revista aurobindo #4

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Aurobindo Revista gratuita Nº 4 Noviembre 2014 ¿Quién fue Sri Aurobindo? Segmento biográfico (cuarta parte) Karma Yoga Sufismo Cuento y poesía

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Revista gratuita que trata sobre las bases del yoga y la vida y obra de grandes yoguis (incluye relatos y poesía).

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Aurobindo Revista gratuita Nº 4 Noviembre 2014

¿Quién fue Sri Aurobindo? Segmento biográfico (cuarta parte)

Karma Yoga

Sufismo Cuento y poesía

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¿Quién fue Sri Aurobindo? (Cuarta

y última parte).

Sri Aurobindo llega a Pondicherry el 4 de abril de 1910, y ese será el lugar donde pasará el resto de su vida. Allí se dedica por entero a la investigación yóguica y a trabajar en el descen-so de la consciencia-energía que él llama ―Supramental‖. A partir de esta etapa, los datos que tenemos de su vida externa son cada vez menores, ya que el trabajo interno le demanda una dedicación exclusiva.

A su llegada, las condiciones en las que vive con varios de sus compañeros son muy precarias. Para sus amigos resulta muy difícil hacerle llegar algo de dinero, debido a lo peligroso que resultará en esos días prestar ayuda a un líder revolucionario. Además, Aurobindo era vigilado de cerca por la policía india birtánica. De hecho, el gobierno británico no podía creer que éste haya llegado a Pondicherry para practicar yoga en un lugar tranquilo. Pensaban que era un mero truco para ocultar sus actividades revolucionarias. Ellos sólo sabían que Sri Auro-bindo era el revolucionario más peligroso de la India, el cere-bro detrás del movimiento independentista. Por tal motivo sos-pechaban que instrucciones revolucionarias, incluso armas y bombas eran suministradas a los otros revolucionarios desde Pondicherry, con lo cual frecuentemente revisaban su casa, tomaban nota de cada visitante que se acercaba y buscaron de diferentes maneras la forma de deshacerse de él.

Entre los acontecimientos más relevantes de esta etapa, se encuentra la llegada a Pondicherry en 1914 de Paul Richard y su esposa, Mirra Alfassa. La idea de Paul Richard es proponerle que colabore con una revista filosófica. EL proyecto se lleva adelante y aquel día se produce el encuentro espiritual entre Aurobindo y Mirra Alfassa (1878-1973), quien volverá a Francia con su marido y luego de pasar cuatro años en Japón, regre-sará a Pondicherry en 1920 para quedarse permanentemente y ser la colaboradora y compañera espiritual de Sri Aurobindo. Sin embargo, Mirra Alfassa lo conocía a Aurobindo desde hacía años, a través de sus experiencias espirituales. ― Entre los once y trece años de edad, una serie de experiencias psíquicas y espirituales me revelaron no sólo la existencia de Dios, sino también las posibilidades del hombre en encontrarlo o develar-lo íntegramente en conciencia y acción; de manifestar a Dios sobre la tierra en una vida divina. Esto, junto con una discipli-na práctica para su cumplimiento, me fue dado durante el des-canso de mi cuerpo –el sueño– por diferentes maestros, algu-nos de los cuales conocí en su forma física posteriormente. Con el tiempo, mientras el desarrollo interior y exterior prose-guía, la relación psíquica y espiritual con uno de estos seres se

Editorial

En este número concluimos con la biografía de Sri Au-robindo. Su vida es tan fascinante como su obra. Hemos intentado introdu-cir al lector en ambas, con-fiando en que quienes se hayan sentido atraídos por ellas puedan sumergirse con mayor profundidad por su propia cuenta, a través de la bibliografía citada.

De todos modos, su pensa-miento y yoga estarán pre-sentes en los próximos números, impregnando sus páginas con sus destellos de sabiduría.

Quisimos también reflexio-nar sobre una rama del yoga a la que pareciera dársele poca importancia. Sin embargo, comprender el significado del karma yoga, tal como Swami Vi-vekananda lo presenta, es de fundamental importan-cia para quienes hayan decidido adentrarse en este camino. La claridad con que Vivekananda expone sus ideas es de una riqueza inigualable. Esperamos que lo disfruten y contribuya a una mejor comprensión del tema.

Gracias nuevamente a nuestros auspiciantes, que hacen posible la distribu-ción impresa de esta revista en la ciudad de Puerto Ma-dryn y Trelew de forma gratuita. Y a quienes dan vida al espacio Shabda Brahman Yoga, participan-do de las actividades pro-puestas.

A.V.

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La revista propuesta por Paul Richard se publi-cará desde 1914 hasta 1920, bajo el nombre de Arya. En ella aparece una vasta producción de Aurobindo, número tras número. Su sabi-duría, procedente de más allá de la razón dis-cursiva, aparece en obras de gran magnitud, tales como La vida divina, Síntesis del Yoga, El círculo humano, El ideal de la unidad humana, El secreto de los Vedas, Ensayos sobre el Gita, etc, que llenan las páginas de la revista y asombran a los lectores que tienen la oportu-nidad de asomarse a ellas.

