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Resefia de libros 5. 1.E.notrx: bode anthropemétrique, psy- chométrique et social d'un groupe d'adolescents parisiens. En B. I. N. O. P. (Bulletin de l'Institut National d'étude du travail et d'orientation profession- nelle). Número especial. París, 1954; 91 páginas. Aun los más encarnizados enemigos del método experimental en las ciencias del hombre reconocen la gran utilidad de estudios de conjunto sobre fenómenos que, por su índole, son susceptibles de ser abordados mediante tests y encuestas. Por ello, en otros países se han menu- deado las investigaciones encaminadas a la determinación de los datos antropo- métricos relativos a la infancia, para co- nocer a fondo el proceso de crecimiento físico, sus variables y sus relaciones con fenómenos económicos y sociales. Por otra parte, y con finalidad análo- ga, se han verificado encuestas sobre el desarrollo psíquico co las diferentes eda- des, ya para determinar el número de deficientes mentales, ya, simplemente, para conocer la evolución psicológica de Ins niños. Desde el primer punto de vista, es decir, en relación con el desarrollo bio- lógico, podemos citar los estudios france- ses de Godin (1900), Laugier, Weinberg y Cassin (1936), doctor Bize (1939) y la encuesta nacional de los Servicios de Higiene Escolar (1950). En cuanto al conocimiento de la evo- lución psíquica, sobresale, por su ampli- tud, la iniciada en 1937 por la Comisión de Empadronamiento de Niños Deficien- tes, continuada en 1943 y publicada en 1950 por el Instituto de Estudios De- mográficos, a base de 95.237 expedien- tes de otros tantos escolares correspon- dientes a 25 distritos, homogéneos des- de los puntos de vista demográfico y económico. M. Ledoux da cuenta en este fo- lleto de la encuesta llevada a cabo por él para determinar la correlación e in- teracciones existentes entre desarrollo antropométrico, nivel psíquico y estado socioeconómico de un grupo de adoles- centes dc catorce a diecisiete años, alum- nos de los Centros de Aprendizaje de París y sus alrededores. El protocolo de examen comprendía datos antropométricos y biométricos, so- cioeconómicos y psicométricos, no habien- do podido utilizar los escolares, tanto por la dificultad de reunir los correspon- dientes a las distintas escuelas prima- rias de origen, como por la diversidad de profesores y maestros de taller en !os Centros profesionales y, sobre todo, por la poca confianza que merecen los resultados del examen de aptitud pro- fesional (C. A. P.), como han probado los estudios de Bonardel, hecho que me- rece retenerse al examinar la adecuación entre enseñanza profesional e ingreso en la vida del trabajo. El autor reconoce que el grupo estu- diado es demasiado restringido. En efec- to, lo componían en un principio 248 muchachos del primer curso profesional, que seguían la preparación para cuatro oficios: ajuste, "metales en hojas" (cal- derería y utensilios de palastro), forja, cerrajería y carpintería; pero la mayor parte de las pruebas sólo han podido seguirse con 151 alumnos, que perma- necían en los Centros profesionales a finales del tercer año, ya que los 97 res- tantes habían abandonado los estudios "por la necesidad o el gusto de ganarse la vida". Por varias dificultades, todas las pruebas pudieron verificarse solamen- te con 55 alumnos. El mat-;rial de experiencia, como se ve, ha sido escaso, a tal punto que po- dríamos preguntarnos si permite obtener resultados estimables. Lo que se ha per- dido en amplitud se ha ganado, sin duda, en intensidad y cuidado, pues Ledoux ha realizado personalmente las medidas, repetidas una vez cada año, durante tres, en los mismos sujetos, método que es preferible al de una sola medición por diversos experimentadores en grandes ma- sas de niños, a cada uno de los cuales sólo se a plican las pruebas una vez. Sin embargo, las deducciones más lí- citas se han obtenido comparando los resultados de esta pequeña muestra muy seleccionada, tanto desde la perspectiva económicosocial como escolar, con los alcanzados por otros investigadores. Las principales