Fue una tarde, una familia reunida estallando de júbilo, de orgullo,

una pantalla emitía destellos de arte que se ejecutaban a la distancia, ese día todos los dioses tuvieron envidia

de ese pueblo que carcomido por una guerra gritaba sin reparos, lloraba de alegría, 5 cañonazos que aún

retumban y viven en la memoria. Ese fue el epicentro, el punto de partida de una felicidad palpitante que

estremece, que pone a levitar, esa, efímera y escasa, que si se da con las dosis necesarias puede durar para siempre, más aún por la mente inmaculada de un niño.

Fue una noche, de la mano de mi señor padre fuimos al templo,

nos adentramos de lleno en el ágora de la felicidad, allí pude ver a los protagonistas por vez primera, a un portero con su guedeja frondosa que un día

hipnotizo al mundo con una acrobacia inigualable; aquella noche lo reconocí mientras

lanzaba balones desde el campo ¡Estuve cerca de materializar el recuerdo!

no se pudo, pero para ese niño no era necesario llevarse un presente, su retentiva no requiere de lo

tangible porque la remembranza vive a diario y se alimenta de poco para mantenerse latente.

Guerra es guerra y no se

Olvidan los inicios de dicha

Locura.

Glorioso terreno, donde las

Obras se tallan, donde se forma el

Linaje.

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Fue una noche, un niño en frente de un televisor, días atrás había visto

como el portero de la guedeja frondosa ejecutaba pinceladas de alegría, una obra que lo obligo a exhalar

un alarido enérgico que rompió las distancias, en esa noche se fundió su amor y la que traigo al caso

empezaría igual, un grito que ahumaba la esperanza, hacía falta otro para lograr rememorar la hazaña de

años atrás, pero el tiempo paso y el reto no se culmino, quedamos postrados por la frustración, las lágrimas

salieron a flote pero éste no era un llanto de luto, nada había muerto, por el contrario

crecía el cariño, la empatía, el orgullo.

Fue una noche, un niño y su madre esperan un medio de transporte,

una lluvia tenue cae del cielo y después de un rato de espera el bus aparece, la madre con un tono

preocupante y a la vez de resignación por no haber logrado convencer a su hijo de desistir de su propósito

lo único que logra decirle al conductor es: “por favor déjelo lo más cerca que pueda del estadio”,

el niño cruza la registradora alegre hacia su destino, no importaba el local, el visitante,

él solo añoraba estar ahí, viendo rodar la pasión, desde la ventana del vehículo vio a su madre

y le sonrió agradecido por brindarle la libertad de ser feliz.

Guardar los sentimientos es imposible, tocaría

Obstaculizar las emociones y al final todo puede acabar en un

Llanto que no cura, pero reconforta.

Gozar de compañía es primordial, pero la

Osadía en soledad le da un toque mágico a los

Logros, en algún lugar te puede esperar el más fuerte abrazo.

!!

!!

Fue una tarde, el día en que el niño no estaba en frente del televisor,

ese día vio de frente al amor de su vida, suena estúpido, pero si alguien sabe cómo controlar

los sentimientos le pido que me envié la receta, más estoy seguro de que no existe dicho remedio, no pueden borrar de mi memoria cuando te conocí personalmente, tan tejos y tan cerca ¡Te vi perder!

Como muchas otras veces, pero no hay quien me quite esa sonrisa eterna,

esa que llego con ese grito furibundo, el grito que me consumo con la gloria.

Fue una tarde, el día en que todos los sentimientos contenidos se

desatarían, una tarde de esas que pasas de la risa al llanto, de la alegría al desespero; el niño esta de nuevo

en frente de una pantalla, desatando sus emociones, preocupando a sus progenitores por su fanatismo

demostrado en innumerables ocasiones, no valían los consejos, mucho menos cuando por fin una tanda de tiros

de castigo sentenciaban la euforia, un aluvión de felicidad cayó sobre mí y no sabía qué hacer con él, no sabía donde

guardarlo, entre lágrimas lo único que podía contemplar era prometerme que nunca más viviría

este momento tan decisivo a la distancia, con los años la promesa se deshizo ¿Pero el amor por ti?

