relaciÓn entre grupos abo - unam · relación con los grupos sanguíneos y la alimentación, y que...
TRANSCRIPT
9/3/2018 Carátula de Trabajo
CARÁTULA DE TRABAJO
RELACIÓN ENTRE GRUPOS ABO Y ALIMENTACIÓN CON SOBREPESO Y OBESIDAD EN ALUMNOS
Título del trabajo
COUGARS ABO
Pseudónimo de integrantes
CIENCIAS DE LA SALUD LOCAL INVESTIGACIÓN EXPERIMENTAL
ÁREA CATEGORÍA MODALIDAD
5704064
Folio de Inscripción
Dudas o sugerencias sobre este sistema: [email protected] © 2018 Escuela Nacional
Colegio de Ciencias y Humanidades, Hecho en México, Comité Organizador
http://www.feriadelasciencias.unam.mx/inscripciones 1/1
1.RESUMEN
El presente trabajo tuvo como propósito buscar la relación entre los grupos
sanguíneos ABO y la alimentación con el sobrepeso y obesidad, de acuerdo a la
idea del doctor Peter D'Adamo, en donde él propone que debe haber una relación
entre estos dos factores. La muestra contempló a 400 estudiantes de nivel
bachillerato que cumplían un promedio de edad de entre 16 a 18 años, a estos
alumnos se les realizaron las siguientes pruebas tenían como finalidad de
determinar su grupo sanguíneo, sus medidas antropométricas (abdomen, peso y
altura) y sus niveles de glucosa y triglicéridos en sangre, por último, se les aplicó un
cuestionario que que permitió conocer sus hábitos alimenticios, actividades físicas
frecuentes y la salud de sus familiares. Dicho procedimiento tuvo una duración de 4
meses, abarcando del mes de octubre de 2017 a enero de 2018.
Los resultados obtenidos indican que no hay relación entre los dos factores, puesto
que, aproximadamente el 50% de los estudiantes muestreados presentaron un peso
normal, de acuerdo al Índice de Masa Corporal (IMC), siendo todos los grupos
sanguíneos ABO favorecidos equitativamente, todo lo contrario, a lo que el doctor
D´Adamo sostiene, según él, ciertos grupos sanguíneos se van a ver favorecidos
de acuerdo a determinado tipo de alimentación. Esto nos quiere decir que las
diferentes lectinas que se encuentran en los distintos alimentos no interfieren, de
acuerdo a nuestros resultados, en el adecuado funcionamiento del metabolismo.
Además, aproximadamente un cuarto (aproximadamente el 25%) de los alumnos
muestreados de los grupos sanguíneos ABO presentó sobrepeso y obesidad,
viéndose reflejado en la concentración de triglicéridos y glucosa para todos los
grupos sanguíneos, lo que nos indican que presentan un inadecuado régimen
alimenticio, con abundante ingesta de carbohidratos, proteínas y grasas.
Para nuestra sorpresa en un un cuarto (aproximadamente el 25%) de los grupos
sanguíneos (ABO) se presentó una desnutrición, siendo ésta una variable que no
contemplamos en la hipótesis, respecto a esto podemos decir que los estudiantes
no están cumpliendo con el gasto energético, ni con la ingesta de
nutrientes necesarios que les demanda sus actividades diarias y su adolescencia,
provocando un desequilibrio alimenticio y por lo tanto un desequilibrio en su salud.
Como conclusión podemos afirmar que la dieta que propone D´Adamo es incorrecta,
puesto que; de acuerdo a los resultados obtenidos no se presenta ningún tipo de
relación con los grupos sanguíneos y la alimentación, y que está más relacionado
al tipo de antígeno que esta presente (antígeno AB) o que no presenta (cero u O)
en los diferentes tipos sanguíneos y su respuesta inmune a una adaptación para
ser frente a los parásitos que representaban una amenaza a los seres humanos.
2.INTRODUCCIÓN
2.1. MARCO TEÓRICO
Los glóbulos rojos son células fundamentales para el ser humano, pues contienen
hemoglobina, un pigmento el cual permite el transporte de oxígeno hacia las células
del organismo, el cual es importante para el metabolismo de la respiración aeróbica.
En los glóbulos rojos de la sangre se encuentran ligados antígenos que dan como
resultado los grupos sanguíneos O, A, B, y AB en los humanos.
2.1.1. Evolución de los grupos sanguíneos
La evolución de los grupos sanguíneos partió del alelo A y de ahí se derivó el alelo
B, hace unos 3,5 millones de años y posteriormente el alelo O hace sólo 1,15
millones de años, por lo que el alelo más antiguo es el A, de hecho, el alelo O deriva
de una mutación de delección que inactiva el gen para que se expresen los
antígenos A y B (Lalueza-Fox, et al., 2008; Zimmer, 2014).
Actualmente contamos con que el grupo sanguíneo más común en todos los
humanos es el O con un 63%, muy frecuente entre los indígenas de América central
y del sur, y en los aborígenes australianos. El más raro es el B con el 16% de la
población, es muy frecuente en Asia Central, mientras que el 40% de los caucásicos
son tipo A mientras que entre los asiáticos sólo es el 27% (Zimmer, 2014).
