resurrección

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Resurrección en la Sequía 1 Reyes 17:17-24 INTRODUCCIÓN: ¿De cuántas personas resucitadas nos habla la Biblia? Según lo que conocemos, hay por lo menos nueve casos de alguien que haya resucitado dentro de los muertos, incluyendo la resurrección de Cristo. También Mateo 27:52-53 nos habla que después que Cristo resucitó, “muchos cuerpos de los santos que habían dormido, se levantaron de las tumbas”. Sería interesante saber quiénes de los santos del Antiguo Testamento volvieron a caminar después de muertos. También nosotros ahora aguardamos la resurrección de los muertos como parte del propósito de la venida de Cristo (1 Cor. 15; 1 Tes. 4). Bueno, si alguien sabe de la muerte es una viuda, por eso lleva ese estigma como nombre. La Biblia no nos dice cuándo enviudó esta mujer, pero tenía que ser notoria la pena de su alma. - La ausencia del esposo proveedor y cabeza del hogar no siempre es fácil sustituirla. - El dolor de un hijo huérfano, viviendo con su madre en esta nueva condición, solo puede ser consolado por aquel a quien se le conoce como: “Padre de huérfanos y defensor de viudas, es Dios en la morada de su santuario” (Sal. 68:5). El tema de la resurrección en cualquier escenario que se ponga es un triunfo sobre la muerte. Es la más gloriosa esperanza que tenemos los que sabemos que vamos a morir. Y si es gloriosa para los que mueren, y ahora yacen en esperanza, cuánto más será para alguien que acaba de morir y es traído de inmediato a la vida. ¿Se imagina lo que significó para esta pobre viuda la resurrección de su hijo? ¿Se imagina la alegría que envolvió todas las resurrecciones que hizo Jesús para aquellas familias, como el caso de la hija de Jairo y las hermanas de Lázaro? El contexto del pasaje para hoy nos sigue hablando de la sequía, todo un escenario con olor a muerte. La lluvia todavía no llega, de modo que la vida vegetal y animal no aparece todavía. Y para completar el cuadro de la terrible sequía ahora nos encontramos con una muerte prematura: El hijo de la pobre viuda ha muerto repentinamente. Qué manera de probar la fe de esta mujer. Qué situación se la ha presentado ahora al profeta. ¿Cómo sería su reacción frente a una prueba sobre otra? ¿Cuál es el escenario de esta primera resurrección en la Biblia? I. EL ESCENARIO DE ESTA RESURRECCIÓN NOS MUESTRA LO IMPREDECIBLE DE LAS PRUEBAS 1. Un periodo lleno de pruebas. v. 17. El autor del libro hace una descripción que nos revela la magnitud de lo que estaba pasando en la región de Israel: “Y el hambre era grave en Samaria” (1 Re. 18:2).

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Enseñanza cristiana

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Page 1: Resurrección

Resurrección en la Sequía1 Reyes 17:17-24INTRODUCCIÓN:¿De cuántas personas resucitadas nos habla la Biblia? Según lo que conocemos, hay por lo menos nueve casos de alguien que haya resucitado dentro de los muertos, incluyendo la resurrección de Cristo.

También Mateo 27:52-53 nos habla que después que Cristo resucitó, “muchos cuerpos de los santos que habían dormido, se levantaron de las tumbas”. Sería interesante saber quiénes de los santos del Antiguo Testamento volvieron a caminar después de muertos.

También nosotros ahora aguardamos la resurrección de los muertos como parte del propósito de la venida de Cristo (1 Cor. 15; 1 Tes. 4).

Bueno, si alguien sabe de la muerte es una viuda, por eso lleva ese estigma como nombre.

La Biblia no nos dice cuándo enviudó esta mujer, pero tenía que ser notoria la pena de su alma.

- La ausencia del esposo proveedor y cabeza del hogar no siempre es fácil sustituirla. - El dolor de un hijo huérfano, viviendo con su madre en esta nueva condición, solo puede ser consolado

por aquel a quien se le conoce como: “Padre de huérfanos y defensor de viudas, es Dios en la morada de su santuario” (Sal. 68:5).

El tema de la resurrección en cualquier escenario que se ponga es un triunfo sobre la muerte. Es la más gloriosa esperanza que tenemos los que sabemos que vamos a morir.

Y si es gloriosa para los que mueren, y ahora yacen en esperanza, cuánto más será para alguien que acaba de morir y es traído de inmediato a la vida.