son éstas: que la selec- ción escolar se corresponde con una se- lección social y económica; que el des- arrollo físico (talla, peso y medidas bio- métricas) depende en parte del nivel de vida, y que "el éxito ante los tests es mejor, en conjunto, en los niños dc hogares más sanos, que pertenecen a fa- milias poco numerosas y que viven lejos del centro de la ciudad". La elaboración estadística de los da- tos es perfecta, y las curvas y coeficien- tes obtenidos, un modelo de precisión t dominio. Sería de desear que entre nosotros se llevaran a cabo encuestas semejantes, ya que apenas tenemos datos más que de la evolución física de los niños madri- leños en estatura y peso (investigación del doctor Jiménez Quesada), sin que se hayan realizado investigaciones amplias relativas al nivel mental, resultados es- colares y estado socioeconómico, hoy in- dispensables para un conocimiento cien- tífico de los problemas políticopedagógi- 0:4.-A. 51. al método. Pero no a un método redu- cido a la pauta muerta del esquema, sino vivificado por esa intuición y esa gracia, ese don de observación y compa- ración, que son la esencia misma de la "literatura", en el mejor sentido de la palabra. Profesor de liceo, primero; universita- rio, después, su libro "nació de un sen- timiento de amistad profunda hacia los estudiantes, sobre todo hacia los que su- fren confusión y soledad. Mi propósito es ayudarlos en su trabajo. Quisiera li- brarlos de toda impresión de inferiori- dad o de angustia". A tal fin, consigna multitud de consejos, más bien que re- glas, respecto de la manera más útil de realizar cl trabajo intelectual, ya sea el de desentrañar un texto, ya, sobre todo, el de tomar notas y apuntes o verter en una composición el resultado del estudio. Una primera nota hemos de destacar con cl debido relieve. Como indica la cita anterior, Guitton no se dirige a los talentos superiormente dotados, los cua- les, sin duda, saben abrirse sus propios caminos, sino a los estudiantes de tipo medio, a menudo desalentados ante las dificultades de un esfuerzo que no suele corresponder a la eficacia del resultado. Confiesa que en el liceo se ocupaba con preferencia de los alumnos peores: "Yo trataba de abolir en mí esa regla de aristócratas que dirige a los profesores jóvenes: no dictar la clase sino para los mejores. Es necesario pensar en los po- bres—me decía, sin perjuicio de modi- ficar todo el día dc la visita del inspec- tor—cuando hacemos hablar a los ricos para ser juzgados por ellos. Siempre he tratado de abrir las cabezas más duras, pensando que, si se obtenía un resultado con los medianos, lo escogido nos sería dado por añadidura. Sócrates hablaba al bajo pueblo de Atenas y le fué dado Platón." Tal actitud revela genuinas condicio- nes de educador, pese a la costumbre, tan extendida, de hacer consistir la en- señanza en una discriminación, acompa- ñada de sanciones, que desemboca en cl individualismo de la "clase-cucaña" (donde se agosta toda flor de coopera- ción e interayuda, para dar lugar a un clima tenso de envidia y odio). Pues educar no es "clasificar", ni "sancionar", ni hundir a los menos dotados en la sima de los complejos de inferioridad, sino, contrariamente, inclinarse con ca- ridad hacia los "menesterosos" para ele- varlos a la cima que sus posibilidades les permitan alcanzar. ¡Cuántas ense- ñanzas respecto a preferencias, ritmo en el trabajo, claridad expositiva y estima- ción personal encierra la actitud "mise- ricordia" del profesor, frente a la "aris- tocrática", sembradora de escisiones! Esta actitud implica otra consecuencia: apoyarse en los aspectos positivos que todo espíritu tiene, en vez de dedicarse a la "caza de faltas y defectos". Guitton dice que ante el ejercicio del alumno JEAN oturroN: El trabajo intelectual. Ediciones Criterio. Buenos Aires, 1955. 192 páginas Jean Guitton, profesor de la Universi- dad de Montpellier antes de la segunda gran guerra; ahora, de la de Dijon; Gran Premio de Literatura en 1954, es un espíritu muy francés, en el que la "finura", en el sentido de Pascal, vence a la "geometría", floreciendo en amor

