re conocernos nro2

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Revista Cultural e Informativa desde la Secretaria de Cultura de San Marcos Sierras.

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STAFFDirector honorífico: Marcelo Pais

Editor General: Diego Herrero Martínez

Arte, diagramación y fotografía: Marcos M. Corvalánwww.estudioenkantado.com.ar

Corrección y edición:Violeta Collado

Comercialización y Tesorería: Susana Sampayo

Imagen de tapa: Dago Fredes

Ventas:Adriana Mezzadri

Ilustraciones: Pablo Fernández AielloAzrael (Ana Díaz)

Colaboran en este número: Loma Warmi Matías Cardo Virginia BarcelóGustavo Travi Mario Rodríguez Luciano Vrancic Natalia SánchezCarlos MuñozManuel NúñezSusana Sampayo

IMPRIME:Cooperativa Gráficos [email protected]: (0351) 4885999

DISTRIBUYE:Secretaría de Cultura S. M. Sierras

Tel: 03549-496446Contacto Comercial: [email protected]

Agradecimientos:Mauro Nievas del CastilloMaría Teresa TílvezKenko (hermanito) SokaPatricia Barnes

EDITORIAL:¿Qué hubiese sido de la vieja y conocida leyenda del

pastor trashumante sin la flor melífera de las salinas?

Por suerte el destino quiso que Abelardo Reyna

encontrara en la inmensidad del blanco, los coloridos

pétalos de una flor, y posado sobre ellos aquel pe-

queño insecto al que se dispuso a seguir, pues pensó:

<<éste sabe dónde está el agua>>. No se equivocaba;

pero ni el agua ni los pastos le parecieron abundantes

para sus cabras en aquel lugar, por lo que optó por

continuar con su incansable búsqueda del vergel.

Días más tarde llegaba a un valle donde pudo saciar su

sed y alimentar su ganado. <<Es el lugar adecuado, el

fin del viaje>>. Se tumbó a descansar a la sombra de

un algarrobo y comenzó a escuchar un zumbido es-

candaloso que provenía de un hueco en el tronco del

árbol. Otra vez el insecto de las salinas... ahora por mi-

les, apretujados unos sobre otros, como custodiando

un secreto. A partir de entonces Abelardo se planteó

estudiar cada día a aquellos insectos que despertaban

su curiosidad. Con el tiempo lograría develar el secre-

to que con tanto celo guardaban.

Dicen los que saben que Abelardo Reyna fue el primer

apicultor sanmarqueño.

Los invito a imbuirse en el néctar de esta nueva edi-

ción de la revista Reconocernos.

Diego Herrero Martínez

SUMARIO:El Comic de Logan Reportaje a Leopoldo Tulián El Cuento Ilustrado Concurso Literario Letras del TayLa que FaltabaLa Sinrazón de Dios El Cerro AlfaMonte TangoLa Metamorfosis del Color10 minutos antes del Beso Especial Cultura ProductivaaAgrupación GauchaLudopatía LiterariaCalendario CCMPGuía Publicitaria

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ENCU

ENTR

O CON

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Cuéntenos Don Leo sobre la comu-nidad Taku Kuntur, ¿qué significa el nombre?

L: Taku es el árbol, el algarrobo, que vive muchos años, pero además tiene unas raíces muy profun-das. Kuntur es el cóndor, que vuela en lo alto, que observa desde lo alto. Estos dos símbolos representan nuestro compromiso con la comunidad. D: ¿Cómo surgió la idea de formar la comunidad?L: Yo soy criado bajo la cultura come-chingona. Todo empezó con un grupo de personas que tenían ganas de festejar el Año Nuevo Criollo, que dicho sea de paso tiene más que ver con nosotros y no esa fiesta de enero que se ha trasladado de otros lugares y que no es nuestra. El 21 de junio es para nosotros el fin y principio de año. Como le decía, teníamos ganas de festejar el Año Nuevo Criollo por lo que nos entera-mos que en Valle Hermoso lo iban a celebrar y allá fuimos como invitados. Resulta que por esos años también

comenzó a conmemorarse en San Marcos la Tulianada donde acudían varios caciques que yo había conocido en Valle Hermoso y que nos asesoraron para formar

una comunidad. A partir de esa conmemora-ción se decide formar la ADIC (Asociación de Descendientes Indígenas Comechingones) y

fui nombrado como presidente por unanimi-dad de los votantes de la asociación. Más tarde, presenté la renuncia a la ADIC porque no estaba conforme y me decidí a formar la Taku Kuntur, de la cual soy Ca-cique I hasta el día de mi muerte. En las comunidades, si hay un nombramiento o cargo, es de por vida.D: ¿Qué costumbres recuerda usted de su infancia que vengan de la cultura

comechingona?L: Siempre me acuerdo de la Troja, que podría-

mos decir que era como un silo donde se almacenaban los alimentos. Se plantaban unos 6 palos y, a cierta altura, le hacías el piso y se cubría con jarilla, chinco o chala de maíz para que el agua corriera.Las casas se construían con piedra o con

A Leopoldo Tulián se le ha consignado la custodia de la puerta del Tay Pichín. En esta entrevista el artesano nos invita a traspasarla para vivir por unos instantes en el

San Marcos del ayer, en donde el respeto y el trabajo comunitario sostuvieron la política cultural. Sentado en la galería de su rancho, entre cueros e implementos

ecuestres, el también Cacique I de la comunidad originaria Taku Kuntur nos traza un lienzo costumbrista que sólo puede bosquejarse con el pincel de su memoria.

Por Diego Herrero Martínez - Fotografía Marcos M. Corvalán

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barro, pero no con adobe, el adobe surgió después. Algunos dicen que los Sanavirones trajeron las pircas pero es mentira: esa es una cosa natural de los origi-narios, adaptarse al lugar en que les toca vivir. Si había palo era palo y si había piedra era piedra. D: Usted ha vivido la época del San Marcos produc-tor de alimentos ¿cómo la recuer-da?L: Cada uno hacía lo que sabía para sobrevivir. La siembra, dulces, arropes, secado de frutas, etc. Lo único que no se tenía en cuenta era bromatología, pero se trabajaba con mucha conciencia, sentimien-to y responsabilidad. Era nuestro medio de vida.El zapallo criollo era para desecar. Lo pelabas, lo partías, lo cortabas en tajadas y lo enhorquetabas en el alambre. Los primeros días tenías que levantarlo para que no te lo agarre el sereno, después ya lo ponías a la sombra protegido del sereno. Por último lo guardabas en sacos de cuero.Con la pasa se trabajaba distinto, la extendías para irla secando y la ibas “tamañando”. Por último un poquito de sal bien molida con harina y la “planchabas”. Se guardaba en cajones de madera donde venía el jabón en barra, ahí se apretaba cada tanto hasta que se llenaba el cajón, se le ponía la tapa y se revocaba con bosta de vaca para sellar los agujeros. La bosta rechazaba los bichos. Siempre venía un almacenero y te compraba la producción.La gente de antes siempre se aplicó a plantar plantas y sembrar. Ahora comprás semilla y te dura nada más que ese año, no te conviene sacar semilla porque no tiene rendimiento. Se perdió eso. Una vez pregunté dónde esta-

ba la semilla madre y me dijeron que posiblemente en Perú. Acá la semilla la sacaba cada uno de los produc-tores con la conciencia de que era para sembrar. Cada dos años se hacía el intercambio con otra zona. Eso ocurría con el ajo, el maíz... había una cebada criolla que no la he visto nunca más.

