas por los desastres, pero va más allá del MAH ya que involucra a los principales actores internacionales y nacionales (los cuales incorporan en sus agen-das elementos de reducción de desastres) y se fijan metas más espe-cíficas orientadas a la evaluación de la eficacia.

Entre las prioridades de acción del Marco están: comprender el riesgo de desastres, fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres para ge-sionarlo, invertir en la reducción del riesgo para la resiliencia y aumentar la preparación a fin de dar una respuesta eficar y “reconstruir mejor” durante los procesos de recuperación, rehabilitación y reconstrucción.

Partir del contexto para comprender el vínculo en-tre la prevención de desastres naturales y las medi-

das de adaptación al cambio climático era importante pues los últimos años han conllevado varios procesos internacionales -relativos a marcos de prevención de desastres, la agenda post2015 y las Conferencias de Partes de la Convención Marco de Naciones Uni-das (NN.UU) sobre Cambio Climático- que tienen importantes interconexiones.

El punto de partida en el análisis del contexto es la Estrategia Internacional de Reducción de Riesgo de Desastres (ISDR) de NNUU, liderada por la Oficina de NNUU para la Reduc-ción de Riesgo de Desastres (UNISDR). El mandato de la UNISDR se ha definido a través de una serie de resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, entre las cuales destaca “servir de centro de coordinación en materia de reducción de desastres en el marco del sistema de las Naciones Unidas, asegurar las sinergias entre las actividades de la ONU, las organizaciones regionales para la reduc-ción de desastres, las actividades socioeconómicas y humanitarias”. La ISDR apuesta por lograr comu-nidades resilientes a los desastres (aumentando su capacidad de adaptación) y tiene como instrumento el Marco de Acción de Hyogo 2005-2015, que ha sido renovado en el Marco de Sendai 2015-2030 para la reducción de riesgo de desastres.

Otro elemento importante del contexto ha sido el proceso para la definición de los 17 Objeti-vos de Desarrollo Sostenible (ODS), que han concretado finalmente la llamada agenda post2015 con la ratificación en septiembre de 2015 de esos 17 ODS y sus 169 metas a lograr en 2030. Casi todos los objetivos se pueden vincular de algún

modo con la temática de reducción de desastres, pero sobre todo los ODS 11, 13 y 15 tocan aspec-tos más directamente relacionados con el riesgo de desastres. Se espera que en el segundo semestre de 2016 se tengan definidos los indicadores globales por meta (hay ya 231 indicadores propuestos) y a continuación se inicie el aterrizaje en cada país de los ODS, es decir, cómo cada país va a contribuir al logro de lo ODS. Esto último es lo complicado pues las metas globales y sus indicadores no de-finen necesariamente las metas que cada uno de los 193 países que suscribieron el acuerdo deben asumir en sus planes de desarrollo nacionales. Por otro lado, no se trata ahora de una hoja de ruta para los países en vías de desarrollo en la que el norte ayuda al sur (como en los ODM); en los ODS hay compromisos de desarrollo (sos-tenible) también para los países ricos (a fecha de hoy ningún país ha alcanzado el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones-social, económica y ambiental). Se percibe que sin presión externa (sociedad civil, ONU, OCDE, etc.) los países no van a in-cluir las metas ODS en sus planes nacionales, o mejor no se van a comprometer con indicadores específicos que contribuyan a los indicadores ODS, más bien irán informando de sus avances en desar-rollo sostenible, alimentando de datos a los ODS, pero sin una presión de logros para el 2030, logros que además requerirán una inversión económica im-portantísima en sectores estratégicos de los países en desarrollo y que deberá ser aportada por los propios países y por la AOD. En este sentido, España es promotora del Fondo para los ODS que nació con remanentes de los ODM.

La Cumbre de París (COP 21) ha sido otro elemento a destacar, con ese acuerdo justo, dife-

Un indicador permite cuantificar el compor-tamiento de las variables y suele emplearse para comparar algo entre periodos o entre entornos geográficos o sociales. Un indica-dor de gestión se refiere a las variables cuan-titativas o cualitativas que permiten el análi-sis y estudio de fenómenos relacionados con el cumplimiento de los objetivos y las metas establecidas.

Los indicadores, después de ponderar la im-portancia relativa de los riesgos en la zona de estudio, pueden agruparse en función de 3 aspectos: financiero, técnico y administrati-vo. También han de responder a una división territorial: nacional o subnacional. Asimismo, han de incorporarse a las tres fases del ciclo de gestión de riesgos: evaluación de riesgos, planificación de gestión de riesgos a efectos de prevención y preparación y medidas de prevención de riesgos y preparación.