Entre 1920 y 1926 su sadhana se vuelve extre-madamente intensa y profunda. Sri Aurobindo nota que la magnitud del trabajo espiritual que tiene ante él necesita de la concentración de todas sus energías. Hasta ahora, Sri Aurobindo no había tomado discípulos. Él vive en retiro con algunos compañeros de sus días en la política, con quienes tiene una relación de amistad, no de Guru—discípulo. Pero con el tiempo, habrá un desarrollo gradual de relacio-nes espirituales y cuando la Madre regresa a Pondicherry para quedarse de forma perma-nente, más gente comienza a llegar para se-guir el camino espiritual. Es así que una comu-nidad de sadhakas se forma para el manteni-miento y guía de aquellos que han dejado todo en búsqueda de una vida más elevada. Gra-dualmente la Madre queda a cargo de todos los arreglos necesarios relacionados con el hospedaje, alimentación, etc. Estas actividades crecen a medida que crecen las necesidades, y

lentamente llevan a la fundación oficial del ashram el 24 de noviembre 1926, día en que sucede otro acontecimiento de gran relevan-cia.

Fue el descenso de lo que Aurobindo llamó, la divinidad o poder sobremental (overmind), preparando el descenso del principio supra-mental o supermente y que marcó un gran paso en su trabajo. El significado de este des-censo sólo se puede comprender familiarizán-donos con el pensamiento, la terminología y el trabajo de Sri Aurobindo. Lo que por ahora resaltamos es que a partir de este descenso, la intensidad de su trabajo se presenta con tal agudeza que decide retirarse prácticamente de todo contacto público para realizar su sadhana. Deja a la Madre al frente del recién fundado ashram, encargada no sólo de las funciones organizativas, sino también de la atención directa a los discípulos. Dirá Sri Auro-bindo ―la sobremente debe ser alcanzada y bajada, para que el descenso de la supermen-te sea posible, ya que es el ‗pasaje‘… La su-permente es la completa Verdad-Consciencia de lo Divino… Entre la supermente y la mente humana hay un número de rangos y planos… La sobremente es el más alto de estos ran-gos‖.

La producción teórica fue menor en este perío-do, aunque cabe destacar las más de mil pági-nas reunidas bajo el título letters on Yoga, casi

“La supermente o principio supramental es una Verdad-

Consciencia en la que la Realidad Divina, plenamente manifestada, ya no trabaja con la instrumentación de la ignorancia; una verdad del estado del ser, que es abso-

luto, se torna dinámica en una verdad de energía y

actividad del ser que es autoexistente y perfecto...

...Un ascenso hacia la Verdad supramental no sólo eleva nuestra consciencia espiritual y esencial hacia esa altu-ra, sino que produce el descenso de esta Luz y Verdad

en todo nuestro ser y en todas nuestras partes de la

naturaleza”. (1)

-Sri Aurobindo

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volvió cada vez más clara. Lo llamé Krishna, y era consciente que sería con él (a quien cono-cería algún día en la tierra) con quien el traba-jo divino sería hecho… En el momento en que vi a Sri Aurobindo lo reconocí como al ser a quien solía llamar Krishna…. Esto fue suficien-te para explicar porqué yo estaba completa-mente convencida que mi lugar de trabajo era cerca de él, en la India‖ (1).

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todas ellas procedentes de correspondencia mantenida con discípulos del ashram, así como la continuación del gran poema Savitri,

En relación al trabajo interior, sabemos poco. Según él mismo confiesa en una carta a un discípulo en 1935, lo que aparece en los libros antes citados son sólo la primera parte del yo-ga integral, ―aquella en la que prácticamente coincido con los yogas antiguos y clásicos‖, mientras que ―el detalle o método de las eta-pas posteriores del yoga, que entran en regio-nes poco conocidas o incluso vírgenes, no lo he hecho público y de momento no tengo la inten-ción de hacerlo‖.

Probablemente como dirá la Madre más tarde en L‘Agenda de l‘action supramentale sur la terre (13 vols.) “Sri Aurobindo se ha llevado el secreto con él‖. El secreto del yoga supramen-tal, que trata de anclar ese principio, hasta entonces ajeno a la consciencia terrestre, en el aura del planeta.

En 1950 Sri Aurobindo deja de trabajar desde

su cuerpo físico. Cuenta la Madre que días an-tes le comentó que alguno de los dos debía pasar a la otra parte del velo para trabajar conjuntamente de un modo más eficaz. La madre se ofreció inmediatamente para ser ella quien traspase el umbral, pero Aurobindo le contestó que el cuerpo de ella estaba mejor preparado para llevar a cabo la última etapa de de la transformación del yoga integral: la su-pramentalización del cuerpo físico.

El 5 de diciembre de 1950 Sri Aurobindo entra en mahasamadhi. Sin embargo, su presencia sigue siendo perceptible en el lugar que habitó e impregnó de luz sagrada.

(1) Pág. 71 Sri Aurobindo, the story of his life, Sri Aurobindo Ashram, Pondicherry, India. Traducción

propia.

(2) Pág. 357. Síntesis del Yoga, parte1. Sri Aurobin-

do. Ed. Kier.

Bibliografía: Sri Aurobindo o la aventura de la cons-ciencia, Satprem, Ed.Obelisco. Sri Aurobindo, the story of his life, Sri Aurobindo Ashram, Pondicherry,

India. Sri Aurobindo, Vicente Merlo, Ed. Kairós.