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Resefia de libros

5. 1.E.notrx: bode anthropemétrique, psy-chométrique et social d'un grouped'adolescents parisiens. En B. I. N. O. P.(Bulletin de l'Institut National d'étudedu travail et d'orientation profession-nelle). Número especial. París, 1954;91 páginas.

Aun los más encarnizados enemigosdel método experimental en las cienciasdel hombre reconocen la gran utilidadde estudios de conjunto sobre fenómenosque, por su índole, son susceptibles deser abordados mediante tests y encuestas.Por ello, en otros países se han menu-deado las investigaciones encaminadas ala determinación de los datos antropo-métricos relativos a la infancia, para co-nocer a fondo el proceso de crecimientofísico, sus variables y sus relaciones confenómenos económicos y sociales.

Por otra parte, y con finalidad análo-ga, se han verificado encuestas sobre eldesarrollo psíquico co las diferentes eda-des, ya para determinar el número dedeficientes mentales, ya, simplemente,para conocer la evolución psicológica deIns niños.

Desde el primer punto de vista, esdecir, en relación con el desarrollo bio-lógico, podemos citar los estudios france-ses de Godin (1900), Laugier, Weinbergy Cassin (1936), doctor Bize (1939) yla encuesta nacional de los Servicios deHigiene Escolar (1950).

En cuanto al conocimiento de la evo-lución psíquica, sobresale, por su ampli-tud, la iniciada en 1937 por la Comisiónde Empadronamiento de Niños Deficien-tes, continuada en 1943 y publicada en1950 por el Instituto de Estudios De-mográficos, a base de 95.237 expedien-tes de otros tantos escolares correspon-dientes a 25 distritos, homogéneos des-de los puntos de vista demográfico yeconómico.

M. Ledoux da cuenta en este fo-lleto de la encuesta llevada a cabo porél para determinar la correlación e in-teracciones existentes entre desarrolloantropométrico, nivel psíquico y estadosocioeconómico de un grupo de adoles-centes dc catorce a diecisiete años, alum-nos de los Centros de Aprendizaje deParís y sus alrededores.

El protocolo de examen comprendíadatos antropométricos y biométricos, so-cioeconómicos y psicométricos, no habien-do podido utilizar los escolares, tantopor la dificultad de reunir los correspon-dientes a las distintas escuelas prima-rias de origen, como por la diversidadde profesores y maestros de taller en!os Centros profesionales y, sobre todo,por la poca confianza que merecen losresultados del examen de aptitud pro-fesional (C. A. P.), como han probadolos estudios de Bonardel, hecho que me-rece retenerse al examinar la adecuaciónentre enseñanza profesional e ingreso enla vida del trabajo.

El autor reconoce que el grupo estu-diado es demasiado restringido. En efec-

to, lo componían en un principio 248muchachos del primer curso profesional,que seguían la preparación para cuatrooficios: ajuste, "metales en hojas" (cal-derería y utensilios de palastro), forja,cerrajería y carpintería; pero la mayorparte de las pruebas sólo han podidoseguirse con 151 alumnos, que perma-necían en los Centros profesionales afinales del tercer año, ya que los 97 res-tantes habían abandonado los estudios"por la necesidad o el gusto de ganarsela vida". Por varias dificultades, todaslas pruebas pudieron verificarse solamen-te con 55 alumnos.

El mat-;rial de experiencia, como seve, ha sido escaso, a tal punto que po-dríamos preguntarnos si permite obtenerresultados estimables. Lo que se ha per-dido en amplitud se ha ganado, sin duda,en intensidad y cuidado, pues Ledouxha realizado personalmente las medidas,repetidas una vez cada año, durante tres,en los mismos sujetos, método que espreferible al de una sola medición pordiversos experimentadores en grandes ma-sas de niños, a cada uno de los cualessólo se a plican las pruebas una vez.

