que caracteriaza la predicacion eric alexander

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¿Qué Caracteriza a la Predicación Bíblica? Eric Alexander Entiendo completamente lo que la mayoría de ustedes siente frente a las palabras de John Stott, y es frecuente que yo mismo, llego al domingo, con estas palabras en mi boca: “Dios mío ten piedad de mi y de estas personas”, pues siento exactamente el mismo sentimiento aplastante de fracaso y frecuentemente pienso si no sería mejor que yo parara todo completamente y me dedicara a otra cosa que no fuera predicar la palabra de Dios. Creo que la mayoría de expositores bíblicos experimentamos esto. Permítame como un trasfondo leer lo que pasa después de la reconstrucción de las murallas de Jerusalén, cuando se inicia la reconstrucción por sus habitantes. Creo que este texto nos orienta en cuanto a lo que es nuestro compromiso y entendimiento como expositores de la palabra de Dios. Leamos Nehemías, capitulo 8: “Dios mío ten piedad de mi y de estas personas” “Y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel. Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender, y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. Y el escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a é1 estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarias y Mesulam. Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento. Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra.” (Nehemías 8:1-6) Si seguimos el texto veremos que en el versículo 7 los levitas estaban allí para asegurarse que la gente entendiese la palabra. Y la gente la entendía, pues se entristecía y lloraba. Entonces viene Nehemías a consolarlos y estimularlos a medida que se les aplica la Palabra de Dios (verso 8). Esta es la escena que se nos presenta y que puede ser el mejor trasfondo para el tema del cual vamos a ocuparnos.

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¿Qué Caracteriza a la Predicación Bíblica?

Eric Alexander

Entiendo completamente lo que la mayoría de ustedes siente frente a las palabras de John Stott, y es frecuente que yo mismo, llego al domingo, con estas palabras en mi boca: “Dios mío ten piedad de mi y de estas personas”, pues siento exactamente el mismo sentimiento aplastante de fracaso y frecuentemente pienso si no sería mejor que yo parara todo completamente y me dedicara a otra cosa que no fuera predicar la palabra de Dios. Creo que la mayoría de expositores bíblicos experimentamos esto.

Permítame como un trasfondo leer lo que pasa después de la reconstrucción de las murallas de Jerusalén, cuando se inicia la reconstrucción por sus habitantes. Creo que este texto nos orienta en cuanto a lo que es nuestro compromiso y entendimiento como expositores de la palabra de Dios. Leamos Nehemías, capitulo 8:

“Dios mío ten piedad de mi y de estas personas”

“Y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová

había dado a Israel. Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender, y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. Y el escriba Esdras estaba sobre

un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a é1 estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarias y Mesulam. Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento. Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió:

¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra.” (Nehemías 8:1-6)

Si seguimos el texto veremos que en el versículo 7 los levitas estaban allí para asegurarse que la gente entendiese la palabra. Y la gente la entendía, pues se entristecía y lloraba. Entonces viene Nehemías a consolarlos y estimularlos a medida que se les aplica la Palabra de Dios (verso 8). Esta es la escena que se nos presenta y que puede ser el mejor trasfondo para el tema del cual vamos a ocuparnos.

¿Qué caracteriza a la Predicación Bíblica? Eric Alexander

 

Encuentro que hay ocho proposiciones sobre la exposición o predicación Bíblica. Al estudiarlas junto con ustedes espero que nos sirvan de base para el estudio y el debate sobre el tema. De algunas de las ocho proposiciones trataré más extensamente que de otras.

Estas son las ocho proposiciones sobre la predicación bíblica.

La predicación bíblica es:

1. fundamental en su importancia. 2. espiritual en su esencia. 3. didáctica en su naturaleza. 4. expositiva en su forma. S. sistemática en su modelo 6. pastoral en su interés. 7. clara en su estructura. 8. pertinente en su aplicación. 1. LA PREDICACION BIBLICA ES FUNDAMENTAL EN SU IMPORTANCIA

Por la importancia fundamental del ministerio de la predicación bíblica dentro de la iglesia, citaré lo que W. Sanston dijo poco antes de su muerte: “Quisiera confrontar a cada uno de los ministros de la Iglesia con esta pregunta: ¿Cree usted que predicar es el medio principal por el cual Dios trae la gente a la salvación y por tanto, su compromiso con esta tarea le lleva a dedicar sus mejores horas y su mejor esfuerzo en el cumplimiento de esta misión?”.

Esto lo dijo Sanston cuando vio que por su enfermedad le quedaban pocas fuerzas y escasos días de vida. Seguramente él hubiera dicho que hoy día es aún más necesario este convencimiento, por cuanto se presenta una falta de confianza en el ministerio de la predicación. Esta falta de confianza en la predicación nos confronta hoy ciertamente, en Inglaterra y me parece ver que sucede lo mismo en una forma más amplia en Estados Unidos. Oímos de esta crisis en nosotros y creo que es debido a un número de factores, sin duda muchos de origen sociológico. Marshall Mackure dice que vivimos en lo que él describe como una era de hombre no literario, no comunitario, de información instantánea por fenómenos como la televisión. Este es un hombre que está siempre de prisa. Otra razón es probablemente intelectual: el moderno desagrado del dogmatismo. Esa autoritativa proclamación en el clima actual intelectual es algo con lo cual la gente se siente incómoda. Desde este punto de vista se piensa que “mi opinión” es tan buena, como en el relativo y subjetivo modo en el pensamiento moderno, que hace al diálogo parecer que es una aproximación más humilde y más democrática a la realidad.

¿Qué caracteriza a la Predicación Bíblica? Eric Alexander

Necesitamos definitivamente estar más convencidos del concepto del Nuevo Testamento sobre la autoridad, la cual finalmente nos lleva a la autoridad que pertenece a Dios, transmitida a nosotros por su Palabra. De manera que, el verdadero panorama en el Nuevo Testamento no es la congregación sentada bajo la autoridad del predicador, sino el predicador y la congregación inclinándose ante la autoridad de la Palabra escrita de Dios. El propósito fundamental de predicar en la iglesia es simplemente un corolario de la Escritura. Si usted corroe lo último ciertamente corroe lo anterior. Pero si nosotros vamos a ser lógicos y consistentes y sí decimos que la Escritura es fundamental para la vida de la Iglesia y su continuidad, entonces es la exposición de la Escritura la que es fundamental para el modelo de la Iglesia. Esta cuestión de la autoridad de la Escritura es crucial para nuestra comprensión de la predicación, no solamente su autoridad en el sentido de su inspiración e infalibilidad, porque si se destruye esa convicción, se destruirá mucho de lo que es esencial en la predicación bíblica.

¿Es la Escritura suficiente para todas nuestras

necesidades como Iglesia de

Jesucristo?

Pero hay otra área de la predicación que es aun más imperiosa y es la doctrina de la suficiencia de la Escritura. La gran pregunta es la siguiente: ¿es la Escritura suficiente para todas nuestras necesidades como Iglesia de Jesucristo? La predicación bíblica expositiva debería ser por si misma un testimonio de la autoridad y suficiencia de la Escritura para la iglesia.