En las membranas de los eritrocitos o glóbulos rojos se encuentran ligados una
serie de glucolípidos y glicoproteínas que actúan como antígenos; moléculas
extrañas al cuerpo que provocan una respuesta inmune, es decir, el cuerpo produce
anticuerpos que se unen a estos anticuerpos formando un complejo llamado
Antígeno-Anticuerpo. Hasta el día de hoy se conocen más de 25 antigénicos
conocidos en los grupos sanguíneos humanos, pero de estos los más importantes
son los antígenos para los grupos sanguíneos ABO. El antígeno A, solo se
encuentra en el grupo sanguíneo A, el antígeno B, sólo se encuentra en el grupo
sanguíneo B, y el antígeno H es común a todos los grupos sanguíneos A, B y O.
Estos antígenos son co-dominantes, los más reconocidos son el A, B y el H.
(Grispan, 1983; Gómez, 2012).
2.1.2. Tipo de alimentación de acuerdo al grupo sanguíneo
D´Adamo (2014) explica que los seres humanos conforme colonizaban nuevos
ambientes iban agotando la caza, enfrentando nuevos retos en cuanto a su
alimentación y estilo de vida. Este cambio dio como resultado que fueran
apareciendo nuevos grupos sanguíneos como el A y el B, a partir del grupo
sanguíneo O, que para D'Adamo es el más antiguo, producto de la alimentación
particular de cada grupo humano. En cada grupo sanguíneo ABO, se presenta un
antígeno característico, y como en la sangre se encuentra el sistema
inmunológico, que reacciona para controlar a los virus, las bacterias, sustancias
químicas y por tanto las infecciones, es susceptible de reaccionar con los antígenos
del sistema ABO. Además, este sistema inmunológico puede reaccionar a cierto
tipo de biomoléculas que se encuentran en los alimentos, si estos no son los
adecuados a tu grupo sanguíneo.
De lo anterior, él explica que entre la sangre y los alimentos se produce una
reacción química debido a una serie de biomoléculas abundantes y diversas que
se encuentran en los alimentos conocidas como lectinas. Muchos de los alimentos
de acuerdo a D'Adamo contienen lectinas, o componentes que interactúan con los
antígenos presentes en la superficie de los glóbulos rojos; antígenos A y B. Estas
lectinas tienen características similares a las de los antígenos de cada tipo
sanguíneo, por lo que, la dieta beneficiosa para un tipo de sangre puede ser
peligrosa para otro tipo sanguíneo (D’Adamo, 2014).
Si una persona de sangre tipo B ingiere un alimento con lectinas parecidas a sus
antígenos B, por ejemplo, la leche, cuya azúcar, la lactosa, es muy parecida a la D-
Galactosamina, el antígeno B que está ligado al glóbulo rojo. Entonces el cuerpo
acepta esta lectina (lactosa) de la leche como compatibles y familiares a sus propios
antígenos B. Si, por lo contrario, una persona con sangre A ingiere leche, la lectina
de la leche provoca un mal funcionamiento de su organismo (D'Adamo, 2014).
Lo anterior nos indica que, alimentos que contienen lectinas incompatibles,
interfieren con la digestión, el metabolismo de alimentos, producción de insulina y
balance hormonal, por el contrario, alimentos que contienen lectinas compatibles
favorecen nuestra salud y un buen estado físico, que incluye un peso adecuado
(D'Adamo, 2014).
De acuerdo a D'Adamo (2014) el tipo de alimentación es el siguiente de acuerdo a
su grupo sanguíneo:
El tipo de sangre O, por ser el primero en aparecer, y por ser aquellos tiempos de
sobrevivencia a través de la “caza”, entonces su alimentación se debe basar en la
proteína animal en general: carne de pollo, de pescado y de res, a excepción de la
carne de cerdo. es decir, su alimentación se debe de basar en consumir más
carnes rojas, complementada con vegetales y frutas representan una dieta
saludable para todo O (Hernández, et.al., 2004; D´Adamo, 2014).
Por el contrario, los alimentos incompatibles para el tipo sanguíneo O son: los
granos (el trigo en especial, al igual que el maíz), leguminosas y productos lácteos,
son incompatibles con la bioquímica del tipo O.
El tipo de sangre A, caracterizado como el” agricultor”, responde de manera
favorable a una dieta tipo vegetariana, consumiendo leguminosas, frijol, verduras,
cereales, y frutas, y un poco carnes blancas (Hernández, et.al., 2004; D´Adamo,
2014).
Por lo tanto, debe reducirse el consumo de carnes, los embutidos y algunas
verduras específicas como patatas y tomates.
El tipo de sangre B, caracterizado como el “nómada” tiene la más amplia gama de
alimentos para escoger como frutas, verduras, y alimentos marinos, esto gracias a
su sistema digestivo que es muy es muy tolerante; Pescado y carnes como el
borrego, conejo y venado, le son altamente benéficos, salvo la carne de pollo que
no le asienta bien, ya que contiene una lectina que reacciona con el antígeno tipo
B. A diferencia de los otros tipos sanguíneos, el tipo B se beneficia comiendo
productos lácteos (Hernández, et.al., 2004; D´Adamo, 2014).
El tipo de sangre A-B, es una fusión de A del B, por lo que requiere: carne, pero
en porciones pequeñas, dado su sensible tracto digestivo y su por naturaleza baja
acidez estomacal, que tienen en común con su otra parte A (Hernández, et.al.,
2004;D´Adamo, 2014).