Sin embargo, las deducciones más lí-citas se han obtenido comparando losresultados de esta pequeña muestra muyseleccionada, tanto desde la perspectivaeconómicosocial como escolar, con losalcanzados por otros investigadores.

Las principales son éstas: que la selec-ción escolar se corresponde con una se-lección social y económica; que el des-arrollo físico (talla, peso y medidas bio-métricas) depende en parte del nivelde vida, y que "el éxito ante los testses mejor, en conjunto, en los niños dchogares más sanos, que pertenecen a fa-milias poco numerosas y que viven lejosdel centro de la ciudad".

La elaboración estadística de los da-tos es perfecta, y las curvas y coeficien-tes obtenidos, un modelo de precisión tdominio.

Sería de desear que entre nosotros sellevaran a cabo encuestas semejantes, yaque apenas tenemos datos más que dela evolución física de los niños madri-leños en estatura y peso (investigacióndel doctor Jiménez Quesada), sin que sehayan realizado investigaciones ampliasrelativas al nivel mental, resultados es-colares y estado socioeconómico, hoy in-dispensables para un conocimiento cien-tífico de los problemas políticopedagógi-0:4.-A. 51.

al método. Pero no a un método redu-cido a la pauta muerta del esquema,sino vivificado por esa intuición y esagracia, ese don de observación y compa-ración, que son la esencia misma de la"literatura", en el mejor sentido de lapalabra.

Profesor de liceo, primero; universita-rio, después, su libro "nació de un sen-timiento de amistad profunda hacia losestudiantes, sobre todo hacia los que su-fren confusión y soledad. Mi propósitoes ayudarlos en su trabajo. Quisiera li-brarlos de toda impresión de inferiori-dad o de angustia". A tal fin, consignamultitud de consejos, más bien que re-glas, respecto de la manera más útilde realizar cl trabajo intelectual, ya seael de desentrañar un texto, ya, sobretodo, el de tomar notas y apuntes overter en una composición el resultadodel estudio.

Una primera nota hemos de destacarcon cl debido relieve. Como indica lacita anterior, Guitton no se dirige a lostalentos superiormente dotados, los cua-les, sin duda, saben abrirse sus propioscaminos, sino a los estudiantes de tipomedio, a menudo desalentados ante lasdificultades de un esfuerzo que no suelecorresponder a la eficacia del resultado.Confiesa que en el liceo se ocupaba conpreferencia de los alumnos peores: "Yotrataba de abolir en mí esa regla dearistócratas que dirige a los profesoresjóvenes: no dictar la clase sino para losmejores. Es necesario pensar en los po-bres—me decía, sin perjuicio de modi-ficar todo el día dc la visita del inspec-tor—cuando hacemos hablar a los ricospara ser juzgados por ellos. Siempre hetratado de abrir las cabezas más duras,pensando que, si se obtenía un resultadocon los medianos, lo escogido nos seríadado por añadidura. Sócrates hablaba albajo pueblo de Atenas y le fué dadoPlatón."

Tal actitud revela genuinas condicio-nes de educador, pese a la costumbre,tan extendida, de hacer consistir la en-señanza en una discriminación, acompa-ñada de sanciones, que desemboca en clindividualismo de la "clase-cucaña"(donde se agosta toda flor de coopera-ción e interayuda, para dar lugar a unclima tenso de envidia y odio). Pueseducar no es "clasificar", ni "sancionar",ni hundir a los menos dotados en lasima de los complejos de inferioridad,sino, contrariamente, inclinarse con ca-ridad hacia los "menesterosos" para ele-varlos a la cima que sus posibilidadesles permitan alcanzar. ¡Cuántas ense-ñanzas respecto a preferencias, ritmo enel trabajo, claridad expositiva y estima-ción personal encierra la actitud "mise-ricordia" del profesor, frente a la "aris-tocrática", sembradora de escisiones!

