publicación revista de arte

16
Jesús Antonio López JOSÉ LUIS BARCELÓ Una vida entre tablas ESPACIO ABIERTO 76 967 arte

Upload: llanetes

Post on 12-Sep-2015

219 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

publicación revista de arte

TRANSCRIPT

  • Jess Antonio L

    pez

    JOS LUIS

    BARCEL

    Una vida en

    tre tablas

    ESPACIOABIERTO

    76 967arte

  • os Luis Barcel podra tener un bigote elegante, negro, como lo tuvo en su poca. Pero con muchos aos y ms escenarios an a sus espaldas, Barcel hace tiempo que se cort la coleta de la actuacin y el bigote de galn. Barcel transmite con sus palabras

    toda una experiencia vital. El recuerdo incansable de tiempos pasados que le brindaron vivencias nicas. No hace falta haber estado presente, camuflado entre los espectadores del patio de butacas, en cualquiera de los teatros donde actu. Ni siquiera es necesario recordar sus muchas interpretaciones cinematogrficas. En sus ojos se pueden disfrutar todava cada uno de los minutos que pas siendo otra persona: el alcalde de un pueblo cataln durante la dominacin francesa, el mismsimo Carrero Blanco o el colaborador necesario de un enemigo del pueblo. Tanto da. l ha sido todos y ninguno.

    Con una memoria impecable, Jos Luis hace repaso a toda una vida a lo largo de dos tardes en las que nos reunimos en su piso albaceteo, junto a un televisor que siempre parece programar los mismos dislates rosas. Su inseparable cigarrillo y un vaso de refresco, o de cava, porque siempre hay que celebrar algo, aunque slo sea estar donde estamos. O seguir estndolo.

    77967arte

  • 78 967arte

    que estuvimos ms de un ao y donde hice todo tipo papeles en todo tipo de obras, de lo cmico a lo serio, por lo que la considero mi verdadera escuela, hasta que estando en Madrid y vindome ya ms preparado decid cambiar de rumbo y me present al maestro Guerrero, para su teatro de Zarzuela. Yo saba que no tena mala voz, y el maestro despus de hacerme unas pruebas, me contrat como actor de cuadro, con obligacin de canto. Hacamos un nmero cmico entre cuatro actores, muy gracioso -y aunque est mal decirlo, el ms gracioso era yo, al menos a juicio de los msicos-. En aquella compaa, fui haciendo mejores papeles. Recuerdo es-pecialmente el Don Sebastin de La verbena de la paloma, un personaje mucho mayor que yo, para el que iba muy caracterizado.

    P: Te caracterizabas t mismo segn has contado en ocasiones...

    R: S, hasta tal punto que estando con una compaa en el Lope de Vega me pidieron hacer de doble de un actor famoso, ade-ms de mi papel. El truco estaba en poder salir inmediatamente despus de una ca-da, tras el escenario. La caracterizacin era tal que el portero del teatro me pidi que atendiese una llamada telefnica que en realidad era para el actor al que doblaba...

    P: Te acercaste luego al mundo de las variedades y al cabaret.

    R: Bueno, antes de eso estuve unos aos con Amparo Rivelles y luego con Ismael Mer-lo. Ambas eran unas magnficas compaas... pero en concreto con la primera acced a los grandes papeles, tras la reposicin de una comedia titulada Mi mujer es un gran hombre, en la que Amparito -as la llam-bamos entonces-, me pidi que asumiera un papel en la nueva obra que representa-ramos dos das despus. Naturalmente cre que se trataba de un personaje de reparto, cuando para mi sorpresa al recibir el libreto veo que se trataba del segundo papel de la obra. Las crticas fueron estupendas, y con esa compaa represent ese papel tambin en provincias. En el debut en Madrid fuimos alternando diversas obras hasta encontrar el xito con Morena Clara, donde yo haca de galn, Rafael, un papel muy bonito, y que me proporcion mucho xito. Finalmen-te, cambi a la compaa de Ismael Merlo, donde interpret muchas obras, entre ellas El genio Alegre, en nuestro Teatro Circo. En aquella poca se representaba una obra al da durante el tiempo que permaneca la compaa contratada... hoy sera impensable.

    P: Se puede decir que seguas con paso firme...