D: ¿Por qué ahora la mayoría de la gente no produce?L: Hoy se ha dejado de sembrar por el elevado costo de produc-ción, de mano de obra, la falta de agua... y cuando hicieron el dique “El Cajón” se terminó de pudrir todo. Ya se pasó todo a turismo, si bien es cierto que es una galería

turística muy amplia, se perdieron otras cosas.Pero el principal problema es la falta de agua. Antes los canales de riego los hacían los interesados. Des-pués vino hidráulica para mantenerlo y ahí se empezó a desunir la gente, porque antes se ponían de acuerdo los usuarios sin necesidad de ningún ente intermedia-rio. Al propietario le interesaba el agua para trabajar, el respeto por el agua antes existió. Ahora la gente no quiere cortar el monte ¿por qué no paran las topadoras que arrasan con todo? Nosotros nunca tuvimos la condición de depredar. El algarrobo, el chañar, el quebracho colorado donde se puedan criar se crían, pero también podés conservar una hi-guera, un naranjo, un olivo haciéndoles un espacio en-tre el monte porque son un medio de sustento familiar.D: ¿La gente de antes era más unida Don Leo?L: Antes se colaboraba mucho entre los vecinos, las cosas se hacían entre todos. ¿Qué necesitamos? ¿Qué tenemos que hacer para ir mejorando? Le doy un ejemplo. Cuando surgió el Festival de la Miel se pensó qué se iba a hacer con lo que se recau-dara. Todo lo que recibíamos se volcaba a las escuelas. Se hacían carreras y bailes para ayudar a las instituciones. El presidente de

la comisión era siempre el intenden-te. Todo el

grupo era muy fuerte, muy

unido, se

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ayudaban el uno con el otro, lo cuidabas hasta de que no metiera la pata. Se sacaba para el dispensario, la policía, el correo... Eso es lo que falta ahora, cuando hay una necesidad es el intendente el que tiene que ex-

presarle al pueblo. El intendente tiene que convocar al pueblo,

no al partido polí-tico. El intendente

tiene que sacarse la camiseta en el momento

de asumir y gobernar para todos. La política actual busca

votos y nada más.D: ¿Cómo eran las fiestas de antes y qué diferencias encuentra con la actualidad?L: Las fiestas del pueblo eran a la vuelta de la plaza, en los terrenos vacíos que quedaban. La plaza siempre se respetó. Las fiestas eran de la iglesia, las patronales, después empe zaron a hacer bailes en la pista de lo que hoy es “La Morada”.Lo que está ocurriendo en la plaza es que todo el mundo va a tomar vino o a hacer la fumeta. El comer-ciante tiene que ver que haya música, pero hay gente que trabaja temprano. Si esto fuera respetuoso y yo tengo la música solamente para mi trabajo... Pero vas a tomar un café y tátátá... y después la gorra... no, pará, eso le hace daño al turismo y a mucha gente que se junta para poder hablar. Entiendo que la gente tiene nuevos hábitos, nuevas costumbres, pero se ha perdi-do el respeto.

Es cuestión de organización, si bien es cierto que hay muchos músi-cos, antes los hubo también. Y nunca hubo los problemas de sonido que hay ahora.

D: La Casa de la Cultura anuncia un curso de trenzado en cuero que

lleva su nombre, ¿quiere dejarnos alguna reseña sobre él?

L: Simplemente invitarlos a todos y decirles que sólo se trata de poner en

práctica la creatividad. Yo seré su guía técnico, el resto pasa por cada uno. Nos juntaremos todos los viernes de 16:30 a 19:30 en la Casa de la Cultura. El alumno sólo deberá aportar los materiales de trabajo ya que por una gestión de la Secretaría de Cultura el curso será gratuito.

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LITER

ATUR

APor Loma Warmi

LLUVIAS ERAN LAS DE ANTES

-dijo el sapo que ya estaba viejo y añoraba sus años.-¡Me lo van a decir a mí!- exclamó casi a los gritos el bi-cho palo, que se balanceaba al costadito del mistol.-Qué sabrá el chancho de aviones- replicó el sapo.-¡Eeh! ¿Qué pasó conmigo?- saltó el chancho -no sabré de aviones, pero de lluvias no hay nadie que sepa más que yo. Y no vaya a creer que todo tiempo pasado fue mejor. ¿Se acuerda, don sapo, de ese año que en vez de agua llovía cocacola?-¡Qué rico!- dijo la pequeña oruga que había visto la pu-blicidad y tenía ganas de probarla.-Sí, me acuerdo. Andaban todos los bichos pegajosos y llenos de burbujitas. Uno se bañaba y se ensuciaba más.Y ahí fue cuando hablaron las abejas, que hasta enton-ces estaban calladitas: -Ese año la miel nos salió muy rara. Era más dulce, es cierto, pero comiendo eso se nos murieron un montón de compañeras. La colmena quedó despoblada y llena de lamentos por el dolor de panza. Menos mal que pudimos salvar a la reina.-¿Y por qué llovía esa porquería?- preguntó la pequeña oruga que era muy influenciable.-¡Ah, m’hijita! Nos costó mucho averiguarlo- recordó

el sapo. -Todo el bicherío andaba como loco tratando de descubrir la causa. Hicimos una gran asamblea, me acuerdo.-Sí- agregó el chancho, que era el más memorioso. -Ahí estábamos todos, porque todos teníamos problemas.Me acuerdo del hornero. ¡Pobre! El barro no se pega bien si no es con agua y su casita se le chorreaba todo el tiem-po. Vivía trabajando para mantenerla redondita. Pero un día se descuidó y el nido terminó quedando como una gran escupida en el piso.-¿Y?- preguntó la pequeña oruga -¿averiguaron?-Sí- dijeron las abejas, -gracias a una alianza que hicimos con las avispas y las hormigas. Entre todas rastreamos el pueblo y descubrimos que varios chicos que se juntaban a jugar en la plaza habían estado pidiendo que llovieran gaseosas porque les gustaban mucho.-¡Más que el agua?- preguntó sorprendido el bicho palo que seguía balanceándose al costadito del mistol.-Bueno, eso creían ellos. Por eso pidieron esa lluvia. Pero cuando tuvieron que comer el puré, los fideos y el arroz cocinados en cocacola, se dieron cuenta que no hay nada más rico que el agua.-¿Y cómo hicieron para remediar la situación?-Y- dijo el sapo, -pedimos todos juntos por el agua. Los chicos y los bichos tenemos mucho poder si nos junta-mos. Y el agua, que se había ofendido, volvió a llover so-bre nuestras cabezas mientras todos, locos de contentos, aprovechábamos para bañarnos.

