reseña. el español de los argentinos

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Reseña crítica sobre "El españos de los argentinos"

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EL ESPAOL DE LA ARGENTINA

EL ESPAOL DE LA ARGENTINARESEA CRTICA

12/05/2015 BERTA ELENA VIDAL DE BATTINI

ISFD 107-CauelasProfesorado de Lengua y LiteraturaSociolingstica Palleros Martn

En esta breve resea, analizaremos la obra El espaol de la Argentina de Berta Elena Vidal de Battini, que constituye el primer estudio destinado a la observacin de las diferentes variedades regionales del uso del idioma espaol en nuestro pas. La autora, nacida en San Luis el 10 de julio de 1900, curs sus estudios primarios y secundarios en su provincia natal, para luego doctorarse en Filosofa y Humanidades en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Reparti su vida entre la docencia, la escritura y la investigacin, dejando como legado una importante cantidad de obras en el terreno de la Literatura, el Folclore nacional y la Lingstica. Precisamente, El espaol de la Argentina, cuya primera edicin vio la luz en el ao 1964, es un estudio de investigacin que se inscribe en el campo de la Lingstica; aunque es necesario decir, sobre todo si nos ubicamos en el siglo XXI, que diversas disciplinas tales como la Sociolingstica, la Sociologa del Lenguaje o la Etnografa del habla, entre otras, pueden perfectamente abordar y, fundamentalmente, enriquecer las conclusiones que se desprenden del objeto analizado. En el primer prrafo del prlogo, a cargo de ngel Rosenblat, se pueden ver los alcances del trabajo. Una obra destinada a los maestros de las escuelas primarias que encierra tres puntos fundamentales, a saber: una observacin cuidada y escrupulosa de los usos lingsticos en las diferentes regiones y en las distintas capas sociales; un criterio severo, cientfico, de interpretacin de los hechos; y una firme y serena vocacin normativa[footnoteRef:2]. [2: Vidal de Battini, Berta, Elena: El espaol de la Argentina, Buenos Aires, 1983, Ministerio de Educacin: pg. 9.]

Para el primer punto, la investigadora llev a cabo procedimientos diversos, que van desde la conversacin comn, la inquisicin indirecta, el interrogatorio directo del cuestionario lingstico y la grabacin de la palabra, hasta narraciones de cuentos e informes sobre acontecimientos del lugar[footnoteRef:3]. De esta manera, se procur material suficiente para analizar las variaciones lexicales, sintcticas, morfolgicas y, fundamentalmente, fonolgicas, las cuales le permitieron trazar un mapa delimitado por los fenmenos lingsticos; esto es, la primera isoglosa de la Argentina. Puede verse aqu, dada la extensin de la empresa acometida, de qu manera hizo honor al mtodo cientfico en lo tocante a la observacin cuidada y escrupulosa de los fenmenos. [3: Ibid. Pgs. 22 y ss.]

El punto nmero dos, alude a una severa interpretacin de los hechos observados, una interpretacin cientfica. De aqu se desprende, naturalmente, la tercera cuestin: una serena y firme vocacin normativa. En otras palabras, se puede afirmar que en el punto dos y tres subyace una determinada concepcin de la lengua; es decir, una concepcin homognea, ideal, de lo que debera ser el habla de los argentinos. Dicha concepcin, es el resultado de la cosmovisin dominante que atravesaba la poca, motivo por el cual no se puede caer en la crtica facilista a la autora, como si hubiera emprendido una tarea descabellada basada en fundamentos arbitrarios. Prueba de ello, es el antecedente modlico que sirvi de inspiracin a este trabajo; esto es, el escrito de Andrs Bello, aparecido en 1934, llamado Advertencias. En l, el autor, preocupado por el habla de los chilenos, emprende una serie de correcciones en los modos de hablar del pueblo en el siglo XIX, que resultaron exitosas. Rosenblat, luego de contarnos esto en el prlogo, interroga: Tendr la misma fortuna esta obra de Berta Elena Vidal de Battini sobre el espaol de la Argentina?[footnoteRef:4]. Esta pregunta es una abierta expresin de deseo que, afortunadamente, no se ha cumplido, por lo menos, en los niveles soados. [4: Ibid. Pg. 10.]

En la misma lnea, la autora seala que en esta obra los docentes tendrn un panorama para sus lecciones que les permitir elevarse desde la realidad de la lengua viva (!) que hablan sus alumnos y los hombres de su comarca hacia el ideal de la lengua culta que es el objeto de su enseanza[footnoteRef:5]. [5: Vidal de Battini, Berta, Elena: El espaol de la Argentina, Buenos Aires, 1983, Ministerio de Educacin: pg. 13. La exclamacin entre parntesis es nuestra.]