“El verdadero cambio de consciencia –dirá la Ma-dre– es el que mudará las condiciones físicas del mundo y hará de él una nueva creación”. He aquí una de las claves del yoga integral de Aurobindo y la Madre. Y es que se trata de transformar las con-diciones físicas del mundo, oséa, las llamadas leyes naturales que gobiernan nuestra existencia. Y para eso es necesario, por una parte, trabajar en el pro-pio cuerpo individual sin evadirse al más allá, por-que este cuerpo es el punto de inserción de la con-ciencia en la Materia, y por otro lado, descubrir el principio de consciencia que estará dotado del po-der de transformar la Materia. Ahora bien, la reali-dad de la supermente o principio supramental no pretende ser una novedad, ya que había sido vis-lumbrada por los rishis védicos. La diferencia estaría dada en que en la antigüedad se habría tratado de una contemplación de Aquello en su propio plano, sin la intención o el esfuerzo de hacerlo descender a la conciencia física, mientras que en el caso de Sri Aurobindo, se trataría no sólo de ascender hasta ella, sino de descender con ella para transformar nuestra realidad personal hasta el punto de que dicho poder supramental pueda organizarse y ma-nifestarse a través de nosotros, lo que implicaría un

salto evolutivo. La verdadera relevancia de su obra no se halla tanto en la presentación teórica, sino en la puesta en acción, en la encarnación, en el anclaje de esta realidad supramental hasta entonces latente en la evolución de la humanidad. Esto significa que el cuerpo físico está llamado a una transformación (de tal modo que la propia cons-titución celular se vea modificada, pudiendo hablar-se de “mente celular”) que le permita ser vehículo apropiado para la manifestación del nuevo tipo de ser emergente, el ser supramental. Lo que implica la necesidad de ascender a dicho plano supramental conscientemente, para luego descender con el poder allí logrado e iniciar la supramentalización de la mente, de las emociones e impulsos vitales, y final-mente del cuerpo físico. De lo contrario, sin una espiritualidad capaz de cambiar las condiciones terrenales, cabe preguntar-nos cual sería el sentido del alma, en involucionar hasta la Materia, para luego evolucionar lentamen-te, crecer, individualizarse a través de los sentidos, la mente, sus experiencias, recordarse cada vez más de su divinidad perdida o sumergida, encontrarse a sí misma y volver a su Origen, trascendente y nirvá-

nico o cósmico. ¿Cual sería el sentido de entrar en la

El Secreto de Sri Aurobindo

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Materia para luego salir de nuevo? Como dice Satprem, “Dios no tenía necesidad de entrar en la Materia, si era para luego salir de ella; Dios no necesitaba de la Muerte, ni del Sufrimiento, ni de la Ignorancia, si este Sufrimiento, esta Muerte y esta Ignorancia no tienen en sí su propio sentido; si, al fin y al cabo, esta tierra y este cuerpo no son la sede de un Secreto que todo lo muda y no el instru-

mento de una purificación y de una huída”(1).

Así, la relevancia del trabajo de Sri Aurobindo, es haber trabajado en el descenso de este principio supramental, capaz de una verdadera transforma-ción aquí “abajo”. Lograr que se instale definitiva-mente entre nosotros, en algunos primero y luego, por irradiación, en cuantos se hallen preparados para ello, así como el principio mental o como el principio de vida se han establecido definitiva y naturalmente sobre la tierra. Es decir, que se trata de crear sobre la tierra una superhumanidad divi-nizada, no sometida ya más a las leyes de la igno-rancia, del sufrimiento y de la descomposición. Y es que el alma no ha terminado su obra simplemente con haber llegado a ser humana; todavía tiene que desarrollar su humanidad y sus posibilidades supe-

riores.

El trabajo de Sri Aurobindo y la Madre es enorme, indescriptible e incomprensible para la mente humana. Ellos no son teóricos de la evolución, sino prácticos. Todo cuanto han dicho es el producto de sus propias experiencias. El yogui se concentra en un punto de su ser, reúne todas sus energías y sale a otra parte, a otra dimensión cósmica o nirvánica, pero continua bebiendo, alimentándose, durmiendo, enfermándose a veces, como todos los seres huma-nos, y muere un día. Y es que no es él quien ha realizado la consciencia cósmica, sino un minúsculo punto de su ser, y todo lo demás, toda la naturale-za humana que el yogui ha excluido en ese sólo punto de evasión, no participa de su conciencia cósmica, a no ser por irradiación indirecta. Sri Au-robindo hace una comprobación muy importante, y es que una realización lineal, en un punto, no basta, y que es preciso una realización global, en todos los puntos, que abarque la totalidad del individuo; de ahí el yoga integral, el yoga pleno, pûrna yoga. “La consciencia última es esa que percibe y acepta a Dios e el universo y más allá del universo, y el yogui integral es aquel que, habiendo encontrado lo Trascendente, puede volver al universo y poseer el universo, conservando a voluntad el poder tanto de bajar como de subir por la gran escala de la existencia”. Este doble movimiento de ascensión y