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para remediar la nostalgia de alguna vezhaber tenido pico, pinches, cola, pétalos,carozo y cornamenta

para ser puente que tiembla,raíz de aire

para encontrar la niña con el asombro intactopara morir un poco,para matar los paras

ofrezco la cabeza a la guillotinay todos los datos de mi especiemi nacimiento perpetuo ofrezco en los gestos sin horas

bailo, chispa trastocadala rebelión total de mi materiabailar es ser bailada

con los pies en el siemprecon la liebre dorada del dentrocon mordidas sangrando fuera el venenocon muertos que me bailan

con ojo de águila adivinao túnica de turista perdidacon las vértebras en cooperativabailo

así nuestra inocencia es un lago verdeo un ciruelo en permanente parimiento

bailo con felicidad de piedra lanzada al agua por un niño.

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El viajar es un placer que nos suele suceder,En el auto de papá nos iremos a pasearPipo Pescador

Cuánto esperábamos esos domingos... Papa al volante, con la seguridad

que infundía sin necesidad de emitir sonido; mamá al lado, complaciente

con el universo; y atrás nosotras dos con Rulo, sí, Rulo lamiéndonos las

orejas, con Rulo mirándonos, dejándonos sus pelos en la ropa, con Rulo,

todo lo hacíamos con él. Una noche dormía en el patio y otra en nuestra

pieza. Cuando volvía del colegio lo buscaba antes que a nadie, después pasába-

mos toda la tarde juntos. A la noche, a escondidas de todos, lo subía a la cama, a

mis pies. Cuando papá discutía con mamá yo lo acariciaba y se me pasaba el miedo. Bañarlo era el momento que

más disfrutaba, después corríamos juntos por toda la casa para que se secara. Yo sabía que Rulo me quería más a

mí que a nadie y ese era nuestro secreto. Un domingo de ésos, en el auto de papá, hicimos la salida de costumbre:

primero comimos en lo de la abuela y después fuimos a una plaza. Pero cuando estábamos volviendo papá no

hizo el camino de siempre. No pregunté nada pero, después de andar un rato, por las ventanillas se veía campo,

mucho campo. Papá frenó y se bajó. Abrió la puerta de atrás y alzó a Rulo. ¿Vamos a pasearlo? Pregunté. Papá lo

va a dejar acá un ratito para que conozca otro lugar hija, dijo mamá mirando hacia delante. Papá se alejó con Rulo,

sacó la correa del bolsillo, se la puso en el cuello y lo ató al tronco de un árbol. Yo lo saludaba por la ventanilla.

¿Papi, en cuanto volvemos a buscar a Rulo? Pero subió la radio y no me contestó. A la noche pregunté de nuevo

porque le tocaba dormir en mi pieza. Y volví a preguntar. Y volví a preguntar. Para que sepa que estaba pensando

en él, dormí con el trapo en que se acostaba. Pero esa noche empezó a llover y fui a despertar a papá: ¡hay que ir

a buscar a Rulo, se va a mojar! Un monstruo se abalanzó sobre mí y dijo que lo había despertado y me mandó a

dormir al patio de castigo, ¡No seas tarada querés! ¡Por un perro de mierda!.

Y así fue pasando el tiempo y yo guardé en una caja las cosas que olían a él. A veces dibujaba su cara en una car-

peta, la carpeta que perdí cuando nos mudamos. Y preguntaba y preguntaba a mamá por Rulo, y volvía a pregun-

tar. Hasta que una mañana me di cuenta de que su cara se había ido con la carpeta, su olor con la vieja casa, y ya

no volví a preguntar.

Es domingo otra vez. Ahora manejo yo. Papá va a mi lado. Está un poco ciego y como tiembla mucho aprovecho

para servirle café: lo vuelca y le digo que es un torpe, que es tonto con las manos. También me gusta cuando se

ahoga con la comida, pero lo mejor, sin dudas, es hacerlo caminar sin el bastón para que se caiga, ay.... En ese

momento vuelvo a vivir.

Como era domingo entonces le tocaba el paseo. Cuando se largó a llover agarré la ruta unos cien kilómetros noche

adentro y paré al costado del camino. Me bajé. Agarré la soga del asiento de atrás y le abrí la puerta. El primer

árbol estaba recién a unos cincuenta metros, por lo que hubo que caminar bastante. Finalmente llegamos y fue la

última vez que lo vi. Atado al tronco de un árbol me preguntó: ¿hija en cuanto volvés?

En un ratito papi , en un ratito....

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i tercera persona se dedica a fu-

sionar ritmos con estilos, estilos

con períodos históricos, perío-

dos históricos con idiomas. La

primera experiencia creativa de

mi tercera persona se forjó junto al guitarrista Ró-mulo Arnoldi, el bajista Marcos “Goro “Pistono y el

baterista Nicanor Collado. Aquella matriz musical

dió en llamarse ROMA. Con ella cerramos varios

festivales y con el tiempo la banda alcanzó concep-

tos vanguardistas y un velo de misticismo.

Con ROMA pernoctamos noches de procesiones,

noches que se disolvían de a poco al vivir el sueño de

una realidad presente.

Sucedería un poco más adelante, en una de esas no-

ches de música y vida que junto a Rómulo, comenzá-

ramos a intercambiar conceptos con Miguel Ángel Rodríguez, un guerrero de la vieja guardia. Él venía

bienabandonando de a poco la locura citadina con

una pila de cuadernos repletos de “algún día sere-

mos canciones”. Miguel Ángel Rodríguez soñaba con

vivir en la paz y no en Bolivia precisamente, sino en

la paz de Las Gramillas, donde el misterioso canto del

Por Matías Cardo

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crespín parece el sonido de una hamaca de plaza en

medio de la siesta.

A su vez, un tal Pablo Ríos soña-

ba con pegarle más fuerte a la

batería de lo que podía hacerlo

en una agrupación de folklore,

cuando Miguel Rodríguez se

lo encontró en la terminal y lo

invitó a zapar con nosotros. A

partir de entonces comenzaron

a emerger temas enteros con

“A”, “B”, “C” y solos incluidos: ya

éramos una banda. Antes había

pasado el ex batero de Sumo,

Alberto “Superman“ Troglio, lo cual significó una experien-

cia enriquecedora para todos y

un momento único para Rómu-

lo cuando tocaron juntos Crua Chan. Una vez formada la banda con Miguel Ángel Rodrí-

guez a la cabeza, Pablo Ríos en los ojos, Matías Cardo

a la nariz y Rómulo Arnoldi en la boca, produjeron

con la colaboración de gente como Riqui Collado y Daniel Tinaro (sonidista), el primer registro dis-

cográfico llamado “Voy”, con

10 temas y un bonus track es-

condido. Todos grabados en-

tre el estudio “La Aceituna” y

el estudio “El Abasto” en Gral.

Rodríguez por Álvaro Villagra.

Cuando el disco ya estaba en el

horno, a punto de salir, ingresó

Matías Romero “el comodín”,

un músico que puede desem-

peñar varios roles dentro del

esquema de la banda.