¿Se imagina lo que significó para esta pobre viuda la resurrección de su hijo? ¿Se imagina la alegría que envolvió todas las resurrecciones que hizo Jesús para aquellas familias, como el caso de la hija de Jairo y las hermanas de Lázaro?

El contexto del pasaje para hoy nos sigue hablando de la sequía, todo un escenario con olor a muerte. La lluvia todavía no llega, de modo que la vida vegetal y animal no aparece todavía.

Y para completar el cuadro de la terrible sequía ahora nos encontramos con una muerte prematura: El hijo de la pobre viuda ha muerto repentinamente. Qué manera de probar la fe de esta mujer. Qué situación se la ha presentado ahora al profeta. ¿Cómo sería su reacción frente a una prueba sobre otra? ¿Cuál es el escenario de esta primera resurrección en la Biblia?

I. EL ESCENARIO DE ESTA RESURRECCIÓN NOS MUESTRA LO IMPREDECIBLE DE LAS PRUEBAS1. Un periodo lleno de pruebas. v. 17.

El autor del libro hace una descripción que nos revela la magnitud de lo que estaba pasando en la región de Israel: “Y el hambre era grave en Samaria” (1 Re. 18:2).

La Biblia no describe acá qué estaría comiendo la gente, como en otras situaciones (2 Reyes 6:25–29 ), pero la palabra “grave” nos da una idea de la magnitud de aquella escena.

Ninguno de nosotros a lo mejor ha experimentado el terrible impacto que produce el hambre. Nuestros hijos han sido muy bendecidos al tener comida en abundancia para escoger y en no pocas ocasiones hasta les sobra y se pierde.

Sin embargo, esta no fue la situación durante los años que Elías profetizó una de las grandes sequías registradas en la Biblia. Así que la viuda de Sarepta pasó por la prueba del hambre. Junto con su hijo estuvo al borde de la muerte por no tener que comer.

Pero también ella conoció al verdadero Dios en medio de la prueba. Una y otra vez ella fue a la tinaja y había harina y también fue a la vasija y había aceite. No escaseó ni una cosa ni la otra.

Lo que antecede a una resurrección es la prueba de la muerte. La sequía es un escenario de muerte. Pero el que surja vida en medio de ella es la mejor demostración del poder de Dios.

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2. Lo repentino de la prueba. v. 17.

No sabemos por qué y de qué murió el hijo de la viuda. Lo que sí sabemos es que fue todo muy repentino. Tan rápido fue la muerte que ni siquiera dio chance de orar por él. El texto nos dice simplemente que la enfermedad fue muy grave, la misma palabra con la que se describe el hambre que reinaba en el momento (18:2).

Imagínese por un momento toda esta escena previa a la resurrección. Algunos días atrás ella estaba preparada para la muerte de su hijo, que incluía la suya también (v.12). No es lo mismo esperar la muerte cuando se sabe que es segura, sea por enfermedad o por hambre, que enfrentarla de repente.

Nadie está preparado para la muerte, y si es prematura como el caso de este joven, menos.

¿Qué es lo que había ocurrido acá? Bueno, que la llegada del profeta detuvo la muerte por hambre. El lenguaje mortuorio de la viuda fue cambiado en un lenguaje de vida. Ahora todo es vida. El niño con rostro pálido, marcado por los estragos del hambre, ahora está rosado y con el reflejo de la lozanía juvenil. Pero como la muerte no da tregua, ahora regresa “mortalmente”.

Usted debe saber que cuando las cosas están mejor, debe prepararse para enfrentar aquello que es repentino.

3. El impacto de la prueba. v. 18, 19.

Santiago nos advierte acerca de no sorprendernos si nos hallamos en diversas pruebas (Sant. 1:2). La verdad es que aunque a veces pasamos por profundas pruebas, no siempre estamos preparados para enfrentarlas.

- Note la reacción de la viuda. Lo primero fue una reacción de culpabilidad. En ningún momento creemos que Elías le haya hablado de alguno de sus pecados pasados, pero ella siente que por cuanto él es profeta, su presencia es como si fuera un acusador. ¿Y acaso no es esta la reacción típica cuando pasamos por alguna insoportable prueba? En esos momentos nos acordamos de cuán malos nos hemos portado y por lo tanto merecemos lo que nos está pasando. Esta fue la reacción de la viuda.

