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SIBYLLA BRODZINSKY Redes empresariales Mientras crece el comercio dentro de la región y los gobiernos de América Latina reiteran su intención de integrarse con sus vecinos, las grandes empresas transnacionales conectan sus oficinas para agilizar las operaciones. Sofisticadas redes semiprívadas de telecomunicaciones que hasta hace pocos años eran sólo ideas irrealizables, hoy cruzan fronteras y enlazan los países intercambiando datos y agilitando la toma de decisiones. H asta hace un año, Jack Huston, el jefe de la planta de jugos de la gigante agroindustrial estadounidense Cargill en Rancagua, Chile, debía coordinar su producción y despa- chos a Estados Unidos, Japón, Australia y Alemania con sus homólogos en Neuquén (Argentina), a través de télex. "Funcionaba, pero era algo complicado", recuerda Francisco Cambón, jefe de hardware y comunicaciones de la oficina chilena. Ahora, las dos plantas subre- gionales están conectadas a la red glo- bal de telecomunicaciones de la com- pañía, conocida como Cargill RNET, que conecta 20.000 terminales en todo el mundo. Los jefes de producción de jugos del cono sur están conectados por una línea abierta de datos. A través de ella, pueden conocer los atrasos o progresos en la producción de jugos. Si uno de ellos necesita discutir un punto con otro, basta que cualquiera de los dos marque un par de dígitos en su teléfono y están hablando casi al instante. Comunicación constante Cargill, como otras grandes multina- cionales que hacen negocios en la región, le está dando gran importancia a su sistema de telecomunicaciones en toda América Latina: ya ha incorporado a su red mundial a seis de sus 11 oficinas en la región. Recién en 1990 se comenzó a ofre- cer en América Latina el primer servicio de líneas satelitales dedicadas de punto a punto, conocido como International Business Service (IBS). Y en 1991 se inauguraban las redes VSAT (very small aperture termináis), donde el usuario se puede saltar completamente el servicio de las telefónicas locales, instalando una pequeña antena satelital en el techo de su oficina. Hoy, la mayoría de las grandes empresas que operan en la región -también algunas medianas y SIBYLLA BRODZINSKY. Este artículo se publicó originalmente en América Económica, en abril de 1993. CHASQUI 46, julio 1993 115

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SIBYLLA BRODZINSKY Mientras crece el comercio dentro de la región y los gobiernos de América Latina reiteran su intención de integrarse con sus vecinos, las grandes empresas transnacionales conectan sus oficinas para agilizar las operaciones. Sofisticadas redes semiprívadas de telecomunicaciones que hasta hace pocos años eran sólo ideas irrealizables, hoy cruzan fronteras y enlazan los países intercambiando datos y agilitando la toma de decisiones. Comunicación constante

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SIBYLLA BRODZINSKY

Redes empresarialesMientras crece el comercio dentro de la región y los gobiernos de

América Latina reiteran su intención de integrarse con sus vecinos, lasgrandes empresas transnacionales conectan sus oficinas para agilizarlas operaciones. Sofisticadas redes semiprívadas de telecomunicacionesque hasta hace pocos años eran sólo ideas irrealizables, hoy cruzanfronteras y enlazan los países intercambiando datos y agilitando la

toma de decisiones.

Hasta hace un año, JackHuston, el jefe de laplanta de jugos de lagigante agroindustrialestadounidense Cargillen Rancagua, Chile,

debía coordinar su producción y despa-chos a Estados Unidos, Japón, Australiay Alemania con sus homólogos enNeuquén (Argentina), a través de télex."Funcionaba, pero era algo complicado",recuerda Francisco Cambón, jefe dehardware y comunicaciones de la oficinachilena. Ahora, las dos plantas subre-gionales están conectadas a la red glo-bal de telecomunicaciones de la com-pañía, conocida como Cargill RNET, queconecta 20.000 terminales en todo elmundo.

Los jefes de producción de jugos delcono sur están conectados por una líneaabierta de datos. A través de ella,pueden conocer los atrasos o progresosen la producción de jugos. Si uno deellos necesita discutir un punto con otro,basta que cualquiera de los dos marqueun par de dígitos en su teléfono y estánhablando casi al instante.

Comunicación constanteCargill, como otras grandes multina-

cionales que hacen negocios en laregión, le está dando gran importancia asu sistema de telecomunicaciones entoda América Latina: ya ha incorporado asu red mundial a seis de sus 11 oficinasen la región.