Esta actitud implica otra consecuencia:apoyarse en los aspectos positivos quetodo espíritu tiene, en vez de dedicarsea la "caza de faltas y defectos". Guittondice que ante el ejercicio del alumno

JEAN oturroN: El trabajo intelectual.Ediciones Criterio. Buenos Aires, 1955.192 páginas

Jean Guitton, profesor de la Universi-dad de Montpellier antes de la segundagran guerra; ahora, de la de Dijon;Gran Premio de Literatura en 1954, esun espíritu muy francés, en el que la"finura", en el sentido de Pascal, vencea la "geometría", floreciendo en amor

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REVISTA DE EDUCACIÓN

mediocre, además de llamarle aparte pa-ra indicarle sus faltas, "subrayaba elpasaje prometedor y hermoso (casi siem-pre se los encuentra), a fin de que to-mase conciencia de su poder y de quesupiera imitarse en sus mejores momen-tos". Sabia conducta, que hoy defiendela mejor pedagogía.

Desde la manera de estudiar hasta latoma de apuntes en clase, toda una se-rie de normas prácticas va dedicada aorientar al estudiante para facilitarle sutarea y animarle en ella. El arte de lacomposición es objeto de observacionesllenas de buen juicio, acreditativas deque Guitton tiene en cuenta al enseñarel "lado del alumno", tan frecuentemen-te des preciado por profesores que quisie-ran obligarles a dominar la materia co-mo ellos. Error brutal de perspectiva,que tantas energías malgasta y tantasdecepciones procura.

"El ejercicio de la toma de apuntes,tal como se practica en la mayoría denuestros establecimientos, me parece con-tra natura." Cierra aquí contra esos pro-fesores, secundarios o universitarios, queobligan a los estudiantes a escribir SI1S

apuntes a una velocidad incompatiblecon la claridad y con el buen sentido.Hemos visto numerosos apuntes de cla-se plagados de incongruencias y absur-dos, sirviendo de "texto" a los mucha-chos, que así aprendían series intermi-nables de enormidades. Con motivomayor cuando el profesor se cree en eldeber de llenar de citas y nombres pro-pios su disertación. Entonces resultanlogogrifos que recuerdan el famoso "jue-go de los disparates".

Parece anticuado cuando ensalza elejercicio de dictado, considerado absurdo.Ciertamente, en muchos casos constituyeel más odioso de los métodos. Empero,las clases no pueden estar siempre en es-tado de efervescenria. Socratizar fatiga.Dictaba "lo esencial". He aquí una buenanorma. Recuerdo los a puntes de clase delprimer curso de Clínica médica de unachica belga, dictados por el profesor,como resumen de sus explicaciones, yal compararlos con los gruesos volúme-nes de mil quinientas o dos mil pági-nas que, durante el mismo tiempo, seve obligado a "estudiar" un muchachoespañol (que en el mismo curso ha de"aprender" otras varias asignaturas, enlibrotes de tamaño análogo), pienso quepor querer lo mejor nos quedamos conlo peor. Los a puntes, siempre dictados,deben dar la "síntesis a memorizar", nola obra "artística" ¡y "mayéutical deexplicación del profesor, consistente enaclarar, fundamentar, estimular, aplicary ejemplificar.

Como se ve, Guitton no da sólo alien-to a los alumnos, sino también conse-jos a los maestros, todo ello en una pro-sa limpia, en la que frecuentes virajesincitan a seguir los meandros de unpensamiento flexible y vivaz.—A. sf.

T. y. y. auv-mrotrx: La mujer. Natu-raleza, apariencia, existencia. Traduc-ción del alemán por Fernando Vela.Revista de Occidente. Madrid, 1955.331 páginas.

Con sólo un año de diferencia se pu-blican las traducciones francesa y tupa-

&la de esta importante obra del granpsicólogo de Utrecht. Por cierto que delsubtitulo de esta última se han supri-mido las palabras "Estudio de psicologíaexistencial" que aquélla conserva, y quedelata el sesgo de su contenido y la in-tención metodológica y filosófica delautor.