    R: Hasta que comet una tremenda estupi-dez. Comenc a salir con una chica que no estaba muy de acuerdo con que yo siguie-ra en el teatro. Y para complacerla lo dej durante un ao. Un ao en el que lo pas fatal, trabajando de cualquier cosa, desde representante de una marca de cinturones hasta viajante de papelera. En cuanto lo dejamos, volv a los escenarios, y corriendo el ao 1960, conoc a una chica estupenda, una rubia guapsima y despampanante, baila-

    P: Cmo encaminaste tu vida cuando lleg tu vocacin de actor?

    R: Pues aqu en Albacete, sin irme ms lejos. Era 1950 y actuaba la compaa de Mara Fernanda Ladrn de Guevara en el Teatro Circo y yo, que sola frecuentar el Caf Ideal, al que acudan siempre los artistas, al ver que un miembro de esa compaa entraba en el caf, me arm de valor y presentndome le dije que tambin era actor, y que estaba en Albacete, en paro. La casualidad quiso que en esos das un actor le anunciara a Ma-ra Fernanda su intencin de abandonar la compaa, por lo que me instaron a hablar con ella en el intermedio, entre el primer y segundo acto de la pieza que representaban, y tras tener su conformidad, me citaron en el segundo entreacto con su representante, que me pidi unirme a la compaa varios das despus en Valencia, despus de pasar-me el papel que interpretara y tras su paso por otras ciudades. Naturalmente yo haba mentido, ni era todava actor ni tena el es-moquin que aquel representante me pidi para unirme a la compaa. En los das que mediaron hasta mi incorporacin acud a un sastre, Leopoldo Martnez, pianista en una or-questa en Albacete, que me lo proporcion.

    P: Y el debut?

    R: Pues tuve suerte, porque debut con Mal-valoca, una obra muy popular de la poca, donde tan slo tena un bocadillo, es decir una lnea de dilogo. Un herrero andaluz. Suerte, porque no habra sido el mismo reto lanzarme a actuar en un papel mayor sin ex-periencia previa a nivel profesional. En aquella compaa ensay y aprend mucho con Maria-no Asquerino, un fabuloso actor de la poca.

    P: Y luego? Seguiste sumando bocadillos?

    R: No, en realidad, hicimos una gira con Ma-ria Fernanda, y acabamos donde empec, en Valencia. All se disolvi la compaa, por en-fermedad de Mara Fernanda, y me un a otra, la de Muoz Seca, para una nueva gira, con la

    rina, con la que entabl relaciones y que me propuso montar un ballet, algo que siempre haba sido mi vocacin frustrada, ya que me hubiese gustado ser bailarn, o coregrafo. Para montar aquel ballet, con ella converti-da ya en mi pareja, tuve que recurrir a la familia, y con el dinero que nos aportaron, debutamos en 1962 en Portugal, en un casino cercano a Oporto. De all, pasamos a Lisboa, donde nos convertimos en fijos durante seis meses cada ao. Con aquel ballet estu-vimos tambin en Lyon, Tnger, Casablanca... En Sevilla llegamos a estar dos meses conti-nuados, algo muy poco corriente, con much-simo xito. De hecho, la mayor ovacin que he recibido fue en Sevilla, en el cabaret La Venta de Macedonio, tocando y bailando.

    P: Aquel xito cmo te afecta?

    R: Eran aplausos, muchos. Y fueron seis aos de trabajo continuo. Pero tambin estaba la parte oscura del cabaret, el alterne. No existe la visin amable que del cabaret se da en las pelculas. Lo que las chicas del alterne deben hacer para conseguir del cliente un whisky, dos whiskys, una bote-lla... es tremendo. Precisamente por cierta vergenza que eso me acarreaba llegu incluso a dejar de frecuentar los cafs de tertulia. En ese punto, el cabaret me hizo mucho dao en un aspecto concreto: a los ojos de la profesin, yo haba desaparecido durante seis aos. Y seis aos en el teatro son muchos aos, por lo que al volver a las tablas casi tuve que empezar de nuevo, aunque tambin decid acercarme a otros espacios, entre ellos la televisin, donde de-but con un papel de figurante en una ver-sin de Cyrano de Bergerac, o en la radio, donde estuve en Radio Nacional de Espa-

    ESPACIOABIERTO

  • 79967arte

    a, en aquellas radionovelas tan escuchadas en la poca, y de las que hice muchsimas.

    P: Y naturalmente, el cine.