Este plan de dieta más el ejercicio individualizado de acuerdo a su grupo sanguíneo
del Dr. D’Adamo, beneficia la digestión, al metabolismo, al funcionamiento
adecuado del sistema inmune, y previene el deterioro celular, promoviendo la salud
del individuo (D´ Adamo, 2014).
Pero para determinar si esta alimentación está beneficiando a la persona, se tienen
que realizar pruebas que determinen su estado de salud metabólico y físico. Dentro
de estas pruebas encontramos las mediciones antropométricas y las pruebas
bioquímicas de sangre.
2.1.3. Antropometría
La antropometría consiste en una serie de mediciones técnicas sistematizadas que
expresan, cuantitativamente las dimensiones del cuerpo humano; tamaño,
proporción y composición, a través de evaluaciones de medidas corporales, de la
actividad física y de la nutrición de los individuos, las cuales sirven para identificar
el estado de salud, el de nutrición y el bienestar de las personas, incluidos los
adolescentes, para de esta manera saber si hay un riesgo de padecer sobrepeso y
obesidad. (Organización Mundial de la Salud, 1995; Robert, 2006).
Las mediciones antropométricas básicas son el peso y la talla, que tienen una
relación significativa, pues el peso corporal sólo tiene significado, si está relacionado
con la talla de una persona, y su edad, debido a las diferencias metabólicas y
anatómicas que existen entre una persona adulta y un adolescente. Para determinar
si una persona presenta sobrepeso y obesidad, se deben realizar las siguientes
mediciones: masa corporal o peso, longitudes de cadera, cintura, brazo, pierna y
estatura. Con estas medidas puede calcularse después el Índice de Masa Corporal
(IMC) que es una forma de calificar razonablemente el total de la adiposidad
corporal, y determinar si existe sobrepeso y obesidad, o alguna otra alteración. El
IMC se obtiene con el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado
de la talla o estatura en metros (Robert, 2006).
2.1.4. Pruebas Bioquímicas de Sangre: Triglicéridos y Glucosa.
Otra forma de identificar si la persona tiene predisposición a desarrollar sobrepeso
u obesidad aparte del IMC, es la prueba bioquímica en sangre de sus niveles de
triglicéridos y glucosa.
La Glucosa. es un carbohidrato de la familia de las hexosas conocida también
como dextrosa que los organismos absorben de los alimentos. Esta azúcar es
la más abundante del planeta y es importante para los seres vivos porque de ella,
como factor metabólico, se obtiene la energía en forma de ATP en los procesos de
respiración celular. Si la obtención de glucosa para el aporte de calorías es superior
al gasto energético, el excedente tiene dos vías: convertirse en el hígado en un
polisacárido llamado glucógeno, que se utiliza como reserva energética, y la
conversión de glucosa en triglicéridos para de ahí ser transformada en grasa
corporal (CCM Salud, 2017; Cruz, 2014).
Por lo que es importante el análisis de glucosa basal en sangre, pues mide la
cantidad de glucosa que se encuentra en la sangre en el ayuno, siendo los valores
normales de glucosa en sangre entre 70 mg/dl y 110 mg/dl, cuando los niveles de
glucosa son altos por largo tiempo aun después del ayuno hablamos de
hiperglucemia por arriba de 140 mg/dl (CCM Salud, 2017).
Los Triglicéridos son biomoléculas que se encuentran en los alimentos que
consumimos y también son producidos por el cuerpo. Son transportados por la
sangre y almacenadas en forma de grasa para ser usados como energía. Las
causas más frecuentes de aumento en la concentración de triglicéridos en sangre
se deben a tres principales causas: la herencia, una dieta rica en grasa y aceites y
alta en carbohidratos como los almidones, e inactividad física (sedentarismo)
(Gobierno de la Rioja, s.f.; The Cleveland Clinic, 2006).
Las personas con triglicéridos elevados también presentan altos niveles de
lipoproteína de baja densidad o colesterol “malo” (LDL), esto puede traer
problemas de salud que incluyen, sobrepeso y obesidad, presión arterial alta y
enfermedades como la diabetes, insuficiencia renal, problemas cardiovasculares, e
hígado graso (The Cleveland Clinic, 2006), por lo que es importante la medición de
triglicéridos en sangre para determinar los niveles, siendo un nivel debajo del óptimo
aquel que es menor de 100 mg/dL, óptimo cuando se presenta 150 mg/dL, y por
arriba del nivel óptimo cuando hay más de 150 mg/dL; y, si existe un mal hábito
alimenticio, corregirlo para de esta manera prevenir posibles problemas con el
sobrepeso y la obesidad (Díaz, s.f.).
2.2.OBJETIVOS
Determinar si existe una relación entre los grupos sanguíneos O, A, B Y AB con la
alimentación que llevan los estudiantes de nivel bachillerato, y ver si existe un
impacto sobre enfermedades como el sobrepeso y obesidad.
2.3. PROBLEMA
Desde que en 1980, el Dr James D´Adamo publicó sus observaciones sobre
patrones de dieta y ejercicio para cada tipo sanguíneo en su libro titulado: “One
Man’s Food”, y hasta en 1996 en el que Dr D'Adamo con la ayuda de la escritora
Catherine Whitney, publican el libro “Eat right for your type: 4 blood types 4 diets”,
ha habido y sigue habiendo un gran interés, que en muchas ocasiones lleva a la
euforia de las personas para llevar esta dieta o alimentación de acuerdo a su tipo
sanguíneo A, B y O, que los llevará a tener “buena salud” y peso adecuado.