Hyogo (2005-2015)

Durante 2005 y 2006 se realizaron consultas, análisis y debates que definieron una serie de indicadores “recomendados” para imple-mentar cada una de las cinco prioridades de acción del Marco de Hyogo, sus tres obje-tivos estratégicos y el resultado general. El documento: Los Indicadores del Pro-greso: Guía para medir la Reducción del Riesgo de Desastres y del Marco de Acción de Hyogo son un importante paso hacia adelante para atender esta solicitud. riesgos, planificación de gestión de riesgos a efectos de prevención y preparación y medi-das de prevención de riesgos y preparación.

Las siete metas mundiales de Sendai de-ben responder a los siguientes indicadores:

1. Reducción de la mortalidad ante los riesgos, se quiere estudiar qué patrones se eligen para medirla.

2. Reducir el n° de personas afectadas. ¿Qué significa afectado? Víctimas, heridos, pérdida de hogar, pérdida de trabajo…

3. Reducir pérdidas económicas direc-tas, definir por ejemplo en el caso de un pu-ente, si nos referimos al valor de repararlo, o al invertido, etc.

4. Reducir daños causados por desas-tres en estructuras y servicios esencia-les, así como desarrollar su resiliencia (no sólo daños económicos, si se pierde una Escuela o un puente qué efectos tiene sobre la población…)

5. Incrementar número de países con estrategias nacionales y locales de reduc-ción de riesgo

6. Mejorar cooperación internacional

7. Aumentar disponibilidad de siste-mas de alerta temprana y evaluacio-nes de riesgo transmitidas a personas

¿Qué es un indicador? Sendai 2015-2030

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renciado, duradero, dinámico, universal y jurídicamente vinculante. El 22 de abril de 2016 se abrió el acuerdo a la firma de los Estados en Nueva York, y entrará en vigor en 2020. El objetivo del pacto es que la temperatura del pla-neta no aumente más de 2ºC a finales de siglo, pero con la aspiración de que no suba más de 1.5ºC. El texto es jurídicamente vinculante, aunque no su totalidad: no lo son los objetivos nacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que presentan los países. Cada cinco años los países deberán revisar sus compromisos de reducción de emisiones y se marcarán metas de reducción. De los 195 participantes en la COP21, 186 países han definido sus contribuciones a la reducción de emisiones de GEI (Contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional, INDC) aunque estas contribuciones habrán de revisarse al alza (cada cinco años) pues conllevan tal cual están un incremento de temperatura de unos 3°C a final de siglo. Tanto para apoyar a los países en desarrollo en sus planes de adaptación como para mitigar sus emisiones, los países desarrollados se comprometen a movilizar 100.000 millones de dólares anuales en 2020; algunos sectores han cuestionado que eventualmente este aporte no sea complementario a fondos de AOD, sino que se resta de la AOD.

El SICA (CEPREDENAC) y Comunidad Andina de Naciones (CAPRADE) terminan de enmarcar la institucionalidad regional, además del Programa Euroclima que es un programa de cooperación regional entre la Unión Europea y América Latina, enfocado al cambio climático y que tiene por ob-jetivo facilitar la integración de las estrategias de mitigación y de adaptación en las políticas de desarrollo en América Latina.

En medio de este contexto internacional la Cooperacion Española ha estado bastante activa, sobre todo en el proceso de definición de la agenda 2015, la COP 21 y en el aterrizaje del Programa Euroclima. El planteamiento AECID se enmarca pues en todos los temas anteriores y parte del Plan Director de la Cooperacion Española 2013-2016, que tiene en las orientaciones estratégi-

cas 2 (Reducir vulnerabilidad a las crisis) y 7 (Responder a crisis humanitarias con calidad) sus vínculos principales con la temática del curso. El Programa Arauclima de AECID podría decirse que es el mayor expo-nente actual del compromiso de AECID con el cambio climático. El obje-tivo de Arauclima es apoyar acciones de preservación del medio ambiente, mitigación y adaptación al cambio climático que fortalezcan a los principales organismos e instituciones de la región, favorezcan la construcción de visión regional y promuevan la articulación de actores públicos y privados. El com-ponente de preservación del medio ambiente sobre todo enfocado a preser-var bienes y servicios ecosistémicos como forma de reducir vulnerabilidad ante efectos adversos del cambio climático. En el componente de adaptación, la línea de acción 1.2 “Gestión de Riesgos para prevenir los desastres de vinculados a los efectos adversos del cambio climático” es de particular importancia para la temática de este curso.

