primer hábito sea proactivo

9

Click here to load reader

Upload: giovanny-hernandez

Post on 12-Apr-2017

270 views

Category:

Education


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: Primer hábito   sea proactivo

PRIMER HÁBITO. SEA PROACTIVO

Principios de la visión personal

Somos seres con autoconciencia, tenemos la aptitud de pensar en los propios procesos

de pensamiento. No somos sentimientos o estados de ánimo. Poseemos la capacidad

de examinar el cómo nos vemos a nosotros mismos, de evaluar y aprender de las

experiencias propias o ajenas, por tanto, podemos crear y destruir nuestros hábitos.

Espejo social

Gran cantidad de las visiones que nos proveen las personas que nos rodean son

imágenes desproporcionadas que a menudo proyectan sus propias preocupaciones y

debilidades. Estamos en gran medida determinados por el condicionamiento.

Existen tres teorías sociales deterministas ampliamente aceptadas que por separado o

en conjunto, pretenden explicar la naturaleza del hombre: el determinismo genético,

que quiere decir que heredamos el cómo somos de nuestro ADN; el determinismo

psíquico, que culpa a la educación dada por nuestros padres y familia; y el

determinismo ambiental, que responsabiliza al entorno del cómo nos comportamos, ya

sea por algo por alguien. Esto se basa en la teoría del estímulo/respuesta, la idea es

que estamos condicionados para responder de un modo particular a un estímulo

concreto.

Estímulo y respuesta

El ser humano tiene la libertad interior de elegir. Podemos, en la medida en que

ejercitemos y desarrollemos los dotes que poseemos, liberar nuestro potencial. No

tenemos límites o parámetros fijados. Existen ciertos efectos generados por los

aspectos genéticos, familiares, o ambientales en nuestras vidas que deben aceptarse

como influencia, pero ejercitar la libertad de escoger la respuesta a esos estímulos. La

Page 2: Primer hábito   sea proactivo

libertad interior de elegir comprende aspectos tales como la autoconciencia,

imaginación, voluntad independiente y conciencia moral.

Proactividad

La proactividad hace referencia a una actitud en la cual el individuo no se deja superar

por las posiciones difíciles o complicadas, se toma la iniciativa para trabajar en función

de la solución planteada para mejorar o enfrentar la situación. La proactividad no se

limita a tomar decisiones o iniciar proyectos sino ejecutar las acciones necesarias para

que se concreten los objetivos.

Las personas proactivas tienen la capacidad de sobreponer sus ideales para hacer

frente a las complicaciones que se presenten en su entorno. Esta actitud se basa en

decidir controlar la conducta propia de una manera activa. Las personas que se rigen

por este comportamiento anticipan o detectan potenciales condiciones estresantes y

actúan para prevenirlos o crear un cambio.

Según Stephen Covey, la proactividad es la capacidad de liderar la vida propia. La

persona proactiva decide cómo reaccionar a los estímulos que le proporcione su

alrededor, se dedica a aquellas cosas sobre las cuales puede hacer algo y así generar

un cambio, mejora o avance. Para Covey, la proactividad no es sólo tomar la iniciativa

sino asumir, además, la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan, decidir el qué

queremos hacer y cómo lo haremos.

Ser alguien proactivo tiene una clara relación con la innovación y la iniciativa, además

de con la sensación de control y autoeficacia. Es más fácil empezar a actuar si nos

consideramos capaces de controlar o enfrentar la situación. La conducta es una función

de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Se tiene un control sobre los

sentimientos, es decir, son sometidos a los valores en vez de simplemente dejarse

llevar por ellos.

La proactividad es en ocasiones confundida con la hiperactividad a pesar de ser

términos que no están unidos de ninguna manera. Una persona proactiva no reacciona

de manera instantánea guiada por sus impulsos sino de forma organizada, midiendo

sus acciones y pensando en los posibles resultados, actuando en consecuencia de ello.

Page 3: Primer hábito   sea proactivo

La reactividad es lo opuesto a la proactividad. Mientras que los últimos se enfocan en

aquellos problemas que pueden resolver y enfrentar de una manera u otra las distintas

complicaciones, las personas reactivas asumen una actitud pasiva y se dejan someter

y afectar en gran medida por las circunstancias y problemas sobre los cuales no tienen

capacidad de control. Se dejan llevar por los acontecimientos al creer que no tienen la

capacidad de actuar o sobreponerse ante cualquier situación o acontecimiento

problemático. La persona proactiva busca solución a los problemas en vez de esperar a

que suceda algo.

Tomar la iniciativa

El tomar la iniciativa nos permite elegir la respuesta ante los estímulos y, por lo tanto,

actuar en lugar de que se actúe sobre nosotros, además de otorgarnos el poder de

crear circunstancias. Tenemos una responsabilidad de hacer que las cosas sucedan,

no podemos esperar a que alguien se haga cargo de ellas. Al examinarnos, ser

autoconscientes, logramos dar con el cómo procesamos y actuamos ante ciertos

estímulos.

Actúe o deje que los demás actúen por usted

Los estímulos externos también influyen en alguien proactivo, sin embargo, estos

logran responder según sus valores. Si nos vemos dañados por nuestra respuesta a lo

que sucede, desde problemas físicos a económicos, esto no tiene por qué hacer lo

mismo con nuestra identidad básica, es común el que tras experiencias difíciles nos

convirtamos en algo mucho más fuerte de lo que éramos anteriormente. Existen

personas sufriendo graves enfermedades o discapacidades físicas que conservan una

extraordinaria fuerza emocional.

