reflexión miercoles 22 de julio de 2015

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22 DE JULIO/MIERCOLES Santa María Magdalena, apóstol. Decimosexta semana del tiempo ordinario Testigos y testimonios de allá y de aquí +María Magdalena: María era de Magdala, un pueblo ubicado en la costa occidental de lago de Tiberiades, en Galilea. Fue una distinguida discípula y apóstol; una gran líder del movimiento de Jesús y posteriormente de la Iglesia que se fundó en Él. Dicen que Jesús expulsó de ella siete demonios, es decir, que estaba en una situación extremadamente difícil, en una situación límite de su vida. Pero en el encuentro con Jesús su vida se transformó totalmente. Luego de esa experiencia se hizo discípula de Jesús, lo acompañó en su utopía del reino de Dios y su justicia, hizo parte del grupo más cercano que lo seguía y servía con sus propios recursos, junto a otros discípulos y discípulas. Lo acompañó en su último viaje a Jerusalén donde lo apresaron, lo procesaron y lo mataron. Sufrió la frustración dolorosa de la cruz y de la muerte de su entrañable amigo y maestro. Y fue una de las primeras testigos de la resurrección, aquella que fue enviada a anunciar a los demás que Él estaba vivo. Recordamos con alegría y agradecimiento el testimonio de esta mujer que experimentó la alegría de la salvación comunicada por medio de Jesús muerto y resucitado y la anunció con generosidad. En ella le agradecemos al Señor y celebramos con tantas mujeres que hoy construyen Iglesia. Su testimonio, su silencio, sus palabras, su búsqueda, su generosidad son ese grito silencioso que nos interpela, nos cuestiona y nos invita a experimentar la salvación y a construir una Iglesia circular, equitativa, de verdadera comunión y participación. Antífona (Jn 20,17). Dijo el Señor a María Magdalena: ve a mis hermanos y diles “subo a mi Padre, que también es su Padre; a mi Dios que también es su Dios” Oración colecta Oh Dios, cuyo unigénito encomendó en primer lugar a María Magdalena la misión de anunciar el gozo pascual, concédenos, por tu intercesión y ejemplo, que prediquemos a Cristo resucitado y lo contemplemos luego como rey en tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Día litúrgico: 22 de julio, María Magdalena. Primera lectura Cantar de los cantares 3, 1-4 Encontré el amor de mi alma Así dice la esposa: “En mi cama, por la noche, buscaba el amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré. Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando el amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré. Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad: “¿Vieron al amor de mi alma?”. Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma.” Palabra de Dios.

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  • 22 DE JULIO/MIERCOLES Santa Mara Magdalena, apstol.

    Decimosexta semana del tiempo ordinario Testigos y testimonios de all y de aqu

    +Mara Magdalena: Mara era de Magdala, un pueblo ubicado en la costa occidental de lago de Tiberiades, en Galilea. Fue una distinguida discpula y apstol; una gran lder del movimiento de Jess y posteriormente de la Iglesia que se fund en l. Dicen que Jess expuls de ella siete demonios, es decir, que estaba en una situacin extremadamente difcil, en una situacin lmite de su vida. Pero en el encuentro con Jess su vida se transform totalmente.

    Luego de esa experiencia se hizo discpula de Jess, lo acompa en su utopa del reino de Dios y su justicia, hizo parte del grupo ms cercano que lo segua y serva con sus propios recursos, junto a otros discpulos y discpulas. Lo acompa en su ltimo viaje a Jerusaln donde lo apresaron, lo procesaron y lo mataron. Sufri la frustracin dolorosa de la cruz y de la muerte de su entraable amigo y maestro. Y fue una de las primeras testigos de la resurreccin, aquella que fue enviada a anunciar a los dems que l estaba vivo.

    Recordamos con alegra y agradecimiento el testimonio de esta mujer que experiment la alegra de la salvacin comunicada por medio de Jess muerto y resucitado y la anunci con generosidad. En ella le agradecemos al Seor y celebramos con tantas mujeres que hoy construyen Iglesia. Su testimonio, su silencio, sus palabras, su bsqueda, su generosidad son ese grito silencioso que nos interpela, nos cuestiona y nos invita a experimentar la salvacin y a construir una Iglesia circular, equitativa, de verdadera comunin y participacin.

    Antfona (Jn 20,17). Dijo el Seor a Mara Magdalena: ve a mis hermanos y diles subo a mi Padre, que tambin es su Padre; a mi Dios que tambin es su Dios Oracin colecta Oh Dios, cuyo unignito encomend en primer lugar a Mara Magdalena la misin de anunciar el gozo pascual, concdenos, por tu intercesin y ejemplo, que prediquemos a Cristo resucitado y lo contemplemos luego como rey en tu gloria. Por Jesucristo nuestro Seor. Amn. Da litrgico: 22 de julio, Mara Magdalena. Primera lectura Cantar de los cantares 3, 1-4 Encontr el amor de mi alma As dice la esposa: En mi cama, por la noche, buscaba el amor de mi alma: lo busqu y no lo encontr. Me levant y recorr la ciudad por las calles y las plazas, buscando el amor de mi alma; lo busqu y no lo encontr. Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad: Vieron al amor de mi alma?. Pero, apenas los

    pas, encontr al amor de mi alma. Palabra de Dios.