Ni modos, ese es indestructible.

Gratitud con aquel que me regocijó, no hay

Oración que exprese mis suplicas, por eso el corazón

Late frenéticamente cuando te ve.

Ganar es un impulso que

Obedece al esfuerzo, al coraje, a la dedicación,

Lograrlo es darse cuenta que nada es imposible.

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Fue una noche, aquel equipo que había perdido una copa a la vista de la torre Eiffel visitaría mi terruño, muchos de mis ídolos estarían allí,

más cerca que nunca, no podía ser impermeable a ello, el niño debió ir a donde su padre y pedirle algo de dinero que le hacía falta para una cartelera, marcadores, pero el trabajo

que acusaba no era académico, en realidad la cartelera era un tablero electrónico, los marcadores eran de punta y se

acompañaban de volantes, delanteros, defensas, entre otros; para verlos me fui a dormir al lado del coloso

escenario en donde obtendría una entrada a la fiesta ¡Gracias viejo! Porque a pesar de que te mentí y arriesgue mi

integridad nunca me castigaste, no pasaste de la intención y me dejaste ir feliz al encuentro con mi alegría,

fuiste un alcahueta de mis sueños; el tiempo no me deja olvidar esa noche en ese edificio

gigante al que sé que volveré algún día, de tu mano.

Fue una tarde, el niño había crecido y ya era un adolescente a la deriva, moviéndose al son de sus emociones, persiguiéndote por

donde ibas cada vez que podía, elevando himnos de aliento, consolidando el idilio, ahogando en gritos los delirios,

evitando eso que le infundían en ocasiones, hechos cargados de odio que aseguraban que debía acabar con todos y todos

debían acabar con él; ese virus no logró corroer, pero era imposible no vivirlo, esa tarde no hubo escapatoria y el

repudio nos acorralo a varios, la batalla estaba perdida y todo nos encaminaba a ser víctimas de la consigna de lastimar al

rival sin importar el método, no había defensa contra esta conflagración infundada, sin embargo de la nada

una puerta se abrió y nos devolvió la voz, nos libero de gritos llenos de una tirria retrograda.

Gratificante es alcanzar los sueños, y solo hay dos

Opciones para ello,

Llegar o no llegar.

Gatillo en la frente,

Odio desmesurado,

Línea delgada entre la razón y la estupidez

!

!

!

!

Fue una madrugada, los recovecos del destino nos volvían a unir,

una estrella en el firmamento estaba en juego y la primera disputa era en el escenario más cercano a mi hogar, mi promesa de años atrás me exigía estar allí,

mis sentimientos me obligaban a actuar del modo que fuera necesario, y fue así como a las 3 AM después de

17 horas de búsqueda y a 17 horas de distancia del inicio del cotejo logre conseguir mi entrada al recinto. Una fila extenuante en un extraño lugar habían sido el

último obstáculo, una pequeña rendija se cerro pero antes de hacerlo me entrego mi tiquete;

con el gusto de haber alcanzado el objetivo me dirigí de regreso a casa, pero no logre entrar, tampoco hice muchos intentos porque no quería desvelar el sueño

de alguien que me había ayudado a forjar los míos; no hubo más solución que terminar con lo que

quedaba de la noche en el parque más cercano y más “seguro”, en una banca exhale mis suspiros

de felicidad tratando de descansar por la travesía, mientras mis dedos tocaban

mi primer pasaporte al paraíso.

Gastar puede ser una inversión a futuro que

Otorga experiencias indiferentes al resultado, afianza los

Lazos aunque lo único que quede sea un recuerdo.

!

!