    R: S, nunca me lo haba planteado, la ver-dad. Casi 50 pelculas. Y todo empez por casualidad. Tena yo un amigo al que le sur-gieron dos cintas a la vez, La regenta y Los nuevos espaoles. l se decant por la primera, un papel ms largo y me reco-mend a m para la segunda. La pelcula la diriga Roberto Bodegas, con guin de Jos Luis Garci, y despus de verme y de hablar de la apariencia y vestuario que tendra que tener yo en la pelcula, se decidi a darme el personaje. Mi papel, pequeo, era el de un homosexual, muy amanerado, al gusto de las comedias de la poca, pero compartien-do escena con Jos Sacristn, que se puede decir en ese sentido que me dio la alter-nativa. De mi trabajo en aquella pelcula se cort parte en el montaje final, porque deca Bodegas que le haba quedado muy larga.

    Tras aquella primera experiencia, que tuvo mucho xito tanto de crtica como de p-blico, segu trabajando sin parar en el cine, aunque en pequeos papeles, casi siempre como abogado, mdico, ministro... El cine me permiti forjar amistades como la de Fernan-do Fernn Gmez, que me dirigi en muchas de sus pelculas y tambin en el teatro, don-de adems apenas me correga. Otra amistad fue la de Juan Antonio Bardem, con quien trabaj en Siete das de Enero o El poder del deseo, pelcula muy escandalosa en su momento porque era el primer desnudo de Marisol, la que haba sido nia prodigio. Mi ltima pelcula precisamente estuvo dirigida por Fernn Gmez, Fuera de Juego, en 1991, y Bardem me llam para Resultado Final, la que hizo con Mar Flores, pero yo me en-contraba ya retirado en aquellos momentos. Tambin qued muy contento con Yo soy fulana de tal, con Concha Velasco, donde de nuevo interpretaba a un mdico, o La leyenda del tambor, de Jorge Grau, donde tena un papel bastante lucido, con presencia durante toda la pelcula, de alcalde. Mi por-te es lo que me proporcionaba, ese tipo de papeles. As me ocurri con Antonio Merce-ro y su Esprame en el Cielo, donde daba vida a Carrero Blanco, y tengo que confesar -porque soy exigente conmigo mismo-, que no me acaba de gustar mi interpretacin en esa pelcula, a pesar de que reconozco que haca bien el papel. S qued satisfe-cho, sin embargo, con el captulo piloto de Curro Jimnez, esta vez como Gobernador...

    P: Seguas mientras tanto con el teatro y la televisin...

    R: Fueron aos tambin de televisin, s. Con Ricardo Franco hice un captulo de La hue-lla del Crimen, y algo ms adelante com-part pantalla de nuevo con Fernn Gmez en Los ladrones van a la oficina. Tambin intervine en Anillos de Oro. En realidad, eran aos en los que haba que vivir, por lo que lo aceptaba todo. Haba que pagar el alquiler, tenamos que vivir mi mujer y yo, y los papeles que me ofrecan, unos de mayor importancia y otros ms ligeros, los aceptaba.

    P: Y finalmente decides retirarte...

    R: S, en los aos ochenta me retir parcial-mente. Es decir, del teatro, porque segu luego haciendo cine y televisin. Fue con un musi-cal de muchsimo xito, junto a Paco Vallada-res y Esperanza Roy: Por la calle de Alcal.

    P: Muchos aos de carrera, y alguna satisfaccin especial?

    R: Pues quiz un papel en El caso de la se-ora estupenda, junto a Amparo Rivelles. El propio Miguel Mihura vino a Barcelona, donde estrenbamos, para corregir el tiem-po, el ritmo y el texto de los actores. Du-rante las escenas en que representaba mi papel, el autor no me corrigi ni una sola slaba. La sorpresa, todava mayor, lleg cuan-do Mihura dijo de m, ante una compaera: este actor le da cach al escenario, tiene una enorme presencia. Cuando me lo conta-ron que menos que agradecer esas palabras.

    Jess Antonio Lpez

    Dir. de la Filmoteca de Albacete.

  • 80 967arte

    ESPACIOABIERTO

    Sit

    uac

    in a

    ccid

    enta

    l que

    se t

    rasc

    iende.

    Des

    crip

    cion

    es c

    asual

    es q

    ue

    se c

    onvi

    erte

    n e

    n

    par

    adoj

    as e

    iro

    na

    s. C

    arc

    ter

    irn

    ico

    de

    la

    pre

    senta

    cin

    com

    o es

    pec

    tcu

    lo.

