reporte: glucosa humano
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE CIENCIAS
BIOLOGÍA
Curva de tolerancia a la glucosa en jóvenes.
Castillo Fernández Tania Isbet, Cortés Tello Karla Elvira, Garduño Sánchez Marco Alan,
Gutiérrez Olguín Gabriela, Gutiérrez Sánchez Mario Aarón.
Introducción.
La absorción de ciertas hexosas como la glucosa, fructosa y galactosa, se lleva a cabo en el duodeno y el
yeyuno del intestino delgado. Los carbohidratos normalmente se encuentran como polisacáridos y es
necesario hidrolizarlos con ayuda de enzimas como la sacarasa, que hidroliza la sacarosa en glucosa y
fructosa. La absorción es de tres tipos: transporte activo, difusión medida por transportadores y difusión
simple. Alrededor del 95% de la glucosa se absorbe en forma activa (Soriano, 2011; Patiño, 2006).
La absorción de la glucosa se lleva a cabo por el mecanismo de trasporte activo mediado por una
proteína trasportadora y dependiente del NA+; se produce una estimulación recíproca del transporte de
los azúcares por Na+ y de este ion por los azúcares. El Na+ se bombea desde la célula para crear un
gradiente de sodio entre la luz intestina y el interior celular. Tras su entrada en el enterosito, la glucosa
pasa a los capilares de la mucosa por transporte facilitado (a favor de un gradiente de concentración) o
por difusión simple (Soriano, 2011).
A la lisis o escisión de glucógeno se le conoce como glucogenólisis. El primer paso de la escisión del
glucógeno es la forforilación de sus enlaces glicosídicos b-1,4 por la glucógeno fosforilasa. La
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epinefrina y el glucagón activan la glucogenólisis mediante un conjunto de reacciones en cascada cuyo
objetivo es amplificar la señal inicial. El primer efecto es activar la adenil ciclasa que se encuentra en las
membranas de las células del hígado, para convertir el ATP en AMPc. Este último transforma la
proteína kinasa inactiva en activa, la cual a su vez adiciona fosfato a la fosforilasa quinasa para activarla.
Cuando actúa la glucogenólisis se inhibe la síntesis del glucógeno (Garrido et al 2001).
La insulina (3800 Da), hormona producida por las células b de los islotes del páncreas, estimulan la
captación, utilización y almacenamiento de glucosa, aminoácidos y proteínas e impide la degradación de
glucógeno, grasa y proteína. La insulina es necesaria para el mantenimiento de una glucemia que
garantice el aporte energético que requiere el funcionamiento cerebral. El aumento de la glucemia
estimula la secreción de insulina, mientras que su disminución la reduce. La hipoglucemia provocada
por un exceso de insulina reduce la secreción de insulina y estimula la de las hormonas
contrarreguladores como glucagón, adrenalina, hormona de crecimiento y glucocorticoides, que
incrementan la glucemia (Mendoza, 2008).
Objetivos.
Determinar y evaluar en sujetos jóvenes el control de los niveles circulantes de glucosa en
sangre mediante curvas de tolerancia a glucosa.
Conocer técnica para determinar el nivel de glucosa en muestras de interés.
Comprender y reconocer la importancia de los niveles de glucosa en sangre.
Determinar y comprender la importancia de la integridad de conceptos, insulina, niveles de
glucosa, enfermedades relacionadas a la tolerancia e intolerancia de la glucosa.
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Hipótesis.
Los valores normales de glucemia (glucosa en sangre) en personas en ayunas oscilan entre 80-120mg/dl.
Por tanto si ingerimos en ayunas una solución azucarada, se observara un ascenso glucémico para luego
descender lentamente hasta alcanzar el nivel inicial, de no ser así ello nos indicara alteraciones en los
procesos de biosíntesis y degradación de la glucosa (metabolismo de la glucosa).
Material y método.
El día de la prueba, los jóvenes se mantuvieron en ayunas (de 7 a 8 horas). Se les tomó una muestra
basal de glucosa en sangre, la cual se obtuvo con un glucómetro, colocando sobre este último una gota
de sangre obtenida del pinchazo de la yema del dedo con una lanceta. Posteriormente, a cada sujeto se le
dio a ingerir en un vaso desechable una solución azucarada a una dosis de 1 g/Kg de peso corporal, en
un volumen de 250 ml de agua. Por último se tomaron muestras de sangre de las mismas yemas de los
dedos iniciales en tiempos de 30, 60, 90 y 120 minutos posteriores a la ingestión de la solución
azucarada. Con un trozo de algodón se limpió la sangre del área donde se pinchó para obtener la
muestra.
Resultados.
En los resultados se puede observar que las personas llegaron con niveles de glucosa en sangre muy
parecido, entre 86 y 79. Todos tienen antecedentes diabéticos y la edad entre los 5 es muy parecida. Solo
tuvimos un registro de mujer, el cual no varía de los resultados de los hombres (Tabla 1). También se
puede observar que el sujeto “Marco” presento dos picos de niveles de glucosa y casualmente es el que
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presenta un mayor error (Figura 1). En el individuo “Daniel” se observa que los niveles de glucosa
disminuyen poco a poco, quizá con otra medición hubiera llegado a sus niveles basales (Tabla 1).
