PRIMERA PIEDRA DE LA SEDE PERMANENTE

UNASUR

Mitad del Mundo, 11 de marzo de 2011

Queridas compañeras, queridos compañeros: “AMÉRICA, no invoco tu nombre en vano, cuando sujeto al corazón la espada”, decía el poeta Pablo Neruda, el más universal de los chilenos. Nosotros jamás invocaremos el nombre de nuestra América, como no sea para convocar a la integración, que nos convierta en una región de hermanos, de compañeros, de verdaderos ciudadanos que se reconocen por el signo de la paz, sin capataces ni amos. Invocamos el nombre de América, para construir una Patria en donde la equidad y el amor sean posibles, en donde el respeto impere, en donde los derechos humanos no sean letra muerta, en donde no existan desigualdades abismales, en donde la justicia sea una práctica cotidiana; en donde la educación, la salud, el trabajo digno, la vivienda sean derechos para que gocen todos, así como el sol, como la lluvia, como la esperanza compartida.

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Ahora, en este tiempo nuevo, en este cambio de época, no una época de cambios, no parches a la triste historia de siglos, de opresión que ha tenido nuestra América, sino en este verdadero cambio de época que está viviendo nuestra región, con todas y con todos, con la fuerza de un continente que despierta, vamos por fin a la consecución de nuestra segunda y definitiva independencia, para hacer realidad la esperanza. Para nosotros el primer objetivo estratégico de la política exterior, es la integración latinoamericana. Esta profunda convicción, nos motiva a consolidar el proceso iniciado en Cusco el 8 de diciembre de 2004, que buscaba y busca construir nuevas relaciones entre nuestros pueblos con esta Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, cuyo Tratado Constitutivo ha sido ratificado por la mayoría de repúblicas hermanas, lo cual finalmente ha dado vida jurídica a nuestra unión; sólo es necesario que Brasil y Paraguay, lo hagan.

Y aquí quisiera reconocer algo muy importante, hoy es histórico, tiene vida jurídica UNASUR. Hace un mes, el noveno país que ratifica el Tratado, hizo el depósito del documento respectivo (Uruguay), y de

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acuerdo a los estatutos, un mes después entraba en vigencia entonces el Tratado, es decir, UNASUR como instancia jurídica. Hoy 11 de marzo (me decía el señor Viceministro de Chile), cumple precisamente un año también el gobierno de ese querido amigo Sebastián Piñera, y esto es una lección que debemos aprender todos en Sudamérica, que hay principios que trascienden con mucho las ideologías: gobiernos de derecha, de izquierda, de centro, que compartimos esa convicción por la integración, compartimos esa convicción por la democracia, compartimos esa convicción por la libertad, compartimos esa convicción por la igualdad, compartimos esa convicción por la dignidad, y todos, los doce presidentes y gobiernos de UNASUR, trabajamos con la misma visión, con la misma orientación; ya no con el mismo norte, sino, gracias a Dios, con el mismo Sur.Y quería recalcar -les indicaba-, el extraordinario trabajo, modestia aparte, que hizo nuestra Cancillería mientras correspondió a Ecuador el honor de ejercer la Presidencia Pro Témpore de UNASUR.

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Para que tenga vigencia el Tratado Constitutivo de UNASUR, es decir, para que tenga vida jurídica UNASUR, tenían que ratificar el Tratado nueve de doce países. Cuando recibimos UNASUR solo habían ratificado dos países el Tratado, y durante la Presidencia Pro Témpore (y no gracias a mí, sino de Cancillería), gracias a nuestro canciller, Ricardo Patiño, ratificaron los otros siete países que se requerían para dar vida jurídica, y prácticamente estuvo listo el décimo país que es Colombia, cuyo Senado, ya ratificó el tratado y solo falta el trámite en la Corte Constitucional. Entonces es un importante logro, contribución de Ecuador, de su Presidencia Pro Témpore, a la integración de nuestra América y particularmente es un importante logro del trabajo denodado de esa convicción integracionista de nuestra cancillería y de nuestro canciller, Ricardo Patiño Aroca.Celebramos lo alcanzado en estos años, especialmente las acciones concertadas en el plano político, como en la crisis en Bolivia sobre los sucesos del Pando, cuando en nombre de supuestas autonomías lo que se preparaba era un golpe de Estado, había una conspiración en marcha para desestabilizar un