    La serie Mantelitos es un compedio de piezas, manteles individuales de papel decorativo (gofrado de cenefas) reciclado, portadoras de dibujo que se integra en la estampa manual y el collage.

    Sirvo a la mesa la comida indigestible, al despedazar, el dibujo -trasgresor o irnico-, lo que se espera de la hora de la reunin formal/tradicional sobre el mantelito decorativo, como forma predeterminada de accin social y, por lo tanto, privadora de libertad.

    MANTELITOS

    Angelica monge,

  • 81967arte

    Del Cuerpo Cordero

    El cordero carece de individualidad. La clase es ms fuerte que el individuo y el ser se disuelve en lo genrico. Esta es la ms grave mutilacin que sufre el hombre al ser entrado en la franja del capitalismo, el cual le despo-ja de su naturaleza humana, y reduce todo su ser a fuerza de trabajo, transformndolo por este hecho en objeto. Y, como a todos los objetos, en mercanca, cosa susceptible de compra y venta.

    La funcin sustituye al fin. La abstraccin que lo califica -el trabajo medido en tiempo- no lo separa, sino que lo liga a otras abstracciones. De ah su ausencia de misterio. La repeticin del mismo gesto, propia de la mquina le lleva a una forma desconocida de la inmovilidad: sin rumbo.

    El mundo del terror, como el de la produc-cin en serie es un mundo de cosas, de tiles. Los tiles nunca son misteriosos o enigmti-cos, pues el misterio proviene de la indetermi-nacin del ser o del objeto que lo contiene. El misterio es una fuerza o virtud oculta, que no obedece y no sabemos a qu hora y cmo va a manifestarse. Los tiles no esconden nada.

    La ignorancia no consciente gua al cordero. Detrs del otro cordero. Los primeros cor-deros del rebao no existen, todos avanzan siempre mirando hacia el interior del reba-o. Identificados todos en cada uno se ven reflejados en todas sus direcciones. No son algo numerable, sino incontable. Como la are-na y el agua, la masa, se mueve por inercia.

    Es el miedo expansivo en horizontal que se extiende por los asientos de vagones de me-tro, calles y lugares pblicos, sobre todo si hay que hacerse responsable de adoptar al-guna actitud como respuesta a una situacin concreta. Y es sta, la parte que del civismo, constituido por esa modernidad, en sus for-mas de buenas actitudes estticas desligadas y libres de las necesidades primarias, recorta la libertad ontolgica y de expresin por hacer de la humanidad masa.

    Y es que, cuando no hay una amenaza de un peligro externo que ponga en peligro alguna parte de la integridad del grupo, los conflic-tos se generan dentro de ste.

    El cuerpo del cordero representa para los cristianos el cuerpo de la ofrenda, es una par-te, un miembro del rebao. El cuerpo del cor-dero es el espacio a travs del cual se ofrece el sacrificio, ofrenda en agradecimiento de la posesin de ese mismo rebao.

    Retomo este cuerpo en la obra como espacio activo de sacrificio; sacrificio de las cosas que nacen y mueren en cada instante siendo atra-vesadas por el hilo conductor de la accin.

    Alienacin

    () reunidos, ms que unidos, a causa de algo que slo nos vincula desde el exterior (segn el modelo que ya Sartre analiz y critic del conjunto de personas que forman cola en una parada de autobs). Y tambin se retroalimen-ta esta imagen de la sociedad en tanto que agrupacin de mnadas aisladas al atribuir siempre connotaciones positivas a la nocin de autonoma y negativas a la de alienacin.T

    CNIC

    A: T

    inta

    chi

    na y

    collage

    ; SOP

    ORTE

    : Pap

    el re

    cicl

    ado

    con

    gofr

    ado

    deco

    rati

    vo; D

    IMEN

    SIO

    NES

    : 65x

    50cm

    .

    LAS OTRAS COSAS A LAS QUE LLEVAN LAS UNAS

    Angelica monge

  • ESPACIOABIERTO

    El rebao se extiende en la inmensa explana-da de la serialidad, clonaciones infinitas como batalln horizontal. Anulacin de la vertica-lidad y la rareza.

    Alienacin social en cuanto a que invalida la contradiccin y la excepcin en sus valores ms puros.

    Cuando hablo de rebao lo hago del conjun-to de individuos, no faltos de individualidad autosuficiente ficticia -evidenciando que la ilusin de autosuficiencia est hecha sobre todo de fragilidad y de miedo- prescindente de los dems, sino carentes de peculiaridad y afirmacin de su ser y encuentro de ellos mismos en un desarrollo personal que apun-te a la versatilidad, a la creatividad (en cuanto a posibilidad) y a la sabidura.