Recientemente encontré algunos trabajos de J. I. Packer que me impresionaron como relevantes en este sentido. El habla del código actual de espontaneidad en la iglesia cristiana y manifiesta lo siguiente: “La profecía carismática, que es desprevenidamente aplicada a la proclamación diferente del nombre de Cristo, es una forma extrema de esto”.

Pero cualquier esfuerzo que se centre más en la espontaneidad que en la sustancia y pasión en los oradores es carencia de preparación. La verdadera predicación, por necesidad, va a languidecer. Aquí hay otra razón porque algunos cristianos honestos no tienen experiencia ni aún sospechan del poder de la Palabra de Dios expuesta. Hay un gran énfasis en el mundo contemporáneo sobre este culto a la espontaneidad. Es importante ampliar los conceptos sobre las bases bíblicas y teológicas como fundamento de esta clase de predicación.

Primeramente esta la evidencia y el testimonio bíblico como factor sobre el cual se funda la predicación. El ejemplo de Jesús sobre sus apóstoles es básicamente un ministerio de enseñanza combinado con la predicación.

 

¿Qué caracteriza a la Predicación Bíblica? Eric Alexander

Al inicio de su ministerio, Jesús en Nazaret expresa: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas” (Lucas 4:18) y confirma la relevancia que tiene el pasaje de Isaías 61:1-2 que leyó aquel día en el servicio de la Sinagoga.

Luego sigue en su ministerio por toda Galilea enseñando en las Sinagogas y predicando el evangelio del Reino. Los pedidos de la multitud no le distraen de su ruta y cuando le informan “todos te buscan después de las sanidades en Capernaum” responde: “sigamos a los otros pueblos para que predique allí también, puesto que para esto he venido”. Después delega la gran comisión a los doce en Lucas 9 y en Mateo 28: 18,19,20 que reafirma su interés principal en predicar el evangelio.

Regresando al patrón apostólico, es obvio que los apóstoles estén interesados en dar la prioridad que se merece la predicación en la vida de la iglesia primitiva. De manera que, cualquier intento de detenerlos lleva a una oración unida (Hechos 4) y a una deliberada organización de sus estructuras para permitir que los ministerios de la palabra y la oración sean primordiales (Hechos 6).

Uno de los aspectos importantes para tener en cuenta, obviamente, es que el libro de los Hechos de los Apóstoles no sólo da testimonio del poder del Espíritu Santo trabajando en la iglesia primitiva, sino de la primacía de la predicación en un ministerio lleno del Espíritu Santo.

Pero hay otras consideraciones lógicas que muestran la naturaleza fundamental de la predicación bíblica. Detrás de la proposición que afirma que la predicación es fundamental, está este hecho teológico fundamental: que la verdad divina no debe ser pensada a través de discusión o diálogo. No se llega a ella a través de una síntesis de opiniones, ha sido de una vez por todas revelada, entregada y comisionada a la iglesia; en otras palabras es un Evangelio. La Palabra del Evangelio es noticia. Por lo tanto, no admite la búsqueda de un referente previo o actual, sencillamente debe ser proclamada y enseñada desde una posición de autoridad. Es decir, desde donde Dios

nos ha dado esa revelación, la cual es la Sagrada Escritura. Ahora, aquí está el carácter monumental de predicación que es inevitable: la exposición bíblica es frecuentemente burlada y mofada porque la gente no entiende la razón teológica para una predicación mono-lógica. Pues el monólogo tiene que ver con la esencia de ella, por la simple razón que estamos hablando de la revelación que Dios nos ha dado en su Palabra.

Nos enfrentamos a la mente oscura del

hombre no regenerado,

exponiendo la verdad delante de él.

 

¿Qué caracteriza a la Predicación Bíblica? Eric Alexander

Otro hecho teológico que yace bajo esta declaración es, no sólo la naturaleza de la revelación, sino la naturaleza del hombre como un ser caído. En 2 de Corintios 4:4 Pablo advierte que la mente del hombre natural está cegada por el amo de este mundo de manera que no puede ver la gloria del evangelio (“en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio”) Ahora, ¿cual es el método de Pablo para manejar esta mente oscura del hombre? Aquí está su respuesta:

“Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.” 2a de Corintios 4:2.

La palabra, para aquellos que están familiarizados con esto, es la "fanerosis" de la verdad. La disposición para exponer la verdad. El desenvolvimiento de la verdad de manera que nos enfrentamos a la mente oscura del hombre no regenerado, exponiendo la verdad delante de él.

Ahora, ese lugar fundamental de la predicación bíblica puede ser congestionado de muchas maneras y por muchísimas otras cosas, y creo que estamos experimentando esto de una forma muy real.

En cierta ocasión vino un joven a buscarme, procedente de una gran ciudad de Inglaterra donde él era estudiante. Había estado en Glasgow por unas ocho semanas, y me telefoneó y me dijo: he viajado dos horas y media en bus hasta el otro lado de la ciudad. He visitado todas las iglesias de las cuales me han hablado, y que sean remotamente evangélicas. He escuchado una maravillosa música en muchas; dijo. He estado en algunas memorables, centelleantes charlas sobre cosas actuales, he presenciado dramas, bailes, y he sido testigo de excelentes momentos de adoración, pero luego me he sentado en mi residencia universitaria preguntando: ¿Nadie en esta ciudad alimentará mi alma?

¿Nadie en esta ciudad alimentará

mi alma?

Ahora, este es un grito que creo que está aumentando de las ciudades en nuestra nación. Esto es algo de lo que debemos estar conscientes, porque creo que el maligno empezará su trabajo más efectivo en este ámbito. ¿Pueden imaginarse lo que esa clase de erosión en la enseñanza de la verdad bíblica va a significar para las generaciones venideras?, ¿en qué van a caer? Yo creo que hay una generación que está gritando: “cuando habrá en esta ciudad quien alimente mi alma”. La exposición bíblica es, por lo tanto, fundamental en su importancia.

 

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2. LA PREDICACION BIBLICA ES ESPIRITUAL EN SU ESENCIA

Creo que esta es una de las cosas más básicas en relación a la exposición bíblica. La tarea de la predicación no es intelectual, ni sicológica, ni retórica, es esencialmente espiritual. Déjenme explicarles que quiero decir con esto. Podemos hacer muchas cosas por la congregación, podemos moverlos profundamente, podemos persuadirlos, educarlos, adoctrinarlos, incluso de la manera mas ortodoxa, pero la única cosa que nunca podemos hacer es regenerarlos eternamente y verlos transformados a la imagen de Jesucristo, transformados en su carácter moral, para que lleven su gloria. Aunque este es el gran llamado para la iglesia de Jesucristo, es esencialmente el trabajo de Dios y no nuestro. De modo que podemos ser homiléticamente brillantes, verbalmente fluidos, teológicamente profundos, bíblicamente exactos y ortodoxos, y a la vez espiritualmente inútiles.

Ahora, esto me aterroriza a mí, y espero que a ustedes también. Es muy fácil para nosotros estar confiados en nuestra habilidad homilética, nuestra profundidad teológica, nuestra habilidad en elocuencia, pero no es suficiente para garantizar la obra que sólo realiza Dios. Pablo puede plantar y Apolos puede regar; pero plantar y regar no es suficiente para dar crecimiento. Es Dios el que da el crecimiento. Y crean que en nuestra generación es ese crecimiento lo que tan desesperadamente necesitamos ver, ese efecto que es exclusivamente el trabajo de Dios.