de descenso de la conciencia individual constituye el principio básico del descubrimiento supramental. La ascensión en el supraconsciente es la primera etapa. A medida que el aspirante establece el silencio mental, que pacifica su cuerpo vital, y que se libera de su absorción en lo físico, la consciencia se desentiende de las múltiples actividades en las que se hallaba desparramada y adquiere una existencia independiente. Como una fuerza que vibra de modo cada vez más intenso y que quiere subir. El silencio no es un fin, es un medio, como el solfeo para atrapar la música. Pero el estado que se alcanza con esta ascensión, trascendente o nirvánico, nos ha llevado a conocer sólo la mitad del secreto, y lo que nos muestran Aurobindo y la Madre, es precisamente que la otra mitad se en-cuentra aquí en la Materia. Y es que no se trata de evadirse, sino de encontrar aquí abajo, en el fondo de la Muerte y de la Inconsciencia, en el fondo del Mal, la clave de la vida divina. “Se puede decir que cuando el círculo se cierre y se toquen ambos extremos, cuando lo más alto se manifieste en lo más material –la suprema Realidad en el centro del átomo– entonces la experiencia será verdade-ramente concluyente”. El secreto, eso que Aurobin-do ha llamado supramental, no es un grado más por encima de la sobremente (overmind), sino un nuevo signo. Y a medida que Sri Aurobindo as-cendía hacia la supermente, su consciencia bajaba hacia lo más denso. “Este no es un yoga para débi-les”, dice la Madre, y es que la consecuencia inme-diata de esta ascensión es hacer salir a una luz despiadada todos los bajo fondos de la conscien-cia, personal primero, luego universal. Esta estrecha conexión entre el supraconsciente y el subconscien-te, es el punto de partida del descubrimiento de Sri

Aurobindo.

“El subconsciente al que se refiere Aurobindo, es nuestro pasado evolutivo, cercano o remoto, con todas las huellas de nuestra vida presente y todas las de nuestras vidas anteriores, así como el Supra-consciente es nuestro porvenir evolutivo. Todos los residuos, todas las fuerzas que han presidido nues-tra ascensión de la Materia al animal y del animal al hombre, están no solamente grabados allí, sino que viven aún y continúan influyendo en noso-tros” (2). Este doble misterio contiene la clave del secreto total: “Nadie que no haya pasado por el

infierno, puede alcanzar el cielo”.

Bibliografía: (1) pág.207 y (2) pág. 266 Sri Aurobindo o la aventura de la consciencia, Satprem, Ed.Obelisco.

Sri Aurobindo, Vicente Merlo, Ed. Kairós.

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Dentro del Yoga existen diferentes sendas o ramas, caminos diferentes que llevan a la reali-zación de un aspecto del mismo objetivo, y que se relacionan con los diferentes temperamentos humanos. Tales ramas son el Hatha Yoga y el Raja Yoga; el triple sendero del Bhakti Yoga, Gñana Yoga y Karma Yoga; y el Tantra Yoga, que se diferencia de los otros métodos Védicos del Yoga. Cabe destacar que maestros realiza-dos como Sri Aurobindo o Swami Sivananda han hecho hincapié en el yoga integral, como aquel que integra todos los aspectos de la per-sonalidad humana y utiliza todos los recursos que están a su alcance, haciendo una síntesis con los aportes positivos de cada una de estas diferentes ramas.

La palabra karma deriva del sánscrito kri, que significa hacer; toda acción es karma. Técnica-mente esta palabra también significa los ―efectos‖ de las acciones. ―Todo lo que hace-mos, física o mentalmente es karma y deja sus huellas en nosotros‖. ―Todas las acciones que vemos en el mundo, todos los movimientos en la sociedad humana, todas las obras que tene-mos en torno nuestro son simplemente el des-pliegue del pensamiento, la manifestación de la voluntad del hombre‖(1). Es por eso que uno debe aprender a actuar, porque esa huella que dejaron las acciones pasadas son la causa del presente de cada individuo, y su futuro depen-derá de sus acciones presentes. Samskara pue-de ser traducido como ―tendencia inherente‖. Cada impresión que se imprime en la mente no muere, sino que deja su huella y la posibilidad de que surja de nuevo. Cada actividad, cada pensamiento, deja una impresión que aunque no sea lo suficientemente evidente en la super-ficie, actúa por debajo, a nivel subconsciente. Lo que cada uno es, es el resultado de la suma

total de todas esas impresiones. ―Cuando un hombre ha hecho buenas obras y ha tenido pensamientos nobles, existe en él una tenden-cia irresistible hacia el bien, y aun cuando qui-siera hacer el mal, su mente, que es la suma total de sus tendencias, no se lo permitiría; en tal caso, ese hombre está bajo la influencia de las buenas tendencias‖ (2). Lo mismo ocurre a la inversa. Es el apego lo que deja huellas en la mente. Si para sacar una espina que tengo en el dedo, utilizo otra espina, luego tiro ambas espinas, no guardo la segunda, ya que de to-dos modos sigue siendo una espina. De igual modo, las malas tendencias son contrarresta-das con las buenas, hasta lograr que lo malo sea sometido bajo control, pero luego es nece-sario que las buenas tendencias también sean conquistadas, de modo tal que la esclavitud a ambas desaparezca. La manera de salir de esa esclavitud es actuar con desapego.