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gobierno legítimamente electo, que no le gusta por supuesto a la oligarquía -es un gran signo de que van por el camino correcto-, pero que le agrada mucho a nuestros pueblos, al ciudadano de a pie, a nuestros pueblos ancestrales; la intervención diplomática a fin de lograr el mejoramiento en las relaciones entre Colombia y Venezuela; el apoyo a la democracia en el Ecuador, en ocasión del intento de golpe de Estado del 30 de septiembre de 2010, fue increíble la reacción de UNASUR y marca un hito en la historia. Los conspiradores, los antidemocráticos, los potenciales verdaderos dictadores, ni siquiera se amedrentan ante miles de ciudadanos desarmados a los cuales dispararon de forma sanguinaria. La mejor disuasión para estos audaces aventureros es ese ostracismo internacional, y UNASUR demostró, aquel 30 de septiembre, convocando ese mismo día a reunión de Presidentes en Buenos Aires, quedándose hasta las tres de la mañana redactando una declaración tremendamente contundente, que en nuestra América, en el siglo XXI no toleraremos nunca más estos audaces y criminales aventureros.

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Es muy importante destacar la posición común de los países de UNASUR en torno a la defensa irrestricta de la democracia en la región, que fue consagrada con la aprobación de la Cláusula Democrática, el 26 de noviembre de 2010 en Guayana.Un hito fundamental en temas de cooperación constituye la acción de Solidaridad de UNASUR con Haití, que ha permitido la entrega de cooperación por un monto cercano a los 100 millones de dólares -aunque nos faltó, siempre se puede ser más eficientes, hay que decirlo y reconocerlo, y sentirnos no satisfechos, jamás satisfechos, pero sí reconfortados que, de lejos, fuimos la región que más cumplió con lo ofrecido a Haití y de la mejor forma-. Además de los 100 millones de dólares ofrecidos, se creó la Secretaría Técnica y un Plan de Acción acordado con las autoridades haitianas.Hoy, toda la Costa Pacífica de América del Sur se halla en alerta de tsunami. Presentamos nuestro abrazo fraterno y solidario al querido pueblo de Japón frente a la tragedia que enfrenta; pero estos dolorosos desastres también deben dejarnos lecciones. Incluso Japón, país desarrollado, hasta hace poco la

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segunda economía mundial -hoy la tercera- ha tenido que pedir la ayuda internacional ante la magnitud de la tragedia. Es claro que unidos podremos enfrentar mejor esta clase de eventos, tenemos que avanzar en consecuencia en la propuesta de la creación de la Secretaría Sudamericana de Gestión de Riesgos, con el apoyo de todos los Estados miembros de UNASUR.Esto es algo indispensable para una región tan vulnerable a riesgos sísmicos, de tsunamis, volcánicos, etcétera, como es Sudamérica. No podemos esperar que ocurran más desgracias para intentar respuestas; no podemos ser solo reactivos, debemos juntos prepararnos para cualquier contingencia, sumando recursos, conocimientos, experiencias; hay que crear grupos de voluntarios, destinar fondos, equipos, etcétera, para que, al tener una emergencia en uno de los países miembros, podamos actuar en conjunto, en forma eficaz, eficiente, humana…Al destino, compañeros, hay que trazarlo, no hay que sufrirlo; ya demasiadas veces la tragedia nos ha encontrado sin respuestas.

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Este es el momento propicio para mirarnos de cuerpo entero, con ojos nuevos, con cariño; mirarnos para adentro y también presentarnos ante el mundo como lo que somos: una región con enormes potencialidades, con 380 millones de personas en 17 millones de kilómetros cuadrados, con un producto superior a los 2,9 millones de millones de dólares anuales; con un tercio de las fuentes de agua dulce del planeta, ubicada en el primer lugar en la producción mundial de alimentos y con reservas de hidrocarburos para los próximos 100 años.Con nuestros recursos unidos, y lo más importante, con gente hermosa, valiente, honesta, trabajadora… Con nuestros recursos unidos, trabajando para el beneficio de nuestros pueblos, podremos enfrentar con éxito los desafíos que el nuevo escenario plantea para nuestra región. La institucionalización de la UNASUR nos posibilitará contar con un organismo que cohesione, que busque respuestas integrales y coordinadas a la crisis mundial del siglo XXI, promoviendo un multilateralismo soberano.