Por lo anterior es de nuestro interés investigar el estado de salud y el tipo de
alimentación que llevan a cabo tanto en su casa como en la escuela una muestra
de estudiantes de nivel bachillerato, para así determinar si existe una relación entre
su grupo sanguíneo O, A, B y AB con el tipo de alimentación que propone el Dr.
D’Adamo en su libro y así mismo ver si esta dieta que sugiere, los llevará a tener
“buena salud” que repercutirá en no tener sobrepeso y como consecuencias
obesidad.
Además, y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (1995), en los
adolescentes ha habido pocas investigaciones sobre las mediciones
antropométricas y su relación con su estado de salud y bienestar, por lo que este
estudio es el primero en su tipo que se hace en los adolescentes que están cursando
sus estudios a nivel bachillerato.
2.4.HIPÓTESIS
Si existe una relación entre la alimentación del adolescente y su tipo de sangre ABO
tal como lo propone D’Adamo, en donde las lectinas de los alimentos tendrán gran
impacto sobre la dieta que llevan los diferentes grupos sanguíneos, entonces de
acuerdo a la alimentación que de forma habitual que consumen los estudiantes de
bachillerato, alguno de los grupos sanguíneos ABO se verá beneficiado o
perjudicado, si esto último sucede provocará trastornos alimenticios como
sobrepeso u obesidad.
3.DESARROLLO
3.1 Conocer el Tipo de sangre
Para conocer el tipo de sangre de los estudiantes de nuestro bachillerato se realizó
un sondeo. Este consistió en visitar varios salones y preguntar a los estudiantes su
tipo de sangre, de esta manera tendríamos un panorama más amplio sobre cuál es
su tipo de sangre. De acuerdo a estadísticas de la Cruz Roja Mexicana en la Ciudad
de México el 65% de la población presenta tipo de sangre O, por otra parte el 25%
tiene tipo de sangre A, mientras que el 8,5% es B y únicamente el 1.5% tiene el tipo
de sangre AB (Chilanguerías,2014).
3.2. Selección de la muestra.
A continuación se eligió una muestra de 400 estudiantes de acuerdo a lo sugerido
por Organización Mundial de la Salud (1995), tanto hombres como mujeres con un
promedio de edad, de entre 16-18 años. Todos los estudiantes que fueran del tipo
sanguíneo A, B y AB participarán en el proyecto de acuerdo a lo mencionado
anteriormente, y sólo se eligirian a algunos alumnos con el tipo de sangre O, debido
a que la mayoría de los estudiantes son de este tipo sanguíneo. Posteriormente se
estructuraron 4 bloques para cada tipo sanguíneo (A, B, AB, y O).
Los alumnos seleccionados para las mediciones fueron citados en un horario
establecido de 13:00 a 15:00 horas, los días lunes y miércoles, los viernes fueron
citados en un horario de 10:00 a 15:00 horas. Para esto se organizaron los
muestreos por grupos a los que pertenecían en la materia de Biología con el fin de
tener un control.
3.3. Toma de Mediciones
Esta se dividió en tres partes:
3.3.1. Tipo de sangre.
Se realizó una punción en el dedo a los alumnos para extraer tres muestras de
sangre que se depositaron en un portaobjetos a los que se les añadió sueros
preparados a partir de anticuerpos monoclonales de clase IgM (marca
SPINREACT), esto con el fin de determinar o corroborar su grupo sanguíneo (ABO
y Rh).
3.3.2. Medidas antropométricas.
Posteriormente se les tomó las medidas antropométricas a los
alumnos con base a lo propuesto por Rabar y Rebollo (2015).
Para esto se realizó un protocolo el cual consistió en organizar
un sistema de mediciones dividida en dos estaciones, en la
primera estación se tomó las medidas de cadera, cintura y
abdomen, y en la segunda estación se realizó la toma de su
peso con la ayuda de una una báscula (marca TAURUS) y la
estatura con una cinta métrica (Marca SELANUSA), esto con
el fin de determinar su IMC, que se calcula con la siguiente
fórmula: IMC= peso (Kg)/altura (m)2
Los resultados obtenidos del IMC se compararon con la tabla No. 1, para determinar
el estado de salud de los estudiantes (Rabar y Rebollo, 2015).
Tabla No. 1. Se muestra el IMC que determina el estado de salud de las personas.
3.3.3 Niveles de Triglicéridos y Glucosa en sangre.
A los alumnos se les volvió a citar para medirles los niveles de triglicéridos y glucosa
en sangre. Para esto se les solicitó a los alumnos que no consumieron ningún tipo
de alimento o bebido antes de la prueba, puesto que; después de una comida, los
niveles de triglicéridos y glucosa en la sangre son normalmente altos. Para una
lectura precisa, las muestras de sangre deben ser tomados después de un período
12 a 6 horas de ayuno.
La toma de muestra consistió en pinchar con una lanceta uno de sus dedos de la
mano izquierda para obtener una muestra de sangre, que posteriormente se colocó
en un sensor para glucosa con tiras reactivas (ambas marca ACCU-CHEK ACTIVE)
y otro de triglicéridos con tiras reactivas (ambas marca Misión).