Especializado, desde hace muchos años,en la psicología animal, Buytendijk hasabido, no obstante, asomarse a otrospredios intelectuales, siempre con ágilcuriosidad y con una variedad de pers-pectivas y un encanto expositivo, queno es extraño dijera de él Kurt Lewin,hace tiempo, que tiene "una actitud aco-gedora y una amplitud de horizonte, casise diría de hombre de mundo". Es lás-tima que en castellano no tengamos máslibro su yo que El juego y su significa-do, publicado ahora hace veinte añospor la Revista de Occidente, pues nosólo su Tratado de psicología animal,rn, delo en su género, sino sus librosmenores: Sobre el dolor y la Fenomeno-logía del trato, son tan estimables porlo que enseñan como por lo que incitany sugieren. Esta última, sobre todo, esuna pequeña obra maestra.

No es posible condensar en pocas lí-neas el contenido del libro que intenta-mos reseñar brevemente, y menos aúncomentar sus más importantes asercio-nes. Podrá disentirse o asentirse al mé-todo fenomenológico para el estudio delalma humana y sus manifestaciones so-ciales e históricas; pero no ofrece dudaalguna su superioridad respecto del mé-todo experimental, que es hijo de una"cosificación" del hombre opuesta a susentido y esencia. Y es digno de notael hecho de que algunos "esencialistas"o "sustancialistas" sean cultivadores yprona gadores de un experimentalismoantitético de cualquier consideración su-pranatural de lo humano. En tal sentidohay páginas valiosas en este libro, querefuerzan las tesis de Sartre, Merleau-Ponty y Paul Ricoeur sobre la necesidadde partir del concepto de "situación" parauna com prensión cabal de lo psíquico.Es probable que haya necesidad de exa-minar nuevamente los enfoques tradicio-nales sobre el conocimiento del hombre,partiendo del tu' y del nosotros y con-cediendo al cuerpo, en cuanto medio to-tal de expresión del alma, una impor-tancia que nada tiene que ver con nin-guna clase de naturalismo. También esposible que sea conveniente repensar elconcepto de naturaleza humana a la luzde una encarnación de los valores—enque consiste la humanización y la edu-cación, que es su propedéutica—, queextiende su "realidad" histórica desdelos umbrales del hombre-lobo hasta lascimas de la santidad, en una curva querelativiza, no la "esencia" humana, perosí la vigencia efectiva de lo humano. Elhistoricismo es, sin duda, un error; pero¿no tendremos nada que aprender deuna meditación sobre el ser-hombre ysus problemas, nacida de los hombres-ferinos y de la necesidad de educación?

Buytendijk se declara existencialista;pero combate en muchas páginas a Sar-tre, ya directamente, ya a través de unapolémica sostenida con su discípula Si-mone de Beauvois, cuyo libro Le deu-xime sexe es fustigado una y otra vez.

Quien ve en la rencontre con Dios eltipo absoluto y supremo de contacto, nopodía caer en el nihilismo sartriano, se-gún el cual el hombre es "una pasióninútil".

Partiendo de un enfoque fenomenoló-gico semejante al de Merleau-Ponty ensu Fenomenología de la percepción, ¿có-mo ve Buytendijk a la mujer? En eltranscurso -de las tres partes en que ellibro está dividido, y que corresponden,respectivamente, a la naturaleza, la apa-riencia y la forma de existencia, el au-tor examina detenidamente los caracte-res corporales y los psicológicos, censurala concepción freudiana de la psique, es-tudia la figura de la mujer, el rostro,la voz, para terminar en la considera-ción de la dinámica femenina, diferentecualitativamente de la masculina, comono intencional, morosa y adaptativa, cir-cular y continua. Apoyándose en losanálisis de Binswanger (ffiabrá Edito-rial española capaz de ofrecernos la tra-ducción de su obra capital?) desembo-ca en la concepción de los dos mun-dos: el del trabajo, propio del hombre,y el del cuidado, característico de lamujer.

