quinua

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Tres décadas de investigacio- nes y promoción de la quinua abren el camino al consumo de otros granos andinos en el Ecuador. Se quiere incremen- tar la producción y ser tan exi- tosos como bolivianos y perua- nos, los líderes de la produc- ción y exportación mundiales. Nicolás Pichazaca conoce a fondo los granos andinos. Pertenece a la Aso- ciación de productores de semillas y ali- mentos nutricionales andinos Mushuk Yuyay. Su visión es que en la chakra (parcela de cultivo) se genera la relación con la Pacha Mama y con la cultura de los pueblos originarios; la recuperación de la herencia de los antepasados. En su provincia, Cañar, se siembra quinua, chocho y amaranto. Con los dos últimos granos andinos trabajan hace apenas cinco años, pero la quinua, aclara, “es originaria de la región andi- na y nuestros ancestros, los cañaris, la sembraron hace miles de años”. Pichazaca precisa que en Cañar prácticamente no se sembró quinua entre 1980 y 2005, debido “al desco- nocimiento sobre su valor nutricional, y tanto en el campo como en la ciudad este grano no fue valorado”. En su organización han sorteado dificultades relacionadas al manejo de EMPRESARIAL GESTIÓN N°230 “Comida de pobre” vuelve a la mesa de todos < 62 > Campo de semilla Tunkahuan. POR LEISA SÁNCHEZ Foto: Cortesía Eduardo Peralta, Iniap.

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Quinua

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Page 1: Quinua

Tres décadas de investigacio-nes y promoción de la quinuaabren el camino al consumode otros granos andinos en elEcuador. Se quiere incremen-tar la producción y ser tan exi-tosos como bolivianos y perua-nos, los líderes de la produc-ción y exportación mundiales.

Nicolás Pichazaca conoce a fondolos granos andinos. Pertenece a la Aso-ciación de productores de semillas y ali-mentos nutricionales andinos MushukYuyay. Su visión es que en la chakra(parcela de cultivo) se genera la relacióncon la Pacha Mama y con la cultura delos pueblos originarios; la recuperaciónde la herencia de los antepasados. En su provincia, Cañar, se siembra

quinua, chocho y amaranto. Con losdos últimos granos andinos trabajan

hace apenas cinco años, pero la quinua,aclara, “es originaria de la región andi-na y nuestros ancestros, los cañaris, lasembraron hace miles de años”.Pichazaca precisa que en Cañar

prácticamente no se sembró quinuaentre 1980 y 2005, debido “al desco-nocimiento sobre su valor nutricional,y tanto en el campo como en la ciudadeste grano no fue valorado”.En su organización han sorteado

dificultades relacionadas al manejo de

EMPRESARIAL

GESTIÓN N°230 GESTIÓN N°230 <15>

“Comida de pobre”vuelve a la mesa de todos

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Campo de semilla Tunkahuan.

POR LEISA SÁNCHEZ

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la quinua, por ejemplo, la trilla y lasaponificación (eliminación de sapo-nina, un elemento jabonoso), que esotra razón por la que los agricultoreshan dejado de sembrarla. “Ahora”, dicePichazaca, “aumentamos cada vez lasuperficie sembrada y entramos en laetapa de valor agregado, elaborandoharina, pan y helado de quinua”.

En los últimos años, se habla muchode los granos andinos, más bien de suredescubrimiento, porque siendo mile-narios, domesticados y conservados porantiguas culturas precolombinas, no se lesconsideraba en el consumo cotidiano.En el marco del Año Internacional

de la Quinua 2013, en el Ecuador, secelebró recientemente el IV CongresoMundial de la Quinua y el Primer Sim-posio internacional de Granos Andi-nos, en Ibarra, capital provincial deImbabura, y anteriormente, se confor-mó el Consorcio Ecuatoriano de Expor-tadores de Quinua.La Organización de las Naciones