Esta crónica no marciana está

completa porque, si faltara

algo, la banda, a la cual me

refiero todo el tiempo, me da

la certeza de que siempre hay

algo para aprender y que siempre cabe esa gran

posibilidad de que falte algo. ¿Por eso esta banda

se llama La Que Faltaba?

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En uno de sus viajes a la ciudad de Sevilla, el historiador cordobés Nicolás Rodríguez Prat tuvo la oportunidad de visitar el Archivo General de In-

dias -lugar donde se encuentran los documentos judiciales y comerciales de la América española hasta la época virrei-nal-. Se proponía rastrear pedidos de encomiendas que pudieran reconstruir parte de la historia de las comunidades originarias de las Sierras de Córdoba.Los catálogos del archivo le demandaron largas jornadas hasta descubrir una encomienda del pueblo Quilpo que databa del 1613 a favor de Pedro Arballo de Bustamante, hijo de uno de los conquistadores que fundaron junto a Jerónimo Luis de Cabrera la cuidad de Córdoba.Conocí a Nicolás en la Biblioteca Nacional de Madrid cuando brindaba una conferencia sobre Historia Aplicada; nos presentó Tato Echagüen, un amigo en común. Congeniamos bien desde el principio: mi inexperiencia y su experiencia compartían el amor por la escritura, además del hecho de ser dos coterraneos residiendo en el extranjero. En aquel encuentro intercambiamos nuestras direcciones de mail para enviarnos algunas producciones. Nunca me mandó ni le mandé nada, lo consideraba demasiado elevado para juzgar mis textos nouvelles.En febrero último recibí un mail de su hermana Carolina: Nicolás había muerto hacía unos meses y, antes de morir, le había encargado hacerme llegar un sobre.Debo decir que, cuando lo tuve entre mis manos, la intriga pudo más que la sensatez y la torpeza acabó por romper parte del contenido.

Estimado Diego: Casi puedo ver tu cara de sorpresa al leer estas palabras. Al fin me decido a escribirte unas líneas… la verdad no te pido disculpas porque mi confeso desgano anula toda hipocresía. Tato Echagüen me contó que volviste a resi-dir en San Marcos Sierras y que estás trabajando en el Área de Cultura. Esto último es lo que me decidió a enviarte este documento, “Pedido de Encomien-da Quilpo” (Charcas, 23 de diciembre de 1613) que alguna vez encontrara en el Archivo General de Indias. Creo que tiene gran importancia para vos y todos los habitantes de tu pueblo. Lo confío a tus manos porque sé que en ellas en-contrará el resguardo que merece. Hay algo que tenés que saber acerca de él. Cuando realicé la traducción y actualización lingüística encontré entre sus páginas un escrito que verdade-ramente no sé cómo catalogar. No tiene firma alguna y pareciera tratar sobre teología. Aunque no puedo asegurar casi nada sobre él. Sólo que ha robado mis pensamientos desde que lo traduje por primera vez.Hacé con él lo que consideres oportuno, yo no me he atrevido a publicarlo nunca y ya siento que mi tiempo se acorta.¿Será un tratado sobre la concepción teológica de los Comechingones escrito por un Jesuita? Te reirás pero… ¿quién te dice? Bueno Diego, no quiero molestarte más, espero sepas aprovechar estos “rega-litos” que te mando. Hasta siempre,

Nicolás

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Por Diego Herrero Martínez

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Nobleza obliga, en honor a quién me hizo llegar estos manuscritos tan im-portantes para la historia de San Marcos Sierras, publicaré en primer lugar un fragmento del pedido de encomienda de Pedro Arballo de Bustamante tal cual se encuentra en el original.

Francisco de Carasa y de Cardenas gobernador capitán y jefatura mayor de estas Provin-

cias de Tucumán. Juies diaguitas y comechingones y todo lo que se incluye desde la cordi-

llera de Chile. El gran Río de la Plata . Por su majestad, por cuanto vos Pedro Arballo de

Bustamante sois hijo de algo y aveis serbido a su majestad en lo que seas ofrecido. De su

real servición y hijo de Gerónima de Bustamante y poblador y conquistador de esta ciu-

dad de Córdoba . Persona que dio a su majestad muy grandes servicios………de quien

yo confio que dareis lo mismo siempre como leal vasallo suyo y estas casado en esta dicha

ciudad con hija asi mismo de conquistador de ella . Y porque con los indios que teneis

por una vida no os podeis sustentar conforme a la calidad de buestra persona . Por ser

pocos y para que la podais hacer con mas comodidad, atendiendo a los dichos servicios

de buestro padre y suegro y vos. Por la presente en nombre de su majestad y por virtud de

sus reales poderes que para ello tengo y por su notoriedad no van aqui insertos. Hago a

vos Pedro Arballo de Bustamante de el pueblo de Quilpo con sus caciques= Don Juan Quilpo Nauan y Don

Xenobal Quilpo= Y Don Diego Sanpinauan y Don Pedro Cainpade Nauan y Don Miguel Ebumeban Ebuctú y Don Juan Sucapuia y Don

Miguel Suipar Ebuclaui y Don Gaspar Padlinauan y Don Pedro Todan Galpan, inclusos y reducidos en el dicho pueblo de Quilpo y todos los

demas pueblos. (CHARCAS, 101, N, 9/2/1 Recto. Archivo General de Indias)

En lo que atañe a este documento, no tengo más que informar que se encuentra disponible en la Secretaría de Cultura de San Marcos Sierras, para su consulta.Con respecto al escueto ¿tratado? que Nicolás encontró entre la encomienda, pido ayuda a algún lector ave-nido que pueda decirme qué significa. Porque he pasado los últimos meses rastreando su procedencia y no he podido averiguar nada. En el Archivo General de Indias no pueden determinar si el texto pertenecía original-mente al documento o si se trata de un grave error de registro.

Infinito y razón no emparejan. No más grande ni más pequeño. Dios la fuente de vida porque la fuente de información. ¿Cuántos escalafones de creación hay?El devenir ascendente tan innombrable como el descendente. ¿Quién ha de abstraer con palabras algo que rehúye a la conciencia? Los errantes devoradores de moral. Por destino. El mundo oscuro un espacio entre los órganos de Dios.Dios expresa transformación sempiterna. Sin Dios no hay sistema porque Dios movimiento perpetuo. La manipulación del objeto ímpetu del deseo. Dios el límite del juicio.El mundo de las ideas no es el único mundo. La sinrazón.La doctrina de los errantes atrapa momentos del devenir. ¿Cuál valor verdadero de la razón sabiendo imposible llegar a Dios a través de ella? Ni lo ascendente ni lo descendente existe en Dios. El tiempo atrapado en la mente.Dios no salvará al hombre, sólo Dios tiene el poder de salvarse a sí mismo. ¿Qué me dicen? Si a ustedes esta incógnita les ha llamado la atención tanto como a mí y quieren ayudarme a interpre-tarla, les ruego me escriban a [email protected] sentido tiene que ser importante.