- Pero, ¿qué decir de la reacción de Elías? La acción de tomar a su hijo en sus brazos denota que Elías no es de los hombres que claudica. ¿Qué hubiéramos hecho nosotros frente a una muerte prematura? Lo más común sería hacer los arreglos para el funeral. Pero la acción de un hombre de Dios, antes de ser parte del dolor trágico del momento, es ver qué puede hacer para aliviar la pena de una madre abatida hasta lo sumo. La oración sigue siendo el instrumento del milagro.

II. EL ESCENARIO DE ESTA RESURRECCIÓN NOS MUESTRA LA CONFIANZA QUE DEBE HABER EN LA PRUEBA1. La confianza ayuda a vencer el miedo de la prueba v. 19a. 

Métase en esta escena por un momento. Contemple aquella pobre mujer sosteniendo el cuerpo flácido sin vida de su hijo. Su mundo se la ha venido abajo, muy rápido y sin aviso. Mire el corazón y las lágrimas de una madre destrozada. Nadie puede medir el dolor de una madre que ha perdido a su único hijo.

Es obvio que una escena como esta tiene que producir una gran sensibilidad en aquellos que están muy cerca del que sufre.

Ahora contemple por un momento al profeta. Está en silencio. No ha dicho una sola palabra frente a la “justificada” reacción de la madre que le está culpando por la muerte de su hijo. Por supuesto que él sabe que nada de lo que haga o diga podrá tranquilizar a esa madre devastada por la noticia. ¿Qué hace, entonces, el profeta? Elías simplemente le dice: “Dámelo”. Vea que esta actitud no hay desesperación. Hay una poderosa confianza en el profeta y el Dios en quien ha visto hacer cosas sorprendentes y que en ese momento no le dejaría quedar mal. Cuando hemos experimentado el poder de Dios obrando en alguna prueba, no habría razones para dudar, que frente a una prueba mayor, nuestro Dios nos sorprenderá con su poder.

2. La confianza ayuda a ir a un nivel superior en la prueba. v. 19b.

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No todos actuamos de la misma manera ante una prueba. Hay una reacción negativa cuando se nos toca aquello que tanto amamos. Las pruebas tienen la intención de cambiar un escenario seguro por uno falta de paz. No siempre la confianza se hace presente en esos aciagos momentos.

Pero no fue así la actuación del profeta Elías frente a lo inesperado de la prueba. Note cómo enfrenta la situación.

Lo primero que le dijo a la mujer fue que le diera a su hijo. Existía una creencia que cuando una persona vigorosa abrazaba a una enferma, o incluso muerta, entonces ese contacto ayudaba a la restauración de la persona afectada.

Cuando David ya había envejecido le trajeron a una joven para que le diera calor. El calor humano pareciera tener esa propiedad.

Así que Elías tomó al hijo sin vida a un nivel más alto; lo puso en la cama de arriba. En esta figura podemos ver que los milagros del Señor se dan en la cumbre donde se está a solas con Dios. Llegar hasta allí es salir del escenario de dolor y tristeza y poner la confianza absolutamente en Dios, esperando que él obre en medio lo que parece imposible.

Las pruebas son las oportunidades para ascender en la fe.

3. La confianza ayuda a orar en la prueba. v. 21.

Observe que Elías pudo estar callado frente a la viuda, pero no delante del Dios a quien ama y sirve.

La primera oración que hace Elías pareciera verse como un fuerte reclamo a Dios por haber permitido la muerte de este hijo de la viuda (v. 20). Pero la verdad es que no es así. Otra versión lo traduce así: “«Señor, mi Dios, ¿acaso a la viuda que me hospedó en su casa, y que me dio de comer, vas a afligirla dejando morir a su hijo?» (RVC). El sentimiento de esa oración es para que el Señor tenga compasión de esta pobre mujer.

Pero acompañemos a Elías hasta arriba. Veámosle subir y colocar al niño con sus toscas manos en la cama de una manera tierna. Ahora mírelo cómo se dirige a su Dios. Solo los hombres que ya tienen una intimidad con Dios pueden orar y pedir estas cosas, vistas como imposibles para que sucedan. Elías se tendió tres veces sobre el niño y al final Dios lo trajo a la vida.

Una oración hecha tres veces es suficiente para una respuesta de Dios. Sin embargo, no fue lo mismo con Jesús y Pablo cuando oraron tres veces también. Dios se reserva el derecho de responder según su soberana voluntad; y al que quiere finalmente da vida, aún en la sequía.

III. EL ESCENARIO DE ESTA RESURRECCIÓN NOS MUESTRA EL TESTIMONIO QUE VIENE DESPUÉS DE LA PRUEBA1. Un testimonio del poder de Dios. v. 22.