Unidas para la Alimentación y laAgricultura (FAO) ha dejado en claroque “ante el desafío de elevar la pro-ducción de alimentos de calidad para

alimentar a la población del planeta enun contexto de cambio climático, laquinua aparece como una alternativapara aquellos países que sufren insegu-ridad alimentaria”.Aunque el Año Internacional de la

Quinua desató un boom, vale mencio-nar que desde 1996 se viene hablandodel llamado “grano de oro”, ya que eseaño la FAO le catalogó como “un cul-tivo promisorio de la humanidad”,teniendo en cuenta sus propiedadesnutritivas y múltiples usos, pero sobretodo por “ser una alternativa para solu-cionar los graves problemas de nutri-ción humana”, por lo que ahora se lavincula con la seguridad/soberanía ali-mentaria.Incluso una de las citas recurrentes

en publicaciones y simposios parasubrayar su importancia alimenticia esque la NASA incluyó este grano andi-no como alimento en viajes espacialesde larga duración.La investigación y promoción de la

quinua ha tomado al Instituto Nacio-nal Autónomo de InvestigacionesAgropecuarias (Iniap) tres décadas y, dehecho, es el grano andino que mayoratención ha recibido, mientras el cho-cho, que recabó una década, ha gana-do espacios en el consumo. Se prevéque algo similar suceda con el ama-ranto.

Comida de pobresDe acuerdo a la publicación La qui-

nua en Ecuador. Estado del arte, hay refe-rencias históricas de la quinua inclusoantes de la conquista española, pues loscañaris la cultivaban y “a fines del sigloXVI seguía siendo uno de los alimen-tos preferidos”.En el IV Congreso Mundial, fue

común escuchar que la quinua tuvo unaconnotación despectiva y racista. Eduar-do Peralta, líder del Programa Nacionalde Leguminosas y Granos Andinos(Pronaleg-GA) del Iniap, recuerda quese le consideraba “alimento de indios, depobres, de pésima apariencia y malsabor”. Por ello, dijo Peralta “se perdióuna gran cantidad de material genético”y hasta “la costumbre de cultivar y de

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NICOLÁS PICHAZACA defiende la relaciónde la agricultura con los pueblos originarios.

EDUARDO PERALTA ha investigado por décadaslos granos andinos.

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La quinua tiene propiedades nutri-cionales muy apreciadas (proteí-na vegetal, vitaminas, calcio, ami-noácidos, magnesio, hierro, entreotros componentes), siendo supe-rior en proteína a otros granos yun nivel de fibra extremadamentealto que la convierten en un pro-ducto muy completo y versátil parauna alimentación saludable. Ade-más, se usa en la industria cos-mética y la farmacéutica.

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consumir desapareció en muchas pro-vincias”.¿Qué tiene que hacer la sociedad?

“Reconocer el rol”, dice Peralta, “el de losagricultores, primero, y de los agrónomos,después”, porque nunca se ha valorado sucontribución a la alimentación. Cuando el Iniap comenzó a investi-

gar y promocionar la quinua, se selec-cionaron variedades amargas de alto ren-dimiento —Iniap Imbaya e Iniap Cochas-quí—, pero, explica Peralta, “… las amasde casa en las ciudades no querían per-der 20 minutos lavando [la quinua] y esofue un limitante para el consumo”. “Dejamos de trabajar en variedades

amargas porque requieren más agua para

lavarla y más energía para escarificarla”,precisa el investigador del Iniap. En los años ochenta y noventa,

cambió la estrategia y se dirigió a cam-biar los hábitos de consumo, a que nosolo se elaborara la tradicional sopa dequinua, sino también como alimentoinfantil, mezclada con frutas, con unaapariencia distinta. Se generaron variedades de bajo

contenido de saponina, es decir, la lla-mada quinua dulce, y surgieron IniapIngapirca e Iniap Tunkahuan. Esta últi-ma es la que se promocionó durante losúltimos 20 años, tanto para el consu-mo como para la agroindustria.En 2005, al ver que la variedad Tun-

kahuan sufría mucho por efectos del fríoen altitudes mayores a 3.400 m, se eva-luó nuevo material del banco de ger-moplasma y con agricultores de la pro-vincia de Bolívar se seleccionó lavariedad Iniap Pata de Venado o Taru-ka Chaki, dulce, más precoz, de origenboliviano, destinada a áreas más frías,hasta 3.600 metros de altura.Actualmente, prevalece la variedad

Tunkahuan, señala Peralta, al precisarque su cultivo representa alrededor de60% de las 1.500 a 2.000 ha estimadasde siembra total en el país.