Nombre Sexo Edad(años)
Peso (kg)
Ayuno (hrs)
Antecedentes diabético
Basal (mg/dL)
1 2 3 4
Aarón H 21 78 7 sí 82 117 80 86 72
Daniel H 19 85 12 sí 83 125 114 106 99
Miguel H 20 73 11 sí 86 90 92 83 78
Ivone M 21 57 6 sí 82 98 93 79 77
Marco H 20 65 6 sí 79 127 72 110 71
Discusión.
La importancia y el fin clínico de la “tolerancia a la glucosa” es evaluar la capacidad de respuesta del
organismo a administraciones de diversas dosis de glucosa. La tolerancia o intolerancia a la glucosa se
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1 2 3 4 50
20
40
60
80
100
120
140
AarónDanielMiguelIvoneMarco
Número de toma (cada 30 min)
Niv
eles
de
gluc
osa
(mg/
dL)
Tabla 1. Se observa la edad, el tiempo de ayuno, antecedentes diabéticos y concentraciones de glucosa de los 5 individuos.
Figura 1. Curvas de tolerancia a la glucosa de los 5 individuos, las concentraciones de glucosa tienden a disminuir con forme pasa el tiempo, excepto en el individuo “Marco”.
manifiesta por la eficacia a la cual el organismo pone en marcha los mecanismos adecuados para
eliminar el exceso de la glucosa plasmática (Donnersberger y Lesak, 2002).
La mayor o menor tolerancia a la glucosa depende de las alteraciones en los procesos de biosíntesis y
degradación de la hormona hipoglucemiante, o en el mecanismo de unión de la hormona a sus
receptores específicos. La velocidad a la cual la glucemia alcanza su valor máximo en sangre, y la
magnitud de ese máximo (normalmente no más de 160 mg/100 ml después de 30-60 min de haber
administrado la dosis de glucosa), dependen de la intensidad de secreción de insulina y de la eficacia de
la misma. Ambos factores, intensidad de secreción y eficacia de la hormona determinan también el
tiempo preciso para que la glucemia regrese a sus valores fisiológicos normales (70- 105 mg/100 ml de
plasma); este tiempo puede oscilar entre 1,5 y 2 h (Martínez y García, 2006).
Es claro que la observación de niveles altos de glucemia en ayunas (en el tiempo cero, antes de
administrar la dosis de azúcar), máximos de glucosa elevados y prolongados, retrasos en alcanzar la
normalidad de los valores plasmáticos de glucosa, son datos indicativos de intolerancia a la glucosa y de
diabetes. Cuando la glucemia sobrepasa los 180 mg/100ml de plasma, comienza a aparecer azúcar en la
orina, debido a que los túbulos de las nefronas renales no pueden reabsorber toda la glucosa que les llega
con la suficiente rapidez. Se cree que los episodios hiperglucemicos repetidos pueden ser causas
primarias de neuropatías y microangeopatias en el sujeto diabético (Martínez y García. 2006).
En la diabetes mellitus y en la hiperactividad de las glándulas suprarrenales, hipófisis y tiroides hay
hiperglucemia y una disminución de la tolerancia a la glucosa (hasta 500 mg/ dl) (Remington, 2003). Por
otra parte, los signos distintivos de la situación de hipoglucemia se manifiestan como respuestas
exageradas a la ingestión de glucosa, tales como máximos bajos de glucosa (menor de 60mg/dl),
restablecimiento muy rápido de la glucemia a los niveles normales (e incluso inferiores), que pueden
preceder al desarrollo de ciertas formas de diabetes (Martínez, J. & García, P. 2006) aumento a la
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tolerancia en la glucosa se observan en la sobredosis de insulina, en la deficiencias de glucagón y en la
actividad reducida de diversas glándulas endocrinas (Remington, G.2003) .
Conclusiones.
Logramos determinar y evaluar los niveles de glucemia, todos los jóvenes resultaron normales, y
ninguno presento señales de diabetes, aunque es importe resaltar que todos tienen familiares con esta
enfermedad.
Comprendimos la importancia de los niveles de glucosa en sangre y como varían a través del tiempo,
hasta llegar a los niveles basales.
Literatura citada.
Donnersberger, A. & Lesak, A. 2002. “Libro de laboratorio de anatomía y Fisiología”. Editorial
Paidotribo. pp 491.
GarridonP.A., Olmo R., Castel A.C. y Tejón L.C. 2001. “Bioquímica metabólica”. Editorial
Tebar. 340 p.
Martínez, J. & García, P. 2006. “Nutrición humana”. Editorial Universidad Politécnica de
Valencia. pp 109, 110.
Mendoza P.N. 2008. “Farmacología médica”. Médica panamericana. UNAM, Facultad de
medicina. México. pp 379-381.
Patiño R.J.F. 2006. “Metabolismo, nutrición y shock”. 4ta edición. Médica panamericana.
Bogotá, D.C. Colombia. 800 p.
Remington, G. 2003. “Farmacia. 2003. Volumen 1”. Editorial Médica Panamericana. pp 657,
658.
Soriano J.M. 2011. “Nutrición básica humana”. PUV. Universitat de València. España. 428 p.
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