Recién en 1990 se comenzó a ofre-cer en América Latina el primer serviciode líneas satelitales dedicadas de puntoa punto, conocido como InternationalBusiness Service (IBS). Y en 1991 seinauguraban las redes VSAT (very smallaperture termináis), donde el usuario sepuede saltar completamente el serviciode las telefónicas locales, instalando unapequeña antena satelital en el techo desu oficina. Hoy, la mayoría de lasgrandes empresas que operan en laregión -también algunas medianas y

SIBYLLA BRODZINSKY. Este artículo se publicóoriginalmente en América Económica, enabril de 1993.

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pequeñas- han descubierto las ventajasde estar conectadas directamente almundo vía satélite para la transmisión devoz, datos, fax o imágenes.

"Hasta hace tres años nadie instala-ba redes digitales corporativas (enAmérica Latina)", dice Dará Ohuiggin,Vicepresidente y Gerente General paraAmérica Latina de la canadienseNewbridge, fabricante de equipos pararedes digitales. Estos servicios empe-zaron con la chilena Entel, y ahora unopuede tener una conexión de 64 kilobitsen cualquier lugar de ese país.

La desrregulacion, privatización yeliminación de los grandes monopoliosde telecomunicaciones en la región haayudado mucho. Y los servicios con tari-fa libre -allí están redes privadas interna-cionales, la transmisión de datos, latelefonía celular- han surgido como hon-gos, haciendo al sector más competitivo.

¿Cuánto deja de perder?Las claves de las telecomunica-

ciones punto a punto por satélite soncostos y confiabilidad. Francisco Cam-bón, de Cargill, dice que la inversión deUS$ 243.000 que hizo la oficina chilenase debe recuperar en dos años. "La cen-tral de Minneapolis actúa como conmu-tador y distribuye sus gastos entre to-dos los puntos en la red", dice, "concifras mucho menores que lo quecobraría una compañía de teléfonostradicional".

La confiabilidad del sistema, diceCambón, es óptima. En el año que llevaconectada la oficina de Santiago a estared, solo han tenido diez interrupciones yninguna de ellas ha sido por más de unahora. "Si a mí se me interrumpe unacomunicación, la presión es enorme paraque se arregle", dice el jefe de hardwarey comunicaciones. Y a medida que sedesarrolla una tecnología más avanzaday más confiable, los costos de los servi-cios tienden a bajar.

Stephen Bradley, profesor de laescuela de administración de negociosde Harvard y experto en el tema de tele-comunicaciones, dijo que las empresaslatinoamericanas no deben pensar encuánto van a ganar o ahorrar con lainstalación de una red dedicada, sino encuánto van a dejar de perder. 'Tal vez nosea importante en la industria minera, enlos recursos naturales", se extiende."Pero en cualquier cosa que tenga que

ver con servicios, con ventas minoristas,con manufacturas, sí. Porque las empre-sas líderes se están globalizando y nece-sitan coordinar su organización".

Ese es exactamente el caso deCementos de México (Cemex). Una vezque la cuarta productora mundial decemento empezó a multinacionalizarse,no tardó en reconocer que necesitabaestar en conexión con todas sus instala-ciones internacionales. Tras adquirirvarias plantas y terminales portuarios enCalifornia y Texas en Estados Unidos, ydos cementeras en España, la gerenciade desarrollo tecnológico, encabezadapor José Luis Luna, se empezó a pre-ocupar por establecer las conexionesnecesarias.

Con Estados Unidos se abrió unenlace satelital IBS para la transmisiónde datos que hace contacto directo, através de la casa matriz, entre todas susoficinas y centros de producción y dis-tribución, cuenta Luna.

Sin embargo, con España la com-pañía optó por hacer una conexión porfibra óptica submarina desde su nodoconmutador en Laredo, Texas, "porqueel ancho de banda que requerimos esdemasiado grande" para hacerla porsatélite, agrega. Por ahora, la señal porfibra óptica llega sólo a Madrid y luegoes transportada, por un servicio de reddigital de Telefónica de España, hastalas plantas que Cemex compró a lascementeras Sansón y Valenciana deCementos en todo el país.

Esta red internacional confluye haciaMonterrey, donde está la sede de lacompañía, con la red nacional que une alas oficinas de Cemex en todo el país.Esa red local también es digital y seconoce como SCPC (single channed percarrier), sistema idéntico al IBS, pero demenor ancho de banda.

Recientemente, la compañía tomó ladecisión de cambiar esa red digitalSCPC por una nueva red VSAT que per-mite transportadores múltiples. Una vezcompletado el proyecto, conectará trescentros conmutadores en Ciudad deMéxico, Monterrey y Guadalajara con200 centros de producción y distribuciónen todo el país.