En este escenario de esta primera resurrección hay un testimonio que revela un gran alcance. Por un lado vemos que Dios escuchó la oración del profeta. Esto nos recuerda lo que ya Santiago había dicho que Elías era un hombre “con pasiones como las nuestras”, pero que “oró al Señor…”. Y lo grande de esto es la forma cómo Dios estuvo atento a las oraciones de este siervo suyo.

Hay un testimonio cierto, y es que Dios escucha las oraciones. Todavía no hemos descubierto el poder que hay en la oración. Debiéramos acostumbrarnos a ver cómo Dios obra en las cosas mínimas de la vida y en las grandes pruebas por las que pasamos.

Nuestro Dios puede darnos la lluvia que riega la tierra de donde viene el pan que comemos, pero también puede detener la lluvia para que no llueva por tres años y seis meses.

Nuestro Dios puede sustentarnos proveyéndonos de un trabajo digno, pero también puede hacerlo a través de cuervos a quienes ordene para que lo hagan en la mañana y por la tarde.

Él puede sostener a la viuda, al hijo, la familia y al profeta con harina y aceite hasta que llegue la lluvia. Y él también puede volver a la vida al que ha quedado muerto.

Observe la respuesta a esta oración: “Mira, tu hijo vive” (v. 23). Dios oye aún.

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2. Un testimonio de quién es Dios. v. 24a.

Vea la diferencia entre la mujer que culpa al profeta por el mal que había traído a su vida, y el reconocimiento que ahora hace de él. Estas son palabras reveladoras: “Ahora conozco que tú eres varón de Dios…”.

¿Por qué no había dado este veredicto cuando vio que la harina y el aceite no escasearon? Dios se vale de pruebas mayores para hacernos ver que hay un Dios verdadero, y no como los dioses paganos de la región de Sarepta.

Esta mujer no vio a Dios en el milagro de la harina. A lo mejor subestimó este hecho pensando que cualquier otro dios habría hecho eso. Pero cuando vio que el hijo que tuvo en sus manos muerto ahora ha resucitado, reconoció que solo puede haber un Dios que hace eso: el Dios de Israel.

Cuando Cristo resucitó a Lázaro, esta fue la respuesta: “Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él”. (Jn. 11:45).

Qué bueno es recordar que Dios nunca deja avergonzado y sin respuestas a sus hijos frente a los paganos. Que los hombres reconozcan al verdadero Dios por nuestros hechos. Cristo es el Dios que debemos anunciar.

3. Un testimonio de la palabra. v. 24b.

Hasta ahora esta mujer había escuchado las palabras de profeta. Ella sabía que era un profeta de Dios porque lo que ha dicho se ha cumplido. Pero su veredicto final acerca de la palabra de Dios no dejó dudas respecto al origen del poder que resucitó a su hijo.

Esta verdad sigue vigente. La Palabra de Dios sigue teniendo el poder para transformar vida. Jesucristo le dijo al muerto Lázaro, por medio de la palabra: “Ven fuera”. Jesucristo también dijo: “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn. 6:63).

La palabra de Dios sigue siendo viva y eficaz para traer vida donde todo está seco. Para traer alegría donde se dio la tristeza. Para traer paz donde se desató la tormenta. Y sobre todo, para traer vida eterna donde hubo condenación. El testimonio de la Palabra no puede ser negado. El cambio de una persona es el trofeo irrefutable de lo que llega hacer la Palabra de Dios.

CONCLUSIÓN:Hay pruebas que sacuden todo nuestro ser y muchas de ellas parecieran robar la esperanza. Eso lo vivió esta viuda cuando el hijo que amaba se murió repentinamente.

Pero Dios no nos dejará ser probados hasta donde no podamos dice la Palabra (1 Cor. 10:13).

Este hijo muerto y luego resucitado por medio de la oración del profeta, representa todo aquello que debe ser traído también al Señor para que él lo transforme; para que le de vida.

Muchas cosas podrán estar muy mal con usted y solo el milagro de Dios podrá darle nueva vida.

Entonces, haga como hizo la viuda. Traiga aquello que está muerto o se está muriendo en su vida. Dios sigue estando vivo y él lo podrá cambiarlo.

Crea que el poder de la oración y la Palabra trabajan juntos para “resucitar” aquello que está en alguna sequía de su alma. Traiga su pena a Cristo hoy.  

23 – 05 – 15 (Vigilia)