Veamos cómo entiende esta dicotomíaradical: "En principio, el trabajo tienepor objeto lo no-humano, por el hechode que lo humano sólo es realmente hu-mano cuando no se le puede elaborar,restablecer, construir, transformar por eltrabajo de otro. De aquí se sigue, porconsecuencia lógica interna, que el tra-bajo imprime a la existencia la marcade la objetividad, de la positividad, delconocimiento racional empírico, porquelas relaciones humanas del ser-con, enel sentido de nostridad, no desempeñanningún papel en esta existencia. El hornofaber no conoce lo humano más queen las relaciones jurídicas y éticas queforman el marco moralmente necesariopara la posibilidad del trabajo."

"El mundo del cuidado es el mundode los valores. El acto de "cuidar dealgo" está penetrado de aquella éticay sensibilidad que llamamos femineidad.El objeto del cuidado es, en primer tér-mino, lo humano o que se presenta co-rno humano."

El lado femenino de la Humanidad se-ría, así, más elevado ontológicamente queel masculino, aunque Este sea quien hacela Historia. El cuidado, que atiende alos demás, que se derrama y se da enellos, es el flanco humano del amor, quese convierte en ternura en la vocaciónmaternal.

Libro rico en perspectivas, al que sólofalta la dimensión de la trascendenciaen su proyección femenina. Lo que hahecho maravillosamente Gertrud von leFort en La mujer eterna.

La traducción, correcta, aunque nosresulten difíciles de asimilar sustantivasabstractos que el traductor se ha vistoobligado a crear, tales como maternali-dad, expresabilidad y nostridad. Lo mis-mo ocurre con el verbo gestear (hacergestos). En las oraciones correlativas hayun uso indebido de la conjunción que;por ejemplo, en "tanto como individuoque como ser social". Lo correcto seríala construcción tanto... cuanto.—A. M.

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ACTUALIDAD EDLICATP7A

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CIACOMO toRzwzre: Caracterologia y ti-pología aplicadas a la educación. Ver-sión española de J. Fibregas Camí,S. 1. Editorial Marfil. Alcoy, 1955.281 páginas.

La finalidad de este libro, ya indicadaen el titulo, queda más exactamente de-clarada en el prefacio de la obra, dondeel autor nos dice que pretende "contri-buir a un conocimiento científico cadavez más rotundo del educando"... Yañade más adelante: "Tratando del ca-rácter exponemos los resultados que pue-den servir para el conocimiento de loseducandos y para su formación. Pero,de propósito, no nos hemos asignado elmenester de tratar directamente de laeducación y la formación del carácter....No obstante, dada la finalidad prác-tica del presente trabajo, hemos hechoa su debido tiempo las oportunas ob-servaciones para su aplicación a la pe-dagogía. En la exposición de las variasdoctrinas caracterológicas y tipológicas,nos hemos esforzado en poner de relie-ve aquellos elementos que interesan es-pecialmente el conocimiento de la niñezy de la adolescencia."

El propósito no puede ser más opor-tuno, ya que dentro de la pedagogía di-ferencial ocupa un puesto cada vez másimportante aquella parte que estudia losíroblemas planteados por las diferenciascaracterológicas de los individuos. Con-tribuyen a ello las exigencias de la edu-cación misma en el orden práctico, queal tratar de perfeccionar sus medios seencuentra ante la necesidad de adaptar-los a las características de cada indivi-duo; y, por otro lado, el florecimientode los estudios caracterológicos dentro dela moderna psicología. Por tanto, cual-quier libro que ponga al alcance de loseducadores las adquisiciones más o me-nos definitivas de la ciencia del carácter(y más si se refiere especialmente a laniñez y adolescencia) resulta de eviden-te utilidad. Sin embargo, esta utilidadno justifica que hablemos de caractero-logia aplicada a la educación si no sedan otras condiciones. En efecto, creemos