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El Cerro AlfaPor Mario Rodríguez

Yumo salió, como todas las mañanas, hacia el cerro que bordea su casa en el valle del Tay Pichín. Junto a sus ovejas transitó el sendero que lo guiaba entre piedras a disfrutar el paisaje de la sierra, escalando entre algarro-bos, quebrachos y mistoles por las laderas empinadas. Yumo regresaba siempre al mediodía, llevaba los ani-males al corral y se preparaba para almorzar con su familia la típica comida de la región. Allí reunidos, junto a la mesa, comenzaba el ritual de todos los días: comer y conversar.Sus padres, su hermana y su cuñado con su bebé de un mes, componían un grupo de campesinos nativos descendientes de los comechingones, ocupantes del Va-lle del Cuniputo. Tenían una pequeña chacra en la que producían frutas y verduras que, junto con los ovinos, comerciaban en varios lugares cercanos. Corría el mes de diciembre y Yumo salió bien tempra-no con su majada para no sufrir el calor. Siempre se acompañaba con dos perros para conducir el rebaño y protegerlo del ataque de animales salvajes. El clima es-taba pesado y algunas nubes se asomaban por el lejano horizonte del oeste pronosticando lluvia, algo habitual en esa época. Yumo vigilaba la majada mientras fumaba cuando escu-chó el ladrido de los perros. Los animales, nerviosos, la-draban frente a un peñasco entre los matorrales. Yumo miró con atención y vio en el hueco de la piedra un ani-malito acostado: era un cachorrito de puma muy chico y estaba solo en la pequeña cueva. No vio a su madre y supuso que había huido ante la presencia de los perros. Entonces, se acercó y tomó al animalito. En su casa lo ubicó en una de las jaulas de cañas que utilizaba para transportar o guardar conejos o gallinas y allí quedó, como un juguete, un habitante más en la casa.

Cerca de fin de año el padre y el cuñado de Yumo lle-vaban al pueblo los productos que tenían para vender: frutas secas, quesillos, miel y artesanías de telar fabri-cados con lanas de sus propias ovejas. Se acercaba el mediodía, estaba nublado y con señales de próxima llu-via. Yumo regresaba de su paseo por la sierra cuando su madre se acercó nerviosa y le dijo: “¡Se perdió Alfarito! ¡Desapareció y no sabemos nada! Fuimos a juntar leña con tu hermana y al volver no estaba en su lugar, no aparece por ninguna parte, es un misterio, una maldi-ción de algunos que no nos quieren aquí. Lo buscamos por todos los lugares, dentro y fuera de la casa, no hay ninguna señal, nada, nada... Tu padre y el Cholo llegarán por la tarde, fueron a llevar mercaderías al pueblo”. Yumo seguía sin entender, fue hasta la pieza de su her-mana y la encontró llorando y rezando. La abrazó y le dijo en un susurro: “no pierdas la esperanza, ya apare-cerá sano y salvo” y la acompañó en el rezo para con-solarla.La lluvia fue en aumento hasta una cantidad pocas ve-ces registrada. Tres horas después todo el lugar esta-ba convertido en un lago y se hacía difícil transitar. Al atardecer regresaron el padre de Yumo y su yerno y al enterarse de la desaparición del pequeño, se conmocio-naron por la noticia. Entonces la casa se convirtió en un caos, todos estaban como locos, ape-nados y sumergidos entre los efectos de la lluvia. No era posible mantener una conducta normal, la congoja por la ausencia de Alfarito y el desastre provocado por la lluvia hacían impo-sible un orden en los hábitos de la familia.Un poco más controlado, el padre de Yumo comenzó a evaluar los arreglos necesarios: el río tenía un alto nivel, la huerta sumergi-da, el corral saturado de ramas y barro, la

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HISTORIAS Y LEYENDAS

HISTORIAS Y LEYENDAS

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majada arrinconada en la parte más alta junto al depó-sito. Llamó a su hijo y a su yerno y les dijo que era ne-cesario ocuparse de acomodar todo lo que fuese posible para evitar pérdidas mayores de las ya ocasionadas por los destrozos del diluvio. Yumo suspendió la salida con la majada y entre los tres reacomodaron lo más urgente para proteger a los animales y limpiar el lugar. Pasado el mediodía Yumo recordó a los demás que era necesario sacar la majada y preparó su equipo para salir al día siguiente muy temprano. Pero esta vez el camino era otro: había que escalar y orientarse en todo momen-to para no extraviarse. Cuando encontró una pequeña hondonada detuvo a la majada a comer del pasto y los arbustos. Caminó hasta una pequeña explanada en la que encontró la sombra de un árbol desde donde obser-var el horizonte. Allí sentado descubrió en un pequeño hueco del monte a un animal recostado parecido a un león de campo. Asustado, trató de retirarse con caute-la a la vez que buscaba su cuchillo, cuando distinguió un pequeño bulto blanco junto al animal que contenía una cría. Fue entonces cuando concentró la mirada para asegurarse de lo que estaba viendo, el corazón le sacu-dió el pecho, le resultaba imposible creer lo que estaba observando en ese hueco de jarillas: allí estaba su sobri-no alimentándose con la leche de la leona.Yumo fuera de control empuñó el cuchillo y llamó a los perros. Al oír los ladridos, la leona agresivamente se ubicó delante del pequeño como para protegerlo, cuan-do de pronto se escuchó una pequeña explosión y luego una oscuridad total envolvió el lugar. No se podía ver nada más que un reflejo circular en la altura, parecido a un destello.Yumo horrorizado ya no pudo moverse, el pánico lo in-

vadió. Luego se oyó otra explosión pero esta vez la oscuridad desapareció. Entonces Yumo no volvió

a ver a la leona, pero allí estaba el pequeño jun-to a los perros. Desconcertado, se acercó con

cuidado hasta que pudo reconocerlo sin dudar: era Alfa-rito. Emocionado y llorando, recogió al niño y salió co-rriendo de allí. Llegó hasta la casa agitado y sudoroso...-¡Dania! ¡Dania! ¡Mamá!- gritaba eufórico.Cuando su madre y su hermana salieron fuera de la casa, les entregó al niño. En ese momento llegaron tam-bién su padre y su cuñado alertados por sus gritos. La escena era indescriptible: todo era emoción, llanto y alegría.Después de la comida Yumo fue hasta los corrales para llevarle alimento al pequeño puma cautivo, pero no lo encontró dentro de su jaula. Se sorprendió por la desaparición del cachorro de la jaula ya que todo es-taba en orden y no había ninguna señal de violencia o destrozos.El fenómeno se extendió hasta el misterio y se relacio-nó todo lo sucedido esa mañana con un acontecimiento mágico. Por la tarde toda la familia fue hasta el lugar donde apareció Alfarito y con agradecida emoción, de-nominaron al lugar con el diminutivo del nombre del niño: Cerro Alfa. Todos los años visitaban el lugar, aco-modaban las piedras, limpiaban alrededor y dejaban algún objeto de recuerdo. En algunas oportunidades veían aparecer en las alturas unos círculos con destellos fugaces, similares a los observados por Yumo el día de la recuperación del niño.Varios años después, Alfarito y sus padres se mudaron a la ciudad de Córdoba. Allí estudió y se recibió de mé-dico. Y un día, en un verano de los años ochenta, visitó su pueblo natal. Aquí contó la historia de su aparición en el cerro Alfa.