Alguien me dijo hace poco: “A menudo me pregunto cuándo voy a las iglesias: ¿qué está pasando que difícilmente puede explicarse en términos humanos?” De manera que hay una gran diferencia entre la predicación bíblica verdadera y las conferencias académicas, las discusiones retóricas y la manipulación de masas. Dependemos enteramente de la acción de poder y gracia del Espíritu Santo.

En nuestros ministerios la oración no es suplementaria

sino que es fundamental.

Gracias a Dios, que toma lo débil de este mundo para confundir a los poderosos y lo. vil del mundo y lo menospreciado y lo que no es, para deshacer lo que es. Pero creo que una cosa muy importante es que hagamos esta pregunta ¿qué está pasando que difícilmente puede explicarse en términos humanos? Este cuestionamiento es vital también para nuestra vida personal. Esta es la razón por la cual casar o juntar el ministerio de la predicación con la oración es absolutamente esencial. En nuestros ministerios la oración no es suplementaria sino que es fundamental; este es uno de los elementos importantes que hoy en día se está descuidando. Todos reconocemos que no es nuestro trabajo sino que es de Dios; por supuesto nos acogemos a eso pues somos evangélicos. Pero vean como corolario lógico que la oración,

 

¿Qué caracteriza a la Predicación Bíblica? Eric Alexander

 

entonces, es un tema fundamental. Me impresiona que cuando los apóstoles reestructuraron la vida de la iglesia primitiva en Hechos 6:4, fue debido a esta determinación: “Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra."

E. M. Bounds, quien escribió ese notable librito: "Poder por medio de la Oración", que yo leo cada año, no como una penitencia sino como un medio de gracia, y que yo les recomiendo por su gran contenido; dice:

“La iglesia está en camilla a menos que nos entreguemos a la oración y al ministerio de la palabra” …“La iglesia está buscando mejores métodos, pero los hombres son los métodos de Dios, y mientras la iglesia está buscando mejores métodos, Dios esta buscando mejores hombres. Son los hombres los que Dios unge; no los métodos.”

Por supuesto eso no quiere decir que no estemos pendientes de los métodos, no significa que seamos tan tontos para no oír nuevas ideas y pensamientos y ser cuidadosos en nuestra administración y búsqueda de métodos, que sean significantes, valiosos y efectivos. Pero debemos reconocer que esta tarea es espiritual en esencia.

3. LA PREDICACION BIBLICA ES DIDACTICA EN SU NATURALEZA

Nuestro llamado, por lo tanto, es a la mente, pero no a la mente como último fin, porque nuestro fin último es alcanzar el corazón y la voluntad, pero la ruta al corazón y a la voluntad es a través de la mente y a ella nos aproximamos mediante la Sagrada Escritura. Esto es muy importante para nuestra comprensión. Este es indudablemente el patrón de la predicación bíblica y significa que la aproximación primaria es la enseñanza de la verdad a la mente, para persuadir a la gente al arrepentimiento y la fe. El profesor James A. Jorton, autor de un libro publicado hace mucho tiempo, dice que es malo predicar por encima de las cabezas de la gente, pero peor aún no predicara sus cabezas.

El lenguaje de Pablo es muy significativo a este respecto. Es el lenguaje del razonamiento, la persuasión y el argumento. Significativamente la respuesta humana se describe como ser persuadidos o convencidos. “Algunos de los judíos se convencieron” creyendo la verdad, reconociendo la verdad, obedeciendo la verdad. (Hechos 17:4) Creo que eso es particularmente importante en nuestro pensamiento sobre toda clase de predicación, incluso y tal vez más significativamente en la predicación evangelística. El profesor Donald McLaud, del Colegio de la Iglesia Libre de Edimburgo, una de las personas más brillantes en nuestro equipo Escocés; ha escrito: “Evangelismo, como se define en la Escritura, es una batalla por la mente, su misma esencia es la explicación de la verdad; esto es, necesita tener un contenido de enseñanza.”

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E. Pollard un escocés que pasó la mayoría de su vida fuera del país, en su libro “El ministerio de la palabra”, dice que el llamado constante a los hombres para venir a Cristo, repitiendo las palabras de Pablo a los Judíos “Creed en el Señor Jesucristo”, sin decirles quien es Jesús y como venir a él, es mera caricatura, es usar el nombre de Jesús corno sólo un encanto cabalístico y reducir el mensaje a una mera fórmula vacía.

Si queremos ser evangelistas efectivos debemos dar una respuesta a aquellos que nos pregunten: ¿quién es este Jesús para que yo pueda creer en él?. ¿Que hay en su muerte que tenga relación conmigo? Eso es lo realmente importante; por supuesto, es verdad que en la Escritura debemos llamar a los hombres a tomar una decisión. Pero dense cuenta que necesitamos aseguramos que ellos sepan sobre que están tomando esa decisión. Necesitamos darles algo para decidir, ellos están decidiendo sobre la verdad y ese es el elemento vital.

Estamos llamados, ante todo, a ser maestros de la verdad de la Palabra de

Dios

4. LA PREDICACION BIBLICA ES EXPOSITIVA EN SU FORMA

Lo que quiero decir bajo este título es que yo estoy de acuerdo con John Stott cuando dice que todo sermón, debe ser de alguna forma, una exposición de la Escritura en su contexto.

Esto es la cantera en la cual trabajamos y profundizamos como predicadores, es la cantera de la Sagrada Escritura. No hay ninguna otra cantera en la cual podamos encontrar el oro de la verdad de Dios. Para cambiar de metáfora, el alimento que le servimos a la gente, el pan que les partimos es la Sagrada Escritura. No hay ningún otro pan u otras piedras preciosas, lo importante es que reconozcamos en donde trabajamos. Trabajamos en la cantera de las Sagradas Escrituras. Presentamos a las personas el pan de Dios que es en la Palabra de la Escritura. Para cambiar de nuevo la metáfora, es la espada de Dios: la Palabra del Espíritu. La espada del Espíritu es la Sagrada Escritura. Fuera de ella no tenemos palabra de autoridad. Esta es una de las ventajas de la predicación expositiva, nos trae consigo la autoridad de Dios en su Palabra. Este es todo nuestro esquema de ministerio, para que la gente reconozca que nuestra misión no es vender nuestra propia opinión, o nuestra visión particular sobre algo. Por el contrario, humildemente, y con abierta actitud buscaremos lo que la Sagrada Escritura dice para luego obedecer al Señor, declaramos la opinión de Dios de acuerdo a la Biblia.

La tarea ha sido más claramente ilustrada en Nehemías capítulo 8, cuando la gente estaba escuchando la Palabra y en versículo ocho dice: “Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.” Fueron los levitas quienes hicieron que este entendimiento sea posible. Nuestro llamado es seguir el ejemplo de Nehemias y Esdras.

 

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John Stott lo expone de esta manera: “nuestra tarea es abrir lo que está cerrado, hacer sencillo lo que es complicado, desatar lo que está atado, y desenvolverlo que está densamente empacado.”