    Este miedo se refuerza con la generacin espontnea de legislaciones para todo, las cuales privan de la libertad ms profunda de las reacciones y las actitudes.

    Es el mismo repliegue del que habla Leibniz.

    Todo el mundo reclama el derecho a vivir aislado en su pequea torre de marfil, apa-rentemente indiferente a las vidas ajenas. Una torre cuya forma sera redonda, como no poda ser de otra manera. De este modo, a travs de las formas curvadas (o femeninas) se transmite un mensaje de ausencia de agre-sividad, o de intento de injerencia en la vida de los dems.

    En la enajenacin se cierran las vas de acce-so a la experiencia ms honda que la vida ofrece al hombre y que consiste en penetrar la realidad como una totalidad en la que los contrarios pactan. Los nuevos poderes abo-len la soledad por decreto. Y con ella al amor, forma clandestina y heroica de comunin. Defender el amor ha sido siempre una activi-dad antisocial y peligrosa.

    La repeticin de actitudes y frmulas secu-lares no solamente asegura la permanencia del grupo en el tiempo, sino su unidad y cohesin.

    La obligacin social actual y de todos los tiempos es convertir al individuo en miem-bro de un cuerpo social, no hay individua-lidad.

    Toda identidad, y no slo la humana, no sera otra cosa que un recorte arbitrario en una masa antolgicamente homognea.

    La seriacin es integracin entre los indi-viduos por efecto espejo, identificacin del uno en el otro.

    Deleuze entra en profundidad en la ontologa de la serie, analizando las series infinitas re-guladas por las convergencias y divergencias. Lo que lleva a separar mundos incomposibles y a compatibilizar mundos composibles.

    TCNICA: Estampa manual, tinta china y collage; SOPORTE: Papel reciclado con gofrado decorativo; DIMENSIONES: 65x50cm.

    A LOMOS DE JANTO

    82 967arte

  • 83967arte

    Cada oveja con su pareja en la dualidad ms convencional.

    A la hora de esta comida, el ofrecimiento se da a travs de la carne del cordero que se convierte en intencin de peticiones y ofrendas.

    Cordero de juego, portal de Beln.

    TCNICA: Tinta china y collage; MATRICES: Pieza de imprenta; SOPORTE: Papel reciclado con gofrado decorativo; DIMENSIONES: 65x50cm.PAREJITAS

    Y COSAS

  • tu galera de arte en Albacete

    c/ Marqus de Villores, 70, Albacete.De 10h a 13,30h 17,30h a 21h (de lunes a sbados) 967 23 07 23 / 687 545 061 [email protected]

    Sala con una superficie de 45m2 (9m. de largo x 5m. de ancho. De altura 3,2m.).Difana, paredes, blancas, lisas y sin columnas. Con colgadores y can de luz.Escaparate con vistas a la calle.

  • 85967arte

    Claudia Gonzlez

    Nadie ve la ventana.

    Cuando miramos una ventana no vemos la ventana, vemos a travs. Vemos lo que est al otro lado, la realidad que se nos muestra sin ser conscientes del marco que la rodea y de todas las implicaciones que esto conlleva.

    La imagen no existe.

    Cuando nuestro ojo se vuelve hacia una imagen no es a ella a quien vemos, sino la realidad que nos muestra. En esto consiste el simulacro, la imagen cobra entidad propia, nos olvidamos de la superficie plana de la representacin para ver algo que existe por s mismo.

    Atrapados

  • 86 967arte

    ESPACIOABIERTO

  • 87967arte

    El televisor es la gran ventana de nuestro tiempo.Televisor hecho de plstico que acumula polvo en un lugar privilegiado de nuestros hogares pero que desaparece como objeto en cuanto lo encendemos para dejar paso a otra forma de mirar. Cundo pasa un cuadro de ser un objeto, una tela con pintura a ser un simulacro, una realidad con alma y existencia por s misma? Cmo se produce la transfor-macin de la superficie bidimensional en algo ms?

    Me interesa preguntarme sobre el papel que juega la pintura en nuestro tiempo de realidades virtuales; y me parece fundamental, pues la pintura fue la primera forma de virtualidad, de simulacro. Simulacro que gracias a su larga tradicin e historia se ha ido enriqueciendo y llenando de matices y significados que no podemos olvidar cuando cogemos un pincel. Pintar hoy no es casual.

