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Diana Garay – Fabián Barreto – Iván Hernández - Nubia Suarez – Armando Benavides LA CONCEPCIÓN ANTROPOLÓGICA DE SAN AGUSTÍN DE HIPONA San Agustín, nació en África del Norte el 13 de Noviembre en el año 354 d.c. y muere en Hippo Regius, el 18 agosto en el año 430d.c., hijo de Patricio y Santa Mónica . El tuvo un hermano y una hermana, y todos ellos recibieron una educación cristiana. Su hermana llegó a ser abadesa de un convento y poco después de su muerte San Agustín escribió una carta dirigida a su sucesora incluyendo consejos acerca de la futura dirección de la congregación. Esta carta llego a ser posteriormente la base para la “Regla de San Agustín”, en la cual San Agustín es uno de los grandes fundadores de la vida religiosa. Para Agustín, al igual que para la Patrística , el hombre constituye una unidad . Pero no es el hombre una nueva substancia resultante de la fusión de dos substancias, tal y como señalará posteriormente la escolástica medieval, usando la terminología aristotélica. En San Agustín, la unidad consiste más bien, en que el alma posee al cuerpo, usa de él y lo gobierna . Por consiguiente, hablando con propiedad, el hombre es el alma; el cuerpo no es un constitutivo esencial de igual rango. En la psicología agustiniana está presente el platonismo general de la Patrística. No obstante, el toque pesimista que se observaba aún en Orígenes el alma vive en el cuerpo como en una prisión es rechazado por san Agustín. Sin embargo, esta consideración del hombre esencialmente como alma, es una concepción que se mantiene y persiste firme en San Agustín y pasa a ser patrimonio común del cristiano en su posición frente al hombre en general El hombre es, según San Agustín de Hipona, un alma que se sirve de un cuerpo. Concibe al hombre bajo dos aspectos: a) como una substancia completa y acabada, sujeto de atribución de operaciones inmanentes y transitivas; y b) como problema filosófico (unidad frente a dualidad). En esta última cuestión se muestra fuertemente influido por el platonismo y el neoplatonismo, y no acierta a conjugar la unidad humana con la dualidad de coprincipios entitativos del ser humano (alma y cuerpo). Para San Agustín, el alma es una substancia racional completa, dotada de todas las virtualidades necesarias para gobernar el cuerpo, que tiene por fin la unión con Dios. La ausencia del Hilemorfismo, en la cosmología agustiniana deja sin plena solución el problema de la unidad del hombre, que san Agustín afirma sin duda aunque con instrumentos conceptuales indecisos y vacilantes. La comparación entre la unidad del hombre corpóreo y espiritual, con la unidad de Cristo, humano y divino, deja el problema planteado en una perspectiva a la que falta la comprensión de una estructura ontológica unitaria. Problema ontológico conexo con la insuficiencia de su explicación sobre las relaciones entre la sensibilidad humana y la experiencia de la mente por sí misma. Su primera lectura de las Escrituras le decepcionó y acentuó su desconfianza hacia una fe impuesta y no fundada en la razón. Su preocupación por el problema del mal, que lo acompañaría toda su vida, fue determinante en su adhesión al maniqueísmo. Dedicado a la difusión de esa doctrina, profesó la elocuencia en Cartago (374-383), Roma (383) y Milán (384). CRITICA DEL ESCEPTICISMO: EL HOMBRE CONOCE LA VERDAD Agustín prueba que el hombre no puede dudar de su existencia en el mismo momento en que se plantea esta posibilidad: si soy capaz de preguntarme si existo, es que existo. También afirma que si el hombre es capaz de dudar, es que la verdad existe, puesto que la duda es una señal de que existe algo que es verdadero, aunque yo ahora no lo conozca como tal. La discordia entre los filósofos, indica al menos una verdad: que la discordia existe. Por otra parte, es falso que los sentidos nos engañen. El engaño puede provenir de la enfermedad de los sentidos. Pero cuando están sanos, no engañan. Además, el escepticismo es sumamente dañino en el terreno moral, porque conduce al relativismo, y a la disolución de la sociedad. Mecanismo del conocimiento: doctrina de la iluminación La visión del hombre según San Agustín es hablar del hombre es hablar de sí mismo en el nivel de individuo (Confesiones) o a escala de humanidad (La Ciudad de Dios). Las dos cuestiones de su filosofía son el hombre y Dios. Pero todos sus problemas pasan por la encrucijada del hombre. Ya adquirió esta certeza mirando al hombre interior y por auto reconocimiento del yo. De ahí que se quiera ver en Agustín la primera antropología del pensamiento cristiano, mientras se trazan sus líneas maestras. Agustín, ciertamente, es presa del estupor, la admiración y sorpresa ante el enigma del hombre y su misterio: Subraya -como Heráclito- la magnitud y profundidad

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Diana Garay – Fabián Barreto – Iván Hernández - Nubia Suarez – Armando BenavidesLA CONCEPCIÓN ANTROPOLÓGICA DE SAN AGUSTÍN DE HIPONA

San Agustín, nació en África del Norte el 13 de Noviembre en el año 354 d.c. y muere en Hippo Regius, el 18 agosto en el año 430d.c., hijo de Patricio y Santa Mónica. El tuvo un hermano y una hermana, y todos ellos recibieron una educación cristiana. Su hermana llegó a ser abadesa de un convento y poco después de su muerte San Agustín escribió una carta dirigida a su sucesora incluyendo consejos acerca de la futura dirección de la congregación. Esta carta llego a ser posteriormente la base para la “Regla de San Agustín”, en la cual San Agustín es uno de los grandes fundadores de la vida religiosa.