El hombre actúa por distintos motivos. Hay quienes lo hacen para obtener fama, otros para obtener dinero, otros porque ambicionan po-der, pero como dice Swami Vivekananda, sólo unos pocos hombres en el mundo actúan por amor al trabajo. Trabajan simplemente porque de ello resultará el bien, sin preocuparse ni por la fama, ni por el dinero, ni por ir al cielo. ¿Pero entonces que consigue una persona que traba-ja/actúa sin tener en vista ningún motivo per-sonal? Logra lo más elevado, porque el inegoís-mo genera lo más compensatorio, el autodelei-te o Ananda.

Amor, verdad, inegoísmo no son simples figu-ras retóricas de moral, sino la manifestación de un inmenso poder espiritual. La persona que actúa de este modo hace que se manifieste en su interior el conocimiento divino. Tal persona es libre e irradia ese poder espiritual, contribu-

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yendo así doblemente con el bienestar del mundo.

El karma yoga, es entonces, un sistema desti-nado a alcanzar la libertad y sabiduría median-te el obrar desinteresadamente por el bien de la humanidad. Es decir que el karma yogui, sacrifica todo bienestar personal en aras del beneficio de la sociedad, trascendiendo su pro-pio ego y descubriendo el principio creativo universal que opera en la vida y en la historia. El karma yogui puede incluso no creer en Dios, ni pensar en ninguna especulación metafísica. Y sin embargo, el estado más elevado de esta práctica conlleva a la unión del individuo con lo eterno, lo Divino. Y esto asume la forma de sabiduría (gñana) y devoción (bhakti), de modo tal que podemos observar aquí, que en su eta-pa más elevada, cualquiera de los tres caminos de karma, gñana y bhakti yoga se transforma en el otro. De ahí que se los considere el ―triple sendero‖. En este estado, el karma yogui dedi-ca todas sus acciones a la Voluntad Suprema y sabe que todo lo que hace está en sintonía directa con esa Voluntad. En el Bahgavad Gita encontramos claras refe-rencias a esto. Plantea el tema del carácter de las obras y cómo transformarlas. En primer lugar aparece la idea de actuar, actuar ince-santemente. Actuar siempre es mejor que la inercia (tamas). El hombre ha venido al mundo para actuar y necesariamente de ello resultara el bien y el mal. No se puede llevar a cabo ningún acto que no produzca algo bueno en algún lado y a la vez algo malo en otro. Cada tarea ha de ser necesariamente una mezcla de bien y mal, y ambos producirán su resultado, su karma (entendido aquí como “efecto”). Pero tanto el bien y el mal son ligaduras del alma individual. La segunda idea del Bhagavad Gita es la del “renunciamiento al fruto de las acciones”. Actuar en Dios y no en el Ego es el ideal. Es decir, eliminar la acción egoísta y su

fundamento: la consciencia egoísta. Se debe hacer un esfuerzo por aflojar esta atadura cen-tral (del apego). Por la práctica el hombre se habitúa al sentido del deber (dharma), aunque no como algo impuesto desde afuera, y a una firme fidelidad al principio o ideal. El cultivo de estos ―buenos hábitos‖ es útil, pero el Bhaga-vad Gita apunta a un giro absoluto, a la fuerte inmovilidad de un espíritu inmortal. Y acá surge otra regla: La igualdad. Igualdad absoluta de la mente y el corazón con todos los resultados y reacciones de los suce-sos (sean buenos o malos). Dice el Gita: ―el sabio considera por igual el éxito y el fracaso‖. Y es que esta igualdad deja al practicante in-tacto, libre de emociones, libre de reacciones nerviosas, libre de la visión mental, sin respon-der con la misma perturbación o vibración, entonces se tiene la liberación absoluta de la que habla el Bhagavad el Gita. Por supuesto que esto llega en etapas. Dice Sri Aurobindo: ―Primero tenemos que aprender a soportar los choques del mundo con la parte central de nuestro ser intacto y silencioso, in-cluso cuando la mente, el corazón y la vida superficiales resultan sacudidos con violencia. Separamos el alma que mira detrás de las obras externas de nuestra naturaleza. Luego, al extender esa calma a los instrumentos arri-bamos a una igualdad íntegra, una perfecta paz interior que es autodeleite‖ (Ananda). De este modo, el karma yogui actúa motivado por realizar un sacrificio a la Divinidad. El amor

“El que ha visto que la no-acción está en la acción y la acción en la no-acción, es realmente sabio. Aun cuando esté ocu-

pado en la acción, permanece en la tranquilidad del Atman (Ser)”.