que para hablar de verdadera aplicaciónhabría de intentarse al menos ver en quéforma los datos de la caracterología con-tribuyen a la solución de los tres pro-blemas básicos en educación: conocimien-to del sujeto, determinación de los finesy elección de los medios mis adecuados.En el libro que nos ocupa echamos demenos este último aspecto, ya que seha dado preferencia al primero; de ma-nera intencionada, y en diversos luga-res, se hace también alusión a los obje-tivos inmediatos que debe proponerse eleducador en la tarea de formación delos caracteres; sin embargo, apenas en-contramos una consideración detenidaacerca de los medios a emplear paraconseguir esos objetivos, tal como, porejemplo, se encuentran en la obra de LeGall: Caracterología de la infancia y dela adolescencia. No es que tenga dema-siada importancia la discusión del títu-lo, mucho menos cuando el autor, desdelas primeras páginas, nos advierte delpropósito que le guía, y se atiene fiel-mente a él a lo largo de toda la obra:hemos querido solamente señalar que,al no dar cabida al problema de losmedios en relación con las aportacionesde la caracterología, el libro pierde granparte del valor práctico que podría po-seer para el educador, y que éste quizápodría esperar de una caracterologia apli-cada. Claro que, según creemos, hay dosrazones para que el autor no se hayaocupado de ello: en primer lugar, lamisma dificultad del tema, que requiereuna elaboración más específicamente pe-dagógica; en segundo lugar, su propó-sito de exponer las doctrinas más re-presentativas de la caracterología, con locual la parte informativa y descriptiva delas diversas orientaciones, aunque re-ducida a lo esencial, es lo bastante ex-tensa como para ocupar la casi totali-dad del libro.

En la primera parte, "Caracterologíageneral", encontramos capítulos intere-santes sobre el concepto, estructura yfactores del carácter, así como sobre elconcepto de temperamento y los méto-dos de la caracterología. En la segundaparte, "Caracterología especial o tipolo-

gía", se exponen las diversas clasifica-ciones o tipologías, agrupadas según elcriterio que sirve de base a la clasifica-ción: sea la estructura corporal desde dis-tintos puntos de vista (tipos somáticos),sea esta misma estructura bajo un as-pecto dinámicofuncial y en relación conlas estructuras psíquicas correspondientes(tipos somatopsíquicos), sea la estructu-ra específicamente caracterológica y psí-quica (tipos psíquicos). En el primergrupo se exponen las clasificaciones dela escuela constitucionalista italiana deGiovanni y Viola y la escuela morfoló-gica francesa de Sigaud y MacAuliffe.Dentro de los tipos somatopsíquicos seda especial importancia a las tipologíasde Pende y Kretschmer, haciendo refe-rencia también a las de Jaensch y Shel-don. Las teorías de Bain, Pérez, Ribot,Malapert, Binet, Young y Spranger seexponen en el tercer grupo, donde sededican dos capítulos enteros a las doc-trinas de Le Senne. Como es sabido, estepsicólogo francés ha continuado las in-vestigaviones de Heymans, perfeccionan-do su clasificación, que es, en la actua-lidad, una de las más conocidas y hastapopularizadas.

Todo el libro se distingue por unaexposición muy ordenada y clara, en laque se ha sabido ponderar la atenciónconcedida a cada materia según su im-portancia. Aunque el estado de la cien-cia del carácter no permite una exposi-ción más sistemáticamente organizada, elautor no se limita a dar un muestrariode teorías, sino que, sin entrar en dis-quisiciones criticas, se preocupa de expo-ner aquellas directrices y principios quepermitan una justa comprensión y unaexacta valoración de muchos puntos ac-tualmente todavía muy problemáticos.

Acompañan al texto abundantes notasbibliográficas, que permiten ampliar cual-quiera de las doctrinas y puntos de vis-ta desarrollados.

Por todas estas cualidades, creemosque la obra puede resultar interesantey útil a los educadores y a todos losque se preocupan de la formación dela niñez y juventud.—MARÍA TERESA LÓ-

PEZ DEL CASTILLO.