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En un escenario internacional complejo como el actual, la dimensión política de la región cobra importancia -en esto hemos avanzado muchísimo-, queda atrás esa región que era insultada, humillada, mancillada por cualquiera, desde prepotentes diplomáticos extranjeros, hasta burócratas internacionales que nos venían a pedir cuentas, a revisar nuestros datos, a decirnos qué hacer o no hacer; hoy, si pretende venir una misión del Fondo Monetario con esas intenciones, al estar bajando del avión, por las mismas tendrá que regresarse, porque ningún país lo va a permitir. Y hoy resulta que los que no pueden enfrentar la crisis por ellos mismos causada, son los que nos dan lecciones de moral, de buenas costumbres y de política económica; también es necesario reconocer que en esta tremenda crisis planetaria, producto de los modelos que está rechazando nuestra región, que quisieron imponernos, pero nuestros pueblos los rechazaron, la región ha salido bastante bien librada frente a lo que debió ser la crisis planetaria más importante de los últimos ochenta años; y los que todavía no pueden superar la crisis por ellos mismos generada, son los países desarrollados, los países del norte. Como decía ese queridísimo

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amigo, Lula da Silva: somos ahora los sudamericanos los que tenemos que ir a asesorar a Europa, a Estados Unidos para ver cómo resuelven la crisis que nosotros ya hemos sabido superar.Este peso político de la región está cobrando cada vez más importancia, por eso es urgente intensificar la coordinación, la concertación política de nuestras naciones, así como profundizar las medidas de confianza a fin de que las relaciones entre países vecinos se basen cada vez más en temas de desarrollo y cooperación.Lo hemos dicho y lo ratificamos: se necesita ir mucho más allá de lo comercial y financiero, que también es importante, pero de ninguna manera es lo único importante, e incluso podríamos debatir si es lo más importante; nuestro principal objetivo es lograr una sociedad más justa, equitativa y solidaria. Tenemos que propiciar condiciones salariales equiparables para nuestros trabajadores. ¡Nunca más el absurdo!, ¡unidos venceremos al capital!, separados el capital nos someterá. Unidos, como debió ser siempre, nuestras sociedades dominarán al mercado; no como hasta ahora que el mercado dominó a

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nuestras sociedades, e incluso a sociedades, vidas y personas los convirtió en una simple mercancía más. Nunca más el absurdo de competir entre nosotros para traer inversión extranjera. ¿Y en base a qué competíamos? Precarizando nuestra fuerza laboral, la famosa flexibilización laboral que no era otra cosa que un eufemismo para llamar elegantemente a la explotación laboral, la tercerización, la informatización, la falta de estabilidad, la reducción de salarios reales… Compitiendo entre nosotros de esa forma, ¿quiénes se beneficiaron? ¿A dónde fue el fruto de la sangre, sudor, las lágrimas, el esfuerzo de nuestra clase trabajadora? Fueron los países más ricos, a las transnacionales.Concertando nuestras políticas, en este caso, políticas laborales, por ejemplo, con un salario mínimo regional será el capital el que deberá someterse a nuestras naciones y no nuestras naciones al capital.Tenemos que dar toda la libertad de circulación a nuestros ciudadanos sudamericanos, es una vergüenza que en el siglo XXI el capital, las mercancías tengan más derecho que las personas, mientras cada vez más un modelo basado en el lucro, en el