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y el servicio divino pasan a ser su motor y único motivo. Se trata de una entrega total del ser (mente, voluntad, corazón, sentido, vida, cuerpo). El sabio que actúa así, no gene-ra karma (consecuencias de sus acciones) porque no tiene deseo alguno que lo ate. Sus acciones son un servicio a la divinidad. Y cual-quier resabio de karma de vidas pasadas es quemado o eliminado por esta entrega y sacri-ficio totales. ―Quien está unido a la sabiduría cósmica tras-ciende los efectos de la virtud y el vicio‖, dice el Gita, ―y ya no tiene interés alguno en los frutos de sus acciones‖. En resumen, la voluntad de quien esta libre de todo apego al frutos de sus acciones, está en sintonía con la Voluntad Divina, por lo tanto no hay contradicción. Es importante aprender a actuar, porque nuestras acciones –buenas o malas- determinan nuestro futuro. Si aprende-mos a actuar sin apego a los frutos, estamos libres de condicionamientos. El apego genera sufrimiento. La libertad es autodeleite. Por último, citamos nuevamente a Swami Vi-vekananda por la claridad que expresa en este tema: ―Abandonemos toda esta charla necia

de hacer bien al mundo, éste no espera ni vuestra ayuda ni la mía; sin embargo debemos obrar y hacer el bien constantemente porque es una bendición para nosotros mismos. Nin-guno de los mendigos a quienes hemos ayu-dado nos debe un solo centavo, nosotros se lo debemos todo porque nos han permitido prac-ticar la caridad con ellos. Creemos que hemos ayudado a alguien y esperamos que nos lo agradezca, y porque no lo hace nos sentimos infelices. ¿por qué hemos de esperar nada en recompensa por lo que hacemos? Estadle agradecido al hombre a quien ayudáis, consi-derarlo como a Dios. Si fuéramos realmente desapegados nos liberaríamos de todo este dolor y vana expectativa, y podríamos alegre-mente hacer nuestra obra en el mundo‖ (3)

(1) pág. 21, (2) pág .56,(3) pág. 89 Karma Yoga, Swami Vivekananda, Ed. Kier

Bibliografía: Essays on the Gita, Sri Aurobindo, Sri Aurobindo Ashram, Pondicherry, India. Karma Yoga, Swami Vivekananda, Ed. Kier. Yoga Integral, Hari-

das Chaudhuri, Ed. Kairós. Síntesis del Yoga, primer parte, Sri Aurobindo, Ed. Kier.

El silencio mental es el primer paso en el yoga de Sri Aurobindo. ¿Por qué? Porque si queremos descu-brir en nosotros un mundo nuevo, debemos abando-nar el viejo. No pocos descubrimientos se hacen cuando lo mecánico deja de funcionar, y es que si el poder de pensar en grandioso, mucho mayor lo es el poder de no pensar. No hace falta más que experimentarlo por unos minutos nada más, para percatarnos que vivimos en un torbellino agotador dónde sólo caben nuestras ideas, nuestros senti-mientos, nuestros impulsos y reacciones, siempre “nuestros”, donde no vemos ni oímos nada más. Es

decir, nos encontramos encerrados en una construc-ción que puede variar en color y forma, pero siem-pre es una construcción, donde vivimos encerrados, rumorosos, reiterativos. Es por eso que “el primer paso del yoga es el de respirar con libertad y hacer pedazos esa pantalla mental, que no deja pasar sino una sola clase de vibración, destrozarla para conocer la infinitud multicolor de las vibracio-nes, es decir, el mundo y los seres tal cual son y otro “nosotros mismos” que vale más de lo que ordina-riamente se cree”.(1)

(1) Pág. 45 sri Aurobindo o la aventura de la conciencia,

Satprem, Ed. Obelisco.

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que realmente importa” Mirra Alfassa (La Madre)

El silencio mental

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Robert Graves, en la Introducción al libro Los Sufis, de Idries Shah, nos recuerda que los sufís no son ninguna secta, no están sujetos a dogmas, ni utili-zan lugares de culto; no tienen ciudad sagrada, ni instituciones monásticas, ni organización religiosa de ninguna clase. El sufismo ha adquirido cierto aroma oriental por causa de la larga protección que le dispensó el Islam, pero el sufí es tan propio de Oriente como de Occidente. El sufí representa, precisamente, la tradición secreta que se encuen-tra detrás de todos los sistemas religiosos y filosófi-cos. Estar en el mundo pero no ser del mundo, liberarse

de ambiciones, codicias, jactancias intelectuales, obediencia ciega a las tradiciones, o a personas de alto rango: tal es el ideal del sufí. EL sufí es ante todo un místico, y la mística ha sido siempre mal vista por las religiones institucionaliza-das. -extracto de contratapa de Los Sufis, Idries Shah, Ed. Kairós.

***

“Todos tenéis razón, todos estáis en un error –oímos decir al despreocupado sufí– porque cada uno cree que su trémula lámpara es la deslum-

bradora luz del día.”

Sobre el Sufismo

Tres hombres santos errantes pidieron al capitán de

un barco que los llevase de Persia a África.

-Ya que no tenéis dinero –dijo el capitán- ¿con qué

podéis contribuir al viaje?

-Con mis percepciones –dijo el primero-, ya que puedo ver a tan gran distancia que las cosas invisi-bles para las personas ordinarias son claras para

mi.

-Con mis percepciones –dijo el segundo hombre santo-, porque puedo oír cosas que son totalmente

inaudibles para cualquier otro.

El capitán estuvo de acuerdo en que podían ser

útiles en su viaje y las aceptó. Al tercer le dijo:

-¿Y cuál es tu especialidad?

-Yo señalo lo que es irrelevante, de modo que lo importante pueda permanecer –dijo el tercer hom-

bre santo.

-Esto no me suena muy interesante –dijo el capitán, pero debido a su generosidad y gran corazón, estuvo de acuerdo de acuerdo en aceptar gratis al

tercer hombre santo.