Valor agregadoCompota, harina, barras energéti-

cas, granola, hojuelas, colada, sopa, pas-ta, galletas, quinotos y cremas instan-táneas de quinua llaman la atención entiendas y supermercados por sus colo-ridas presentaciones y etiquetas, enalgunos casos, de “comercio justo” y“producto orgánico certificado”. Ellos representan el ansiado valor

agregado que demandan los mercadosinternacionales y la agroindustria ecua-toriana no se ha quedado de brazos cru-zados. El Consorcio Ecuatoriano deExportadores de Quinua, que agrupacinco empresas productoras y comer-cializadoras, es la llave maestra paraabrir nuevos nichos de mercado.Su presidente, José Jaramillo, seña-

la que la quinua es apetecida en los mer-cados europeo y estadounidense, que“prestan mucha atención a la alimen-tación saludable, es decir, tienen mayorconciencia alimenticia”.Empero reconoce que en el Ecuador

el consumo es bajo y para incentivar elcultivo “hemos tenido que decirle a lagente que vuelva a sembrar quinua, quetiene una demanda muy grande en elexterior”.A nivel de conglomerado, exportan

alrededor de 1.000 Tm. Los destinosatrayentes, por el momento, son Ale-mania, Reino Unido y Brasil. “Lo interesante es la oportunidad

de desarrollar productos porque noqueremos ser exportadores en grano,pero sí incentivar el valor agregado quees una forma de impulsar no solo la

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(Chenopodium quinoa Willd): cultivo promisorio de la humanidad.

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parte agrícola sino también la indus-tria”, señala Jaramillo, quien es geren-te de ventas y mercadeo de la empre-sa Urcupac.Urcupac tiene alianzas agrícolas con

pequeños productores y hacendados delas provincias de Pichincha e Imbabu-ra, a los que brinda soporte técnico yagrícola a cambio de la producción.Para la exportación desarrollaron lalínea Quinotto, similar al rissoto en unapreparación de quinua con vegetalesdeshidratados y especias, muy fácil deelaborar y libre de gluten. Biorganic es otra compañía con expe-

riencia en el complejo eslabón de dotarde valor agregado a los granos andinos. Sulínea comercial abarca quinua, chocho,amaranto, fréjol, maíz, arveja y haba, pro-venientes de 10.500 productores en lasprovincias de Chimborazo, Bolívar,Cañar, Pichincha, Imbabura y Car-chi. Exportan la mayor parte de sus

productos (quinua, fréjol, chocho yamaranto) a EEUU, Canadá, España,Italia, Singapur y Japón. Casi 30% sedestina al mercado nacional.

Alfonso Chávez, gerente general deBiorganic, comenta que lamentable-mente “la gente no ha aprendido adiversificar su alimentación”, y si biencrece la demanda de productos orgáni-cos, la oferta ha sido deficiente.Aunque no tiene cifras exactas en

cuanto al consumo, ejemplifica que “laspersonas comen quinua una vez al mesy solo con la receta de la sopa y esodemuestra que no ha habido unacorrecta difusión porque solo de quinuahay más de 800 recetas”.