Los resultados se compararon con la tabla No. 2 de valores de glucosa, y la tabla
No. 3 de valores de triglicéridos, para determinar el estado de salud de los
estudiantes con respecto a sus niveles de glucosa y triglicéridos en sangre.
Tabla No. 2. Se muestran los Niveles promedio de azúcar en la sangre después del
ayuno.
Categoría Valor mínimo Valor máximo
Normal 70 mg/dL 100 mg/dL
Hiperglicemia 101 mg/dL 126 mg/dL
Tabla No. 3. Se muestra valores de triglicéridos que determina el estado de salud de las
personas.
3.4. Aplicación del cuestionario.
Con el fin de conocer ciertas características en los
estudiantes que nos ayudarán en nuestro proyecto de
investigación, se estructuró un cuestionario que se dividió
en en tres secciones: la primera parte tenía como fin
conocer sus medidas antropométricas (estatura, peso,
cintura, abdomen, cadera), y su grupo sanguíneo. La
segunda sección tuvo como propósito recabar información
sobre sus familiares y el tipo sanguíneo de los estudiantes.
En esta misma sección se recabo información de los
hábitos alimenticios y rutinas de ejercicios de los
estudiantes. La tercera sección contiene tablas divididas sobre el tipo de
alimentación de los estudiantes, dicha alimentación nos permitió conocer cuáles
son los alimentos que consumen tanto en su casa como en la escuela.
3.5. Agrupación, Tabulación y Obtención de Gráficas.
Obtenidos los resultados; cuestionarios y mediciones (antropometría, grupo
sanguíneo y bioquímica sanguínea), se procedió a organizar cada uno de los datos,
para posteriormente tabularlos y obtener tablas divididas por categorías; grupos
sanguíneos, bloques de alimentos, etcétera. De las tablas se obtuvieron gráficas
que nos llevó a un mejor análisis y de esta manera encontrar una relación que
pudiera existir entre los grupos sanguíneos y los alimentos consumidos por los
alumnos, y si esto tiene que ver con él sobrepeso y obesidad en una muestra de
estudiantes de nivel bachillerato.
4. RESULTADOS
4.1. Tipo de Alimentación.
En las gráficas siguientes se muestran los resultados obtenidos sobre el tipo de
alimentación de los estudiantes con respecto a su grupo sanguíneo (O, A, B y AB).
En la gráfica No.1 que representa al grupo sanguíneo O, se puede observar que el
31% de los estudiantes consume semillas y cereales, en un porcentaje mayor; el
43%, consume vegetales y frutos, además de que el 15% consume carnes, y solo
11% consume aceites y grasas.
De acuerdo a la gráfica No.2 el cual nos proporciona información del grupo
sanguíneo A, podemos observar que el 10% de los estudiantes consume grasas y
aceites, mientras que el 14% consume carnes, por otra parte, el 29% consume
semillas y cereales y casi la mitad (47%) consume vegetales y frutos.
Al observar la gráfica No.3 que nos muestra a los estudiantes de grupo sanguíneo
B, nos damos cuenta que el 42% de los estudiantes se alimenta de vegetales y
frutos, el 31% come semillas y cereales, mientras que el 15% consume carnes. Con
el valor más bajo (el 11%) consume grasas y aceites.
Como bien se muestra en la gráfica No.4 el cual representa al grupo sanguíneo AB,
nos muestra que el 47% de los estudiantes consume vegetales y frutos, el 28%
consume semillas y cereales, un 18% consume carnes y únicamente el 8%
consume grasas y aceites.
4.1. Mediciones Antropométricas.
De acuerdo al Índice de Masa Corporal (IMC) que se obtuvo a partir de la fórmula
IMC=peso (kg)estatura2(m) podemos observar que el 58% de los estudiantes se
encontró en su peso normal que el ¡22% presentó desnutrición!, el 14% presentaba
sobrepeso y tan solo el 10 % presentó obesidad. Esto lo podemos observar en la
gráfica No.5.
En la gráfica No.6 el 48% se encuentra en un peso normal, además de que el 21%
tiene sobrepeso mientras que el 27% presentó desnutrición, siendo solamente el
4% obesos.
En la gráfica No.7, el 11 % de los estudiantes presentó sobrepeso, el 29% presentó
desnutrición, el 60% se encontró en su peso normal, y ¡ninguno presentó obesidad
(¡0%)!
En la gráfica No.8, el 47% de los estudiantes se encuentra en su peso normal, y
por debajo se encuentra 33% que presentan sobrepeso, además de que el 20%
presentó desnutrición y ninguno (0%) presentó obesidad.
4.3. Niveles de Triglicéridos y Glucosa en sangre.
En la Gráfica No. 10 de Triglicéridos se muestra que la población se encuentra en
un nivel debajo del óptimo con un 42%, otra parte de la población se encuentra en
un nivel óptimo de Triglicéridos con un 30%, y la población restante se encuentra
por arriba del nivel óptimo de triglicéridos en sangre representado por un 28%.
Algo importante por mencionar, y que encuentra en los reactivos que aplicamos en
el cuestionario, nos arrojó que el 46% tiene algún familiar cercano que padece
sobrepeso u obesidad, el 54% no tiene ninguno; además de que el 17% no se
alimenta en la escuela y el 83% si lo hace de estos se sabe que el 29% lleva la
misma alimentación en su casa como en la escuela y que el 71% no lleva la misma
alimentación; por otra parte obtuvimos que el 66% realiza algún tipo de ejercicio y
el 34% lleva una vida sedentaria.
5. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS
Madruga y Pedrón (s.f), sugieren que los adolescentes lleven un régimen de cuatro
comidas al día con la siguiente distribución calórica: desayuno, 25% del valor
calórico total; comida, 30%; merienda 15-20%, y cena 25-30%. Sin embargo, de
acuerdo a estos autores, es frecuente que los adolescentes omitan comidas, sobre
todo el desayuno, consumiendo a lo largo del día muchos tentempiés, pero al
mismo tiempo muestren interés por llevar una alimentación sana y natural
idealizando un cuerpo “esbelto”, contradiciéndose al manifestar despreocupación
por hábitos saludables como hacer ejercicio físico.
De lo que menciona Madruga y Pedron (s.f.), en cuanto que los estudiantes omitan
comidas a lo largo del día, coincide con nuestras observaciones, en el turno
matutino los alumnos se saltan la hora del desayuno por estar a esta hora en clases,
mientras que los del turno vespertino al levantarse tarde no desayunan, comiendo
antes de irse a la escuela. Lo común en ambos turnos es omitir comidas y buscar
un tentempié entre clase y clase. Además, como nos indican las encuestas, todos
los estudiantes se alimentan en su casa, pero el 83% de ellos se alimentan en la
escuela, buscando una dieta basada principalmente en las frutas y verduras (grupo
A con 47%, grupo O con 43%, grupo B con 42% y grupo AB con 47%), como lo
podemos observar en la gráfica 1, 2, 3 y 4. Además nuestro resultados nos
indicaron que el 71% de los estudiantes no tienen la misma alimentación en su casa
que en la escuela, aunque en ambos casos la tendencia es que ellos prefieran
consumir frutas y verduras.
Por otro lado, de acuerdo a D’Adamo (2014), se esperaría que los alumnos del
grupo sanguíneo A se vieran más beneficiados con esta dieta que los alumnos de
los grupos O y B, quienes deberían presentar en mayor cantidad desórdenes
alimenticios como sobrepeso y obesidad, mientras que los alumnos del grupo AB
al presentar un antígeno B que les permite alimentarse de las carnes blancas y
también un antígeno A que les permite alimentarse con frutas y vegetales, pueden
llevar una dieta mixta por lo que deberían tener un Índice de Masa Corporal (IMC)
normal aunque en menor proporción que los del grupo A. Pero esto no
corresponde a la realidad de los alumnos ya que en los 4 grupos sanguíneos O, A,
B y A-B predomina el peso normal (gráfica 5, 6, 7 y 8). Es más, el grupo O y el
grupo B, tienen el mayor porcentaje de personas con peso normal, con un 58% y
un 60% respectivamente, en comparación con el grupo sanguíneo A que alcanzó
el 48%, un punto porcentual arriba que el grupo sanguíneo AB. Esto nos puede
demostrar que las lectinas que se encuentran en las frutas y verduras de los
alimentos que consumen los estudiantes, no están interfiriendo en el adecuado
funcionamiento del metabolismo, puesto que si hubiera ocurrido esto, el grupo
sanguíneo O hubiera sido el más afectado, y al ser las lectinas que se encuentran
en estos vegetales muy parecidas a los antígenos que se encuentran en el grupo
sanguíneo A, este grupo sería el más favorecido con la mayoría del porcentaje de
peso normal, pero esto no ocurrió.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición ENSANUT 2016 dice que el 36.3% de
adolescentes mexicanos presenta sobrepeso u obesidad, que se caracterizan por
el aumento de peso corporal y una acumulación de grasa corporal (Fausto et al.
2014). Ahora bien, si calculando la media de las cuatro gráficas (ver gráficas 5,6,7
y 8), nos da el 25.2%, lo que nos representa que el valor es inferior al de la media
nacional en un 11.1%. Esto debido a que, como lo dijimos anteriormente, muchos
adolescentes se están preocupando por una figura esbelta que los lleva a seguir
una dieta que se inclina más al consumo de vegetales y frutas.
Algo que no esperábamos de este proyecto, es que el ¡31.75% de la población
estudiantil presenta desnutrición! de acuerdo a su IMC. Esto posiblemente se debe
a distintos factores: el primero, que no estén consumiendo el aporte energético y
nutrientes suficientes para que su cuerpo pueda construir tejido que los lleve a un
peso normal y además llevar a cabo sus actividades energéticas diarias. Al no haber
una alimentación correcta da como resultado que se afecte su salud, y además los
haga sentir cansados, esto lo hemos observado en el salón de clases, pues algunos
compañeros todo el tiempo presentan síntomas de somnolencia.
Roldan (s.f) propone que el adolescente necesita consumir entre 2000 y 2500
calorías de acuerdo al tipo de actividad que realiza, por lo que, una ingesta
adecuada de alimentos se vuelve indispensable para proporcionar nutrientes y
energía necesarios, y así evitar una descompensación que a futuro provoque
desnutrición. El segundo es que muchos de los alimentos que algunos de los
adolescentes consumen contienen un elevado contenido energético, pero no le
aportan los nutrientes necesarios para la construcción de tejido. ahora bien, hay
que tomar en cuenta que en esta etapa aumenta el metabolismo, lo que conlleva al
adolescente a una ingesta mayor de alimentos para obtener la energía suficiente
que lo llevará a la madurez biológica y a la edad anatómica adulta (Organización
Mundial de la Salud, 1995; González, et. al, 2010).