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individualismo, en la competencia, en el mercado, busca mayor facilidad y movilidad para el capital, para las mercancías; se criminaliza, se penaliza la mayor y más importante movilidad que es la de los seres humanos, y lastimosamente eso también ocurre dentro de nuestra América. Ya es necesario superar a eso y crear la Ciudadanía Sudamericana; propiciar el turismo intrarregional, el conocimiento, el desarrollo científico y tecnológico. Aquí tenemos un inmenso desafío: América Latina y Sudamérica están en rezago, con respecto a otras regiones del mundo, en cuanto a generación de ciencia y tecnología. Queridos compañeros, sin ciencia y tecnología no habrá futuro, no habrá desarrollo. Ninguna universidad Sudamericana está entre las primeras cien mejores del mundo; somos marginales en cuanto, insisto, generación de nuevas tecnologías, generación de conocimiento científico. Este es un punto que debemos tratar muy seriamente y tomar medidas contundentes, coordinadas, para no desperdiciar recursos, para no duplicar esfuerzos: que lo que investigue Perú ya no lo investigue Ecuador, porque sabemos que somos países hermanos y que lo que descubra

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Perú será un conocimiento para el bien común, no solo para unos cuantos. ¡Qué jamás se privatice el conocimiento en nuestra región!No buscamos tan solo un mercado sudamericano, que es importante, insisto; queremos ir mucho más allá, queremos una sociedad integral sudamericana, una nación de naciones sudamericanas, la patria grande como la soñaron nuestros libertadores. Insisto, no puede ser que las mercancías, los capitales, sigan teniendo más derechos que los seres humanos; abogamos por la ciudadanía universal y, en el caso particular de nuestra región, por la ciudadanía sudamericana.La UNASUR es un espacio soberano, es un territorio de Paz como lo establecimos en Bariloche, en el que debemos destinar nuestros recursos para el desarrollo, para disparar ideas y propuestas, para librar guerras contra el hambre, el desempleo, por la salud, la dignidad y el respeto, las fronteras y las armas, nada tienen que hacer entre hermanos.

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En el horizonte no es difícil vislumbrar la plena integración de nuestras finanzas y nuestras economías, tener más temprano que tarde una moneda regional común, asistir de igual a igual a la negociación con el resto de regiones y países del sistema mundo. Por eso, es que venimos trabajando, por eso y por mucho más, básicamente esa patria grande soñada por Martí, por don Eloy, por Simón Bolívar; por eso es que venimos trabajando en forma intensa y extensa en los ocho Consejos de UNASUR: el Energético, el de Defensa, el de Salud; el de Desarrollo Social, el de Educación, el de Ciencia, el de Cultura, y el de Tecnología e Innovación, el de Infraestructura y Planeamiento, y también trabajamos en la intensificación de la Lucha contra el Problema Mundial de las Drogas, pero por convicción, no porque nos manden a hacer las tareas países fuera de la región; por convicción porque estamos siempre a favor de los derechos humanos, porque rechazamos todo lo que sea un atentado contra la dignidad humana, contra la dignidad de las personas, contra la dignidad de nuestros jóvenes. Aquí no es que estamos haciendo méritos para que nos aprueben la tarea y la lección ningún aspirante a emperador o ningún potencial

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imperio. Aquí actuamos en base a nuestras propias convicciones, compatriotas. Adicionalmente, existe el Grupo de Trabajo para crear un sistema para la Solución de Controversias en Materia de Inversiones; otra forma que ha tenido el capital transnacional para dominar a nuestras naciones, nuestras naciones sometidas al capital, sometidas al mercado; no los capitales, el mercado sometidos a nuestras naciones. Ese es, tal vez, el mayor desafío de nuestra época, el mayor desafío para tener una verdadera globalización que busque una sociedad mundial, no tan solo consumidores mundiales; que busque ciudadanos del mundo, no tan solo –insisto- consumidores o un mercado global. Y para ello es necesario superar estos modelos nefastos donde cualquier transnacional, sin agotar las instancias jurídicas de un Estado supuestamente soberano, nos pueda llevar a un centro de arbitraje extra-regional.Nuevamente: negociando por separado nos va a someter el capital; si juntos ponemos las condiciones, que ahora cualquier controversia