El Ecuador versusBolivia y PerúAlrededor de 100.000 ha y de

80.000 Tm corresponden a la quinua anivel mundial, de acuerdo a la FAO.Bolivia y Perú lideran las cifras en elmercado internacional, acaparando90% de la producción mundial. Bolivia y Perú llevan la delantera en

producción y comercialización de qui-nua, con una larga experiencia eninvestigación y desarrollo y procesos de

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El Consorcio Ecuatoriano deExportadores de Quinua estáformado por las empresasUrcupac Trading, Cereales An-dinos, Fundamyf, FundaciónMaquita (empresa social deMaquita Cushunchic Comer-cializando como Hermanos,MCCH) y Rogetore & Franco.Los proveedores de quinua sonde Pichincha, Imbabura, Car-chi, Tungurahua, Cotopaxi,Cañar y Chimborazo.

Rogetore& Franco

ponevalor agregado

a la quinua.

AlfonsoChávez

destaca altademanda de

productos orgánicosen el mercadointernacional.

Urcupacdesarrolló

la línea Quinottopara la

exportación.

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Foto: Cortesía

de Urcup

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valor agregado. En el Ecuador, hay unas2.000 ha de cultivos y según la FAO laproducción bordea las 1.000 Tm anuales. Según datos divulgados en el IV

Congreso Mundial, los bolivianos dedi-

can al cultivo unas 95.000 ha y cosechan50.000 Tm anuales, de las cuales expor-taron en 2012 un poco más de la mitad(25.961 Tm). Mientras, en Perú, donde es el “pro-

ducto bandera”, junto a la gastronomíanacional, la maca y la lúcuma, se notaun salto productivo al pasar de 23.867Tm en 2008, a 43.640 Tm en 2012.De acuerdo al Ministerio de Agri-cultura y Riego de ese país, el añopasado exportaron 10.200 Tm a 37destinos. El Ecuador aparece entre los princi-

pales exportadores a nivel mundial,pero va muy por detrás de sus vecinos,aunque los tres países tienen condicio-nes climáticas y escenarios productivosparecidos.“Tal vez el Ecuador tiene un mayor

potencial de productividad, por tenermejores suelos y rotaciones de cultivos,lo que permite rendimientos más altos,comparado con la producción de los alti-planos de Perú y Bolivia”, explica el líderde Pronaleg-GA.La cultura es otro punto de análisis

y Peralta manifiesta que “hay que tenerclaro que para bolivianos y peruanos laquinua siempre fue un cultivo y un ali-mento emblemático, arraigado. No asípara los ecuatorianos”.

Casa adentroEl Gobierno se ha trazado varios

objetivos: incrementar la superficie decultivo de quinua a 10.000 ha en 2014;impulsar la investigación y los vínculoscon el sector productivo y la ciudadanía;promover festivales gastronómicos y for-talecer con quinua el desayuno escolar. Hay conciencia de que los granos

andinos pueden complementarse, porejemplo, con otros productos abundan-tes de nuestra agricultura como zapallo,chocho y fréjol. Son algunos de los ele-mentos de una estrategia “multinivel”que debe confluir en políticas agrope-cuarias específicas.

Marcelo Silva, coordinador generalde Redes Comerciales del Viceministe-rio de Desarrollo Rural del Ministerio deAgricultura, Ganadería, Acuacultura yPesca (Magap), resume el escenario

nacional en un plan macro de largo pla-zo que considera producción, investiga-ción y relaciones sociales (con agricul-tores y consumidores). “Las 10.000 ha son alcanzables, via-

bles, pero en la medida en que demoscomo sector público respuesta a lasdemandas de los agricultores. Por ejem-plo, ellos piden trilladoras, porque la qui-nua es demandante de mano de obra”,explica el funcionario.Además del manejo poscosecha, hay

que mejorar la disponibilidad de semillassi se quiere elevar la producción. Jara-millo expresa que “se necesitan alrede-dor de 15 kilos por hectárea para tenerun rendimiento de más o menos 30 o 40quintales por hectárea y ese es uno de losfactores críticos”.Chávez coincide al manifestar que