Ya que los dos primeros santones parecían estar mejor dotados que el tercero, el capitán se sentó con ellos, repitiendo sus invocaciones, mientras el barco navegaba hacia el sur, con la esperanza de

ganar con ello mérito espiritual.

De repente, uno de los santones exclamó:

-¡Puedo ver lejos, en la más remota distancia, a la hija del rey de la India, cosiendo junto a la ventana

de su palacio!

El segundo santón exclamó:

-¡Y yo puedo escuchar que a ella se le acaba de caer su aguja, y acaba de golpear el suelo a sus

pies!

El tercer santón, que había permanecido de pie junto a ellos, miró al capitán, que comenzaba a sentirse muy impresionado por aquellos milagros. El capitán captó su mirada y recordó que él encarna-

ba la observación de irrelevancias.

-Pienso– dijo el capitán al tercer hombre santo, que ha llegado el momento de que me convierta en tu discípulo, ya que casi fracasé en aprender tu lec-ción, y la necesito más de lo que pueda beneficiar-me la información acerca de la vida de la princesa de la India. Pero parece ser que el primer oficial del barco se sintió tan impresionado con los maravillosos poderes de los dos hombres santos que se convirtió en su seguidor. Fueron capaces de mantenerle ligado a ellos durante muchos años por medio de la recita-ción de sus poderes verdaderamente asombrosos. ¿Qué es lo que la gente quiere, y qué es lo que los guías espirituales dan en realidad a sus seguidores?

-tomado de El yo dominante, de Idries Shah, pag. 283. Ed.

Kairós.

Maestros espirituales -Cuento Sufi

Info/contacto:

[email protected]

Page 10: Revista aurobindo #4

10

Crónicas de viaje: Déjà vu en Haridwar

Llegué a Haridwar en tren desde Delhi. En el trayecto decidí que tal vez sería mejor tomar al día siguiente el ómnibus a Rishikesh. De ese modo podría visitar primero el ashram de Sivananda y a la vuelta quedarme unos días visitando el ashram de Anandamayi Ma. No hizo falta más que unas horas para que me diera cuenta que no era mi mente quien decidía el itinerario, sino algo mucho más profundo en mi.

Luego de buscar donde pasar la noche, emprendí una cami-nata por lo que parecía una calle principal. Eran casi las tres de la tarde y sentía un poco de hambre, por lo que me dis-ponía a encontrar un lugar donde todavía pudiera almorzar. La guía de viaje había quedado sin leer en mi habitación, así que carecía de un mapa. Avancé por las calles en dirección hacia donde había más gente hasta que encontré un lugar típico donde servían comida India. El lugar estaba repleto, y mientras almorzaba sentada en la única mesa libre que que-daba, una pareja joven de indios se me acercó, preguntando si podían compartir la mesa. Les había llamado la atención que estuviera comiendo ahí, ya que era la única occidental en esa cantina-restaurant, cosa de la que no me había per-catado. Conversamos un rato. La pareja era muy jovencita y estaban recién casados. Mostraban una curiosidad por con-versar conmigo que rozaba lo ingenuo. Sus ojos negros bri-llantes y enormes, al igual que sus sonrisas tan genuinas eran un deleite para mis ojos. Al finalizar mi plato me despedí y proseguí mi camino. A los pocos minutos llegué a lo que era un río atestado de gente. Una torre de estilo bien inglés con-trastaba con el resto de las construcciones indias. Caminé hasta donde había un puente y proseguí, deteniéndome a mitad de camino. Me apoyé en la baranda haciéndome lu-gar entre la multitud y observé el río del lado en que parec-ía descender de la zona de montañas. Desde el centro del puente divisé gente haciendo puja –ritual religioso- en sus orillas. Hombres y mujeres se bañaban vestidos o semi desnu-dos. Madres sumergían a sus pequeños hijos como si se trata-ra de un bautismo. En aquel lugar donde el Ganges abando-naba las montañas y acariciaba las planicies, devotos y no devotos bañaban sus cuerpos y sus almas a la espera de un milagro. El río acercaba a las masas su sagrado caudal y sumergidos en él todos eran iguales. No había clases, ni cas-tas, ni sexos, ni edades. Los corazones y las mentes humanas se unían en innumerables deseos y esperanzas develando

una similitud casi inesperada. La tarde comenzó a caer

Fue alguien a la puerta de

la Amada y llamó.

Una voz preguntó: ‘¿Quién

está ahí?’.

Contestó él: ‘Soy yo’.

La voz dijo: ‘No hay sitio

para Mi y para Ti’.

La puerta se cerró.

Tras un año de soledad y

privaciones, volvió él y

llamó.

Preguntó una voz desde de-

ntro: ‘Quién está ahí?’.

El hombre dijo: ‘Tu’.

Y le abrieron la puerta.

-Jalaludin Rumi

***

…no lamas el plato de ese

hombre o compres su adula-

ción. Él no conoce su pro-

pio ser, ¿cómo podría cono-

cer el ser de otro.

El jardín amurallado de la

verdad,

Hakim Sanai

***

La esencia que no ha encon-

trado al dador del Ser

¿Cómo puede convertirse en

dador del Ser?