  • R/ Te alabamos Seor.

    Salmo responsorial: 62, 2-6.8-9

    R/ Mi alma est sedienta de ti, mi Dios + Oh Dios, t eres mi Dios, por ti madrugo, / mi alma est sedienta de ti;

    /mi carne tiene ansia de ti, / como tierra reseca, agostada, sin agua. R/ + Cmo te contemplaba en el santuario / Viendo tu fuerza y tu gloria! / Tu

    gracia vale ms que la vida, / te alabarn mis labios. R/ + Toda mi vida te bendecir / y alzar las manos invocndote./ Me saciar

    como de enjundia y de manteca, / Y mis labios te alabarn jubilosos. R/ + Porque fuiste mi auxilio, / y a la sombra de tus alas canto con jbilo; / mi

    alma est unida a ti, / y tu diestra me sostiene. R/

    Da litrgico: 22 de julio, Mara Magdalena. EVANGELIO Juan 20,1.11-18 Mujer, por qu lloras?, a quin buscas?

    El primer da de la semana, Mara Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando an estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba Mara, llorando. Mientras lloraba, se asom al sepulcro y vio dos ngeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde haba estado el cuerpo de Jess. Ellos le preguntan: Mujer, por qu lloras? Ella les contesta: Porque se han llevado a mi Seor y no s dnde lo han puesto. Dicho esto, da media vuelta y ve a Jess, de pie, pero no saba que era Jess. Jess le dice: Mujer, por qu lloras?, a quin buscas? Ella, tomndolo por el hortelano, le

    contesta: Seor, si t te lo has llevado, dime dnde lo has puesto y yo lo recoger. Jess le dice: Mara! Ella se vuelve y le dice: Rabboni!, que significa: Maestro! Jess le dice: Sultame, que todava no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: Subo al Padre mo y Padre de ustedes, al Dios mo y Dios de ustedes. Mara Magdalena fue y anunci a los discpulos: He visto al Seor y ha dicho esto.

    Palabra del Seor. R/ Gloria a ti, Seor Jess.

    Reflexin

    La Iglesia recuerda hoy con especial cario a Mara Magdalena: apstol de los apstoles y con ella celebra la presencia de las mujeres en el Movimiento de Jess. Presencia desde los inicios de la Iglesia que sigue cuestionando nuestro modelo patriarcal. Mara Magdalena sigue un itinerario espiritual en bsqueda de Jess hasta encontrarlo y convertirse al discipulado. No se rinde ante la evidencia de la muerte y del sepulcro de su amado Jess. Viaja con l desde la Galilea campesina a la ciudad. Le acompaa en su pasin con otras mujeres. Ni la muerte, ni el sepulcro le rompe su itinerario de fe. No se rinde ante hechos evidentes. Su amor intuye ms cosas. Imposible que este Jess termine as. Esa es la msica que suena en su corazn. Lo busca como a un Jess del pasado. Ahora es un Viviente con una vida nueva. No lo

  • reconoce en el jardinero como los discpulos de Emas en el peregrino. Mara Magdalena lo reconoce por la manera como Jess pronuncia su nombre: Mara! con aquel acento de amor a su discpula amada. All descubre en la msica de su voz, en el acento amoroso de su Amado Maestro que l est vivo. All nace su vocacin de ser la primera testigo de la resurreccin.

    Hoy como ayer es urgente reconocer el discipulado de la mujer y su capacidad para entender el querer de Dios. Ellas, misioneras en la persona de Mara Magdalena, son ejemplo de constancia y tenacidad. (Evangelio: www.serivioskoinonia.org)

    Que esta fiesta sea la oportunidad de abrir un dilogo sereno y sincero sobre el papel de la mujer en la Iglesia de nuestro tiempo; sin rencores, sin miedos, sin celos, superando los deseos de poder y de dominio y los fundamentalismos que algunas veces han dominado los sistemas estructurales, culturales y tambin los eclesiales. Que Santa Mara Magdalena, discpula y misionera, apstol, testigo de la resurreccin, nos inspire para responder a los retos de nuestro tiempo, para descubrir a Cristo resucitado entre nosotros, de manera que experimentemos la salvacin y la anunciemos con generosidad y con medios adecuados para el mundo de hoy.

    Oracin sobre las ofrendas: Acoge, Seor, los dones que te presentamos en la conmemoracin de santa Mara Magdalena, y acptalos con el mismo agrado con que acepto el homenaje de su amor Jesucristo, tu hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos Por. Amn. Oracin despus de comunin Que la santa recepcin de tus misterios, seor, encienda en nosotros el amor constante, con el cual Santa Mara Magdalena acogi siempre a Cristo, su maestro. Por Jesucristo, nuestro Seor. Amn.