Somos los siervos de Dios en esta tarea. Ahora bien, la diferencia entre esta tarea y otra forma de predicación es que la Escritura no es nuestra sierva, de manera que no la usaremos como un texto para decir lo que nosotros queremos decir.

Uno de nuestros estudiantes de teología estaba en una reunión mensual, en nuestra casa, con algunos otros hermanos Cuando estábamos hablando del domingo siguiente y donde cada uno estaría ministrando la Palabra alguien le preguntó al que hablaba durante el curso de la discusión: “¿qué estás haciendo?” Y él responde: “Bueno, yo tengo una idea que me ha estado rondando en la cabeza toda esta semana, y he decidido que usaré este texto para predicar, …” Yo estaba bastante incómodo con esta forma de tomar el ministerio de la Palabra mientras estaba sentado en mi silla, cuando todos ellos saltaron sobre él, y le dijeron: “eso es exactamente lo contrario de lo que debemos hacer, somos sirvientes de la Escritura y no lo contrario”. Eso es

lo que la verdadera exposición demanda de nosotros, integridad total con el texto de la Escritura. Puede que no diga yo todo lo que está en el texto pero por la gracia de Dios yo no querré decir nada que no esté en el texto. Esto es, seré fiel a lo que dice la Escritura.

“nuestra tarea es abrir lo que está cerrado,

hacer sencillo lo que es complicado, desatar lo

que está atado, y desenvolverlo que está

densamente empacado.”

Creo que esta tarea involucra varias cosas. De alguna manera, he llegado a ser práctico. Para mí involucra primero meditación prolongada en el texto o pasaje. Una cosa importante e inmensa para todo expositor es tener una buena doctrina de la iluminación junto con la revelación.

Somos dependientes de Dios, tanto para la iluminación como para la revelación. Revelación es el énfasis objetivo en la doctrina, e iluminación es el énfasis subjetivo. Prolongada meditación es la cosa primordial, no saltar inmediatamente a tomar notas. Si me excusan voy a poner mi ejemplo personal. Yo tengo el hábito, tal vez la idiosincrasia, de grabar en un cassette el pasaje sobre el cual voy a predicar. Luego, cuando estoy metido en medio del tráfico de mi ciudad, oigo la cinta una y otra vez en la casetera de mi carro. Algunas veces lo puedo escuchar media hora. Así es el tráfico en las horas pico. en Glasgow Pero hago esto para mí, porque la prolongada meditación me parece ser muy importante y un elemento esencial en nuestra preparación para la predicación expositiva.

 

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El segundo elemento en ella es la exégesis. Para esto, a menudo es necesario usar todas las herramientas que Dios nos ha dado para un cuidadoso estudio del pasaje. El objetivo de la exégesis es responder a la pregunta: ¿Qué fue lo que exactamente quiso decir el autor? De manera que tomaremos libros de léxico, y diccionarios para consultar. El objetivo es llegar al verdadero significado del texto.

Debemos estar interesados en la forma de las palabras, los verbos, sus tiempos, la estructura gramatical, etc, etc,. De cómo esas palabras fueron usadas en otras partes de la Escritura, esa clase de cosas. Hay algunos comentarios que ustedes conocen y que son particularmente útiles en esta área. Por ejemplo, el diccionario crítico internacional ha sido la herramienta básica para mí por muchos años, aunque ahora hay algunos más modernos. Siguiendo con la metodología exegética, debo decir que la cuestión aquí no es sólo lo que dijo el escritor sino lo que quería significar.

Aquí la confesión de Westminster nos propone la regla que dice que la norma infalible para la interpretación de la Biblia es la Palabra misma. Entonces, cuando hay una duda sobre el verdadero significado de cualquier Escritura debe consultarse en otra parte de la misma Escritura donde se exprese más claramente. John Knox también nos habla de lo mismo: “La Palabra de Dios es explicativa en sí misma”.

La norma infalible para la

interpretación de la Biblia es la

Palabra misma.La Iluminación de la Escritura es una doctrina importante que debemos tener constantemente en mente. Esta dice que la Palabra de Dios es lúcida en sí misma, se ilumina a si misma. Si pareciera haber alguna oscuridad en algún lugar, el Espíritu Santo que no se contradice, lo explicará más claramente en alguna otra parte.

Una de las directrices más importantes debe ser que interpretemos la palabra contextualmente. Esto quiere decir que debemos mirar la parte a la luz del todo y mirar lo pequeño a la luz de lo mayor. De manera que el contexto de una palabra debe ser la frase en donde ocurre, y el contexto de la frase debe ser el verso donde ocurre, y el contexto del verso debe ser el capítulo. El contexto del capítulo, el libro; y el contexto del libro la Biblia entera. Esto es la contextualización de la Escritura en nuestra interpretación. Finalmente, este énfasis expositivo significa, no solamente meditación prolongada y cuidadosa exégesis e interpretación, sino que, para resumirlo debe cumplir con estos tres enunciados:

1. El contenido que predicamos debe ser verdadero. 2. La verdad debe estar contenida en el texto o pasaje que estamos explicando. 3. La verdad debe ser predicada bajo el control del resto de la Escritura.

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¿Qué caracteriza a la Predicación Bíblica? Eric Alexander

Aquí no queremos decir que predicar expositivamente implica que vamos a tratar de esquematizar la doctrina que dicho pasaje enseña. La exposición no es sólo un comentario versículo por versículo sobre una sección de la Biblia; es ensamblar la verdad y luego enseñarla desde el texto, de manera que sea obvio que esto es, precisamente, lo que la Palabra de Dios está diciendo.

Y la gente debe salir diciendo: “de manera que eso es lo que la Palabra dice aquí, eso es lo que Dios nos dice aquí. Entonces, ¡cuánto he aprendido de la gracia de Dios, de su amor, de su autoridad, o juicio, ...!” Pero, que el auditorio no sea capaz de recordar el mensaje de Dios contenido en dicho pasaje, será una gran prueba para nuestro ministerio como maestros de la Palabra. Una de las grandes pruebas, me parece, de la predicación expositiva, es que la gente vuelva y escudriñe las

Escrituras diciendo: “estas cosas son así, lo que el predicador dijo está aquí en estas páginas y me hablan cuando las estudio de nuevo.”

Capacitar a la gente para que estudie por si

misma la Escritura

Así que, una de las cosas que deberíamos estar haciendo es capacitar a la gente para que estudie por si misma la Escritura y debemos mostrarles la vía para que se alimenten a sí mismos. Creo que ese es uno de los mejores fines que cumple la predicación expositiva.

La disciplina sugerida anteriormente incluye al menos estos cuatro aspectos:

1 Una prolongada meditación. 2 Una cuidadosa exégesis, 3 Una cuidadosa interpretación 4 Una fiel exposición.

Quiero hacer énfasis en este último punto.