Grito eufórico, inmenso, traumático,

Orgasmo emocional, táctico, técnico,

Lujuria inefable, pasional, esperanzadora.

Fue una tarde, era el día en que estaba ad portas de conocer lo que años

atrás había vivido a la distancia, era yo y mi propósito de años aplazado por los azares del destino, por la

efusividad del balón, por la calentura del momento, por el vaivén del nivel; era yo llegando tarde a la cita con mi

pasión, pero lo conseguí, arribé para esquivar el desorden mental que me carcomía, me deje

consumir por la esperanza de que la convocatoria no sería en vano,

y así fue… ¿Cómo describir la felicidad? ¿Con qué se compara? ¿Con el placer de ver un cielo en una noche llena de

estrellas? ¿Con la inmensidad del mar trayendo y llevando historias en cada ola? ¿Con los sueños más gloriosos en

metáforas inconclusas? Yo no sabía cómo hacerlo, parecía no haber de donde

agarrarme, por eso volvía una vez más a tus brazos, a ese lugar en donde sollocé la primera vez que lo visite mientras veía a un tigre especial con sus franjas verdes

y blancas, siempre me lleve los más bellos recuerdos sin importar el marcador, y el de esa tarde fue indeleble, ese minuto 80 de juego, ese tiro de esquina, un balón

surcando la brisa que encuentra un obstáculo y queda allí brincando para ser rematado por un gladiador que yo veía

desde las graderías, se inflaban las redes y a mí se me detonaba una carga infinita de gozo, era un afortunado

más en ese carnaval de banderas que parecían moverse de forma automática, reguladas para ondearse acorde al

júbilo, no paso mucho y llego el segundo golpe, ese que termino por afianzar mi alegría, ese que hizo

llorar al hombre y lo envolvió en un mar de abrazos con un sinnúmero de desconocidos. Eran dos gritos ahogados por el tiempo que ansiaban salir pero no habían encontrado el momento, dos alaridos del niño que cuando oyó el silbato

final salió a flote ¡Volvió a vivir! ¡A reír! ¡A gritar! ¡Volvía para quedarse!

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Gracias a cada anotación mi pasado es

Oneroso, salda cuentas con los recuerdos

Lúgubres y reclama ganancias,

Antes, ahora y siempre he creído en

Zurdos y diestros, en magos y habladores, en

Olvidar el resultado y vivir en una fiesta perenne.

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¡G L!

La nostalgia es un arma de doble filo, es un puñal que puede abrir heridas pasadas o puede ser un ungüento que cicatriza, lo total es que sin reminiscencias una existencia carece de valor, es como un libro de 1000 hojas pero sin ninguna de ellas impresa, en blanco, virgen ante los mundanos compromisos con el placer, ese deleite efímero pero sustancial que es capaz de llenar los vacios del alma y redituar el sentido de la vida.

Son innumerables los momentos en que la gloria me ha vuelto un niño, un infante con los sueños en sus manos y con un regocijo indescifrable, con actitudes que solo lo pueden ubicar en el terreno de la locura, en los campos del desenfreno, lugares como ese en donde un vocablo de tres letras desata la satisfacción más escondida y te hacen gritar al unísono con una jauría de desconocidos que comparten la demencia, esa que se calma y se propaga, se mantiene y se descontrola , se estabiliza y se encoleriza, esa que no le importa el clima, el día, la noche, la madrugada, las humillaciones, las victorias, las derrotas, ella solo se desliga de cualquier conocimiento y hace que puedas describirla en una palabra:

canatan216@hotmail.com @Lordteluricus

Esta mohína publicación representa y refleja solo sentimientos, sensaciones y vivencias de su autor, cualquier parecido con la realidad son producto de las casualidades del maravilloso paraíso terrenal en que habita.Cualquier tipo de comentario, sugerencia, respuesta o insulto que pueda suscitar su contenido por favor hágalo llegar o conocer del medio que considere más eficaz o prudente, de lo contrario calle para siempre.