Para Agustín, al igual que para la Patrística , el hombre constituye una unidad . Pero no es el hombre una nueva substancia resultante de la fusión de dos substancias, tal y como señalará posteriormente la escolástica medieval, usando la terminología aristotélica. En San Agustín, la unidad consiste más bien, en que el alma posee al cuerpo, usa de él y lo gobierna.

Por consiguiente, hablando con propiedad, el hombre es el alma; el cuerpo no es un constitutivo esencial de igual rango. En la psicología agustiniana está presente el platonismo general de la Patrística. No obstante, el toque pesimista que se observaba aún en Orígenes el alma vive en el cuerpo como en una prisión es rechazado por san Agustín. Sin embargo, esta consideración del hombre esencialmente como alma, es una concepción que se mantiene y persiste firme en San Agustín y pasa a ser patrimonio común del cristiano en su posición frente al hombre en general

El hombre es, según San Agustín de Hipona, un alma que se sirve de un cuerpo. Concibe al hombre bajo dos aspectos: a) como una substancia completa y acabada, sujeto de atribución de operaciones inmanentes y transitivas; y b) como problema filosófico (unidad frente a dualidad). En esta última cuestión se muestra fuertemente influido por el platonismo y el neoplatonismo, y no acierta a conjugar la unidad humana con la dualidad de coprincipios entitativos del ser humano (alma y cuerpo). Para San Agustín, el alma es una substancia racional completa, dotada de todas las virtualidades necesarias para gobernar el cuerpo, que tiene por fin la unión con Dios.  

La ausencia del Hilemorfismo, en la cosmología agustiniana deja sin plena solución el problema de la unidad del hombre, que san Agustín afirma sin duda aunque con instrumentos conceptuales indecisos y vacilantes. La comparación entre la unidad del hombre corpóreo y espiritual, con la unidad de Cristo, humano y divino, deja el problema planteado en una perspectiva a la que falta la comprensión de una estructura ontológica unitaria. Problema ontológico conexo con la insuficiencia de su explicación sobre las relaciones entre la sensibilidad humana y la experiencia de la mente por sí misma.Su primera lectura de las Escrituras le decepcionó y acentuó su desconfianza hacia una fe impuesta y no fundada en la razón. Su preocupación por el problema del mal, que lo acompañaría toda su vida, fue determinante en su adhesión al maniqueísmo. Dedicado a la difusión de esa doctrina, profesó la elocuencia en Cartago (374-383), Roma (383) y Milán (384).

CRITICA DEL ESCEPTICISMO: EL HOMBRE CONOCE LA VERDAD

• Agustín prueba que el hombre no puede dudar de su existencia en el mismo momento en que se plantea esta posibilidad: si soy capaz de preguntarme si existo, es que existo.

• También afirma que si el hombre es capaz de dudar, es que la verdad existe, puesto que la duda es una señal de que existe algo que es verdadero, aunque yo ahora no lo conozca como tal.

• La discordia entre los filósofos, indica al menos una verdad: que la discordia existe. • Por otra parte, es falso que los sentidos nos engañen. El engaño puede provenir de la enfermedad de los sentidos. Pero cuando están sanos,

no engañan.• Además, el escepticismo es sumamente dañino en el terreno moral, porque conduce al relativismo, y a la disolución de la sociedad.• Mecanismo del conocimiento: doctrina de la iluminación

La visión del hombre según San Agustín es hablar del hombre es hablar de sí mismo en el nivel de individuo (Confesiones) o a escala de humanidad (La Ciudad de Dios). Las dos cuestiones de su filosofía son el hombre y Dios. Pero todos sus problemas pasan por la encrucijada del hombre. Ya adquirió esta certeza mirando al hombre interior y por auto reconocimiento del yo.

De ahí que se quiera ver en Agustín la primera antropología del pensamiento cristiano, mientras se trazan sus líneas maestras. Agustín, ciertamente, es presa del estupor, la admiración y sorpresa ante el enigma del hombre y su misterio: Subraya -como Heráclito- la magnitud y profundidad interior del hombre: “no logro realmente comprender todo lo que soy”; se ha vuelto para sí mismo cuestión,“ tierra de dificultad y excesivo sudor”. La vastedad de su memoria le horroriza y espanta.

El hombre es el mayor milagro. Volcado al exterior, olvida el hombre el maravilloso espectáculo de su interior, como reza el célebre texto que Petrarca leerá impresionado. Urge recobrar la mirada al hombre apartándose del sentido y retornando a la interioridad.

LA FE Y LA RAZONLa Fe y razón son complementos. No son caminos opuestos, ni paralelos. La fe no substituye a la inteligencia y tampoco la elimina, al contrario la fe estimula y promueve la inteligencia. Por ambos caminos se puede llegar a la verdad que es dios, pero la razón puede llegar a la verdad si solo es guiada por la fe. 

DOCTRINA FILOSÓFICA

El hombre: Es su creación a imagen de Dios, que es propia del hombre interior, pero ha sido deformada por el pecado y será la gracia la encargada de restaurarla. 

Santísima Trinidad: “El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, pero principalmente del Padre, pues el Padre, que es el principio de la deidad, concede al Hijo el expirar el Espíritu Santo, éste procede como Amor y, por tanto, no es engendrado”. 

Libre Albedrio: Es el don de la gracia divina concedida al hombre para actuar por sí mismo y poder alcanzar la salvación, tiene libertad completa en su voluntad para elegir o rechazar el camino hacia Dios. El mal es un distractor para que el hombre tienda hacia el bien.