En el componente de mitigación las líneas de acción son energías renovables, ciudades sostenibles y gestión integral de los bosques.

La línea de ciudades sostenibles se acomete en el marco de reduc ción de emisiones de GEI, pero también engancha con adaptación al considerar aspectos de ordenamiento territorial que reducen vul nerabilidad ante efectos del cambio climático.

La línea de gestión integral de bosques se enfoca desde el lado de preservar los sumideros de carbono, con lo que se trata de mitigación, pero sin duda que esa gestión de bosques tiene cobenefi cios para la adaptación por lo que supone de promover sistemas resilientes ante los efectos del cambio climático. En algunos países de LA y C, el riesgo de incendios forestales es manifiesto, con lo que la gestión de las masas forestales desde un enfoque de reducción de vulnerabilidad a los incendios es un tema clave.

En lo que respecta al marco conceptual, la lucha contra el cambio climático de origen antrópico tiene como sabemos dos frentes, el de mitigación y el de adaptación. Con las acciones de mitigación se acomete la causa del calentamiento global, es decir, las emisiones de gases de efecto invernadero

(GEI); estas acciones incluyen tanto la reducción de emisiones de GEI, como la protección de los sumideros de carbono (bosques). Con la adaptación se atacan los efectos del cambio climático, entendiendo adaptación como los ajustes en los sistemas naturales o humanos en respuesta a estímulos climáticos actuales o esperados con objeto de moderar el daño o explotar oportunidades. Estos ajustes, mirado desde el lado de la Gestión de Riesgos, son en realidad medidas de prevención de desastres (gracias a que reducen vulnerabilidad), en este caso desastres de origen climático consecuencia de eventos hidrometeorológicos extremos que entendemos son consecuencia o son exacerbados por el cambio climático antrópico.

Los componentes del riesgo están sufriendo cambios últimamente; si el Riesgo de Desastres es producto de la interacción entre Amenazas y Vulner-abilidades, la tendencia actual es que las amenazas están creciendo debido a los efectos de cambio climático, y las vulnerabilidades están creciendo más todavía debido al incremento de la pobreza, las infraestructuras mal planificadas y la degradación ambiental. En resumen, la pobreza y el cambio climático están incrementando el riesgo de desastres, a lo que contribuyen aspectos vinculados a la fragmentación institucional (RRD por defensa civil y CC por medio ambiente, CC aislado de planes de desarrollo, falta de coordinación institucional entre prevención y respuesta), la falta de continuidad institucional causada por los cambios de personal o el ordenamiento territorial deficiente.

La vulnerabilidad de las sociedades humanas se puede reducir con planes de adaptación que se diseñan a partir de escenarios climáticos construidos a su vez a partir de escenarios de emisiones gracias al uso de modelos climáticos. En cuanto a las intervenciones AECID en la temática que nos ocupa, se se-leccionaron tres, una en Guatemala y dos en Costa Rica, a saber:

Proyecto “Gestión ambiental y de riesgos en la cuenca del lago Atitlán, Guatemala”; ejecutado por Geólogos del Mundo con el objetivo de reducir vulnerabilidad técnica a través de mapas de diverso tipo y vulnerabi-lidad institucional fortaleciendo capacidades de organización local de preven-ción de desastres. Apoyo al Programa Nacional de Cambio Climático en Costa Rica; mejora de la capacidad de mitigación y de adaptación de Costa Rica. Compo-nente de adaptación/vulnerabilidad; Escenarios Climáticos. Proyecto eje-cutado por la Dirección de Cambio Climático y el Instituto Meteorológico Nacional costarricense; el objetivo es disponer de mapas de escenarios climáticos a nivel de cantón en diferentes horizontes temporales de forma que estos mapas sirvan para elaborar mapas de riesgo que orienten el desar-rollo local.

Proyecto “El medio rural frente a los retos del cambio climático”; ejecutado por el INDER de Costa Rica y cofinanciado por el FdA y el propio INDER. Su objetivo es fortalecer capacidades del territorio para adaptarse a los efectos del cambio climático, particularmente en el sector agropecuario y diseñando Plan de Desarrollo Rural Territorial.El objetivo de la COP 21 es que la

temperatura del planeta no aumente más de 1.5°

La mitigación ataca las emisiones de gases efecto invernadero; la adaptación los

efectos del cambio climático.