**********************************************Han dado testimonio de su presencia, escucharon su relato y vi-sitaron el lugar en su compañía los vecinos Sabino García y Juan Lobaczewski, habitantes de San Marcos.

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l tango es un canal por donde transita la cul-tura del mundo. África, Europa y América se unen en él para combinar sonidos y palabras con acento rioplatense.

En Córdoba, el espíritu tanguero fue acogido desde sus comienzos por una masa fervorosa que tocaba y bailaba el tango en los salones de los clubes ba-rriales de toda la capital. El primer gran festival del género en Argentina se creó en La Falda, por donde pasan los artistas más reconocidos de la escena tan-guera nacional e internacional.En San Marcos Sierras, con la inauguración de la Casa de la Cultura, comenzaron a dictarse clases de tango con gran captación de bailarines. Primero bajo la guía de Cori Olmos y, más tarde, de Mauricio Cattalano y Natalia Peña. Viendo que el tango era una movida creciente en nuestro pueblo, a Marcelo Pais, ex Director de Cultura de San Marcos Sierras, se le ocurrió hacer un encuentro anual al que de-nominó “Monte Tango; Tradición y Vanguardia”. La idea era mezclar en escena los conceptos más tra-dicionales del tango con las nuevas tendencias del género en Argentina. El primer Monte Tango tuvo un éxito rotundo, consagrándose como el encuentro más representativo del noroeste cordobés.

El Monte Tango no es solamente un show: en el mar-co del encuentro uno puede tomar clases de canto, danza, guitarra, piano, bandoneón, historia del tan-go, etc. La idea es fomentar a través de este espacio las diversas vertientes culturales que aporta el tango como género musical.

Este año el Monte Tango se realizará los días 19 y 20 de Julio. El primer día estará dedicado casi exclu-sivamente al baile: los participantes del encuentro podrán disfrutar de la GRAN MILONGA que se reali-zará en la Casa de la Cultura de la mano del DJ Mar-celo Rojas. Para el segundo día ya están confirmadas las actuaciones de Rufo Cruz Supermás, Mariano de Macedo y Vanesa Katopodis, Karina Beorlegui y la actuación estelar de la banda mendocina Altertan-go. Además, para que puedas ir preparándote, la Casa de la Cultura Marcelo Pais está organizando una milon-ga por mes, donde podés venir a practicar cómo es eso de “sacarle viruta al piso”. Por todo esto, Cultura San Marcos te recomienda es-pecialmente este encuentro tanguero. ¿Cuántos momentos inolvidables has vivido última-mente?

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ETNO POP/ LA MAGIA DE LA TIERRA

Imagino a un Andy Warhol contemplativo fren-

te a esta nueva serie de obras gráficas a las que el artista

plástico Dago Fredes llama Etno Pop. Allí está Andy con

sus ojos perdidos en la transformación de la obra: repe-

tición de imagen y metamorfosis del color. Preguntán-

dose ¿cómo serán los originales?

El Arte Pop busca su inspiración en la cotidia-

neidad consumista, lo que da como resultado un arte

de matiz popular. En este nuevo trabajo, Dago tiene la

intuición necesaria para decidir que el arte a transformar

está en su propia obra, en creaciones de gran concepto

que le dan a la serie una esencia incomparable.

“Etno Pop es una serie de obras gráficas que

nace de la transformación, por medio del color, de las

pinturas de la serie ‘La fuerza de la Tierra’, en piezas

gráficas. Esta transformación se produjo al intervenir di-

gitalmente dichas pinturas modificando o alterando los

colores: La Metamorfosis del Color”.

Como anticipaba, esta nueva serie tiene la gra-

cia de ir más allá de la mutación del color: en ella hay un

condimento que transita por la comunión del artista con

la Tierra y con sus raíces étnicas. Un lazo insustituible de

inspiración.

La Tierra se manifiesta como experiencia, como bagaje

cultural para el proceso creativo y como elemento de

contenido:

“Etno Pop se centra en la Tierra, fundamental-

mente habla de ese misterio indescifrable que transmite

este lugar en el que vivimos y que de vez en cuando po-

demos vislumbrar”.

Los invito a disfrutar de Etnopop, la magia de la Tierra.

www.dagofredes.com.ar

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Como no tenemos mucha imaginación respecto a cómo escribir una bue-na nota sobre nuestra experiencia teatral en San Marcos Sierras, se nos ocurrió la brillante idea de simular una entrevista de la siguiente forma:Es miércoles 3 de abril de 2013, nos encontramos en la plaza Cacique Tulián esperando para entrevistar a los tres integrantes de la compañía de teatro “T.A.F.”: Soledad López Vaca, Paula Neri y Facundo Gaviña Naón.

Llegan casi puntuales, en un auto blanco un poco maltrecho. Se bajan, se acercan, se sien-tan en el borde de la tarima de la plaza y co-menzamos la entrevista.- ¿Cómo surge T.A.F.? - (risas) ¿El nombre o el proyecto?- Empecemos por el nombre...

- Surgió accidental-mente, buscando

nombres que sí o sí debíamos anotar en la planilla

de derechos de autor. Entre broma y broma apare-ció Facundo, diciendo literalmente, “Todos amamos

a Facun”... y quedó...- ¿Y el proyecto? - Luego de leer y descartar varios textos, nos decidimos por “Diez Minutos Antes del Beso” de Alberto Rojas Apel porque nos pareció que respon-día al deseo de contar algo que sea lindo y con el que los espectadores pudieran identificarse y pasarla bien un rato. No queríamos meternos en temáticas serias porque desde un principio la idea fue hacerla en tem-porada de verano, donde -por lo general- el turista está predispuesto a entretenerse. Los ensayos empezaron ahí nomás del nacimiento de T.A.F. (nos cono-cimos en octubre de 2012 y al mes siguiente ya estábamos ensayando para estrenar en enero). Trabajamos en la Casa de la Cultura Marcelo Pais, metiéndole pilas al asunto porque se acercaba el verano, juntándonos varias veces por semana, hasta que en muy poco tiempo vimos la “forma” de lo que sería nuestra obra. - ¿Cómo se sumaron el resto de los integrantes?- Una vez bocetada la puesta, nos empezó a demandar otras texturas, lo que llevó a integrar a Maika Sánchez Munuera quien le aportó lo visual desde la escenografía y el vestuario, a Adrián Nadal y a Pablo Fernández, que le dieron luz, ambiente y color, y a Matías Cardo que desde lo musical nos presentó un rasgo casi textual que fue acompañando los diferentes momentos que va atravesando la trama.