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Las dos palabras del Nuevo Testamento para exposición son: primero ectotemi, que es usada cuatro veces, por ejemplo, en Hechos de los Apóstoles. Es traducida como explicada, pero tiene la idea de ser sacada y expuesta. Y el lenguaje sí da una idea de lo que la verdadera exposición significa. Por ejemplo, en Hechos 7:21, es usada en el discurso de Esteban acerca de Moisés como siendo expuesto. Como la versión autorizada (en inglés) lo pone, es muy instructivo. Es la descripción de Moisés siendo tomado de la canasta de juncos a los tres meses y siendo expuesto. Esto es, la canasta de juncos fue abierta y ese cofre, que contenía algún tesoro especial, fue hecho visible a todos. Ahora bien, esa es la descripción de lo que es exposición. Es la exhibición o exposición de lo que hay en el cofre de toda la Escritura, de modo que la gente pueda decir: “ahora veo”. Y ese es el modelo de exposición. Estamos

¿Qué caracteriza a la Predicación Bíblica? Eric Alexander

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buscando precisamente esto para la congregación: exponer (presentar, exhibir) la verdad que el verso o pasaje está enseñando, de modo que se tenga toda la visión de lo que Dios está diciendo.

La otra palabra es el verbo, faneroo y el sustantivo fanerosis, el cual significa en su forma corriente, principalmente descubrir o desenvolver Ambas ideas son de gran importancia para la predicación y la enseñanza expositiva. El descubrimiento, por ejemplo, es parte del proceso por medio del cual se revela algo.

Usted recordará cuando, por ejemplo, un cuadro es descubierto públicamente en una galería de arte, realmente se da un doble descubrimiento. Yo no sé si usted ha estado alguna vez en una galería de arte o en cualquier lugar donde se exhiban obras de arte. Alguien descubre una nueva pintura y la gente, por supuesto, inmediatamente mira hacia el sitio para ver. Pero usted necesita de alguien que interprete la obra.

Tengo una cuñada que es una experta en arte y cuando voy a su casa, ella me lleva, frecuentemente, a la Galería Nacional y a los lugares donde hay exhibiciones y comienza a interpretarme los cuadros para que tengan significado. Allí hay un descubrimiento objetivo y un descubrimiento subjetivo. Encuentro que eso es de lo que trata el arte. Puedo apreciar el verdadero sentido. Yo no lo entendía hasta que ella lo interpreta y lo abre para mí. De modo que es un doble descubrimiento y este es el significado de fanerosis, transmite esa idea; también tiene la idea de desenvolver, desenmarañar una madeja de lana que está enredada.

Esto es lo que estamos haciendo, desenredando la verdad para presentarla a la congregación. Ya dije antes que este es el modo como nosotros ministramos a la congregación para que crezca en el conocimiento de Dios. Creo que en un ministerio así es donde un predicador crece en gracia y en Cristo, y también crece como hombre y como predicador.

Es inmensamente importante que, a través de nuestra relación con las Sagradas Escrituras, nosotros mismos sintamos el impacto de la verdad. Necesitamos experimentar la apertura que el Espíritu Santo hace de la verdad para nosotros. Es en otras palabras, el poder santificador en nuestras vidas. Necesitamos ser expositores (exhibidores) en nuestras vidas de aquello que estamos sembrando en las vidas de otros.

Necesitamos recuperar confianza en ambos: en el poder salvador y santificador de la Escritura misma, de la completa Palabra de Dios. Esa es la verdad de la completa palabra de Dios en nuestra predicación, ese es el poder salvador y santificador.

Usted recuerda las palabras de la oración de Jesús: “santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad”. El identifica el medio santificador que Dios usa y es para nosotros en nuestras propias

¿Qué caracteriza a la Predicación Bíblica? Eric Alexander

vidas un instrumento de santificación y que necesita ser visible en nuestra propia experiencia. Esto no es, por supuesto, algo automático o mecánico, debe ser el resultado de la oración. Nuestra propia oración, la oración en nuestra propia casa y la oración de la congregación. Una congregación necesita entender que es responsable de orar por el pan de vida para la gente.

Recuerden el hombre que vino a media noche por pan para sus amigos y no descansó hasta conseguir pan para sus amigos. Esa es una ilustración de cómo debe ser el ministerio en toda congregación. El pueblo de Dios es llamado a venir a Él y no descansar de orar por el pan para sus amigos. Usted y yo necesitamos asumir esta actitud, acompañados de la gente comprometida.

¡Por supuesto que la predicación

expositiva demanda 

tiempo y energía! 

Ahora, por supuesto que la predicación expositiva demanda tiempo y energía y es aquí donde tenemos que ordenar nuestras prioridades y aceptar el compromiso. Si en verdad, la predicación es fundamental en nuestro ministerio, aquellos que somos llamados a este ministerio de la predicación tenemos que rehacer nuestras prioridades, y ordenar nuestra agenda de modo que le entreguemos a este ministerio nuestras mejores horas y nuestras mejores energías.

Se dice que no hay crecimiento sin dolor, y esto es también cierto aquí. Alguien le preguntó a mi amigo Dick Lucas cual era el secreto de su fructífero ministerio, y el replicó simplemente: trabajo duro.

Observe que la tarea en sí misma es gloriosa. Cómo en el caso de la madre de Moisés, haciendo las cosas más cercanas a su corazón y a la vez siendo pagada por ello.

5. LA PREDICACION BIBLICA ES SISTEMATICA EN SU MODELO

La predicación debe ser expositiva en su forma y sistemática en su modelo. Por sistemática quiero decir, planeada, como opuesta a improvisada o no planeada. Y esto puede llevarse a cabo de varias maneras. La exposición consecutiva, a través de un libro o de una parte bien definida de un libro es probablemente la más satisfactoria de todas las formas. A mí me parece que también es importante que nuestro ministerio expositivo sea un ministerio sistemático. Yo creo que este necesita ser llevado a cabo de una manera balanceada e imaginativa, en lugar de una manera rígida y acartonada.

Particularmente, necesita ser balanceada entre Antiguo y Nuevo Testamento, entre Evangelio y Epístolas, entre doctrina y práctica, entre exposición histórica y experimental. Quizás tiene,

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¿Qué caracteriza a la Predicación Bíblica? Eric Alexander

también, que ser imaginativa en la duración del tiempo que se toma para una serie de exposiciones a través de un libro. Necesitamos ser sensibles al respecto.

Yo estoy intrigado por saber y nunca le he preguntado a un experto sobre el ministerio de ese reconocido predicador del siglo XIX, Spurgeon, si sabe la respuesta acerca de esto, pero yo estoy ansioso por conocerla. Estoy intrigado por saber si las experiencias que tuvo cuando joven, lo desanimaron de por vida para hacer exposiciones consecutivas, ya que no se conocen en sus múltiples publicaciones un orden sistemático de ellas.

Usted probablemente sabe que Spurgeon, cuando era joven, tuvo una experiencia que pudo haber influido en su ministerio. Nunca desarrolló exposiciones consecutivas. Lo que Spurgeon nunca hizo fue comenzar un libro en el capitulo uno e ir completamente a través de él. Hasta donde yo sé, y creo que esto fue lo que pasó, estuvo bajo el ministerio de alguien, que debió ser muy aburrido y que demoró años exponiendo la Epístola a los Hebreos. Se dice que Spurgeon comentaba acerca de una serie de exposiciones sobre Hebreos que escuchó de joven. El decía: “yo no sé lo que esta serie hizo a los hebreos, pero aburrió a más de un gentil”. Creo que esa falta de sensibilidad fue la que desanimó a Spurgeon.