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1. Necesidad del fortalecimiento de las Instituciones. Transversalización del Riesgo e importancia de involucrar a la población en la Gestión en la Reducción de Riesgo de Desastres. 2. Cooperación de las distintas Defensas Civiles con el mundo de la universidad. Promover acuerdos de colaboración. 3. Fomentar el intercambio de experiencias de los expertos a través de una red institucional. 4. Dar a conocer entre las Instituciones Públicas que la Inversión en GRD no es un coste sino una inversión con beneficios sociales y económicos. 5. Necesidad de plantear lenguaje común en cuanto a los tipos de Planes que se elaboran en los distintos países. 6. Importancia que difundir los análisis de riesgos y que estos sean de consulta pública. 7. Cambio climático, enfoque de género, la población indígena y consideración de las personas con discapacidad, son aspectos importantes a tener en cuenta en la GRRD. 8. Basuras incontroladas, zonas urbanizadas de manera ilegales e incontroladas y deficiencias en las redes de agua y saneamiento son factores de riesgos subya-centes, fundamentales tener en consideración en la GRdD

9. Necesidad de fomentar la Formación de Formadores. Importancia de replicar la formación recibida en las Instituciones de procedencia.

10. La importancia de incluir los temas de GRRD en la formación reglada.

Las normas para la inclusión, protección y atención de las personas con discapacidad en las emergencias y desastres se desarrollaron en el

marco del Proyecto: Participación y protección de las personas con discapacidad en emergencias y desastres en América Central, promovido por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en coordinación con el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en América Central (CEPREDENAC) y el apoyo financiero de la Agencia de los Estados Unidos de América para el Desarrollo Internacional (USAID). Están dirigidas principalmente a las instituciones y organizaciones que intervienen en las diferentes tareas de la asistencia humanitaria.

Su objetivo es servir de instrumento de referencia para identificar e imple-mentar acciones y conductas mínimas deseables para incluir, proteger y at-ender a las personas con discapacidad en las situaciones de crisis generadas por conflictos, emergencias y desastres, promoviendo a la vez una partici-pación real y activa de las personas con discapacidad y las organizaciones que las representan, en el diseño y toma de decisiones sobre las medidas requeridas para asegurar esta inclusión. En cada uno de los países, el Proyecto se coordina con las entidades recto-ras de Discapacidad y de Gestión del Riesgo, y promueve la participación de actores relevantes que incluye a personas con discapacidad y sus familiares, institucionalidad pública relacionada con la atención y protección de la población, organizaciones no gubernamentales que trabajan en discapacidad, gestión del riesgo y comunidad, instituciones académicas, técnicas y profe-sionales, entre otras.

En el marco del Proyecto se realizó un análisis de situación en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Panamá que determinó que las norma-tivas nacionales y regionales, tanto de discapacidad como de gestión del riesgo, no contienen regulaciones específicas que garanticen el abordaje y la

cobertura de las necesidades particulares de las personas con discapacidad en situaciones de emergencia y desastres. Se basa en tres principios funda-mentales: La participación, la no discriminación y la accesibilidad.

El enfoque inclusivo busca facilitar el acceso a la asistencia mediante la elim-inación de barreras. Para esto, se debe también asegurar la participación activa de las personas con discapacidad, sus familiares, y las organizaciones representativas, en el diseño, la toma de decisiones, la planificación, la imple-mentación, el monitoreo y la evaluación de las acciones.

Existen dos conjuntos de Normas para la inclusión, protección y atención de las personas con discapacidad en las emergencias y desastres:

Normas para desarrollar estrategias de inclusión: estas normas sirven para asegurar que los principales aspectos relacionados con las personas con discapacidad sean tomados en consideración en los diferentes instrumentos de preparación, respuesta y recuperación de los desastres.

Normas para abordar las necesidades de protección y atención: es-tas normas identifican acciones e instrumentos que se deben desarrollar en las diferentes áreas específicas de la asistencia humanitaria, para asegurar la protección y la atención de las personas con discapacidad en los desastres.

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Centro de Formación de la Cooperación Española en La Antigua Guatemala

Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)

Embajada de España en GuatemalaAntiguo Colegio de la Compañía de Jesús

6a ave norte entre 3a y 4a calle. La Antigua GuatemalaTelf. +502 79323838

[email protected] http://www.aecid-cf.org.gt

Fotografías: Laura Santacristina Documento elaborado por Laura Santacristina y Marta del Valle para AECID

Abril 2016