  • 88 967arte

    Estamos tan sobresaturados de imgenes que todo se disuelve.

    Existe una masificacin, polucin visual. Vemos tanto que ya no vemos nada. Y lo que le pasa a la imagen, esta disolucin, esta desaparicin por abundancia es un reflejo de lo que nos pasa a nosotros mismos.

    En mi pintura establezco un paralelismo entre la desaparicin de la imagen y la del individuo que deja de ser carne para convertirse en imagen.

    ESPACIOABIERTO

  • Las VRGENESVESTALESde Hctor Cao

    El cineasta manchego Hctor Cao obtuvo el ttulo de realizador en el Instituto Oficial de Radiodifusin y Televisin (IORTV). Poco despus estudi Direccin Artstica y se gra-du en Dibujos Animados en la prestigiosa Es-cuela de Cinematografa y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM), en 2004.

    Entre sus primeros trabajos cabe destacar el desarrollo del story-board del cortome-traje Promocin: Prohibida su Venta (Luis Arribas de la Cruz), por el que estuvo no-minado en los Premios Goya de 2003.

    En esta poca su obra empez a tener cier-to reconocimiento internacional, ya que la historieta Juan Jos Vicente dibuja lo que siente result seleccionada por Espaa en el II Premio Internacional de Humor Gr-fico Peloduro 2004, que concede anual-mente la Fundacin Lolita Rubial (Uruguay).

    89967arte

  • ESPACIOABIERTO

    90 967arte

    Sus creaciones se han difundido a travs de la prensa espaola. Por gentileza de la periodista Merce Lpez public una serie de vietas hu-morsticas para EP3, suplemento digital de ocio y cultura del diario El Pas. Sus persona-jes Juanito, Gramola y Marisugus contaron con cabecera y seccin propias, expuesta en Inter-net de Noviembre de 2005 a Enero de 2006.

    Como guionista de cine escribi el largome-traje de ficcin Instrucciones para una nue-va vida, dirigido por Jorge Vidal para Solo-miren P.C. y estrenado en los Cines Golem de Madrid el 28 de Noviembre de 2007.

    En 2004 realiz el segundo cortometra-je de animacin, Cervantes 21, que con-t con el patrocinio de la Junta de Co-munidades de Castilla-La Mancha y fue emitido por La 2 de TVE el da 22 de No-viembre, en el programa Quixote 4.0.

    Su cortometraje de dibujos animados Los Fu-silados de Goya, en el que interviene el cle-bre escritor y guionista Juan Antonio Porto prestando su voz al personaje de Goya, se estren en el Crculo de Bellas Artes de Ma-drid y ha participado en la Seccin Oficial a Concurso del Festival de Animacin Anima-basuri de 2007, en el II Festival Internacional de Cine de Sax y tambin en el VII Festival de Cine Arqueolgico de Bidasoa. Adems ha sido proyectado en el Festival Internacional de Cinema de Catalunya -Sitges 07- y en el

    Festival Internacional de Cine de Albacete -ABYCINE 07-. Este trabajo de animacin ha sido editado en DVD por la Comunidad de Madrid, junto a Madrid Film Commission y a la ECAM para el Festival Animadrid 2007.

    Hctor Cao se confirma como autor de c-mic con su novela grfica Juan Jos Vicente es un tipo independiente, de la que se siente ple-namente satisfecho. Inspirado en el cine mudo norteamericano y en los ilustradores del New Yorker, Hctor describe la narracin sin textos de apoyo que comprenden las ochenta pgi-nas de este libro como una sinfona animada.

    El editor Mario Ayuso ha dicho de l: Hc-tor ama la historieta, lleva aos leyendo sus clsicos, aprendiendo de sus mayores, co-nociendo lenguajes icnicos. Participativo, colaborador, discutidor, activista del arte, observador, estudioso, no se queda nunca en las meras palabras. Acostumbrados a las promesas incumplidas en un mundo de fan-tasas con poco suelo, Hctor Cao dice que va a hacer algo y lo pone en prctica.

    La serie de dibujos que publicamos en estas pginas, titulada Las Vrgenes Vestales, nos muestra la cara ms desconocida de Hctor. En ella podemos ver su formacin clsica y sus inquietudes en la investigacin de la ana-toma humana ms realista. Una tcnica muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados, pero de igual modo, sencilla y contundente.

  • 91967arte