Las gráficas No. 9 y 10 nos muestran que aproximadamente un cuarto de la
población (30-34%) se encuentran por arriba de los niveles óptimos de glucosa y
triglicéridos. Si estos resultados los comparamos con los resultados obtenidos de
alumnos que presentan sobrepeso y obesidad los cuales fueron 25.2%, estos
estarían un poco arriba. Sin embargo en ambos casos nos representan que un
cuarto de la población de estudiantes muestreada, presentan problemas con los
triglicéridos y glucosa, y como consecuencias tienden a tener sobrepeso y
obesidad, probablemente está condición se deba, al abuso de alimentos ricos en
carbohidratos, en especial de glucosa, que al ser metabolizados son llevados
primeramente a la producción energética (ATP), en segundo lugar, es almacenada
en forma de glucógeno, y en tercer lugar es transformada en triglicéridos para
producción de grasa corporal es padecer sobrepeso u obesidad.
De acuerdo a Lalueza-Fox y colaboradores (2008), y Zimmer (2014) la variación
geográfica de los patógenos explica la variación de los grupos sanguíneos ABO en
los seres humanos que tuvieron que enfrentarse a la presión de los diferentes tipos
de patógenos, por ejemplo la malaria severa, el grupo O presenta resistencia a esta
enfermedad ya que los glóbulos rojos de este grupo no tienen antígenos en su
membrana, presentando anticuerpos contra los antígenos A y B, lo que provocan
una reacción inmunológica contra esta enfermedad y por lo tanto la existencia de
todos los grupos sanguíneos no depende del tipo de alimentación que fueron
explotando los seres humano a lo largo de su colonización por diferentes partes del
mundo, como lo hace pensar D´Adamo.
Por último, Hernández y colaboradores (2014) mencionan que el tipo de
alimentación varía dependiendo del lugar o región donde se habita y de factores
socioeconómicos de las personas, haciendo posible que se tenga una adecuada o
deficiente alimentación. Por lo que seguir una dieta como lo sugiere D'Adamo sería
muy complicado porque él basa sus dietas en alimentos que él conoce de dos
regiones, las cuales son europea y estadounidense, por ejemplo: esturión,
hipogloso, merluza, porotos, etc. Hay muchos alimentos en la propuesta de
D’Adamo que no son muy abastecidos en México, lo cual implica dificultad para
encontrarlos en supermercados y aún más en la escuela. Por otra parte, se debe
tomar en cuenta que México es un país en vías de desarrollo y por lo tanto el acceso
a los alimentos se ve dificultado porque serían demasiado caros para el
presupuesto familiar.
En un estudio realizado por Wang et.al en el 2014, aplicando una dieta de tipo
sanguíneo A, a una muestra de personas de los diferentes grupos sanguíneos ABO
Los resultados mostraron que la dieta alimenticia de tipo A beneficiaba por igual a
todos los individuos sin importar al grupo sanguíneo al que pertenecía cada uno.
Por lo tanto, se descartó que el grupo sanguíneo tuviera alguna relación con los
alimentos que deberíamos consumir según la dieta propuesta por D’Adamo (2014).
6.CONCLUSIONES
En conclusión, podemos decir: Que en nuestro estudio no existen evidencias que
relacionen a los grupos sanguíneos ABO con el tipo de alimentación que debe llevar
cada uno, puesto que, los hábitos alimenticios de cada grupo sanguíneo
favorecieron a la mitad de los estudiantes muestreados no importando el grupo
sanguíneo al que pertenecían.
Un cuarto de la muestra estudiantil presentó sobrepeso y obesidad, lo que indica
que su alimentación es desproporcionada y no adecuada, ya que consumen
alimentos que contienen carbohidratos en abundancia y una gran cantidad de
proteínas y grasas, lo que da como resultado estos trastornos. Esto se ve
relacionado con los resultados de glucosa y triglicéridos, pues sus niveles de
concentración son muy similares a los valores porcentuales de la población que
presenta sobrepeso y obesidad.
Una cuarta parte también presentó desnutrición, posiblemente a causa de tener
malos hábitos alimenticios, es decir no llevan una dieta adecuada que le
proporcione los nutrientes y energía necesarios para llevar a cabo sus actividades
energéticas diarias y por lo tanto presentan un déficit que se refleja en su estado
de salud.
Por lo tanto, no hay una relación entre los grupos sanguíneos ABO con la
alimentación y se debe más a una cuestión de adaptación para enfrentar los
parásitos que se encuentran en mayor cantidad en las zonas tropicales ya que el
grupo sanguíneo O surge como una necesidad de presentar anticuerpos contra los
antígenos A y B, que al mismo tiempo les ayudaba a combatir a los parásitos que
se encontraban dentro del cuerpo
7. FUENTES DE INFORMACIÓN
CCM, Salud. (2018). Qué es la glucosa. http://salud.ccm.net/faq/27914-que-es-la-
glucosa Obtenido el 21/feb/2018; 15:07 horas.
Chilanguerías. (2014). ¿Cuál es el tipo de sangre más común y más raro en México?
http://www.chilanguerias.com/cual-es-el-tipo-de-sangre-mas-comun-y-mas-raro-
en-mexico/ Obtenido 22/12/2017; 13:00 horas.