Saber que Martyn Lloyd Jones predicó 14 años sobre Romanos no es una buena razón para que el resto de nosotros haga lo mismo. Sin embargo, creo que podemos ser sistemáticos. Creo que un ministerio de exposición sistemática nos disciplina a cubrir tópicos y hechos que no se tocarían nunca de otro modo.

Observando la providencia de Dios, en la cual tan firmemente creemos, he descubierto que, justo en el tiempo más sorprendente y apropiado, he encontrado una y otra vez un pasaje o capítulo particular que no podría ser más relevante para una situación corriente en la congregación.

Ahora, por supuesto, en esencia, usted no debería estar sorprendido de eso, pues creemos en un Dios vivo. Nosotros creemos en un Dios que es providencial en sus tratos con su pueblo. Necesitamos tener una predicación expositiva sistemática que confíe que Dios aparejará la dieta y los momentos para que el pueblo de Dios sea alimentado. Esto, por supuesto, pone de relieve que

La elección de una serie de exposiciones ha de ser tomada en profunda meditación y oración.

Es importante agregar que, es nuestra propia práctica, de vez en cuando, traer una serie doctrinal y permitir que la teología sistemática sea el marco de referencia dentro del cual nos movemos. Por ejemplo, la doctrina de Dios fue predicada hace dos o tres años. Tomamos un

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pasaje diferente cada domingo y predicamos uno de los atributos de Dios. Lo importante fue que predicamos, tomando un pasaje particular de la Escritura donde un atributo de Dios es peculiarmente tratado.

Mi situación es más bien diferente, y si me permiten voy a ser personal por un momento. De los muchos colegas que tengo con quienes comparto la predicación, están David Ellys quien es mi asociado y Cintia Fergusson quien es miembro de la congregación y está con nosotros durante una parte del año. Lo que hacemos es establecer la serie de predicaciones y luego quien esté predicando, simplemente toma el próximo pasaje y así encontramos que en algunos sentidos coloca la palabra alrededor de la persona y crea para nosotros un modelo sistemático y consistente. Pero yo sí creo que necesitamos interesarnos en encontrar esa clase de método sistemático de predicación.

6. LA PREDICACION BIBLICA ES PASTORAL EN SU INTERES

Estoy pensando en la necesidad de que nuestra predicación sea pastoral en su interés. Y en ese sentido, lo que me interesa es la figura del pastor en la Escritura. El es quien provee alimento y bienestar general al rebaño.

La palabra clave para el pastor en su relación con el rebaño es cuidado. A través de todo el ministerio expositivo, verdaderamente bíblico, este concepto del cuidado pastoral debe fluir. Yo creo que hay una falsa dicotomía entre lo que se llama pastor y predicador. Es así como algunas personas dicen ese es un pastor, pero no un predicador. John

Owen afirma que el primer oficio de un pastor es vigilar que el rebaño esté bien y sabiamente alimentado. Y tenemos que predicar pastoralmente, esto significa que exponer la Escritura es un oficio normal en el pastoreo. Es significativo que Pablo se describe, no sólo como un heraldo del Evangelio y como un custodio de la verdad, sino como un padre de sus hijos y como una madre viajera que busca a sus hijos con el dolor de haberlos parido, y como una nodriza que aprende a tener paciencia con ellos. Todo esto tiene que ser visible en y a través de nuestro ministerio bíblico, porque es de la Escritura de donde proviene nuestro modelo y nosotros mismos tenemos que ser formados como tales, si hemos de cumplir este ministerio. Esto es, por supuesto, una forma de decir que nosotros nunca podemos estar separados de la gente a quienes estamos ministrando.

El primer oficio de un pastor es vigilar que el

rebaño esté bien y sabiamente alimentado. 

Un conferencista puede estar distanciado de su auditorio, pero un predicador no puede serlo. Si hemos de estar verdaderamente bajo el pastoreo del Pastor de pastores debemos encontrarnos frecuentemente dentro de nuestros propios espíritus clamando, como lo hizo el

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propio Señor Jesús, ¡OH Jerusalén, Jerusalén! Del corazón de Jesús llegó esta preocupación pastoral y en nuestros corazones debe haber una cuidadosa exégesis y una suerte de investigación minuciosa acerca de la realidad de nuestra congregación. Esa es la esencia de nuestro ministerio. Pero esa preocupación pastoral por los corazones de la gente es nuestra carga por su salvación y nuestra preocupación de verlos formados (moldeados) a la imagen de Cristo, de modo que el rebelde sea sacado de su rebeldía y llevado a la obediencia, que el cansado sea animado, que el débil fortalecido, que el enfermo curado. Estas son las cosas que fluyen del arte del pastor. No podemos predicar tales verdades, como las contienen las Sagradas Escrituras, sin antes darles un toque clínico. Predicar sin pastorear sería como una distorsión de la verdadera predicación.

Tuve la oportunidad de tomar un período sabático. Fueron seis meses durante los cuales no prediqué en absoluto y estuve “sentado en la banca”. Fui a la iglesia un domingo y cuando mi esposa y yo salíamos del servicio estaban allí algunos amigos que conocimos y nos sentamos en la sala de reuniones. Realmente mis hermanos y hermanas habían escuchado Palabra de Dios. Era verdaderamente de Dios, parecía que quemaba nuestras almas. Cuando salí le dije a algunos de mis amigos que eran miembros de la congregación: “bueno, esa no fue una palabra fácil de escuchar esta mañana.” Entonces, un hombre que había estado allí por cinco años y un amigo mío me dijeron: “no lo fue, pero uno reconoce que cuando nos toca escuchar la Palabra de Dios a través de ese hombre, la podemos recibir porque nosotros sabemos que él nos ama profundamente, como ninguno otro”. Esta es un área vital de la predicación. No es sólo una predicación precisa, ortodoxa, bíblica y exegética lo que se requiere, sino también una predicación pastoral. La gente necesita saber que justamente como el padre extiende los brazos a su hijo para abrazarlo cuando está dolido, así nosotros debemos amar a la gente.

Si vamos a ser pastores del

pueblo de Dios, sus nombres tienen

que ser tallados en nuestros

corazones.

La predicación debe ser pastoral en su interés. Esto significa que tenemos las necesidades de estas personas grabadas en nuestros corazones. Ellos deben importarnos enormemente. Usted sabe que esto tiene que ver con recordar los nombres de la gente, sus rostros, sus familias y sus luchas.

Es bien interesante lo que me pasó hace un año en Jonestown donde fui para dar unas conferencias bíblicas. Estando allí, transporté a unos amigos míos desde el hotel hasta el lugar de conferencias. Cuando íbamos en camino uno de ellos dijo: “¿porqué no paramos allí? Hay un amigo africano que no he visto en ocho años”. De modo que, nos detuvimos en ese lugar. Este

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amigo me ayudó a pronunciar los impronunciables nombres de este hermano en africano. Mi amigo fue capaz de recordar y pronunciar su nombre y preguntar por su esposa e hijos por nombre propio.