- Y llegó el 3 de enero... día del estreno ¿cómo fue ese momento?- Fue con la expectativa lógica de un estreno, dejando un poco los nervios de lado, llegamos súper cómodos con los tiempos. Si bien usamos los días festivos de diciembre para ensayar también, no tuvimos inconvenientes a la hora de dar sala por primera vez. El vestuario llegó óptimo, las luces y el operador brillando, el músico listísimo y los actores alertas.- ¿Y cuál fue la respuesta del público?- ¡El primer aplauso no lo vamos a olvidar jamás! Fue de lo más gratifi-cante. Honestamente nos sorprendimos desde un principio, porque vale mencionar que en las diez funciones que llevamos hechas en el pueblo siempre llenamos la sala y hubo muchas que se vieron agotadas antes de la fecha. Nos pasó también que, entre función y función, los comen-

tarios que nos llegaban tanto de los turistas como de la gente del pueblo eran muy buenos. Recono-cimiento que agradecemos mucho ya que como grupo promovemos y defendemos el laburo serio, responsable y respetuoso.- ¿Cómo sigue el año? - El año va a seguir saboreando “Diez minutos...” y estamos deseosos de ponernos a trabajar en la segunda parte de la obra y en otros

proyectos que tenemos en puerta...

Ficha técnicaTexto: Diez minutos antes del beso*Autor: Alberto Rojas ApelActores: Soledad López Vaca y Facundo Gaviña NaónDirección: Paula NeriMúsico en vivo: Matías CardoMusica original: Matías Cardo, versión libre de “Bésame mucho”Diseño de luces y operador: Adrián Nadal y Pablo FernándezDiseño y realización de vestuario y escenografía: Maika Sánchez MunueraDifusión y gráfica: Compañía T.A.F. y Kundo ImpresionesFotos: Amaranta PereyraSala: Luis Alberto Spinetta – Casa de la Cultura Marcelo Pais

-------------------------------------------------------------------------------- *Autor contemporáneo, de Buenos Aires a quien tuvimos el agrado de conocer cuando nos visitó y vio nuestro trabajo (le gusto mucho!)

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Por Natalia Sánchez

La Expomiel 2013 fue un evento que se desarrolló en San Marcos Sierras los días 31 de enero y 1, 2, y 3 de febrero en el marco del 37º Festival Pro-vincial de la Miel. Apicultores de nuestro pueblo junto con la Municipa-lidad de San Marcos Sierras se reunieron por segunda vez para organizar la Expomiel cuya finalidad es poner en valor la apicultura y la miel en el marco del Festival Provincial de la Miel como lo fuera en sus orígenes.Con este propósito la Expomiel 2013 brindó jornadas de capacitación técnica a productores del noroeste cordobés con temas tales como Coo-perativismo apícola y Comercialización, Desarrollo de la Apicultura de Monte Nativo en Áreas Protegidas de Córdoba y clases teórico-prácticas sobre Propóleos, Elaboración de Hidromiel, entre otros temas dados por reconocidos profesionales.Estas actividades tuvieron lugar en la Casa de la Cultura Marcelo Pais donde además se incluyó un día de capacitación para productores caprinos. En la Plaza Cacique Tulián se desarrolló una variada feria de productos derivados de la colmena, con una amplia oferta de diferentes tipos de miel. A su vez, cocineros de nuestro pueblo nos mostraron cómo hacer de la miel un ingrediente nutritivo y sabroso a la hora de preparar exquisitas recetas. Finalmente nos reímos con las payasas de la función de circo “Cuentos Voladores” para los más pequeños.Agradecemos la colaboración de instituciones como INTA Cruz del Eje, Subsecretaría de Apicultura Familiar de Córdoba, Ministerio de Agricul-tura Ganadera y Pesca de la Nación. Y vaya un agradecimiento especial a la Mesa de Producción Apícola de San Marcos Sierras por su incansable trabajo en pos de mejorar las condiciones laborales del conjunto de los productores apícolas.La Expomiel los saluda hasta el año que viene.

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os productores de San Marcos estamos por la sierra, al lado de alguna vertiente o del río, crian-do nuestros animales para luego venderlos en el pueblo. Somos aquellos apicultores que pa-

samos calurosas jornadas en el espeso monte nativo de nuestra región, para regresar al pueblo con una de las me-jores mieles del país. También labramos la tierra en este fértil valle regado por la magia de nuestro sistema de ace-quias. Cosechamos los frutos del monte, como lo hicieron los originarios del lugar, para transformarlos en harinas, cafés, arropes, dulces y conservas. Esta variedad de producciones conforma un sec-tor con una gran diversidad cultural que se corresponde con las actividades que desarrollamos. Así vemos gente diestra en el manejo de caballos para mover animales en la sierra abierta, hombres capaces de sacar una reina den-tro de una colmena entre decenas de miles de abejas, o quienes pasan horas bajo el sol sacando las malezas entre los surcos de la huerta. Somos pequeños productores que vivimos en los alrededores del pueblo o dentro de él y trabajamos para producir ni más ni menos que comida: alimentos que vendemos en su mayoría dentro de San Marcos. Estamos incluidos entre los que se denominan “Agricultores Fami-liares”, lo cual no significa que vivamos sólo gracias al con-sumo de lo que producimos o elaboramos. A nadie se le ocurriría pensar que nos comemos los 300 kilos de miel, 120 cabritos o toda la verdura de producción estacional

de una vez. El mecanismo consiste en vender lo que se produce y comprar los bienes que hagan falta dentro del pueblo. En San Marcos producimos anualmente 300.000 kilos de miel, 50.000 kilos de carne bovina (unos 370 ter-neros), 850 cabritos, 190 lechones, 20.000 kilos de verdu-ra fresca, 4200 kilos de cafés de higo, algarrobo o mistol, 4000 kilos de quesillos y quesos de cabra, entre 50 y 60 diferentes tipos de dulces y frutos en almíbar y 8 diferen-tes tipos de arropes. A ésto hay que sumarle un fuerte po-tencial para desarrollar aún más la producción de leche y quesos de cabra, de sub productos de la apicultura como el propóleo, polen, jalea real, cría de reinas y material vivo. Tenemos la tarea pendiente de optimizar el uso de chacras bajo riego para producción de verduras y frutas. Podría, además, desarrollarse la avicultura de baja escala (huevos- pollos) o cualquier otro tipo de produc-ción que se les ocurriera a los emprendedores que quieran trabajar este valle. Hasta hace poco San Marcos proveía de verduras y frutas al Valle de Punilla y a otras regiones de Córdoba. Esta gran cantidad de alimentos que puede salir de nues-tro pueblo hace pensar en ese importantísimo concepto que es el de la “Soberanía Alimentaria”: la facultad de cada pueblo o región de definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sosteni-ble y seguridad alimentaria. Para que se desarrolle esta idea es central forta-

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lecer el trabajo del pequeño productor y se vuelve indis-pensable el apoyo del Estado para que podamos produ-cir alimentos al margen de las condiciones capitalistas. Si no, seguiremos comiendo de Monsanto, Nidera o Bunge y Born, con sus sistemas ecológicamente insostenibles y con un pésimo reparto de las ganancias. Los productores de San Marcos consciente o in-conscientemente nos echamos al hombro estos concep-tos a pesar de algunas dificultades como son la falta de agua en el río, que no nos permite regar suficientemente o llenar las represas; el avance de la industria del turismo que ocupa chacras productivas; el aumento de la urbani-zación que nos encierra y desplaza; la entrada a la región de mega productores temporarios que ocupan los cam-pos donde colocar colmenas; o las políticas oficiales “mal aplicadas” que proponen programas de apoyo antes de

ESPECIAL

CULTURA PRODUCTIVA

preguntar qué necesitamos. Por lo pronto, los productores sanmarqueños es-tamos organizados en grupos, entidades, asociaciones de producción y venta, participamos en organismos naciona-les como el Foro Nacional de la Agricultura Familiar dentro del cual tenemos al delegado departamental y recibimos apoyo del INTA, Subsecretaría de Agricultura Familiar, Eco-nomías regionales, etcétera. Esto somos, así estamos y queremos seguir produ-ciendo en esta generosa tierra.