El grupo financiero y de tarjetas decrédito norteamericano AmericanExpress tiene una red latinoamericanasimilar a la de Cargill, llamada CorporateData Network. A través de enlaces

11 grupo financiero yde tarjetas de crédito

f American Expresstiene una redlatinoamericana llamadaCorporate Data Network. Através de enlaces satelitalesentre su casa matriz enNueva York con Ciudad deMéxico, Caracas, Sao Paulo,San Juan de Puerto Rico,Buenos Aires, Santiago deChile y Panamá, se puedetransmitir información entiempo real sobre cuentas,balances y autorizaciones detarjetas de crédito.

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satelitales entre su casa matriz en NuevaYork y Ciudad de México, Caracas, SaoPaulo, San Juan de Puerto Rico,BuenosAires,Santiago de Chile y Panamá, sepuede transmitir información en tiemporeal sobre cuentas, balances y autoriza-ciones de tarjetas de crédito.

Desde el nodo conmutador en NuevaYork, las oficinas latinoamericanasconectadas a la red tienen acceso atodas las bases de datos de la com-pañía. En estos momentos no hayplanes para ampliar la red a otros paí-ses, aunque Reynaldo Zinn, encargadode la red latinoamericana de AmericanExpress, admite que lo ideal sería tenera todas las oficinas conectadas.

Conexiones cara a caraLa división andina de Coca Cola tam-

bién ha armado una red para comunicarsus oficinas regionales, pero optó porestablecer conexiones directas desdesus oficinas en Bolivia, Ecuador,Venezuela, Colombia y Perú con la sedeen Atlanta. Y el proyecto fue más ambi-cioso todavía, porque incluye videocon-ferencias. Hasta hace poco, losejecutivos de esta división de Coca Coladebían gastar demasiado tiempo ydinero en viajes para hacer reunionesinformativas. "Había que subirse a unavión, tomar un día en viajar", diceFrancisco Azocar, director de sistemas.Pero la nueva red les ha cambiado la

vida. "Ahora, basta que uno de ellos diga'Hagamos una videoconferencia contodas las personas claves' y en mediahora están todos en la reunión, sinperder tiempo en viajes", explica Azocar.

La red satelital une a las oficinas quesupervisa la División Andina con la sederegional en Santiago de Chile. La cone-xión satelital se hace desde la oficina enlas afueras de Santiago hasta la estaciónterrena de la compañía de telecomunica-ciones Chilesat. De ahí la señal sube alsatélite y luego es captada por pequeñasantenas parabólicas instaladas en lasoficinas en las capitales andinas.

Para Coca Cola es un negocioredondo. La instalación del sistemacuesta US$ 180.000 en cada país, lamitad de eso sólo por el servicio devideoconferencia. Pero se piensa quecompensará con creces los ahorros enviajes y hoteles.

Redes enredadas

Instalar este tipo de sistemas a nivelregional no es nada fácil. Coca Cola seenfrentó con varios obstáculos paraincorporar a todos los países a su red."Los reglamentos locales no son claros,están en proceso de reforma. Nos hacostado mucho pasar por la burocraciapero ya hemos obtenido licencias entodos los países", dice Azocar. "Se hahecho a pulso porque no hay muchosexpertos en eso todavía. Hicimos camino

al andar. En algunos países hemos sen-tado precedentes, porque fuimos losprimeros en usar Panamsat en vez deIntelsat". Panamsat es el servicio privadoque compite con el consorcio multilateralde satélites de comunicaciones.

Francisco Cambón, de Cargill, con-cuerda con Azocar en que el avance tec-nológico de la región no ha sidohomogéneo. "Esta es una tecnologíaexcluyente que requiere canales digitalesdedicados", algo que todavía no existeen todos los países.

Así lo descubrió American Airlinescuando quiso incluir a América Latina ensu sistema computacional globalizado dereservaciones Sabré (Semi-AutomaticBusiness Research Environment), luegode la compra de las rutas de EasternAirlines en 1990.

Desde entonces, resolver el rom-pecabezas de las telecomunicacionesregionales ha sido una prioridad para lacompañía. El sistema Sabré maneja enun día normal unos 150.000 clientes conalrededor de 5,9 millones de mensajespor minuto. "Sabré no es solamente unsistema de reservaciones paraAmerican", dice Moisés Calleja, directordel proyecto para México. "Nos sirvepara ser puntuales".