“no hay suficiente disponibilidad de semi-lla de calidad”, ante lo cual a Biorganic“le ha tocado producir y certificar su pro-pia semilla” para asegurar la producciónorgánica.Por su lado, Peralta aclara que “no es

responsabilidad directa del Iniap entre-gar semilla a los productores” y que, deacuerdo a la ley y a pedidos del Magap,producen semilla básica y registrada paragenerar la certificada. Como alternativa, agrega, en algunas

provincias, se ha capacitado a los agri-cultores para que “produzcan su propiasemilla de buena calidad”.Y profundizando aún más en el con-

texto para el Ecuador, Silva se refiere abuscar el equilibrio entre soberanía ali-mentaria y matriz productiva, además deque “no necesariamente apuntamos agrandes volúmenes de quinua, sino apocas cantidades de alta calidad y mayorcontenido nutricional”. Lo que quiere decir que, si bien es un

producto interesante para nichos de altovalor agregado, lo que hay que garanti-zar es la protección de las agriculturasfamiliares y campesinas ante las posiblesfluctuaciones del mercado.

¿Y los ecosistemas andinos?La sostenibilidad y la posible degra-

dación de los ecosistemas andinos anteuna expansión de cultivos de quinua

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MARCELO SILVA aboga por buscar el equilibrioentre soberanía alimentaria y matriz produc-tiva.

Laproducciónnacional de

quinua bordealas 1.000 Tm

anuales. Fo

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con modelos agrícolas convencionales,en vez de agroecológicos, es parte de lapreocupación que comparten científi-cos, investigadores, agentes guberna-mentales y productores.“Los ecosistemas andinos son frági-

les por naturaleza… si hay que expan-dir la producción de granos andinos,que sea bajo el modelo agroecológico”,señalaba en el IV Congreso en su con-ferencia magistral el científico ecuato-riano Carlos Nieto.En Bolivia, por ejemplo, también se

habla de ecosistemas frágiles, “suscep-tibles a la erosión, con suelos poco fér-tiles y de mineralización lenta”, segúnuna ponencia de los investigadoresAndrea Baudoin y Enrico Avitabile, deAgronómos y Veterinarios Sin Fronte-ras y la Universidad Roma Tres.Ellos advierten que “el boom de la

quinua se ha visto acompañado de unaserie de problemas causados por la meca-nización de los cultivos, la reducción delos tiempos de descanso en las parcelas,causando pérdidas de rendimiento quevienen a sumarse a los problemas tec-nológicos que intervienen en diferentesniveles de la cadena productiva”.

Es una problemática compleja delarga data en la agricultura, porque elproductor busca rentabilidad y losmodelos convencionales involucranpaquetes agroquímicos y se concentranen monocultivos. La idea es ir hacia la reducción de

insumos químicos y lograr una agricul-

tura más limpia con producción diver-sificada y sostenible. Silva llama laatención sobre casos de agricultores que“han manejado sabiamente la asocia-ción con otros cultivos” y entonces loque debe hacerse es respetar esas lógi-cas tradicionales y culturales, “sin ava-sallar con modelos y paquetes”.

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Más allá de los AndesLa FAO destaca la expansiónde este cultivo en más de 70 paísesdebido a su “extraordinariaadaptabilidad a diferentes pisosagroecológicos” y su resistenciaen diversos escenarios climáticos.

Nuevos y potencialesproductores

República ChecaDinamarca

FranciaAlemania

ItaliaEspaña

BrasilRegión del Himalaya

IndiaKenia

Australia

Canadá

EEUU

Ecuador

La producciónde EEUU,Ecuador

y Canadárepresenta

alrededor de10% mundial.

BoliviaEl potencial

para desarrollarel cultivo se

estima en 1 millónde ha y solo se

utilizan unas100.000.

A menor escala: Chile y Argentina.

PerúEn el

departamento de Puno,se concentra la

superficie sembrada,82%, y le siguen Junín,

Arequipa, Cusco,Huancavelica,

Ancash, Ayacuchoy Apurímac.

Foto: Le

isa Sán

chez.

Preocupa la degradación de los ecosistemas ante la expansión de cultivos de quinua.