-Jami

***

En el fondo del mar hay ri-

quezas incomparables. Pero

la seguridad está en la

playa.

-Jardín de rosas.

Saadi.

Lo que vos tenés para decir

Clases de YOGA Integral y Dinámico El yoga es meditación en movimiento. Un espacio para mejorar tu calidad de vida.

MARTES Y JUEVES : 18.30 a 19.45hs. y 20.00 a 21.15hs.

"OASIS Gym-Spa" calle Mimosa 50. Barrio Sur - Cel. 154365249.

Face grupo: "Yoga Integral y Ashtanga Yoga - Gimnasio Oasis"

Page 11: Revista aurobindo #4

11

prematuramente y cientos de luces se encendieron en ofren-das floreadas; intercambio de anhelos y gratitudes. Y allí me veía yo también, igual, entre rostros desconocidos y a la vez familiares. Perdí noción del tiempo pero sé que fueron como dos horas las que permanecí parada completamente abstraída en ese puente. Refrescando mi ser; volviéndome gota; cayendo en la poderosa corriente. No podía contener las lágrimas, que nada tenían que ver ni con la tristeza ni con la angustia. Eran lágrimas de una inexplicable alegría que me desbordaba. Un niño se acercó a venderme algo, me golpeó el hombro. Me di vuelta y al ver mi rostro se alejó con respeto, sin insistir. No podía moverme, algo en mi parecía haber sellado mis pies al suelo y quería que ese estado durara eternamente. No me sentía extranjera, en absoluto. El sentimiento de familiaridad con ese lugar era inmenso y sabía, en mi interior, que ya había estado allí antes. Ya casi en la oscuridad, caminé por una de las orillas en silencio y finalmente regresé a mi habitación. Poco después leí en mi guía de viaje que ese lugar, llamado Har Ki Pauri, es uno de los puntos sagrados de la India, donde las aguas limpias del Ganges bajan de los Himalayas, inmaculadas, transparentes; donde miles de indios llegan cada año en peregrinaje. Al día siguiente tomé un Rickshaw hacía Kanhkal, a unos 3 km, donde se encuentra el ashram de Anandamayi Ma y allí permanecí, durante varios días; pero esa es otra historia.

-Andrea B. Veselich

Poesía y mucho

más… En este segmento te invitamos a compartir tus textos poéticos o narrativos, experiencias; en fin, un espacio para expresar aquello que surge naturalmente de tu interior.

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Yoga Contemporaneo

Martes y Viernes de 21:00 a 22.15hs Caseros 130 ( Salón Dinamuzca) Tel 280-4621110 ( Inst . Susana)

- Marcelo Agnese -

Page 12: Revista aurobindo #4

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Agenda -

Shabda Brahman Yoga-Noviembre 2014

Todos los martes 14:15hs y miércoles 19hs. Clases de yoga integral.

Dom. 2 - 16hs. Yoga

Nidra*

Dom. 16 - 16hs. Recita-ción de Mantras y medita-ción*

Sáb. 22— 19hs. Baño de Gong –Matri Schembari

Hacé tu consulta y reservá un lugar en shabdabrahman.yoga

@gmail.com.

* Intercambio: contribución

voluntaria a consciencia. Con-

sultar por demás actividades.

Un espacio para reencontrarse con el Ser a través de la práctica del Yoga Integral.

[email protected] 154007655 Pque. Ecol. EL Doradillo—Pto. Madryn

Esta apariencia corporal no lo es todo;

la forma engaña, la persona es una máscara; ocultos en lo profundo del hombre puede haber celestiales poderes.

Su frágil nave porta a través del mar de las edades un incógnito del Imperecedero.

Un espíritu que es una llama de Dios, Una parte flamígera del Maravilloso, artífice de su propia belleza y deleite,

habita inmortal en nuestra pobreza mortal. Este escultor de las formas del Infinito, este secreto Habitante no-reconocido,

iniciado de sus propios misterios velados, esconde en una pequeña simiente muda su pensamiento cósmico.

En la fuerza callada de la Idea oculta determinando forma y acto predestinados,

pasajero de la vida, de plano en plano, cambiando de forma en forma la imagen de su yo,

ve al ícono crecer en virtud de su mirada y en el gusano prevé al dios que está emergiendo.

Sri Aurobindo

Savitri, libro 1, Canto 3

Inusitadas mareas

de olas resplandecientes

saborea exaltado

el corazón amante.

Y no encuentra nada

desde la hondonada

que camine por fuera

de sus fronteras expandibles.

Andrea B. Veselich

Baño de gong El sonido ordena, equilibra, libera, sana… La vibración del gong junto con la de otros instrumentos permite a quien la

recibe sumergirse en una profunda relajación física, mental y con ello restablecer la conexión con la verdadera esencia. Esta conexión es necesaria para nuestro balance tanto interno como en

relación con el entorno y abre entre otras la posibilidad de dejarnos guiar, no sólo por el intelecto lógico racional, sino también por la intuición. En momentos de cambios y transformaciones constantes, la intuición es

una herramienta valiosa para desplegar holísticamente nuestro potencial como seres de paz.

22 de noviembre 19hs.154007655 [email protected]

Chacra Shabda Brahman Lote 54B—Pque. Ecológico El Doradillo