Cuando regresó al carro le pregunté: “¿cómo puede usted recordar todos esos nombres?” Yo cavilaba si de pronto había sacado un pequeño cuadernito con anotaciones, como hacen algunos. “Bueno, me respondió, es muy simple, yo oro por ellos diariamente.” Esa es la manera como usted puede recordar los nombres de la gente y las vidas de la gente que le interesan a usted, tanto como los nombres del pueblo de Dios están escritos en los hombros del sumo sacerdote y grabarlos, como si lo fueran simbólicamente, en su corazón. Si vamos a ser pastores del pueblo de Dios, sus nombres tienen que ser tallados en nuestros corazones.

7. LA PREDICACION BIBLICA ES CLARA EN SU ESTRUCTURA.

La predicación expositiva necesita ser clara en su estructura. Ahora bien, esto no debe estar lejos de la preocupación pastoral del expositor bíblico. Si nosotros verdaderamente cuidamos de la gente debemos desear desmenuzar el pan de Dios de tal manera que no haya obstáculos innecesarios al digerirlo. Yo creo que hay un principio general y es que si hay algo que no es claro para mi, antes de comenzar a predicar, ciertamente no será claro para nadie después de que termine de hacerlo. Pienso que este es un principio válido para cada uno de nosotros; por consiguiente, necesitamos esforzamos para obtener claridad.

La razón teológica detrás de todo el concepto de estructura para una exposición bíblica es, por supuesto, que Dios es un Dios de orden, no de caos. Que Dios dejó la impronta de esto en el universo. Él es también un Dios racional que razona con su pueblo de una forma lógica con el fin de persuadirlo. Y la Escritura lleva las marcas del origen divino de estas dos maneras. Revela orden y razón. Por esta causa es que creemos que encontraremos la estructura por la cual luchamos en el texto a exponer. De nuevo debemos enfatizar, la estructura, a menudo, aparece después de un proceso prolongado de meditación.

Inicialmente comenté que tengo una extraña costumbre de grabar en una cinta magnetofónica el pasaje que voy a predicar y luego ponerlo en la cassettera de mi carro y escucharlo. Esta es la única vez que yo escucho voluntariamente mi propia voz; pero lo hago una y otra vez y algunas veces he encontrado cuando estoy escuchando un texto de un pasaje, que la estructura de repente me impacta y veo que cae en su lugar.

Algunos acostumbran decir que Alex McLaren tiene un martillo de oro que usa para partir un texto de modo que siempre caen tres pedazos. La verdad que algunas personas tienen ese don. Pero la estructura y la claridad son de enorme importancia porque de otra manera

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podríamos estar poniendo innecesarias barreras entre la gente y la palabra de Dios. Puede ocurrir que la estructura sea una serie de argumentos lógicos, y así es en las Epístolas. Por ejemplo, en lugares como Romanos 8 usted consigue 5 preguntas que Pablo está haciendo y 5 afirmaciones que construye sobre ellas, y que las vemos al final del capítulo. Pero esa clase de desarrollo lógico está frecuentemente en el argumento mismo. Puede ser que necesitemos ensamblar la verdad bajo ciertos encabezamientos (títulos) que la gente puede recordar fácilmente. Sin embargo, lo hacemos y creo que descubrimos algo así como que el 99 por ciento de la gente necesita ganchos en los cuales colgar sus pensamientos y nosotros necesitamos invertir el tiempo y enfrentar la dificultad para clarificarles las verdades a ellos.

La presuposición es, por supuesto, que la estructura necesita reflejar el contenido del texto del pasaje. Hay probablemente dos cosas que necesitamos prevenir a este respecto. Primero, que la estructura necesita reflejar el contenido del texto o pasaje. Nunca debe ser una caja mal acoplada en la cual la verdad es puesta debido a que estamos más interesados en el empaque que en el contenido. Pero es muy fácil para nosotros tratar de acomodar la verdad en titulares que creemos son particularmente importantes, aconsejables o contundentes. La estructura debe reflejar la verdad dentro del texto o pasaje; de este modo, la estructura debe ser sierva y no maestra.

Segundo, que la estructura que yo sugiera nunca se impone para que sea admirada por su ingenio u originalidad, esto puede estar muy cerca de la distracción y lo que es peor, puede ser

una ofensa contra la Escritura y contra Dios.

la estructura necesita reflejar el

contenido del texto del pasaje

Si la gente nos escucha predicar y dice cuan ingenioso es el predicador para producir divisiones, entonces se está distrayendo de la verdad y del Señor. Es muy fácil producir divisiones ingeniosas que tengan poco o nada que ver con el contenido de la verdad; pero yo me digo a mí mismo y a ustedes que necesitamos trabajar duro para ser claros.

En los días de la confesión de Westminster, cuando ellos se estaban reuniendo para producir la confesión, cuando uno de ellos había predicado a los demás, su predicación era grabada por ellos. Frecuentemente lo hacían, para darle gracias por sus penas. Estas no eran las penas que nosotros imaginaríamos, sino las penas que él había tenido, tratando de hacer la Palabra de Dios sencilla y asequible. Tal vez usted sepa que John Wesley, le leía los sermones a una criada, la noche antes de predicarlos, quien se sentaba al otro lado de la chimenea. Wesley le pedía que lo detuviera cuando no entendiera algo o no pudiera seguirlo. Eso es algo muy

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importante que se debe hacer. Mi querida esposa no se va a sentir muy insultada si les cuento que yo hago frecuentemente eso con ella los sábados por la noche.

8. LA PREDICACION BIBLICA ES RELEVANTE Y PERTINENTE EN SU APLICACION

El octavo y último punto es que el ministerio expositivo que estamos emprendiendo debe ser pertinente en su aplicación. Uno podría simplemente decir que la predicación necesita ser aplicada. En un escrito de Robert Mc Shane, de Dundee, el autor indica como su progreso en la predicación “que la verdad permanece sobre su corazón y esta aplicando la Palabra de Dios a cada parte de su vida.”

Mi convicción, creciente, es que esta aplicación comienza de nuevo en su propia casa. Creo que el secreto de la aplicabilidad de la predicación es que nosotros debemos aplicar, a nosotros mismos, la Palabra de Dios, mientras la estamos meditando y mientras la estamos estudiando en todas las áreas, antes de comenzar a pensar en aplicarla a otras personas.

John Owen escribió en el volumen 16 de sus obras, pagina 76, “un hombre predica bien un sermón a otros, únicamente si se lo predica a sí mismo en su propia alma.” Si la Palabra no llega con poder a nosotros, no pasará con poder de nosotros.

De nuevo, en el volumen noveno, página 455 dice: “Aquel que no digiere el bocado que predica y prepara para su congregación, puede estar suministrando veneno”. A menos que encuentre poder en su propio corazón, no tendrá ninguna base de confianza de que tendrá poder en los corazones de otros. Y es en este contexto que Owen habló de la predicación aplicable. Se refiere a aplicar la palabra de Dios a nuestras vidas. Así, reconoceremos la importancia del texto en nuestra propia experiencia. No predicamos nuestra propia experiencia. Esto es algo bien importante de recordar. Es verdad de Dios en todo su glorioso objetivo que debe ser predicada como hombres que la hemos experimentado y ahora es poder en nuestra vida, al menos, en alguna medida. Eso no significa que toda la Escritura que enseño es mi propia experiencia. Eso nunca será posible. Pero lo que significa es que estamos donde la gente está, en cuanto a la preocupación de que esta Palabra puede ser aplicada a nuestras vidas. No debemos predicarles como a personas que están solas, completamente abandonadas. Estamos con ellos bajo la Palabra de Dios y como mencioné en un apartado anterior, la descripción real de la predicación bíblica, no es la congregación bajo la autoridad del predicador, es el predicador y la congregación bajo la autoridad de la Escritura. Este es un asunto muy importante y esto comienza con el estudio. Es por esta razón que nosotros nos encontraremos a nosotros mismos, ya sea física o metafóricamente, poniéndonos

Si la Palabra no llega con poder a

nosotros, no pasará con poder

de nosotros.