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con el capital transnacional se resuelve en centros de arbitraje de la propia UNASUR, tendrá que someterse ese capital a las decisiones de nuestras naciones. Es un gran desafío sumamente importante que tenemos que enfrentar: la barbaridad de que el capital tenga más derechos incluso que el ser humano. Para llevar a un genocida a la Corte Internacional de Derechos Humanos tenemos que primero agotar todas las instancias jurídicas del respectivo país; acá la transnacional, sin acudir a ninguna instancia jurídica, nos puede llevar a esos centros de arbitraje extraregionales. ¿Qué sentido tiene todo esto? Y no solo aquello…, puede juzgar las leyes de un país (en estos momentos estamos peleando un caso en el CIADI), donde es innegable que una transnacional rompió las leyes de un país; el argumento es “que la sanción era muy fuerte para la pena”. ¿Acaso no conocían las leyes? ¿Acaso no conocían las sanciones correspondientes a la infracción que cometieron? Y quieren juzgar las leyes de un país soberano.

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Me pregunto si Estados Unidos aceptaría aquello, que le juzguen sus leyes. ¿Y dónde está el foro para rechazar, por ejemplo, lo que creemos penas desmesuradas para cualquier crimen -como aquellos que somos humanistas y rechazamos la pena de muerte- dónde podemos ir a presentar nuestra propuesta?Pero el capital si tiene dónde ir para quejarse de las leyes demasiado estrictas de un país soberano. ¡Vaya contradicción! ¿Y cuándo los gobiernos patriotas nos podemos ir a quejar a esos centros de arbitraje de las leyes corruptas, entreguistas que se hacían en gobiernos anteriores a favor de esas transnacionales? Entonces, hay incluso una asimetría en el tratamiento de la misma situación.Este es un desafío importantísimo y aquí, lamentablemente, hemos tenido graves problemas para ese Consejo Sudamericano, para un sistema para la solución de controversias en materia de inversiones, que fue resuelto expresamente por las Cumbres de Jefes de Estado de mayo de 2008 y de mayo de 2010, lamentablemente hemos avanzado muy poco porque hemos podido identificar que algunos funcionarios de

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nuestros gobiernos de Sudamérica, no han cumplido a cabalidad estos mandatos. Parecería que todavía no podemos liberarnos del vasallaje intelectual, no hay nada peor que el colonialismo intelectual, creer que no podemos, que para resolver controversias para tener arbitrajes imparciales tenemos que ir a Washington, a París, a Londres, pero no podemos ir a Buenos Aires, a Montevideo, a Brasilia, a Lima, a Bogotá… ¡Claro que podemos, compatriotas! ¡A superar esos atavismos mentales que todavía tienen, lamentablemente, algunos funcionarios de nuestra región! Siguen creyendo que nuestros países no son capaces de instrumentar mecanismos arbitrales que cumplan con estándares mundiales para constituirse en una respetada alternativa a los ya establecidos por los países desarrollados. Queridas compañeras, queridos compañeros, queridas ciudadanas y ciudadanos de UNASUR, de América del Sur (con qué orgullo lo decimos, por hablar de ciudadanas y ciudadanos de nuestra América, América del Sur):Vayamos hacia los puntos que deben unirnos, que nos permitirán crecer; las diferencias,

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por ser tan pequeñas, las iremos tratando en el camino.

En materia política el Ecuador, estamos trabajando intensamente en la institucionalización del país, para cambiar las estructuras caducas elitistas y excluyentes, para construir una Patria altiva y soberana para todas, para todos. En ese proceso, hemos sido enfáticos en declarar que no le tememos a la expresión soberana del pueblo en las urnas, porque creemos verdaderamente, con convicción, no con palabrería en la democracia participativa, y aún en la democracia directa si es preciso, para resolver cuestiones de fondo, para perfeccionar los instrumentos de la democracia, para resolver cuestiones trascendentes, para reformar lo que deba ser reformado, en aras del bien común.Sin vanidades, sin fetichismos: lo que antes estaba bien, ahora no está bien; si antes estaba bien cambiar la Constitución, ahora no. ¿Por qué? Porque antes no la hicimos nosotros y ahora sí. ¡Vaya vanidad! ¡Vaya controversia! ¡Vaya chauvinismo! Es una izquierda absurda, no podemos anclarnos en esas barbaridades.