A nivel de la región, e incluso encada país, la compañía está mezclandotecnología y sistemas para ligar lascomunicaciones requeridas y también

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para obtener la redundancia (duplicaciónde señales) para asegurarse contra caí-das del sistema. En casi todos los casos,lo que se ha logrado es una mezcla delarga distancia "normal", a través de unaempresa transportadora, con comuni-cación vía satélite y señales por fibraóptica.

"Usamos lo que está disponible", diceCalleja. Y lo que está disponible en cadapaís varía enormemente. En Brasil,American se unió a varias otras líneasaéreas para formar una red privadanacional llamada Sita que administra susnecesidades de telecomunicaciones. EnArgentina, la empresa está mezclandofibra óptica con satélite. "Usamos fibraóptica dentro de Buenos Aires, pero lafibra óptica no llega a ciertas provincias",explica Calleja. "Entonces usamossatélite para completar nuestra cobertu-ra".

En México, la empresa usa larga dis-tancia vía microondas para conectarse aCancún, porque teléfonos de México(Telmex) todavía no ha terminado su reddigital integrada, que conectará a lasgrandes ciudades de México mediantefibra óptica.

Ubicar el problemaCargill Argentina ha tenido que armar

su propia red de VSAT para comunicarsus plantas repartidas en todo el paíscon Buenos Aires, porque la red públicadigital en Argentina está muy restringida.

Aparte de ser complicadas, estassoluciones improvisadas tienen otrasdesventajas. En muchos casos, porejemplo, le impiden a American usar susistema de revisión automático de la red."Si tenemos problemas con las líneas,tenemos que ubicar dónde está el pro-blema rápidamente", dice Calleja.

"Cuando perdemos el enlace es unlío, porque se sigue una ruta complicaday uno se pregunta dónde diablos está elproblema", agrega Luna de Cemex.

Pero las principales trabas, con quese encontró el grupo cementero mexi-cano al armar su red internacional,fueron "de tipo normativo", cuenta el ge-rente de desarrollo tecnológico. "Habíaque hacer muchos trámites burocráticos,sobre todo porque no está bien definidala comercialización del segmentosatelital". En México, el transportadorpara sus conexiones con Estados Unidos

Jtephen Bradley,profesor de laescuela de

administración de negociosde la Universidad deHarvard y experto en eltema detelecomunicaciones, diceque las empresaslatinoamericanas no debenpensar en cuánto van aganar o ahorrar con lainstalación de una reddedicada, sino cuánto van adejar de perder.

es Telecom, una empresa deSecretaría de ComunicacionesTransporte de México.

Los analistas de la industria de tele-1comunicaciones latinoamericana con-jcuerdan que Chile fue pionero en estos Idesarrollos dentro de la región, y que eslejos el más avanzado en términos detener una red digital pública a nivelnacional que facilita las comunicacionesdentro y fuera del país. Guillermo!Aguirre, gerente de marketing y desarro-llo de la firma chilena Coasin, especia-lizada en entregar redes de jtelecomunicaciones "llave en mano", jasegura que los otros países de laregión están por lo menos a tres años deChile en términos de la digitalización delos servicios.

Circuitos localesY ese es uno de los problemas más

urgentes en América Latina en cuanto alas telecomunicaciones: la correctividadlocal de los servicios. Se puede teneruna oficina central equipada con losequipos más sofisticados, pero si lainfraestructura local de circuitos digitalesno existe, hacer el esfuerzo y la inver-sión no tiene sentido. Una conexiónsatelital con Estados Unidos, por ejem-plo, se puede hacer sin una extensa reddigital dentro de un país, la digitalizaciónse vuelve imprescindible.

Colombia, por ejemplo, fue el primerpaís sudamericano conectado a una redde fibra óptica submarina, a través deTransCaribbean-1, un cable que une aese país con el estado de Florida enEstados Unidos, pasando por PuertoRico y con una ramificación a Jamaica.Pero ese cable llega hasta Barranquilla yno existe una red digital local para dis-tribuir las señales recibidas.

"Hay que hacer las carreterasprimero, y después ver qué tipo deautomóvil transitará por ellas", diceAguirre.

Pero todos los países están reaccio-nando frente a las necesidades de insta-lar plataformas digitales. Dentro de losmás adelantados, después de Chileestán México y Argentina, seguidos porBrasil, Colombia y Venezuela. Por aho-ra, sin embargo, las empresas debenencontrar sus propias soluciones. Lasnecesidades empresariales son dema-siado urgentes.*

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