Alguien reactivo se verá muy aquejado por las condiciones externas, es decir, de

presentarse complicaciones, su comportamiento es afectado, esperan condiciones

perfectas que faciliten todas las tareas y decisiones, a su vez, el ambiente social tiene

mucha influencia en ellos, siendo que pueden permitir que la conducta o emociones de

otras personas los controlen.

Page 4: Primer hábito   sea proactivo

Escuchando nuestro lenguaje

Las personas proactivas tienen iniciativa y reconocen que son responsables de hacer

que las cosas ocurran, al contrario de aquellas reactivas quienes utilizan un lenguaje

que los absuelve de toda responsabilidad. Somos responsables de nuestra propia

efectividad, de nuestra felicidad e incluso, responsables de la mayor parte de nuestras

circunstancias, al ser nosotros quienes respondemos de una u otra manera ante los

distintos conflictos presentes en nuestra vida.

La esencia del lenguaje reactivo es transferir a otros nuestras responsabilidades y

eludir nuestro compromiso. El ser una persona proactiva nos permite ser dueños de

nuestra vida, guiarnos por valores meditados y elegir el cómo reaccionar a los

estímulos del entorno. Pondremos nuestras opiniones sobre las ajenas, sin ser esto un

impedimento a la hora de escuchar. Tienen claro el cómo quieren que funcione su vida

y se esfuerzan por que se mantenga así.

Círculo de preocupación / Círculo de influencia

El círculo de preocupación viene a ser en su mayoría, situaciones o condiciones que no

podemos controlar, y el círculo de influencia, aquél que representa aquello sobre lo cual

podemos actuar. Todos tenemos preocupaciones, pero las personas proactivas centran

sus esfuerzos, tiempo y energía en aquello respecto a lo cual pueden hacer algo, a

diferencia de quienes son reactivos, los cuales se enfocan principalmente en aspectos

que no pueden controlar, surgiendo así, sentimientos de culpa y acusaciones, entre

otros, que son comunes del lenguaje reactivo.

Control directo, indirecto e inexistente

Las situaciones o problemas que afrontamos entran en una de tres áreas posibles:

Control directo: Involucra nuestra propia conducta. Los problemas relacionados

a éste se solucionan trabajando sobre nuestros hábitos

Page 5: Primer hábito   sea proactivo

El control indirecto: Involucra la conducta de otras personas. Los problemas

asociados a esta área se resuelven cambiando nuestros métodos de influencia

(el cómo eres y cómo actúas, si entiendes y te importa, y lo que dices)

El control inexistente: Problemas acerca de los cuales no podemos hacer

nada, tales como realidades situacionales o pasadas. La solución es asumir la

responsabilidad de modificar nuestras actitudes: aceptar los problemas, aunque

no nos gusten, y así evitar otorgarles el poder de controlarnos.

Ampliando el círculo de influencia

Elegir nuestra respuesta a las circunstancias nos permite influir en ellas. Las personas

reactivas pretenden responsabilizar a otros y así no tener que admitir que han sido

irresponsables. Al admitir que se tiene la libertad de elegir, nos encontramos con que

una u otra elección que hemos tomado pudo haber sido errónea y por ello crear, en una

persona reactiva, un ambiente negativo o conflictivo. Una persona proactiva no es

alguien arrogante o insensible, sino que decide moverse por valores, interpretando la

realidad y descubriendo lo que necesita.

La energía negativa aumenta el “círculo de preocupación” mientras que la energía

positiva aumenta el “círculo de influencia”. Una persona proactiva prioriza el segundo

sobre el primero, pero lo normal es que estos sean del mismo “tamaño”, sin embargo,

existen ocasiones en las cuales el círculo de influencia resulta más grande que el de

preocupación.

Los “tener” y los “ser”

En lugar de pensar en el tener deberíamos pensar más en el poder ser. No hace falta

esperar a que cambien las condiciones externas para cambiar nosotros. Las

condiciones externas mejoran a partir de que cambiemos nosotros mismos nuestra

forma de ser y de ver las distintas situaciones, empezar a tomar el control propio y

lograr poner un orden interior, para posteriormente generar un orden exterior.

La otra punta del palo

Page 6: Primer hábito   sea proactivo

Hay dos puntos del círculo de preocupación a considerar: las consecuencias y errores.

Somos libres de elegir nuestras acciones mas no las consecuencias de éstas, las

cuales pueden resultar negativas y posterior a la acción preferir no padecerlas.

Asumimos que cometimos un error cuando pensamos en que, si de tener la

oportunidad de tomar otra decisión, haríamos algo distinto. El problema aparece

cuando no reconocemos y corregimos el error porque no se aprende de él y surge así

otro error más que potencia al primero, otorgándole, además, una importancia

desproporcionada que genera más daño. Nuestra respuesta a cualquier error afecta la

calidad del momento siguiente.

Comprometerse y mantener los compromisos

Al reconocer y utilizar nuestra imaginación y voluntad independiente para actuar sobre

las percepciones, se adquiere cierta fuerza de carácter. Podemos hacer una promesa o

establecer una meta y esforzarnos por alcanzarla. Si hacemos esto, se establece a su

vez, una integridad que proporciona conciencia del autocontrol y capacidad que

tenemos de asumir más responsabilidad respecto a nuestras propias vidas. Al

comprometernos y mantener esos compromisos desarrollamos la esencia de los

hábitos básicos de la efectividad.

El conocimiento, capacidad y deseo están dentro de nuestro control. Podemos trabajar

sobre cualquiera de estos tres elementos y mejorar así el balance entre ellos. Es

durante el transcurso de la vida cotidiana cuando desarrollamos la capacidad de ser

proactivos, de enfrentar las presiones de la vida diaria, de afrontar las distintas

situaciones problemáticas y estresantes, dificultades, inconvenientes, complicaciones y

más.

Page 7: Primer hábito   sea proactivo