--------------------------------------------------------------------Mesa de productores de San Marcos Sierras

[email protected]

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REIVI

NDICA

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opacabana está ubicada en el noroeste de la provincia de Córdoba. Yendo desde San Marcos se hacen unos 20 kilómetros por la ruta 38 rumbo a Capilla del Monte, a la altura de Escobas se debe doblar a la izquierda donde ya se observan carteles

indicativos. Después de un recorrido de 26 km por ca-minos sinuosos matizados por añejos Algarrobos, uno llega al Valle de Copacabana. El Valle de Copacabana era la morada de muchas fami-lias comechingonas que vivían en aldeas dispersas por todo el valle. En una de ellas, llamada Nunsacat, los

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españoles concentraron a toda la población. Allí viven en la actualidad unos 300 habitantes que buscan en la artesanía una alternativa para mejorar las condiciones de vida. Todas las artesanías se realizan tejiendo una fibra vegetal que extraen de la Palma Caranday. Sesen-ta y cinco familias conforman la comunidad de tejedo-res entre hombres, mujeres y niños. Estos aprenden el oficio desde muy jóvenes.“Un señor salía al campo a pastorear las cabras, y en el pastoreo se sentó en una sombra de palma. Y bueno, ahí agarró una hojita y empezó a tejer. A parir de ahí mucha gente pudo vivir de eso”.

El pasado mes de febrero los artesanos de Copacabana visitaron la Feria de Artesa-nos de San Marcos exhibiendo trabajos de cestería que despertaron gran interés en la población local. Esto nos llevó a emprender un viaje hacia su lugar de origen para

conocer un poco más sobre ellos.

Texto: Susana Sampayo Fotografía: Marcos Corvalán

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“Es un arte no es cierto, no se necesita ningún estudio, sólo con ver se aprende”.“Este saber ancestral se transmite de generación en generación. Aquí la vida es dura y bella a la vez. Las artesanías no se pagan como deberían, es por eso que muchos de los jóvenes prefieren partir a las grandes ciudades en busca de otro horizonte”. “La experiencia de tejer es linda, ahora aprendí que con menos material hago canastos que tienen mejor precio”.“Esto me produce una gran alegría, ya que no lo hace sólo una persona sino toda una comunidad”

“Ahora estamos mejor, antes había que cambalachear las artesanías por un pedazo de carne”En la actualidad, la gran dificultad que atraviesan estos artesanos radica en la comercialización y distribución de sus productos. La solución a esta problemática está en fomentar el turismo cultural en la zona, algo que posibilitaría la subsistencia de este saber ancestral y mejoraría la calidad de vida de los habitantes del valle. Desde este espacio, queremos invitar a todos nuestros lectores a conocer Copacabana y dejarse cautivar por su arte.

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La agrupación gaucha Juan Bautista Montoya nació por la inquietud de los paisanos de San Marcos Sierras que deseaban participar en forma grupal representando a nuestro pueblo en los eventos de fiestas patrias y destre-zas criollas. Toma el nombre de un paisano de la zona y contemporáneo de aquellos fundadores que era tropero de ocupación. El tropero era un hombre de a caballo que, por una paga, llevaba bajo su responsabilidad una tropa de vacas, mulas o yeguazas y que, según se refiere, llega-ba con arreos de mulas hasta Santiago del Estero, Salta, Jujuy y Bolivia. Seguramente, Juan Bautista Montoya fue el último de una estirpe para quienes era absolutamente natural hacer noche sobre el apero y dormir a la guarda de las estrellas. Hace 25 años, cuando aquellos hombres se pusieron de acuerdo para fundar la agrupación gaucha, el nombre de Montoya se deslizó entre ellos, sin duda como sincero homenaje.Nuestra institución fue ocupando un lugar relevante en la vida de nuestro pueblo y es un referente local en cuanto a organización. Participa en todas las fiestas tradicionales de la zona tanto en eventos de destrezas criollas como en los paseos de agrupaciones gauchas.Con mucho orgullo podemos decir que el paseo de agru-paciones gauchas que se realiza como cierre del festival provincial de la miel es el más convocante de nuestro departamento.El 9 de junio del año 2000 obtuvimos la personería jurídi-ca resolución Nro. 311/A/00. En el año 2002, merced a la generosidad de las familias Díaz Farías y Díaz Tomalino, ambas de nuestro pueblo, recibimos en donación un predio baldío para nuestras actividades.Lamentablemente estos dos hechos tan auspiciosos coin-

cidieron con el debacle político económico del país que impidió avanzar con alguna obra edilicia. No obstante, en el año 2010 tomamos un nuevo impulso y desde enton-ces, aunque con mucho esfuerzo, nos encaminamos a concluir el anhelo de aquellos soñadores.Así es como nos encontramos hoy a punto de cerrar un lugar para múltiples usos con baños y asadores; también estamos en vías de hacer la cancha de destrezas criollas, un espacio vital para nuestras actividades a caballo. Como creemos que un pueblo crece al compás de sus asocia-ciones intermedias, también queremos realizar esta obra para que otros núcleos de la sociedad, tanto deportiva como culturalmente, cuenten con este lugar para su desa-rrollo.El gaucho es nuestro primer grito de identidad en el país, atrás de él toda identidad es ajena. Esto tuvo un costo en sangre y marginación: ser gaucho era sinónimo de ladrón y mal entretenido. Probablemente fue entre el período que va de 1830 a 1950 donde nació este estigma propi-nado a mansalva por las clases dominantes que preten-dieron borrar esa heroica figura que fue fundamental en las luchas de la Independencia. El caballo y las “pilchas” gauchas forman parte de nuestra identidad argentina. Es muy gratificante ver el esfuerzo de nuestros asociados para mantener en buena forma un “pingo” y para mostrar la destreza y elegancia con la que debe manejarse un pai-sano de a caballo. Esto es costoso en términos económi-cos, pero bien vale el esfuerzo sabiendo que difundimos nuestra identidad. Por eso nos gusta decir: “muéstrele a un extranjero la foto de un gaucho a caballo y este le dirá sin dudar, ES ARGENTINO”

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