En relacin con esta ltima afirmacin se pueden decir varias cosas. En primer lugar, desde una perspectiva estrictamente cientfica, no debera haber nada ms all de la realidad de una lengua viva. Dicho de otro modo, si hay algo que se liga ms al pensamiento cientfico es la descripcin del fenmeno y no la prescripcin. En segundo lugar, si bien es verdad que uno de los objetos de enseanza de la escuela es la lengua culta, hoy sabemos que esta lengua (lengua estndar) es una variedad que se erige por sobre las dems por motivos histricos y polticos, lo cual la convierte slo en una variedad de referencia, lugar aunque prestigioso, bastante ms modesto que el de ideal. Esta nocin purista del idioma castellano se inscribe en una corriente hispanista que ha surcado a nuestra sociedad a fines del siglo XIX. En tal sentido, la autora sostiene: Sobre los pueblos y hombres que pertenecen a esta comunidad lingstica y cultural pesa la enorme responsabilidad de mantener la herencia elaborada en tantos siglos de trabajo creador[footnoteRef:6], para luego minimizar el debate en torno a la formacin de una lengua nacional impulsado por Sarmiento, Alberdi y compaa, sosteniendo que esa idea ya careca de resonancia. Ahora bien, esa herencia elaborada en tantos siglos de trabajo creador, no incluye las variaciones resultantes del contacto entre culturas diferentes?, no son parte de nuestro patrimonio lingstico las tonadas tpicas de cada regin, las diferentes formas fonolgicas de determinadas consonantes, por ejemplo?. [6: Ibid. Pg. 25.]

La respuesta a estas preguntas aparece en la primera oracin del apartado Recomendaciones: No existe en la Argentina una regin que por sus maneras de hablar podamos recomendar como modelo para las enseanza de nuestras escuelas[footnoteRef:7]. La citada seccin, contiene una serie de encargos destinados a los docentes, para que stos puedan corregir en las aulas las diferentes imperfecciones observadas a lo largo de la investigacin, salvaguardando, de esa manera, la unidad lingstica, anhelo que parece ser el principal motivo de la investigacin llevada a cabo. [7: Ibid. Pg. 189.]

Es por ello que en l, se despliegan una sucesin de correcciones que van desde lo fonolgico: pronunciacin correcta de las vocales, los diptongos, hiatos y consonantes, como por ejemplo la s; lo morfolgico: conjugacin correcta de algunos verbos (haya y no haiga), construccin correcta del grupo verbo ms pronombre encltico (dgame y no diganmn); lo sintctico: concordancia en gnero y nmero o entre sujeto y objeto; y, adems, sugerencias que afectan a variaciones tpicas de ciertas regiones, como lo indica el siguiente punto: Ensear en todo el pas el uso del t y sus formas verbales[footnoteRef:8]. [8: Esta recomendacin aparece en el punto 15 de la primera edicin, 1964, pg. 199.]

Es interesante contrastar este ltimo punto, el nmero 15 de la primera edicin, con el de la tercera de 1983; all, la autora aparece resignada y sentencia: El voseo est incorporado al habla de los argentinos. Lo ha impuesto el uso. Ya no es posible corregirlo.[footnoteRef:9] Estas tres oraciones, que firman la capitulacin del uso del t, por lo menos en ciertas regiones, abren un camino posible mediante el cual se pueden reflexionar las cuestiones tratadas en este ltimo apartado. Sin duda, el respeto por la norma es un contenido central que atae a la escuela. Que los alumnos puedan manejar la variedad estndar, les permitir desempearse de manera pertinente en las situaciones comunicativas que la requieran. Sin embargo, este punto dice algo que consideramos muy importante: con relacin al voseo, seala que lo ha impuesto el uso. Ya sabemos, desde Saussure, que si la lengua cambia es por el habla; y esto, no quiere decir poco, ya que, cuando decimos lengua, nos referimos a todo ese sistema complejo que incluye, obviamente, tambin a la gramtica. De modo que la conservacin a ultranza de un sistema inalterable, puede producir como resultado el efecto opuesto al buscado; es decir, que lejos de conservar la buena salud de un lenguaje, se lo inmoviliza, se lo coarta, se lo condena a un estatismo que, a la postre, lo llevar a su fin. Y el fin de una lengua, es el fin de la sociedad que la habla, porque lengua y sociedad se determinan mutuamente. [9: Vidal de Battini, Berta, Elena: El espaol de la Argentina, Buenos Aires, 1983, Ministerio de Educacin: pg. 191.]

De manera que en esta encrucijada que se da entre norma y respeto por las variedades lingsticas, se juega un desafo importante para la escuela en la actualidad. Aproximadamente en la misma poca que este trabajo vea la luz, aparecan tambin diferentes estudios pragmticos que conceban al lenguaje desde otro lugar. Uno de los postulados que marcaban este cambio de visin era el que propona referirse en trminos de adecuado o inadecuado al contexto comunicativo, en lugar de correcto o incorrecto. Parecera que desde esta mirada es posible conciliar las distintas variedades con la variedad estndar sin proponer la exclusin de ningn uso. A modo de conclusin, diremos que El espaol de la Argentina de Berta Elena Vidal de Battini constituye una obra de inconmensurable valor arqueolgico, ya que sienta el primer precedente nacional para futuros estudios de Sociolingstica. Su rigurosidad y variedad metodolgica para la recoleccin de los diferentes usos del idioma espaol en la Argentina, conforman un emprendimiento de avanzada para su poca. Con respecto a la visin prescriptiva que del lenguaje se tiene, y que atraviesa toda la obra, juzgamos, desde una perspectiva actual, que algunas de las conclusiones a las que se llegan, no son pertinentes; sin embargo, creemos que ninguna mujer y ningn hombre pueden mantenerse ajenos a las ideas que atraviesan su poca. De manera tal, que no podemos separar a la autora de su contexto ideolgico de produccin.

Bibliografa Vidal de Battini, Berta, Elena: El espaol de la Argentina, Buenos Aires, 1964 (1 ed.) y 1983 (3 ed.), Ministerio de Educacin.