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Es importante destacar que para el Ecuador, tener la Sede de UNASUR, implica el cumplimiento de una serie de responsabilidades, entre ellas la construcción del edificio en el que funcionará. El diseño incluye todas las facilidades y avances tecnológicos para lograr un trabajo eficiente y fructífero; pero, ante todo, se construirá un espacio arquitectónico emblemático que refleje el anhelo de unión y de integración de nuestros países.Hoy, vamos a colocar simbólicamente la primera piedra, en lo que será la Sede de UNASUR y reiteramos nuestro homenaje a ese entrañable compañero Néstor Kirchner, nuestro primer Secretario General Permanente de UNASUR, aquel presidente heroico que acabó con la nefasta herencia del neoliberalismo en Argentina, que inauguró el cambio de época en esa querida república hermana, en cuyo homenaje nuestro edificio será nombrado.Hoy, en la mitad del mundo… este es un lugar muy emblemático, estamos en la Latitud cero, y en plena Latitud cero (esto es algo impresionante, Ecuador es un país asombroso, sabemos que todos nuestros países son

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asombrosos, son bellísimos, América Latina y América del Sur particularmente debe ser la región más bella del planeta, con todas las cosas que tiene el planeta Tierra: playas, selvas, montañas, etcétera), es asombroso que aquí, en Latitud cero, donde en otros lugares solo hay selva húmeda, caliente, aquí a pocos kilómetros tenemos un nevado: el Cayambe; nieve en la mitad del mundo. Ya no nos asombra a los ecuatorianos por cotidiano, pero esto es extraordinario, una nueva muestra del país único en el que vivimos. Y aquí cerquita tenemos la Latitud cero, donde ustedes pueden venir (ojalá se den un poco de tiempo) y tomarse la foto con un pie en el hemisferio sur y con otro pie en el hemisferio norte. Donde hay una capillita con un altar, donde en un lado está el hemisferio sur y del otro está el hemisferio norte; ustedes si tienen ganas de casarse, pueden casarse con su novia en un hemisferio y ustedes en el otro hemisferio, lo cual no significa que estén separados, significa tan solo que están en el maravilloso Ecuador, país que tiene el ave voladora más grande del mundo: el cóndor; pero también el pequeño picaflor, la única ave que puede volar para atrás… País realmente sorprendente. Y aquí, en este lugar

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emblemático, Latitud cero, también con un homenaje a las poblaciones aledañas (ahí está San Antonio de Pichincha, Pomasqui… esto va a reactivar mucho la zona), será la Sede permanente de la Unión de Naciones del Sur.Pero no estamos colocando solo la primera piedra de ese edificio, estamos también colocando una piedra más que allane el camino por donde transiten los pueblos de esta América morena hacia la unidad.Siempre recordamos, no me cansaré de decir: mientras los países europeos tendrán que explicar a sus hijos por qué se unieron (27 países con cultura, lengua, religión, sistemas políticos diferentes), nosotros tendremos que explicarles a los nuestros por qué nos demoramos tanto.En esta hora, debemos repetir con Martí: “Quiera el cielo que sean pocos los que continúen de espaldas a la Patria…”, y soñar despiertos, con Bolívar: “Que estamos llamados a ser la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”.Por esta historia de sueños compartidos, de sangre derramada y utopías por construir,

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tenemos que reafirmar el compromiso profundo con la integración de nuestros pueblos. Hace doscientos años Bolívar se jugaba la vida, como lo haría más tarde el Che, por la causa libertaria. Acaba de morir el queridísimo amigo Alberto “el Che” Granados, quien nos visitara el año pasado en Ecuador. Un abrazo solidario a su familia, a sus deudos… nunca olvidar la gesta del Che en nuestra América. El sueño de Bolívar está camino de cumplirse. ¡No vamos a fallarte América! ¡No vamos a fallarte Libertador! Aquí está la primera piedra de la Sede de UNASUR. Es la ratificación de nuestra promesa de construir nuestra segunda y definitiva independencia, de conseguir la unión, la integración con equidad, justicia, libertad y paz.¡Qué viva América del Sur! ¡Qué viva la UNASUR!¡Qué viva nuestra América!¡Hasta la victoria siempre, ciudadanos sudamericanos!Rafael Correa Delgado

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PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR

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