Cruz, A. S., Meléndez, A., Reyes, P. A., Chavaro, D. A., Azaola, A. y Mayorga, L.
(2014) Impacto de la obesidad en la población y su relación con la microbiota
intestinal. Revista Mexicana de Ciencias Farmacéuticas. Núm. 2, vol. .45, pago. 9-
18.
Cruz, V. J. (2014). Glucemia e índice glucémico: cómo generamos el sobrepeso y
la obesidad. https://www.neuronae.net/single-post/2014/12/13/GLUCEMIA-E-
%C3%
8DNDICE-GLUC%C3%89MICOC%C3%93MO-GENERAMOS-EL-SOBREPESO-
Y-LA-OBESIDAD Obtenido el 5/ene/2018; 11:16 horas.
D´ Adamo P. J. (2014). Los Grupos Sanguíneos y su Alimentación. La dieta del
genotipo; un programa individualizado para lograr el peso ideal y vivir más.
Ediciones B, S.A. Barcelona España.
Díaz, L. M. Valores normales de colesterol y triglicéridos. https://tuchequeo.com
/valores-normales-de-colesterol-y-triglicéridos/ Obtenido 29/02/2018; 15:00 horas.
Grispan, S. (1983). Grupos sanguíneos ABO y Rh. Rev. Médica Hondur. Vol. 5:103-
114.
http://www.bvs.hn/RMH/pdf/1983/pdf/Vol51-3-1983-6 Obtenido el 10/feb/2018;
18:56 horas.
Fausto, G. J., Valdez, L. R., Aldrete, R. M. y López, Z. M. (2006). Antecedentes
históricos sociales de la obesidad en México. Medigraphic Artemeni lsínaea. VIII (2),
6 pág.
Gobierno de la Rioja. (s.f.). ¿Qué son los triglicéridos?
https://www.riojasalud.es/ciudadanos/catalogo-multimedia/medicina-interna/ique-
son-los-triglicéridos Obtenido el 15/feb/2017; 21:02 horas.
Gómez, C. J. y Latorre, S. G. (2010). Evaluación del paciente obeso. Medicina y
Laboratorio. Universidad de Antioquia. Vol. 16, Núm. 7-8.18 pág.
Gómez, T. A. (2012). Grupos sanguíneos; historia, evolución, curiosidades y
anecdotario https://andresjesusgomeztorreblanca.files.wordpress.com/2012/10/e-
book-grupos Obtenido el 22/oct/2017; 20:45 hrs.
González, G. J., Ceballos, R. G. y Méndez, B. E (2010). Obesidad: más que un
problema de peso, Núm. 2, vol.23.
https://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol23num2/editorial.html Obtenido el
29/ene/2018; 15:00 horas.
Hernández, C. R., Flores, P. Y. y Ortiz, F. R. (2004). Grupo sanguíneo,
alimentación y sobrepeso/obesidad: Una miscelánea. Enfermería Global. Núm.36,
pp.289-297
Hussain, SS, Bloom SR. (2011). The pharmacological treatment and management
of obesity. Postgrad Med. 123:34-44 pág.
Lalueza-Fox, C., Gigli, E., Marco de la Rasilla, M., Fortea, J., Rosas, A., Bertranpetit,
J and Krause, J. (2008). Genetic characterization of the ABO blood group in
Neandertals. BMC Evolutionary Biology, No. 8:342, 5 pag.
Madruga, A. D. y Pedrón, G. C. (s.f). Alimentación del adolescente. Protocolos
diagnósticos y terapéuticos en pediatría. https://www.aeped.es/sites/default/files
/documentos/1-alimentacion_adolescente Obtenido el 26/ene/2018; 16:30 hrs.
Organización Mundial de la Salud (1995). El estado físico: uso e interpretación de
la antropometría. Serie de Informes Técnicos. Ginebra, Suiza. 543 pág.
Organización Mundial de las Salud. (2017). Obesidad y sobrepeso.
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/ Obtenido 15/feb/2018; 13:30
horas.
Rabar. M. R., Rebollo, P. I. (2015). Medidas antropométricas.
http://www.juntadeandalucia.es/sas/hantequera/promsalud/wp-
content/uploads/sites/20
/2015/03/Alimentaci%C3%B3n-y-medidas-antoprom%C3%A9tricas Obtenido
23/feb/2018; 14:58 horas.
Robert, M. M. (2006). Antropometría. Publice.
http://publice.info/articulo/antropometria Obtenido el 7/feb/2018; 16:45 horas.
Wang J, García-Bailo B, Nielsen D., y El-Sohemy, A. (2014). ABO Genotype, ‘Blood-Type’
Diet and Cardiometabolic Risk Factors. The University of Manchester, United Kingdom.
No.9(1). https://doi.org/10.1371/journal.pone.0084749
Zimmer, C. (2014). Evolución de los grupos sanguíneos.
http://ilevolucionista.blogspot.mx
/2014/07/evolución Obtenido el 22/oct/2017; 21:56 horas.
The Cleveland Clinic. (2006). Lo Que Necesitas Saber Acerca de los Triglicéridos.
http://www.clevelandclinic.org/health/sHIC/doc/S11117.pdf Obtenido el día
16/feb/2018; 12:30 horas.