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a un lado de nuestro escritorio sobre nuestras rodillas delante de Dios diciendo: ¿Qué significa esto para mí? ¿Qué obligación debo observar?. ¿Qué escena hay aquí que necesito prever? ¿Qué verdad acerca de mi glorioso Salvador necesito aceptar para mi bienestar? Este es el quid del asunto, necesitamos estar todo el tiempo aplicando la Palabra de Dios y entonces, nuestra predicación será aplicada y pertinente.

Ahora, por supuesto, debemos reconocer que es el Espíritu Santo el que verdaderamente aplica la Palabra. Esta es una verdad central, básica y vital para todo nuestro pensamiento. Es el Espíritu Santo quien toma la Palabra de Dios y la convierte en su mano, tanto en las partes como en el todo. Pero, esto no significa que nosotros estemos excusados de preguntamos qué puedo hacer con esta verdad para mi contexto que el escritor puso en su contexto. Esa es la verdadera contextualización de la Escritura tal como la predicamos.

Cuando yo me hice miembro de la Unión Bíblica, era un creyente nuevo, recién convertido. Ellos nos enseñaron a usar una tarjeta con ciertas preguntas, cuando usted leía la Biblia diariamente. Las cito como ejemplo porque así usted pueda ver que son preguntas simples:

• ¿Hay aquí alguna promesa que reclamar? • ¿Hay aquí algún pecado que confesar y abandonar? • ¿Hay aquí algún mandamiento para obedecer? • ¿Hay aquí? ...

y así sucesivamente, preguntas de todo género. Necesitamos estar continuamente haciendo esto. Permítanme señalarles algo del Catecismo de Westminster ya que tiene algo excepcional en cuanto a la exposición bíblica. El predicador, dice el catecismo, no debe dejar a la audiencia en la doctrina general, sino que debe traerla hacia el hogar para uso especial, por medio de la aplicación a sus oyentes. Aun, se debe esforzar por llevar a cabo esto de tal manera que sus oyentes puedan sentir que la Palabra de Dios es eficaz y poderosa que penetra hasta partir el alma y el espíritu.” En otro apartado observé que había un verdadero monólogo que tiene un fundamento lógico en el hecho de que la Escritura fue revelación y el hombre estaba muerto en sus transgresiones y pecados y cegado en su entendimiento. De ahí, el carácter de monólogo de las Escrituras y de la predicación. Esta característica de la revelación no es algo por lo que debamos excusarnos. Es algo que es esencial. Pero también, lo es el diálogo. Y es importante, para nosotros, ver el sentido en el cual es diálogo. No es diálogo en el sentido que yo digo mi parte y otro dice su parte y por síntesis descubrimos la verdad. Diálogo es realmente una palabra griega y se usa al observar la predicación de Pablo. Se dice que él dialoga con ella. ¿Qué significa esto? Significa que él tomó la verdad del Evangelio de Dios y dialogó con las mentes interesadas en ello.

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El se hizo preguntas, por ejemplo: ¿Quién estaba hablando de esta manera? ¿Ustedes no saben? Ustedes corrían bien ¿qué les pasó? ¿Quién ha estado con ustedes? ¿No se dan cuenta que Cristo está en ustedes? ¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo?

Luego él le expone sus argumentos lógicos. Aquel que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros, ¿cómo no nos dará también todas las cosas?

Ahora, ¿puede ver lo que él está haciendo? Como si Pablo dialogara con las mentes que quieren entender la revelación: “Sólo piense al respecto. Piense que esto se aplica a usted. Puede usted posiblemente estar temeroso de ser privado de algo que sería bueno para usted.” Él está dialogando con sus mentes. Eso es un verdadero diálogo. Esto significa que estamos realmente dirigiendo la congregación a través de un diálogo, y para ello debemos conocerla. Esto es algo que debemos hacer más y más con ellos. Y esto es lo que significa una verdadera predicación aplicada. Es algo inmensamente importante que nosotros debemos conocer.

Esto, creo, es lo que la gente quiere decir cuando expresan que deben unirse con usted, hasta que parezcan estar dentro de su corazón dirigiendo cada área de su vida. Ahora, eso es lo que la Palabra de Dios hace. Y el Espíritu Santo de Dios es el instrumento para hacerlo. De modo que, debemos enfocar la aplicación en toda exposición bíblica.

Es, por supuesto, importante para ello que nosotros conozcamos el mundo y el pensamiento en el mundo en el cual vivimos. Los evangélicos hemos sido tradicionalmente más fuertes en el conocimiento de la Escritura, pero menos fuertes en el conocimiento del mundo. Y aquellos que no son evangélicos son más fuertes en el conocimiento del mundo que de las Escrituras. Pero no hay razón para que estas dos cosas sean mutuamente excluyentes. Necesitamos ser capaces de entender el mundo en el cual vivimos. Hay algunos libros recientes que son de interés. Hay uno que viene a mi memoria

llamado “The closing of the Arnerican minds”. Es un libro muy sorprendente y perspicaz acerca de la vida y el pensamiento modernos, escrito por Paul D. Pero hay otras maneras en las cuales uno puede estar al corriente de lo que pasa en el mundo. No es para hacer un fetiche de ello, pero tampoco para que nos domine, sino para estar consciente del mundo en el cual vivimos y hacer la Palabra de Dios contemporánea.

“Unción es aquello que es imposible definir, pero que

usted siempre sabe cuando está presente y

normalmente puede identificar

cuando está ausente”.

Para terminar, permita repasar estos asuntos. Toda exposición bíblica, para serlo, requiere ser fundamental en su importancia, espiritual en su esencia, didáctica en su naturaleza, expositiva

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en su forma, sistemática en su modelo, pastoral en su interés, clara en su estructura y relevante y pertinente en su aplicación.

Hay algo más que deseo comentar antes de concluir. Es lo que necesitamos saber todos los predicadores, por encima de todo. Es ese algo misterioso que llamamos unción del Espíritu Santo de Dios sobre nuestra vida y ministerio. Charles Spurgeon acostumbraba decir que “Unción es aquello que es imposible definir, pero que usted siempre sabe cuando está presente y normalmente puede identificar cuando está ausente”.

Es lo que debemos clamar a Dios, especialmente en estos días en que buscamos del Espíritu Santo la unción para nuestra predicación. De modo que, la gente pueda salir no con la noción en sus mentes de que escucharon a un gran predicador, sino con la profunda y creciente convicción de que Dios habló a sus vidas.